Informe Tema 4

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


“FRANCISCO DE MIRANDA”
CONSEJO ACADÉMICO BOLIVARIANO
ESTADAL “CABE-UNEFM”
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN HISTOCITOTECNOLOGÍA
TRAYECTO II

LOS VIRUS

Realizado por:
Área de formación:
Castillo Rammary C.I: V-31.801.966
Epidemiologia descriptiva
Docente: Chirinos Arianna C.I: V-30.622.292
Dr. Aniervic Betancourt Linares Rafael C.I: V-30.714.547
Mora Arianna C.I: V-30.847.175
Navarro Luimar C.I: V-30.059.467
Zarraga Frank C.I: V-30.490.962

Santa Ana de Coro; Noviembre del 2023


Los virus son los únicos microorganismos que no están formados por células,
sino que contiene acido nucleíco encerrado en una cubierta proteica. Para su
replicación necesita infectar a una célula y utilizar su maquinaria enzimática,
puesto que ellos carecen de mecanismos propios para la obtención de energía
y síntesis proteica.

Los virus pueden infectar a seres humanos, animales inferiores, insectos,


plantas, bacterias y hongos, pero en general, cada virus tiene una elevada
especificidad de huésped.

Bases de la clasificación

Las siguientes propiedades se han utilizado como base para la clasificación de


los virus. La cantidad de información disponible en cada categoría no es la
misma para todos los virus. La secuenciación del genoma es una técnica que
se realiza con frecuencia en etapa precoz de la identificación del virus, y las
comparaciones con las bases de datos permiten obtener información detallada
de la clasificación de las partículas, composición anticipada de proteínas y
parentesco o similitud taxonómicos con otros virus.

1. Morfología del virión, lo que incluye tamaño, forma, tipo de simetría,


presencia o ausencia de peplómeros y presencia o ausencia de membranas.

2. Propiedades del genoma viral, que incluye tipo de ácido nucleico (DNA o
RNA), tamaño del genoma, número de cadenas (sencilla o doble), lineal o
circular, sentido (positivo, negativo, en ambos sentidos), segmentos (número,
tamaño), secuencia de nucleótidos, contenido de GC y presencia de
características especiales (elementos repetitivos, isomerización, cubierta de
terminal 5′, proteínas con unión covalente al extremo 5′ terminal, trayecto poli-A
3′-terminal).

3. Organización del genoma y replicación, que incluye orden de los genes,


número y posición de los marcos de lectura abiertos, estrategias de replicación
(patrones de transcripción, traducción) y sitios celulares (acumulación de
proteínas, ensamble de viriones, liberación de viriones).

4. Propiedades de las proteínas virales, lo que incluye el número, tamaño,


secuencia de aminoácidos, modificaciones (glucosilación, fosforilación,
miristilación) y actividad funcional de las proteínas estructurales y no
estructurales, y actividades funcionales especiales (transcriptasa, transcriptasa
inversa, neuraminidasa, actividades de fusión).

5. Propiedades antigénicas, en particular reacciones a diversos antisueros.


6. Propiedades fisicoquímicas del virión, que incluyen masa molecular,
densidad, pH de estabilidad, estabilidad térmica y susceptibilidad a los agentes
físicos y químicos, en especial éter y detergentes.

7. Propiedades biológicas, lo que incluye el rango natural de hospedadores,


modo de transmisión, relaciones con vectores, patogenicidad, tropismohístico y
patología

Estructura

Los virus están formados por un genoma de ácido ribonucleico (ARN) o


desoxirribonucleico (ADN), que puede ser de cadena simple (ss, del inglés
single-stranded) o de cadena doble (ds, del inglés double-stranded), según el
tipo de virus. El ácido nucleído está rodeado de una cubierta proteica
denominada cápside, que a su vez está formada por muchas subunidades
proteicas individuales denominadas capsómeros, que se ensamblan mediante
enlaces no covalentes. El conjunto formado por el ácido nucleído y la cápside
se denomina nucleocápside. En ocasiones, en el interior de la cápside, algunos
virus también contienen enzimas.
Adicionalmente, algunos virus, denominados envueltos, presentan una cubierta
lipidica que rodea a la nucleocápside y que proviene de la célula a la que
infectan. Habitualmente, dicha envoltura contiene glicoproteinas codificadas por
el genoma del virus denominadas peplómeros, que suelen tener funciones
biológicas variadas como acción hemaglutinina o neuraminidasa. A los virus
que no presentan dicha envoltura se les denomina virus desnudos y suelen
poseer una resistencia mayor que los virus con envoltura.
En función de la forma de la nucleocápside, se diferencian dos tipos de virus:

Icosaédricos: adquieren apariencia esférica porque los capsómeros se


disponen formando un icosaedro (poliedro regular de veinte caras y doce
vértices). Algunos virus no tienen forma poliédrica, sino que adoptan una
estructura completamente esférica, como ocurre con el virus de la influenza o el
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Helicoidales: los capsómeros se disponen alrededor y a lo largo del ácido


nucleído, adoptando una forma helicoidal o alargada.
Además de los virus icosaédricos y helicoidales, los poxvirus presentan una
estructura compleja que no se puede asociar a ninguna de las anteriores.

Por otro lado, existen otro tipo de virus, los bacteriófagos, que son virus que
infectan a bacterias y poseen una estructura específica para la inyección de su
material genético al interior de la bacteria. Al virus completo (incluyendo el
ácido nucleíco, la cápside, la envoltura y las glicoproteínas) y con capacidad
para infectar a una célula se le denomina virión o partícula viral. Los viriones
tienen un tamaño de entre 30 y 300 nm, por lo que no pueden observarse
mediante microscopio optico, pero si mediante microscopio electrónico.
Replicación

Los virus son parásitos intracelulares estrictos que solo se replican o


reproducen en el interior de una célula huésped. El proceso por el cual se
replican los virus se denomina ciclo infeccioso o ciclo lítico y consta de las
siguientes fases:
Adsorción: el virus reconoce a una célula huésped y se une a ella de forma
específica por reconocimiento entre receptores de membrana celulares y las
partículas glicoproteicas de la envoltura del virus. Cada tipo de virus se adsorbe
a un número limitado de tipos de células huésped.

Penetración: la envoltura viral se fusiona con la membrana de la célula


huésped y el virus queda internalizado en la célula.
Denudación: se produce la liberación del ácido nucleíco en el citoplasma
celular.
Síntesis de macromoléculas: tras la denudación del ácido nucleíco puede
producirse la síntesis de unas proteínas, denominadas proteínas tempranas,
que habitualmente son enzimas que participan en el proceso de síntesis de
macromoléculas. Además de la síntesis de proteínas tempranas, el ácido
núcleo penetrará en el núcleo para replicarse, generando nuevas copias, y
transcribirse, produciendo un ARN mensajero (ARNm) que viajará al citoplasma
para sintetizar las proteínas estructurales del virus, denominadas proteínas
tardías. La detección de proteínas tempranas por inmunofluorescencia puede
emplearse para la identificación temprana del virus en cultivos celulares. Los
poxvirus, sin embargo, son los únicos que replican su ADN en el citoplasma de
la célula infectada, para lo que sintetizan y transportan al citoplasma todas las
enzimas necesarias.

Ensamblaje viral: las proteínas estructurales, el ácido nucleído y, en algunos


tipos de virus, los enzimas virales, se integran formando nuevos viriones. Los
virus de ARN y los poxvirus realizan el ensamblaje en el citoplasma, mientras
que los virus de ADN se ensamblan en el núcleo (con excepción de los
poxvirus).

Liberación: los viriones ensamblados en el interior celular son liberados al


exterior. Esta fase puede producirse por brotación, en la que los viriones salen
a través de la membrana plasmática celular, adquiriendo su envoltura viral; o
mediante lisis celular, que produce una rápida muerte celular.
Coronavirus

Los coronavirus son virus de RNA de gran tamaño con envoltura. Los
coronavirus de seres humanos ocasionan el resfriado común, pueden originar
infecciones de la parte inferior del aparato respiratorio y se ha dicho que
participan en la gastroenteritis de lactantes. Se han identificado coronavirus
nuevos como la causa del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) y del
síndrome respiratorio del Cercano Oriente (MERS, Middle East respiratory
syndrome). Los coronavirus producen enfermedades de importancia económica
en los animales domésticos; en animales silvestres, establecen infecciones
persistentes en sus hospedadores naturales. Los virus humanos son difíciles
de cultivar y, por lo tanto, tienen una caracterización más deficiente.

