Los 5 Sentidos Del Hombre
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JUAN BAUTISTA No. 45
“Libertad, Igualdad, Fraternidad”
SFU
Burilado: “Los 5 sentidos del hombre”
DESARROLLO
La especial importancia que tienen los 5 sentidos en el grado de Compañero, no se debe únicamente al hecho de que se refieren al
número 5. Efectivamente, si lo consideramos, en unión con las facultades activas, como instrumentos de trabajo y medios por los
cuales se realiza la vida consciente y voluntaria del hombre, veremos por qué razón se estudian principalmente en este grado.
Los sentidos son las ventanas por las cuales el Templo de nuestro ser y nuestra vida individual se abre en el mundo exterior y se
relaciona con el mismo. De estas ventanas el Obrero del Progreso y de la Libertad debe aprender a hacer uso inteligente y
constructor para que, en vez de ser como lo son para el hombre vulgar, las cadenas que lo atan al poder de la ilusión, se conviertan
en útiles instrumentos de actividad y, por medio del discernimiento, en medio de constante progreso moral y espiritual.
La vista. Por su importancia constructora, debemos considerarla con preferencia a los demás sentidos, ya que quien se halla
privado del don de ver la luz del dia, nunca podría ser un verdadero masón. Asi como la Masonería Simbólica se halla
íntimamente relacionada con la facultad de ver la Luz interior de lo Real, así también se halla íntimamente relacionada con esta
facultad de percibir la luz exterior. Una Luz especial nos dan, sobre el sentido de la vista, las palabras evangélicas: “Lámpara del
cuerpo es el ojo; asi que, si tu ojo fuese sincero, todo tu cuerpo será luminoso; mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será
tenebroso, Asi que, si la lumbre que hay en ti son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas? Hay pues, entre lo que vemos y lo
que somos, una constante acción y reacción: lo que vemos, influenciando nuestra mente y nuestra imaginación, determina en gran
parte lo que somos, lo que pensamos y lo que sentimos de nosotros mismos; a su vez, lo que somos, sentimos y pensamos de
nosotros mismos, modifica igualmente nuestra visión, tanto interior como exterior. Si la visión de una persona es enferma, es
decir, fija o concentrada en la enfermedad, su cuerpo estará igualmente enfermo, y su vida exterior reflejará análogamente, todo
otro defecto de su visión interna. En cambio, la vista sana hará sanos igualmente el cuerpo y las condiciones de la vida exterior.
No es, pues, exagerado, decir que nuestra vista es nuestra lámpara y que según su luz, nuestro cuerpo y nuestra vida estarán
igualmente o en l a luz, o en las tinieblas.
El oído. Así como lo que vemos nos influencia en lo que somos y se refleja en la doble arquitectura exterior de nuestro organismo
y de nuestra vida, lo que oímos determina lo que pensamos y creemos, siendo base de nuestra Fe y confianza en todos sus
aspectos, tanto positivos como negativos. Según lo que vemos, sabemos; según lo que oímos conocemos, y de la misma manera
que nuestra ciencia efectiva depende de nuestro discernimiento individual y de la facultad de ver interior y exteriormente, así
también la suma de nuestros conocimientos depende de nuestro individual entendimiento sobre lo que oímos, o se nos hace
presente por medio de la voz y del sonido tanto exterior como interior. Asi como el Templo se determina y construye por medio de
la visión, asi también la Logia se hace y se realiza por medio del oído o del entendimiento. La Logia es el lugar en donde se
manifiesta y se escucha el Logos, el Verbo o Palabra: es pues el lugar secreto de la comprensión que se encuentra sobre el Arao
altar levantado por nuestros pensamientos en el Templo íntimos del ser. Asi como el Guardatemplo examina por medio del oído
inteligente la verdadera calidad de los que quieren ingresar en Logia, asi también esté siempre el guardián interior en su lugar, a la
puerta del Santuario de nuestra conciencia, para vigilar las palabras y pensamientos constructores. Solo los pensamientos
constructores conocen la verdadera palabra de la Verdad, y pueden vibrar en armonía con el Verbo Divino que brilla sobre el Ara
de nuestro ser. Librémonos especialmente de escuchar palabras de desarmonía y de discordia que nos alejan de aquella justa y
perfecta conexión que constituye la base de la sociedad, el cemento de la comprensión que debe existir entre todas las piedras que
componen el simbólico edificio de la humanidad, asi como el de nuestra Augusta Institución, sembrando en nuestros corazones la
cizaña de la división. El que tenga oídos que oiga.
El tacto. Por medio del tacto el Masón reconoce las asperezas de la piedra bruta o semilabrada y se halla asi en la condición de
rectificarlas, consiguiendo la perfecta alisadura que hará resaltar y pondrá en evidencia su tetrágona pureza. Por medio del tacto de
su conciencia es como el Masón reconoce las asperezas de sus vicios. Es por medio del tacto, a través de sus toques, con el que los
masones de los diferentes grados se reconocen, hallándose en condición de penetrar con su inteligencia hasta el fondo de las cosas,
y asi reconocer la calidad interior de toda piedra con la cual se halla en contacto, calidad que pasara constantemente inadvertida
por el profano. Un tacto refinado es una cualidad necesaria para todo verdadero masón. Un tacto refinado, tanto moral como
materialmente, es pues, el distintivo de toda naturaleza superior; la falta de tacto, es característica de las naturalezas vulgares. De
obrar con tacto puede depender el éxito o el fracaso en determinadas circunstancias. Por medio del tacto le es concedido al
Compañero masón expresar sus sentimientos y aquella solidaridad que se revela mediante el contacto de dos manos que estrechan
materialmente el lazo de simpatía y la benevolencia reciproca que las une.
