Los Negocios de Mi Padre PDF

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Los negocios de mi Padre

DESARROLLO

1. Crean por mis obras

Juan 10: 31 “Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para


apedrearle. 32Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he
mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? 33Le
respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos,
sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
34
Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses
sois? 35Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios(y
la Escritura no puede ser quebrantada), 36¿al que el Padre santificó y
envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de
Dios soy? 37Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis”

Muchas fueron las profecías que hablaban de la venida del Mesías

Jesús cumplio más de trescientas, profecias.

Con toda facilidad Jesús podría demostrar.

a partir de las mismas, que era Él y no otro el Mesías que les había sido
prometido.

Y si aún faltaran pruebas en la Palabra de Dios, pues la mismas cosas creadas


dieron testimonio de su nacimiento, pues una estrella fue la que guió a los magos de
oriente para llegar hasta el pesebre donde el Salvador había nacido.

Jesús no justificó su identidad a partir de las escrituras.

Tampoco por las manifestaciones sobrenaturales que la naturaleza daba de Él;

sino por las obras que hacía en esta tierra.

Los religiosos de su tiempo no soportaban escucharle decir que era el “Hijo de


Dios”.

Porque al decirlo se hacía igual a Dios.


Ellos consideraban una gran blasfemia su dicho

¿quién podría hacerse igual a Dios?, pensaban ellos.

Pero Jesús contesta de la forma más sencilla, pero al mismo tiempo de mayor
riesgo: “Si no hago las obras de mi Padre, entonces no me crean que soy Su hijo”,
les dijo.

Más de trescientas referencias proféticas se pusieron en juego en ese mismo


momento, todas las manifestaciones de la creación y la visitación de ángeles; todo
estaba puesto en riesgo con aquellas palabras.

Y creo que podemos ponernos a pensar un poquito:

Las escrituras dicen que como Él es, así somos en esta tierra; también dice
que por la fe en Jesús hemos sido hechos hijos de Dios y herederos del Reino de
los Cielos.

Hay una gran cantidad de escrituras que declaran que hemos recibido la
genética divina en nosotros al haber nacido del Espíritu Santo.

además hemos sido transformados a la imagen gloriosa de Jesús.

Podría hablar mucho sobre todas las referencias bíblicas que declaran nuestra
identidad como hijos de Dios, llenos de gloria, triunfo, sabiduría, amor, libertad,
fortaleza, unción, etc.

Pero Jesús no uso ninguna referencia profética para defender su identidad.


sino sus obras, ellas hablarían de Él, porque no eran suyas, sino las de Su
Padre.

Al ver lo que Jesús hizo entonces podría preguntar.

las obras que hacemos tu y yo son buenas referencia para que el mundo crea
que somos hijos gloriosos de Dios? ¿Podríamos decir como Jesús dijo:

Si no hago las obras de mi Padre, entonces no me crean que soy Su hijo?

Creo que a muchos cristianos contemporáneos les daría mucho miedo hacer una
declaración semejante.

Es fácil justificar nuestra identidad a partir de la Palabra de Dios.


Es fácil decir soy cristiano…

PERO QUE DIFICIL ES hacerlo a partir de nuestras obras.


Que difícil es que lo que tu dices o ta vez predicas se vea reflejado en tu
comportamiento.

Las obras son necesarias para que el mundo crea.


2. Los negocios del Padre.

Y entonces surge una pregunta: ¿Cómo es que puedo hacer las obras de mi
Padre aquí en la tierra?

Lucas 2: 49 “Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No


sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? ”

la respuesta nos la da Jesús mismo cuando tenía apenas doce años.

Junto con su familia y algunos vecinos y amigos de Nazaret, Jesús fue a


Jerusalén al templo.
Sin embargo al regresar la comitiva no advirtieron que Jesús no iba con ellos,
sino hasta después de un día de camino.

Cuando regresaron para buscarle se sorprendieron al verle sentado junto a


los doctores de la ley, escuchándoles y preguntándoles.

Quizá ellos pensaban que Jesús, como otros niños de su edad, buscaría ocupar
su tiempo en algo entretenido.

pero no era así.

Jesús sabía que era Hijo de Dios.

Por lo cual estaba estudiando los negocios de Su Padre, a los cuales, en el día
señalado, se dedicaría por completo.

Jesús pudo trabajar en dos tipos de negocios.

En los de su padre terrenal José, y en los de su padre celestial.

De hecho fue conocido como carpintero, por lo cual puedo entender que
aprendió el oficio de José y lo desempeñó como su ayudante.

pero también puedo ver que Jesús aprendió


el negocio de su Padre Celestial
puesto que Sus obras fueron las que hizo en la tierra.

Dicen que los judíos tenían la costumbre de llevar a su hijo a la plaza pública al
cumplir la mayoría de edad, para gritar a toda la gente de la ciudad, que su hijo, a partir
de ese momento, representaba perfectamente los intereses del negocio del padre que lo
presentaba.

