Tema 3 HL

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 19

Tema 3

Las Haciendas Locales.


Los Presupuestos Locales.
Recursos de los Entes Locales.
Clasifi cación de los recursos.
Ordenanzas Fiscales

1
Índice general
1. H ACIENDAS LOCALES. LOS PRESUPUESTOS LOCALES. RECURSOS DE LOS
ENTES LOCALES
1.1. Concepto
1.2. Potestad Tributaria Local
1.3. Fases de la Potestad Tributaria
1.4. Principio Constitucional de la Hacienda Local
1.5. Marco Legal
1.6. D octrina del Tribunal Constitucional sobre la dimensión financiera de la Autonomía
Local

2. CLASIFICACIÓN DE LOS RECURSOS


2.1. Idea general de las principales figuras para los Ayuntamientos
2.2. I dea general de las principales figuras para otras entidades locales

3. ORDENANZAS FISCALES

1. HACIENDAS LOCALES. LOS PRESUPUESTOS


LOCALES. RECURSOS DE LOS ENTES LOCALES

1.1. Concepto
Definimos las Haciendas Locales como las facultades que tienen atribuidas las Administraciones
Públicas en orden al establecimiento, gestión y recaudación de tributos orientados a disponer de
medios económicos para hacer frente a las necesidades públicas locales.
Por tanto, en las Haciendas Locales distinguimos dos aspectos:

– Por una parte la obtención de ingresos.

– Por otra, la satisfacción de las necesidades.

La primera ley sobre Haciendas Locales es la de 1823 y se denominó “Gobierno económico-


político de las provincias”. La ley actual es la Ley 39/88, de 28 de diciembre, denominada Ley
Reguladora de las Haciendas Locales (en adelante LRHL), que sufrió una importante reforma con la
Ley 51/2002, de 27 de diciembre, lo cual motivó su refundición mediante el Real Decreto
Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley
Reguladora de las Haciendas Locales (TRLRHL).

1.2. Potestad Tributaria Local


Es la facultad de imponer tributos, así como de exigirlos, lo cual da lugar a dos opiniones
contradictorias:

– Una que defiende que los entes locales tienen soberanía fiscal para establecer los tributos que
quieran.
– Y otra que sostiene que sólo pueden imponer aquellos tributos que hayan sido autorizados
por Ley.
La Ley General Tributaria puso fin a estas opiniones contradictorias, y establece:

– Que corresponde al Estado la potestad tributaria, y dentro de él a las Cortes (Poder


Legislativo): “La potestad originaria para establecer tributos corresponde exclusivamente al
Estado, mediante ley.
– Las Comunidades Autónomas y las entidades locales podrán establecer y exigir tributos, de
acuerdo con la Constitución y las leyes.
– Las demás entidades de derecho público podrán exigir tributos cuando una ley así lo
determine (artículo 4.º de la nueva LGT aprobada por Ley 58/2003, de 17 de diciembre).
– (De ahí que se diga que el Estado tiene potestad tributaria originaria, y las Entidades Locales
tienen sin embargo potestad tributaria derivada).

La LRBRL establece a tal efecto, en su artículo 106:


“1. Las Entidades locales tendrán autonomía para establecer y exigir tributos de acuerdo con lo
previsto en la legislación del Estado reguladora de las Haciendas Locales y en las leyes que dicten
las Comunidades Autónomas en los supuestos expresamente previstos en aquélla.
2. La potestad reglamentaria de las Entidades locales en materia tributaria se ejercerá
a través de Ordenanzas fiscales reguladoras de sus tributos propios y de Ordenanzas generales de
gestión, recaudación e inspección. Las Corporaciones locales podrán emanar disposiciones
interpretativas y aclaratorias de las mismas.
3. Es competencia de las Entidades locales la gestión, recaudación e inspección de sus
tributos propios, sin perjuicio de las delegaciones que puedan otorgar a favor de las Entidades
locales de ámbito superior o de las respectivas Comunidades Autónomas, y de las fórmulas de
colaboración con otras Entidades locales, con las Comunidades Autónomas o con el Estado de
acuerdo con lo que establezca la legislación del Estado.”

1.3. Fases de la Potestad Tributaria


– Establecimiento de tributos autorizados por las Leyes.

– Ordenanza Fiscal, que es la regulación de tributos cuya imposición haya sido acordada.

– Y por último, está la posibilidad de exigir los tributos impuestos.

A su vez la gestión tributaria presenta las siguientes operaciones:


a) Liquidación del Tributo (determinación de la cuantía que adeuda el con-tribuyente).
b) Recaudación de la deuda Tributaria (en plazo voluntario y período ejecutivo).
c) Inspección (investigación y comprobación).

1.4. Principio Constitucional de la Hacienda Local


El artículo 142 de la Constitución Española establece el principio de suficiencia financiera, como
consecuencia del principio de autonomía municipal, al establecer que las Haciendas Locales deberán
disponer de los medios suficientes para el desempeño de las funciones que la Ley atribuye a las
Corporaciones respectivas y se nutrirán fundamentalmente de tributos propios y de participación en
los del Estado y de las Comunidades Autónomas.
Sin embargo el camino del sector público local, hacia la tan añorada “suficiencia financiera”
(correlato imprescindible de la autonomía local proclamada enfáticamente en los artículos 137 y
140), ha sido un largo proceso de retrasos y decepciones.
En primer lugar, la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, no vio la luz hasta 1988, 10 años
en los que las Corporaciones Locales malvivieron, de los retoques de los sistemas fiscales
anteriores, procedentes del régimen anterior, en el que, con independencia de las valoraciones
políticas, las Corporaciones Locales tenían una presencia insignificante en la economía nacional (8-
9% del PIB 1974-75).
Cuando se publica, por fin la tan anhelada Ley 38/1988 se inicia el largo camino hacia la
modernización de las Haciendas Locales, tanto desde aspectos sustantivos como materiales
(tributarios y financieros).
Sin embargo la transformación tan rápida de las sociedades actuales, y el papel creciente de las
entidades locales, en el entorno social, hace que desde los Ayuntamientos se perciba su financiación
como insuficiente, y se producen sucesivas reformas de la Ley, muy numerosas, pero siendo las de
más calado las producidas en la Ley 50/1998 y la Ley 51/2002, circunstancia que aconsejó
redondear la reforma, con un texto refundido que se produjo mediante el Real Decreto Legislativo
2/2004 de 5 de Marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley Reguladora de las
Haciendas Locales, al que me referiré en el presente libro como TRLRHL, ya que es la norma
jurídica que en la actualidad contiene el marco financiero de las entidades locales.

