Tema: La Población Española

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TEMA 6: LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

La Geografía de la Población debe orientarse a describir y comprender la sociedad


a través del estudio de las relaciones entre población y espacio que habita.

Para ello es fundamental la demografía, que hace un estudio cuantitativo de la


población y de sus cambios, clasificando a los habitantes de un área geográfica
según sus características (edad, sexo, actividad laboral, nivel de instrucción, etc.).
Es importante conocer además las diferentes fuentes demográficas directas más
utilizadas en la actualidad:
● padrón municipal de habitantes: es el registro administrativo de los habitantes
de un municipio. Corresponde a los ayuntamientos su elaboración y
mantenimiento y es la única fuente a partir de la cual el gobierno central, a
través del INE (que coordina la información de todos los padrones de
España), obtiene cifras oficiales de población.
● censo de población: es el registro de datos demográficos, económicos,
sociales y culturales de un país en un momento dado. El censo se realiza en
España cada 10 años, en los años acabados en 1.
● registro civil: anota los nacimientos, matrimonios y fallecimientos. Con estos
datos el INE elabora las estadísticas de movimiento natural de la población.

Otras fuentes utilizadas son:


● directas: los registros parroquiales. Eran utilizados antiguamente.
● indirectas: las estadísticas y los textos encuestas.
● estimaciones directas: el gasto eléctrico y los residuos sólidos urbanos.

En la actualidad la población española está en torno a los 47.615.034 millones de


habitantes (fuente del INE a 1 de julio de 2022).

1. EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

Diferenciamos tres etapas en la evolución de la población española, que dan lugar a


los llamados regímenes demográficos con características muy diferenciadas.

● Régimen demográfico antiguo (Hasta la llegada del siglo XX)


Con un crecimiento real de población muy bajo, fruto de unas tasas de natalidad y
mortalidad muy altas.
La natalidad hasta la llegada del siglo XX se caracterizó por ser muy alta por varios
motivos: la economía era básicamente agraria, por lo que el hijo era entendido como
mano de obra necesaria para colaborar en las distintas tareas. Además la falta de
métodos de control de natalidad hacía que las tasas de natalidad fueran muy
elevadas. No obstante, en estos períodos eran también habituales años de bajada
significativa de la natalidad, debido a epidemias, guerras... Por su parte la
mortalidad era también muy alta. La esperanza de vida a principios de siglo no
supera los 40 años. Las malas condiciones de vida debido a la mala alimentación,
las malas condiciones higiénico sanitarias, unido a determinadas fechas con
epidemias o conflictos bélicos hacían que las tasas de mortalidad fueran muy
elevadas. También destacaba en este sentido la alta tasa de mortalidad infantil, ya
que es la población más indefensa frente a los problemas que afectaban a la
población en general.

● Régimen de transición demográfica (1900-1975)


En este período de produce el crecimiento de la población más intenso de la historia
demográfica española.
La natalidad tiene una tendencia de suave descenso. A pesar de ello son un
conjunto de años donde se alternan bruscos descensos (epidemias, guerra civil...)
con fuertes ascensos (recuperación económica de los “felices años 20”, “baby
boom” de la época franquista coincidiendo con la mejora económica y la apertura
del régimen al exterior). La mortalidad experimenta un brusco descenso, y es ahí
donde está la clave del intenso crecimiento demográfico de esta fase. Las causas
de esta caída se debe al desarrollo que experimenta el país, que propicia una
mejora en las condiciones de alimentación, higiene, desarrollo sanitario todo
especialmente a partir de los años 50. Esto conllevó un continuo aumento de la
esperanza de vida y un descenso de la mortalidad infantil. Aunque en esta fase
también se producen algunas situaciones de alta mortalidad, como la epidemia de
gripe de 1918 o la guerra civil española.

● Régimen demográfico moderno (1975-...)


