Corrientes Filosoficas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 11

Representantes del dogmatismo

Tales de Mileto (624 a. C. – 546 a. C.). Considerado como el padre de la filosofía occidental. ...

Pitágoras (569 a. C. – 475 a. C.). Para Pitágoras, los números eran el principio de todas las cosas.
...

Heráclito (540 a. C. – 470 a. C.).

¿Qué es el dogmatismo?

El dogmatismo es un término que se aplica a toda posición filosófica que opera con
conceptos y fórmulas a los que se acepta como dogmas, invariablemente ciertos. Un dogma es
una supuesta verdad aceptada sin crítica o examen y, por lo tanto, un dogmático es el que acepta
el dogma e incita a los demás a proceder según lo establecido. El dogmatismo puede definirse
como la propensión a los dogmas, o sea, a exigir que una verdad sea aceptada sin posibilidad de
cuestionamiento.

En el ámbito religioso, un dogma es una verdad directamente revelada por Dios, reconocida
por la Iglesia o la institución correspondiente. El dogma constituye un objeto obligado de fe para
todo creyente.

l dogmatismo toma su nombre de la palabra “dogma”, que tiene su origen en el griego dogma
(δόγμα). Dogma significó, en su momento, “opinión filosófica” u “opinión fundada en principios”.

Sexto Empírico (160-210), filósofo romano, utilizaba el término “dogmático” para


contraponer a los académicos (dogmatikoí) —como Aristóteles, los epicúreos y los estoicos— de
los escépticos (skeptikoí). La distinción entre ambos radicaba en su consideración respecto a la
verdad: los dogmáticos creían que la verdad era algo en su posesión, mientras que los escépticos
ponían a la verdad bajo examen.

El término “dogma” continuó usándose a lo largo de la historia de Occidente, sobre todo tras
su vínculo con el pensamiento religioso cristiano. A partir del Concilio de Trento (1545-1563), las
autoridades eclesiásticas establecieron como dogmas a aquellas verdades reveladas por Dios y
reconocidas por la Iglesia.}
La acepción técnica del término es, en la actualidad, resultado de su transformación
religiosa. Un dogmático es quien se rige bajo una serie de dogmas indiscutidos, rígidos e
inamovibles, la mayoría de las veces en relación a una creencia religiosa.

Dogmatismo y escepticismo

Los dogmáticos, como el matemático Pitágoras, confiaban en la razón.

El dogmatismo y el escepticismo son posturas encontradas, y fueron en la Antigüedad


movimientos filosóficos contrarios. Mientras que los escépticos sostenían que es imposible para el
ser humano alcanzar la verdad respecto al mundo, los dogmáticos creían en la razón como vía de
acceso a la verdad. Así, aceptaban el mundo tal como venía, sin cuestionarlo, tomando como
ciertas incluso las opiniones y creencias.

Sin embargo, algunas formas de escepticismo tienen dosis de dogmatismo. Por ejemplo, la
suspensión del juicio propuesta por Pirrón (360-270 a. C.) suele encontrarse junto a la tesis
ontológica de que la realidad es indeterminada.

Representantes del dogmatismo

Uno de los más usuales representantes de la escuela del dogmatismo en la Antigüedad fue
Zenón de Citio (333-264 a. C.), considerado el padre fundador del estoicismo, cuyo pensamiento
tomó importantes rasgos de la obra de Heráclito, Platón y Aristóteles.

Otros filósofos importantes asociados al dogmatismo fueron Tales de Mileto (c. 624 – c.546
a. C.), Anaximandro (c. 610-545 a. C.), Anaxímenes (c. 590-525 a. C.) y Pitágoras (c. 569-c.475).
También Pascal (1623-1662), Kant (1724-1804) y Descartes (1596-165 0) fueron considerados
filósofos o pensadores dogmáticos.

¿Qué es el escepticismo?

