0% encontró este documento útil (0 votos)
24 vistas56 páginas

Saubidet, Mariana

Este documento describe factores relacionados con la aparición, diagnóstico y tratamiento de la distocia en reptiles. La distocia es la dificultad en la oviposición o parto, y puede ser causada por problemas en el manejo o medio ambiente. Los signos clínicos son inespecíficos como anoraxia y distensión abdominal. El diagnóstico se basa en la historia clínica, exámen físico y pruebas de imagen como radiografía y ultrasonido. El tratamiento incluye hormonas como oxitocina

Cargado por

c ldts
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
24 vistas56 páginas

Saubidet, Mariana

Este documento describe factores relacionados con la aparición, diagnóstico y tratamiento de la distocia en reptiles. La distocia es la dificultad en la oviposición o parto, y puede ser causada por problemas en el manejo o medio ambiente. Los signos clínicos son inespecíficos como anoraxia y distensión abdominal. El diagnóstico se basa en la historia clínica, exámen físico y pruebas de imagen como radiografía y ultrasonido. El tratamiento incluye hormonas como oxitocina

Cargado por

c ldts
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 56

Facultad de Ciencias Veterinarias

-UNCPBA-

Distocia secundaria a hipocalcemia en un Gecko


Crestado (Rhacodactylus ciliatus) en cautiverio

Saubidet, Mariana; Ponter, Andrew; Teruel, Miriam

Diciembre, 2016

Tandil
Distocia secundaria a hipocalcemia en un Gecko Crestado
(Rhacodactylus ciliatus) en cautiverio

Tesina de la Orientación en Sanidad Animal, presentada como parte de los


requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Saubidet, Mariana

Tutor: PhD, Ponter Andrew

Director: Med. Vet. MSc., Teruel Miriam

Evaluador: Dra., Ceriani Carolina


Dedicatorias y agradecimientos

A mi hermano Manuel, gracias por ser el mejor hermano y amigo que existe.
Sos capaz de mucho más de lo que pensás. Gracias por tus consejos y por
hacer más divertidos nuestros momentos juntos.

A mis padres, no me alcanza la vida para agradecerles su apoyo. Gracias por


su esfuerzo, por todo lo que tuvieron que pasar y las horas de trabajo para que
hoy yo pueda tener un buen futuro y hacer lo que siempre quise hacer. Gracias
por ser padres compañeros y presentes, por ser padres que te enseñan cosas
divertidas, por abrirme la mente y por escuchar.

A mis abuelos, sus historias y experiencias de vida me llenan de orgullo y me


ayudan a seguir cumpliendo mis sueños. Gracias a ustedes, sé que conseguir
lo que uno quiere no es fácil, pero que vale la pena el intento. Gracias abuela
por preguntarme con entusiasmo como me iba con este trabajo aunque no
entendieras nada sobre geckos, distocia ni oxitocina. Gracias abuelo por
compartir tus recuerdos conmigo, y darme cuenta que yo no me esfuerzo ni la
décima parte de lo que vos hiciste por tu familia, y que puedo dar más de mí.

A cada uno de mis docentes a lo largo de estos 24 años, desde mi maestra de


jardín hasta mi impresionante directora de tesis. Sin ustedes no sería la
persona que soy ahora, les aseguro que cada uno me enseñó algo valioso.
Gracias por su paciencia, gracias por ayudarnos a todos, por enseñarnos,
trasmitir sus conocimientos y no dejar sus anécdotas guardadas.
Resumen

La distocia es la dificultad en la oviposición o parto, y es un problema común


reportado en reptiles en cautiverio. La misma puede ser pre-ovulatoria, estasis
folicular, o post-ovulatoria, retención de huevos, pudiendo ser causadas por
diversos factores que se relacionan normalmente con problemas en el manejo
y en el medioambiente en cautividad. La hipocalcemia puede favorecer una
retención de huevos secundaria a una disminución de la capacidad del oviducto
a contraerse normalmente. Los signos clínicos de la distocia en reptiles son
inespecíficos, observándose usualmente anoraxia y letargia con distención del
abdomen, no obstante la actitud del animal es el mejor indicador. El diagnóstico
de esta enfermedad está basado en la colección de una historia clínica
completa, los hallazgos del examen clínico, pruebas de laboratorio, radiografía,
ultrasonografía y/o endoscopía. En general, la primera aproximación para tratar
las distocias es simular las contracciones del oviducto utilizando hormonas
pituitarias, sin embargo el animal debe poseer niveles normales de calcio para
que estas hormonas cumplan su función. La cirugía está indicada cuando el
tratamiento médico no ha sido exitoso o si hay evidencia que el pasaje natural
de los huevos o fetos no es posible. El prolapso del oviducto es una secuela
común de la distocia. Un problema frecuente en lagartos es la peritonitis por
yema de huevo la cual, si no se trata, a menudo resulta en la muerte del
animal. La proporción de una exposición a la luz ultravioleta UV-B y de niveles
adecuados de vitamina A y vitamina D3 son los factores más importantes en la
prevención de la distocia y otros problemas reproductivos. Los objetivos de
esta tesina son: describir factores relacionados con la aparición, tratamiento y
prevención de distocia en lagartos y describir un caso clínico de dicha patología
en un Gecko Crestado (Rhacodactylus ciliatus).

Palabras clave: lagarto, Gecko Crestado, distocia, retención de huevos,


hipocalcemia.
Índice

1. Introducción 1
2. Factores relacionados con la aparición de distocia en reptiles 3
2.1. Generalidades 3
2.2. Etiología 4
2.3. Características reproductivas de los lagartos 5
2.3.1. Características y reproducción de los geckos 6
3. Gecko Crestado (Rhacodactylus ciliatus): factores a considerar 8
cuando están en cautiverio
4. Metabolismo del calcio en reptiles 9
4.1. Hipocalcemia en reptiles y medidas para evitarla 12
5. Signos clínicos de la distocia en reptiles 16
6. Diagnóstico de la distocia en reptiles 17
6.1. Pruebas de laboratorio 17
6.2. Diagnóstico por imágenes 19
6.2.1. Radiografía 20
6.2.2. Ultrasonografía 22
6.2.3. Otros métodos 24
7. Tratamiento 24
7.1. Médico 25
7.2. Quirúrgico 28
8. Pronóstico y complicaciones 33
9. Prevención 35
10. Descripción del caso clínico 36
10.1. Datos demográficos 36
10.2. Motivo de consulta 36
10.3, Antecedentes relevantes 37
10.4. Tratamientos previos del problema actual 38
10.5. Evaluación inicial 38
10.6. Estudios complementarios 39
10.7. Diagnóstico diferencial 40
10.8. Hipótesis 40
10.9. Detalles de procedimientos 40
10.10. Objetivos terapéuticos 41
10.11. Plan de tratamiento 42
10.12. Pronóstico 43
10.13. Evaluaciones de seguimiento 43
10.14. Evolución y resultados terapéuticos 45
11. Discusión 46
12. Conclusión 47
13. Referencias bibliográficas 48
1. Introducción

La distocia es la dificultad en la oviposición o parto. La retención de


huevos se define como la incapacidad de poner huevos en relación al historial
de cría (Rivera, 2008). En esta condición, los folículos son ovulados en el
oviducto pero los huevos no pueden ser expulsados (Sykes, 2010). Es un
problema común reportado en reptiles en cautiverio; informado con mayor
frecuencia en serpientes y tortugas que en lagartos (Stahl, 2003; Mader, 2005;
Hall y Lewbart, 2006; Rivera, 2008).
La reproducción de reptiles en cautividad ha aumentado durante las
últimas dos décadas, asociándose a menudo las enfermedades del tracto
reproductivo con morbilidad y mortalidad significativas en el entorno de
cautividad (Rivera, 2008).
Aunque las distocias no son usualmente situaciones de urgencia,
excepto en lagartos, un retardo en el diagnóstico y, por lo tanto, en el
tratamiento incrementa el riesgo de complicaciones que reducen la prognosis
para la reproducción futura y hasta para la sobrevida (Mader, 2005). Diferenciar
una distocia de una preñez normal en lagartos puede ser difícil (Girling, 2003;
Stahl, 2003; Mader, 2005).
La distocia puede ser tanto preovulatoria, cuando la ovulación no ocurre
y los óvulos quedan en los ovarios, como postovulatoria, con óvulos con o sin
formación de cascara retenidos dentro de los oviductos. Las retenciones
preovulatoria y postovulatoria han sido también, referidas como estasis folicular
y retención de huevos, respectivamente (Funk, 2002; Stahl, 2003; Mader,
2005).
Las causas de distocia se relacionan normalmente con problemas en el
manejo y en el medio ambiente en cautividad (Funk, 2002; Girling, 2003;
Rivera, 2008; Nevarez, 2009; Sykes, 2010).
Los signos clínicos más consistentes asociados a enfermedades del
tracto reproductivo en reptiles son inespecíficos, siendo éstos usualmente
anoraxia y letargia asociados a distensión del abdomen (Mader, 2005; Rivera,
2008).

1
El diagnóstico de enfermedades del tracto reproductivo puede resultar
difícil en algunas especies de reptiles, y se basa en la obtención de su historia
clínica, los hallazgos del examen físico, y los resultados de pruebas de
laboratorio, radiografía, ecografía y/o endoscopia (Rivera, 2008). El ultrasonido
o las radiografías se pueden utilizar para confirmar el diagnóstico (Stahl, 2003).
En referencia al tratamiento para esta patología, la oxitocina se puede
utilizar, aunque es menos eficaz en lagartos en comparación con los quelonios.
La vasotocina arginina es la hormona equivalente a la oxitocina en los reptiles y
puede ser más efectiva, pero está disponible en la actualidad sólo como un
fármaco de investigación (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006; Sykes, 2010).
La cirugía está indicada sólo cuando las técnicas no invasivas no han
sido exitosas para solucionar la distocia o si hay evidencia que el pasaje natural
de los huevos o fetos no es posible (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006;
Nevarez, 2009; Sykes, 2010).
Para los casos de distocia que son refractarios al tratamiento médico,
una segunda opción de tratamiento, utilizada en serpientes y tortugas, es
aspirar la yema de los huevos retenidos por ovocentesis percutánea,
reduciendo así su tamaño y facilitando la oviposición natural (Hall y Lewbart,
2006).
Aunque algunas condiciones secundarias a la distocia, tales como la
peritonitis por yema de huevo, llevan a un mal pronóstico, la mayoría de los
trastornos del tracto reproductivo de los reptiles tienen un pronóstico más
favorable si se diagnostica y se trata a tiempo (Rivera, 2008). El pronóstico
para la sobrevida es excelente en la mayoría de los casos, si la hembra
presenta buen estado general. La reproducción futura tiene generalmente una
prognosis de buena a excelente si no hubo complicaciones durante la distocia y
si al menos uno de los oviductos fue dejado intacto (Mader, 2005).

Los objetivos de esta tesina son: 1) realizar una revisión literaria sobre
aspectos relacionados con la distocia secundaria a hipocalcemia en lagartos,
así como las características fisiológicas y reproductivas de utilidad para su
diagnóstico y prevención, y 2) describir un caso clínico en un Gecko Crestado
(Rhacodactylus ciliatus).

