Saubidet, Mariana
Saubidet, Mariana
-UNCPBA-
Diciembre, 2016
Tandil
Distocia secundaria a hipocalcemia en un Gecko Crestado
(Rhacodactylus ciliatus) en cautiverio
A mi hermano Manuel, gracias por ser el mejor hermano y amigo que existe.
Sos capaz de mucho más de lo que pensás. Gracias por tus consejos y por
hacer más divertidos nuestros momentos juntos.
1. Introducción 1
2. Factores relacionados con la aparición de distocia en reptiles 3
2.1. Generalidades 3
2.2. Etiología 4
2.3. Características reproductivas de los lagartos 5
2.3.1. Características y reproducción de los geckos 6
3. Gecko Crestado (Rhacodactylus ciliatus): factores a considerar 8
cuando están en cautiverio
4. Metabolismo del calcio en reptiles 9
4.1. Hipocalcemia en reptiles y medidas para evitarla 12
5. Signos clínicos de la distocia en reptiles 16
6. Diagnóstico de la distocia en reptiles 17
6.1. Pruebas de laboratorio 17
6.2. Diagnóstico por imágenes 19
6.2.1. Radiografía 20
6.2.2. Ultrasonografía 22
6.2.3. Otros métodos 24
7. Tratamiento 24
7.1. Médico 25
7.2. Quirúrgico 28
8. Pronóstico y complicaciones 33
9. Prevención 35
10. Descripción del caso clínico 36
10.1. Datos demográficos 36
10.2. Motivo de consulta 36
10.3, Antecedentes relevantes 37
10.4. Tratamientos previos del problema actual 38
10.5. Evaluación inicial 38
10.6. Estudios complementarios 39
10.7. Diagnóstico diferencial 40
10.8. Hipótesis 40
10.9. Detalles de procedimientos 40
10.10. Objetivos terapéuticos 41
10.11. Plan de tratamiento 42
10.12. Pronóstico 43
10.13. Evaluaciones de seguimiento 43
10.14. Evolución y resultados terapéuticos 45
11. Discusión 46
12. Conclusión 47
13. Referencias bibliográficas 48
1. Introducción
1
El diagnóstico de enfermedades del tracto reproductivo puede resultar
difícil en algunas especies de reptiles, y se basa en la obtención de su historia
clínica, los hallazgos del examen físico, y los resultados de pruebas de
laboratorio, radiografía, ecografía y/o endoscopia (Rivera, 2008). El ultrasonido
o las radiografías se pueden utilizar para confirmar el diagnóstico (Stahl, 2003).
En referencia al tratamiento para esta patología, la oxitocina se puede
utilizar, aunque es menos eficaz en lagartos en comparación con los quelonios.
La vasotocina arginina es la hormona equivalente a la oxitocina en los reptiles y
puede ser más efectiva, pero está disponible en la actualidad sólo como un
fármaco de investigación (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006; Sykes, 2010).
La cirugía está indicada sólo cuando las técnicas no invasivas no han
sido exitosas para solucionar la distocia o si hay evidencia que el pasaje natural
de los huevos o fetos no es posible (Mader, 2005; Hall y Lewbart, 2006;
Nevarez, 2009; Sykes, 2010).
Para los casos de distocia que son refractarios al tratamiento médico,
una segunda opción de tratamiento, utilizada en serpientes y tortugas, es
aspirar la yema de los huevos retenidos por ovocentesis percutánea,
reduciendo así su tamaño y facilitando la oviposición natural (Hall y Lewbart,
2006).
Aunque algunas condiciones secundarias a la distocia, tales como la
peritonitis por yema de huevo, llevan a un mal pronóstico, la mayoría de los
trastornos del tracto reproductivo de los reptiles tienen un pronóstico más
favorable si se diagnostica y se trata a tiempo (Rivera, 2008). El pronóstico
para la sobrevida es excelente en la mayoría de los casos, si la hembra
presenta buen estado general. La reproducción futura tiene generalmente una
prognosis de buena a excelente si no hubo complicaciones durante la distocia y
si al menos uno de los oviductos fue dejado intacto (Mader, 2005).
