Felipe Salgado

Felipe Salgado
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En Combo y Agrandado
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Felipe Salgado
Felipe Salgado
Universidad de Los Andes

Bogotá Colombia
2018
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Publicado por primera vez en Bogotá Colombia
Reservados todos los derechos en lengua castellana. No está per-

mitida la reproducción total ni parcial de esta obra, ni su trata-
miento o transmisión por ningún medio o método sin la autoriza-
ción por escrito.
Noviembre de 2018
Contacto: felipesalga9@gmail.com
57 + 3006875122
Bogotá, Colombia
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Felipe Salgado
ÍNDICE
1. Capítulo 1
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2. Capítulo 2
14
3. Capítulo 3
19
4. Capítulo 4
29
5. Capítulo 5
36
6. Capítulo 6
42
7. Capítulo 7
49
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Agradecimientos
Esteban Peña
Fernando Uhía
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Felipe Salgado
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Capítulo 1
“Bueno, bonito y barato ”.
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Felipe Salgado
“Nuggets, pizzas, hamburguesas, perros calientes,

simple y fácil”.
La mejor forma de empezar este texto es hablando de comida, y de la mejor: la comida

chatarra. Cada plan, cada evento, cada reunión, cita, espectáculo, necesita de comi-
da y se complementa con comida. Ahora, ¿qué sería de los viernes y sábados, sin las
alitas de pollo, los perros calientes, hamburguesas, pinchos, mazorcadas, empanadas,
pizzas, arepas rellenas, sándwiches, tacos, nachos con queso? Serían aburridos, depri-
mentes y sin gracia.
La comida chatarra en la vida de este millennial de 23 años, estudiante de arte, de 1.65

m, sin novia y de clase media es bien relevante, tanto que quise hacer mi proyecto de
grado sobre esta, bien la pude hacer sobre fútbol, viejas o viajes, pero no, vi lo recu-
rrente que es en mí y en mi cotidianidad, como una paloma en una jaula que sigue
órdenes para que le den comida. La comida es casi que omnipresente, sí, comer es una
necesidad básica, pero ingiero más basura que comida sana y no solo yo, tambien mis
amigos, al parecer tenemos un punto en común y nos sentimos muy identificados con
la comida basura. Pregúntenle a cualquiera y va a coincidir con algunas de estas, si
no, no es humano o vive en la selva… o Corea del Norte. Los viernes a la madrugada,
después de una fiesta se va a McDonald’s, un sábado en la noche “Netflix & Chill” no
puede faltar un perro caliente con salsa de ajo, comer en los puestos de comida ambu-
lantes que reciben borrachos en toda la ciudad o la única forma en que alguien asista
a las reuniones que hace la rectoría de la Universidad de los Andes es porque regalan
pizza a la hora del almuerzo, a Buffalo Wings se va con el levante, una pizza en una
reunión familiar o mejor busquen McDonald’s en YouTube y vean como youtubers se
indigestan comiendo todo lo que está a su alcance. Además, la red social nos muestra
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como todos salen presumiendo de su comida, sea cara o barata, arreglan sus platos
para que el otro millennial se antoje y compre lo que vio por Instagram y de esta forma
los descuentos, el 2x1, las promociones, son el condicionamiento que nos asemeja a
un animal, a una paloma encerrada, somos lo que comemos.
La comida chatarra es un fenómeno que se ha “viralizado” desde el siglo pasado, es

una invasión. Es tan grande que este menú se puede encontrar en muchos pueblos,
ciudades pequeñas, hoteles caros y metrópolis: Nuggets, pizzas, hamburguesas, pe-
rros calientes, simple y fácil. Desde Alaska hasta la Patagonia desde China hasta Espa-
ña, nos invadieron, nos engordaron y a muchos los vuelven inútiles de los gordos. Pero
no crean que este texto es una crítica hacia estas cadenas de comida o el daño que le
hace a nuestro precioso cuerpo o los bajos salarios de sus empleados o que deberían
prohibir los juguetes de las cajitas felices para que los niños no se sientan atraídos por
esta recompensa y obligan a sus papás a comer allí. ¡Santo Dios no! Celebro la comida
chatarra, decidí que este proyecto fuera algo sincero y con una carga de humor. Por-
que después de cuatro años de carrera nace “En combo y agrandado” como resultado
de juntar diferentes gustos, placeres culposos, sexo, drogas y rock ’n roll.
En una ocasión, mientras pasaba el tiempo en Internet, di con un concurso de la perso-

na que pueda comer más perros calientes en determinado tiempo: Nathan’s Hot Dog
Eating Contest. Las reglas son simples, la persona que pueda comer más en diez minu-
tos, gana. En esa versión el campeón pudo comer 74 perros calientes en diez minutos,
de admirar. Para que el concursante pueda ser más efectivo, mojan el perro caliente
en agua, se lo meten a la boca y se lo tragan. Los participantes son el estereotipo de
gringo, con sus camisetas de estados Unidos, gafas, calvos, de piel blanca casi rosada y
una gran multitud que asiste a ver este concurso, ¿quién va a verlo? A mi parecer, no
hay nada más grotesco que ver hombres y mujeres embutiendo comida y vomitando
con tal de ganar y alzar ese cinturón que lo conmemora como el rey o la reina de la sal-
chicha. Aunque suene contradictorio, me impresiona la obesidad, casi que me asusta
solo pensar en verse en un espejo y ver su cuerpo deformado o volverse un ser inútil
ya que su gordura lo inhabilita. Usé estas imágenes, realice varias pinturas de estos
personajes comiendo y tomé la bandeja llena de perros calientes que ponen frente a
cada concursante: El Salchichero. Como primer acercamiento fue un resultado bien
interesante y divertido, me causaban gracia estas pinturas.
Posteriormente, como buen millennial, Netflix es el amigo que nunca falla, aquí hay
una serie de documentales que casi le arrebatan las ganas de vivir y comer a un ser
humano. Fed UP, Food Inc, Super Size Me, Food Choices, entre otros, le muestran a uno
lo peor de esta industria alimenticia, el daño que le hace al cuerpo y los niños obesos
de nueve años que viven en Estados Unidos. Estos sí impactan de manera muy brus-
ca, tanto que casi me vuelvo vegetariano, de igual manera son casi chistosos porque
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muestran que las personas parecieran no tener sentido común (una de las personas
que sufría de obesidad se lamenta por su condición pero cree que la Coca-Cola no le
hace daño a su cuerpo y la toma casi todo el día).
“El salchicherio, 2017, óleo sobre lienzo
Luego, fue clave el primer bodegón que pinté: una cena familiar con una vista cenital
donde todos comen pizza. Esta imagen me cautivó, tiene colores que contrastan entre
sí (amarillo y café), las pizzas tenían un muy buen gesto, los platos donde comen son
apenas insinuados y casi que invitan a comer, como si la pintura le hablara, le llamara.
Me pareció un muy buen acierto en cuanto a composición, easpecialmente por la vista
cenital. En consecuencia, y como acto de respuesta, empecé a tomar foto a la chatarra
que comía y a preguntarme por qué como esta comida basura, por qué me gusta tanto,
por qué la insistencia. De esta forma empecé a coleccionar imágenes de McDonald’s,
Domino’s Pizza, Jennos Pizza, Dogger, El corral, Dunkin Donuts, Krispy Kreme. Y a
preguntarme por qué y por qué tan recurrente este gusto tan particular, porque la veo
como una recompensa, como el perro al que le dan una galleta después de saludar con
la mano, una conducta condicionada. Porque después de una semana de parciales, de
entregas, de trasnochar, no hay mejor cosa que ir por una hamburguesa con los amigos
(al igual que yo, los condicionados). Como un gusto por lo malo, jamás voy a pensar en
un plato de lentejas después de finales. Es un placer culposo, pero delicioso, ir a estos
lugares. Además de la satisfacción y la recompensa de la que se habla, me reunía con
personas cercanas, y cumple una función de integración y generador de interacciones,
solo la comida puede hacer esto, lo demás es mentira. Aunque es difícil explicar el
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porqué de un gusto, tal vez es más fácil lo contrario, pero es un arraigo de niño, es una
conducta adquirida por un aprendizaje que se desarrolla por un premio o un castigo.
Los restaurantes en su publicidad muestran, que al comer ahí van a ser felices, la tierra
de la fantasía, en consecuencia, después de una semana larga de trabajo de exáme-
nes, etc. Nada mejor que la tierra de la fantasía. Nadar en un mar de Big Macs, perros
callientes, o escalar las montañas de papas fritas. Encontré una forma de ilustrarlo,
Los Simpson, a lo largo de sus temporadas, han hecho diferentes referencias a pelí-
culas, por ejemplo, en el capítulo I´m spelling as fast as I can, hacen un referente a la
película Requiem for a dream. Homero está en un restaurante de comida chatarra y se
anunciaba un nuevo producto. En el momento en que homero muerde la costilla sus
pupilas se dilatan, cae salsa sobre su camisa, empieza a temblar, pareciera que sufriera
un ataque y se repiten este ciclo. Además, su cinturón se abre, se limpia con la lengua,
y sale caminando lleno de baba. Cada vez que como una hamburguesa de McDonald’s
pasa algo parecido, su sabor, al entrar a la boca, es tan particular que al momento se
me escapa un gesto de felicidad.
No solo comerla es un espectáculo, pintarla es aún mejor. Estos objetos llenos de gra-
sa, volumen, colores vivos son muy llamativos. Para mí, y más que cualquier otra téc-
nica, la pintura le da un carácter y una fuerza, como si se complementaran estos dos
elementos. Uso la fotografía por una cuestión técnica, es únicamente un punto de par-
tida que pierde relevancia en el resto del proceso. Conforme la pintura va avanzando,
me adueño de la traducción y la exploro en términos pictóricos, con el que estoy muy
familiarizado y el cual me interesa trabajar y siempre estoy expectante por lo que pue-
do aprender, lo que la comida me puede enseñar. Como resultado, vuelvo los objetos
más gestuales, volumétricos, protagonistas en la mesa. Mi interés radica mucho más
en explorar la pintura como uno de mis formas de expresión principales, donde me
siento cómodo y donde puedo mostrar mis intereses plásticos y uno de mis lenguajes
favoritos. Este simplemente fue la mecha que prendió el polvorín, encontre algo con
lo que mi contexto y yo nos sentimos totalmente identificados, reconociendo marcas,
sabores, olores y colores, mostrando patrones de comportamiento y aprendizaje que
encontré en libros. Soy un apasionado de esta técnica, es un arraigo, un capricho que
para este proyecto sentí que queda muy bien, para la repetición, la monotonía… sentí
que debía ser hecho todo en pintura, era un llamado, una corazonada. Poner un brillo
en la carne de la hamburguesa, que parezca muy grasosa, el amarillo de las papas, los
colores vivos de los empaques y su particular reflejo que da el material que se logra
con veladuras de color blanco y rosado, los chips del perro caliente, El chocolate de las
donas, que juntando dos tonos de cafe queda perfercto. Quise continuar con el pro-
ceso que venía trabajando: los perros calientes del concurso, pintura; los gordos del
concurso, pintura; los primeros bodegones inventados, pintura. La comida chatarra
que comí en seis o siete meses, pintura. Este es una forma de trabajo que va crecien-
do y va cambiando, va evolucionando, se va cocinando y eventualmente culminara
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en algún, pero hoy, los arcos dorados brillan más que nunca y llaman para que sean
pintados. La pintura es ese capricho que tenía que dejar salir y que cierra este ciclo
universitario. A veces me es muy difícil explicar mi proceso de trabajo, lo conosco
muy bien, sin embargo ponerlo en palabras es algo confuso y no tan claro, hay un
juego muy interesante que hago en las pinturas y es que algunas las llevo a que se
vean más realistas y otras me dejo llevar por el gesto, obteniendo mejores resultados
con unas más que otras, pero con uno en particular. Al observar diferentes reacciones
de los espectadores me daba cuenta que después de ver las pinturas les daba hambre,
esto es totalmente inesperado y a la vez curioso. Me parece muy interesante cómo se
genera una reacción fisiológica en el cuerpo al ver una pintura de esta serie, babeamos
de forma involuntaria, que nos recuerda que ahí viene la comida. Vale la pena traer a
colación el experimento de Ivan Pavlov en donde los perros, después de los condicio-
namientos, generaban saliva cuando escuchaban un sonido. ¿El espectador cuando
coma una hamburguesa pensará en “En combo y agrandado”? ¿Qué sensaciones les
trae la comida chatarra?, ¿felicidad?, ¿placer? ¿Con qué asociamos la comida chata-
rra? Así que en “En combo y agrandado” la comida chatarra es la protagonista; las
hamburguesas, las pizzas, los hot dogs me llaman la atención ya que hacen parte de
mi cotidianidad junto con anécdotas, experiencias, interacciones y, primordialmente,
por cuestiones estéticas como textura, volumen, contundencia y color.
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Munoz, E. (4 de julio de 2018). People [Fotografía]. Recuperado de: https://people.com/food/joey-chesnut-miki-su-

