Guerra Del Chaco
Guerra Del Chaco
Guerra Del Chaco
La guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se La región estaba cubierta por bosques, matorrales espino-
libró desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de
junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la
guerra más importante en Sudamérica durante el siglo
XX. En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250
000 soldados y Paraguay 120 000, que se enfrentaron en
combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60
000 bolivianos y 30 000 paraguayos), y gran cantidad de
heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos
de enfermedades tan- to físicas como psicológicas, la
característica hostil del teatro de operaciones y la falta
de agua y buena alimenta- ción produjeron el mayor
porcentaje de bajas y afectaron la salud de los soldados
sobrevivientes, a muchos de por vida.
El enfrentamiento consumió ingentes recursos
económi- cos de ambos países, de por sí muy pobres.
El Paraguay abasteció a su ejército con la gran
cantidad de armas y equipos capturados en distintas
batallas. Terminada la guerra, algunos excedentes los
vendió a España (Decreto- ley 8406, 15 de enero de
1937).
El cese de las hostilidades se acordó el 12 de junio de
1935. Bajo la presión de los Estados Unidos, por un
tra- tado secreto firmado el 9 de julio de 1938,
Paraguay ce- dió 110 000 km² ocupados por su ejército
al cese de las hostilidades.[1] El Tratado de Paz,
Amistad y Límites se firmó el 21 de julio de 1938 y el
27 de abril de 2009 se estableció el acuerdo de límites
definitivo. La zona en li- tigio quedó dividida en una
cuarta parte bajo soberanía boliviana y tres cuartas
partes bajo soberanía paraguaya. Bolivia recibió una
zona a orillas del alto río Paraguay.
1 Descripción de la región en
litigio
1
2 3 COMANDANTES EN JEFE DE LOS EJÉRCITOS
2 Antecedentes y causas
Los antecedentes y causas de la guerra del Chaco son
complejos. Cuando Bolivia y Paraguay se volvieron
es- tados independientes heredaron de la época
colonial una vaga determinación de los límites de esa
zona inhóspi- ta y despoblada por lo que tuvieron que
fijar sus res- pectivas jurisdicciones de acuerdo con
documentos mu- chas veces contradictorios o mediante
el trazado de líneas geodésicas. Los cuatro tratados de Daniel Salamanca, presidente de Bolivia entre 1931 y 1934.
límites que se acor- daron entre 1879 y 1907 no fueron
aceptados definiti- vamente por ninguna de las partes.
Cuando Bolivia per- dió la salida al océano Pacífico, 3.1 Comandantes bolivianos
como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879),
esa región adquirió un valor estratégico para ese país: Durante la guerra del Chaco, el ejército boliviano fue
la ocupación del Chaco Boreal fue necesaria para salir di- rigido sucesivamente por cuatro generales:
al océano Atlántico por el río Pa- raguay. Ambos
países realizaron pocas expediciones al Chaco. Otra • Filiberto Osorio (desde septiembre a octubre de
causa fue la supuesta existencia de petróleo en el 1932);
subsuelo chaqueño que la Standard Oil ya extraía en sus
bordes serranos. Esa empresa había fracasado en su • José Leonardo Lanza (desde octubre a diciembre de
intento por sacar el petróleo boliviano por un 1932);
oleoducto en territorio argentino hasta la refinería que
tenía una sub- sidiaria suya sobre el río Paraná • Hans Kundt (desde diciembre de 1932 a
quedándole como única opción cruzar por el Chaco diciembre de 1933);
[2]
Boreal hacia el río Paraguay, lo más al sur posible. • Enrique Peñaranda Castillo (desde diciembre de
El Paraguay, unas décadas antes, había sido devastado 1933 hasta finalizar la guerra).
por la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). Una
de las consecuencias fue la pérdida de enormes Detrás de ellos tuvieron fuerte influencia el presiden-
territorios en la zona oriental. Respecto del Chaco te Daniel Salamanca y la oligarquía boliviana. Osorio
Boreal, Argentina pretendió incorporar una parte a su y Kundt fueron sustituidos por errores de conducción y
territorio, pero tras recurrir en 1879 al arbitraje del mo- tivos políticos.
presidente estadouniden- se Rutherford Hayes, este
falló que la zona comprendida
3.1 Comandantes bolivianos 3
frente, penetración hacia la retaguardia enemiga, corte La adquisición de armas tuvo que superar tres
del abastecimiento y mando enemigos. Se priorizó el mo- problemas fundamentales:
vimiento, rebalsando por los laterales las defensas fijas
bolivianas, evitando los ataques frontales de gran intensi- • Tener abiertas las líneas de comunicación que
dad. El objetivo fue el aniquilamiento del ejército pasa- ban por la Argentina: vías férreas y de
enemi- go y no la ocupación territorial. En febrero de navegación.
1934, un informe del Comando Superior boliviano
sobre el modus operandi del ejército paraguayo decía: • La escasez de recursos y de créditos.
La forma sistemática que el enemigo • La necesidad del secreto para no provocar una reac-
viene empleando en sus ataques consiste en ción boliviana que acelerara la guerra antes de
el ama- rramiento frontal, con grupos de que las mismas llegaran al Paraguay.
combate y ac- tivas exploraciones de fuego
para buscar el en- volvimiento, con su masa, El envío del general Manlio Schenoni, en septiembre
de una o ambas alas, y la salida de fracciones de 1926, a recorrer las fábricas de armamento europeas
sucesivas sobre los ca- minos de retaguardia. tuvo como objetivo desviar la atención de los espías
Estas maniobras piden serias precauciones bolivia- nos, pues la compra fue realizada por el doctor
para su ejecución; sin em- bargo, son Eusebio Ayala utilizando secretamente los estudios
llevadas [a cabo] por el enemigo con una técnicos que el ejército argentino había realizado para
confianza imprudente, apoyado sim- su propio equi- pamiento y los informes que enviaban
plemente en el resultado moral de sus éxitos los oficiales para- guayos que estudiaban en Europa.
anteriores.
(Guachalla, 1978, p. 114).
Mientras se observaba a un jefe [Scheno-
ni], las adquisiciones se hacían en otra parte
su- brepticiamente; se disipaba la alarma de
Los oficiales más capaces fueron enviados al extranje- Boli- via mientras realizábamos nuestros
ro: Argentina, Chile, Francia, Bélgica, Italia, para rea- planes. Por este motivo decía el Presidente de
lizar estudios superiores.[27] El pueblo paraguayo, con la República en uno de sus mensajes al
la convicción de estar siendo nuevamente agredido, Congreso: «Preferi- mos hacer lo que no
como había ocurrido 60 años antes por la Argentina, el parece, a hacer parecer lo que no hacemos».
