Jenna Rose - Proving His Devotion
Jenna Rose - Proving His Devotion
Jenna Rose - Proving His Devotion
Jenna Rose
1
Sinopsis
Eli Hilt es un multimillonario, un genio y un conocido
mujeriego. No es para nada el tipo de hombre con el que Anna
está acostumbrada a ligar. Aunque, Anna no está
acostumbrada a ligar con ningún tipo de hombre.
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Capítulo 1
Anna
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la invitaban a todas las fiestas o las organizaba ella misma,
mientras que yo estaba en casa estudiando o construyendo mi
propio ordenador e investigando en Internet.
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universitario esta tarde para dar una conferencia. No soy tan
fría y calculadora como Britney.
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—Sí, no sé por qué me sorprende, supongo. No es que él
vaya a mirarte de todos modos. Muy bien, ¿lista para irnos?
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Sin esperar respuesta, Britney abre la puerta y se desliza
dentro. Es un poco más duro de lo habitual en ella, pero no
está fuera de lugar. Y, sinceramente, no quiero que esa
pequeña interacción se convierta en una discusión aún mayor
cuando volvamos a la residencia, así que espero los tres
minutos antes de entrar.
—No puedo creer que Eli Hilt esté aquí, ¿y tú? —pregunta
una chica cerca de mí a su amiga.
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—¿De qué está hablando ahora? ¿De Matrix o algo así?
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dólares, que luego utilizó para fundar su siguiente empresa,
Hilt Enterprises, la empresa que le llevó a ser multimillonario.
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—Gracias, qué bien, qué bien —dice con una sonrisa. —
Pero completamente innecesario. Sólo soy un hombre de la
tecnología, no Justin Bieber ni Justin Timberlake.
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se quita la americana para mostrar un increíble conjunto de
brazos que estiran la tela de su camiseta negra de color carbón.
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algo así y necesitara un tiempo para procesarlo, así que me
dirijo al comedor y compro un chocolate caliente y me preparo
un gofre y lo lleno de mantequilla y mucho sirope.
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Aun así, no puedo evitar fantasear con ello mientras
atravieso el campus de vuelta a mi dormitorio. ¿Cómo sería ser
la novia de Eli Hilt? ¿La novia de un multimillonario apuesto y
brillante?
—Oh, hola, Anna. ¿No has visto el lazo para el pelo que
dejé en la puerta? —El lazo para el pelo, nuestra pequeña
versión del cartel de no molestar.
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permitía tener. Sabía que él nunca me elegiría a mí. Pero, ¿de
verdad tenía que ser Britney?
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Capítulo 2
Eli
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gusta. En comparación con todas las demás chicas que he
visto esta noche, que se han arreglado para impresionarme, la
chica que tengo delante es un soplo de aire fresco. Tampoco
lleva tacones; lleva un par de Vans gastadas.
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instante, siento una chispa semejante a la más intensa carga
eléctrica y sé que esta chica es especial.
—¿Cómo? —pregunta.
—¿No?
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—Oh, ella simplemente mentiría de todos modos —
responde. —Y diría que te ha follado aunque no lo haya hecho.
—Lo soy.
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—Tienes una lista de conquistas femeninas más larga que
Leonardo DiCaprio.
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Por un segundo, me planteo llamar a la puerta y preguntar
por ella, pero me doy cuenta de que no va a servir de nada.
Esta noche no. Ella ha tomado una decisión. Si quiero hacer
algún progreso con ella, voy a necesitar un plan de ataque
diferente, y que me cuelguen si no empiezo a formular uno
ahora mismo.
Anna.
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—¿Viendo lo que es ser yo? —bromeo mientras abro la
puerta.
—En serio.
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—Muy bien, ¿sabes qué?
—¿Qué? —sonríe.
—¿Pagarlos?
Sona tuerce los labios y estrecha los ojos. —¿Te has metido
en algún tipo de problema del que deba saber, Eli? Porque si
lo hiciste...
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—Sólo hazlo, ¿de acuerdo, Sona?
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Capítulo 3
Anna
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—Algo que yo vea.
—De acuuuerdo.
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De acuerdo, tal vez eso fue un poco sarcástico de mi parte,
pero Britney está siendo bastante sarcástica, y por alguna
razón hoy no estoy de humor.
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—Querida Anna Mitchell, esta es una factura de pago para
confirmar el pago completo de su matrícula. Este correo
electrónico servirá como recibo oficial de este pago. Puede
solicitar un recibo físico si lo desea respondiendo a este correo
electrónico o llamando al... —Mi voz se interrumpe y miro a mi
compañera de piso, que parece casi tan aturdida como yo.
