Astronomía Azteca Raquel Narvaez
Astronomía Azteca Raquel Narvaez
Astronomía Azteca Raquel Narvaez
El primer Sol, Nahui-Oceloti (Jaguar) era un mundo poblado por gigantes, que
fue destruido por jaguares. El segundo Sol, Nahui-Ehécati (Viento) fue
destruido por un huracán. El tercer Sol, Nahuiquiahuitl, por una lluvia de
fuego. El cuarto Sol, Nahui-Ati (agua) fue destruido por un diluvio. Y el quinto,
Nahui-Ollin (movimiento) está destinado a desaparecer por movimientos de la
Tierra.
El calendario azteca, o piedra del Sol, es el monolito más antiguo que se
conserva de la cultura prehispánica. Se cree que fue esculpido alrededor del
año 1479. Se trata de un monolito circular con cuatro círculos concéntricos.
En el centro se distingue el rostro de Tonatiuh (Dios Sol), adornado con Jade
y sosteniendo un cuchillo en la boca.
Como la suma da 360 días, para completar los 365 días del año solar los
aztecas incorporaban 5 días aciagos, llamado Nemontemi o "días de
sacrificio".
Para los aztecas, la sucesión del día y la noche se explicaba por las
constantes luchas entre los astros principales. Dado que durante el día es
muy difícil observar la Luna e imposible a las estrellas, los aztecas
interpretaban que el sol naciente (Huitzilopochtli) mataba a la Luna
(Coyolxauhqui) y a las estrellas.
Para los aztecas, la astronomía era muy importante, ya que formaba parte de
la religión. Construyeron observatorios que les permitieron realizar
observaciones muy precisas, hasta el punto que midieron con gran exactitud
las revoluciones sinódicas del Sol, la Luna y los planetas Venus y Marte.
Al igual que casi todos los pueblos antiguos, los aztecas agruparon las
estrellas brillantes en asociaciones aparentes (constelaciones). Los cometas
fueron denominados "las estrellas que humean".