Brasil y el Uruguay, se unió nuevamente detrás del (Ayala Queirolo, 1985, p. 65)
Gobierno y su ejército en lo que se conoce como
Guerra total. Na- die dudaba de que el Chaco debía ser
«defendido». El pueblo colaboró con todo tipo de
actividades, tanto en el país como en el extranjero, Las compras se hicieron con gran meticulosidad y
para aumentar la produc- ción de bienes exportables, secre- to, eligiendo las mejores armas, a diversos
recaudar fondos y todo tipo de recursos para la guerra. proveedores. El Paraguay empezó y terminó la guerra
En abril de 1934, los ciuda- danos entregaron 800 con los mismos oficiales y soldados. Solo tuvo que
mesas de madera de sus casas para construir 1200 cajas reponer los muertos, heridos y enfermos. Esto significó
para 18 000 granadas de mano cons- truidas en los contar, a los pocos me- ses de continuos combates, con
arsenales y que debían enviarse al frente con urgencia. un ejército experimenta- do para la difícil guerra
[28] chaqueña.
Había homogeneidad entre oficiales y soldados
donde todos tenían las mismas tradiciones, cos- Un aspecto importante de la estrategia paraguaya fue con-
tumbres y hablaban el mismo idioma: el guaraní. En tar con el apoyo de la Argentina como fuente de suminis-
es- te aspecto el ejército paraguayo tuvo una decisiva tro de insumos vitales. A tal efecto se utilizaron las histó-
ven- taja sobre su oponente boliviano donde había ricas relaciones comerciales y las vinculaciones
distintos grupos étnicos/lingüísticos, pronunciadas cultura- les, sociales y migratorias existentes entre
diferencias de clase, origen y cultura entre soldados y ambos países. Desde el punto de vista geopolítico, la
oficiales, y has- ta mercenarios extranjeros en los Argentina consi- deraba al Paraguay como la primera
mandos superiores. Al poeta y excombatiente línea de defensa o la punta de lanza ante una posible
boliviano Ángel Lara, que obser- vaba a un grupo de expansión brasileña hacia el oeste. Comenzada la guerra,
prisioneros paraguayos, le sorprendió que los soldados el pueblo argentino apoyó la causa paraguaya con
conversaran con sus oficiales «con toda naturalidad». donaciones y voluntarios de todo tipo.
[29]
La perfecta complementación entre dos hombres con El doctor Luque, redactor jefe de La
ca- racterísticas disímiles, el comandante Estigarribia, Pren- sa, me dijo: «Yo no hablo en mi casa
como máximo responsable militar, y el presidente de lo que en el diario se hace, y así jamás
Eusebio Aya- la, en su función política y económica, hablo de la cuestión paraguayo-boliviana; pero
permitió que el Paraguay tuviera una conducción es lo cierto que mi mujer, mis hijos y todo el
unificada y casi sin fi- suras, imprescindibles para servicio no pierden ninguna oportunidad para
lograr los mejores resultados en la campaña militar. expresar sus
8 5 ATAQUE AL FORTÍN CARLOS A. LÓPEZ
que llevaba de observador a un oficial del estado mayor y Estaba el caso del teniente coronel Ángel Rodríguez
que terminó con la destrucción del aparato paraguayo que había sido expulsado del ejército en 1925 por
y la muerte de sus dos ocupantes.[46] haber di- cho que Kundt «no servía ni para cabo de
escuadra» y que luego dio lugar a un juicio por parte de
este y a la publica- ción de un libro lleno de
7 Ofensiva boliviana (diciembre de acusaciones por parte de aquel. Esta situación de
tirantez entre Kundt y sus subordinados se mantuvo
1932-agosto de 1933) hasta el día de su destitución.
7.1 Nombramiento del general Hans No tuve un amigo en los comandos para
transmitirle mis inquietudes y quejas;
Kundt
parecía que todos formaban un bloque, solo
El ejército boliviano era obra de Hans para aplas- tarme personalmente, y hacerme
Kundt, era el ejército que desfilaba en fracasar en la campaña.
forma- ciones perfectas los días de recordación General Hans Kundt,
cívica, era el ejército que realizó maniobras en (Dunkerley, 1987, p. 220)
en el alti- plano provocando inquietud en los
Gobiernos de Chile y Perú, y era también el
ejército que nunca había sido preparado para
una campaña en clima tropical y terreno 7.2 Primer ataque a Nanawa
boscoso.
(Querejazu Calvo, 1990, p. 55)
Kundt solicitó a Salamanca solo una fuerza de 25 000 La orden inicial de Kundt fue que el Segundo Cuerpo (8.ª
hombres porque «más soldados [...] le estorbarían y no y 3.ª División) capturara los fortines Corrales, Toledo
quería imponerle al país más gastos». [48] Su llegada y Fernández, mientras el Primer Cuerpo (7.ª División
co- mo salvador levantó la moral y el ánimo de los for- mado por las fuerzas que defendían las regiones de
ciudadanos que pedían su vuelta a Bolivia después de Agua Rica, Murguía y Cuatro Vientos más algunos
los tres prime- ros meses de fracasos lo que molestó a regimientos de la 4.ª División) tomara Nanawa.
los oficiales del alto mando boliviano que sentían
menoscabadas su capa- cidad por el anciano oficial El fortín Nanawa era importante porque abría varias
alemán. Muchos le temían y ya sea por esa razón o por po- sibilidades estratégicas: avanzar hacia el norte para
cálculo escondían la verdad lo que motivó que en alcan- zar Arce-Isla Poí, centro de operaciones
situaciones tácticamente peligrosas le comunicaran que paraguayo; o di- rigirse al este y salir al río Paraguay
frente a la ciudad de Concepción.
no tenían problemas.[49]
Después de una minuciosa preparación, el 20 de enero de
Sus colaboradores inmediatos siempre 1933, se libró la primera batalla de Nanawa. Era tal la
eran muy parcos en su presencia y ocultaban confianza de Kundt en su plan y en la capacidad de sus
su pensamiento para luego despotricar a sus es- tropas que se aventuró a pronosticar la hora en que caería
paldas, en público o en el círculo de sus el fortín. La 7.ª División, al mando del coronel
cama- rillas, llamándolo «chocho», «inútil» y Gerardo Rodríguez, una de las mejores del ejército
«venga- tivo». boliviano, con fuerte apoyo de artillería y la
Teniente coronel boliviano Félix colaboración de doce avio- nes, se dividió en tres
Tabera, en Tabera (1979, p. 145) columnas con la idea de rodear el
14 7 OFENSIVA BOLIVIANA (DICIEMBRE DE 1932-AGOSTO DE 1933)
• Insuficiencia en la coordinación.
• Ataque y contraataque en Corrales
• Falta de información necesaria antes de la acción.
El día 1.º de enero de 1933, cumpliendo con la
• Violación del principio de economía de las Directiva N.º 2 (del 27 de diciembre de 1932) del
fuerzas. general Kundt, la 3.ª División, al mando del coronel
Gamarra, atacó el fortín Corrales. A las 12:00 horas, el
• Subestimar al adversario.[50]
capitán paraguayo Aguirre, ante el peligro de ser
cercado, abandonó el fortín rumbo a Toledo, abriéndose
paso a la fuerza.