2
2. Factores relacionados con la aparición de distocia en
reptiles

2.1. Generalidades

Las dificultades reproductivas graves no son comunes en reptiles, pero


uno de los problemas más comunes en hembras es la incapacidad de producir
huevos viables (Cuadrado et al., 2002). Esta dificultad en la oviposición o
parición secundaria a factores internos o externos, se denomina distocia
(Rivera, 2008). Es un problema médico frecuente en muchas especies de
reptiles, siendo común en quelonios y en especímenes de la familia de los
lagartos como las iguanas verdes (Girling, 2003; Mader, 2005; Nevarez, 2009).
En un seguimiento realizado sobre aproximadamente 1600 reptiles, las
distocias ocurrieron en aproximadamente un 10% de la población de reptiles en
cautividad, con un 42% ocurridas en serpientes, 39% en tortugas, y 18% en
lagartos (Mader, 2005).
En referencia a los casos reportados, la frecuencia resulta mayor en
especies ovíparas que en vivíparas, no obstante debe considerarse que esto
podría deberse a una mayor frecuencia de crianza de ovíparos y no porque
haya realmente una mayor prevalencia (Cuadrado et al., 2002; Funk, 2002;
Mader, 2005; Rivera, 2008). A su vez, en serpientes y lagartos se ha observado
un aumento de la prevalencia de distocia en hembras primerizas, hembras con
una historia previa de retención y hembras que contienen huevos infértiles
(Mader, 2005). La existencia de huevos infértiles o la dificultad para
depositarlos en muchas especies de reptiles, podría deberse a que los mismos
se encuentran en cautiverio (Rivera, 2008).
Los reptiles pueden presentar dos tipos de distocias: una pre-ovulatoria
o estasis folicular y una post-ovulatoria o retención de huevos. Clínicamente, es
importante diferenciarlas ya que el tratamiento de los dos síndromes puede ser
diferente (Stahl, 2003). El estasis folicular es una condición grave comúnmente
diagnosticada en lagartos en cautividad (Girling 2003; Rivera, 2008). Es
caracterizada por una falla de los folículos maduros en ovular o someterse a la
atresia, volviéndose eventualmente necróticos y espesos (Stahl, 2003; Rivera,

3
2008; Sykes, 2010). Los ovarios poseen folículos, los cuales aumentan de
tamaño pero no liberan el óvulo dentro del tracto reproductivo. Esto puede dar
como resultado dos ovarios que contienen entre 30 a 40 folículos, desplazando
todos los otros órganos de la cavidad celómica (Girling 2003). El espacio
ocupado por esta masa de largos folículos a menudo lleva a los signos clínicos
de anorexia y disnea. Los folículos retenidos a menudo se vuelven friables y
pueden romperse, llevando a una peritonitis por yema de huevo (Rivera, 2008).
La distocia post-ovulatoria ocurre cuando la ovulación se produce dentro
del oviducto pero los huevos no han sido depositados o sólo una porción de
ellos fueron liberados (Stahl, 2003). Tanto la retención de huevos como el
estasis folicular son comunes en geckos leopardo, pudiendo también aparecer
en ellos la peritonitis por yema de huevo (Stahl, 2003).

2.2. Etiología

La distocia puede ser causada por diversos factores. Determinar la


causa exacta de la misma permitirá corregir el problema subyacente y disminuir
el riesgo de ocurrencia, sin embargo la etiología de la mayoría de los casos
termina irresuelta.
Se han dividido a las causas de distocia en dos grandes grupos:
obstructivas y no obstructivas. Una distocia obstructiva es el resultado de una
inhabilidad anatómica para pasar uno o más huevos o fetos a través del
oviducto y cloaca. El defecto desencadenante puede ser tanto una anormalidad
fetal como materna. Las anormalidades fetales incluyen un tamaño superior o
malformaciones en los huevos o fetos. Las anormalidades maternas incluyen
malformaciones de pelvis, de oviducto, o masas no reproductivas como
huevos ectópicos, impacción fecal, cuerpo extraño intestinal, abscesos,
granulomas, neoplasias y cálculos vesicales. Adicionalmente, las distocias
obstructivas pueden ser el resultado de una complicación durante la
oviposición, como una mal posición de los huevos o fractura de huevos. Por su
parte, en las distocias no obstructivas, los huevos o fetos parecen tener una
forma y tamaño normal, y la hembra no presenta anormalidades anatómicas,
por lo tanto, pueden ser causadas por un manejo inadecuado del animal

4
(Girling, 2003; Nevarez, 2009). Un inapropiado nido o la falta de sustrato para
el mismo, luz inadecuada, condiciones térmicas incorrectas, malnutrición,
deshidratación, estrés y enfermedades metabólicas como la hipocalcemia
pueden llevar a una distocia (Girling, 2003).
Una pobre condición física de la hembra también puede transformarse
en causal de distocia (Cuadrado et al., 2002). Los reptiles en cautiverio son
extremadamente sedentarios en comparación con sus contrapartes salvajes y,
como resultado, pueden poseer un pobre tono muscular. La oviposición
requiere de un esfuerzo muscular substancial, y si una hembra está en pobre
condición debido a una inactividad, puede no completar esa tarea (Funk, 2002;
Stahl, 2003; Mader, 2005; Rivera, 2008; Sykes, 2010). Un cultivo bacteriano del
huevo retenido o de los fetos usualmente revela uno o más microorganismos,
pero es difícil determinar si es debido a que éstos causan la distocia o si han
invadido a causa de ella.

2.3. Características reproductivas de los lagartos

Los lagartos son aquellos reptiles del suborden Lacertilia, que se


encuentra dentro del orden Squamata. Todos los reptiles del orden Squamata
poseen ovarios y oviductos pares con ovarios localizados en la región celómica
caudodorsal cerca de la línea media (Figura 1). Su patrón reproductivo puede
ser clasificado como ovíparo o vivíparo. La fertilización ocurre en el oviducto
proximal y, en algunas especies, el esperma puede ser almacenado en
vesículas seminales localizadas en la pared vaginal. La pared del oviducto es
delgada y frágil y se vacía dentro del urodeo de la cloaca (Rivera, 2008).
Dentro del orden Squamata, la reproducción en los lagartos es
estimulada por los efectos del medioambiente, como la temperatura, la
humedad y el fotoperiodo. La presencia de sustratos naturales, como la tierra,
puede estimular la reproducción en las hembras. Antes de la foliculogénesis,
las hembras pueden disminuir su consumo de alimento y volverse anoréxicas,
siendo éste, a menudo el primer signo de una hembra reproductivamente activa
(Nevarez, 2009).

5
Las hembras poseen ovarios pares con folículos que crecen hasta un
tamaño considerable durante la temporada reproductiva, pudiendo además,
producir y poner huevos infértiles ante la ausencia de un macho (Nevarez,
2009).

Figura 1: anatomía de un lagarto hembra donde se observa la localización de


los folículos pre-ovulatorios en ambos ovarios (Judah y Nuttall, 2008).

El parto y los métodos reproductivos en estos animales son variados


pudiendo ser ovíparos, ovovivíparos o reproducirse por partenogénesis. Las
especies ovíparas como las iguanas verdes y los dragones barbudos ponen
huevos que requieren una incubación hasta su eclosión, haciéndolo algunas de
ellas en nidos que cavan en el piso. Las especies ovovivíparas como los
escincos de lengua azul (Tiliqua spp.) paren animales vivos mientras que las
especies que se reproducen por partenogénesis, como el huico tigre del
noroeste (Cnemidophorus tigris), no necesitan del apareamiento para tener una
cría. Los camaleones pueden ser ovíparos u ovovivíparos (Nevarez, 2009).

2.3.1. Características y reproducción de los geckos

Los geckos pertenecen a la clase Reptilia, orden Squamata, suborden


Lacertilia y a la familia Gekkonidae. Esta familia posee 116 géneros y 1109
especies (Hutchins et al., 2003). Son lagartos pequeños o de mediano tamaño,
a menudo de colores apagados, con cuerpos gordos y aplanados y cabezas
largas. Poseen una longitud que varía de 1,6 a 25,5 cm (Figura 2). Su hábitat
6
puede ser el desierto, el bosque, la sabana o la pradera y se encuentran por
todo el mundo, en áreas tropicales, subtropicales y algunas zonas cálidas. Los
geckos requieren sitios para la oviposición, un suministro adecuado de
artrópodos, y refugios que los protejan contra las temperaturas extremas y los
predadores.

Figura 2: Gecko Crestado (Rhacodactylus ciliatus) (Kottwitz y Coke, 2007).

Las hembras que habitan en zonas selváticas depositan sus huevos en


sitios protegidos que a menudo proporcionan un microclima altamente húmedo,
como los son las axilas de las hojas, debajo de la corteza o en los nidos cerca
del suelo. Los geckos del desierto depositan sus huevos en madrigueras o
grietas de las rocas, o ponen huevos que se adhieren a las superficies
verticales o sobresalientes de las rocas. Todos tienen camadas de un tamaño
fijo. La mayoría de las especies producen dos huevos, pero algunos grupos de
especies más pequeñas, producen un solo huevo por camada. Las especies
tropicales realizan muchas puestas por año, algunas veces solamente durante
los periodos más húmedos, pero aquellos en climas más fríos a menudo
realizan sólo una puesta al año. Típicamente los geckos abandonan sus
huevos, y el desarrollo toma de uno a seis meses, dependiendo de la
temperatura (Hutchins et al., 2003).

7
3. Gecko Crestado (Rhacodactylus ciliatus): factores a
considerar cuando están en cautiverio

El Gecko Crestado (Rhacodactylus ciliatus) es de Nueva Caledonia,


donde posee un hábitat arbóreo. Su esperanza de vida en cautividad es de 10
a 15 años.
Su recinto en cautiverio debe ser un acuario con un volumen mínimo de
75 litros, con una malla de alambre en la parte superior para la ventilación, con
una orientación vertical para poder acomodar ramas y/o plantas destinadas a
trepar, una temperatura de 25°C a 28°C durante el día, y de 21°C a 25°C
durante la noche. La humedad relativa entre 60% y 80% debe ser mantenida
mediante una nebulización continua (Figura 3) (Kottwitz y Coke, 2007). Muchos
lagartos son removidos de su recinto por sus propietarios, llevando a largos
periodos de exposición a temperaturas sub-óptimas, produciendo una
inmunosupresión e incrementando la susceptibilidad a las enfermedades.
Dentro del vivario, las agresiones entre los individuos pueden significar una
competencia entre ellos por la fuente de luz UV y temperatura, llevando
también a inmunosupresión (Jepson, 2009).

Figura 3: esquema de un recinto para lagartos (Jepson, 2009).

Los Geckos Crestados son omnívoros; su dieta se compone de fruta,


néctar e insectos y deben ser alimentados de 3 a 4 veces por semana. La
8
composición de la dieta debe incluir un 50% de frutas (durazno, mango,
banana, pera pisada o comida para bebes) y un 50% de insectos pequeños
(grillos o gusanos vivos) (Figura 4). Calcio y vitaminas (vitamina D3) deben ser
suplementados semanalmente rociando el polvo en las presas. El agua debe
ser provista en un recipiente poco profundo el cual debe limpiarse regularmente
(Kottwitz y Coke, 2007). Grillos, saltamontes y gusanos son utilizados
comúnmente para alimentar a los lagartos no obstante, dado que los insectos
son de por si bajos en calcio, la alimentación debe ser balanceada con
suplementos comerciales. Estos pueden ser utilizados espolvoreando a los
insectos con un polvo rico en calcio o alimentándolos con un alimento rico en
calcio. Muchos de los suplementos comerciales de calcio también contienen
vitaminas, incluyendo la vitamina D3, como también aminoácidos (Jepson,
2009).

Figura 4: gecko Nephrurus stellatus alimentándose de un insecto (Kottwitz y


Coke, 2007).