1.5. Marco Legal


Cuatro son los textos principales que regulan las Haciendas Locales:

– La Constitución Española (artículos 137 y 142).

– La Ley de Bases de Régimen Local (7/1985, de 2 de abril, artículos 105 a 116).

– La Ley Reguladora de las Haciendas Locales (Ley 39/88, de 28 de diciembre), modificada


parcialmente por la Ley 53/97, de 27 de noviembre, por la Ley 25/98, de 13 de julio, por la
Ley 50/98, de 30 de diciembre, de Medidas Fiscales Administrativas y del Orden Social, y
por la Ley 51/2002, de 27 de diciembre, de Reforma de las Haciendas Locales, y finalmente
refundidas todas estas disposiciones, mediante el Real Decreto Legislativo 2/2004 de 5 de
marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas
Locales.
– Real Decreto 500/1990, de 20 de abril, que desarrolla la Ley de Haciendas Locales en materia
de presupuestos.

1.6. Doctrina del Tribunal Constitucional sobre la


dimensión fi nanciera de la Autonomía Local
Dentro de la distribución de competencias entre el Estado y las CC.AA., la C.E, encomienda la
vertiente financiera del régimen local, al Estado (149.1.18º y 149.1.14º), con los siguientes matices y
limitaciones, siguiendo a tal efecto lo establecido en el Libro Blanco del Gobierno Local.
1.6.1. La garantía constitucional de la sufi ciencia fi nanciera
La suficiencia de ingresos constituye, obviamente, el presupuesto material inexcusable de la
autonomía financiera –de la autonomía, sin más–; razón por la cual el constituyente quiso
garantizarla expresamente en el artículo 142 CE. Dado el reparto competencial existente en materia
de Hacienda local, se hace evidente que este mandato de suficiencia financiera se dirige en primer
término y sobre todo al Estado (así, por ejemplo, STC 233/1999), aunque el aludido precepto
constitucional, al establecer en términos imperativos que las Haciendas Locales, entre otros
recursos, “se nutrirán” de una participación en los tributos de las comunidades autónomas, está con
toda evidencia imponiendo la necesaria participación de éstas en la dotación de los recursos precisos
para el mantenimiento de las competencias locales. No obstante, sea cual fuere la vía a través de la
cual dicho compromiso se articule, lo que sí resulta constitucionalmente obligado es que el reparto
de los fondos entre las diferentes entidades locales habrá de efectuarse “conforme a criterios
objetivos y razonables, pues en caso contrario podrían resultar vulnerados los principios
constitucionales de igualdad e interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos” (STC
150/1990).

1.6.2. La autonomía fi nanciera local en la vertiente de los


ingresos
El artículo 142 CE menciona a los tributos propios entre las fuentes de financiación necesarias de
la Hacienda Local, aunque no se detiene a precisar el alcance del concepto y, por tanto, a determinar
si los entes locales han de disponer obligatoriamente de cierto poder normativo en la configuración
de los mismos. Sin embargo, la preceptiva lectura de la norma, a la luz del principio de autonomía,
no puede sino conducir a la conclusión de que, en efecto, la atribución de un cierto margen de
maniobra local al respecto resulta constitucionalmente obligada. Y así ha venido a reconocerlo el
Tribunal Constitucional, que reiteradamente ha señalado que la autonomía local “posee también una
proyección en el terreno tributario”, debiendo, en consecuencia, el legislador no sólo asignar a las
entidades locales determinados tributos propios, sino también “reconocerles una intervención en su
establecimiento o exigencia, según previenen los artículos 140 y 133.2 de la Norma fundamental”
(STC 221/1992 y, STC 19/1987). Así pues, “en virtud de la autonomía de los entes locales
constitucionalmente garantizada y del carácter representativo del Pleno de la Corporación
municipal, es preciso que la Ley estatal atribuya a los Acuerdos adoptados por éste un cierto ámbito
de decisión acerca de los tributos propios del Municipio” (STC 233/1999).
Más allá de esas concretas acotaciones del alcance de la autonomía tributaria local, ha de tenerse
presente que el margen de maniobra que puede reconocerse a las entidades locales en esta esfera se
halla sustancialmente condicionado por las exigencias derivadas del principio de reserva de ley en
materia tributaria. Y es que, ciertamente, no puede “el legislador abdicar de toda la regulación
directa en el ámbito parcial que así le reserva la Constitución (art. 133.1 y 133.2)”; como tampoco
queda a su disposición renunciar al “establecimiento de toda limitación en el ejercicio de la potestad
tributaria de las Corporaciones Locales” (STC 19/1987). De ahí que, en aplicación de estos criterios,
se considerase inconstitucional la fijación libre por parte de las entidades locales de un recargo sobre
el IRPF y de los tipos de las contribuciones territoriales (SSTC 179/1985 y 19/1987). Ahora bien,
dicho lo anterior, no debe soslayarse que la más reciente jurisprudencia constitucional ha efectuado
una lectura de dicha reserva más atenta al principio de autonomía local, suavizando
consecuentemente su alcance en pro del reconocimiento de una mayor libertad de configuración
local al respecto. Así, no ha dudado en reconocer expresamente que la reserva de ley en materia
tributaria se proyecta en términos menos rigurosos sobre las entidades locales que sobre la
administración del Estado, admitiendo que su ámbito de libre decisión es, “desde luego, mayor que
el que pudiera relegarse a la normativa reglamentaria estatal” (STC 233/1999). Y, en este sentido, se
ha considerado que la facultad de determinar la cuota o el tipo impositivo, dentro de los márgenes
fijados por la Ley, constituye un mínimo que cabe inferir directamente del propio texto
constitucional, al tratarse de “uno de los elementos indiscutiblemente definidores de la autonomía
local” (STC 233/1999), y más recientemente por último la concesión o no de beneficios fiscales
sobre los impuestos, y que potestativamente puede incluir un ayuntamiento, al regular el tributo en
su ordenanza fiscal.