7.3 Primera batalla de Fernández
Ante esta incursión boliviana, el día 20 de enero,
(Herre- ra)
Estiga- rribia, informado erróneamente sobre el
número de fuer- zas enemigas, ordenó al teniente
La 8.ª División boliviana, al mando del coronel
coronel Ayala, estacio- nado en Toledo, que atacara el
Roberto Schnor, desalojó fácilmente al regimiento RC-1
sector Corrales-Platanillos para aliviar la presión
paragua- yo del fortín Platanillos, nudo de las
boliviana sobre Nanawa y Fer- nández (Herrera).
comunicaciones en- tre los fortines bolivianos antes de
Ayala, al mando del Segundo Cuerpo de Ejército (en
la guerra. Desde allí, el 14 de enero, avanzó contra el
formación), integrado por dos divisiones, atacó
fortín Fernández (Herre- ra) con solo 575 soldados
Corrales desde el 27 al 30 de enero pero, dándose
asumiendo que los defensores serían unos 200
cuenta del error, agravado por problemas en el abaste-
soldados.
cimiento de agua y combustible que ponía en peligro a
Sin embargo, el fortín estaba defendido por el sus hombres, decidió cancelar el ataque y retirarse
regimien- to RI-1 Dos de Mayo al mando del mayor nue- vamente a Toledo.[51]
Paulino Antola que contaba con unos 1000 hombres.
Recién el día 21, las fuerzas bolivianas atacaron el
• Ataque al fortín Toledo
fortín pero la falta de coordinación, el ataque frontal,
la ausencia de reservas y la sorpresiva resistencia de
los defensores produjeron unas 300 bajas. Dos días Kundt, ante esta inusitada retirada y la insistencia del
después, ya con 2400 hombres y el apoyo de 4 te- niente coronel Toro, su jefe de operaciones, ordenó
cañones, el coronel Schnor reinició las operaciones. a la 3.ª División reforzada con partes de la 8.ª División
que ocupara Toledo y amenazara la Colonia Menonita
Los defensores paraguayos rechazaron el ataque y la ruta de toda la logística paraguaya.
causando bajas que llegaron al 25 % de las fuerzas
Después de una lenta marcha de 22 días por culpa de
bolivianas.[51] El regimiento boliviano Colorados
resultó prácticamente diezmado. la lluvia y el barro, el 25 de febrero, la 3.ª División
bolivia- na, al mando del teniente coronel Luis Gamarra,
El día 26 de enero de 1933 Schnor suspendió el ataque atacó, sin ningún tipo de sorpresa, a las fuerzas del
y se retiró a Platanillos. El general Kundt reemplazó a coronel Ayala en Toledo. La unidad paraguaya
contaba con tropas sin
7.6 Retirada paraguaya de Campo Jordán 15
experiencia en combate, carecía de los armamentos re- Entre la 4.ª División, que seguía en Kilómetro 7, y la
glamentarios o los que tenía eran obsoletos. Una peste de 8.ª y 3.ª Divisiones, que actuaban en el ala izquierda,
disentería y tifoidea afectaba a muchos soldados. Por existía un vacío de más de 50 km, sin solución de
esa razón y para aumentar el control, Ayala organizó continuidad. Kundt planeó atacar por ese sector para
la de- fensa no en líneas continuas sino en centros de aliviar a la 4.ª División que seguía combatiendo en
resistencia que, como erizos, apuntaban para todos Kilómetro 7. Con la recientemente creada División de
lados y dejaban espacios abiertos que servían de Reserva (9.ª División) salió en el flanco derecho
verdaderas trampas.[53] Pese al apoyo de la artillería y paraguayo capturando el día 13 de marzo el fortín
de 10 aviones que bom- bardearon y ametrallaron toda Alihuatá.
la zona, el vigoroso ataque frontal de la 3.ª División Este ataque, pese a estar bien organizado, tuvo errores
boliviana no logró su objetivo sufriendo una gran de ejecución lo que produjo bajas desproporcionadas
cantidad de bajas.[54] El apoyo de la aviación boliviana al objetivo y los pocos soldados paraguayos que
fue deficiente porque el objetivo esta- ba cubierto por defendían ese fortín de tránsito logístico.[58]
densos bosques que facilitaban el ocul- tamiento del
enemigo, por los 150 km que debían reco- rrer los
aviones desde Muñoz hasta Toledo y el complica- do 7.6 Retirada paraguaya de Campo Jordán
enlace entre el comando del Segundo Cuerpo situado
Yayucubas y el comando de la fuerza aérea ubicado en
Muñoz.[55]
Cundió la desmoralización en diversos regimientos
boli- vianos tras los infructuosos ataques realizados en
los días siguientes. Para descomprimir la situación
Kundt ordenó a la 8,ª División:
Cuando el 10 de marzo Ayala ordenó el contraataque, al- La captura de Alihuatá fue un contratiempo para el co-
gunos regimientos bolivianos, totalmente agotados por el ronel Estigarribia que no esperaba una penetración tan
esfuerzo realizado, se amotinaron y huyeron sin sus audaz. El regimiento boliviano Campos cortó al
ofi- ciales, llegando incluso a disparar contra las propias camino Alihuatá-Saavedra, ruta de abastecimiento de
fuer- zas que trataban de contenerlos.[56] La batalla la 1.ª Di- visión paraguaya, al mando del teniente
finalizó el 11 de marzo con la retirada de la diezmada coronel Fernán- dez, que combatía en Kilómetro 7,
3.ª División boliviana hasta 15 km antes de Corrales Kilómetro 12 y Cam- po Jordán. A su vez, la 4.ª
donde estableció una línea defensiva. División boliviana, con 3000 hombres, aumentó la
Nuevamente el alto mando boliviano no concentró en presión sobre esa división.
la zona una fuerza de ataque importante para lograr un Estigarribia trató de sacar provecho concentrando fuerzas
ob- jetivo que hubiera creado serias preocupaciones al en Arce para envolver a su vez a la 9.ª División y le
co- mando paraguayo.[51] Kundt destituyó al teniente pidió a Fernández que tratara de sostenerse en su
coro- nel Gamarra y a su jefe de Estado Mayor, el posición has- ta el 20 de marzo. Fernández, pese al
mayor Luis Añez y nombró en su lugar al coronel José pedido de su jefe, viendo que la situación logística era
M. Quintela y provisoriamente al teniente Armando cada vez más delica- da tomó la decisión de abandonar
Pereyra. Este últi- mo, un excelente oficial, se su posición. La retira- da de la 1.ª División paraguaya
suicidaría cuatro meses des- pués afectado hacia la zona de Gondra fue perfectamente planificada
psicológicamente por los combates frente a Toledo.[57] por un camino abierto al tránsito de camiones, sin
pérdida de hombres ni material pesado.
una hora [...] Cada noche ese grandioso cre- en (Dunkerley, 1987, p. 251)
pitar de todas las armas terminaba más tem-
prano, de tal modo que en la noche del 17 de
marzo de 1933, al cesar el fuego a eso de las
19 horas, el enemigo no se dio cuenta en
abso- luto de que la primera línea era
evacuada casi íntegramente.