4. Metabolismo del calcio en reptiles

El calcio es un mineral que necesita ser consumido en la dieta de los


reptiles, ya que es vital para el desarrollo y mantenimiento del hueso, la
producción de huevos y la actividad celular y muscular, incluyendo el corazón,

9
el tracto gastrointestinal y el cerebro (Klaphake, 2010). La forma activa del
calcio en el cuerpo es la molécula iónica con carga doble (Ca2+) (Girling,
2003).
Los huesos son el principal sitio de almacenamiento del calcio corporal,
con cerca del 99% del calcio total. La reserva extraósea de calcio existe en
algunos reptiles. Los geckos diurnos hembras (Phelsuma spp.) reservan calcio
en sacos endolinfáticos, visibles como inflamaciones blancas en el cuello
(Mans y Braun, 2014).
Los niveles de calcio séricos normales para reptiles, varían entre las
especies y dependen del estado fisiológico, oscilando entre 8 y 11 mg/dl. Si
bien estos valores se refieren al calcio total (iónico y ligado a proteínas) esto
debería interpretarse con precaución en especies ovíparas, en las que hay
importantes elevaciones durante la vitelogénesis. Por ello, en los reptiles se
tiende cada vez más a interpretar los niveles de calcio iónico para diagnosticar
procesos metabólicos o de depósito, como la osteodistrofia o las
mineralizaciones ectópicas, respectivamente (Martínez-Silvestre et al., 2013).
Una proporción calcio-fósforo de 2:1 es requerida en los reptiles en
crecimiento, y de 1,5:1 para adultos. Sin embargo, en altos períodos de puesta
de huevos puede ser necesario una proporción de 10:1 para mantener el ritmo
de depósito de calcio en las cáscaras (Girling, 2003).
La absorción de calcio es regulada por el tipo de calcio, los niveles de
fósforo en la dieta, el estado del tracto gastrointestinal, y los niveles de
colecalciferol (vitamina D3), calcitonina y parathormona (Albert et al., 2001:
Klaphake, 2010). El calcio y el fósforo forman un conglomerado, llamado
hidroxiapatita, principal componente de huesos y dientes. Como en los
mamíferos, el magnesio también puede tener un rol en la regulación del calcio
(Klaphake, 2010).
El siguiente factor a considerar es el colecalciferol y su metabolismo
depende del tipo de reptil. Para la mayoría de las serpientes, cocodrilos y
algunos quelonios, el estilo de vida nocturno y la ingestión de la presa completa
parecen haber llevado a una evolución por la cual el colecalciferol es
recolectado completamente vía oral a través de la dieta. Para muchos lagartos
que son diurnos e insectívoros o herbívoros, y algunos quelonios, los rayos UV-
B (280-315 nm) y UV-A (315-400 nm) son necesarios para activar la reacción
10
del colecalciferol. La provitamina D3 (7-dehidrocolesterol) es convertida en la
piel por los rayos UV-B y UV-A en previtamina D3 la cual es
termoquímicamente isomerizada en colecalciferol en la piel, fenómeno que se
incrementa con altas temperaturas. Sin embargo, si se desarrollan niveles
excesivos de colecalciferol, el mismo proceso puede metabolizarlo y dar
tacisterol inerte o lumisterol, o volver a provitamina D3. No está determinado si
la inversión de este mecanismo funciona o no en reptiles dependientes
completamente de un colecalciferol proveniente de la dieta.
Una vez que el colecalciferol está dentro del cuerpo, sin importar si
proviene de la dieta o de la conversión por los rayos UV-B/UV-A, viaja al
hígado, donde es hidroxilado en calcidiol (25-dihidroxicolecalciferol), luego pasa
a riñón para una hidroxilación final y se convierte en calcitriol (1, 25-
dihidroxicolecalciferol) que es la forma biológicamente activa de la vitamina D3.
El calcitriol aumenta la absorción gastrointestinal de calcio y fósforo, estimula la
liberación de calcio desde los huesos como consecuencia de una mayor
actividad osteoclástica, induce la estimulación del sistema inmune, y crea un
microambiente relativamente inhóspito para células neoplásicas (Klaphake,
2010; Martínez-Silvestre et al., 2013). Además, su presencia es necesaria para
que las células osteolíticas respondan a la parathormona, permitiendo así la
desmineralización ósea.
Cuando disminuye la calcemia se estimula la glándula paratiroides que
produce parathormona, la cual actúa a varios niveles. El papel principal de la
parathormona es el de mantener los niveles de calcio sanguíneos normales,
mediante su acción a nivel óseo donde promueve la movilización de los
depósitos de calcio, a nivel renal donde favorece la excreción de fósforo, la
reabsorción de calcio y acelera la formación de calcitriol, y a nivel de la mucosa
intestinal donde aumenta la absorción de calcio. Por otro lado, ante aumentos
del calcio sérico, en reptiles se estimula la glándula ultimobranquial que secreta
calcitonina, la cual inhibe la resorción ósea, contribuyendo a la deposición de
calcio en los huesos, y además produce un feedback negativo que actúa
directamente en la liberación de la parathormona (Albert et al., 2001; Klaphake,
2010; Martínez-Silvestre et al., 2013).

11
4.1. Hipocalcemia en reptiles y medidas para evitarla

Los trastornos nutricionales de los reptiles en cautiverio son frecuentes a


pesar del incremento en el conocimiento sobre su nutrición y cuidados. Muchos
de los trastornos nutricionales son diagnosticados tardíamente en el proceso de
la enfermedad y a menudo ya presentan complicaciones secundarias (Mans y
Braun, 2014).
La hipocalcemia en reptiles es uno de los problemas más comunes que
se presentan en las clínicas veterinarias, y ocurre en la mayoría de reptiles,
cuando la concentración de calcio plasmático es inferior a 8 mg/dl (Mader,
2005; Martínez-Silvestre et al., 2013).
Las causas que originan hipocalcemia en reptiles incluyen un aporte
insuficiente de calcio y vitamina D en la dieta, desequilibrio de la proporción
calcio-fósforo en la dieta, síndrome de maladigestión-malabsorción, fallo renal,
afecciones hepáticas o pancreáticas, foliculogénesis o gravidez en hembras,
deficiencias de tiamina, deficiencia de vitamina E y selenio, septicemia,
traumas, neoplasias, intoxicaciones por insecticidas o metales pesados y en las
situaciones de alcalosis o hipoparatiroidismo. Asimismo, debido a que una
fracción del calcio sérico se encuentra unida a proteínas plasmáticas, las
situaciones de hipoproteinemia, pueden dar lugar a hipocalcemia (Albert et al.,
2001; Martínez-Silvestre et al., 2013).
Las dietas que pueden llevar a una deficiencia son aquellas
exclusivamente carnívoras, que son deficientes en calcio y contienen un
exceso de fósforo, y dietas con altos niveles de oxalatos, los cuales se unen al
calcio no permitiendo su reabsorción (Girling, 2003; Martínez-Silvestre et al.,
2013). Además una inapropiada exposición a la luz ultravioleta, predispone a
muchos reptiles diurnos a la hipocalcemia. También se ha observado
hipocalcemia en iguanas tras tratamientos continuados con meloxicam
(Martínez-Silvestre et al., 2013).
La deficiencia de calcio en la dieta de forma crónica o un consumo
excesivo de fósforo llevará a un hiperparatiroidismo nutricional secundario. Los
reptiles herbívoros con una dieta natural de arbustos y pasto, en cautividad
están consumiendo dietas que son normalmente muy altas en fósforo y pobres

12
en calcio. La mayoría de los insectos disponibles comercialmente que son
brindados a los reptiles como alimento tienen una proporción invertida de
calcio-fósforo y son deficientes en vitamina D3, predisponiendo a los reptiles
insectívoros al hiperparatiroidismo nutricional secundario (Girling, 2003; Mans y
Braun, 2014). Por lo tanto, para proveer el calcio adecuado y alcanzar una
proporción adecuada de calcio-fósforo de al menos 1:1, los insectos deben ser
espolvoreados con un polvo de calcio inmediatamente antes de ser brindados a
los reptiles. Otra forma de suplementación es alimentar al insecto con un
suplemento de calcio, mezclándolo en su comida, de 24 a 48 horas antes de la
alimentación del reptil (Girling, 2003; Mans y Braun, 2014).
La hipocalcemia puede favorecer una retención de huevos secundaria a
una disminución de la capacidad del oviducto a contraerse normalmente (Stahl,
2003). Los signos clínicos de la deficiencia de calcio varían pudiendo llegar a
ser letargia, apetito reducido, constipación o distocia. Sin embargo, estos
signos clínicos no son específicos, y otras enfermedades o problemas de
manejo deberían ser descartados. Deformaciones óseas o fracturas causadas
por una desmineralización de los huesos son comunes en reptiles con
deficiencia de calcio, siendo las fracturas de las extremidades o costillas las
más vistas en lagartos. Una desmineralización de la mandíbula y del maxilar
podría ocurrir, dando lugar tanto a deformaciones como a una flexibilidad
aumentada. Una vez que las reservas de calcio del cuerpo son agotadas lo
suficiente, como para que los niveles de calcio sanguíneos no puedan ser
mantenidos a niveles adecuados, pueden observarse espasmos musculares,
temblores, parálisis y signos neurológicos. Estos signos clínicos son
consecuencia de una crisis hipocalcémica, la cual es considerada como una
descompensación aguda de un hiperparatiroidismo nutricional secundario
crónico (Mans y Braun, 2014). Por otro lado, se ha visto en iguanas verdes
hembra con distocia, un nivel bajo de calcio ionizado con reservas totales de
calcio en el cuerpo normales, que presentaron hiperexcitabilidad, convulsiones
y muerte (Girling, 2003).
Para mantener la calcemia se produce una movilización de los depósitos
de calcio de los huesos lo que conlleva a una disminución en la densidad ósea,
pudiendo aparecer en determinados casos una osteodistrofia fibrosa. Aun así
los huesos se debilitan, y otro de los hallazgos radiológicos descritos y que
13
suceden de forma tardía en el desarrollo de este proceso incluyen, fracturas
óseas, fallo en la formación de callo óseo, arqueamiento de huesos largos,
cifosis, lordosis y escoliosis (Albert et al., 2001; Girling, 2003).
Una historia completa permitirá identificar un manejo y/o una dieta
inadecuada, mientras que los niveles plasmáticos de calcio tienen poco o
ningún valor para evaluar el calcio corporal total y diagnosticar la hipocalcemia
debido a los complejos mecanismos homeostáticos que controlan sus niveles
sanguíneos. Sin embargo, en el caso de una crisis aguda de hipocalcemia, el
calcio sanguíneo total puede ser diagnóstico, confirmando la sospecha clínica.
El calcio ionizado debe ser medido cuando sea posible en los casos que
presentan temblores musculares, depresión o comportamiento similar a una
convulsión. Evaluar la proporción total de calcio-fósforo en sangre es
importante ya que una proporción igual o menor a 1:1 es preocupante y a
menudo está asociada con un hiperparatiroidismo nutricional secundario o un
hiperparatiroidismo renal secundario. La radiografía permite la evaluación de la
calidad ósea, el grado de desmineralización, fracturas y deformaciones óseas.
Sin embargo, la mineralización ósea debe disminuir entre un 40% y 50% para
que los cambios radiográficos sean detectables (Mans y Braun, 2014).
La terapia médica en los procesos de hipocalcemia tiene como objetivo
inicial mantener las funciones vitales, tratando de estabilizar la funcionalidad de
las membranas neuronales, el equilibrio hidroelectrolítico y asegurando un
aporte energético adecuado. Se puede optar por un aporte directo de calcio, o
también favorecer su absorción en el tracto digestivo mediante el uso de
vitamina D, la instauración de una fluidoterapia adecuada y la administración de
alimentos energéticos. Para la primera opción, el gluconato de calcio debe ser
diluido y administrado de forma subcutánea, intramuscular o intravenosa a una
dosis de 50-100 mg/kg. La forma intravenosa sería de elección si un reptil
presenta una crisis aguda de hipocalcemia con signos clínicos como temblores
musculares, espasmos o parálisis, mientras que las vías subcutánea o
intramuscular serían efectivas en pacientes menos críticos. La repetición de
una administración parenteral debe ser limitada debido al riesgo de
calcificación tisular metastásica pero puede ser necesaria una administración
repetida si los signos clínicos se repiten. Una vez que la condición clínica ha
mejorado y los pacientes están estables, debe iniciarse la suplementación oral
14
con calcio. Inicialmente se suele administrar vitamina D para favorecer la
absorción de calcio, y luego puede ser administrado glubionato cálcico o
carbonato de calcio a una dosis de 10-50 mg/kg cada 24 horas. Es importante
considerar la corrección de las condiciones de manejo y alimentación del reptil
para su recuperación y mantenimiento a largo plazo. Debido a que la síntesis
endógena de vitamina D es termodependiente y la absorción de calcio en el
tracto digestivo también lo es, es preciso mantener al reptil dentro de su rango
de temperatura corporal. Finalmente, la dieta debe estar equilibrada en cuanto
a los minerales calcio y fósforo con una relación entre ambos de 2:1 (Albert et
al., 2001; Mader, 2005).
La administración de vitamina D3 en los casos de hiperparatiroidismo
nutricional secundario es controversial debido al riesgo de intoxicación y
calcificación tisular metastásica. En la mayoría de los casos de
hiperparatiroidismo nutricional secundario, la exposición a la radiación UV-B es
preferible antes de la administración de vitamina D. En casos en que la función
hepática o renal este dañada y la síntesis endógena de vitamina D3 no
funcione correctamente, debe considerarse la administración de vitamina D3
biológicamente activa (calcitriol a una dosis de 100-400 UI/kg de forma
intramuscular, subcutánea u oral cada 7 días por 2-3 dosis).
La identificación de trastornos concurrentes o secundarios, como
deshidratación o infecciones bacterianas o parasitarias secundarias, es
importante para ayudar a la recuperación (Mans y Braun, 2014).
Una exposición a cantidades y longitudes de onda adecuadas de
radiación UV-B es importante particularmente en reptiles herbívoros. Diferentes
materiales usados comúnmente en los recintos de reptiles, como el acrílico,
vidrio y alambre, pueden llevar a una reducción de la radiación UV-B ya que
bloquean estos tipos de rayos. Por lo tanto, es muy importante que no haya ni
vidrio ni acrílico entre el reptil y la fuente de luz UV-B. La exposición a luz solar
directa es preferible antes que la radiación UV-B artificial cada vez que sea
posible (Mader, 2005; Mans y Braun, 2014).