Los objetivos de esta tesina son: 1) realizar una revisión literaria sobre
aspectos relacionados con la distocia secundaria a hipocalcemia en lagartos,
así como las características fisiológicas y reproductivas de utilidad para su
diagnóstico y prevención, y 2) describir un caso clínico en un Gecko Crestado
(Rhacodactylus ciliatus).
2
2. Factores relacionados con la aparición de distocia en
reptiles
2.1. Generalidades
3
2008; Sykes, 2010). Los ovarios poseen folículos, los cuales aumentan de
tamaño pero no liberan el óvulo dentro del tracto reproductivo. Esto puede dar
como resultado dos ovarios que contienen entre 30 a 40 folículos, desplazando
todos los otros órganos de la cavidad celómica (Girling 2003). El espacio
ocupado por esta masa de largos folículos a menudo lleva a los signos clínicos
de anorexia y disnea. Los folículos retenidos a menudo se vuelven friables y
pueden romperse, llevando a una peritonitis por yema de huevo (Rivera, 2008).
La distocia post-ovulatoria ocurre cuando la ovulación se produce dentro
del oviducto pero los huevos no han sido depositados o sólo una porción de
ellos fueron liberados (Stahl, 2003). Tanto la retención de huevos como el
estasis folicular son comunes en geckos leopardo, pudiendo también aparecer
en ellos la peritonitis por yema de huevo (Stahl, 2003).
2.2. Etiología
4
(Girling, 2003; Nevarez, 2009). Un inapropiado nido o la falta de sustrato para
el mismo, luz inadecuada, condiciones térmicas incorrectas, malnutrición,
deshidratación, estrés y enfermedades metabólicas como la hipocalcemia
pueden llevar a una distocia (Girling, 2003).
Una pobre condición física de la hembra también puede transformarse
en causal de distocia (Cuadrado et al., 2002). Los reptiles en cautiverio son
extremadamente sedentarios en comparación con sus contrapartes salvajes y,
como resultado, pueden poseer un pobre tono muscular. La oviposición
requiere de un esfuerzo muscular substancial, y si una hembra está en pobre
condición debido a una inactividad, puede no completar esa tarea (Funk, 2002;
Stahl, 2003; Mader, 2005; Rivera, 2008; Sykes, 2010). Un cultivo bacteriano del
huevo retenido o de los fetos usualmente revela uno o más microorganismos,
pero es difícil determinar si es debido a que éstos causan la distocia o si han
invadido a causa de ella.
5
Las hembras poseen ovarios pares con folículos que crecen hasta un
tamaño considerable durante la temporada reproductiva, pudiendo además,
producir y poner huevos infértiles ante la ausencia de un macho (Nevarez,
2009).
7
3. Gecko Crestado (Rhacodactylus ciliatus): factores a
considerar cuando están en cautiverio
9
el tracto gastrointestinal y el cerebro (Klaphake, 2010). La forma activa del
calcio en el cuerpo es la molécula iónica con carga doble (Ca2+) (Girling,
2003).
Los huesos son el principal sitio de almacenamiento del calcio corporal,
con cerca del 99% del calcio total. La reserva extraósea de calcio existe en
algunos reptiles. Los geckos diurnos hembras (Phelsuma spp.) reservan calcio
en sacos endolinfáticos, visibles como inflamaciones blancas en el cuello
(Mans y Braun, 2014).
Los niveles de calcio séricos normales para reptiles, varían entre las
especies y dependen del estado fisiológico, oscilando entre 8 y 11 mg/dl. Si
bien estos valores se refieren al calcio total (iónico y ligado a proteínas) esto
debería interpretarse con precaución en especies ovíparas, en las que hay
importantes elevaciones durante la vitelogénesis. Por ello, en los reptiles se
tiende cada vez más a interpretar los niveles de calcio iónico para diagnosticar
procesos metabólicos o de depósito, como la osteodistrofia o las
mineralizaciones ectópicas, respectivamente (Martínez-Silvestre et al., 2013).
Una proporción calcio-fósforo de 2:1 es requerida en los reptiles en
crecimiento, y de 1,5:1 para adultos. Sin embargo, en altos períodos de puesta
de huevos puede ser necesario una proporción de 10:1 para mantener el ritmo
de depósito de calcio en las cáscaras (Girling, 2003).
