Vocablos de La Época Criolla Colonial

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La lengua que hablaban los próceres.

El
español de América en la época de las
independencias

Título: La lengua que hablaban los próceres. El español de América en la época de las independencias
Autor: José Luis Ramírez Luengo
Editorial: Voces del Sur
Número de páginas: 166
ISBN: 9 789871 746057
Ciudad: Buenos Aires
Año: 2011

Un diccionario revela cómo era el lenguaje común de los argentinos del siglo XIX
Muchos de los vocablos tienen plena vigencia hoy. Y hay
muchas curiosidades, como la que revela que la tan porteña
palabra "che" es de origen araucano.
Una "tracalada" de "voces patrias", algunas "guarangas" otras que parecen "bolazos",
hicieron "gambetas" y pidieron "cancha" a los académicos argentinos de hace 130
años que, sin rogar "changüí" a la Real Academia Española, solucionaron el "matete"
e hicieron el inédito primer diccionario de argentinismos. El texto fue rescatado de un
mar de papeles viejos por Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina de
Letras.
Las anécdotas de quienes recopilaron términos tan añejos —algunos siguen en el
habla popular hasta hoy— también son sabrosas. Corría el año 1873 y un mucamo
gallego cebaba mate a una heterogénea tertulia de científicos, artistas plásticos,
juristas, poetas, ensayistas, historiadores y médicos, reunida en el tercer piso de
Tacuarí 17, en Buenos Aires. Allí vivía el poeta Rafael Obligado y durante varios
años, la cita se cumplió religiosamente, cada sábado por la tarde. La curiosa
ceremonia celebrada en ese salón al que Obligado llamaba "Himalaya" terminaba con
un asado a medianoche y para reconstruirla Barcia urgó en textos de la época.
De aquel cenáculo de intelectuales, y seguramente del bien regado asado posterior,
salió el primer diccionario de argentinismos, inédito hasta hoy, descubierto por Barcia
y sus colaboradores entre viejos papeles guardados en la casona de Palermo donde
funciona la Academia. "Se trata del primer tomo, que contiene 1.266 vocablos, y el
noventa por ciento de ellos continúa vigente. Los mayores de 65 años manejarán
todavía piruja (mujer de baja esfera), chirusa (mujer vulgar), cuchi (cerdo), chancleta
(mujer) y paquete (elegante); los mayores de 40 años, agrandado, agarrada (pelea),
amuchar, bolacear", comentó Barcia a Clarín.
Voces pátrias" (sic) es el título escrito a mano en la tapa del primer tomo del
diccionario de argentinismos confeccionado por la Academia Argentina de Ciencias,
Letras y Bellas Artes, que funcionó entre 1873 y 1879. Hasta que se hizo este
diccionario, sólo existían vocabularios o glosarios personales, como los realizados
por Juan María Gutiérrez y Francisco Muñiz. Barcia recordó que fue el primer
diccionario de argentinismos realizado por una corporación y el único en su tipo hasta
que la Academia Argentina de Letras editó el suyo en 2003.
A un año de empezar el trabajo, Obligado, Eduardo Holmberg, Atanasio Quiroga y
Juan Carballido, entre otros, ya habían reunido más de dos mil voces y unas
quinientas locuciones. Hacia fines de ese período el diccionario contaba con cuatro
mil voces definidas y más de dos mil en estudio, según un informe de Martín
Coronado quien anticipó a sus colegas académicos que estaba próxima la fecha de dar
a conocer a la prensa la primera edición. Algunos papeles con centenares de vocablos
se perdieron en el trasiego de bibliotecas de una a otra generación.
Se sabe, sin embargo, que aquellas primeras "voces nacionales" fueron agrupadas
bajo diferentes títulos: Voces patrias, Diccionario del lenguaje argentino o arjentino,
Diccionario del lenguaje nacional y Diccionario de arjentinismos o argentinismos,
que fue el que finalmente predominó. Durante 130 años, la única muestra
sobreviviente de tal diccionario de la Academia Argentina de Ciencias y Letras fueron
algunos de estos vocablos publicados en "El Plata Literario."
El texto manuscrito descubierto por Pedro Luis Barcia será editado este año. Contra
lo que pudiera parecer no figuran allí demasiadas palabras de sarcófago o muertas
hace tiempo a causa del desuso. Todo lo contrario. Son muy actuales, ágiles y van al
núcleo de lo que aquellos primeros argentinos usaban al nombrar objetos y hechos
cotidianos.
Un vocablo de tanguera resonancia, como garúa, y el verbo garuar, ya se usaban hace
casi siglo y medio. Su raíz viene de "huarhua" la voz quichua que significa llovizna.
Hoy suenan extraños vocablos como "ajenear", que significaba robar, "camote" para
aludir a la pasión amorosa, "bolsazo" o rechazo amoroso y "camilucho" que
designaba al gaucho. También se perdieron changador (gaucho matrero), pelota
(bolsa de cuero para vadear ríos pequeños), cagote (susto), changango (guitarra
vieja), collevas (botones delpuño), cuja (cama grande), gamonal (hombre rico),
guaguatera (niñera) o gualichu (genio del mal).
Barcia señaló que la edición forma parte de la serie "La Academia y la lengua del
pueblo", con apoyo de Repsol YPF —que ya ayudó a editar la planta del Diccionario
Académico de Americanismos— se imprimirá este ejemplar con más de un millar de
términos ya usados en el actual territorio argentino a fines del siglo XIX.
Aquella primera síntesis divulgada en "El Plata Literario", una suerte de vocero
oficioso de la Academia Argentina, incluía bagual para denominar al potro salvaje y
también al redomón que todavía conserva sus instintos salvajes. También se usaba
"tirador", una especie de "cinturón, generalmente de cuero de gamuza que se ciñe al
cuerpo por medio de dos o más pares de botones de metal ligados todos a una placa o
escudo central llamado rastra".
Entre las voces marcadas como vulgares, figuran caraí, un guaranismo por "carajo",
nabo y piche, por "pene"; papo, los genitales femeninos, paja por "masturbación",
pucha por "puta" y vaina por "coito". Y che es una partícula araucana que significa
"hombre"; además, chapalear, deriva de la voz araucana chapad, que significa
"pantano".
También se usaba "huevear" para la dulce acción de perder el tiempo y quien quería
comer un "vaquero" estaba más cerca en realidad del tradicional matambre "con rusa"
de nuestros días. En fin, una changa que da chucho y no es tarea para chupados o
borrachos, si la máquina del tiempo traslada al lector al siglo XIX.