15
5. Signos clínicos de la distocia en reptiles

Las hembras grávidas usualmente muestran cambios comportamentales


que pueden ser confundidos por una enfermedad previa a la puesta de huevos,
por lo que la diferencia entre una preñez normal y una retención de huevos
puede ser difícil de determinar (Mader, 2005).
En una preñez normal, los lagartos se vuelven intranquilos en su recinto,
caminando y trepando, como buscando lugares potenciales para su nido.
Pueden cavar el sustrato de su medioambiente y su consumo de alimento y
agua puede estar reducido o ausente. Generalmente, aumentan de peso y se
puede observar un aumento de su diámetro corporal debido a una distención
pronunciada de la cavidad celómica (Stahl, 2003; Rivera, 2008; Sykes, 2010).
La palpación suave del abdomen usualmente revela la presencia de huevos
(Cuadrado et al., 2002; Mader. 2005).
El periodo de gestación y la fecha del comienzo de la preñez son
raramente conocidos, por lo que es el clínico quien debe decidir cuándo
intervenir. Un criterio de intervención es cuando la hembra ha estado en
anorexia por más tiempo del periodo normal de gestación (Mader, 2005).
Los signos clínicos de distocia varían, no son específicos e incluyen
anorexia, letargia, disnea, depresión, edema de las extremidades, debilidad de
las extremidades posteriores, deshidratación, caquexia, falta de defecación o
diarrea, descarga cloacal, prolapso de cloaca o del tracto reproductivo,
ambulación y postura anormal, y hasta puede ocurrir una muerte repentina
(Girling, 2003; Stahl, 2003; Jepson, 2009; Sykes, 2010). Cualquier historial
previo de puesta de huevos, y luego presencia de una masa persistente
localizada en la zona caudal es muy sugerente (Girling, 2003; Jepson, 2009).
La distocia prolongada puede resultar en signos de hipocalcemia, como
debilidad, parálisis, temblores o convulsiones, debido a que el calcio es
movilizado hacia los huevos (Cuadrado et al., 2002; Sykes, 2010).
El mejor indicador de distocia en lagartos es la actitud del animal. Los
lagartos grávidos sanos, a pesar de no comer o que a veces deambulen
raramente, están alertas y activos, mientras que los lagartos con retención de
huevos se deprimen rápidamente y no responden. Si esos signos son

16
observados en un lagarto grávido, se deben tomar medidas inmediatamente
para corregir la distocia, dado que usualmente lo lleva a la muerte en algunos
días a diferencia de lo que puede ocurrir en las serpientes las que pueden
tolerar una distocia por largos periodos (Girling, 2003; Mader, 2005).
Con el tiempo, el reptil afectado se vuelve anoréxico y letárgico y a
menudo sucumbe a enfermedades secundarias y desnutrición (Girling, 2003).
A pesar de que los folículos pueden ser reabsorbidos en algunos
reptiles, si no se trata, los folículos retenidos pueden romperse, llevando a
peritonitis por yema de huevo, debilitación profunda, y muerte (Sykes, 2010).

6. Diagnóstico de distocia en reptiles

El diagnóstico de las enfermedades del tracto reproductivo de reptiles


puede llegar a ser un desafío, y está basado en la colección de una historia
clínica completa, los hallazgos del examen clínico, pruebas de laboratorio,
radiografía, ultrasonografía y/o endoscopía. El diagnóstico de la distocia es
difícil ya que los lagartos se deterioran rápidamente sin signos clínicos
evidentes, y requiere de una evaluación cercana del cuidado e historia
reproductiva del paciente (Stahl, 2003; Rivera, 2008). Un estudio diagnóstico
exhaustivo es requerido antes de proseguir con opciones de tratamiento
(Rivera, 2008).

6.1. Pruebas de laboratorio

La determinación de los parámetros bioquímicos sanguíneos, se utiliza


con frecuencia para evaluar el estado de salud de los reptiles. Sin embargo,
aunque hay datos en estos animales, existe una carencia de estudios
controlados y diseñados para clarificar el significado de todos los cambios
encontrados. La interpretación de los parámetros de bioquímica sanguínea en
los reptiles es, en bastantes aspectos, parecida a la de los mamíferos. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que, puesto que los reptiles poseen distintos
sistemas de control sobre sus mecanismos homeostáticos respecto a las aves

17
y a los mamíferos, los intervalos o rangos de normalidad de los diferentes
parámetros analizados son, por lo general, más amplios y están sujetos a
variaciones ambientales importantes. En consecuencia, algunos de los
intervalos de referencia históricamente publicados, no han tenido en cuenta las
condiciones ambientales y los parámetros fisiológicos del animal, como su
estado nutricional, el sexo o la edad. A ello se suman otras fuentes adicionales
de variación como son los métodos de recogida de las muestras, su manejo y
la técnica empleada. Para la interpretación de resultados en este campo, se
recomienda utilizar “niveles de decisión”, es decir valores umbral, por encima o
por debajo de los cuales se toma una decisión en respuesta al valor de un
parámetro. Recientemente se ha comenzado a aplicar en reptiles el “índice de
individualidad”, según el cual la posibilidad de una elevada variación individual
en cualquier parámetro analizado invalida bastante su utilidad diagnóstica. En
valores que tengan elevada homogeneidad poblacional, la fiabilidad diagnóstica
será mayor que en parámetros que tengan elevada variación individual
(Martínez-Silvestre et al., 2013).
Un recuento completo de células sanguíneas y un análisis bioquímico
del plasma a menudo son de utilidad para evaluar el estado general de salud
del reptil (Figura 5) (Rivera, 2008; Martínez-Silvestre et al., 2013). Un conteo
elevado de glóbulos blancos con neutrófilos con granulación tóxica y
elevaciones de los valores de calcio en sangre respalda el diagnóstico de
distocia (Stahl, 2003; Sykes, 2010; Gibbons et al., 2013). El conteo diferencial
de leucocitos muestra una predominancia de linfocitos, mientras que el conteo
de eritrocitos en reptiles está influenciado por la condición reproductiva, con
tendencia a disminuir en las hembras preñadas. Las hembras con distocia
pueden mostrar niveles altos de las enzimas aspartato aminotransferasa y
creatinina quinasa sérica, sugiriendo lesiones musculares causadas por los
esfuerzos en los intentos de oviposición (Cuadrado et al., 2002).

18
Figura 5: extracción de sangre de la vena central coccígea en una iguana
verde (Iguana iguana).

Las anormalidades clínicas patológicas incluyen hiperproteinemia,


actividad de fosfatasa alcalina elevada, niveles elevados de calcio y fósforo
plasmático e indicadores de deshidratación como hemoconcentración, no
obstante, es importante tener en cuenta que lagartos con una vitelogénesis
normal pueden tener niveles elevados de calcio y/o fósforo sanguíneo, mientras
que algunos animales afectados, pueden tener valores clínicos normales
(Sykes, 2010; Gibbons et al., 2013). Se puede considerar que un aumento de
fosfatasa alcalina puede deberse a una actividad osteoblástica aumentada, a
una enfermedad hepatobiliar o a distocia. La hipovitaminosis D3 puede causar
aumento de la actividad de esta enzima en el plasma, de modo que se
incrementa en la enfermedad ósea metabólica de los reptiles. Se describe un
incremento asociado a periodos de inmadurez así como a estasis folicular en
hembras con problemas reproductivos crónicos (Martínez-Silvestre et al.,
2013).

6.2. Diagnóstico por imágenes

Debido a la estructura anatómica del tracto urogenital de los reptiles, la


examinación clínica es limitada. La información específica de las enfermedades
referidas a anormalidades urogenitales es difícil y más investigaciones son a

19
manudo necesarias para alcanzar un diagnóstico definitivo y particularmente
las modalidades de imágenes tienen una importancia especial para
diagnosticar cambios patológicos que afectan el tracto genital (Pees, 2011).
Diferenciar los folículos ováricos, presentes en la distocia pre-ovulatoria,
de los huevos dentro del oviducto en la distocia post-ovulatoria puede ser
desafiante y requerir un diagnóstico por imágenes. En general, los folículos
ováricos tienden a estar más hacia dorsal y esféricos y no tan movibles como
los huevos dentro del oviducto, los cuales usualmente son más oblongos y se
ubican hacia ventral o caudal dentro del abdomen (Stahl, 2003; Pees, 2011).

6.2.1. Radiografía

Las radiografías son de ayuda en el diagnóstico de algunos trastornos


reproductivos, particularmente en hembras con huevos o reptiles vivíparos con
embriones en las últimas etapas de desarrollo (Stahl, 2003; Pees, 2011).
Cuando se toman las radiografías, la posición del paciente es crucial
para obtener imágenes diagnósticas de buena calidad. Una posición
inadecuada puede llevar al desplazamiento de un órgano, ocultando los
detalles intracelómicos y llevando a una interpretación incorrecta de las
imágenes. En lagartos, las vistas dorsoventral y lateral son suficientes para
realizar una evaluación correcta de los órganos internos (Pees, 2011).
Una investigación radiográfica a menudo otorga las primeras
indicaciones de una distocia crónica, donde la evaluación de los huevos es de
particular importancia (Pees, 2011). Las radiografías permiten evaluar el grado
de calcificación de los huevos, así como su posición, número, tamaño, forma e
integridad (Rivera, 2008; Pees, 2011). Los huevos retenidos pueden estar más
calcificados y aparecer más radio opacos en las imágenes radiográficas
(Rivera, 2008). La posición de los huevos debe ser evaluada ya que una
constipación puede afectar la oviposición (Pees, 2011).
Las radiografías pueden ayudar a diferenciar la distocia pre y post-
ovulatoria, ya que los folículos ováricos usualmente no están calcificados y son
más esféricos y localizados dorsalmente, en comparación con los huevos
(Figura 6) (Stahl, 2003; Pees, 2011). Mediante este método también se puede

20
determinar la preñez e identificar las causas mecánicas de la distocia (Rivera,
2008; Sykes, 2010).

Figura 6: radiografías de un camaleón de Yemen (Chamaeleo calyptratus),


vista lateral. Lado A: Presencia de folículos en el ovario, un hallazgo anormal debido al
gran tamaño de los mismos. Lado B: imagen de huevos normales con respecto a su
forma y tamaño. Los folículos pueden ser diferenciados gracias a su comparación con
los huevos. En ambos casos puede haberse desarrollado una distocia. Referencias:
(1) folículos, (2) huevos y (3) hígado (Pees, 2011).

La calcificación del huevo puede ser determinada de forma segura


mediante radiografías estándar y tomografía computada. Hay que prestar
atención a la presencia de cambios en el sistema esquelético y a las cáscaras
de huevos para determinar si hay una posible deficiencia de calcio
generalizada (Figura 7). La calcificación irregular o insuficiente de los huevos
siempre es una indicación de un disturbio en el metabolismo del calcio o una
infección en el oviducto (Pees, 2011).

Un neumocelograma, creado mediante la inyección de aire en la cavidad


celómica, puede ser utilizado si los folículos pre-ovulatorios no pueden ser
visualizados en la radiografía, aunque su identificación mediante ecografía
puede ser un método más rápido y menos invasivo (Funk, 2002; Sykes, 2010).

21
Figura 7: radiografía de un gecko Uroplatus henkeli grávido, donde se nota el
espesor de la cáscara de los huevos. Este animal mostraba signos de hipocalcemia
como temblores y debilidad (Sykes, 2010).