do-2018-nathans-hot-dog-eating-contest/.
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Capítulo 2
Cuarto de libra con queso y Coca-Cola.
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Cuarto de libra con queso y Coca-Cola.
McDonald’s - Lo digo con orgullo, es el restaurante de comida que más me gusta, el

sabor de sus hamburguesas es tan único, al igual que sus papas, sus helados, su mayo-
nesa. La mejor es la Cuarto de libra con queso y Coca-Cola. Es como el amigo fiel que
nunca falla, al que se va cuando se tiene problemas, cuando se está feliz o triste, si no
hay plata, McDonald’s; después de una fiesta, McDonald’s; con un grupo grande de
amigos o solo, nadie lo va a juzgar, McDonald´s nos entiende a todos.
De las primeras cosas que recuerdo de McDonald’s es que, cuando era pequeño, se de-
cía que en uno de los restaurantes de Bogotá un ratón mordió a un niño en la piscina
de pelotas, todo un escándalo mediático. ¡Qué hubiera sido de ese episodio si para esa
época hubieran existido las redes sociales!
Dominós Pizza - Para Domino’s lo puedo ilustrar con los Simpson, en la temporada 15,
episodio 9 (Annoyed Grunt): Bart y Milhouse recorren una calle en una bicicleta mo-
torizada, el jefe Gorgory y Lu descansan en su patrulla cuando los escuchan, entonces
el jefe le comenta a Lu “¿Qué tal que sean una banda de motociclistas y no tenemos
refuerzos? Es mejor mantenernos con un bajo perfil”. Ahí Gorgory pone un letrero de
pizza encima de la patrulla, Lu le responde “¿Jefe, que tal que le gusten las pizzas? a lo
que el primero responde poniendo el logotipo de Dominós.
Este restaurante, cautiva por sus promociones y su particular sabor, es como un Mc-
Donald´s, para todo público, ricos pobres, niños, niñas, flacos, gordos, altos, bonitos
y feos. No falla. En todo tipo de reuniones y eventos, su sabor es único, sin embargo,
puede ser a veces un tanto monótono.
Dogger - Tengo una anécdota un poco grotesca de este lugar: en una ocasión, después
de una fiesta, con mis amigos fuimos a comer al Dogger que está ubicado por la calle
82 antes de llegar a la carrera 15. Al momento de entrar había un gordo borracho y dos
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amigos cuidándolo, este sujeto estaba casi que inconsciente y se estaba vomitando
encima, devolvio la comida mas rapido de lo que creia. Fue tan grotesco que se nos
quitaron las ganas de comer. Este restaurante es bueno, en la serie de pinturas fue
uno de mis preferidos, es una comida tan simple: pan con salchicha y salsas. No tiene
pierde, ver rodar las salchichas mientras se calientan es una experiencia que solo se
puede vivir ahí. A mi parecer, la clave para disfrutar de un buen perro caliente es adi-
cionarle todos los condimentos que ofrece este lugar, eso es lo que hace un gran perro
caliente.
Dunkin Donuts - Este restaurante es particular, que solo vendan un producto y que
sea tan exitoso, es como una droga, tal vez la joya subvalorada de la comida chatarra.
A mi parecer es el producto gringo por excelencia. Nuevamente cito a Los Simpson y
la infinidad de veces en los que personajes como Homero o el jefe Gorgory aparecen
comiendo donas, es tanto que se identifican totalmente con ese icono de la industria
alimenticia. Estar dentro de estos restaurantes me hace pensar o me transporta al tra-
bajo de Edward Hopper, Nighthawks… pienso que comiendo allí me convierto en uno
de estos personajes que pasan la noche en esta cafetería.
El Corral - Con este restaurante también crecí con un mito alrededor de sus productos,
alguien se inventó que sus hamburguesas estaban hechas de lombrices, si fuera cierto
pues… ¡que buen sabor tenían esas lombrices! Sus hamburguesas son buenas, aquí
es mucho más familiar, de gomelos, de buen sabor, me gustaban mucho los murales
caricaturescos de sus paredes, además era muy entretenido leer los viejos recortes de
periódico que había en sus mesas mientras salía el pedido. Me parecen caprichosos al
no tener domicilios, lo obligaban a uno a pararse de la cama e ir a alguno de sus res-
taurantes. Sin embargo, cambió, se globalizó, quitaron los murales, las icónicas mesas,
las reemplazaron por mesas comunes de madera, el lugar parece una tienda de ropa y
no el clásico lugar de comida rápida.
La Brasa Roja - Este tipo de restaurantes son únicos, escogí la Brasa Roja por simple
coincidencia, pudo haber sido Kokorico o Cali Vea (hay una lista enorme que no ter-
mina). Siempre he pensado que comer allí es la herencia de mis padres y mis abuelos.
Alguien me comentó una vez que el pollo asado es la comida colombiana por exce-
lencia y es cierto. En cada pueblo y rincón de este país siempre habrá un asadero de
pollo donde, especialmente los fines de semana, girarán esos pollos para satisfacer a
sus comensales. Cada familia tendrá una anécdota de cuando pararon en un pueblo a
comer pollo asado o tendrán su favorito. En mi caso, los domingos se almuerza pollo
asado, en el restaurante o en la casa, eso es sagrado. El pollo naranja, grasoso, de buen
sabor que se come sin pena y hasta roer los huesos, que no salgan con inventos de po-
llo broaster o frito porque no le llega ni a los talones. De toda la lista de restaurantes
que hay en esta selección, este es el único en el que no asistía con mis amigos: fue
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exclusivamente con mi familia, esta tradición se guarda y se respeta.
Six Flags - Este lugar fue una extraña combinación entre adrenalina, comida chatarra,
ganas de vomitar y súper héroes. A estos parques se procura ir temprano, para disfru-
tar todo el día. Fui con unos amigos en verano, desde el momento en que se entra al
parque a uno lo bombardean para comprar la mercancía de Batman, Superman y sus
amigos. Todo el parque está ambientado con superhéroes. Las montañas rusas son del
Joker, Superman, la Mujer Maravilla y una infinidad de personajes de la franquicia de
D.C. Al momento de comer hay una combinación de náuseas y cansancio por el sol.
Debido a que en el parque solo venden comida chatarra, la pizza fue una buena opción
y en la que menos fila había que hacer, en ese momento del día solo quería comer y
tener un descanso, porque recorrer esos parques es una completa peregrinación.
Kentucky Fried Chicken - Es una excepción, no es de mis favoritos, casi ni me gusta.

