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La Intervención Francesa.

La Intervención Francesa

Secretaría de la Defensa Nacional | 16 de julio de 2015

La Intervención
Francesa.

La Intervención Francesa.
La Guerra de Reforma trajo consecuencias devastadoras para la

nación mexicana, una de ellas fue la crisis económica que orilló al

Presidente Benito Juárez a suspender el pago de las deudas

contraídas con otros países.

El 17 de julio de 1861, el Congreso de la República decretó la

suspensión de pagos de todas las deudas públicas, lo que originó

la reacción inmediata de Inglaterra, España y Francia, las

hostilidades comenzaron al quebrantarse las relaciones

diplomáticas con nuestro país. Además las dificultades que

atravesaba el gobierno de Benito Juárez, les permitió a los

conservadores retomar sus convicciones de reestablecer una

Monarquía en México.

La respuesta de la suspensión temporal de pagos de la deuda

externa, fue inmediata, el 31 de octubre de 1861, Inglaterra, Francia

y España, firmaron un convenio en Londres para ocupar las

principales fortalezas militares de las costas mexicanas, con el

objetivo de captar los recurso de las aduanas y cobrar la deuda de

los tres países.


El gobierno mexicano solicitó una prórroga y a pesar de que

nunca se negó a pagar, las potencias europeas decidieron enviar

tropas una escuadra española que llegó a las costas de Veracruz el

8 de diciembre de 1861; los ingleses el 6 de enero de 1862 y los

franceses anclaron en los puertos mexicanos al día siguiente.

El Presidente Juárez designó al General Manuel Doblado como

Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno Mexicano, para

negociar con los países invasores, quien les expuso interés en

evitar cualquier enfrentamiento. El 19 de febrero de 1862, en la

localidad de la Soledad, Veracruz, se firmaron los Tratados

Preliminares de la Soledad en los que se concluyó que las

potencias aliadas se abstendrían de interferir en cualquier disputa

interna de los mexicanos, restringiéndose a la negociación como

única vía de reclamo por la deuda.

Además el General Manuel Doblado, logró hacer que el español

Juan Prim, y el inglés Lord John Russell, representantes de esas


potencias se retiraran, a cambio de la negociación del pago de la

deuda mexicana. Pero Dubois de Saligny, quien fue el diplomático

designado por Francia para negociar la deuda, no accedió y

continuó su incursión, el 5 de marzo 1862, arribó a Veracruz el

General Carlos Fernando de Latrille, Conde de Lorencez.

El General francés, marchó de Córdoba a Orizaba, infringiendo los

acuerdos preliminares de la Soledad y enseguida comenzó los

primeros enfrentamientos. El 19 de abril de 1862, las tropas

francesas se prepararon a avanzar a la Ciudad de México, el 4 de

mayo llegaron a Amozoc de la Provincia de Puebla.

En Amozoc el General Latrille recibió información sobre el Plan de

Defensa del General Ignacio Zaragoza, ya que fue asesorado por el

General Conservador Juan Nepomuceno Almonte quien le indicó

que debía atacar a través de la zona de la Huerta del Carmen, para

que estuviera fuera del alcance de las fortificaciones de Loreto y

Guadalupe de la Provincia de Puebla.


Ante este escenario y teniendo conocimiento de que fuerzas

conservadoras se unirían a las tropas francesas, el General

Zaragoza reorganizó sus tropas en cuatro Brigadas de Infantería:

La Brigada Berriozábal con 1,082 hombres; Brigada Lamadrid con

1,020; Brigada Negrete con 1,000; Brigada Díaz con 518 junto a su

Artillería y Caballería.

La columna francesa marchó de Amozoc al Fuerte de Guadalupe

la madrugada del 5 de mayo, por considerar que ese punto le

daría el dominio de la ciudad, pero las condiciones del terreno y la

ubicación de los fuertes de Loreto y Guadalupe, dificultó el avance

a los franceses que fueron sometidos a un intenso fuego, el

General Latrille imposibilitado para cumplir su objetivo de tomar

los fuertes tuvo que ordenar la retirada de sus tropas.

