Lección 03
Lección 03
Lección 03
“Todo aquel que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios”, por el contrario
“El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Jn. 4:7-8).
“Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha
perfeccionado en nosotros” (1 Jn. 4:12).
“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues
el que no ama a su hermano a quien ha visto ¿Cómo puede amar a Dios a quien
no ha visto?” (1 Jn. 4:20).
“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a
los hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte” (1 Jn. 3:14).
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvieres amor los unos con
los otros” (Jn. 13:35).
“La lámpara del cuerpo es el ojo, así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo
estará lleno de luz” (Mt. 6:22).
“Puestos los ojos en Jesús” (He. 12:2).
Jesús es la luz del mundo y Él afirma: “el que me sigue no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn. 8:12).
Una visión con “ojo bueno”, producirá un cuerpo lleno de luz, es decir, una vida
que brilla en un mundo en tinieblas.
“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Co. 4:6).
Hebreos 6: 18 Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento.
Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta.
Por lo tanto, los que hemos acudido a él en busca de refugio podemos estar bien
confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros.
19 Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a
través de la cortina al santuario interior de Dios. 20 Jesús ya entró allí por
nosotros. Él ha llegado a ser nuestro eterno Sumo Sacerdote, según el orden de
Melquisedec.
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos
de ser; pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a Él,
porque le veremos tal como Él es” (1 Jn. 3:2).
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas” (Jos. 1:9).
Esa es la razón por la que podemos ver el presente con seguridad y el futuro
con esperanza que nos permite dar “a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en
triunfo en Cristo Jesús” (2 Co. 2:14).
2 Corintios 2: 14 Así que, ¡gracias a Dios!, quien nos ha hecho sus cautivos y
siempre nos lleva en triunfo en el desfile victorioso de Cristo.
Ahora nos usa para difundir el conocimiento de Cristo por todas partes como un
fragante perfume.
“Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos
por estrado de tus pies” (Sal. 110:1).
“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que
todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra
al Padre que le envió” (Jn. 5:22-23).
“Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve
contigo antes que el mundo fuese” (17:5).
“Nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble
toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y
toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
(Fil. 2:9-11).