La absorción de calcio es regulada por el tipo de calcio, los niveles de
fósforo en la dieta, el estado del tracto gastrointestinal, y los niveles de
colecalciferol (vitamina D3), calcitonina y parathormona (Albert et al., 2001:
Klaphake, 2010). El calcio y el fósforo forman un conglomerado, llamado
hidroxiapatita, principal componente de huesos y dientes. Como en los
mamíferos, el magnesio también puede tener un rol en la regulación del calcio
(Klaphake, 2010).
El siguiente factor a considerar es el colecalciferol y su metabolismo
depende del tipo de reptil. Para la mayoría de las serpientes, cocodrilos y
algunos quelonios, el estilo de vida nocturno y la ingestión de la presa completa
parecen haber llevado a una evolución por la cual el colecalciferol es
recolectado completamente vía oral a través de la dieta. Para muchos lagartos
que son diurnos e insectívoros o herbívoros, y algunos quelonios, los rayos UV-
B (280-315 nm) y UV-A (315-400 nm) son necesarios para activar la reacción
10
del colecalciferol. La provitamina D3 (7-dehidrocolesterol) es convertida en la
piel por los rayos UV-B y UV-A en previtamina D3 la cual es
termoquímicamente isomerizada en colecalciferol en la piel, fenómeno que se
incrementa con altas temperaturas. Sin embargo, si se desarrollan niveles
excesivos de colecalciferol, el mismo proceso puede metabolizarlo y dar
tacisterol inerte o lumisterol, o volver a provitamina D3. No está determinado si
la inversión de este mecanismo funciona o no en reptiles dependientes
completamente de un colecalciferol proveniente de la dieta.
Una vez que el colecalciferol está dentro del cuerpo, sin importar si
proviene de la dieta o de la conversión por los rayos UV-B/UV-A, viaja al
hígado, donde es hidroxilado en calcidiol (25-dihidroxicolecalciferol), luego pasa
a riñón para una hidroxilación final y se convierte en calcitriol (1, 25-
dihidroxicolecalciferol) que es la forma biológicamente activa de la vitamina D3.
El calcitriol aumenta la absorción gastrointestinal de calcio y fósforo, estimula la
liberación de calcio desde los huesos como consecuencia de una mayor
actividad osteoclástica, induce la estimulación del sistema inmune, y crea un
microambiente relativamente inhóspito para células neoplásicas (Klaphake,
2010; Martínez-Silvestre et al., 2013). Además, su presencia es necesaria para
que las células osteolíticas respondan a la parathormona, permitiendo así la
desmineralización ósea.
Cuando disminuye la calcemia se estimula la glándula paratiroides que
produce parathormona, la cual actúa a varios niveles. El papel principal de la
parathormona es el de mantener los niveles de calcio sanguíneos normales,
mediante su acción a nivel óseo donde promueve la movilización de los
depósitos de calcio, a nivel renal donde favorece la excreción de fósforo, la
reabsorción de calcio y acelera la formación de calcitriol, y a nivel de la mucosa
intestinal donde aumenta la absorción de calcio. Por otro lado, ante aumentos
del calcio sérico, en reptiles se estimula la glándula ultimobranquial que secreta
calcitonina, la cual inhibe la resorción ósea, contribuyendo a la deposición de
calcio en los huesos, y además produce un feedback negativo que actúa
directamente en la liberación de la parathormona (Albert et al., 2001; Klaphake,
2010; Martínez-Silvestre et al., 2013).
11
4.1. Hipocalcemia en reptiles y medidas para evitarla
12
en calcio. La mayoría de los insectos disponibles comercialmente que son
brindados a los reptiles como alimento tienen una proporción invertida de
calcio-fósforo y son deficientes en vitamina D3, predisponiendo a los reptiles
insectívoros al hiperparatiroidismo nutricional secundario (Girling, 2003; Mans y
Braun, 2014). Por lo tanto, para proveer el calcio adecuado y alcanzar una
proporción adecuada de calcio-fósforo de al menos 1:1, los insectos deben ser
espolvoreados con un polvo de calcio inmediatamente antes de ser brindados a
los reptiles. Otra forma de suplementación es alimentar al insecto con un
suplemento de calcio, mezclándolo en su comida, de 24 a 48 horas antes de la
alimentación del reptil (Girling, 2003; Mans y Braun, 2014).