Estructura y composición

Los coronavirus son partículas de 120 a 160 nm, con envoltura, que contienen
un genoma no segmentado de RNA monocatenario de polaridad positiva (27 a
32 kb), el genoma más grande entre los virus de RNA. Los genomas son
poliadenilados en el extremo 3′. El RNA genómico aislado es infeccioso. La
nucleocápside helicoidal tiene un diámetro de 9 a 11 nm. En la superficie
externa de la envoltura hay proyecciones ampliamente espaciadas en forma de
palo de golf o de pétalo de 20 nm de longitud, que simulan una corona solar.
Las proteínas estructurales del virus comprenden una proteína de la
nucleocápside (N) fosforilada de 50 a 60 kDa, una glucoproteína de membrana
(M) de 20 a 35 kDa que sirve de proteína de matriz embebida en la doble capa
de lípido de la envoltura y que interacciona con la nucleocápside, y la
glucoproteína de espiga (S; 180 a 220 kDa) que constituye los peplómeros en
forma de pétalo. Algunos virus, incluido el coronavirus humano OC43 (HCoV-
OC43), contienen una tercera glucoproteína (HE; 65 kDa) que causa
hemaglutinación y tiene una actividad de acetilesterasa.

Patogenia

Los coronavirus tienden a presentar una alta especificidad para especie. La


mayor parte de los coronavirus conocidos en animales muestra un tropismo
para las células epiteliales del aparato respiratorio o del tubo digestivo. Las
infecciones por coronavirus in vivo pueden diseminarse, al igual que con el
virus de la hepatitis del ratón, o mantenerse circunscritas. Las infecciones por
coronavirus en el ser humano casi siempre permanecen limitadas, aunque no
siempre, a las vías respiratorias altas.

Manifestaciones clínicas

Los coronavirus humanos producen “resfriados comunes”, por lo general


afebriles, en adultos. Los síntomas son similares a los que generan los
rinovirus, que se caracterizan por secreción nasal y ataque al estado general.

El periodo de incubación es de dos a cinco días y los síntomas suelen persistir


alrededor de una semana. Raras veces resultan afectadas las vías respiratorias
bajas, aunque puede aparecer neumonía. Los niños asmáticos pueden
presentar episodios de sibilancias y los síntomas respiratorios quizá se
exacerben en adultos con alguna neumopatía crónica. El SARS-CoV ocasiona
enfermedad respiratoria grave. El periodo de incubación promedia los seis días.
Los primeros síntomas frecuentes son fiebre, ataque al estado general,
escalofríos, cefalea, somnolencia, tos y faringitis, seguida de disnea algunos
días después. Muchos pacientes tienen radiografías torácicas anormales.
Algunos casos evolucionan con rapidez a la insuficiencia respiratoria aguda
que requiere apoyo con ventilación mecánica.

La muerte por insuficiencia respiratoria progresiva tiene lugar en casi 10% de


los casos y la mortalidad es más alta en ancianos. El SARS comprende la
llamada “tormenta de citocinas” en la que aumentan de manera
desproporcionada las concentraciones de múltiples quimiocinas y citocinas en
la circulación periférica durante unas dos semanas. El MERS-CoV origina un
trastorno respiratorio leve o grave en niños y adultos. Los pacientes que tienen
otras enfermedades intercurrentes muestran afección más grave como los
ancianos. El periodo de incubación es de 2 a 13 días y las enfermedades
“extendidas” en algunos casos culminan en neumonía y muerte. Los datos de
laboratorio incluyen leucopenia, linfopenia, trombocitopenia y concentraciones
aumentadas de lactato deshidrogenasa. Se ha dicho que la mortalidad llega a
30%, pero tal vez sea una estimación excesiva porque los casos poco intensos
casi nunca se notifican. No se han descrito con claridad las manifestaciones
clínicas de la enteritis relacionada con coronavirus. Al parecer son similares a
las de las infecciones por rotavirus.

Epidemiologia

Los coronavirus tienen una distribución mundial; son una causa importante de
enfermedad respiratoria en adultos durante algunos meses de invierno cuando
es alta la frecuencia de resfriados comunes, pero es inusual el aislamiento de
rinovirus u otros virus respiratorios; tienden a relacionarse con brotes
epidémicos bien definidos.

Se estima que los coronavirus producen 15 a 30% de todos los resfriados


comunes. La frecuencia de infecciones por coronavirus es muy variable de un
año a otro, con fluctuación de 1 a 35% en un estudio de tres años. Los
anticuerpos contra los coronavirus respiratorios aparecen en la infancia, su
prevalencia aumenta con la edad y se encuentran en más de 90% de los
adultos. Al parecer la reinfección con síntomas puede presentarse tras un
periodo de un año. Sin embargo, pocas veces se identifican anticuerpos contra
coronavirus del SARS y el MERS, lo cual demuestra que no ha circulado
ampliamente entre seres humanos.

Los coronavirus suelen relacionarse con neumopatías agudas en personas de


edad avanzada, junto con los rinovirus y los virus de la gripe (influenza) y
sincitial respiratorio. Se estima que la frecuencia de infección por coronavirus
es de casi la mitad que la originada por rinovirus y es equivalente a la de estos
dos últimos virus.

Los coronavirus se transmiten por contacto con gotitas provenientes de vías


respiratorias, superficies contaminadas y fómites (objetos inanimados
contaminados). Existe el riesgo de transmisión en el medio de atención de la
salud y se sabe de brotes nosocomiales corroborados. El brote del SARS
surgió en el sur de China a finales de 2002 y, para el tiempo en que
desapareció a mediados de 2003, había producido más de 8 000 casos en 29
países, con más de 800 muertes (mortalidad de casos de 9.6%). En casi todos
los pacientes había un antecedente de contacto cercano con un sujeto con
SARS o un viaje reciente a una zona donde se había notificado este síndrome.
Los viajes aéreos internacionales permitieron la propagación del SARS en todo
el mundo con una rapidez sin precedente.

La experiencia con dicho síndrome ilustró que en un mundo globalizado, un


brote de una enfermedad infecciosa en cualquier lugar hace que todo país
quede en riesgo. Es interesante que algunas personas con SARS fuesen
identificadas como “superpropagadoras”; cada una de ellas al parecer había
infectado a más de 10 contactos. Se han descrito superpropagadores para
otras enfermedades como rubéola, virosis por Ébola y tuberculosis, y esto
quizá refleje una determinada gama de factores relacionados con el
hospedador, los virus y el ambiente. En 2012, se identificó al coronavirus
MERS como la causa de la insuficiencia respiratoria que provocó el
fallecimiento de un paciente en Arabia Saudita. Más tarde se precisó que era la
fuente de los múltiples brotes de neumopatías en varios países en la Península
Arábica. Al parecer el virus es endémico en murciélagos y camellos de tales
regiones. Los viajeros infectados propagan el virus en otros países y esto
constituye un riesgo de transmisión de los peregrinos que vuelven del viaje al
Hajj anual en la Mecca. Se sabe muy poco de las características
epidemiológicas de las infecciones intestinales por coronavirus.

Rinovirus

Los rinovirus pertenecen a la familia picornaviridae, genero enterovirus, y


causan enfermedad respiratoria aguda. Se transmite de humano a humano y
hay más de 100 serotipos dividos en tres grupos. Estos virus se obtienen en
cultivos celulares a partir de células diploides de embrión humano o de células
Hela.