1.6.3. La autonomía fi nanciera local en la vertiente del gasto


El Tribunal Constitucional ha derivado del artículo 142 CE, en conexión con el artículo 137 CE,
la existencia de la autonomía de gasto de los entes locales, “entendiendo por tal la capacidad
genérica de determinar y ordenar, bajo la propia responsabilidad, los gastos necesarios para el
ejercicio de las competencias conferidas” (STC 109/1998). Y la ha concebido, ciertamente, en
términos muy generosos, como lo acredita el hecho de que haya considerado aplicable en lo
fundamental la doctrina inicialmente acuñada en relación con las comunidades autónomas. Pues, al
igual que sucede con éstas, se ha entendido que también para las entidades locales esta garantía
“entraña, en línea de principio, la plena disponibilidad de sus ingresos, sin condicionamientos
indebidos y en toda su extensión, para poder ejercer las competencias propias” (SSTC 237/1992, y
109/1998). Y si bien es verdad que “el ámbito sobre el que se proyecta la autonomía de gasto
providencial no ha de concebirse como una esfera total y absolutamente resistente a cualquier
mínima incidencia o afectación proveniente de otros niveles de gobierno”, no es menos cierto que la
misma sólo puede ser restringida por el Estado o las comunidades autónomas “dentro de los límites
establecidos en el bloque de la constitucionalidad” (STC 109/1998).
La principal consecuencia que cabe extraer de esta línea jurisprudencial es que las fuentes
ordinarias y permanentes de financiación de las competencias propias han de suministrar
necesariamente ingresos que resulten de libre disposición para los entes locales, limitándose, pues,
las subvenciones condicionadas a actuar como mecanismos de financiación meramente
complementarios, que sólo pueden entrar en juego una vez que aquéllas han satisfecho el mandato
de suficiencia financiera. Y por último, y no por ello menos importante, la autonomía de gasto se
opone frontalmente a que pueda imponerse a las entidades locales la obligación de financiar con sus
propios recursos las competencias cuya titularidad corresponda a otros niveles de gobierno (STC
48/2004).

2. CLASIFICACIÓN DE LOS RECURSOS


El artículo 2 del TRLRHL, establece que la hacienda de las entidades locales estará
constituida por los siguientes recursos:
a) Los ingresos procedentes de su patrimonio y demás de Derecho privado.
b) Los tributos propios clasificados en tasas, contribuciones especiales e im-puestos y los
recargos exigibles sobre los impuestos de las Comunidades Autónomas o de otras Entidades
locales.
c) Las participaciones en los tributos del Estado y de las Comunidades Au-tónomas.
d) Las subvenciones.
e) Los percibidos en concepto de precios públicos.
f) El producto de las operaciones de crédito.
g) El producto de las multas y sanciones en el ámbito de sus competencias.
h) Las demás prestaciones de Derecho público.
2. Para la cobranza de los tributos y de las cantidades que como ingresos de Derecho público,
tales como prestaciones patrimoniales e carácter público no tributarias, precios públicos y multas y
sanciones pecuniarias, debe percibir la Hacienda de las Entidades locales de conformidad con lo
previsto en el apartado anterior, dicha Hacienda ostentará las prerrogativas establecidas legalmente
para la Hacienda del Estado, y actuará, en su caso, conforme a los procedimientos administrativos
correspondientes.

2.1. Idea general de las principales fi guras para los


Ayuntamientos
2.1.1. Impuestos
En el artículo 2.º,2 c) 26 de la Ley General Tributaria se establece que: “son los tributos exigidos
sin contraprestación, cuyo hecho imponible está constituido por negocios, actos o hechos que ponen
de manifiesto la capacidad económica del contribuyente”.
El TRLRHL establece los siguientes impuestos:

– Obligatorios para todos los Ayuntamiento por imperativo legal:

▷ Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

▷ Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE).

▷ Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM).

– Voluntarios:

▷ Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO).

▷ Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana


(PLUSVALÍAS).

A) Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI)


Como señala el TRLRHL, en su artículo 61, se trata de un tributo directo de carácter real que
grava el valor de los bienes inmuebles en los términos establecidos en la propia Ley, constituyendo
el hecho imponible del impuesto la titularidad de los siguientes derechos sobre los bienes inmuebles
rústicos y urbanos y sobre los inmuebles de características especiales: a) de una concesión
administrativa sobre los propios inmuebles o sobre los servicios públicos a que se hallen afectos; b)
de un derecho real de superficie; c) de un derecho real de usufructo; y, d) del derecho de propiedad.
Considerado un recurso de gran relevancia en el ámbito municipal, se configura como el origen
de los principales ingresos tributarios a favor de los ayuntamientos, asignándosele de esta manera
gran parte de la responsabilidad inherente a la efectividad del principio de suficiencia financiera.

B) Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE)


El TRLRHL, en su artículo 78, define este impuesto como “un tributo directo de carácter real,
cuyo hecho imponible está constituido por el mero ejercicio en territorio nacional, de actividades
empresariales, profesionales o artísticas, se ejerzan o no en local determinado y se hallen o no
especificadas en las tarifas del impuesto”.
Este impuesto ha sido la figura tributaria que mayor modificación ha sufrido, consecuencia de la
aprobación de la Ley 51/2002, de 27 de diciembre. A este respecto, una de las principales novedades
que éste presenta en relación a lo establecido desde su nacimiento, en 1992, es que se exime de su
pago a todas las personas físicas y, también, a otros sujetos pasivos del mismo que hayan tenido una
cifra de negocios inferior a un millón de euros. Además, también se exime de su pago a aquellos
sujetos pasivos que inicien su actividad durante los dos primeros períodos impositivos; ahora bien,
no se considerará que se ha producido dicho inicio cuando se haya desarrollado la misma
anteriormente bajo otra titularidad.

C) Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM)


El artículo 92 del TRLRHL lo define como “un tributo directo que grava la titularidad de los
vehículos de esta naturaleza, aptos para circular por las vías públicas, cualesquiera que sean su clase
y categoría”. Este impuesto, respecto al IAE y al IBI, ocupa una posición secundaria en el sistema
tributario local.

D) Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO)


El TRLRHL, concretamente su artículo 100, lo define como aquel impuesto indirecto “cuyo
hecho imponible está constituido por la realización, dentro del término municipal, de cualquier
construcción, instalación u obra para la que se exija obtención de la correspondiente licencia de
obras o urbanística, se hayan obtenido o no dicha licencia, siempre que su expedición corresponda al
Ayuntamiento de la imposición”.

E) Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana


(IIVTNU)
Se trata también de un impuesto de carácter directo que grava, como indica el artículo 104 del
Texto Refundido, “el incremento de valor que experimenten dichos terrenos y se ponga de
manifiesto a consecuencia de la transmisión de la propiedad de los mismos por cualquier título o de
la constitución o transmisión de cualquier derecho real de goce, limitativo del dominio, sobre los
referidos terrenos”.

2.1.2. Tasas
El artículo 20 del TRLRHL, establece:
Las Entidades Locales, en los términos previstos en esta Ley, podrán establecer tasas, por la
utilización privativa o el aprovechamiento especial del dominio público local, así como por la
prestación de servicios públicos o la realización de actividades administrativas de competencia local
que se refieran, afecten o beneficien de modo particular a los sujetos pasivos.
En todo caso, tendrán la consideración de tasas las prestaciones patrimoniales que establezcan las
Entidades Locales por:
A. La utilización privativa o aprovechamiento especial del dominio público local.
B. La prestación de un servicio o la realización de una actividad administra-tiva en régimen de
derecho público de competencia local que se refiera, afecte o beneficie de modo particular al
sujeto pasivo, cuando se produzca cualquiera de las circunstancias siguientes:
a) Que no sean de solicitud o recepción voluntaria para los administrados. A estos efectos no
se considerará voluntaria la solicitud o la recepción por parte de los administrados:
* Cuando venga impuesta por disposiciones legales o reglamentarias.
* Cuando los bienes, servicios o actividades requeridos sean imprescindibles para
la vida privada o social del solicitante.
b) Que no se presten o realicen por el sector privado, esté o no establecida su reserva a favor
del sector público conforme a la normativa vigente.
Por otra parte, los puntos 3 y 4 del artículo 20 citado anteriormente contiene una exhaustiva lista
de las tasas que pueden establecer los Ayuntamiento, y entre otras las siguientes:
Tasas por utilización del dominio público local (art. 20.3.), entre otras:

– Sacas de arena y material de construcción en el dominio público:


▷ Ocupación del subsuelo y suelo de los terrenos de uso público.
▷ Apertura de zanjas y calicatas.
▷ Instalaciones de quioscos, puestos o barracas.
▷ Tránsito de ganado.
▷ Rodaje y arrastre de vehículos no incluidos en el IVTM.
▷ Estacionamiento de vehículos en zonas o vías municipales.

Tasas por prestación de servicios o realización de actividades administrativas (artículo 20.4.):

– Expedición de documentos.
– Guardería rural o voz pública.
– Licencias urbanísticas.
– Licencias de apertura.
– Extinción de incendios.
– Servicios sanitarios, hospitalarios y asistenciales.
– Cementerios.
– Agua y alcantarillado.
– Instalaciones deportivas.
– Recogida de basuras.
– Matadero y mercado.
– Actividades de control del tráfico urbano.

El artículo 21 de la misma Ley establece que: las Entidades Locales no podrán exigir tasas por
los siguientes servicios:

– Abastecimiento de aguas en fuentes públicas.


– Alumbrado en vías públicas.
– Protección civil.
– Vigilancia pública en general.
– Limpieza de la vía pública.
– Enseñanza en los niveles obligatorios.
2.1.3. Contribuciones Especiales
Según el artículo 28 del TRLRHL, constituye el hecho imponible de las Contribuciones
Especiales la obtención por el sujeto pasivo de un beneficio o de un aumento de valor de sus bienes,
como consecuencia de la realización de obras públicas o del establecimiento o ampliación de
servicios públicos, de carácter local, por las Entidades locales.
La base imponible de las contribuciones especiales está constituida, como máximo, por el 90%
del coste que la entidad local soporte por la realización de las obras o por el establecimiento o
ampliación de los servicios, repartiéndose dicha cantidad entre aquellas personas, físicas o jurídicas,
que hayan obtenido beneficio de la actuación de la Corporación, de forma proporcional al mismo.
Se trata de un tributo de carácter finalista destinado a costear los gastos de inversión en la mejora
o ampliación de los servicios públicos, o bien los gastos de establecimiento de un servicio nuevo,
siempre que se den las circunstancias generadoras del hecho imponible (Art. 29.3, TRLRHL).

2.1.4. Cesión de Recaudación de impuestos del Estado y


participación en tributos del Estado y Comunidades Autónomas
El artículo 39 del TRLRHL establece:
1. Las Entidades locales participarán en los tributos del Estado en la cuantía y según
los criterios que se establecen en la presente Ley.
2. Asimismo, las Entidades locales participarán en los tributos propios de las
Comunidades Autónomas en la forma y cuantía que se determine por las leyes de sus respectivos
Parlamentos.
La Ley 51/2002, de 27 de diciembre, de reforma de la Ley 39/1988, de 28 de diciembre,
reguladora de las Haciendas Locales, incorporó esta fuente de ingresos como integrante del nuevo
sistema de financiación de las entidades locales consecuencia de su Participación en los Tributos del
Estado, adquiriendo la misma la condición de ingreso de naturaleza tributaria.
A este respecto, en lo concerniente al ámbito municipal, como establece el Texto Refundido, en
su artículo 112, “se cede en la proporción establecida en el artículo 112 bis el rendimiento obtenido
por el Estado en los impuestos relacionados en el mismo, en favor de los municipios en los que
concurra alguna de las siguientes condiciones:
a) Que sean capitales de provincia, o de Comunidad Autónoma.
b) Que tengan población de derecho igual o superior a 75 mil habitantes. A estos efectos, se
considerará la población resultante de la actualización del Padrón municipal de habitantes
vigente a la entrada en vigor del modelo regulado en la presente sección”.

