Rito Del Envío de Los Catequistas 2023 CEE

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CELEBRACIÓN DEL ENVÍO DE

CATEQUISTAS
I. RITO DE LA BENDICIÓN
UNIDA A LA CELEBRACIÓN DE LA MISA
Es una excelente oportunidad para el pueblo cristiana aprovechar el
comienzo del curso pastoral para bendecir a las personas que serán
destinadas a impartir la catequesis a los niños, adolescentes, jóvenes,
adultos, novios y familias.
Si esta misión se desarrolla en una parroquia es conveniente que este
rito se realice durante la celebración de una Eucaristía dominical. En otro
caso, se puede hacer o en una adecuada celebración de la Palabra o en la
celebración de la Eucaristía.
En el caso de que sea la celebración de la misa ferial, de conformidad
con las rúbricas, si se estima oportuno, puede emplearse la Misa Por los
laicos, con las lecturas propuestas en el Leccionario correspondiente.

1. MONICIÓN DE ENTRADA

Un fiel o bien el diácono, o si no es posible el mismo presidente de la


celebración introduce la Eucaristía con estas o semejantes palabras:

Hoy estamos reunidos en esta celebración los


representantes de la catequesis parroquial. Queremos
hacer libre y generosamente la renovación y el envío a
nuestra misión como catequistas, cumpliendo con el
mandato de Cristo: “Id, pues, y haced discípulos a todos los
pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que
os he mandado...” (Mt 28, 19-20a). Hoy se nos invita, a que
cada uno de nosotros, nos preparemos a vivir esta
celebración para que el compromiso que profesemos, lo
cumplamos con responsabilidad y fidelidad, unidos siempre
a Jesús, nuestro Maestro, Guía y Pastor, a la Iglesia y a
todos nuestros demás compañeros catequistas. Pidamos al
Espíritu de Jesús, la luz, la sabiduría y la fortaleza para que
lo que suscite en cada uno de nosotros, podamos llevarlo a
buen término.

2. ACTO PENITENCIAL

 Tú, que quieres que todos los hombres se salven y


lleguen al conocimiento de la verdad. Señor, ten
piedad.
 Tú, que enviaste a tus apóstoles a anunciar el mensaje
del Evangelio a todo el mundo. Cristo, ten piedad.
 Tú, que haces de nosotros testigos de tu amor. Señor,
ten piedad.
La Eucaristía se desarrolla en la forma acostumbrada. Para la
proclamación del Santo Evangelio, si se tiene el Evangeliario, conviene una
procesión tal y como está prevista en el Misal. En el caso de que no se
disponga de este se puede realzar la proclamación del Evangelio cantando
el aleluya no sólo antes de la proclamación sino también al final.
Después de la lectura del Evangelio de la Misa, el celebrante,
basándose en el texto sagrado, debe exponer en la homilía el significado de
la celebración, teniendo en cuenta las diversas circunstancias del lugar y de
las personas.
3. PRESENTACIÓN DE LOS CATEQUISTAS

El diácono, o bien el que preside, llama a los que van a ser bendecidos
diciendo:

Acérquense los que han sido llamados a desempeñar el


servicio de catequistas.

4. EXHORTACIÓN
El que preside exhorta a los que van a ser bendecidos diciendo:

Queridos catequistas: Dios, nuestro Padre reveló y


realizó su designio de salvar al mundo por medio de su Hijo
hecho hombre, Jesucristo, quien confió a su Iglesia la
misión de anunciar el Evangelio a todas las personas.
Vosotros, catequistas, no actuaréis en nombre propio,
sino en nombre de la comunidad que os envía, la Parroquia
de ___________________________ de
__________________; tenéis, por lo tanto, una misión
muy importante que cumplir: ser propagadores del
mensaje de Jesús.
Expondréis y explicaréis la Palabra de Dios en la
catequesis y, de esta forma, con vuestro esfuerzo y la ayuda
del Señor, los niños (o adolescentes) irá madurando en la
fe.
Cuando expliquéis la Palabra de Dios a los demás, no
olvidéis, dóciles al Espíritu de Jesús, escucharla vosotros y
madurarla en vuestro corazón. Que vuestra vida sea
testimonio de Jesucristo y de su mensaje dentro de una
comunidad cristiana que puede ser ofrecida como punto de
referencia de la catequesis que realizamos.
5. PROFESIÓN DE FE Y COMPROMISO

El que preside: ¿Creéis en Dios, Padre Todopoderoso, Creador


del Cielo y de la tierra?
Los catequistas: Sí, creo.

El que preside: ¿Creéis en Jesucristo, su Único Hijo, nuestro


Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue
sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la
derecha del Padre?
Los catequistas: Sí, creo.

El que preside: ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia


Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los
pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?
Los catequistas: Sí, creo.

El que preside: ¿Os comprometéis, contando con la ayuda del


Espíritu Santo, a testificar con vuestra vida el mensaje de
Jesucristo que predicáis de palabra?
Los catequistas: Sí, me comprometo.