Epidemiología

Los rinovirus se distribuyen en todo el mundo, es decir, son cosmopolitas. Se


presentan de manera endémica y epidémica. Sus huéspedes son el humano y
el mono y afectan a personas de todas las edades; sin embargo, en los niños la
incidencia es más alta. La mayoría de las infecciones cursa con enfermedad
clínica. La incidencia es mayor en los meses de más humedad y durante la
presencia de climas fríos. Se transmiten de persona á persona por secreciones
de las mucosas de vías aéreas y del ojo, por aerosoles y pos la piel
contaminada con las mismas secreciones, sobre todo las manos. En sitios
cerrados, la transmisión es más eficiente: habitaciones y lugares públicos como
Cines, teatros, elevadores, etcétera. También se transmite por fómites como
los pañuelos, y es importante señalar que sobreviven en las superficies por
largo tiempo, donde se pueden contaminar manos y objetos.
Las aglomeraciones y los sitios donde conviven muchos individuos facilitan la
diseminación y se presentan brotes de muchos casos; el periodo de incubación
del catarro común es de 2-4 días.

Características virales

Los agentes causantes del catarro común son virus de la familia Picornaviridae.
Son pequeños, de 20-30 nm de diámetro, con RNA de una sola cadena y
sentido positivo, así como cápside de 20 caras con 32 capsómeros, 24
protómeros y 12 pentámeros; asimismo, son virus desnudos e hidratados
(húmedos). El genoma es una sola cadena de -7 200 pares de bases.
La replicación del virus ocurre en el citoplasma de las células y se puede
obtener en cultivos celulares de células diploides humanas y de células Hela.
Estos virus se inactivan fácilmente con cambios ligeros en el pH hacia la acidez
o la alcalinidad, calor, luz ultravioleta, fenol y la desecación. Los rinovirus son
termoestables y pueden sobrevivir horas en las superficies ambientales. Se
conocen más de 100 serotipos y las cepas en una especie comparten
secuencia en más del 70%.

Patogenia

El virus lega al huésped por la mucosa nasal y conjuntival, y se disemina por


toda la mucosa de las vías aéreas superiores hasta la faringe. En este punto
invade las células y se replica en mayor proporción en la nasofaringe y las vías
nasales. Las concentraciones más altas de rinovirus se alcanzan a las 48 h y
entonces rápidamente decrecen, permaneciendo bajas por 3 semanas, para
luego desaparecer. Se produce edema importante de la mucosa e infiltrado
celular leve, se liberan mediadores químicos como histamina y bradicinina, y se
produce congestión de la mucosa nasal y aumento de la secreción de esta
mucosa. Se asocia con tos e irritación faríngea, disfonía, malestar general,
escalofríos, hiposmia y, en ocasiones, lagrimeo y congestión conjuntival. Estos
síntomas son resultado de la acción de mediadores inflamatorios y reflejos
neurológicos del sistema parasimpático activados por la infección.
La histamina se libera por cualquier daño de las células en las que se produce.
En la mucosa nasal, la liberación de la histamina se debe a la destrucción de
células del epitelio por parte de los virus. Se ha demostrado que la histamina es
un mediador que induce el estornudo, además de aumentar el volumen del flujo
nasal. La bradicinina aumenta su concentración en las secreciones nasales de
los pacientes infectados con rinovirus y se asocia con la obstrucción nasal y las
molestias de garganta. Las prostagiandinas causan rinorrea y obstrucción
nasal. Algunas interleucinas, como la 1 y 6, también se han encontrado en
concentraciones elevadas en las secreciones nasales de personas infectadas
con rinovirus.

El sistema parasimpático controla la actividad secretora de las glándulas


seromucosas nasales, y todo indica que la infección por rinovirus lo estimula,
La respuesta inflamatoria a la infección por rinovirus produce dilatación de los
vasos sanguíneos, exudado, secreción de las glándulas seromucosas y células
caliciformes o en copa, dolor, estornudos y tos; otras reacciones clínicas,
quizás asociadas en parte con la interleucina 1, son fiebre, mialgias, malestar
general y dolor de cabeza. Las manifestaciones clínicas se auto limitan en 2-7
días y se logra un restablecimiento ad integrum, excepto en caso de una
complicación como sinusitis, otitis o infección bacteriana agregada, entre otras.
En los senos paranasales se aíslan rinovirus solos y en combinación con
bacterias, y se asocian con la generación de anomalías como la aparición de
burbujas gaseosas, producción de un líquido viscoso, espeso y adhesivo en la
pared del seno, y oclusión del infundíbulo del etmoides. La otitis media se inicia
por las alteraciones que los rinovirus producen a nivel de la trompa
faringotimpánica en combinación con bacterias. Otras enfermedades que se
han asociado coa la infección por rinovirus o como un factor que aumenta un
problema preexistente son la exacerbación de cuadros de bronquitis crónica y
la inducción de cuadros asmáticos.

Ante la infección por rinovirus, se produce una respuesta inmune a través de


anticuerpos neutralizantes evidentes en el suero; sin embargo, no se conoce la
verdadera importancia de estos anticuerpos a nivel de la mucosa nasal. Por
otro lado, se presentan infecciones recurrentes con el mismo serotipo a pesar
de la presencia serológica de anticuerpos neutralizantes específicos. Sin
embargo, no por eso se puede concluir que estos anticuerpos no tengan
participación importante en el control de la infección por rinovirus, ya que todo
indica que, de una u otra forma, los anticuerpos neutralizantes terminan con la
infección, al reducir la carga viral en las secreciones nasales en los primeros 3-
7 días de la infección. También se considera que el interferón participa en estos
fenómenos de manera muy activa en esta fase de recuperación. Otros
elementos de defensa en la respuesta contra los rinovirus son el aumento y
estimulación de los linfocitos citolíticos.

Manifestaciones clínicas

El cuadro clínico típico de la infección por rinovirus es una rinosinusitis, con


compromiso de vías nasales, senos paranasales, nasofaringe, bucofaringe,
trompas faringotimpánicas, oído medio, laringe y vías aéreas intermedias. El
cuadro clínico que se presenta incluye estornudos, rinorrea, obstrucción nasal,
presión facial, escozor de garganta, ronquera, tos, cefalea, malestar general y
fiebre, como se explicó previamente, las complicaciones que se suelen
presentar son sinusitis bacteriana aguda secundaría, otitis media bacteriana
aguda, inducción de crisis asmáticas y exacerbación de cuadros de bronquitis
crónica.
Se dice que existe un síndrome catarral que, de manera sintética, incluye
congestión nasal, rinorrea, estornudos, lagrimeo, irritación nasofaríngea, tos y
malestar general, acompañado o no de fiebre

Virus de inmunodeficiencia Humana

El término Lentivirus fue asignado a estos virus por la lentitud con la que se
producen algunas de sus enfermedades, lo cual se debe a que producen
infecciones lentas, prácticamente todas en animales. Los virus de la
inmunodeficiencia humana (HIV) fueron asignados a este grupo.

Características virales.

Existen dos virus de la inmunodeficiencia humana: HIV-I y HIV-II identificables


por diferencias serológicas y de patogenicidad. El HIV-II es menos patógeno.
Son virus de forma esférica, con un diámetro de 100-120 nm, doble cubierta,
ácido ribonucleico en dos copias y varias copias de transcriptasa inversa,
además de dos ácidos ribonucleicos de transferencia.

Su peso molecular es de 3000-8000 Da. El genoma viral tiene 9 kb y está


dividido en tres genes principales: gag (antígeno específico de grupo). pol
(polimerasa) y esv (envoltura). En relación con la estructura del HIV-1, la
superficie viral presenta glucoproteínas conocidas como gp120/41, que son
codificadas por el gen env; en la porción central se encuentran las
denominadas proteínas puras centrales p24 y p17, que son codificadas por el
gen gag. Mediante las diferencias en las secuencias de los genes env y gag, se
identifican los subtipos o clases. Se conocen nueve genotipos del HIV-I, que se
designan con las letras A, B, C, D, E, F, G, H y O, y cinco subtipos para el HIV-
I1, designados con las letras A, B, C, D y E. Además, tiene otros seis genes
adicionales: vif, vpe, vpr, tat, rev y mef, a los cuales probablemente se deba la
patogenicidad del HIV-I.