La hipocalcemia puede favorecer una retención de huevos secundaria a
una disminución de la capacidad del oviducto a contraerse normalmente (Stahl,
2003). Los signos clínicos de la deficiencia de calcio varían pudiendo llegar a
ser letargia, apetito reducido, constipación o distocia. Sin embargo, estos
signos clínicos no son específicos, y otras enfermedades o problemas de
manejo deberían ser descartados. Deformaciones óseas o fracturas causadas
por una desmineralización de los huesos son comunes en reptiles con
deficiencia de calcio, siendo las fracturas de las extremidades o costillas las
más vistas en lagartos. Una desmineralización de la mandíbula y del maxilar
podría ocurrir, dando lugar tanto a deformaciones como a una flexibilidad
aumentada. Una vez que las reservas de calcio del cuerpo son agotadas lo
suficiente, como para que los niveles de calcio sanguíneos no puedan ser
mantenidos a niveles adecuados, pueden observarse espasmos musculares,
temblores, parálisis y signos neurológicos. Estos signos clínicos son
consecuencia de una crisis hipocalcémica, la cual es considerada como una
descompensación aguda de un hiperparatiroidismo nutricional secundario
crónico (Mans y Braun, 2014). Por otro lado, se ha visto en iguanas verdes
hembra con distocia, un nivel bajo de calcio ionizado con reservas totales de
calcio en el cuerpo normales, que presentaron hiperexcitabilidad, convulsiones
y muerte (Girling, 2003).
Para mantener la calcemia se produce una movilización de los depósitos
de calcio de los huesos lo que conlleva a una disminución en la densidad ósea,
pudiendo aparecer en determinados casos una osteodistrofia fibrosa. Aun así
los huesos se debilitan, y otro de los hallazgos radiológicos descritos y que
13
suceden de forma tardía en el desarrollo de este proceso incluyen, fracturas
óseas, fallo en la formación de callo óseo, arqueamiento de huesos largos,
cifosis, lordosis y escoliosis (Albert et al., 2001; Girling, 2003).
Una historia completa permitirá identificar un manejo y/o una dieta
inadecuada, mientras que los niveles plasmáticos de calcio tienen poco o
ningún valor para evaluar el calcio corporal total y diagnosticar la hipocalcemia
debido a los complejos mecanismos homeostáticos que controlan sus niveles
sanguíneos. Sin embargo, en el caso de una crisis aguda de hipocalcemia, el
calcio sanguíneo total puede ser diagnóstico, confirmando la sospecha clínica.
El calcio ionizado debe ser medido cuando sea posible en los casos que
presentan temblores musculares, depresión o comportamiento similar a una
convulsión. Evaluar la proporción total de calcio-fósforo en sangre es
importante ya que una proporción igual o menor a 1:1 es preocupante y a
menudo está asociada con un hiperparatiroidismo nutricional secundario o un
hiperparatiroidismo renal secundario. La radiografía permite la evaluación de la
calidad ósea, el grado de desmineralización, fracturas y deformaciones óseas.
Sin embargo, la mineralización ósea debe disminuir entre un 40% y 50% para
que los cambios radiográficos sean detectables (Mans y Braun, 2014).
