Manual de El Principio de La Autoridad Espiritual IBID

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MANUAL DE EL PRINCIPIO DE LA AUTORIDAD ESPIRITUAL

1
CONTENIDO

PRESENTACIÓN.…………………………………………………….............................3

UNIDAD 1. FUNDAMENTOS BÍBLICOS Y ECLESIALES

LECCIÓN 1. DEFINICIONES BÁSICAS Y ABORDAJE EN LA CONSTITUCIÓN


DE LA IAFCJ………….…………............................………………............................5

LECCIÓN 2. AUTORIDAD Y SUMISIÓN……………………….…………................10

UNIDAD 2. LA REBELDÍA Y LA OBEDIENCIA EN LA BIBLIA

LECCIÓN 3. CASOS DE REBELIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO………....15

LECCIÓN 4. CÓMO ESTABLECE DIOS SU REINO.…………………………….....20

UNIDAD 3. EL VALOR DE VIVIR BAJO LA AUTORIDAD


ESPIRITUAL

LECCIÓN 5. LOS HOMBRES DEBEN OBEDECER A LA AUTORIDAD


DELEGADA ................………………………………….............................................25

LECCIÓN 6. HIJO DE DIOS, PRACTICANTE DE LA OBEDIENCIA.……………..30

UNIDAD 4. IMPLICACIONES DE LA AUTORIDAD DELEGADA

LECCIÓN 7. CONSIDERACIONES RESPECTO A LA AUTORIDAD


DELEGADA………………………………………………………………………………34

LECCIÓN 8. LAS AUTORIDADES DELEGADAS DEBEN ESTAR BAJO


AUTORIDAD...…………………...............................................................................38

BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................41

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PRESENTACIÓN

Estimados alumnos del IBID, paz de Cristo.

En este manual ponemos a su disposición la materia “El principio de la autoridad


espiritual”, el cual contiene 4 unidades con 2 lecciones cada una de ellas, haciendo un
total de 8 lecciones, que sin lugar a dudas contribuirán en la formación del estudiante del
IBID, sea líder, futuro ministro o futuro pastor. Debemos aceptar que vivimos en un tiempo
en el que los cimientos de la autoridad son cimbrados por ideas modernistas, tanto en la
iglesia, en el hogar, en la sociedad y en otros ámbitos de la vida en general.

Toda la autoridad le pertenece a Dios, porque Él es el creador de todas las cosas. Por un
lado, la rebeldía es el principio básico de este mundo, pero por otro lado, el principio
básico de los hijos de Dios es la obediencia. El obedecer a Dios y someterse a su
autoridad soberana o suprema primeramente, y luego a las autoridades que Él ha
designado o delegado es un deber de todo representante de su reino aquí en la tierra. Así
que hay una verdad muy importante: “Para ser totalmente obedientes a Dios, debemos
obedecer a las autoridades, en este caso, delegadas por él en la Iglesia”.

El enfoque de esta materia es enseñar el principio de la autoridad espiritual para el


liderazgo, viviendo bajo sujeción a las autoridades que han sido designadas por Dios en la
iglesia, así como ejercer el liderazgo con respeto hacia los que en algún momento
determinado de nuestra vida nos toca presidir. Ahora bien, como ya se dijo anteriormente,
toda la autoridad pertenece a Dios, pero Él tiene dos maneras de ejercer su autoridad: La
autoridad directa, es decir, Dios nos dice directamente a través de su Palabra o a través
del Espíritu Santo lo que Él desea que hagamos; y la autoridad delegada, es decir, que
Dios elige a determinadas personas para que lo representen y ejerzan su autoridad.

En el plan divino está establecido que Cristo sea la cabeza de cada iglesia. Bajo la
autoridad de Cristo están los líderes designados por Él, tales como obispos, presbíteros,
pastores, maestros y líderes que dirigen a la comunidad de fe que es la Iglesia. De
acuerdo a la Palabra de Dios, debemos someternos a las autoridades de la iglesia,
delegadas por Dios. La Biblia dice: Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos;
porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo
hagan con alegría, y no quejándose… (Hebreos 13:17).

Aquellos que tienen autoridad en la iglesia no deben imponerse ante el pueblo de Dios, en
cambio, deben servirlos y ser ejemplo para ellos. Respecto a los ancianos, la Biblia dice:
Les ruego que cuiden el rebaño de Dios que ha sido puesto bajo su responsabilidad, y no
lo hagan por obligación, sino de buena voluntad, como Dios quiere. Háganlo con
entusiasmo y no por ganar dinero. No sean crueles con los que están a su cargo. Más
bien, sean un buen ejemplo para ellos (1 Pedro 5:2-3 PDT).

FRATERNALMENTE

Mesa Directiva General

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UNIDAD 1.
FUNDAMENTOS BÍBLICOS Y
ECLESIALES

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LECCIÓN 1. DEFINICIONES BÁSICAS Y ABORDAJE EN LA
CONSTITUCIÓN DE LA IAFCJ

INTRODUCCIÓN

La Biblia como Palabra de Dios, nos enseña verdades elementales, como por ejemplo lo
establecido en Romanos 13:1-2 en la traducción DHH, traduce de la siguiente manera:
Todos deben someterse a las personas que ejercen la autoridad. Porque no hay autoridad
que no venga de Dios, y las que existen, fueron puestas por él. Así que quien se opone a
la autoridad, va en contra de lo que Dios ha ordenado. Y los que se oponen serán
castigados...

En este acercamiento de la lección 1, conoceremos algunas definiciones básicas para


poder adentrarnos en la materia y comprender lo que la misma Biblia nos enseña y cómo
debemos vivir bajo sujeción a nuestras autoridades y al mismo tiempo cómo responder y
ejercer respeto ante quienes dirigimos. También abordaremos parte la constitución de
nuestra iglesia, en cuanto a la autoridad se refiere.

1. ALGUNOS SIGNIFICADOS DEL TÉRMINO PRINCIPIO O PRINCIPIOS

- Deviene del latín principium, y significa: Idea que guía, regla fundamental de conducta.
- En el campo de la ética, los principios son el conjunto de normas generales y
universales con las que los seres humanos orientamos nuestras acciones y nuestra
conducta, dentro de un marco ético, moral y cultural determinado.
- Los principios se llaman así porque se hallan en el comienzo, en la base de todo
edificio moral o social. Es decir, se trata de preceptos fundamentales generalmente
tenidos como beneficiosos no sólo para el individuo, sino para toda la humanidad.
- La noción de principio (del latín principium, asociado a “comienzo”, “fundamento”) hace
referencia tanto al origen de algo en términos temporales; es decir, su inicio, como a
las bases sobre las cuales se apoya determinada idea o concepto, a saber, su
fundamentación.
- Los principios también son usados para referirse a fundamentos y/o leyes sobre cómo
funciona una ideología, teoría, doctrina, religión o ciencia.
- Base, origen, razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en cualquier
materia.

La mayoría de las doctrinas, religiones y códigos de algún tipo se fundan en principios


bien establecidos, que fundamentan y estructuran toda una cadena de valores, es decir,
que le dan forma a un modo de estar en el mundo.

Por otra parte, se llama principios al conjunto de valores éticos o morales sobre los cuales
se apoyan las conductas y decisiones de los sujetos. En cuanto a los principios
racionales, suele decirse que cada principio es una ley o regla que se cumple o debe
seguirse con cierto propósito, como consecuencia necesaria de algo o con el fin de lograr
lo conseguido.

En palabras concretas, se puede decir entonces que los principios nos ayudan a
desenvolvernos en el día a día. Así, gracias a ellos podemos actuar siguiendo ciertos
patrones a la hora de encontrarnos ante una situación determinada. Los principios son el
conjunto de valores, creencias, normas, que orientan y regulan la vida de una

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organización. Estos principios se manifiestan y se hacen realidad en nuestra cultura, en
nuestra forma de ser, pensar y conducirnos.

EJERCICIO 1
Describa tres principios en su vida que han sido importantes
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2. DEFINICIÓN DE AUTORIDAD

- Potestad, facultad que cada pueblo ha establecido a través de una constitución para
que le rija o gobierne, ya sea dictando leyes, y administrando justicia, o simplemente
dirigiendo el rumbo de este.
- Poder que tiene una persona sobre otra que le está subordinada.
- Persona revestida de algún poder, mando o magistratura.
- Crédito o fe que se da a una persona o cosa en alguna materia.
- Derecho legal y/o moral de ejercer poder, o poder que se posee con derecho (en la
Biblia, Dios es descrito como la autoridad máxima y la única fuente de la misma).

En términos generales, hablamos de 2 tipos de autoridad:


a) Autoridad Suprema o Soberana: Este tipo de autoridad le corresponde a Dios, el
autor y consumador de nuestra fe, el autor de nuestra vida. Esta autoridad no
acepta reparos.
b) Autoridad Delegada: Potestad o facultad dada por Dios, en el llamamiento y en la
unción dada a un líder para gobernar los asuntos espirituales de su pueblo. Esta
autoridad es recibida de Dios y no debiera aceptar reparos (a menos que quien
dirige se equivoque).

EJERCICIO 2

Conteste las siguientes preguntas

1. ¿Para usted qué es la autoridad suprema?


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2. ¿Qué es la autoridad delegada?


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3. LO QUE DICE LA CONSTITUCIÓN DE NUESTRA IGLESIA

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Particularmente en el capítulo segundo, donde están enmarcados los principios
doctrinales, artículo 6, en el apartado de la Institución, encontramos el siguiente principio
doctrinal: El Cuerpo Ministerial. El cual dice de la siguiente manera:

“La Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús tiene principalmente un sistema de


gobierno teocrático episcopal, por lo tanto, creemos que el obispado es el cargo más
elevado en el ministerio, y que a quienes lo ocupan se les debe dar muestras
especiales, consideraciones y respeto, sin menoscabo de los que ocupan posiciones
de menor responsabilidad”.

Encontramos aquí dos cosas:


1. Quienes ejercen un lugar de honor, se les debe respetar y obedecer en razón de ser
quienes nos presiden.
2. Quienes ocupan un menor liderazgo, de igual manera deben ser tratados con el debido
respeto.

