Bloque A. La Filosofía y El Ser Humano - 1
Bloque A. La Filosofía y El Ser Humano - 1
Bloque A. La Filosofía y El Ser Humano - 1
M. Maceiras sostiene que la filosofía nace al enfrentarse el ser humano con su experiencia,
esto es, de las vivencias mismas de quien filosofa. La filosofía es expresión del pensamiento de una
persona que no puede evitar ser una “persona situada” vinculada a su Sitz im Leben, de ahí que la
historicidad sea una consecuencia inevitable de la filosofía: el ser humano es historia, decía Ortega,
y la importancia de lo pre-filosófico: los prejuicios. Todo pensador parte en su reflexión de ciertos
presupuestos básicos: prejuicios culturales, míticos y religiosos, que si bien, en la Ilustración fueron
considerados como creencias no fundamentadas, “ídolos” los llamó F. Bacon, con H.G. Gadamer y
la hermenéutica han sido revalorizados como estructuras previas de “precomprensión”: ámbito de
significación previo que es condición de posibilidad de todo juicio.
CUESTIONES GUÍA:
1. Concepto de experiencia:
Es este uno de los conceptos más ambiguos. Su ambigüedad salta a la vista ante la pluralidad
de usos que manifiesta. No obstante, en toda experiencia se ponen de manifiesto dos aspectos: 1. Lo
experimentado: el campo objetivo sobre el que la experiencia recae. 2. El sujeto que experimenta,
que, por un lado, es receptividad, pero, por otro lado, tiene una participación activa como
configurador del significado. Ferrater Mora, en su Diccionario, precisa diversos sentidos del
término experiencia: 1 La aprehensión por un sujeto de cualquier tipo de realidad. 2. La aprehensión
sensible de la realidad externa. 3. La enseñanza adquirida con la práctica. 4. La confirmación de los
juicios sobre la realidad por medio de una verificación, por lo usual sensible, de esta realidad. 5. El
hecho de soportar o sufrir algo donde la experiencia aparece como un “hecho interno”. M. Maceiras
, precisa el concepto según las siguientes características: 1. Inmediatez: se origina en la recepción
inmediata de una impresión. 2. Permanencia: lo experimentado no es un fenómeno transitorio sino
un hecho que amplía y enriquece el pensamiento de modo estable. 3. Conocimiento: la experiencia
es conocimiento por un doble motivo: proporciona certeza y nos pone en contacto con el ser; la
experiencia lo es de algo, sin que este algo deba ser necesariamente ser físico o natural. En tanto
que conocimiento gnoseológico y ontológico la experiencia se justifica a sí misma sin necesidad de
otros argumentos que la legitimen. 4. Dualidad: puede ser interna y externa si tiene por objeto al
sujeto mismo que experimenta y a sus propios actos o si se dirige a lo que no es el sujeto,
respectivamente. En realidad, no puede darse una experiencia meramente interna o externa. El ser
humano no se percibe a sí mismo sino en sus actos intencionales, o sea, sobre sus actos en cuanto se
dirigen a otra cosa distinta del acto mismo: su significado.
Del lat. persōna que procede a su vez del gr. prósōpon, su significado etimológico es el de
'máscara de actor', 'personaje teatral'; originalmente, la palabra “persona” nombraba la máscara que
los actores utilizaban en las representaciones teatrales. Este significado se halla muy próximo al de
nuestra palabra “personaje”: las personas eran los personajes de la obra.
Las definiciones dadas en la historia del pensamiento sobre el ser humano, pertenece a la
rama de la antropología filosófica y es tan antigua como la propia filosofía, que a diferencia de las
ciencias particulares, a las que tiene en cuenta, se sitúa en una específica manera de entenderlo.
En general, dos son las concepciones que se han formulado de persona, que, si bien no son
contrapuestas, tampoco coinciden. La primera manera de entenderla, por influencia del
cristianismo, insiste en que todo ser humano es persona en virtud de su cualidad de sustancia
racional independiente respecto a los demás. El ser humano, por tanto, por el hecho de serlo, es ya
persona. De ahí la célebre definición de Boecio: La persona es la sustancia individual de naturaleza
racional (De duabus naturis et una persona Christi) o como se hizo clásica en la modernidad: ser
dotado de razón, consciente de sí mismo y poseedor de una identidad propia. En tal concepción se
insiste en que tanto la racionalidad como la libertad son atributos originales del ser humano,
independientes de su realización existencial. La segunda concepción de la persona, afirmando
también que la racionalidad y la libertad son atributos esenciales del ser humano, insiste en que
estos atributos no pueden entenderse como realidades independientes de su ejercicio. En efecto, la
persona es una realidad que se hace en su propia existencia. Libertad y racionalidad no se aceptan,
por tanto, como hechos, como realidades dadas y acabadas, sino como realización a través de las
relaciones del ser humano con los demás y con la Naturaleza. Para esta concepción el ser humano es
individuo y debe llegar a ser persona; es decir, que el ser humano para ser persona depende de sus
obras y de su propio esfuerzo. La persona no es, en efecto, una realidad hecha de una vez para
siempre, sino en un continuo hacerse siempre.
