Microcuentos

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Bosque Muerto

por Aníbal PintoYohannessen


7º A

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Eran las 03:07 de la madrugada y me encontraba buscando frutas en el bosque,


mi linterna ya no alumbraba, al parecer la batería se había agotado. La
madrugada estaba tenebrosa, había mucha niebla. Mientras caminaba escuché
algo entre los arbustos, me dí vuelta para mirar, solo percibí una sombra ¿Qué
será? Observé a mi alrededor y de pronto ví un pequeño conejo blanco, al girar
completamente pude observar cuerpos que colgaban de los árboles, sin duda era
gente muerta. Mi cuerpo comenzó a temblar, en ese momento el tiempo se
paralizó y frente a mi había una figura negra, sus ojos eran saltones y muy rojos,
de su boca salía humo negro, su cara toco mi cara y mirándome fijamente emitió
un grito que me dejo sordo, caí al piso y cuando desperté solo pude ver un túnel
que me llevaba hacía una luz.

1
¿Quieren Jugar?
Nombre Apellidos: Javiera Dussaillant Arriagada
Nivel y curso: 7º A

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

¿A veces me pregunto, por qué? ¿Por qué me tuvo que ocurrir a mí? No he
llegado a entenderlo, pero claro, no saben a que me refiero, pues yo les contaré.
El día en que llegué a la casa de mis tíos era viernes 13 de enero. Su casa
estaba ubicada en un bosque, rodeada de árboles. Era una casa acogedora, de
un piso, pero muy espaciosa.

Obvio no sabía que esa visita sería diferente, solo iba 1 semana para compartir
con mis primos.
José era el mayor tenía 16 años, poseía pelo negro, ojos cafés oscuro, era muy
pálido, y en su rostro jamás se divisaban emociones, y Sonia era la menor
solo tenía 5 años, era de pelo castaño, ojos verdes, y muy amigable. yo en ese
tiempo tenía 7 años, mi pelo era rubio, mis ojos eran color verde igual que los
de Sonia. Aquella tarde que llegué, salí con Sonia a jugar, porque José
siempre fue, ¡un algo… diferente! se encerraba en su cuarto y no salía en
horas, apenas comía. Recuerdo una vez a los 4 años fui a su cuarto, estaba
dibujando con negros y rojos, logré percibir que era una persona en un charco
de sangre, había algo en su pared, no sabia leer así que no supe que decía,
pero vi unos símbolos, me asusté mucho, y no volví a entrar ahí. Bueno,
volvamos a lo que estaba contando, esa noche fui a dormir con Sonia,
mientras me preparaba para dormir comencé a sentir una sensación horrible,
como si alguien estuviera justo detrás de mí observándome, esta sensación
me comenzó a inquietar.
Eran las 3:00 am y aún no lograba conciliar el sueño, necesitaba ir al baño
y beber agua, en cuanto me levanté recordé la advertencia de mis tíos, de no
salir del cuarto a esa hora, pero tenía mucha sed, me quedé meditando un
tiempo si ir, o quedarme, pero mi anhelo me venció, como me hubiera gustado
hacer caso, y haberme quedado. Cuando me acercaba a la cocina, escuché
unos pasos, así que volteé, era José, y observé que sus ojos colgaban de las
cuencas, solo lo vi a la cara porque Salí corriendo inmediatamente y cerré la
puerta del cuarto donde dormía. Con el corazón casi que se me salía, pensaba
que si me encontraba seria mi hora, y no estaba equivocada. Sonia se despertó
y me preguntó qué pasaba, así que le conté todo, la sensación, la sed, la hora,
y el rostro de José. luego escuchamos una voz, nos dijo – salgan, él ya se fue
1
– así que salimos, y era José el que nos había dicho eso, pero ahora lo vi
completo, sus manos eran garras enormes, y estaba lleno de heridas, tenía
un brazo a la mitad del cual desprendía un líquido negro y espeso , pero el
resto del cuerpo seguía siendo humano, corrimos rápidamente al cuarto de
mis tíos, estos yacían en la cama decapitados, en su pared decía, ya no
pueden huir, habían sido victimas de José, tan pronto como leímos eso, entró
al cuarto, casi me atrapa, por un momento sentí que me iba a desmayar. El
único lugar donde nos podíamos esconder era el cuarto del mismo José, a pesar
de que la casa era grande, no tenía buenos escondites. Así que, fuimos para
allá, y por primera vez pude leer lo que tenía escrito, - ¿quieren jugar? – junto
a unos signos demoniacos, lo escuchamos acercarse, y nos escondimos bajo
la cama, para nuestra sorpresa ésta estaba llena de cadáveres, tal vez esa era
la razón de los afiches puestos en el bosque donde se publicaban las personas
desaparecidas. Mi primo era un demonio, un asesino, por esa razón no nos
dejaban salir a esa hora, sabían que se ocultaba detrás de ese falso disfraz de
humano, así que nos asustamos aún más, justo en ese preciso momento entró
y dijo - vamos, salgan, no les hare daño, Sonia le creyó y fue con él, al
instante en que salió del escondite se oyó un grito, su grito fue desgarrador,
mientras el grito se ahogaba en su propia sangre, logré ver el cadáver de Sonia
tirado en el suelo, era una escena muy espeluznante. Sentí que mi corazón
explotaría de lo rápido que latía, él me encontró porque empecé a lloriquear en
cuanto la vi muerta, a mi primita, mi amada primita, era casi como mi mejor
amiga, y no estaría muerta si no me hubiera levantado. José me agarró y
pensé que moriría en ese mismo instante, pero no, me miró a la cara y
comenzó a decir unas frases que yo no podía entender, en ese momento
comenzó mi transformación. Ahora yo les tengo una pregunta, ¿y ustedes?
¿Quieren jugar?