Por otro lado, el artículo 27 que determina los Poderes de la Mesa Directiva General, dice
lo siguiente:
I. “La Mesa Directiva General es el conjunto representativo más elevado de la Iglesia
Apostólica de la Fe en Cristo Jesús y se organiza con el propósito de dirigir y
controlar todas las actividades de la misma organización, velar porque los acuerdos,
planes y proyectos aprobados por las convenciones generales, reuniones
episcopales y las reuniones de la Mesa Directiva General de la Iglesia se cumplan.
Es también el organismo que durante el tiempo que pasa entre una Convención
General y otra, tiene autoridad para resolver de inmediato todos los problemas que
se presenten, tomando las decisiones que competa, representando así la voluntad
de toda la Iglesia.
II. Las decisiones de la Mesa Directiva General de la Iglesia, deben ser respetadas y
obedecidas por todo el conjunto ministerial y sólo podrán ser rectificadas por los
acuerdos de una Convención General o Reunión Episcopal.
III. La Mesa Directiva General de la Iglesia se reunirá cuando menos una vez al año,
para estudiar y resolver todos los problemas que requieran una inmediata solución,
ya sea que se presenten inesperadamente o que le hayan sido encomendados por
la Convención General o la Reunión Episcopal. También podrá estudiar y resolver
asuntos que por su delicadeza requieran una consideración muy especial y
detenida.
IV. La Mesa Directiva General de la Iglesia tiene la autoridad para reglamentar la forma
en que funcionará la obra de Dios en aquellos países que tienen leyes y
disposiciones distintas a los demás Estados, también reglamentará lo necesario
para el funcionamiento interior de la Iglesia en los distintos países en donde exista
obra misionera.
V. Cuando en un distrito se considere que no haya elementos calificados para la
elección de obispo, la Mesa Directiva General se reunirá previamente con los
ministros del distrito en cuestión para comprobar el caso, y si sólo hubiere un
elemento aprobado por la Comisión Calificadora, se procederá a su designación; en
caso de haber agotado los recursos de la investigación y no se encuentren
elementos calificados dentro del distrito, la Mesa Directiva General designará a dos
candidatos que llenen los requisitos que se marcan en el artículo 36 de esta
Constitución para que se desarrolle la elección correspondiente.
VI. Cuando se presentaren problemas de emergencia en distritos o presbiterios que las
autoridades del mismo distrito no puedan o no quieran resolver, la Mesa Directiva

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General de la Iglesia, en conjunto o representada por el Obispo Presidente, podrá
avocarse a su resolución, y tomará las medidas inmediatas que se requieren.
VII. Tendrá la facultad de decidir sobre todos los asuntos y cuestiones no previstas en la
presente Constitución.
VIII. La Mesa Directiva General designará los directivos generales de las redes de
células y ministerios de damas, señores y jóvenes”.

Aquí vemos que nuestra Mesa Directiva General tiene ciertos poderes (entiéndase como
la capacidad o facultad de hacer una determinada cosa), así lo consagra nuestra
constitución. Luego entonces, dentro de esas facultades, deben actuar con la autoridad
que Dios les ha dado y el respaldo del cuerpo presbiterial, pastoral y de la misma iglesia
en general.

Consideremos también el capítulo octavo, que trata sobre el funcionamiento de las


iglesias locales, concretamente el artículo 62 que consagra lo siguiente:

De la autoridad pastoral.
I. “Los pastores están investidos de autoridad para predicar la Palabra de Dios, instruir,
amonestar y corregir a los miembros de las iglesias (1ª. Tesalonicenses 5:14; 2ª.
Timoteo 4:1-2), y demandar de ellos el cumplimiento de la doctrina del Señor. Cada
pastor debe considerarse un mayordomo de las heredades del Señor, nunca debe
obrar con señorío ni despotismo, sino que debe ser manso para con todos, apto para
enseñar, sufrido, dechado de la grey.
II. A los pastores toca corregir las faltas o desobediencias que los miembros cometan
contra la doctrina, imponiendo correctivos a los infractores por medio de pruebas.
Cuando hubiere pecados por los cuales la Palabra de Dios condena, podrán privarlos
de sus derechos, debiendo en este caso obrar con toda justicia y apego a la Palabra de
Dios, y de acuerdo a los lineamientos señalados en el Manual de Ceremonias y
Ordenanzas en su capítulo sobre los juicios.
III. Los pastores podrán requerir a los ministros locales el cumplimiento de sus deberes, y
en caso de que no se coloquen a la altura de sus responsabilidades, solicitarán al
obispo respectivo se estudie la situación de ellos, tomándose las medidas necesarias y
si el caso lo amerita, se suspendan temporal o definitivamente de sus funciones
ministeriales”.

Hay una autoridad delegada de parte de Dios en los pastores, y bajo esa responsabilidad
deben actuar. Ciertamente quien recibe una autoridad, recibe un privilegio, pero que al
mismo tiempo conlleva una responsabilidad.

EJERCICIO 3

Conteste la siguiente pregunta

¿Qué implica para usted que los pastores están investidos de autoridad?
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CONCLUSIÓN

Conocer los principios de autoridad es muy importante. En una empresa se puede definir
la autoridad como "la facultad de mandar y la obligación correlativa de ser obedecido por
otros". Una definición más completa sería "la facultad para tomar decisiones que
produzcan efectos". La autoridad se define como una potestad o facultad para realizar
algo. Toda organización, llámese como se llame ocupa establecer o tener principios de
autoridad. En el caso de nuestra iglesia como institución no es la excepción, sobre todo
porque se trata de una iglesia que está bien organizada y que cada día quiere hacer las
cosas de la manera más correcta y adecuada.

¿Cree usted que nuestra constitución es importante para generarnos una idea clara del
valor de la autoridad de nuestros líderes?

¿Cree usted que las nuevas generaciones de pastores valoran nuestros estatutos
constitucionales que se refieren a la autoridad?

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LECCIÓN 2. AUTORIDAD Y SUMISIÓN

INTRODUCCIÓN

En el mundo moderno, cuando se habla de sumisión generalmente la gente reacciona


negativamente. Sumisión es la acción de aceptar, es ceder ante la fuerza superior o la
autoridad de otra persona. Por ejemplo, en el ejército un soldado debe someterse a su
cabo, su cabo debe ser obediente a su sargento, y así continúa. Un niño que no aprende
sumisión será rebelde, un estudiante que no se somete a sus autoridades y sus maestros,
actuará en rebelión.

La rebelión conduce a la anarquía. Desde temprana edad, si un niño no respeta en el


hogar o a las autoridades de la escuela, cuando va a un lugar de trabajo tampoco
respetará a sus autoridades, y esto traerá rebelión a su corazón. Esa persona construirá
un muro en su corazón, que saca a las personas de su vida. Para aquellos que lidian con
la rebelión, Dios tiene que hacer una cirugía en lo profundo de su ser, en su corazón. Una
persona que teme a Dios y está bajo sumisión es una persona que está conectada a
Jesucristo y cuando obedece a Dios, Él lo guia en su llamado, en su familia, en cualquier
aspecto de su vida, a través de Él tiene autoridad.

1. EL TRONO DE DIOS SE FUNDAMENTA EN LA AUTORIDAD

Los hechos de Dios proceden de su trono y éste se fundamenta en su autoridad. Todas


las cosas son creadas por la autoridad de Dios y todas las leyes físicas del universo se
mantienen por esta misma autoridad. Por esto la Biblia se refiere a ello expresando que
Dios "…quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3), lo que
significa que sustenta todas las cosas con la palabra del poder de su autoridad, porque la
autoridad de Dios representa a Dios mismo, mientras que su poder representa sus
hechos.

El pecado contra el poder es perdonado con más facilidad que el pecado contra la
autoridad, porque este último es un pecado contra Dios mismo. Sólo Dios es autoridad en
todas las cosas, porque todas las autoridades de la tierra son instituidas por él. La
autoridad es algo de importancia sin igual en el universo; no hay nada que la sobrepase.
Por consiguiente, es imperativo que los que deseamos servir a Dios conozcamos su
autoridad.

El querubín, se convirtió en satanás cuando sobrepasó la autoridad de Dios, compitiendo


con él, volviéndose de este modo un adversario suyo. La rebelión fue la causa de la caída
de satanás. Tanto Isaías 14:12-15 como Ezequiel 28:13-17 se refieren al ascenso y caída
de satanás. Sin embargo, el primer pasaje pone énfasis en cómo satanás infringió la
autoridad de Dios, mientras que el segundo pone de relieve su transgresión de la santidad
de Dios. Ofender la autoridad de Dios es una rebelión mucho más grave que la de ofender
su santidad, puesto que el pecado se comete en la esfera de la conducta, se le perdona
con más facilidad que la rebelión, pues ésta es una cuestión de principios. Fue el intento
de satanás de poner su trono sobre el trono de Dios lo que violó la autoridad de Dios, fue
el principio de la vanagloria o exaltación propia. El hecho de pecar no fue la causa de la
caída de satanás; ese hecho no fue más que el producto de su rebelión contra la
autoridad. Fue la rebelión lo que Dios condenó.

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Al servir a Dios no debemos desobedecer a las autoridades porque el hacerlo es un
principio de satanás. ¿Cómo podemos predicar a Cristo según el principio de satanás?
Sin embargo es posible que en nuestra obra estemos con Cristo en la doctrina a la vez
que con Satanás en los principios. ¡Cuán vil de nuestra parte es suponer que en tales
condiciones hacemos la obra del señor! Tenga a bien fijarse que satanás no tiene temor
de que prediquemos la palabra de Cristo, pero ¡cuánto teme que estemos sujetos a la
autoridad de Cristo! Los que servimos a Dios jamás debemos servir según el principio de
satanás, cada vez que operamos de acuerdo al principio de Cristo, el de satanás se
desvanece. Satanás todavía es un usurpador, pero será derrotado en el tiempo del fin del
Apocalipsis. Si de veras queremos servir a Dios, debemos purificarnos completamente del
principio de satanás.

En la oración que nuestro Señor enseñó a su iglesia, las palabras "no nos pongas a
prueba" señalan la obra de satanás, mientras que las palabras "líbranos del maligno" se
refieren directamente a satanás. Inmediatamente después de estas palabras, el Señor
hace una declaración muy significativa: "Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por
siempre. Amén" (Mateo 6:13, versión popular).

