Canon Alejandrino y Canon Palestino
Canon Alejandrino y Canon Palestino
Canon Alejandrino y Canon Palestino
GUAYAQUIL
Materia
Introducción a la biblia
Tarea
Investigación de canon alejandrino y canon Palestino
Integrantes
Grupo N#4: Leyla Rosales Quijije
Pedro Javier Ruiz
Sergio Javier Tómala
Docente
Elías Carpio Pérez
EL CANON ALEJANDRINO
INTRODUCCIÓN
Hay una teoría que atribuye directamente a Ptolomeo II el deseo de tener las Escrituras de los
judíos en griego. Sin embargo, otra teoría atribuye este deseo al bibliotecario de Ptolomeo. La
historia relata que Demetrio de Falerno, el bibliotecario de Ptolomeo II (285-246 a.C.), quería
unas copias de la Ley Judía para la Biblioteca de Alejandría. El tiempo empleado en esta
versión de las Escrituras judías fue considerable. La traducción se inició en el siglo III AC (hacia
el año 250 AC) y se concluyó en el siglo II AC (aproximadamente150 AC). Su composición se
concluyó en torno al año 30 AC, con la inclusión del libro de la Sabiduría, redactado en griego.
Es el libro más moderno del Antiguo Testamento.
Hay diversidad de nominaciones para referirse al Canon Alejandrino. Algunos de ellos son muy
parecidos. Proponemos cuatro criterios útiles para clasificar los diversos nombres utilizados
para referirse al Canon Alejandrino. Los criterios son los siguientes: el criterio del origen
geográfico, el criterio de la nómina traductora, el criterio del idioma vertido, y el criterio del
espacio empleado.
El canon alejandrino contiene básicamente dos categorías de libros: los Proto canónicos y los
Deuterocanónicos. En la primera categoría se refiere a los provenientes del Canon Hebreo. En
la segunda categoría se refiere a las adiciones que son novedad en el Canon Alejandrino. Las
adiciones son las siguientes: Tobías, Judit, Ester (adiciones), Daniel (adiciones), I Macabeos, II
Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico (denominado también como “Sirac”), y Baruc.
Los judíos no aceptaron las adiciones al Canon Alejandrino como oficial. Dichas acciones no las
tomaron como autoritativa Palabra de Dios inspirada. Ciertamente los judíos la utilizaron fuera
de Palestina, sin embargo, eso no significa que ellos hayan dado por asentada como Palabra de
Dios. Así de sencilla sería una muy buena respuesta del protestante por la no aceptación de los
Deuterocanónicos entre los libros inspirados divinamente.
La iglesia Católica Apostólica Romana acepto el canon Alejandrino como el valido. Esto implicas
que sus adiciones son palabra de Dios en la ideología católica. Al hacer un análisis de estos
libros se observa que ellos mismos se descalifican como productos de la inspiración divina sus
razones, que estos libros adicionales les sirven a la Iglesia Católica Apostólica Romana para
apoyar sus falsas doctrinas puesto que no encuentran ningún sustento en el Canon Hebreo ni
en el Nuevo Testamento. Por razones de tiempo y espacio no se hace un análisis profundo
sobre la postura protestante de no aceptar las aludidas adiciones. La pregunta sigue en pie.
¿Por qué los católicos aceptan el Canon Alejandrino? Se esperaría oír respuesta católica. A
continuación, un fragmento de un artículo católico en relación al asunto. Bajo el título
¿Porque la Iglesia Católica escogió el canon alejandrino para el Antiguo Testamento? Por
diversas razones, entre las que están: · Los escritores del Nuevo Testamento citan al Antiguo
Testamento según esta versión. De 350 citas del Antiguo Testamento que hay en el Nuevo
Testamento; 300 corresponden literalmente a esta versión. · Los libros deuterocanónicos
formaron parte de la Biblia cristiana desde el comienzo. (Testimonio de esto son las
catacumbas, donde se encuentran pinturas que hicieron los primeros cristianos representando
pasajes bíblicos, entre los cuales están historias tomadas de los libros deuterocanónicos del
Antiguo Testamento).· Los discípulos de los apóstoles (los “Padres de la Iglesia”) los
mencionan: Clemente Romano(año 96), Ignacio de Antioquía (Año 107), Policarpo (año 156),
entre otros. La respuesta a cada uno de estos tres argumentos es muy sencilla:
1. Ciertamente los escritores del Nuevo Testamento citan al Antiguo Testamento del Canon
Alejandrino, sin embargo, nunca citan los Deuterocanónicos.
2. Ciertamente estaba en circulación el Canon Alejandrino entre los cristianos por ser el griego
el idioma de uso general, sin embargo, no hubo una aceptación oficial de ellos, de hecho, hay
más testimonio de rechazo en la Historia Eclesiástica. Oficialmente se aceptaron en Trento en
1546.
El canon judío aprobado en Jamnia (90 dc) se hizo en oposición al canon Alejandrino, que era
el de la Septuaginta (usado por los cristianos) conteniendo los libros apócrifos. Por esta razón,
las versiones cristianas deben contener los apócrifos.
La iglesia primitiva los aceptaba y usaba, como demuestra el hecho de que el Obispo Melito de
Sardis (170 dc) los listara en sus escritos, y que Orígenes (254 dc) reconociera que los cristianos
usaran estos libros, aunque los líderes judíos no los aceptaban. Posteriormente, en la
traducción de la Vulgata, San Jerónimo los incluyó traduciéndolos desde la Septuaginta,
mientras que el resto de los libros procede de los textos judíos. En el Sínodo de Hipo (397 dc) y
Cartago (397 y 419 dc) se confirmó el canon “Alejandrino” del AT con 46 libros y NT con
27libros.