2
3:00 am.
Por Joaquín Avendaño
7ºB

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

UNA NOCHE…EN UN VECINDARIO… SE ESCUCHABAN GRITOS… PROVENIENTES DE UNA CASA…

¿HAY ALGUIEN AHÍ? ¿Jack eres tú? -dijo maría- ¡mamá! ¡mamá! -exclamó Jack-

¿Jack dónde estás?! ¡Ayuda! ¡JACK DÓNDE ESTÁS! ¡Mamá! ¿Jack? ¿Jack estás ahí? ¿Jack?... María se levantó
asustada y bajó las escaleras…. Empezó a buscar por todas partes, pero… Jack no estaba en ninguna,
finalmente decidió volver arriba. Mientras subía comienza a escuchar una música proveniente del cuarto de
Jack, decide ir a ver de dónde provenía el sonido. En la mesa de la pieza había un tocadiscos reproduciendo
un vinilo, María decide salir de la pieza y se da cuenta que las luces del primer piso se encendieron. María
no sabía qué hacer, estaba muy asustada, lo único que se le ocurrió fue escapar.

María bajó nuevamente por las escaleras y corriendo intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada y le fue
imposible salir por ahí, corrió hasta la cocina para intentar abrir la puerta trasera que tampoco abría.
Estaba atrapada y no entendía qué pasaba. En un momento siente que alguien toca su hombro, se dio vuelta
y no vio a nadie, ella seguía sola en la casa. Desde fuera se comienzan a escuchar gritos: ¡María! ¡María! Ante
esto María gritaba ¡Ayuda! ¡Ayúdenme por favor! Justo en ese instante escuchó una risa muy fuerte y perdió
el conocimiento… Despertó horas más tarde, estaba amaneciendo, su cuerpo temblaba y tenía sus pelos
erizados. Caminó hacia la puerta y esta seguía sin poder abrirse, subió a su habitación y encontró una nota
que decía “mamá: soy Jack, si estas leyendo esta nota es porque…” de repente una voz la interrumpe y
escucha ¡María! Se voltea y ve la imagen de un hombre en traje negro, de tez pálida y pelo rojizo. Asustada
le pregunta ¿quién eres? El le responde: feliz día de tu muerte y ella despierta de un salto, gritando ¡Jack!
Este responde ¿mamá? ¿qué pasó? Nada Jack, solamente tuve un mal sueño.

1
Un crimen sin resolver
Por Mª Joaquina Parraguez
7ºB

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Había una vez una chica llamada Olivia, ella iba caminando para llegar al cine,
cuando vio un casa grande, con muchas ventanas y llena de polvo. Al verla le dio
escalofríos, sentía algo extraño al pasar por allí, aunque no le dio importancia y
siguió con su camino.

Cuando iba devuelta era de noche, y había algo diferente, estaban todas las ventanas
abiertas y cuando llego a casa vio las noticias y al parecer habían cometido un
crimen habían asesinado a alguien!

Unos días después su amigo Edward fue por ella y cuando iban en su camino a
Edward se le ocurrió entrar a la casa ella le advirtió que no lo hiciera pero no le hizo
caso, cuando entro se veía muy muy fea y su amigo en un momento desapareció ella
estaba asustada y de repente llega alguien alto, y muy pálido al lado de Edward y le
dijo a Olivia; vete de aquí y no se te ocurra llamar a la policía o no lo veras nunca en
tu vida… Olivia salió corriendo y Edward no iba detrás de ella cuando llego a casa
tomo dinero y corrió a una estación de policías, le dijo a un policía que alguien
secuestro a su amigo en la casa abandonada…

Cuando la policía llegó rodearon la casa pero al entrar Edward se encontraba sin
vida, Olivia lloraba mucho porque pensaba que era su culpa.

Dos meses después Olivia sintió algo, algo extraño como si hubiera alguien más en
casa y era el hombre de la casa abandonada él se la llevo sin que pudiera oponer
resistencia en ese momento ella se da cuenta que ese hombre no era normal, no era
como los otros… su cara estaba sangrienta y algo tenía en sus ojos… Logro
esconderse mucho tiempo y nunca lo hallaron.

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El lago del folleto
por Alex Zonew Peña
7ºC

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Cuento

Era una noche sombría, que estaba siendo azotada por un denso aguacero que tenía más de dos días sin
cesar, y yo de ingenuo en la mitad del lago más misterioso y espeluznante.

Todo comenzó con un folleto que se adjuntaba a nuestro correo, el que mostraba a una bella y no tan
reducida familia disfrutando de una forzada aventura en el lago, se veía muy bueno, y como a mí, al
igual que a mi hermano, nos gusta mucho las aventuras marítimas, decidimos embarcarnos en este viaje,
sin saber lo que nos esperaba.

Empacamos algunas cosas, entre ellas ropa, latas de conserva y botellas de agua, lo hicimos muy
apresurados debido a la oferta que incluía el folleto. Después de una despedida, partimos nuestro viaje,
exactamente a las 8:15 de la mañana, con esperanzas de llegar lo más temprano posible. Fue un viaje un
poco incómodo, pero tenía unas excelentes vistas de las áreas más periféricas de la ciudad.

Al llegar nos recibió una precipitación y dos guías que nos mostraron las instalaciones, y nos dimos
cuenta de que nada de lo descrito en el folleto era verdad: estaba todo sucio y no provocaba para nada
hacer la excursión, pero ya estando allí, no podíamos retirarnos. El equipo que nos mostraron se veía
muy desgastado y deslucido parecía que al más mínimo contacto con el agua se fuera a quebrantar y a
hundir junto con su tripulante. A pesar de todas esas contrariedades nos dijeron que era totalmente
seguro y que había una garantía si nos pasaba algo o al equipo, por lo cual decidimos aceptar (y además
duraba como 5 horas el viaje de vuelta).