Todo reino, autoridad y gloria pertenecen a Dios, y a Dios solo. Lo que nos libra
totalmente de satanás es el ver esta preciosísima verdad: que el reino es de Dios. Puesto
que todo el universo está bajo el dominio de Dios, tenemos que someternos a su
autoridad. Que nadie le robe la gloria a Dios. Satanás le mostró al Señor Jesús todos los
reinos de la tierra, pero el Señor contestó que el reino de los cielos es de Dios. Tenemos
que ver quién es el que tiene la autoridad. Predicamos el evangelio para traer a los
hombres bajo la autoridad de Dios, pero ¿cómo podremos establecer su autoridad en la
tierra si nosotros mismos no hemos tenido un encuentro con ella? ¿Cómo podremos tratar
con satanás?

EJERCICIO 1

Describa brevemente la relación entre autoridad y sumisión. Dialogue con un


compañero sus anotaciones.
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2. LA AUTORIDAD, CONTROVERSIA DEL UNIVERSO

La controversia del universo se centra en quién tendrá la autoridad, y nuestro conflicto con
satanás es el resultado directo de atribuírsela a Dios. Para mantener la autoridad de Dios
tenemos que someternos a ella con todo nuestro corazón. Es absolutamente
imprescindible que tengamos un encuentro con la autoridad de Dios y que poseamos un
conocimiento básico de lo que ella es.

Antes de conocer la autoridad, Pablo trató de destruir la iglesia; pero luego que se
encontró con el Señor en el camino a Damasco, vio que le era dura cosa a sus pies (el
poder humano) dar coces (patadas) contra el aguijón (la autoridad de Dios).
Inmediatamente, cayó al suelo y reconoció a Jesús como Señor. Después de eso, pudo
someterse a todas las instrucciones que Ananías le dio en Damasco, pues Pablo había

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tenido un encuentro con la autoridad de Dios. En el mismo momento en que fue salvo
conoció tanto la autoridad de Dios como la salvación de Dios.

¿Cómo habría podido Pablo, siendo una persona inteligente y capaz, escuchar las
palabras de Ananías, un desconocido a quien se le menciona una sola vez en la Biblia, si
no hubiera tenido un encuentro con la autoridad de Dios? Si no se hubiera encontrado con
la autoridad en el camino a Damasco, jamás se habría podido someter a ese oscuro
hermano en la ciudad. Esto nos muestra que quien ha tenido un encuentro con la
autoridad trata simplemente con ella y no con el hombre. No miremos al hombre sino sólo
a la autoridad de que está revestido, pues no obedecemos al hombre sino a la autoridad
de Dios en ese hombre. De otra manera, ¿cómo podremos saber qué es la autoridad?
Estamos en el camino equivocado si antes de obedecer a la autoridad nos encontramos
primero con el hombre. Cuando transitamos en el camino correcto nos sujetamos a la
autoridad sin importarnos quién es el hombre.

Dios se ha propuesto manifestar su autoridad al mundo por medio de la iglesia. La


autoridad de Dios se puede ver en la coordinación de los diversos miembros del cuerpo
de Cristo. Dios usa su máximo poder para mantener su autoridad, por consiguiente su
autoridad es lo más difícil de resistir. Los que somos tan justos según nuestra propia
opinión, y sin embargo, tan ciegos, necesitamos tener a lo menos una vez en la vida un
encuentro con la autoridad de Dios para que seamos quebrantados hasta la sumisión y
comencemos así a aprender la obediencia a su autoridad. Antes de que un hombre pueda
someterse a la autoridad delegada de Dios tiene que conocer primero la autoridad
inherente de Dios.

EJERCICIO 2

Escriba un comentario en el que explique la siguiente aseveración: “Antes de que un


hombre pueda someterse a la autoridad delegada de Dios tiene que conocer
primero la autoridad inherente de Dios”.
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3. LA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS: LA MAYOR EXIGENCIA DE


LA BIBLIA

La mayor de las exigencias que Dios impone al hombre no consiste solamente en que
lleve la cruz, sirva, dé ofrendas o se niegue a sí mismo. La mayor exigencia es que
obedezca. Dios le ordenó a Saúl que atacara a los amalecitas y los destruyera por
completo (1 Samuel 15), pero después de la victoria, Saúl perdonó a Agag, rey de los
amalecitas, junto con lo mejor de las ovejas y bueyes. Saúl no quiso destruirlos,
argumentando que los habían dejado para sacrificarlos a Dios. Pero Samuel le dijo:
"Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura
de los carneros" (1 Samuel 15:22).

Los sacrificios mencionados aquí eran ofrendas de olor grato (no tenían nada que ver con
el pecado, pues jamás se llamó ofrenda de olor grato a la ofrenda por el pecado). Las
ofrendas de olor grato eran ofrecidas para la aceptación y satisfacción de Dios. ¿Por qué

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dijo entonces Samuel que "el obedecer es mejor que los sacrificios"? Porque hasta en los
sacrificios puede estar el elemento de la obstinación. Tan sólo la obediencia honra
completamente a Dios, pues solamente ella toma a Dios como su centro.

Para que se manifieste la autoridad, debe haber sumisión. Si ha de haber sumisión, es


necesario excluir el yo; pero según nuestro yo, la sumisión no es posible. La sumisión sólo
es posible cuando uno vive en el Espíritu. Esta vida en el Espíritu es la suprema expresión
de la voluntad de Dios.

EJERCICIO 3

Lea el capítulo 15 del primer libro de Samuel y escriba su apreciación en cuanto al


valor de la obediencia a la autoridad delegada
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CONCLUSIÓN

Nuestro Dios es un Dios de orden y todo lo dispone según Él mismo. Él desea que todas
las cosas estén sujetas a Cristo (Efesios 1:10). En contraste con la voluntad divina, existe
la rebelión y el caos que predominan en la creación, debido a la caída del hombre. Según
lo que Dios dispuso, el restablecimiento del orden en el universo se centra en la relación
entre Cristo, la Cabeza, y la iglesia, su Cuerpo.

Cristo fue dado como Cabeza de todas las cosas a la iglesia (Efesios 1:22); así que el
ejercicio de la autoridad y la sumisión dentro del Cuerpo de Cristo es crucial para que se
lleve a cabo la voluntad de Dios. Existen muchos principios útiles y que toman como base
las Santas Escrituras relacionados con el debido ejercicio tanto de la autoridad como de la
sumisión, un ejercicio que concuerda con la vida divina que hay en el Cuerpo de Cristo.

¿En algún momento se ha sentido desafiado a desobedecer a su autoridad inmediata?

¿Qué tan dispuesto se siente de ser obediente a sus autoridades sin importar las
circunstancias?

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UNIDAD 2.
REBELDÍA Y OBEDIENCIA EN LA
BIBLIA

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LECCIÓN 3. CASOS DE REBELIÓN EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO

INTRODUCCIÓN

La rebelión es desobediencia a Dios y se compara con el espíritu de adivinación. Una


rebelión es un acto de resistencia y desobediencia a una autoridad con el fin de derrocarla
y cambiarla, o simplemente por el solo hecho de desobedecer. La rebeldía es un tipo de
comportamiento humano, caracterizado por el desorden de vida, la desobediencia de una
orden o el incumplimiento de una obligación (excepto cuando no sea justa la causa).

La rebelión es el rechazo a la autoridad y puede llegar a ser violenta, aunque también


puede no expresarse. La rebelión siempre comienza en el corazón. La rebelión contra la
autoridad de Dios fue el primer pecado de la humanidad (Génesis 3) y sigue siendo la
ruina de muchos. Nuestra naturaleza pecaminosa no quiere someterse a la autoridad de
otro, incluso a la de Dios. Queremos ser nuestros propios jefes, y esa rebelión en el
corazón humano es la raíz de todo pecado (Romanos 3:23).

1. LA CAÍDA DE ADÁN Y EVA

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás (Génesis 2:17-18).

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol
del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto
podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No
comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer:
No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos,
y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para
comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella (Génesis
3:1-6).

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos
(Romanos 5:19).

La caída del hombre se debió a la desobediencia. Repasemos la historia de Adán y Eva


como aparece registrada en Génesis capítulos 2 y 3. Después que Dios creó a Adán, le
dio algunas órdenes, entre éstas estaba la de no comer del fruto del árbol de la ciencia del
bien y del mal. El quid de esto era más que la mera prohibición de comer de cierto fruto,
más bien era que Dios estaba poniendo a Adán bajo autoridad para que aprendiera la
obediencia. Por una parte, Dios puso a todas las criaturas de la tierra bajo la autoridad de
Adán para que éste tuviera dominio sobre ellas; pero por otra parte, Dios puso al mismo
Adán bajo su autoridad para que éste obedeciera a la autoridad. Solamente el que se
sujeta a la autoridad puede ser autoridad.

15
Según el orden de la creación de Dios, él hizo a Adán antes que a Eva. Adán recibió de
Dios autoridad y Eva fue puesta bajo esa autoridad. Tanto en la vieja creación como en la
nueva, este orden de prioridades es la base de la autoridad. Quien fue creado primero
recibe la autoridad, quien fue salvo primero debe serlo igualmente. Por consiguiente,
dondequiera que vayamos, nuestro primer pensamiento debe ser averiguar quiénes son
las personas a las cuales Dios quiere que nos sometamos. Por todas partes podemos ver
la autoridad y en cualquier tiempo podemos aprender a ser obedientes a ella.

El hombre cayó por desobedecer la autoridad de Dios. En vez de obedecer Eva a su


autoridad, Adán, tomó su propia decisión al ver que el fruto era bueno y agradable a los
ojos. El hecho de que comiera del fruto no se originó en la sumisión sino en su propia
voluntad. No sólo violó la orden de Dios, sino que también desobedeció a Adán.

Rebelarse contra la autoridad que representa a Dios es lo mismo que rebelarse contra
Dios. Al escuchar a Eva y comer del fruto prohibido, Adán pecó directamente contra la
voluntad de Dios; por lo tanto, él también fue desobediente a la autoridad de Dios. Esto
también fue rebelión.