La terapia médica en los procesos de hipocalcemia tiene como objetivo
inicial mantener las funciones vitales, tratando de estabilizar la funcionalidad de
las membranas neuronales, el equilibrio hidroelectrolítico y asegurando un
aporte energético adecuado. Se puede optar por un aporte directo de calcio, o
también favorecer su absorción en el tracto digestivo mediante el uso de
vitamina D, la instauración de una fluidoterapia adecuada y la administración de
alimentos energéticos. Para la primera opción, el gluconato de calcio debe ser
diluido y administrado de forma subcutánea, intramuscular o intravenosa a una
dosis de 50-100 mg/kg. La forma intravenosa sería de elección si un reptil
presenta una crisis aguda de hipocalcemia con signos clínicos como temblores
musculares, espasmos o parálisis, mientras que las vías subcutánea o
intramuscular serían efectivas en pacientes menos críticos. La repetición de
una administración parenteral debe ser limitada debido al riesgo de
calcificación tisular metastásica pero puede ser necesaria una administración
repetida si los signos clínicos se repiten. Una vez que la condición clínica ha
mejorado y los pacientes están estables, debe iniciarse la suplementación oral
14
con calcio. Inicialmente se suele administrar vitamina D para favorecer la
absorción de calcio, y luego puede ser administrado glubionato cálcico o
carbonato de calcio a una dosis de 10-50 mg/kg cada 24 horas. Es importante
considerar la corrección de las condiciones de manejo y alimentación del reptil
para su recuperación y mantenimiento a largo plazo. Debido a que la síntesis
endógena de vitamina D es termodependiente y la absorción de calcio en el
tracto digestivo también lo es, es preciso mantener al reptil dentro de su rango
de temperatura corporal. Finalmente, la dieta debe estar equilibrada en cuanto
a los minerales calcio y fósforo con una relación entre ambos de 2:1 (Albert et
al., 2001; Mader, 2005).
La administración de vitamina D3 en los casos de hiperparatiroidismo
nutricional secundario es controversial debido al riesgo de intoxicación y
calcificación tisular metastásica. En la mayoría de los casos de
hiperparatiroidismo nutricional secundario, la exposición a la radiación UV-B es
preferible antes de la administración de vitamina D. En casos en que la función
hepática o renal este dañada y la síntesis endógena de vitamina D3 no
funcione correctamente, debe considerarse la administración de vitamina D3
biológicamente activa (calcitriol a una dosis de 100-400 UI/kg de forma
intramuscular, subcutánea u oral cada 7 días por 2-3 dosis).
La identificación de trastornos concurrentes o secundarios, como
deshidratación o infecciones bacterianas o parasitarias secundarias, es
importante para ayudar a la recuperación (Mans y Braun, 2014).
Una exposición a cantidades y longitudes de onda adecuadas de
radiación UV-B es importante particularmente en reptiles herbívoros. Diferentes
materiales usados comúnmente en los recintos de reptiles, como el acrílico,
vidrio y alambre, pueden llevar a una reducción de la radiación UV-B ya que
bloquean estos tipos de rayos. Por lo tanto, es muy importante que no haya ni
vidrio ni acrílico entre el reptil y la fuente de luz UV-B. La exposición a luz solar
directa es preferible antes que la radiación UV-B artificial cada vez que sea
posible (Mader, 2005; Mans y Braun, 2014).
15
5. Signos clínicos de la distocia en reptiles
16
observados en un lagarto grávido, se deben tomar medidas inmediatamente
para corregir la distocia, dado que usualmente lo lleva a la muerte en algunos
días a diferencia de lo que puede ocurrir en las serpientes las que pueden
tolerar una distocia por largos periodos (Girling, 2003; Mader, 2005).
Con el tiempo, el reptil afectado se vuelve anoréxico y letárgico y a
menudo sucumbe a enfermedades secundarias y desnutrición (Girling, 2003).
A pesar de que los folículos pueden ser reabsorbidos en algunos
reptiles, si no se trata, los folículos retenidos pueden romperse, llevando a
peritonitis por yema de huevo, debilitación profunda, y muerte (Sykes, 2010).
17
y a los mamíferos, los intervalos o rangos de normalidad de los diferentes
parámetros analizados son, por lo general, más amplios y están sujetos a
variaciones ambientales importantes. En consecuencia, algunos de los
intervalos de referencia históricamente publicados, no han tenido en cuenta las
condiciones ambientales y los parámetros fisiológicos del animal, como su
estado nutricional, el sexo o la edad. A ello se suman otras fuentes adicionales
de variación como son los métodos de recogida de las muestras, su manejo y
la técnica empleada. Para la interpretación de resultados en este campo, se
recomienda utilizar “niveles de decisión”, es decir valores umbral, por encima o
por debajo de los cuales se toma una decisión en respuesta al valor de un
parámetro. Recientemente se ha comenzado a aplicar en reptiles el “índice de
individualidad”, según el cual la posibilidad de una elevada variación individual
en cualquier parámetro analizado invalida bastante su utilidad diagnóstica. En
valores que tengan elevada homogeneidad poblacional, la fiabilidad diagnóstica
será mayor que en parámetros que tengan elevada variación individual
(Martínez-Silvestre et al., 2013).