Se caracteriza por bajas tasas de natalidad y mortalidad y por un escaso
crecimiento natural.
a) La natalidad descendió a partir de 1975 hasta situarse en cifras muy bajas, que
continúan en la actualidad . Así, en 1981, el índice sintético de fecundidad alcanzó
la cifra de 2,1 hijos por mujer (es decir, el límite que permite el reemplazo
generacional). Y continuó descendiendo hasta alcanzar el valor actual: 1,2 hijos por
mujer (uno de los más bajos del mundo). Las causas de este descenso han sido los
cambios económicos y socio-culturales de estos años:
1. La situación económica: ha retrasado la edad del matrimonio y la edad de la
maternidad. La precariedad laboral, el alto precio de la vivienda, dificultan la
emancipación de los jóvenes y prolongan su permanencia en el hogar
familiar.
2. La sociedad española ha experimentado cambios de mentalidad y valores
desde el final del franquismo. Ha disminuido la influencia religiosa, se han
despenalizado y difundido los anticonceptivos, se ha legalizado en aborto...
Las mujeres se han incorporado de forma creciente al trabajo fuera del hogar
y resulta
difícil conciliar la vida familiar y laboral, entre otras cosas por el mantenimiento de
comportamientos sexistas que hacen que las tareas domésticas y el cuidado de los
hijos siga recayendo mayoritariamente sobre las mujeres. Además, los gastos que
ocasionan los hijos y la dedicación que requieren compiten con el deseo de los
padres de disponer de más ingresos para el consumo y de más tiempo libre.
b) La mortalidad se mantiene en cifras bajas, aunque la cifra asciende en los últimos
años, debido al envejecimiento de la población. La mortalidad infantil es hoy en día
muy baja, y la esperanza de vida ha aumentado también gracias a los progresos de
la medicina y el bienestar social, aunque presenta diferencias entre los sexos.
c) El crecimiento natural en el régimen demográfico actual: Es un crecimiento muy
bajo. Descendió hasta 1998 debido a las bajas tasas de natalidad y de mortalidad.
Desde entonces, creció levemente durante algunos años debido a la ligera
recuperación de la natalidad. Pero a partir de 2008, como consecuencia de la crisis
económica y la bajada de la natalidad, se ha experimentado un continuo descenso.

Las tendencias actuales son un aumento de la mortalidad por envejecimiento, y un


descenso de la natalidad por pérdida de migrantes, envejecimiento y crisis
económica.

En cuanto a la distribución espacial de la población el indicador más usado es la


densidad de población. España cuenta actualmente con una población de
47.615.034 habitantes, y una superficie de 505.970 km2. La densidad demográfica
española es de 94 habitantes/km2. En este sentido la población española presenta
estas características:
● Aumento generalizado de la densidad de población, aunque en los últimos
años ha experimentado un sensible descenso.
● Contraste entre un litoral, fuertemente poblado y un interior semivacío.
● Concentración en áreas urbanas frente al despoblamiento de las zonas
rurales.

La distribución de la población en España es muy irregular: hay una oposición entre


un interior semivacío y un litoral denso y muy poblado, con excepciones como
Madrid, Zaragoza o Sevilla. El interior tiene menor crecimiento natural (en ocasiones
negativo) y una estructura de población envejecida, frente a un litoral de población
más joven.

Así las comunidades que actualmente presentan una mayor densidad de población
son: Andalucía, Levante, Canarias, Cataluña, Madrid, Baleares, Ceuta y Melilla,
frente a comunidades de interior y áreas de montaña, como Castilla La Mancha,
Castilla León o Extremadura que presentan niveles inferiores a la media nacional.

