Cimientos Firmes-Etapa2y3FINAL - EBS

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Edifiquemos Sobre

Cimientos Firmes
Etapas 2 y 3

La continuación de la enseñanza bíblica


para el discipulado de nuevos creyentes
Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes - Etapas 2 y 3

Edición preliminar

Copyright ©2022 por Rick Johnson


Publicado por International Action Ministries
San Diego, California

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro


puede ser copiada o reproducida, de manera parcial o total,
sin la debida autorización escrita de International Action
Ministries.

International Action Ministries


2610 Galveston Street
San Diego, California 92110

ISBN 979-8-9855038-0-7

Impreso en Colombia - Editorial Buena Semilla

2
Contenido
La Introducción 5

Etapa 2 – Una Nueva Relación en Cristo 73


Lección 1 Conociendo a nuestros hermanos de las Escrituras 75
Lección 2 Una nueva vida y nuevas conexiones en Cristo 85
Lección 3 El principio, creación, Adán, y Jesucristo 95
Lección 4 La gracia de Dios revelada desde el principio 101
Una nueva relación en Cristo
Lección 5 Más figuras y sombras del Antiguo Testamento que 109
revelan a Jesús: Abraham, Isaac, José, y Moisés
Lección 6 Para los que están en Cristo, el juicio ha pasado de largo 119
Lección 7 De la esclavitud a la tierra prometida 129
Lecciones para los nacidos-de-nuevo
Lección 8 Desde el Monte Sinaí hasta la tierra prometida: ejemplos, 137
advertencias, instrucciones y lecciones para nosotros hoy
Lección 9 La venida del Libertador 145
Lección 10 La pascua de Jesús y el cumplimiento de las Escrituras 153

Etapa 3 – Una Nueva Relación en la Familia de Cristo 159


Introducción a la Etapa 3 161
Lección 1 La Gran Comisión de hacer discípulos, el Espíritu Santo y 167
el inicio de la iglesia de Jesucristo
Lección 2 La vida y el crecimiento de la iglesia y nuestra nueva relación 173
en la familia de Jesucristo
Lección 3 El mensaje de Jesús y Su creciente iglesia entran en conflicto 179
con la religión y los líderes religiosos
Lección 4 Problemas, dificultades, necesidades, persecución, y vidas 185
transformadas en el crecimiento de la iglesia
Lección 5 El mensaje de salvación en Jesús recibido entre los no judíos 191
Lección 6 El primero de tres viajes misioneros de Pablo 199
Lección 7 El segundo viaje misionero de Pablo, el discipulado multiplicado 207
y el crecimiento de la familia y cuerpo de Cristo
Lección 8 El tercer viaje misionero de Pablo: la multiplicación del 217
discipulado continúa extendiéndose
Lección 9 El discurso de Pablo a los sobreveedores de Éfeso y lo que 223
significa para nosotros
Lección 10 Pelear la buena batalla, terminar la carrera, y permanecer fiel 231

3
Reconocimientos:
Quiero reconocer y expresar mi profundo agradecimiento a los siguientes
compañeros de servicio que hicieron posible este trabajo: Benjamín Beltrán,
David Burdette, Rubén Cáñez, Laury de Ramos, Jairo Rincón Fierro,
Isaí Romero Castro, Juan Elías Salas, Oscar Tovar, y Einer Zuluaga.

Sin su participación sacrificial, revisando y corrigiendo el texto del manual,


su dedicación, trabajo y fidelidad; esta labor nunca habría sido posible.
Su colaboración desde antes del comienzo de este proyecto ha inspirado
la creación de este recurso de enseñanza bíblica para un amplio espectro de
contextos. Estoy eternamente agradecido con cada uno de ustedes.

También quiero agradecer a Edgar Palomino por su generosa colaboración


con las ilustraciones en la introducción del manual, así como el diseño de
la portada. Quiero agradecer a la misión Ethnos360 por su colaboración
con las ilustraciones cronológicas que acompañan las lecciones de
enseñanza. Y de todo corazón, quiero agradecer a mi querida esposa Eunice.
Gracias Eunice por tu paciencia, amor y tu ánimo inspirador. Gracias por
tu dedicación y arduo trabajo en la revisión, corrección y organización de
este material.

Personalmente y en nombre de todos los mencionados anteriormente,


quiero expresar mi profundo respeto y aprecio a USTED que es una de
esas personas usadas por Dios en compartir estas grandes obras de Dios,
Su buena voluntad y Sus propósitos para cada nacido-de-nuevo en el
camino del discipulado. ¡GRACIAS!

Que Dios los bendiga. Todos somos parte de un mismo equipo, una misma
familia, un mismo Espíritu y un mismo propósito. Las palabras no alcanzan
para expresar mi gratitud por todos y cada uno de ustedes.

¡Eres eternamente apreciado! ¡ÁNIMO!

Rick Johnson

4
INTRODUCCIÓN

Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y


reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que
el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para
hacer toda clase de bien.

Palabras que Timoteo recibió de su apreciado mentor espiritual, Pablo


(2 Timoteo 3:16-17). Pablo le aconsejaba en el contexto de tener mucho
cuidado con la cancerosa religiosidad y también, con los que aparentan
devoción a Dios, pero rechazan Su autoridad. Pablo los señaló como
reprobados y fracasados en la fe (2 Timoteo 3:5-8, 13).

Podemos entender que, aunque TODA Escritura es útil en los objetivos


de Dios, no todos los maestros que la enseñan son de provecho para
Sus propósitos. En esta breve porción de su carta, Pablo enfatiza cuatro áreas
donde las Escrituras deben marcar el enfoque del obrero de Dios: enseñanza,
reprensión, corrección, e instrucción.

Los que enseñamos la Palabra debemos evitar toda religiosidad, egoísmo,


vanidad y actitud orgullosa. Para que el obrero de Dios sea de edificación,
debe procurar representar correctamente los propósitos eternos de Dios
revelados en las Escrituras. ¡Que Dios te bendiga, estimado amigo,
haciéndote uno de estos obreros de gran ánimo y edificación, capacitado y
completamente preparado para hacer toda clase de bien, siendo útil para
enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud!

5
Propósitos
Este manual tiene como objetivo servir de guía y apoyo para los maestros
que han concluido la enseñanza de Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes
“Etapa 1”, y que ahora desean continuar en el discipulado de los
nacidos-de-nuevo que resultaron de esa enseñanza. A partir de este punto,
esta guía de instrucción es para los que ya han oído y entendido el
significado del relato de Dios explicado en la “Etapa 1” y están confiando
en la perfecta provisión de Dios en Jesucristo.

Es sumamente importante que cada equipo dedique el tiempo necesario para


estudiar esta introducción, dialogando juntos sobre cada parte. La buena
preparación de su equipo con esta introducción influirá directamente en
el éxito en su trabajo. Este manual contiene la enseñanza que vamos a llamar
las “Etapas 2 y 3” de Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes.

Etapa 2
La Etapa 2 es un breve resumen y repaso de lo enseñado en la Etapa 1,
pero ahora con una perspectiva completamente distinta. En la Etapa 2
se enseñan las Escrituras enfocadas ahora en el nacido-de-nuevo. El
nacido-de-nuevo tendrá la oportunidad de apreciar el contraste y diferencia que
existen entre su previa relación, en Adán y su nueva relación ahora en Jesús.

La enseñanza de la Etapa 1 nos demuestra la situación del primer hombre


Adán, y todo hombre nacido desde Adán, y luego de Caín en adelante,
separado de Dios, independiente, expulsado, excluido y perdido. En la
Etapa 2 repasamos la historia, pero siguiendo la línea desde el primer
sacrificio. Seguimos el relato histórico desde el primer sacrificio de un
inocente provisto por Dios, y aquellas personas que confiaron en Su
Palabra, Su provisión y Su promesa hasta el último sacrificio provisto por
Dios en Jesús. En esta segunda etapa, seguimos la línea de los que viven
confiando en Él y en Su provisión – ahora reconciliados con Dios, unidos,
aceptados, incluidos, encontrados y salvos.

Las charlas de la Etapa 2 dejarán al nuevo creyente con mayor


claridad respecto a su nueva relación EN Cristo. El compañerismo del
nacido-de-nuevo con el resto de la familia de Dios, su derecho y libertad
para hablar con su nuevo Padre Celestial, alabar a Dios, celebrar la Cena del
Señor y otros más, serán los temas expuestos en esta segunda etapa.

6
Etapa 3
En la Etapa 3 continuamos con la historia, ahora en el libro de los Hechos
con el Espíritu Santo cumpliendo Sus propósitos EN y a través de Su cuerpo,
la iglesia. En la Etapa 3, los creyentes apreciarán que además de tener una
nueva relación EN CRISTO, también tienen una nueva relación EN LA
FAMILIA DE DIOS. A través del libro de los Hechos, el nacido-de-nuevo
valorará las bendiciones que tiene por formar parte de una asamblea local.
En esta etapa de la enseñanza el alcance de los propósitos de Dios continúa,
se extiende y se multiplica por medio del discipulado. El mismo Dios que
ha trabajado desde el principio, sigue trabajando, pero ahora, por medio de
Su Espíritu Santo CON y EN cada discípulo.
La historia del libro de los Hechos coloca la obra del Espíritu Santo en su
contexto histórico. Si la enseñamos bien, los nuevos discípulos podrán evitar
confusiones que frecuentemente resultan a causa de los grupos religiosos
que enfatizan experiencias sobrenaturales, obras místicas y subjetivas
centradas en el hombre. Los nacidos-de nuevo aprenderán lo que en realidad
es la obra del Espíritu y entenderán Sus propósitos Cristocéntricos.

Analizando con sabiduría nuestros contextos de trabajo


Introducción a las Etapas 2 y 3 de Edifiquemos Sobre Cimientos
Firmes
Poco tiempo después de publicar Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes,
un número creciente de individuos estaba preguntando en cuanto a qué
hacer con los nacidos-de-nuevo que estaban surgiendo como fruto del
discipulado y la enseñanza bíblica. En aquel entonces estábamos
recomendando, (y seguimos recomendando) las excelentes notas desarrolladas
por el hermano Trevor McIlwain y la Misión Ethnos360. No pretendemos
mejorarlas con lo que hemos escrito aquí.
Sin embargo, debido a nuestros contextos en América Latina, hay algunos
distintivos religiosos enraizados en estos, que deben ser reconocidos y
tratados. Si deseamos continuar con la enseñanza y la edificación de un
cuerpo funcional de discípulos de Jesucristo, es primordial tratar con estos
distintivos. De igual manera, el concepto de “iglesia” no debe ser
considerado como algo ajeno y distinto al cuerpo de Cristo FUNCIONAL.
Un “cuerpo” que no tiene función es más bien un cadáver. Entonces,
no deberíamos tener necesidad de decir “iglesia funcional”, pero vamos a

7
usar este término en varias partes de este manual para enfatizar lo que es
una iglesia genuina.

Debemos analizar con sabiduría nuestros contextos de trabajo. La influencia


religiosa institucional ha impactado y marcado profundamente a muchos
grupos evangélicos en las formas que imitan. Muchas veces estas iglesias
ni siquiera están conscientes de cómo estas corrosivas influencias han
afectado, debilitado, limitado o eliminado su debida FUNCIÓN. La mayoría
de ustedes han expresado su profundo dolor y preocupación por estas
realidades observadas. Esto fue un factor que nos motivó a desarrollar
esta herramienta para el discipulado y la enseñanza cronológica de los
nacidos-de-nuevo en nuestros contextos de servicio.
La relación del discipulado con la enseñanza y la mayordomía
Debemos contemplar y desarrollar la continuación de la enseñanza desde
la óptica del discipulado dinámico y práctico. Si consideramos la enseñanza
como “estudios bíblicos académicos”, aunque quizás sean interesantes,
serán inútiles para la edificación funcional de las personas.

Si como resultado de la enseñanza de Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes


“Etapa 1”, hay individuos que oyeron, entendieron y también confiaron
completamente en Jesús como su Señor y Salvador, entonces tenemos una
nueva mayordomía con ellos. Esta mayordomía incluye la necesidad de velar
por el bienestar de ellos y ser un ejemplo de la Palabra vivida. Si pretendemos
continuar la enseñanza bíblica a los nacidos-de-nuevo sin relacionar la
enseñanza con el discipulado y la mayordomía responsable, el resultado será
aprendizaje estéril e improductivo.

La respuesta de Jesús a los fariseos en cuanto al mandamiento más


importante de la ley revela la unidad inseparable entre el discipulado,
la mayordomía y la enseñanza (Mateo 22:34-40). Igualmente, si no somos
diligentes en reconocer y tratar con los distintivos religiosos institucionales
en nuestros entornos, en poco tiempo y muy fácilmente estaremos hasta
el cuello en un pantano de cancerosa religiosidad sin salida.

Un “creyente” no salvo. La necesidad de nacer de nuevo


Vemos el ejemplo de las dinámicas que acabamos de mencionar en el trato
de Jesús con un hombre religioso. Recordemos que en Juan capítulo 3,
Jesús le dijo a Nicodemo que era necesario “nacer de nuevo” para tener
parte en el reino de Dios. Sin embargo, antes de que Nicodemo tuviera
8
este encuentro con Jesús ya era “creyente” según los criterios aceptados en
muchos círculos cristianos de hoy. Nicodemo era un hombre educado con un
conocimiento profundo de las Escrituras. Era un hombre sumamente religioso,
comprometido, celoso de las Escrituras, dedicado a la ley de Dios, creía en
el Mesías, juzgaba conforme a la Palabra, memorizaba la Palabra, y enseñaba
la Palabra a otros. Nicodemo reconocía que Dios había enviado a Jesús y
también reconocía que los milagros que Jesús hacía eran una prueba de la
presencia de Dios.

Pero aquella noche (Juan capítulo 3) no encontramos a Jesús “animándole a


seguir adelante en la fe” o “invitando a hermano Nico a la convivencia
varonil de la congregación”. Tampoco observamos a Jesús dándole a
Nicodemo una fórmula para asegurarse de la salvación repitiendo “la oración
del pecador”. No le preguntó si quería abrir su precioso corazoncito para
“recibir a Jesús”. Jesús no tuvo ninguna relación ni nada que ver con las
locuras evangelísticas que vemos con frecuencia hoy en día. Es en este
punto donde podemos aprender una lección importante de Jesús. Es una
lección relacionada con el buen pastorado, con la efectividad de cualquier
ministerio, inclusive se relaciona con la tarea de ser un buen maestro de
la Palabra – LA IMPORTANCIA DE DISCERNIR LA CONDICIÓN Y
LA NECESIDAD ESPIRITUAL DE LAS PERSONAS.

Discernir la condición y la necesidad espiritual de las personas


Nicodemo era “creyente” en Jesús, pero no era salvo. Jesús se fijó en la
condición y la necesidad espiritual de Nicodemo, y entonces emprendió un
proceso que tuvo como objetivo impulsarlo a ENTENDER EL
SIGNIFICADO Y PROPÓSITO de las Escrituras, no solo “aceptar” cierto
credo. Jesús le dejó meditando en una porción del Antiguo Testamento
para hacerle entender y valorar el significado de aquel pasaje que se revelaba
en Jesús (Números 21:4-9). Tratamos este tema más a fondo en varias partes
del libro Las Lágrimas en el Camino de Mileto.

Es profundamente importante que seamos capaces de discernir la condición


y la necesidad espiritual de las personas. Esta disciplina es indispensable
durante nuestro tiempo con las personas en la enseñanza de la Etapa 1; y más
todavía en las siguientes etapas del discipulado, mayordomía y enseñanza.

Examinaremos parte de la historia que Nicodemo ya conocía muy bien, y


también el significado de lo que todavía no había comprendido.
9
La necesidad de Nicodemo
A Jesús no le interesaba que Nicodemo tomara una “decisión”, sino que
entendiera el significado de las
Escrituras. Una “decisión” no
necesariamente revela que uno
es salvo. No le interesaba que
Nicodemo reconociera que Jesús
había sido enviado por Dios.
A pesar de todo su mucho
conocimiento de las Escrituras y
de su entendimiento de que
Jesús había sido enviado por
Dios, Nicodemo seguía lejos de
la salvación.

Aquí encontramos un punto donde el trabajo de ustedes ha sido, es y


será totalmente distinto al de los métodos tradicionales-religiosos de
evangelismo. El enfoque de ustedes es el discipulado real y vivo.
Nuestro trabajo no se trata de llevar a la gente a “tomar una decisión por
Cristo”, hacer obras, sentir cosas, comprometerse, etcétera. Nuestro rol
es distinto. Es el privilegio de llevar a las personas en la misma senda que
Jesús le marcó a Nicodemo – la del nuevo nacimiento.

Un precepto tanto natural como espiritual


En Juan 3:13-15 observamos cómo Jesús llevó a Nicodemo a meditar en
un texto ya muy conocido por él (Números 21:4-9). Lo hizo con el fin de
acercar a Nicodemo al entendimiento del significado de la Escritura.
Aquí hallamos un precepto tanto natural como espiritual. Antes de sembrar,
todo terreno debe ser preparado. Hay demasiados supuestos “obreros” de
Dios que no quieren responsabilizarse ni comprometerse con el trabajo
arduo de esta preparación. Ellos aceptan que las personas deben ser
preparadas para recibir el Mensaje de Dios, pero para ellos esta “preparación”
es una obra misteriosa y casi secreta del Espíritu Santo en la gente.
Debemos pensar con madurez y responsabilidad. El Espíritu Santo usa la
Escritura para hacer que la gente reflexione sobre su propia condición y
necesidad delante de Él. Asimismo, Dios usa a los obreros que participan con
Él de acuerdo a Su diseño. Esta preparación es sumamente esencial.

Hoy día, parece que estos principios de preparación, encontrados en


las Escrituras, en gran parte, son ignorados. Es común ver grupos
10
“evangelizando”, haciendo todo lo posible para inducir a la gente a
“recibir a Jesucristo en su precioso corazoncito”, sin importar si las personas
tienen o no algún fundamento o convicción para “creer”. A ellos no les
importa si la gente entiende o no, con tal que repitan “la oración del pecador”,
la cual no tiene ningún fundamento bíblico. Un texto en particular, que
frecuentemente es arrancado y separado de su contexto y que se utiliza en
este tipo de evangelismo ligero e instantáneo es Juan 3:16. No obstante,
las palabras de Juan 3:16 pierden su valor e importancia al ser divorciadas o
separadas del contexto relacionado con el nuevo nacimiento revelado en el
Antiguo Testamento.

Deténganse un momento, ahora mismo, para leer con cuidado


Juan 2:23-3:15, y verán con más claridad lo que viene a continuación.

Después de que Jesús hizo que


Nicodemo reflexionara sobre su
conocimiento de la historia de la
serpiente levantada en un palo en el
desierto (Números 21), lo hizo pensar
sobre el significado de la vida de Jesús
y cómo Él también sería levantado en
un palo. No es, sino hasta este punto,
que encontramos las palabras quizás
más reconocidas de la Biblia–Juan 3:16.
37. La serpiente en el asta: Números 21:4-9

Juan 3:16 tiene sentido solo dentro del contexto histórico


Este famoso texto no tiene mucho sentido fuera del contexto de la
preparación del “terreno”. Jesús dejó a Nicodemo con estas y otras palabras
para que “el arado” de las Escrituras siguiera “preparando el terreno” de su
entendimiento. El enfoque que Jesús tenía al enseñar a la multitud, y luego
al enseñar a este amigo, estuvo centrado en la necesidad de entender el
significado de las Escrituras. Aquella noche Jesús terminó de hablar con
Nicodemo, dejándole con muchas cosas en qué pensar.

Esta necesidad sigue siendo la misma de la gente que nos rodea el día de
hoy. Es en este punto donde has invertido mucho tiempo, amor, paciencia
y esfuerzo, y ahora como fruto hay unos nacidos-de-nuevo. Junto con
ustedes como equipo, estos amigos revisaron muchas de las mismas
historias que Nicodemo tuvo que recorrer para entender el rumbo de los
dos caminos que atraviesan la exposición bíblica.
11
Entendiendo a dónde nos llevan dos caminos marcados en las
Escrituras
Desde el huerto de Edén encontramos dos caminos. En los primeros
capítulos de Génesis, aunque es difícil distinguirlos, ahí están. Conforme uno
sigue la historia, se va iluminando su entendimiento. En el principio dos
árboles, dos palos – uno que representa la vida y el otro que representa la
muerte para el hombre en el momento en que decide no creerle a Dios.

Luego, encontramos a Adán y Eva en pecado, y en medio del contexto


del pecado nace la religión. Toda religión tiene su raíz en el hombre y en
su esfuerzo por hacer algo para ser aceptado delante de Dios. Este
fundamento religioso se manifiesta con Adán y Eva cuando tratan de hacer
algo para hacerse presentables delante de Dios, (cubrirse con las hojas de
higuera). Salen Adán y Eva de su escondite, de su religiosidad, cubiertos
con su vestimenta de hojas.

5. Adán y Eva desobedecen a Dios: Génesis 3:6 6. Se cubrieron con hojas de higuera: Génesis 3:7-10

Después descubrimos la sombra de un precepto en desarrollo. En este relato


encontramos un precepto, o una orden importante: la vida de un culpable
siendo cubierta por la muerte de un inocente. Notamos, aunque borrosamente
al principio de la historia, el precepto de que Dios conserva la vida del
pecador por medio del derramamiento de sangre inocente. Dios cubre así
la culpabilidad del hombre pecador cuando este pone su fe y confianza en
la provisión de Dios a su favor. Hay una marcada distinción entre la fe
del hombre y el objeto de su fe, o sea, aquello en lo que el hombre está
confiando.

En la historia de Caín y Abel, en Génesis capítulo 4, notamos la distinción


con mayor claridad. Dios mismo nos aclara la distinción que existe entre
el hombre y su ofrenda. “El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda,
pero no miró así a Caín ni a su ofrenda”. Dios distingue dos cosas – la fe que
12
uno tiene, y lo que representa la ofrenda
en la cual uno está confiando. Tanto
Abel como Caín confían en Dios,
pero la naturaleza de su confianza es
revelada en el significado de la ofrenda.
La fe de Caín está enlazada con su ego
y su actitud de suficiencia. Caín tiene fe,
pero la fe que tiene es a su propia
manera. Abel presenta tanto su fe
como su ofrenda a la manera de Dios 8. Caín y Abel traen ofrendas a Dios: Génesis 4:2-5
– fe, sacrificio y sangre.

Si seguimos la historia, descubriremos una multitud de ejemplos que


enfatizan estos dos caminos. Uno es el de la fe a la manera del hombre,
el camino de la religiosidad muerta; el otro es el camino de la fe a la manera
de Dios, la senda de la vida verdadera.
Por un lado tenemos a Abel, Noé, Jacob, Israel, y la liberación por
la Pascua, entre otros. Por otro lado tenemos a Caín, la gente del tiempo
de Noé, Esaú, Egipto, el juicio de la Pascua y el Mar Rojo, entre otros.
En toda la historia bíblica encontramos dos caminos distintos.

Dos caminos que llegan cerca de Jesús


Hoy, en nuestros días, existen muchos métodos populares de evangelismo
que se enfocan en “llevar a la gente a Jesús”. El trabajo que ustedes han
estado haciendo es parecido, pero a la vez es muy distinto. Al contar
pacientemente la historia de Dios desde el principio, sus alumnos pudieron
ir identificándose con los dos caminos que los personajes y dinámicas de la
13
historia representan. Cuando llegaron al Nuevo Testamento y, más adelante,
acercándose a la crucifixión de Jesús, fueron confrontados con la pregunta:
¿Hacia dónde nos dirigen estos dos caminos?

Los dos caminos terminan muy cerca de Jesús, pero no llegan finalmente a
Él. Los dos terminan topándose con los dos maleantes crucificados, uno a la
izquierda y otro a la derecha de Jesús, no a Jesús mismo. Jesús está en medio.
Siempre ha estado en medio, desde el principio de la historia. En el centro
está la provisión de Dios, el sacrificio y la sangre provistos por Dios a favor
del hombre. Solo falta agregar y unir el primer elemento, la fe. Cada uno
determina con cuál lado de la encrucijada se identifica. Cada uno decide en
qué confiar para satisfacer su situación eterna final.

Aquel día en que crucificaron a Jesús,


también crucificaron a dos maleantes.
¿Fue coincidencia que hubiera dos
malhechores crucificados aquel día con
Jesús? ¿Fue mera coincidencia que a
Jesús no lo crucificaron solo, o con uno,
o tres más? ¿Fue casualidad que Jesús
fuera crucificado en medio de los dos
87. Jesús es crucificado: Marcos 15:21-41
ladrones?

Dos hombres culpables, condenados a morir, y Jesús en medio de ellos.


Uno de ellos confió en Jesús y él otro no. El Cordero de Dios proveyó el
perfecto sacrificio y sangre para el perdón de pecados y uno de los ladrones
había sujetado su fe a esta provisión de Dios: fe, sacrificio y sangre.

Dos hombres culpables y El Inocente en medio


En este cuadro tenemos los dos lados de la humanidad. Todos y cada uno
de nosotros, sin remedio, incapaces, desnudos, avergonzados en nuestro
orgullo y egoísmo. Cada quien decide en qué lado se parará. Jesús está
en medio. Cada individuo decide en qué lado terminará, en el lado de Caín,
o el de Abel. Uno es el malvado que se aferra a su ego, el otro es el malvado
que deposita toda su confianza y esperanza en Jesús.

En el desierto, (Números 21), la gente empezó a hablar contra Dios, y la


consecuencia fue una invasión de serpientes venenosas. Cuando la gente
reconoció su pecado, clamaron a Moisés con la intención de que le pidiera a
14
Dios que quitara las serpientes. Dios le dio a Moisés instrucciones para que
hiciera una serpiente de bronce, a semejanza de esas, y que la pusiera en un
asta. Dijo Dios: “Cuando alguien sea mordido por una serpiente, que mire hacia la
serpiente del asta, y se salvará” (Números 21:8). Recordándole esta historia,
Jesús inquietó a Nicodemo para que
entendiera los propósitos de Dios.
Jesús llevó sobre Él la consecuencia
del pecado. Él fue levantado sobre un
palo de la misma manera que la
serpiente en el desierto. Jesús le dijo a
Nicodemo ese día: “Y así como Moisés
levantó la serpiente en el desierto, así también el
Hijo del hombre tiene que ser levantado, para
que todo el que cree en él tenga vida eterna”
37. La serpiente en el asta: Números 21:4-9
(Juan 3:14-15).

Es aquí donde, probablemente, algunos de sus alumnos han concretado


su convicción en cuanto al significado de las Escrituras. ¿Entienden que
fueron “mordidos por esa serpiente” (consecuencia del pecado)? ¿Están
mirando hacia Aquel que ha cargado con el pecado del mundo, el Inocente
en el palo? ¿Comprenden que Jesús fue levantado a su favor para darles la
vida eterna? ¿Están identificándose con aquel maleante crucificado al lado
de Jesús aquel día, humillado, sin dignidad, sin fuerzas, sangrando a punto
de morir, pero que puso su fe en Jesús?

El significado de la Pascua del Cordero fue revelado y culminado aquel día.


Para el criminal que puso su confianza en Jesús, la sangre del Cordero lo
cubrió para toda la eternidad, pero al otro criminal no. Las palabras de
Éxodo 12 resuenan por los largos pasillos de la historia – “Veré la sangre y
pasaré de largo”. Ya no hay ninguna condenación para el individuo que tiene
su vida EN Jesucristo, porque Jesús mismo es nuestra Pascua, el Cordero
de la Nueva Pascua, que fue muerto en sacrificio por nosotros (Juan 1:29,
1 Corintios 5:6-8, 1 Pedro 1:18-20). La salvación viene por FE, SACRIFICIO
Y SANGRE. La provisión del sacrificio y la sangre del Inocente
proporcionada por Dios, cubre y elimina eternamente el pecado del culpable
que deposita su fe en esa provisión única e indispensable. Aquel criminal,
que encomendó su muerte y su vida a la gracia de Jesús, es ahora nuestro
querido amigo y hermano.

15
Volvemos a aquella noche de la entrevista de Nicodemo con Jesús
Habían pasado tres años desde aquella noche cuando Nicodemo tuvo esa
visita con Jesús (Juan capítulo 3).
Aquella noche Nicodemo quería
que la entrevista con Jesús
respondiera a sus inquietudes
inmediatas y futuras. Sin embargo,
Jesús reconoció y manifestó la
verdadera condición y necesidad
espiritual de Nicodemo. Jesús sabía que Nicodemo no podría interpretar
los eventos venideros sin discernir primero “las sombras” de estos eventos
revelados en las Escrituras. Debemos fijarnos bien en la manera en que
Jesús manejó la entrevista con Nicodemo. Muy contrario a los métodos
evangelísticos de hoy, no vemos a Jesús dándole información a Nicodemo
para que pudiera responder a las preguntas correctamente, sino que,
más bien, le impulsó a un proceso, por medio del cual Nicodemo tuviera
que profundizar en las Escrituras y contemplar de nuevo el significado de
ellas. Y eso le llevó a un resultado edificante.

El día de la crucifixión de Jesús, allí estuvo Nicodemo, pero su condición


ya había cambiado. Aunque era el mismo Nicodemo, su criterio había
experimentado una transformación, fruto de ese proceso iniciado aquella
noche en la entrevista con Jesús tres años antes. Nicodemo le había hecho
a Jesús varias preguntas muy interesantes. ¡Pero, más interesante aún fueron
las preguntas con las que Jesús llevó a Nicodemo a contemplar el
significado de la Palabra! Jesús trató con Nicodemo de acuerdo a su
condición y necesidad espirituales. Este punto es fundamental para cada uno
de ustedes que realmente se preocupan por el bienestar de la gente.
La importancia de evaluaciones
Antes de seguir con la enseñanza enfocada en los nacidos-de-nuevo,
sería sabio, prudente y juicioso tomar un tiempo de evaluación. Todo
verdadero pastor o discipulador debe discernir constantemente las
necesidades y la condición espiritual de las personas bajo su cuidado.
De lo contrario, el ministerio del obrero estará desviado y desorientado, y
el obrero estará ocupando su tiempo en tareas innecesarias. Al concluir la
enseñanza de la Etapa 1 y, antes de seguir con la Etapa 2, sería sabio
tomar un tiempo para evaluar la “fe” del grupo, lo que cada uno ha
comprendido en cuanto al significado de la historia de Dios. Si algunos han
16
manifestado “creer” el Mensaje, es importante saber con claridad qué es
exactamente lo que están “creyendo” respecto al evangelio.

La evaluación y entrevista tiene como fin, determinar o precisar lo mejor


posible las respuestas a estas importantes preguntas:
1. ¿Quiénes son los que terminaron realmente confiando en Jesús como
provisión para perdón de sus pecados, y que le recibieron como su
Señor y Salvador?

2. ¿Quiénes son los que creen el Mensaje, pero tienen demasiada confusión
respecto a verdades fundamentales relacionadas con el evangelio y
necesitan más claridad?
3. ¿Quiénes son los que no han comprendido el significado de la Palabra,
pero siguen interesados y quieren recibir o repetir la enseñanza de la
Etapa 1, con el fin de oír y entenderla?

4. ¿Quiénes son los que, por cualquier motivo, quizás les gusta estar en las
enseñanzas o con el grupo, pero demuestran desinterés en cuanto a la
Palabra y su Mensaje?

Un tiempo de evaluación y entrevistas informales


Por el simple hecho de haber enseñado los estudios de Cimientos Firmes
a alguna persona, no quiere decir que ya hayamos hecho un discípulo.
¡El discipulado implica mucho más que tan solo charlas bíblicas! Después de
tomar el tiempo necesario para enseñar a algún individuo o grupo interesado
desde la creación hasta el significado de la vida, muerte y resurrección de
Jesucristo, debemos tomar un tiempo para hablar y entrevistar a cada uno.

Los maestros que prestan cuidadosa atención a sus alumnos a lo largo


del desarrollo de las charlas bíblicas de la Etapa 1, ya deben saber cómo
están pensando ellos respecto al Mensaje y el significado de este para sus
vidas personales. Sin embargo, es valioso y eficaz tomarse el tiempo para
indagar sobre lo que aprendieron los alumnos acerca del significado de la
historia de Dios para sus vidas.

Los grupos religiosos no le dan importancia a la condición y necesidad


espiritual de la gente. Se conforman con que la gente pueda repetir algún
credo o alguna declaración doctrinal, o con que las personas puedan
contestar correctamente algunas preguntas. Esta postura es la que ha llevado a
17
tantos grupos a pensar que la culminación de cualquier reunión o enseñanza
debe ser un momento para hacer “una invitación para que las personas
acepten a Cristo en sus corazoncitos”. Estos conceptos de evangelismo no se
encuentran en la Palabra y solo contribuyen a un evangelio basado en obras.