El artículo 112 bis señala que “a cada uno de los municipios incluidos en el ámbito subjetivo
antes fijado se le cederán los siguientes porcentajes de los rendimientos que no hayan sido objeto de
cesión a las Comunidades Autónomas, obtenidos en los impuestos estatales que se citan:
a) El 1,6875 por 100 de la cuota líquida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
b) El 1,7897 por 100 de la recaudación líquida por el Impuesto sobre el Valor Añadido
imputable a cada municipio.
c) El 2,0454 por 100 de la recaudación líquida imputable a cada municipio por los Impuestos
Especiales sobre la Cerveza, sobre el Vino y Bebidas Fermentadas, sobre Productos
Intermedios, sobre Alcohol y Bebidas Derivadas, sobre Hidrocarburos y sobre Labores de
Tabaco”.
Estos ingresos estatales no finalistas formarán una ‘cesta de impuestos’ a favor de las entidades
locales, sin adquirir por ello la condición de transferencia incondicional, aspecto, éste último,
que sí se aplicará a la otra figura presente en este sistema de participaciones, el denominado fondo
complementario de financiación, recurso que será descrito en el siguiente epígrafe. Esta cesta de
impuestos se constituye en previsión de que parte de la recaudación de los citados tributos sea
cedida a determinadas entidades locales, consecuencia del nuevo sistema de financiación dual
presente en las futuras participaciones de la Administración Local en los tributos del Estado.
En cuanto a la Participación en los tributos del Estado y en los de las comunidades
autónomas, el TRLRHL, en su artículo 39, apartado 1, señala que “las Entidades locales
participarán en los tributos del Estado en la cuantía y según los criterios que se establecen en la
presente Ley”, constituyéndose como fuente de financiación no afectada, y, por lo tanto, que la
Entidad local puede emplear de forma discrecional para financiar cualquier tipo de gasto.
Asimismo, “participarán en los tributos propios de las Comunidades Autónomas en la forma y
cuantía que se determine por las leyes de sus respectivos Parlamentos”, como indica el citado
artículo, en su apartado 2.
Como recurso de naturaleza tributaria, que junto a los tributos propios, refuerzan la
materialización del principio de suficiencia financiera de las entidades locales establecido en el
artículo 142 de la Constitución Española, el modelo de Participación en los Tributos del Estado
(PTE) también es objeto de reforma, consecuencia de la aprobación de la Ley 51/2002, de 27 de
diciembre.
A este respecto, hay que destacar que el nuevo sistema de financiación reconfigura como una
estructura dual donde:
a) Al conjunto de municipios y provincias que se le cede una parte de la re-caudación de los
impuestos del Estado (en forma de ‘cesta de impuestos’, como se expuso con anterioridad),
se le añade además una cantidad adicional en concepto de transferencia denominada “Fondo
complementario de Financiación”.
b) Por otro lado, para el resto de entidades locales que no participan en los impuestos del Estado
mediante la cesión de su recaudación, se establece un modelo específico de Participación en
los Tributos del Estado definido por variables, alcanzando la reforma al conjunto de criterios
que emplea el modelo a la hora de distribuir la financiación total entre los entes afectados, y
en los que se tienen en cuenta fundamentalmente la población de derecho de cada municipio,
su esfuerzo fiscal, y el número de unidades escolares.

2.1.5. Subvenciones
El artículo 40 del TRLRHL establece que: las subvenciones de toda índole que obtengan las
Entidades locales, con destino a sus obras y servicios, no podrán aplicarlas a atenciones distintas de
aquellas para las que fueron otorgadas, salvo, en su caso, los sobrantes no reintegrables cuya
utilización no estuviese prevista en la concesión.
A este respecto y, al objeto de garantizar el cumplimiento de lo contenido en el párrafo anterior,
“las entidades públicas otorgantes de las subvenciones podrán verificar el destino dado a las
mismas. Si tras las actuaciones de verificación resultase que las subvenciones no fueron destinadas a
los fines para los que se hubieran concedido, la entidad pública otorgante exigirá el reintegro de su
importe o podrá compensarlo con otras subvenciones o transferencias a que tuviere derecho la
entidad afectada, con independencia de las responsabilidades a que haya lugar” (Art. 40.2,
TRLRHL).
2.1.6. Precios públicos
El artículo 41 del TRLRHL, en su nueva redacción, establece que:
Las Entidades locales podrán establecer precios públicos por la prestación de servicios o la
realización de actividades de la competencia de la Entidad local, siempre que no concurra ninguna
de las circunstancias especificadas en la letra B), del artículo 20.1 de esta Ley (que hemos visto en el
concepto de Tasas).

Artículo 42
No podrán exigirse precios públicos por los servicios y actividades enumeradas en el artículo 21
de la presente Ley.

Artículo 44
Estarán obligados al pago de los precios públicos quienes se beneficien de los servicios o
actividades por los que deban satisfacerse aquellos.

