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3 “Empieza a creer que tu matrimonio vale la pena… cualquier matrimonio
puede cambiar si la pareja cree en él” (página 13):
LB: Es artificial citar ahí Marcos 9:23. Creer en tu matrimonio es típicamente
el consejo del psicólogo. La Biblia nos anima primariamente a creer en Dios,
no en nosotros ni en nada nuestro.
6 “Se vuelven aún más imperfectos y egoístas una vez que se casan” (página
16):
LB: Extraña afirmación, especialmente al estar expresada en términos
universales. ¡Se diría que Dios nos dio el matrimonio para empeorar nuestra
situación! ¿Sucede eso mismo al ingresar en la iglesia? En ella también se
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expresa la naturaleza humana, y también se desarrollan relaciones
potencialmente conflictivas.
7 “No estamos hablando del dolor del abuso. Si estás experimentando algún
tipo de abuso físico o emocional en tu relación, busca ayuda con un
terapeuta profesional o un pastor calificado” (página 17):
LB: En párrafos precedentes, el libro se ha referido al poder sanador de
Dios: “Él nos escuchará, nos perdonará y sanará nuestras heridas (2
Crónicas 7:14)”. Muy cierto, pero ahora matiza lo dicho anteriormente,
haciendo una excepción que lo deja a uno perplejo. Parece estar diciendo:
‘Para problemas menores, recurre a Dios, quien puede dar sanación; ahora
bien, si se trata de algo serio, ve directamente a un terapeuta profesional o
un pastor calificado’ (no un pastor ordinario). Uno se pregunta cuál pudiera
ser esa calificación: ¿un pastor que haya estudiado psicología?
8 “Un niño que no solo será obediente sino también llegará a tener un
carácter maduro y una autoestima saludable” (página 19):
LB: No hay un nivel saludable de autoestima. La autoestima es el ídolo, el
dios ajeno de la psicología secular anticristiana o pseudocristiana (la misma,
pero más engañosa por llevar un barniz de cristianismo):
El orgullo, la autoestima y la osadía son rasgos destacables de los
niños de nuestros días, y son la maldición de nuestro tiempo…
Tanto en casa como en la Escuela Sabática deben enseñarse a los
niños las más sagradas lecciones de modestia y humildad (Child
Guidance, 144.2)
[Pride, self-esteem, and boldness are marked characteristics of the
children of this day; and they are the curse of the age.... The most
sacred lessons of modesty and humility are to be taught to the
children, both at home and in the Sabbath school].
12 “Si eres cristiano y crees en Cristo, es esencial que muestres a tus hijos
cómo vivir como Cristo lo hizo cuando anduvo en esta Tierra” (página 24):
LB: ¡Bien dicho! Pero es preciso puntualizar que Cristo no nos dejó
solamente el ejemplo de “sus luchas por vivir de acuerdo con sus
creencias”: nos dejó también el ejemplo de su victoria en la lucha, y nos
dice: “Al que venciere como yo he vencido” (Apoc 3:21).
14 “Este amor genuino y activo te vincula con tus hijos. Esta clase de amor
enseña a los niños a amarse a sí mismos y a los demás” (página 24):
LB: Si ese “amor” enseña a tus hijos a amarse a sí mismos, entonces no se
trata de un amor genuino, sino de la falsificación satánica del mismo.
Amarse a sí mismo es la insignia del enemigo; es precisamente así como
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Lucifer introdujo el pecado y la muerte en el universo y en esta tierra:
amándose a sí mismo. Cuando Pedro tentó a Jesús a que se amara a sí
mismo (Mat 16:22), Jesús le dijo: “Apártate de mí, Satanás”. Y a
continuación proclamó:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo [no
‘ámese a sí mismo’], y tome su cruz, y sígame (vers. 24).
El amor a uno mismo es antagónico con la cruz de Cristo: es anti-cruz, y ser
anti-cruz es ser anticristo.