EJERCICIO 1

Qué opinión puede expresar de la siguiente declaración: “Solamente el que se sujeta


a la autoridad puede ser autoridad”.
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2. LA MURMURACIÓN DE AARÓN Y MARÍA

En el pasaje de Números 12:1-16 encontramos una experiencia muy desagradable para


Moisés. Sus hermanos Aarón y María hablaron contra él.

Al hablar contra la autoridad representativa se incurre en la ira divina. Aarón y María eran
hermanos mayores de Moisés, en consecuencia, Moisés debía estar sujeto a la autoridad
de ellos en el hogar. Pero en el llamamiento y obra de Dios, ellos debían someterse a la
autoridad de Moisés. Aarón y María no estaban contentos con la mujer etíope con la cual
se había casado Moisés; así que hablaron contra él, diciendo: "¿Solamente por Moisés ha
hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?" Un etíope es un africano, un
descendiente de Cam. Moisés no debió haberse casado con esta mujer etíope. Como
hermana mayor, María podía reprender a su hermano con base en su relación familiar.
Pero cuando abrió su boca para denigrar a su hermano aludió a la obra de Dios,
objetando así la posición de Moisés. Dios había encomendado su autoridad delegada en
la obra a Moisés.

¡Qué malo fue que Aarón y María atacaran la posición de Moisés con base en un
problema familiar! No obstante despreciar María a su hermano Moisés, que era el
escogido de Dios para sacar al pueblo de Israel de Egipto, provocó el disgusto divino.
María podía tratar con su hermano; pero no podía injuriar a la autoridad de Dios. El
problema consistió en que ni Aarón ni María reconocieron la autoridad de Dios. Al basarse

16
en un fundamento puramente natural, concibieron un corazón rebelde, pero Moisés no
protestó, sabía que si Dios lo había levantado para ser la autoridad, no necesitaba
defenderse. Todos los que lo injuriaran hallarían la muerte, puesto que Dios le había dado
autoridad, podía guardar silencio. Un león no necesita protección, ya que tiene consigo
plena autoridad. Moisés podía representar a Dios en la autoridad porque se había
sometido primeramente a la autoridad de Dios, pues era muy manso, más que todos los
hombres que había sobre la faz de la tierra.

La autoridad que Moisés representaba era la de Dios. Y nadie puede quitar la autoridad
que Dios ha dado. Las palabras rebeldes ascienden al cielo y son oídas por Dios. Cuando
Aarón y María pecaron contra Moisés, pecaron contra Dios, quien estaba en Moisés. La
ira del Señor se encendió contra ellos. Cada vez que el hombre se pone en contacto con
la autoridad delegada de Dios, se pone en contacto con Dios, quien está en esa persona.
Pecar contra la autoridad delegada es pecar contra Dios.

EJERCICIO 2

Si Moisés era hermano menor de Aarón y María, ¿Por qué estos debían estar sujetos
a la autoridad de Moisés? Explique brevemente su respuesta
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3. LA REBELIÓN DE CORÉ, DATAN Y ABIRAM

Un ejemplo de rebelión colectiva se registra en el capítulo dieciséis del libro de Números.


Coré y su compañía pertenecían a los levitas, por consiguiente, representaban a los
individuos espirituales. Por otra parte, Datán y Abiram eran hijos de Rubén y por tanto,
representaban a los dirigentes. Todos éstos, junto con 250 dirigentes de la congregación,
se reunieron para rebelarse contra Moisés y Aarón. Arbitrariamente atacaron a ambos,
diciendo: "¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y
en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la
congregación de Jehová?" (Versículo 3). Fueron irrespetuosos con Moisés y Aarón.
Puede que hayan sido muy honestos en lo que decían, pero les faltó ver la autoridad del
Señor. Ellos consideraron este asunto como un problema personal, como si no hubiera
autoridad entre el pueblo de Dios. En su ataque no mencionaron la relación de Moisés
con Dios ni el mandamiento de Dios. No obstante, aún bajo estas graves acusaciones,
Moisés no se enojó ni perdió la paciencia, simplemente se postró sobre su rostro delante
del Señor sabiendo que la autoridad pertenece al Señor, y él no usaría ninguna autoridad
ni haría nada por sí mismo.

Así pues, Moisés les dijo a Coré y a sus seguidores que esperaran hasta el día siguiente,
cuando el Señor mostraría quién era suyo y quién era santo. Así contestó al mal carácter
con un buen espíritu. Lo que Coré y sus seguidores dijeron estaba fundamentado en la
razón y la conjetura, sin embargo, Moisés contestó: "Jehová mostrará quién es suyo y
quién es santo, y hará que se acerque a él" (versículo 5). La disputa no era con Moisés,
sino con el Señor.

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EI pueblo creía que sencillamente se oponía a Moisés y a Aarón; no tenían ni la más leve
intención de ser rebeldes a Dios, pues todavía deseaban servirle. Simplemente
desdeñaban a Moisés y a Aarón, pero Dios y su autoridad delegada son inseparables. No
es posible mantener una actitud hacia Dios y otra hacia Moisés y Aarón. Nadie puede
rechazar la autoridad delegada de Dios con una mano y recibir a Dios con la otra. Si
quisieran someterse a la autoridad de Moisés y Aarón, entonces sí estarían bajo la
autoridad de Dios. Moisés, sin embargo, no se exaltó por causa de la autoridad que Dios
le había dado, al contrario, se humilló bajo la autoridad de Dios y contestó a su acusador
con mansedumbre, diciéndole: "Haced esto: tomaos incensarios, Coré y todo su séquito, y
poned fuego en ellos, y poned en ellos incienso delante de Jehová mañana; y el varón a
quien Jehová escogiere, aquel será el santo" (versículos 6-7).

Siendo Moisés hombre maduro, previó las consecuencias; así que suspirando, dijo: "Oíd
ahora, hijos de Leví: ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la
congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del
tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles? Por tanto,
tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová" (versículos 7-11). Datán y
Abiram no estaban presentes en ese momento, porque cuando Moisés envió a llamarles
rehusaron venir; pero se quejaron, diciendo: "¿Es poco que nos hayas hecho venir de una
tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en este desierto...? ¿Sacarás los ojos
de estos hombres?" (Versículos 13-14). Su actitud era muy rebelde, no creían en las
promesas de Dios; lo que buscaban era la bendición terrenal. Olvidaron que era por su
propia falta que no habían entrado en Canaán; en cambio, hablaron rudamente contra
Moisés.

EJERCICIO 3

Mire el video “¿Hijos de Obediencia o Desobediencia?”, contenido en la carpeta de


recursos o en la siguiente liga: https://www.youtube.com/watch?v=_gNz20JvP5c y
anote sus apreciaciones.
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CONCLUSIÓN

Sepamos bien que hay dos principios en el universo: el principio de la autoridad de Dios y
el de la rebelión satánica. No podemos servir a Dios y a la vez seguir el camino de la
rebelión. Satanás no se inmuta cuando una persona en rebeldía predica la Palabra,
porque en tal persona mora el principio satánico. El principio del servicio debe ser la
autoridad.

Quienes servimos a Dios debemos entender lo que es la autoridad. Cualquier persona


que haya sufrido alguna vez un choque eléctrico sabe que de ahí en adelante no puede

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ser descuidada con la electricidad. De igual modo, quien haya sido golpeado una vez por
la autoridad de Dios, tiene de ahí en adelante sus ojos abiertos para discernir lo que es la
transgresión, en sí mismo como en otros. Sólo después de conocer la autoridad de Dios y
aprender la obediencia podremos guiar a los hijos de Dios por la senda recta.

La rebelión contra la correcta autoridad es un tema serio a los ojos de Dios. El profeta
Samuel se enfrentó al rey Saúl con estas palabras: "Y Samuel dijo: ¿Se complace el
Señor tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras del
Señor? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como
ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra del Señor, él también
te ha desechado para que no seas rey" (1 Samuel 15:22-23). En este pasaje, la rebelión
está relacionada con el orgullo, y ambos pecados tienen similitud con la brujería y el
paganismo. Debido a la persistente rebelión de Saúl contra Dios, perdió el trono y su
dinastía real quedó truncada. Dios entregó el reino a un pastorcillo llamado David (1
Samuel 13:14).

¿De qué manera cree usted que un líder de influencia en la congregación debe derivar
sus inquietudes e inconformidades con su autoridad inmediata, de manera que no afecte
la unidad de su iglesia?

¿Qué actitud tomaría usted ante un líder de las características de Coré, Datán y Abiram?

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LECCIÓN 4. LA AUTORIDAD, FUNDAMENTO DEL REINO DE DIOS

INTRODUCCIÓN

¿Qué es el reino de Dios en la Biblia? El reino de Dios significa el gobierno de Dios. Eso
significa autoridad, poder, gobierno y dominio. Si la iglesia rehúsa aceptar la autoridad de
Dios, él no tiene ninguna forma de establecer su reino. La forma en que Dios obtiene su
reino se halla primero en el Señor Jesús, luego en la iglesia y, por último, en el mundo
entero. La iglesia ocupa el lugar que hay entre el reino que se halla en la persona del
Señor Jesús y la otra extensión de ese reino que se hallará cuando los reinos del mundo
vengan a ser del Señor y de su Cristo.

El reino debe hallarse en el Señor Jesús antes de que se lo pueda establecer en la


iglesia, tiene que ser implantado en la iglesia antes de que se lo pueda afianzar entre las
naciones. No puede haber iglesia sin el Señor Jesús ni puede haber otra extensión del
reino de Dios sin la iglesia.

Mientras estuvo en la tierra, el Señor obedeció hasta en asuntos de muy poca


importancia. Por ejemplo, pagó el impuesto del templo, así mismo, cuando le preguntaron
sobre el pago de los impuestos civiles, declaró: "Dad a César lo que es de César, y a Dios
lo que es de Dios" (Mateo 22:21). Aunque el César era una persona ajena al pueblo de
Dios, había sido establecido por él; por consiguiente, se le debía obedecer. Cuando
hayamos obedecido en todo sentido, nuestro Señor se levantará y tratará con los que
desobedecen.

1. EL SEÑOR APRENDIÓ OBEDIENCIA POR MEDIO DEL SUFRIMIENTO

Así como Dios aseguró el principio de obediencia mediante la vida de nuestro Señor,
también estableció el principio de autoridad por él mismo.

