Danzas Criollas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

EL

FESTE
El festejo es la danza representativa del criollo negro y originaria de la costa peruana. Surgió en el
siglo xvii y los instrumentos musicales para esta danza han debido ser originalmente tambores de
cuero, que luego se han reemplazado con el cajón peruano, y la maraca por la quijada de burro,
agregándole guitarra acústica y canto. Tradicionalmente se practica en las regiones Lima e Ica,
siendo la ciudad de Lima y los distritos de San Luis (Cañete) y El Carmen (Chincha), las zonas
vinculadas a este género.

Historia

Existen teorías que describen al festejo como un baile que se inició en Lima a mediados del siglo xvii,
pero no brindan evidencias para apoyar dichas hipótesis. Todavía no se ha establecido ejemplo
musical alguno que demuestre que esta forma musical existiera antes de 1800. Sin embargo, se han
logrado identificar algunos festejos que datan del siglo xix. Desde mediados del siglo xx se recopilan
festejos antiguos de las zonas de Lima, Aucallama, Cañete y Chincha.

Es a partir de 1960, que este baile se convierte en el género musical más difundido dentro de los
artistas afroperuanos. En gran parte por la popularidad de los trabajos musicales realizados por José
Durand, la familia Vásquez, Victoria Santa Cruz y Nicomedes Santa Cruz.

En 1971 se inició el Festival de Arte Negro de Cañete, que incluyó por primera vez un concurso
femenino donde la mejor bailarina es elegida "Reina del Festejo". Entre 1975 y 1977, se incluyó un
concurso de composición de festejos y géneros similares. En aquellos años destacaron las
composiciones de José Villalobos Cavero, Wilfredo Franco Laguna, Caitro Soto de la Colina, entre
otros.

Es en esta década que se populariza un nuevo estilo de festejo para mujeres que algunos músicos
denominan "festejo estilo valentina", para el cual se visten con faldas y sostenes coloridos.

Música

La base de todo festejo es el ritmo, que se logra mediante una serie de melodías sobre el cajón
peruano y la quijada de burro, más cajita, congas y bongó.

Es característico las repetidas pasadas tras periodos de cuatro u ocho compases y al estribillo coral
de la fuga. Es posible que originalmente haya sido danza masculina de solista, improvisando pasos y
contorsiones acrobáticas con toda libertad de espíritu y sin regla coreográfica alguna.

Coreografía

Según el musicólogo William Tompkins, para inicios del siglo xx, la coreografía original casi se había
perdido por completo. Es a partir del año 1949, que se empieza a generar una coreografía estándar
para el festejo en la «Escuela de Música y Danza Folklórica Peruana» (hoy Escuela Nacional Superior
de Folklore José María Arguedas). Los gestos, movimientos de brazos, contorneos de cadera y
movimientos de polleras o faldas, son elementos que distinguen rápidamente el festejo de otra
danza, complementándose desde luego con el proceso de enamoramiento en las que las parejas se
han propuesto
Vestimenta

La vestimenta con la que los grupos de danzas representan al festejo se inspira en las acuarelas de
Pancho Fierro y en las vestimentas de los descendientes africanos de finales de la época del
Virreinato y principios de la República.

Hombres: Llevan camisones de manga ancha con chaleco, pantalón con blondas en el botapié y un
pañuelo a la cintura.

Mujeres: Utilizan una pañoleta amarrada a la cabeza, fustanes largos de color blanco y vestido o
faldas de colores.
VALS
PERUA
El vals peruano es un género musical originado en el Perú dentro del género de la música criolla y
afroperuana, que se desarrolló en Lima y en gran parte de la costa peruana, en los siglos XIX y XX.

El canto solista o en dúo, acompañado al inicio por guitarras y luego también por el contrabajo y
piano, era parte fundamental de toda reunión o jarana, en casas particulares, solares y callejones.
Estos son los espacios en los que se nutre y fomenta el desarrollo de esta música. Los valses más
antiguos, de fines del siglo XIX, y principios del Siglo XX, se reconocen como valses de la «Guardia
Vieja». El tiempo y la práctica popular de la tradición oral hacen perder la memoria de algunos
autores; sin embargo, en «El Libro de Oro del Vals Peruano», escrito por los musicólogos: Raúl
Serrano y Eleazar Valverde, constan entre los más importantes compositores de la Guardia Vieja:
José Sabas Libornio-Ibarra, autor de la mazurca «Flor de Pasión»; Julio Flórez y Juan Peña Lobatón,
autores de «El Guardián»; Óscar Molina, autor de «Idolatría»; Rosa Mercedes Ayarza de Morales,
pianista, compositora y recopiladora, en cuyo repertorio se encuentran diversos géneros como
pregones, danza habanera, marineras y tonderos; de sus obras, compuestas o recopiladas por ella,
se recuerdan:

 «La Picaronera»
 «Frutero Congo»,
 «La Jarra de Oro»,
 «Congorito»
 «Moreno Pintan a Cristo»

Alejandro Ayarza, conocido como Karamanduka, es autor de «La Palizada».