Un recuento completo de células sanguíneas y un análisis bioquímico
del plasma a menudo son de utilidad para evaluar el estado general de salud
del reptil (Figura 5) (Rivera, 2008; Martínez-Silvestre et al., 2013). Un conteo
elevado de glóbulos blancos con neutrófilos con granulación tóxica y
elevaciones de los valores de calcio en sangre respalda el diagnóstico de
distocia (Stahl, 2003; Sykes, 2010; Gibbons et al., 2013). El conteo diferencial
de leucocitos muestra una predominancia de linfocitos, mientras que el conteo
de eritrocitos en reptiles está influenciado por la condición reproductiva, con
tendencia a disminuir en las hembras preñadas. Las hembras con distocia
pueden mostrar niveles altos de las enzimas aspartato aminotransferasa y
creatinina quinasa sérica, sugiriendo lesiones musculares causadas por los
esfuerzos en los intentos de oviposición (Cuadrado et al., 2002).
18
Figura 5: extracción de sangre de la vena central coccígea en una iguana
verde (Iguana iguana).
19
manudo necesarias para alcanzar un diagnóstico definitivo y particularmente
las modalidades de imágenes tienen una importancia especial para
diagnosticar cambios patológicos que afectan el tracto genital (Pees, 2011).
Diferenciar los folículos ováricos, presentes en la distocia pre-ovulatoria,
de los huevos dentro del oviducto en la distocia post-ovulatoria puede ser
desafiante y requerir un diagnóstico por imágenes. En general, los folículos
ováricos tienden a estar más hacia dorsal y esféricos y no tan movibles como
los huevos dentro del oviducto, los cuales usualmente son más oblongos y se
ubican hacia ventral o caudal dentro del abdomen (Stahl, 2003; Pees, 2011).
6.2.1. Radiografía
20
determinar la preñez e identificar las causas mecánicas de la distocia (Rivera,
2008; Sykes, 2010).
21
Figura 7: radiografía de un gecko Uroplatus henkeli grávido, donde se nota el
espesor de la cáscara de los huevos. Este animal mostraba signos de hipocalcemia
como temblores y debilidad (Sykes, 2010).
6.2.2. Ultrasonografía
23
6.2.3. Otros métodos
7. Tratamiento
24
7.1 Médico
7.2. Quirúrgico
28
En general, el útero, los oviductos y los ovarios de los reptiles son
bastante móviles dentro de la cavidad celómica. En muchos casos, para el
momento en que la cirugía es elegida, los huevos o fetos han comenzado a
deteriorarse y están adheridos al útero, el cual es a menudo muy fino y friable
(Mader, 2005).
Para realizar una cirugía en lagartos, el gas isoflurano es el mejor
agente anestésico. Este puede ser utilizado como agente inductor al 5%, o
puede administrarse un agente inyectable como la ketamina, propofol o
tiletamina-zolazepam (Funk, 2002; Bel et al., 2015). El animal debe ser
intubado y mantenido con isoflurano al 2% o 3% durante toda la cirugía, con
una ventilación de 2 a 4 respiraciones por minuto (Funk, 2002; Bel et al., 2015).
Es recomendable que el paciente sea mantenido a la temperatura ideal de la
especie durante la anestesia y cirugía, y que se administren antibióticos pre-
quirúrgicos, ya que la piel de los lagartos puede ser difícil de desinfectar (Funk,
2002).
La cirugía para remover los huevos en lagartos se realiza mediante una
incisión paramediana a través de la piel con una hoja de bisturí, para evitar la
vena abdominal ventral localizada justo por debajo de la piel a lo largo de la
línea media desde el ombligo (Figura 10) (Funk, 2002; Mader, 2005; Jepson,
2009; Sykes, 2010; Bel et al., 2015).