Artículo 45
El importe de los precios públicos deberá cubrir como mínimo el coste del servicio prestado o de
la actividad realizada.
De todo lo enunciado podemos concluir que los precios públicos son ingresos de derecho público
de naturaleza no tributaria, percibidos por las entidades locales como contraprestación de los
servicios prestados o por la realización de actividades de competencia local, siempre que los
servicios y actividades cumplan simultáneamente dos requisitos: a) que no sean de solicitud o
recepción obligatoria para los administrados; y, b) que sean susceptibles de ser prestados o
realizados por el sector privado.
Por lo tanto, en caso contrario se estaría ante una situación de prestación de servicio público o
realización de actividades de competencia local en la que se aplicará una tasa. Sin embargo, si bien
el artículo 20.4 recoge los supuestos en los que las corporaciones locales pueden exigir tasas por la
prestación de servicios o realización de actividades administrativas de competencia local, el
TRLRHL no efectúa una enumeración de situaciones en las que puedan imponerse precios públicos,
similar a la establecida para las tasas. La enorme casuística existente en el ámbito local obliga a
determinar en cada caso si estamos ante una tasa o un precio público. Cada Municipio deberá
realizar un análisis de los servicios y actividades que presta, de su naturaleza jurídica, de la
existencia o no de empresas privadas que presten o realicen aquellos y de cuantos extremos nos
lleven a determinar si estamos ante una tasa o un precio público, con el resultado aparentemente
contradictorio de que lo que es tasa en un municipio, puede ser en el vecino precio público.
Los precios públicos son recursos de naturaleza no finalista; de esta manera, aunque se trata de
ingresos derivados de la prestación de un servicio o la realización de una actividad, por cuya
recepción se exige su respectivo pago, esto no implica que estén afectos al global de créditos para
gastos necesarios para su prestación, de ahí su carácter no finalista.
En ningún caso, como ocurre con las tasas, se podrán exigir precios públicos por los servicios y
actividades señalados por el artículo 21 del TRLRHL.

2.1.7. Ingresos de Derecho Privado


El artículo 3 del TRLRHL establece que:
1. Constituyen ingresos de derecho privado de las Entidades Locales, los
rendimientos o productos de cualquier naturaleza derivados de su patrimonio, así como las
adquisiciones a título de herencia, legado o donación.
2. A estos efectos, se considerará patrimonio de las Entidades Locales, el constituido
por los bienes de su propiedad, así como por los derechos reales o personales de que sean
titulares, susceptibles de valoración económica siempre que unos y otros no se hallen afectos al
uso o servicio público.

2.1.8. El Producto de las Operaciones de Crédito


En los términos previstos en el TRLRHL, concretamente en su artículo 48, las entidades locales,
sus organismos autónomos y sociedades mercantiles de capital íntegramente local podrán concertar
operaciones de crédito en todas sus modalidades, tanto a corto como a largo plazo, con toda clase de
entidades de crédito, además de operaciones financieras de cobertura y gestión del riesgo del tipo de
interés y del tipo de cambio.
Como establece el artículo 49.1, “para la financiación de sus inversiones, así como para la
sustitución total o parcial de operaciones preexistentes, las Entidades locales, sus organismos
autónomos y las sociedades mercantiles de capital íntegramente local, podrán acudir al crédito
público y privado, a largo plazo, en cualquiera de sus formas”, lo que convierte a la deuda financiera
a largo plazo en una fuente de financiación de carácter finalista. A este respecto, según destaca este
artículo en su apartado dos, el crédito podrá instrumentarse mediante emisión de deuda pública,
contratación de préstamos o créditos, cualquier otra apelación al crédito público o privado, así
como, conversión y sustitución total o parcial de operaciones preexistentes.
Por otro lado, el artículo 51 del TRLRHL establece que para atender necesidades transitorias de
tesorería, las entidades Locales podrán concertar operaciones de crédito a corto plazo, que no exceda
de un año, siempre que en su conjunto no superen el 30% de sus ingresos liquidados por operaciones
corrientes en el ejercicio anterior, salvo que la operación haya de realizarse en el primer semestre del
año sin que se hayan producido la liquidación del presupuesto de tal ejercicio, en cuyo caso se
tomará en consideración la liquidación del ejercicio anterior a este último. A estos efectos tendrán la
consideración de operaciones de crédito a corto plazo (naturaleza no finalista, ya que son
operaciones NO PRESUPUESTARIAS), entre otras, las siguientes: los anticipos que se perciban de
entidades financieras, los préstamos y créditos concedidos por entidades financieras para cubrir
desfases transitorios de Tesorería, así como las emisiones de deuda por plazo no superior a un año.
Los artículos 50, 51, 52 y 53 del TRLRHL contienen la descripción del régimen de
autorizaciones en el endeudamiento local. A este respecto, hay que resaltar la modificación
experimentada en el artículo 53.7 de la citada Ley, consecuencia de la aprobación de la Ley
18/2001, de 12 de diciembre, General de Estabilidad Presupuestaria y, posteriormente, de la Ley
47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria, ya que “para el otorgamiento de la
autorización de las operaciones a que se refieren los apartados anteriores el órgano autorizante
tendrá en cuenta, con carácter preferente, el cumplimiento del principio de estabilidad
presupuestaria…”.
La Ley General de Estabilidad Presupuestaria no sólo varía el contenido de algunos artículos de
la extinta LRHL, sino que va más allá, ya que también marca el inicio de una nueva etapa en la
gestión presupuestaria de las administraciones públicas españolas, entre ellas, la Administración
Local, dado que su entrada en vigor supone restricciones a la utilización del endeudamiento como
fuente de financiación de proyectos de inversión, como respuesta a la necesidad de cumplir con los
criterios europeos de convergencia enunciados en Maastrich, imponiendo a las entidades locales la
obligación de alcanzar la estabilidad presupuestaria, para lo cual han de ajustar su presupuesto a la
generación de capacidad de financiación en los términos previstos en el Sistema Europeo de Cuentas
Nacionales y Regionales (SEC95).

2.2. Idea general de las principales fi guras para otras


entidades locales
Una vez vistas las principales figuras de las que se nutren los ingresos de los Ayuntamientos,
debemos hacer una somera referencia, a los ingresos que con carácter especifico el TRLRHL
establece para otros entes locales, y que se recogen en el Título IV de dicho texto legal, bajo el
epígrafe “Recursos de otras entidades Locales”.

