Perspectivas de Crecimiento

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Perspectivas del crecimiento económico del país y comparativo con

Latinoamérica para el cierre del 2020 y 2021 según el Banco de Guatemala


y organismos internacionales

En las últimas dos décadas, únicamente en los años 2006 y 2007 la economía de
Guatemala ha crecido por encima del 5%. El crecimiento promedio del Producto Interno
Bruto (PIB) ha sido de 3.5% y si se le resta el crecimiento de la población da como
resultado un crecimiento económico promedio de tan solo 1.4%. Las posibilidades de
que mejore este crecimiento económico se han reducido en los últimos años.

A nivel mundial se atraviesa una crisis sanitaria de gran dimensión y repercusiones a la


salud, pero sobre todo a la economía. La OCDE ha declarado que a pesar de que existe
dificultad en cuantificar la magnitud del impacto del Covid-19 en las economías,
derivado de los cambios tan constantes, así como de los distintos efectos que se van
observando, se prevé que habrá una contracción importante en el crecimiento económico
mundial inclusive con implicaciones para el siguiente año 2021.
El Banco Mundial (BM), advirtió que, por el efecto del coronavirus, la economía
guatemalteca tendrá un desempeño negativo para el 2020, será el mismo pronóstico para
otras economías de América Latina, por lo que insto a los países a adoptar políticas
públicas para los sectores más vulnerables.
El Banco Mundial estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de Guatemala estaría
cerrando en -1.8%, según el informe “La Economía en los tiempos del Covid-19”, esta
misma confirma que la economía en América Latina y el Caribe tendrá una caída de
4.6% de este año y una recuperación de 2.6% para el 2021.

El valor está por debajo del 0.5% a 1.5% que la Junta Monetaria había ajustado el
pasado 25 de marzo por el coronavirus en un reporte preliminar.

La región de América Latina y el Caribe (ALC) experimenta una caída brusca del
crecimiento debido a la crisis del Covid-19, lo que demandara respuestas múltiples en
materia de políticas para apoyar a los más vulnerables, evitar una crisis financiera y
proteger los puestos de trabajo.Una serie de convulsiones impactaron sobre el
crecimiento económico de la región como las tensiones sociales, el colapso en los precios
internacionales del petróleo y ahora la crisis mundial del Coronavirus. Como
consecuencia el crecimiento de la economía se está viendo afectado.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizara sus proyecciones en conjunto con el


Banco Mundial (BM).La proyección inicial del crecimiento de la economía para
Guatemala en el 2020 era de 3.1% a 4.1% con un valor central del 3.6%, levemente
superior al 3.5% del 2019.
Al juntar las 2 variables, el efecto de la oferta y la demanda por el aislamiento
económico, la caída de los mercados en Guatemala y en consecuencias en las
exportaciones e importaciones, crea las condiciones para llegar a un crecimiento cero o
negativo. Esto tiene un impacto en la economía al haber un menor crecimiento
económico se traduce en que habría menor comercio exterior con los principales socios
en las exportaciones e importaciones y se esperaría un menor ingreso de divisas por
remesas familiares. Se reduce la demanda interna y también disminuye la externa; no se
producirá para cubrir una demanda “normal” con más remesas, ni producir bienes que se
exportan si los mercados internacionales compraran solo la mitad y se contrae la
actividad productiva.

El Banco Mundial (BM) está pronosticando una recuperación económica para


Guatemala en V (la economía cae este año 2020 y se recupera rápido para el 2021). El
organismo financiero pronostica para el 2021 un crecimiento del 4.4%. este pronóstico
esta basado en que la economía solo se resentirá para el 2020 sin tomar en cuenta el
impacto que pueda tener a mediano o largo plazo.

Según Deilvorias & Scholz (2020) una de las implicaciones económicas de una
epidemia es la disminución de los viajes y el turismo a las regiones afectadas, así como
las medidas tomadas por los gobernantes para que los brotes disminuyan. Este
planteamiento es reforzado por Weder di Mauro (2020) quién sostiene que la
dimensión de los efectos en la economía de una pandemia estará determinada por las
medidas tomadas para evitar grandes contagios y limitar el área de propagación.
Ante esto, el objetivo principal de los gobiernos a nivel mundial ante una epidemia ha
sido aplanar la curva epidemiológica con medidas que frenen la propagación del virus, lo
que se traduce en medidas de distanciamiento social y medidas de confinamiento de la
población contagiada o en riesgo de contagio. A partir de esta realidad, Rogoff (2020)
sostiene que la pandemia de COVID-19
implicará un choque económico tanto de oferta como de demanda del que no se tienen
antecedentes cercanos hasta la década de los años 70 cuando la crisis económica derivada
del choque petrolero y el posterior deterioro de la deuda pública afectó a la mayoría de las
economías en desarrollo.

Según autores como Weder di Mauro (2020) el impacto económico mundial por el lado
de la oferta está vinculado con la rápida propagación de la pandemia en los países del
G7 los cuales contribuyen a la generación del 60% del PIB mundial, del 65% de la
producción manufacturera y proveen al mundo con 41% de las exportaciones de este
sector. Cabe agregar que estos países forman parte esencial de las cadenas globales de
valor, por lo que el cierre de operaciones y la disminución de la oferta laboral en
sectores claves de la economía mundial, especialmente el manufacturero, se transmitirá
a todas las naciones del mundo a través de lo que algunos autores han denominado
como el “contagio a través de la cadena de suministro”, limitando el acceso o
encareciéndolos en aquellos países que dependen altamente de la importación de bienes
manufacturados.

Por el lado de la demanda, en la medida que se incrementen las medidas de


distanciamiento social, se pueden reflejar impactos similares a una recesión económica
donde se observa la contracción del consumo de los hogares y la retención de las
inversiones por el lado de las empresas. Cabe señalar que el motivo “esperar y ver”,
como lo denominan Baldwin y Tomiura (2020), juega un papel fundamental en los
choques por el lado de la demanda, donde la incertidumbre de los agentes económicos a
partir de la opinión generalizada sobre las acciones de política pública que toman los
gobernantes, así como los obstáculos sanitarios que la letalidad del virus puede generar,
se proyecta en una postergación del consumo y la inversión.
Comentario Critico

Muchos guatemaltecos viven al día y carecen de recursos para enfrentar los aislamientos
y cuarentenas necesarios para contener la propagación de la pandemia, donde también
algunos dependen de remesas en rápido descenso. Por eso el Estado debe de ayudar a los
más vulnerables a sobrellevar estas dificultades económicas con programas de
protección y asistencia social. El gobierno deberá de asumir la mayor parte de las
perdidas. Todos estos procesos deben ser transparentes donde deben de establecer
mecanismos para gestionar los activos recién adquiridos, tomando como base las
mejores practicas de los fondos soberanos de inversión y las sociedades de gestión de
activos. Esta es una crisis mundial, en la cual ningún país ha quedado a salvo, los países
cuyo crecimiento depende el turismo están experimentando perturbaciones
particularmente graves.

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