¿Os comprometéis a que la catequesis sea


El que preside:
anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo según es vivida y
trasmitida por la Iglesia?
Los catequistas: Sí, me comprometo.

¿Estáis dispuestos a formaros cada día mejor


El que preside:
para ser instrumentos fieles del Espíritu en la tarea de
llevar la salvación a los hombres?
Los catequistas: Sí, estoy dispuesto.

El que preside: ¿Prometéis ser constantes en la tarea de


catequistas y luchar contra todo desaliento y desánimo,
para así servir como evangelizadores a esta comunidad
cristiana?
Los catequistas: Sí, lo prometo.
6. ORACIÓN DE ENVÍO Y BENDICIÓN
El que preside prosigue diciendo:

Todos somos testigos de las disposiciones de estos


catequistas que se ofrecen a servir a la comunidad a través
de la catequesis. Oremos, pues, al Señor que derrame su luz
sobre ellos:
Yo, vuestro pastor, os envío, para que, como
catequistas, conduzcáis a los niños (o/y adolescentes o/y
adultos), por Jesucristo, en el Espíritu, al Padre. Para que,
conociendo la revelación de Jesucristo, profesen la fe
verdadera dentro de la Iglesia y construyan el Reino de
Dios en el mundo.
(Extiende las manos sobre la asamblea de catequistas)

Señor, con tu bendición + paternal,


robustece la decisión de estos servidores tuyos,
que desean dedicarse a la catequesis;
haz que lo que aprendan meditando tu palabra
y profundizando en la doctrina de la Iglesia
se esfuercen por comunicarlo a sus hermanos
y así, junto con ellos, te sirvan con alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
7. ORACIÓN DE LOS FIELES
Sigue la plegaria común. Entre las intercesiones que aquí se
proponen, el celebrante puede seleccionar las que le parezcan más adecuadas
o añadir otras más directamente relacionadas con las circunstancias del
momento o del lugar.

El Evangelio es potencia de Dios para la


El que preside:
salvación de aquellos que creen. Animado por esta certeza,
dirijamos al Padre nuestra plegaria:
Te pedimos por el Papa, los Obispos y los sacerdotes,
para que, con la enseñanza y con la vida, den
testimonio de que Cristo es la verdadera respuesta a
todo anhelo de felicidad, de comunión y de paz.
Oremos.

 Te pedimos por nuestros niños, jóvenes y


catequistas: ayúdalos a crecer en la fe, a ser testigos
de lo que escucharán y a transmitirlo a quienes aún no
te conocen. Oremos.

 Te pedimos por los padres: hazlos sentir educadores,


no solo en la vida, sino también en la fe de sus hijos,
para que puedan guiarlos en sus elecciones a la luz de
tu Palabra y con el ejemplo de la vida cristiana.
Oremos.

 Te pedimos por nuestras comunidades, y en


particular por los catequistas, para que, siguiendo el
ejemplo de Jesús, aprendan a darse y a entregarse con
humildad, sin esperar otra cosa que la alegría de estar
al servicio del Señor. Oremos.
La Eucaristía continúa en la forma acostumbrada.
8. BENDICIÓN FINAL
El celebrante, vuelto hacia los catequistas, concluye el rito, diciendo:

V/. Dios, que en Cristo ha manifestado su verdad y su amor,


os haga testigos del Evangelio y de su amor en el mundo.
R/. Amén.

V/. Jesús,
el Señor, que prometió a su Iglesia
que estaría con ella hasta el fin del mundo,
confirme vuestras obras y vuestras palabras.
R/. Amén.
V/. ElEspíritu del Señor esté sobre vosotros,
para que podáis ayudar a los ministros de su Palabra.
R/. Amén.

Finalmente bendice a todos los presentes, diciendo:

V/. Ya todos vosotros, que estáis aquí presentes,


os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo.
R/. Amén.

El diácono o el que preside despide a la asamblea diciendo:

Obedientes al mandato de Cristo y confiados en la


gracia del Espíritu, id y anunciad el Evangelio a vuestros
hermanos en nombre de la Iglesia. ¡Podéis ir en paz!
También se puede emplear otras de las bendiciones propuestas en el
Misal Romano.

Es aconsejable terminar el rito con un canto adecuado.

II. RITO DE LA BENDICIÓN


EN LA CELEBRACIÓN DE LA PALABRA

1. RITOS INICIALES
Reunida la comunidad, conviene entonar un canto adecuado,
terminado el cual, el celebrante dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Todos se santiguan y responden:

Amén.
Luego el celebrante saluda a los presentes, diciendo:

Dios, Padre misericordioso, que quiere que todos los


hombres se salven, esté con todos vosotros.
U otras palabras adecuadas, tomadas preferentemente de la Sagrada
Escritura.