2.2.1. Recursos de las entidades supramunicipales


Constituyen recursos de las entidades supramunicipales los previstos en sus respectivas normas
de creación y los establecidos en esta Ley y en las disposiciones que la desarrollen, siendo de
aplicación a las entidades supramunicipales lo dispuesto en esta Ley respecto de los recursos de los
ayuntamientos, con las especialidades que procedan en cada caso.
En los supuestos de establecimiento de contribuciones especiales por las entidades
supramunicipales con motivo de la realización de obras o del establecimiento o ampliación de
servicios que afecten a uno o varios términos municipales, el órgano superior de gobierno de
aquéllas, al determinar las zonas afectadas por la obra o concretar el beneficio especial que
representa para cada una de dichas zonas, podrá distinguir entre el interés directo de los
contribuyentes y el que sea común en un término municipal o en varios.
En este caso, los ayuntamientos afectados que estén integrados en dichas entidades tendrán el
carácter de contribuyente, al objeto del pago de las cuotas individuales correspondientes, que serán
recaudadas por aquellos, de acuerdo con las normas reguladoras de este tributo municipal.
Las cuotas señaladas a los ayuntamientos, en calidad de contribuyentes, serán compatibles con
las que los propios ayuntamientos puedan imponer con motivo de los gastos ocasionados por las
subvenciones, auxilios o cualquier otra forma de cooperación que hayan prestado a las obras
públicas, instalaciones o servicios de las entidades a que pertenezcan.
Por último, las comarcas, áreas metropolitanas, entidades municipales asociativas y demás
entidades supramunicipales podrán establecer y exigir tasas, contribuciones especiales y precios
públicos, de conformidad con lo previsto en sus respectivas normas de creación y en los términos
establecidos en esta Ley y disposiciones que la desarrollen. El régimen financiero de las entidades
supramunicipales no alterará el propio de los ayuntamientos que las integren.

2.2.2. Recursos de las Áreas Metropolitanas


Las áreas metropolitanas podrán contar con los siguientes recursos:
a) Las áreas metropolitanas podrán establecer un recargo sobre el Impuesto sobre Bienes
Inmuebles sitos en el territorio de la entidad. Dicho recargo se exigirá a los mismos sujetos
pasivos y en los mismos casos contemplados en la normativa reguladora de este impuesto, y
consistirá en un porcentaje único que recaerá sobre la base imponible de este, y su tipo no
podrá ser superior al 0,2 por 100.
b) Las subvenciones de carácter finalista que se podrán fijar en los Presupues-tos Generales del
Estado para la financiación de aquellos servicios específicos que constituyan el objeto de las
áreas metropolitanas y cuya cuantía, perceptor y forma de distribución se determina
anualmente.

2.2.3. Recursos de Mancomunidades, y otras entidades


Asociativas
Las mancomunidades y demás entidades municipales asociativas dispondrán, además de los
recursos citados en el artículo 151, de las aportaciones de los municipios que integren o formen
parte de aquéllas, determinadas de acuerdo con lo establecido en los estatutos de creación
respectivos.
En cuanto a las comarcas no podrán exigir ninguno de los impuestos y recargos regulados en esta
Ley ni percibir participación en los tributos del Estado. Las leyes de las Comunidades Autónomas
que, de acuerdo con lo dispuesto en sus estatutos, creen en su territorio comarcas u otras entidades
que agrupen varios municipios determinarán los recursos económicos que se les asignen.

2.2.4. Recursos de las Entidades de ámbito territorial inferior al


municipio (EATIM)
Las entidades locales de ámbito territorial inferior al municipio no podrán tener impuestos
propios ni participación en los tributos del Estado, pero sí en los del municipio a que pertenezcan.
Las leyes de las Comunidades Autónomas sobre régimen local que regulen las entidades de
ámbito territorial inferior al municipio determinarán los recursos integrantes de sus respectivas
haciendas, de entre los previstos en esta Ley para los municipios, incluso la prestación personal y de
transporte, salvo cuando la tuviera acordada el ayuntamiento con carácter de generalidad.
Serán aplicables a los recursos citados en los apartados anteriores las disposiciones de esta Ley
correspondientes a la hacienda municipal, con las adaptaciones derivadas del carácter de ingresos
propios de sus entidades titulares.

2.2.5. Recursos de las Diputaciones Provinciales


Con independencia de la especificidad de su participación en los ingresos del Estado, y los
derivados de la financiación de la asistencia sanitaria, debemos destacar que el artículo 131 del
TRLRHL establece que la Hacienda de las provincias estará constituida por los recursos expresados
en el artículo 2 de esta Ley (Que vimos al principio del tema) en los términos y con las
especialidades que se recogen en la Ley.
Así las Diputaciones Provinciales podrán establecer y exigir tasas por la prestación de servicios o
la realización de actividades de su competencia, y por la utilización privativa o el aprovechamiento
especial de bienes del dominio público provincial. Las Diputaciones Provinciales seguirán editando
y publicando el «Boletín Oficial» de la provincia, pudiendo a tal efecto establecer y exigir tasas y
precios por la inserción de anuncios y edictos, y la suscripción y venta de ejemplares.
Las Diputaciones Provinciales podrán establecer y exigir contribuciones especiales por la
realización de obras o por el establecimiento o ampliación de servicios.
Aunque sin ninguna duda el ingreso de naturaleza tributaria de las Diputaciones Provinciales, en
el diseño inicial de la Ley era el Recargo de las Provincias sobre el Impuesto sobre Actividades
Económicas, dicho recargo se exigirá a los mismos sujetos pasivos y en los mismos casos
contemplados en la normativa reguladora del impuesto y consistirá en un porcentaje único que
recaerá sobre las cuotas municipales modificadas por la aplicación del coeficiente de ponderación
previsto en el artículo 86 de esta Ley y su tipo no podrá ser superior al 40 por 100.
La gestión del recargo se llevará a cabo, juntamente con el impuesto sobre el que recae, por la
entidad que tenga atribuida la gestión de éste.