Sin embargo, no siempre ha sido así. En etapas preindustriales la población


española se concentraba básicamente en el interior peninsular, acogiendo la Corona
de Castilla las tres cuartas partes de la población. Además, al ser una economía
básicamente agraria, la población también se concentraba en las costas de relieve
suave como era la mediterránea. Es a partir de la Revolución Industrial en el siglo
XIX cuando la periferia y Madrid van ganando habitantes frente a un despoblamiento
del interior.
Las causas que explican la actual densidad demográfica son variadas:
1. Factores geográficos. Especialmente el clima y la altitud. Un clima extremo
no facilita la habitabilidad ni el desarrollo de actividades económicas. Por ello,
la población tiende a concentrarse en las zonas costeras, con temperaturas
suaves, mientras que las zonas de interior, con climas continentalizados y
temperaturas extremas y precipitaciones escasas, normalmente están menos
pobladas. Las zonas montañosas suponen por otro lado un obstáculo para
las comunicaciones y el desarrollo agrícola. Por eso las personas han
preferido tradicionalmente vivir en las zonas llanas y en las costas.
2. Factores socioeconómicos. La emigración ha actuado como motor impulsor
de la redistribución de la población. Las actividades económicas más
productivas (industria, turismo, servicios...) se concentran en unas pocas
áreas, tales como las grandes ciudades y zonas del litoral como Cataluña y
Valencia. Estas áreas han actuado como focos de atracción de población
procedente del medio rural y de las zonas de interior, acrecentando los
contrastes en la distribución demográfica. Al ser la población emigrante
fundamentalmente joven, aumentaron también los contrastes entre una
población envejecida en el interior, con un menor crecimiento natural y la
población joven del litoral.

En lo que a población rural y urbana se refiere diremos que últimamente han perdido
importancia los municipios de menos de 10.000 habitantes frente a la significación
adquirida por ciudades grandes y medias. El poder de atracción de la ciudad se
basa en el mayor dinamismo económico, la mayor oferta de empleo y los mejores
servicios y comunicaciones. Las áreas urbanas crecen más rápidamente que las
rurales. Sin embargo, los territorios más dinámicos son las periferias urbanas y
no el centro de las ciudades que aumentan de forma lenta o incluso pierden
población. Todo ello debido al “éxodo rural” por el que la población del campo se
desplazó y concentró en torno a los focos de la industria y los servicios de las
ciudades. Además del éxodo rural, en el desarrollo de la población urbana ha tenido
un importante papel inmigración exterior, es decir, la llegada de inmigrantes
procedentes de otros países, que se concentraban fundamentalmente en las
ciudades, actuando éstas como foco de atracción, sobre todo en los años de buen
estado de la economía.

2. LA DINÁMICA NATURAL
El movimiento natural de la población es la diferencia entre la natalidad y la
mortalidad de un lugar, es decir, el crecimiento o decrecimiento de la población de
un lugar por causas naturales.
La natalidad es el número de nacidos de un lugar en un año. Actualmente esta se
encuentra en 7,12 nacidos por cada 1.000 habitantes. No es lo mismo natalidad que
fecundidad, ya que la fecundidad es el número de niños nacidos según el número
de mujeres en edad fértil. La tasa de fecundidad es de 1,19 por mujer.

La mortalidad es el número de fallecidos de un lugar en un año. Actualmente esta se


encuentra en 9,49 fallecidos por 1.000 habitantes. La tasa de mortalidad infantil es
de 2,54 fallecidos menores de un año por cada 1.000 nacidos vivos.

Llamamos crecimiento natural o vegetativo a la diferencia entre la natalidad y la


mortalidad de un lugar en un año. C.N.= N-M (en números absolutos).

La evolución de la natalidad, mortalidad y crecimiento natural en el último siglo y


