España Años 40
España Años 40
España Años 40
La moda en la década de los años 40 era un reflejo de la crisis que había. Se utilizaban tejidos
pobres y de bajas calidades, muy sobrios, casi siempre traducidas a trajes de chaqueta, tanto
para los hombres como para las mujeres. Se conseguía una cierta elegancia para ellas, con
complementos como guantes y sombreros así como con abrigos y chaquetas. La ropa se volvió
de doble uso, y a veces con la diferente combinación de varias prendas se lograban diferentes
aspectos o looks. Y es que en realidad no había recursos para más en esa época. Todo se volvió
muy conservador, lo que también se tradujo a faldas más largas que las que se habían llevado en
años anteriores. Ahora los largos cubrían las rodillas, dando un aspecto mucho más sobrio.
La guerra y la alta costura, dirían más de uno: no tienen nada que ver. No obstante la resistencia
de Francia, haya su expresión natural en la moda. Ya podía la materia prima ser escasa y la
legislación severa, las francesas estaban dispuestas a mantener su reputación de mujeres mejor
vestidas del mundo, incluso durante la segunda guerra mundial. A pesar de todos los conflictos
por los que se pasaba, desarrollaron un estilo extraordinariamente extravagante para demostrar
su independencia. En el resto del mundo las mujeres creían que su deber era vestirse con
modestia y sobriedad, las francesas pusieron sus cartas sobre la mesa y empezaron a utilizar los
labios de rojo oscuro y los vestidos de colores vivos en azul, blanco y rojo. En comparación con
la incomparable elegancia de los años 30`s la moda se llevó durante la ocupación y pecaba de
falta de espontaneidad. Todo parecía calculado y en realidad lo era; ya que los pañuelos de seda
multicolor se convertían en faldas campesinas o turbantes (son los pañuelos que van en la
cabeza) o bien se cosían a trajes y pantalones como si fueran remiendos, aunque no tanto para
disimular el desgaste de la ropa, sino por pura coquetería. Los sombreros y zapatos; crecieron a
lo alto; las mujeres intentaban mantener el equilibrio sobre plataformas y cuñas de madera y
corcho, al tiempo que hacían malabarismo en la cabeza con todo tipo de engendros recargados
de cualquier material; como papel de periódico con velo, flores, terciopelo o plumas, cabe
mencionar que los sombreros fue el único accesorio que no sufrió restricciones en cuanto al
material. Entre el sombrero exagerado y el calzado macizo, casi no se reparaba en el cuerpo, ya
que la figura era muy delgada y la escasa ropa que lo cubría era de seda cruda. Este hecho fue
un escándalo ya que durante esta época se llevaba el rayón y las fibras sintéticas. Lucien
Lelong; era el presidente del sindicato de la cámara de la costura, entre 1936-46, tuvo que hacer
gala de sus cortes de persuasión para salvar la industria de lujo en París, contaba con la ayuda de
las francesas ya que demostraban que podían hacer mucho más que las mujeres de otros países.
Lelong consiguió salvar también su propia casa de modas, así como también negociar ciertas
garantías para la alta costura, lo que permitió la supervivencia de muchas otras empresas
dedicadas a la alta costura, como Laving o Fathy Rochas. Las creaciones de Lelong ganaron una
gran reputación por su elegancia y consiguió una gran relevancia durante la guerra al asegurar la
continuidad de la alta costura. En 1942 las colecciones de primavera se presentaron en Lyon;
que era la zona de libre comercio y estaba abierta a los suizos, españoles, además de los
alemanes e italianos. Las modistas no disponían de cantidades de telas ilimitadas, así que los
franceses utilizaron tanto material como les fue posible, para que no les quedara nada a los
alemanes. Los diseñadores tampoco se quedaron cortos en cuanto a mano de obra ya que cuanto
más personal necesite menos gente podía ser movilizada. Esta es la razón de que la
extravagancia reinara en París, mientras el resto del mundo se apretará el cinturón. En Alemania
las mujeres seguían esperándose un aspecto atractivo y limpio, pero también modesto y
virtuoso, eso significaba nada de joyas, ni pieles y sobretodo nada de maquillaje.