Dios establece su reino fundamentado en esa autoridad. El Señor vino a este mundo con
las manos vacías, no trajo consigo la obediencia, la aprendió por lo que padeció, viniendo
a ser así la fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen. Pasando por
muchos sufrimientos, aprendió a ser obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Cuando
Dios se manifestó en Jesucristo para hacerse hombre, se hizo verdaderamente hombre;
débil y familiarizado con el sufrimiento. Cada sufrimiento que soportó maduró en fruto de
obediencia.

Ninguna clase de sufrimiento pudo hacerlo murmurar o enojarse. Él pasó por toda clase
de sufrimientos, mostró de continuo el espíritu de obediencia, y así vino a ser la fuente de
nuestra eterna salvación. Por la obediencia de un hombre, muchos recibieron la gracia. La
obediencia de nuestro Señor es para beneficio del reino de Dios.

Hemos notado cuán grandemente ha afectado al universo la caída de los ángeles y del
hombre y qué tremendo problema le ha creado a Dios. Pero el propósito original de Dios
fue que los seres que había creado aceptaran su autoridad; sin embargo, ambas clases
de criaturas la rechazaron. Dios no podría establecer su autoridad en las criaturas; aun
así, no renunciaría a ella. Él podría retirar su presencia, pero jamás renunciará a la
autoridad que inició. Donde está su autoridad, allí está su legítimo lugar, por eso es que
Dios por una parte afirmará su autoridad y por la otra establecerá su reino. Aunque

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Satanás viola continuamente la autoridad de Dios y los hombres se rebelan diariamente
contra él, Dios no permitirá que tal rebelión continúe para siempre; él establecerá su reino.

¿Por qué llama la Biblia reino de los cielos al reino de Dios? Porque la rebelión no se
limitó solamente a esta tierra sino que además alcanzó a los cielos, donde se rebelaron
los ángeles. ¿Cómo, pues, establece el Señor Jesús el reino de Dios? Lo hace por su
obediencia. Jamás desobedeció a Dios; ni una sola vez resistió su autoridad mientras
estuvo en la tierra. Al obedecerle perfectamente y permitir que la su autoridad rigiera en
forma absoluta, el Señor estableció el reino en la esfera de su propia obediencia. Pues
bien, tal como nuestro Señor lo ha hecho, así también debe hoy obedecer la iglesia, a fin
de que prospere la autoridad de Dios y se manifieste su reino.

Ejercicio 1

Escriba tres citas bíblicas que relacionan la obediencia con el sufrimiento


1. __________________________________________________________________
2. __________________________________________________________________
3. __________________________________________________________________

2. DIOS ORDENA QUE LA IGLESIA SEA LA VANGUARDIA DE SU REINO

El pasaje bíblico que mejor ilustra esta verdad es Hechos capítulo dos. Ahí se narra de
manera vívida la experiencia del primer bautismo del Espíritu Santo sobre los discípulos
que oraban en el aposento alto, esperando recibir la promesa en obediencia a lo que
Jesús de Nazaret había indicado. Lucas 24:49 lo refiere: “He aquí, yo enviaré la promesa
de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que
seáis investidos de poder desde lo alto”. Dicha experiencia marcó el nacimiento de la
iglesia, su consolidación y la expansión posterior hasta lo último de la tierra.

Es importante notar que históricamente cada vez que la iglesia ha recibido una visitación
del Espíritu Santo (avivamiento), ocurre lo mismo que en el día de Pentecostés, el reino
de Dios se expande y se consolida. Vamos de avivamiento en avivamiento hasta lo último
de la tierra.

Esta es la forma que bíblica e históricamente el reino de Dios se ha establecido,


mostrando cómo Dios vino a fundar su reino aquí en la tierra.

EJERCICIO 2

Escriba brevemente el origen de su iglesia y señale hasta qué punto la obediencia de sus
fundadores fue determinante.
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________________________________________________________________________
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3. EL EVANGELIO NO SÓLO LLAMA A LA GENTE A CREER SINO TAMBIÉN

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A OBEDECER

La Biblia menciona la obediencia, así como la fe. En Romanos 10:16, cuando Pablo cita a
Isaías 53:1, dice: “Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor,
¿quién ha creído a nuestro anuncio? Ahí las palabras "creído a nuestro anuncio" es
"obedecido al evangelio". La naturaleza de creer en el evangelio consiste en obedecerlo:
"...para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de
nuestro Señor Jesucristo" (2 Tesalonicenses 1:8).

Los que no obedecen son catalogados como rebeldes: "...ira y enojo a los que son
contenciosos y no obedecen a la verdad" (Romanos 2:8). 1 Pedro 1:22 indica claramente
que la purificación es por la obediencia a la verdad ("Habiendo purificado vuestras almas
por la obediencia a la verdad"). La fe es obediencia.

Sería mejor que a los creyentes se les llamara "obedecedores", porque deben estar
sujetos a la autoridad del Señor así como creer en él. Luego de ser iluminado por el
Señor, Pablo preguntó: "¿Qué haré, Señor?" (Hechos 22:10). No sólo creyó sino que,
además, se sometió al Señor. Su arrepentimiento fue producido tanto por comprender la
gracia como por obedecer a la autoridad. Cuando el Espíritu Santo lo indujo a ver la
autoridad del evangelio, se dirigió a Jesús como Señor.

Dios nos llama no sólo a recibir su vida por la fe sino también a mantener su autoridad por
la obediencia. A los que somos de la iglesia nos aconseja que obedezcamos a las
autoridades que él ha establecido en el hogar, la escuela, la sociedad y la iglesia, así
como que obedezcamos a su autoridad directa. No es necesario señalar específicamente
a qué persona debemos obedecer, simplemente significa que cada vez que, directa o
indirectamente, nos encontramos con la autoridad de Dios, debemos aprender a
obedecer.

Muchos hay que sólo pueden escuchar y obedecer a cierta persona, demostrando que no
han aprendido lo que es la autoridad. A quienes conocen la autoridad, hasta una leve
desobediencia los hará sentir que han sido rebeldes, pero los que no han comprendido lo
que es la autoridad no tienen idea de lo rebeldes que son.

Antes de recibir la luz, Pablo daba patadas contra el aguijón sin darse cuenta de lo que
hacía, pero después de recibir la luz, lo primero que sucede es que los ojos de Pablo son
abiertos para ver la autoridad, y esta visión sigue acrecentándose de allí en adelante.
Aunque Pablo sólo conoció a un hermano llamado Ananías, nunca preguntó qué clase de
hombre era, si era ilustrado o ignorante, porque no miraba al hombre. Pablo reconoció
que Ananías había sido enviado por Dios y, por lo tanto, se sometió a esa autoridad
delegada. ¡Qué fácil es obedecer después que uno ha aprendido lo que es la autoridad!

EJERCICIO 3
Lea el siguiente pasaje de Hechos 9:17-18, y anote en qué momento Saulo pasó del
creer al obedecer
___________________________________________________________________
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CONCLUSIÓN

Por nuestra obediencia, el reino de Dios se extenderá a toda la tierra. Los hombres
debiéramos ser sensibles para percibir la autoridad y estar dispuestos a vivir baja esta. Es
preciso que en la iglesia sepamos obedecer. No hay autoridad en la iglesia que no
requiera la obediencia. Dios se ha propuesto hacer que su autoridad se manifieste
plenamente en la iglesia y que su reino se extienda por medio de ella.

Cuando la iglesia haya obedecido en todo sentido, la tierra entera será puesta bajo la
autoridad de Dios. Si la iglesia no deja que la autoridad de Dios prevalezca en ella,
impedirá que el reino de Dios cubra toda la tierra. La iglesia es, por lo tanto, el camino al
reino, pero igualmente puede ser la frustración del reino.

¿Cree usted que su obediencia personal ha influido para el reino de Dios se consolide en
vida personal?

¿Cree usted que aún hoy en día, son importantes el creer y el obedecer?

23
UNIDAD 3.
EL VALOR DE VIVIR BAJO LA
AUTORIDAD ESPIRITUAL

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LECCIÓN 5. LOS HOMBRES DEBEN OBEDECER LA AUTORIDAD
DELEGADA

INTRODUCCIÓN

Las autoridades son instituidas por Dios; de aquí que todas las personas en autoridad han
sido designadas por él, y deben ser obedecidas. No tenemos opción al respecto;
debemos obedecer a quienes tienen autoridad sobre nosotros. La Biblia dice: …no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo
que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
acarrean condenación (juicio) para sí mismos (Romanos 13:1-2). ¿Quién de nosotros se
atrevería a desobedecer un mandato directo del Señor? ¿Pero nos damos cuenta que
resistir a la autoridad delegada de Dios es desobedecer el mandamiento de Dios?

Para obedecer el mandamiento divino, debemos someternos a sus autoridades


delegadas. El Señor Jesús mismo es nuestro ejemplo de lo que significa someterse a la
autoridad, Él se sometía no sólo a la autoridad directa del cielo sino también a sus
autoridades delegadas. Se sometió a sus padres, a las autoridades del gobierno, pagó
impuestos, y obedeció las leyes del país. Durante toda su vida, el Señor Jesús estuvo
sujeto a la autoridad. Verdaderamente vivió la vida bajo el principio de obediencia.

1. EN LA SOCIEDAD

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de
parte de Dios (Romanos 13:1). Por causa del Señor someteos a toda institución humana,
ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por el enviados para castigo
de los malhechores y alabanza de los que hacen bien” (1 Pedro 2:13-14).

Dios es el origen de todas las autoridades del universo, pues ya que todas las autoridades
son instituidas por Dios, todas ellas son comisionadas por él y representan su autoridad.
Dios mismo estableció este sistema de autoridades con objeto de manifestarse. Cada vez
que la gente se encuentra con la autoridad, se encuentra con Dios.

Hoy, sin embargo, son raras las veces que los hombres se encuentren directamente con
Dios en este mundo. (Esto, desde luego, no se aplica a los que en la iglesia viven
constantemente en el Espíritu, pues ellos ven frecuentemente el rostro de Dios). Donde
más se manifiesta Dios en la actualidad es en sus mandamientos. Solamente los necios,
como los labradores de la parábola de Marcos 12:1-9, deben tener la presencia personal
del propietario de la viña para obedecer, pues en el relato los siervos y su hijo fueron
enviados delante de él como representantes suyos.