Nos ayudaron a bajar las canoas y a posicionarlas en el agua, nos entregaron los remos, pero no los
chalecos salvavidas, pregunté la razón de esto, a lo que respondieron que el lago no tenía la profundidad
necesaria para su uso, y así nos quedamos solos en el manglar con desembocadura en el lago. El manglar
era lúgubre, tan oscuro que no se podía ver prácticamente nada, tenía un olor muy extraño y se podía
escuchar a una variedad de pájaros cantar, que simulaban gritos de alguien, también había un poco de
llovizna la cual no se sentía mucho por las extensiones del manglar que cubrían nuestra cabecera. De esa
manera cruzamos el manglar hasta ingresar al lago, tengo que admitir que se veía igual a como nos lo
demostraban en el folleto con agua cristalina, un poco de marea y con bosques de pinos rodeando la
zona, sin embargo, había algo que no se sentía bien, voltee para ver a mi hermano y preguntarle si
también lo notaba, pero no lo veía, mire por todos lados, remé por cada esquina, el corazón se me estaba
alterando, no lo divisaba, ¡¡Hermano!! ¡¡Hermano!!!, gritaba, no lo encontraba, no sabía qué hacer y
desesperado comencé a devolverme, hasta que escuche a alguien entre el sonido del agua reírse a
carcajadas como si fuera el diablo mismo burlándose de mí, deduje que era mi hermano, y sí, el gran
descarado estaba detrás de un arbusto, contemplando la desgracia que pasé por él. Por supuesto que me
enojé, y quería venganza, pero no soy capaz de hacer tal barbaridad en un lugar como este, y preferí que
siguiéramos con el recorrido.

La lluvia de antes empeoró, por lo que decidimos devolvernos, sin embargo, esta misma hizo que el
nivel del manglar subiera y así las ramificaciones que antes nos cubrían ahora no nos permitirían el paso,
agobiado, intente al igual que mi hermano, encontrar una solución, buscaba y buscaba, pero no
encontraba nada, sentía la pesadez que el agua ejercía adentro de la canoa y entre tanto desespero pude
distinguir una “cueva” entre unas rocas que habían a lo lejos, apurados como coyotes remamos hasta ella
y empezamos con botellas de agua vacía a extraer el agua que se había metido a nuestras canoas. La
lluvia no cesaba y nosotros estábamos hambrientos, por suerte teníamos latas de conserva en la canoa,
que inmediatamente empezamos a comer con mucho apetito y preocupación. terminamos de comer y
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enseguida nos pusimos a pensar en cómo diablos saldríamos de ahí, no teníamos un celular, ni un mapa,
no teníamos NADA, estábamos varados en mitad de un lago con un chubasco tan grande que no nos
dejaba salir.

Entre ideas y pensamientos se le ocurrió a mi hermano salir de la cueva, yo le dije que no, pero él
insistió en que era para ver si había algo o alguien que nos pudiera ayudar, salió de la cueva lanzado a
encontrar solución de escape, yo le gritaba - ¡¡¡vuelve hermano, vuelve!!! – pero no regresaba, tenía el
corazón jadeante y un pensamiento constante de que – se va a hundir – no va sobrevivir – no te vayas
¡no, no! No volvía, estaba decidido, yo lo observaba, pero de repente entre un abrir y cerrar de ojos …
¡Desapareció! el agua lo … Succionó? ¿Cómo? No lo entendía ¿Qué? Estaba atónito no lo podía creer,
en seguida me arrastró una fuerte corriente que me estaba empujando al mismo lugar en donde había
sido succionado mi hermano, la corriente era cada vez más fuerte, me acercaba más a lo que parecía ser
un torbellino, empecé a remar como loco sentía rabia, además de tristeza por mi hermano, no quería
pensar que este sería el fin, AHHHH!!! gritaba y en cuestión de segundos ya me encontraba en el ojo del
“huracán”... creo me golpeé con una roca y quedé inconsciente, desperté en un carro donde estaba mi
hermano, junto con él un folleto (¿Ah cómo?).

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Máscara
Por Belén Grimberg
7ºC

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Era un día soleado, todo estaba perfecto, con mis amigas habíamos quedado en juntarnos en la playa y
las estaba esperando.

Me quedé sentada en la arena escuchando las olas y los cálidos rayos del sol chocando con mi piel.
A lo lejos pude ver a una persona observándome, llevaba una polera azul con rayas blancas y un
pantalón negro, le hice una seña con mi mano en forma de saludo, pero él simplemente me ignoró. Al
rato llegaron mis amigas y esa persona ya no me preocupaba.

Pasaron unas horas, estaba agotada, ya era una noche fría iluminada por la luz de las estrellas y los focos
de las calles. Me despedí de mis amigas y me fui a casa.
El camino era largo y empecé a sentir que alguien me seguía, pero no me atreví a mirar…
Mientras más avanzaba esa sensación se volvía peor, entonces me di la vuelta y puede ver nuevamente a
la persona de la playa, solo que ahora llevaba una extraña mascara, esta tenía una mitad blanca y la otra
mitad negra con una luz en la frente la cual cambiaba de color. Al ver eso me asusté, entonces caminé un
poco más rápido hasta que por fin llegué a casa.