Las funciones de estos genes son: el gen env codifica para las glucoproteínas
de envoltura gp160, gp120 y gp41; gag codifica para las proteínas estructurales
p55, p24, p17 y proteínas estructurales de la nucleocápside pl, p2, pó y p7; pol
codifica para la transcriptasa inversa, proteasas p66, pS1 y p31, integrasa y
ribonucieasa; mef es un factor de regulación negativa, que disminuye la
replicación viral dependiendo de la línea celular en la que se encuentre el virus
(en la célula inhibe la apoptosis); vif promueve la infectividad del virus libre,
mediante una transmisión eficiente sin células; fat es activador de la
transcripción y la regulación positiva de la replicación viral rev rige la expresión
de genes estructurales, incrementa la replicación viral y regula de forma
negativa a nef. vpr es activador de la transcripción, inicia la replicación viral en
células primarias y codifica la proteína viral R; vpa participa en la liberación del
virión y disminuye la expresión de CD4 y MHCI1 en la superficie celular (este
gen sólo lo tiene el HIV-1); y vyx está presente sólo en HIV-1I y codifica la
proteína viral X, cuya función aun se desconoce.

Ya que el virus penetra en el organismo, la gp120 se une a la membrana de los


linfocitos T CD4, macrófagos, células dendríticas, monocitos y otras células con
receptor CD4, La envoltura del virus se fusiona con la membrana celular y entra
la cápside. Las proteínas de la cápside permanecen asociadas con el RNA viral
(RNAv) y se copia a una cadena de DNA por medio de la DNA polimerasa,
dependiente de RNA/DNA y de la transcriptasa inversa. El RNA es degradado
por la ribonudeasa H y se sintetiza la cadena complementaria de DNA para
generar DNA de doble cadena, que se integra al genoma celular mediante
reacciones catalizadas por la integrasa. El provirus integrado permanece
latente por tiempo indefinido o induce la producción de RNAy para la síntesis
de proteínas virales. Se ensamblan nuevos viriones, los cuales se liberan.

Epidemiología.

La del HIV se trata de una infección cosmopolita que a la fecha representa un


problema en todo el mundo. Se adquiere por contacto con líquidos o tejidos
corporales. Entre los mecanismos más frecuentes de infección están la
actividad sexual, al exponerse a semen y secreciones vaginales; el contacto
con sangre y hemo derivados; de la madre al hijo en el embarazo, parto y
lactancia; por trasplantes, o por vía parenteral debido al uso de agujas
contaminadas.
El HIV-1 es el que presenta la prevalencia más alta en todo el mundo. Entre los
subtipos del HIV-1, los de prevalencia más elevada son A, B, C y E. Además,
ahora se sabe que la prevalencia de subtipos varía en las diferentes regiones
del planeta; por ejemplo, en América la mayor prevalencia es por el subtipo B,
al igual que en Europea y Australia; en cambio, en África occidental, central y
oriental, es el subtipo A, pero en África del sur y el “Cuerno de África” es el
subtipo C; en el sudeste asiático predomina el E, y en el sur de Asia el C.
Como consecuencia de la infección por HIV, se calculan en el mundo 34
millones de muertes durante la epidemia, y sólo en el último año entre 980000
y 1600000. Se estima que en el año 2014 había entre 37 y 41,5 millones de
individuos infectados, de los cuales alrededor de 2 millones se infectaron en
ese año. En África se concentra el 70% de las infecciones recientes; otra
información importante es que se cree que sólo el 53% de los infectados sabe
que lo está.

Patogenia.

El virus se adhiere a la superficie celular, mediante el reconocimiento del


receptor CD4 con la gp120, y un correceptor OCRS o CXCR4, Hay
interacciones con complejos proteínicos de la envoltura viral, los cuales están
formados por dos glucoproteínas: gp 120 y gp41. El primero se une a los
receptores CD4 (proceso denominado acoplamiento), promueve la unión a los
correceptores y ocurre un cambio conformacional en gp120, que permite que
gp41 se despliegue e inserte en la membrana celular. El gp41 nuevamente se
dobla acercando el virus a la célula y facilitando la unión de sus membranas; la
nucleocápside viral entra en la célula, se fragmenta, y libera RNA y tres
enzimas esenciales de replicación (integrasa, proteasa y transcriptasa inversa).
La transcriptasa inversa comienza con la transcripción del RNA viral mediante
dos dominios catalíticos: el sitio activo de la ribonucleica H (RNasa H) y el sitio
activo de la polimerasa. Una hebra de RNA viral se transcribe a una doble de
RNA-DNA. La RNasa H separa el RNA y la polimerasa completa la hebra de
DNA para formar una doble cadena de éste.

La integrasa corta los nucleótidos de los extremos 3' del DNA, y luego
transfiere el DNA al múcico de la célula y facilita su integración al genoma
células. La activación de la célula induce la trascripción del DNA proviral en
RNAm, el cual migra al citoplasma donde se sintetizan los componentes de un
nuevo virus.

Estos productos deben ser procesados por la proteasa viral, la cual corta las
proteínas largas en proteínas cortas. Más tarde, las dos hebras del RNA viral y
las enzimas de replicación se agrupan. Las proteínas se unen formando la
cápside (ensamble), la cual se libera de la célula tomando la envoltura de la
membrana celular, mediante gemación.
Fuera de la célula parasitada, los virus inmaduros inician el periodo de
maduración. A continuación, se establece una dinámica que dura años, en la
que se infectan nuevas células, se destruyen virus, mueren células infectadas y
se producen nuevas células. Este proceso se mantiene en el interior de los
nodos o ganglios linfáticos, hasta que después de años el sistema inmune sufre
de un estado de fatiga biológica y ya no se puede seguir manteniendo el
equilibrio, con lo que se dispara la producción viral, se incrementa la carga de
virus circulantes y aparecen los primeros datos clínicos de SIDA. Como
consecuencia de las interacciones virus-células del huésped, se presenta una
marcada disminución de linfocitos T cooperadores OKT4, se alteran o suprimen
funciones de los linfocitos T, se produce leucopenia y linfopenia, y se infectan
otras células del sistema inmune y del sistema nervioso central; todo ello lleva
a una grave deficiencia inmunológica y encefalopatía.

Una vez que el virus ha infectado a una persona, comienza una intensa
interacción entre los virus y el sistema inmune. La infección se disemina en los
tejidos linfáticos y el virus incrementa su cantidad de forma exagerada, invade
la sangre y se presenta viremia con cargas virales significativas. La respuesta
inmunológica específica contra el virus aparece y hay destrucción de los
linfocitos infectados (mediada por linfocitos citotóxico); también se observa
destrucción de linfocitos infectados por las células del sistema dendrítico
folicular en los nodos linfáticos.

Esta respuesta disminuye eficientemente el número de células parasitadas, y


con ello el número de fuentes productoras de virus. Los virus circulantes en
sangre también son destruidos y con ello la infección queda recluida a los
nodos linfáticos. Es en los ganglios donde se establece y mantiene la dinámica
de la relación huésped-parásito, mediante la multiplicación y la destrucción de
virus y células, con lo que mantiene un cierto equilibrio biológico durante un
periodo de 7-12 años, tiempo a través del cual la estructura ganglionar se
pierde y empieza a resultar insuficiente para lograr la retención viral por filtrado.
Además, los dispositivos de respuesta inmune celular y humoral se van
deteriorando, se inicia la caída del número de linfocitos CD4 circulantes y viene
una multiplicación viral explosiva y la invasión del torrente sanguíneo, con lo
que nuevamente se presentan cargas virales importantes y se inicia la etapa de
SIDA enfermedad.

El virus puede causar infección lítica o latente en los linfocitos T CD4, o bien,
una infección persistente crónica en los monocitos. En esta fase sólo unos
cuantos linfocitos T producen los virus, aunque hay múltiples células CD4
infectadas en los nodos linfáticos.

El período de latencia termina al activarse la replicación (mediante los


activadores), conduciendo a citólisis de CD4. Se han postulado varios
mecanismos de citólisis, directos o indirectos. La replicación del HIV es
directamente citolítica sobre los linfocitos T y los macrófagos, y ocurre
diseminación de la infección entre las células por la formación de sincitios. La
citólisis también es originada por varios procesos inmunológicos: mediada por
linfocitos T citotóxicos; citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos; lisis
mediada por anticuerpos, y la mediada por el complemento. La gp120 induce
apoptosis de CD4. Los mecanismos indirectos incluyen la infección de las
células madre; la destrucción preferente de los linfocitos Y de memoria en las
fases iniciales de la infección; y la desregulación de la diferenciación de los
responsables de la hipersensibilidad retardada, en las fases tardías de la
infección.