Al hablar de escepticismo, generalmente nos referimos a una actitud de duda hacia lo que
otros proclaman como hechos. O sea, la tendencia a no creer de buenas a primeras en las
opiniones, creencias o afirmaciones de terceros, a menos que estén apoyadas por las evidencias
necesarias. Así, una persona escéptica es todo lo contrario de una persona crédula.
Sin embargo, en la filosofía clásica se llamó también escepticismo a una corriente de
pensamiento que floreció en la antigüedad griega, y que se basaba en la duda, es decir, que
negaba la posibilidad de que los seres humanos podamos llegar a conocer la verdad de algo.

Su principal representante era el filósofo Pirrón (c. 360- c. 270 a. C.), quien decía que “no
afirmaba nada, sólo opinaba”, pues ése era el espíritu de los escépticos: una postura indiferente
ante el mundo.

El término “escéptico”, así, proviene del vocablo griego skeptikós, derivado del verbo griego
skeptesthai (“mirar” u “observar”). Los filósofos escépticos, así, se hacían llamar skeptikoi, “los que
examinan” o “los que investigan”, ya que se mostraban insatisfechos con las razones presentadas
respecto a la posibilidad del conocimiento humano.

Estos filósofos retaban a los grandes maestros como Platón, Aristóteles o los estoicos,
oponiéndose a cualquier forma de pensamiento dogmático.

Se dice que el afán de descreimiento de los escépticos llegó a tales niveles, que nada era
verdadero o falso, ni malo o bueno, ni herético o sagrado. Así ponían en práctica la epojé o
suspensión del juicio, y podían alcanzar la ataraxia o paz mental. Los preceptos del escepticismo
pueden expresarse de la siguiente manera:

El conocimiento humano es imposible, y nada puede afirmarse de nada.

Todo aquello que conocemos a través de los sentidos es irreal.

La realidad no puede ajustarse a los conceptos que manejamos mentalmente.

Las cosas que conocemos llegan a nosotros por azar, o por costumbre.

Puede servirte: Pensamiento crítico

Características del escepticismo


En resumen, el escepticismo se caracterizaba por lo siguiente:

Dudaba de antemano de cualquier afirmación o hecho, de los cuales no se presenten


evidencias incontrovertibles. Por ese camino, dudar de toda posible afirmación o aseveración
hasta llegar a la suspensión del juicio y la indiferencia ante el mundo.

Abarcó diferentes posturas y posiciones filosóficas, dependiendo de cada pensador


escéptico. Alcanzó su postura más productiva siglos después, durante el Renacimiento europeo.

Los escépticos fueron impopulares en la Antigua Grecia, pues tenían fama de


“desbaratadores” de ritos, leyendas y mitos populares. Lo que jamás cuestionaron fue el sistema
socrático de hipótesis y deducciones.

El escepticismo desapareció tras la caída de la civilización grecorromana, pero reapareció


siglos después durante el Renacimiento, cuando pasó a convertirse en una herramienta contra el
dogmatismo cristiano medieval, fundamental para el surgimiento del pensamiento científico.

Representantes del escepticismo

pirro-escepticismo filosofia

Pirrón conoció muchas culturas que le permitieron cuestionar las verdades de su pueblo.

Entre los principales representantes del escepticismo figuran:

Pirrón (c. 360- c. 270 a. C.). Padre del escepticismo, se dice que fue un gran viajero que
conoció culturas lejanas junto al ejército de Alejandro Magno. Todo ese bagaje le permitió poner
en duda muchas de las verdades tradicionales de su pueblo.

Timón el Silógrafo (c. 320-230 a. C.). Filósofo griego y poeta satírico, fue discípulo de Pirrón
y de Estilpón de Megara, y casi todo lo que sabemos de él proviene de la obra de Diógenes
Laercio. Se dice que era sumamente elocuente, pero pobre.

Sexto Empírico (c. 160-210). Médico y filósofo romano de origen griego, a quien debemos la
mayoría de los preceptos del escepticismo pirroniano, en su obra Esbozos Pirrónicos.

