0 Unidad I - Ciencia, Tecnologia, Sociedad e Innovacion (Dmic)
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GESTION 2023
Unidad I: Ciencia, Tecnología y Sociedad
ÍNDICE
Competencias ..................................................................................................... 4
Introducción ........................................................................................................ 5
COMPETENCIAS
INTRODUCCIÓN
También analizaremos una visión retrospectiva que nos permitirá identificar los
cambios en las actitudes públicas de la ciencia, así como entender la evolución
reciente de los modelos políticos implantados en los países industrializados para
gestionar el desarrollo científico -tecnológico.
Por otro, lado los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, o estudios sobre
ciencia, tecnología y sociedad, constituyen un campo de trabajo en los ámbitos de la
investigación académica, la educación y la política pública.
En este campo se trata de entender los aspectos sociales del fenómeno científico -
tecnológico, tanto en lo que respecta a sus condicionantes sociales como en lo que
concierne a sus consecuencias sociales y ambientales.
El objeto de estudio hacia el final de los años 60 y principios de los 70, muestran que
los estudios ciencia, tecnología y sociedad, o estudios sociales de la ciencia y la
tecnología, reflejan en el ámbito académico y educativo esa nueva percepción de la
ciencia y la tecnología y de sus relaciones con la sociedad.
Primero, la ciencia hasta la década de los ochenta aparece como una institución
indispensable, que por definición es un componente central de y para la
Esa crisis afectó los logros alcanzados en la ciencia, en la educación superior y sus
capacidades e investigación, pues los recursos financieros fueron disminuidos y los
programas de fomento científico fueron reduciendo cada vez más. Como diría
Medina Echavarría (1970), el progreso como ilusión se había convertido en progreso
como fatalidad.
Las políticas implementadas a partir de los últimos años de la década de los setenta
fueron hábilmente sintetizadas por William son (1990), bajo la acepción de
Consenso de Washington, mismas que se materializaron en las reformas
estructurales de primera y segunda generación. La flexibilidad laboral, la
revolución científico tecnológica «sustentada en la microelectrónica y las tecnologías
de la información y la comunicación» y las nuevas formas de organización de las
unidades productivas, favorecían la elevación de la productividad y la
Por su parte, Lundvall y Borrás (1997) plantean que ver a la ciencia sólo desde la
perspectiva de la innovación es limitado , proponen considerarla desde dos
aspectos:
Desde su punto de vista son dos argumentos que reflejan las tendencias reales, sin
embargo, aunque la principal contribución de la ciencia es la construcción de
calificaciones más que servir como una fuente directa de innovación, lo cierto es
que, al mismo tiempo, la articulación entre la ciencia, la innovación y el desempeño
económico está deviniendo mucho más estrecha en algunos sectores de la
economía tales como la biotecnología y desarrollo de software.
Es por ello que los autores (Lundvall y Borrás, 1997) subrayan que los resultados
obtenidos de investigaciones sobre las tendencias en investigación y desarrollo en los
países desarrollados sugieren que requieren de su propia capacidad de investigación
básica establecida para sostener el avance tecnológico, lo que se expresa en la
correlación positiva encontrada entre investigación científica básica y su impacto
económico. De lo anterior, desprenden un conjunto de propuestas para la
elaboración de una política de innovación compleja. Por un lado, es necesario
promover la excelencia para obtener acceso a las más prestigiosas y dinámicas redes
globales. Por otro, hay una inminente tendencia en el sistema académico global
hacia las disparidades crecientes «los participantes más débiles serán aquéllos con
capacidades escasas en los campos más dinámicos de la ciencia y la tecnología», por lo
tanto, las políticas deberán combinar la excelencia y el igualitarismo en términos de
desarrollo de recursos humanos. Para absorber conocimiento del exterior es
necesaria una cierta capacidad científica mínima. Además, si bien es recomendable la
alianza internacional, ésta deberá de ser cuidadosa y recordar que el flujo
internacional de científicos es aún bajo.