El habla espanola en Argentina. Su historia y


estado actual
Trabajo, 2016
18 Páginas, Calificación: 1,3

SA
SARA ALVES DA SILVA (AUTOR)

Extracto
Índice
1. Introducción
2. La historia del español en Argentina
3. El español actual de la Argentina
a. Rasgos fonológicos
b. Rasgos morfológicos y sintácticos
c. Entonación
d. Características léxicas
4. Conclusión
5. Bibliografía

1. Introducción
En el año 1492, el annus mirabilis de la historia española, Cristóbal Colón se puso en camino para encontrar una
vía marítima a la India por una ruta de oeste. Algunos meses después eso condujo con el desembarque en
Guanahani al descubrimiento de América. Con su llegada llevó consigo la lengua que se hablaba hasta ese
momento en la península ibérica, el español. Se extendió en las partes de América que hoy son consideradas como
hispanohablantes rápidamente en un espacio de tiempo de unos cien años.
El español americano que conocemos hoy es un conjunto de una enorme diversidad lingüística que fue influido
por una serie de elementos. Por un lugar las características del momento en que se pobló cada región y por otro
lado las características lingüísticas que los inmigrantes españoles trajeron y la influencia de los grupos indígenas.
Aunque cada país hispanoamericano posee sus propias características lingüísticas y presenta diferencias
dialectales, se puede clasificar el habla de Hispanoamérica en seis grandes dialectos: el caribeño (Islas del Caribe
y las zonas costeras), el español mexicano/ centroamericano, el español andino (zonas altas de Venezuela,
Columbia, Ecuador, Perú, Bolivia y norte de Argentina), el español paraguayo, el español argentino/ uruguayo y el
español chileno. Una característica fonológica diferente entre los dialectos hispanoamericanos se presenta por
ejemplo en el fenómeno del yeísmo que se expresa mediante /ž/ (o /š/) en Argentina (playa [pláža]). En el ámbito
morfológico una característica de las más importantes se plantea en el voseo que tiene una gran extensión en
Hispanoamérica, particularmente en Argentina. En cuanto al léxico el empleo de la palabra che como vocativo es
muy común. Echando un vistazo al sector de la sintaxis se utiliza especialmente en Buenos Aires la duplicación
del objeto directo animado o determinado (la vi a tu hermana). En adición a las diferencias lingüísticas respecto a
las zonas geográficas se puede encontrar variedades entre los hablantes de una región. Estas pueden estar
condicionadas por la edad del hablante, su clase socioeconómica y además su sexo1.
Desde a la Independencia del país argentino en 1810 su territorio no ha modificado fundamentalmente. Su
colonización se puede dividir en general en tres etapas que son especificadas más adelante. Durante esa época los
conquistadores y conquistados indígenas entraron en diferentes formas en contacto produciendo distintas
evoluciones lingüísticas. Buenos Aires es la capital actual del país. Fue fundada por primera vez en 1536 por un
grupo de hombres españoles entre los cuales destaca el personaje de Pedro de Mendoza que le puso el nombre de
Nuestra Señora del Buen Ayre. Este acontecimiento dio lugar a una serie de conflictos entre ellos y los habitantes
del territorio, los querandíes, terminando con la huida de los españoles a Asunción, estableciéndola como centro
de conquista. Desde ahí empezaron sus expediciones que llevaron a la fundación de diferentes ciudades, entre las
cuales Santa Fe y Córdoba (1573), Buenos Aires por segunda vez en el año 1580, Salta (1582), Corrientes (1588)
y Jujuy (1593)234. La zona alrededor de la confluencia de los ríos Paraná y Uruguay recibió la designación Rio de
la Plata que formaba desde ese momento la frontera actual de Argentina y Uruguay. A causa de su riqueza en
tierras fértiles el norte del país fue colonizado por españoles que eran comerciantes y pequeños campesinos y
trajeron un dialecto rural a esta región. En el año 1617 Buenos Aires llegó a ser la capital de la región de Rio de la