Cerré la puerta y subí a la habitación de mi hermano, cuando llegué quedé totalmente paralizada… esa
máscara otra vez, ahora ya no iba a correr.
Vi la ventana de la habitación abierta y era mi oportunidad, sin pensarlo dos veces empujé a la persona
por la ventana la cual gritó con desesperación, cuando me calmé miré hacia abajo y no lo podía creer…
¡era mi propio hermano!
La policía llego en cuestión de segundos y no sabía qué hacer, mi corazón latía muy rápido casi sentía
que se me saldría.

La policía tocaba la puerta y yo trataba de encontrar un lugar donde esconderme, corrí al sótano, era el
lugar más descuidado de la casa no había luz y se podía sentir un horrible olor a humedad, también las
tablas crujían con cada paso, pero era mi única opción.
Al fondo del cuarto pude ver unas luces muy lindas y de diferentes colores, no quise acercarme porque
las tablas crujían y me podrían encontrar, pero la curiosidad me ganó.
Me acerqué poco a poco y ya no podía parar, esas luces me atraían más y más… cuando estuve cerca
pude ver que de lindas y pequeñas luces se transformaban en grandes y horribles siluetas, las cuales me
rodearon.

No sé cómo ni por qué, pero algo me dijo que mi fin era hoy….
Una de las siluetas levantó su brazo y lo último que pude ver fue esa horrible máscara…

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La Salida
Por Danilo Cruces González
7ºC

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Ignacio y su papá llegaron arriba muy cansados… había un olor putrefacto que no dejaba respirar… no
alcanzaron a dar ni un paso y cayeron al suelo vieron una sombra y creyeron que eran sus amigos, pero se
desmayaron…

Tres días ANTES.

Ignacio y su papá planeaban una salida para ir al cerro en bicicleta con unos amigos de Ignacio, al día
siguiente, trataron de comunicarse con los amigos PERO… No contestaron, creyeron que iban a responder
más tarde pero no contestaron. Los días siguientes tampoco, pero de igual manera irían al cerro. De pronto
justo cuando iban a salir escucharon un grito en la casa. Subieron rápidamente sin pensar en qué pudo
haber pasado, llegaron al segundo piso y se dieron cuenta de que no estaba la mamá de Ignacio y ahí estaba
su computador…… con unas oscuras manchas de sangre y un misterioso papel con un mensaje que decía
“vayan al cerro a las 20:00”. Al papa de Ignacio se les pusieron los ojos blancos estaba sufriendo un ataque
de nerviosismo y se desmayó luego de un par de horas despertó.

Se prepararon para ir al cerro, llegaron arriba. Vieron una silueta que los llevaba a una casa en medio del
lugar, dentro de la casa estaba oscuro y entraba una brisa de aire fresco que recorría su cuerpo mojado por
el sudor. Poco a poco comenzó a ver qué había a su alrededor y vio a su derecha a su mamá atada de pies y
manos y a su lado estaban los amigos de Ignacio con los ojos cerrados y atados con las manos colgando…

De pronto se cerró la puerta y un hombre grade nos amarró…


el corazón de Ignacio latía y latía el bum…bum…bum ..Bum ..bum ..bum le intrigaba mucho…Parecía q se le
iba a salir el corazón ….al cabo de un tiempo se escuchó un disparo y se dieron cuenta de que los estaban
apuntando con un rifle a los 7… sabía que era su fin y de nuevo volvió el viento demostrando que ese era su
último segundo de vida…

¿FIN O CONTINUARA?

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2
¿Imaginación?
Por Sofía Vicencio
7ºC

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Imagina que le prestas tus libros del colegio a tu


amiga del condómino, bajas por el ascensor de tu
departamento con tu amiga, luego vas a su casa, te
quedas ahí con ella 10 minutos y recuerdas que
olvidaste traer de casa algo para compartir. Te
diriges al ascensor y aprietas rápidamente el botón
de llamado, se abre lentamente la puerta con un
pequeño rechiñido, entras y este comienza a subir
rápidamente. Posteriormente, al tratar de detenerlo
en tu piso, ves a tu papá desde la mitad para arriba,
el resto son solo metales de la estructura del
ascensor, te desesperas, de repente, comienza a bajar
y llegas al piso subterráneo, piensas que todo acabó,
pero en realidad ¡noooo! esto continúa… vuelves a subir a toda velocidad, ves a tu
papá desesperado esperándote, la desesperación tuya es mucha, comienzas a llorar,
piensas en que no volverás a ver a tu familia nunca más… comienzas a rezar y solo
piensas en cosas buenas. Entonces, el ascensor otra vez baja velozmente, te afirmas
de las manillas, llegas al subterráneo de la torre de tu departamento y ves a tu padre
feliz de volver a verte, lo abrazas. A petición tuya, se dirigen
juntos a conserjería, le avisan al conserje de turno lo ocurrido
y al momento de revisar las cámaras, ¡ooohhh! te das cuenta
que nunca pasó nada, que todo dentro del ascensor
transcurría en forma normal, nunca estuviste tú ahí, entonces
piensas… todo fue producto de tu imaginación o tal vez, un
suceso paranormal o quizás, un horrible sueño

