RESUMEN La Iniciación Cristiana

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LA INICIACIÓN CRISTIANA

I. INTRODUCCIÓN
II. ELEMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA
1. TERMINOLOGÍA
El concepto «Iniciación» es un término genérico y ampliamente conocido en la Historia de las
Religiones. Ya en las culturas primitivas se habla de «iniciaciones», tanto en el ámbito civil como
en el religioso. En cada ámbito existe una gama de aspectos civiles o religiosos característicos de
cada pueblo y de cada rito de iniciación.

Dicho concepto indicaba la admisión de una persona en un grupo social o religioso a través de
un proceso, e incluía tres momentos:
 1º separación de la postura primitiva,
 2º marginación en la nueva
 3º entrada definitiva e investidura en el nuevo grupo; lleva un cambio de actitud, de ser,
de existencia e identidad.
Etimológicamente el término sugiere la idea de empezar, o la de introducir a alguien en algo, es
decir, poner a alguien «en el camino»

La iniciación es como un proceso. El sujeto se siente atraído por lo que vive una comunidad; ésta
le abre las puertas y el candidato se hace poco a poco miembro maduro en la comunidad que le
acoge. Un proceso de conocimiento y reconocimiento que se celebra y expresa en el lenguaje
simbólico.

El concilio Vaticano II lo incorpora a su vocabulario sin reservas: «Iníciese a los catecúmenos


convenientemente en el misterio de la salvación, en la práctica de las costumbres evangélicas y
en los ritos sagrados que han de celebrarse en tiempos sucesivos, y sean introducidos en la vida
de la fe, la liturgia y de la caridad del pueblo de Dios» (AG 14).

En la economía sacramental, la palabra «iniciación» designa el conjunto ordenado de los tres


primeros sacramentos: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.

2. ESTRUCTURA INTERNA DE TODO PROCESO DE INICIACIÓN


En el análisis de la estructura interna de todo proceso de iniciación encontramos la presencia de
cuatro elementos que lo configuran:
 Un misterio
 Una simbología
 Una comunidad de iniciados
 El sujeto
Estos cuatro elementos se pueden reconocer en todo proceso de iniciación, tanto de orden
religioso como civil

3. DEFINICIÓN DE INICIACIÓN CRISTIANA


La palabra iniciación significa en el proceso sacramental el paso que realiza la persona de la
situación de «no cristiano» a miembro de pleno derecho de la Iglesia.

El RICA la define como «la primera participación sacramental en la muerte y resurrección de


Cristo» (n.8).

«el proceso catequético-sacramental mediante el cual la Iglesia, movida por el ES, da a luz en
Cristo nuevos hijos de Dios»
De ahí que lo específico de la Iniciación Cristiana, según el Catecismo «Ésta es nuestra fe»:
«Llamamos sacramentos de la iniciación cristiana al bautismo, a la confirmación y a la eucaristía.
Por medio de estos sacramentos quedamos unidos a Cristo e incorporados a la Iglesia para vivir
en ella la vida de Dios» (p. 227).

III. CARACTERÍSTICAS DE LA IC
Los elementos que configuran la estructura interna de todo proceso de iniciación podemos
aplicarlo a la IC.

1. Finalidad: comunión en el Misterio Pascual de Cristo


La IC es para hacer cristianos, pues según la expresión clásica de Tertuliano, «los cristianos no
nacen, se hacen».

2. Simbología: los sacramentos de la Nueva Alianza


La fuerza de los símbolos sacramentales de la IC está en ser acciones de Cristo que sale al
encuentro de los hombres llamándolos a la Iglesia y ofreciéndoles la salvación.

3. Comunidad: la Iglesia Madre


La Iglesia es la comunidad de los iniciados y salvados. La Iglesia es el lugar y el ámbito de la
iniciación.

4. Sujeto: el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios


El sujeto de la IC es el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios. No se parte de la acción
del hombre sino de la gracia de Dios.

IV. LA INICIACIÓN CRISTIANA COMO ITINERARIO DE FE


La IC es el proceso en el que, en fidelidad a la iniciativa divina, se introduce al convertido en la
vida nueva del Señor Resucitado, vivida, confesada, celebrada, compartida y testimonial en la
Iglesia.