6.2.2. Ultrasonografía

La ultrasonografía es una herramienta diagnóstica no invasiva con


muchas aplicaciones en la evaluación del tracto reproductivo de reptiles, y es
indispensable para monitorear la actividad reproductiva (Stahl, 2003; Rivera,
2008; Pees, 2011). En la mayoría de las especies de reptiles, la actividad
ovárica, el desarrollo folicular, la ovulación, los huevos dentro del oviducto, y
las patologías asociadas al tracto reproductivo pueden ser evaluados mediante
ecografías.
La ultrasonografía es el método de elección para diferenciar los cambios
pre y post-ovulatorios de la formación de los huevos dentro del tracto genital de
los reptiles y ayuda en la diferenciación de la distocia pre y post-ovulatoria,
siendo el método de elección para el diagnóstico de la distocia pre-ovulatoria
(Stahl, 2003; Pees, 2011). Esto se realiza mediante ecografías seriadas en
donde se puede observar la presencia de folículos maduros en lo ovarios que
no cambian su tamaño ni textura en un periodo de varias semanas.
22
Usualmente mientras los folículos sufren atresia, se vuelven hiperecoicos y
disminuyen en tamaño hasta que son reabsorbidos completamente, aquellos
que presentan una yema espesa, desarrollan una textura heterogénea, se
vuelven hiperecoicos y no son reabsorbidos (Rivera, 2008). En las
presentaciones crónicas de la distocia pre-ovulatoria, los folículos pueden
volverse tan irregulares en su composición que su ecogenicidad y su tamaño
varían enormemente (Figura 8). Estos cambios brindan una prognosis
desfavorable ya que las anormalidades indican un gran avance en las etapas
de la enfermedad (Pees, 2011).

Figura 8: ecografía de ovario de una iguana verde (Iguana iguana) donde se


observa la presencia de múltiples folículos (1), corte longitudinal ventral, 7 MHz (Pees,
2011).

Las indicaciones para utilizar la ultrasonografía son la determinación del


sexo, determinación de actividad sexual o madurez, sospecha de cambios
quísticos en el ovario, de alteración en la formación de huevos o en la
oviposición, de una infección o tumor, inflamación de la cavidad celómica
(Pees, 2011).
A pesar de que una mineralización irregular puede ser detectada, la
ultrasonografía no es un método recomendado para examinar la cascara de
huevo de los reptiles en busca de anormalidades. La ultrasonografía es más
adecuada para la evaluación de la posición y del contenido del huevo, el cual
en algunos casos permiten determinar si el huevo es viable o no (Pees, 2011).

23
6.2.3. Otros métodos

La endoscopía permite una gran evaluación del tracto reproductivo, y es


útil para el diagnóstico de salpingitis, ooforitis, peritonitis por yema de huevo,
distocia, y huevos ectópicos. La endoscopia también provee un camino para la
colección de muestras para el diagnóstico (Rivera, 2008).
La celioscopía puede también ser útil en el diagnóstico para confirmar
celomitis, salpingitis o una ruptura del oviducto, pero la celiotomía exploratoria
será necesaria para lavar la cavidad y extraer o intentar reparar los ovarios
afectados (Stahl, 2003; Gibbons et al., 2013).
Otro método complementario para evaluar la presencia de huevos en la
cavidad celómica, es la transiluminación utilizada sólo en lagartos pequeños
como los geckos (Jepson, 2009).
Tanto la endoscopia como la radiología y ultrasonografía pueden ser
utilizadas para confirmar el diagnóstico y ayudar a identificar la enfermedad
subyacente que puede conducir a la distocia (Stahl, 2003; Rivera, 2008;
Gibbons et al., 2013).

7. Tratamiento

La distocia usualmente termina en la muerte, por lo que la intervención


médica y/o quirúrgica está indicada para evitar la pérdida del animal (Stahl,
2003).
En los casos en los que la hembra comienza pero no termina
completamente el parto, el tratamiento para remover los huevos o fetos
retenidos debe ser iniciado 48 horas después del cese de la oviposición
incompleta. A veces, la hembra completa naturalmente el parto durante las
primeras 48 horas pero raramente lo hace después de este tiempo. Además,
no se ha notado un efecto en la sobrevida o en la reproducción futura entre
esperar 48 horas o corregir la distocia inmediatamente. El tratamiento
específico que debe ser empleado depende de las especies de reptiles, y de
las características y duración de la distocia (Mader, 2005).

24
7.1 Médico

Antes del tratamiento médico, el animal debe ser estabilizado y corregir


la deshidratación (Rivera, 2008). En el caso de que el paciente esté estable y
no presente signos clínicos, se le debe proveer un medioambiente correcto,
incluyendo temperatura, humedad y un nido apropiados en un lugar tranquilo,
ya que este factor puede inducir una oviposición normal (Girling, 2003; Stahl,
2003; Jepson, 2009; Gibbons et al., 2013).
En general, la primera aproximación para tratar las distocias es simular
las contracciones del oviducto utilizando hormonas pituitarias, sin embargo el
animal debe poseer niveles normales de calcio para que estas hormonas
cumplan con la función requerida (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006).
Administrar gluconato de calcio a 100 mg/kg por vía intramuscular cada
6 a 12 horas, hasta que los signos clínicos se resuelvan, es de mucha
importancia en los casos de distocia secundaria a hipocalcemia (Girling, 2003;
Stahl, 2003; Rivera, 2008; Jepson, 2009; Gibbons et al., 2013).
La oxitocina ha sido utilizada rutinariamente de forma intramuscular o
intracelomial a dosis desde 5 a 30 UI/kg al menos 60 minutos después de la
administración parenteral de calcio (Girling, 2003; Stahl, 2003; Mader, 2005;
Rivera, 2008; Jepson, 2009; Sykes, 2010; Gibbons et al., 2013). Si algunos
huevos son puestos pero no su totalidad, puede repetirse la dosis de 20 a 60
minutos después de la primera (Stahl, 2003; Mader, 2005; Gibbons et al.,
2013). Si no se observa una respuesta después de la segunda inyección de
oxitocina, el tratamiento es suspendido (Rivera, 2008). Como la temperatura
influye en el efecto de la oxitocina en los músculos del oviducto, los pacientes
deben ser mantenidos a su temperatura corporal optima mientras dure el
tratamiento (Mader, 2005). La eficacia de la oxitocina en la expulsión de los
huevos o fetos retenidos es variable dependiendo de las especies y la duración
de la retención (Mader, 2005). La oxitocina es mucho más efectiva aportada
dentro de las primeras 48 horas de la distocia, y parece ser más benéfica
dentro de varias horas o días después de la oviposición inicial, la terminación
del nido o un intento de poner huevos (Stahl, 2003; Mader, 2005). Una o dos
semanas después de estos eventos, la oxitocina es raramente efectiva y puede
resultar en un desgarro o torsión del oviducto (Stahl, 2003). En referencia a la
25
eficiencia de este tratamiento los lagartos responden un poco mejor que las
serpientes, mientras que los quelonios tienen una muy buena respuesta (>90%
de efectividad) (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006; Rivera, 2008; Sykes, 2010;
Gibbons et al., 2013).
Más recientemente, la arginina vasotocina, el equivalente a la oxitocina
natural en los reptiles, ha sido usada en el tratamiento de las distocias (Mader,
2005; Hall y Lewbart, 2006; Sykes, 2010). Los oviductos en los reptiles son 10
veces más sensibles a la arginina vasotocina que a la oxitocina (Mader, 2005;
Jepson, 2009; Sykes, 2010; Gibbons et al., 2013). Ya en el año 1990, Lloyd
había informado que la arginina vasotocina había sido efectiva en un 73% de
los casos investigados, con un 18% de los casos que habían sido tratados
anteriormente con oxitocina y no resueltos. Esta hormona es utilizada a una
dosis de 0.01 a 1.0 μg/kg por vía intravenosa o intracelómica cada 12-24 horas,
siendo una dosis de 0.5 μg/kg la recomendada normalmente (Mader, 2005;
Jepson, 2009; Gibbons et al., 2013). Al igual que la oxitocina, la vasotocina
arginina se administra 60 minutos luego del calcio. Si bien la arginina
vasotocina ha mostrado ser efectiva, actualmente está solo a disposición como
una droga de investigación y es cara en comparación con la oxitocina (Mader,
2005; Hall y Lewbart, 2006; Sykes, 2010; Gibbons et al., 2013). Además, es
extremadamente inestable, requiriendo un mantenimiento en congelación en su
forma en polvo y una vez reconstituida en agua estéril o salina, debe ser
utilizada dentro de 6 semanas si se congela o 5 días si se refrigera (Mader,
2005).
Al iniciar este tipo de tratamientos, debe recordarse que las hormonas
pituitarias posteriores causan contracción del oviducto y no remoción de huevo,
por lo cual el uso de oxitocina o arginina vasotocina en animales que presentan
una distocia pre-ovulatoria u obstructiva puede tener consecuencias
perjudiciales. La presión incrementada en los huevos o feto que no pueden
descender por el oviducto puede causar fractura de huevos, ruptura del
oviducto, hemorragia y hasta la muerte. Estas drogas no deben ser utilizadas
en individuos que presentan contracciones activas pero no pueden eliminar
huevos o fetos (Stahl, 2003; Mader, 2005; Sykes, 2010; Gibbons et al., 2013).
Para incrementar la eficiencia de las hormonas pituitarias posteriores, se
han realizado tratamientos asociados que incluyen calcio o esteroides
26
reproductivos, como estrógeno y progesterona. En algunos lagartos, la
oviposición puede ser inducida utilizando propanolol (1 mg/g) sólo o seguido de
vasotocina arginina (500 ng/g) o prostaglandina F2α (25 ng/g) (Sykes, 2010;
Gibbons et al., 2013). Un estudio realizado en 1992 por Gross et al., en un
lagarto de aproximadamente 10g, ha mostrado que un pre-tratamiento con
propanolol a una dosis de 1 μg/g administrada 15 minutos antes del tratamiento
con hormonas pituitarias anteriores, puede incrementar la efectividad de las
mismas. El valor clínico del propanolol en el tratamiento de las distocias es
todavía desconocido, pero dado los resultados observados, deberá investigarse
más profundamente su efectividad y forma de acción (Mader, 2005).
Otros tratamientos médicos como baños con agua tibia
(aproximadamente 29°C) 30-60 minutos cada 24 horas, fluidoterapia o un
tratamiento con dextrosa subcutánea, intravenosa o intracelómica pueden ser
de valor en algunos casos (Figura 9) (Girling, 2003; Stahl, 2003; Gibbons et al.,
2013).

Figura 9: la permeabilidad de la piel aumenta cuando está en contacto con el


agua, por lo que los baños son una buena forma de hidratar a los reptiles enfermos
(O'Malley, 2005).

Una alimentación con un alimento comercial que contenga como mínimo


20% de proteína, 9,5% de grasa, 0,38% de omega 3, 5,80% de omega 6, 1%
de calcio y 0,6% de fosforo, y un máximo de 2,5% de fibra, una humedad
máxima de 9%, 4,83% de ceniza, 4.06 kcal/g o 2.39 kcal/ml de energía
metabolizable, 0,3% de sodio, 1,30% de lisina y 0,70% de metionina, es
27
necesario en animales con anorexia. Su distribución calórica debería ser de
22,3 % de proteína, 30,1 % de grasa y 47,8 % de carbohidratos digestibles y se
debería aportar una cantidad de 5-20 ml/kg por alimentación forzada o tubo de
esofagostomía cada 12 a 48 horas (Gibbons et al., 2013).

