Las Runas, El Legado de Odín
Las Runas, El Legado de Odín
Las Runas, El Legado de Odín
Marinela Ramírez
Se cree que las Runas son el legado del dios Odín, parece ser que a través de
su pasión, su sacrificio, obtuvo las Runas que dejó a la humanidad.
Odín, cuyo nombre significa viento y espíritu, es la divinidad principal en el panteón de los dioses
nórdicos, el cabeza de familia y líder de los demás dioses. Principalmente porque logró deshacer
los planes del dios Loki de llevar a cabo el Ragnarok (ocaso de los dioses, del cual hablaremos
en la próxima entrega), por lo que consiguió el respeto de los demás dioses y un lugar similar al
de Zeus en el Olimpo Griego.
Era un anciano fuerte de barba blanca. Llevaba dos cuervos sobre sus hombros (Hugin y Munin:
pensamiento y memoria) que vigilaban el mundo cada mañana para informarle de cuanto
ocurría. El dios montaba en su brioso caballo de ocho patas Sleipnir, nombre que se traduce
como resbaladizo.
Este extraordinario animal simbolizaba los ocho vientos que provienen de los ocho puntos
cardinales y era capaz de ir velozmente de un extremo al otro del horizonte. Además, Odín l
levaba consigo una poderosa lanza llamada Gungnir, que jamás fallaba, y, desde su trono, podía
observar el mundo entero.
Odín adquirió la sabiduría a cambio de uno de sus ojos y, de acuerdo a la leyenda, a través de
su pasión, su sacrificio transformador, obtuvo las Runas que dejó a la humanidad.
Llevó a cabo un ritual de autosacrificio, que nos recuerda el arquetipo del Colgado del Tarot. En
este caso, primero hirió su cuerpo con la punta de su propia lanza y acto seguido se ató de un
pié a Yggdrasill, el fresno sagrado. Durante nueve días y nueve noches permaneció colgado sin
comer ni beber.
Concluido ese lapso, fue capaz de adentrarse en las mismísimas entrañas del ser, donde
vislumbró los caracteres rúnicos. Con un grito desgarrador llegó hasta el fondo y se apoderó de
ellos. Con el esfuerzo, Odín perdió el conocimiento, pero logró atrapar las Runas y ellas fueron
su legado para el mundo.
Vemos la evolución del vocablo del inglés antiguo "roun" y "rowan" al Germánico "runen". Todas
estas palabras nos dan en común el sentido de "secreto susurrado al oído". Por último,
probablemente la palabra runa tenga la misma etimología que la palabra alemana raunen, que
quiere decir "adivinar". En general, runa se traduce como susurro o secreto. En nuestro idioma
la palabra runrún es sinónimo de rumor, murmullo o cuchicheo y bien puede originarse en ese
vocablo.
Los sistemas oraculares son los vehículos hacia esa comunicación primordial y han estado
presentes y han guiado al hombre desde todos los tiempos. A veces un suceso insignificante es
reconocido por los expertos como una señal correcta y oportuna que guía a quien consulta en la
dirección más apropiada. Consultar el oráculo comienza por el presente.
Para muchos tomar consciencia del verdadero presente es extremadamente difícil dado que la
mayoría de las veces desperdiciamos gran parte de nuestras vidas en lamentar lo sucedido (el
pasado) o fantasear sobre el futuro.
Nada requiere tanto trabajo como aprender a tomar consciencia de sí, ya que es más fácil ver
hacia fuera, hacia los lados y hacia atrás, pero no a uno mismo, de no ser un espejo. Al igual
que el Tarot, las runas pueden ser ese espejo.
¿Cuántas veces no te has descubierto a ti mismo pensando en una infinidad de cosas mientras el
mundo pasa ante tus ojos sin que tú te percates de ello? ¿Cuántas veces encuentras que tu
mente vuela al pasado o al futuro sin que la puedas controlar?
Lo ideal es vivir el aquí y ahora, el verdadero presente. Darse cuenta es el principio. En la vida
del espíritu, estamos siempre al comienzo y no hay mejor momento que el presente, ni mejor
lugar que éste para tomar el control sobre nuestra vida. A eso nos ayudan las señales y las
runas pueden ser las mejores aliadas.