Las entrevistas tienen dos motivos:


En primer lugar, las entrevistas sirven para ayudar a los maestros en
la evaluación de su trabajo en equipo. Este punto incluye la identificación
de áreas en las que pueden mejorar y también la identificación de las
dinámicas del equipo que realmente fueron efectivas en la comunicación
clara del Mensaje y cuáles no.

En segundo lugar, las entrevistas sirven para ayudar al equipo de maestros a


discernir la condición y necesidad de sus alumnos. Sirven para mostrar
con mayor claridad dónde se encuentra cada alumno en cuanto a su
entendimiento de la Palabra y sus convicciones al respecto.

Por medio de las entrevistas ustedes descubrirán que quizás algunos alumnos
no captaron claramente el Mensaje de Dios. Para estos individuos, les
convendría mucho tener la oportunidad de repasar nuevamente la historia
y enseñanza, con el fin de obtener una mejor comprensión de su significado.

En algunos casos es posible que la entrevista demuestre


que algún alumno realmente ha entendido el Mensaje,
pero que no le da gran importancia a este. En estos
casos debemos expresar nuestro sincero agradecimiento
a las personas por habernos prestado su tiempo, atención
y paciencia. Seguimos siendo sus amigos, y debemos
seguir orando por ellos. En el futuro, podrían tener un
cambio de pensamiento.

Cinco puntos importantes sobre cómo realizar una entrevista y


evaluación
Primero: Entrevistas individuales. Queremos enfatizar la importancia
de tener las entrevistas con cada uno de manera personal e individual.
Reconocemos que en algunos contextos y culturas esto puede presentar un
desafío. Además, debemos ser prudentes en cuanto a la organización de
las entrevistas conforme a lo que es apropiado y correcto (que los hombres
entrevisten a los hombres, y las mujeres a las mujeres, o en grupos mixtos, el
equipo participando en la entrevista con los alumnos).
18
Segundo: Una conversación informal. Debemos explicarles a las personas
que la entrevista es una charla informal en la cual pueden aportar sus
pensamientos y observaciones. Es un tiempo abierto para compartir sus
puntos de vista sobre los diferentes aspectos de la enseñanza. ¡Ellos no
deben pensar ni sentirse que están en un tipo de “examen” o interrogatorio!

Lo que normalmente hacemos es empezar agradeciéndoles por su tiempo y


ayuda. Les explicamos que sus apreciaciones son muy importantes y que el
equipo quiere escuchar y aprender de sus perspectivas. Además, les decimos
que lo importante respecto a las preguntas es su propia perspectiva, y que el
equipo no está buscando alguna respuesta en particular.

Tercero: Preguntas relacionadas con el equipo y las reuniones.


Empezamos con preguntas relacionadas con la forma en que podríamos
mejorar el trabajo en cualquier grupo en el futuro. Esto incluye preguntas
sobre el horario, la duración de las lecciones, la dinámica de las reuniones,
si debería haber más café o no, la dinámica del trabajo en equipo, etc.

Preguntamos y tomamos nota de cualquier área donde podamos aprender,


afinar y mejorar. Casi siempre, cuando empezamos con una serie de preguntas
como estas, hasta la persona más nerviosa se siente más tranquila, respetada,
valorada y en familia.

Cuarto: Preguntas relacionadas con el entendimiento del alumno.


Conforme seguimos con las preguntas que nos ayudarán a mejorar en nuestro
servicio, empezamos a incluir otras preguntas relacionadas con el aprendizaje
del alumno. Empezamos a enlazar preguntas sobre la historia bíblica y las
perspectivas del alumno al respecto. Queremos que el ambiente sea en todo
completamente informal y que el individuo no se sienta cuestionado,
examinado, ¡y mucho menos interrogado! Por ejemplo, quizás le podríamos
preguntar: “¿Cuáles fueron las historias que desde el principio realmente te
impresionaron y por qué?”

Muchas veces el alumno podría empezar explicando una profundidad de


cosas que conectan las historias del Antiguo Testamento con las del Nuevo,
y el significado del Mensaje para su propia vida. Las preguntas no deben
conducir a una respuesta de “sí” o “no” o requerir una respuesta
estrictamente académica. Más bien, las preguntas deben permitir al
individuo expresar sus propias apreciaciones, perspectivas, pensamientos y
hasta sus convicciones.
19
El propósito de estas preguntas es ayudar al equipo a lograr un consenso
que corresponda a lo que el alumno realmente está pensando en cuanto
al significado de la Palabra para su vida. Este proceso tiene como fin
ayudarles a determinar, lo mejor posible, el entendimiento del alumno en
relación con su necesidad delante de Dios. Esto debe ayudarles a ver con
mayor claridad en qué está poniendo el alumno su esperanza para ser salvo.
No queremos que nuestras preguntas conduzcan a las personas a dar
las respuestas que quizás algunos desean oír. El objetivo es solamente
discernir qué ha entendido la persona sobre la historia bíblica y sus
conclusiones al respecto.

Queremos discernir dónde está cada individuo, su condición y su


necesidad espiritual. ¿Tiene la persona falta de interés en cuanto a lo espiritual?
¿Necesita el individuo más entendimiento de la historia y del Mensaje, pero,
sí está interesado y quiere aprender? ¿Es alguien que se encuentra “en el
proceso”, “creyendo el Mensaje”, aunque confundido en algunas verdades
fundamentales? ¿Necesita ayuda y más enseñanza para lograr claridad sobre
el significado del Mensaje de Dios para su vida? O, ¿es alguien que demuestra
que realmente ha oído y entendido con claridad? ¿Es alguien que tiene una
convicción en cuanto al significado del Mensaje y está confiando en Jesús
como su Señor, Salvador y su única provisión para el perdón de sus pecados?

Quinto: Terminando la entrevista. Para completar la entrevista, pueden


volver a realizar algunas otras preguntas relacionadas con el trabajo del
equipo y cosas que les ayudaría a desarrollar una mejor enseñanza en el
futuro. Cuando haya concluido la entrevista, deben agradecer a la persona
por su tiempo y valiosa ayuda. Sería bueno agradecerle por alguna observación
que haya aportado o sugerencia en particular que les haya servido para
mejorar su trabajo en el futuro. Díganle que están muy agradecidos con Dios
por su vida y que van a tener otra charla con él o ella un poco más adelante.

La dinámica de una entrevista y ejemplos


Queremos incluir algunos ejemplos de preguntas bíblicas para las
entrevistas.

Después de algunas preguntas relacionadas con las dinámicas de las reuniones,


de su colaboración en equipo y de las áreas en la que podrían mejorar, deben
empezar a entrelazar preguntas relacionadas con los pensamientos de la
persona respecto a la historia de Dios. Podrían entrar a la parte bíblica,
20
preguntando a los alumnos sobre cuáles fueron las historias más impactantes
para ellos. Si por ejemplo, el alumno menciona la historia del momento
cuando Dios le pidió a Abraham que ofreciera a Isaac como sacrificio, ustedes
podrían hacerle varias preguntas relacionadas con los aspectos sobresalientes
que menciona esta historia.

No preguntaríamos, “¿Entendiste lo que simboliza la historia de Abraham e


Isaac?” Tampoco diríamos,
“¿Qué pasó cuando
Abraham llegó al altar
con Isaac?” Ese tipo de
preguntas solo conducen
a las personas a responder
en cuanto a los hechos
históricos, a información
y respuestas académicas.
Más bien diríamos,
“¿Qué aspectos de la
historia te impactaron y
por qué?”

Dependiendo de los puntos que el alumno enfatice, podríamos preguntarle,


“¿Por qué piensas que Abraham siguió confiando en Dios hasta el fin?”
“¿Qué pensaste cuando en la historia viste que Dios proveyó un sacrificio
sustituto para tomar el lugar de Isaac?” “Es interesante que después de que
Dios había provisto el carnero para tomar el lugar de Isaac, Abraham le
puso nombre a aquel lugar (Génesis 22:14). Si Dios ya había provisto
un sustituto para suplir la necesidad, ¿Por qué piensas que Abraham le
puso por nombre a ese lugar ‘El Señor proveerá’ y no ‘El Señor proveyó’?”
“¿Qué nos quería mostrar Dios por medio de esta historia?” “¿Qué fue lo
que Dios te mostró en particular?”

Si durante la entrevista nos es obvio que el alumno no se ha apropiado


de las verdades bíblicas y no ha captado el significado para su vida,
entonces desistimos de estas preguntas y nos enfocamos en otros temas
de interés del alumno, como por ejemplo su familia, trabajo u otras cosas.
No hay necesidad de seguir indagando sobre una convicción bíblica que
obviamente no ha sido establecida. Este amigo podría ser un candidato
interesado en repasar la enseñanza en alguna oportunidad futura.

21
Cuándo profundizar en las preguntas
Si la persona expresa, por iniciativa propia, detalles que demuestran que
comprende cómo las historias y las profecías del Antiguo Testamento
apuntaban a Jesús, seguimos con otras preguntas más profundas relacionadas
con los temas que el alumno está abordando. A la vez, hacemos todo lo
posible por evitar hacerle sentir que estamos contentos o no con sus respuestas.
No queremos, de ninguna forma, que su intención sea “agradarnos” o que
debe “esforzarse para dar las respuestas correctas”. Hacemos todo lo posible
por usar solamente las preguntas con las que las personas se sientan libres
para expresar sus propias creencias, convicciones y pensamientos.

Si en las respuestas de las personas empiezan a expresar fe en Cristo,


sería bueno indagar por qué dicen creer en Él. Si el individuo expresa creer
en Cristo como su Salvador, puede ser bueno preguntarle, “¿Por qué?”
¿Por qué dices que Jesús es tu Salvador? ¿De qué necesitas ser salvo?”
“¿Realmente crees que necesitas a Cristo para pagar tus pecados? ¿Por qué?”
El motivo de este tipo de preguntas es para discernir hasta qué punto el
individuo reconoce su situación como pecador, separado de Dios, y su
necesidad del Salvador. Deseamos distinguir si sus explicaciones representan
“respuestas de lo que uno debe decir” aprendidas en un contexto religioso,
o si representan convicción propia edificada sobre un fundamento bíblico.

Hay otra forma que muchas veces, nos ha sido útil y ha ayudado al alumno
a expresarse abiertamente. Le planteamos al alumno una escena en la que
algún vecino de la comunidad le pregunta: ¿Cómo puedo ser salvo?
Por ejemplo, le diríamos, “Si alguien de la comunidad te preguntara,
¿cómo puedo ser salvo y ser aceptado delante de Dios?, ¿Qué le dirías?”
Esta manera ha servido para que los alumnos puedan expresar sus
pensamientos reales, ya que les permite apartar su atención de sí mismos y
enfocarse en cómo explicar, objetivamente, lo básico del significado del
Mensaje de Dios. Conforme el alumno vaya explicando, se pueden incluir
otras preguntas para ayudarle a dar más exactitud a sus explicaciones.
Como, por ejemplo: “¿qué obras tendría que realizar para ser salvo?”
“¿No tendría que hacer algo más y/o dejar de hacer ciertas cosas para poder
ser salvo?”

Muchas veces, utilizando este tipo de preguntas, ha sido interesante apreciar


cómo algunos alumnos realmente están entendiendo que la salvación es por
gracia. En estos casos, algunas veces, “presionamos” un poco e insistimos
preguntando: ¿En realidad, la salvación es obra exclusiva de Dios, o
22
requiere del hombre algún mérito, obediencia, obras o esfuerzo para ganar
la aceptación de Dios? Cuestionamos si en realidad la parte del hombre es
solo confiar en la obra consumada por Dios, o si el hombre debe realizar
algunas tareas para realmente ser salvo. A muchos, esta “presión” les ha
abierto oportunidades maravillosas para expresar claramente sus convicciones
y defenderlas con las Escrituras. En la mayoría de estos casos, las personas
recurren a la historia de lo que hizo Dios durante la primera Pascua y cómo
esta primera Pascua fue sombra de la manera en que Jesús vendría a ser el
Cordero pascual perfecto que quita el pecado de todo aquel que confía
plenamente en Él.
Conclusión de las entrevistas
Queremos enfatizar lo importante que es realizar las entrevistas con cada
persona de manera individual. Es mucho más fácil determinar lo que piensa
cada uno si están solos. Les recomendamos mucho hacer todo lo posible por
realizar estas entrevistas de manera individual. Si los alumnos vienen
acompañados, frecuentemente lo que sucede es que una de las personas tenderá
a responder las preguntas y la otra simplemente repetirá las mismas respuestas.
Cuando hayamos concluido las entrevistas y charlas con nuestros alumnos;
debemos expresarles de nuevo nuestro agradecimiento por la oportunidad
de compartir el relato bíblico con ellos, como también expresarles nuestro
aprecio, amor y respeto. Igualmente debemos agradecerles por su tiempo,
atenciones y ayuda por medio de la entrevista.
Evaluaciones y propósitos
Después de que el amigo alumno se haya ido, ustedes como equipo deberían
charlar y compartir abiertamente sobre lo que aprendieron, sobre cómo
mejorar en su trabajo, servicio, enseñanza y coordinación en equipo.
Luego, deberían hablar acerca de lo que cada uno pudo discernir respecto
a los comentarios del alumno y en cuanto a su situación espiritual.
¿Cómo está? ¿Cuál es su necesidad y condición espirituales? ¿Debe ser
animado, afirmado e impulsado ahora como nuevo discípulo de Jesús,
o debe ser invitado y motivado a repasar la enseñanza otra vez, o quizás
debe ser ayudado en otros aspectos?
Reconocemos que algunos lectores quizás no estarán de acuerdo con esta
dinámica de entrevistas y evaluaciones. Hay quienes pueden pensar que estos
procedimientos no tienen otro fin más que “juzgar” a las personas, y que
“solo Dios conoce el corazón de la gente”. Pueden pensar que este tipo de
entrevista no es de provecho ya que “nadie puede saber si alguien es salvo o
23
no”. No obstante, aunque es claro que hay aspectos que nunca podremos
discernir, no debemos ignorar, o pasar por alto, todo lo que sí podemos y
debemos discernir. Estas son las características que forman parte de nuestra
mayordomía delante de Dios.

Queremos evitar la pena de encontrarnos animando a alguien en una fe que


realmente no tiene, afirmándole en una salvación que nunca recibió, o
impulsando a alguno, a que siga un camino al destino eterno al que realmente
no se dirige. Nos esforzamos por servir a cada individuo, lo mejor posible,
de acuerdo a su condición y necesidad espirituales y con el debido amor y
respeto. En nuestros ministerios, esta dinámica de entrevistas ha servido
para ayudar a muchas personas. Ha servido para mostrar a los alumnos que
sus vidas son muy importantes y valiosas. Ha servido para ayudarnos a
conocer la condición espiritual de las personas y cómo servirles, de acuerdo
a su necesidad. Siempre nos ha ayudado a reconocer las áreas donde
podemos mejorar. Creemos que es parte de un trabajo serio y responsable.

Después, cuando ustedes como equipo hayan


tenido tiempo para conversar con el fin de discernir,
lo mejor posible, la situación y necesidades de sus
alumnos, pueden visitarles o tener otra reunión con
cada uno de ellos. El propósito de estas visitas o
reuniones es compartir con cada uno de ellos sus
apreciaciones y perspectivas.

En esta visita se puede animar a las personas que podrían necesitar repasar
la enseñanza otra vez. En estos casos, es esencial e importante que sus
amigos sean alentados y motivados a echar otro vistazo panorámico a la
historia bíblica, a fin de comprender con mayor claridad el significado y
bendición que tiene el Mensaje para sus vidas. Sus alumnos deben estar
convencidos de que ustedes verdaderamente desean lo mejor para ellos y
que sería para ustedes un gran gusto acompañarles a lograr la plena
claridad respecto a este fascinante e importante Mensaje. Algunos de ustedes
del equipo de maestros podrían ofrecer dedicar el tiempo necesario con
este amigo o familia a fin de realizar un repaso de la enseñanza en el contexto
de su propio hogar.

Con los alumnos que han manifestado con toda claridad que no están
confiando en nada que provenga de ellos, ni en sus obras, ni en sus esfuerzos
24
para ser salvos, sino en Jesús, el Cordero de la promesa, la situación es
distinta. A los que están mirando a Jesucristo como su Señor y Salvador,
ustedes pueden explicarles sobre la continuación de la enseñanza que viene
en las Etapas 2 y 3. ¡Estas personas deben estar muy animadas en continuar
con la enseñanza! ¡Pueden tener un tiempo especial dando gracias a Dios
por sus vidas! ¡Pueden alabar a Dios por el hecho de que están confiando en
el Dios de los Cielos igual que ustedes! ¡Pueden agradecer a Dios que son
salvos por Su gracia, y que juntos comparten la nueva vida EN Jesús y el don
de la vida eterna!

Estas personas, que ahora confían plenamente en Jesús como el


cumplimiento de la promesa de Génesis 3:15, son los que formarán parte
del grupo que seguirá en las Etapas 2, 3 y lo que viene más adelante.
Son estas personas las que han comprendido que tienen a Jesucristo como
su Señor, Salvador y su Cordero de la Pascua eterna. A medida que otros
nazcan de nuevo, también se agregarán al grupo.

Una nueva perspectiva tanto para el equipo de maestros


como para los recién nacidos-de-nuevo
¡Es un privilegio gigantesco el disfrutar de nuestra confianza, nuestra
esperanza y nuestra vida en el Dios de los Cielos! ¡Ahora hemos sido
doblemente privilegiados por haber compartido Su historia y Mensaje de
redención y liberación con otros! En la siguiente etapa de la enseñanza,
sus alumnos que ahora están en el camino y la vida de Dios, encontrarán
muchas nuevas perspectivas. De igual manera, ustedes los maestros
también deben estar descubriendo y contemplando numerosas nuevas
perspectivas relacionadas con el discipulado, la mayordomía, la madurez y
las bendiciones.
Como seguidores de Dios, todos hemos sido llamados a hacer discípulos.
El discipulado debe ser céntrico en lo que somos, en lo que hacemos y en
cómo lo hacemos.

Hemos sido llamados a ir; “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones…”
Pero el propósito no es “el viaje” sino el objetivo que es el discipulado;
“…y háganlas mis discípulos…”. Hay un encargo que continúa; “…bautícenlas… y
enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.” Si estamos con Dios,
siguiéndole en Sus propósitos eternos, entonces la promesa correspondiente
del texto también es para nosotros; “Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días,
25
hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:18-20). ¡Gracias a Dios por esta gran
bendición! ¡Gracias a Él por las mayordomías y las responsabilidades que
podemos recibir como parte de esa bendición!

El discipulado y las responsabilidades


Ya ustedes han asumido una gran responsabilidad, al enseñar a las personas
de su grupo la vista panorámica de la historia de Dios explicada en la
Etapa 1. Ahora, hay que considerar lo que implica, no solamente el ver que
las personas nazcan espiritualmente en Cristo, sino también discipularlos,
instruirlos, bautizarlos y
acompañarlos en su
crecimiento y en su
función como miembros
del cuerpo de Cristo.
Es una gran bendición,
gozo y alegría, difícil
de expresar en palabras,
el privilegio de participar
en el proceso de llevar
la Palabra de Dios a
las personas. Ahora
que algunos de estos
amigos han nacido de nuevo, necesitan cuidado, orientación, dirección,
alimentación, apoyo y soporte. Ninguna madre responsable da a luz para
luego abandonar a su hijo recién nacido, creyendo que de alguna manera
milagrosa su hijo podrá defenderse y desarrollarse solo.

¡Ánimo! Han logrado una tarea grande e importante a través de su trabajo


en equipo. ¡Ahora el trabajo más arduo y exigente está por comenzar!
Me refiero a la tarea de criar a su “hijo”, protegerlo, instruirlo, y orientarlo.
De una manera parecida a la crianza de un hijo en el ámbito físico y
natural, los que engendran hijos en el ámbito espiritual a través de la Palabra
de Dios deben preocuparse por la condición de estos. Deben velar por su
bienestar general y por sus necesidades espirituales. Ahora, esta cuestión de
estar al tanto, atento y velando por el bienestar de estos nuevos creyentes
nos lleva a contemplar varios retos que forman parte de nuestras
mayordomías en nuestros diferentes contextos.

26
Los retos de exponer el camino de la libertad en un contexto de
esclavitud
Ya que han recorrido el relato bíblico, y como resultado hay nacidos-de-nuevo,
hay que seguir con los nuevos enfoques. ¡Pero también, vienen nuevos
retos! Quizás, durante la enseñanza de la Etapa 1, se hayan enfrentado
con varios desafíos relacionados con los trasfondos religiosos de algunos
de sus alumnos. Para ustedes los que están desempeñando su ministerio en
un contexto en el cual abundan las influencias religiosas institucionales,
hay varios distintivos que deben considerarse ANTES de continuar con las
etapas subsiguientes. Igualmente debemos considerar cómo contrarrestar
estas influencias destructivas.

Una nueva relación EN...


En la “Etapa 1” de Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes, vimos al hombre
separado, excluido, fuera y apartado de la relación de unidad con Dios.
En las Etapas 2, 3 y siguientes, la perspectiva cambia radicalmente. Lo que
viene en el seguimiento del desarrollo de los nacidos-de-nuevo son tres
perspectivas: 1. Su nueva relación EN Cristo, 2. Su nueva relación EN el
cuerpo de Cristo (la iglesia), y 3. Su nueva relación, perspectiva y propósito
respecto a los perdidos y los necesitados de este mundo.

Es posible que algunos de nosotros tengamos que “reorientarnos” para


poder enfrentar varios de los retos que vienen. En la Etapa 1 quizás uno de
los retos más grandes que tenía su equipo o iglesia era buscar la mejor
manera de trabajar, servir, ser luz y de bendición en su contexto. Su equipo
pudo apreciar como la Palabra de Dios alumbra en la oscuridad. Ahora,
el equipo tendrá un nuevo reto. El equipo tendrá que oponerse a la
oscuridad que trata de apoderarse de la luz. Ustedes, que continúan con la
enseñanza de las Etapas 2 y 3, se darán cuenta que los preceptos del mundo,
las tradiciones y la esclavitud religiosa harán todo lo posible para estorbar
sus avances en el camino de la libertad. La nueva relación EN Cristo trae
consigo nuevos retos.

Las sombras perseguidoras de la esclavitud


En el Antiguo Testamento Dios orientó a los israelitas hacia una relación
de gratitud, dependencia y comunión con Él con miras hacia la tierra
prometida. Mientras tanto, en el camino “las sombras” de Egipto y Babilonia
los perseguían. El egoísmo, el orgullo y la arrogancia del hombre lo han
conducido, vez tras vez, hacia la oprimente y cruel esclavitud de la

27
religiosidad (representada por Egipto y Babilonia, entre otros ejemplos).
Ahora que ustedes tienen un grupo de nacidos-de-nuevo, deben seguir
adelante en lo que representa la tierra prometida. (Aquí, la tierra prometida
no representa el Cielo, sino más bien, la vida EN Cristo. ¡En la tierra
prometida todavía hay pruebas, luchas y guerras, en el Cielo no!).

Todo líder sabio estará velando y atento de cualquier amenaza, incluyendo


las de la destructiva y cancerosa religiosidad, representada por Egipto y
Babilonia. Recordemos que Babilonia se
introduce en la historia como el lugar en
donde la humanidad decidió abandonar
el camino de Dios y seguir el suyo,
se alabó a sí misma e intentó llegar
al cielo por sus propios medios (La torre
de Babel, Génesis 11). Posteriormente,
Babilonia se convirtió en el imperio que
destruye Jerusalén y el templo, y luego
lleva al pueblo de Dios a la esclavitud.
12. La torre de Babel: Génesis 11:7-9

En el Nuevo Testamento observamos al apóstol Pablo que valientemente


se encargó de proteger a los nacidos-de-nuevo de la religiosidad
(Gálatas capítulos 1-4, Filipenses capítulo 3). Nosotros debemos tener esta
misma actitud. Debemos trabajar en equipo, cada uno siendo cuidadoso,
humilde, prudente y sabio para edificar a los nacidos-de-nuevo en el camino
recto. Debemos hacer todo lo posible por protegerlos de la contaminación
religiosa y a la vez equiparlos para que ellos mismos reconozcan las cosas
sutiles que pueden desviarlos hacia una vida vana, estéril, dañada,
esclavizada y perjudicial.

Antes de seguir con la enseñanza para nacidos-de-nuevo, revisaremos


varias pautas y principios relacionados con el discipulado eficaz, liderazgo y
la necesidad de pastorado efectivo.

La necesidad de “desenseñanza”
Terminología bíblica relacionada con orientaciones religiosas
equivocadas
Las palabras que usamos son importantes. Nuestro vocabulario se relaciona
con conceptos e ideas. Debido a que un gran número de prácticas y funciones
cristianas han sido corrompidas por la religiosidad, es necesario realizar,
28
en diferentes momentos, un proceso que llamaremos “desenseñanza”.
Algunos de los temas afectados son los siguientes: “iglesia”, “bautismo”,
“Cena del Señor”, “diezmo”, “testimonio”, “alabanza”, ¡y hay más! Estos
temas entre otros son, frecuentemente, distorsionados, manipulados y
corrompidos por quienes manejan una mezcla de textos y contextos en
sus enseñanzas que no tienen relación.

Para la gran mayoría de las personas, aunque nuevas en la fe y la vida cristiana,


estas palabras que acabamos de mencionar no son términos desconocidos.
La mayoría de las personas en nuestros contextos tienen ideas y conceptos
asociados con estas palabras. Sin embargo, los pensamientos y conceptos
que tienen de estos temas son, por lo general, completamente ajenos al
significado verdadero de Dios para sus vidas. Entonces, es vital y fundamental
que tengamos claros estos asuntos, porque de lo contrario, en poco tiempo
dejaremos a nuestros alumnos desorientados, heridos y espiritualmente
descompuestos y destrozados.

La “desenseñanza” es necesaria en el seguimiento de la obra. Si no realizamos


una “desenseñanza” puntualmente, aunque sigamos avanzando “en la
enseñanza” de los nacidos-de-nuevo, ellos pueden estar arrastrando un
sincretismo paralizante. La “desenseñanza” puede ayudarles mucho a evitar
la confusión, que resulta a causa de la mezcla de verdades bíblicas con
ideas tradicionales religiosas. Cuando se mezcla lo puro con lo impuro,
siempre dominará lo impuro. Lo impuro contamina lo puro, no al revés.
Este principio se describe en Hageo 2:11-14.

Contradicciones ilógicas
Es sorprendente la cantidad de institutos bíblicos reconocidos por su
“sana doctrina”, teología y buena enseñanza bíblica que producen “ministros”
que luego propagan en las “iglesias” enfoques erróneos, ajenos y extraños.
Es esencial que los nacidos-de-nuevo no se confundan con estas enseñanzas
tradicionales relacionadas con algunos temas que ya mencionamos, tales como:
“iglesia”, “bautismo”, “Cena del Señor”, “diezmos”, etcétera. Más adelante
veremos algunos de estos temas importantes.

Lo curioso es que la gran mayoría de estos “ministros preparados” tienen


un entendimiento correcto de las verdades bíblicas. Sin embargo,
su orientación religiosa los mantiene esclavizados a principios adulterados
en la práctica. Si tuvieran que tomar “un examen teológico” sobre los temas
ya mencionados, podrían responder a las preguntas correctamente y sin
29
dificultad. La forma religiosa contamina y corrompe la función intencional
de Dios y el resultado es una fe estéril, sin vida y sin función. Para los
religiosos, la forma tradicional de hacer las cosas es estimada con mayor
importancia que el propósito, el significado y la función, y el resultado es
una lastimosa contradicción. Las formas religiosas-tradicionales debilitan,
limitan y eliminan la correcta función intencional de Dios. Esta contradicción
es indiscutible y se ve claramente.

Algunos distintivos de la religiosidad y la necesidad de la


“desenseñanza”
Hay varios distintivos que deben ser tratados. El propósito de la
“desenseñanza” de estos distintivos es equipar a cada nacido-de-nuevo y,
a la vez a la iglesia naciente a evitar la seducción de las destructivas
formas religiosas. Cada una de estas tradiciones religiosas sirve para paralizar
la debida y correcta función de los seguidores de Dios.

El significado, propósito y función bíblica de los siguientes temas son


muestras increíbles, hermosas, animantes, fascinantes y de gran bendición
cuando los seguidores de Dios los experimentan de acuerdo a la intención y
los propósitos de Dios.

Dos distintivos religiosos que necesitan ser tratados


A continuación, abordaremos solamente dos de estos distintivos, aunque
mencionaremos otros que son igualmente importantes. Estas dos muestras
pueden servir para señalar o revelar otras áreas de la vida cristiana que han
sido impactadas profundamente por las corrosivas influencias religiosas.
Estos temas representan dos áreas fundamentales del inicio de la vida
cristiana.

El primer punto se relaciona con la identidad del nacido-de-nuevo como


individuo salvo y transformado – el bautismo. El segundo tema se relaciona
con la gratitud renovada al recordar lo que hizo Dios para traernos la
salvación – la Cena del Señor.

Muchos de ustedes han señalado específicamente estos dos temas, entre


algunos otros. Mientras los revisamos, les rogamos que piensen en lo que
Dios quiere como fruto, resultado y función en cada punto. Este proceso de
cuestionamientos nos ayudará a resolver los otros asuntos, que igualmente
han sido enredados, distorsionados y confundidos por la religiosidad.

30
Siempre debemos buscar discernir el propósito y la intención de Dios.
Debemos pensar en qué es lo que Dios desea respecto a la función, el
propósito y el resultado de Su voluntad.

Cada uno de ustedes viene de un contexto distinto. No importa su contexto


cultural o su idioma; la función y el propósito de Dios serán siempre los
mismos.

No obstante, las necesidades pueden variar de un contexto a otro.


Entonces la forma de facilitar una buena función puede ser diferente en
cada lugar. Los líderes de cada lugar deben asegurarse de que las formas
que utilizan realmente faciliten la debida función de Dios. El líder sabio
siempre estará pendiente y reconocerá cuando las formas de hacer las cosas
debilitan, limitan, paralizan o eliminan la correcta función.

Estos asuntos ocupan un lugar importante en nuestra preparación como


maestros para la continuación de la enseñanza. Conforme avancemos,
encontraremos estos asuntos entre otros.

#1 - El Bautismo
El significado del bautismo - identificación
El primer punto se relaciona con la identidad del nacido-de-nuevo como
individuo salvo y transformado – el bautismo.

Pablo escribió lo siguiente a los creyentes de Corinto: “No quiero hermanos,


que olviden que nuestros antepasados estuvieron todos bajo aquella nube, y que todos
atravesaron el Mar Rojo. De ese modo todos ellos quedaron unidos a Moisés al ser
bautizados en la nube y en el mar. I gualmente, todos ellos comieron el mismo alimento
espiritual y tomaron la misma bebida espiritual. P orque bebían agua de la roca espiritual
que los acompañaba en su viaje, la cual era C risto”. (1 Corintios 10:1-4).

El primer paso de cada nacido-de-nuevo que expresa gratitud a Dios y


testimonio al mundo es la identificación del nuevo creyente en Cristo por
medio del bautismo. El bautismo tiene una función muy importante en y
por medio del creyente. La forma en que se practica el bautismo tiene un
fuerte impacto en la vida de las personas. En muchas partes, proclaman
la importancia de este primer “paso de testimonio” del nuevo discípulo.
Sin embargo, por medio de las formas que practican; limitan y “encierran”
el testimonio entre los que menos lo necesitan, la iglesia.
31
En tantos lugares se mantiene la costumbre de bautizar a los nuevos
creyentes en el edificio de reunión de la iglesia, delante de los miembros de
la congregación. Esta forma limita el testimonio del individuo y también
sirve para limitar su perspectiva en cuanto a la importancia de su identidad
en Cristo en este mundo.

Mucho se ha escrito sobre el tema del bautismo, pero muy poco para
respaldar bíblicamente las prácticas que muchas iglesias tienen hoy en día.
Estas prácticas y formas populares, pero no bíblicas, han dado lugar a
mucha confusión que se pudo haber evitado si las congregaciones hubiesen
seguido las prácticas de la iglesia primitiva.

En preparación para la enseñanza de las Etapas 2 y 3 debemos considerar


profundamente cuál es la mejor manera de introducir el concepto y el
propósito del bautismo. Probablemente, muchos de los equipos tendrán
que incluir un segmento de “desenseñanza” al llegar a esta parte, para ayudar
a los nacidos-de-nuevo a seguir el camino de la verdad y no atascarse en
perspectivas absurdas.