Luciano de Samósata (125-181). Escritor romano de origen sirio que utilizó la lengua griega,
perteneciente a la llamada Segunda sofística. Junto a Sexto Empírico fueron los últimos
escépticos de la Antigüedad.
Escepticismo y dogmatismo

El dogmatismo es la corriente de pensamiento contraria al escepticismo, ya que consiste en


una actitud que no acepta cuestionamientos, ni ofrece evidencias respecto de lo que acepta o
defiende, sino que exige su aceptación plena y total. De hecho, la corriente filosófica del
dogmatismo defendía la capacidad de la razón humana para conocer la verdad.

El Subjetivismo y el Relativismo

El subjetivismo es toda filosofía que considera como único criterio de validez de


conocimiento al sujeto, tanto como sujeto trascendental como sujeto empírico.

El sujeto es aquello de lo cual se predica algo, desde el punto de vista filosófico antiguo; el
concepto más moderno asigna a aquel lugar en donde se constituyen todas las representaciones.

Sujeto empírico o receptivo es el que sólo recibe las impresiones sensibles; y sujeto
trascendental o activo es el que ordena las representaciones según sus propios mecanismos.

Si se entiende el sujeto como trascendental, es el que respeta la validez universal del


conocimiento y en cambio si se considera al sujeto como empírico su orientación será escéptica o
relativista.

Lo subjetivo es lo que pertenece al sujeto o al espíritu humano y se relaciona con el modo


de pensar o sentir y no al objeto en sí mismo.

El relativismo niega la existencia de verdades objetivas y absolutas sosteniendo por lo


tanto que todo debe valorarse en función al hombre, la sociedad, el momento, etc.

Tanto para el subjetivismo como para el relativismo existe una verdad, pero es limitada, no
hay una verdad universal.

El subjetivismo, tal como lo señala la palabra, reduce al sujeto que conoce y que hace un
juicio, la validez de la verdad.

El sujeto que conoce puede ser una persona en particular o el hombre como género
humano o sea como sujeto general.

Si es un sujeto en particular el subjetivismo es individual y si se trata del hombre como


especie es un subjetivismo general.
Para el subjetivismo individual el juicio sólo será válido y verdadero para esa persona y para
los demás puede ser falso.

Para el subjetivismo general no hay verdades universales pero sí verdades


supraindividuales.

El subjetivismo general se denomina también psicologismo o antropologismo.

El relativismo y el subjetivismo vemos que están relacionados. De acuerdo al relativismo


no existe la verdad absoluta ni universalmente válida, porque toda verdad es relativa y tiene una
validez limitada.

El subjetivismo enfatiza los factores que dependen del sujeto que conoce, mientras el
relativismo hace depender el conocimiento humano de factores externos, la influencia del medio y
del espíritu, de la cultura, de la época y de todos los elementos que contiene.

Así como el escepticismo, tanto el subjetivismo como el relativismo existen desde la


antigüedad.

Un ejemplo de subjetivismo son los sofistas, como Protágoras (siglo V a. de C.), famoso por
la frase “el hombre es la medida de todas las cosas (homo mensura).

El relativismo tiene fundamento científico según la teoría de la relatividad, el tiempo no es


absoluto sino relativo al espacio.

El relativismo cultural es un movimiento que surge a partir de los importantes adelantos de


las ciencias naturales, no hay verdades absolutas sino relativas a las circunstancias.

Sin embargo, hay verdad cuando el juicio coincide con la realidad objetiva; y si existe esa
verdad no es sólo para un individuo sino para todos.

El subjetivismo y el relativismo en el fondo son escepticismo, porque niegan la verdad


universal.

Fuente: “Teoría del Conocimiento”, J.Hessen, Editorial Losada, 1956

¿Qué es el relativismo y un ejemplo?


Entre las principales características del relativismo se destacan: El conocimiento no es
único y absoluto, sino que existe en comparación a otra cosa o a su contexto. Por ejemplo: algo es
considerado bueno solamente en comparación a algo malo y en una circunstancia concreta.

¿Qué es el relativismo?