La aparición de una runa nos advierte acerca de aquello que debemos tomar en cuenta o evitar.
Nos orienta en los procesos de crecimiento interno y nos indica la tendencia de las situaciones
sobre las cuales se consulta. Pero también nos recuerda que los obstáculos e impedimentos que
aparecen en nuestras vidas están, muchas veces, dentro de nosotros mismos.
Con las runas no podemos formular preguntas triviales o que puedan ser respondidas en
términos de Si o No, sino más bien asuntos importantes, disyuntivas o retos, cuya respuesta se
nos presenta en términos de tendencias, posibles soluciones, mejores opciones, mensaje o
consejo en una situación.
Si no tienes una pregunta concreta acerca del problema que te preocupa (ya sea de índole
material, espiritual, afectivo o intelectual), concéntrate en él, reflexiona y extrae una runa. Ella
te indicará la tendencia y las mejores acciones a considerar, alternativas a emprender.
Recuerda que el mensaje es simbólico e indirecto. Las asociaciones y reflexiones que susciten las
runas, dependen del lector más que de ellas mismas. La interpretación será siempre subjetiva y
dependerá de tu nivel de consciencia y capacidad de asociación creativa.
La consulta de las runas puede ser como oráculo independiente o como apoyo a una consulta de
Tarot, del I Ching, de Astrología u otras opciones, ya que todos estos medios, a través de los
arquetipos universales, establecen un puente de comunicación entre el hombre y la gran
sabiduría cósmica. Las combinaciones son prácticamente ilimitadas.
Al explorar el significado sugerido por las runas, con una actitud seria de meditación interior, se
libera la consciencia y se accede a una diferente visión del problema, tanto como a soluciones y
alternativas nuevas. Como arquetipos que son, cada runa tiene un sentido y representa una
cualidad del alma humana, leyes cósmicas y fuerzas secretas de la naturaleza que, al
combinarse, dan como resultado el diagnóstico y pronóstico del problema.
Se extrae la runa de manera intuitiva; es decir, palpando la runa que uno siente que tiene la
respuesta.
Esta runa nos proporciona un consejo o una respuesta rápida acerca de una situación o una
persona.
Runas invertidas
Las runas puedes aparecer invertidas. No se trata de la runa volteada de modo que no podemos
ver el símbolo, sino cuando éste aparece con el grafismo de cabeza. En tal caso, no será una
señal negativa, sino una advertencia o indicación de que hay fuerzas latentes que están
actuando y pueden afectarnos inadvertidamente, de forma desagradable o creando tensión en
nuestra vida. En tal caso, la runa invertida aconseja tomar en cuenta algo que hemos pasado
desapercibido.
Las runas constituyen uno de los oráculos más respetados y de la más rancia tradición en
Europa, difundida en gran parte del mundo recién en el Siglo XX. Esto lo convierte en un
mensajero ancestral íntimamente ligado a nuestras más antiguas memorias colectivas. Sus
símbolos, líneas simplificadas que representan fuerzas cósmicas que atañen a cada individuo de
manera inconsciente.
Así, pues, no se trata de un simple sistema adivinatorio sino de algo más complejo. Por tal
razón, antes de aceptarlas o rechazarlas, es preciso tener en cuenta que es casi imposible poder
sintonizar con este sistema si nos desconectamos de sus orígenes, de la tradición en la que
fueron creadas y de sus significados.
Se cree que las runas surgieron como símbolos místicos y mágicos que encarnaban las distintas
fuerzas de la naturaleza. De allí que muchas runas representaban a dioses, como grandes
maestros que los ayudaban a luchar por la vida y para alcanzar la sabiduría, el supremo regalo
de las deidades.
Por esta razón las runas se convirtieron en símbolos mágicos y con ellas se construían
talismanes. Las armas, los cascos y otros objetos de la cultura nórdica, como vasos, cinturones,
monturas, etc. Estaban ornados con símbolos rúnicos de poder, éxito, protección, etc.
Gran parte de la arquitectura de las casas alemanas, incluso estructuras que aún se pueden
observar, estaban construidas con "entramados" formados por símbolos rúnicos de protección,
posesión o dones y logros sólidos, como son las runas.
