Sesión 2
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OBJETIVOS DE LA SESIÓN
INICIO
Piensa en un momento en el que limpiaste tu casa, tal vez para obedecer a tus padres, para impresionar
a un invitado. ¿Cómo te sentiste al terminar de limpiar? ¿Qué sentiste al deshacerte de las cosas
que ya no necesitabas?
Al igual que nuestros hogares, nuestras vidas espirituales también necesitan una limpieza. En honor
de la santidad, debemos desechar algunos asuntos de nuestro corazón para hacer sitio a los nuevos
deseos y hábitos que nos llevan a Cristo.
LEE
1 PEDRO 2:1-12
A partir del capítulo 2, Pedro empieza a ofrecer una visión práctica de cómo es una vida santa.
Reparta la lectura 1 Pedro 2:1-12, por favor.
Muchas versiones bíblicas en español traducen la primera palabra del versículo 1 como «por lo
tanto». Describe brevemente de qué manera las palabras de Pedro en los siguientes versículos se
relacionan con el contenido del capítulo 1. Es decir, ¿por qué está ahí el «por lo tanto»? (Hace
referencia a la verdad de que hemos sido engendrados por Dios, que es la base de nuestra obediencia).
Partiendo de lo que estudiamos en la sesión anterior, ¿cómo debe nuestra identidad en Cristo
motivarnos a perseguir la santidad y perseverar en el sufrimiento?
La lista que Pedro menciona en el versículo 1 no es exhaustiva, pero sin duda es aplicable a la
conducta de hoy en día.
¿Cuáles de los ejemplos de conducta pecaminosa de esta lista has visto en otros? ¿Qué sucede en
tu propia vida?
¿Qué efecto tienen, concretamente en las relaciones con los demás?
Al examinar esta lista con más detalle, resulta evidente que se centra en pecados que desgarran
el tejido social de las relaciones. Cada uno, por su propia naturaleza, crea división y encuentra su raíz
en una mala voluntad (o «maldad») hacia los demás. Esto, obviamente, es un rasgo destructivo en
general, pero lo es más en términos de las relaciones entre los creyentes. Esta divide mientras que el
evangelio habla de unificar el cuerpo de Cristo.
Piensa en el mandato de Pedro del versículo uno: ¿de qué necesitas «deshacerte»?
¿Cómo cambiarían tus relaciones si lo hicieras?
Pedro comienza esta parte de la carta explicando de qué debemos deshacernos para llevar una
vida santa. Pero hay otro aspecto de la santidad: aquello que debemos anhelar para llevar una vida
santa. tener «apetito de santidad». La búsqueda de la santidad no consiste solo en cambiar la
conducta. Requiere un cambio interior en términos de nuestros deseos: aquello que amamos y
odiamos.
Según el versículo 3, ¿qué es para Pedro nuestra motivación para la santidad? (El hecho de haber
«probado ya la bondad del Señor»).
¿Por qué sin el versículo 3, los versículos 1-2 son una motivación ineficaz para la santidad?
(Porque no se fundamenta en nuestra identidad en Cristo. los no cristianos no están interesados en lo
que se hace o no se hace en el cristianismo porque no conocen a Cristo).
¿Cómo ha cambiado tu «apetito» desde que conociste a Cristo? ¿Qué deseas ahora que nunca
hubieras deseado antes?
La santidad no se trata simplemente de lo que evitas o de qué huyes. También se trata de lo que
buscas. Y Pedro deja claro que los cristianos deben anhelar la «leche espiritual no adulterada» de la
misma manera que los niños recién nacidos dependen de su alimento.
UN VISTAZO AL GRIEGO
Fuera de su uso bíblico, el término se suele utilizar para describir algo «racional» o «razonable», algo
que se origina principalmente en la mente. es probable que la «leche» que tiene en mente no sea otra
cosa que la Escritura: la Palabra misma de Dios. Nuestra madurez espiritual como creyentes no se
construye en momentos místicos o de experiencias, sino a través de la transformación de nuestras
mentes por medio de la Palabra de Dios.
A partir del versículo 4, Pedro retoma el tema de la identidad para explicar exactamente quiénes
somos a fin de que entendamos cómo debemos vivir como resultado de ello.