El resultado del daño celular es la enfermedad con pérdida del control de los
linfocitos B y deterioro de la función de los linfocitos T, propiciando las
infecciones oportunistas. La infección persistente en los monocitos es un
reservorio y medio de transporte del virus a macrófagos, células de la microglia,
macrófagos alveolares y células dendríticas. Las manifestaciones neurológicas
tal vez se deban a alteraciones en la producción de citocinas en las células
infectadas por el HIV, el daño neuronal por el virus o sus productos, O por
respuesta de autoanticuerpos. Los mecanismos que intervienen en la liberación
del HIV por el sistema inmune son: 1) daño al sistema inmune; 2) producción
de infecciones latentes, y 3) alteración de su antigenecidad. Los errores de la
transcriptasa inversa son de 1/2000 pares de bases o de 5/ genoma. El HIV
tiene 9000 pares de bases. Estos errores generan nuevas cepas del virus
durante la enfermedad, lo que conduce a su salida del sistema inmune.

La respuesta inmunológica con anticuerpos específicos se produce entre 6 y 12


semanas después de la infección y persiste durante toda la vida.

Manifestaciones clínicas.

De acuerdo con la evolución del proceso, las condiciones del sistema inmune,
el número de linfocitos CD4 y los datos clínicos, el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida se clasifica en categorías inmunológicas 1, 2 y 3, y
categorías clínicas A, B y C, que combinadas dan nueve categorías: Al, A2, A3,
B1, B2, B3, C1, C2 y C3 . La categoría A es cuando el paciente infectado está
asintomático y presenta linfadenopatía generalizada y persistente.

La categoría B se trata de pacientes que presentan manifestaciones clínicas


de enfermedades que no se incluyen en la categoría C, como angiomatosis
bacilar, candidiasis oral, leucoplaquia vellosa de caridad bucal, entre otras. La
categoría C incluye pacientes con manifestaciones clínicas reconocidas como
SIDA enfermedad. Las categorías inmunológicas dependen de la cantidad de
linfocitos T CD4: para el primer conteo mayor de 500 linfocitos CD4, para el
segundo entre 200 y 500 linfocitos, y para el tercero menos de 200 linfocitos.

Las manifestaciones clínicas del SIDA se pueden clasificar de la siguiente


forma: manifestaciones comunes, que son infecciones comunes, frecuentes y
persistentes, como candidosis oral persistente, fiebre, pérdida de peso,
vómitos, hiporexia y desnutrición; manifestaciones generales, que son diarrea
crónica, linfadenopatía generalizada crónica, hepatomegalia, esplenomegalia y
parotiditis; manifestaciones infecciosas, que son otitis recurrente, infecciones
piógenas o estafilocócicas, celulitis, gangrenas, tuberculosis, neumonías,
sarampión, molusco contagioso, infección citomegálica, infección herpética,
toxoplasmosis, neumocistosis, criptosporidosis y micosis; manifestaciones de
sistema nervioso periférico, incluyendo neuritis periférica y radiculopatias;
manifestaciones de sistema nervioso central, como encefalopatía generalizada,
regresión psicomotriz, debilidad, ataxia, rigidez extrapiramidal, convulsiones y
parálisis seudobulbar; manifestaciones hemáticas, que son de aparición tardía,
como anemia, leucopenia y trombocitopenia; manifestaciones cardiológicas,
por ejemplo, hipertrofia ventricular izquierda e insuficiencia cardiaca; y
manifestaciones hepáticas, como hepatitis y obstrucción de vías biliares.

Otras manifestaciones incluyen tumores malignos y sarcoma de Kaposi.


De manera sistematizada en el tiempo y de acuerdo con la evolución de la
infección por HIV, primero aparecen lo que se conoce como las
manifestaciones clínicas de la infección primaria. Éstas se presentan e unas
semanas de la infección como un síndrome mononucleosico con fiebre
persistente igual o mayor a 38 C, náuseas, vómitos, anorexia, diarrea, faringitis,
ocasional mente pequeñas úlceras en mucosa del paladar y cavidad bucal,
linfadenopatias generalizadas (pero con predominio en las cadenas axilar,
occipital y cervical), mialgias, debilidad muscular (con elevación de creatinina,
fosfolipasa, creatina-cinasa), cefalea, dolor retroocular, fotofobía y exantema
macular rosa pálido plano y no pruriginoso con predominio en el tórax y de 1
semana de duración. El cuadro inicial dura 1-2 semanas y, aunque poco
frecuente, también se pueden presentar neuropatias periféricas y
meningoencefalitis.

Superada esta forma clínica inicial, el paciente se mantiene asintomático 5-15


años, lo que se conoce como fuse de latencia. Después de la latencia clínica,
se reinician las manifestaciones con síntomas inespecíficos, como
linfadenopatias, anorexia, fiebre y sudores nocturnos; posteriormente las
manifestaciones clínicas se dividen en las enfermedades relacionadas con la
infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, que son las siguientes:
angiomatosis bacilar, candidosis oral, candidosis vulvovaginal persistente,
displasias cervicales de moderadas a graves, fiebre igual o superior a 38,5 C
por más de 1 mes, diarrea persistente por más de 1 mes, leucoplaquia vellosa
en cavidad bucal, herpes zonal que afecte más de un dermatoma o que se
repitan en corto tiempo vanos episodios, listeriosis, enfermedad pélvica
inflamatoria, absceso tubo ovárica, neuropatía periférica y púrpura
trombocitopénica idiopática.

En la última etapa del SIDA enfermedad, las manifestaciones clínicas son por
complicaciones infecciosas, tumorales y otras; entre las infecciosas están
neumonía recurrente, tuberculosis pulmonar y extrapulmonar, infecciones por
micobacterias diferentes a la de la tuberculosis, candidosis de vías aéreas
intermedias, candidosis esofágica, criptococosis en sistema nervioso cent
histoplasmosis diseminada, coccidicidomicosis diseminada, neumocistosis,
toxoplasmosis pulmonar y de sistema nervioso central, criptosponidosis,
isosporosis, ciclosporosis, micosporidosis, infecciones por citomegalovirus,
infección herpética con lesiones cutáneas y mucocutáneas de más de 1 mes de
duración, infección herpética visceral y leucoencefalopatia multifocal
progresiva; las enfermedades o complicaciones tumorales incluyen sarcoma de
Kaposi, linfoma inmunoblástico, linfoma cerebral y carcinoma cervicouterino
invasor; entre las complicaciones varias están el síndrome de desgaste, que se
puede iniciar desde muy temprano, y la encefalopatía producida por el virus de
la inmunodeficiencia humana.

Después de la latencia, la activación de la replicación viral ocasiona que los


pacientes finalmente presenten un conjunto de síntomas no bien definidos
denominado complejo relacionado con el SIDA. Un 5-10% de los pacientes son
rápidos progresores (manifiestan el complejo sintomático en 2-3 años después
de la infección) y un porcentaje similar son no progresores (asintomáticos
después de 7-10 años de la infección).

Virus de Papiloma Humano

La que antes se llamaba familia papovavirus (Papovaviridae) se ha dividido en


dos familias, Papillomaviridae y Polyomaviridae. Estos virus son capaces de
producir infecciones líticas, crónicas, latentes y transformadoras en función de
la identidad de la célula hospedadora,

Los papilomavirus humanos (VPH) producen verrugas, y varios genotipos se


asocian al cáncer humano (p, ej., carcinoma cervical). Los virus BK (VBK) y JC
(VJC), pertenecientes al genera Polyomaviridae, suelen provocar una infección
asintomatica, si bien se asocian a nefropatía y leucoencefalopatia multifocal
progresiva (LMP), respectivamente, en los individuos inmunodeprimidos. El
virus simio 40 (SV40) es el prototipo de poliornavirus. Los papilomavirus y
poliomavirus son virus pequeños sin envoltura con capside icosaedrica y un
genoma de acido desoxirribonucleico (ADN) circular bicatenario.
Codifican proteínas que estimulan la proliferación celular, lo cual facilita la
replicación vírica lítica en las células permisivas, aunque puede provocar una
transformación oncogénica en las células no permisivas. Los poliomavirus, en
especial SY 40, se han estudiado detalladamente como modelo de virus
oncogénicos,

Estructura y replicación.