—Yo...
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—Querida Anna Mitchell...
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—¿Me estás tomando el pelo? ¿Por qué quieres sacarlo de
aquí?
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Pero cuando abro los ojos, veo que Britney ya no está a mi
lado; está a medio metro de la puerta y está tratando de
alcanzar la cerradura.
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—Eli, yo... —empiezo a decir que no, quiero hacerlo; no
hay forma de que pueda mantener la compostura para una
cena con este hombre. Pero entonces me doy cuenta de que
estoy a punto de rechazar al hombre que acaba de pagar mis
préstamos universitarios y mi matrícula. ¿En qué mundo eso
sería correcto?
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—Quiero decir, ni siquiera quieres al tipo —se burla ella.
—Y seamos sinceros, ustedes dos no son exactamente una
pareja a largo plazo.
—Es decir, a los tipos como Eli les gustan las esposas
trofeo —responde. —Rubias platinadas, modelos de Instagram,
influencers... ya sabes. Chicas como yo.
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Sin embargo, cuando me pongo el vestido, casi no me
reconozco. La última vez que me puse algo ni siquiera cerca de
tan elegante fue cuando fui a la fiesta de bienvenida con Jess
porque ninguna de las dos tenía pareja, y aquel era un vestido
de ciento cincuenta dólares que probablemente costó menos
que la tela utilizada para hacer el dobladillo de este.
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—¡Con cuidado! —Levanto la vista para ver a Eli
hablándome desde una especie de coche increíblemente caro
estacionado a solo seis metros en el patio.
Tal vez Britney tiene razón. Tal vez esto no es una cosa a
largo plazo para él. Tal vez sólo soy la siguiente chica en una
larga lista de conquistas, y una vez que me haya conquistado,
me dejará de lado y pasará a la siguiente.
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Capítulo 4
Anna
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tenido a todas las chicas del mundo antes que yo. Britney
puede carecer de tacto la mayor parte del tiempo, pero creo que
tiene razón en esto: Eli me ve como un blanco raro y otra
conquista, y una vez que me tenga, perderá todo el interés. No
puedo dejarme enamorar por él, caer en la cama con él y que
me deje de lado de esa manera.
—¿Qué?
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Eli se ríe. —Sabes, Jack en realidad lo hizo bastante bien
en esa cena. Encantó a todo el mundo, si no recuerdo mal.
—¿Qué? —pregunto.
—Tú —responde.
—¿Yo qué?
—Eres... diferente.
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Los ojos de Eli se entrecierran como si me estuviera
analizando mientras sonríe y detiene el coche frente al
restaurante. Ansiosa por salir de esta incómoda situación, me
bajo rápidamente y sonrío torpemente a un hombre trajeado
que debe ser el aparcacoches. Eli le entrega las llaves y nos
dirigimos a la puerta principal, donde otro hombre trajeado
nos sostiene la puerta.
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—¿Qué, crees que no serían tan amables conmigo si no
fuera rico? —bromea mientras me siento y él ocupa su lugar
frente a mí.
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Eli ladea la cabeza y me mira como si acabara de lanzarle
la primera bola curva que una chica le ha lanzado en su vida.
Touché, señor.
—Sí, pero a veces a las chicas les gusta que les pregunten
primero —respondo. —Pero tú no haces eso, ¿verdad? Supongo
que debería haberlo sabido basándome en tu comportamiento
anterior.
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calidad de sus verduras y lo increíble de su aderezo. Una vez
que se ha ido, tomo aire.
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bocado. El camarero tenía razón sobre el aderezo; está muy
bueno.
—¿El qué?
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ocultar mi rubor. Rechazar a Eli Hilt va a ser lo más difícil que
voy a tener que hacer en mi vida, ya lo sé.
Eli frunce el ceño y tuerce los labios hacia mí. Estoy segura
de que se da cuenta de que estoy mintiendo, pero después de
unos cinco segundos de mirarme fijamente, supongo que
decide no enfrentarse a mí y se levanta de su asiento. Le dice
algo al camarero, mete la mano en el bolsillo del pantalón, saca
dos billetes de cien dólares, se los da y se acerca a mí.
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—Sí, lo siento mucho.
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Capítulo 5
Anna
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—¿Y es muy caro, supongo?
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—Bueno, ¿es realmente tan malo? —pregunto. —Has
tenido mil millones de chicas, al igual que los mil millones de
dólares que tienes. Es imposible que me quieras de verdad.