Plata y alcanzó gran importancia con su creación del Virreinato en 1776 incluyendo Argentina, Uruguay, Paraguay
y Bolivia. En efecto, Buenos Aires se convirtió en la segunda ciudad mayor del hemisferio occidental y en un
centro social y cultural grande de Suramérica5. Desde ahí se conquistaron y colonizaron las Pampas del Sur cuya
población indígena se disminuyó y dejó atrás sus tierras que ocuparon entonces los colonizadores españoles. En el
nordeste el guaraní no fue sustituido por la lengua española y se desarrolló simultáneamente a ella 6. Hasta la
creación del Virreinato de Río de la Plata las ciudades mayores de la zona occidental de Argentina pertenecían a
Chile lo que se puede notar todavía hoy en su habla que es parecida a los dialectos chilenos. A pesar de la mezcla
racial con los españoles y el desaparecimiento de su identidad étnica, se encuentra hoy en día no obstante
elementos léxicos y topónimos7. Los colonizadores del noroeste vinieron de Perú vía Bolivia y trajeron elementos
de la lengua quechua que poseyeron una gran influencia a los dialectos regionales de Argentina. La ciudad de
Tucumán estuvo bajo la administración de Bolivia hasta el establecimiento del Virreinato. La ciudad más antigua
de Argentina es Santiago del Estero que fue fundada en 1553 y cuya existencia permanecía sin interrupción por
los conquistadores. A causa de su aislamiento por Córdoba y Tucumán obtiene un estatuto de enclave lingüístico
único.
La tierra argentina siempre ha sido importante para el desarrollo de una agricultura independiente, dando suelos
ricos para el cultivo de trigo, vino, frutas y también azúcar. Argentina es uno de los mayores productores
mundiales de carne y se estableció una lucrativa industria cárnica en Buenos Aires y las ciudades vecinas. Desde
el siglo 20 ciudades como Buenos Aires se dedican a la industria pesada, lo que convierte a Argentina en una de
las naciones más diversificadas en la América hispanohablante8.
En la Argentina el habla español forma parte de una gran comunidad cultural y lingüística que relaciona España
con la Hispanoamérica. Su ámbito pertenece a la mayor comunidad lingüística (española), que forma parte del
mayor dominio de las lenguas romances en el mundo.
Al dedicarse al español de la Argentina, cuyo territorio se abarca desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta
Tierra del Fuego, se tiene que tomar en consideración dos particularidades: una se presenta en las diferencias
lingüísticas y culturales; la otra en las diferencias históricas, demográficas, socioculturales y económicas. Es
evidente que personas de zonas diferentes de Argentina no hablan de la misma manera y que existen
características particulares en cada región. No obstante, estos hechos no restringen la comprensión entre los
hablantes a causa de una estructura funcional y expresiva común, que une no solamente a toda la Argentina, sino
también a todo el mundo hispanohablante sin una consideración de fronteras. Aunque en este caso no se puede
designar el idioma como uniforme, el español incluye sin embargo las modificaciones que origen en la extensión
diatópica, la variación diastrática, la evolución diacrónica y las diferencias diafásicas (las situaciones
comunicativas, la relación entre los hablantes y los temas sobre los que se habla). Estas diferencias presentan
factores internos que forman parte de la lengua y constituyen un componente importante9. Agrupando diferentes
maneras de hablar se pueden encontrar entre ellos conexiones lingüísticas significativas que forman un
fundamento en el que se basa la lengua histórica. Estas conexiones se unen a una realidad propia que influye al ser
humano en su entorno no solo de modo geográfico y social sino también respecto a su situación de comunicación
y la tradición histórica10.
A continuación el trabajo es repartido en la historia del habla española en la Argentina, dividida en cuatro etapas, y
su estado actual en cuanto a sus rasgos fonológicos, morfosintácticos y léxicos. Por último sigue una conclusión
resumiendo los temas abarcados.
