Generación 45
Generación 45
Generación 45
Bibliografía:
La Generación del 45 | MARIO BENEDETTI vs. MONÓLOGO INTERIOR
Presentación de clase
IDEA VILARIÑO
Bibliografía:
Vilariño, Idea - Escritores.org - Recursos para escritores
Idea Vilariño - Wikipedia, la enciclopedia libre
ANÁLISIS DE “NOCHE DESIERTA”
ESTRUCTURA EXTERNA
TÍTULO
ESTRUCTURA INTERNA
El poema comienza con la repetición del título. La palabra “Noche” se hace constante (se repite 4
veces) y esto se debe a la anáfora, que es un recurso literario que consiste en la repetición de una
palabra al principio de dos o más versos consecutivos con el fin de enfatizar el concepto o idea.
Con sólo con decir “noche”, ya es redundante suponer que es “desierta”. De igual modo, repite
nuevamente “noche”, enfatizando esa soledad que siente el Yo lírico.
Prosigue con el siguiente verso: “más que la noche todo”, una vez más utilizando el recurso de la
anáfora, enfatizando en la palabra “noche”, pero realizando una comparación con el “todo”. Está
palabra sugiere que es aún más extenso y abarcador que la noche.
Con el siguiente verso: “el vacío espantable de los cielos”, profundiza ese vacío. Ese “vacío” no
tiene que ver sólo con lo terrenal sino también con el “cielo”, con lo espiritual. El cielo es metáfora
de todas las religiones, la fe, que está relacionada con la religión, es algo que le brinda al hombre
tranquilidad, confianza, esperanza, seguridad y certeza de que la felicidad existe y que la muerte es
pasajera. En este caso el Yo lírico no cree, no porque no entienda la importancia de creer, sino
porque no puede, no tiene esperanza y no espera nada a cambio.
La palabra “espantable”, que es sinónimo de horror o terror, hace referencia a ese horror que siente
el Yo lírico en no poder creer, lo que a su vez lo deja en la completa desesperanza, desamparo y
soledad.
Con el verso “cerćandome mi noche” hace referencia a que ese vacío tanto terrenal como espiritual
que siente el Yo lírico, lo va encerrando, ahogando o aprisionando en su soledad, en su noche.
Además cuestiona su existencia y lugar en el mundo al mencionar “mi noche” y lo reafirma con un
pronombre posesivo (“mi”), y a su vez menciona lugares que son personales e íntimos como su
“cuarto” y “cama”. Esos lugares que pueden ser seguros para cualquier persona, para el Yo lírico
no lo es, se siente ahogado, aprisionado. A su vez prosigue con el siguiente verso, “mis pocos años
míos”, volviendo a usar pronombres posesivos pero está vez hace referencia a la existencia humana,
a la breve existencia de está. Puede que esté hablando de los años de vida que le queda, pero
también refiere a la relación de estos años con la eternidad. Con reiterar los pronombres posesivos
refuerza la idea que esos “pocos años” son suyos, son años intensos, marcados por tres sustantivos:
“sangre”, “piel” y “respiración”. Estos son elementos sensoriales esenciales para la vida, es
sinónimo “de vida”.
El poema prosigue con un intento de explicación fallido: “Quiero decir”, en donde el Yo lírico
quiere decir algo pero no puede. Sucesivo a está verso se hace una especie de resumen de todo lo
anterior, en donde retoma las ideas ya planteadas pero agrega al concepto de vida la palabra
“fugaz”. La vida del ser humano, en lo terrenal, pasa muy rápido, es fugaz, y el hombre no puede
retenerla. De esa vida solo le quedan sus “pocos años” de vida y angustia, usando el pronombre
posesivo “mis”, porque son sus años y de nadie más, es lo único que no pueden quitarle al Yo
lírico, porque son personales, íntimos y vividos por este yo. Este verso es muy diferente a los
demás, porque lleva punto al final, lo que nos da a entender que está cerrando una idea muy
importante para este yo.
Los dos últimos versos del poema hablan de la condena, habla de la imposibilidad de establecer una
relación con otra persona. Habla de su soledad, de su incomunicación, porque no puede expresar sus
emociones a nadie, no porque no quiera, sino porque no puede. Al no poder “abrazarse”, no
obtiene un consuelo y no tiene posibilidad de desahogo.
El poema termina con un gerundio: “llorando”, que es una palabra que le da continuidad a la
acción. Esa palabra reafirma que está desolado y no encuentra desahogo. El llanto evidencia un
quiebre o fractura emocional, imposible de controlar ni siquiera con un abrazo. El abrazo tiene que
ver con buscar una contención, pero para este yo es imposible, porque no tiene a nadie, por tal
motivo sigue en su estado de desolación, en plena soledad.