Los que han sido establecidos por Dios deben ejercer la autoridad como representantes
suyos, y puesto que todas las autoridades gobernantes han sido ordenadas e instituidas
por Dios, son para que se les obedezca. Si de veras quisiéramos aprender a obedecer al
Señor, no tendríamos ninguna dificultad en reconocer sobre quién gravita la autoridad de
divina, pero si sólo conocemos la autoridad directa de Dios, puede que cometamos
desacato contra la mayor parte de su autoridad. ¿En cuántas vidas podemos identificar la
autoridad de Dios? ¿Hay lugar para que escojamos entre la autoridad directa de Dios y su
autoridad delegada? No, debemos someternos a la autoridad delegada, así como a su
autoridad directa, porque ambas han sido puestas por él.

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En cuanto a las autoridades terrenales, Pablo no sólo nos exhorta a la sumisión sino que
también nos advierte contra la resistencia. Quien resiste a las autoridades resiste el
mismo mandamiento de Dios, quien rechaza a las autoridades delegadas por él, rechaza
la misma autoridad de Dios. La autoridad, según la Biblia, se caracteriza por la
singularidad de su naturaleza: no hay autoridad sino de parte de Dios. El que resiste a la
autoridad resiste a Señor, y los que resistan incurrirán en juicio. No hay ninguna
posibilidad de rebelión sin juicio. La consecuencia de resistir a la autoridad es la muerte.
Así pues, el hombre no tiene alternativa en la cuestión de la autoridad.

Los símbolos de la sujeción a las autoridades terrenales son cuatro: tributos, al que se le
deben tributos; impuestos, al que impuestos; respeto, al que respeto; honra, al que honra.
El cristiano obedece la ley no sólo para evitar la ira de Dios sino también por causa de la
conciencia. Su conciencia lo reprueba si es desobediente. Por eso debemos aprender a
someternos a las autoridades locales. Los hijos de Dios no debemos criticar o censurar
desconsideradamente al gobierno. Hasta la policía que vemos en la calle ha sido instituida
por Dios, porque ha sido comisionada para una tarea específica.

EJERCICIO 1

Explique brevemente a continuación por qué el Señor Jesús se sometió a las autoridades
delegadas
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2. EN LA FAMILIA

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia ... Así que como la iglesia
está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo (Efesios
5:22-24).

Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a
tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de
larga vida sobre la tierra (Efesios 6:1-3).

Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor... Hijos, obedeced
a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor... Siervos, obedeced en todo a
vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los
hombres, sin con corazón sincero temiendo a Dios (Colosenses 3:18, 20, 22).

Dios ha establecido su autoridad en el hogar; pero muchos de sus hijos no prestamos


suficiente atención a esta esfera de la familia. Pero las epístolas como Efesios y
Colosenses, que son consideradas las más espirituales, no pasan por alto este asunto.
Ellas mencionan específicamente la sumisión en el hogar, y sin ésta habrá dificultades en
el servicio de Dios. Las cartas de 1 Timoteo y Tito tratan del tema de la obra, pero

26
también tratan de los problemas de la familia como algo que podría afectar la obra. La
primera carta de Pedro trata principalmente del reino, pero él también considera como
rebelión contra el reino la rebelión contra la autoridad familiar. Una vez que los miembros
de una familia vean y vivan la autoridad desaparecerán muchas dificultades en el hogar.

Dios ha puesto al marido por autoridad delegada de Cristo, sobre su mujer. Ella debe
entender que el verdadero problema es la autoridad de Dios, no la de su esposa. "Que
enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes,
castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de
Dios no sea blasfemada" (Tito 2:4-5). "Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a
vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin
palabra por la conducta de sus esposas" (1 Pedro 3:1). "Porque así también se ataviaban
en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus
maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor"(1 Pedro 3:5-6).

"Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres" (Efesios 6:1), porque Dios ha establecido
a los padres por autoridad. "Honra a tu padre y a tu madre... para que te vaya bien, y seas
de larga vida sobre la tierra" (Efesios 6:2-3). De los Diez Mandamientos, este es el
primero que tiene una promesa especial. Puede que algunos mueran jóvenes porque les
falta pagar la honra filial mientras que también puede ser que otros sean sanados una vez
que se normaliza su relación con sus padres. "Hijos, obedeced a vuestros padres en todo,
porque esto agrada al Señor" (Colosenses 3:20). Para estar sujetos a los padres es
necesario que veamos la autoridad de Dios en ellos.

Si honramos la autoridad del Señor en nuestras vidas, habrá otros que respetarán la
autoridad del Señor en nosotros. Cuando Pedro y Pablo dijeron estas palabras, la
esclavitud no podía ser peor en el imperio romano. Si la esclavitud es justa o injusta, no
es problema que consideraremos ahora; pero sí necesitamos entender que Dios ordenó
que los siervos obedezcan a sus amos.

EJERCICIO 2

¿En qué medida cree usted que el desorden en la sociedad se debe a familias no sujetas
a esta dinámica de autoridad espiritual que Dios ha puesto para ellas?
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3. EN LA IGLESIA

Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden
en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su
obra. Tened paz entre vosotros (1 Tesalonicenses 5:12-13).

Los ancianos que gobiernen bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente
los que trabajan en predicar y enseñar (1 Timoteo 5:17).

27
Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se
han dedicado al servicio de los santos. Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y
a todos los que ayudan y trabajan (1 Corintios 16.15-16).

Dios pone en la iglesia autoridades tales como "los ancianos que gobiernen bien" y "los
que trabajan en predicar y enseñar", Ellos son las personas a quienes todos deben
obedecer. Los más jóvenes deben aprender a sujetarse a los de más edad. El apóstol
Pablo exhortó a los creyentes corintios a honrar especialmente a hombres como
Estéfanas, cuya familia eran los primeros conversos de Acaya y quien estaba dispuesto a
servir a los santos con gran humildad.

Dios también ha instituido autoridades en el mundo espiritual. "Y mayormente a aquellos


que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío.
Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que
los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición
contra ellas delante del Señor" (2 Pedro 2:10-11). Aquí se nos refiere un hecho muy
significativo: que hay autoridades, y gloriosas, en el mundo espiritual, bajo las cuales han
sido puestos los ángeles. Aunque algunas de ellas cayeron, los ángeles no se atreven a
injuriarlas, porque en otro tiempo fueron superiores.

Después de su caída, aunque uno pueda referir el hecho de ella, no puede añadir su
juicio, porque el hecho más el juicio equivale a injuriar.

EJE
RCICIO 3

1. ¿Cuál es el ruego que el apóstol Pablo le hace a los hermanos de Tesalónica en


cuanto a los que trabajan y presiden en el Señor?
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___________________________________________________________________
2. ¿Qué distintivo debió tener el hermano Estéfanas para que fuera un referente de
autoridad?
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28
CONCLUSIÓN

Para agradar a Dios, la cosa más importante que podemos hacer es obedecerle. Para ser
totalmente obedientes al Señor debemos obedecer a sus autoridades delegadas. El
apóstol Pablo dijo: “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que
obedezcan…” (Tito 3:1).

La autoridad representativa debe ser obedecida, porque precisamente representa a Dios.


Hay quienes evitan las posiciones de liderazgo porque ellos no quieren responsabilidad.
Como hijos de Dios no podemos evadir nuestras responsabilidades frente a la delegación
dada por Dios. Por ejemplo: Un policía tiene autoridad, poder y responsabilidad. “La
autoridad es la habilidad y capacidad conferida por sus superiores para representar la ley
y hacerla cumplir, su placa y su pistola es el poder. Él no puede usar el poder si no está
en línea con quien le dio autorización y eso lo lleva a tener responsabilidad.

En la vida, necesitamos tener el equilibrio de estos tres conceptos para poder demostrar
la genuina autoridad en donde funcionamos, sea el trabajo, el hogar o la iglesia.”

¿Qué cree usted que sea más importante para el buen funcionamiento de la sociedad, la
familia y la iglesia?

¿Habrá algún aspecto de su vida que para mejorar ocupe el ingrediente de la obediencia?

29
LECCIÓN 6. HIJOS DE DIOS, PRACTICANTE DE LA OBEDIENCIA

INTRODUCCIÓN

En respuesta al favor de Dios, nosotros debemos tener en claro cómo debe ser un
verdadero hijo de Dios, siempre obediente a su Padre Celestial.

El compromiso de nosotros con Dios va de la mano con el propósito que Él ha establecido


para nuestras vidas. Dios quiere que nosotros le sirvamos con todo nuestro corazón y
seamos obedientes a su palabra debido a que quiere direccionarnos permanentemente al
cumplimiento del mencionado propósito para nosotros; de manera que no es solo
obedecer, sino obedecer con propósito; así es como debe gestionar un hijo de Dios su
obediencia a él. Sin duda que esta actitud le distinguirá del resto de las personas. En esta
lección, mencionaremos tres de ellas.

1. VE LA AUTORIDAD DE DIOS EN TODAS PARTES

Una persona que ha conocido la autoridad procurará, desde luego, hallar la autoridad
dondequiera que vaya. Hoy en día todos queremos servir al Señor Jesucristo y eso es
muy bueno, pero debemos tener el sentido de respeto a nuestras autoridades puestas por
Dios, en su iglesia y en todas partes.

Un siervo de Dios es un hombre o mujer humilde, bautizado en el nombre de Jesucristo,


lleno del Espíritu Santo, que ha entendido que Dios tiene un propósito para su vida y que
por lo tanto depende de Dios totalmente, trabaja en equipo, y está listo para ayudar a
completar la visión de parte del para Señor para la iglesia, y en su corazón siempre
reposa ese deseo de estar activo en la obra del reino. Un servidor que reconoce la
autoridad de sus líderes y no atenta contra ellos como Coré (Números 16).

Un siervo de Dios obediente, tiene muchas actitudes, virtudes, características que nos
indican o marcan un ejemplo o camino a seguir por su compromiso verdadero.