medio ha sufrido importantes cambios:
● La natalidad:
Hasta fechas recientes, España ha sido un país con alta natalidad, con algunas
excepciones debido a la Guerra Civil, emigración, crisis económicas... Sin embargo,
en un período de tiempo muy corto, la natalidad y la fecundidad españolas se han
situado entre las más bajas del mundo.
Las causas son variadas: junto a causas de tipo económico (coste de la crianza y
educación de los hijos, aumento del nivel de vida), existen también razones como la
secularización de la sociedad española, la difusión de los métodos anticonceptivos,
la emancipación de la mujer y su incorporación al mercado laboral...
La natalidad y la fecundidad se han reducido en todas las comunidades autónomas,
aunque sigue habiendo diferencias regionales: las regiones meridionales e insulares
son las que poseen las mayores tasas de natalidad, seguidas por las regiones
económicamente más desarrolladas (las tasas de natalidad más elevadas las tienen
Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia y
Navarra). En cambio las comunidades del centro y del norte peninsular presentan
las tasas más bajas: Asturias, Castilla-León y Galicia.
● La mortalidad:
Hasta finales del siglo XIX la población española se caracterizaba por las altas tasas
de mortalidad y la baja esperanza de vida. En la actualidad, la tasa de mortalidad
comparada con antes es baja, aunque ha sufrido un aumento en los últimos años.
La mortalidad infantil ha seguido una trayectoria muy similar en cuanto a descenso,
descendiendo cada año más. Los factores que explican el descenso general de la
mortalidad son: los avances médicos y en la higiene, una mejor alimentación, mayor
calidad de vida y una combinación de factores de tipo social, demográfico,
económico y cultural que han repercutido positivamente en una mejora de la salud
de la población.
● La esperanza de vida:
Al nacer por lo tanto también evolucionó. A principios de ese siglo se encontraba en
torno a los 35 años y en la actualidad es de media unos 82 años, siendo para los
hombres de 80, y 86 para las mujeres.
En cuanto a las causas de la mortalidad, en el pasado dominaba la mortalidad
catastrófica, que se debía a crisis de subsistencia, hambrunas, epidemias, guerras,
etc., y que mantenían estancada a la población, pese a las elevadas tasas de
natalidad. En cambio, en la actualidad, las causas de muerte se relacionan con las
enfermedades cardiovasculares, el cáncer, enfermedades degenerativas en edades
avanzadas (Alzheimer).... La mortalidad es mayor entre los hombres que entre las
mujeres. También la distribución de la mortalidad por comunidades autónomas es
desigual. En la actualidad, las comunidades con una tasa de mortalidad más alta
son: Asturias, Aragón, Castilla León y Galicia; en cambio, las tasas más bajas
corresponden a Canarias, Madrid, Región de Murcia, Andalucía y Cataluña.
● El crecimiento natural:
El crecimiento natural ha tenido una tendencia positiva desde finales del siglo XIX,
debido al continuo descenso de la mortalidad y a la más lenta reducción de la
natalidad. No obstante, se pueden establecer diferentes etapas:
1. 1900-1950: Las tasas de crecimiento altas, como consecuencia del descenso
de la mortalidad y del mantenimiento de unas tasas de natalidad altas, pero
habrá dos puntos de inflexión: la epidemia de gripe de 1918 y la mortalidad
provocada por la Guerra Civil.
2. 1950-1975: Es el periodo de mayor crecimiento natural, el “baby boom” o
explosión demográfica, fruto de una mortalidad que ha llegado a sus valores
más bajos y de una natalidad que se mantiene bastante elevada.
3. A partir de 1975: El crecimiento natural descendió bruscamente, por la caída
de la natalidad y el incremento de la mortalidad.

También hay diferencias regionales con una oposición entre comunidades positivas
(Canarias, Madrid, Murcia y Andalucía) y otras con incrementos débiles o negativos.
Actualmente (2023) el crecimiento natural es negativo, por ser la tasa de mortalidad
superior a la de natalidad.

3. LOS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS

También la población española experimenta movimientos migratorios. Se llama


migración o movimiento migratorio al desplazamiento de la población que lleva
consigo un cambio de domicilio o residencia en otro lugar. Son movimientos de la
población en el espacio. Todo movimiento migratorio realiza dos actos:
● Emigración: es la salida de la población de su lugar de origen.
● Inmigración: es la llegada de la población a un lugar de destino.
Podemos calcular el saldo migratorio de un determinado lugar, que es el balance o
diferencia entre la inmigración y la emigración en un año. Puede ser positivo o
negativo. Así conoceremos el crecimiento real que ha experimentado el país.