Teniente coronel Carlos
Fernández, en Fernández (1955, p.
260 vol. 2)
Durante el mes de marzo y buena parte de abril las ne- Permítame ahora expresarle inquietud
gociaciones se estancaron. Por esa razón, los días 21 y Go- bierno respecto ataque Nanawa donde
22 de abril, el grupo ABCP insistió a las partes para segura- mente enemigo ha concentrado sus
que suspendieran las hostilidades. El 23 de abril, el elementos y hará máximo esfuerzo [...] si
Gobierno paraguayo retiró sus objeciones para facilitar sufrimos un re- chazo, nuestra situación en el
las negocia- ciones pero Bolivia, tres días después, Chaco quedará perdida, o poco menos.
objetó la presión que supuestamente recibía del grupo Presidente Salamanca al general
ABCP. El día 8 de mayo los Gobiernos de Chile y Kundt, en (Cuadros Sánchez, 2003, p.
Argentina acusaron a Bo- livia de hacer fracasar la 195)
negociación.
El Gobierno paraguayo, reconociendo que Bolivia solo Teniendo en cuenta la importancia política, militar y per-
intentaba demorar las propuestas mientras mantenía la sonal que significaba la captura de Nanawa, Kundt
ofensiva desatada desde diciembre de 1932, con la con- centró todo lo que tenía para lograr ese objetivo.
cual pretendía ganar la guerra o, por lo menos, una En julio de 1933 terminó la preparación para el ataque.
posición más favorable para negociar, decidió declarar Tenía su- perioridad en hombres, aviones y artillería.
formal- mente la guerra a Bolivia el 10 de mayo de Contaba con dos grupos de tanques Vickers y los
1933. El ob- jetivo, además de complicar el novedosos lanzalla- mas pero carecía de buenos
abastecimiento de armas y suministros a su oponente, conductores. El coronel Ge- rardo Rodríguez,
fue eliminar la mediación de la Comisión de Neutrales, comandante de la 7.ª División, encarga- do del ataque,
liderada por los Estados Uni- dos, que el Paraguay había inspeccionado la primera línea solo tres veces en
presumía favorable a Bolivia. Así, dicha Comisión, los meses anteriores y nunca en forma com- pleta. Kundt
debido a sus sistemáticos fracasos desde antes de la le exigió que lo hiciera con más frecuencia:
guerra, cesó en su actividad de mediador el 27 de junio
de 1933.
A pesar de estas medidas no han figurado
muchas. Se cita este asunto vergonzoso para
dejar constancia de cómo la colaboración de
7.9 Segundo ataque a Nanawa los comandos subalternos no siempre estuvo
a la altura de las operaciones ni fue tan activa
Los informes de inteligencia paraguayos indicaron que
co- mo los intereses de Bolivia y el Ejército
Kundt estaba concentrando grandes fuerzas frente a
lo exi- gían.
Na- nawa. La preocupación de Estigarribia se centró en
General Hans Kundt,
dilu- cidar si el enemigo pensaba atacar el fortín o
en Kundt (1961, p. 90-
seguir de largo y haciendo un rodeo salir en la punta
91)
del riel de Casado, en la retaguardia de todo el ejército
paraguayo o avanzar hacia el este, hacia el río
Paraguay y salir casi frente a la ciudad de Concepción.
Las posiciones paraguayas de Nanawa se mejoraron subs-
Cuando Kundt inició el ataque frontal contra el fortín,
tancialmente en los meses posteriores al primer ataque.
Estigarribia comprendió el error de su adversario y
Los bolivianos utilizaron la fuerza aérea y tanques
ordenó al teniente coronel Irra- zábal que resistiera
como apoyo cercano y contaron, además, con una
hasta el último hombre para lograr el mayor desgaste
enorme supe- rioridad en artillería, pero los ataques
posible del ejército boliviano.
frontales carecieron
Meses antes, Salamanca había advertido a Kundt:
18 7 OFENSIVA BOLIVIANA (DICIEMBRE DE 1932-AGOSTO DE 1933)
Los atacantes lograron penetrar, con gran heroísmo y de- Sin embargo, tres factores jugaron en contra de esta
rroche de bajas, en varios sectores del sistema defensi- am- biciosa operación:
vo paraguayo pero, agotados y diezmados por el esfuerzo
realizado, fueron rechazados por el contraataque de las • La masa de maniobra paraguaya en la retaguardia
reservas.[65] boliviana resultó ser demasiado débil para lograr rá-
El ataque produjo más de 2000 bajas bolivianas en pidamente la desarticulación de las fuerzas
com- paración con las 189 muertos y 447 heridos enemi- gas.
paraguayos, proporción esperable en un ataque de este
tipo. Fue la primera derrota importante de Kundt y le • La rápida decisión de Peñaranda y Moscoso (a cargo
permitió a Sa- lamanca insistir en que las operaciones del Estado Mayor) de ordenar la retirada de la 4.ª
debían hacerse economizando hombres. Ya desde División hacia Alihuatá abriendo una picada
junio de 1933, Kundt quería dejar su cargo a causa de hacia el noroeste llamada Picada de Salvación.
las intrigas de los oficiales bajo su mando pero recién en • El clima frío que permitió que las fuerzas bolivianas
septiembre puso su renun- cia a disposición de subsistieran más tiempo con las reservas de agua
Salamanca, la que no fue aceptada. [9] El teniente coronel dis- ponibles al momento del ataque enemigo.
Luis Irrazábal fue ascendido a coronel por su desempeño
en la defensa de Nanawa.
Cuando el día 15 de julio de 1933 las fuerzas
paraguayas cortaron finalmente la ruta de escape hacia
Alihuatá, la 4.ª División se había escurrido totalmente
7.10 Cerco en Gondra del cerco.
frente para ocultar su intención de ocupar los caminos El traslado de fuerzas bolivianas para sostener los ata-
Gondra-Pirizal y Pirizal-Falcón, llegando, en este ques y contraataques en la zona Bullo-Gondra debilita-
último caso, el día 4 de agosto, a Campo Aceval, a 15 ron el sector avanzado del fortín Alihuatá defendido
kilómetros de Falcón. por tres unidades bolivianas: el regimiento RC-2
En forma independiente, el día 3 de agosto de 1933, Ballivián, en Campo Grande, a la izquierda de
dos regimientos de la 9.ª División, el RI-18 Junín (al Alihuatá; el regi- miento RI-27 Chacaltaya, en el
mando del mayor Condarco) y el RI-36 (al mando del centro, sobre el camino Alihuatá-Arce; y una pequeña
mayor Jor- ge Rodríguez), comandados por este compañía del regimiento RI-18 Junín, en Pozo
último, salieron de Alihuatá y, abriendo una picada Favorito.
angosta para no ser de- tectados, salieron La 7.ª División paraguaya, al mando del teniente
sorpresivamente el día 5 frente al fortín Falcón tras dos coronel Ortiz, al comprobar el débil enlace entre ellas,
días de marcha agotadora. El ataque debía coincidir con realizó tres cercos separados siendo el principal el que
otro en la zona de Campo Aceval. Produci- do ese realizó contra el regimiento Ballivián.