Si comparamos las perspectivas y prácticas populares de nuestros días, con


los ejemplos que tenemos en el libro de los Hechos, ¡pareciera que
estuviéramos hablando de dos enfoques e historias totalmente diferentes!
En el libro de los Hechos, se nos enseña el bautismo como el “inicio” de
testimonio de una persona nacida de nuevo e identificada plenamente en el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Sin embargo, en nuestros días, hay algunas iglesias que relacionan el bautismo
con exigencias, con compromisos, con pruebas de fidelidad, membresía en la
“iglesia”, la obligación de dar “diezmos” y “ofrendas”, ritos de purificación,
cursos de “preparación” y otras cosas parecidas. Algunos grupos enseñan
el bautismo como medio de protección contra las enfermedades o de los
“ataques del enemigo”. Otros grupos tradicionales creen que el ser
bautizado por cierto líder de su movimiento religioso les dará “más poder”.
Algunos enfatizan que el lugar donde se lleva a cabo el bautismo es
importante mientras que otros enfatizan cierta vestimenta especial que uno
debe ponerse para supuestamente recibir una “unción poderosa”.
Otros enseñan que el bautismo deja al individuo “santificado”. Todas estas
locuras, entre otras, solo sirven para desviar a la gente del debido enfoque,
intoxicándola con ideas e imaginaciones irrazonables.

32
El bautismo – forma y función
No ignoramos que haya varias formas diferentes, y hasta creencias, respecto
al bautismo. En la mayoría de las iglesias cristianas se practica el bautismo
por inmersión, mientras
que en otras por
aspersión (rociando
unas gotas de agua
sobre el individuo).
Muchas iglesias solo
bautizan a sus creyentes,
mientras que otras
practican el bautismo
de los infantes. No
vamos a discutir estas
diferentes posiciones o
prácticas en este punto.
Considero que si nos concentramos en el significado, el propósito y la
función del bautismo, veremos con mayor claridad que el objetivo
primordial del bautismo es la identificación del nacido-de-nuevo en Cristo.

Si mantenemos este enfoque fundamental en cuanto al propósito y el


significado del bautismo, entonces es más probable que encontremos las
formas que tengan mucho más sentido. Hay tantas prácticas, en las iglesias
tradicionales de hoy, que incluyen formas raras, místicas, rituales exóticos y
hasta chistosos. Es probable, que entre los nuevos creyentes de su grupo,
varios hayan sido testigos de algunas de estas tradiciones. Probablemente,
su entendimiento de lo que significa el “bautismo” haya sido influenciado
por estas ideas.

Por lo tanto, será necesario incluir, en el desarrollo de la instrucción, tiempos


de “desenseñanza” aunada a la enseñanza correcta. Cada aspecto de la
continuación del discipulado de los nacidos-de-nuevo de las Etapas 2, 3
en adelante debe tener propósitos bíblicos definidos. Todo lo relacionado
con la iglesia, tanto en su función como en su forma, debe ser evaluado a
la luz del propósito y significado de la Palabra de Dios, no por las
instituciones humanas ni por intereses egoístas.

El bautismo – testimonio
Desde el principio, hemos tenido la costumbre en nuestras congregaciones
de llevar a cabo los bautismos en la calle, frente a las casas de los nuevos
33
discípulos. De esta manera, sus conocidos, vecinos y otros del público
pueden observar (¡Aunque a veces con mucha curiosidad!) lo que está
pasando. Salvo en pocas excepciones, esta es la forma que hemos practicado.
Esta forma facilita la función para que el creyente pueda dar testimonio
público de su nueva vida, ante sus vecinos, amigos, ante los creyentes, así
como ante los que no lo son. De esta manera, el individuo va uniendo sus
“convicciones internas” con el “acto público externo”. Vamos a hablar un
poco sobre lo que es y lo que no es el bautismo, empezando con el texto
citado anteriormente, 1 Corintios 10:1-4.

El bautismo en la nube y en el mar – identificación


Nuestro hermano Pablo habla sobre algunas cosas que a simple vista,
para algunos podrían parecer extrañas. Al hacer referencia a la historia de los
israelitas, sobre un evento que había ocurrido casi 1.500 años antes de Cristo,
nos dice que todos ellos quedaron unidos a Moisés al ser bautizados en la
nube y en el mar. Luego habla de cómo tomaron agua de la roca espiritual
que los acompañaba en su viaje, la cual era Cristo. Aquí Pablo menciona tres
“identificaciones”, un bautismo en la nube, otro bautismo en el mar, y la
provisión de Cristo quien los acompañaba dándoles pan del cielo y agua de
la roca en su viaje, ¡suceso ocurrido casi 1.500 años antes del nacimiento de
Jesucristo!

Obviamente, no estamos hablando del mismo bautismo en el Nuevo


Testamento o en nuestras iglesias hoy en día, pues en este contexto,
los israelitas se unieron a Moisés al ser bautizados (Moisés sirvió como
símbolo o figura de Cristo). El texto dice que los israelitas quedaron unidos
a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar.

Las preguntas que surgen son, ¿Qué es el bautismo en la nube? Y luego,


¿Por qué dice que fueron bautizados en el mar, si ninguno de los israelitas
fue sumergido ni se mojó, al pasar por las aguas? Al considerar estas
preguntas, podríamos confundirnos rápidamente, tratando de interpretar
cuál es la forma correcta, cuál es la forma de bautizarnos en la nube y en el
mar. Sin embargo, deberíamos enfocarnos únicamente en el hecho de que
Dios estaba identificando a Su pueblo con el Libertador.

Lo importante no tiene nada que ver con esas cuestiones de las formas.
Debemos tener cuidado de no pasar por alto el propósito, la función y
el objetivo de estos temas y enredarnos en lo absurdo. En ningún momento
se detuvieron los israelitas para organizar un comité de bautismos para
34
discutir sobre las formas – cuántas clases de preparación se debían tomar
antes de la ceremonia, dónde conseguir suficientes floreros para decorar,
o por la preparación de batas especiales y apropiadas, o de los ensayos
de las preguntas y respuestas que tendrán lugar antes de ser bautizados.

Lo importante se centra plenamente, en


algo que, desafortunadamente, se ha
perdido en muchos de los bautismos de
hoy. Lo fundamental era su plena
convicción, decisión e identificación con
la guía de Dios (en la nube) y Su
poderosa mano que los pasaba de la
muerte a la vida nueva (pasando por el
mar entre dos murallas de agua).
29. Los israelitas cruzan el Mar Rojo: Éxodo 14:13-22

“Identificaciones” que nos sirven de ejemplo


Pablo exhortó a los hermanos de Corinto, de la siguiente manera:
“No quiero hermanos, que olviden que nuestros antepasados estuvieron todos bajo
aquella nube, y que todos atravesaron el Mar Rojo”. Esto ocurrió al inicio del
éxodo del pueblo de Israel. Habían dejado atrás su antigua vida, la vida de
esclavitud y el dominio del opresor para seguir a Dios hacia la tierra prometida.

Hermanos, hay mucho por decir sobre la importancia de la función del


bautismo, pero tengan cuidado. En el momento en que perdamos el
testimonio, la guía de “la nube”, o sea, la dirección de Dios, el
agradecimiento por el camino que Dios nos abrió para atravesar “el mar”,
(la muerte), lo único que nos quedará es una forma muerta, un rito
religioso, absurdo e inútil.

Les animamos a leer 1 Corintios capítulo 10. Inmediatamente se darán


cuenta de que todos estos eventos sucedieron como ejemplo para nosotros.
No fueron registrados con el fin de darnos ciertas formas sobre cómo
hacer las cosas, sino para motivarnos a revisar los fundamentos de
nuestras vidas, nuestros valores y nuestra dirección en esta vida. Estos
enfoques serán esenciales para los nuevos creyentes en sus grupos
quienes pronto estarán contemplando lo que en verdad es el bautismo
que glorifica a Dios.

35
No tomaremos el tiempo, en este momento, para hacer un estudio
exhaustivo sobre el bautismo, pero les queremos dejar unas pautas básicas
para ayudarles, lo mejor posible, a estar preparados para esta parte de la
enseñanza. Queremos apoyarles en el buen discipulado que están llevando a
cabo y a evitar la infección cancerosa que viene con las formas muertas de
la religiosidad.

Unos puntos básicos sobre el bautismo


Hay tantas ideas y costumbres sobre lo que es el bautismo y formas sobre
cómo se debe realizar. Hay grupos que creen que para ser salvo,
obligatoriamente, uno tiene que ser bautizado. Algunas iglesias obligan a los
hermanos que se han mudado de otro lugar, aun cuando han sido seguidores
de Jesucristo por muchos años, a que se bauticen de nuevo antes de
aceptarlos como parte de la congregación. Otras iglesias le dan mucha
importancia y énfasis a los detalles de la forma: el lugar, el ambiente, la
vestimenta especial, cursos sobre el bautismo, preguntas y respuestas en
preparación para una ceremonia que solo su pastor puede oficiar.

Algunos grupos suponen que la salvación depende del bautismo. Algunos


de estos grupos insisten en una “fórmula exclusiva” para ser salvo por
medio del bautismo. Estas congregaciones se apoyan, principalmente,
en un texto tomado de Hechos capítulo 2. Actualmente hay dos ideas
erróneas sacadas de este versículo. Si nos fijamos en el contexto en el que
se encuentra este versículo, comprenderemos claramente qué fue lo que
ocurrió y por qué. El texto que usan para afirmar esa doctrina es Hechos 2:38
que dice: “P edro les contestó: ‘Vuélvanse a D ios y bautícese cada uno en el nombre de
Jesucristo, para que D ios les perdone sus pecados, y así él les dará el E spíritu S anto’ ”.

Las dos ideas erróneas son estas: la primera, dicen que uno debe bautizarse
para que Dios le perdone sus pecados. La segunda, dicen que la única forma
correcta de bautizarse es solamente en el nombre de Jesucristo. En su estudio
personal, deberían revisar todas las otras citas que mencionan el bautismo,
principalmente en el libro de los Hechos, y así obtener información más clara
sobre lo que es y lo que no es el bautismo. La mayoría de ustedes podrán
resolver estos asuntos en el contexto de este mismo capítulo sin necesidad
de hacer un estudio más profundo.

36
Identificación y arrepentimiento
Dios hizo algo tan extraordinario que dejó a todos asombrados y sin
saber qué pensar. La mayoría de los que estaban presentes en Jerusalén
habían viajado desde pueblos muy lejanos para participar en la Pascua y en
las fiestas que seguían la Pascua, incluyendo la fiesta de Pentecostés.

Hechos 2 nos habla de este milagro que atrajo a una gran multitud, gente de
diferentes idiomas y de pueblos distantes.
Estaban admirados de cómo todos oían
hablar de las maravillas de Dios en sus
propios idiomas. Era algo asombroso y
muchos fueron a ver qué estaba pasando.
Los que anunciaban las maravillas de
Dios eran de Galilea y hablaban en
91. La venida del Espíritu Santo: Hechos 2:1-13 idiomas que jamás habían aprendido.

Unos quedaron asombrados preguntándose qué significaba todo eso.


Otros empezaron a burlarse diciendo que los discípulos de Jesús estaban
borrachos. Luego Pedro se puso de pie y empezó a dar una explicación.

¿A quiénes se estaba dirigiendo Pedro? Pues, estaba hablando a gente


religiosa, judíos religiosos de todas partes, gente que conocía las Escrituras
(nuestro Antiguo Testamento), y que creía totalmente en Dios y en el
Espíritu de Dios. Sin embargo, esas
personas presentes no habían creído
en Jesús. Además, habían sido
espectadores y estuvieron a favor de la
crucifixión de Jesús. Pedro recurre a las
Escrituras, las palabras de los profetas y
la historia que encontramos en el
Antiguo Testamento. Luego les muestra
que Jesús era precisamente Aquel a
quien anunciaban estas Escrituras. 92. Pedro predicando la Palabra de Dios: Hechos 2:14-41

Alrededor de 3.000 personas empezaron a ver y a entender las Escrituras


como nunca antes. Ya estaban plenamente identificados con el Dios y
Espíritu de las Escrituras (por eso habían ido a Jerusalén en esas fechas),
pero cuando vino Jesús, lo rechazaron. Cuando se dieron cuenta de que Jesús
era el Señor y Mesías y que ellos habían tenido parte en Su muerte, se

37
afligieron profundamente, y preguntaron: “H ermanos (de raza), ¿Q ué debemos
hacer?” Pedro les da la respuesta acorde a la situación, el contexto y la dinámica
de aquel día. Eso lo vemos en Hechos 2:38.

Entendiendo el propósito del bautismo


En el contexto de todo lo
que había pasado (tomen el
tiempo para leer de corrido
los capítulos 1 y 2 de
Hechos), es completamente
razonable y entendible lo que
dijo Pedro. Él les está
diciendo – ustedes son
personas religiosas buscando
al Mesías, pero este Jesús
es el Mesías que buscan.
Sin embargo, ustedes lo
rechazaron y lo asesinaron.
Por eso dijo Pedro:
“Vuélvanse a Dios”. ¿Entonces
qué faltaba? Pues, que se identificaran con este mismo Jesús que habían
rechazado, e identificarse directa y personalmente con Él. Entonces Pedro
dice: “bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo”, reconociendo así que Jesús
es el que vino a perdonar sus pecados.

Pedro no les está dando una fórmula para la salvación. No les está diciendo
que necesitan bautizarse de manera especial y pronunciar solamente el
nombre de Jesucristo. Pedro les está ayudando a entender el significado y
propósito de las Escrituras. Les está ayudando a entender que habían
rechazado la única solución de Dios para ellos, la persona de Jesús. Les
dijo que ahora debían identificarse con este Jesús y, aunque lo habían
asesinado, Él les perdonaría sus pecados.

¿Cuál fue el resultado de este entendimiento en aquellos que hicieron caso


al mensaje de Pedro? Se identificaron con Jesús públicamente por medio
del bautismo. No solo eso, sino que también se unieron a los demás
creyentes en la enseñanza, en la oración con los demás, compartiendo los
unos con los otros y recordando la muerte y el sacrificio de este Jesús a
favor de ellos (por medio de la “Cena del Señor”).

38
Se ve claramente que el propósito y función del bautismo es
IDENTIFICACIÓN. La salvación no se recibe por la fórmula de fe más
obras, incluyendo el bautismo. Entendemos todo este asunto, con más
claridad, cuando lo estudiamos en su contexto bíblico e histórico en las
siguientes etapas de la enseñanza. Nos sirve como un ejemplo más de la
importancia de una enseñanza ordenada tanto en el evangelismo como en
el discipulado. Evitamos mucha confusión cuando enseñamos desde el
principio.

El significado y el propósito del testimonio


Hay grupos religiosos que confunden profundamente a la gente a través
de varias contradicciones. Por un lado, les enseñan que la salvación se
adquiere exclusivamente por medio de la fe, mientras que, por el otro lado,
les enseñan que tienen que ser bautizados para que sus pecados les sean
verdaderamente perdonados. Sus miembros piensan que, aunque uno
ponga toda su confianza en el Señor, no es verdaderamente salvo, sino
hasta que la persona sea bautizada. Hemos visitado algunos pueblos donde
creen que cuando alguien está siendo bautizado en el río, nadie debe estar en
la corriente río abajo. Creen que el agua está llevándose los pecados de la
persona que se está bautizando y si alguien está en el agua río abajo,
podría contaminarse.

El significado y el propósito del bautismo es simplemente dar testimonio


de la decisión que uno ha tomado de confiar en Jesús e identificarse con Él
en Su muerte, sepultura y resurrección.

Hay dos identificaciones formales establecidas para el creyente – el bautismo,


y la participación de la Cena del Señor. Ambas deben ser dinámicas,
llenas de sentido y repletas de agradecimiento. Ambas tienen una función
muy importante. En sus iglesias y equipos de enseñanza, deben analizar
con sabiduría cuáles son las mejores formas para facilitar estas funciones
importantes.

El bautismo es un testimonio de la fe del individuo. Somos bautizados


una sola vez y esto sirve como testimonio inicial de que hemos muerto a
la esclavitud de la vida pasada y ahora nos identificamos con Jesús,
resucitados a la vida nueva.

39
Retos con que pueden estar luchando sus alumnos
Hermanos, aunque ustedes han enseñado a sus grupos con todo
cuidado desde el principio, y sus alumnos han entendido el significado
del Mensaje de Dios para sus vidas, es posible que algunos de los
nacidos-de-nuevo tengan un choque en este punto. Si el individuo ha sido
adoctrinado previamente en alguna orientación religiosa, puede sentirse
incómodo al descubrir que lo que creía por muchos años realmente no tiene
base bíblica. Por ejemplo, si alguno pregunta si su bautismo como infante
o su bautismo en una “iglesia religiosa” no “sirvió”, ustedes, los maestros,
no deben discutir sobre si su bautismo le “sirvió” o no. La cuestión
realmente es otra. Deben buscar la manera de ayudar al nuevo creyente a
entender la función, el objetivo y el propósito del bautismo, no si su
bautismo “sirvió” o no.

Algunos de los que han salido de algún trasfondo religioso, y que ahora
son nacidos-de-nuevo, pueden cargar y luchar por algún tiempo con ciertas
ideas legalistas en cuanto a si una u otra cosa “está bien” o no. Hay que ser
pacientes con ellos y ayudarles a entender que lo bueno y correcto está
relacionado con la función y el propósito del Espíritu Santo y la Palabra
de Dios en sus vidas, no tanto con la forma de cómo hicieron cualquier
cosa antes.

Sería provechoso para el individuo que se encuentra en esta situación,


preguntarle si cuando lo bautizaron como infante o, cuando lo bautizaron
en su antigua religión, si su bautismo tuvo como propósito dar testimonio
de su convicción, de su fe e identificación personal con Jesús. Si contesta
con inseguridad, probablemente su “bautismo” no fue más que un baño
sin jabón. Si este nacido-de-nuevo ahora está firme en su fe y entiende
el significado de la Palabra, entonces también podrá entender que el
bautismo que realmente “sirve” es el que cumple con la función de dar
testimonio de su identificación como seguidor de Dios.

Unas sugerencias sobre los bautismos


Les recomendamos que no impongan al nuevo discípulo de Jesucristo
tantas condiciones externas cuando este quiera bautizarse, ni más condiciones
para que pueda participar de la Cena del Señor. No es correcto ponerle
cargas a aquel que tiene el derecho y privilegio como hijo de Dios participar
y dar testimonio.

40
Es bueno instruir y orientar al hombre sobre sus valores y convicciones,
más no conviene tratar de transformar el carácter del hombre
imponiéndole reglas, legalismos y formas externas. El resultado de una
obra religiosa-legalista externa será una vida como la de los fariseos y
una espiritualidad ficticia. Lo que se impone externamente solo afecta la
forma o apariencia externa, pero no transforma el fundamento del individuo.
Lo que surge de los valores, las convicciones y la obra del Espíritu Santo
internamente, dará fruto genuino también externamente.

Quizás ustedes los maestros, o algunos de sus alumnos, han sabido de


iglesias que imponen un tiempo “de prueba”, “para ver” si el nuevo discípulo
en realidad está firme o seguro en cuanto a su fe, antes de bautizarlo.
Eso no tiene ningún respaldo bíblico. ¡La “prueba de tiempo” a su seriedad,
se verá a lo largo de su vida cristiana después de su bautismo! Les sugerimos
no imponer condiciones, tiempos de prueba u otros requisitos a quienes
quieren bautizarse, además de entender el significado y propósito del bautismo.

Lo que nos sigue dando dirección es enfocarnos en que nosotros mismos


seamos verdaderos discípulos y que tomemos muy en serio el discipulado.
Mateo 28:19 lo pone claro: “Vayan, pues a las gentes de todas las naciones, y
háganlas mis discípulos; bautícenlas (identificándoles en su relación con el
Todo-Poderoso) en el nombre del P adre, del H ijo y del E spíritu S anto, y enséñenles a
obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes
todos los días, hasta el fin del mundo”.

El discipulado, relacionado al bautismo


Nosotros y nuestras iglesias debemos enfocarnos en el discipulado.
El discipulado incluye el identificar (bautizar) a los nuevos discípulos
como también enseñarles todo el consejo de Dios. Así, ellos también saldrán
a hacer lo mismo, alcanzando a los perdidos, reproduciendo y multiplicando
el discipulado.

Tomando en cuenta que esta es la naturaleza del discipulado, les


recomendamos mucho que los que hayan participado llevando a cualquier
persona a conocer al Señor, sean ellos mismos quienes la bauticen. Aunque
no hay necesidad de tener a alguien “especial” que oficie el bautismo,
es conveniente, sabio y correcto contar con la afirmación y participación
presencial de los dirigentes de su congregación. En todo caso, el enfoque
del bautismo debe ser el testimonio de identificación del nuevo discípulo.

41
De ninguna manera, el énfasis del bautismo debe ser en la persona o personas
que lo bautizan.

Hay pastores que buscan bautizar a la gente como si estuvieran buscando


acumular trofeos. Hasta hay algunos que mantienen registros de la cantidad
que han bautizado. Esto viene a raíz de la forma religiosa egoísta y muerta.
Pablo reprendió a los corintios precisamente por estos criterios egoístas.
Aunque Pablo había fundado la iglesia de Corinto, no bautizó a muchos de
ellos. ¡Ni siquiera podía recordar muy bien a quiénes había bautizado!
Por favor, tomen un minuto y lean 1 Corintios 1:10-17. Gracias a Dios por
la función del ministerio de nuestro hermano Pablo y también, por la
forma que adoptó, con la cual nos dejó un buen ejemplo y testimonio.
Las formas y función que nos muestra Pablo en su ministerio nos pueden
ayudar a seguir en el camino derecho y en el camino del discipulado.

El tiempo que invertiremos en la enseñanza de la Etapa 2 es breve y conciso.


Aunque no abordamos el tema del bautismo en la Etapa 2, los preceptos de
identificación en la Etapa 2 tienen íntimos enlaces con lo que viene en la
Etapa 3, donde trataremos con esta cuestión. Nuestra recomendación
respecto a CUÁNDO contemplar las oportunidades para los bautismos de
los nacidos-de-nuevo es esperar hasta llegar al contexto natural del tema en
el desarrollo del relato bíblico. Creemos que así los involucrados tendrán
mucho mayor entendimiento, y el tema tendrá mayor significado, relación,
y sentido. Esta porción de la introducción en el manual donde estamos
tratando con la cuestión del bautismo les puede ser útil más adelante al llegar
a la Etapa 3 en el libro de los Hechos. Pueden usar estas notas como
referencia en sus explicaciones sobre el tema con sus alumnos.

La relación entre la pascua, el Mar Rojo, el bautismo y la Cena del Señor

Por causa de su fe, y el sacrificio y la sangre


de un cordero inocente, el pueblo de Israel
fue liberado de la esclavitud en Egipto.
Cuando llegaron al Mar Rojo tuvieron
que aprender que para seguir adelante,
tendrían que seguir en la misma fe y
gracia del Dios que los sacó de Egipto.
29. Los israelitas cruzan el Mar Rojo: Éxodo 14:13-22

Su vida en la esclavitud fue “sepultada” en el Mar Rojo (junto con los


capataces que los habían dominado y perseguido), y el pueblo fue
42
“resucitado” a una nueva vida al otro lado. Dios sería su provisión en
todo el camino desde la liberación de la esclavitud hasta la tierra
prometida. No volverían a la esclavitud en Egipto. Tampoco volverían a
ser “bautizados”. Sin embargo, sí volverían a recordar y celebrar la Pascua
que fue el instrumento de Dios para su liberación.

Por medio de nuestro bautismo, proclamamos nuestra plena confianza


en que nuestra situación como pecadores separados de Dios se resolvió
cuando Jesús fue crucificado, sepultado, y resucitado (sepultura y resurrección,
el simbolismo del bautismo). Hemos sido identificados en Él y en lo que hizo
por nosotros. Ahora que somos Sus hijos y formamos parte de Su cuerpo,
tenemos un lugar en la inmensa, gloriosa y majestuosa “mesa de gratitud”.

En esta celebración, los tres elementos del Evangelio se convierten en


eterna alabanza de gratitud. Es en la mesa donde alabamos a Dios
abiertamente, donde le agradecemos, donde nos quedamos conmovidos,
asombrados, admirados y sobrecogidos al recordar Su inmenso amor,
sacrificio y plan de salvación por nosotros. Se llama la celebración de la
Cena del Señor, el Señor de la Pascua eterna. Es a este memorial al que
cada uno de nosotros debe volver seguido, junto con los demás hermanos
en la fe, para recordar lo que Él hizo por nosotros; como dijo Jesús:
“Hagan esto en memoria de mí”.

Las lágrimas me impiden seguir escribiendo. Me quedo pensando en la


grandeza de Dios, en cada pieza de Su inmenso rompecabezas, incluidos en
la Pascua, y en nuestra identidad en Él, y el gran privilegio que es tener un
lugarcito en esa mesa de gratitud. ¡Qué bendición tan tremenda, inmensa,
grandiosa e inexplicable!

El bautismo es un importante punto inicial de testimonio. El nacido-de-nuevo


se identifica en el Todopoderoso una sola vez por medio del bautismo.
Sin embargo, seguimos identificándonos con lo que Jesucristo hizo por
nosotros de manera regular a través de la Cena del Señor.

La Cena del Señor se celebra como familia (congregación). El tiempo en


el que celebramos la Cena del Señor es importante para cada uno de forma
individual, pero es igualmente importante que se celebre en comunión con
los demás, recordando cada uno la obra salvadora de Jesús en la cruz.

43
Ahora revisaremos algunos conceptos respecto a la Cena del Señor y la
relación que tienen con los nuevos discípulos que ustedes están enseñando.

#2 - La Cena del Señor


El significado de la Cena del Señor
El segundo tema que sirve como ejemplo de los distintivos religiosos que
han golpeado y ofendido la intención funcional de Cristo en y para Su
iglesia se relaciona con la gratitud compartida al recordar lo que hizo Dios
para traernos la salvación – la Cena del Señor.

Desde el principio, en nuestras congregaciones, hemos tratado de


enfocarnos en el propósito, o sea, la función y el objetivo del Señor para lo
que llamamos la Cena del Señor. Un tiempo de convivencia, pensando con
alegría en lo que nuestro Dios ha hecho por nosotros, dándole las gracias
por Su ofrenda a favor de nosotros. El pan que es un recordatorio simbólico
del sacrificio de Su cuerpo, y el jugo que nos recuerda Su sangre derramada
por nosotros. Así debe ser, hermanos, cada vez que se celebra la Cena del
Señor, debe ser una celebración de agradecimiento.

Hemos observado cómo las tradiciones religiosas han corrompido el


significado, propósito y enfoque de la Cena. Aun en algunas iglesias
cristianas donde hay una buena orientación bíblica, algunos no han podido
escapar de las telarañas de lo misterioso, de lo rígido, de lo seco y de las
formas religiosas muertas.

Para los discípulos de la iglesia primitiva, la Cena del Señor implicaba la


participación familiar, comida, convivencia, “fiesta de amor fraternal”, ánimo
y alegría. El concepto de reunirse como iglesia en el que algún hombre
“religioso” organizara unos pedacitos de pan, que no serían suficientes ni
para que comiera un pajarillo, y unas cuantas gotas de jugo, para “celebrar
la Cena del Señor”, era desconocido. Una supuesta “celebración” en la que
todos se quedaran callados, serios, rígidos, secos y esperando a que el
“hombre de Dios” (un padrecito o pastor) pronunciara unas palabras
espirituales apropiadas, para luego echar a cada quien su galletita en la boca,
habría sido absurda y una burla. Sin embargo, hoy en día, esta es la situación
de muchas iglesias, dicen “celebrar la Cena del Señor” que ni es celebración,
ni es cena.

44
¿De dónde salieron esas formas que han drenado tanto el gozo, el propósito
y hasta la idea de lo que es la Cena, el compartir y la fiesta que una vez
celebraban las iglesias? En primer lugar, sería bueno mencionar que para los
judíos, la Pascua sigue siendo una fiesta de celebración, recordando la
liberación de su pueblo de la esclavitud en Egipto.

Esta historia es fundamental para nosotros también, ya que el ministerio de


Jesús trajo un nuevo significado a la Pascua. Jesús se entregó como el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el Cordero perfecto de la
Pascua (Mateo 26, Lucas 22).

La Pascua y la Cena del Señor


En la enseñanza de la Etapa 1 de Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes,
revisamos la historia de la Pascua detallada en Éxodo capítulo 12. El juicio
de Dios pasaría sobre Egipto dictando sentencia contra sus dioses. Pero,
Dios proveería Su salvación al pueblo de Israel por medio del sacrificio de
un inocente. La sangre del cordero aplicada por fe en los marcos de las
puertas, sería la señal de que estaban confiando en el Libertador. Dios les dijo
que, al ver la sangre, el juicio pasaría de largo.

¡Sin duda sus alumnos se acordarán de esta destacada historia! Entre varios
puntos enfatizados, se enseñó que con la Pascua, Dios estaba estableciendo
un fundamento eterno. Dios les dijo a los israelitas que deberían seguir
recordando ese día con una gran fiesta en
honor del Señor. Les dijo que deberían
celebrarlo como una ley permanente y
eterna. El relato en Éxodo 12 se refería
no solo a esa Pascua en Egipto que
cubrió o protegió al pueblo de Israel con
la misericordia de Dios. También estaba
refiriéndose a la Pascua venidera del
Cordero Perfecto que quitaría el pecado
del mundo con Su liberación eterna.
27. La Pascua: Éxodo 12:1-7

Ahora, adelantamos la historia al Nuevo Testamento, aproximadamente


1.500 años después, a aquella noche culminante, cuando Jesús entró en
Jerusalén para compartir una última cena de Pascua con Sus discípulos.
Allí estaba Jesús, colocando las últimas piezas del gran cuadro de la
historia redentora. Así mismo, Jesús estaba preparando a Sus discípulos para
45
lo que pronto surgiría con el nacimiento de la iglesia. Tiempo después,
los discípulos recordarían todo lo que había pasado, las palabras de Jesús, y
celebrarían en la Cena el significado y los propósitos de las Escrituras
cumplidas en Jesucristo.

En ese momento los discípulos todavía no entendían todo con claridad.


Sin embargo, en unas cuantas horas serían testigos de la culminación de la
Pascua eterna. Entenderían a lo que apuntaba el significado de las Escrituras
tal como Jesús se lo había explicado a Nicodemo (Juan 3:14-15). Esta
Pascua sería diferente. Esta Pascua sería la Pascua de la transformación.
Aunque los discípulos estaban todavía mirando hacia atrás a la Pascua
histórica pasada, Jesús estaba profundamente conmovido, mirando hacia la
nueva Pascua, la cruz y, hacia la culminación de la historia de la salvación.
Jesús era el Cordero Pascual eterno. La Pascua era Él mismo.

Sus palabras resuenan por los pasillos de la historia. Los discípulos estaban
sentados a la mesa con Jesús. Él se
quedó mirándolos a los ojos. Había
llegado la hora. Jesús les dijo: “¡C uánto he
querido celebrar con ustedes esta cena de P ascua
antes de mi muerte!” (Lucas 22:14-15).
Luego, mientras comían, Jesús tomó
en Sus manos el pan y una copa. Les
habló sobre lo que pronto le sucedería,
del nuevo pacto, y luego les dijo:
82. La cena del Señor: Marcos 14:1-2, 10-31
“Hagan esto en memoria de mí”.

Sigue la historia que conocemos y que ustedes enseñaron a sus alumnos –


la crucifixión de Jesús, Su muerte y sepultura, Su resurrección y luego
Su ascensión. Pronto llegaremos a la enseñanza del libro de los Hechos
donde veremos la dinámica de los nacidos-de-nuevo y cómo siguieron
reuniéndose a la “mesa de gratitud” comiendo juntos, dando gracias a Dios,
y celebrando lo que llamamos la Cena del Señor.

No hay ningún texto bíblico que nos indique con qué frecuencia debemos
participar de la Cena. Al parecer, la iglesia primitiva era impulsada a
participar de manera habitual por iniciativa propia, por un deseo y espíritu de
gratitud. En el libro de los Hechos los discípulos seguían reuniéndose, y
seguían firmes en la enseñanza de las Escrituras, orando juntos, compartiendo
46
juntos y comiendo juntos. Aparentemente la gratitud de la iglesia primitiva
la impulsaba a celebrar la “Cena del Señor” de manera regular.

¿Qué pasó con la Cena del Señor?


Ahora, aquí estamos 2000 años después. Conocemos el relato bíblico tanto
la historia de la Pascua del Antiguo Testamento como la del Nuevo.
Entendemos, además el significado y el propósito de la Cena del Señor.
No obstante, tal vez pareciera que nos hemos alejado un poco de la función
y del propósito originales de la Cena. ¿Qué pasó y qué se puede hacer?