En Inglaterra el racionamiento se obligó a decretar en 1941 normas dolorosamente exactas
como cantidad de tela por prenda, largo y ancho máximo de faldas, número máximo de
pliegues, botones y complementos, etc. Los bolsillos de parche, puños de vuelta y las vueltas en
los pantalones estaban prohibidos; así como bolsillos de cartera y pinzas, todo ello en un intento
de ahorrar tela. La seda era tabú para la población civil ya que estaba reservada para la
aplicación de paracaídas, por eso se consideraba una deliciosa frivolidad hacerse ropa interior
con los restos de los paracaídas. Las restricciones imperantes de EE.UU. no eran tan estrictas
como en Gran Bretaña, pero la gran presión moral sobre las mujeres era igual de fuerte. Entre
1941 y 1945 la moda no sufrió ningún cambio digno de mención. Los trajes rectos adquirieron
un aire ligeramente más militar, las faldas se acortaron y los sombreros se hicieron más
estrafalarios, de modo que las proporciones quedaron totalmente deformadas.
Esta imagen desproporcionada tenía cierto atractivo ya que reclamaba atención sobre los
cuerpos bien formados y los movimientos elegantes. Fue justamente durante la guerra cuando
mucha gente aprendió apreciar la calidad; se empezaron a valorar los tejidos resistentes y de
tacto agradable como el algodón, la lana y el lino; también la confección adquirió de repente
una importancia inusitada desde que las mujeres habían empezado hacerse la ropa, sabían
diferenciar las prendas de calidad de las malas, ya que prácticamente no había nada que ellas no
hubieran usado, como zapatos de corcho sujetos con tiras, cinturones de pedazos de madera e
incluso bolsas de mano hechas de restos de alfombras.
Los pequeños bolsos que se llevaban bajo el brazo fueron desplazados por amplias bolsas
colgadas al hombro donde cabía de todo. Las correas permitían llevarlas con toda comodidad.
En los países afectados por la guerra las mujeres aprendieron a sacar el mejor partido de lo que
estaba a su alcance.
TEXTILES
Para confeccionar los nuevos vestidos se necesitaban grandes cantidades de tela, hecho que
encarecía mucho respecto a los años anteriores. Simultáneamente aparecieron todavía una serie
de materiales nuevos y económicos, que también se ajustaban a este nuevo tipo de ropa
elegante. Salieron al mercado distintas fibras sintéticas que poseían el mismo brillo y las
mismas propiedades que la seda y el tafetán, pero resultaban considerablemente más
económicas además que no eran tan delicadas ni requerían de tanto cuidado como los nobles
tejidos tradicionales.
Para el vestuario de noche se confeccionaban con las telas más nobles como el tafetán bordado
en oro, pero para los no tan adinerados también existían variantes en cuanto a textiles y se
empleaban fibras sintéticas y estampados en vez de bordados.
MODA PARA LA NOCHE.
Recobró importancia y constituyó el campo ideal en el que exteriorizar los sueños de la moda
sobre la femineidad más elegante. Largos vestidos y escotes profundos que dejaban los hombros
al descubierto y constaban de ballenas en la parte superior. Así mismo apareció una nueva clase
de vestido (cóctel) que resultaba más elegante que un vestido de tarde pero menos formal que
uno de noche, ya que nunca llegaba al suelo y además el proceso de producción no era tan
costoso.
Los vestidos de cóctel se podían llevar en ocasiones muy diversas y en determinadas
circunstancias, incluso las primeras horas de la noche.
PIERRE BALMAIN: Las creaciones de este diseñador se describen como vestidos femeninos
que realzan la figura, con un lujo minimizado. Se distinguían por su elegancia, comodidad y
belleza de colores.
CHRISTIAN DIOR: Revolucionó la moda de post guerra de los 40`s . Lanzó en llamado “new
look” que se trataba de una moda femenina en todos los aspectos, ostentosa y que destacaba las
curvas y que además era elegante.
HUBERT DE GIVENCHY: Sus diseños se distinguían por ser diferentes a los demás, creó
diferentes tipos de moda desde los pantalones pirata hasta elegantísimos trajes de cóctel y
sugerentes trajes de noche. Creó la llamada blusa de algodón blanco nombrada “blusa maniquí”;
esta con mangas de volantes y bordados. Los colores luminosos y estampados alegres se
convirtieron en el distintivo de la marca.
CRISTOBAL BALENCIAGA: Se distinguía por tener un estilo elegante, orientado al futuro, a
la vez que muy dramático. Creaba formas artísticas en sus diseños, ya que para él era muy
importante aplicar un carácter artístico a la moda.
Rita Hayword en Gilda.
Laurent Bacall
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Pedro Rodríguez
moda masculina
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