Drogadicción TIPOS
Drogadicción TIPOS
Drogadicción TIPOS
1 Drogadicción
Muchas veces el camino de las drogas se inicia en ruedas de amigos, y se accede a ellas
por compañerismo, por no parecer cobarde o, simplemente, por curiosidad.
El acceso a las drogas se ve facilitado por su tremenda difusión. Este negocio criminal
está manejado por poderosos intereses, que mediante redes de distribución existentes en
todos los países, ponen el consumo de drogas al alcance de cualquier persona.
Drogas Legales
Dentro de las drogas legales (las que no se encuentran penalizadas por la ley) se
encuentran el alcohol, el tabaco y los psicofármacos.
Drogas Ilegales
Las drogas ilegales son aquellas que su uso está penalizado por la ley. Están la Cocaína,
Anfetaminas, Marihuana, Pasta Base, Neoprén, LSD, Heroina, Extasis. Entre ellas las
más conocidas
1.3 Las drogas más peligrosas
La heroína, que provocó en 2004 la muerte a 744 personas en el Reino Unido, encabeza
este ranking de peligrosidad con un grado de 2,75 en una escala del 1 al 3.
La sigue la cocaína (2,25), la cual cuenta con el doble de consumidores que la heroína
en el país británico, según especifica el diario, que estima que estos pueden alcanzar los
800.000. Sólo en 2004, esta droga estimulante causó 174 muertes.
El tercer lugar está reservado para los barbitúricos (drogas sintéticas que se consumen
en discotecas y pastillas de dormir). En un año han causado 14 muertes y su consumo,
al menos en Reino Unido, es muy reducido.
Entre las drogas legales más peligrosas figuran el alcohol (quinto lugar) y el tabaco
(noveno), por delante del cannabis o el LSD.
1 Heroína
2 Cocaína
3 Barbitúricos
4 Metadona
5 Alcohol
6 Ketamina
7 Benzodiazepina
8 Anfetaminas
9 Tabaco
10 Buprenorfina
11 Cannabis
12 Solventes
13 4-MTA
14 LSD
Esteroides
15
anabólicos
16 GHB
17 Éxtasis
El adicto es una persona que sufre una atracción compulsiva, generalmente por algo
malo. ¿Por qué en la sociedad actual existen tantos adictos? Es verdad que en la
sociedad que nos toca vivir hay muchos pero, en la sociedad del siglo pasado, existía un
buen número a los que se les daba el nombre de viciosos. El vicio es la costumbre o
hábito irresistible de hacer algo malo. Lo opuesto del vicio es la virtud, es decir, el
hábito de hacer el bien.
En los últimos años, se viene observando una correlación entre el consumo abusivo de
drogas y el incremento del índice de criminalidad, alcanzando cada vez edades más
cercanas a la niñez.
En general, podemos afirmar que la mayoría de las veces, las personas las usan para
intentar cambiar el estado de ánimo, siendo su fin sentirse más felices, quizá buscando
escapar de sus problemas, de dolores, de la ansiedad o de frustraciones; y aunque, en
algunos casos, se consumen para satisfacer una curiosidad o probar lo prohibido, el
peligro que se corre en la mayor parte de las ocasiones procede del desconocimiento de
la sustancia utilizada, de los peligros y perjuicios que la droga puede acarrear por sí
misma o por las mezclas que a menudo realiza el traficante para obtener más
rendimiento a la "mercancía".
La droga, por sí sola, no resuelve los problemas; tan solo pospone, y, casi siempre,
los agrava; lo que suele hacer que su resolución sea cada vez más difícil. Dicen algunas
personas que en ocasiones, al utilizar las drogas por su cuenta, se sienten mejor. No es
cierto, y sus efectos ficticios, como no perduran, inducen a volverlas a consumir,
aumentando generalmente la cantidad para sentir los efectos apetecidos.