Hay varios pensamientos en cuanto a los detalles de cómo y por qué la


iglesia, en gran parte, perdió esa celebración de gozo. Algunas evidencias
apuntan a que los cambios empezaron aproximadamente 200 años después
de Cristo. Poco a poco la idea de separar el significado de “el pan y la copa”
empezó a tomar forma. Eso dio lugar a que la Cena se convirtiera en un
ritual misterioso y “sagrado”. Por supuesto, se espera que un ritual sagrado
deba oficiarse por un individuo que, supuestamente, es “sagrado”. Así,
en algunas “iglesias”, las formas religiosas eliminaron la función y propósito
de Dios y convirtieron la Cena en una exhibición mística, de asombro,
mágica y poderosa, centrada en el sacerdote.

No habían pasado ni mil años y “la Cena del Señor”, para muchos, ya no era
más que un rito religioso. La iglesia romana institucional puso el ritual como
una piedra angular de la misa en la cual el sacerdote, por un poder
sobrenatural, (llamado el dogma de la transubstanciación), convierte el pan y
el vino en el mismo cuerpo real y físico de Cristo. El enfoque intencional
de Dios, la celebración de gratitud y el significado de la Cena del Señor se
perdió, y entonces “la Cena” se convirtió en una ceremonia muerta.
¿Podría una congregación tradicional volver a realmente celebrar la Cena
del Señor? ¿Podría esta quitarle lo místico y regresar a la debida función de la
Cena del Señor? ¿Podemos nosotros, junto con nuestros equipos e iglesias,
conducir a los nacidos-de-nuevo en esta función viva y eficaz? ¡Por supuesto
que sí! Quizás algunos de ustedes experimentarán oposición por parte de los
que representan a las iglesias tradicionales-religiosas. Ellos darán un sinfín
de explicaciones del por qué es mejor seguir el camino establecido por los
hombres y que las tradiciones religiosas nos aseguran que la Cena se tome
“seriamente” y de manera “digna”. Dirán que solo un hombre debidamente
preparado y autorizado eclesiásticamente debe oficiar la Cena, porque eso
garantiza que se llevará a cabo “correctamente”. Quizás estos argumentos
47
suenan bien. El único problema es que son ajenos a todo lo que
encontramos en la Biblia.

El que come o bebe de manera indigna


Es importante que cada uno de nosotros, que estamos involucrados en el
discipulado, tenga claridad en cuanto a cierta orientación religiosa que ha
sido manipulada con frecuencia para mantener las formas tradicionales.
En sus grupos, algunos de ustedes tendrán nacidos-de-nuevo quienes
tienen secuelas por haber sido influenciados por experiencias y orientación
pasadas en cuanto a este punto. Tendrán que realizar una “desenseñanza”
antes de seguir con la enseñanza correcta y verdadera sobre la Cena del Señor.

Este tema se desprende de un texto tomado de 1 Corintios 11. En este capítulo,


nuestro hermano Pablo está reprendiendo fuertemente a los corintios
diciéndoles que la cena que pretendían celebrar no tenía nada que ver con la
verdadera Cena del Señor.

El versículo que ha dejado a muchas personas perturbadas es el versículo 27,


la advertencia de que uno peca contra el cuerpo y la sangre del Señor si
come del pan o bebe de la copa de manera indigna. Pero, ¿Qué es comer y
beber de manera indigna? La respuesta se encuentra en el mismo contexto.
Para entenderlo podemos iniciar leyendo desde el versículo 17, hasta el 34
del mismo capítulo 11.

El problema de los corintios era que cuando se reunían para celebrar la


Cena del Señor, la iglesia estaba dividida. Los que llevaban bastante comida
se adelantaban. Comían y bebían sin tomar en cuenta a los miembros que
no tenían. En la misma reunión, unos comían en exceso, mientras que otros
se quedaban con hambre.

Tomemos un momento para verlo desde el punto de vista celestial. Jesús lo


dio todo por todos, con el fin de unirnos en un solo cuerpo, en un mismo
amor, espíritu y propósito, cada miembro compartiendo con los demás,
buscando edificar y bendecir a los demás miembros. Cuando lo vemos así,
como también lo veía Pablo, podemos entender mejor sus palabras:
“¿Por qué menosprecian la iglesia de Dios y ponen en vergüenza a los que no
tienen nada?” (1 Corintios 11:22).

Si estamos centrados en el discipulado funcional, todo esto tendrá mucho


sentido. Veremos a continuación que las formas y prácticas religiosas
48
regularmente acaban con la función de acuerdo al propósito de Dios.
Las congregaciones religiosas no pueden entender de qué está hablando
Pablo, porque no se reúnen con el propósito de celebrar la Cena del Señor
sino más bien para llevar a cabo una ceremonia. Están tan impuestas a la
forma de la Cena como a un ritual solemne, silencioso e individual que esta
reprensión de Pablo parece no tener sentido.

La Cena del Señor debe ser un tiempo de participación y comunión familiar


y congregacional. Es un tiempo en el que la congregación puede recordar con
gratitud el significado del sacrificio de Jesús. Por un lado, podemos pensar
en lo que hizo Jesucristo por nuestra salvación, y por otro lado, podemos
meditar en cómo nos hizo una familia. La Cena sirve para manifestar
nuestra unidad como un solo cuerpo en Cristo (1 Corintios 10:16-17).
El recordar lo que hizo Jesús por nosotros debe renovar nuestra gratitud
personal y a la vez refrescar nuestra unidad con los demás hermanos.

Comer o beber de “manera indigna” quiere decir “celebrar la Cena del Señor”
como lo estaban haciendo los corintios. Algunos de los corintios asistieron
a la Cena con una actitud de superioridad, arrogancia y egoísmo. Su enfoque
no se centraba en lo que hizo Jesús por ellos, ni en la unidad con los demás
del cuerpo. Los que llegaban primero se adelantaban a los demás. Los que
tenían bastante ignoraban a los que tenían menos. Algunos tomaban hasta
emborracharse. Había divisiones y discordia entre hermanos. Nuestro
hermano Pablo les dijo que la “Cena del Señor” que supuestamente estaban
celebrando no era realmente la Cena del Señor. Habían abandonado el
enfoque, el significado, el propósito y la función de la Cena.

Por esta razón, Pablo les dijo que cada uno debía examinar su propia
conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. Uno debe examinar
49
su actitud y corregirla. ¿Hay alguna raíz de amargura, de egoísmo, de
arrogancia, o de superioridad en nuestras vidas? Estas condiciones
imposibilitan una actitud de gratitud, de humildad y de comunión. El
propósito de la exhortación de Pablo a “examinarse” no tiene nada que ver
con ser o no “digno”, ni si alguien debe participar o no de la Cena.
¿Quién es “digno” en sí mismo? ¡Jamás seremos dignos! ¡Participamos de
la Cena no porque seamos dignos, sino porque Cristo y Su obra lo son!
Debemos recordar a Jesús, reconocerlo, agradecerle y participar de Su Cena,
porque Él es digno. Las formas que practicamos deben facilitar esta digna
función.

La noche de las dos Cenas del Señor


Fue en una de las primeras veces que celebramos la Cena del Señor, en una
de nuestras comunidades con los nuevos creyentes, que sucedió algo
interesante. Comimos juntos, convivimos juntos y luego tomamos un
tiempo para darle gracias a Dios por todo lo que hizo por nosotros.

En esa ocasión que gozamos con los nuevos discípulos, le pedimos a cada
uno que tomara un pan y luego compartiera unas palabras de agradecimiento
a Dios. Mientras seguíamos comiendo y compartiendo, me di cuenta de que
uno de los hermanos solo miraba el pan y el jugo que compartíamos
entre todos. Su mirada no era de gozo, sino de tristeza. Cuando estábamos
por terminar, le pregunté delante de todos los demás: “Hermano Daniel,
¿no quisiste participar? ¿Por qué no”? Los ojos de Daniel se llenaron de
lágrimas. Daniel respondió diciendo: “Aquí estoy, pensando en todo lo que ha
hecho Jesús por mí. No pude participar porque me siento tan indigno”.

¡Qué bendición nos dio Daniel aquella noche! ¡Qué oportunidad y qué
privilegio para todos! Les pregunté a todos, ¿quiénes de los que estamos
aquí somos dignos de tomar la Cena? Todos estábamos de acuerdo en
que ninguno era digno, pero que Jesús sí lo es. Él nos invita a recordar Su
pacto. Deberíamos participar porque Él pagó el precio para salvarnos.

Con estas perspectivas compartidas, el aspecto del rostro de Daniel cambió


totalmente. ¡Con su nueva perspectiva sobre el enfoque, unos se fueron
corriendo a la tienda y regresaron con más pan, bastante pan, y mucho
jugo! ¡Esa noche celebramos la Cena del Señor dos veces! Volvimos a comer
y dimos nuevamente gracias a Dios. ¡Esta vez Daniel participó con mucho
ánimo y tuvo mucho de que agradecer y compartir!
50
Hermanos, pronto estarán enseñando sobre la Cena del Señor y participando
de ella con los nacidos-de-nuevo. Les animamos a que busquen formas que
realmente funcionen para celebrar la nueva fiesta de la Pascua, la Cena del
Señor. Busquen la manera de animar a todos a participar. Cuando decimos
“todos a participar”, no estamos hablando de que solo coma y beba de ella,
sino que cada uno tenga la oportunidad de compartir con los demás, de
arreglar cualquier asunto pendiente que tenga con algún hermano y que
recuerden juntos la historia de Dios, que recuerden lo que hizo Jesús por
nosotros, y de animarnos los unos a los otros en cuanto a Su venida.

Recomendaciones en cuanto a la Cena del Señor


En las primeras lecciones de la Etapa 3 repasaremos el tema de la Cena del
Señor. Será necesario explicar en detalle varios aspectos sobre lo que es y
lo que no es la Cena.

Les recomendamos no imitar


ciertas formas de la Cena
del Señor, solamente porque
parezcan “formas aceptables”,
populares, o porque algunas
iglesias “lo hayan aceptado”.
Busquen darle plena libertad a
la función que sea conforme a
la Palabra, sin dejarse llevar
por criterios religiosos. Si no
tuvieran orientación previa, de
alguna institución o iglesia, y
tuvieran que organizar la
Cena del Señor basándose
exclusivamente en lo que dice la Biblia, ¿Cómo organizarían esa celebración y
comida?

Hermanos, reúnanse con sus equipos e iglesias y hablen sobre este tema.
Cuando sus equipos hayan hecho a un lado la religiosidad de esta
celebración, ¡entonces celebrarán lo que es realmente una Cena del Señor!
¡Así su ministerio con el nuevo grupo de creyentes tendrá fundamentos
firmes y mucho sentido! ¡El discipulado que sigue en desarrollo será
edificante y distinto! Las próximas lecciones de las Etapas 2 y 3 proveerán

51
un contexto en el cual su equipo podrá aplicar y practicar los principios
bíblicos dinámicos y vivos.

Estos dos distintivos que revisamos, el bautismo y la Cena del Señor,


nos sirven de ejemplo para ver cómo las tradiciones religiosas pueden
presentar amenazas fundamentales en el andar del discipulado. Esperamos
que la consideración de estos ejemplos nos ayude a discernir otras áreas
que igualmente pueden perjudicar a los nuevos creyentes.

Algunos temas pueden parecer “inocentes” y sin importancia, pero que


sutilmente nos conducen a graves errores. Queremos animar a cada lector
y maestro, no solo a pensar en lo que se está enseñando sino también en
las palabras, terminología y las referencias que se usan. Pues, para sus
alumnos todas estas cosas juegan un papel importante en su comprensión
de la Palabra. Vamos a referirnos a dos ejemplos que algunos de ustedes
han resaltado con frecuencia. Son dos conceptos que han provocado
dificultades, confusión e impedimentos en algunas de las comunidades.

El templo y la iglesia. Los diezmos y el dar.

“El templo” y la iglesia


Este tema, que pronto surgirá en la enseñanza, se relaciona con la vida de
armonía de los nacidos-de-nuevo, unidos por un mismo agradecimiento, un
mismo amor, un mismo espíritu y un mismo propósito funcional – la iglesia.

Un entendimiento correcto del concepto de lo que es “la iglesia” es


primordial en el seguimiento eficaz del discipulado y la enseñanza bíblica.
Es posible que la gran mayoría de sus alumnos ya tengan conceptos
preconcebidos y claramente establecidos con respecto al “tema de la iglesia”.
A muchos, la orientación religiosa de su entorno les ha dejado con ideas
contrarias al concepto correcto de una iglesia conforme a la manera y la
función de Dios.

Aun aquellos que provienen de una orientación evangélica tradicional,


podrían traer un fuerte sincretismo de ideas respecto a “la iglesia”. Algunas
de estas ideas preconcebidas proceden de orientaciones religiosas que se
desprenden de porciones del Antiguo Testamento sacadas de su contexto,
reinterpretadas equivocadamente y luego insertadas en el contexto del
Nuevo Testamento.
52
Aunque el Nuevo Testamento no puede ser entendido sin una
comprensión correcta del Antiguo, todo maestro debe ser cuidadoso de
manejar los textos dentro de sus contextos mientras toma en cuenta los
propósitos que tiene Dios en cada uno de ellos.

Se espera que quienes estén leyendo estas notas, sean individuos que ya
han estudiado la introducción del manual Edifiquemos Sobre Cimientos
Firmes y que han enseñado las lecciones (“Etapa 1”). Por lo tanto, ya están
familiarizados con estos principios y no hay necesidad de profundizar en
este tema. Recordemos que el deseo de Dios, desde el principio de la
historia, ha sido vivir EN medio de Su creación. El pecado originó la
separación entre el hombre y su Creador.

El tabernáculo y el templo del Antiguo Testamento


Adelantándonos un poco en la historia, al momento cuando los israelitas
fueron liberados de la esclavitud por medio de la Pascua; atravesaron el
Mar Rojo en seco y llegaron al Monte Sinaí. En ese lugar, Dios les dio
instrucciones para la construcción del tabernáculo. Por medio del
tabernáculo Dios estableció un punto de referencia visible en medio de Su
pueblo. El diseño del tabernáculo y sus diferentes detalles, son como
una especie de espejo que ilustran, reflejan y simbolizan las cualidades y
carácter de Jesucristo.

El tabernáculo le sirvió al pueblo de Israel como un “templo portátil”,


cientos de años después fue reemplazado por el templo construido por el
Rey Salomón en Jerusalén. El templo sirvió como el punto de referencia de
la presencia de Dios en medio del pueblo de Israel y además, un testimonio
de la fe de Israel a las naciones circunvecinas.

Por medio de Jesús el hombre puede entrar al lugar santísimo


Un problema de los tiempos del Antiguo Testamento, similar a lo que
observamos hoy, es que mucha gente le da más importancia al templo que
al Dios del templo. Este problema se agravó en los tiempos en que Jesús
vivió en este mundo. Jesús vino a vivir EN medio de la humanidad y
ocupar ese lugar céntrico en la vida del hombre. Por medio de Jesús, el
camino al lugar santísimo fue abierto al hombre (Hebreos capítulos 9-10).

El momento en que Jesús murió en la cruz, el gran velo de separación entre


el lugar santo y el lugar santísimo en el templo se rasgó de arriba abajo,
53
mostrándonos que por medio de Su muerte, se había resuelto el problema
de separación entre el hombre y Dios (Hebreos 10:18-20). Por medio de
Jesús, el hombre recibe la reconciliación y la restauración de la comunión
con su Creador.

En medio de Su pueblo y en cada miembro de Su pueblo


Jesús abrió el camino para que Dios no solamente viviera EN medio de
Su pueblo, sino también EN cada uno de los miembros de Su pueblo.
El resto de las Escrituras presentan a los creyentes como la representación,
el testimonio y el templo de Dios, no un templo físico y material.

El testimonio del templo en el Antiguo Testamento representaba la


conexión entre lo celestial y lo terrenal a través de la presencia de Dios
manifestada sobre y en el templo. En el Nuevo Testamento, el enfoque y
el testimonio se trasladan del templo físico y material a Jesucristo mismo,
y luego esa presencia se manifiesta en los nacidos-de-nuevo en Jesús,
los miembros de Su cuerpo o iglesia. El enfoque de la iglesia es la presencia
de Dios manifestada al mundo por medio del Cuerpo de Jesucristo.

Somos el cuerpo de Cristo


Si tenemos claros estos preceptos, entonces debemos hablar con sabiduría,
prudencia y cuidado. Los edificios de reunión, que muchos equivocadamente
llaman “iglesias”, no tienen absolutamente nada espiritual, sagrado, poderoso
ni santo en ellos. Conviene que, tanto maestros como todo nacido-de-nuevo,
evitemos llamar a cualquier lugar de reunión “templo” o “iglesia”. ¡Nuestra
manera de hablar tiene consecuencias y sí afecta a las demás personas!

No deberíamos decir que asistimos a la iglesia. No deberíamos decir que


“vamos al templo”. La iglesia no es un lugar y el templo ya no existe.
Los romanos destruyeron el templo en el año 70 d.C. No debemos utilizar
el término “asistir”. Si adoptamos la idea de “asistir” o “ir a la iglesia” entonces
también tendríamos la idea de “salir” o “venir” de ella. ¡Y tristemente eso es
exactamente lo que hacen los religiosos!

Los religiosos apartan un tiempo de su “vida normal” para “ir al templo” o


para “asistir a la iglesia”. Un par de horas después vuelven a su vida normal.
¡Para el religioso común todo está súper bien debido a que la persona le dio a
Dios un poco de atención, asistencia, y quizás también unos cuantos pesos!
Hermanos, nuestra vida es distinta y nuestras palabras deben reflejar la verdad
54
y el buen juicio. La iglesia no es un lugar, el edificio donde nos congregamos
no es ningún templo. Nosotros somos la iglesia, el cuerpo de Cristo, 7 días a
la semana y 24 horas al día. Dios es nuestro Salvador, y por derecho nuestro
Señor. ¡Él es el Dueño de todo lo que somos y de todo lo que tenemos!

La iglesia es un cuerpo funcional compuesto de nacidos-de-nuevo


En ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos que la iglesia invite
a inconversos a participar en las actividades propias de la iglesia o a escuchar
el Evangelio “en la iglesia”. No encontramos un modelo bíblico de la iglesia
que se componga de un grupo mixto de nacidos-de-nuevo e inconversos.

El momento en que se mezclen los propósitos de Dios para Su iglesia


en su función interna, con los propósitos de Dios para Su iglesia
en su función “externa”, en y a favor del mundo, se iniciará una gran
confusión. Esto es lo que ha llevado a muchas “iglesias” a una rutina irracional.
Reuniones en las que los salvos siguen siendo evangelizados e invitados a
responder al evangelio, mientras que los inconversos son animados y
afirmados en una salvación, fe y vida que no tienen.

Aunque el inconverso debe sentirse con libertad para entrar y observar lo que
hacemos en nuestras reuniones regulares, no debemos invitarlos “a la iglesia”
(a participar en y como parte del cuerpo de Cristo).

Hay un sinfín de puntos importantes que debemos tomar en cuenta respecto a


las formas que facilitan una dinámica edificante en y por medio de la iglesia.
Aunque muchos de estos puntos no son temas para tratarse en este manual,
abordamos varios de estos en relación con la capacitación de liderazgo, el
discipulado, la formación de iglesias y otros, en el libro Las Lágrimas en el
Camino de Mileto.

La diferencia entre un grupo de creyentes y una iglesia


Mencionaremos un último aspecto en cuanto a las ideas comunes sobre lo
que es la iglesia. ¿Qué constituye una iglesia? ¿Cómo sabemos cuándo hay
una iglesia? ¿Se puede saber? ¿Empieza con un edificio, con unas bancas,
plataforma y púlpito? ¿Con un grupo que se reúne periódicamente para
alabar a Dios? ¿Inicia cuando un concilio eclesiástico le aplica un examen a
un grupo de creyentes para ver si califica para dejar de ser “misión” y
convertirse en “iglesia”?

55
Muchas iglesias tienen lo que llaman “misiones”, que funcionan como
una sucursal de la iglesia bajo la dirección de ciertas personas autorizadas.
¿Cuáles son las características que hacen que una de esas “misiones” se pueda
considerar una “iglesia”? ¿Se constituye la iglesia cuando se inicia un grupo
de estudio bíblico? Y si no, ¿Qué si este grupo incluyera con la predicación
algunos cantos, tiempo de oración, unos anuncios y una ofrenda? Con eso,
¿sería ya una iglesia de verdad? ¿Qué es exactamente una iglesia?

Al responder a esta pregunta, muchos, de inmediato citan Mateo 18:20,


donde la Biblia dice que donde hay dos o tres reunidos en el nombre de
Jesús que Él está en medio de ellos. Este texto es señalado, frecuentemente,
para comprobar que donde hay dos, tres o más creyentes, eso constituye
una iglesia. Sin embargo, en este texto Jesús no está refiriéndose a cómo
establecer una congregación. El contexto se refiere a discípulos, que siendo
ya parte de una asamblea, están tratando de resolver conflictos entre ellos.
Jesús está instruyendo a Sus discípulos sobre la resolución de conflictos, la
reconciliación y el perdón. Dice que cuando lo hacen correctamente,
alrededor de la persona de Cristo (“en mi nombre”), Jesús estaría con ellos en
el proceso.

Nos puede ayudar mucho considerar a la iglesia como un cuerpo funcional y


no en términos de “asistencia”, reuniones, cultos, etc. La simple aglomeración
de cristianos no constituye un “cuerpo de Cristo”, sino hasta que cada
miembro esté coordinado con los demás y cumpliendo con su función. ¡La
función implica propósito! Un cuerpo que deja de funcionar, lo llamamos
“cadáver”.

La naturaleza de la iglesia es su función


No existe palabra alguna para expresar la idea de “una iglesia sin función”.
Pues, la naturaleza de la iglesia es precisamente su función. Cuando
hablamos de función nos referimos a dos aspectos: El primero es la
participación activa de cada miembro con el don o dones que le fueron
dados por el Espíritu Santo en el momento de ser salvo, para edificación
de los demás de la congregación.

En segundo lugar, nos referimos a la función colectiva del cuerpo de


Jesucristo, coordinado para edificación de los propósitos eternos de Dios en
este mundo, ministerio, servicio y discipulado. Debido a la orientación
religiosa, hay muchísima gente que tiene la idea de que si pudiéramos
56
organizar unas cuantas bancas y un púlpito, reunir un grupo de personas,
dirigirlos en unos cantos, una oración, recoger una ofrenda y designar a
alguien para predicar un sermón, entonces con eso tendríamos una iglesia.
Esto puede figurar como una reunión o convivencia, pero no describe a la
iglesia en función.

Por lo tanto, si una llamada “iglesia” no tiene la vida, propósito y dirección


de Cristo funcionando en y por medio de cada uno de sus miembros, no es
en verdad una iglesia. El grupo puede ser un excelente club social cristiano,
un magnífico estudio bíblico que incluye tiempo para cantar y convivir,
pero no es una iglesia. Si el grupo no está funcionando como el cuerpo
de Cristo, en el que cada miembro utiliza sus dones para edificar a los
demás, no conviene llamarlo iglesia. Quizás algunos de ustedes tendrán que
dar una enseñanza correctiva respecto a lo que constituye una iglesia y su
función.

Mientras avanzamos en las enseñanzas de las Etapas 2 y 3, debemos pensar


en cuanto al valor, la importancia, las cualidades, la dinámica y la función
de cada individuo en nuestros grupos. Las palabras de nuestro hermano
Pablo pueden servir de bendición para ustedes los líderes respecto al
criterio y la actitud con las cuales deben visualizar sus equipos y grupos.

“Así que, si Cristo los anima,


si el amor los consuela, si el
Espíritu está con ustedes, si conocen
el cariño y la compasión, llénenme de
alegría viviendo todos en armonía,
unidos por un mismo amor, por
un mismo espíritu y por un mismo
propósito. No hagan nada por
rivalidad o por orgullo, sino con
humildad, y que cada uno considere
a los demás como mejores que él
mismo. N inguno busque únicamente
su propio bien, sino también el bien
de los otros” (Filipenses 2:1-4).

Pronto estudiaremos el libro de los Hechos y veremos la dinámica de la


iglesia, el mismo cuerpo de Cristo, del que cada uno de nosotros somos parte.
57
Los diezmos y el dar
En la enseñanza de las Etapas 2 y 3 veremos la generosidad de los
nacidos-de-nuevo viviendo en armonía, compartiendo espontáneamente,
ayudándose los unos a los otros y extendiendo el evangelio con un mismo
amor, un mismo espíritu y un mismo propósito funcional.

Es fundamental en el discipulado y en la enseñanza bíblica, el correcto


entendimiento de la verdadera naturaleza del “dar” como lo enseña el
Nuevo Testamento. Es posible que muchos de sus alumnos ya tengan
conceptos equivocados en cuanto a la naturaleza del dar en el Nuevo
Testamento, debido a orientaciones previas en algún lugar religioso. En la
mayoría de estos grupos, se enfatiza un tema, frecuentemente malinterpretado,
malentendido, y a veces hasta intencionalmente manipulado tocante al dar –
lo que en muchos lugares llaman “el diezmo”.

En la enseñanza de las Etapas 2 y 3 trataremos con los tres puntos


previamente mencionados: el bautismo, la Cena del Señor y la iglesia,
no de manera religiosa sino de acuerdo con las debidas funciones que
honran a Dios y edifican a Sus hijos. ¡Observaremos estos tres enfoques
hasta la venida del Señor! Sin embargo, el tema de los diezmos, será
tratado solamente en esta introducción, y no en las siguientes lecciones
bíblicas del Nuevo Testamento. Quizás algunos de ustedes estén
preguntándose, ¿Por qué no? La respuesta es sencilla. Los diezmos no tienen
lugar en la iglesia. En ninguna ocasión Jesús, los apóstoles, o la iglesia del
Nuevo Testamento enseñaron a diezmar. En ningún pasaje del Nuevo
Testamento vemos que Jesús haya pagado o recibido diezmos. Tampoco
aparece el tema de los diezmos en las iglesias del Nuevo Testamento.

¿Dónde se originó el diezmo?


En el Antiguo Testamento Dios estableció tres diezmos para el pueblo de
Israel. Nos ayudaría si entendiéramos el contexto de los diezmos antes de
echar un vistazo a cada uno de ellos. Los diezmos fueron instituidos cuando
Dios estaba organizando Su pueblo. Dios había liberado al pueblo de Israel
y Él los estaba llevando al camino de la libertad. Recordemos que la fiesta
de la Pascua servía para recordar al pueblo sobre cómo Dios los había
sacado de la esclavitud.

Recordemos también que el tabernáculo servía como punto céntrico y de


referencia para el pueblo. Volvemos a mencionar estos dos temas, la Pascua
58
y el tabernáculo, porque en ellos vemos un principio que se repite.
Cuando Dios ocupa el corazón o el núcleo de Su gente, Dios es glorificado y
el pueblo bendecido. La gratitud era fundamental, tanto en el recordatorio
de la Pascua, como en la presencia y guía de Dios prometidas a través
del tabernáculo. El propósito de Dios en los diezmos se relaciona con
este mismo precepto, la gratitud.

Dios estableció tres diezmos para el pueblo de Israel. Estos diezmos se


relacionaban con los enfoques ya mencionados: la gratitud delante de Dios,
el reconocimiento de Su fidelidad, y Sus bendiciones sobre el pueblo.

El primer diezmo tenía como fin suplir para las necesidades de los levitas.
La tribu de Leví no recibió parte en la distribución de la tierra prometida.
Ellos debían dedicarse completamente al servicio espiritual para bendición
del pueblo. Fueron llamados a dedicarse al servicio de tiempo completo.
Dios les proveía para sus necesidades a través del diezmo del pueblo.

Dios estableció un segundo diezmo e instruyó al pueblo para que apartara


la décima parte de las cosechas, animales y productos del año para
dedicarlos en una fiesta especial. ¡Los que disfrutarían de esta fiesta serían
ellos mismos! Dios estableció este segundo diezmo para recordar al pueblo
Su fidelidad, Su provisión y Sus bendiciones sobre ellos. Tenía el propósito
de reunir al pueblo en una gran fiesta de convivencia centrada en su
Libertador. Servía para animar al pueblo a reverenciar siempre al Señor.

El tercer diezmo tenía el propósito de servir como una especie de


“seguro social”. Este diezmo se daba cada tres años. La décima parte de las
cosechas se almacenaba en los pueblos o ciudades para que cualquier
necesitado tuviera qué comer, ya fueran los levitas, los extranjeros en la
tierra, o los huérfanos y las viudas. Este diezmo tenía el propósito de
bendecir a los necesitados y a la vez, Dios bendeciría a Su pueblo.

Entonces, en el Antiguo Testamento encontramos tres diezmos instituidos


por Dios que equivalían a un total de más del 23% entre las cosechas y
la producción de la gente. Estos diezmos no eran sugerencias o
recomendaciones de Dios para la gente, sino que, más bien eran
“impuestos” de carácter obligatorio. Estos diezmos fueron establecidos por
Dios EN el pueblo de Israel, dados POR el pueblo de Israel y PARA
el beneficio del pueblo de Israel (Números 18, Deuteronomio 12, 14 y 26).
59
Los diezmos no tienen ninguna relación con la iglesia en el Nuevo Testamento.
Sin embargo, estamos incluyendo este enfoque sobre el tema, porque la
religiosidad de los grupos institucionales ha corrompido a la iglesia con
enseñanzas torcidas y manipuladas, y esto resulta en una preocupación por
el bienestar de sus alumnos en el discipulado.

En el Nuevo Testamento – la gratitud, la gracia y la mayordomía


En TODAS las cosas, lo que debe motivar al nacido-de-nuevo debería ser su
gratitud a Dios. El nacido-de-nuevo que ha sido instruido correctamente
entenderá que no está bajo la ley sino bajo la gracia. El resultado de la buena
enseñanza, orientación y discipulado del nacido-de-nuevo será manifiesto en
una actitud de gratitud y mayordomía delante de Dios en todo. Entenderá
que la vida que tiene le pertenece a Dios. Buscará la dirección de Dios en
cuanto a sus decisiones, sus valores, su estilo de vida, su forma de ser, sus
propósitos, su matrimonio, familia, servicio, y además, el manejo de sus
finanzas.

Si estamos captando con claridad estos preceptos, veremos que, aunque


cada tema tiene sus puntos distintos, la raíz sigue siendo la misma.
Esto nos edifica en un nuevo criterio, una nueva manera de pensar.
Lea Romanos 12:1-2. Al entender esto, podremos deshacernos de todo rasgo
de ideas absurdas como cuestiones de “cuánto tiempo debe uno dedicarse
a asistir a la iglesia”, o si uno “está dando lo que le corresponde a Dios con
su diezmo”. El discípulo de
Cristo no “asiste a la iglesia
un par de horas” porque está
ocupado viviendo como parte
del cuerpo de Cristo 24 horas
al día. El seguidor de Cristo
no piensa en términos de
porcentajes que “tiene” o
“debe” dar a la iglesia porque
está 100% entregado a Cristo
y reconoce que todo lo que
tiene pertenece a Dios.

Conforme avancemos en la enseñanza y el discipulado debemos poner


especial atención en la gratitud, la gracia y la mayordomía. Los que lo han
hecho son testigos de cómo Dios ha liberado a las personas de fuertes y
60
sofocantes deudas. Algunos que estaban esclavizados en deudas y malos
preceptos administrativos ahora son libres y son de los más generosos,
apoyando y participando en los ministerios. Somos testigos de este principio
en comunidades de extrema pobreza. Son nacidos-de-nuevo que nunca han
pensado en el diezmo. Su ánimo y generosidad superan al diezmo. Hay gran
gozo en el discípulo que reconoce que es simplemente un mayordomo.
El discípulo vive por la gracia de Dios, impulsado por su gratitud de lo
que Dios ha hecho en su vida.

El fundamento de las enseñanzas


En las siguientes lecciones, veremos una actitud de gratitud en la iglesia
primitiva expresada de varias maneras. Esperamos, que ustedes los líderes,
sean un ejemplo a seguir de esa misma gratitud y aprecio por los demás.

Reconocemos que la mayoría de ustedes están trabajando con individuos que


han sido afectados, y hasta heridos, por las falsas enseñanzas relacionadas con
estos temas. Es posible que algunos de sus alumnos hayan visto o hayan sido
víctimas de grupos que han manipulado diferentes versículos con el fin de
extraer recursos de la gente. Quizás algunos fueron convencidos por algún
“tele-evange-ladrón” a “sembrar su semilla de fe” (dinero) haciéndolos
pensar que, de alguna manera, al enviar su dinero, Dios lo multiplicaría.
Es muy interesante descubrir que, en los programas de esos supuestos
“siervos”, la “cuenta bancaria de Dios” está misteriosamente a nombre del
mismo evangelista. Este tipo de cosas, entre otras, han dejado una muy
mala impresión e imagen de la obra de Dios, además de lastimar y perjudicar
a muchas personas.

Aunque no hay enseñanza sobre el diezmo en las Etapas 2 y 3, es posible


que algunos de ustedes tengan la necesidad de responder preguntas e
inquietudes de sus alumnos, o quizás apartar un tiempo especial de
“desenseñanza” al respecto. Esperamos que estas notas en esta introducción
del manual les sean de ayuda.