Lápiz o creyón.
Hoja cuadriculada.
Barniz transparente.
Palillos (mondadientes)
Servilletas de papel.
La elaboración de tus runas, requiere piedras lisas de color claro. Que tengan tamaño y forma
similar, preferiblemente ovaladas. Recoge algunas adicionales para caso de errores, o
simplemente para practicar antes de pintar las runas como tal.
También se puede emplear cualquier material natural: madera, suela, arcilla, procurando darles
una forma oval.
Sobre hojas de periódico coloca las piedras limpias y secas. Con la ayuda del pincel, cubre
cada una con una capa de barniz transparente, primero por un lado y, al estar seco, por el
otro. Deja secar muy bien cada lado.
Mientras seca el barniz, toma el gráfico con los 24 símbolos rúnicos (recuerda que habrá una
runa en blanco o "Runa de Odín", con la cual suman 25) Practica cada runa en la hoja de
papel cuadriculado, hasta reproducir lo más fielmente posible los trazos de las runas.
El tipo de pintura a utilizar debe tener una pigmentación fuerte, de secado rápido y
permanente. Consulta en una tienda de arte.
Impregna la punta del palillo, apenas con una gota de pintura y traza suavemente las líneas
del carácter rúnico colocando la piedra ovalada en posición vertical, ya que estas piezas
deberán tener un sentido derecho e invertido. Con palillos obtendrás trazos definidos.
Elimina los excesos de pintura con una servilleta de papel.
Reemplaza el palillo con frecuencia para que la punta siempre esté afilada y mantengas la
misma precisión.
Elaboradas todas las runas, incluso la runa en blanco. Déjalas secar y da una última capa de
barniz que dejarás secar según las instrucciones del fabricante.
35 cm. de cordón.
Los chamanes rúnicos, utilizaban material natural, como lino o piel. También puedes utilizar
algodón.
Lo importante es que el material sea blando y flexible, fácil de manipular.
Tu bolsa puede ser lisa y sencilla o estar decorada con símbolos que sean significativos para ti.
Elabórala a mano o a máquina.
A pesar de exigir un poco más de tus habilidades, no es nada demasiado complicado.
Haz una serie de ojalillos cerca de la boca y pasa un cordón a través de ellos.
La consulta al oráculo de las runas siempre debe transmitir un mensaje no sólo
predictivo, sino ser una herramienta evolutiva de quien escucha. Es decir, dirigir la
consulta hacia el compromiso individual sobre nuestra vida y nuestro crecimiento
personal. Para ello, es preciso hacer que el consultante tome conciencia de su
presente y sus recursos actuales para poder emplearlos con éxito a futuro.
No se trata de obviar la visión del futuro posible, pero sí poner el acento en que sólo
podremos encaminarnos a determinada meta, como resultado de las acciones del
presente. Y que, igualmente, evitamos un desenlace desagradable en la medida en
que empleamos nuestros recursos actuales de manera más armónica y eficiente.
*Un ejemplo de las runas como oráculo
Mercedes, una profesional de 34 años edad y un hijo de 5. A causa de reciente
divorcio se encontraba muy deprimida y carente de energía, estaba desempleada,
pues dejó el ejercicio de su carrera de economista cuando tuvo a su hijo y desde
entonces no trabajaba. Acudió a consulta en una búsqueda desesperada de ayuda.
Sentía que debía organizar su vida, pero no sabía por dónde comenzar.
En varias oportunidades en la consulta con runas extrajo la runa Uruz invertida, lo
cual era una clara señal, pues en esta posición Uruz indica la actitud de quien no
tiene "oídos para oír" y ni "ojos para ver", por lo cual está desaprovechando un
momento de crecimiento e individuación. La runa le advertía que corría el riesgo de
perder oportunidades y que se debilitaban sus potencialidades. También Uruz
invertida señala el paso a un nuevo ciclo en el cual toca hacer cambios. Anunciaba un
desafío, una invitación a tomar consciencia de su poder.