Se suponía entonces que el hijo había aprendido lo suficiente del negocio,


no solo para representar a su padre, sino para hacer las mismas obras que el
padre.
Fue así que el día en que Jesús fue a Juan al río Jordán para ser bautizado,
Juan dijo de Él:

“Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.

Pero Dios anunció públicamente: “Este es mi hijo amado en quien me


complazco”

Mateo 3: 16 “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego


del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17Y hubo una voz
de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia”

Para poder hacer las obras del Padre, es necesario estar en sus negocios.

Quien se ocupa de otros negocios pues nunca podrá realizar las obras del
Padre.

Solo quien practica la carpintería podrá ser un buen carpintero.

Quien juega futbol podrá llegar a ser un buen futbolista.

Solo quien estudia ingeniería y después practica sus estudios en alguna


industria podrá ser un buen ingeniero.

No hay forma de hacerlo diferente.

Ahora bien, hemos aprendido que el Espíritu de Dios toma de Jesús tomo lo que
nos falta; nos quita todo lo que nos sobra también, para que podamos tener la misma
imagen gloriosa de Jesús.

ahora nos toca andar en los negocios del Padre, si es que queremos hacer sus obras
de forma tal que la gente crea que somos hijos Suyos.

Y entonces surge otra pregunta: ¿Y cuáles son los negocios del Padre? ¿La
iglesia es su negocio? No, para nada.

La Iglesia es la novia del Cordero, la esposa preciosa y perfecta del Salvador y


Rey Jesús; pero no es el negocio del Padre.

1 Juan 3: 4 “El que practica el pecado es del diablo; porque el


diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios,
para deshacer las obras del diablo”
Jesús apareció en esta tierra para destruir las obras del diablo, siendo la
principal de ellas, el pecado, que es capaz de separar al ser humano de Dios.

Parece que ser que Jesús entendió muy bien de que se trataba el negocio,
porque hizo la tarea perfectamente.

Tomó la forma de siervo, como un ser humano como todos nosotros, y en esa
condición se hizo nuestro sustituto para recibir en sí mismo el castigo del pecado, tomó
la muerte y aún descendió al infierno donde predicó a los espíritus encarcelados, nos
dice la escritura.

Todo ello para que nosotros, quienes en Él creyéramos no tuviéramos que


padecerlo.

Jesús deshizo las obras del diablo: La muerte, la consecuencia del pecado, las
enfermedades, la pobreza, la tristeza, el dolor, etc.

Pero ahora, conforme a las escrituras, una vez glorificado nos ha dado Su
imagen, por el Espíritu de Verdad que nos prometió.

Esta imagen gloriosa que nos ha sido dada es para que podamos hacer las
obras del Padre aquí en la tierra.

Él es el único Cordero de Dios, pero sí con la gloria, poder y unción suyas; para
que en Su nombre, el cual también nos ha sido dado, podamos hacer las obras del
Padre en la tierra.

Isaías 61: 1 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,


porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a
los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar
libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de
venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3a
ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza,
óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová,
para gloria suya. 4Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los
asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los
escombros de muchas generaciones”

Una vez que Jesús había sido bautizado en el Jordán y que había sido tentado
en el desierto saliendo victorioso, regresó a la ciudad de Nazaret en donde entró en la
sinagoga conforma a su costumbre y entonces le dieron el libro de Isaías para que
hiciera un lectura. Tomó el rollo y leyó el capítulo 61, declarando a todos los presentes
que esa escritura se cumplía en esos momentos delante de ellos.
Jesús anunciaba Su ministerio, es decir a las obras del Padre.

vamos para que entendamos: “A qué se dedica el Padre”.

Predicar buenas noticias a los abatidos, vendar el corazón de los quebrantados,


publicarles libertad a los cautivos, abrirles la cárcel a los presos, proclamar un nuevo
tiempo de buena Voluntad de Dios para con la gente, consolar a los enlutados, cambiar
la derrota en gloria, el luto por gozo y la angustia por alegría; reedificar lo que el diablo
había dejado en ruinas.

Lo anterior constituye, sí, escúchalo bien, el negocio del Padre.

Atendiendo los negocios del Padre

Así que creo que ser hijos de Dios no es solamente un título.

sino una responsabilidad importante.

Los hijos de Dios debemos hacer las obras del Padre en la tierra.

Como dije, el negocio del Padre no es la iglesia como una institución.

sino las personas que están sufriendo todos los efectos del pecado y del paso
del diablo por sus vidas.

Tu puedes ser un gran vendedor o gerente de una buena empresa, quizá un


buen empleado o dueño de un negocio; tal vez seas estudiante o ama de casa; no sé a
que te dediques en específico.

PERO LO QUE sí sé que si eres como Cristo Jesús es, es porque las obras del
Padre es necesario que hagas.

Dios está en el negocio de los milagros, de la salvación, de las sanidades, de la


transformación de vidas. ¿No te gustaría integrarte al negocio?

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