1. Carácter progresivo de la IC
El carácter progresivo de la IC tiene que ver directamente con la condición histórica del hombre.
En expresión de Clemente de Alejandría: «el catecúmeno necesita tiempo». De ahí que la IC se
entienda, en sentido estricto, como un itinerario de fe.

En cuanto itinerario de fe, pertenecen a la IC los siguientes elementos: la catequesis y la vida


litúrgica y sacramental.

2. Carácter unitario de la IC
A pesar de la variedad de elementos, actores y momentos que intervienen en la IC, se trata de
un proceso unitario. Es un proceso unitario en cuanto a los elementos que lo integran
(catequesis y participación sacramental).

Es también un proceso unitario en cuanto a los sacramentos de iniciación, junto con la


catequesis correspondiente, forman un todo.

V. LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA


Los sacramentos de iniciación cristiana son: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. El Bautismo
nos incorpora a Cristo y a su Iglesia mediante el don del Espíritu Santo; la Confirmación se
ordena a la adultez del cristiano en la Iglesia y le capacita para su misión en el mundo, la
Eucaristía tiene su origen en las comidas del Jesús histórico, signo y anticipación del banquete
del reino, en la Última Cena celebrada antes de ser entregado, en los relatos de las comidas con

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el resucitado. Es memorial del sacrificio de Cristo, al que la Iglesia es incorporada. Jesús se hace
presente en los dones del pan y vino a través de una conversión que la teología ha denominado
transubstanciación.

¿Por qué se llaman de “Iniciación Cristiana”?


Se llaman sacramentos de Iniciación Cristiana porque:
 En ellos culmina y se expresa la IC, en la que consiste el catecumenado de adultos o de
niños en edad catequética. En el caso de niños sin uso de razón, el bautismo es también
sacramento de la iniciación cristiana virtualmente, supuesto el compromiso de los padres
de educarlos en la fe de la Iglesia.
 En estos sacramentos somos iniciados, introducidos en el misterio de Cristo.
 El bautismo requiere el acabamiento de la confirmación y la culminación de la eucaristía.
Somos bautizados para integrarnos en el Cuerpo de Cristo, que recibimos en el sacramento
de la eucaristía. El bautismo está ordenado a la eucaristía, pues este sacramento confluye
los otros dos sacramentos y estos no son sino extensiones del sacramento principal
(eucaristía). En la eucaristía recibimos lo que recibimos por primera vez y única en el
sacramento del bautismo.
Estos tres sacramentos forman una unidad, mutuamente se integran y complementan, tienden
a adentrarnos en el misterio de Cristo. Esta unidad no altera la identidad de cada uno de los tres
sacramentos.

SU COORDINACIÓN
No son tres ritos de pasos independientes, cerrados en sí mismos; ni siquiera tres etapas
autónomas. Existe una relación orgánica entre ellos; un dinamismo interior los conecta entre sí.
La Eucaristía, celebración plena del misterio de cristiano, se considera como el término del
camino, la meta final, el culmen de la iniciación: «la iniciación cristiana alcanza su culmen en la
comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo» (RICA 13). El Bautismo y la Confirmación tienden
por su naturaleza hacia la comunión eucarística.

El Bautismo, puerta de la vida espiritual, primera participación en el misterio cristiano, marca el


comienzo del itinerario, el momento fundacional.

La Confirmación, perfeccionamiento y prolongación del bautismo, hace avanzar a los bautizados


por el camino de la iniciación cristiana (RICA 1), disponiéndolos para participar plenamente en la
eucaristía.

La iniciación cristiana «tiene cierta analogía con el origen, el crecimiento y el sustento de la vida
natural. En efecto, los fieles renacidos en el bautismo se fortalecen con el sacramento de la
confirmación y, finalmente son alimentados en la eucaristía con el manjar de la vida eterna»
(Pablo VI). Definir estas relaciones mutuas equivale a reflejar el dinamismo de la iniciación
cristiana.

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