*El consejo del oráculo de las runas
En consecuencia, le sugerí estar alerta a las señales que se presentarían en esa
nueva etapa de su vida y asumir los retos con alegría y disposición. Uruz es una runa
de fuerza Yang (varonil) lo cual significa que Mercedes debía actuar con mucho coraje
en esta nueva etapa y disponerse a aceptar responsabilidades que hasta entonces no
había asumido. Tres años después, cuando dictaba una conferencia en el marco de
un encuentro de tarotistas en Caracas, me sorprendió una mujer que me saludo con
familiaridad.
Se trataba de Mercedes, quien me refirió que unas semanas después de nuestra cita
recibió una importante oferta de trabajo y le fue solicitada la desocupación de la
vivienda que arrendaba. "Pude haber caído en crisis, me dijo, pero recordé nuestro
encuentro y tus palabras, y acepté los retos. Tomé el cargo ofrecido, aunque con
temor de no poder desempeñarme en él, pero confiando en que los analistas de
recursos humanos que me habían escogido entre muchos aspirantes sabrían por qué
lo hacían." También buscó una vivienda más grande y en una mejor zona de la
ciudad.
Comenzó a trabajar y puso todas sus fuerzas en su propia superación, logrando hacer
carrera en la nueva empresa. Un año después estaba recibiendo un crédito para
adquirir esa vivienda y, por su gran esfuerzo, fue premiada con un ascenso. Esto es
la manifestación de Uruz, asumir con valentía los desafíos. Y esta es un ejemplo de
cómo las runas, como oráculo, nos puede impulsar en nuestra vida.
Tal cosmogonía parte del instante infinito en que sólo existía el vacío, el Ginnungagap, abismo
insondable que contenía el germen de la totalidad de las cosas: Niflheim, al Norte, una región
brumosa o reino del hielo eterno. Allí murmuraba la fuente Hvergelmir de la cual partían doce
ríos helados.
Al Sur estaba el reino de fuego, el Muspellsheim, luminoso y caliente, con ríos de aguas ocres y
venenosas, comparables con el infierno medieval. Estos mundos representan el bien y el mal en
constante pugna, principios fundadores de la vida y base de la mitología nórdica.
Estos dos primeros seres tuvieron descendencia en forma asexuada: Ymir se durmió y sudó, de
su mano izquierda surgió una pareja de gigantes, y de sus pies un hijo. La vaca se alimentaba
del hielo sagrado, y en tres días sus lamidas descubrieron un hombre: Buri, hermoso, grande y
poderoso, que sería el patriarca de la familia de los dioses o Ases. Buri tuvo un hijo, llamado
Borr, que se casó con la giganta Bestla, para procrear tres hijos: Odín, Vili y Ve. La primera
tríada de Ases o Aesir, divinidades guerreras.
De los gusanos que brotaron de la carne de Ymir se formaron los enanos, a quienes los dioses
dieron forma humana y raciocinio y, debajo de la tierra recién creada, pusieron a cuatro de estos
enanos para sostenerla: Nordi, Sudri, Austri y Vestri (los cuatro puntos cardinales). De las
chispas que salían del Mulpellsheim formaron las estrellas, ordenando sus órbitas.
Cada día cabalgan los dioses, cruzando el Bifrost, para estar con los humanos. En el Asgard
también Odín tenía el Gladsheim, un palacio de oro con su trono desde donde presidía entre los
demás dioses por su sabiduría. Éste es hogar de los doce dioses o ases y desde allí dirigen el
destino de los hombres. Vingolf sería el palacio de las diosas.
Niflheim quedó como un tercer reino -tenebroso, mundo inferior- que sería, a partir de entonces,
el hogar de los muertos.
Lo es también el árbol del Fruto del bien y del mal del Jardín del Edén y en el Árbol de la Vida
Cabalístico. En el caso de la mitología nórdica se expresa con mucha fuerza, procedente de los
indómitos bosques del norte de Europa y de toda la cultura celta/nórdica desarrollada alrededor
de la sabiduría del árbol y su simbología.
Para dicha mitología, durante la creación, brotó de la tierra un gigantesco árbol de fresno
llamado Yggdrasil, el mayor de todos los árboles y eje del universo. Junto a él tienen los dioses
su tribunal. Sus ramas se extienden por todos los mundos y sostiene el cielo.