EJERCICIO 1
Describa a continuación qué cosas en su comunidad reflejan la autoridad de Dios
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2. SON UN EJEMPLO DE VIDA PARA OTROS CREYENTES

Encontramos en la Biblia en 2 Timoteo 2:14-26 ciertas indicaciones que el apóstol Pablo


le da a su hijo espiritual. Específicamente el verso 15 donde textualmente traduce de la
siguiente manera: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que
no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. En la traducción en
lenguaje actual traduce así: “Haz todo lo posible por ganarte la aprobación de Dios. Así,
Dios te aprobará como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, y que enseña
correctamente el mensaje verdadero.

30
El apóstol Pablo es un buen referente bíblico de ejemplo de vida. En 1 Corintios 11:1 les
dice: “Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo” (DHH). No es la única
vez que el apóstol Pablo habla al respecto, en esta misma carta a los hermanos de
Corinto, capítulo 4, verso 16 les había dicho: “Por tanto, os ruego que me imitéis”. Sin
duda, que Pablo tenía varias cualidades a imitar. Estaba entregado totalmente a Cristo a
tal grado que dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).

También leemos al apóstol Juan cuando le escribe a Gayo y le recomienda lo siguiente:


“Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que
hace lo malo, no ha visto a Dios” 3 Juan 11.

EJERCICIO 2
Anote a continuación por lo menos los nombres de cuatro hermanos que sean un
referente de obediencia en su congregación
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3. SON GUIADOS POR DIOS EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA

Los cristianos debemos honrar a Dios en todo lo que hacemos. La clave para poder vivir
en la dimensión del Espíritu está en el permanecer conectados a la fuente del origen de
todo, es decir, conectados a nuestro Padre Celestial. Y es en este sentido que podemos
responderle a Dios ante cualquier circunstancia de la vida, siendo guiados por Él.

Vivimos en un mundo lleno de dificultades y por eso necesitamos ser dirigidos por el
Señor. Algunas de las decisiones que tomamos son tan importantes que pueden llegar a
cambiar nuestro futuro. Enfrentamos dificultades económicas, problemas de salud,
situaciones familiares y toda clase de desafíos. Puede que hayamos dedicado tiempo
para investigar algún asunto en específico, pero quizás aún no sepamos qué decisión
debemos tomar. Puede que nuestro problema pareciera no tener solución, o quizás otras
personas hayan pedido nuestro consejo, y no sepamos cómo orientarlas. En situaciones
como estas necesitamos de alguien que nos dé buenos consejos, y el único que puede
guiarnos bien en todo momento es nuestro Dios.

La guía que el mundo nos ofrece está llena de errores, pero la dirección que el Señor nos
da siempre nos guía por el camino correcto. Si nos dejamos guiar por el Dios, no
sufriremos el remordimiento inevitable que proviene de tomar malas decisiones.

EJERCICIO 3

Lea la historia de José en Egipto del capítulo 39 al 41 de Génesis y escriba los momentos
específicos en que recibió la guianza de Dios.
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CONCLUSIÓN

Como hemos visto, los hijos de Dios obedientes tienen ciertas cualidades: 1. Ven la
autoridad de Dios en todas partes, 2. Son un ejemplo de vida para otros creyentes y 3.
Son guiados por Dios en cualquier circunstancia. Desde luego que no son las únicas, hay
muchas más.

El apóstol Pablo les escribe a los hermanos de Filipos de la manera siguiente: “Hermanos,
sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en
nosotros” (Filipenses 3:17). Pablo recurre al ejemplo de su vida, para que los hermanos lo
imiten. Encontramos también lo que les dice a los hermanos de Tesalónica: “Y vosotros
vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran
tribulación, con gozo del Espíritu Santo, de tal manera que habéis sido ejemplo a todos
los de Macedonia y de Acaya que han creído” (1 Tesalonicenses 1:6).

Dios nos ayude para que seamos obedientes en todo, que en nosotros se reflejen estas
cualidades. La obediencia es un distintivo de los hijos de Dios.

De las tres cualidades vistas en esta lección ¿Cuál te representa mejor?

¿Cree usted que un cristiano que tropieza frecuentemente, le deba esto a su


desobediencia?

32
UNIDAD 4.
IMPLICACIONES DE LA AUTORIDAD
DELEGADA

33
LECCIÓN 7. CONSIDERACIONES RESPECTO A LA AUTORIDAD
DELEGADA

INTRODUCCIÓN

El sometimiento a las autoridades delegadas por Dios debe ser sin temor, pues por Dios
ha sido impuesta, para bendición de su pueblo y para salvación de la humanidad. Así
como Dios ha en confiado su autoridad a los hombres, también nosotros debemos confiar
en esa autoridad. Si al parecer algo no está bien, la falta no está en nosotros sino en las
autoridades, porque el Señor dice: “Sométase toda persona a las autoridades
superiores...” El Señor dijo: “El que a vosotros oye, a mí me oye y el que a vosotros
desecha a mí me desecha” (Lucas 10:16).

Tal vez alguien se pregunte ¿y si la autoridad es injusta? Si el que ejerce la autoridad es


injusto, este responderá ante Dios que le confió su autoridad. El Señor no nos hará
responsables del ejercicio de la autoridad de otros, pero sí de nuestra obediencia.

1. EL OBEDECER A LAS AUTORIDADES DELEGADAS Y EL SER


AUTORIDADES DELEGADAS

Los hijos de Dios debemos no sólo reconocer a la autoridad, sino también obedecer a
aquellos quienes son nuestra autoridad. El centurión le habló al Señor Jesús diciendo:
"Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados"
(Mateo 8:9). Este era un hombre que reconocía la autoridad.

Dios sustenta todo el universo, y por supuesto a sus hijos, con su autoridad. Sin embrago,
si alguno de ellos es independiente y confiado en sí mismo, y no está sujeto a la autoridad
delegada por Dios, el tal jamás podrá realizar la obra de Dios en la tierra. Por esta razón
es necesario que todos y cada uno de los hijos de Dios busquemos alguna autoridad a la
cual obedecer para que estemos bajo la cobertura divina.

En la iglesia hay autoridades delegadas a quienes les debemos sumisión, ya que al


someternos a ellas nos sometemos a Dios. No debemos escoger a quién vamos a
obedecer, antes bien debemos aprender a someternos a todas las autoridades
gobernantes.

EJERCICIO 1
Por qué cree usted que el centurión habló con verdad cuando le dijo al Señor Jesús:
"Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados".
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2. REQUISITOS ELEMENTALES PARA SER AUTORIDAD DELEGADA

Además de un conocimiento personal de lo que representa la autoridad y una vida bajo


bajo autoridad, la autoridad delegada por Dios necesita cumplir con los siguientes tres
requisitos:

a) Negarse a sí mismo.

El que ha de representar a Dios debe aprender a conocer lo que es la autoridad divina y


saber negarse a sí mismo. Es probable que usted sea una persona que piense que su
opinión debe considerarse, y hasta sienta el deseo de ser consejero imponiendo sus ideas
en otros. Sin embargo, sabe que antes que su opinión está la palabra y voluntad de Dios,
por lo que debe negarse a sí mismo para hacer cumplir aquello para lo cual está en
autoridad.

Hasta que seamos obedientes y sujetos a la autoridad del Señor, seremos aptos para ser
autoridades delegadas de Dios. Él nos llama a representar su autoridad, no a sustituirla
por la nuestra.

b) Mantenerse en comunión constante con el Señor.

Los que son autoridades delegadas de Dios tienen que mantenerse en estrecha comunión
con él. Debe haber comunicación, cierto, pero también comunión íntima y continua. Esto
llevará a los que están cerca de Dios a tener un temor piadoso que los conducirá
permanentemente bajo la autoridad divina.

La comunión es, por lo tanto, otro requisito principal del que está en autoridad. Cuanto
más cerca estamos del Señor, con más claridad vemos nuestras propias faltas.
Habiéndonos enfrentado a Dios, no nos atrevemos de allí en adelante a hablar con
arrogancia, no tenemos nuestra confianza en la carne, comenzamos a tener temor de
errar. Por otra parte, los que hablan descuidadamente se exponen a alejarse de Dios.

No se puede aparentar tener temor de Dios, sólo poseen esta virtud los que siempre
esperan en el Señor. Aunque la reina de Sabá había oído mucho de Salomón, fue hasta
que llegó a la presencia de Salomón cuando se quedó asombrada. Pero tenemos ante
nosotros a uno mayor que Salomón, por lo que debiéramos estar atónitos, esperando a la
puerta como siervos, reconociendo que ciertamente no sabemos nada.

EJERCICIO 2
Lea el siguiente pasaje de Lucas 6:12-19 y anote sus observaciones sobre el tema.
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3. JAMÁS TRATE DE ESTABLECER SU PROPIA AUTORIDAD

35
La autoridad ha sido establecida por Dios, por lo tanto ninguna autoridad delegada
necesita tratar de imponer su autoridad. No insista en que otros le escuchen, si yerran o
no se someten, lleve el caso a quien lo puso en autoridad.

Una autoridad delegada no debe disputar con los hombres. ¿Por qué debo exigir que me
escuchen si no soy ninguna autoridad establecida de Dios? Por otra parte, si he sido
establecido por Dios, ¿tengo que temer que los hombres no se sometan? Todo aquel que
rehúsa oírme, desobedece a Dios. No es necesario que yo obligue a la gente a escuchar,
Dios es mi apoyo; ¿por qué, pues, debo temer? Jamás debiéramos decir ni siquiera una
palabra a favor de nuestra autoridad; antes, démosle a la gente su libertad.

Cuanto más nos da Dios, tanto más libertad le concedemos a la gente. Los que tienen sed
del Señor vendrán a nosotros. Es muy denigrante hablar a favor de nuestra propia
autoridad o tratar de establecer nosotros mismos la autoridad. Aunque David fue ungido
por Dios y designado como futuro rey, por largos años permaneció bajo la mano de Saúl,
no extendió su mano para instituir su propia autoridad. De igual modo, si alguna vez Dios
lo designa a usted como autoridad, también debe ser capaz de soportar la oposición de
otros. Pero si usted no es una persona establecida por Dios, todo esfuerzo suyo por
establecer su autoridad será penoso e inútil.