Crecimiento real es la diferencia entre el crecimiento natural y el saldo migratorio de


un lugar en un año: CR= CN (N-M) – SM (I-E).

A mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX el crecimiento real es escaso, debido
al crecimiento natural que es bajo e irregular.
Entre 1900 y 1975, el crecimiento real aumenta por el aumento del crecimiento
natural, propio de la 1ª fase de transición demográfica. La natalidad es alta, mientras
que las causas de mortalidad comienzan a controlarse.
Entre 1975 y 2008 el crecimiento real es moderado, como consecuencia del
descenso progresivo del crecimiento natural por control de la natalidad. Sin
embargo, el aumento del saldo migratorio hace que aumente el crecimiento real.
Y a partir de 2008 hasta hoy en día, el crecimiento natural tiene tendencia
descendente y el saldo migratorio pasa a ser negativo, por lo que el crecimiento real
es negativo.

Los movimientos migratorios pueden ser de varios tipos:


● Según la duración temporal: pueden ser temporales o definitivos.
● Según el espacio que recorre: interiores (dentro de un país) y exteriores
(cuando atraviesan fronteras)

Las razones que mueven a las personas a desplazarse pueden ser muy diversas:
económicas (la búsqueda de un empleo en otro lugar, que permita mejorar la
situación económica y las condiciones de calidad de vida y bienestar social),
políticas (guerras, exilios, destierros), catástrofes naturales (terremotos,
inundaciones, etc.).

La historia de los movimientos migratorios en España se puede analizar en tres


apartados:

A.- MIGRACIONES INTERIORES: son las que se realizan dentro de las fronteras
de un país.

Las migraciones son las tradicionales, que tienen lugar hasta 1975, y las actuales,
que tienen lugar a partir de 1975.

1. Tradicionales:

El motivo de estas migraciones era laboral. Por ello eran unidireccionales, tenían
lugar de las zonas rurales (áreas migratorias) a zonas urbano-industriales (áreas
inmigratorias). El perfil de los emigrantes eran jóvenes de escasa cualificación.
Hay dos tipos de migraciones tradicionales:
● Migraciones estacionales y temporales: campesinos que emigran a otras
áreas rurales para tareas agrarias estacionales (vendimia, aceituna, fresas,
etc.), ganaderos trashumantes, o los que van hacia áreas urbanas en
estaciones de poco trabajo en el campo(construcción,turismo, etc.).
● Éxodo rural: son migraciones masivas desde áreas rurales a urbanas con
carácter definitivo o de larga duración. Se trata de campesinos
fundamentalmente de Galicia, Andalucía, Extremadura, o de otras zonas del
interior de España, que se van a zonas industriales (Madrid, Cataluña, País
Vasco) o a zonas turísticas (Levante, Baleares, Costa del Sol). El éxodo rural
ha tenido cuatro etapas en la historia de España:
1. 1900-1936: hubo un exceso de mano de obra en el campo por la
mecanización agraria y marcharon a la ciudad a trabajar en las
industrias y en las obras públicas de la II República.
2. 1936-50: el éxodo rural se estancó por la Guerra Civil y la Posguerra
(hambre, industrias destrozadas...)
3. 1950-75: etapa de gran intensidad del éxodo rural en España por el
crecimiento demográfico y la crisis agrícola por la mecanización del
campo. Los emigrantes van a las ciudades por el auge industrial de los
Planes de Desarrollo de Franco y por el boom turístico.
4. 1975-hoy: el éxodo rural ha decaído por la crisis industrial. Se han
producido muchos retornos a los pueblos de origen. Sólo el turismo y
la agricultura de exportación (invernaderos) atraen emigrantes al litoral
mediterráneo, Baleares y Canarias.
Estas migraciones provocaron desequilibrios territoriales, un alto índice de
masculinidad en ciertas áreas, un descenso de la producción y rendimiento en áreas
rurales, congestión de las áreas urbanas, aculturación y problemas de adaptación, y
abandono de las áreas rurales menos aptas y pérdida de los ecosistemas.