3. ORDENANZAS FISCALES
La imposición y ordenación de tributos locales se plasma en una ordenanza de tipo o naturaleza
fiscal, es decir, que deberá contener los datos esenciales (hecho imponible, sujeto pasivo, base
imponible y liquidable, tipos, etc.), y su tramitación y elaboración se atendrá a lo establecido en los
artículos del 15 al 19 del TRLRHL, que establecen:

Artículo 15
1. Salvo en los supuestos previstos en el artículo 60.1 de la presente Ley (este artículo
enumera los impuesto obligatorios, que hemos especificado antes), las Entidades locales deberán
acordar la imposición y supresión de sus tributos propios, y aprobar las correspondientes
Ordenanzas fiscales reguladoras de los mismos.
2. Respecto de los impuestos previstos en el artículo 60.1, los Ayuntamientos que
decidan hacer uso de las facultades que les confiere la presente Ley en orden a la fijación de los
elementos necesarios para la determinación de las respectivas cuotas tributarias, deberán acordar
el ejercicio de tales facultades, y aprobar las oportunas Ordenanzas fiscales.
3. Asimismo, las Entidades locales ejercerán la potestad reglamentaria a que se refiere
el apartado 2 del artículo 12 de esta Ley, bien en las Ordenanzas fiscales reguladoras de los
distintos tributos locales, bien mediante la aprobación de Ordenanzas fiscales específicamente
reguladoras de la gestión, liquidación, inspección y recaudación de los tributos locales.

Artículo 16
1. Las Ordenanzas fiscales a que se refiere el apartado 1 del artículo 15 contendrá, al menos:
a) La determinación del hecho imponible, sujeto pasivo, responsables, exen-ciones, reducciones
y bonificaciones, base imponible y liquidable, tipo de gravamen o cuota tributaria, período
impositivo y devengo.
b) Los regímenes de declaración y de ingresos.
c) Las fechas de su aprobación y del comienzo de su aplicación.

Asimismo, estas ordenanzas fiscales podrán contener en su caso, las normas a que se refiere el
apartado 3 del artículo 15.
Los acuerdos de aprobación de estas ordenanzas fiscales deberán adoptarse simultáneamente a
los de imposición de los respectivos tributos.
Los acuerdos de modificación de dichas ordenanzas deberán contener la nueva redacción de las
normas afectadas y las fechas de su aprobación y del comienzo de su aplicación.
2. Las ordenanzas fiscales a que se refiere el apartado 2 del artículo anterior contendrán, además
de los elementos necesarios para la determinación de las cuotas tributarias de los respectivos
impuestos, las fechas de su aprobación y el comienzo de su aplicación.
Artículo 17
1. Los acuerdos provisionales adoptados por las Corporaciones locales para el
establecimiento, supresión y ordenación de tributos y para la fijación de los elementos necesarios
en orden a la determinación de las respectivas cuotas tributarias, así como las aprobaciones y
modificaciones de las correspondientes Ordenanzas fiscales, se expondrán en el tablón de
anuncios de la Entidad durante treinta días, como mínimo, dentro de los cuales los interesados
podrán examinar el expediente y presentar las reclamaciones que estimen oportunas.
2. Las Entidades locales publicarán, en todo caso, los anuncios de exposición en el
“Boletín Oficial” de la provincia, o, en su caso, en el de la Comunidad Autónoma uniprovincial.
Las Diputaciones Provinciales, los órganos de gobierno de las Entidades supramunicipales y los
Ayuntamientos de población superior a 10.000 habitantes deberán publicarlos, además, en un
diario de los de mayor difusión de la provincia, o de la Comunidad Autónoma uniprovincial.
3. Finalizado el período de exposición pública, las Corporaciones locales adoptarán
los acuerdos definitivos que procedan, resolviendo las reclamaciones que se hubieran presentado
y aprobando la redacción definitiva de la Ordenanza, su derogación o las modificaciones a que
se refiera el acuerdo provisional. En el caso de que no se hubieran presentado reclamaciones, se
entenderá definitivamente aprobado el acuerdo, hasta entonces provisional, sin necesidad de
acuerdo plenario.
4. En todo caso, los acuerdos definitivos a que se refiere el apartado anterior,
incluyendo los provisionales elevados automáticamente a tal categoría, y el texto íntegro de las
Ordenanzas o de sus modificaciones, habrán de ser publicados en el “Boletín Oficial” de la
Provincia o, en su caso, de la Comunidad Autónoma uniprovincial, sin que entren en vigor hasta
que se haya llevado a cabo dicha publicación.
5. Las Diputaciones Provinciales, Consejos, Cabildos Insulares y, en todo caso, las
demás Entidades locales cuando su población sea superior a 20.000 habitantes, editarán el texto
íntegro de las Ordenanzas fiscales reguladoras de sus tributos dentro del primer cuatrimestre del
ejercicio económico correspondiente.
En todo caso, las Entidades locales habrán de expedir copias de las Ordenanzas fiscales a quienes
las demanden.

Artículo 18
A los efectos de lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 17, tendrán la consideración de
interesados:
a) Los que tuvieran un interés directo o resulten afectados por tales acuerdos.
b) Los Colegios Oficiales, Cámaras Oficiales, Asociaciones y demás Entida-des legalmente
constituidas para velar por los intereses profesionales, económicos o vecinales, cuando actúen
en defensa de los que les son propios.

Artículo 19
1. Las Ordenanzas fiscales de las Entidades locales a que se refiere el artículo 17.3 de
la presente Ley, regirán durante el plazo determinado o indefinido previsto en las mismas, sin
que quepa contra ellas otro recurso que el contencioso-administrativo, que se podrá interponer a
partir de su publicación en el “Boletín Oficial” de la provincia o, en su caso, de la Comunidad
Autónoma uniprovincial, en la forma y plazos que establecen las normas reguladoras de dicha
jurisdicción.
2. Si por resolución judicial firme resultaran anulados o modificados los acuerdos
locales o el texto de las Ordenanzas fiscales, la Entidad local vendrá obligada a adecuar a los
términos de la sentencia todas las actuaciones que lleve a cabo con posterioridad a la fecha en
que aquélla le sea notificada. Salvo que expresamente lo prohibiera la sentencia, se mantendrán
los actos firmes o consentidos dictados al amparo de la Ordenanza que posteriormente resulte
anulada o modificada.
Terminar señalando que, en cuanto al quórum de votación para la aprobación de las Ordenanzas
Fiscales, para las que anteriormente se exigía la mayoría absoluta, en la actualidad, a causa de la
nueva redacción dada al artículo 47 de la LRBRL, en la Ley de medidas de modernización del
Gobierno Local, sólo se requerirá la mayoría simple.

También podría gustarte