—¿Qué?
—¿No me quieres?
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—Sí, pero eres multimillonario —respondo. —Eso es como
una entrada de cine para mí y probablemente también una
deducción de impuestos.
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una gran amiga, pero tiene razón en una cosa: Eli no está en
esto a largo plazo, y no voy a ponerme en la posición de que
me rompan el corazón.
—¡Anna, espera!
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—Yo tampoco quiero eso —responde Eli en un tono que
quiero creer desesperadamente. Pero aun así, retrocedo
lentamente hacia mi puerta. Por una vez, espero que Britney
esté en la habitación para poder salvarme. —Sólo te quiero a
ti, de cualquier manera que pueda tenerte.
—Yo... no —respondo.
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—Ábrela —repite. —Y te demostraré que ahora mismo no
se trata de mí.
No...
—No veo cómo puede ser eso cierto —digo mientras deslizo
mi llave en la cerradura. —Pero sólo porque tengo curiosidad...
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—Silencio —dice. —Esto no se trata de mí, Anna. Se trata
de ti. Ahora recuéstate y relájate y déjame darte placer.
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—Eli, yo...
—Oh, Dios mío, oh, Dios mío, oh, Dios mío —murmuro
mientras las terminaciones nerviosas que ni siquiera sabía que
existían empiezan a brillar como un millón de bombillas
llenándose de electricidad. Sin saber siquiera lo que estoy
haciendo, me acerco a él y deslizo mis dedos por su pelo y lo
agarro. De alguna manera, esto me hace sentir aún más cerca
de él.
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¿Esto está realmente sucediendo? ¿Eli Hilt me está
chupando ahora mismo?
—Eli...
Su presión se intensifica.
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sacudiendo todo pensamiento de mi mente, todo pensamiento
más allá del hecho de que Eli es quien me está haciendo esto.
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—No lo hago —responde, limpiándose la boca con el dorso
de la mano. Es entonces cuando me doy cuenta de lo mojada
que estoy. Sus labios brillan con mi humedad, y cuando muevo
las piernas para alejarme de él, también lo noto.
—Eli...
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Pero no sé ni qué decir. Lo único que puedo hacer es mirar
cómo se dirige a la puerta. Me bajo rápidamente el vestido
mientras él la abre y sale al pasillo. Siento... algo cuando se va
y cierra la puerta tras de sí.
¿Eli ha vuelto?
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Capítulo 6
Eli
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Vuelvo a estacionar el Bentley en el patio más cercano al
dormitorio de Anna y salgo. La seguridad del campus ya me
conoce, y la propina de quinientos dólares que les di a Tyson y
Pablo significa que no me molestarán pronto.
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—La verdad es que sí —respondo.
—¿Qué te apetece?
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—Estaba pensando en algo un poco menos elegante que
anoche —responde ella. —¿Qué tal un poco de helado?
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centro comercial a pocos minutos del campus que,
obviamente, atiende a los universitarios. Mi coche llama la
atención de un grupo de chicos, que claramente han traído sus
tablas de surf. Me lanzan pulgares hacia arriba y señales de
shaka1 cuando Anna y yo nos bajamos.
1 La señal de shaka es un gesto típico de saludo que se suele asociar con Hawái y con
la cultura del surf.
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—¿Sí? ¿Y dónde es eso? —pregunta.
—De acuerdo...
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fin del mundo para probarme a mí mismo con ella. Anna es
una entre un millón, y no voy a dejarla escapar.
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Anna suelta una carcajada. —Sí. Claro.
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vida, y muy caros, pero ninguno de ellos se ha comparado con
esto, con el sentimiento que ruge dentro de mí en este
momento.
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Capítulo 7
Anna
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—O una forma bastante creativa de conseguir que me
acueste contigo —digo, adentrándome por la preciosa entrada
abierta. ¿Qué clase de casa tiene una entrada así? —Fingir que
me compras una casa, o comprármela de verdad, y luego, una
vez que me entregue, venderla a mis espaldas.
—Espera, Eli...
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jarrón de aspecto caro sobre ella, y atravesando una puerta
que da a un pasillo. Abre de un empujón la segunda puerta,
que conduce a una acogedora habitación con paredes de color
cáscara de huevo y, en el centro, una mesa de masaje de
aspecto muy caro. Incluso hay un tocador con toallas, aceites
y velas.
—Eli, yo...
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vaqueros y abro la cremallera, lo que hace que mi ritmo
cardíaco se dispare. Empiezo a bajármelos, pero me paralizo.