2. Actuales:

Los motivos de estas migraciones son laborales, residenciales o de retorno. Son


pluridireccionales, ya existe gran cantidad de áreas inmigratorias, se emigra de
áreas rurales a áreas urbanas, industriales o turísticas. El perfil de los emigrantes es
de todas las edades y diversos grados de cualificación.
Hay cuatro tipos de migraciones actuales:
● Migraciones laborales: tienen lugar a focos económicamente dinámicos y/o
ciudades cercanas con funciones pertenecientes al sector terciario o
servicios. Estas migraciones acrecientan el desequilibrio territorial.
● Movimientos habituales de la población o pendulares: se realizan de forma
periódica por el trabajo entre la periferia y el centro de las grandes ciudades o
por el ocio (movimientos de fin de semana, vacaciones y turismo). Estos
movimientos provocan graves problemas de tráfico y congestión en los
accesos a las horas punta.
● Migraciones residenciales: tienen lugar a municipios cercanos a los centros
productivos. Suelen estar protagonizadas por jóvenes y clases medias. Los
principales motivos son el precio de la vivienda y la calidad de vida.
Ocasionan un envejecimiento de las áreas emisoras y rejuvenecimiento de
las áreas receptoras con necesidades de dotaciones específicas.
● Migraciones de retorno: la población vuelve o emigra a ámbitos rurales que
actúan como “refugio” en época de crisis. Estas migraciones producen un
rejuvenecimiento de las áreas rurales y en algunos casos la recuperación de
actividades económicas tradicionales y la dinamización del medio rural.

B.- EMIGRACIÓN EXTERIOR: Hasta 1975 España ha sido tradicionalmente un país


de emigrantes.

Tipos de emigraciones exteriores:


● Emigración transoceánica o a ultramar: Se desarrolló fundamentalmente a lo
largo del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, y se dirigió principalmente a
América Latina (Argentina, Cuba, Brasil, México, Uruguay, etc.). España
redujo los obstáculos de la emigración. La procedencia principalmente era
atlántica (gallegos, asturianos y canarios), y el perfil de la población era
jóvenes, solteros y de escasa cualificación. Durante la II Guerra Mundial se
paraliza debido a la inseguridad generada por la guerra, el establecimiento de
cuotas anuales de inmigración y un bloqueo que impide la salida de la
población. De 1945 hasta 1960, se reanuda debido a la apertura, el fin del
aislamiento y el cambio de actitud de Estados Unidos. A partir de 1960, la
tendencia en el destino de los emigrantes cambió, dirigiéndose a zonas
españolas y europeas en desarrollo. Las migraciones transoceánicas dejaron
de ser significativas. Aun así, a partir de 2008 se produjeron migraciones de
retorno debido a la crisis económica.
● Emigración a Europa: Hasta 1950 procedían del campo levantino, Aragón,
Navarra y Castilla- León e iban sobre todo a Francia, eran agricultores
estacionales (vendimia), obreros de la construcción, mujeres del servicio
doméstico y refugiados políticos.
● Desde 1950- 1975: es la época de auge de la migración europea. Se produce
un gran desarrollo de la industria, que se encontraba en recuperación tras la
2ª Guerra Mundial. A su vez, se produce un gran crecimiento demográfico en
España. Salían jóvenes adultos varones poco cualificados de todas las
regiones españolas, sobre todo de Andalucía y Galicia e iban a Suiza,
Francia y Alemania, dedicándose a trabajos duros, peligrosos y mal pagados
(construcción, industria, agricultura). A partir de 1975 decayó por la crisis
energética europea, que hizo que regresaran a España muchos emigrantes.
● Nuevos destinos: desde 1975 españoles con alta cualificación profesional
salen a trabajar fuera de España a realizar trabajos bien remunerados
(científicos a EEUU, técnicos e ingenieros a países árabes como Argelia,
Arabia Saudí, Libia, Irak, etc.). Actualmente con la crisis muchos
desempleados, algunos con elevada cualificación académica están de nuevo
emigrando a Alemania, Sudamérica, etc., lo que se conoce como fuga de
cerebros.