Este acto cubrió las armas nacionales de gloria, en consecuencia

de la histórica batalla, Napoleón III ordenó que se aumentara el

número de las tropas francesas, las cuales ascendieron a

aproximadamente 28,000 elementos, por su parte, el General

Zaragoza recibió refuerzos constituyendo un Cuerpo de Ejército

de Oriente de aproximadamente 22,000 hombres.


Una vez, destituido el General Latrille, en septiembre de 1862,

tomó el mando de las tropas francesas el General Elie Fréderic

Forey, quien comenzó a preparar un nuevo ataque con dirección a

la Plaza de Puebla.

En el mes de septiembre el General Zaragoza, falleció por haber

contraído tifo, en su lugar, el General Jesús González Ortega, fue

nombrado Comandante del Ejército de Oriente para continuar la

defensa de la nación mexicana, quien después de resistir

valerosamente durante dos meses, tuvo que rendirse el 17 de

mayo y entregar la plaza.

Después de la ocupación de la Plaza de Puebla, la capital de la

República fue declarada también en sitio y Benito Juárez trasladó

su gobierno a San Luis Potosí. El ejército francés entró en la

Ciudad de México el 10 de junio y un mes después, el 10 de julio, la

Asamblea de Notables, convocada por el General Forey, dio lectura

a las condiciones sobre el establecimiento de la Monarquía:


● La nación mexicana adoptaría la forma de Gobierno la
Monarquía Moderada, hereditaria, con un príncipe católico,
● El soberano tomaría el título de emperador de México,
● La Corona Imperial se ofrecería al príncipe Fernando
Maximiliano, Archiduque de Austria, para sí y sus
descendientes,
● Que en el caso que por circunstancias de prever no llegase a
tomar posesión del trono, la nación mexicana se remitiría a la
benevolencia del emperador de los franceses para que le
indicase otro príncipe católico.
● De esta forma un extranjero fue designado Regente del
Imperio, con el que se estableció el Segundo Imperio
Mexicano, que duró hasta 1867.

El día 16 de julio los ocupantes conservadores nombraron a Juan

Nepomuceno Almonte como presidente provisional. El 21 de junio,

proclamó el II Imperio Mexicano, establecido de carácter católico.

Maximiliano I. aceptó la corona el 3 de octubre, aunque no llegó al

territorio hasta finales de mayo de 1864.

Durante los meses siguientes, continuaron los enfrentamientos

entre tropas francesas y republicanas aunque las únicas victorias

de los republicanos se dieron en Tabasco, Tampico. Ante esta

situación, varios militares republicanos pidieron a Juárez que

abandonara la presidencia para poder llegar a un acuerdo y con

ello terminar la guerra, pero el presidente no aceptó y trasladó de

nuevo su gobierno a Monterrey.


Ante las acciones republicanas Maximiliano promulgó el llamado

“Decreto Negro”, que ordenaba ejecutar a todos los oficiales

mexicanos que fueran capturados. Razón por la que Juárez,

consiguió el apoyo de Estados Unidos para continuar la guerra en

contra del ejército imperial de manera que el avance de los

republicanos obligó a Maximiliano a abandonar la capital y

refugiarse en Querétaro, a pesar de que intentó escapar de las

tropas mexicanas, fue capturado y fusilado el 19 de junio de 1867.

El desgaste estadounidense, producto de la Guerra de


Secesión (1861-1865), significó para el Imperio francés de
Napoleón III, el inicio de un panorama favorable en México
para la expansión de su dominio en América Latina. Sin
embargo, Maximiliano de Habsburgo, difirió al considerar al
vecino del norte y a los Estados Confederados como
protagonistas del plan de colonización.