1
Saluda a tu nuevo hermano
Por Bruno Rebolledo
7ºC

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Desperté bruscamente en la madrugada, mi corazón latía rápidamente. Al calmarme vi que por la ventana
entraba una suave luz que me atraía, al ver por la ventana no pude evitar mirarla durante largos minutos.
Salí de casa para verla de más cerca y de esta se escuchaba un susurro: “acércate”. Cuando llego la luz
desaparece y veo una silueta de una anciana que me hacía señas, no se veía bien, ya que el bosque estaba
hundido en la oscuridad de la noche. No quise acercarme, me daba miedo… Me dijo:
- ¿quieres recuperar a tu hermano? – Mi hermano murió cuando yo tenía 7 años, él tenía 8
- sí, me encantaría – di un paso y un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Nuevamente estaba en mi cama, al parecer todo fue un sueño… Pero espera, algo va mal, unos golpes se
escuchaban desde mi closet, realmente no me quería acercar, pero los golpes seguían y seguían. Eran como
cadenas golpeándose entre sí.
Pasaron largos minutos y aún se escuchaban las cadenas, el ruido pasó de ser tenebroso a irritante, tenía
que ver por qué de un armario tan pequeño se escuchaba algo así. Abrí el closet y había un largo pasillo, no
tiene sentido... Lentamente me acerqué y vi algo que me dejó fría y shockeada. Era tanta la impresión que
no me di cuenta de lo mucho que estaba llorando, era mi hermano, estaba arreglado.
Cuando encontraron su cadáver estaba sin cabeza, brazos y piernas, tampoco se sabía la causa de su terrible
muerte, pero ya no importa, está aquí, vivo y… cosido. Sostenía un peluche, era idéntico al mío, mi abuela lo
hizo un día antes de morir, pero bueno, eso ya es otra historia. Al ver a mi hermano de cerca noté que
estaba pálido, su boca estaba cosida, su cabeza, brazos y piernas estaban cosidos al cuerpo, tampoco tenía
ojos. Probablemente como su boca está cosida no me habla… Espera… Estoy encadenada ¡¿En qué momento
pasó esto?! No me puedo mover, tampoco puedo respirar, mientras más intento moverme más duele. De la
nada estaba otra vez en mi cama, estoy confundida ¿es un sueño?
La misma luz que vi antes estaba iluminando la niebla, tenía que ir otra vez. Llegué donde la anciana y me
dijo:
- ¿viste a tu hermano?
- no me podía hablar, su boca estaba cosida y no tenía ojos
- Él tenía un muñeco ¿no?
- sí – respondí confundida - ¿por qué?
- toma, cósele estos ojos y corta los hilos que cierran su boca – me pasó una aguja, hilo, ojos falsos (creo) y
un cuchillo.
Fui al closet, pero no abría, así que decidí ir a decirle a la anciana.
- oiga
- ¿sí?
- la puerta no abre…
- ¡oh! No hay problema, toma – me dio la misma cabeza del peluche que tenía mi hermano.
- ¿qué hago con esto? –
- ¡cierto! Olvidé decirte que los ojos debes cosérselo al peluche y la boca se la haces a el mismo peluche con
el cuchillo, luego la cabeza la coses a tu peluche.
- ¿cómo sabe todo esto? – pregunté tensa y con desconfianza
- si quiere recuperar a tu hermano sólo haz lo que te digo – respondió con firmeza y algo de enojo
- bien…
Llegué a mi cama, cuidadosamente seguí los pasos. Apenas terminé me puse a dormir, estoy demasiado
cansada, es como si mis parpados pesaran toneladas.

Estaba en el pasillo de antes, estaba encadenada. Frente a mí estaba la silueta de la anciana, me dijo
maliciosamente: “saluda a tu nuevo hermano”
Desperté con la respiración agitada, sentía el cuerpo pesado, sobre todo la cabeza, pero era demasiado. Fui
al baño… Miré el espejo y… La cabeza de mi hermano estaba unida a mí cuerpo, de la misma forma que el
peluche, la boca, ojos fuera de su lugar, con una mirada siniestra…

1
El Viejo
Edward Roger
7ºD

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Nosotros éramos una familia normal, yo tengo dos hermanos: Peter y María, jugábamos en casa,
cantábamos canciones y veíamos televisión juntos. Pero uno de esos días yo estaba con mi hermana
jugando con unos LEGO hasta que ella se aburrió y nos fuimos a acostar a nuestra habitación. Dormíamos
juntos yo al lado derecho de la habitación y ella al izquierdo y así hablamos un poco de el día antes de
dormir. Tras pasar una hora María ya estaba dormida, pero yo tenía un pensamiento que no me podía sacar
de la cabeza y era sobre un viejo. Sentía como que algo me estuviese viendo en la oscuridad, miré a mi
alrededor y no vi nada así que me di vuelta e intenté dormir, pero tampoco pude. Luego de unos momentos
sentí algo en mis pies, miré y en un abrir y cerrar de ojos me había teletransportado al techo de mi salón y
miré hacia el frente y había un viejo sentado en una silla meciéndose en el sillón rojo de mi salón.

El viejo se empezó a acercar mientras yo gritaba y gritaba, pero en un abrir cerrar de ojos volví a mi
habitación. Raudo desperté a mi hermana le dije que había alguien en casa, pusimos una silla en la puerta,
nos tapamos y nos cubrimos todas con una sábana y de repente nos la arrebataron. Asustados vimos que no
había nadie y la silla que habíamos puesto en la puerta estaba al lado nuestro. Fuimos con mi madre a
decirle que había alguien en nuestro cuarto, pero ella nos retó por molestarla y mentirle. Mientras hacía eso
nuestro mueble se movió y tapó la puerta. Nos quedamos encerrados ahí, pero por suerte no pasó nada.
Al día siguiente llamamos a la policía, ellos vinieron y no vieron nada. Pero cuando se estaban yendo
escucharon ruidos en nuestra habitación, los sonidos bajaron y venían desde la pared. La policía tomó una
silla de el comedor y la trajo para escuchar más de cerca y luedo de un momento los sonidos pararon.
Dijeton que tal vez había sido un ratón, pero un momento después la silla se movió sola y volvió hacia su
posición anterior (en el comedor). Los policías salieron de la casa asustados dijieron que esas situaciones
no estaban en sus manos pero “si quiere puedo llamar a la iglesia para que investigue el caso” -. Mi madre
solo respondió “gracias”.