2. Historia del español en la Argentina
El siguiente párrafo hablará de la historia del español de la Argentina cuya evolución forma parte de un proceso
complejo y parcializado. El desarrollo lingüístico diferenciado que repercutió en los dialectos distintos que
podemos encontrar en las regiones hoy se deja reducir entre otras a las jurisdicciones políticas y a los
asentamientos durante la época colonial11.
La colonización de Argentina se desarrolló en tres etapas diferentes. La primera consta de la influencia del Alto
Perú y concernió el noroeste y el centro del país actual; la segunda proveniente de los Andes y pobló el centro
oeste de Argentina y la tercerea que vino directamente de la Península Ibérica y originó el poblamiento de la
región costera12.
El proceso de poblamiento de las regiones diferentes está directamente relacionado con la división dialectal actual
de Argentina que se puede distinguir entre estas realidades dialectales:
- la región costera o literal (extensión desde Buenos Aires, Entrerríos y Santa Fe hasta el sur del país)
- el extremo occidental del país: zonas de Mendoza y San Juan (muchas características comunes con el habla de
Chila)
- la región extrema noroccidental (influjo quechua que abarca Tucumán, Salta, Jujuy y parte de las provincias
vecinas)
- la parte nordeste (influjo guaraní que comprende Corrientes y Misiones, partes del Chaco y Formosa)
- la región central: Córdoba (zona transitiva que linda con el resto de las zonas lingüísticas)
- otros pequeños enclaves13.
Según Fontanella de Weinberg se puede subdividir el desarrollo lingüístico en cuatro etapas.
La primera va desde 1550-1680 y comprende distintas variedades dialectales que son aportadas por diferentes
colonizadores. La situación en la que se encuentra la parte noroeste durante los siglos 16 a 18 se podría escribir
como una de dialectalismo que se puede explicar como una consecuencia lingüística de la pluralidad de las
distintas realidades regionales de los colonizadores. Esto se refleja en diferentes ámbitos: fonológico, morfológico
y léxico14.
En cuanto al yeísmo se encuentra su presencia en los documentos de los siglos 16 y 17, pero su uso se generaliza
solamente a partir de la segunda mitad del siglo 18. Mientras que hay fenómenos que afectan por similitud a todas
las regiones, como por ejemplo las confusiones y omisiones de la /-s/ final e intervocálica (cosas conveniente,
mucho días, cotumbre, demotración15 ), hay otros que se distinguen por sus diferencias por región, como la
confusión o pérdida de /-l/ y /-r/ en la región literal y en Tucumán o las fluctuaciones en las vocales átonas /e/ y /i/
u /o/ y /u/ características en el español medieval (siguro, escrebir, espiriencia 16 ). Con respecto a la morfosintaxis
se puede mencionar entre otras cosas que muchos verbos todavía no han delimitado sus funciones y se puede
observar la utilización de haber con valor pasivo o su empleo en construcciones temporales que en el español
moderno se construirá con hacer (ha muchos años se han quedado en su rebelion). Otros ejemplos son la libertad
de posición de los pronombres tónicos en la oración (no las heredando de dos patriarcas de órdenes) y en el
aspecto nominal la variación de género comparado con el español moderno (Por el mal costumbre en que
estaban). Hablando del léxico, la coexistencia de las diferentes variedades lingüísticas se reflejan en los
dialectalismos provenientes de distintas zonas de España, como por ejemplo los andalucismos (amarrar),
leonesismos (carozo) o galleguismos (bosta). La presencia de los préstamos indígenas se observa sobre todo en los
campos semánticos de los topónimos, los gentilicios y los lexemas que se refieren a la flora y la fauna. Entre estos
los topónimos y gentilicios provienen de lenguas locales mientras que los restantes de los indigenismos tienen dos
orígenes: la del tahíno, la primera lengua que entró en contacto con el español, y el quechua, la gran lengua
regional. Aparte de estas, otra lengua influyente era el guaraní en la parte litoral17.
[...]