—Entendido.
—Um... sí —respondo.
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—No está mal, ¿verdad?
—Así que dime, Anna —dice Eli, su voz baja y oh tan sexy.
—¿Qué quieres hacer cuando te gradúes? Eres una estudiante
de ciencias de la computación, ¿verdad?
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empresarios ahí fuera se morirían por un comentario como ese
de Eli.
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No parece que esté bromeando, pero ¿cómo podría hablar
en serio? Sólo soy una estudiante de primer año con una idea.
No he hecho prácticas ni nada, ni siquiera me he graduado
todavía. ¿Cómo puede estar interesado en trabajar conmigo en
el futuro? Tiene que estar bromeando.
Magia...
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mi trasero, dejando al descubierto todo mi torso. Mi sangre se
siente eléctrica y mis pezones se endurecen contra la sábana
que tengo debajo. Esto es lo más nerviosa y excitada que he
estado nunca. Sé que sus ojos recorren mi cuerpo de arriba a
abajo, observando cada centímetro expuesto, y no sé si quiero
decirle que quite la toalla para poder ver más o correr y
esconderme.
—Sí... —susurro.
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¿Adónde va esto? ¿Se detendrá en algún momento y me
dirá que me ponga la ropa? No puedo ver que eso ocurra. No
con Eli.
No todavía, al menos...
—Eli, yo...
—Pero yo...
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del colegio hablar de que les gusta que las azoten durante el
sexo, pero nadie ha mencionado nunca un masaje en el
trasero. ¿Tal vez ninguna ha tenido uno?
—¿Lo estoy?
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reclame este pequeño y perfecto coño tuyo. Por favor, nena,
deja que sea yo. Por favor.
—¿Qué tanto?
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—Joder, nena —gruñe, dando un paso atrás. —Estoy tan
excitado que podría correrme en los pantalones. Déjame tomar
un poco de aire para no decepcionarte en tu primera vez.
Mi primera vez...
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Capítulo 8
Eli
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junto a ellas todos los días del resto de mi vida, adorarlas,
besarlas, chupar sus pequeños pezones con forma de gomitas
y deslizar mi polla entre ellos mientras ella lame la punta de
mi polla con su lengua.
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La beso profundamente, apasionadamente, con todo lo que
tengo. Esto significa más para mí que cualquier otra cosa que
pueda obtener de ella. Oigo la aguda inhalación cuando respira
por la nariz, y la atraigo contra mí para sentir sus pechos
contra mi pecho.
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Anna me mira mientras presiono la punta de mi polla
contra sus labios, haciendo que se abran ligeramente. Esta es
su primera vez, y voy a asegurarme de hacer todo lo posible
para que sea lo más cómodo y especial para ella.
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—Bésame otra vez —le digo. —Eso es lo que quiero ahora
mismo. Un beso tuyo.
Esta vez, me besa con una gran lujuria. Deja que su boca
se abra, y presiono mi lengua dentro, dándole un profundo
beso francés mientras deslizo lentamente mi polla en su
agujero virgen.
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Dios, es demasiado para pensar. Me estoy acercando cada
vez más al límite.
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ella y asegurarme de cumplir cualquier expectativa que tenga
y superarla con creces.
—¿De verdad?
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Todavía no. No hasta que ella lo haga.
—Eli, estoy...
—¡Anna!
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hasta que los dos terminamos, hasta que puedo respirar hondo
y acercar su cara a la mía para darle un beso profundo y
apasionado.
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Capítulo 9
Anna
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con todo lo que podría necesitar, todo de mi marca también.
Mientras me arreglo el pelo en el espejo, entra Eli con un bol
de avena en la mano. Saca una cucharada y me la ofrece.
—Pero mi ropa...
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—Ya tengo una maleta preparada para ti —dice. —Y
podemos comprar todo lo que necesites una vez que lleguemos
allí. Además, hay cosas preparadas para ti en el barco.
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millón de veces mejor), madera dura por todas partes, varios
televisores, un bar y una exuberante moqueta por todas
partes.
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sé es que cierra la puerta y me acuesta de espaldas a él. Y
bueno, ya puedes adivinar lo que pasa después.
***
Cuando aterrizamos en Cabo, estoy resplandeciente. Las
azafatas sonríen y saludan mientras desembarcamos y nos
dirigimos al coche que nos espera. El cielo es azul, el aire es
cálido y mi corazón está lleno de sentimientos que nunca
esperé sentir por el hombre que está a mi lado.