Al día siguiente llegaron dos personas quienes instalaron equipos para detectar el mal que habitaba en la
casa, principalmente en nuestra habitación. Pasaron todo el día buscando algo, pero no veían nada hasta
que en la noche, cuando todos dormíamos escucharon ruidos en la habitación y automáticamente activaron
las cámaras para ver lo que pasaba, sorpresa: yo estaba levitando. Al día siguiente vi las fotos y me pregunté
por qué todas las cosas paranormales me pasan a mí.

Y ahí fue cuando me di cuenta de que no era la casa, era yo. Pero por qué vi a ese viejo, quién es, qué quiere,
por qué. Los días siguientes vinieron 2 expertos en la materia a revisar lo que pasaba. Ellos vieron las fotos
las grabaciones y los sonidos y no nos creyeron así, sin nada más se fueron. No duraron nada, pero cuando
estaban en el autobús se le ocurrió escuchar una grabación así, por casualidad escucharon las dos
grabaciones al mismo tiempo y los sonidos de cada grabacion decían algo, decían: …NO ME DEJA IR…
Así ellos comprendieron que los sonidos del viejo solo era gritos de ayuda, por que él no es el verdadero
demonio, él solo era un muñeco manipulado por el verdadero demonio.
Ellos volvieron rápidamente a la casa, pero ya era muy tarde…

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La casa de The Laines Street
Por Gustavo Pedraza
7ºD

Escribimos en cuarentena:
Producción de cuentos y microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

El sonido de las gotas de lluvia caía tal y como las hojas de un pronunciado sicómoro hueco en otoño, todas
con tal ritmo con el que parecen una hermosa melodía que carecía de una sola pausa, la que parecía cantada
por un mismo ruiseñor y que jamás acabaría. Una gota de lluvia, no muy distinta a las otras, al caer, mojó el
sombrero de un cartero.
El cartero, con un acento francés, con el que tal vez usted y yo podríamos inferir que provenía de Francia
(con lo que estaríamos totalmente equivocados, pues provenía de la parte francesa de Bélgica) se dirigió a
la joven mujer con un gesto amable. Ella vestía una falda color celeste como el agua de un río corriendo y un
cuello de tortuga muy característico de la época. El cartero le dijo:

- Me temo que debo decirle, señorita Pawlak que no ha llegado ningún correo para usted.
- Bueno… supondré que llegará la próxima semana
- Espero que sí, dijo el cartero. ¿puedo preguntarle de que se trataba la carta que usted con tanta
preocupación espera hace ya más de un mes?
- Es de extrema confidencialidad; dijo con notoria indiferencia.

Muy afligida fue como manifestó la confidencialidad del tema.


Pero el cartero sin darle mucha importancia dijo:
- Respeto su privacidad, señorita. Como sea debo irme a entregar otros correos. ¡La veo mañana!
La señorita Pawlak no contestó…

El cartero, con su bolso lleno de esas hermosas hojas de papel que por un individuo de tinta negra las
manchó de manera que podían llevar un mensaje hermoso y largo, así como cortante y taciturno, subió a su
bicicleta rápidamente. Cada vez, la figura de la mujer con la que acababa de tener una un tanto incómoda y
corta charla se fue tornando cada vez más pequeña, y recordó el amorío que tuvo con esta mujer hace tan
sólo unos meses

A pesar de la lluvia que al parecer no era muy fuerte comparándola con otras veces en las que tales gotas de
agua llegaban con tanta velocidad al suelo, y al final todas se destruían al chocar con el pasto muy bien
cuidado de la ciudad; el cartero siguió su recorrido sin darle mucha importancia.
Él veía con fascinación todas las grandes casas en las que pasaba todos los días, no obstante, nunca tuvo la
curiosidad como para verlas tan detalladamente. En su bicicleta, miraba perplejo la hermosa arquitectura
bastante antigua con las que fueron construidas tales propiedades. Algunas eran color marrón rojizo que le
recordaba mucho el color de cabello de su amada, una peluca de un color tan peculiar, que era hasta mal
visto para las personas muy religiosas, un anaranjado tan brillante y fuerte que se podía distinguir desde un
lugar tan lejano, que era posible confundir con una mecha de fuego encendida.

Prosiguiendo su camino llegó en unos 45 minutos a la oficina postal, y luego, ahora por medio de un bus
que para la época eran bastante malos debido a la poca cantidad de gente que cabían y las personas que
querían entrar no concordaban. Así, luego de una hora llegó a su humilde hogar. Un lugar bastante pequeño
a pesar de que era sólo una persona. Era una morada acogedora, de eso no hay duda, pues tenía una
alfombra de lana con un diseño muy complejo y hermoso que probablemente era una herencia. Seguía su
comedor. Un espacio reducido, pero ordenado, que estaba justo al lado de la cocina, lo que era bastante
efectivo. No tenía una habitación por separado con las demás partes de la casa, sino que era tan sólo una
cama que no parecía muy cómoda y tenía una cobija que prometía bastante calor en las noches frías del
Reino Unido.

Cansado, el hombre, sin ánimo de hacer nada, se acostó en su cama, sin intenciones de dormir, sin embargo,
por el sonido de la lluvia que lo relajó, quedó tumbado en su cama, y no fue hasta la mañana siguiente, que
no movió ni un solo músculo.
De pronto, sintió que alguien, estaba corriendo al frente de su casa. No está demás saber, que la casa en la

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que él vivía estaba bastante alejada de todo, por lo que es asaz extraño sentir algún ruido que no sea de la
naturaleza. Fue cuando entonces, decidió levantarse muy lentamente, casi dormido y difícilmente fue como
daba cada paso, a pesar de que quería realizar su acción rápidamente, simplemente no podía. El piso de
madera daba unos gritos espeluznantes que fácilmente un hombre borracho podría haberlos confundidos
con gritos de personas.