Para mí, este restaurante tiene una competencia muy grande que son los asaderos
de pollo. Este pollo broaster me parece algo insípido y sin sabor lo salva la salsa o el
picante que se puede adicionar. Voy algunas veces, porque a mis amigos les gusta ir
a este lugar, además aprovechamos las promociones que hacen, siempre es una bue-
na opción. Por otro lado, en cuanto a la ambientación del lugar, o mejor la forma en
que uno ve la cocina antes de pagar, es un tanto deprimente y no invita a comer en lo
absoluto, es estantería gris con bombillos encendidos que calientan este pollo, de lo
mejor para comer, tal vez, es la iconografía de sus envases, como el Bucket Meal, un
icono de este lugar.
Anónimo. Fotografía. 2018
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Capítulo 3
“Pizzas, perros, donas, hamburguesas, pollo y papas”
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“Pizzas, perros, donas, hamburguesas, pollo y papas”
“En combo y agrandado” es una serie de 14 pinturas pintadas al óleo, en las cuales se
muestran la comida chatarra que comí aproximadamente en menos de un año. Son
bodegones contemporáneos, con una temática o restaurante diferentes. Su composi-
ción cenital se asemeja a una fotografía publicitaria, esta es la comida que hace parte
de mí cotidianidad y la de mis cercanos. En la serie procuré en guardar un formato
similar para todas las obras 50 cm x 50 cm y todas pintadas con la misma técnica. Con-
tinué con uno de los aciertos de las pinturas previas a este proyecto artístico, que era
la composición cenital. Al igual que en ese primer bodegón, este tipo de vista funciona
perfectamente con las pinturas, es similar a una fotografía publicitaria, cautiva, invita
a acercarse y llama mucho la atención ver estos bodegones. Es un homenaje a la co-
mida chatarra, estas pinturas comprenden un sin fin de anécdotas y momentos desde
una vista imparcial donde el espectador ve todo lo que sucede en la mesa.
A lo largo de un año recopilé un gran número de fotos con comida chatarra, las fotos
fueron tomadas con el celular, un tanto chuecas o desenfocadas, para la foto correcta
tocaba pararse en la silla y ubicar el celular encima de la mitad de la mesa y tomar una
ráfaga de fotos para luego dar con la correcta o la que más se aproximaba. Posterior-
mente, con la ayuda de Photoshop, se corrigen algunos detalles y la foto queda lista
para convertirse en pintura. Las fotografías las usaba por cuestiones técnicas, por no
complicarme tanto las cosas, debido a que como dibujante no poseo gran destreza y
se alargaría el proceso de la elaboración de las pinturas. Ya teniendo todo proyectado
y listo para pintar, fue un proceso metódico y juicioso para poder elaborar 14 pinturas
en el tiempo asignado para este proyecto de grado, casi que funcionaba como una lí-
nea de ensamble, no hice mucha experimentación o cambios bruscos. Poco a poco iba
dando forma a la comida, conforme avanzaba se incorporaron estos deliciosos deta-
lles que le dan contundencia al objeto que se pintaba. El brillo que levanta y le da una
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sensación de grasa a la carne de hamburguesa, usar diferentes tonos de rojo para darle
más apariencia al pepperoni, usar diferentes colores para hacer los chips de chocolate
en las donas.
Las hamburguesas, fueron mis favoritas de pintar, especialmente las de McDonald’s,

todos los elementos que componen estas imágenes parecen los ideales para una bue-
na composición: el color vivo del rojo de sus empaques contrastaba con el amarillo
limón de las papas, la textura del pan con el detalle único del ajonjolí como pequeños
puntos blancos. El queso amarillo que sale tímidamente de la carne y las icónicas cajas
que envuelven el producto. Por otro lado, las hamburguesas del corral eran diferentes,
la textura y el color del pan eran diferentes, más rojizos y eran más lisos. Esta pintu-
ra no tiene grandes contrastes de color, me parece que con los cambios que hicieron
en la imagen del restaurante, unificaron muchas de estas cosas. Casi todo tiene una
paleta de color similar, la envoltura de las papas, los vasos, las mesas, todo un tanto
monótono.
Para las pizzas es una historia similar, es la pintura a la que más tiempo le dedique,
fueron aciertos tras fracasos, ponga y quite. Como resultado, quedó una pintura con
una atmósfera muy linda, casi que hogareña. La compone una luz que viene de la parte
superior izquierda, generando diferentes sombras en la parte inferior de los platos y
dando una apariencia un tanto amarilla a la comida. Sin embargo, la comida no es úni-
camente pizza, hay una ensalada, un arroz con mariscos, vino y cerveza. Otro aspecto
clave por lo cual esta pintura es diferente es que no está del todo centrada y aparece
un pedazo de otra mesa en la parte superior, rompiendo con los esquemas de las otras
pinturas que tienden a ser más monótonos. Six Flags fue una pintura en la cual dejé
que el gesto fuera protagonista, esta pintura se pintó más rápido que las otras, pocos
elementos la conforman haciendo que sea simple y, por ende, la pizza toma mucho
protagonismo. La pinté como si hiciera un archivo en illustrator, capa por capa, ama-
rillo, rojo, blanco y nuevamente rojo. La cubierta de la mesa acompaña muy bien la
comida, las veladuras blancas y amarillas le dan una profundidad.
Para Domino’s Pizza aparece un elemento que está solo en algunas pinturas: las sillas
del restaurante. Estas fueron un tanto aleatorio, al momento de hacerla me dio curio-
sidad y me gustó la forma en que conformaban la pintura. En cuanto a la comida, está
cuidadosamente hecha, los detalles que la conforman son claves para poder disfrutar
de la misma e incluso antojarse de una rebanada de pizza. Un detalle que me gusta
mucho de esta pintura son las pequeñas veladuras que dan a entender la textura del
cartón.
Las donas fueron una pintura relativamente sencilla porque no tenía tantos elemen-
tos, sin embargo, lo más interesante de estas fue hacer la madera. En la primera, las
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divisiones del piso son diagonal y de una apariencia vieja, llenos de distintos brillos,
tonos y sombras. A este lo contrasta una mesa de color grisáceo, en la cual tiene di-
rección de arriba a abajo. Pero el elemento más relevante fueron los detalles únicos
que tienen las donas como las coberturas de chocolate o los chips que están encima.
Una dona es un objeto tan simple que eso es lo que lo hace un elemento cultural tan
llamativo y repetitivo.
Las pinturas de los perros calientes tienen un hecho particular y es que son de un
único restaurante. Además, las mesas son las únicas de la serie que son metálicas, ha-
cerlas fue todo un reto, ya que emular en pintura el metal me parece muy complicado.
En ambas pinturas se ve una gran cantidad de blanco y poco a poco se deja ver el gris
o la sombra que forma la superficie metálica. En estas pinturas hay una bandeja roja
que contrasta con los colores fríos del piso y de la mesa que las conforman. Pintar los
perros calientes fue difícil, porque es una mezcolanza de elementos y colores, espe-
cialmente la parte superior del perro caliente, ya que tiene papas, salsas, diferentes
condimentos y debajo la salchicha. Estas pinturas tienen un elemento que me pareció
muy interesante de hacer y es la servilleta transparente con la que se coge el perro.
Parece un papel mantequilla.
Para hacer los pisos había que ser recursivo, paciente y muy gestual para lograr una
atmósfera diferente en cada una de las pinturas y, si este no cuadraba con los obje-
tos, volver a hacerlo. Estos tenían que tener una profundidad con pequeños brillos
y sombras pero que no fueran lo suficientemente protagonistas como para ser más
interesantes que la misma comida. Cada piso era diferente, haciendo variaciones de
grises entre fríos y cálidos, pequeños gestos que emulaban diferentes texturas, planos
de color. Al igual que el piso, las mesas eran una cuestión similar, pero un poco más
interesante: tienen mucha más relevancia y no se pueden dejar cosas al azar o a medio
hacer porque se ven terribles. Casi todas las mesas estaban hechas en una superficie
que emulaba la madera, por ende, tienen una dirección por las vetas, pero la paleta de
color no variaba mucho: la gran mayoría eran colores tierra. Algunos de estos colores
de las mesas fueron blancas y amarillas que eran una cobertura plástica en vez de ma-
dera, a decir verdad, preferí hacer las imitaciones de madera, eran de cierta forma más
retadora.
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McDonald´s 1
2018
Óleo sobre
lienzo
Dogger 1
2018
Óleo sobre
lienzo
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Detalle de la pintura “McDonalds #3, 2018.
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Detalle de la pintura “Brasa Roja” , 2018.
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Detalle de la pintura “Dunkin Donuts”, 2018.
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Detalle de la pintura “Dogger 1” 2018.
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Capítulo 4
¿Puedo tomar su orden?
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¿Puedo tomar su orden?
Bogotá - 13 octubre. Es martes en la noche y me estoy devolviendo de la universidad