Por nuestra parte, vamos a seguir la segunda concepción desde una perspectiva ética que no
pierda de vista la dignidad del ser humano. Si ser persona depende de la acción, llegar a serlo
exigirá un modo, pues en este concepto el ser humano se valoriza por lo bueno que hay en él, la
persona es lo que hay de bueno en todos y cada uno de los individuos particulares. Si cada uno es
hijo de su madre y de su padre, y de la tierra a la que pertenece que posibilita que seamos diferentes
unos de otros, que cada uno de nosotros sea un universo particular, todo lo que de bueno en común
hay en nosotros significa persona. En la actualidad se ha demostrado como la primera definición es
insuficiente, pues no ha permitido que aflore lo mejor del ser humano sino precisamente lo
contrario. En el siglo XX hemos podido comprobar como el ser humano dejó de ser persona y
perdió su dignidad, por su comportamiento consigo mismo y con la Naturaleza. Por ello se ha
venido revalorizando su dimensión más animal, su corazón o afectividad, se ha demostrado que la
racionalidad no puede ser fría, sin sentimientos, pues ha sido eso lo que puede llevar a lo peor de
nosotros, la racionalidad es racionalidad afectiva, la inteligencia es inteligencia que siente y padece.
CUESTIONES GUÍA:
5. ¿En qué difieren las dos concepciones de persona que se han dado en la tradición filosófica
occidental?
La experiencia filosófica que, como hemos visto, parte de la experiencia personal es una
experiencia intelectual en la que podemos observar con claridad su dualidad: es una experiencia
interna que se nutre de lo externo. Y ello puede provenir de diversos ámbitos de la realidad de modo
que podemos tipificar la experiencia humana como: 1. Experiencia físico-natural: introduce la
reflexión filosófica sobre la Naturaleza. 2. Experiencia gnoseológica: introduce los problemas
específicos del conocer humano, sus posibilidades y sus límites. 3. Experiencia axiológica: por ella
el ser humano se percibe un ser que valoriza al mundo, los objetos y las acciones. 4. Experiencia
metafísica: como exigencia de búsqueda de algo que no puede faltar y a partir de lo cual todo lo
demás adquiere sentido. 5. Experiencia del cuerpo propio: introduce los problemas específicos de la
comprensión psicológica, afectiva, sexual, etc., dando lugar a las filosofías de la corporeidad, la
afectividad, etc. 6. Experiencia religiosa: sugiere las filosofías de la religión, de la creencia, pero
también de la irreligiosidad y el ateísmo. 7. Experiencia estética: como sensibilidad humana ante lo
bello. 8. Experiencia del lenguaje: los distintos lenguajes sugieren distintas concepciones del
mundo. 9. Experiencia de la intersubjetividad como la experiencia de las otras personas. Y no
agotamos todos los ámbitos. Esta tipificación de la experiencia supone que la filosofía no es
susceptible de homogeneización ni en cuanto a los objetos sobre los que reflexiona, ni en cuanto a
los métodos. En un momento dado hay filosofías más comprensibles y aceptables porque se
aproximan más a la experiencia que un hombre, una mujer, una sociedad, una época viven con
mayor hondura.
2. Nacimiento y primera concepción: el paso del mito a la filosofía.
Para entender la experiencia filosófica hay que prestar especial atención al origen de la
filosofía, a su nacimiento y primera concepción. La filosofía necesitó de unas condiciones
especiales para su surgimiento, la filosofía como saber especializado aparecerá en Grecia, nace en el
siglo VI a. C., en las islas jonias. Su surgimiento supuso la progresiva superación de la
representación mítica en la explicación racional. Mythos (μῦθος) en griego clásico significa
aproximadamente ‘discurso’, ‘palabras con actos’ o ‘acto de habla ritualizado’, como el de un jefe
en una asamblea, o el de un poeta o sacerdote. Pues bien, el mito es un relato tradicional en el que
intervienen personajes extraordinarios como dioses y héroes en un tiempo originario o de leyenda.