Al momento de abrir la puerta, ésta rechinó de tal manera, que estremeció enormemente al cartero. El
hombre, con una expresión de miedo en su cara, observó la figura de su difunta esposa totalmente
descuartizada, con la sangre de su cuello corriendo hasta sus pies, que tenían enterrados clavos enormes, la
mujer gritando y sin pupilas visibles, con un vestido blanco muy liviano que tenía el color de una típica
plumeria con manchas de sangre iba corriendo a lo lejos en el pasto que rodeaba la humilde morada del
cartero hasta la casa de nuestro leal protagonista. Ella pronunciaba las siguientes palabras:

- Tú te mereces todo lo que te está por ocurrir, tú me mataste, esa frase la recitó repetidas veces.
Fue tanto el volumen que usó para decir estas palabras que los vidrios de la casa del cartero estallaron, y
cada pequeño trozo se lanzó sobre él provocándole heridas graves y perturbadoras en su cuello, que cada
vez se iba abriendo de a poco, debido al vidrio tan enorme que le saltó en esa parte del cuerpo. Ahora, él
desangraba por su cuello y la sangre que él expulsaba caía como el agua dulce de una catarata. Fue tanto el
dolor, que sintió su cuello inflado, a punto de reventar. Ese momento. Lo sintió tan lento, que parecieron
horas en vez de segundos. Desesperadamente, sentía como su delgado cuerpo caía al suelo. Y vio a su
esposa que también sangraba por la misma parte del cuello riéndose a carcajadas.
Ahí fue cuando repentinamente despertó de un susto, sudando completamente y con mucho pánico. Abrió
los ojos, eso era lo importante… estaba a salvo. Miró a su alrededor con terror y se percató de que todo lo
sucedido fue un sueño, un horrible sueño.

Se vistió con su uniforme de cartero con las manos temblorosas. vio hacia la ventana y pudo observar el
cielo tan nublado parecido al de la mañana del día anterior, con tantas nubes que parecía una pintura de
color gris sin ningún tipo de lógica artística, no obstante, a la hora de bajar la mirada lo hizo lentamente
como si algo le impidiera girar la cabeza al pastizal que generalmente se ve bastante tranquilo. Ahí fue
cuando por un momento vio la misma silueta, el mismo vestido blanco, los mismos ojos sin pupilas visibles,
la misma tétrica y oscura mirada sin sentimiento alguno, sin ni una sola expresión, solo esos ojos crueles y
fríos. Parecía la reina del mismísimo infierno, los árboles que la rodeaban lucían como sus temibles
secuaces. Era la misma persona, quien fuera que sea, era la misma… de eso no tenía ni una sola duda. Pero
fue sólo una visión de unos segundos que no tardó en desaparecer.
Tratando de tranquilizarse, respiró unos segundos muy despacio y se dispuso a llegar al centro de Brighton,
a la oficina de correos.

Subió al coche en el que iba siempre y observó a su alrededor y por primera vez en mucho tiempo
agradeció estar un día más con vida.
al cabo de una hora, ya que en las mañanas siempre hay más gente, llegó a su destino; bajó del transporte
tirado por dos caballos.

Se bajó y miró al suelo para dar el primer paso antes de llegar a la oficina de correos. Recordó todo el miedo
y terror que experimentó en la noche anterior y siguió caminando como si nada.
Ya en la oficina, finalmente se tranquilizó un poco más debido al ruido ambiente. Guardó sus cartas y
correos en su bolso y fue a entregarlas a las que fueron enviadas.
Pasó casa por casa entregándolas en su bicicleta, algunas más humildes, otras hermosas y grandes.
En un pedido en especial, vio la dirección de la carta y observó que era enviada a la casa 2508 de “The
laines Street”. Él sabía que en esa calle había algo en especial de la que nadie se les tenía permitido hablar,
sin embargo, nuestro pobre extranjero no sabía de qué se trataba.

Paseando en su bicicleta, como es habitual en un cartero de esa época, empezó a observar casa por casa
detalladamente viendo cada número hasta que la encontró. Una casa hermosa y gigantesca, que ni siquiera
estoy muy seguro de si se le debiese llamar de otra manera. Estaba rodeada de pasto hermoso con muchas
flores de varios tipos. Pudo notar que fue diseñada con el estilo georgiano muy característico del reino
unido. Era de un color marrón muy oscuro justo como la madera de un hermoso pino bañado en nieve en
las frías épocas de navidad, que por cierto transmitía mucha paz. Tenía forma de “L” y el techo era de un
negro intenso que contrastaba con el color anaranjado oscuro de las nubes debido al hermoso y colorido
cielo del atardecer de ese día. Las ventanas eran hermosas, con una forma de relieve en cada extremo de la
vivienda daban la sensación de que, en cualquier momento por el más mínimo toquecito, se quebrarían por
completo. Y la puerta tan ancha que hasta una jauría de lobos podrían entrar sin problemas. Y era tan alta
que parecía que fue diseñada para una enorme criatura. Él la vio con perplejidad y decidió tocar la puerta
de la casa. Dio paso por paso lentamente para apreciar mejor los detalles. Cuando al fin llegó a la entrada se

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armó de valor y tocó la puerta… nadie respondió. Tocó una segunda vez… nada. Así que como era su última
carta que debía entregar, la dejó en el buzón de la casa, además de que solo entró por lo hermosa que era
esa mansión. Cuando estuvo a punto de dar su primer paso escuchó a su esposa gritando su nombre. Él sin
pensarlo dos veces decidió entrar y gritó:
- WINNIEFRED, WINNIEFRED

Al entrar vio la casa ahora por dentro oscura, sucia sin ni un objeto, totalmente desmantelada, con manchas
de sangres por todos lados, y cuando se dio cuenta de que podía ser un sueño trató de salir por la puerta
principal, pero ésta se cerró de un portazo que estremeció toda la polvorienta mansión. Había un olor
horrible similar a la de un muerto.