con un amigo que vive muy cerca mío. Durante el recorrido hablamos de los partidos
de fútbol del fin de semana, de cómo está jugando la selección Colombia. Llegamos a
coincidir que para esa noche sería perfecto comer en McDonald’s y de paso aprovechar
los bonos que dan por su aplicación.
En el momento en que uno entra al restaurante siente el olor a papas fritas que es
inconfundible, desde ese momento se crea un nudo en el estómago (respuesta incon-
dicionada), como si todos los animales que uno tiene adentro supieran qué va a pasar
y se alborotan, hacen fiesta porque viene la comida y no cualquiera, viene la reina de
la comida chatarra. La fila avanza, a todos se les despacha rápido, tanto que uno no
tiene tiempo para decidir qué pedir. Al momento de tomar la orden el cajero lo reci-
be a uno con un “Bienvenido a McDonald’s, ¿puedo tomar su orden?”. La comida se
demora menos de tres minutos en salir, yo pedí un combo cuarto de libra con queso.
Me preguntan que si quiero agrandar el combo y digo que sí, que valga la pena. Cada
vez que me hacen esa pregunta en un restaurante de comida rápida pienso en Morgan
Spurlock, el protagonista de Super Size Me y me da un poco de remordimiento, pero se
me quita en un instante… a comer cuanto antes. Mi amigo y yo recogemos la comida
y pasamos a la barra de salsas por mayonesa, salsa de tomate, pepinillos extra, sal y
servilletas. Con solo ver la hamburguesa me da más hambre. Primero añado los pepi-
nillos y preparo las salsa, mezclo salsa de tomate con mayonesa y pimienta, la aplico
a la carne de la hamburguesa y dejo un poco para las papas.
No hay nada como el primer mordisco, esa sensación de sentir cada capa de la ham-
burguesa, la grasa de la carne, los diferentes condimentos, la suavidad y un sabor un
tanto dulce del pan, y la combinación de salsas. Después, pierde un poco la magia, tal
vez el éxito de McDonald’s es ese primer mordisco esos primeros segundos en el que
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se distinguen tantos sabores y que generan un pequeño suspiro de satisfacción al que

está comiendo.
El ciclo se empieza a repetir y su sabor se vuelve un poco más grasoso, sin embargo,
las papas fritas acompañan muy bien esta comida. Ahora noto que las papas no son
tan saladas como antes, es por eso que toca ir a la barra por un sobrecito y regarlo
por encima para que quede en ese punto de sabor característico. Adicionalmente, las
salsas son lo que potencia esta comida. La mayonesa con su sabor deja una sensación
un tanto suave en el paladar y mezclarlo con la salsa de tomate que es menos espesa
y un poco más amarga. Un equilibrio de sabores ideal. Por último, y para terminar la
comida, me tomo la Coca-Cola. En este punto ya estoy lleno y hay una sensación de
cansancio y satisfacción de haber disfrutado esa hamburguesa y querer un poco más.
Mientras nos tomamos la gaseosa, seguimos hablando y esperamos un rato a que la
comida haga un poco digestión. Por último, nos paramos de la mesa, cada uno lleva
su bandeja a la basura y salimos en busca del carro. Personalmente prefiero comer en
el restaurante que comer en la casa, ya que si es a domicilio la comida llega fría o no
llevan salsas o no las suficientes, además, no usamos cubiertos plásticos, solamente
cajas de cartón donde sirven los alimentos. Lo bueno del restaurante es tomarse un
momento y disfrutar en paz la comida.
Ahora, ¿se imaginan poder comer y nunca llenarse? o ¿comer sin engordar? Aunque
las respuestas a estas preguntas dan un poco de miedo, porque la esencia del cuerpo
humano sería alterada y nos convertiríamos en máquinas que solo ingieren basura,
por otro lado, comer sin saciarse y que la gula sea nuestra nueva forma de vida es muy
tentador. En diferentes programas de TV han recreado este tipo de comida tecnológi-
ca. Por ejemplo, Los Supersónicos con solo oprimir un botón aparece la comida lista
para consumir o con regar una gota de agua aparecen una galleta. Mucha polémica ha
generado que cada vez la comida se vuelve más artificial, más químicos, más nombres
extraños y puede que estemos a puertas de convertir un programa de caricaturas en
realidad. No obstante, esto no está tan lejano de la realidad, en su libro “El Dilema del
Omnívoro”, Michael Pollan menciona cómo científicos trabajan para poder modificar
la forma en que funciona el organismo del hombre para que lo que ingiera no le afecte
ni lo engorde, de forma que sería casi inmune a cualquier tipo de enfermedad, como
la diabetes.
“Los científicos han descubierto cómo sacarse de la manga un nuevo almidón a partir
del maíz que es virtualmente indigerible. Cabría pensar que esta cualidad no es par-
ticularmente beneficiosa para un alimento, a no ser, por su puesto, que sea esquivar
de algún modo el límite biológico de la cantidad de comida que cada uno de nosotros
puede comer en un año. Como el cuerpo no puede descomponer, el almidón resistente
se desliza a través del tracto digestivo sin transformarse en calorias o glucosa, lo que
32
Felipe Salgado
es especialmente beneficioso para los diabéticos, segun nos dicen cuando el falso al-
midón se una a los falsos azúcares y las falsas grasas, la industria habrá superado por
fin el problema del estómago fijo: habrá comidas completas que podemos comer tan-
tas veces y en tanta cantidad como queramos, puesto que estos alimentos no dejarán
rastro alguno. Pasen y vean al consumidor industrial definitivo ¡y totalmente elásti-
co!” (Pollan, 2006, Capítulo 1 p. 122)
Reardon, J. (1993). La promesa [Imágen]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=OdoOXbnBaBw&t=45s.
En consecuencia, los concursos de perros calientes perderían su gracia, ya todos los