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El gusto. Por medio del gusto, se reconoce la cualidad nutritiva y asimilable de los alimentos, y su consiguiente utilidad en la Obra
de Construcción de nuestro organismo material, del que depende en gran parte la salud y pureza de su Templo orgánico y viviente.
Una ofensa a este sentido (que en nuestro templo material tiene el oficio de Guardatemplo) asi como a su propio Templo, hace
quien avala brutalmente el alimento por la garganta, tragándolo ávidamente, antes de que sea debidamente preparado en la Sala de
pasos perdidos de la boca, para ingresar a dicho Templo. Todo bocado de alimento, debe pues, permanecer en dicha Sala el tiempo
necesario para despojarse de su cualidad profana y adquirir la de verdadero constructor en el Templo en el cual desea ingresar. Por
lo tanto el alimento ha de ser ensalivado, disolviéndose enteramente con consistencia externa, asi como se disuelve la del
Candidato en el Cuarto de Reflexiones, para adquirir aquella perfecta lucidez que le permita pasar como iniciado y tomar parte
constructivamente en la labor del organismo. Nuestro gusto debe extenderse a todo lo que ingresa en el Templo de nuestra vida
interior, a todo lo que elegimos para nuestra vida exterior, a todo lo que hacemos, como expresión de nuestra Genialidad
Individual, y a todo lo que es objeto de nuestra atención o actividad, penetrando en la intima constitución de cada cosa y hacerla
perfectamente asimilable por nuestro ser.
El olfato. Es el Guardián Exterior de nuestro Templo orgánico, nos hace elegir o rechazar los alimentos antes de gustarlos,
advirtiéndonos con antelación de su cualidad inadaptada para la función eminentemente constructora a la cual únicamente han de
ser destinados. El olor representa lo que cada ser y cada cosa manifiesta o expresa a su alrededor en el ambiente que lo rodea: toda
forma orgánica hace manifiesto, por medio del olor que despide, su propio estado de vida o de muerte, su condición de salud o
enfermedad, su alegría y su tristeza. Igualmente hay olor de vicio y de virtud, olor de verdad o de error, olor de bondad y de
maldad, olor de serenidad y de inquietud, de paz y lucha, de armonía y desarmonía. El Compañero tendrá el deber de refinar su
olfato espiritual, para estar en condición de reconocer la calidad y naturaleza del ambiente en que se encuentra y del aire que
respira , introduciéndolo en su propio Templo Individual.
Una vez que nuestros Hermanos del Segundo Grado se hayan compenetrado de la obligación que tienen de aplicar justamente sus
Cinco Sentidos, verán que en su Ser, se operan otros fenómenos que se desarrollan por medio de su Entendimiento y son los cinco
siguientes Sentidos Apreciativos.
El Sentido Humanitario o Filantrópico, que se desarrolla en el hombre por medio de los sentimientos de afecto hacia la
Humanidad, los de la Caridad y la Compasión.
El Sentido Moral nos obliga a entrar en armonía con nuestros semejantes, que nos hace distinguir el bien del mal, y obrar con
discreción, prudencia y cordura, para considerarnos dignos de vivir en Sociedad.
El Sentido de la Estética, es el que nos enseña a distinguir lo bello de lo defectuoso, constituye la facultad de admirar las Obras
de Arte, calificarlas y premiarlas.
El Sentido Intelectual, es por excelencia el que nos distingue de los demás Seres Creados por la Naturaleza, y por medio del cual,
nos educamos, discernimos, aprendemos, investigamos, etc., es el que nos hace hacer uso de los más acertados y justos
razonamientos y en una palabra nos coloca en el plano más alto, como Rey de la Creación.
El Sentido Religioso, es el que tiende a acercarnos hacia el mundo de lo desconocido, lo incomprensible y lo infinito, que nos
hace creer en la Divinidad; es el sentimiento que nos eleva de lo concreto a lo abstracto, y poder llegar al descubrimiento de las
Leyes de la Naturaleza, grabadas por la Divinidad en el Corazón del Hombre.
Como se ve, el Compañero Masón tiene un hermoso y vasto campo de acción, dentro de los Estudios de los Cinco Sentidos
Humanos, y puede tener la seguridad, que después de conocerlos y saber interpretar sus funciones, concluirá por hacer un
moderado uso de las facultades de que lo dotó El Gran Arquitecto del Universo. Por medio de los Cinco Sentidos del Hombre, la
Masonería inventó su Lenguaje Universal, y de ahí que tenga, dentro de sus enseñanzas, un Tema Especial que define la justa
aplicación de los Signos, Tocamientos, Baterías, Palabras, etc., que constituyen los ceremoniales y medios de reconocimiento
entre los miembros de la Orden.
DISCUSION Y CONCLUSIONES
Nuestros sentidos son instrumentos de esta misma construcción, a la que las impresiones constantemente recibidas contribuyen
diariamente. Aún mas, la arquitectura de nuestro organismo físico, y también la de nuestra mente, debe considerarse, en el proceso
evolutivo en el que se originó, comenzando por las formas mas rudimentarias de la vida, como el resultado, o la acumulación y
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concentración, de todas las impresiones recibidas de lo exterior, asi como de las reacciones o impulsos que proceden de nuestro
interior.
Por consiguiente, es de importancia vital para el compañero aprender el uso más recto y juicioso de cada uno de estos instrumentos
exteriores de la construcción orgánica, en unión con los instrumentos interiores que se hallan en el hueco de la simbólica columna
de la que hemos hablado precedentemente.
1. Vademecum del Compañero.
2. Los 21 temas del Compañero Masón
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Comp Mas GIOVANNI MILLAN NIEBLA
Or de la Ciudad de Culiacán, Sinaloa a 26 de Octubre del año 2023, EV