Todos responden:

Y con tu espíritu.
Un fiel o bien el diácono, o si no es posible el mismo presidente de la
celebración dispone a los presentes para la celebración con estas palabras u
otras semejantes:

Hoy estamos reunidos en esta celebración los


representantes de la catequesis parroquial. Queremos
hacer libre y generosamente la renovación y el envío a
nuestra misión como catequistas, cumpliendo con el
mandato de Cristo: “Id, pues, y haced discípulos a todos los
pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que
os he mandado...” (Mt 28, 19-20a). Hoy se nos invita, a que
cada uno de nosotros, nos preparemos a vivir esta
celebración para que el compromiso que profesemos, lo
cumplamos con responsabilidad y fidelidad, unidos siempre
a Jesús, nuestro Maestro, Guía y Pastor, a la Iglesia y a
todos nuestros demás compañeros catequistas. Pidamos al
Espíritu de Jesús, la luz, la sabiduría y la fortaleza para que
lo que suscite en cada uno de nosotros, podamos llevarlo a
buen término.

2. LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS


Luego, el lector, uno de los presentes o el mismo celebrante, lee un
texto de la Sagrada Escritura, seleccionado principalmente entre los que se
hallan en el Leccionario Por la evangelización de los pueblos, o Por los ministros de la
Iglesia, o bien:

¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!


Rom 10, 9-15
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del apóstol san
Pablo a los Romanos.
Si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees
con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos,
serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la
justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la
salvación. Pues dice la Escritura: «Nadie que crea en él
quedará confundido». En efecto, no hay distinción entre
judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos,
generoso con todos los que lo invocan, pues todo el que
invoque el nombre del Señor será salvo. Ahora bien,
¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?; ¿cómo
creerán en aquel de quien no han oído hablar?; ¿cómo
oirán hablar de él sin nadie que anuncie? y ¿cómo
anunciarán si no los envían? Según está escrito: «¡Qué
hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del
bien!».
Palabra de Dios.
Según las circunstancias, se puede decir o cantar un salmo
responsorial u otro canto adecuado.

Salmo responsorial
Sal 95 (96), l-2a. 2b-3. 7-8a. 10 (R.: cf. 3)

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.


V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.
V/. Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.
V/. Familiasde los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.
V/. Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.
El celebrante, según las circunstancias, exhorta brevemente a los
presentes, explicándoles la lectura bíblica, para que perciban por la fe el
significado de la celebración.
3. PRECES
Sigue la plegaria común. Entre las intercesiones que aquí se
proponen, el celebrante puede seleccionar las que le parezcan más adecuadas
o añadir otras más directamente relacionadas con las circunstancias del
momento o de los presentes.

Dios quiere que todos los hombres se salven.


Invoquémoslo, pues, diciendo:
R/. Atrae hacia ti a todos los hombres, Señor.

Te pedimos por el Papa, los Obispos y los sacerdotes,


para que, con la enseñanza y con la vida, den
testimonio de que Cristo es la verdadera respuesta a
todo anhelo de felicidad, de comunión y de paz.
Oremos.

 Te pedimos por nuestros niños, jóvenes y


catequistas: ayúdalos a crecer en la fe, a ser testigos
de lo que escucharán y a transmitirlo a quienes aún no
te conocen. Oremos.

 Te pedimos por los padres: hazlos sentir educadores,


no solo en la vida, sino también en la fe de sus hijos,
para que puedan guiarlos en sus elecciones a la luz de
tu Palabra y con el ejemplo de la vida cristiana.
Oremos.

 Te pedimos por nuestras comunidades, y en


particular por los catequistas, para que, siguiendo el
ejemplo de Jesús, aprendan a darse y a entregarse con
humildad, sin esperar otra cosa que la alegría de estar
al servicio del Señor. Oremos.
4. ORACIÓN DE BENDICIÓN
EI celebrante, con las manos extendidas, dice la oración:
Señor, con tu bendición + paternal,
robustece la decisión de estos servidores tuyos,
que desean dedicarse a la catequesis;
haz que lo que aprendan meditando tu palabra
y profundizando en la doctrina de la Iglesia
se esfuercen por comunicarlo a sus hermanos
y así, junto con ellos, te sirvan con alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.

5. CONCLUSIÓN DEL RITO


El celebrante, vuelto hacia los catequistas, concluye el rito, diciendo:

V/. Dios, que en Cristo ha manifestado su verdad y su amor,


os haga testigos del Evangelio y de su amor en el mundo.
R/. Amén.

V/. Jesús,
el Señor, que prometió a su Iglesia
que estaría con ella hasta el fin del mundo,
confirme vuestras obras y vuestras palabras.
R/. Amén.

V/. ElEspíritu del Señor esté sobre vosotros,


para que podáis ayudar a los ministros de su Palabra.
R/. Amén.

Finalmente bendice a todos los presentes, diciendo:

V/. Ya todos vosotros, que estáis aquí presentes,


os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo.
R/. Amén.

Es aconsejable terminar el rito con un canto adecuado.

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