• La Edad.- Se da un inicio entre los 10/12 años, un consumo masivo entre los 16/20
años, y un descenso a partir de los 20 años
• Entre los que cabe señalar principalmente el grupo de referencia de amigos, las
personas con quienes se vive (hay más consumo entre quienes viven con un grupo de
iguales, no con la familia de origen). No hay que olvidar que el consumo de estas
drogas ilegales está envuelto en toda una mística y ritual grupal y no tanto individual.
• El medio educativo, ya que la rigidez del sistema educativo origina no pocos fracasos
escolares que revierten en situaciones personales de marginación y consiguientemente
favorecen el ocio, obligando al consumo de drogas.
Todo tipo de drogas naturales o artificiales son adictivas y dañan a la gente, hasta el
punto de acabar con su vida.
1. Alcohol
2. Tabaco
3. Marihuana
4. Cocaína
5. Anfetaminas
6. Éxtasis
7. Barbitúricos
8. Alucinógenos
10. Inhalantes
Todas las drogas afectan a la salud de las personas y su desarrollo personal. Sin
embargo, este dato se potencia aún más en el caso de los jóvenes, puesto que cada vez
que se recurre a las drogas como muleta para disfrutar de la vida o enfrentarse a sus
exigencias, se está limitando la oportunidad de demostrar y desarrollar los recursos y las
capacidades propias.
Además, muchas de las drogas que se encuentran en el mercado ilegal están con
frecuencia sometidas a procesos de adulteración. En estos casos, el posible consumidor
no sabe qué es lo que está tomando y, por lo tanto, se sitúa ante unos imprevisibles
riesgos añadidos.
Todas dañan la salud y, si se toman con frecuencia, algunas pueden provocar daños
irreparables, biológicos o psicológicos. Asimismo, se pueden correr riesgos muy serios
si se padece algún tipo de patología, como, por ejemplo, cardíaca o hipertensión, que
puede que aún no se haya manifestado o no la haya diagnosticado el médico.
Muchas veces las drogas se ingieren mezcladas unas con otras, por ejemplo; porros y
alcohol, éxtasis y alcohol, cannabis y cocaína, etc., sometiendo, de esta forma, al
sistema nervioso a sacudidas contradictorias o multiplicando los efectos de ambas
sustancias.
También existen riesgos relacionados con comportamientos que los consumos facilitan
o impiden controlar (comportamientos impulsivos).
CAPÍTULO 2: LA MARIHUANA
Los doctores recomiendan que las mujeres embarazadas no usen ningún tipo de drogas
o alcohol, ya que podrían afectar al feto. Un estudio en animales ha conectado el uso de
la marihuana a la pérdida del feto durante los primeros meses del embarazo.
Algunos estudios científicos indican que los bebés de madres que fuman marihuana
nacen pesando y midiendo menos, y las dimensiones de sus cabezas son menores que
los bebés de madres que no usan la droga. Los bebés más pequeños tienen mayor
tendencia a sufrir problemas de salud. También existen estudios que indican que los
niños de madres que fuman marihuana tienen problemas del sistema nervioso.
Los investigadores aún no saben si los problemas causados por la marihuana en los
bebés pudieran continuar a medida que ellos/ellas crecen. Investigaciones preliminares
muestran que niños de madres que usaron marihuana regularmente durante el embarazo
pueden tener problemas de concentración.
Hasta hace algunos años era muy difícil encontrar programas específicamente diseñados
para personas dependientes a la marihuana.
El término crack es una onomatopeya que sugiere el ruido que hacen las piedras de esta
droga al calentarse por la evaporación de la cocaína en base que contienen, al liberarse
de la mezcla con el bicarbonato de sodio. También recibe nombres vulgares por parte de
los usuarios a esta droga, como rocas, chulas, pops, piedras, niñas, duras, hielos,
rock&roll , rockstars o Chespi, entre otros; a veces erróneamente se le confunde con la
pasta básica de cocaína, llamada también bazuco, paco o pitillo, que es la costra que
queda en la olla donde preparan la cocaína y está compuesto por los alcaloides de la
planta sin refinar ni purificar.