En términos específicos, proponen las siguientes políticas: hacer que los estudios
universitarios «o parte de ellos» se orienten a los problemas y a promover la
cooperación entre estudiantes y científicos trabajando en diferentes disciplinas; dar
fuertes incentivos al staff científico para moverse de la academia a la industria; y
crear nuevas formas de organización que abran acceso a la base del conocimiento
de las universidades, las cuales también deberán proteger a la comunidad académica
del exceso de la orientación por la rentabilidad. “Las diferencias nacionales en el
desempeño científico y tecnológico están profundamente relacionadas a cuestiones
tales como el rango de la investigación científica, la estructura industrial, el sistema
educativo y la fundación de instituciones externas” (Lundvall y Borrás, 1997: 86)
Además, la división internacional del trabajo no permite que los universitarios, los
científicos, los artistas y los intelectuales de los países periféricos dependientes
participen de la academia mundial en una situación de igualdad con aquellos de los
países centrales hegemónicos. En esto, Tünnerman puntualiza tres aspectos
principales:
Por otro lado, cabe destacar que desde el mismo ámbito de las ciencias, se han
discutido los problemas que han acarreado la especialización y las formas en que
La consideración de que ciencia, tecnología y sociedad tiene que ver, ante todo, con
las prácticas sociales, pasadas y actuales, relacionadas con los problemas de la
cotidianidad, permitiría atender una peculiar "autocrítica" poco conocida en la
historia de los estudios ciencia, tecnología y sociedad:
Reordenar las palabras del acrónimo, comenzando por sociedad, reflejaría "mejor la
realidad de las cosas" porque, en fin, de cuentas, la existencia humana es una
relación social donde el conocimiento y sus expresiones artefactuales desempeñan
papeles protagónicos, en interacción con las restantes dimensiones de la sociedad.
"Otra vez volvemos a encontrarnos con aquella contradicción con que nos
tropezamos más arriba entre el carácter «que necesariamente hemos de
representarnos como absoluto» del pensamiento humano, y su realidad en una
serie de hombres individuales de pensamiento limitado, contradicción que sólo
puede resolverse a lo largo de un progreso infinito, en la sucesión -para nosotros, al
menos, prácticamente inacabable- de las generaciones humanas. En este
sentido, el pensamiento humano es a la par soberano y no soberano, y su
capacidad cognoscitiva a la par no limitada y limitada. Soberano e ilimitado en
cuanto al don, la vocación, la posibilidad, la meta histórica final; no soberano, y
limitado, en cuanto a la ejecución concreta y a la realidad de cada caso".
× Identificar y controlar las distorsiones cognitivas (...) para ver las cosas como
son y disminuir la resistencia al cambio.
× Identificar y eliminar los malos pensamientos responsables de las emociones
destructivas y reemplazarlos por pensamientos más adaptativos que incluyan
flexibilidad, optimismo, serenidad y moderación.
× Crear y poner a funcionar esquemas saludables para mejorar la calidad de
vida e incrementar la inmunidad a las enfermedades psicológicas. Pensar bien
es pensar racionalmente, sin descuidar la emoción y los sentimientos.
múltiples miradas, de "lo que está, a la vez, entre las disciplinas, a través de las
diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina". Por último, debe ser un
conocimiento crítico - propositivo. Crítico por la permanente indagación de los
factores que inciden en la función social del conocimiento y propositivo por la
urgente necesidad de proponer soluciones para enfrentar los problemas de
alimentación, salud, vivienda, comunicación, etc. que afectan actualmente a la
humanidad.
A manera de conclusión
Referencias Bibliográficas
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19. Márquez García G(2012). El cataclismo de Damocles [Internet]. 1986
[citado 2012, ago 2]. Disponible en:
http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/08/24/un- articulo-de-garcia-
marquez-sobre-hiroshima-el-cataclismo-de-damocles/
20. Bagú S (1989). Tiempo, realidad social y conocimiento. 13ª edición. México:
Siglo XXI.