7.2. Quirúrgico

La cirugía reproductiva en lagartos se realiza mayoritariamente ante


casos de distocia, cuando la hembra ha retenido todos o parte de sus huevos
(Funk, 2002).
La decisión de cuándo realizar la cirugía puede ser difícil de tomar, no
obstante hay algunas características que orientan tal decisión. Normalmente,
los huevos de reptiles no están muy densamente calcificados, por lo que un
incremento en la calcificación indica que los huevos han estado en el útero por
un periodo de tiempo excesivo. Además, si los huevos tienen un tamaño y
forma anormales impidiendo el pasaje a través del canal pélvico, es necesario
realizar una cirugía (Mader, 2005). En general, si los huevos no son expulsados
dentro de las 48 horas siguientes al tratamiento médico de la distocia o si hay
obstrucciones mecánicas, un tratamiento quirúrgico está indicado (Stahl, 2003;
Jepson, 2009; Sykes, 2010).
Para realizar la cirugía, el paciente debe ser estabilizado lo que puede
requerir la administración de fluidos de forma intravenosa o intraósea (Sykes,
2010).
La ovariohisterectomía es el tratamiento de elección para la distocia,
pero una ovariectomía puede realizarse como tratamiento de estasis folicular
(Stahl, 2003; Nevarez, 2009; Sykes, 2010). En lagartos grandes, como las
iguanas verdes, los casos de distocias refractarias a la oxitocina generalmente
requieren salpingectomía u ovariosalpingectomía si no hay intención de
reproducir al lagarto en el futuro, ya que acortará el tiempo de la cirugía y
prevendrá la recurrencia del problema (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006;
Jepson, 2009). Para los lagartos más pequeños, el tratamiento quirúrgico
puede ser un procedimiento desafiante, requiriendo ampliación y experiencia
microquirúrgica (Hall y Lewbart, 2006).

28
En general, el útero, los oviductos y los ovarios de los reptiles son
bastante móviles dentro de la cavidad celómica. En muchos casos, para el
momento en que la cirugía es elegida, los huevos o fetos han comenzado a
deteriorarse y están adheridos al útero, el cual es a menudo muy fino y friable
(Mader, 2005).
Para realizar una cirugía en lagartos, el gas isoflurano es el mejor
agente anestésico. Este puede ser utilizado como agente inductor al 5%, o
puede administrarse un agente inyectable como la ketamina, propofol o
tiletamina-zolazepam (Funk, 2002; Bel et al., 2015). El animal debe ser
intubado y mantenido con isoflurano al 2% o 3% durante toda la cirugía, con
una ventilación de 2 a 4 respiraciones por minuto (Funk, 2002; Bel et al., 2015).
Es recomendable que el paciente sea mantenido a la temperatura ideal de la
especie durante la anestesia y cirugía, y que se administren antibióticos pre-
quirúrgicos, ya que la piel de los lagartos puede ser difícil de desinfectar (Funk,
2002).
La cirugía para remover los huevos en lagartos se realiza mediante una
incisión paramediana a través de la piel con una hoja de bisturí, para evitar la
vena abdominal ventral localizada justo por debajo de la piel a lo largo de la
línea media desde el ombligo (Figura 10) (Funk, 2002; Mader, 2005; Jepson,
2009; Sykes, 2010; Bel et al., 2015).

Figura 10: vena abdominal ventral de un lagarto donde se nota su cercanía a


la línea media, razón por la cual se realiza una incisión paramediana en las
celiotomías de los mismos (Sykes, 2010).

29
En los casos de distocia pre-ovulatoria o estasis folicular, los ovarios son
removidos dejando intactos el oviducto y útero, los cuales se atrofian sin
complicaciones médicas (Figura 11). En los casos de distocia post-ovulatoria o
retención de huevos, donde los huevos están dentro del oviducto o del útero,
estas estructuras deben ser removidas, lo cual permite un acceso mejor a los
ovarios (Figura 12). Si el oviducto y útero son removidos, los ovarios deben
retirarse junto con ellos, ya que pueden quedar activos y provocar una
ovulación dentro de la cavidad celómica y una peritonitis subsecuente (Funk,
2002; Mader, 2005; Sykes, 2010). Es por esto que, si el tiempo y la condición
del paciente lo permiten, la extracción de ambos ovarios junto con el oviducto y
útero son recomendados. En los casos donde la condición del paciente no
permite una cirugía extensa, pueden removerse sólo los ovarios (Mader, 2005;
Sykes, 2010).

Figura 11: ovarios con un gran número de folículos extraídos quirúrgicamente


en un camaleón de Yemen (Chamaeleo calyptratus) que presentaba distocia
(Jacobson, 2007).

30
Figura 12: exteriorización del oviducto con huevos retenidos en una
salpingectomía de un camaleón de Yemen (Chamaeleo calyptratus) (Álvarez-Carrión
et al., 2009).

Se retrae con cuidado el ovario derecho, visualizando su unión a la vena


cava mediante una membrana fina que posee varios vasos sanguíneos muy
cortos (Funk, 2002; Sykes, 2010). El ovario derecho es elevado y los clips
hemostáticos son colocados entre el ovario y la vena cava siendo cuidadoso en
no cortar u ocluir esta vena. El ovario puede ser luego removido seccionando
los tejidos entre el ovario y los clips, evitando el daño de la vena cava cuando
se remueve este ovario (Funk, 2002; Mader, 2005; Sykes, 2010). A pesar de
que el ovario izquierdo no está anatómicamente cerca de la vena cava, se
encuentra unido a una rama de la vena renal. Entre esta vena y el ovario se
encuentra la glándula adrenal izquierda, por lo que se debe tener cuidado en
no dañar la glándula al extraer el ovario (Funk, 2002; Mader, 2005; Sykes,
2010). Nuevamente, deben aplicarse clips hemostáticos justo debajo del ovario,
y el tejido entre el ovario y los clips debe ser seccionado, permitiendo la
extracción del ovario izquierdo (Mader, 2005). Los hemoclips quirúrgicos son
preferibles a las suturas debido a su facilidad y rapidez de aplicación (Funk,
2002; Mader, 2005; Sykes, 2010). Si el útero contiene folículos post-ovulatorios
o huevos, el procedimiento es similar pero el útero es removido antes que los
ovarios (Funk, 2002). Para retirar el útero, los vasos sanguíneos deben ser
ligados y seccionados en pequeños grupos, iniciando en el infundíbulo y
progresando caudalmente hacia la unión del útero con la cloaca. En este lugar,
31
dos hemoclips son aplicados en el útero, el cual es luego seccionado (Funk,
2002; Mader, 2005).
Las incisiones de salpingectomía o histerectomía son generalmente
suturadas usando un patrón invertido de un material de sutura monofilamento
sintético absorbible (Funk, 2002; Mader, 2005; Sykes, 2010; Bel et al., 2015).
La pared abdominal es cerrada con una sutura absorbible monofilamento en un
patrón continuo, y la piel utilizando una sutura no absorbible monofilamento
(Funk, 2002; Bel et al., 2015).
Es siempre importante tomar muestras para la evaluación diagnóstica en
el momento de la cirugía. En muchos casos, una infección bacteriana puede
ser la causa del problema y con un tratamiento exitoso, la viabilidad
reproductiva puede ser recuperada (Mader, 2005).
Las incisiones en la piel de los lagartos se curan lentamente y las
suturas son removidas de 40 a 45 días después de la cirugía. Los cuidados
post-quirúrgicos incluyen hidratación mediante una fluidoterapia, cuidado
nutricional incluyendo administración de calcio y calor suplementario. El manejo
del dolor post-quirúrgico es importante, y también puede administrarse
antibióticos en el caso de considerarse necesario (Funk, 2002; Sykes, 2010;
Bel et al., 2015). La administración de butorfanol a 0,4 mg/kg intramuscular o
meloxicam 0,2 mg/kg cada 48 horas para controlar el dolor, y cefuroxima 20
mg/kg de 10 a 20 días como antibiótico de amplio espectro, ha sido registrada
(Sykes, 2010; Bel et al., 2015). La recuperación de la anestesia y de la cirugía
debe realizarse en un área tranquila, como en una caja ambientada a la
temperatura ideal del paciente (Funk, 2002).
Otro tratamiento para los casos de distocia refractarios al tratamiento
médico, considerado quirúrgico pero menos invasivo, es la ovocentesis
percutánea (Figura 13). Esta técnica consiste en aspirar la yema de los huevos
retenidos, reduciendo de este modo su tamaño y facilitando la oviposición
natural (Girling, 2003; Hall y Lewbart, 2006).

32
Figura 13: ovocentesis percutánea en un gecko leopardo (Eublepharis
macularius) de 15 meses (Hall y Lewbart, 2006).

La ovocentesis percutánea, también llamada aspiración percutánea, es


muy útil en lagartos pequeños con un pequeño número de huevos (Jepson,
2009). En un caso publicado en 2006 por Hall y Lewbart, la ovocentesis
percutánea resolvió efectivamente la distocia y permitió la oviposición de un
gecko leopardo (Eublepharis macularius). Los riesgos potenciales asociados
con este procedimiento incluyen la filtración de yema en la cavidad celómica,
aspiración accidental de las vísceras, y posible peritonitis. Es también
importante notar que el procedimiento provee sólo una resolución temporaria
de la distocia, mientras que la ovariosalpingectomía previene su recurrencia.
Sin embargo, la ovocentesis percutánea provee una alternativa a la cirugía
simple, segura y económica para tratar la distocia en geckos, en particular
casos que son refractarios al tratamiento médico (Hall y Lewbart, 2006).

8. Pronóstico y complicaciones

La reproducción exitosa el año siguiente a la cirugía de corrección de


distocia es común. También, se han detectado huevos viables dentro de los
dos primeros meses de la corrección tanto hormonal como quirúrgica de la
distocia (Mader, 2005). Sin embargo, cuando debe realizarse un tratamiento

33
quirúrgico, debido a la extensión de la cirugía y a la condición pre-quirúrgica
pobre de los lagartos con distocia, la prognosis debe ser menos optimista.
Algunas veces, inmediatamente luego de una cirugía exitosa se observa un
cambio positivo dramático en la actitud del lagarto (Mader, 2005; Hall y
Lewbart, 2006).
Mientras que el potencial para una reproducción futura es bueno, hay
evidencia que sugiere que los animales que han tenido un episodio de
retención de huevos en el pasado son más predispuestos a retener huevos en
el futuro. El aumento de la incidencia de las distocias repetidas puede estar
relacionado a una falla en la corrección del problema causante (Mader, 2005).
El prolapso del oviducto es una secuela común de la distocia. El
oviducto prolapsado puede contener huevos, y para solucionar este problema
se requiere de la eliminación de los mismos seguido de una celiotomía para
permitir la reducción del tejido. Si el oviducto prolapsado está muy dañado, es
posible que tenga que ser eliminado, y el ovario en el mismo lado debería
retirarse para evitar la ovulación dentro de la cavidad celómica y prevenir una
posterior peritonitis por yema de huevo (Rivera, 2008).
Un problema frecuente en lagartos y asociado a la distocia es que tanto
los folículos pre-ovulatorios como los huevos pueden romperse y provocar una
salida del contenido a la cavidad celómica dando lugar a una peritonitis por
yema de huevo. La fuga de la yema de un folículo o huevo roto en la cavidad
celómica puede incitar de una moderada a severa respuesta inflamatoria con
deposición de fibrina y espesamiento de la superficie serosa de la víscera, la
cual, si no se trata, a menudo resulta en la muerte del animal (Cuadrado et al.,
2002; Stahl, 2003; Mader, 2005; Sykes, 2010). La peritonitis por yema de
huevo es una de las enfermedades más comunes del tracto reproductivo y es
una de las causas etiológicas principales de muerte en los lagartos en
cautividad (Stahl, 2003; Mader, 2005). La peritonitis por yema de huevo y la
distocia son propensas a ser anomalías reproductivas relacionadas entre sí. El
manejo exitoso de esta condición se basa en un diagnóstico y tratamiento
temprano. Los signos clínicos asociados con peritonitis por yema de huevo
incluyen anorexia, letargia, diarrea, ausencia de deposiciones fecales, y dolor a
la palpación del abdomen. El diagnóstico definitivo de la peritonitis por yema de
huevo puede ser realizado mediante la identificación ecográfica de fluido dentro
34
del celoma, aspiración y análisis del material, o celioscopía. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que la ausencia de efusión celómica no descarta la
presencia de peritonitis por yema de huevo (Stahl, 2003). Los cuidados de
apoyo y la estabilización del paciente antes y después de la cirugía mediante
una terapia antibiótica sistémica y la mantención del balance de hidratación,
son esenciales ya que muchos pacientes con peritonitis por yema de huevo
están a menudo severamente comprometidos. El tratamiento requiere una
celiotomía exploratoria y un lavaje extenso, y en muchos casos, puede ser
requerida una ovariectomía bilateral (Stahl, 2003; Mader, 2005). Se debe tener
precaución en la zona craneal de esta incisión para evitar el esparcimiento de
material contaminado hacia este sector (Stahl, 2003).