Textos y contextos – una cita bíblica del Antiguo Testamento


En el Antiguo Testamento los diezmos se daban en, por medio y para el
pueblo de Israel. En el Nuevo Testamento vemos las ofrendas voluntarias
en acción. Dios es glorificado cuando Su obra es impulsada por la gratitud y
las alabanzas de Su gente, incluyendo las participaciones dadas con gozo y
ánimo. Existe una muy marcada distinción entre el significado de “tomar”
61
o “recoger” una ofrenda y “dar” una ofrenda. La primera se genera a partir
de la institución o el individuo que recibe la ofrenda, la segunda se origina
en la iniciativa y gratitud del discípulo que da la ofrenda. La religiosidad,
por medio de sus obligaciones y reglas externas, pretende transformar la raíz
del árbol azotando el tronco. El nacido-de-nuevo da libremente y con
alegría como fruto natural.

Hay dos textos en particular que, frecuentemente, se utilizan para “azotar”


a los creyentes e impulsarlos a diezmar. El primero, y más utilizado, viene
del Antiguo Testamento, Malaquías 3:6-10. No pretendemos hacer un
“estudio” exhaustivo del texto, sino simplemente señalar lo que pasa
cuando un texto es sacado de su contexto y es utilizado erróneamente.
Hay varias partes de este texto que frecuentemente son mal utilizadas para
sacar una nueva y falsa enseñanza: El primer punto que se enfatiza es que
el pueblo (el pueblo de Israel) había robado a Dios “en los diezmos y en
las ofrendas”. Las iglesias tradicionales utilizan este texto para enseñar que,
si la gente no está diezmando está robando a Dios y hay una maldición
para el que no se arrepiente. Luego, exhortan a la gente a que traigan su
diezmo al “templo” y que Dios bendecirá a todo aquel que lo haga.

Entre las numerosas contradicciones hay dos que probablemente ustedes


han notado de inmediato. Primero, ¿de qué diezmos está hablando el texto?
La iglesia no existía cuando se instituyeron la ley y los diezmos. Bueno, el
texto está haciendo referencia a los tres diezmos que ya revisamos, y
principalmente el que era para los levitas. El contexto de estos versículos es:
1. El pueblo de Israel, 2. Los impuestos (diezmos obligatorios),
3. Los propósitos de estos diezmos (el servicio levítico, la celebración de la
fidelidad de Dios, y la ayuda para los necesitados), y 4. El templo que era el
punto de referencia de Dios en el pueblo.

Frecuentemente las conexiones erradas que se hacen en las iglesias


religiosas son:
1. Dicen que los diezmos del pueblo de Israel de las cosechas, animales y
producción del Antiguo Testamento ahora se deben aplicar en la iglesia
como ofrenda obligatoria del 10% de las ganancias de la gente.
2. Dicen que los levitas del Antiguo Testamento, ahora en el Nuevo, son
los pastores.
3. Dicen que el templo del Antiguo Testamento, ahora en nuestros días, es el
edificio de la iglesia.
62
Este texto ha sido utilizado por muchos grupos para amenazar e
introducir temor en la gente con el fin de impulsarla a que entregue su dinero.
Frecuentemente, el texto es combinado con otros pasajes, con la intención
de no solo sacar los recursos de las personas sino, además hacerles pensar
que “el dar” es un tipo de truco en el que mientras más dinero den, más
bendiciones tendrán de parte de Dios.

Textos y contextos – una cita bíblica del Nuevo Testamento


Hay otro texto igualmente manipulado, Mateo 23:23. Aquí el argumento de
los religiosos, para promover el diezmo, es miserable. Antes de leer el
versículo 23, debe leerse todo el capítulo. Terminamos el capítulo 22 de
Mateo, con el evento en el que los fariseos trataban de hacer caer a Jesús
en una trampa. En el capítulo 23, Jesús empieza advirtiendo a la gente y
a Sus discípulos en cuanto a la hipocresía de los fariseos y de los maestros de
la ley. Luego dirige Sus palabras a estos religiosos, a los cuales Jesús
llama hipócritas, guías ciegos, tontos, serpientes y raza de víboras. Es en
medio de esta fuerte reprensión que encontramos las palabras que unos
utilizan para seguir promoviendo la idea del diezmo.

Una vez más, debemos tomar en cuenta el contexto. Aquí Jesús está
dirigiéndose a los que, orgullosamente, creían que estaban cumpliendo
la ley de Moisés y que se presentaban ante la gente como maestros y
expertos en las cuestiones de la ley. Jesús los puso en vergüenza diciéndoles
que eran tan cuidadosos en separar para Dios hasta la última hojilla y
63
semillita para el diezmo, mientras ignoraban, por completo, las enseñanzas
más importantes de la ley; que hablan sobre la justicia, la misericordia y la fe.

Jesús los exhortó diciéndoles que deberían practicar lo segundo, sin


descuidar lo primero. El contexto fue la reprensión de Jesús en contra de la
hipocresía de los fariseos, quienes aparentaban vivir cuidadosamente en
obediencia a la ley, prestando toda atención a los detalles más insignificantes
mientras seguían ignorando lo primordial. No hay ninguna evidencia en
este texto o cualquier otro que nos dirija, enseñe, exhorte o impulse a diezmar.
Sin embargo, hay quienes, sin ninguna pena, promueven el diezmo como
mandamiento de Dios para Su iglesia usando este texto para respaldarlo.

Conclusiones y recomendaciones respecto al dar


¡Estamos muy a favor del dar como parte de nuestra alabanza y gratitud
expresada a Dios! ¡Creemos que el dar debe ser motivado por la gratitud y
la gracia que hemos recibido de Dios! ¡Es un privilegio relacionado con
la mayordomía, el ánimo y el amor! La Palabra nos anima a apoyar a los que
se dedican a la obra de Dios y también a la obra misma (1 Corintios 9,
2 Corintios 9, y 1 Timoteo 5:17-18). ¡Es una gran bendición participar,
apoyar e invertir en las vidas de los demás, en los ministerios, y con los
misioneros que trabajan en distintos lugares! ¡Es un honor apoyar a los
hermanos dedicados a pastorear y servir a nuestras congregaciones!

Es una gran pena que tantos de los que profesan ser seguidores de Jesús
dan con gusto grandes cantidades de dinero a los presuntuosos, mentirosos,
engañadores y vendedores del evangelio, mientras que muchos de los que
realmente están sirviendo, trabajando duro, ministrando con humildad
y esforzándose correctamente, son ignorados. Este problema surge del
egoísmo de la religiosidad que tanto abunda en nuestra cultura evangélica
moderna. Si tuviéramos más discernimiento, los manipuladores y vendedores
del falso evangelio quedarían en bancarrota, y las misiones transculturales
entre los no alcanzados, los ministerios genuinos a los necesitados, los
verdaderos pastores, siervos, misioneros y otros obreros de Dios tendrían
más que suficiente.

Por lo tanto, hermanos, ustedes que ahora tienen un nuevo grupo de


discípulos, enséñenles con rectitud las verdades sobre el dar relacionadas
con la gratitud, la gracia de Dios y la mayordomía. La enseñanza bíblica
demuestra con claridad que el dar para la iglesia está relacionado con la
64
ofrenda voluntaria, la alegría y la gratitud a Dios. Así, más adelante,
podrán incluir en sus reuniones la oportunidad de ofrendar como una
expresión de gratitud a Dios desligada de todo legalismo.

Como una simple recomendación, les sugerimos no “tomar” la ofrenda


como lo hacen en muchos lugares, pasando un cesto u otro recipiente.
Es solamente nuestra opinión, que es mucho mejor dejar que los hermanos
den su ofrenda de manera íntima y personal en un lugar privado. La
diferencia es gigantesca. Cuando uno da, de manera privada, voluntaria y
con determinación propia, el espíritu es totalmente distinto que cuando
se pasa un recipiente delante de todos para recoger algo de cada quien.

El camino que Dios nos ha dado en cuanto al dar es el camino de la


gratitud, el ánimo, la gracia y la vida. Debemos ser sabios, prudentes y
cuidadosos con respecto a los nacidos-
de-nuevo y este tema. El Dios de los
Cielos quiere ocupar el lugar céntrico
en la vida de este nuevo grupo de
discípulos que ustedes están enseñando.
¡Qué Dios supla en gran abundancia
para cada necesidad a través de ofrendas
voluntarias, dadas por Sus hijos con
ánimo, gratitud, alegría y amor!

¿Qué sigue? La cuestión de una congregación local

Ahora que tienen a algunos que están confiando totalmente en Cristo,


hay que seguir adelante, pero con una perspectiva más amplia en cuanto a
la mayordomía y el pastorado. Fue un trabajo arduo a lo largo de las horas,
las semanas, los meses y quizás años. Ustedes hicieron todo lo posible
por asegurarse de que la gente entendiera claramente el significado del
relato bíblico, la incapacidad del hombre de salvarse a sí mismo, la grandeza
de Dios, Su santidad y Su justicia, así como Su provisión para el pecador
en Jesucristo. Ahora que algunos han confiado en Jesús como su sustituto
y provisión perfectos, ¿Qué sigue? Los nacidos-de-nuevo pronto necesitarán
una congregación funcional donde puedan desenvolverse.

65
La necesidad de una congregación funcional para los nuevos creyentes es
un asunto sumamente importante, y puede presentar grandes retos que deben
resolverse en equipo.

Necesidad de una congregación local


Un buen número de ustedes han pedido incluir unas notas respecto a los
retos y necesidades relacionados con la formación de una congregación
local en las comunidades donde están trabajando. Sería imposible abordar
las particularidades de todos los contextos representados.

Sin embargo, incluiremos estas notas básicas como orientación general


sobre el tema. Lo vamos a resumir en básicamente tres tipos de campos:
1. Los que están trabajando en un ministerio de su propia congregación,
donde los nuevos creyentes pueden integrarse y desarrollarse en una
iglesia funcional ya establecida.
2. Los que están trabajando donde no hay ninguna congregación establecida.
3. Los que están sirviendo en comunidades donde hay una “iglesia”
establecida, pero las formas de la “iglesia”, su enseñanza, dirección o sus
enfoques no permiten la posibilidad de crecimiento, desarrollo o
participación fructífera para los nuevos discípulos.

Comunidades donde hay una iglesia funcional ya establecida


Algunos de ustedes están trabajando en equipo con su propia iglesia o en
coordinación con una iglesia establecida en la comunidad donde están
sirviendo y enseñando. Para ustedes, los retos que les esperan
están relacionados con la continuación de la enseñanza, el discipulado y
el engranaje de los nacidos-de-nuevo en la vida congregacional ya
establecida. Ustedes necesitarán trabajar sabiamente con los demás miembros
de la iglesia para ayudar a los nacidos-de-nuevo a conectarse de manera
que puedan ser bendecidos y edificados por los demás de la congregación.

A la vez, necesitarán ayudar a los nuevos discípulos a buscar cómo servir,


funcionar y ser de bendición a los demás. Los nacidos-de-nuevo necesitarán
un buen discipulado y dirección de parte de ustedes para descubrir
oportunidades donde puedan usar y desarrollar sus capacidades, talentos y
dones espirituales en la iglesia. Habrá retos en el camino, pero gracias a Dios,
ustedes ya cuentan con el apoyo y la participación de una congregación
local. Los demás miembros de la iglesia forman equipo con ustedes,

66
comparten los mismos valores y convicciones, dan importancia a su trabajo
y se preocupan por el bienestar de los nacidos-de-nuevo.

Si estás sirviendo en una comunidad como parte de un equipo de enseñanza


y servicio de tu propia iglesia u otra congregación, tu equipo debe
responsabilizarse de tener a la congregación al tanto del trabajo. Ustedes
deben tomar la responsabilidad de coordinarse con los dirigentes de la iglesia
además de asumir la iniciativa de mantener buena comunicación entre
todos. La congregación debe estar informada para que puedan orar por el
equipo y a favor de los que están siendo enseñados. Así la iglesia sabrá
cómo ayudar mejor, apoyar y servir de acuerdo a las necesidades. Esto
requiere de ustedes plena humildad, madurez, responsabilidad, disciplina,
tiempo y también aprender habilidades administrativas en las comunicaciones
interpersonales.

Campos donde no hay ninguna congregación establecida


Para los equipos que están trabajando en comunidades donde no hay
ninguna iglesia, los retos que les esperan están relacionados con la
continuación de la enseñanza y el discipulado, pero también con la
necesidad de desarrollar un cuerpo de Cristo vivo y funcional. Las tareas
son numerosas en la formación de una iglesia funcional. El discipulado
práctico es primordial en todo. Hay un sinfín de retos en el camino, y el
trabajo por delante será arduo y largo, pero es también una mayordomía,
un privilegio, y una bendición difícil de explicar.

Si les toca a ustedes levantar esta congregación, esperamos que eso no sea
su meta, sino más bien el resultado de su buen discipulado. Es importante
revisar sus propios criterios. Si uno levanta “una iglesia” porque este es su
deseo o su anhelo, corre el riesgo de corromper la obra con una raíz
egocéntrica. La iglesia debe ser “el resultado”, no “la meta”. Hemos sido
llamados a servir con humildad, a ser discípulos y a hacer discípulos. Si el
ministerio florece, como resultado del agradecimiento de los obreros de
Dios, entonces “el sabor” de su fe, su vida, su servicio y su discipulado serán
para Dios como una alabanza de gratitud, y para la gente será una ofrenda
agradable.

No podemos profundizar aquí en los numerosos asuntos relacionados con


la plantación de iglesias, vida congregacional, temas pastorales, pluralidad
de liderazgo, desarrollo de liderazgo local, organización de dirigentes y
67
diáconos, asuntos administrativos, organización ministerial y misionera entre
otros. Sin embargo, uno de los fundamentos sobresalientes en la obra en
un campo donde la enseñanza bíblica está enlazada con la necesidad de la
“plantación” y formación de una iglesia local es la buena comunión, la
madurez espiritual, la humildad y la buena coordinación entre todos ustedes
del “equipo misionero”.

El trabajo en equipo da estabilidad, equilibrio y perspectiva en el desempeño


del trabajo. Mientras que ustedes sigan sirviendo y viviendo en la comunidad,
son de ejemplo para la gente en diferentes dinámicas de “iglesia”. Entre
ellas: la gente está observando la comunión entre ustedes, el apoyo mutuo,
el amor, el perdón, el servicio, la mayordomía, la disciplina y la
responsabilidad entre otros aspectos. Les recomendamos leer el libro
Las Lágrimas en el Camino de Mileto que trata varios de estos temas.

Comunidades donde hay una “iglesia” religiosa establecida, pero


donde no hay posibilidades de crecimiento, desarrollo y participación
fructífera para los nuevos discípulos
Algunos de ustedes se encuentran en una situación distinta y difícil.
Están trabajando en una comunidad donde hay una o varias “iglesias”
establecidas. Usamos la palabra “iglesia” aquí, aunque es importante que
entendamos que estamos hablando de grupos que, quizás enseñen cosas
sacadas de la Biblia, pero que sus enseñanzas no corresponden con el
verdadero Mensaje bíblico. En este contexto, entendemos que estos grupos
o instituciones religiosas no representan al cuerpo de Cristo como iglesia
funcional.

Los nacidos-de-nuevo que surgieron de su buen trabajo y la enseñanza de


la Etapa 1 van a necesitar seguir creciendo en el contexto de una asamblea
funcional. Si no existe alguna iglesia funcional en la comunidad, sino
algún movimiento religioso establecido, habrá una serie de retos especiales
que enfrentar. Deben contar con el apoyo y participación cercana de los
pastores y hermanos líderes maduros de su propia iglesia que puedan
guiarles en estas circunstancias desde el principio.

Será sumamente importante involucrar a varios hermanos maduros y


experimentados en un proceso cuidadoso para discernir primero los
pensamientos, la condición y la necesidad de este grupo ya establecido.
A veces el líder o los líderes son personas sinceras y humildes que solamente
68
tuvieron una orientación tradicional religiosa y no saben otra cosa. Es posible
que se sientan perdidos y atrapados en su propia obra. Puede ser que están
sirviendo con humildad y haciendo lo mejor que pueden, pero que nunca
tuvieron la oportunidad de aprender el camino recto.

Un ejemplo un tanto parecido, podría ser cuando Priscila y Aquila


encontraron a Apolos en Hechos 18:24-28. Apolos hablaba y enseñaba
con mucho entusiasmo, pero necesitaba corrección y que le explicaran
más exactamente sobre el camino de Dios. No deben descartar rápidamente
la posibilidad de servir, ayudar y unirse a uno de esos grupos que tiene
el potencial y el deseo de convertirse en una iglesia funcional. Es complicado
abordar este proceso. ¡Aun si tienen éxito, por mucho tiempo estarán
luchando con los desafíos del sincretismo, tendencias legalistas, e ideas
religiosas arraigadas en la gente del grupo establecido, pero vale la pena! Todo
el equipo deberá ser paciente y trabajar con genuina humildad, amor y entrega.

Después de un tiempo de oración y de evaluar la situación, si el consenso


del equipo es que, por asuntos doctrinales o que los enfoques, o las formas
de “la iglesia” no permitirán la debida función espiritual de los
nacidos-de-nuevo, entonces, quizás no les quedará otra alternativa más que
formar “una nueva iglesia” en la comunidad. No estamos refiriéndonos a un
grupo “en competencia” con el grupo ya establecido, sino algo distinto,
un cuerpo de Cristo, una iglesia funcional. Sin duda alguna, esto traerá una
cadena de situaciones difíciles, chismes y conflictos respecto al otro grupo o
grupos. Es necesario que cada miembro del equipo sea maduro, humilde,
plenamente íntegro y recto en todos sus tratos y conversaciones.

Quizás algunas de las personas que ustedes enseñaron y que ahora han
nacido de nuevo formen o formaron parte del grupo religioso local.
En algunos casos, el ser miembro del grupo religioso puede ser sinónimo
de ser miembro de la comunidad. En otros lugares, el grupo religioso puede
tener una influencia política en la comunidad y ejercer poder sobre la gente.
No es nada fácil lidiar con todas estas cuestiones. Habrá dificultades,
pruebas y hasta desánimos. Hay que trabajar en equipo, y comprometerse
a mantener una postura firme de humildad, amor, y servicio imparcial.

69
Conclusiones
Hay numerosos temas que algunos han querido ver incluidos en este
material. Ha sido difícil decidir qué incluir y qué no. Sin embargo, el objetivo
de esta obra es el deseo de contribuir a los excelentes trabajos de muy
respetados, valorados y apreciados amigos, compañeros y otros obreros en
el contexto de América Latina.

Antes de seguir con la enseñanza de las Etapas 2 y 3, debemos concluir la


introducción aclarando unos puntos. Estamos conscientes de que algunos
enfoques y ciertas palabras entre otros aspectos de la introducción suenan
rudos, fuertes y quizás hasta ofensivos. No tenemos ningún deseo ni la
intención de ofender a nadie. Valoramos a cada individuo y vemos la vida
de cada persona como preciosa, única, especial e importante.

Es obvio que la introducción refleja algunas convicciones fuertes relacionadas


con el discipulado y la iglesia. Entendemos que muchos creyentes puedan
estar en oposición a algunos de los conceptos compartidos o con la manera
en que fueron compartidos. El objetivo final de este trabajo es el de
impulsar el discipulado y la dinámica de la vida participativa de la iglesia de
Jesucristo. Si algún lector no estima este material de edificación, no hay
problema ni conflicto. Que Dios lo bendiga y que la dirección del Altísimo
nos guíe a cada uno.

No creemos que esta “forma” en el discipulado es la única. No obstante,


creemos que es una muy buena manera que resulta en el discipulado
multiplicado.

Para los que están convencidos de este camino en el discipulado, les


animamos a seguir adelante. Hay mucho que hacer. Sigamos adelante
sirviendo en unidad con los demás, trabajando con una buena actitud y con
plena humildad, honrando a nuestros pastores y discipuladores quienes
siempre están velando por nuestro bienestar. Las lecciones de las Etapas 2 y 3
han sido preparadas de manera que su equipo pueda dividirlas en partes
más pequeñas de acuerdo con las necesidades que tengan en su contexto.

Recomendamos que NO se apresuren a iniciar la enseñanza de las siguientes


lecciones. Queremos hacer las cosas bien, y debemos invertir el tiempo
necesario en la preparación y planificación del trabajo antes de iniciarlo. El

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resultado será de gran bendición para su equipo y más aún para aquellos a
quienes desean bendecir y discipular.

Debemos enfatizar en la importancia fundamental de revisar cuidadosamente


estas notas de introducción como equipo ANTES de comenzar la enseñanza.
Además, sugerimos que el equipo invierta el tiempo necesario para revisar
el libro Las Lágrimas en el Camino de Mileto, que contribuirá mucho a las
perspectivas resaltadas en las notas de la introducción.

Finalmente, mientras su equipo se organiza y se prepara para la enseñanza de


las lecciones de las Etapas 2 y 3, queremos recordarles que aunque hemos
dividido la enseñanza en diez lecciones tanto en la Etapa 2 como en la
Etapa 3, estas lecciones han sido escritas de manera que los maestros las
puedan dividir fácilmente en dos partes de acuerdo con las necesidades de su
grupo en particular.

Tal como están escritas las notas de cada lección, la mayoría de los equipos
necesitarán aproximadamente de dos a tres horas para cubrir adecuadamente
cada lección. Mientras que para algunos grupos, dos o tres horas pasan
demasiado rápido, para otros, puede ser necesario acortar el tiempo.

Algunos maestros y equipos pueden encontrar muy útil desarrollar la


enseñanza leyendo las notas de la lección del manual, un párrafo a la vez,
junto con los textos bíblicos, y explicar o exponer cada punto usando las
ilustraciones relacionadas.

¡Nuestro deseo y oración es que Dios los bendiga a cada uno de ustedes!

Sean humildes en su servicio y que cada uno considere a los demás como más
importantes que sí mismo. ¡Ánimo!

71
72
Edifiquemos Sobre
Cimientos Firmes
Etapa 2 – Lecciones

Una Nueva Relación


en Cristo

73
74
Lección 1
Conociendo a nuestros hermanos de las Escrituras
Las lecciones de la Etapa 2 se han preparado tanto para los nuevos creyentes,
como para los que tienen más tiempo siguiendo a Dios, y que además han
terminado la enseñanza de Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes “Etapa 1”.
En la Etapa 1, pudimos apreciar los tres elementos que juntos y en un solo
precepto, conducen a la salvación eterna: Fe, Sacrificio y Sangre.

Ahora vemos con mayor claridad que desde el principio de la historia bíblica
han existido dos caminos. Por un lado, tenemos el camino que surge del
egoísmo y el criterio del hombre; por el otro lado, tenemos el camino que
proviene de la fe, el camino de aquel que vive confiando en el Salvador a
la manera de Dios.

Dos caminos y dos rumbos distintos


Podemos ver estos dos caminos representados en los personajes que
conocimos a lo largo del Antiguo Testamento y hasta el día de la crucifixión
de Jesucristo. Es en la crucifixión donde hallamos una ilustración muy
interesante. Es la encrucijada en la que se encuentra toda la humanidad.
Aquel día Jesús no fue crucificado solo, ni con uno, o tres, o más. En el
gran diseño de Dios, Jesús fue crucificado con dos malhechores, y pusieron a
Jesús entre ellos. Este es el evento culminante donde encontramos el rumbo
de cada uno de los dos caminos. Los dos destinos se ilustran en la respuesta
de cada uno de los dos maleantes crucificados, uno a cada lado de Jesús.

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Entre estos dos maleantes, se encontraba “el C ordero de D ios que quita el pecado
del mundo” poniendo dos de los tres elementos para la salvación eterna:
El Sacrificio y la Sangre del Inocente. Uno de los malvados se burlaba del
Mesías y rechazaba a Jesús como Señor y Salvador. Al otro lado de Jesús se
encontraba el otro maleante, pero este con una actitud diferente. Él reconoció
su propia condición de pecador y que merecía morir. Asimismo, estaba seguro
de que Jesús era inocente, que viviría y reinaría para siempre y que era el único
que lo podía salvar. Este malhechor manifestó claramente su fe en Jesús.

En este mismo momento se fusionaron los tres elementos de la salvación:


La “Fe” del hombre, “El Sacrificio”, y “La Sangre” del Mesías, el Prometido,
el Inocente, el Señor y Salvador. Aquel día, en vez de ser condenado
eternamente, lo cual merecía, recibió lo que no merecía, el regalo de la vida
eterna en y con Jesucristo.

De la misma manera en que este maleante puso su confianza en Jesús hace


2000 años, quienes confían en Él en la actualidad, también reciben la
misma salvación eterna que él recibió. A todo aquel que ha confiado en Jesús,
Dios lo ha librado de la separación y la condenación. Ahora somos libres
para vivir en las bendiciones y las promesas de Aquel que nos rescató.

No hay otro camino de salvación. No hay salvación fuera de Jesucristo.


Vamos a repasar parte de la historia para reconocer a algunos de nuestros
hermanos que también confiaron en el Salvador prometido, aunque tuvieron
que confiar en Él, como viéndolo a una gran distancia en el tiempo
(Hebreos 11).

Muchas personas en los tiempos del Antiguo Testamento fueron salvos


porque pusieron su plena confianza en Dios y en Su Palabra. Le creyeron a
Dios respecto al Salvador que vendría (Génesis 3:15). Fueron aprobados por
la fe que tenían en Dios y en lo que el Libertador Prometido haría por
ellos. Mientras tanto, aceptaron y afirmaron el principio de la ofrenda de
un sacrificio de un inocente para cubrir temporalmente su pecado y
necesidad. Ahora podemos identificarnos con los creyentes de los tiempos
antiguos quienes creyeron a Dios, poniendo su vista en la promesa, el
Salvador que vendría – Jesús.

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Los dos caminos representados en:
Caín y Abel
Recordemos la historia de Caín y Abel (Génesis 4:1-9). Los dos creían en Dios.
Los dos crecieron en el mismo hogar, con los mismos padres, con la misma
enseñanza y con la misma información. Los dos tuvieron fe y buscaban a
Dios. No obstante, la actitud de cada uno de ellos respecto a Dios fue
distinta. Fue en esta historia donde vimos por primera vez que Dios no
acepta al hombre por creer en Él a su propia manera. Caín creía en Dios,
pero su confianza y su suficiencia estaban en sí mismo.

Dios miró con agrado a Abel Y a su ofrenda, pero no miró así a Caín NI
a su ofrenda. Dios ve la fe de la persona, pero también, lo que es más
importante, se fija en qué y cómo la persona está confiando.

Caín creía en Dios, pero confiaba en sus


propios medios para ser aceptado delante
de Él.

Por el contrario, Abel manifestaba su fe


en Aquel de la promesa, el Salvador que
vendría. Creyó en el Salvador venidero,
siguiendo el fundamento que había
recibido de sus padres, el diseño de Dios:
8. Caín y Abel traen ofrendas a Dios: Génesis 4:2-5
la muerte de un inocente para cubrir al
culpable. Aunque Abel no conocía a Jesús por nombre, creía y confiaba en Él
desde la distancia, y por su fe, fue aprobado eternamente.

Jesucristo se entregó a sí mismo como la última ofrenda. Con Su sacrificio


y sangre pagó el rescate de aquellos que depositaron y depositan su plena
confianza en Él. La muerte del Inocente cubre a los culpables, quitando
su pecado para siempre y dándoles vida eterna.

Los que han confiado en el Señor Jesucristo como su Salvador tienen una
nueva relación en Él y ahora son parte de la familia de Dios. Han sido
aceptados y aprobados por Dios, como lo fue Abel.

¡Abel es uno de nuestros hermanos en la fe con quien compartiremos la


eternidad!

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Noé y la gente de su tiempo
En el tiempo de Noé, muchas personas creían en la existencia de Dios,
pero lo ignoraban y cada quien hacía lo que le daba la gana. Para entonces,
el mundo estaba lleno de maldad y violencia, pues la gente se había
pervertido. Sin embargo, Noé y los suyos, ocho en total, no solo creían en
Dios, sino que también confiaron en Él y vivían de acuerdo a Su buena
voluntad. Entonces, cuando Dios decidió destruir la tierra con el diluvio,
le indicó a Noé Su diseño e instrucciones exactas para salvarlos del juicio.
Noé fue rescatado y salvado de morir
cuando entró por esa única puerta de la
gran arca de madera. Igualmente fue
salvado de la perdición eterna porque el
fundamento de su fe y confianza
estaban en el Salvador prometido que
vendría. Jesucristo vendría a ser esa
única puerta, arca, salvación y vida
eterna para la humanidad.
10. El diluvio: Génesis 7:11-24

Así que, cuando llegó la destrucción, Noé y los suyos no estaban separados
de Dios como los demás. Dios los conservó y los guardó en Su gracia y
misericordia. Pasaron por en medio de las aguas de la muerte, llevados
en la salvación de Dios para resucitar a una nueva vida.

La gran mayoría de la gente del mundo de hoy, tiene una actitud parecida
a la de la gente del tiempo de Noé. No quiere reconocer su condición y
su necesidad delante de Dios. Por lo tanto, está perdida en su pecado y
separada de Dios. No obstante, los que en la actualidad confían en Jesucristo,
de acuerdo con el plan de Dios, han sido salvados eternamente por Él,
unidos a Él, y sus pecados han sido quitados y olvidados para siempre.

¡Junto con nuestro hermano Noé, hemos alcanzado la salvación que se


obtiene por la fe!

Abram y la gente de su pueblo


El pueblo de Abram era idólatra. No sabemos qué pensaba Abram acerca
de Dios antes de que Dios lo llamara. Lo que sí sabemos es que, cuando
Dios lo llamó, inmediatamente Abram abandonó la idolatría, y dejó su tierra,
a su gente, y su pueblo para seguirle. La Biblia no nos dice cómo hizo Dios

78
para comunicarse con Abram, pero sí nos
dice que Abram dejó todo atrás para
seguirle, aunque ni siquiera tenía idea a
dónde iba. Abram (Abraham) fue otro de
los hombres que demostraba su fe y su
confianza en Dios y en Su Palabra. Dios
le hizo varias promesas que parecían
imposibles para Abraham, pero Dios fue
fiel en cumplirlas. 14. Dios llama a Abram: Génesis 12:1-5

Toda persona llamada por Dios proviene de algún tipo de idolatría.


Nosotros también hemos sido llamados a ser libres de los dominios y la
idolatría de nuestra vida pasada. Hemos sido llamados a seguir a Dios y a
confiar plenamente en Su Palabra, tal como lo hizo Abraham. Abraham
creyó a Dios y le fue contado por justicia. ¡Fue llamado amigo de Dios!

¡Los que confían en Jesucristo, como Abraham confiaba en Dios, su fe les


será contada por justicia, e incluso son contados como amigos de Dios
junto con nuestro hermano Abraham!

Jacob y Esaú
Durante la Etapa 1 no contamos la historia de los dos hijos de Isaac y Rebeca
– Esaú y Jacob (Génesis 25). Las promesas dadas originalmente a Abraham
fueron pasadas al hijo que Dios le había prometido – Isaac. Según la norma
de la época, a su tiempo la promesa y bendiciones de la primogenitura serían
pasadas y heredadas al hijo mayor de Isaac, que era Esaú. La historia tiene
muchos detalles interesantes. Lo que sobresale aquí es que aunque a Esaú
le pertenecía la promesa y la bendición, él no le daba ninguna importancia
a estas cosas. Por otro lado, para su hermano Jacob, la promesa y la bendición
eran de gran valor y muy importantes.

Esaú demostró su actitud de desprecio y rechazo


de estas bendiciones cuando un día, al regresar
del campo, cansado y con hambre, encontró a
su hermano Jacob preparando un guiso de
lentejas. Esaú se le acercó y le pidió un plato de
comida. Jacob le respondió que con gusto le
19. Esaú vende sus derechos de hijo mayor:
daría de comer, pero a cambio de la promesa y
Génesis 25:29-34 bendición. Esaú le concedió los derechos y Jacob
79
le dio de comer. Dice la Palabra que cuando Esaú terminó de comer, se
levantó y se fue, sin darle ninguna importancia a lo que había hecho.

Cada uno decide lo que a su parecer tiene más valor. Cada uno tiene la
libertad de escoger lo que le parece mejor de acuerdo a su propio criterio.
Esaú despreció la herencia, los privilegios, el honor, las responsabilidades, las
promesas y las bendiciones de Dios; y botó todo esto a cambio de un solo
plato de comida (Hebreos 12:16). Jacob tenía bastantes defectos de carácter,
no obstante; anhelaba, apreciaba y buscaba obtener lo que tenía valor delante
de Dios.

¡Todos los que dan supremo valor, peso e importancia a las promesas
y bendiciones que hay EN Jesucristo tienen parte en la misma herencia y
familia eterna que nuestro hermano Jacob!