Se hizo muy popular en la década de los ochenta, entre otras razones por su precio
relativamente bajo frente a la cocaína y por la facilidad que presenta para procesarlo y
adquirirlo. Sus efectos secundarios son similares a los de la cocaína, solamente que el
riesgo de padecer alguna complicación es más alto, por las vías de consumo, propensa a
producir accidentes cardio y cerebro vasculares.
Desde los años 80, el crack se fuma en pipa de vidrio, con ceniza de cigarro, sobre una
lata con orificios, en un gotero de cristal, en un cigarro como primo (nombre que se le
da a un tabaco mezclado con cocaína), entre otras. Otro instrumento utilizado para
consumir crack es un tubo metálico similar a una antena de radio (en muchos casos lo
es) a la que se le introduce una suerte de alambre y se utiliza para fumar crack
simulando una pipa. Este método es utilizado principalmente por adictos de muy pocos
recursos.
3.3 Efectos
Los efectos son mucho más rápidos e intensos que los de la cocaína, empezándose a
sentir a los cinco segundos y con una duración aproximada de 5 a 10 min. Se produce
una subida inicial con unos estados de euforia y desinhibición enormemente
placenteros, vigor y disminución de fatiga, autoestima e hiperactividad. Posteriormente
se produce una bajada (15 a 20 min) en la que aparece fatiga y confusión depresiva. En
el aspecto físico se produce una disminución del flujo sanguíneo, hipertensión y
aumento de la frecuencia cardiaca.
3.4 Consecuencias
Presenta unos efectos secundarios muy agresivos que pueden aparecer de forma
inmediata con una sola fumada, o en consumidores habituales a largo plazo. En el
primer caso se pueden dar arritmias o ataques cardíacos. En el segundo los efectos son
muy variables:
Estos efectos psicológicos desagradables pueden combatirse fumando más, con lo que
la persona adquiere la necesidad de utilizar la droga continuamente, durante muchas
horas, para sentirse de nuevo relativamente bien; aunque raramente volverá a presentar
la embriaguez o euforia iniciales. Los usuarios describen este tipo de reacción como
ansiedad, pero en realidad es un estado complejo de angustia asociado con una
necesidad imperativa de fumar más.
Produce adicción psíquica altísima y casi inmediata (con una sola fumada),
originándose un síndrome de abstinencia psicofísica (que puede durar varios meses).
Períodos alternos de insomnio y somnolencia, irritabilidad, confusión y deseo-necesidad
de la droga.
El primer enfoque de tratar la adicción se puede ejemplificar así. Cuando una persona se
rompe un hueso, es decir, sufre una fractura, se puede tratar el dolor, hacer que
desaparezca, pero eso no quiere decir que se haya curado si a la vez el hueso no es
reparado para que recupere su funcionalidad.
Esto no quiere decir que no sea importante tratar los síntomas de la abstinencia cuando
se quiere dejar de consumir cocaína, ya que de hecho el síndrome de abstinencia es un
reto y un obstáculo para la recuperación de la adicción. Un síndrome que ocurre porque
el organismo se ha acostumbrado a la presencia de la cocaína (se ha vuelto dependiente)
y el cerebro deja de producir las sustancias químicas naturales que la droga reemplaza,
sobre todo un neurotransmisor llamado dopamina. Es decir, el organismo depende de la
droga para funcionar “normalmente”, y por eso cuando al dejar de consumir cocaína
después de un tiempo prolongado de consumo, el organismo no cuenta ni con las
sustancias químicas naturales que ha dejado de producir, ni con el sustituto químico que
supone la droga, y sufre alteraciones. Unas alteraciones que se experimentan como
síntomas opuestos a los efectos de la cocaína, fundamentalmente con depresión,
insomnio o hipersomnia, fatiga, irritabilidad, agitación y desórdenes psiquiátricos.
Síntomas que sólo desaparecen, si no hay tratamiento adecuado, cuando se vuelve a
consumir cocaína. De hecho, el síndrome de abstinencia se convierte en el principal
miedo cuando se quiere abandonar el consumo de droga, así como en el principal riesgo
de recaída, por la necesidad de aliviar el malestar que produce dicha abstinencia.