ataque distractivo, el regimiento paraguayo Bata- llón
Los regimientos RI-4 Loa y RI-8 Ayacucho, fueron
40 salió hacia el sur dejando un claro en la defensa del
tras- ladados desde el sur para ayudar, pero el
fortín por donde se infiltró la columna de Rodríguez,
regimiento Loa también cayó en el cerco y el ataque del
que salió de noche en la retaguardia de un escuadrón
Ayacucho no pu- do romper el envolvimiento
del RC-9 Capitán Bado y llegó hasta el puesto de mando
paraguayo. Tanto el general Kundt como su jefe de
de su jefe, el capitán Nicolás Goldsmith que se salvó
operaciones, el teniente coronel Toro, apreciaron
milagro- samente pues fue ametrallado mientras
erróneamente la intención, magnitud y la dirección
dormía. Iniciado el combate, las fuerzas bolivianas,
principal del ataque paraguayo lo que produ- jo una
que habían captura- do las primeras líneas con
mala distribución de las fuerzas bolivianas.[66]
facilidad, atacaron la segunda línea y pese al cansancio
intentaron tomarla. Pero, perdi- da la sorpresa y Debido a la falta de agua y al creciente hostigamiento
enfrentando fuerzas que acudían de todas partes, el mayor enemigo, el día 15 de septiembre de 1933, los
Rodríguez, casi sin municiones y con sus fuerzas regimien- tos Ballivián y Loa capitularon. Un total de
diezmadas, tuvo que retirarse a los montes cerca- nos 509 soldados, con 2 jefes, 11 oficiales, 3 médicos y 10
donde, después de un breve descanso, dejó muertos y suboficiales se rindieron. La compañía del regimiento
heridos y se retiró de vuelta hacia Alihuatá. Junín, cercada en Pozo Favorito, también se rindió. En
Kundt repitió el error de enviar fuerzas insuficientes a el centro, el regi- miento Chacaltaya pudo salvarse
gran distancia, sin apoyo de reservas y con pocas posi- gracias a los regimien- tos RC-5 Lanza y RI-22
bilidades de lograr un resultado favorable pese a que Campos, que después de duros combates, abrieron una
en esta circunstancia había logrado una sorpresa total. brecha por donde pudo escapar.
«No sé qué hacer. Pienso en suicidarme, entregarme al
enemigo o pasar a la Argentina», dijo Kundt. Pero el
te- niente coronel Toro lo tranquilizó: «No se aflija mi
8 Segunda ofensiva paraguaya gene- ral, ya veremos la forma de redactar el
(septiembre-diciembre de 1933) informativo».[67] Kundt ocultó los resultados al
presidente Salamanca: no mencionó la captura de la
compañía Junín (I/RI-18) en Pozo Favorito, recalcó la
8.1 El cerco de Campo Grande liberación del Chacaltaya y con respecto a Campo
Grande comentó:
Millares de hombres de color tierra cir- El 10 de diciembre de 1933, a las 17:00 horas, los boli-
culaban sobre el pequeño campo esperando vianos intentaron romper el cerco pero por error la
la orden de partida. Trípodes, morteros, cajas avia- ción boliviana bombardeó a fuerzas del regimiento
de municiones, cañones de repuesto, granadas, RI-50 Murgia al mando del capitán Antezana
ametralladoras y fusiles, amen del equipo, se Villagrán, hecho que a posteriori algunos historiadores
transportaban en los hombros no en la bolivianos trataron de ocultar.[72] Solo el regimiento
espalda [...] [En un camino] de cinco metro Lanza, en una lucha fe- roz y con grandes pérdidas,
de ancho a través del bosque [...] descansaba logró abrirse paso pero muy pocos soldados lograron
nuestra co- lumna de camiones [...] cargados escapar. El día 11 de diciembre de 1933, las dos
con piezas de artillería y municiones para las divisiones cercadas, sin ninguna opción, tuvieron que
diversas armas, ora con tanques destinados al rendirse.
aprovisionamien- to de agua y gasolina, ora, Las pérdidas bolivianas fueron importantes, murieron
en fin, cargados de víveres, carpas y equipos. 2600 soldados y aproximadamente 7500 cayeron
Una mayor parte de las tropas de la 4.ª y 9.ª. prisio- neros (18 jefes, 170 oficiales, 7271 soldados).
División que se encon- traban detenidas en su [73]
De un solo golpe, más de dos tercios del ejército
marcha, cubrían cuan- to espacio libre boliviano fue destruido. Solo escaparon 1500 hombres,
quedaba sobre la ruta y sobre todo, a lo largo que en su ma- yoría pertenecían a las fuerzas de
de la columna de automóviles […]. Así, Peñaranda que no es- tuvieron dentro del cerco.
embotelladas [...] en la picada, re- ducidas a Cuando se comunicó a La Paz que se había salvado
un estrecho radio de acción, [...] to- da Peñaranda, este nunca aclaró la si- tuación y la cosechó
maniobra más que difícil se hacia imposible en su favor como si fuera el héroe de la jornada, razón
[...] Tal era nuestra situación el día nueve [de por la cual Salamanca lo promovió en lugar de Kundt.
diciembre] en la tarde, grave en extremo y más [74]
aún si se toma en cuenta el agotamiento
físico y la consiguiente depresión moral. Cuando el 11 de diciembre de 1933 los ministros y
Capitán de artillería boliviano Torres Toro llegaron a Muñoz para destituir al general Kundt,
Ortiz de la 4.ª División, este los recibió en su puesto de mando:
en (Brockmann, 2007, p. 344)
Ya no estaba en el rol del dios Thor, que
molería sus míseras existencias de funcionarios
El 10 de diciembre de 1933 se completó el anillo. en un yunque con su martillo de trueno. Más
Kundt consideró alarmistas e incorrectos los informes bien deslizó con amargura que se sentía
de los pi- lotos y de Banzer ya que estaba convencido de enfer- mo y agobiado no solo por las
que el ejér- cito enemigo no estaba capacitado para llevar preocupaciones de la campaña y sus últimos
a cabo ope- raciones coordinadas con una gran cantidad resultados sino por la situación de su familia
de unidades y sus negocios.
