La Nueva Escuela Mexicana
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La Nueva Escuela Mexicana
A las y los jóvenes egresados les cuesta mucho incorporarse a un trabajo, algunos por la
baja calidad de su educación, pero a otros porque la economía y la sociedad no abren los
espacios suficientes para la realización de su vida.
Ante este escenario se dedicaron muchos recursos para mejorar las habilidades
socioemocionales con la idea de facultar a la población para el empleo, pero nunca se llamó
la atención de la inminente relación entre educación y desarrollo social (incluyente,
orientado al bienestar y con mejor distribución de la riqueza), ni se puso énfasis en los
alcances que tienen las y los estudiantes cuando realizan sus capacidades en condiciones de
bienestar.
Ante esta realidad, y el fallido intento de aplicar un modelo educativo en el que se asumía
al profesor como culpable de las deficiencias, con contenidos irrelevantes para la
educación, y en la transición después del triunfo electoral, se procedió a una gran consulta
en foros abiertos en los que maestras y maestros, estudiantes, personal directivo, familiares
y especialistas, presentaron las ideas que fueron las bases del Acuerdo por la Educación que
da lugar a la Reforma de la Constitución en los artículos 3º, 31º y 73º.
El Estado está obligado a garantizar este derecho desde el nivel inicial hasta la educación
superior vigilando, especialmente, que las y los estudiantes de los pueblos indígenas,
afrodescendientes, migrantes, mujeres, personas con alguna discapacidad y los sectores
marginados del país, tengan condiciones para ejercer su derecho a la educación en todos sus
niveles, tipos y modalidades.
Estar en la escuela es una condición para ejercer el derecho a la educación; este derecho
sólo es efectivo cuando las niñas, niños, adolescentes y jóvenes:
Cuentan con una formación integral para desarrollar todas sus potencialidades de
forma activa, transformadora y autónoma; ello supone que los planes y programas
de estudio, las maestras y los maestros y las autoridades educativas, organizan las
actividades escolares desde una visión humanística, científica, artística, lúdica y
crítica, de acuerdo a cada nivel, tipo y modalidad educativa.
Se forman en una escuela que promueve una cultura de paz que favorece el diálogo
constructivo, la solidaridad, la honestidad y la búsqueda de acuerdos con la
comunidad escolar para la solución no violenta de conflictos, y que coloca, en
primer lugar, a la convivencia en un marco de respeto a las diferencias.
Para la Nueva Escuela Mexicana la labor docente del día a día se fundamenta en los
siguientes principios orientadores:
● El derecho de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes a la educación significa que son
sujetos activos en el desarrollo de sus potencialidades.
● Coherencia entre los valores y las propuestas, los objetivos y las estrategias, el discurso y
la práctica, el contenido y la forma, en que se ejerce la función docente y directiva.
En definitiva, lo que se pretende con esta Reforma Educativa es que la educación se base
en el compromiso de todos.