La filosofía se diferencia por el uso de un discurso lógico, que se apoya en argumentos, y no vive en
la memoria colectiva, sino que es obra de un pensador individual que cuestiona la tradición, y tiene
como objeto realidades puramente naturales que actúan por leyes necesarias y que forman parte de
la experiencia cotidiana o sincrónica. No obstante, F. M. Cornford en Principium sapientae. Los
Orígenes del Pensamiento Griego nos mostró como la filosofía hunde sus raíces en la tradición
mítica. La nueva filosofía responde a una estructura dogmática de premisas a priori tomadas del
mundo de los mitos. La idea fundamental hilo de continuidad entre representación mítica y
explicación racional es: el mundo ha tenido un comienzo a partir de una unidad primordial,
esquema genético que ya aparece en la Teogonía de Hesíodo. Elementos de representación mítica
encontramos en la filosofía presocrática, como en el hilozoísmo de los jonios, el carácter divino del
fuego en Heráclito, en el Amor y el Odio como fuerzas naturales en Empédocles, pero también los
mitos recorren el pensamiento platónico, y, en general, no podemos dejar de observar una constante
mítica en la historia del pensamiento. Por tanto, la ruptura en un primer momento no fue abrupta.
1. Prosperidad económica en las colonias griegas de Asía menor. Muchas ciudades se constituyen
en importantes centros comerciales que entran en contacto con otras culturas (Mesopotamia, Italia,
Egipto). Estos contactos hacen que fluyan todo tipo de conocimiento de tradiciones míticas y
explicaciones del mundo que relativizan los propios planteamientos.
3. Aparición de la escritura. En el siglo VIII a.C. encontramos los primeros ejemplos de literatura
griega con los poemas de los teólogos Homero con su Ilíada y Odisea, y Hesíodo con los Trabajos y
los Días, así como su Teogonía. En realidad, el texto más antiguo que se conserva descubierto en
2010 es La tablilla de Iklaina que presenta un texto micénico en el que se describen instrucciones de
un tipo de proceso de fabricación desconocido. Se data entre el 1450 y el 1350 a.C. Si bien el mito
vive en la tradición oral, el nuevo soporte, la escritura, implica el progresivo acercamiento a la
filosofía pues supone la reflexión racional sobre lo que se escribe.
En conclusión, las cosmologías de los filósofos van dando entrada a elementos nuevos que
desacralizan el mito a favor de un pensamiento más racional basado en la observación y la
experiencia. En su nacimiento observamos que la experiencia filosófica es una experiencia de
problemas o preguntas que tienen que ser tratadas racionalmente, y que requiere de la satisfacción
de unas ciertas condiciones materiales y una cierta cultura del ocio. Un hilo de continuidad que
desde entonces conservará la historia de la filosofía es la caracterización de la sabiduría como
conocimiento sobre la Naturaleza, incluyendo el ser humano y la sociedad, al tiempo que camino de
autoconocimiento.
CUESTIONES GUÍA:
A. FILOSOFÍA OCCIDENTAL
Se remonta más de 2500 años a la antigua Grecia y se la puede dividir en cinco grandes
períodos: antigua, medieval, renacentista, moderna y contemporánea, que se corresponden con la
periodificación tradicional de la Historia Universal.
El siglo XVII marca el inicio de la filosofía moderna. A diferencia de lo que ocurre con la
filosofía medieval, respecto al renacimiento se da una transición. Este momento histórico de la
filosofía se caracteriza por la búsqueda de la verdad y el fundamento de la ciencia. Dos causas
sociales que influyeron decisivamente fueron el protestantismo y la Contrarreforma católica. El
protestantismo ayudó a seguir pensando en Dios desde el libre pensamiento en buena parte de
Europa y a la libre investigación científica, la Contrarreforma católica, a pesar de seguir subrayando
la trascendencia de un Dios alejado de la Naturaleza, dio lugar en la España católica a la poesía
mística del siglo de Oro con san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús o Fray Luis de León dando
forma al peculiar modo del filosofar español bajo el ropaje de la literatura y el sentimiento poético
en armonía con la Naturaleza. El coste de este enfrentamiento religioso fue la guerra de los treinta
años a la que se puso fin con la paz de Westfalia y que supuso una reducción considerable de la
población europea. Las figuras más importantes se pueden agrupar en las siguientes corrientes de
pensamiento: El racionalismo, dominante en Francia y Alemania que argumentaba que todo
conocimiento tiene que comenzar a partir de ideas innatas en la mente influido por la parte
matemática del método científico. Racionalistas fueron René Descartes, B. Spinoza, G. Leibniz y N.
Malabranche. El empirismo, por su parte, defendió que el conocimiento empieza siempre por la
experiencia sensorial que recibimos a través de los sentidos influido por la parte experimental del
método científico. Empiristas fueron D. Hume, J. Locke y G. Berkeley. Por su parte, la ética y la
filosofía política cobraron una renovada importancia con figuras como Th. Hobbes y J. J. Rousseau
quienes retoman el antiguo debate sofista del pacto social y el fundamento moral de las leyes en sus
teorías sobre el contrato social que tanto influirán en la revolución francesa y el republicanismo
sentando las bases teóricas de la democracia como mejor forma de sistema de gobierno político.