22 9 ARMISTICIO Y CREACIÓN DEL SEGUNDO EJÉRCITO BOLIVIANO
10.5.1 Cerco en Puesto Burro Los siguientes tres meses de combates para llegar a La
Faye mostraron la certera visión estratégica del
A principios de septiembre de 1934, el coronel Toro coronel Rodríguez de no caer en la trampa diseñada
dis- puso la ejecución, a través de órdenes muy por Estiga- rribia que ni Peñaranda ni Toro tuvieron en
detalladas, de un amplio cerco lineal de 50 km de cuenta.[108]
radio, en una zona de montes muy densos y difíciles
El presidente Salamanca, el día 17 de septiembre de
de atravesar. Los dos brazos debían unirse en Puesto
1934, hizo un resumen crítico de todas estas acciones:
Burro, en la retaguardia de la 6.ª División paraguaya,
al mando del teniente co- ronel Paulino Antola. Esta
maniobra adoleció de diversas deficiencias tácticas: la Con angustia veo que el enemigo nos
amplitud del cerco; la desigual do- sificación de las em- puja rápidamente y que luego nos
fuerzas envolventes donde el brazo norte, que era el más detiene don- de quiere. De un golpe nos lleva a
fuerte, debía recorrer la mayor distancia; y la apreciación Carandaitý y ahora nos ataja en Algodonal y
despectiva que tenía el coronel Toro sobre la capacidad 27 de Noviem- bre. Lo peor es que nos cierra
física y de maniobra que tenían las escasas fuerzas el paso [al fortín] Ingavi, desbaratando los
paraguayas. [106] proyectos tardíamen- te acogidos por ese
comando.
Mensaje del presidente Salamanca al
El día 5 de septiembre, Toro ordenó a
general Peñaranda,
sus hombres que cercaran a la 6.ª División,
en (Querejazu Calvo, 1981, p. 336)
lo que se hizo recién el día 8. [...] Sin ningún
rastro de modestia en su personalidad, el día
9, To- ro anunció que su victoria le hacía
recordar el triunfo del ejército alemán en 10.5.2 Cerco en Algodonal-La Rosa
Tannenberg, en la Primera Guerra Mundial.
Pero precisamente ese día, mientras se El día 22 de septiembre nuevamente Toro rodeó a la
autofelicitaba por el triun- fo, los paraguayos 6.ª División paraguaya en Algodonal, maniobra que
de la 6.ª División arruinaron la celebración consideró como «la operación mejor ejecutada» de
escapando silenciosamente por una brecha. toda la campaña.[109] Este rodeo lineal también fue
De la Pedraja Tomán (2006, p. 371-374) imperfecto porque:
a) El ala sur, por donde era de esperar que el enemigo
intentara escapar, era el más débil.
La aviación boliviana lanzó panfletos instando a los b) No existió coordinación en tiempo y lugar entre ambas
pa- raguayos a rendirse cuando estos ya se habían alas.
escurrido del cerco. Toro acusó a la aviación por la c) No se fijó un punto de encuentro de las mismas.
falta de coope- ración y su poca capacidad para
detectar, desde el aire, el movimiento y la ubicación
del enemigo.[107] El coronel Franco dispuso, como método de seguridad,
rodear exteriormente sus fuerzas con gran cantidad de
El día 10, el mayor Ichazo informó al coronel Ángel retenes compuestos por 3 o 4 hombres diseminados en
Ro- dríguez, del Estado Mayor General, que el cerco el desierto, unidos por picadas de enlace que eran
había fracasado. Este aprovechó para advertirle que las reco- rridas por un soldado 2 o 3 veces por día. Esta
fuerzas bolivianas, teniendo en cuenta los problemas tenue y sensible telaraña le permitía descubrir con
logísticos que planteaba el desierto, no deberían ir más anticipación el movimiento del enemigo sin que este
allá de Algo- donal y solo con pequeñas fuerzas mientras se diera cuenta de que había sido detectado.[110]
que el grueso debería concentrarse en Santa Fe, sobre
el río Parapetí, y desde allí emprender una acción El teniente coronel paraguayo Paulino Antola, antes de
ofensiva contra el for- tín 27 de Noviembre. Toro que las fuerzas bolivianas consoliden sus posiciones,
rechazó de mala manera estas sugerencias porque lo concentró todas sus fuerzas en un punto. El regimien-
dejaban en un papel secundario: to paraguayo RC-1 Valois Rivarola rompió las líneas
del RC-3 Chuquisaca y abrió el cerco a toda la Divi-
Pensamos con Ichazo que sus medidas para sión hacia La Rosa de donde también logró zafarse sin
futuras operaciones son prematuras. No encon- problemas.[111]El ejército boliviano realizó estas
tramos explicación enorme acumulación manio- bras de envolvimiento y búsqueda con mucho
fuer- zas en el norte, ya que con las que sacrificio y bajas.[8]
tengo, re- forzadas tal vez con [el regimiento]
Ingavi, po- demos tomar La Faye, operación La segunda reunión fue al día siguiente con
rápida pues efectivo total enemigo [que] la presencia de Salamanca, Peñaranda,
opera [en] este sector es solo 2461 hombres. Tejada Sorzano y Rivera. Como si las
Mensaje del coronel Toro al coronel relaciones en- tre Salamanca y los mandos
Rodríguez, militares necesita- ran ser peores, Salamanca
en (Tabera, 1979, p. 246) tenía en las manos una carta de Toro en la
que reclamaba que su
10.6 Batalla de El Carmen 29
«victoria» de Algodonal no había tenido por el espacio todavía abierto, o rompía la lí-
sufi- ciente cobertura en la prensa. Toro nea cercadora necesariamente débil, o accio-
manifesta- ba que 7000 bolivianos habían naba enérgicamente contra una de las dos
vencido a 8000 paraguayos que, sin poder alas del rodeo impidiendo o retrasando el
escapar a través de ninguna brecha, se vieron cumpli- miento de su cometido.
obligados a un ata- que masivo para salir del Luis F. Guachalla, historiador
cerco por arriba de los cuerpos de los boliviano, en Guachalla (1978, p. 202)
defensores bolivianos. Toro parecía pasar
por alto que pese a las dificulta- des del
enemigo para escapar esto no lo trans- Toro atribuyó el fracaso al coronel Ayoroa e indirecta-
formaba en una victoria. Incluso duplicaba el mente a su eterno rival, el coronel Bilbao Rioja, por no
tamaño de las fuerzas paraguayas encerradas y haberlo ayudado con sus fuerzas. Se burló además de
subestimaba las propias fuerzas. la captura del fortín 27 de Noviembre realizada por
Bruce W. Farcau, historiador estadouni- este úl- timo:
dense,
en Farcau (1996, p. 188)
No faltó la nota teatral en esta memora-
ble jornada. Las fuerzas del Segundo Cuerpo
que avanzaron sobre el fortín 27 de Noviem-
El coronel Franco preparó la defensa de Yrendagüé y bre, anunciaron por orden del comando [Bil-
para su sorpresa Toro detuvo su avance para concentrar bao Rioja] que habían cercado a un
mayor cantidad de unidades. regimien- to enemigo. El parte dirigido a los
Para prever un ataque desde la zona de Ravelo, al ministros Alvéstegui y Sanjinés fue
norte, Estigarribia ordenó la captura del fortín Ingavi. prontamente rectifi- cado. Se trataba solo de
Franco envió un batallón de 150 hombres apoyados por 5 un batallón enemigo, resultando luego que
camio- nes que estaban estacionados en la laguna no había ni una sombra dentro del cerco,
Pitiantuta des- de julio de 1932. Esa unidad, luego de acabando los cercadores por hacerse fuego
una marcha de 220 kilómetros a través de un monte entre ellos.