seres humanos podrían comer y nunca saciarse. Ya no habrá comida ni buena ni mala,
ahora solo habrá alimento pal marrano, seríamos la especie omnívora por excelencia
que además arrasa con todos y todo, y, como en las películas de ficción o como en un
programa de caricaturas de Los Supersónicos, comeremos en pastillas y llegaremos a
marte para abrir cientos y cientos de sucursales de McDonald’s en el planeta rojo con
su éxito, la McMarte.
Michael Pollan en el mismo libro cuenta la historia de cómo nacieron los combos
agrandados en McDonald´s. David Wallerstein un importante trabajador en su juven-
tud empezó trabajando en cines, allí buscaban incrementar las ventas de las confi-
terías haciendo que los clientes compraran en más cantidad, sin embargo, al llevar
dos porciones de comida, los compradores se sentían glotones y no se sentían cómo-
dos. Wallerstein, descubrió que los clientes comerían más palomitas y tomarían más
gaseosa si estos vinieran en recipientes más grandes. Fue entonces cuando crearon
los recipientes de dos cuartos y el Big Gulp de 200 centilitros (Literalmente, gran tra-
go, este es el nombre comercial del enorme vaso en el que la cadena 7 Eleven ofrece
las gaseosas.) (Pollan, 2006, Capítulo# p. #) En los años sesenta, cuando Wallerstein
ya trabajaba en McDonald’s, intentó por todos los medios convencer a Ray Kroc de
aplicar este nuevo formato para sus productos, pero a Kroc no le convencía. Así que
Wallerstein vigiló los restaurantes ubicados en Chicago y notó que algunos comporta-
33
mientos de los clientes mostraban que querían más comida en sus platos. Finalmente,
presentó sus pruebas, estas raciones agrandadas fueron aprobadas y se convirtieron
en todo un éxito en ventas a nivel global. Esto es una prueba que el estómago del ser
humano siempre va a querer un poco más, no va a estar satisfecho casi en ningún pun-
to, y por esto, si descubren el almidón indigerible, veremos en McDonald’s porciones
de diez o más hamburguesas, diez porciones de papas y diez gaseosas en la mesa de un
niño de diez años. (Pollan, A., 2006, p. 110)
Super SIZE ME es posiblemente uno de los documentales más críticos hacia McDo-
nald’s, fue dirigido y protagonizado por Morgan Spurlock un cineasta americano quien
pone a disposición su cuerpo y su salud con tal de probar su argumento. En su docu-
mental, Spurlock, quien es una persona en buena condición física, de buena alimen-
tación y que no suele comer comida chatarra, realiza un experimento con su propio
cuerpo y arriesgando su salud para mostrar el daño y los cambios que la comida rápida
pueden ocasionar, siendo esta una de las causas principales de obesidad. El experi-
mento consistió en que todas sus comidas (desayuno, almuerzo y cena) fueran de Mc-
Donald’s durante un mes completo. Antes de empezar, visitó varios médicos y centros
de salud para hacer todas las mediciones de peso y masa corporal para compararlos
al final del mes cuando solo haya comido McDonald´s. Algo muy importante es que
cuando él esté pidiendo su comida y la cajera le pregunta que si quiere agrandar el
combo que pidió debe contestar que sí.
De esta forma Spurlock empieza su nueva dieta y, conforme van pasando los días, va
sintiendo cambios en su cuerpo, en los primeros días sube 3 kilos dejando asombra-
dos a los médicos que controlan su peso. Con el pasar de los días se empieza a sentir
cansado, sin energía y las actividades que solía hacer ahora le cuestan mucho más tra-
bajo, como subir las escaleras para llegar a su apartamento. En cuanto a las porciones
agrandadas, es una cantidad de comida absurda, aproximadamente son 250 gramos de
papas fritas más 1.5 litros de gaseosa, la primera vez que el protagonista comió se vó-
mito de la cantidad de comida. Conforme avanza el mes su cuerpo sufrió más cambios,
sigue subiendo constantemente de peso, su presión sanguínea aumenta, su hígado es
el órgano que más se ve afectado. Para el final del mes aumentó 11 kilos, pasó de 11%
de grasa corporal a 18%, duplicó el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria y car-
diaca, se sentía deprimido y sin energía, y presentaba altibajos emocionales. Concluye
mostrando todos estos cambios que esta comida puede generar en el cuerpo e invita a
los consumidores a cuidar su salud con hábitos de ejercicio y comida sana.[1]
McDonald’s en mi experiencia lo asocio con una fábrica a escala: pides, esperas tres
minutos y obtienes una hamburguesa a bajo costo, como una línea de ensamblaje de
1 Spurlock, M. (Morgan Spurlock). (2006). Super Size Me[Youtube]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=TRw4iskbx44&t=4405s
34
Felipe Salgado
comida rápida. Tal vez Henry Ford se lamente en su tumba al no haber comido allí en
su época, de haber sabido, él hubiera hecho los asientos de las sillas más anchos para
que las personas con obesidad cupieran cómodamente. En la película The Founder
muestran cómo los hermanos McDonald’s crean la cocina perfecta, en la cual todas
las tareas que se lleven a cabo se puedan hacer de forma ordenada y sin ningún con-
tratiempo. Ellos buscaron que las papas se fríen a tal temperatura en tanto tiempo,
que las salsas sean aplicadas con un dispositivo especial en la cantidad adecuada. Al
igual que esta pequeña línea de ensamblaje, Henry Ford revolucionó el mercado con
su capacidad para reducir costos incrementando la producción y creando una ma-
yor accesibilidad al producto que vendía. Esto consistió, en primera instancia, en la
realización de cadenas de montaje y máquinas especiales, generando así un trabajo
organizado, especializado y reglamentado, pero su mayor estrategia fue subir el sala-
rio a sus trabajadores para que tuvieran el suficiente dinero para comprar un carro de
la compañía, que era considerado como un lujo para una clase media y popular. Por
ende, el fordismo trajo consigo la creación de un obrero especializado y una clase me-
dia adinerada, la creación de empleos y una gran producción de automóviles.[2]
2 Redacción BBC. (2018). Qué es el Modelo Henry Ford y cómo Amazon lo está siguien-
do al aumentar el sueldo mínimo de sus empleados a US$15 la hora . BBC. Recuperado de:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45739395.
35
Anonimo. Recuperado de: https://community.intelligentfanatics.com/t/the-

founder-of-dominos-pizza-meets-his-idol-ray-kroc/432.
36
Felipe Salgado
Capítulo 5
¿ Es mi hermano más tonto que un hamster?
37
¿ Es mi hermano más tonto que un hamster?
Durante el año que duró este proyecto de grado, fui aprendiendo de nuevos referentes,
conceptos tanto artísticos como académicos. Gracias a mis asesores encontré uno de
los más interesantes que me ha causado mucha curiosidad y que dichos estos estu-
dios explican mis comportamientos, que no son inusuales, son tan comunes que los
animales asemejan, más bien, son adquiridos por buenas o malas experiencias. Y en
mi opinión fortaleció todo lo anterior que había planteado principalmente porque ex-
plica muchas cosas, comportamientos, actitudes, estimulos y respuestas, además que
pude entenderlos con ejemplos prácticos como campañas publicitarias que se basan
en estos estudios para vender sus productos o servicios. estos son los estudios de con-
dicionamiento que realizaron los científicos Brurrhus Skinner e Ivan Pavlov en el siglo
pasado, siendo hoy en día muy relevantes.
El Conductismo es una teoría psicológica que tiene como objeto de estudio las con-
ductas que pueden ser observadas en el ser humano. Esta se divide en dos: condicio-
namiento clásico, siendo los referentes más importantes los científicos Ivan Pavlov y
James Watson, y el condicionamiento operante, Burrhus Skinner. Esta teoría se puede
definir como: “La capacidad que tienen los organismos para detectar y aprender acer-
ca de la relación predictiva entre señales y eventos importantes”.3
El conductismo clásico fue descubierto y potenciado por el científico ruso Ivan Pavlov.
Nace en Rusia a mediados del siglo XIX donde realizó sus estudios en química y fisio-
logía animal y profundizaciones en el sistema nervioso humano enfocado en el cora-
zón, posteriormente en fisiología digestiva. En el año 1888 hace un descubrimiento
muy importante relacionado con los nervios que estimulan las secreciones digestivas
en el páncreas, lo que lo conduciría a realizar diferentes experimentos en animales
[3]
DOJMAN, MICHAEL. Principios de Aprendizaje y Conducta. Cuarta Edición. pagina 60
[4]
ibid
38
Felipe Salgado
para determinar su conducta. Finalmente, se vuelve profesor de fisiología en el año de