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resolvería eso? No tiene sentido. Quiero estar aquí ahora
mismo, justo aquí donde estoy.
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real. Veo unos cuantos barcos balanceándose en el puerto y
los señalo.
—Cualquier cosa.
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—Si no hubiera vuelto a mi dormitorio esa noche...
¿habrías terminado acostándote con Britney?
—¿Qué? —jadeo.
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—Eli, yo...
Aún así, siento que debería decir algo... pero Eli tiene
razón; no estoy preparada. Todavía no. Quiero decir, ni
siquiera pensé que me permitiría llegar así de lejos con este
hombre. Pero aquí estoy, en Cabo San Lucas con él, dejando
de ser virgen, sintiendo cosas que nunca pensé que sentiría.
¿Quién sabe realmente lo que sentiré después... o cuándo?
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Capítulo 10
Eli
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Lo siento cada momento de cada día cuando estoy con ella.
Lo siento cuando veo que sus ojos se iluminan cuando me
acerco o cuando viene a visitarme a la oficina. Lo siento cuando
hacemos el amor y la tengo envuelta en mis brazos,
mostrándole que es la más preciosa de todas mis posesiones.
Sé que ella también lo siente, y sé que hay una razón por la
que todavía no ha dicho lo que siente en su corazón.
Sus padres.
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La veo a través de la ventana del salón. Está enviando un
mensaje de texto a alguien en su teléfono, probablemente a
alguien de una de sus clases. Tiene el pelo recogido y lleva ese
bonito pantalón corto gris de gimnasia que me encanta y que
siempre lleva cuando acaba de salir de la ducha.
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físico es espectacular. Desde sus delicados hombros hasta su
esbelta cintura, pasando por su espectacular culo y sus
increíbles piernas, que me encanta separar y enterrar mi cara
entre ellas.
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La mano de Anna tiembla en la mía. Me aferro a la otra y
tiro de ella para acercarla.
—Eli...
—Yo... sí.
—Eli...
—Pero Eli...
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significa más para mí que tú, Anna. Ni mi fortuna, ni mis
negocios, nada. Por favor, confía en tu corazón y deposita tu
confianza en mí y sé mi amor por el resto de mi vida.
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mejillas. Deslizo las manos por la espalda de su camiseta, noto
su tierna piel y rodeo con mis dedos la base de su cuello. —¿Y,
Eli? Te amo. He querido decírtelo... siento haber tardado tanto.
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Epilogo
Anna
Tres años después
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Me acerco a él y deslizo mi mano, la que tiene mi anillo de
compromiso y de boda, hacia abajo para darle un rápido
apretón entre las piernas cuando nadie está mirando.
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una casa. No sé cómo la gente se entera de cosas así, pero lo
hacen. Borré mis redes sociales y mantuve la boca cerrada
cuando los 'periodistas' trataron de entrevistarme, y después
de unos meses, el revuelo inicial se apagó. Estas fotos
aparecerán en línea en algunos sitios durante unos días y
luego desaparecerán. La verdad es que no me importa. La gente
puede decir lo que quiera. Es un pequeño precio a pagar por
estar con el hombre de mis sueños.
—Gran idea.
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que desaparecen detrás de nosotros y pienso en voz alta: —Me
pregunto si será la última vez que vea este lugar.
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La celebramos en París porque una noche, mientras
veíamos una de las películas de Bourne, comenté de improviso
que nunca había estado en París y que me encantaría ir. Él se
acordó de eso y lo planeó todo, junto con una luna de miel en
el sur de Francia que superó todo lo que yo hubiera podido
imaginar.
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—Bueno, sí, si consiguen una foto de esto...
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—Joder, te ves mejor que cualquier modelo de pasarela
que haya existido jamás —gruñe cuando echa un vistazo
completo a mi lencería. —Victoria's Secret no sabe lo que se
pierde.
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—Mmm, no tienes que pedírmelo dos veces —responde,
con sus ojos ardiendo de pasión. Los dos gemimos cuando
entra en mí, estirándome como siempre lo hace con su
inmensa circunferencia. Me penetra hasta el fondo, tan
profundamente que puedo sentir sus testículos contra mi culo
y sus sólidos abdominales contra mi montículo. —Dios, eres
una diosa. Ese coño está tan jodidamente húmedo. Realmente
me vuelves loco.
111
—Te amo —responde él. —Te amo, te amo...
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—Eres perfecta —dice Eli, sonriendo tan apaciblemente. —
Y no puedo esperar a convertirte en la madre de mis hijos.
Fin
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