Los VPH se diferencian y clasifican en función de la homología de la secuencia


de ADN. Se han identificado al menos 100 tipos que se han clasificado en 16
grupos (A a P). Los VPH también se pueden dividir en VPH cutáneos o VPH
mucosos dependiendo del tejido susceptible. Este último grupo incluye un
grupo asociado al cáncer cervical. Los virus de un grupo suelen producir tipos
similares de verrugas. La capside icosaedrica del VPH presenta un diámetro
comprendido entre 50 y 55 nm y está formada por dos proteínas estructurales
que forman 72 capsorneros. El genoma del VPH es circular y consta
aproximadamente de 8.000 pares de bases. El ADN del VPH codifica siete u
ocho genes de expresión temprana (El a ES), dependiendo del virus, y dos
genes de expresión tardía o estructurales (LJ y L2). Una región reguladora en
dirección 5' contiene las secuencias de control de la transcripción, la secuencia
Terminal compartida para las proteínas de expresión temprana y el origen de la
replicación. Todos los genes se localizan en una cadena (la cadena positiva).

El ciclo de replicación del VPH se relaciona con el ciclo vital del queratinocito
y las células epiteliales de la piel y la mucosa. El virus accede a la capa de
células basales a través de roturas en la piel. La proteína LI del VPH es la
proteína de unión vírica e inicia la replicación al unirse a proteoglucanos
heparinas e integrina a6 y otros receptores de la superficie celular. Los genes
víricos de expresión temprana estimulan la proliferación celular, por lo que
facilitan la replicación del genoma vírico por la polimerasa de ADN de la célula
hospedadora cuando las células se dividen. El incremento del número de
células inducido por el virus provoca el engrosamiento del estrato espinoso y la
capa ceIular basal (verruga, condiloma o papiloma). A medida que la célula
basal se diferencia, los factores nucleares específicos expresados en las
distintas capas y tipos de piel y mucosa promueven la transcripción de los
distintos genes víricos, La expresión de los genes víricos se relaciona con la
expresión de queratinas específicas. Los genes de expresión tardía que
codifican las proteínas estructurales se expresan únicamente en la capa
superior totalmente diferenciada y el virus se ensambla en el núcleo. El virus
aprovecha la maduración de las células de la piel para atravesar las capas
cutáneas y desprenderse con las células muertas de la capa superior.

Patogenia
Los papilomavirus infectan y se replican en el epitelio escamoso de la piel
(verrugas) y las membranas mucosas (papiloma genital, oral y conjuntival),
donde inducen la proliferación epitelial Los tipos de VPH se caracterizan por su
notable especificidad tisular y provocan distintos cuadros patológicos. La
verruga se desarrolla como consecuencia del estimulo vírico de crecimiento
celular y el engrosamiento de los estratos basal y espinoso, así como del
granuloso.

Los coilocitos, característicos de la infección por papilomavirus, son


queratinocitos hipertrofiados con halos transparentes que rodean los núcleos
arrugados. El desarrollo de la verruga suele requerir entre 3 y 4 meses. La
infección vírica suele permanecer localizada y generalmente remite de forma
espontanea, aunque puede recurrir. La inmunidad innata y la inmunidad celular
revisten importancia en el control y la resolución de las infecciones por VPH.
Este virus puede suprimir o evitar las respuestas inmunitarias protectoras.
Además de presentar unos niveles muy bajos de expresión de antígenos
(excepto en las células de la piel diferenciadas «casi muertas»), el queratinocito
constituye una localización privilegiada desde el punto de vista inmunológico
para la replicación.

Las respuestas inflamatorias son necesarias para activar respuestas citoliticas


protectoras y favorecer la resolución de las verrugas. Los sujetos
inmunodeprimidos sufren recurrencias y manifestaciones más graves de las
infecciones por papilomavirus. El anticuerpo contra la proteína L1 neutraliza el
virus. La inmunoglobulina (lg) G producida por la vacunación es segregada en
la vagina y puede proteger contra la infección. Los VPH de alto riesgo (p. ej.,
los VPH16 y 18) pueden iniciar el desarrollo de un carcinoma cervical y
canceres orofaringeos, esofagicos, peneanos y anales. Se ha encontrado ADN
vírico en tumores benignos y malignos, en especial en los papilomas mucosos.
Casi todos los carcinomas cervicales contienen ADN integrado de VPH, el 70%
corresponde a los tipos VPH16 o 18.

La rotura del genoma circular en los genes El o E2 con el propósito de


favorecer la integración comporta su inactivación, lo que impide la replicación
vírica, aunque no evita la expresión de otros genes víricos, como ES, E6 y E7.
Las proteínas ES, E6 y E7 del VPH16 y el VPH18 se han identificado como
oncogenes. La proteína ES favorece el crecimiento celular al estabilizar el
receptor del factor de crecimiento epidérmico, lo que hace que la célula sea
más sensible a sefiales de crecimiento, mientras que las proteínas E6 y E7 se
unen y evitan la función de las proteínas supresoras (supresoras de
transformación) del crecimiento celular, p53 y el producto pl OS del gen del
retinoblastoma (RB). E6 se une a la proteína p53 y la marca para su
degradación, mientras que E7 se une e inactiva pl OS. El aumento del
crecimiento celular y la inactivación de p53 vuelven a la célula más vulnerable a
mutaciones, aberraciones cromosómicas o la acción de un cofactor y, por tanto,
darían lugar a una neoplasia.

Epidemiologia.

El VPH es resistente a la inactivación y se puede transmitir con los fómites,


como las superficies de encimeras o muebles, los suelos del cuarto de baño y
las toallas. La difusión asintomatica puede facilitar la transmisión. La infección
por VPH se adquiere: 1) por contacto directo a través de pequeñas roturas de
la piel o la mucosa, 2) durante las relaciones sexuales o 3) durante el paso del
feto a través del canal del parto infectado.
Las verrugas comunes, plantares y planas son más frecuentes en los niños y
adultos jóvenes. En los niños pequeños y los adultos de mediana edad pueden
aparecer papilomas laríngeos. La infección por el VPH es posiblemente la
infección de transmisión sexual mas prevalente en el mundo, y ciertos tipos de
VPH son frecuentes en las mujeres y los varones sexualmente activos. En
EE.UU. hay aproximadamente 20 millones de individuos infectados por el VPH
y cada año se registran unos 6 millones de casos nuevos de infección genital.
El VPH aparece en el 99,7% de todas las neoplasias cervicales, y el VPH16 y
el VPH18 se aíslan en el 70%. Otros genotipos de alto riesgo son mas
prevalentes en diferentes grupos socio étnicos. Un estudio reciente indica que
los tipos de VPH de alto riesgo más frecuentes en las mujeres afroamericanas
son los tipos 33, 35, 58 y 68.

Los VPH de alto riesgo también se encuentran presentes en los canceres


orofaringeos, peneanos y anales. El VPH6 y el VPH11 son tipos de bajo riesgo
de carcinoma cervical, pero causan condilomas acuminados y papilomas
bucales y laríngeos. El cáncer cervical es la segunda causa de muerte por
cáncer en mujeres (aproximadamente 12.000 casos y 4.000 muertes al año en
EE.UU.). Alrededor del 5% de los frotis cervicales tejidos con Papanicolaou
contiene células infectadas por VPH. Cerca del 10% de las mujeres infectadas
con los tipos de VPH de alto riesgo termina por desarrollar displasia cervical, un
estado preneoplasico, Las relaciones sexuales con distintos compañeros, el
tabaquismo, los antecedentes familiares de displasia y la inmunodepresión son
los principales factores de riesgo de infección y progresión a cáncer.

Manifestaciones clínicas.

Verrugas

Una verruga es una proliferación benigna de resolución espontanea de la piel


que termina por desaparecer con el paso del tiempo. La mayoría de las
personas con una infección por el VPH presenta los tipos habituales del virus
(VPH1 a VPH4), los cuales infectan las superficies queratinizadas,
normalmente de las manos y los pies. La infección inicial se produce durante la
infancia o el comienzo de la adolescencia. El periodo de incubación hasta la
aparición de una verruga puede ser de hasta 3 o 4 meses. La aparición de la
verruga (de morfología abovedada, plana o plantar) depende del tipo de VPH y
el punto infectado.