9. Prevención

El hecho de aislar a la hembra del macho no prevendrá necesariamente


la distocia, ya que muchos lagartos producen huevos sin importar si hay o no
un macho presente (Mader, 2005).
En el caso de la distocia secundaria a hipocalcemia, las medidas
preventivas son similares a aquellas realizadas para la prevención de
enfermedades nutricionales. La clave para prevenir una enfermedad nutricional,
como la hipocalcemia, es una dieta bien balanceada con un manejo apropiado
del animal en cautividad (Nevarez, 2009; Klaphake, 2010). Es importante
ofrecer una dieta con una proporción apropiada de calcio-fósforo (Mans y
Braun, 2014). El alimento debe mezclarse completamente a fin de evitar la
alimentación selectiva y debe añadirse un suplemento de calcio en forma de
lactato o gluconato de calcio, o una fuente de calcio natural (Girling, 2003). El
carbonato de calcio es la forma preferible de calcio para la suplementación, la
cual puede ser suplementada en forma de polvo (Mans y Braun, 2014).
Además, se aconseja el uso de un suplemento de vitamina D3 y calcio una o
dos veces por semana, sobre todo para lagartos en crecimiento y hembras
reproductivamente activas (Girling, 2003; Klaphake, 2010; Mans y Braun,
2014). La suplementación oral de colecalciferol es necesaria en reptiles que no
dependen totalmente de la radiación UV para la síntesis de vitamina D3. Para
35
algunas especies, una situación ideal parece ser el uso de una combinación de
radiación UV y colecalciferol oral (Klaphake, 2010).
La temperatura es a menudo un factor ignorado para la salud ideal de
los reptiles y en particular para la prevención de las enfermedades
nutricionales. La recepción y la acción de la radiación UV-B necesitan de un
microambiente con una temperatura apropiada (Klaphake, 2010).
La proporción de una exposición a la luz ultravioleta UV-B y de niveles
adecuados de vitamina A y vitamina D3 son los factores más importantes en la
prevención de la distocia y otros problemas reproductivos (Stahl, 2003;
Klaphake, 2010; Mans y Braun, 2014). Para los lagartos arbóreos diurnos,
como los Geckos Crestados, son recomendados niveles moderados de UV-B al
5% por 12 horas diarias (Klaphake, 2010).
Continuar con la educación e información de propietarios de reptiles en
cautiverio será de vital importancia para una exitosa prevención,
reconocimiento y tratamiento de la enfermedad del tracto reproductivo en
dichos animales (Rivera, 2008).

10. Descripción del caso clínico

10.1. Datos demográficos

El caso clínico que se describe en este trabajo, pertenece a un Gecko


Crestado hembra cuyo hábitat es un recinto de aproximadamente 60 cm de
alto por 45 cm de ancho y 45 cm de largo, ubicado en la habitación de su
propietaria. Dentro del terrario hay ramas y piedras de decoración, tierra como
sustrato, y una lámpara UV-B.

10.2. Motivo de consulta

El día domingo 15 de mayo del 2016 se presenta al servicio de


urgencias de la clínica veterinaria escuela de Maisons-Alfort (CHUVA –
Francia), un Gecko Crestado hembra de 3 años con decaimiento marcado y

36
dificultad respiratoria la cual había comenzado dos días previos a la consulta,
disorexia el día precedente a la consulta y anorexia el día de la consulta. Hacía
dos días que había disminuido su actividad de caza y desplazamiento. El caso
fue derivado de inmediato a los clínicos a cargo de los “nuevos animales de
compañía”.

10.3. Antecedentes relevantes

La dueña adquirió el animal a la edad de 4 meses en un criadero en


Alemania y desde que inició su convivencia con un gecko macho, su propietaria
notó la presencia de huevos en su recinto (al menos dos veces) pero nunca
observó que los hubiese incubado.
En cuanto a las características del lugar donde se encuentra el gecko, si
bien la lámpara UV-B se encuentra prendida todos los días de 9hs a 20hs,
nunca fue reemplazada desde su adquisición en 2012. La temperatura oscila
aproximadamente entre 20 y 21 grados centígrados durante el día y durante la
noche, no obstante al no contar con un termómetro es imposible registrarla con
exactitud. Tampoco cuenta con registro de higrometría aunque se pulveriza con
agua dos veces por día (mañana y tarde).
La limpieza del recinto para retirar los excrementos es realizada cada
diez días, y una limpieza general con desinfectante una o dos veces por año,
habiéndose realizado la última en octubre del 2015.
En referencia a la alimentación, la propietaria brinda cuatro o cinco
insectos vivos (grillos o cucarachas) por gecko con una frecuencia que
depende del tiempo en que los geckos tarden en cazarlos; generalmente cada
tres días. Los insectos son adquiridos en una veterinaria y no son alimentados
antes de ser brindados a los geckos. Además de insectos, comen compota de
banana o durazno y reciben una cucharadita de suplemento de calcio en la
compota una vez por semana, no obstante es importante considerar el hecho
que esta suplementación no se realizaba desde hacía al menos un mes. El
agua proveniente de canilla es aportada en un bol y reemplazada cada tres
días.

37
10.4. Tratamientos previos del problema actual

No se ha realizado ningún tratamiento previo al día de la consulta.

10.5. Evaluación inicial

La evaluación inicial del gecko se realizó en el servicio de urgencias el


día domingo 15 de mayo, detectándose decaimiento y una respiración irregular
(con la boca abierta). El gecko se encontraba en muda desde el viernes
precedente y tenía un peso de 35 gramos con un estado corporal de 3/5
(dentro del valor normal). El estado de hidratación se encontró normal (Figura
14).

Figura 14: Lulu, Gecko Crestado hembra de 3 años el día de la consulta.

A la inspección y apertura de la cavidad bucal no se encontró ninguna


anormalidad, sin embargo se observó que el animal presentaba una mandíbula
flexible y blanda; las mucosas estaban rosas y húmedas y a pesar que
mostraba poco movimiento, durante la consulta se pudo observar su
desplazamiento, el cual fue normal.
A la palpación abdominal se notó la presencia de dos masas oblongas a
cada lado del abdomen. La cloaca no presentaba ninguna anormalidad, y hubo

38
una producción de heces marrones blandas normales en el momento de la
consulta.
Debido al tamaño del animal, la auscultación cardiaca mediante
fonendoscopio no fue posible, por lo que se auscultó mediante doppler, no
encontrándose anormalidades.
A la auscultación pulmonar, se determinó una frecuencia respiratoria de
36 respiraciones por minuto (taquipnea) con una fase inspiratoria más
prolongada. Sin embargo, no se encontraron ruidos respiratorios anormales.

10.6. Estudios complementarios

Al presentar anormalidades en el sistema respiratorio y en la cavidad


abdominal, se decidió realizar una radiografía dorso-ventral de cuerpo entero
como estudio complementario para poder visualizar tanto el campo pulmonar
como también el abdomen. Se encontró una disminución de la densidad de las
estructuras óseas y la presencia de dos masas oblongas (huevos), una a cada
lado del abdomen (Figura 15).

Figura 15: radiografía de cuerpo entero tomada el día de la consulta, donde se


puede observar la disminución de la densidad ósea y la presencia de dos huevos.

Otro método complementario que se tuvo en cuenta, luego de interpretar


los resultados de la radiografía, fue la extracción y análisis de sangre para
conocer el estado de los parámetros básicos y medir el nivel de calcio total en
sangre. Sin embargo, esto no pudo realizarse debido a que la cantidad de
39
sangre necesaria para realizar las mediciones no era compatible con el
pequeño tamaño y bajo peso del animal.

10.7. Diagnóstico diferencial

Durante el trascurso de la consulta se pensaron en varios diagnósticos


posibles según los signos clínicos que presentaba el animal. En general, el
signo clínico más frecuente de los reptiles es el decaimiento. El mismo pudo
haber sido causado por distocia, osteodistrofia fibrosa ligada a una carencia
nutricional, como deficiencia de calcio o una alimentación insuficiente, una
condición de vida no adaptada a las necesidades del animal como una
alimentación insuficiente, una humedad y una temperatura no controladas, o
una fuente de calor y luz natural insuficientes. Por otro lado, la dificultad
respiratoria pudo haber sido causada por humedad y temperatura no
controladas, estrés, hipovitaminosis A o neumonía bacteriana, parasitaria o
micótica. En cuanto a la presencia de una mandíbula flexible y blanda, esta
pudo haber sido debida a una osteodistrofia fibrosa ligada a una carencia
nutricional.

10.8. Hipótesis

Los datos recopilados a partir de la anamnesis, el examen clínico y el


examen complementario, orientaron a los clínicos a determinar que los
problemas del medioambiente y de alimentación, junto a una sospecha de
hipocalcemia secundaria, serían la causa de una posible distocia post-
ovulatoria (retención de huevos). En cuanto a la afección respiratoria, esta
pudo haber sido causada por el estrés en el momento de la consulta o ser una
afección de tipo neumonía bacteriana sin signos visibles a la radiografía.

10.9. Detalles de procedimientos

Ante los resultados sobre el estado de salud del gecko, el mismo fue
hospitalizado durante 10 días en la zona de nuevos animales de compañía,

40
donde se tomaron todas las medidas necesarias para brindarle un medio
ambiente y alimentos adecuados, y para instaurar un tratamiento en base a la
hipótesis de distocia post-ovulatoria secundaria a hipocalcemia.
Una vez ingresado a la zona de internación, se lo ubicó en un recinto
con una temperatura de 26 grados centígrados, provisto con una fuente de luz
UV-B, alimento fresco, un refugio donde pudiera esconderse y un sitio de
anidación con tierra para estimular la oviposición (Figura 16).

Figura 16: recinto para reptiles en la clínica veterinaria escuela de Maisons-


Alfort (CHUVA) en Francia, donde se mantuvo al gecko durante su internación.

10.10. Objetivos terapéuticos

El primer objetivo terapéutico fue provocar la oviposición de los dos


huevos retenidos para lo cual se administró un suplemento de calcio en pos de
normalizar sus niveles sanguíneos totales y de hormonas pituitarias anteriores
para provocar la contracción del útero. También se determinó como objetivo,
lograr la alimentación autónoma del animal y mejoramiento de la dificultad
respiratoria. Durante el tiempo de internación, se aconsejó a su vez a la dueña
del gecko, mejorar las condiciones del recinto.

41
10.11. Plan de tratamiento

Debido a la dificultad respiratoria, en un principio se pensó en


administrar un antibiótico de amplio espectro como por ejemplo, trimetoprim
con sulfadoxina (Borgal 30 mg/kg diluido en una solución de cloruro de sodio),
debido a la hipótesis de una neumonía bacteriana sin signos visibles a la
radiografía. No obstante, durante la internación no se observó respiración a
boca abierta ni dificultad respiratoria como en la consulta atribuyéndola al
estrés del momento o a las condiciones medioambientales inadecuadas de su
recinto de origen.
Durante la internación del gecko, el tratamiento se basó en la
administración de gluconato de calcio al 10% a una dosis de 100mg/kg (0,03 ml
por día) por vía intramuscular, para corregir el desbalance de calcio (Figura 17).
A su vez, se administró oxitocina a una dosis de 5 UI/kg tres veces por día por
vía intramuscular, para provocar la oviposición. Como las hormonas pituitarias
anteriores provocan contracciones uterinas, diariamente se corroboraba la
ausencia de prolapso del tracto reproductivo.

Figura 17: sitio de aplicación intramuscular de gluconato de calcio.

42
La administración vía oral a través de jeringa, de una alimentación
comercial, se consideró en caso de que la anorexia se prolongara en el tiempo.
La cirugía reproductiva no fue considerada como tratamiento debido al
estado de salud delicado el animal, por lo que un tratamiento médico se
consideró como primera opción.

10.12. Pronóstico

Debido a que la distocia es más delicada en lagartos que en otros


reptiles y teniendo en cuenta el estado de salud del animal, el pronóstico se
definió como reservado.

10.13. Evaluaciones de seguimiento

El gecko fue ingresado en la zona de internaciones el día 15 de mayo a


la noche. Durante los días consecutivos, se realizaron exámenes clínicos y
tratamientos, para evaluar su estado de salud y corregir el problema
reproductivo.