impenetrable, capturó el fortín el 5 de octubre de 1934. Coronel David Toro,
en (Querejazu Calvo, 1981, p. 345)
• Cerco en Yrendagüé
A fines de noviembre las fuerzas paraguayas tuvieron que
El 9 de noviembre, el coronel Toro, con tres divisiones abandonar el fortín Picuíba a donde habían
más dos regimientos que logró sacarle al Segundo retrocedido. Así, lo que el coronel Franco logró en 16
Cuer- po, volvió a cercar en Yrendagüé a la 6.ª días (de Pi- cuíba a Carandaitý), el coronel Toro lo
División y a la DRG (División de Reserva General). revirtió en agota- dores y costosos tres meses de lucha
Toro esperaba lo- grar una gran victoria que lo llevaría (septiembre a fines de noviembre de 1934). Años
políticamente a la presidencia de Bolivia. Invitó a los después de terminada la guerra, el coronel Toro
generales Peñaranda y Rivera y los ministros Alvéstegui escribió en su libro que «esas ac- ciones constituyeron
y Sanjinez a su puesto de mando para presenciar el las páginas más brillantes de nuestra historia».[113] En
curso de la batalla.[112] 1944, el coronel Ángel Rodríguez criti- có estos
Una vez más el lento aferramiento boliviano permitió que comentarios de Toro diciendo que si él se había
las fuerzas paraguayas tuvieran plena libertad para re- adjudicado como una «victoria» la retirada de
agruparse. El 11 de noviembre de 1934, el coronel Conchitas con más razón los paraguayos debían
Fran- co concentró todas sus fuerzas sobre el adjudicarse como victorias las retiradas de Carandaitý,
Regimiento bo- liviano Cochabamba, rompió el cerco Algodonal, La Ro- sa, etc., donde además de burlar las
y se retiró hacia Picuiba. El historiador boliviano Luis tenazas se llevaron prisioneros y armamentos
F. Guachalla defi- nió como «torista» a estas bolivianos.[114]
maniobras del coronel Toro, que se caracterizaron por
ser:
10.6 Batalla de El Carmen
Rodeos lineales con reducido radio y con El presidente Salamanca, como si intuyera lo que iba a
una fuerza equivalente en ambas alas de ma- suceder, intentó hacer algunos cambios en el comando
niobra, la cual anulaba en la práctica la efica- del ejército boliviano. Pidió que, en el cargo de jefe
cia de un centro de gravedad (...). El Coman- del estado mayor, el coronel Bilbao Rioja reemplazara al
do paraguayo, conocedor de esta modalidad co- ronel Rivera. Peñaranda y Toro se opusieron, el
estereotipada, disponía siempre, con acierto prime- ro porque prefería que su pariente siguiera en
y oportunidad, lo que procedía hacer para ese cargo y el segundo porque temía que Bilbao Rioja
bur- lar estos ganchos destinados a cerrarse lo opacara totalmente.[115] Poco después Salamanca
detrás de sus efectivos, vale decir: escurría acordó con Pe- ñaranda que el teniente coronel
sus tropas Moscoso reemplazaría al
30 10 TERCERA OFENSIVA PARAGUAYA (ENERO-DICIEMBRE DE 1934)
paraguayos.
El 5 de abril de 1935, un destacamento paraguayo de
2600 hombres bajo las órdenes del coronel Garay, a pesar
de su inferioridad numérica y de medios, cruzó el río
Pa- rapetí, desalojó de la ribera occidental a 5000
soldados pertenecientes a dos divisiones bolivianas al
mando del coronel Anze y luego de empujarlas más de
50 km hacia el oeste capturó, el 16 de abril y por unos
pocos días, el poblado guaraní de Charagua.
El impacto político que produjo la caída de Charagua
y la amenaza que implicaba a las instalaciones
petrolífe- ras de la Standard Oil en Camiri y a la
ciudad de Santa Cruz de la Sierra obligó al comando
boliviano a lanzar prematuramente su planeada Etapas (1-2-3) en que se dividía el plan de la ofensiva boliviana
ofensiva para recuperar to- do el terreno perdido desde lanzada en abril de 1935
enero de 1935. Del 14 al 16 de abril, el ejército
boliviano arrolló las líneas paraguayas en el sector
central a lo largo del camino a Camatindý. En el sur, el tante en que se había desencadenado la
19 de abril de 1935, los bolivianos retoma- ron Tarari, sorpre- siva contraofensiva boliviana [del 14
obligando al coronel Fernández y sus fuerzas a de abril de 1935] y ya se podía afirmar que
retirarse. Entre el 24 y el 27 de abril dos divisiones re- había fracasa- do en sus objetivos
forzadas cercaron firmemente a la 8.ª División paraguaya fundamentales [...] lo que se había visto en
en Cambeiti: Carandaitý, Algodonal, Vi- llazón y Picuiba
durante la contraofensiva del Cuerpo de
Naturalmente que el futuro de las opera- Caballería Toro, septiembre a no- viembre
ciones bolivianas [...] y el ritmo a imprimir de 1934, se había repetido con mate- mática
al avance, dependía [inicialmente] de exactitud en esta nueva contraofensiva del
infligirle al ejército paraguayo un golpe recio Parapetí [...] desgraciadamente para las ar-
que lo hubie- ra paralizado traumaticamente mas bolivianas, el imperio de la rutina opera-
[...]. Y el pen- samiento militar boliviano y tiva y el pródromo [sic] de debilidades de
las ansias del país todo, se afincaron en el co- mandos afectados por el recuerdo de
cerco de Cambeiti, en el cual, durante cuatro otros re- veses en las personas de algunos de
días, se mantuvo en sus- penso una febril sus compo- nentes [...] siguió pautando con
incógnita. Grande debió ser el desencanto sometimiento a un exceso de seguridad
cuando el Comando Superior bo- liviano [...] reñidos con los prin- cipios [...] de la
en un comunicado de fecha 28 de abril de economía de fuerzas y de la sorpresa.
1935 concluía con las esperanzas, muy Teniente coronel Vergara Vicuña,
factibles por cierto, que se habían forjado en en (Guachalla, 1978, p. 201-202)
torno al, hasta hacia poco, bien anillado
cerco del sector central norte.