1 Escobar, 2001, p. 338-341.

2 Lipski, 2004, p. 184.

3 http://web.archive.org/web/20140605092500/http://www.laeducacion.com/vinculos/materias/histori

a/not020107.htm, 12.01.2016.
4 Fontanella de Weinberg, 1992, p. 357.

5 Lipski, 2004, 185.

6 Lipski, 2004, p.185.

7 Lipski, 2004, p.185, 186.

8 Lipski, 2004, p.186.

9 Donni de Mirande, 1992, p. 383, 384.

10 Donni de Mirande, 1992, p. 384.

11 Fontanella de Weinberg, 1992, p. 357, Lipski, 1994, p. 184.

12 Fontanellla de Weinberg, 1992, p. 357.

13 Lipski, 1994, p. 183, 184.

14 Por motivos de espacio se presenta a continuación no todos ejemplos de cada tipología que Fontanella de

Weinberg enumera.
15 Fontanella de Weinberg, 1992, p. 361.

16 Fontanella de Weinberg, 1992, p. 362.

17 Fontanella de Weinberg, 1992, p. 359-365.

Final del extracto de 18 páginas

Detalles
Título El habla espanola en Argentina. Su historia y estado actual

UniversidadUniversidad de Valladolid

Calificación1,3

AutorSara Alves da Silva (Autor)

Año2016

Páginas18

No. de catálogoV370907

ISBN (Ebook)

9783668516632
ISBN (Libro)9783668516649

Tamaño de fichero645 KB

IdiomaEspañol

Palabras clavehabla espanola, Argentina, historia, estado actual, fonología, morfología,


entonación, léxico, Lipski

Citar trabajoSara Alves da Silva (Autor), 2016, El habla espanola en Argentina. Su historia y
estado actual, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/370907

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