El relativismo es una postura filosófica que piensa a la verdad en términos relativos, no


absolutos. Que la verdad sea relativa y no absoluta significa que su carácter veritativo (su carácter
de verdad) es tal solamente en comparación o relación a otra cosa.

Para el relativismo, hablar de “verdad” es hablar de una verdad entre otras. Esto se
relaciona con el conocimiento y su grado de veracidad. Es decir, para el relativismo, el
conocimiento humano es relativo, condicionado por su contexto histórico, cultural, económico y
político.

Existen distintas formas de relativismo, ya sea por su radicalidad o por el campo al que se
aplican. El relativismo moral o ético, el relativismo gnoseológico, el relativismo cultural y el
relativismo en física son algunas de ellas.

Historia del relativismo

Como postura filosófica, el relativismo existe desde los inicios de la filosofía occidental.
Ejemplo de ello son los sofistas, pensadores griegos del siglo V a. C. En oposición a las ideas de
Sócrates y Platón (quienes planteaban verdades fijas y absolutas) los sofistas elaboraron una
teoría del conocimiento cuyo carácter de verdad era relativo a la forma en que se lo presentaba en
el discurso. El más conocido de los sofistas, Protágoras (490-420 a. C.), afirmaba que el hombre
es la medida de todas las cosas. Esto puede interpretarse como una forma de relativismo
gnoseológico del tipo subjetivo, al pensar que las cosas son según quién y cómo la mira.
A las ideas de Protágoras y los sofistas siguió el escepticismo pirrónico. Pirrón (360-270 a.
C.) fue un filósofo griego que asumió las ideas de Protágoras como precursoras de su propio
pensamiento. Algunos rasgos del pensamiento pirrónico se pueden vislumbrar en el trabajo de
Boecio (480-524) e incluso en Averroes (1126-1198). Lo mismo puede decirse del pensamiento de
filósofos modernos como Montaigne (1533-1592), Rousseau (1712-1778), Voltaire (1694-1778) y
Montesquieu (1689-1755), quienes compartían la idea de un relativismo cultural.

Quienes contribuyeron en mayor medida a formar el relativismo contemporáneo (al menos


el del siglo XX) fueron Hegel (1770-1831), Nietzsche (1844-1900) y Dilthey (1833-1911). La frase
de Nietzsche “no hechos, sino interpretaciones” fundó lo que se conoce como perspectivismo
nietzscheano, que es una forma radicalizada del relativismo. Tanto Nietzsche como Hegel y
Dilthey modificaron la manera de hacer ciencia y filosofía en el siglo XX e influyeron en corrientes
filosóficas tan cercanas al siglo XXI como el postestructuralismo o el poshumanismo.

Tipos de relativismo

El relativismo es una postura filosófica que niega la existencia de una verdad única y
absoluta. En lugar de creer que existe una sola verdad independiente, el relativismo sostiene que
la verdad es relativa a, al menos, un punto de referencia, ya sea desde dónde se la piense,
cuándo o para qué. En este sentido, podemos hablar de tres tipos generales de relativismo:

Relativismo gnoseológico. El relativismo gnoseológico o cognitivo sostiene que no hay


verdades universales. Todo conocimiento es relativo a las condiciones o el contexto de quien lo
afirme. Una forma de relativismo gnoseológico o cognitivo es el subjetivismo, que sostiene que el
conocimiento es relativo a las condiciones propias del sujeto enunciante.

Relativismo cultural. El relativismo cultural y moral argumenta que no hay una verdad
absoluta sino que la verdad depende de cada individuo en un espacio y tiempo concretos. Afirma
que la diversidad de ideas culturales no puede reducirse a una única forma, ya que todas las
sociedades son distintas. Como relativismo moral, esta forma de relativismo se enfrenta muchas
veces a dilemas éticos que terminan definiendo las leyes y normas que rigen a cada sociedad.
Relativismo en física. El relativismo en física sostiene que la verdad es relativa al modelo
según el cual se la observe. Esto se volvió evidente en el campo de la física cuántica, sobre todo
después del surgimiento de la teoría de la relatividad de Einstein y otras ideas que incluso hoy
tienen vigencia simultánea, por más que resulten contradictorias entre sí.