Así, los tres mundos, el de arriba (de los Ases), el del medio (de los hombres) y el de abajo (de
los muertos), se comunicaban por el sagrado fresno Yggdrasil en cuya base brotaba el manantial
del destino de donde surgieron las Nornas: Urd, Verdandi y Skuld (pasado, presente y futuro),
que modelan el destino de los hombres, su opulencia y su miseria. También las nornas de los
elfos y de los enanos.
La última batalla
Este mundo de los dioses y sus gestas tendría un fin, el Ragnarok u ocaso de los dioses, el día
final donde la casta de los dioses se extinguiría en una feroz batalla mortal.
Runas Vikingas
Las Runas vikingas son los caracteres del más antiguo alfabeto mágico
conocido entre todas las tribus nómadas de Escandinavia y del Norte de
Europa.
Según narran antiguos poemas, antes de la Era Cristiana, eran consultadas por reyes, príncipes
y oficiales de las naciones del Nordeste de Europa para tomar grandes decisiones: acciones en
guerras, alianzas, entrevistas, nombramientos y otras altas medidas políticas y familiares.
También las empleaban, en monumentos y utensilios de uso ritual, para rendir tributo a sus
deidades y agradecer los resultados de las gestas por ellos orientadas, a través del mismo
oráculo. Según la tradición, sacerdotes y magos sabios de la región, empleaban signos rúnicos
para elaborar talismanes, conjuros y fórmulas mágicas.
Hacia la Edad Media, el conocimiento rúnico se difundió por toda el continente y su uso
disminuye, sensiblemente, hacia el siglo XVIII, a causa de la intervención de la Santa Inquisición
y la prohibición de cultos paganos.
Ellas aluden a deidades e invocan sus poderes, cualidades y propiedades. Si bien es cierto que
en sus inicios tenían una finalidad puramente mágica, con el tiempo se convirtieron en un
alfabeto en el sentido estricto de la palabra.
El Futhark Antiguo se divide en tres Aetir, que son grupos de 8 runas que representan las
fuerzas más poderosas de manifestación:
Futhark Antiguo
El primer Aetir: corresponde a la dios Freyja; lo femenino, la infancia, cuya runa es Fehu,
está asociado a una posición femenina y matriarcal.
El segundo Aetir: del dios Heimdall (la naturaleza y la adolescencia) se inicia con la runa
Hagalaz cuyo dios es Heimdall por lo tanto es el puente entre los dioses y los hombres, su
posición es Neutral y más mundana.
El tercer Aetir: comienza con la runa Teiwaz asociada a Tyr, dios de la guerra, su valor es
masculino y patriarcal y corresponde a la edad adulta.
Así, el Futhark consta de 24 signos a los cuales se agregó posteriormente una "runa en blanco",
sin inscripción alguna, que se incluye al final. Hay otros alfabetos (como el Anglo Sajón, Futhark
nuevo y Armanen, entre otros), variantes y derivaciones del Futhark antiguo y de otros
jeroglíficos germanos.
Los cambios en realidad son ligeros pero sé cuánto puede desconcertarnos esto. Ejemplo de ello,
la runa Perth también puede encontrarse denominada como Perthro, Perdhro o Peord; la runa
Eihwaz, como Sowilo, Saugil, Eoh o Ihwar, sólo por citar un par de ellas. Lo importante es que
no cambia el significado en ninguno de los casos.
A lo largo de este trabajo iré indicando los diferentes nombres usualmente asignados a cada
runa. También quiero hacer énfasis en la importancia fundamental del contenido más allá de lo
externo. La forma, que a veces nos hace detener en el aprendizaje, es hasta cierto punto
secundaria, lo esencial es invisible para los ojos, parafraseando a St. Supery, y eso es lo que
hay que reivindicar.
Conclusión
Las runas son utilizadas para la adivinación, pero su verdadera función es ayudarnos a conectar
nuestro inconsciente, sintonizarnos con el cosmos y poder sentir y vivir de forma armónica, en
contacto con la naturaleza y las energías. Es decir, nos ayudan a ver nuestros propios problemas
e incluso nuestros propios sentimientos más objetivamente.
Marinela Ramírez
Socióloga, Terapeuta Holística, Profesora de Tarot