Lunes 16 de mayo: en el examen clínico, el gecko se encontró estable y


alerta. La muda siguió en curso y las dos masas oblongas no mostraron
cambios en su posición. Se ofreció una alimentación a base de vegetales y se
observaron orina y heces en el recinto durante la tarde. Como tratamiento se
administró 0,03 ml de gluconato de calcio al 10% por vía intramuscular a las
10am y 0,5 ml de oxitocina también por vía intramuscular a las 11am, 4pm y
12pm.

Martes 17 de mayo: en el examen clínico, el gecko se encontró


deprimido y con un peso de 33 gramos. La muda finalizó ese día y las dos
masas siguieron presentes. La alimentación continuó a base de vegetales y se
observaron orina y heces en el recinto. Como la anorexia persistió y el animal
mostró decaimiento, se administró 0,1 ml del alimento comercial Emeraid
Omnivore una vez por día vía oral mediante jeringa (Figura 18). Como

43
tratamiento se continuó con la administración de 0,03 ml de gluconato de calcio
una vez por día y 0,5 ml de oxitocina tres veces por día.

Miércoles 18 de mayo: en el examen clínico, el gecko se encontró


menos deprimido que el día anterior pero su peso fue de 32 gramos. Se
continuó con la alimentación forzada con el alimento comercial, se ofrecieron
vegetales y se colocaron grillos vivos en el recinto para estimular el apetito. Se
observaron orina y heces en el recinto. Se decide realizar una radiografía de
control para visualizar los huevos y evaluar cambios de posición (Figura 19).
Comparando esta radiografía con la anterior, se observó el movimiento de uno
de los huevos hacia el canal de parto, por lo que se decidió continuar con el
tratamiento elegido.

Figura 18: administración de alimento comercial Emeraid Omnivore vía


oral con una jeringa.

44
Figura 19: radiografía de control, donde se observa que uno de los huevos se
encuentra próxima al canal de parto.

Jueves 19 de mayo: en el examen clínico, el gecko sigue deprimido,


pero su peso se mantiene estable en 32 gramos. Se decidió agregar al
tratamiento, baños con agua tibia para ayudar a la oviposición e hidratar al
animal. Se realizaron las aplicaciones de gluconato de calcio y oxitocina por la
mañana sin complicaciones, sin embargo a la tarde se encontró al animal
muerto en su recinto.

10.14. Evolución y resultados terapéuticos

A pesar de la muerte del animal, la radiografía de control mostró la


eficacia del tratamiento elegido. Además, se notó un cambio positivo en el
estado de salud del animal al brindarle condiciones medioambientales
adecuadas. Se pidió autorización a la dueña para realizar la necropsia, pero
esta fue rechazada por lo que no se pudo determinar exactamente la o las
causas de la muerte del animal.

45
11. Discusión

La tenencia de reptiles en cautividad como mascotas está creciendo y


sus cuidados difieren enormemente según la especie (Rivera, 2008). El
conocimiento de los mismos es fundamental puesto que patologías tales como
la distocia han sido reportadas con frecuencia en reptiles en cautiverio, y no en
vida silvestre. Esto puede deberse a la falta de un medioambiente apropiado
y/o una alimentación inadecuada (Kottwitz y Coke, 2007; Nevarez, 2009). A
pesar de que hay información disponible sobre estas mascotas, pocos
propietarios poseen los conocimientos de las condiciones requeridas para su
mantenimiento en cautividad (Hutchins et al., 2003; Kottwitz y Coke, 2007).
Uno de los trastornos más comunes observados en los Geckos
Crestados es la distocia (Kottwitz y Coke, 2007). En el caso clínico presentado
en esta Tesina, se debió a una hipocalcemia, deficiencia nutricional frecuente
en reptiles que se encuentran en cautiverio con una alimentación no
suplementada y bajo condiciones medioambientales inadecuadas (Girling,
2003). El diagnóstico de la hipocalcemia es fundamental para seleccionar el
tratamiento adecuado, por lo tanto, si bien normalmente es diagnosticada
mediante la medición del nivel de calcio total en sangre, la búsqueda de otra
alternativa cuando el estado del animal no lo permite es determinante. Así, en
el caso clínico presentado en este trabajo, ante la imposibilidad de tomar una
muestra de sangre, la hipocalcemia fue diagnosticada por la observación de
una baja densidad ósea general, a través del empleo de un equipo de rayos.
En referencia al tratamiento elegido, si bien no provocó la oviposición
inmediata, permitió una mejoría en el paciente, confirmada por la ausencia de
dificultad respiratoria y el movimiento de uno de los dos huevos retenidos hacia
el canal del parto visto en la radiografía de control. La administración de
oxitocina en este caso específico fue efectiva, lo cual aporta información
importante para el tratamiento de distocia en geckos ya que ha sido reportado
que casos de lagartos con distocia generalmente no responden a un
tratamiento con oxitocina (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006; Sykes, 2010).

46
A pesar de la correcta elección del tratamiento para provocar la
oviposición y mejorar las condiciones de vida del gecko, la muerte del animal
no permitió revertir la distocia y observar los resultados finales del tratamiento.
Según la bibliografía consultada, la muerte en lagartos es altamente
frecuente entre los reptiles y pudo haber sido causada por una peritonitis por
yema de huevo (Cuadrado et al., 2002; Stahl, 2003; Mader, 2005; Sykes,
2010). Sin embargo, en este caso no pudo confirmarse debido a la
imposibilidad de realizar una necropsia.
Todos los trastornos nutricionales observados en reptiles en cautiverio
pueden ser prevenidos, y al conocer los factores predisponentes de esta
patología, se puede realizar una correcta prevención de la misma, sobre todo
en base a la alimentación y suplementación para evitar una hipocalcemia
(Mader, 2005). Además, considerando la importancia del calcio, se debe tener
en cuenta que los alimentos disponibles para este tipo de mascotas poseen un
desbalance en la proporción calcio-fósforo, generando una hipocalcemia
secundaria a hiperfosfatemia (Girling, 2003; Jepson, 2009; Nevarez, 2009;
Klaphake, 2010; Martínez-Silvestre et al., 2013).

12. Conclusión

Son numerosos los factores que deben considerarse cuando se tienen


animales en cautividad y sobre todo cuando se trata de especies cuyos
requerimientos nutricionales y condiciones de hábitat si bien son sencillos, no
son tan conocidos por la población.
En relación al caso clínico presentado en esta Tesina, la implementación
de una metodología de diagnóstico, tratamiento y seguimiento del paciente,
constituye una herramienta de importancia a aplicar para la resolución de casos
semejantes.
Paralelamente, aporta información acerca de cuáles serían las
condiciones adecuadas del medioambiente y de una dieta balanceada, sobre
todo con respecto al calcio, como medida de prevención en la distocia de
reptiles.

47
Brindar información a propietarios de reptiles en cautiverio en relación
tanto a requerimientos nutricionales como a condiciones adecuadas de su
medioambiente, es de vital importancia para una exitosa prevención,
reconocimiento y tratamiento de enfermedades del tracto reproductivo.

13. Referencias bibliográficas

- Albert, A.; Bayón, A.; Talavera, J.; Fernández del Palacio, M. J. (2001).
Manifestaciones clínicas secundarias a hipocalcemia e hiperfosfatemia
severas en una iguana verde (Iguana iguana). Asociación de Veterinarios
Españoles Especialistas en Pequeños Animales. Vol 21, N° 1, pp 50-56.
- Álvarez-Carrión, B.; Sanz Tolón, A. V.; Vicente Rubiano, M.; Ortega Martín,
C. (2009). Estudio de problemas de gestación en Chamaeleo Calyptratus.
Revista Complutense de Ciencias Veterinarias. Vol 3, pp 351-359.
- Bel, L.; Mihalca, A.; Peştean, C.; Ober, C.; Oana, L. (2015). Surgical
Management of Dystocia in Snakes and Lizards. Bulletin of University of
Agricultural Sciences and Veterinary Medicine. Vol 72, N° 1, pp 205-206.
- Cuadrado, M.; Díaz-Paniagua C.; Quevedo, M. A.; Aguilar, J. M.; Molina
Prescott, I. (2002). Hematology and clinical chemistry in dystocic and
healthy post-reproductive female chameleons. Journal of Wildlife Diseases,
Vol 38, N° 2, pp. 395-401.
- Funk, R. S. (2002). Lizard reproductive medicine and surgery. Veterinary
Clinics of North America: Exotic Animal Practice. Vol 5, pp 579–613.
- Gibbons, P. M.; Klaphake, E.; Carpenter, J. W. (2013). Reptiles, pp 51-98.
In: Carpenter, J. W.; Marion, C. J. Exotic Animal Formulary, Fourth Edition.
Saunders Elsevier, China.
- Girling S. (2003). Reptiles and Amphibians, pp 104-192. In: Girling S.
Veterinary Nursing of Exotic Pets. Blackwell Publishing, Oxford.
- Gross, T.; Guillette, L. J.; Gross, D. A.; Cox, C. (1992). Control of
oviposition in reptiles and amphibians. Proceedings of the Joint Meeting of
AAZV/AAW, pp 158-166.

48
- Hall, A. J.; Lewbart, G. A. (2006). Treatment of dystocia in a leopard gecko
(Eublepharis macularius) by percutaneous ovocentesis. The Veterinary
Record. Vol 158, pp 737-739.
- Hutchins, M.; Murphy, J. B.; Schlager, N. (2003). Grzimek’s Animal Life
Encyclopedia, Second Edition, Volume 7: Reptiles. The Gale Group,
Canada.
- Jacobson E. R. (2007). Overview of Reptile Biology, Anatomy, and
Histology, pp 1-130. In: Jacobson E. R. Infectious diseases and pathology
of reptiles: color atlas and text. CRC Press Taylor & Francis Group, USA.
- Jepson, L. (2009). Lizards, pp 230-269. In: Jepson, L. Exotic Animal
Medicine: A Quick Reference Guide. Saunders Elsevier, China.
- Judah, V.; Nuttall, K. (2008). Reptiles, pp 156-190. In: Judah, V.; Nuttall, K.
Exotic Animal Care and Management. Thomson Delmar Learning, Canada.
- Klaphake, E. (2010). A Fresh Look at Metabolic Bone Diseases in Reptiles
and Amphibians. Veterinary Clinics of North America: Exotic Animal
Practice. Vol 13, pp 375-392.
- Kottwitz, J.; Coke, R. (2007). Unusual Pet Care Volume II. Zoological
Education Network, USA.
- Lloyd, M. L. (1990). Reptilian distocias review causes, prevention,
management and comments on the synthetic hormone vasotocin.
Proceedings of the American Association of Zoo Veterinarians, pp. 290-
296.
- Mader, D. R. (2005). Reptile medicine and surgery. W. B. Saunders
Company, USA.
- Mans, C.; Braun, J. (2014). Update on Common Nutritional Disorders of
Captive Reptiles. Veterinary Clinics of North America: Exotic Animal
Practice. Vol 17, pp 369-395.
- Martínez-Silvestre, A.; Lavin, S.; Cuenca, R. (2013). La bioquímica
sanguínea en clínica de reptiles. Consulta de Difusión Veterinaria. N° 200,
pp 31-40.
- Nevarez J. (2009). Lizards, pp 164-206. In: Mitchell, M. A.; Tully Jr., T. N.
Manual of Exotic Pet Practice. Saunders Elsevier, China.

49
- O'Malley, B. (2005). General anatomy and physiology of reptiles, pp 17-39;
Lizards, pp 57-75. In: O'Malley, B. Clinical Anatomy and Physiology of
Exotic Species. Saunders Elsevier, Germany.
- Pees, M. (2011). Reptiles, pp 308-439. In: Krautwald-Junghanns, M. E.;
Pees, M.; Reese S.; Tully, T. Diagnostic Imaging of Exotic Pets.
Schlütersche, Germany.
- Rivera S. (2008). Health assessment of the reptilian reproductive tract.
Journal of Exotic Pet Medicine. Vol 17, N° 4, pp 259-266.
- Stahl, S. J. (2003). Pet Lizard Conditions and Syndromes. Seminars in
Avian and Exotic Pet Medicine. Vol 12, N° 3, pp 162-182.
- Sykes, J. M. (2010). Updates and Practical Approaches to Reproductive
Disorders in Reptiles. Veterinary Clinics of North America: Exotic Animal
Practice. Vol 13, pp 349-373.

50

También podría gustarte