Ya en el siglo XIX, Auguste Comte acuñó el término positivismo y popularizó la escuela del
mismo nombre en un nuevo intento por aplicar los buenos resultados de las ciencias aplicadas al ser
humano, en la ética J. Bentham y J. S. Mill elaboraron el utilitarismo. En los EE.UU CH. Pierce, W.
James y J. Dewey dieron origen a la escuela pragmatista, y al final del siglo E. Husserl desarrolló la
escuela de la fenomenología trascendental, en el último tercio de siglo G Frege empezó con su
trabajo en lógica matemática que habría de proveer las herramientas para la filosofía analítica que
es esencialmente una actualización del empirismo tradicional, acomodado a la invención de la
lógica moderna, pero también supuso el inicio del giro lingüístico en filosofía con su teoría del
significado lingüístico.
CUESTIONES GUÍA:
A.1.2. Función de la filosofía en la cultura y relación con otros campos del saber y la actividad
humana.
1. Concepto de cultura.
“Cultura” proviene del latín cultus (‘cultivado’, ‘cuidado’), que a su vez deriva de la voz
colere, que tenía varios significados como ‘cultivar’, ‘habitar’, ‘cuidar’. Con el paso del tiempo,
desde el renacimiento, se habló del cultivo del alma o cultivo de las aptitudes propias del ser
humano, sentido que se hará habitual en el siglo XVIII con la Ilustración.
Resultamos conformados por la cultura a nivel evolutivo y educacional; a nivel evolutivo, dando
lugar a la emancipación de lo biológico, y a nivel educacional socializando los procesos biológicos,
afectivos y cognitivos, y no todos los aspectos están a la vista, algunos se hallan implícitos. La
cultura es propia del ser humano y mediadora de todas sus manifestaciones, la cultura es
coextensiva a la realidad social del ser humano.
2) Edad Media: la educación en los deberes religiosos y la preparación para la salvación eterna.
5) Tradición de la filosofía alemana desarrollada a partir de Hegel con autores como Dilthey,
Rickert, Simmel, M. Scheler, N. Hartman. Insisten en la oposición cultura / Naturaleza, mientras
que la Naturaleza es indiferente a los valores, en la cultura se hallan incorporados valores.
6) En el siglo XIX remite a las actividades lúdicas que las personas bien educadas realizan en sus
tiempos de ocio.
7) Época actual: se refiere tanto la competencia especializada en conocimientos pragmáticos como
el cultivo integral del individuo.
Desde la antropología académica la definición depende del paradigma que se adopte. Cada
uno se fija en distintos aspectos de la cultura:
1) Es un modo de adaptación al ambiente cambiante de forma más plástica, versátil y eficaz que la
adaptación biológica.
5) Es factor de humanización.
El concepto de cultura presenta tal generalidad e implica tal complejidad que desborda lo que es
propio del discurso científico, pero es necesario para el discurso científico-antropológico pues de
hecho se utiliza o se presupone. Por tanto, es necesaria una reflexión filosófica sobre la realidad
cultural del ser humano, imprescindible para la antropología de la cultura.
CUESTIONES GUÍA:
12. Sentido de cultura como cultivo personal según las distintas épocas.
Necesitamos responder a la pregunta de ¿para qué la filosofía? Aristóteles pensó que la filosofía
constituye un saber “inútil” que surgió “por afán de conocimiento” y como actividad ociosa
(Metafísica Libro I. Capítulo 2). Esto es debido a la concepción aristotélica y griega del mundo, a su
modo de entender la vida cuya máxima felicidad reside en la ‘contemplación’ (theoria), el saber
intelectual puro, lo que supone una infravaloración de la téchne o técnica, a diferencia de nuestras
sociedades en las que vivimos una sobre-valoración de lo útil. Algunas de las funciones que la
filosofía ha desempeñado en su devenir histórico muestran su posible utilidad:
1. La filosofía como investigación sobre la Naturaleza en los presocráticos, quienes buscaban una
explicación racional de la totalidad de lo real y llegar a los principios explicativos últimos.
2. Como saber práctico en los sofistas, Sócrates y Platón en la relación ser humano-ciudad.
3. Como saber teórico para Aristóteles, en quien, a pesar de la inutilidad que atribuye a la filosofía,
la función de esta sería la de investigar las causas y principios de las cosas y en última instancia el
principio de los principios o causa última.
4. Como modo de vida en el período helenístico con estoicos, epicúreos y escépticos, así como
neoplatónicos quienes atribuyen a la filosofía una finalidad individual y privada en la búsqueda de
la felicidad: vivir acorde a la Naturaleza.
7. Como esfuerzo racional por cambiar el mundo con la Ilustración, donde las ideas de razón y
progreso son las claves para sacar al hombre de su culpable minoría de edad.