Tumores de cabeza y cuello

Los papilomas orales aislados son los tumores epiteliales más benignos de la
cavidad bucal. Se trata de estructuras pedunculadas con un tallo fibrovascular,
y cuya superficie suele tener un aspecto áspero y papilar. Pueden aparecer en
individuos de cualquier grupo de edad, acostumbran a ser solitarios y rara vez
recurren tras su extirpación quirúrgica, Los papilomas laríngeos se asocian
habitualmente al VPH6 y al VPH11, y constituyen los tumores epiteliales
benignos más frecuentes de la laringe. Los papilomas laríngeos pueden
representar un riesgo de muerte en la población pediátrica debido a la posible
obstrucción de las vías respiratorias. En algunas ocasiones, los papilomas se
encuentran en la tráquea y los bronquios. Hasta el 80% de los carcinomas
orofaringeos contienen ADN de VPH de alto riesgo.

Verrugas ano genitales

Las verrugas ano genitales (condilomas acuminados) aparecen casi


exclusivamente en el epitelio escamoso de los genitales externos y la región
perianal y son frecuentes en los individuos promiscuos. Alrededor de un 90%
de los casos se debe a una infección por VPH6 y VPH11. Las lesiones ano
genitales infectadas por estos tipos víricos pueden ser problemáticas, pero en
raras ocasiones se tornan neoplasias en sujetos, por lo demás, sanos. Las
verrugas anales y peneanas pueden progresar a cáncer si están causadas por
cepas oncogénicas de VPH de alto riesgo.

Displasia y neoplasia cervicales

En la actualidad, la infección del tracto genital por VPH se considera una


enfermedad común de transmisión sexual. La infección acostumbra a ser
asintomatica, aunque puede producir un ligero prurito. Las verrugas genitales
aparecen como verrugas blandas de coloración normal y morfología aplanada,
elevada o, en ocasiones, semejante a una coliflor. Se desarrollan durante las
semanas o los meses posteriores a un contacto sexual con un sujeto infectado.
Las modificaciones citológicas indicativas de infección por VPH (coilocitos) se
detectan en los frotis cervicales tenidos con Papanicolaou (frotis de
Papanicolaou). La infección del tracto genital femenino por los tipos de VPH de
alto riesgo se asocia a una neoplasia cervical intraepitelial y cáncer. Las
primeras alteraciones neoplasicas identificadas mediante la microscopia óptica
se denominan displasia. Una proporción de las displasias leves comprendida
entre un 40 y un 70% desaparece espontáneamente. Se cree que el cáncer
cervical se desarrolla a través de una serie de cambios celulares graduales,
desde una neoplasia leve (neoplasia intraepitelial cervical [CINI]), pasando por
una neoplasia moderada (CIN II), hasta una neoplasia grave o un carcinoma in
situ. Esta secuencia de acontecimientos tiene lugar a lo largo de un periodo de
1 a 4 años. Los frotis cervicales regulares y rutinarios pueden ayudar a la
detección precoz, el tratamiento y la curación del cáncer cervical.

Virus de hepatitis.

La hepatitis viral es una enfermedad de orden general que afecta


predominantemente el hígado. Casi todos los casos de esta enfermedad aguda
en niños y adultos son causados por algunos de los cinco agentes siguientes:
virus de hepatitis A (HAV; hepatitis A virus), el agente causal de la hepatitis
viral (infecciosa); virus de hepatitis B (HBV; hepatitis B virus) que causa la
hepatitis viral B (del suero); virus de hepatitis C (HCV; hepatitis C virus) que es
el agente causal de la hepatitis C (causa frecuente de la hepatitis
postransfusional); hepatitis D (HDV; hepatitis D virus), un virus “defectuoso”
que depende de la infección simultánea con HBV o el virus de hepatitis E (HEV;
hepatitis E virus) el agente de la hepatitis de transmisión entérica. En otros
capítulos se describen virus adicionales bien caracterizados que pueden causar
hepatitis esporádica, tales como virus de la fiebre amarilla, citomegalovirus,
virus de Epstein-Bar, virus del herpes simple, virus de la rubéola y enterovirus.
Los virus de la hepatitis producen una inflamación aguda del hígado que causa
enfermedad clínica caracterizada por fiebre, síntomas digestivos como náusea,
vómito e ictericia. Sin importar el tipo de virus, durante la enfermedad aguda se
observan lesiones histopatológicas idénticas en el hígado.

Virus de hepatitis B.

Hepatitis tipo B El HBV se clasifica como un hepadnavirus; desarrolla


infecciones crónicas, sobre todo en las personas infectadas durante la
lactancia; es un factor importante para el desarrollo de una enfermedad
hepática y el carcinoma hepatocelular en estos individuos. A. Estructura y
composición El estudio con microscopia electrónica de suero positivo para
HBsAg revela tres formas morfológicas. La mayoría son partículas esféricas
que miden 22 nm de diámetro. Estas partículas pequeñas están constituidas
exclusivamente por HBsAg, pues son formas tubulares o fi lamentosas que
tienen el mismo diámetro pero que pueden tener una longitud de más de 200
nm, y se deben a la producción excesiva de HBsAg. Los viriones esféricos más
grandes, de 42 nm (originalmente designados como partículas de Dane) se
observan con menos frecuencia. La superficie externa, o envoltura, contiene
HBsAg y rodea un centro de núcleo cápside interna de 27 nm que contiene
HBcAg

La longitud variable de una región monocatenaria del genoma de DNA circular


produce partículas genéticamente heterogéneas con una amplia gama de
densidades de flotación. El genoma viral consta de DNA circular parcialmente
bicatenario de 3 200 bp de longitud. Las cepas de HBV diferentes comparten
una homología de secuencia nucleotídica de 90 a 98%. La cadena negativa de
longitud uniforme de DNA (cadena L o larga) es complementaria a todos los
mRNA de HBV; la cadena de sentido positivo (cadena S o corta) es variable y
tiene una longitud unitaria entre 50 y 80 por ciento.

Existen cuatro marcos de lectura abiertos que codifican siete polipéptidos.


Éstos son las proteínas estructurales de la superficie y centro del virión, un
transactivador transcripcional pequeño (X) y una proteína de polimerasa grande
(P) que incluye a la DNA polimerasa, a la transcriptasa reversa y a la actividad
de ribonucleasa H. El gen S tiene tres codones de iniciación dentro del marco y
codifica al HBsAg principal, así como los polipéptidos que contienen además
secuencias preS2 o pre-S1 y secuencia pre-S2. El gen C tiene dos codones de
iniciación dentro del marco y codifica HBcAg más la proteína HBe, la cual es
procesada para producir HBeAg soluble. Las partículas que contienen HBsAg
son antigénicamente complejas. Cada una contiene un antígeno específico de
grupo, a, además de las dos porciones de subdeterminantes mutuamente
exclusivas, d/y y w/r.

Por consiguiente, se han observado cuatro fenotipos de HBsAg: adw, ayw, adr
y ayr. En Estados Unidos, adw es el subtipo predominante. Estos
biomarcadores específicos de virus son útiles en investigaciones
epidemiológicas, porque los casos secundarios tienen el mismo subtipo que el
caso índice. La estabilidad de HBsAg no siempre coincide con la del
compuesto infeccioso. Sin embargo, los dos son estables a una temperatura de
−20 °C durante más de 20 años y estables al congelamiento y
descongelamiento repetidos.