Israel y Egipto
Recordemos cómo el pueblo de Israel estaba esclavizado en Egipto.
Dios levantó a Moisés para que fuera Su instrumento para liberar de la
esclavitud al pueblo de Israel y llevarlo a la tierra prometida. Antes de la
liberación, Dios trajo sobre Egipto diez plagas. A través de ellas, el Señor
dictó sentencia contra todos los dioses de Egipto y así hizo una distinción
entre los egipcios y Su pueblo.

27. La Pascua: Éxodo 12:1-7 28. La muerte de los hijos mayores: Éxodo 12:29

En la décima plaga, Dios les dio instrucciones específicas a los israelitas


sobre cómo salvarse y ser liberados. Les instruyó para que aplicaran la sangre
del sacrificio inocente (un cordero) en los marcos de las puertas de sus casas
como señal de su fe en el Salvador. Comerían el animal con pan sin levadura
en lo que se llamaría “La Pascua del Señor”. Dios les advirtió que al pasar
el destructor sobre Egipto, la sangre del inocente les serviría para señalar
80
las casas donde ellos se encontraban. Dios les dijo que Él vería la sangre, y
el destructor pasaría de largo. El primogénito de cada hogar moriría a menos
que la casa estuviera marcada con la sangre del inocente como señal de su fe
en el Señor.

Dios estaba a punto de establecer un fundamento eterno. Dios les dijo que
la Pascua marcaría un nuevo inicio para el pueblo. Sería un nuevo comienzo,
un día que deberían seguir recordando, celebrando, y festejando para siempre
en honor del Señor. La fiesta de la Pascua sería establecida como una ley
permanente y eterna.

¡Todo el que confía plenamente en Jesucristo como el único sacrificio


necesario para su liberación, está cubierto, protegido, y es salvo, junto con
sus hermanos en la Pascua eterna del Señor!

Los creyentes verdaderos y los creyentes religiosos


Habían pasado ya cerca de 1.500 años desde la primera Pascua en Egipto y
el éxodo de los israelitas, cuando Jesús empezó su ministerio en
preparación para entregarse como el
Cordero perfecto de la Pascua eterna
(1 Corintios 5:6-7). Dios había enviado
a Juan, el hijo de Zacarías para anunciar
la venida del Salvador. Un día, en
medio de una multitud, Juan vio a Jesús,
que se acercaba a él, y exclamó:
“¡Miren, ése es el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29). 60. Jesús, el cordero de Dios: Mateo 3:11-17; Juan 1:29-34

Juan, y luego Pablo, querían que la gente entendiera que aunque Dios
había hecho grandes promesas a favor de la descendencia de Abraham,
ellos no debían pensar que eran hijos de Dios solo porque pertenecían al
linaje o la raza de Abraham. Les dijeron que los que son contados como
verdaderos hijos de Dios son los que nacen según la fe a la manera de Dios
(Juan 3:1-12; Romanos 9:6-8, 30-33).

En aquel entonces, la mayoría de los israelitas habían tomado una actitud


arrogante y egoísta. De alguna manera tenían una fe relacionada con Dios,
pero su confianza y seguridad estaban en sí mismos y en sus propias
capacidades.
81
Sin embargo, algunos israelitas permanecieron firmes en la fe y confianza a
la manera de Dios. Reconocieron su condición y su necesidad delante de Dios
y permanecieron firmes confiando en Su Palabra y en las promesas respecto
al Salvador. La historia bíblica hace una distinción entre los que creen en
Dios a su propia manera y los que creen a la manera de Dios, los que
confían plenamente en el Libertador, el Cordero que Dios había prometido
que vendría a quitar los pecados del mundo.

¡Los que confían en Jesucristo como el Cordero de Dios que quita el pecado
del mundo son contados como verdaderos hijos de Dios junto con todos los
demás personajes de la historia que también fueron hechos hijos de Dios
mediante la fe!

Dos caminos y dos clases de personas


Desde el principio de la historia, hemos visto cómo hay dos caminos
representados por dos clases de personas.

Por un lado; Caín, la gente del tiempo de Noé, los habitantes del pueblo de
Abraham, el primogénito Esaú, y los egipcios son algunos ejemplos de las
personas que no creían a Dios o creían a su propia manera.

Por otro lado; Abel, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José y Moisés son algunos
ejemplos de individuos que fueron salvos y aceptados por Dios a pesar de todas
sus faltas, deficiencias y pecados. Fueron aprobados por la fe que tenían en Él.

La noche en que Nicodemo fue a visitar


a Jesús, Jesús le explicó claramente que
el que no nace de nuevo, no puede ver
el reino de Dios. Jesús le estaba diciendo
que de la misma manera como uno
tiene que nacer físicamente para entrar
en este mundo físico, para entrar al
reino espiritual, tiene que nacer del
Espíritu (EN SU Espíritu). Jesús le dijo:
“Lo que es nacido de la carne, carne es;
63. Nicodemo visita a Jesús: Juan 3:1-7; 14-21 y lo que es nacido del E spíritu, espíritu es”.

A lo largo del relato bíblico, observamos dos caminos ilustrados a través de


dos clases de personas y la fe que tenían. Los caminos encuentran su destino
82
final en los dos maleantes crucificados, uno a cada lado de Jesús. En medio
de los dos estaba el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

El que siguió aferrado a su propio criterio, pasó a la eterna oscuridad y


condenación. El otro, sin embargo, reconoció su propia necesidad y
condición delante de Dios, fijó su fe en Jesús y en lugar de ser condenado,
recibió el regalo de la vida eterna en y con Jesucristo.

¡A los que confían en Jesucristo, su fe les es contada por justicia, perdón,


salvación y vida eterna! ¡Ya no hay separación ni condenación para los que
estamos en Cristo! ¡Ahora somos libres para vivir en las bendiciones y
las promesas de aquel Señor y Salvador que nos rescató!

Solamente los que han nacido de nuevo espiritualmente pueden vivir una
vida espiritual. Únicamente los que son hijos de Dios pueden llamarle
“Padre”. Solo Sus hijos pueden formar parte del cuerpo verdadero de
Cristo (conocido también como “asamblea”, “iglesia” o “congregación”).
Únicamente los que son parte de la familia eterna de Dios pueden hablarle,
adorarle, agradecerle y servirle como su Padre Celestial.

Por lo tanto, hay actividades, enseñanzas, promesas, entendimientos,


valores, convicciones, propósitos y mucho más que solamente corresponden
a los que han nacido de nuevo y son seguidores de Jesucristo. La enseñanza
que continúa corresponde y concuerda de manera natural con aquellos que
están confiando plenamente en Jesús. Para cualquier individuo que no ha
nacido de nuevo, la enseñanza no tendrá el mismo sentido.

En nuestros siguientes estudios a continuación, vamos a ampliar juntos


nuestras perspectivas en cuanto a esta nueva relación que tenemos en
Jesucristo.

83
84
Lección 2
Una nueva vida y nuevas conexiones en Cristo
Una Nota Importante para los Equipos y Maestros: En esta lección
introducimos varios aspectos de la vida cristiana que incluyen: comunicación
con Dios (oración), alabanza, lectura bíblica, edificación mutua, enseñanza
de la Palabra y otros. Luego, en la Etapa 3, trataremos con otros temas que
incluyen el bautismo y la Cena del Señor.
Cada uno de ustedes está trabajando en un entorno distinto. No obstante,
en la mayoría de nuestros contextos, los conceptos comunes y corrientes que
tiene la gente sobre los temas mencionados han sido corrompidos,
distorsionados y erróneamente reenfocados debido a las influencias religiosas.
Sus alumnos probablemente tienen ideas preconcebidas en cuanto a las
FORMAS relacionadas con estos temas y quizás también han participado en
ellas. Es esencial y fundamental que cada miembro del equipo de enseñanza
tenga plena claridad en cuanto a los propósitos relacionados con el discipulado
y la correcta FUNCIÓN de ellos.
Si los mismos maestros vienen arrastrando FORMAS tradicionales y
religiosas, como por ejemplo la de cómo orar o cómo alabar a Dios, pueden
estar seguros de antemano que estas formas impactarán, lastimarán, debilitarán
y dañarán a su grupo. Las FORMAS tradicionales y religiosas destruirán la
FUNCIÓN que Dios tiene para su grupo. Si esto sucede, entonces su
discipulado rápidamente quedará afectado, reducido y debilitado.

¡Tengan cuidado en cuanto a este asunto de FORMA y FUNCIÓN!


Sus alumnos están aprendiendo de ustedes en TODO, no solo en lo que
enseñan sino también en la manera en que viven sus vidas. Les recomendamos
altamente que se detengan antes de seguir con esta lección, y tomarse un
tiempo como equipo para evaluar lo relacionado a las FUNCIONES según
el propósito de Dios y las FORMAS que el mismo equipo pueda tener.
La evaluación les puede ayudar a identificar algunas de las formas tradicionales
que muy fácilmente podrían debilitar, limitar, paralizar o incluso eliminar la
debida FUNCIÓN.

Estos temas son tratados en varias partes del libro Las Lágrimas en el
Camino de Mileto. Les recomendamos que tomen el tiempo para revisar las
notas relacionadas con estos asuntos ANTES de enseñar esta lección y antes
85
de implementar y de practicar los temas enseñados en este estudio. Si el
equipo de maestros trabaja con sabiduría, pensando bien las cosas, enfocándose
en las funciones correctas y en las formas que facilitan la buena función,
entonces todos seguirán en el camino de libertad, bendición y ánimo. De lo
contrario, si seguimos adelante apresuradamente, sin prestar mucha atención a
estos asuntos, tendremos grandes dificultades y será una situación penosa,
difícil y tomará tiempo corregir los errores.

Un ejemplo: Si en el equipo o entre los alumnos hay alguno que viene de


un trasfondo tradicional, en el momento que introduzcan el tema de
“la oración”, la FORMA a la que este individuo esté acostumbrado podría
desviar en un instante el enfoque de los debidos propósitos y de la
FUNCIÓN correcta de orar. Aunque es algo realmente ridículo, irracional
y absurdo, la orientación y formas religiosas han afectado el concepto de
la “oración” de muchos. Tendrán dificultades recuperando el correcto enfoque
de la función cuando alguien del grupo empieza “a orar” según estas formas
absurdas:
“Oh S eñor, aquí estamos S eñor, en tu presencia S eñor, para alabarte S eñor mi D ios,
aquí en este lugar santísimo Señor. Oh Padre, tú sabes S eñor. Oh D ios, aquí estamos Señor.
A quí estamos S eñor en tu santa presencia S eñor para alabarte Padre. S eñor D ios, tú sabes
todo S eñor. Aquí estamos Padre delante de ti S eñor, en tu nombre S eñor, en tu santa
presencia S eñor mi D ios”. “Y Señor y Señor y Señor y Señor, mi Dios, mi Dios,
y Padre, Padre, Padre, Padre...”. Quizás algunos de ustedes se estén riendo al
leer estas líneas, porque les ha tocado ver o hasta han participado en estas
exhibiciones irracionales. Pero, no será nada chistoso si lo tienen que tratar en
sus grupos.
El discipulado del equipo está relacionado con el entendimiento correcto
de sus alumnos en cuanto a CÓMO aplicar los principios de la Palabra y
las lecciones. Sus alumnos están observándolos en todo lo que hacen y
también en la forma cómo lo hacen. Las lecciones del manual son como
un mapa. Pueden darles dirección, orientación, advertencias, consejo y
ayuda, pero no pueden hacer discípulos. Tengan cuidado, no solo de lo
QUÉ enseñan sino también de CÓMO lo enseñan y les irá bien.
Cada equipo tiene que decidir cuándo y cómo empezará a incluir en las
reuniones de su grupo las dinámicas de esta lección. Cada contexto tiene
sus distintivos y dinámicas diferentes en cuanto a cuándo se introducirá
un tiempo abierto de oración y tiempo libre para que cada uno exprese su
86
gratitud a Dios. Para algunos de ustedes, podría ser bueno terminar esta
lección dándole la oportunidad a los nacidos-de-nuevo para que den gracias a
Dios. Sin embargo, su equipo tendrá que dar buena dirección y poner el
ejemplo. Para otros equipos, puede ser mejor esperar hasta la siguiente
reunión. Antes de implementar estas dinámicas en el grupo (oración, alabanza,
edificación mutua, entre otras), es fundamental que TODOS entiendan
claramente el propósito y la debida función de cada uno de estos temas. Así
mismo, deben tener la plena claridad en cuanto a las formas que facilitan la
buena y correcta función.

Lección 2 - Una nueva vida y nuevas conexiones en Cristo


Nueva vida y nuevas conexiones en Cristo
Los que han nacido de nuevo tienen una nueva relación en Jesús, vida eterna
y nuevas conexiones en Cristo. Durante los estudios de la Etapa 1 nos
enfocamos solamente en compartir la historia de Dios. Nuestro propósito
fue dar un vistazo panorámico al relato bíblico y al significado de su
Mensaje. Como ustedes todavía no habían nacido de nuevo en Jesús,
habría sido incorrecto que nosotros practicáramos, en esos estudios, dinámicas
propias de nacidos-de-nuevo, porque eso los habría confundido.

Durante el tiempo de la Etapa 1, nunca hablábamos con Dios en voz alta ni


lo alabábamos cantando con ustedes en estas reuniones. Si lo hubiéramos
hecho, posiblemente algunos de ustedes habrían pensado que si nos imitaban
en esto, que Dios los aceptaría por lo que estaban haciendo. Gracias a Dios que
ahora todos entendemos que somos salvos no por lo que nosotros hayamos
hecho sino por lo que Jesucristo hizo por nosotros.

Ahora que estamos en una nueva relación en Jesús, podemos hablar de las
nuevas conexiones que tenemos en Él. Como nacidos-de-nuevo hay varias
cosas que ahora podemos disfrutar tanto en grupos grandes, como pequeños,
o a solas. Hoy, vamos a revisar cinco aspectos.

La oración – una conexión de comunicación con Dios


Antes de nacer de nuevo en Jesús no podíamos hablar con Dios y llamarle
“Padre”. Pero ahora, como hijos de Dios, tenemos la plena libertad de
llamarle “Padre”. Aunque Dios sabe todo lo que pensamos y lo que
necesitamos, Él quiere que Sus hijos compartan sus pensamientos, su
corazón, su gratitud y también sus peticiones con su Padre Celestial. Quizás
87
algunos de nosotros nunca tuvimos un padre que nos haya mostrado afecto,
amor y atención. No obstante, sabemos que un padre verdaderamente
amoroso quiere que su hijo lo busque con confianza para compartir todo lo
que hay en su corazón. Debemos entender que esta es la naturaleza de la
relación que tenemos como hijos de Dios con nuestro Padre Celestial.

Podemos hablar con Dios en toda ocasión. Tenemos el privilegio de alabar a


Dios por medio de la oración (alabar significa hablar bien de Él, exaltar,
reconocer o glorificar). Debemos alabarle y darle las gracias en todo. Debemos
pedirle perdón por nuestras ofensas. Podemos pedirle por nuestras
necesidades y por las de otros. Podemos orar por los que nunca han oído la
historia de Dios, por los necesitados, por los huérfanos, por las viudas y por
los enfermos. ¡Uno puede hablar con Dios en cualquier lugar, en cualquier
idioma, en cualquier circunstancia y en cualquier situación!

Uno puede hablar con Dios postrado, parado, sentado, arrodillado, inclinado
o acostado. A veces la postura de nuestro cuerpo nos ayuda a expresar nuestro
sentir o nuestra actitud. Podemos orar con los ojos cerrados o abiertos.
Muchas veces en las reuniones, la mayoría oran con los ojos cerrados para
evitar distracciones y para concentrarse mejor. Podemos dar gracias a Dios por
Su provisión antes, durante o después de una comida. Muchos dedican cada
mañana un tiempo para leer una porción bíblica y hablar con Dios sobre lo
que tienen en su corazón. Otros hacen lo mismo, pero por la noche. Los
padres pueden orar con y por sus hijos. Los matrimonios deben orar juntos
en cuanto a sus propósitos y decisiones como pareja. Podemos pedir la
dirección y ayuda de Dios antes de compartir Su Palabra. Durante la enseñanza
de la Etapa 1, nosotros como equipo hablábamos con Dios constantemente
a favor de ustedes. El equipo le pedía a Dios sabiduría, dirección y ayuda antes
de cada reunión que teníamos con ustedes.

Oportunidades para orar en las reuniones


En nuestras reuniones podemos tomar diferentes momentos para hablar con
Dios. Podemos hablar con Dios para pedirle entendimiento, ayuda y sabiduría.
Podemos agradecerle por Su Palabra o por otras cosas. En medio de una
lección podemos tomar una pausa con el propósito de ponernos de acuerdo
delante de Dios en oración.

Cada vez que oramos, debemos hacerlo de manera ordenada, pero esto
no significa que la oración tiene que organizarse de manera formal. Cuando
uno está hablando con Dios, los demás deben escuchar cuidadosamente.
88
Cuando alguno termine lo que quiere decir, si alguien más está de acuerdo y
desea expresarlo, puede decir “así es”, “así sea”, “así pienso yo también”,
“estoy de acuerdo”, o “amén” (que tiene el mismo significado).

Hay diferentes maneras de orar en grupo. Podemos tener tiempos abiertos


para hablar con Dios. En estos tiempos abiertos, muchas veces, practicamos lo
que llamamos “oración fraseada”. Usando esta forma de orar, debemos ser
disciplinados limitándonos a una, o quizás dos frases, para dejar que otros
participen.

“Oración fraseada”
Por ejemplo tal vez uno ore diciendo: “G racias por lo que estamos aprendiendo de
tu Palabra acerca de nuestra salvación”. Otra persona podría agregar: “Y te pedimos
ayudarnos a organizar donde compartir tu historia en la comunidad vecina”. Otro sigue
diciendo: “E incluyendo a los jóvenes drogadictos que allí viven”. Tal vez a alguno
del grupo Dios lo rescató de la drogadicción de su vida pasada y exclama:
“¡Así sea, estoy de acuerdo!”. Quizás otro participe con otro enfoque, ya sea
una gratitud a Dios o alguna petición. Y así sigue. Si existe algún motivo o
enfoque en particular que deba incluirse, uno de los líderes u otro miembro
puede interrumpir. Quizás dirá algo como esto: “Mañana el equipo de enseñanza
de Tomás va a iniciar los estudios de la Etapa 1 con las familias García y López.
Cuatro o cinco de nosotros podemos orar por ellos antes de pasar a otro enfoque”.

Si estamos orando por algo en particular, todos debemos enfocarnos en


ese mismo tema. El propósito de la “oración fraseada” es dar a todos la
oportunidad de participar. Puede seguir la oración por un tiempo específico
o hasta que les parezca que no hay más que decir en el momento. Si a alguno
se le olvida que se está manejando la “oración fraseada” y empieza a alargar
su oración u orar por un sinfín de cosas, alguien debe recordarle
amablemente que aunque todo lo que está diciendo es importante, por el
momento debe limitarse a una o dos frases “dentro de un turno”. Si algún
individuo se ofende con facilidad, podría ser mejor esperar hasta después de
la reunión para hablar con la persona en privado. (En ocasiones, hay personas
que fácilmente pierden el enfoque. Empiezan a orar por todo lo que se les
ocurre. Oran por la tía que está preparando un delicioso caldo de pollo e
incluyendo en la oración el día, la hora, el lugar y todos los ingredientes del
caldo, luego pidiéndole a Dios por su perro que tiene roña, etc., etc. ¡Orar por
esas cosas está bien, pero el mejor contexto quizás no sea en el grupo!).

89
La “Oración fraseada” es una de varias maneras para orar en grupo. No es la
única manera, pero sí es una buena forma para facilitar una amplia
participación.

Cómo orar
Cuando oramos debemos expresarnos de manera ordenada y natural. Quizás
algunos de ustedes han observado movimientos llamados “oración” que más
bien parecen ser un escándalo, borrachera o confusión. Unos gritan, otros
repiten las mismas palabras muchas veces, algunos se tiran al suelo o
empujan a otros. En algunos lugares parecen olvidar que Dios los puede
escuchar, pero le siguen diciendo Señor y Señor y Señor y Señor, hasta 50
veces o más en una sola “oración”.

Recordemos que en nuestro estudio de la Etapa 1 aprendimos en el Nuevo


Testamento, un poco sobre los fariseos. Ellos “oraban” de una forma parecida.
A ellos les gustaba orar delante de la gente en voz alta, repitiendo palabras
sofisticadas en largas “oraciones”. Dios no les prestaba atención porque
realmente no estaban hablando con Él sino tratando de impresionar a las demás
personas. Nosotros no debemos asumir una actitud arrogante, orgullosa o
egoísta. No debemos tener la misma actitud hipócrita que tenían los fariseos.

Jesús les dijo a sus discípulos que al orar podrían pedir en Su nombre (en el
nombre de Jesús) como también en el nombre del Padre. Dios es uno mismo.
No hay una forma específica que uno deba usar para expresar lo que hay en su
corazón. La Palabra nos da algunas instrucciones muy sencillas sobre la
oración. Por ejemplo, debemos ansiar pedirle de acuerdo a Su voluntad, y
no con hipocresía o egoísmo.

Impedimentos en la oración
Nuestra comunión y conexión con Dios por medio de la oración puede verse
afectada por actitudes incorrectas. Las actitudes egoístas, hipócritas o
arrogantes afectan nuestra relación, conexión y comunión con Dios. Si
guardamos amargura, resentimiento o si no queremos perdonar a alguien que
nos ofendió, descubriremos que nuestras oraciones y comunión con Dios se
verán afectadas. Lo mismo pasa si no queremos pedir perdón a los demás, o si
seguimos manteniendo un conflicto con alguna persona. Cuando nos damos
cuenta de que nuestra comunión y comunicación con Dios han sido afectadas
por esas cosas, la solución es cambiar nuestra actitud. Debemos cambiar
nuestra manera de pensar y con humildad buscar la reconciliación con los
demás, pedir el perdón de Dios y seguir adelante con una actitud correcta.
90
El cantar alabanzas – una conexión para amar y agradecer a Dios
Otro privilegio que tenemos como hijos de Dios es expresar nuestra gratitud y
nuestro profundo amor a nuestro Padre por medio del canto.

Hay distintos tipos de cánticos, pero todos son medios para expresar nuestro
amor, aprecio, admiración, maravilla y agradecimiento a Dios. Unos cantos se
enfocan en el carácter de Dios, en Su grandeza, santidad, majestad y gloria.
Otros se centran en el gozo y la alegría por lo que Dios ha hecho o por lo
que hará. Algunos expresan gratitud mientras otros dan testimonio de las
maravillas de Dios.

Muchas iglesias tienen himnarios que contienen cantos que fueron escritos
hace más de cien años. Muchos de estos himnos contienen mensajes muy
bonitos que contemplan y exaltan la grandeza de Dios. Hay también cánticos
contemporáneos.

Las alabanzas antiguas, las modernas y las que salen de tu propio


corazón
Es maravilloso repetir las alabanzas de individuos que fueron inspirados hace
150 años para escribir sus palabras y componer un himno. Igualmente, es
excelente cantar canciones escritas recientemente por artistas populares. Todo
eso está muy bien. Sin embargo, el propósito de cantarle a Dios es para
alabarle y agradecerle, no para entretenernos. La letra que cantamos y con la
que expresamos nuestra gratitud y nuestro amor a Dios debe salir del corazón.
Por lo tanto, sería muy bueno si ustedes compusieran sus propios cánticos.
Algunos cánticos tal vez podrían servir como una meditación para el grupo
mientras que otros cantos podrían escribirse para que el grupo los pueda
aprender.

El propósito de cantar alabanzas a Dios es para alabarle. Sin embargo, muchas


veces termina siendo un tiempo especial por medio del cual Dios también
bendice a Sus hijos. Jesús es nuestro Señor y Salvador quien nos está
preparando un hogar eterno donde estaremos para siempre con Él.
¡Alabémoslo con cánticos de acción de gracias, de adoración y de amor!

La Biblia – la conexión de comunicación de Dios con nosotros


Antes de que naciéramos de nuevo en Jesús, la historia de Dios, a través de las
Escrituras, nos llevaba a entender nuestra condición de perdidos y nuestra
necesidad delante de Dios. El Mensaje nos mostró de qué manera Dios nos
libra de culpa. Ahora que hemos oído el Mensaje y que hemos entendido su
91
significado y habiendo confiado en el Señor Jesús, la Palabra nos muestra
cómo pensar, cómo vivir y cómo conocer Su voluntad.

Cada parte de la Biblia es inspirada por Dios. Cuando entendemos


correctamente la Biblia, nos es de gran bendición porque dirige nuestras
vidas. La Biblia es el manual para enseñarnos en cada aspecto de nuestra vida.
A veces nos reprende y nos corrige. Nos educa y nos guía a una vida de
rectitud. Es a través de la Palabra de Dios que el nacido-de-nuevo es capacitado
y completamente preparado para hacer toda clase de bien. Queremos
animarlos a dedicar un tiempo diario a leer la Biblia. Por medio de ella,
Dios hablará a sus vidas.

En las próximas reuniones nos alegraremos juntos haciendo un breve repaso


de muchas de las historias que ya estudiamos en la Etapa 1, pero ahora desde
una perspectiva distinta. Veremos con mayor claridad cómo Jesucristo nos hizo
completamente aceptables ante Dios; cómo quitó para siempre toda
condenación y juicio; y cómo nos dio vida eterna en una nueva relación en Él.

La Palabra de Dios es fiel y completamente confiable. Hemos puesto nuestra


fe y confianza en Aquel que es el autor de la Biblia. Dios nos guiará en el
camino de la verdad conforme seguimos estudiando Su Palabra y poniéndola
en práctica en nuestra vida diaria.

La edificación mutua – una conexión con los demás hijos de Dios


Ahora en esta nueva vida en Cristo, tenemos el privilegio de animar, ayudar y
edificar a los demás que también son hijos de Dios y al mismo tiempo recibir
de ellos bendición y edificación. El Espíritu Santo vive en cada nacido-de-
nuevo. Esto nos relaciona directamente con Dios, pero también con los demás
nacidos-de-nuevo. El Espíritu Santo actúa en y a través de cada uno, según la
personalidad particular y las diferentes características de cada uno.

Cada uno debe ayudar a los demás a través de las habilidades, conocimientos,
y capacidades que Dios le ha dado. Además de los talentos naturales que uno
tiene, aprende o desarrolla, Dios le ha dado a cada nacido-de-nuevo lo que
llamamos “dones espirituales”. Los “dones espirituales” son aptitudes y
capacidades que Dios ha dado a Sus hijos para que por medio de ellos, podamos
servir, ayudar, animar y edificarnos los unos a los otros.

Cuando se visitan unos a otros, puede ser de gran bendición compartir lo que
Dios les está enseñando y orar el uno por el otro. En nuestras reuniones de
92
grupo, también podemos tomar un tiempo para que cada uno comparta con
los demás cómo Dios le está ayudando y enseñando. Tomaremos tiempo para
orar por los que nunca han oído o no han entendido la historia de Dios.
También oraremos por diferentes necesidades del grupo y de la comunidad.
Cada quien puede compartir alguna verdad que sea de ánimo y de bendición
para los demás.

¡Cada uno de nosotros estamos capacitados por la gracia de Dios para ayudar,
animar, edificar y para ser de bendición a los demás, y al mismo tiempo
podemos recibir bendición de ellos! ¡Esta conexión de edificación mutua es un
regalo de Dios de la que disfrutamos por nuestra nueva relación en Jesucristo!

El compartir con los que no conocen a Dios – la conexión del Mensaje


de la vida eterna con este mundo
Uno de los privilegios más grandes que uno puede tener como nacido-de-
nuevo es compartir el Mensaje de Dios con otros que aún no han tenido la
oportunidad de oírlo de una manera clara y entendible. Es una gigantesca
bendición el recibir la enseñanza del Evangelio, de una manera ordenada,
clara y explicada con paciencia y humildad. Tuvimos la oportunidad de oír el
Mensaje y entenderlo, y ahora que confiamos en el Señor Jesucristo, nuestros
nombres están escritos en el Libro de la Vida. Tristemente, hay muchos a
nuestro alrededor que nunca han tenido esta oportunidad.

Compartiendo en los lugares más lejanos


Debemos aprovechar la oportunidad de compartir con otros de la misma
manera en que fuimos enseñados, desde el principio, desde Génesis, paso a
paso, todo en orden. Algunos nacidos-de-nuevo han ido a países lejanos y hasta
a lugares muy aislados y primitivos para compartir la historia de Dios. Algunos
de ellos han invertido de 20 a 30 años en esta tarea y en algunos casos, más
años. Estos obreros de Dios han tenido que aprender otros idiomas,
costumbres, estilos de vida y culturas con el fin de compartir la historia de Dios
con las personas. Estos siervos de Dios son enviados y apoyados por sus
iglesias. Trabajan en equipo durante muchos años en lugares difíciles donde
abundan las enfermedades, los conflictos y otros desafíos. Aunque es muy
difícil, lo hacen con ánimo para que las personas de estos lugares puedan
recibir el Mensaje de Dios y tener la oportunidad de ser discípulos de Jesús.

Compartiendo en distintas comunidades, con vecinos y con familia


Tal vez en el futuro algunos de ustedes querrán ser obreros transculturales de
Dios (“misioneros”) en tierras lejanas. Más adelante en nuestro estudio,
93
veremos la historia de uno de los primeros misioneros. De una u otra manera,
todos podemos participar en llevar el Mensaje de vida a las personas, tanto en
lugares lejanos como también cercanos. Pronto tendrán la oportunidad y
bendición de aprender a enseñar la historia de Dios de la misma manera como
la recibieron. Tendrán la oportunidad de acompañar al equipo y también de
participar cuando vayan a compartir a otro lugar, en un nuevo grupo o familia.
Quizás algunos de ustedes tienen conocidos, vecinos o familiares que no han
oído la historia de Dios, donde ustedes pueden organizar un nuevo grupo de
estudio. Es probable que en este proceso de aprendizaje, algunos de ustedes
descubran que Dios les ha dado el don de enseñanza de Su Palabra.

De cualquier forma, queremos ayudarles a aprender a compartir este Mensaje.


No todos servirán de la misma forma. Unos servirán mejor de una manera y
otros lo harán de otro modo, pero cada uno puede participar de esta bendición.
Unos tienen la habilidad en la organización y administración, mientras que
otros para manejar las ilustraciones, algunos para orar, otros para explicar
los repasos y otros para enseñar las lecciones en equipo. Dios quiere usar a
cada uno de nosotros para compartir Su Mensaje sobre cómo el hombre
puede nacer de nuevo, tener vida eterna y vivir una vida transformada. Es una
gran bendición que hayamos recibido este Mensaje y es igualmente una gran
bendición compartirlo con otros.

Poniendo en práctica la Palabra


Seguiremos hablando sobre estos temas conforme avancemos en nuestros
estudios. Un punto sobresaliente del tema que estamos revisando se enfatiza
en este texto bíblico que dice: “P ongan en práctica la P alabra y no se limiten a solo
escucharla pues de otra manera se engañan ustedes mismos” (Santiago 1:22).

Ya que tenemos una nueva relación en Cristo, debemos poner en práctica


las distintas “conexiones” con las que hemos sido bendecidos. Por medio de
la oración tenemos una conexión de comunicación con Dios. A través de
las alabanzas tenemos una conexión para amarlo y agradecerlo. La Biblia es
la conexión por medio de la cual Dios nos habla. A través de la conexión entre
los hijos de Dios, experimentamos la edificación mutua. De igual manera,
a través de quienes comparten Su historia bíblica, Dios ofrece a aquellos que
no lo conocen una oportunidad y conexión para una vida transformada y la
salvación eterna en Jesucristo.

