Calendario de Dios
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Calendario de Dios
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creed al evangelio.” Así el mensaje evangélico, tal como lo daba el Salvador mismo, se
basaba en las profecías. El “tiempo” que él declaraba cumplido, era el período dado a conocer
a Daniel por el ángel Gabriel. “Setenta semanas—dijo el ángel—están determinadas sobre tu
pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la
iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo
de los santos.”2 En la profecía, un día representa un año.3 Las setenta semanas, o
cuatrocientos noventa días, representaban cuatrocientos noventa años. Y se había dado un
punto de partida para este período: “Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la
palabra para restaurar y edificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y
sesenta y dos semanas,”4 sesenta y nueve semanas, es decir, cuatrocientos ochenta y tres
años. La orden de restaurar y edificar a Jerusalén, completada por el decreto de Artajerjes
Longímano,5 entró a regir en el otoño del año 457 ant. de C. Desde ese tiempo, cuatrocientos
ochenta y tres años llegan hasta el otoño del año 27 de J. C. Según la profecía, este período
había de llegar hasta el Mesías, el Ungido. En el año 27 de nuestra era, Jesús, en ocasión de
su bautismo, recibió la unción del Espíritu Santo, y poco después empezó su ministerio.
Entonces fué proclamado el mensaje: “El tiempo es cumplido.” { DTG 199.4; DA.233.1 }
Dan 9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa
ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad,
para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los
santos.
Dan 9:25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a
Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá
a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
Jua 1:40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a
Juan, y habían seguido a Jesús.
Jua 1:41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que
traducido es, el Cristo).
Hch 10:36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la
paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.
Hch 10:37 Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde
Galilea, después del bautismo que predicó Juan:
Hch 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo
éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios
estaba con él.
Jua 2:4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Jua 7:6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo
siempre está presto.
Jua 7:7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque
yo testifico de él, que sus obras son malas.
Jua 7:8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no
se ha cumplido.
Jua 7:30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había
llegado su hora.
Jua 8:20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y
nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
Jua 12:23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea
glorificado.
Jua 12:27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para
esto he llegado a esta hora.
Jua 13:1
Jua 17:1
Las palabras: “Aun no ha venido mi hora,” indican que todo acto de la vida terrenal de Cristo
se realizaba en cumplimiento del plan trazado desde la eternidad. Antes de venir a la tierra, el
plan estuvo delante de él, perfecto en todos sus detalles. Pero mientras andaba entre los
hombres, era guiado, paso a paso, por la voluntad del Padre. En el momento señalado, no
vacilaba en obrar. Con la misma sumisión, esperaba hasta que llegase la ocasión. { DTG
121.1; DA.147.2 }
Cristo, en su vida terrenal, no se trazó planes personales. Aceptó los planes de Dios para él, y
día tras día el Padre se los revelaba. Así deberíamos nosotros también depender de Dios, para
que nuestras vidas fueran sencillamente el desenvolvimiento de su voluntad. A medida que le
encomendemos nuestros caminos, él dirigirá nuestros pasos. { MC 380.2; MH.479.1 }
CRUCIFIXION DE JESUS
Dan 9:26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas
no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el
santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones.
Dan 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador,(C) hasta que venga la consumación, y lo que
está determinado se derrame sobre el desolador.
Ungido De otoño del 27 al otoño del 28 1 año del 28 al 29 2 años 29 al 30 3 años y del 30 a
la primavera 31 son medio año
Daniel fue escrito 600 años antes de que el sr Jesus muriera en la cruz
Éxo 12:5 El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de
las cabras.
Éxo 12:6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación
del pueblo de Israel entre las dos tardes.
primera tarde 12 del medio dia segunda tarde 6 hs la mitad es Las 3 de la tarde
1Co 5:7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como
sois; porque nuestra pascua,(C) que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
La muerte de Jesús
Mat 27:45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora
novena.
Mat 27:46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?(H)
Dan 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará
cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el
desolador,(C) hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre
el desolador.
Cuando los labios de Cristo exhalaron el fuerte clamor: “Consumado es,” los sacerdotes
estaban oficiando en el templo.
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Era la hora del sacrificio vespertino. Habían traído para matarlo el cordero que representaba a
Cristo. Ataviado con sus vestiduras significativas y hermosas, el sacerdote estaba con el
cuchillo levantado, como Abrahán a punto de matar a su hijo. Con intenso interés, el pueblo
estaba mirando. Pero la tierra tembló y se agitó; porque el Señor mismo se acercaba. Con un
ruido desgarrador, el velo interior del templo fué rasgado de arriba abajo por una mano
invisible, que dejó expuesto a la mirada de la multitud un lugar que fuera una vez llenado por
la presencia de Dios. En este lugar, había morado la shekinah. Allí Dios había manifestado su
gloria sobre el propiciatorio. Nadie sino el sumo sacerdote había alzado jamás el velo que
separaba este departamento del resto del templo. Allí entraba una vez al año para hacer
expiación por los pecados del pueblo. Pero he aquí, este velo se había desgarrado en dos. Ya
no era más sagrado el lugar santísimo del santuario terrenal. { DTG 704.5; DA.756.5 }
Todo era terror y confusión. El sacerdote estaba por matar la víctima; pero el cuchillo cayó de
su mano enervada y el cordero escapó. El símbolo había encontrado en la muerte del Hijo de
Dios la realidad que prefiguraba. El gran sacrificio había sido hecho. Estaba abierto el camino
que llevaba al santísimo. Había sido preparado para todos un camino nuevo y viviente. Ya no
necesitaría la humanidad pecaminosa y entristecida esperar la salida del sumo sacerdote.
Desde entonces, el Salvador iba a oficiar como sacerdote y abogado en el cielo de los cielos.
Era como si una voz viva hubiese dicho a los adoradores: Ahora terminan todos los sacrificios
y ofrendas por el pecado. El Hijo de Dios ha venido conforme a su Palabra: “Heme aquí (en la
cabecera del libro está escrito de mí) para que haga, oh Dios, tu voluntad.” “Por su propia
sangre [él entra] una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención.”13 { DTG
705.1; DA.757.1 }
Lev 23:6 Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin
levadura(C) a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura.
Lev 23:7 El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis.
Pan sin levadura(Cristo sin PECADO) y pan con levadura( representa el pecado) y lo que
representa en la permanecio del cuerpo del señor Jesus
Hch 2:31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el
Hades, ni su carne vio corrupción.
1Co 15:20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es
hecho.
Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de aquellos que dormían. Estaba
representado por la gavilla agitada, y su resurrección se realizó en el mismo día en que esa
gavilla era presentada delante del Señor. Durante más de mil años, se había realizado esa
ceremonia simbólica. Se juntaban las primeras espigas de grano maduro de los campos de la
mies, y cuando la gente subía a Jerusalén para la Pascua, se agitaba la
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Lev 23:15 Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo,[d] desde el día en que
ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán.
Lev 23:16 Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo[e] contaréis cincuenta días;
entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová.
pentecostes
hechos 2 anuncio(viento recio lenguas de fuego) instalado como sumo sacerdote cristo
Hora Hch 2:15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora
tercera del día.
Fiestas otoñales
La primera es
Fiesta de yomkippur
Sera que Dios tenia una fecha exacta para este evento
Dan 8:14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será
purificado.
El Día de la Expiación
Lev 23:26 También habló Jehová a Moisés, diciendo:
Lev 23:27 A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación;(F) tendréis santa
convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.