El virus también es estable a una temperatura de 37 °C durante 60 min y se


mantiene viable después de desecarse y almacenarse a 25 °C por lo menos
durante una semana. El HVB (pero no HBsAg) es sensible a temperaturas más
elevadas (100 °C durante 1 min) o a periodos de incubación más prolongados
(60 °C durante 10 h). HBsAg se mantiene estable a un pH de 2.4 hasta por 6 h,
pero se pierde la infectividad del HVB. El hipoclorito de sodio al 0.5% (p. ej.,
blanqueador de cloro a 1:10), destruye la antigenicidad luego de 3 min a
concentraciones bajas de proteína, pero las muestras de suero no diluido
necesitan concentraciones más altas (5%). HBsAg no se destruye con la
radiación ultravioleta del plasma u otros hemoderivados, y la infectividad viral
también presenta resistencia a tal tratamiento. B. Replicación del virus de la
hepatitis B El virión infeccioso se adhiere a las células y pierde su envoltura (fi
gura 35-5). En el núcleo, el genoma viral parcialmente bicatenario se convierte
a DNA bicatenario circular cerrado en forma covalente (cccDNA). El cccDNA
sirve de molde (plantilla) para todos los transcriptos virales, incluido el RNA de
pregenoma de 3.5 kb, éste se encapsida con HBcAg recién sintetizado. Dentro
de los núcleos, la polimerasa viral sintetiza una copia de DNA de sentido
negativo mediante transcripción inversa. La polimerasa comienza a sintetizar la
cadena de ADN de sentido positivo, pero no se concluye el proceso. Los
centros experimentan gemación en las membranas pre-Golgi, adquiriendo
envolturas que contienen HBsAg y pueden salir de la célula. Como alternativa,
los centros pueden reimportarse hacia el núcleo e iniciar otra ronda de
replicación en la misma célula.

Virus de hepatitis C

El VHC se identifico en 1989 tras el aislamiento de un ARN vírico a partir de un


chimpancé infectado por sangre de una persona con HNANB (hepatitis no A no
B). El ARN vírico obtenido a partir de la sangre fue convertido en ADN por una
transcriptasa inversa, se expresaron sus proteínas y se utilizaron anticuerpos
de personas con HNANB para detectar las proteínas víricas. Estos estudios
condujeron al desarrollo de pruebas ELISA, genómicas y de otro tipo para la
detección del virus, que aun no se puede cultivar en cultivos tisulares. El VHC
es la causa principal de las infecciones por virus HNANB, y era la principal
causa de hepatitis postransfusion con anterioridad al cribado habitual de las
donaciones de sangre con respecto a la presencia de VHC. Existen más de
170 millones de portadores de VHC en el mundo (el 3% de la población), y más
de 4 millones en EE.UV. El VHC se transmite de forma similar al VHB, pero
tiene aun más posibilidades de provocar hepatitis crónicas persistentes.
Muchos pacientes infectados por el VHC también lo están por el VHB o el VIH.
A menudo la hepatitis crónica provoca cirrosis y, en última instancia, carcinoma
hepatocelular.

Estructura y replicación.

El VHC es el único representante del genero Hepacivirus de la familia


Flaviviridae. Existen seis genotipos principales del VHC (dados) y entre cada
genotipo y dentro de cada uno existen diferencias genéticas y antigénicas
importantes. El VHC tiene un diámetro de 30 a 60 nm, un genoma de ARN de
sentido positivo y envoltura. El genoma del VHC (9.100 nucleótidos) codifica 10
proteínas, incluidas dos glucoproteínas (El, E2). La ARN polimerasa vírica
dependiente de ARN suele cometer errores y genera mutaciones en la
glicoproteína y en otros genes, lo que da lugar a variabilidad antigénica. Esta
variabilidad dificulta en gran medida el desarrollo de una vacuna.
El VHC solamente infecta al ser humano y al chimpancé, El VHC se une a
muchos receptores de la superficie celular expresados en los hepatocitos y los
linfocitos B, lo que también facilita su entrada en la célula, Los receptores
incluyen receptores de superficie CDSl (tetraespanina), receptores de clase B
tipo I (SRBl) y proteínas de unión estrecha claudina1 y ocludina. El VHC
también se puede revestir con lipoproteinas de baja densidad o de muy baja
densidad y utilizar el receptor de lipoproteinas para facilitar ser captado por los
hepatocitos. El virus se replica de manera semejante a los restantes flavivirus.
El virion penetra en el retículo endoplasrnatico por gemacion y permanece en
el, por lo que queda asociado a la célula, Las proteínas del VHC inhiben la
apoptosis y la acción del IFNa al unirse al receptor del factor de necrosis
tumoral y a la proteína cinasa R. Estas acciones evitan la muerte de la célula
hospedadora y favorecen el escape de las protecciones del hospedador y el
establecimiento de una infección persistente.

Patogenia

La capacidad del VHC de permanecer asociado a las células y evitar la muerte


celular favorece una infección persistente, pero en fases posteriores de la vida
acaba provocando una hepatopatía. En los individuos con infección crónica,
potencialmente asintomaticos pueden producirse hasta 10 12 partículas al día.
La capacidad del virus para eludir la acción del interfieran y cambiar su
antigenicidad le ayuda a establecer una enfermedad crónica. Las respuestas
inmunitarias celulares son necesarias para la curación de la infección, pero
también causan daño tisular. Los anticuerpos contra el VHC no confieren
protección alguna. Como ocurre con el VHB, una vez establecido, la infección
crónica puede reducir la concentración de linfocitos T CDS citotóxico, lo que
impide la resolución de la infección, La extensión de la infiltración linfocitaria, la
inflamación, la fibrosis portal y periportal y la necrosis lobulillar en las biopsias
hepáticas se emplea para clasificar la gravedad de la entidad. Se ha sugerido
que las citocinas debidas a la inflamación y la continua reparación del hígado y
la inducción de la proliferación celular que se produce durante una infección
crónica por el VHC constituyen factores predisponentes al desarrollo del CHP.

Epidemiologia.

El VHC se transmite principalmente a través de sangre infectada y por vía


sexual. Los adictos a drogas por vía parenteral y los receptores de tatuajes son
los que corren mayor riesgo de infección por el VHC. Las técnicas de cribado
han permitido la reducción de los niveles de transmisión a través de
transfusiones de sangre y trasplantes de órganos. Casi todos (>90%) los
individuos infectados por VIH que son o han sido consumidores de drogas por
vía parenteral están infectados con el VHC. El VHC es especialmente frecuente
en el sur de Italia, España, Europa Central, Japón y algunas partes de Oriente
Medio (p. ej., cerca del 20% de los donantes de sangre egipcios son positivos
al VHC). La elevada incidencia de infecciones crónicas asintomáticas favorece
la diseminación del virus entre la población,
Enfermedades clínicas.

El VHC provoca tres tipos de enfermedades (fig. 5513): 1) hepatitis aguda con
resolución de la infección y recuperación en el 15% de los casos, 2) infección
crónica persistente con posible progresión a enfermedad en una fase más
tardía de la vida en el 70% de los pacientes infectados, y 3) progresión rápida
grave a cirrosis en el 15% de ellos. En el plazo de 1 a 3 semanas tras la
transfusión de sangre contaminada por el VHC se puede detectar viremia.

La viremia se prolonga a lo largo de un periodo comprendido entre 4 y 6 meses


en los individuos con una infección aguda, y más de 10 años en los que
presentan una infección persistente. En su forma aguda la infección por el VHC
es similar a la infección aguda por el VHA y el VHB, pero la reacción
inflamatoria es menos intensa y los síntomas suelen ser más leves. Lo más
frecuente (>70% de los casos) es que la enfermedad inicial sea asintomatica,
aunque termina por originar una enfermedad crónica persistente. El síntoma
predominante es la fatiga crónica.

A menudo, la enfermedad crónica persistente progresa hasta hepatitis activa


crónica en el plazo de 10 a 15 anos, ya cirrosis (20% de los casos crónicos) e
insuficiencia hepática (20% de los casos de cirrosis) a los 20 arios. El da110
hepático inducido por el VHC puede verse exacerbado por el alcohol, ciertos
fármacos y otros virus de la hepatitis relacionados con la cirrosis. En el 5% de
los pacientes con infección crónica, el VHC promueve el desarrollo de un
carcinoma hepatocelular al cabo de 30 anos.
Referencias bibliográficas.

 Cabello, R. R. (2005). Microbiología y Parasitología humana. Ed. Médica


Panamericana.

 Carrol, K. C. (2016). Jawetz, Melnick y Adelberg Microbiología medica.

 Elena, R. R., & Nerea, P. O. (2018). Microbiología clínica. Ediciones


Paraninfo, S.A.

 Murray, P. R., Rosenthal, K., & Pfaller, M. A. (2021). Microbiología


médica. Elsevier Health Sciences.

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