Uno de los objetivos de la intervención francesa en México fue

contrarrestar la influencia de los Estados Unidos de América sobre las

naciones de Latinoamérica al vislumbrarla como una potencia en ciernes


que poco a poco iba extendiéndose territorialmente. La Guerra de

Secesión (1861-1865) fue la oportunidad esperada por Napoleón III para

iniciar su invasión sobre México, nación que serviría de puente para

expandir el dominio francés sobre América Latina.

Como consecuencia de esta segunda intervención francesa se estableció

el segundo imperio mexicano, encabezado por Maximiliano de Habsburgo.

A diferencia del emperador Napoleón III, Maximiliano consideró muy

oportuno apoyarse del gobierno norteamericano para su causa. Ante este

panorama, se publicaron, a inicios de 1865, las nuevas bases de

colonización donde se reconoció abiertamente un interés del imperio

mexicano por atraer a colonos norteamericanos que estuvieran dispuestos

a salir de su país para emigrar a México y cultivar los terrenos eriazos.

Esta acción puede interpretarse como un mensaje dirigido a los Estados

Confederados de América, ya que el bando de la Unión había manifestado

desde un inicio su rechazo a la invasión francesa y al imperio de

Maximiliano al ser una amenaza directa al sistema republicano en América

y a los principios de la doctrina Monroe.

Manuel Orozco Y Berra, Bases de Colonización (atribuido), Ciudad de

México, 12 de enero de 1865.


Tras el final de la Guerra de Secesión y la capitulación del bando

confederado comenzaron a llegar las primeras compañías

estadounidenses de migración para entablar negociaciones con el

gobierno de Maximiliano y dispuestas a trabajar en un plan de colonización

que resultara atractivo para los sureños. La Compañía Americana de

Emigración a México, representada por Bernanrd G. Coulfield fue una de

las primeras que alzó la mano, por lo que fue recibida y protegida por el

imperio. Al poco tiempo se crearon diversas oficinas de colonización en

Virginia, Carolina del Norte y del Sur, Texas, Misuri, California y Nueva

Orleans. Como se puede observar, esas regiones habían formado parte

del ejército confederado.

. Manuel Orozco Y Berra, Gracias y exenciones a la Compañía Americana

de Emigración a México (atribuido), Ciudad de México, 2 de mayo de 1865.

Para organizar el proyecto de colonización, en marzo de 1865 se

estableció una Junta de Colonización integrada por extranjeros y

nacionales, destinada a fundar colonias a lo largo de todo el territorio

mexicano, particularmente en tierras que resultaran apropiadas y ricas.

Como parte de las reuniones de la Junta de Colonización se llegaron a

presentar interesantes dictámenes sobre la colonización estadounidense

sureña en territorio mexicano.


. Maximiliano de Habsburgo, Decreto Imperial estableciendo una Junta de

Colonización (atribuido), Ciudad de México, 29 de marzo de 1865.

Una de las juntas, que resultó en acaloradas opiniones, se llevó a cabo el

24 de agosto de 1865, cuando los miembros E. Masseras, N. Davidson y

F. Pimentel discutieron sobre la conveniencia de atraer a la población del

sur de los Estados Unidos a los proyectos de colonización En dicha

discusión se afirmó lo oportuno que resultaría para el imperio aprovechar

el desenlace de la guerra entre el sur y el norte para ganar el apoyo del

bando sureño derrotado: primero, por ser una población cercana a la

frontera de México, lo que evitaría un gran costo a las compañías de

inmigración; segundo, se reconocía que los sureños poseían amplios

conocimientos en temas de agricultura, los cuales podrían aprovechar en

México, y tercero, los grandes propietarios y generales sureños buscarían

una nueva patria para evitar las políticas antiesclavistas.

E. Masseras, N. Davidson y F. Pimentel, Dictamen de colonización sobre

inmigración de sureños norteamericanos (atribuido), Ciudad de México, 24

de agosto de 1865.