29
En los casos de distocia pre-ovulatoria o estasis folicular, los ovarios son
removidos dejando intactos el oviducto y útero, los cuales se atrofian sin
complicaciones médicas (Figura 11). En los casos de distocia post-ovulatoria o
retención de huevos, donde los huevos están dentro del oviducto o del útero,
estas estructuras deben ser removidas, lo cual permite un acceso mejor a los
ovarios (Figura 12). Si el oviducto y útero son removidos, los ovarios deben
retirarse junto con ellos, ya que pueden quedar activos y provocar una
ovulación dentro de la cavidad celómica y una peritonitis subsecuente (Funk,
2002; Mader, 2005; Sykes, 2010). Es por esto que, si el tiempo y la condición
del paciente lo permiten, la extracción de ambos ovarios junto con el oviducto y
útero son recomendados. En los casos donde la condición del paciente no
permite una cirugía extensa, pueden removerse sólo los ovarios (Mader, 2005;
Sykes, 2010).
30
Figura 12: exteriorización del oviducto con huevos retenidos en una
salpingectomía de un camaleón de Yemen (Chamaeleo calyptratus) (Álvarez-Carrión
et al., 2009).
32
Figura 13: ovocentesis percutánea en un gecko leopardo (Eublepharis
macularius) de 15 meses (Hall y Lewbart, 2006).
8. Pronóstico y complicaciones
33
quirúrgico, debido a la extensión de la cirugía y a la condición pre-quirúrgica
pobre de los lagartos con distocia, la prognosis debe ser menos optimista.
Algunas veces, inmediatamente luego de una cirugía exitosa se observa un
cambio positivo dramático en la actitud del lagarto (Mader, 2005; Hall y
Lewbart, 2006).
Mientras que el potencial para una reproducción futura es bueno, hay
evidencia que sugiere que los animales que han tenido un episodio de
retención de huevos en el pasado son más predispuestos a retener huevos en
el futuro. El aumento de la incidencia de las distocias repetidas puede estar
relacionado a una falla en la corrección del problema causante (Mader, 2005).
El prolapso del oviducto es una secuela común de la distocia. El
oviducto prolapsado puede contener huevos, y para solucionar este problema
se requiere de la eliminación de los mismos seguido de una celiotomía para
permitir la reducción del tejido. Si el oviducto prolapsado está muy dañado, es
posible que tenga que ser eliminado, y el ovario en el mismo lado debería
retirarse para evitar la ovulación dentro de la cavidad celómica y prevenir una
posterior peritonitis por yema de huevo (Rivera, 2008).
Un problema frecuente en lagartos y asociado a la distocia es que tanto
los folículos pre-ovulatorios como los huevos pueden romperse y provocar una
salida del contenido a la cavidad celómica dando lugar a una peritonitis por
yema de huevo. La fuga de la yema de un folículo o huevo roto en la cavidad
celómica puede incitar de una moderada a severa respuesta inflamatoria con
deposición de fibrina y espesamiento de la superficie serosa de la víscera, la
cual, si no se trata, a menudo resulta en la muerte del animal (Cuadrado et al.,
2002; Stahl, 2003; Mader, 2005; Sykes, 2010). La peritonitis por yema de
huevo es una de las enfermedades más comunes del tracto reproductivo y es
una de las causas etiológicas principales de muerte en los lagartos en
cautividad (Stahl, 2003; Mader, 2005). La peritonitis por yema de huevo y la
distocia son propensas a ser anomalías reproductivas relacionadas entre sí. El
manejo exitoso de esta condición se basa en un diagnóstico y tratamiento
temprano. Los signos clínicos asociados con peritonitis por yema de huevo
incluyen anorexia, letargia, diarrea, ausencia de deposiciones fecales, y dolor a
la palpación del abdomen. El diagnóstico definitivo de la peritonitis por yema de
huevo puede ser realizado mediante la identificación ecográfica de fluido dentro
34
del celoma, aspiración y análisis del material, o celioscopía. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que la ausencia de efusión celómica no descarta la
presencia de peritonitis por yema de huevo (Stahl, 2003). Los cuidados de
apoyo y la estabilización del paciente antes y después de la cirugía mediante
una terapia antibiótica sistémica y la mantención del balance de hidratación,
son esenciales ya que muchos pacientes con peritonitis por yema de huevo
están a menudo severamente comprometidos. El tratamiento requiere una
celiotomía exploratoria y un lavaje extenso, y en muchos casos, puede ser
requerida una ovariectomía bilateral (Stahl, 2003; Mader, 2005). Se debe tener
precaución en la zona craneal de esta incisión para evitar el esparcimiento de
material contaminado hacia este sector (Stahl, 2003).