ARGUMENTACION EVANGELICA
Nunca en el NT se hace referencia a estos libros, por parte de Jesús ni sus discípulos. La
Septuaginta se empleaba porque era más fácil de entender por los Judíos de Galilea (que era
una región bilingüe arameo-griego koiné), que los originales en hebreo. Además, el NT se
escribió con espíritu universal, para que pudiera ser leído por los judíos y gentiles en distintas
partes del mundo que conocían el griego. Resulta por lo tanto natural, que las citas del AT
realizadas en el NT procedan de la Septuaginta (también escrita en griego), en lugar de una
traducción libre realizada por el autor.
Los judíos no se reunieron en Jamnia para aprobar el canon, sino para discutir el derecho de
ciertos libros canónicos a permanecer en el mismo (Ezequiel, Ester, Eclesiastés, Proverbios,
Cantares, etc.). En oposición a los cristianos, los judíos hicieron en el siglo II tres nuevas
versiones en griego del canon hebreo (la traducción de Aquila, Revisión de la LXX por
Teodoción y la versión de Símaco).
Aceptar los apócrifos es equivalente a conceder aciertos personajes históricos una autoridad y
discernimiento superior al de Jesús, los Apóstoles clase religiosa judía, que no hacen referencia
a ellos en ningún momento. El propio Jerónimo, que introdujo los libros apócrifos como
apéndice en su traducción de la Vulgata no era partidario de su consideración como canónicos,
que fue una imposición de San Agustín. Finalmente, el criterio de aceptar los apócrifos de la
Septuaginta como canónicos presenta un doble rasero, ya que ciertos libros, como por ejemplo
La Oración de Manasés, no se incluyeron en la Vulgata.
POSTURA CATOLICA
La carta del papa Inocencio I en el 405 dc los cita, y en 1442 se listaron oficialmente en el
Concilio de Florencia en 1442. El Concilio de Trento los ratificó en 1563 como “iguales al resto
de las Escrituras”, de manera que “deben ser tratados con igual devoción y reverencia”.
ARGUMENTACION EVANGELICA
La postura evangélica mantiene que la verdadera razón para ratificar el canon Alejandrino (y
con ellos libros apócrifos) en el Concilio de Trento es la de justificar una situación doctrinal que
le convenía a la iglesia católica: Oración por los muertos, purgatorio, culto a los santos, perdón
de pecados y pago de bulas, salvación por obras, etc, en firme oposición a las teorías de Lutero
que sin embargo afirmaba que estos libros eran buenos y útiles para leer, pero que no pueden
considerarse iguales a las escrituras.
CONCLUSIÓN
El tema no está plenamente abarcado. Por ende, la apología presentada no resuelve el todo
del asunto. La supremacía del Canon Hebreo sobre el Canon Alejandrino, particularmente en lo
referente a las adiciones, no se debe a declaraciones de concilios judíos o a la Reforma
Protestante. Sencillamente la Palabra de Dios da testimonio de su procedencia divina. Los
Deuterocanónicos no aseveran ser Palabra de Dios inspirada. Las adiciones del Canon Griego
sea utodescalifican de la pretensión de ser Palabra de Dios.
EL CANON PALESTINENSE
En el año 332 antes de Cristo, Palestina fue invadida por los ejércitos de
Alejandro Magno, y todos los judíos fueron deportados hacia el Imperio de
Alejandro Magno, donde vivieron muchos años.
Allí nacieron nuevas generaciones de judíos, cuyo idioma ya no fue el hebreo
sino el griego. Cuando se les permitió regresar a su tierra, muchos judíos ya no
regresaron a Palestina, sino que se quedaron en el Imperio de Alejandría.
Los judíos que retornaron, trajeron sus Santas Escrituras escritas en hebreo, así
las continuaron usando. Mientras que los que quedaron en Alejandría, hicieron
una traducción de las Escrituras al griego, y además agregaron otros libros que
consideraban de inspiración divina. Así fue como surgieron 2 CANONES o
BIBLIAS.
EL CANON PALESTINENSE: escrito en hebreo o canon corto.
Los que vivían en Palestina solamente aceptaban el Canon corto escrito en
hebreo.
Un agrupamiento semejante es mencionado en las palabras del mismo Cristo en
el Nuevo Testamento, en Lc. 24,44: “Todas las cosas que fueron dichas respecto
de mí deben ser cumplidas, las que se encuentran escritas en la Ley de Moisés,
en los Profetas y en los Salmos”
la mayor parte de la Biblia judía o Tanaj que también se llama Micra que significa
lo que es leído se escribió en hebreo, excepto unas pocas páginas, que se
escribieron en arameo.. El canon Jerosolimitano es La lista (o canon) de libros
bíblicos hebreos inspirados quedó establecida definitivamente para
el judaísmo en el siglo II de la era cristiana, por el consenso de un grupo de
sabios rabinos que habían conseguido escapar del asedio de Jerusalén en el
año 70 y que habían fundado una escuela en Yamnia. A estos libros se les
conoce como proto canónicos, y forman el Canon Palestinense o Tanaj.
Este canon significó el rechazo de algunos libros, que pasaron a conocerse
como deuterocanónicos, que un grupo de maestros judíos había incluido en
el Canon de Alejandría o Biblia de los Setenta en el siglo II a. C.. La forma
"deuterocanónico" significa "segundo canon" en contraste con el término "proto
canónico" que significa primer canon. Sin embargo, el primer canon, en orden
cronológico, fue el de Alejandría.
El acrónimo Tanaj son las tres letras iniciales hebreas de cada una de las tres
partes que lo componen, a saber:
1. La Torá «instrucción»
2. Los Nevi'im o «Profetas»
3. Los Ketuvim o «Escritos»