Características del relativismo

Entre las principales características del relativismo se destacan:

El conocimiento no es único y absoluto, sino que existe en comparación a otra cosa o a su


contexto. Por ejemplo: algo es considerado bueno solamente en comparación a algo malo y en
una circunstancia concreta.

El saber está condicionado por la cultura, la moral y los preconceptos que tiene cada
individuo. Por ejemplo: algo es verdadero en una cultura determinada, pero en otra es considerado
falso, debido a las creencias y costumbres que condicionan la definición de los conceptos.

La noción de relativismo se aplica al campo del conocimiento en general, aunque se


distingue mejor en el ámbito de la moral, la ética y la cultura.

Las diferentes maneras de interpretar y explicar el mundo son válidas, mientras se formulen
en base a argumentos comprensibles y justificables.

La verdad y el conocimiento no son independientes de los individuos y su contexto (como


plantea la corriente objetivista) sino todo lo contrario.

Ejemplo del relativismo

Un ejemplo del pensamiento relativista es la concepción que se ha tenido de un trueno a lo


largo de la historia de la humanidad. Las civilizaciones primitivas han interpretado al trueno como
la manifestación del “enojo de los dioses” en vez de considerarlo como un fenómeno
meteorológico.

La definición o explicación del suceso se ve influenciada por el contexto y el momento


histórico en el que tiene lugar. A medida que cambia el momento y lugar y los individuos
evolucionan, la concepción de un mismo hecho resulta relativa o diferente.

Según el relativismo, no se trata de que una cultura sea mejor o superior que otra, sino que
ambas son importantes y se sostienen en base a sus propios conocimientos y creencias que, a
pesar de ser diferentes, son necesarias para comprender mejor el mundo (siempre y cuando sus
conceptos estén fundamentados).
Críticas al relativismo

Entre las principales críticas al relativismo se destacan las siguientes posturas:

Todo termina resultando subjetivo. Existen determinadas cuestiones que son imposibles de
abordar desde la subjetividad absoluta: se pierde la coherencia al intentar aceptar absolutamente
todos los puntos de vista. Por la falta de parámetros, el relativismo resulta una corriente subjetiva.

El relativismo se contradice a sí mismo. Según la lógica como disciplina filosófica, podemos


tomar la afirmación “toda verdad es relativa” como un enunciado que pretende ser verdadero. Si
esto es así, entonces la afirmación resulta contradictoria, ya que sostener que toda verdad es
relativa implica que incluso este hecho mismo es relativo y puede haber alguna verdad absoluta, al
menos como posibilidad.

Fundador del Cinismo

Se denomina escuela cínica a la fundada en la Antigua Grecia durante la segunda mitad del siglo
IV a. C. El griego Antístenes fue su fundador y Diógenes de Sinope uno de sus filósofos más
reconocidos y representativos de su época.

Los cínicos influyeron mucho en los estoicos. Sobre todo en lo que se refiere al cultivo de la
imperturbabilidad: ese no conmoverte, no inquietarte ni preocuparte por cuestiones superfluas, ni
por los bienes materiales ni por aquello que no puedes cambiar. Todo eso ya estaba en los
cínicos.

En general, en los griegos, uno encuentra pensamientos, intuiciones e ideas que siguen
siendo totalmente actuales, aunque hayan pasado 25 siglos, porque el ser humano también sigue
siendo prácticamente el mismo. De modo que aquello que denunciaron los cínicos entonces sigue
pasando y seguimos siendo esclavos de convenciones, de la corrección política. La corrección
política es el nuevo autoritarismo y frente a ella se levanta la parresía que practicaban los cínicos.
Ese andar buscando un hombre honesto, que diga su verdad, pero que, además de eso, que la
piense y la exprese con su vida. Esa es la parresía.

También podría gustarte