9. Prevención
36
dificultad respiratoria la cual había comenzado dos días previos a la consulta,
disorexia el día precedente a la consulta y anorexia el día de la consulta. Hacía
dos días que había disminuido su actividad de caza y desplazamiento. El caso
fue derivado de inmediato a los clínicos a cargo de los “nuevos animales de
compañía”.
37
10.4. Tratamientos previos del problema actual
38
una producción de heces marrones blandas normales en el momento de la
consulta.
Debido al tamaño del animal, la auscultación cardiaca mediante
fonendoscopio no fue posible, por lo que se auscultó mediante doppler, no
encontrándose anormalidades.
A la auscultación pulmonar, se determinó una frecuencia respiratoria de
36 respiraciones por minuto (taquipnea) con una fase inspiratoria más
prolongada. Sin embargo, no se encontraron ruidos respiratorios anormales.
10.8. Hipótesis
Ante los resultados sobre el estado de salud del gecko, el mismo fue
hospitalizado durante 10 días en la zona de nuevos animales de compañía,
40
donde se tomaron todas las medidas necesarias para brindarle un medio
ambiente y alimentos adecuados, y para instaurar un tratamiento en base a la
hipótesis de distocia post-ovulatoria secundaria a hipocalcemia.
Una vez ingresado a la zona de internación, se lo ubicó en un recinto
con una temperatura de 26 grados centígrados, provisto con una fuente de luz
UV-B, alimento fresco, un refugio donde pudiera esconderse y un sitio de
anidación con tierra para estimular la oviposición (Figura 16).
41
10.11. Plan de tratamiento
42
La administración vía oral a través de jeringa, de una alimentación
comercial, se consideró en caso de que la anorexia se prolongara en el tiempo.
La cirugía reproductiva no fue considerada como tratamiento debido al
estado de salud delicado el animal, por lo que un tratamiento médico se
consideró como primera opción.
10.12. Pronóstico
43
tratamiento se continuó con la administración de 0,03 ml de gluconato de calcio
una vez por día y 0,5 ml de oxitocina tres veces por día.
44
Figura 19: radiografía de control, donde se observa que uno de los huevos se
encuentra próxima al canal de parto.
45
11. Discusión
46
A pesar de la correcta elección del tratamiento para provocar la
oviposición y mejorar las condiciones de vida del gecko, la muerte del animal
no permitió revertir la distocia y observar los resultados finales del tratamiento.
Según la bibliografía consultada, la muerte en lagartos es altamente
frecuente entre los reptiles y pudo haber sido causada por una peritonitis por
yema de huevo (Cuadrado et al., 2002; Stahl, 2003; Mader, 2005; Sykes,
2010). Sin embargo, en este caso no pudo confirmarse debido a la
imposibilidad de realizar una necropsia.
Todos los trastornos nutricionales observados en reptiles en cautiverio
pueden ser prevenidos, y al conocer los factores predisponentes de esta
patología, se puede realizar una correcta prevención de la misma, sobre todo
en base a la alimentación y suplementación para evitar una hipocalcemia
(Mader, 2005). Además, considerando la importancia del calcio, se debe tener
en cuenta que los alimentos disponibles para este tipo de mascotas poseen un
desbalance en la proporción calcio-fósforo, generando una hipocalcemia
secundaria a hiperfosfatemia (Girling, 2003; Jepson, 2009; Nevarez, 2009;
Klaphake, 2010; Martínez-Silvestre et al., 2013).
12. Conclusión
47
Brindar información a propietarios de reptiles en cautiverio en relación
tanto a requerimientos nutricionales como a condiciones adecuadas de su
medioambiente, es de vital importancia para una exitosa prevención,
reconocimiento y tratamiento de enfermedades del tracto reproductivo.
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