Pedro Augusto Bocanegra, autor de «Vicenta», «La Alondra», se le atribuye también «La Bóveda
Azulada», y compuso también huayños «A Orillas del Mantaro» y «Soy la Hoja Desprendida».

Otros cultores del criollismo cuyas canciones se consideran clásicas del repertorio criollo son:
Filomeno Ormeño, autor de «Cuando me Quieras», «Canción de Carnaval»; Alberto Condemarín,
autor de «Hermelinda», «Rosa Elvira»; Alejandro Sáenz, «Envenenada», «La Cabaña»; Braulio
Sancho Dávila;»La Abeja»; Nicanor Casas Aguayo «Ídolo’; sin olvidar y dejar de mencionar a Máximo
Bravo, los hermanos Augusto y Elías Ascuez, Samuel Joya.

De Felipe Pinglo a Chabuca Granda

El trabajo artístico de Felipe Pinglo Alva, da inicio a otra etapa en la historia del vals criollo peruano;
con sus valses y composiciones en otros géneros, como el one-step, que enriquecieron la cultura
musical de Lima, fusionando elementos musicales del lenguaje local con otros correspondientes a los
géneros musicales que se escuchaban por la radio y que se apreciaban en el cine. Pinglo, autor de
más de cien canciones (entre las que destacan: El Plebeyo, Mendicidad, La Oración del Labriego, El
Canillita, El Huerto de mi Amada, Horas de Amor) vivió en Lima en los primeros cuarenta años del
siglo XX, muerto en 1936, y logra dar testimonio de la sociedad de su tiempo, en momentos en que
surgían los movimientos obreros anarquistas, y ocurrían la Primera Guerra Mundial y la Revolución
rusa; y, de otro lado, cobraran importancia la radio y el cine en Lima. Su lenguaje musical incorpora
melodías y armonías de gran complejidad asumiendo la influencia de la música norteamericana, de
los blues y el fox-trot, entre otras expresiones. Este proceso de reinterpretación de elementos
foráneos para lograr una identidad propia, se observa en el vals peruano, que ha recibido influencias
del tango, el bolero y bossa nova.

Muchos compositores continuaron la obra de los viejos maestros. Entre ellos se encuentran, como
importantes hitos de ésta cultura musical limeña los compositores: Pablo Casas, autor de Anita,
Olga, Digna; Lorenzo Humberto Sotomayor, pianista y autor de Corazón, El Solitario, Lima de mis
Amores, Cariño Mío; Pedro Espinel, el rey de las polkas y sus composiciones La Campesina, Sonrisas,
Ojazos Negros; Eduardo Márquez Talledo (Nube Gris, Ventanita); Manuel Acosta Ojeda (Madre,
Cariño, Puedes irte, Así te quiero yo, Canción de Fe).

Son pocas las mujeres compositoras, sin embargo el repertorio logrado por Serafina Quinteras, Alicia
Maguiña y Chabuca Granda, nos muestran una gran calidad y la característica general de abordar
todo tipo de temas; personales y sociales. Serafina Quinteras (Muñeca Rota, Parlamanías); Alicia
Maguiña (Inocente Amor, Soledad Sola, Indio, Estampa Limeña); Chabuca Granda (La Flor de la
Canela, Cardo o Ceniza, Gracia, Callecita encendida, Bello Durmiente, Puente de los Suspiros, entre
otras más).

El vals es proveniente de Europa y fue practicado por sectores aristocráticos pero transformado por
músicos populares, quienes lo transfirieron de la orquesta de cuerdas y piano a la práctica de la
guitarra y con textos propios.

Los criollos de antaño, solían llamar »valse», como una manera de identificarlo más como del Perú y
queriendo castellanizar la palabra »vals». En los tiempos actuales, y desde hace años, se le llama
»vals» o »vals criollo» cuando se está en Perú, pero cuando se está fuera, es llamado »vals
peruano», siento esta denominación aceptada incluso dentro del Perú.

Aunque el vals peruano nació entre los criollos de la clase media, lenta y seguramente se abrió paso
entre sectores de condición económica más humilde. Los «niños bien» de 1900 lo acogieron con
entusiasmo para saciar inconformismos juveniles, sacudir la modorra, pinchar a los abuelos terribles
y solemnes y encandilar a las mocitas con secretos deseos de aventura. Así y todo hemos de
reconocer que hubo un grupo de polendas encabezado por Alejandro Ayarza; periodista incisivo,
dramaturgo chispeante que tomó el nombre de su seudónimo literario: ‘Karamanduka’.

También podría gustarte