Oficio de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
Oficio de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
Oficio de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
I VISPERAS
Himno:
Salmodia:
Antífona 1: Cristo, Mediador entre Dios y los hombres, * se entregó a sí mismo como rescate
por todos.
Salmo 145
Felicidad de los que esperan en el Señor..
Ant.: Cristo, Mediador entre Dios y los hombres, se entregó a sí mismo como rescate por todos.
Lectura breve:
Apocalipsis 5, 9-10
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre
compraste para Dios, hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos
para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra.
Responsorio breve:
Antífona Magníficat: Cristo, posee un sacerdocio perpetuo * y está siempre vivo para interceder
por nosotros.
Cántico evangélico Magníficat:
Preces:
Confiemos nuestras súplicas a Aquel que salva plenamente a los que por Él se llegan al Padre,
diciendo con humildad:
Padre nuestro.
Oración:
Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo único
sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus
misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor
Jesucristo.
OFICIO DE LECTURA
HIMNO
SALMODIA
Salmo 2
EL MESÍAS, REY VENCEDOR
Ant. 2. Presentad vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios.
Ant. Presentad vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios.
Ant. 3. Cristo amó a su Iglesia; él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla.
Salmo 84
VUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA
Ant. Cristo amó a su Iglesia; él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla.
SEGUNDA LECTURA
De la encíclica Mediátor Dei del papa Pío doce
(AAS 39 [1947], 552-553)
Cristo es ciertamente sacerdote, pero lo es para nosotros, no para sí mismo, ya que él, en
nombre de todo el género humano, presenta al Padre eterno las aspiraciones y sentimientos
religiosos de los hombres. Es también víctima, pero lo es igualmente para nosotros, ya que se
pone en lugar del hombre pecador. Por esto, aquella frase del Apóstol: Tened los mismos
sentimientos propios de Cristo Jesús exige de todos los cristianos que, en la media de las
posibilidades humanas, reproduzcan en su interior las mismas disposiciones que tenía el divino
Redentor cuando ofrecía el sacrificio de sí mismo: disposiciones de una humilde sumisión, de
adoración a la suprema majestad divina, de honor, alabanza y acción de gracias.
Les exige asimismo que asuman en cierto modo la condición de víctimas, que se nieguen a sí
mismos, conforme a las normas del Evangelio, que espontánea y libremente practiquen la
penitencia, arrepintiéndose y expiando los pecados.
Exige finalmente que todos, unidos a Cristo, muramos místicamente en la cruz, de modo que
podamos hacer nuestra aquella sentencia de san Pablo: Estoy crucificado con Cristo
RESPONSORIO Ga 2, 20
Himno TE DEUM
Himno:
Cantan tu gloria, Cristo Sacerdote,
los cielos y la tierra:
a ti que por amor te hiciste hombre
y al Padre como víctima te ofrendas.
Salmodia:
Antífona 1: El Padre, por la sangre de la cruz de Cristo, hizo la paz con todos los seres del cielo
y de la tierra.
Antífona 3: Todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo; ella es su
cuerpo.
Salmo 149.
Alegría de los santos.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre.
Antífona 3: Todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo; ella es su
cuerpo.
Cuando Cristo entró en el mundo, dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has
preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que
está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.”» Primero dice: «No
quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen
según la ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para
afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del
cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Responsorio breve:
Antífona Benedictus: Padre, que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me has
enviado.
Cántico evangélico Benedictus:
Preces:
En el comienzo de este día, alabemos a Jesucristo, fuente de salvación eterna para todos los
hombres, y pidámosle con humildad:
Señor, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo,
— guíanos hacia la luz de tu verdad.
Cristo, Palabra de Dios, que estás junto al Padre desde siempre y por siempre,
— consagra a tu Iglesia en la unidad.
Padre nuestro.
Oración:
Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo único
sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus
misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Hora intermedia
TERCIA
Ant. Por Cristo, todos podemos acercarnos al Padre con un mismo espíritu.
Salmodia complementaria
Tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los
pecadores, encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día –como los
sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo-,
porque Jesucristo, Señor nuestro, lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
SEXTA
Ant. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas y el mismo Cristo Jesús es
la piedra angular.
Salmodia complementaria
Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa
ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del
Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta
por Jesucristo.
NONA
Ant. A cada uno de nosotros ha sido concedida la gracia a la medida del don de Cristo, para
edificación de su cuerpo, que es la Iglesia.
Salmodia complementaria
Vosotros sois una raza escogida, sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido
por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz
maravillosa. Antes erais “no pueblo”, ahora sois “pueblo de Dios”. Antes erais “no
compadecidos”, ahora sois “compadecidos”.
.
II VÍSPERAS:
Himno:
Salmodia:
Responsorio breve:
Antífona Magníficat: Padre, te ruego por ellos, que son tuyos, y por ellos me consagro yo, para
que también se consagren ellos en la verdad.
Cántico evangélico Magníficat:
Preces:
Cristo glorioso, que vives siempre para interceder ante el Padre en favor nuestro,
— haz que seamos fieles en la oración por tu Iglesia.
Padre nuestro.
Oración:
Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo único
sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus
misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor
Jesucristo.