Cualquier intento por constituirse uno mismo en autoridad debe ser totalmente erradicado
de entre nosotros. Que establezca Dios su autoridad, y nadie trate de establecer la suya
propia. Si Dios realmente lo designa como autoridad, usted tiene dos alternativas ante sí:
o desobedece y retrocede espiritualmente, u obedece y recibe gracia. Cuando sea
sometida a prueba la autoridad delegada que se le ha confiado, no tenga prisa, ni luche o
hable en favor de sí mismo; los que se rebelan no se rebelan contra usted, sino contra
Dios, pecan contra la autoridad de Dios, no contra la suya; la persona a quien deshonran,
critican y se oponen, no es usted. Si su autoridad es realmente de Dios, los que se
opongan encontrarán interceptada su trayectoria espiritual; no habrá más revelación para
ellos.

¡El gobierno de Dios es un asunto muy serio! ¡Ojalá sea Dios indulgente con nosotros
para que sepamos lo que es la autoridad, temiendo a Dios y desconfiando de nosotros
mismos!

Ejemplo claro de este principio es el caso de David, quien nunca pretendió obtener poder,
sin embargo fue llamado por Dios a través del profeta Samuel para el cargo de rey (1
Samuel 16).

EJERCICIO 3
Analice las actitudes de David según el pasaje antes mencionado, y escriba qué podemos
aprender de él.

36
CONCLUSIÓN

En algún momento de nuestra vida nos tocará obedecer a las autoridades delegadas,
pero también ser autoridades delegadas. En ocasiones nos es complicado respetar y
obedecer a nuestras autoridades delegadas; no obstante, el rechazo a la autoridad
delegada es una ofensa a Dios.

La parábola registrada en Lucas 20:9-16 trata principalmente del tema de la autoridad


delegada. El amo o señor de la viña no vino personalmente a cobrar sus derechos
después de arrendar la viña a los labradores. Tres veces envió a sus siervos y la cuarta
vez envió a su hijo amado, todos estos eran delegados suyos, y él quería ver si sus
inquilinos se sujetarían a sus autoridades delegadas. Pudo haber venido a cobrar él
mismo, pero en vez de eso delegó a sus enviados. A los ojos de Dios, los que rechazan a
sus siervos lo rechazan a él. Si nos sometemos a la autoridad de Dios también debemos
someternos a su autoridad delegada.

¿Conoce usted el proceso que nuestra iglesia implementa para delegar autoridad
espiritual oficial (ministerios laicos y ordenados)?

¿Conoce usted las causas por las que la iglesia retira la autoridad oficial delegada?
Mencione algunas.

37
LECCIÓN 8. LAS AUTORIDADES DELEGADAS DEBEN ESTAR
BAJO AUTORIDAD

INTRODUCCIÓN

Mucho se ha discutido sobre la sujeción a una autoridad o a las autoridades. El


diccionario de la Real Academia Española define el término sujeción dentro de una de sus
acepciones como: estar ligado a una persona y reconocer la autoridad que esa persona
tiene sobre ella. Todo lo ha puesto Dios bajo autoridad; la autoridad da orden, la anarquía,
trae desorden. Este era el estado del pueblo de Israel en tiempos de los jueces, antes de
que tuviesen reyes; la anarquía y el desorden trajeron muchos problemas y debilidad
frente al enemigo, e Israel sufrió mucho en estos días. Encontramos una verdad bíblica en
Jueces 21:25 “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le
parecía”. El Señor ha puesto todo lo creado bajo autoridad, para que reine el orden.

1. ESPERANDO A DIOS PARA CONSEGUIR LA AUTORIDAD

1 Samuel 24 consigna lo que ocurrió en Engadi. David cortó la orilla del manto de Saúl y
se le turbó el corazón, porque su conciencia era sumamente sensible. El capítulo 26 nos
relata cómo se llevó David la lanza y la vasija de agua de Saúl. Probablemente pensó que
al llevarse estas cosas tendría una prueba de su presencia y así le escucharían con más
atención, pero esta es la manera de actuar de una persona regida por las leyes terrenas y
no la de un creyente. El creyente se interesa en los sentimientos, no en los argumentos;
trata con los hechos, no con la prueba. Ahora bien, es cierto que al principio David actuó
intentando regirse por las leyes terrenas, pero al tener el sentir de un creyente se le turbó
inmediatamente el corazón.

Aunque el cortar la orilla de un manto y llevarnos una lanza y una vasija de agua harían
que se nos prestara más atención, nos turbaríamos el corazón. David podía someterse a
la autoridad, jamás invalidó la autoridad de Saúl; simplemente esperaba en Dios para
conseguir su autoridad. No trató de ayudar a Dios para que le hiciera justicia,
voluntariamente esperó en Dios. Todo aquel que ha de ser autoridad delegada de Dios
debe aprender a no tratar de conseguir la autoridad por sí mismo.

EJERCICIO 1

Lea 1 Samuel 24, particularmente el verso 6, que textualmente se traduce así: “Y dijo a
sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová,
que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová”. Escriba un
comentario al respecto.
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38
2. LAS AUTORIDADES DEBEN SER ELEGIDAS POR DIOS Y LA IGLESIA

Un ejemplo claro de este principio lo encontramos en el libro de los Hechos capítulo 13,
en donde se observa este principio que involucra a Dios y a la Iglesia. Particularmente el
versículo 2 y 3 dicen lo siguiente: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu
Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. Entonces,
habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”.

Dios ha delegado en su misericordia esa divina autoridad a la iglesia, para bendición de


su esposa amada.

La autoridad delegada debe ser establecida por Dios y confirmada por los hombres. Para
estar en autoridad sobre los hijos de Dios se necesita tanto la unción del Señor como la
del pueblo. Todos los que conocen a Dios saben reconocer a las autoridades puestas por
él, y ejercer la autoridad recibida de él cuando nos es delegada. Quien así se conduce, es
reconocido por el Señor y también por la iglesia.

Respecto a la autoridad, nunca disputemos carnalmente. Nadie puede levantarse y


afirmar: "Yo soy la autoridad establecida de Dios; todos ustedes tienen que someterse a
mí.” Primero debemos aprender a tener ministerio espiritual delante del Señor y entonces,
al tiempo señalado por Dios, podremos estar ante sus hijos para servirles.

EJERCICIO 2

¿Cree usted que la ceremonia de ordenación al ministerio oficial de nuestra Iglesia


cumple con este principio? ¿Por qué?
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3. LA AUTORIDAD NO NECESITA SOSTENERSE A SÍ MISMA

En 2 Samuel capítulos 16 y 17, se relata la historia de la rebelión de Absalón, hijo del rey
David. Notamos en estos pasaje que la rebelión de este fue doble; como hijo se rebeló
contra su padre, y como ciudadano se sublevó contra su soberano. Cuando David huyó
de la ciudad tenía una tremenda necesidad de seguidores, pero aún así pudo decirle a
Itai: "Vuélvete y quédate con el rey; porque tú eres extranjero, y desterrado también de tu
lugar" (2 Samuel 15:19). ¡Qué noble era el corazón de David! Aun en su desgracia no
quiso llevar hombres consigo. En realidad, no es fácil conocer a una persona cuando todo
va bien, pero en la prueba se revela claramente lo que es.

Ahora bien, si el arca hubiera acompañado a David, seguramente muchos del pueblo de
Israel lo habrían seguido. Pero David, aún en su profunda aflicción, no dejaría que el arca
lo siguiera; antes bien dejaría que Dios hiciera con él lo que estimara conveniente. Su
actitud era de absoluta sujeción a la poderosa mano de Dios, por eso dijo: "Si yo hallare
gracia ante los ojos de Jehová, él hará que vuelva, y me dejará verla y a su tabernáculo. Y
si dijere: No me complazco en ti; aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere" (2

39
Samuel 15:25-26). Así persuadió David a volverse a Sadoc y a todos los sacerdotes que
llevaban el arca.

Tales palabras parecen fáciles de decir, pero en el momento de emprender la retirada son
sumamente difíciles de pronunciar. Los que huían de la ciudad eran pocos, y Jerusalén
estaba llena de rebeldes. Sin embargo, David pudo enviar de vuelta a sus buenos amigos.

¡Cuán puro era el corazón de David! Subió la cuesta de los Olivos llorando mientras la
subía, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. ¡Qué manso y humilde era! Tal es en
realidad la condición de la autoridad establecida por Dios. ¿Por qué luchar con los
hombres? Si uno es rey o no, es cosa que la determina Dios; no depende de la multitud
de seguidores, ni siquiera de la presencia del arca. David no sentía ninguna necesidad de
procurar sostener su autoridad por sí mismo.

EJERCICIO 3

Lea 2 Samuel 15:25-26 y escriba qué elementos o actitudes de David demuestran su


absoluta sujeción.
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CONCLUSIÓN

La escritura sagrada es muy enfática cuando dice en 1 Pedro 5:6 “Humillaos, pues, bajo la
poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”. Así que,
aprendamos a humillarnos bajo la poderosa mano de Dios, nadie se defienda ni hable a
favor suyo. El hombre debe aprender a esperar y a ser humilde delante de Dios, el más
obediente es el que está más calificado para estar en autoridad. Cuanto más bajo se
postre uno delante de Dios, tanto más pronto nos exaltará el Señor.

En 1 Samuel 13:13-14 encontramos acerca de lo que el profeta Samuel le dijo al rey Saúl:
“...Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había
ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas
ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón,
al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has
guardado lo que Jehová te mandó”. Contrariamente a Saúl, David fue fiel ejemplo de
humildad, obediencia y sujeción, incluso ante el propio rey Saúl quien tenía un corazón
lleno de amarguras y envidia, pero a quien respetó como un ungido de Dios.

¿Considera usted que es válida la autoridad espiritual de un predicador que no se sujeta a


la autoridad de la iglesia?

¿Qué desafíos personales le han dejado el estudio de este manual?

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BIBLIOGRAFÍA

- Fuente: https://concepto.de/principios/#ixzz81Sq354s8

- Biblia Reina Valera Revisión 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960.

- Diccionario de la Real Academia Española

- Nee, Whatchman, Autoridad Espiritual. Editorial Vida 1978, Miami, Florida 33166-466

- Video: ¿Hijos de obediencia o desobediencia? Ministerios Derek Prince, año 2022.

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