94
Lección 3
El principio, creación, Adán, y Jesucristo
Nota para los maestros: En preparación para la enseñanza de esta lección, el
equipo de maestros debe repasar las notas del principio de la lección anterior,
Lección #2, y también los puntos sobresalientes del estudio respecto a la
práctica y la participación de los nacidos-de-nuevo (oración fraseada, alabanza,
y la edificación mutua entre otras dinámicas). El equipo debe organizarse y
prepararse para dar un buen ejemplo y así guiar al grupo en la participación
mutua con propósito, dirección y enfoque, y también con libertad y orden.
En el estudio de la Etapa 1 vimos algunas de las características y atributos de
Dios. También revisamos lo sobresaliente de la historia acerca del principio,
la creación, y de Adán y Eva. Vamos a repasar algunos de estos puntos:
 Recordemos que hay algunos conceptos que son difíciles e incluso quizás
imposibles de entender para el hombre. Uno de esos conceptos es la
eternidad. Otro de ellos es el origen del mundo y del universo. Hay quienes
enseñan que el mundo, el sol, las estrellas y todo lo que podemos ver es
resultado de un largo proceso de evolución. La Biblia nos enseña que todo
fue creado por Dios y que Dios existía aun antes de lo que conocemos
como tiempo. Al fin de cuentas, hay solamente dos posibilidades sobre el
origen del mundo: Todo se originó de la nada, o tuvo su origen en el
diseño inteligente de un Creador. La Biblia dice que en el comienzo de
todo, Dios….(Génesis 1:1).
 Dios está en todo lugar. Nadie puede esconderse de Él.
 Dios es eterno. Siempre ha existido y existe por Su propio poder.
 Dios es Espíritu.
 Todo lo que Dios hace es perfecto.
 Dios es bueno, santo, justo, todopoderoso y soberano.
 Dios es “tres-uno”. Aunque hay un solo Dios, se expresa en tres personas
para que el hombre pueda relacionarse con Él: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
 Dios lo sabe todo. No hay nada que Dios no sepa, incluyendo todos
nuestros pensamientos.
 Dios nos ama mucho. El ancho, largo, alto y profundo del amor de Dios
está más allá de nuestra comprensión. El amor se originó en Él. Dios es
amor.
95
 Recordemos también que en la Etapa 1, estudiamos brevemente a los seres
espirituales (ángeles). Recordemos la historia de Lucifer y cómo se rebeló
contra Dios. Lucifer decidió luchar contra su Creador y contra la creación
de Dios. En el futuro, Dios mandará a Lucifer (ahora llamado Satanás) a un
lugar que Dios hizo para él, llamado “el infierno” o “el lago de fuego”.
Aquellos que han querido seguir a Satanás y rechazar a Dios, al morir
también irán a este mismo lugar.
 En nuestra revisión acerca de los seres espirituales, tratamos con un punto
muy importante que también se relaciona con nosotros. Parte de la
perfección de la creación es que, así como a los ángeles, Dios nos creó con
una voluntad propia. Dios nos da total libertad para elegir. Podemos escoger
tomar nuestros propios caminos, o podemos confiar en el camino de Dios.
Aunque es posible obligar a alguien a hacer muchas cosas, es imposible
forzar a una persona a amar. El amor está relacionado con nuestra voluntad.
La creación
¿Pueden recordar la historia de la creación que se cuenta en Génesis 1:1-25?
A través de la creación Dios nos revela Su gloria y Su poder infinito. En Su
creación podemos contemplar la sabiduría y la inteligencia infinita de Dios.
Podemos apreciar la progresión de la historia de la creación.
Primero consideremos la creación del mundo material, lo que no tiene vida
(la tierra, las estrellas, el sol, la luna). Igualmente contemplaremos “la creación
vegetal”, lo que sí tiene vida, pero no tiene facultades intelectuales (las plantas,
los árboles). Luego veremos la creación animal, lo que tiene vida, instinto y
también facultades intelectuales, pero no tiene
capacidades de razonamiento ni conciencia reflexiva
(los animales terrestres, marinos y aves). No es sino
hasta la creación del hombre que vemos a un ser vivo
que, además de tener vida, también tiene la capacidad
de razonar con conciencia reflexiva, analizar, tomar
decisiones y determinar su destino. Además, el
hombre fue creado con una facultad espiritual. 3. La Creación: Génesis 1

El hombre
En Génesis 1:27 se nos dice que Dios creó al hombre a Su imagen. Ya sabemos
que Dios es Espíritu y por lo tanto no tiene un cuerpo como nosotros.
Entonces qué significa que Dios creó al hombre a Su imagen? Puesto que Dios

96
es Espíritu, no fue el cuerpo del hombre lo que fue hecho a Su imagen, sino la
parte espiritual del hombre, para que este pudiera conocer a Dios.

Los tres aspectos del hombre – cuerpo, alma y espíritu


El hombre fue creado con facultades para pensar, analizar, razonar y decidir.
Además, a través de la parte espiritual, el hombre podría tener una relación
personal con Dios. El hombre fue creado con cuerpo, alma y espíritu. El
cuerpo del hombre lo conectaría con su entorno físico a través de los cinco
sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto). En el cuerpo del hombre reside
su alma y en su alma reside su espíritu. El alma del hombre percibe y razona
por medio de su mente, sus emociones y su voluntad. Podemos decir que “el
alma” es lo que somos y expresa nuestro ser. Se relaciona con nuestra
conciencia, nuestra forma de ser, personalidad, pensamientos, razón,
recuerdos, emociones y sentimientos. Pero lo más sobresaliente del hombre es
que Dios le dio la facultad para relacionarse con su Creador a través de su
espíritu.

No debemos intentar hacer alguna separación entre las tres partes del hombre
(cuerpo, alma y espíritu). No es necesario analizar aquí las tres expresiones del
alma (mente, emociones y voluntad), ni la relación que estas tienen con el
espíritu del hombre. El punto importante en este momento es que Dios hizo
al hombre con la capacidad de relacionarse con Él, recibir amor de Dios y
también amarlo.

Creado a la imagen de Dios


A diferencia del resto de la creación, el hombre comenzó a vivir cuando Dios
mismo le dio aliento de vida. A diferencia del resto de la creación que tiene su
inicio en “la vida natural”, la vida del hombre se originó en la vida espiritual.
La vida del hombre fue fundada e inspirada por Dios mismo EN y por medio
del Espíritu. El cuerpo del hombre fue formado de la tierra, pero la vida del
hombre fue creada a la imagen de Dios Espíritu.
Lea Génesis 1:26-27, 2:7.

La provisión de Dios y la mayordomía del hombre


Recordemos que fue en el huerto de Edén donde Dios
puso a Adán y Eva. Dios les proveyó todo lo que
necesitaban, incluyendo toda clase de árboles hermosos
que daban fruto bueno para comer. A Adán y Eva,
Dios les dio autoridad y dominio sobre la tierra y los 4. Adán y Eva en el huerto:
Génesis 2:15-25

97
animales. En medio del jardín Dios puso dos árboles particulares y distintos:
“el árbol de la vida” y “el árbol del conocimiento del bien y del mal”. ¿Se
acuerdan de estos dos árboles y que Dios le dijo a Adán que no comiera de uno
de ellos? Para Adán y Eva, estos dos árboles representaron una encrucijada de
decisión. Tenían que decidir si confiaban en Dios y Su provisión o en su propio
criterio, que les daría como resultado la separación y la muerte.
Lea Génesis 1:28-30, 2:9, 2:15-17.

Dios les dio a Adán y Eva plena libertad de disfrutar de toda la creación en
comunión con Él. No obstante, Dios no los obligó a confiar en Él. Les dio la
opción de elegir otro criterio. Aun así, Dios les advirtió en cuanto al árbol del
conocimiento del bien y del mal diciendo: “No comas del fruto de ese árbol,
porque si lo comes, ciertamente morirás”.

5. Adán y Eva desobedecen a Dios: Génesis 3:6 6. Se cubrieron con hojas de higuera: Génesis 3:7-10

Dos hombres distintos


La Biblia compara, en varias ocasiones, a Adán y Jesucristo. Incluso, hace
referencia a Jesús como “el segundo hombre” y “el último Adán”. En toda la
historia, solamente dos personas han llegado al mundo por obra directa de
Dios sin ninguna intervención humana y desligadas del pecado: Adán y Jesús.
(Así dice la Escritura: “El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente”; pero el
último Adán se convirtió en espíritu que da vida. 1 Corintios 15:45).
En el huerto de Edén, el primer hombre, Adán, fue tentado y decidió no confiar
plenamente en su Creador. Esto produjo la separación entre el hombre y su
Creador, y la maldición sobre toda la tierra. Cada uno de nosotros nacimos
en Adán y como consecuencia nacimos espiritualmente separados de Dios.
En el huerto de Getsemaní, Jesús, “el último Adán”, fue tentado, pero decidió
ser fiel, y con plena confianza y determinación, siguió hasta la crucifixión
para dar vida a todo aquel que confía en Él. Todo aquel que ha nacido de
nuevo en Jesucristo tiene vida eterna y una nueva relación en Él.

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La maldición, la separación y el juicio eliminados por medio de Jesús
Así como Satanás tentó a Adán, también tentó al Señor Jesucristo, pero Jesús
fue fiel en todo y nunca pecó. El pecado de Adán trajo separación entre el
hombre y su Creador, y trajo maldición sobre la tierra que comenzó a producir
abundancia de espinas. Antes de crucificar a Jesús, los soldados romanos
pusieron una corona de espinas sobre Su cabeza en representación o símbolo
de la maldición de la tierra. Jesucristo voluntariamente tomó sobre sí toda la
maldición del pecado para que todo aquel que confía en Jesús sea liberado
de la maldición, la separación y el juicio por medio de Él.

61. Jesús en el desierto: Mateo 4:1-11 86. Los soldados se burlan de Jesús: Marcos 15:16-20

Una vida segurísima en el Señor y Salvador Jesús


Por causa del primer hombre, Adán, vino la muerte. Por causa del “segundo
Adán”, Jesucristo, vino la resurrección de los muertos y la vida eterna. Después
de ser crucificado, al tercer día Jesús resucitó. Las promesas y profecías hechas
respecto al Mesías, se cumplieron en Jesús, empezando con la promesa de
Génesis 3:15. Satanás quería acabar con Jesús en la cruz y así destruir también
a la humanidad. Pero en la resurrección, Jesús derrotó a Satanás y al mismo
tiempo conquistó al último enemigo, la muerte. La separación, el juicio y la
condenación que corresponden a nuestro “primer hombre” fueron sepultados
en Jesús y en lo que Él hizo por nosotros. Ahora nuestra vida está segura y
guardada en el Señor y Salvador resucitado, en quien tenemos una nueva
relación y la vida eterna.

Pagado y perdonado por Jesús, el Inocente Cordero de Dios que nos cubre
Cuando Adán y Eva pecaron, inmediatamente se dieron cuenta de que su
pecado había afectado su unidad y comunión con Dios. Sin embargo, en lugar
de buscar el perdón y la misericordia de Dios, recurrieron a sus propios
esfuerzos para tratar de reparar la relación rota y hacerse aceptables ante Él.

99
Todo esfuerzo del hombre por hacerse aceptable ante Dios es simplemente
inútil religiosidad. Todo hombre está separado de Dios y no puede ganar,
comprar o merecer el favor de Dios a través de su trabajo, su sinceridad, buenas
intenciones o esfuerzos. Todos los esfuerzos del hombre por ganarse el favor
de Dios a su propia manera son solo religión, y Dios aborrece toda religiosidad.
Adán y Eva habían pecado y por lo tanto ya no eran aceptables ante Él.
Ningún hombre puede hacerse aceptable ante Dios.

Es aquí donde Dios nos reveló un principio por medio del cual Dios resolvería
el problema de la separación entre el hombre y Dios. Por iniciativa de Dios,
El Señor cubrió a los culpables (Adán y Eva) con la muerte de un inocente
(Génesis 3:21). De igual manera, por iniciativa de Dios, Jesucristo vino a
ofrecerse como El Inocente para cubrir y borrar toda culpabilidad de los
que confían en Él. Jesús vino a llevar sobre sí nuestras culpas, penas,
pecados, ofensas, vergüenzas y nuestro merecido castigo de muerte. Al
tercer día resucitó de entre los muertos,
conquistando así, de una vez y para
siempre, la muerte. Dios hizo todo
esto para que pudiéramos ser total y
completamente perdonados y aceptables
ante Él. Todo aquel que ha puesto su
plena confianza en el Cordero Inocente
de Dios, está cubierto por Él y ahora
60. Jesús, el cordero de Dios: Mateo 3:11-17; Juan 1:29-34 tiene una nueva relación en Jesús.

Reconciliados con Dios por medio de Jesucristo


Adán fue advertido de lo que sucedería si ignoraba las instrucciones de Dios.
Dios le dijo que si comía del fruto del árbol del conocimiento del bien y del
mal, ciertamente, moriría. La paga del pecado es muerte, así que cuando
Adán y Eva pecaron, fueron expulsados del huerto de Edén y ya no tenían
acceso al árbol de la vida. El pecado produjo separación espiritual y al
mismo tiempo inició el proceso de la muerte física.

Cuando Jesús vino, Él pagó el precio por el pecado y así abrió la posibilidad
de nuestra reconciliación y restauración con Dios y la vida eterna con Él.
La paga del pecado es muerte y cada uno de nosotros somos pecadores.
Sin embargo, el don de Dios es vida eterna en unión con Él, por lo que hizo
Jesucristo en la cruz y por Su resurrección de entre los muertos. Cualquiera
que confía en esta obra salvadora a su favor ha sido reconciliado con Dios y
tiene una nueva relación en Jesucristo.
100
Lección 4
La gracia de Dios revelada desde el principio
Una nueva relación en Cristo
Ahora fuera del huerto de Edén y separados de la fuente de vida que Dios
originalmente había provisto para el hombre, Adán y Eva tuvieron sus
primeros hijos: Caín y Abel (Génesis 4:1-2). Caín y Abel nacieron
espiritualmente muertos y separados de Dios. En la historia de Caín y Abel
encontramos el primer caso del hombre buscando la aceptación de Dios a
través de una ofrenda.

La diferencia entre la fe a la manera del hombre y la fe a la manera de


Dios – Caín y Abel
Génesis 4:3-7 nos cuenta la historia de cómo Caín y
Abel llevaron sus ofrendas al Señor. Hay numerosos
detalles importantes en esta historia. En este estudio
resaltaremos siete de ellos:
1. Caín y Abel deseaban la aceptación de Dios.
Por lo tanto, le trajeron ofrendas. Sin embargo, 8. Caín y Abel traen ofrendas a Dios:
la actitud y el criterio de cada uno fue distinto. Génesis 4:2-5

2. Caín creía en Dios (creía en su existencia, poder, autoridad y su señorío).


Creía en Dios, pero no confiaba en Él. Caín confiaba en sí mismo para
ganarse la aprobación y aceptación de Dios.
3. Dios no se fija solamente en si el hombre tiene o no tiene fe, sino también
se fija en qué está poniendo su fe.
4. Dios miró la fe de Caín. Pero también miró la naturaleza arrogante y
egocéntrica de su fe. Dios no aceptó a Caín ni a su ofrenda, pero le dio la
oportunidad de cambiar de actitud y así también cambiar su destino y
recibir la aceptación de Dios.
5. Dios miró con agrado la fe de Abel. Además, Dios vio que la naturaleza
de la ofrenda de Abel estaba centrada en su confianza en el Libertador
prometido. Por fe, Abel ofreció un sacrificio y sangre inocente. El contexto
de este principio fue la promesa de Dios dada a Adán y Eva de un futuro
Libertador. Después de hacerles la promesa, y antes de expulsarlos del
huerto, Dios vistió a Adán y Eva con pieles de animales (la muerte de un
inocente para cubrir al culpable). La naturaleza de la ofrenda de Abel
101
estaba centrada en el principio de la fe del hombre en relación con el
sacrificio y la sangre de un inocente provistos por Dios. La Palabra dice que:
“D ios miró con agrado a Abel y a su ofrenda”.
6. Abel no estaba confiando en su ofrenda, ni en el sacrificio, ni en la sangre,
ni en el altar, sino más bien en la promesa de Dios que enviaría un
Salvador. El sacrificio que Abel ofreció no podía pagar por sus pecados.
Abel dependía de Dios para ser salvo. Abel tenía su confianza en el
Libertador prometido quien muchos años después vendría a morir y que
con Su sangre pagaría por sus pecados. Abel, como las demás personas de
los tiempos del Antiguo Testamento que confiaron en Dios, recibió el
perdón de sus pecados en Jesús. Viendo hacia el futuro, Abel había puesto
toda su fe, confianza y esperanza en Aquel Salvador que habría de venir.
7. Dios hace una clara distinción entre el hombre y su ofrenda. ¡Es en la
ofrenda del hombre donde se revela la naturaleza de su fe!
Ahora aceptados delante de Dios en virtud de Jesús
Como Abel, nosotros también nos dimos cuenta de nuestra necesidad
delante de Dios. Hemos venido a Dios con una actitud parecida a la de Abel,
no conforme a nuestros propios pensamientos o ideas. Nuestra confianza
está en Jesucristo, en Su muerte, Su sangre y en Su resurrección. Él es el
Cordero inocente, el Libertador prometido en quien Abel había fijado su fe
y por quien hemos recibido el perdón de los pecados, vida eterna y una
nueva relación en Cristo.

Nosotros, como Abel, nacimos en pecado, separados de Dios, pero a través


del Señor Jesús hemos nacido de nuevo y ahora somos Sus hijos, perdonados
y aceptados. Todo aquel que ha puesto su plena confianza en la obra salvadora
del Señor Jesucristo ha sido aceptado ante Dios y ha entrado en una nueva
relación en Cristo.

Dios es siempre fiel a Su Palabra – Abel, Set, Enós y Noé


Recordemos que Caín no quiso cambiar de actitud y se enojó muchísimo.
Tiempo después, todavía lleno de egoísmo y
amargura, Caín invitó a su hermano Abel a dar un
paseo y en el campo lo mató (Génesis 4:3-8).
Aunque Caín acabó con la vida terrenal de Abel,
no pudo acabar con su fe ni su vida eterna.
Tampoco pudo acabar con la promesa de Dios.
9. Caín mata a Abel: Génesis 4:8 Así que, Dios les dio a Adán y Eva otro hijo, Set,
102
para reemplazar a Abel de modo que el Libertador viniera de su descendencia.
Pasando el tiempo, Set tuvo un hijo al que llamó Enós. Fue por medio de
Enós que muchos comenzaron a buscar la aceptación de Dios, a adorarle y a
orar en Su nombre (Génesis 4:25-26).

Sin embargo, la mayoría de los hombres siguieron sus propios caminos


como lo había hecho Caín. Recordemos que para entonces había crecido
mucho la población de la tierra y con eso también la maldad del hombre
(Génesis 6). La paga del pecado es la muerte. Dios decidió destruir la tierra,
pero se fijó en Noé, un hombre que confiaba en Dios y vivía de acuerdo a
Su voluntad. Dios usó a Noé para construir una gran barca de salvación
mientras al mismo tiempo Dios siguió llamando a la gente a que se arrepintiera.

Confianza en el diseño de Dios para la salvación − Noé


Noé nació en pecado y separado de Dios como todas las demás personas,
pero Noé le creía a Dios y confiaba en Su promesa del Libertador.
Noé merecía ser destruido junto con todos los demás, pero por su fe y
confianza en Dios a la manera de Él, Dios tuvo misericordia de Noé.
Dios le dio a Noé instrucciones específicas y exactas para la construcción de
una gran barca. Indudablemente, hubo muchas cosas que Noé no entendía,
pero su confianza en Dios estaba firme, así que
siguió el diseño exactamente como Dios le había
dicho (Génesis 6-7). El plan de Dios incluía una sola
puerta de entrada. A través de esa puerta pasó Noé
y su familia. Cuando llegó el juicio, Dios cerró esa
única puerta. Los que habían entrado por la puerta
de salvación estaban segurísimos en la salvación de
Dios. Todos los que se quedaron fuera perecieron. 10. El diluvio: Génesis 7:11-24

Ahora estamos seguros en Jesús, la única puerta a la salvación eterna


De manera similar a Noé, nosotros también merecíamos el juicio de Dios.
No obstante, por haber puesto nuestra confianza en Jesucristo a la manera de
Dios, Él tuvo misericordia de nosotros. Así como Dios reveló Su diseño
para proveer la salvación física de Noé por medio de la barca, Dios nos
mostró Su diseño para proveer nuestra salvación eterna a través de Jesús.
Hay muchas cosas que no podemos entender, pero sí podemos ver que Dios
es siempre fiel a Su Palabra. Ahora que hemos entrado por la única puerta de
salvación eterna, la cual es Jesús, estamos segurísimos en Él.

103
Llamado a una nueva tierra y a un nuevo destino – Abraham
Después del diluvio, la población de la tierra volvió a crecer rápidamente.
Algunos vivieron sus vidas confiando en Dios, reconociendo su necesidad
de Dios, Su misericordia, gracia y perdón. Hubo quienes como Abel, Set y
Noé que siguieron encomendando sus vidas a Dios. Sin embargo, la mayoría
de las personas continuaron en sus propios caminos viviendo de manera
orgullosa y egoísta.

Recordemos la historia de la torre de Babel, en la que la gente se había


reunido para ponerse de acuerdo para rebelarse contra Dios (Génesis 11:1-9).
La gente decidió vivir de acuerdo a su propio
orgullo, arrogancia y egoísmo. Ignorando a Dios,
procuraron conectarse con los cielos a su propia
manera, por medio de una gran torre. Sin embargo,
nada ni nadie puede impedir que Dios cumpla Su
plan y Sus promesas. ¿Recuerdan qué hizo Dios
con la gente en ese tiempo de la torre de Babel? 12. La torre de Babel: Génesis 11:7-9

Aunque la mayoría de la gente le dio la espalda a Dios, Él no se olvidó de


la promesa que les había hecho a Adán y Eva. Así que, Dios llamó a Abraham,
un hombre de 75 años de edad, casado, pero sin ningún hijo. Dios le hizo
varias promesas a Abraham, incluso que a través de su descendencia Dios
bendeciría al mundo. Le prometió una nueva tierra, una gran descendencia,
bendiciones, reputación y renombre. También le dijo a Abraham que sería
de bendición para otros, que Dios prosperaría a los que lo trataran bien y
perjudicaría a los que lo trataran mal, y que por medio
de su descendencia Dios bendeciría a todas las
familias de la tierra (Génesis 12:1-3). Dios llamó a
Abraham y le dijo que saliera de su tierra idólatra para
ir a una nueva tierra. Abraham le creyó a Dios y
entonces dejó todo y salió de su pueblo, aunque ni
14. Dios llama a Abram: Génesis 12:1-5 siquiera sabía a dónde lo estaba llevando Dios.

Contemplamos la grandeza de Dios que cumple todas Sus promesas


Abraham tenía 75 años de edad cuando Dios lo llamó. Quizás Abraham y
su esposa Sara pensaban que muy pronto ella quedaría embarazada.
Pero primero, Abraham necesitaba tiempo para crecer y madurar en su fe.
Después de varios años Abraham comenzó a manifestar dudas y debilidad
en su fe. Fue entonces cuando Dios le reiteró Sus promesas. Le dijo a
Abraham que mirara bien al cielo y contara las estrellas si podía contarlas,
104
que así sería el número de sus descendientes (Génesis 15:1-6). Esta promesa
también se cumplió en Jesús, y ahora nosotros formamos parte de esta gran
multitud de descendientes.
Bendecidos con un nuevo destino y una nueva vida en Jesús
Todas las promesas que Dios le había dado a Abraham se cumplieron en Jesús.
Jesús vino a cumplir estas y otras promesas y profecías mediante Su vida,
muerte, sepultura y resurrección. A través del sacrificio de Jesús, Dios abrió
la puerta para que todas las familias del mundo pudieran ser bendecidas y
recibir la vida eterna. Habiendo confiado en Jesucristo como el Señor y
Salvador prometido, hemos recibido estas bendiciones y ahora estamos
participando en el cumplimiento de las promesas que Dios le hizo a Abraham
hace unos 4.000 años.
Los esfuerzos del hombre son inútiles para lo que solo Dios puede realizar
Recordemos cómo Sara no podía darle ningún hijo a Abraham y que habían
pasado diez años desde que Dios le había dado a Abraham la promesa de un
hijo. Entonces, Sara le pidió a Abraham unirse con su sierva Agar con el fin de
tener un hijo por medio de ella. Sara y Abraham acordaron tratar de ayudar a
Dios a cumplir la promesa que les había hecho, buscando concebir un hijo a
través de la esclava. El plan funcionó para tener un hijo, pues la esclava quedó
embarazada y tuvo un hijo. Pero ese plan resultó en un gran desastre y además
fue rechazado por Dios. Abraham y Sara no actuaron en fe a la manera de Dios
y como consecuencia provocaron gran sufrimiento y conflicto a su hogar y a
muchas personas más (Génesis 16:1-5, 15). Abraham no debió haber hecho lo
que hizo. Fue una tontería lo que Abraham y Sara tramaron. Dios les había
dicho que la promesa se cumpliría por medio de su propio hijo, el hijo de
Abraham y Sara. Dios no necesitaba la ayuda de Abraham para hacer lo
que solo Él puede hacer, y tampoco necesita nuestra ayuda. ¡Debemos
aprender a confiar plenamente en Él! Los esfuerzos del hombre son inútiles
para lo que solo Dios puede realizar.

Dios obra y se glorifica en lo imposible


Abraham tenía 99 años de edad y Sara casi 90
cuando Dios se le apareció otra vez para reiterarle
la promesa. ¡Ahora la situación parecía imposible!
Abraham se inclinó hasta tocar el suelo y se rió,
mientras pensaba en lo imposible que era lo que
Dios le decía (Génesis 17:1-2, 17-18). Pero ese era 15. Abraham, Sara y los mensajeros de
precisamente el momento en que Dios quería obrar, Dios: Génesis 18:8-10

105
porque Abraham y Sara estaban convencidos de que ya no había esperanzas
en sí mismos para tener un hijo. La obra sería a la manera de Dios y Abraham
y Sara sabrían que fue solo por el poder de Dios y no por ellos mismos que
se cumplió la promesa.
Recordemos nuestro estudio de la Etapa 1, Dios le dijo a Abraham que
para el siguiente año él y Sara tendrían su propio hijo y que deberían
ponerle por nombre Isaac. Dios es siempre fiel a Su Palabra. Tal como
Dios dijo, al año siguiente Isaac nació (Génesis 17:19, 18:10-15, 21:1-7).
Mayor que la promesa es Él que hace la promesa
Abraham amaba a Isaac. Había esperado su nacimiento por 25 años.
Isaac era su hijo, pero era mucho más que eso. Abraham sabía con plena
seguridad que todas las demás promesas hechas por Dios habrían de cumplirse
a través de Isaac. Para Abraham, Isaac lo representaba todo: toda bendición,
el sentido de su propio pasado, la bendición del presente y la garantía del
futuro. Solo Dios debía ser más importante, pues mayor que la promesa es Él
que hace la promesa. ¿Era Dios más importante para Abraham que el hijo
que Dios le dio?
Cuando la fe del hombre se pone a prueba
Así que, después de algún tiempo, Dios puso a prueba la fe de Abraham.
Dios llamó a Abraham y le pidió ofrecer a Isaac en sacrificio en un lugar
que estaba a tres días de camino. No sabemos exactamente cuántos años
tenía Isaac, pero es probable que tuviera alrededor de 20 años de edad.
¿Qué tendría más valor para Abraham: la vida de su hijo o su fe en el Dios
quien le dio esa vida? No sabemos todo lo que pensaba Abraham: sus
temores, sus inquietudes, sus pensamientos, sus preguntas y sus dudas.
¿Y las promesas? ¿Cómo podría
Abraham tener una descendencia si
moría Isaac? ¿Y cómo podría siquiera
pensar en matarlo? ¡Imposible imaginar!
¡Esta fue la prueba más grande que
jamás había tenido que enfrentar!
Debemos recordar que Dios no estaba
probando la fortaleza de Abraham, ni
su resistencia, menos su obediencia o
su determinación. Dios estaba poniendo
18. Dios pone a prueba la fe de Abraham: Génesis 22:9-13 a prueba su fe (Génesis 22:1-19).

106
La diferencia entre las tentaciones y las pruebas
A veces las tentaciones y las pruebas pueden tener una apariencia similar.
No obstante, la diferencia se encuentra en la raíz. Las tentaciones vienen de
parte de Satanás con la intención de lastimar, dañar y destruir. Las pruebas
vienen de parte de Dios en relación con nuestra fe y tienen la intención
de llevarnos a la aprobación. Esta realidad no hacía más fácil lo que Dios
le había encomendado a Abraham. ¿Era el amor de Abraham por Isaac más
grande que su amor por Dios?

Todo lo que Abraham era y todo lo que tenía estaba ligado a la prueba
de su fe
¿Se acuerdan de lo que sucedió? Al día siguiente, Abraham recogió las cosas
que necesitaba para realizar un sacrificio y emprendió el viaje con su hijo y
dos de sus siervos. Tuvo mucho tiempo para pensar durante el viaje.
Quizás contemplaba las estrellas de noche pensando en las promesas que
Dios le había hecho tantos años atrás
(Génesis 15:5). Recordemos que Abraham
siguió adelante con su confianza en el Dios
Todopoderoso a pesar de cualquier duda,
temor o inquietud que tuviera. Sobre el altar
Abraham pondría TODO lo que tenía y
TODO lo que era. El significado y el valor de
su propia vida, su pasado, su presente, su
futuro, sus esperanzas y hasta su misma fe
estarían sobre el altar en Isaac.

El Señor proveyó y el Señor proveerá


Isaac estaba sobre el altar, y en el último
instante cuando Abraham estaba a punto de
sacrificarlo, Dios lo detuvo. Dios proveyó
un carnero para sustituir a Isaac. Isaac fue
liberado y el sacrificio sustituto tomó su lugar.
¡Al tercer día llegaron al lugar, y así mismo,
al tercer día el padre recibió otra vez a su hijo
con vida!

Abraham no era mejor o más fuerte que las demás personas. La fe de


Abraham fue aprobada simplemente porque había puesto toda su fe, toda su
confianza y toda su esperanza en el Dios Proveedor.
107
Es interesante que antes de bajar del monte, Abraham le puso este nombre
a aquel lugar: “El Señor proveerá”. Abraham no le puso por nombre
“El Señor proveyó” sino “El Señor proveerá”. Abraham estaba mirando más
allá de Isaac hacia el Libertador prometido que sería el último sacrificio
sustituto. La fe de Abraham no se limitada al momento. Su fe, ahora
aprobada, estaba ligada al Cordero que vendría a tomar el lugar de todo
aquel que confía en Él. Aunque en el monte Dios proveyó un sustituto
para Isaac, la fe de Abraham estaba en el Cordero eterno que el Señor
proveería más adelante.

Ahora eternamente liberados por nuestro Cordero sustituto, Jesucristo


Antes de confiar en Jesucristo, nos podíamos identificar con la situación de
Isaac cuando estuvo atado en el altar a punto de morir. Como pecadores,
merecíamos la sentencia de muerte. No había ninguna manera en que
pudiéramos escapar de la muerte. Pero así como Dios proveyó un sustituto
para tomar el lugar de Isaac, Jesús vino a ofrecerse como el Cordero perfecto
y eterno para morir en nuestro lugar.
¡Todo aquel que está confiando en
Jesucristo quien murió y resucitó por
nosotros, debe alabarlo, exaltarlo y
agradecerlo continuamente! ¡La gracia de
Dios nos ha sido revelada desde el
principio! ¡Gracias a Dios por una nueva
relación en Cristo! ¡Sí! ¡Dios proveyó,
Dios sigue proveyendo y Dios proveerá! 60. Jesús, el cordero de Dios: Mateo 3:11-17; Juan 1:29-34

108
Lección 5
Más figuras y sombras del Antiguo Testamento
que revelan a Jesús: Abraham, Isaac, José, y Moisés
Ya hemos revisado varias historias del libro de Génesis que nos ayudan a
apreciar cómo revelaba Dios muchos aspectos en cuanto al Salvador
prometido que vendría. A través de estas historias, encontramos lo que
podemos llamar “figuras”, “tipos”, “símbolos” o “sombras”. Estos son
eventos, temas, personas y objetos que Dios utilizó en las Escrituras para
ayudarnos a entender con plena claridad acerca del Señor y Salvador que
vendría. Estas figuras, tipos o sombras nos indican verdades relacionadas
con la muerte, sepultura, resurrección y ascensión del Mesías. Además, nos
muestran promesas para los nacidos-de-nuevo. ¿Recuerdan algunas de estas
“sombras” que ya hemos revisado en las primeras lecciones?

Dios le dio a Abraham varias promesas en cuanto al futuro, incluyendo


que por medio de su descendencia, Dios bendeciría a todas las familias del
mundo. ¡Gracias a Dios nosotros entendimos el significado y el valor de
esta promesa! La recibimos y la aceptamos, y ahora somos eternamente
bendecidos en y por medio de Jesucristo que vino del linaje de Abraham.

En esta lección, recorreremos varios cientos de años. Abraham muere y


Dios pasa las promesas a Isaac (Génesis 26:3-4). Seguimos la historia
viendo unos puntos sobresalientes que suceden a partir del capítulo 25
cuando Rebeca, la esposa de Isaac, quedó embarazada de gemelos, Esaú y
Jacob.