¿Qué es lo que más te llama la atención de las descripciones de nuestra identidad en Cristo en los
versículos 5 y 9-10? ¿Qué puede decirse de la descripción de Jesús en los versículos 6-8?
Podríamos hacer una amplia lista de observaciones sobre estos versículos, pero hay dos aspectos
importantes que debemos considerar aquí. Primero, la experiencia de Jesús es un modelo para
nuestra experiencia como pueblo suyo. Pedro lo describe como «desechado» por el mundo, pero
«precioso» para los creyentes.
Si nuestro Salvador no estuvo libre de sufrimiento, nosotros debemos esperar lo mismo. Pero más
importante aún es que todas las descripciones que Pedro hace de los creyentes en Cristo —el pueblo
elegido, el sacerdocio real, la nación santa— son plurales. Este es un énfasis importante porque
fuimos hechos para estar en comunidad al participar en la obra redentora de Dios. Ese es el motivo
por el cual es crucial pertenecer a un cuerpo de creyentes, para que cada uno de nosotros podamos
servir con los dones que Dios nos ha dado por el bien de su reino.
Cuando piensas en la idea de alcanzar la santidad, ¿te sientes tentado a verla como algo que
tienes que hacer por ti mismo? ¿Cómo cambiaría tu vida espiritual si tuvieras la ocasión de
invitar a otros creyentes a tu vida de una manera más profunda?
Antes de dejar atrás el versículo 9, Pedro hace un comentario final sobre nuestra identidad. Dice que
nos hemos transformado en un pueblo nuevo con un propósito específico : anunciar «los hechos
maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable».
Pedro no nos ordena que convenzamos a los incrédulos a que entren en el reino. Como ya hemos
visto, eso es imposible. La verdadera salvación requiere la obra milagrosa de Dios en nuestro
corazón.
¿Qué ejemplos puedes dar de personas a las que has visto «anunciar» su fe de una manera
perjudicial? ¿Y de personas que has visto anunciarla de una manera útil?
Por medio de Cristo, hemos recibido la misericordia de Dios de tal manera que él nos ha recibido en su
familia y nos ha dado la oportunidad de participar en la propagación de su reino. Además de anunciar
los hechos maravillosos de nuestro Dios, Pedro incluye una responsabilidad final antes de pasar a la
siguiente sección: debemos vivir una vida de rectitud de tal manera que los no creyentes no
tengan motivos para acusarnos de haber hecho algo malo. el mundo debería ver una diferencia en
la forma en la que vivimos. Nuestras acciones deben refutar sus prejuicios sobre los cristianos.
¿Dónde tienes la oportunidad de vivir tu fe de tal manera que te distinga de la forma en que
viven los incrédulos?
En el versículo 12, Pedro menciona específicamente que los no creyentes pueden acusar
injustamente a los cristianos de ser malhechores.
¿Cómo reaccionarias si te acusaran a ti?
ÚLTIMA PALABRA
Si nos comparamos con aquellos que no conocen a Cristo, nuestras vidas deben ser diferentes porque
tenemos una nueva identidad. Sin embargo, no deberíamos mostrar esa diferencia con arrogancia.
Más bien, nuestra nueva identidad debe ser vivida de manera que refleje el amor que Dios nos ha
mostrado. Ya que él es paciente, nosotros también debemos serlo. Así como él es clemente y
misericordioso, así también nosotros debemos extender misericordia y gracia a aquellos que no
aceptan su verdad.
Dios está buscando fieles, no perfectos, y los está atrayendo hacia la madurez espiritual a través de su
Espíritu Santo.
APLICACIÓN PRÁCTICA
Ora: Pide al Señor que te ayude a ver aquellos aspectos de tu vida de los que debes deshacerte y,
cuando lo haga, sigue su consejo intencionadamente.
Habla: Si el Espíritu Santo te ha convencido de la necesidad de compartir con alguien las buenas
nuevas de Jesús, ten el valor de hacerlo esta semana, con la confianza de que él te proporcionará las
palabras.
Rendición de cuentas: Acércate a 2 o 3 creyentes de confianza que te conozcan bien y pídeles que te
ayuden a rendir cuentas en la búsqueda de aquellos aspectos de la santidad en los que más necesitas
crecer.