1895 y en el año 1904 se le otorga el Premio Nobel por su trabajo investigativo[4].
En el condicionamiento, las conductas son involuntarias, el sujeto es pasivo, más aún,

en este experimento el ambiente actúa sobre el sujeto, los acontecimientos son prece-
dentes y funciona como una asociación de estímulos. Hoy en día el condicionamien-
to clásico se considera como un proceso complejo en el que intervienen numerosas
respuestas, no sólo las glandulares y viscerales [...] Además, depende de la relevancia
del EC (estímulo condicionado) y del EI (estímulo incondicionado), de la presencia de
otros estímulos durante el condicionamiento, de lo sorpresivo que puede ser el EI, de
la edad de los sujetos (Dess y Soltysik, 1993) y de otras variables”. [5]
El experimento de Pavlov se realizó en varias etapas conforme notaba cambios en el

sujeto. En primer lugar, se preguntó ¿qué es lo que provoca la salivación en el perro?,
¿es esto debido a un reflejo nervioso? Primero puso un tubo en la mejilla del animal
para poder recolectar muestras, después de varias muestras se dio cuenta que la saliva
se produce cuando la lengua del perro toca la comida, esto lo llamó reflejo de saliva-
ción. Conforme se hacían más pruebas, los perros empezaron a familiarizarse con el
experimento y empezaban a salivar antes de que sus lenguas fueran estimuladas. Fue
entonces cuando Pavlov diseñó una pequeña pared frente al animal para que este no
supiera qué era lo que pasaba. Y antes de pasar la comida produjo un estímulo (EN)
que no estaba relacionado con la alimentación, el sonido de un metrónomo. Nueva-
mente, el animal vuelve a salivar cuando su lengua toca la comida, en consecuencia,
el perro conectó el sonido del metrónomo con el alimento y posteriormente el sonido
hacía salivar al perro, aunque no hubiera comida en ese momento. A esto lo denomi-
nó EC, Estímulo condicionado. Finalmente, Pavlov repitió el ejercicio con diferentes
sonidos como campanas, cajas de música y demás obteniendo como resultado la res-
puesta condicionada. (Arambarri y Fernandiz, (P., 1997, p. #))
Un ejemplo para el condicionamiento clásico se puede observar en las mejores campa-

ñas publicitarias. Aquí ocurre una asociación de estímulos que generan una respuesta
en particular, un sentimiento o un recuerdo. Marlboro ha realizado una de las campa-
ñas publicitarias más exitosas de la historia, el éxito radica en que muchos asociaban
al vaquero con sentimientos muy específicos. El vaquero es el EI (estímulo incondi-
cionado) que provoca sentimientos como masculinidad, seguridad y fuerza, esto es
la RI (respuesta incondicionada). Por lo tanto, el producto Marlboro se asocia como
el EC (estímulo condicionado): el vaquero siempre va a evocar el mismo sentimiento
positivo y finalmente la RC (respuesta condicionada) consiste en que los compradores
sigan usando la marca Marlboro (REF). Mediante la adquisición, que es un proceso bá-
5*
FERNANDIZ PILAR. Principios del aprendizaje. Cuarta Edición. pagina 110.
39
sico del condicionamiento clásico, la compra de cigarrillos (RC) se va incrementando

gradualmente mediante la aparición del EC (Marlboro) y del EI (el vaquero), es por
esto que aumenta la fuerza de la RC: la compra de cigarrillos. Finalmente, cuando los
consumidores establecen un vínculo con el estímulo incondicionado, aprenden por
asociación (es más efectivo si este lo asocian con necesidades o sentimientos) y aquí
es donde es más efectiva esta campaña al haber una conexión fuerte entre el estímulo
no condicionado y el estímulo condicionado. [6]
Por otro lado, el científico estadounidense Burrhus Frederic Skinner es el referente

principal del condicionamiento operante. Fue un psicólogo estadounidense con un
doctorado en la Universidad de Harvard en 1931. En ese mismo año también trabajó
como profesor de la Universidad de Minnesota. Su trabajo se vio influenciado por el
condicionamiento clásico, en especial el trabajo Ivan Pavlov y John Watson. Sus estu-
dios proponen que cualquier tipo de conductas adquirida por un aprendizaje que se
desarrolla por un reforzamiento positivo que alude a los procedimientos en los que
la respuesta instrumental activa produce un estímulo apetitivo o un castigo que hace
referencia a procedimientos en los cuales la respuesta recibe un estímulo adverso.
Un reforzamiento negativo que es que previene la presentación del suceso ambiental.
“Mediante las recompensas se busca potenciar las conductas para que en un futuro
se vuelvan a repetir” y mediante los castigos se busca disminuir la aparición de di-
cha conducta. Por ejemplo, un niño pequeño cuando hace su tarea recibe un refuerzo
agradable, un helado. Al no hacer su tarea, se le castiga no dejándolo salir al parque.
Basándonos en el mismo ejemplo, cuando el niño hace su tarea, se le quita una tarea
“desagradable” como lavar los platos; cuando no la hace se le quita un juguete, que es
un estímulo “agradable”. (Domjan, 2018)
A diferencia del condicionamiento clásico, las respuestas son emitidas no son espon-
táneas, el sujeto actúa sobre el ambiente, los acontecimientos son siguientes más no
consecuentes, el individuo es activo y sus consecuencias originan su conducta. En uno
de sus experimentos más importantes, se usa una paloma dentro de una jaula, ella
empieza a explorar su entorno, se da cuenta que hay tres círculos de colores rojo, ver-
de y amarillo. Cuando siente curiosidad va y explora los círculos de colores, primero
picotea el rojo y le echan agua (castigo), la paloma se aleja. Posteriormente, pica en el
círculo amarillo y se le da comida (refuerzo positivo) y repite esta acción varias veces.
Por último, pica en el último círculo (verde) donde no ocurre nada. Al experimento
se le da una pausa y al retomarlo la paloma reconoce el color que le da recompensa
y no vuelve a picar en los otros dos. Otro ejemplo, en esta ocasión usa dos palomas,
6
Autor, A. A. (2010). La publicidad y el Aprendizaje del consumidor[descripción de la
forma]. Recuperado de https://es.slideshare.net/BONODG/condicionamiento-clasico-e-intru-
mental-en-publicidad-3438534
40
Felipe Salgado
las pone a en una dinámica como el Ping Pong. en una mesa pequeña empujan una
pequeña bola, la paloma que deje caer la pelota no recibe recompensa y la ganadora
recibe su premio, comida.
Al igual que el condicionamiento clásico, el condicionamiento operante también tiene

una aplicación en la publicidad. En este medio se busca reforzar o recompensar al con-
sumidor dando regalos, bonos, descuentos. En una publicidad de Pepsi, le preguntan a
un hombre qué es lo que puede ser: ¿puede ser muy bueno? y el hombre afirma, puede
y toma la Pepsi. En consecuencia, muestran una serie de hechos afortunados que pa-
san solo por tomar esta bebida. Los Simpson también hacen una referencia al condi-
cionamiento operante, en el capítulo “La promesa”, Lisa se pregunta “¿es mi hermano
más tonto que un hámster?” y realiza unos experimentos en base al conductismo para
comprobarlo. Primero, ubica al hámster en una jaula con apariencia de una casa y pone
comida encima de una estantería, el animal mueve una pequeña silla para alcanzar la
comida y lo logra. Después hace exactamente lo mismo con Bart: ubica un ponqué en-
cima de la biblioteca y espera la reacción de su hermano. Él, al ver el ponqué, sube por
las repisas, pero se le viene encima y no obtiene la recompensa. En la segunda prueba,
Lisa conecta corriente a la comida del Hámster, este se acerca lleno de curiosidad e
intenta obtener la comida, pero sale electrocutado y se aleja inmediatamente. Por el
contrario, Bart cuando se electrocuta sigue intentando tomar el ponqué y no se aleja,
sino que sigue intentando hasta quedar traumado con los ponqués. Bart viene siendo
la antítesis de esta teoría. [7]
7
Reardon, J. (9f14). (1993). La promesa [Youtube]. Recuperado de https://www.youtube.
com/watch?v=OdoOXbnBaBw&t=45s
41
42
Felipe Salgado
Capítulo 6
Entre más grande, mejor
43
Entre más grande, mejor
Los bodegones o naturaleza muerta, en la historia del arte, no han tenido tanta rele-
vancia y han estado en un segundo plano. Su historia se remonta a los países bajos en
el año 1600, en ese momento los artistas tenían la libertad de escoger libremente cual-
quier objeto para pintar y se dieron cuenta que el “tema” puede ser algo secundario,
los objetos vulgares y banales pueden componer un cuadro, por este motivo se abrió el
campo de la experimentación técnica. Fue entonces cuando los contrastes de color, la
armonía, el volumen y la luz se trabajaron con los objetos que se pintaban. Se pueden
diferenciar dos tipos de corrientes: por un lado, los artistas de Países Bajos con los
bodegones pretendían mostrar la riqueza y opulencia de una clase social privilegiada;
por el otro, en países como Italia y España, su contenido era de carácter religioso, mos-
traban la caducidad de la vida, la muerte y las riquezas terrenales. (Gombich, 1996)
Wayne Thiebaud, Three Donuts, 1920. Oleo sobre

lienzo
44
Felipe Salgado
En este proyecto artístico mi primer referente es Wayne Thiebauld (1920 - actuali-