C.-INMIGRACIÓN EXTRANJERA

Tienen su apogeo entre los años 80 y la primera década del siglo XXI. Las
principales causas son la necesidad de mano de obra a partir del desarrollo
económico en los años 90, y la falta de trabajo o estabilidad política en los lugares
de origen.

Actualmente en España hay más de un millón de inmigrantes. Su procedencia es


variada: de Europa occidental (Portugal, Francia, Gran Bretaña, Alemania), de
Europa del Este (Rusia, Rumanía, Polonia), de América Latina (Argentina, Ecuador,
Bolivia, Colombia), de África (Marruecos, Subsaharianos: Senegal, Guinea,
Nigeria...), de Asia (China, Filipinas...). Su destino es fundamentalmente Cataluña,
Madrid, Andalucía, Valencia y Canarias.

Podemos distinguir tres grupos de inmigrantes en nuestro país:


● Españoles de pleno derecho: inmigrantes extranjeros que alcanzan la
nacionalidad tras varios años de permanencia trabajando de forma legal en
nuestro país.
● Inmigrantes legales: los que obtienen un permiso de residencia y de trabajo
en nuestro país, mantienen su nacionalidad de origen y aún no han
conseguido la española.
● Inmigrantes ilegales: trabajan en España sin contrato fijo, cobrando bajos
salarios y siendo explotados laboralmente por sus patronos. Sin un contrato
no pueden solicitar el permiso de residencia, y si la policía los encuentra los
detiene y puede devolverlos a su país de origen.

Contrariamente a la extendida simpleza argumental que considera un problema la


inmigración, lo cierto es que este movimiento poblacional favorece en varios
aspectos al país receptor. De manera inmediata, renueva su situación demográfica
con un contingente de población mayoritariamente joven y fértil que, en el caso de
España, ha resultado crucial para lograr un crecimiento real entre 1995 y 2007.
Además, la inmigración aporta beneficios económicos, ya que contribuye al país con
una población activa que desempeña las tareas menos valoradas por la población
autóctona, habitualmente a cambio de salarios bajos. Su trabajo, además de
colaborar con el crecimiento del PIB, genera ingresos al Estado en forma de
impuestos, cruciales para el sostenimiento de las pensiones en un país envejecido.
En cuanto a las consecuencias negativas de la inmigración, cabe señalar que en un
sistema capitalista como el nuestro, los inmigrantes ejercen presión a la baja sobre
los salarios. Aunque, sin duda, la peor parte del proceso de inmigración se la llevan
los propios inmigrantes, que suelen soportar situaciones laborales abusivas,
condiciones de vida precarias y actitudes de rechazo y xenofobia, al mismo tiempo
que tienen que esforzarse por adaptarse lo antes posible a una lengua, unos hábitos
y, en suma, una cultura distintas a las suyas.
En los últimos años España está presentando un saldo migratorio claramente
negativo, fundamentalmente motivado por la fuerte salida de inmigrantes hacia sus
países de origen y de ciudadanos españoles al extranjero, como consecuencias de
la crisis económica.
Este saldo migratorio negativo se traduce en un crecimiento real de la población
también negativo, ya que el crecimiento natural es muy bajo y no es suficiente para
mantener un aumento en el número de habitantes de la población española.

4. ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN

1.- Estructura biológica: composición por sexo y edad.