Teniente coronel Vergara Vicuña, La ofensiva boliviana se detuvo el 16 de mayo de
en Vergara Vicuña (1944, p. 328 vol. 1935, cuando el coronel paraguayo Rafael Franco
7) retomó la iniciativa con un sorpresivo ataque sobre el
regimiento boliviano Castrillo que vigilaba el
estratégico sector de Quebrada de Cuevo y recuperó
La 8.ª División paraguaya rompió el cerco en el punto
Mandeyapecuá, locali- dad donde se presumía que
más fuerte y escapó por las laberínticas quebradas de la
existían grandes reservas de petróleo. Días después, el
sierra de Aguaragüe.
regimiento paraguayo Valois Rivarola intentó cercar a
En el norte, las fuerzas del coronel boliviano Anze em- dos regimientos bolivianos y unidades menores, que
pujaron lentamente al Destacamento Garay hacia el río escaparon apresuradamente hacia Yohay.[133]
Parapetí. La contraofensiva boliviana recuperó las
már- genes de ese río pero no pudo tomar el Nuevamente el general Estigarribia pensó en tomar Vi-
estratégico cruce de Huirapitindí desde donde las llamontes pero esta vez desatando previamente sobre
fuerzas de Garay podían recuperar fácilmente el río. sus defensores un verdadero ataque de artillería. Para
[131] ese fin solicitó a la marina paraguaya el
desmantelamiento de los cañones binarios delanteros de
La ofensiva boliviana, pese a la amplia superioridad en 6 metros de largo y 120 milímetros de diámetro cada
hombres y recursos utilizados, fue limitada en sus uno de la cañonera Humai- tá para transportarlos a 15
resul- tados y se realizó al costo de elevadas bajas que km de Villamontes y desde esa distancia destruir sus
llegaron al 20 % de las fuerzas empleadas.[132] defensas.[134] Se prepararon los
12 Fin de la guerra
13 Acuerdo limítrofe
Después de largas negociaciones, el tratado para
termi- nar la guerra fue firmado en Buenos Aires
(Argentina) el 21 de julio de 1938. El canciller
argentino Carlos Saave- dra Lamas, que había
convocado la Conferencia de Paz en Buenos Aires
obtuvo más tarde el premio Nobel de la Paz en 1936,
en general por su labor en pro de la paz y en particular
por haber inspirado el Pacto antibélico Saa- vedra
Lamas, firmado por 21 naciones y convertido en un
instrumento jurídico internacional. Tuvo un papel im-
portante como mediador para dar por terminada la
guerra del Chaco.
De la totalidad del Chaco Boreal, tres cuartas partes
se reconocieron bajo soberanía paraguaya. Bolivia
recibió una zona a orillas del río Paraguay, donde se
encuentra hoy Puerto Busch.
El 27 de abril de 2009, 74 años después de finalizado
el enfrentamiento bélico, los presidentes Evo Morales
(de Bolivia) y Fernando Lugo (de Paraguay) firmaron en
Bue- nos Aires el acuerdo definitivo de límites
territoriales del Chaco Boreal. El acto se realizó en
presencia de la pre- sidenta Cristina Fernández de
Kirchner (de Argentina),
38 14 REFERENCIAS
[1] Rahi y Agüero Wagner, 2006, p. 45/49. 226. [38] Farcau, 1996, p. 67.
[3] Dunkerley, 1987, p. 222 y 223. [40] De la Pedraja Tomán, 2006, p. 342.
[7] Querejazu Calvo, 1977, p. [44] Cornejo Bascopé, 1996, p. 174 y 175.
185. [8] Tabera, 1979, p. 247. [45] Díaz Arguedas, 1957, p. 36.
[9] De la Pedraja Tomán, 2006, p. 467, nota [46] Brockmann, 2007, p. 230.
83. [10] Zook, 1961, p. 106. [47] Brockmann, 2007, p. 101 y ss.
[11] Farcau, 1996, p. 165. [48] Brockmann, 2007, p.
[12] Guachalla, 1978, p. 56. 258. [49] Tabera, 1979, p.
[13] Hughes, 2005, p. 411-437 vol. 69, n.º 2. 145. [50] Zook, 1961, p. 129.
[14] Querejazu Calvo, 1990, p. 86. [51] Farcau, 1996, p. 105.
[15] Guachalla, 1978, p. 89 y 90. [52] Casabianca y Boselli Cantero, 2000, p. 135-138 vol. 4-5.
[16] Alvarado, 1996, p. [53] Ayala Queirolo, 1985, p. 90.
210. [17] Farcau, 1996, p. [54] Querejazu Calvo, 1981, p. 154.
25. [55] Paz Soldán Pol, 1990, p. 111/112.
[18] Dunkerley, 1987, p. 204-205. [56] De la Pedraja Tomán, 2006, p. 347.
[19] Brockmann, 2007, p. 251. [57] Casabianca y Boselli Cantero, 2000, p. 125 vol. 4-5.
[20] Muñoz, 1986, p. 227 y [58] Querejazu Calvo, 1981, p. 202.
228.
[59] Alvéstegui, 1970, p. 235,vol. 4.
[21] Arce Aguirre, 1987, p. 189.
[60] Casabianca y Boselli Cantero, 2000, p. 143 vol. 4-5.
[22] Beltrán Salmón, 1999, p. 213.
[61] Casabianca y Boselli Cantero, 2000, p. 149 vol. 4-5.
[23] Dunkerley, 1987, p. 244.
[62] Fernández, 1962, p. 94 vol. 3.
[24] Peñaranda Esprella, 1964, p. 7.
[63] Fernández, 1962, p. 97 vol. 3.
[25] Seiferheld, 1983, p. 315-316.
[64] Paraguay. Ministerio de Relaciones Exteriores, 1933, p.
[26] Kundt, 1961, p. 90. 296/297.
[31] Rodríguez Alcalá de González Oddone, 2010. [69] Antezana Villagrán, 1982, p. 176.
[70] Querejazu Calvo, 1981, p. 234. [108] Vergara Vicuña, 1944, p. 739 vol. 5.
[71] Querejazu Calvo, 1981, p. 230. [109] Querejazu Calvo, 1990, p. 128.
[72] Antezana Villagrán, 1982, p. 276.
[110] Fernández, 1973, p. 103 vol. 5.
[73] Cuadros Sánchez, 2003, p.
[111] Vittone, 1986, p. 160-163 vol.
141. [74] Dunkerley, 1987, p. 222-
3.
223.
[112] Querejazu Calvo, 1990, p. 129.
[75] Antezana Villagrán, 1982, p. 40.
[113] Toro Ruilova, 1941, p. 79.
[76] Antezana Villagrán, 1982, p.
58. [77] Zook, 1961, p. 176. [114] Vergara Vicuña, 1944, p. 670 vol. 7.
[87] Arze Quiroga, 1974, p. 225 vol. 4. [123] Tabera, 1979, p. 281.
[95] Vittone, 1988, p. 489 vol. 2. [130] Vergara Vicuña, 1944, p. 65 vol. 7.
[96] Cuadros Sánchez, 2003, p. 145. [131] Vergara Vicuña, 1944, p. 532, vol. 7.
[98] Querejazu Calvo, 1990, p. 117. [133] Querejazu Calvo, 1981, p. 474.
[99] De la Pedraja Tomán, 2006, p. 371 y ss.
[134] De la Pedraja Tomán, 2006, p. 391.
[100] Querejazu Calvo, 1981, p. 326-
[135] Vergara Vicuña, 1944, p. 635 vol. 7.
327. [101] Tabera, 1979, p. 238.
[136] Casabianca y Boselli Cantero, 2000, p. 397 vol. 6-
[102] Rolón, 1963, p. 37, vol. 2.
7. [137] Cazal, 1979, p. 41.
[103] Querejazu Calvo, 1981, p. 328.
[138] Querejazu Calvo, 1981, p. 477.
[104] Querejazu Calvo, 1995, p.
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