dad). Es un artista norteamericano del siglo XX. Thibault nació en Estados Unidos en
1920, antes de dedicarse completamente al arte fue publicista, ilustrador y caricatu-
rista, entre otras labores. Estudió arte entre los años de 1949 - 1953 en la Universidad
del Estado de California. Fue uno de los aprendices de Walt Disney con la intención de
convertirse en dibujante, sin embargo, un amigo suyo impulsó su carrera artística. En
un viaje a Nueva York el artista conoce grandes referentes de la época como Willem
y Elaine de Kooning, sin embargo, siguió en la con la intención de exponer su trabajo
en la costa este de los Estados Unidos. Thibault es asociado al pop art más conocido
por sus pinturas de comida de donas, pies, conos de helado, pasteles entre otros. Él se
consideró como un pintor “pasado de moda”. En sus pinturas recurre a sus recuerdos,
o una visión propia de la “americanidad”. 2. Usaba gran cantidad de pigmento y exa-
geraba tanto las sombras como los colores de los objetos que él pintaba. Al igual que
Edward Hopper, Thibualt tiene una gran sensibilidad hacia su contexto.
Wayne Thiebaud, Five Hot Dogs, 1961. Oleo sobre lienzo .
Thiebaud en su pintura usa elementos que son iconos de la cultura americana por
excelencia y que mostraban el espíritu americano, uno de ellos es el hot dog como lo
ilustra el libro Made in U.S.A. “The hot dog is the paragon of the easy - to - prepare,
easy - to eat - on the run food for which America is famous for”. “El perro caliente
es un estandarte de lo fácil de hacer, fácil de comer en el camino, que es por lo que
Estados Unidos es famoso” .
45
“Americans munch their hot dogs while standing, participating in some other activity,
or watching a baseball or football game. Hot dogs are also a staple of the picnics that
mark the three national summer holidays and the weekend barbecue”. [referencia
Además se le daba mucha importancia a la forma en que se producía la comida y se
distribuía tal como una línea de producción en una fábrica. “Is produced in a typically
American way: processed in mechanized food plants, assembled into quantity pac-
kages, cooked in large numbers and marketed at franchised food outlets that place a
premium on rapid, quantity service”. (Stich, 1987, Capítulo American food and Ame-
rican Marketing, p. 78)
Mi segundo referente artístico es Claes Oldenburg, este artista nace en 1929 en Suiza
y a muy temprana edad se muda con su familia a Chicago […] Al igual que Thibault,
Oldenburg recurre a varios elementos de la cultura americana, más que todo objetos
de la vida cotidiana. Al igual que muchos artistas de la época, Oldenburg consideraba
la comida como un tema muy importante en su obra, y combina los símbolos cul-
turales con humor. Nos muestra cómo objetos cotidianos simples pueden tener un
impacto monumental en su contexto y en el espectador. Como lo dice en un podcast
“Al final de los 60 empecé a hacer versiones agrandadas de lo que estaba bocetando,
lo que pueden ver aquí es un borrador (type ride eraser), [...] esto era una propuesta
para DC, la idea inicial era redefinir el obelisco y cambiarlo por unas tijeras y que el
mango esté enterrado bajo tierra, solo dejando ver la parte metálica” De esta forma,
personifica la tendencia neodadaísta establecida por John y Rauschenberg que tanto
éxito le trajo al arte pop (Referencia libro American Art). En su obra empieza a au-
mentar las dimensiones de los objetos hasta proporciones gigantescas. Sin embargo,
a diferencia de Thibauld su trabajo es escultórico, de gran volumen, con apariencia
grasienta, desbordando los límites convencionales de la ya conocida hamburguesa.
Para esa época, la comida chatarra está en auge y todas las cadenas de comida rápida
hacían campañas publicitarias ostentosas mostrando quién vendía la mejor y la más
deliciosa comida. En consecuencia, las ventas de los restaurantes se incrementan y,
por ende, se da la expansión de McDonald’s, Burger King y Wendy´s.
Oldenburg, en primer lugar, asimila este fenómeno publicitario y lo incorpora usando

humor a su obra, creando así las hamburguesas más grandes y más grasosas de Esta-
dos Unidos. Como lo menciona el libro Made in USA, este artista recurre a celebrar la
cultura americana, la grandeza, opulencia, por medio de una gran hamburguesa [libro
Made in USA]. En una de sus esculturas más famosas, “Floor Burguer” él se interesó
en buscar materiales suaves que cuando moviera la pieza esta cambiara de forma y, lo
más importante, es que las esculturas tuvieran relleno suave, como lo afirma en una
entrevista de su exposición “The Store” en el Moma. Esta obra es una hamburguesa
que esta puesta en el piso de la galería, tiene cuatro capas propias de una hambur-
46
Felipe Salgado
guesa. En la parte superior está un pepinillo de color verde de apariencia rígida, luego
viene el pan, que por la textura del material se pueden ver las arrugas, debajo está la
carne que es de color rojizo, como si pareciera cruda y, por último, la última rebanada
inferior del pan. Otras obras que aluden a la hamburguesa son: Two cheeseburgers,
with everything - Hamburger with Pickle and Olive. En su exposición The Store, Ol-
demburg redefine la relación entre pintura y escultura y entre objeto y forma. Las
esculturas evocan productos comerciales y comestible, todas están hechas de cartón,
periódico, todo bajo un contexto citadino. (Mahony, 2006)
Claes Oldenburg, Floor Burger, 1962. Acrilico sobre lienzo

con espuma de caucho y cajas de carton.
Como referente audiovisual, y uno de los más interesantes, es la película “The Foun-
der”, esta película es además un referente para emprendedores y empresarios, fue di-
rigida por Jhon Lee Hancock y protagonizada por Michael Keaton en el papel de Ray
Kroc, Nick Offerman como Dick McDonald, John Carroll Linch como Mac McDonald.
La película retrocede en la historia y muestra una sociedad americana que trata de
seguir adelante después de la segunda guerra mundial, además es muy importante el
cambio que genera en la industria de la comida rápida con la aparición de McDonald’s
y un nuevo modelo de restaurante.
La película muestra a Kroc como un fracasado vendedor de electrodomésticos para

restaurantes que recorre el occidente de Estados Unidos en busca de algún comprador.
Los hermanos McDonald lo contactan para realizar un gran pedido de máquinas para
hacer malteadas y él, extrañado por la rareza del pedido, decide ir a entregarlas perso-
nalmente. Cuando llega al restaurante se lleva una gran sorpresa: en la época abun-
daban el modelo de Drive - thru donde la comida la llevaban hasta el carro, pero ese
47
servicio tenía falencias como el tiempo, la calidad, la limpieza y que no era del todo
familiar. Kroc al recibir su orden hace esta serie de preguntas: ¿cómo me como esto?
¿Dónde están los cubiertos? ¿En dónde me siento a comer? El empleado le responde:
Cómelo directo del empaque, luego tiras la envoltura a la basura. Y donde quieras: en
tu coche, en una banca, en el parque. Esta parte es muy importante, Kroc al hacer esas
preguntas nos contextualiza, además que muestra lo innovador que es McDonald`s
para la época, incorpora el concepto de “On the run”, es decir que se ordena la comida
y se puede comer en cualquier parte y es tan revolucionario que hoy en día se sigue
usando ese concepto, especialmente en la comida rápida.
Posteriormente, conoce a los hermanos McDonald y Kcroc muestra su cara más amable
ganando su confianza, así mismo ellos fueron revelando el éxito de su restaurante y
la forma en que sistematizaron la comida rápida. Muestran cómo sistematizaron todo
el proceso en la cocina para ser lo más eficientes posibles, sin retrasos, sin accidentes,
sin errores. Para poder cumplir esta labor crearon utensilios que distribuían la salsa en
una proporción ideal, la cocción de la carne era por tiempo contado y cada trabajador
de la cocina tenía solo una función específica, funcionan como piezas de un reloj. Kroc
vio una oportunidad de negocio inmensa y se volvieron socios junto con los herma-
nos McDonald, prontamente se ve la gran intención por expandir los restaurantes por
todo Estados Unidos a pesar de los llamados de atención por parte de los hermanos al
justificar la pérdida del control de calidad de los productos.
Finalmente, Kroc se adueña prácticamente del imperio dejando a un lado a los her-
manos e incorpora un modelo de negocio basado en compra el terreno y alquilar la
franquicia y el que no cumpliera con dichos lineamientos era multado, siendo así esto
le permitía tener el control absoluto sobre la calidad del restaurante. El fundador de
McDonald’s, como lo muestra la película, es una persona que vio una oportunidad y
la aprovechó al máximo a pesar de ser cuestionado por los medios en los que lo con-
siguió. Fue una persona que decidió no conformarse con nada, su esposa lo invitó a
vivir una vida tranquila en los suburbios, los hermanos McDonalds le pidieron que sus
restaurantes no se expandieron con miedo a perder sus valores iniciales y así fue que
él dirigió una de las cadenas de comida rápida más grande del mundo. [8]
8
Handfield, D. (Productor) y Hancock, J. (Director) . 2016. The Founder [Película].
Estados Unidos: FilmNation Entertainment el Combin.
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Capítulo 7
“Un comportamiento condicionado”
50
Felipe Salgado
“Un comportamiento condicionado”
En conclusión, “En Combo y Agrandado” fue un proyecto artístico que cierra un ciclo
de trabajo muy importante para mí, todos los proyectos que tienen que ver con comida
a lo largo de mi carrera se afianzan con esta serie de pinturas. El tema de la comida re-
presenta un flujo de trabajo importante que asumí involucrando mis intereses perso-
nales junto con los artísticos, me llamó la atención mostrar un aspecto de mi vida per-
sonal tan sencillo y banal pero que me identifica y a muchas personas que me rodean,
porque cualquier persona tiene un placer culposo, pienso que todos cuando se trata
de una hamburguesa o un perro caliente, desde el estrato más alto al mas bajo tienen
un aspecto en común. En el camino aprendí que para lograr una o veinte de pinturas
hay que trabajar de forma organizada y teniendo una disciplina inquebrantable lo que
significa pasar jornadas enteras sentado frente a la pintura desarrollando paso a paso
y ser paciente hasta ver cómo toma su forma definitiva, si está bien equilibrada y que
al verla generé un impacto. Lo que me costó fue tratar de poner en palabras todas mis
intenciones y que estas fueran claras para quien lo ve y quien lo lee, muchas veces no
encontraba las palabras necesarias para describir las causas o un porque, ya que no era
lo suficientemente claro, pero todo es parte de un proceso, con el tiempo se van acla-
rando las ideas, se van descubriendo temas nuevos y se va aprendiendo de los errores.
Es importante decir que por más que me gusten la hamburguesas y la comida chatarra
esta no fue la principal razon del proyecto, todo giro en torno a mis intenciones artís-
ticas y mi interes por expandir y afianzar mi lenguaje plastico.
Este proyecto me enseñó a querer mucho más la labor que desempeño y conocer aún
más las fortalezas y falencias que puedo tener como artista. Durante el proceso me
intereso mucho la influencia que tiene las campañas publicitarias en aspectos coti-
dianos y como somos influenciados por estas. Adicionalmente, como desarrollamos
conductas y comportamientos por asimilación de estímulos. Como resultado final, la
51
serie de pinturas fue algo que disfruté mucho, la elaboración de diferentes tipos de
comida, de tener la suficiente destreza y que constantemente se interiorizan conoci-
mientos, de cómo lograr un objeto, qué cambiar para lograr un gesto perfecto, una luz,
una sombra exacta.
En combo y agrandado es entonces un interés personal combinado con el profesional,