Sex Ratio o Índice de masculinidad es la diferencia entre el número de hombres y


mujeres que hay en un lugar en un año. La tasa de Masculinidad se calcula
multiplicando el número de varones por 100, y dividiéndolo entre el número de
mujeres. La tasa de Feminidad se calcula igual pero invirtiendo los datos.

Hoy en día nacen más hombres que mujeres.

En cuanto a la edad hay tres grupos: jóvenes (0-14 años), adultos (15-64 años),
ancianos (+65). En España actualmente hay más de un 35% de población joven y
más de un 12% de población envejecida. Las regiones con población más joven son
Andalucía, Murcia y Canarias; las más envejecidas son Aragón, Castilla-León y La
Rioja.

La composición de la estructura por sexo y edad se observa en la pirámide de


edades, que es un gráfico de la edad y el sexo de la población de un lugar a lo largo
de muchos años. La de 1900 traduce alta natalidad y baja esperanza de vida. En la
pirámide de 2001 se aprecia una disminución de los jóvenes por reducción de la
fecundidad y un engrosamiento de adultos entre 25 a 34 años por inmigración de
población extranjera.
La población española está envejecida, debido al descenso de la natalidad, la
disminución de la mortalidad y aumento de la esperanza de vida. El fenómeno
presenta unas consecuencias sociales y económicas: la financiación de las
pensiones, la necesidad de mayores prestaciones sanitarias (medicinas, visitas
médicas, estancias hospitalarias), problemas de falta de recursos económicos para
los dependientes, insuficientes residencias para la tercera edad o asilos, y
necesidad de centros de día para la realización por parte de los mayores de
actividades de ocio y otras actividades.
2.- Estructura socioeconómica:

La población activa ha ido aumentando desde 1900, siendo especialmente


importante desde 1981 por la importancia de la población adulta y por la
incorporación de la mujer al mundo laboral. Tasa de actividad: Población activa/
población total de un país x 100 = %

Población activa: es el conjunto de personas que realizan un trabajo remunerado, es


decir, que proporcionan mano de obra para la producción de bienes y servicios y le
pagan por ello (población ocupada, +16 años) y las que buscan empleo por primera
vez o porque están en paro (población parada o desocupada).
Activos= ocupados+desempleados.

Población inactiva: es aquella que no trabaja ni lo busca o que realiza trabajos no


remunerados. (Niños, estudiantes, jubilados, amas de casa, enfermos...).

La tasa de actividad en España varía en función del sexo, la edad y el territorio:


● En función del sexo, la tasa de actividad masculina está descendiendo hoy
mientras que la femenina está aumentando debido a un cambio de
mentalidad de la sociedad española, el control de natalidad y el aumento de
empleos en el sector servicios, aún así el porcentaje de mujeres que trabajan
sigue siendo muy inferior al de hombres.
● En función de la edad, las mujeres que más trabajan tienen entre 20 y 24
años, después muchas lo abandonan para formar una familia; en cambio los
hombres que más trabajan están entre los 25 y los 54 años.
● Por territorios, la tasa de actividad es más alta en zonas de acogida de
inmigrantes (Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco).

En cuanto a la estructura económica por sectores económicos (sector primario,


secundario y terciario), el desarrollo económico a lo largo del siglo XX y como
consecuencia del éxodo rural, hacen que la población activa dedicada al sector
primario disminuya de forma notable, mientras que el sector servicios denota un
aumento considerable, característico de un país desarrollado.
A principios del siglo XX, un 70% de la población activa española trabajaba en el
sector primario, sobre todo en agricultura. Este sector ha sufrido una espectacular
reducción hasta alcanzar los valores actuales, en que apenas un 5% trabaja en este
sector, aunque el porcentaje es superior al de los países más desarrollados de la
UE.
El sector secundario aumenta continuamente hasta 1970, descendiendo luego hasta
situarse en torno al 25%.
Actualmente el sector terciario es el que más crece. Con más del 70% es un sector
en plena expansión, que emplea a más de 9 millones de personas.

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