A pesar de estas supuestas ventajas que representaba la inmigración

sureña estadounidense, el asunto más delicado se encontraba en la


esclavitud, sistema que había sido defendido por la bandera confederada

durante la Guerra de Secesión. Varios de los sureños estaban dispuestos

a inmigrar a otro país siempre y cuando pudieran mantener sus arcaicos

sistemas económicos, por lo que Brasil y las Indias Orientales Inglesas

fueron lugares, merced a las condiciones de esclavitud imperantes,

atractivos para algunos confederados.

En México, la esclavitud había sido abolida con la consumación de la

independencia y ratificada en 1829; sin embargo, la Junta de Colonización

planteó que las personas esclavizadas que fueran introducidas al país

debían de permanecer en junto a sus amos, con la promesa de que el

esclavista no abusaría de ellos.

No obstante, el emperador Maximiliano emitió el 5 de septiembre de 1865

las bases y el reglamento de inmigración , en los que se estableció que

todos “hombres de color” serían libres por el simple hecho de pisar el

territorio mexicano. Sin embargo, se obligaba a las personas esclavizadas

que habían llegado con un patrón a seguir prestando servicios de trabajo

por un periodo mínimo de cinco años y máximo de diez. Para la

historiadora Doralicia Carmona Dávila, dichas condiciones impuestas a las

personas afroamericanas durante el segundo imperio mexicano formaban

parte de un sistema de cuasi-esclavitud. Maximiliano de Habsburgo,


Decreto Imperial sobre inmigración y agentes de ella (atribuido), Ciudad de

México, 5 de septiembre de 1865.

Así, las medidas establecidas resultaron suficientes para atraer la atención

de sureños que habían combatido en el bando confederado, como fue el

caso del gobernador Isham Harris, fuerte defensor de la esclavitud que

llevó al estado de Tennessee a la secesión, quien, junto con otros

exgenerales confederados, fue designado como agente de colonización en

sus antiguos estados por el emperador Maximiliano y tuvo como misión

formular un proyecto de colonización en la zona de Veracruz, Tepic y las

costas del Pacífico.

No obstante, estos proyectos de migración sureña norteamericana en

nuestro territorio, alabados en su momento por confederados exiliados en

territorio mexicano como el esclavista Henry Watkins Allen, nunca se

lograron concretar debido a la inestabilidad política del segundo imperio

mexicano, el cual prometía tierras ricas y fértiles para colonizar, mas no la

paz de una nación que luchaba por recuperar su libertad. . Manuel

Orozco Y Berra, Bases de Colonización (atribuido), Ciudad de México, 05

de enero de 1865, en AGN, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas, Diario

del Imperio, Ciudad de México, 12 de enero de 1865, tomo I, núm. 09, pp. .

Manuel Orozco Y Berra, Gracias y exenciones a la Compañía Americana


de Emigración a México (atribuido), Ciudad de México, 01 de mayo de

1865, en AGN, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas, Diario del Imperio,

Ciudad de México, 2 de mayo de 1865, tomo I, núm. 100, p. 413.

Maximiliano de Habsburgo, Decreto Imperial estableciendo una Junta de

Colonización (atribuido), Ciudad de México, 28 de marzo de 1865, en

AGN, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas, Diario del Imperio, Ciudad de

México,

, E. Masseras, N. Davidson y F. Pimentel, Dictamen de colonización sobre

inmigración de sureños norteamericanos (atribuido), Ciudad de México, 24

de agosto de 1865, en AGN, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas, Diario

del Imperio, Ciudad de México, 30 de agosto de 1865, . Maximiliano de

Habsburgo, Decreto Imperial sobre inmigración y agentes de ella

(atribuido), Ciudad de México, 5 de septiembre de 1865, “Para atraerse el

apoyo de los sureños derrotados en la Guerra de Secesión, Maximiliano

restituye la esclavitud simulando un proyecto de colonización”,

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