Intentó de abrir la puerta desesperadamente durante varios minutos, sin embargo, ésta no cedió.
Luego, sintió el ruido de un hacha cortando algo sin parar. Así que, con terror y miedo, decidió ir hacia
donde provenía tal sonido que era tan irritable que cada vez hacía un efecto peor en el cartero, que ya
estaba al borde de la locura.

Tiritando de miedo llegó a una habitación de lo que parecía ser de un niño, con juguetes de autitos
destruidos y con manchas de sangre. Luego, al subir la mirada, vio a la señorita Pawlak colgada con una
soga en los pies, de cabeza. Muerta. Eso es seguro. Ahí estaba… su amada, sin alma, sin vida. Fue tanta la
impresión que tuvo, que no supo cómo reaccionar, simplemente se quedó sin aliento. Acto seguido, nuestro
gran protagonista se quitó la vida gritando y golpeando su cabeza con el suelo de la casa. Y cuando estuvo a
punto de morir, vio la silueta de él mismo cuando niño…

Su muerte a nadie le importó, a excepción de un estudiante de investigación proveniente de Londres.


Había llegado de un agitado viaje en tren. Y con su oscura ropa y su sombrero, dio paso tras paso hasta
llegar a una casa. La casa era horrible, se veía sucia, revisó las indicaciones de cómo llegar, recién en ese
momento, se fijó en el nombre de la gigantesca casa… 2508 de “The laines Street”.

Emocionado por hacer su investigación, entró sin pensarlo dos veces, y vio un lugar oscuro, sólo unos pocos
rayos de luz se veían, pues sin ellos, cualquiera podría perder la noción del espacio. Todo era de manera tan
tétrica que sintió un escalofrío por la espalda, y cada parte de su cuerpo se congeló, sólo por un momento,
pues su curiosidad se volvió más intensa debido a las características de este temible hogar.
Decidió subir las escaleras con mucho cuidado, puesto que parecía que se iban a derrumbar en cualquier
momento. Arriba, vio el cadáver de lo que parecía ser el cartero de su respectiva investigación. Helado, sin
vida, de eso estaba seguro, pero lo más espeluznante era su sonrisa de oreja a oreja con su cabeza llena de
sangres e insectos que trataban de descomponer el cuerpo, pero seguía intacto…
Él quedó atónito, ya que era la primera vez que veía un cadáver. Y llorando de la impresión, vio de donde
provenía cierta luz… y se dio cuenta de que era una ventana tapada por unos trozos de madera clavados. Su
miedo era inimaginable, y debido a la pura adrenalina, pudo sacar todos los tablones y saltar por la ventana.
Pero no se dio cuenta de que ya era de noche ¿cómo fue eso posible? ¡Si tan sólo aguantó en esa casa unos
cuantos minutos! A él no le importaba… él sólo quería vivir.
Se fue corriendo a su vivienda y no durmió en toda la noche, pues sentía que el cartero lo observaba. Cada
vez que miraba hacia su puerta veía una figura con sangre en los ojos y la misma sonrisa… ¡sí! Era la misma
sonrisa…

Al siguiente día volvió a la casa, y a absolutamente nadie le llamaba la atención a este temible lugar. Le
preguntó a un señor de piel blanca y cabello rubio.
- Señor… ¿me permite preguntarle algo?
- ¡Con gusto!
- ¿Sabe usted algo de esa horrible casa?
- ¡¿Horrible?! ¡Es la casa más bonita del vecindario! Ahí vive la señora Pawlak y su hija, una señorita
de 20 años de cabello rojo.

Él no lo podía creer… ¿fue acaso obra de su imaginación? ¿entonces qué pasó con el cartero? ¿fue esto parte
de la pesadilla de un niño? ¿fue esto siquiera real? ¿o tal vez fue un gran secreto que todos guardaban?

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Selección de Microcuentos
Escribimos en cuarentena:
Producción de microcuentos con temática “El Terror” en 7º año.

Encuentro:

Estaba seguro de no volver a verlo, pero cuando salí… se me apareció


Alex Zonew Peña
7ºC
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Victoria:

Lo noqueé, pero me gano


Alex Zonew
7ºC
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VOZ

-¡Hija, baja a comer!


+Si mama ¡ya voy!
*¡Hermana!, espera yo también lo escuche…,
*pero, mama no está hasta mañana…
Belén Grimberg
7ºC
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Nervioso y sudando pensaba en las veces que estuve cerca de morir ahogado, incinerado y perforado por
tres cuchillos. Mientras todos gritaban, mientras me miraban fijamente, recordé que la siguiente semana
volvería a suceder.
Bruno Rebolledo
7ºD
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Vivir.

Era tan fuerte el dolor, la tristeza, el miedo, su dignidad no


estaba, pero sabía lo que tenía que hacer, y estaba decidido
a lograrlo…

Gustavo Pedraza
7ºD
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Sola

Ella estaba caminando sola en la calle, y un hombre la seguía al asecho de la oscuridad… Ella comenzó a
caminar mucho más rápido, luego tres meses todavía no había rastro de ella…

[Este tema no es una broma, en Chile se matan y violan mujeres y el Estado no hace nada].
BASTA DE ABUSOS

Danilo Peña González


7ºC

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