15 “En última instancia, los niños necesitan, sobre todo, saber que no hay
nada que puedan decir o hacer que los aleje del círculo de amor de sus
padres” (página 25):
LB: Si no dijera “en última instancia” y “sobre todo”, no habría mayor
problema, pero ¿dejar a Dios al margen, en una declaración que incluye
expresiones como “última instancia” y “sobre todo”? Quizá eso delata el
origen secular de la idea. Los niños necesitan en última instancia y sobre
todo —mediante el ejemplo de sus padres— “saber que no hay nada que
puedan decir o hacer que los aleje del círculo de amor” de su Padre celestial.
Esa sí es una gran idea (Rom 5:8 y 10; Col 2:13; 1 Tim 1:15, etc).
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abrazos, es la típica solución de la cultura secular. La Palabra de Dios tiene
remedios de orden infinitamente superior.
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LB: Bien dicho, pero a continuación especifica la motivación para manifestar
esa gracia: “¿Por qué?” (página 73):
LB: Para el cristiano hay una razón simple y suprema: es así como Dios nos
ama; Él nos ama de forma incondicional; nos ama porque él es amor. Es un
tipo de amor soberano, que no depende de la bondad o valor del que es
objeto de su amor, sino del carácter de su Autor. Pero no es esa la razón
propuesta en el libro, sino esta otra: “Porque en algún momento, incluso a
diario, tu cónyuge tendrá que hacer lo mismo por ti”. Ese tipo de
reciprocidad es la antítesis de la gracia. Si es por conveniencia, si es un pago
en espera de recibir algo equivalente, ¡entonces ya no es gracia! Ese es un
ejemplo de cómo, al mezclar ideas seculares, los grandes conceptos del
evangelio resultan empequeñecidos, tergiversados, o simplemente
desaparecidos, anulados. Es la inevitable maldición del patchwork
espiritual.
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mimbres para hacer un buen cesto. ¿Es sensato pensar que la psicología
pueda contribuir o complementar de alguna forma el evangelio de Cristo?
La ideología que promueve la autoestima, el amarse a uno mismo, el
empoderamiento y las soluciones humanistas ante problemas para los que
sólo Cristo —el verdadero Médico, Consejero y Psicólogo— tiene solución,
es lo que está ofreciendo el neo-paganismo y el cristianismo apóstata que
la Biblia describe como la caída Babilonia. El “evangelio” de la autoestima y
de amarse a uno mismo no es el evangelio de Cristo, sino el eco de la cultura
contemporánea, modelada por el ateísmo, por el romanismo medieval y
por el misticismo oriental. Es en esencia ideología espiritista. De eso nos
habla Apocalipsis 18:2. Ese tipo de “evangelio” tuvo su siniestro portavoz
en el Edén, y ya tiene demasiados predicadores en este mundo. No nos
necesita a nosotros, ni debiéramos necesitarlo nosotros a él. Las preciosas
almas que Cristo compró con su sangre, objeto de nuestro esfuerzo
misionero, tienen derecho a escuchar la voz del Buen Pastor sin
concurrencia de la voz del dragón; tienen derecho a escuchar una verdad
no parasitada por el error. Dios demandará de nuestras manos la sangre de
ellos, si no les proporcionamos el evangelio a partir de las fuentes puras de
la Palabra de Dios. Con libros como este en nuestras campañas misioneras,
corremos el riesgo de estar dando la vuelta al mundo para conseguir un
prosélito, sólo para convertirlo en un hijo del infierno (Mat 23:15). Que Dios
nos dé discernimiento antes que sea demasiado tarde.
En la misma medida en que se acerca la venida del Señor, se acerca el cierre
del tiempo de prueba, y tiene un valor especial la advertencia dada en esa
recopilación de verdadera psicología cristiana que es Mente, carácter y
personalidad (no en su traducción manipulada de 2007 —APIA—):
…las ciencias que conciernen a la mente. Mediante ellas se
arrastra como serpiente, imperceptiblemente, para corromper la
obra de Dios…
Mediante… la psicología y el mesmerismo [hipnotismo], llega más
directamente a los miembros de esta generación, y trabaja con
ese poder que caracterizará sus esfuerzos cerca del fin del tiempo
de gracia (1 Mente, carácter y personalidad, 19).
www.libros1888.com
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En este otro documento aporto clarificaciones adicionales a conceptos que
he mencionado en el presente escrito.
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