una vista de una pequeña ventana hacia mí cotidianidad y de las personas que me ro-
dean pero que esta es global y que nos involucra a todos, bien sea a favor o en contra
de este tipo de comida y este tipo industria. Más allá del debate que se pueda abrir con
respecto a este tema, que, si es bueno o no, hoy no me interesa resolver esas inquie-
tudes, en un futuro puede que sí o puede que deje de pintar comida, eso el tiempo lo
dirá. Me interesaron mucho mis referentes principales, como el humor y la respuesta
que presenta Claes Oldenburg frente a las campañas publicitarias de quien vende la
mejor hamburguesa o la forma en que Wayne Thiebaud pinta donas, helados, pasteles
y la forma en que desarrolla una iconografia unica que hace que cualqueira que vea un
helado o un pie piense en Thiebaud.
Por más que ame las hamburguesas, los perros calientes y las donas, no fue la causa
que llevó a toda la construcción de este proyecto artístico. Fue un excelente punto de
partida, así que tomé todos los elementos que ya tenía, la vista cenital, la comida cha-
tarra, la primera reacción positiva y curiosa del espectador y mi día a día y le aposté
todo, poniendo el cien por ciento de mis energías, mi capacidad de trabajo y mis moti-
vaciones para sacarlo adelante. En el planteamiento mi objetivo principal fue crear un
gran número de pinturas, una serie de repetición, de pura comida chatarra de restau-
rante, cuidando todos los parámetros iniciales, pero que indudablemente fuera conse-
cuente todo el proyecto. Conforme fue pasando el tiempo y el número de pinturas fue
creciendo cada vez más me fui entusiasmado, me adueñe y potencie la traducción de
la fotografía a pintura, volviéndola completamente irrelevante, obteniendo resultados
buenos y malos, pero nunca dude de lo que tenía en las manos, y estaba convencido
de mi trabajo y quería realmente verlo hecho realidad. Como resultado final, obtuve
una serie de catorce pinturas que a mi parecer tiene mucha fuerza y contundencia, sin
dejar a un lado su sentido del humor y banalidad. La culminación de un proceso de
tiempo atrás que se afianza con“En combo y agrandado” siendo este la cereza del pon-
que, un acercamiento a la publicidad y a la psicoloíga en varios sentidos, el primero,
por el tipo de composición que es usado en la fotografía de productos de comida. El
segundo, porque entendí todo lo relacionado al condicionamiento con ejemplos reales
de campañas publicitarias, llamándome mucho la atención y queriendo aprendiendo
mucho más. La explicación de muchos comportamientos y conductas mías. Todo está
dispuesto, la comida está preparada, el hambre empieza a crecer, las papas se fríen, la
carne salta de jubilo, esta línea de ensamblaje esta lista y funcionando, la fábrica va
a tope. Espero que cada vez que alguien coma en McDonald’s, se le venga a la mente
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una pintura, cada vez que alguien vea la pintura le de hambre y cuando le de hambre
vuelva a comer en McDonald’s y que este círculo vicioso se repita hasta el fin de los
tiempos.
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Bibliografía
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Universidad de Los Andes

Publicado por primera vez en Bogotá Colombia

Reservados todos los derechos en lengua castellana. No está per-

“Nuggets, pizzas, hamburguesas, perros calientes,

La mejor forma de empezar este texto es hablando de comida, y de la mejor: la comida

La comida chatarra en la vida de este millennial de 23 años, estudiante de arte, de 1.65

La comida chatarra es un fenómeno que se ha “viralizado” desde el siglo pasado, es

En una ocasión, mientras pasaba el tiempo en Internet, di con un concurso de la perso-

“El salchicherio, 2017, óleo sobre lienzo

Munoz, E. (4 de julio de 2018). People [Fotografía]. Recuperado de: https://people.com/food/joey-chesnut-miki-su-

Cuarto de libra con queso y Coca-Cola.

McDonald’s - Lo digo con orgullo, es el restaurante de comida que más me gusta, el

exclusivamente con mi familia, esta tradición se guarda y se respeta.

Kentucky Fried Chicken - Es una excepción, no es de mis favoritos, casi ni me gusta.

Anónimo. Fotografía. 2018

“Pizzas, perros, donas, hamburguesas, pollo y papas”

Las hamburguesas, fueron mis favoritas de pintar, especialmente las de McDonald’s,

Detalle de la pintura “McDonalds #3, 2018.

Detalle de la pintura “Brasa Roja” , 2018.

Detalle de la pintura “Dunkin Donuts”, 2018.

Detalle de la pintura “Dogger 1” 2018.

¿Puedo tomar su orden?

Bogotá - 13 octubre. Es martes en la noche y me estoy devolviendo de la universidad

se distinguen tantos sabores y que generan un pequeño suspiro de satisfacción al que

Reardon, J. (1993). La promesa [Imágen]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=OdoOXbnBaBw&t=45s.

En consecuencia, los concursos de perros calientes perderían su gracia, ya todos los

Anonimo. Recuperado de: https://community.intelligentfanatics.com/t/the-

¿ Es mi hermano más tonto que un hamster?

para determinar su conducta. Finalmente, se vuelve profesor de fisiología en el año de

En el condicionamiento, las conductas son involuntarias, el sujeto es pasivo, más aún,

El experimento de Pavlov se realizó en varias etapas conforme notaba cambios en el

Un ejemplo para el condicionamiento clásico se puede observar en las mejores campa-

sico del condicionamiento clásico, la compra de cigarrillos (RC) se va incrementando

Por otro lado, el científico estadounidense Burrhus Frederic Skinner es el referente

Al igual que el condicionamiento clásico, el condicionamiento operante también tiene

Entre más grande, mejor

Wayne Thiebaud, Three Donuts, 1920. Oleo sobre

En este proyecto artístico mi primer referente es Wayne Thiebauld (1920 - actuali-

Wayne Thiebaud, Five Hot Dogs, 1961. Oleo sobre lienzo .

Oldenburg, en primer lugar, asimila este fenómeno publicitario y lo incorpora usando

Claes Oldenburg, Floor Burger, 1962. Acrilico sobre lienzo

La película muestra a Kroc como un fracasado vendedor de electrodomésticos para

“Un comportamiento condicionado”

En combo y agrandado es entonces un interés personal combinado con el profesional,

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