La plena confianza en Dios, la gran diferencia entre Jacob y Esaú


A Isaac y Rebeca les nacieron gemelos. Al primero, lo llamaron Esaú, y
al segundo, Jacob. Pasó el tiempo y los niños crecieron. Según las normas,
a Esaú le pertenecían las bendiciones de la primogenitura que incluía
heredar la responsabilidad del liderazgo espiritual de la familia al morir su
padre. También incluía el pacto que Dios había hecho originalmente con
Abraham, y luego heredado a Isaac: el pacto de una nueva tierra, una
gran nación, bendiciones, y el Salvador prometido. Todo lo mencionado
representaba un honor y una gran bendición, pero a Esaú no le interesaba
nada de eso.

109
A diferencia de Esaú, Jacob sí quería, anhelaba y deseaba la bendición de
Dios. Así que, pasando el tiempo, un día Esaú venía del campo con hambre
y encontró a su hermano Jacob
preparando un guiso de lentejas. Esaú
le pidió a su hermano un plato de
comida. Jacob se aprovechó de la
situación y le pidió a Esaú los derechos
de hijo mayor a cambio de la comida. A
Esaú no le interesaban el pacto ni las
promesas, así que se los vendió con
juramento, y así le cedió a Jacob la
19. Esaú vende sus derechos de hijo mayor: Génesis 25:29-34 primogenitura (Génesis 25:29-34).

La verdad es que Dios ya le había dicho a Rebeca cuando todavía estaba


embarazada que “el mayor serviría al menor”, o sea, que el hijo mayor estaría
sujeto al menor. Entonces Rebeca ya había entendido que la bendición
pertenecía a Jacob. Así que, Jacob terminó comprando lo que Dios ya le
había concedido, y Esaú terminó vendiendo lo que en realidad no le
pertenecía. A pesar de las deficiencias de carácter de Jacob, a diferencia de su
hermano, él anhelaba a Dios, creía y quería a Dios. A Esaú no le importaba
nada que tuviera que ver con Dios. La gran diferencia entre los dos hombres
era simplemente que uno confiaba en Dios y el otro no.

El que tiene una nueva relación en Cristo no es “mejor” que otras personas.
La única diferencia entre el hombre salvo y el no salvo es que el hombre salvo
ha puesto su plena confianza en Dios, en Su misericordia y en Sus promesas.
Viendo algunas sombras de Jesús en la historia de la vida de José
La promesa de Dios pasó de Abraham a Isaac y de Isaac a Jacob. Pasando el
tiempo, Dios le cambió el nombre a Jacob y le puso el nombre Israel.
Jacob, ahora llamado Israel, tuvo doce hijos. Uno de sus hijos menores fue
José. ¿Se acuerdan de algunos de los sucesos de la vida de José? Hay
numerosos aspectos de la vida de José que podemos comparar con la vida
de Jesús. Recordaremos solamente seis de ellos:
1. El padre de José lo amaba profundamente. Génesis 37:3 dice que Israel
(Jacob) amaba a José más que a sus otros hijos. En una ocasión,
Jacob mandó a su hijo José a buscar a sus hermanos. Cuando sus
hermanos lo vieron de lejos, hicieron planes para matarlo.

110
Así también Jesús. Jesús fue amado profundamente por Su Padre.
Recordemos que cuando Jesús fue bautizado, al salir del agua, el cielo
se abrió y se oyó una voz de los cielos que decía: “E ste es mi H ijo amado
con quien estoy muy contento”. Jesús fue enviado por el Padre a buscarnos,
encontrarnos y salvarnos, pero la mayoría de las personas lo rechazaron.
No obstante, nosotros lo recibimos con gusto. Ahora que fuimos
encontrados y tenemos nuestra plena confianza en Jesús, Dios nos recibe
como Sus hijos. ¡Por medio de Jesús tenemos una nueva relación en el
Dios de los Cielos!
2. Recordemos que José fue rechazado y despreciado por sus propios
hermanos (Génesis 37:4). Sus hermanos lo odiaban, lo rechazaban, y hasta
lo detestaban.

De igual manera, el Señor Jesús fue rechazado y despreciado por la gran


mayoría de Su propio pueblo. Juan 1:11-12 dice que: “Vino a su propio mundo,
pero los suyos no lo recibieron. P ero a quienes lo recibieron y creyeron en Él, les concedió
el privilegio de llegar a ser hijos de D ios.” ¡El privilegio de tener esta nueva relación
con Dios nos ha sido concedido por la gracia y la misericordia de Jesús!

3. Génesis 37:18-20 nos cuenta los detalles de la ocasión cuando Israel


mandó a José a buscar a sus hermanos. Cuando José los encontró, sus
hermanos lo querían matar, lo sujetaron y lo echaron a un pozo. En esto,
vieron que venía una caravana de comerciantes que iba rumbo a Egipto.
Cuando se acercaron los comerciantes, los hermanos de José lo
traicionaron, negociaron con los comerciantes, y vendieron a José como
esclavo por unas monedas de plata. Así los comerciantes llevaron a José
como esclavo a Egipto y allí lo revendieron (37:25-28).

Del mismo modo, Jesús fue traicionado y vendido. Judas negoció con
los enemigos de Jesús y lo traicionó a cambio de unas monedas de plata.

21. José es vendido como esclavo: Génesis 37:25-28 84. Arrestan a Jesús: Marcos 14:32-72

111
4. En Génesis 39 José fue revendido en Egipto a un funcionario del faraón
llamado Potifar. Recordemos que a pesar de la situación, Dios estaba con
José. Potifar colocó a José como mayordomo sobre toda su casa. Dios
bendijo a José y por medio de José Dios bendijo también la casa del
funcionario egipcio, Potifar. Después de algún tiempo, la esposa de Potifar
intentó tentar y seducir a José, insistiendo que se acostara con ella,
pero José no accedió. José le dijo que no haría algo tan malo y pecar
contra Dios. La esposa de Potifar se molestó y entonces acusó a José
falsamente, y José fue echado a la prisión.

De manera similar, Jesús vino a este mundo para que todo aquel que lo
recibiera, pudiera ser bendecido a través de Él. Antes de iniciar Su
ministerio, Jesús fue llevado al desierto donde Satanás hizo todo lo posible
por tentar a Jesús, pero no encontró forma alguna para hacerle pecar.
Recordemos que poco antes de que Jesús fuera crucificado, fue acusado
falsamente por los líderes religiosos y luego, llevado preso ante Pilato y
Herodes.

5. José fue humillado y echado a la prisión, pero Dios estaba con José.
En poco tiempo, el jefe de la prisión había dejado a todos los demás
presos a cargo de José. Dios siguió bendiciendo a José y por medio de él
bendijo también a los demás presos y al jefe de la prisión. Luego, José
fue llevado ante el faraón quien le pidió a José que le interpretara un
sueño que estaba afligiendo al faraón. Dios le dio a José la interpretación
del sueño del rey. A través de estos y otros eventos más, José fue puesto
como gobernador de todo Egipto, como segundo del rey. Dios bendijo
a todo Egipto y salvó a la gente por medio de José (Génesis 39:20-23,
40:1-23, 41:1-57).

Igualmente Jesús fue humillado y puesto en manos de Sus enemigos,


pero Dios estaba con Él. Aunque lo crucificaron y pensaron que habían
acabado con Jesús, no fue así. Al tercer día después de ser crucificado,
resucitó de entre los muertos. A Jesús le fue dada toda autoridad en el cielo
y en la tierra. Cualquiera que haya puesto su plena fe y confianza en Jesús,
recibirá la salvación y bendición eterna a través de Él.

112
6. A pesar de que José había sido despreciado y rechazado por los suyos,
los egipcios lo recibieron como su jefe y su salvador (Génesis 41:55-57).
Los egipcios fueron salvos de los años de gran escasez y fueron bendecidos
a través de José. Además, José
mandó traer a toda su familia a
Egipto para que vivieran con él y
que juntos pudieran disfrutar de la
generosa provisión de José y del
rey. Los capítulos 42-46 cuentan la
historia. Quizás varios de ustedes se
acuerden de las dinámicas de la
historia y puedan apreciar numerosas
“sombras”, “tipos” o “figuras” que
apuntan hacia Jesús. 22. José y sus hermanos: Génesis 42:6-7

Jesús fue despreciado y rechazado por Su propio pueblo. Sin embargo,


en todo el mundo, gente de otras naciones, lenguas y culturas han
aceptado a Jesús y han puesto toda su fe y confianza en Él, que es el Señor
y Salvador. Además, ahora, un número creciente de la misma nación de
Israel está confiando en Jesús como
el Mesías. Millones de personas de
todo el mundo han reconocido y
recibido a Jesús como el Mesías,
Señor y Libertador. Están confiando
en Él para sus necesidades
cotidianas de esta vida y también
para después de esta vida. Por medio
de todo lo que hizo Jesús, tenemos
esta nueva relación, bendiciones y
90. Jesús asciende al cielo: Hechos 1:9-12 destino eterno en Él.
Hay otras comparaciones más que nos permiten ver algunas sombras de
Jesús en la historia acerca de José. En esta parte vimos solo seis:
1. Ambos fueron amados y enviados por su padre.
2. Ambos fueron despreciados y rechazados por los suyos.
3. Ambos fueron traicionados y vendidos por unas monedas de plata.
4. Ambos fueron expuestos a la tentación y acusados falsamente.
5. Ambos fueron humillados y luego grandemente exaltados.
6. Ambos fueron instrumentos usados para salvar muchas vidas.
113
Otros personajes, eventos, tipos y sombras que apuntan a Jesús.
La vida de Moisés
Concluimos el libro de Génesis con la muerte de José. En el siguiente libro,
Éxodo, nos damos cuenta de que ya había transcurrido mucho tiempo
desde que Israel llegó a Egipto. José, sus hermanos y toda esa generación
habían muerto. En este tiempo, subió al poder de Egipto otro rey que no había
conocido a José. Este nuevo rey tuvo miedo de los israelitas. Entonces, para
controlarlos, los hizo esclavos y los trató con crueldad. Pasando el tiempo,
Dios escogió a Moisés para liberar al pueblo de la esclavitud de Egipto y
llevarlo a la tierra prometida.

Dios diseñó las Escrituras de manera que desde el principio nos revelaran y
señalaran a Jesús como el Mesías. Hay numerosos aspectos de la vida de Moisés
que podemos comparar con la vida de Jesús. Repasaremos solamente seis:
1. Recordemos que cuando nació Moisés, él estaba en peligro de muerte por
un decreto que el faraón había hecho que decía: “Echen al río a todos los niños
hebreos que nazcan, pero a las niñas déjenlas vivir” (Éxodo 1:22).
De igual manera, al nacer Jesús, Herodes “mandó matar a todos los niños varones
de dos años para abajo que vivían en B elén y sus alrededores…” (Mateo 2:16).

24. El nacimiento de Moisés: Éxodo 2:1-10 54. El nacimiento de Jesús: Lucas 2:1-7

2. Moisés nació en una familia de padres hebreos. Según el decreto del


faraón, Moisés debía haber sido echado al río. Sin embargo, como infante,
Moisés fue escondido entre los juncos al lado del río y allí la hija de faraón
lo encontró. Moisés fue sacado de las aguas, del mismo lugar donde debería
haber muerto (Éxodo 2:10). La hija de faraón adoptó a Moisés y, por lo
tanto, vivió como hijo de una “madre” que no era su madre biológica. A
través de Moisés, Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud. Además,
Dios por su poder hizo pasar a la gente de Israel a través del Mar Rojo.
114
El pueblo cruzó en seco y alcanzó llegar al otro lado, mientras que los
egipcios que los perseguían murieron ahogados.

Del mismo modo, Jesús vino a este mundo, siendo el Hijo del Padre
Celestial. En Su condición humana, Jesús nació de una mujer, que no era
su madre en el sentido natural de una relación entre un hombre y una
mujer. Jesús fue liberado de la masacre, fue sacado del mismo lugar donde
según el decreto de Herodes debía haber sido asesinado (Mateo 2:13-15).
Luego Jesús, como hombre, después de haber sido crucificado, fue
resucitado de entre los muertos para que a través de Él, Dios pudiera
liberar y salvar a muchos. A través de Jesús, Dios trajo la salvación, el
perdón del pecado y la libertad del juicio para el pueblo de Israel como
también para el mundo entero. Además, a través de Jesucristo, Dios nos
ha hecho pasar de una muerte y separación eterna a cruzar al otro lado
del juicio, alcanzando la salvación y una nueva relación en Jesús.

3. Cuando Moisés ya fue adulto, recordamos que él intentó ayudar al


pueblo hebreo y que su mismo pueblo lo rechazó (Éxodo 2:11-14).
Aunque ellos habían despreciado y rechazado a Moisés, más tarde Dios
lo envió como jefe y libertador del pueblo. (Nota para los maestros:
Hechos 7:17-37 da detalles de esta y de otras historias aquí mencionadas.
No debemos enseñar esta parte de Hechos aquí, pero lo mencionamos para
su referencia personal).

Así mismo, Jesús fue despreciado y rechazado por su propio pueblo.


No lo aceptaron como el Salvador que Dios había prometido.
No obstante, Dios lo envió para que fuera Jefe, Libertador, Señor,
Salvador y Fuente de Vida Eterna para todo el mundo.

4. Moisés, cuando ya fue hombre, no quiso llamarse hijo de la hija del


faraón. Prefirió ser maltratado y sufrir la deshonra que algún día el Mesías
sufriría, que gozar por un tiempo los placeres, las comodidades y las
riquezas de Egipto. Recordemos que por fe, Moisés regresó a Egipto.
Volvió sin miedo desde el desierto, firme en el propósito que Dios le
había dado de levantar al pueblo de su opresión, liberar y sacar a la gente
de la esclavitud.
Eso nos recuerda a Jesús. Jesús también tomó la actitud de siervo.
Jesús hizo a un lado lo que le era propio, y tomando naturaleza de siervo,
nació como hombre. Se humilló a sí mismo y fue a la muerte para
115
ofrecernos la salvación. Jesús siguió firme en Su propósito de ser levantado
de varias maneras. Primero fue levantado para morir en la cruz, luego
levantado de entre los muertos, y después levantado para reinar por
siempre como Señor y Salvador.

5. Cuando Moisés estaba en el desierto, el Señor se le apareció en una llama


de fuego, en medio de una zarza
(Éxodo 3:1-12). Dios le dijo a Moisés
que Él mismo había bajado para
salvar al pueblo de la esclavitud y
llevar al pueblo a la tierra prometida,
pero que quería enviar a Moisés
como Su instrumento. Dios le daría
la dirección, guía e instrucciones
necesarias para lograr la tarea. Dios le
dijo a Moisés: “Yo estaré contigo…”. 25. Dios llama a Moisés: Éxodo 3:1-12

Jesucristo fue designado y señalado como el Libertador, Señor y Salvador


del mundo. Jesús vino a este mundo para salvarnos de la esclavitud y de
la consecuencia del pecado. Se entregó como Instrumento de reconciliación
entre el hombre y Dios para que el hombre pudiera recobrar la relación
de unidad con y en Dios. Jesús nos encargó el privilegio de llevar Su
Mensaje a otros que no lo conocen. Antes de Su ascensión, Jesús se acercó
a los discípulos y les dijo que Dios
le había dado toda autoridad en el
cielo y en la tierra. Por lo tanto,
encargó a sus discípulos que fueran
a las gentes de todas las naciones y
que hicieran discípulos en todo
lugar. Les dijo casi lo mismo que
le había dicho a Moisés aquel día:
“Por mi parte, yo estaré con ustedes todos
90. Jesús asciende al cielo: Hechos 1:9-12 los días, hasta el fin del mundo”.

6. En esa conversación que tuvo Dios con Moisés frente a la zarza ardiente,
Moisés le preguntó a Dios cómo debería responder a los israelitas si le
preguntaban quién lo había enviado. Dios le contestó que debería decirles:
“Y dirás a los israelitas: “YO SOY me ha enviado a ustedes” (Éxodo 3:12-15).

116
El nombre “YO SOY” quiere decir que Él es el Todopoderoso, Creador,
Señor, Altísimo y Eterno Dios.

Un día Jesús estaba discutiendo con los judíos que lo acusaron de tener
un demonio. Jesús les estaba explicando acerca de la eternidad cuando
les dijo que Él existe desde antes de Abraham, aunque Abraham había
vivido casi 2.000 años antes. Los judíos querían apedrear a Jesús en ese
mismo instante porque entendieron que Jesús estaba diciendo que Él
mismo era Dios. Jesús les dijo: “Les digo la verdad, antes de que Abraham naciera,
YO SOY”. Aunque ellos no querían aceptarlo, Jesús les estaba declarando
que Él mismo era el Todopoderoso, Creador, Señor, Altísimo y Eterno
Dios (Juan 8:48-59).

Todo aquel que ha confiado plenamente en el Gran YO SOY como


Señor y Salvador ha pasado de la esclavitud a la libertad y de la
condenación a la justificación. Aquel que ha nacido de nuevo ha pasado
del juicio al perdón, y también de una relación en eterna separación a una
nueva relación en Cristo, el Libertador prometido.

Hay otras comparaciones que nos permiten ver algunas sombras de Jesús en
la historia de Moisés. En esta parte revisamos solo seis:
1. Ambos nacieron en peligro de ser asesinados por decreto.
2. Ambos, cuando eran bebés, fueron sacados y librados del peligro de muerte
y luego ambos fueron criados por “padres prestados”.
3. Ambos fueron rechazados por su propio pueblo y también ambos fueron
enviados a salvar a su pueblo.
4. Ambos renunciaron a lo que era suyo, tomaron una actitud de siervo y
fueron firmes en el propósito de liberar a la gente.
5. Ambos fueron enviados como instrumentos de salvación.
6. Ambos fueron guiados, dirigidos y enviados por el Gran YO SOY.

Ahora que nosotros hemos puesto nuestra plena confianza en el Señor Jesús,
tenemos una nueva relación con el Todopoderoso, Creador, Señor, Altísimo
y Eterno Dios. Pero no sólo eso.

117
Ahora como discípulos de Jesús, tenemos el gran privilegio y la bendición
de ser enviados por Jesús con el
propósito de hacer discípulos de Él y
compartir Su Mensaje con las demás
personas. Jesús sigue teniendo toda
autoridad en el cielo y en la tierra y nos
ha enviado a hacer discípulos a todas
las naciones. Dios quiere que muchas
personas más se salven y entren en una
nueva relación en Cristo. Jesús dijo:
Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los
días, hasta el fin del mundo. 90. Jesús asciende al cielo: Hechos 1:9-12

118
Lección 6
Para los que están en Cristo, el juicio ha pasado de largo
¿Recuerdan la enseñanza de la Etapa 1, en la que estudiamos cuando Moisés
regresó a Egipto para liberar al pueblo de Israel? Dios usó a Moisés, pero fue
Dios quien envió las grandes plagas sobre Egipto. A través de esas plagas,
el Señor nos mostró que hacía una diferencia entre Su pueblo y el pueblo
egipcio. Cuando llegó el momento, Dios dictó sentencia contra todos los falsos
dioses de Egipto. Dios envió nueve plagas sobre el país que no afectaron en
nada a los israelitas mientras estas plagas azotaban a los egipcios. Los israelitas
no pudieron atribuirse ningún crédito en esto, ni tuvieron participación alguna
en lo que hizo Dios para marcar esa distinción entre Su pueblo y los demás.

Nueve plagas y una distinción marcada en la humanidad


Dios envió nueve plagas sobre la tierra de Egipto. El agua se convirtió en
sangre, se llenó la tierra con ranas, mosquitos, moscas y langostas, y la gente
se llenó de llagas. El granizo destruyó las cosechas, la peste mató al ganado,
y una gran oscuridad descendió sobre el país por tres días. Sin embargo,
esas plagas no afectaron a los israelitas ni a sus tierras. Así Dios marcó una
distinción entre Su pueblo y el pueblo de Egipto.

Algún día este mundo será juzgado. Dios ya ha marcado una distinción
entre los que son condenados y los que no. Nosotros, los que hemos confiado
en Jesús, somos como los israelitas, en que Dios los mantuvo a salvo de las
plagas. Debemos recordar que nuestra salvación es solamente por la gracia
y la misericordia de Dios. Nosotros no tenemos mérito, ni participación
alguna en nuestra salvación. Lo único que nos diferencia de los demás es
que hemos confiado plenamente en el sacrificio y la sangre inocente de Jesús
que tomó nuestro lugar de juicio y condenación. Es Dios, y solamente Él,
quien ha hecho una distinción entre nosotros y cualquier otro.

La décima plaga
Ya hemos visto que Dios cubrió a Adán y Eva con
ropas hechas de pieles de animales inocentes
sacrificados.

7. Adán y Eva expulsados del huerto:


Génesis 3:22-24
119
Luego, Abel fue aceptado junto con su ofrenda: fe, sacrificio y sangre.
Noé y su familia fueron salvos por entrar al arca por la única puerta que
Dios había provisto en Su gran diseño de salvación. Y Dios proveyó un
carnero sustituto para tomar el lugar de Isaac.

8. Caín y Abel traen ofrendas a Dios: 11. El sacrificio de Noé y el arco iris: 18. Dios pone a prueba la fe de
Génesis 4:2-5 Génesis 8:20, 9:13 Abraham: Génesis 22:9-13

Hemos visto muchas veces que estos principios se repiten desde el inicio
de la historia. Ahora, en Egipto, Dios estaba por hacer algo todavía más
revelador. Haría algo que resaltaría la salvación a través de la provisión de
Dios y estos tres elementos: la fe, el sacrificio y la sangre. Dios ya había enviado
nueve plagas sobre Egipto, pero enviaría una más. Esta décima y última plaga
era la muerte de los primogénitos. En esta décima plaga, Dios liberaría a
Su pueblo por medio de la Pascua. En este evento histórico, encontramos
una sombra como eterna representación. Es la sombra que nos muestra la
salvación y el significado de la vida, muerte y resurrección de Jesús.

27. La Pascua: Éxodo 12:1-7 87. Jesús es crucificado: Marcos 15:21-41 88. La resurrección de Jesús: Marcos 16:1-8

Una fiesta establecida para ser celebrada por la eternidad


Éxodo 11:1, 4-5 y el capítulo 12, (12:1-37) nos cuentan lo que sucedió.
Dios dio instrucciones específicas a Su pueblo de lo que debían hacer.
Las familias de Israel debían tomar un cordero, sacrificarlo y untar la sangre
del inocente por todo el marco de las puertas de sus casas. El Señor dijo
que la sangre les serviría para señalar sus casas. La sangre era la señal de su fe.
Al pasar el juicio de muerte sobre Egipto, Dios vería la sangre del inocente
sacrificado y el juicio pasaría de largo por esas casas.
120
Conforme avancemos en la historia de la Pascua, veremos algunas de las
numerosas figuras, tipos o sombras que reflejan y revelan la obra salvadora
de Jesús. Entenderemos mucho mejor estos aspectos más adelante en la
enseñanza y serán de gran bendición para nuestras vidas.

La primera Pascua en Egipto y la nueva Pascua de Jesús recordada


en la Cena del Señor
La salvación de la gente establecería un nuevo punto de partida que el pueblo
debía recordar y celebrar por toda la eternidad.
En varias ocasiones, Dios les repitió cuán importante
era que siguieran recordando lo que Dios había
hecho por ellos en la Pascua (Éxodo 12:14, 17, 24,
25). Hasta el día de hoy, los israelitas siguen
celebrando la Pascua, recordando la liberación de su
pueblo de Egipto hace ya casi 3.500 años. 27. La Pascua: Éxodo 12:1-7

Nosotros, los nacidos-de-nuevo, entendemos que la Pascua en Egipto era una


importante sombra que apuntaba a la liberación que Jesús daría a favor de
muchos. Es la Pascua de Jesucristo, el Cordero de Dios, que marca “nuestro
éxodo” de la esclavitud del pecado para iniciar nuestra nueva vida de libertad
y nueva relación en Cristo.

En la última cena de Pascua que Jesús celebró con Sus discípulos, Jesús
sabía que ya había llegado Su momento. Sabía que, dentro de poco tiempo,
Él mismo sería ofrecido como el último y el
único sacrificio necesario. Los discípulos de Jesús
todavía no habían entendido con claridad lo que
estaba ocurriendo. No obstante, Jesús estaba ya
completamente enfocado en Sus últimos pasos que
82. La cena del Señor:
lo dirigían hacia donde se entregaría para ser
Marcos 14:1-2, 10-31 sacrificado a favor de la humanidad.

Hagan esto en memoria de Mí. Una cena para celebrar nuestra salvación
En la primera Pascua, Dios le dijo al pueblo que debía seguir recordando y
celebrando la Pascua con una gran fiesta en honor del Señor como
“recordatorio” o “fundamento” permanente y eterno. Fue en la misma
fecha de la primera Pascua, que años después, Jesús mandó a Sus discípulos
que prepararan la última cena de Pascua que Él celebraría con ellos.
Cuando estaban a la mesa, Jesús se quedó mirando a Sus discípulos y les dijo:
121
“¡Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte!”
(Lucas 22:15). Durante la cena, Jesús tomó el pan y lo partió mientras
explicaba a sus discípulos que Él sería el Sacrificio entregado a muerte en
favor de ellos. Lo mismo hizo con la copa de vino, diciéndoles que Su sangre
sería derramada en favor de ellos. Una vez más, los tres elementos de la
salvación se hicieron evidentes: fe, sacrificio y sangre.

Fue ese el momento en que se estableció lo que hoy, conocemos como


“La Cena del Señor”. Jesús exhortó a los discípulos a seguir celebrando esta
cena, pero de allí en adelante, acordándose de Él y de lo que Él hizo para
ofrecernos el perdón de pecados y la restauración de la relación entre el
hombre y Dios. Les dijo: “Hagan esto en memoria de mí”.

Más adelante, entenderemos esta parte con mayor claridad. Tendrá un


significado mucho más profundo y será de gran bendición para cada uno
de nosotros.
La Pascua, una sombra del Cordero de Dios que habría de venir
Hay numerosos aspectos de la Pascua que sirven como sombras que señalan y
apuntan hacia el Salvador que habría de venir. Repasaremos solamente seis de
ellos:

1. Dios instruyó al pueblo israelita que debía escoger un cordero o un cabrito


por familia. Les indicó que cuatro días antes de la Pascua, debían escoger
el animal inocente para el sacrificio a su favor (Éxodo 12:3).
Jesús fue escogido por Dios como el Cordero perfecto para nuestra
salvación. Jesús entró a Jerusalén en esas mismas fechas unos días antes
de la Pascua, montado en un burro mientras mucha gente salió a recibirlo
gritando: “¡Gloria! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el Rey de
Israel!” Ni siquiera los discípulos de Jesús
entendieron lo que estaba pasando o por qué.
Pero después, cuando Jesús resucitó, se
acordaron de todo lo que había acontecido. La
preparación de los corderos de la Pascua en
Egipto era una sombra de lo que le ocurriría a
Jesús, el Cordero que quita el pecado del mundo
(Juan 12:1, 9-13, 16-19). 81. Jesús entra en Jerusalén:
Marcos 11:1-10

2. Dios les dijo que el animal debía ser macho de un año (maduro, fuerte y
en la flor de la vida) (Éxodo 12:5).
122
Vemos a Jesús en las sombras o figuras de estas instrucciones. Fue el
Cordero de Dios que se presentó en este mundo como hombre y fue
crucificado en la flor de Su vida terrenal.
3. Además, Dios les dijo a los israelitas que el animal inocente, escogido para
el sacrificio, debía ser sin defecto (Éxodo 12:5).
El Señor Jesús fue perfecto y sin pecado. Nació en este mundo desligado
del pecado y vivió una vida sin falta alguna. Jesús fue el Cordero sin defecto.

4. A los israelitas se les instruyó que guardaran el cordero por cuatro días antes
de matarlo (Éxodo 12:6).
Jesús fue “guardado” hasta el momento establecido por Dios. Jesús fue
encontrado perfecto ante Dios. Cuando llegó el momento que Dios había
señalado, Jesús, el Cordero de Dios, fue levantado en sacrificio para que
todo el que cree en Él tenga vida eterna.
5. En el momento señalado, el animal tendría que morir. Los israelitas
tendrían que matar al “inocente”. La fe y la esperanza de la gente no
descansaban en el animalito sino en Dios mismo. Sin embargo, se
demostraría su fe en Dios al presentar la sangre derramada del inocente
sacrificado. Además de esta y otras instrucciones, Dios ordenó a los israelitas
que no quebraran los huesos del inocente sacrificado (Éxodo 12:6, 46).
Jesús tuvo que morir y luego fue resucitado y de esta manera, vencer y
derrotar la maldición de la muerte. La salvación eterna de la humanidad
tiene su fundamento en la Pascua de Jesús; en la muerte y resurrección de
Jesucristo. Los objetos religiosos, amuletos, cruces, velas y cualquier otra
cosa, no ayudan en nada a la salvación del hombre. El hombre no puede
ayudar, ni colaborar con Dios en la obra de salvación.

La salvación depende exclusivamente de Jesús, Su sacrificio y Su sangre


derramada a favor de todo aquel que deposite en Él su plena confianza y fe.
La instrucción que Dios les dio a los israelitas de no quebrar los huesos
del inocente sacrificado, se cumplió en Jesús el día de la crucifixión.
Los soldados romanos fueron a quebrarles las piernas a Jesús y a los
otros dos hombres crucificados junto a Él. Los soldados quebraron las
piernas de los dos convictos, pero al acercarse a Jesús, vieron que ya estaba
muerto y no le quebraron las piernas (Juan 19:31-36).

123
6. Dios instruyó al pueblo de Israel diciendo: “Tomarán luego la sangre del animal
y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa…”. Luego les dijo que la
sangre serviría para señalar las casas donde se encontraban. Al llegar el
juicio, el Señor vería la sangre y pasaría de largo. La sangre en los marcos
de sus puertas identificaría a los que estaban confiando en el sacrificio
provisto para su liberación. De esta manera Dios libraría a la gente,
y una vez más, los tres elementos de la salvación se harían evidentes:
fe, sacrificio y sangre (Éxodo 12:7, 13, 23).

27. La Pascua: Éxodo 12:1-7 87. Jesús es crucificado: Marcos 15:21:41

A pesar de que el Señor Jesús vino a morir por toda la humanidad, no todas
las personas son salvas. Un día el juicio de Dios vendrá sobre este mundo,
pero para los que hayan confiado plenamente en Dios y estén identificados
con la sangre de Su Cordero (Jesucristo), el juicio de Dios pasará de largo.
La sangre de Jesús servirá para señalar a los que están confiando en Dios,
a la manera de Dios, no solo creyendo en la existencia de Él o creyendo de
acuerdo a sus propios pensamientos.
Así el sacrificio y la sangre del Señor Jesús cubre y quita todo pecado,
falta y culpa de los que en Él confían, y el juicio final pasará de largo.
Nosotros hemos confiado en Dios a la manera de Él. Nuestro pecado,
culpa y juicio fueron llevados por Jesús en la cruz y fueron sepultados
con Él. En Su resurrección, fuimos resucitados y justificados por y en
Jesús. El juicio eterno pasará de largo para todo aquel que ha nacido de
nuevo en Jesucristo.

A través de Jesucristo tenemos nuestra liberación, nuestra guía y


nuestra provisión
Cuando Dios liberó a los israelitas de la esclavitud, no les dio un GPS o un
mapa hacia la tierra prometida y Sus mejores deseos para que tuvieran suerte
en su viaje. Dios había sacado a la gente de la esclavitud, pero ahora, el pueblo
necesitaba que Dios lo llevara a la tierra prometida.
124
Dependerían de Dios tanto para encontrarse FUERA de la esclavitud como
también para hallarse DENTRO de la libertad. “Ser libre de la esclavitud” es
una cosa, pero dejar de ser esclavo es otra, y es mucho mejor. El propósito de
Dios no era solo sacarlos “FUERA” de la esclavitud, sino también llevarlos
“DENTRO”, a una relación especial con Él.
La continuación de la historia revela a través de sombras y figuras, un
sinnúmero de verdades que nos muestran las profundas bendiciones que
tenemos en Jesús, además de otras lecciones importantes para nuestras vidas.
La historia de la liberación del pueblo de Israel nos enseña lecciones muy
importantes para nuestras vidas. Por un lado, la historia nos muestra la gran
bendición de la salvación. Por otro lado, nos muestra la gran importancia de
aprender cómo vivir como personas salvadas. Más adelante en la historia,
vemos que aunque el pueblo de Israel ya no estaba en la esclavitud, los
preceptos de la esclavitud aún estaban en el pueblo.

Puede pasar algo parecido con nosotros, por lo que debemos recordar que
nuestra nueva vida en Jesucristo no está relacionada solamente con la liberación
de la perdición, sino también con nuevos propósitos, valores y convicciones en
Cristo. Debemos ser sabios y aprender a vivir correctamente como personas
liberadas. El hombre sabio buscará a Dios y dependerá de Él para saber cómo
vivir FUERA de la esclavitud y también cómo disfrutar la vida DENTRO de
la libertad. Ahora que somos perdonados y salvos en Jesucristo, necesitamos
aprender a vivir esta nueva vida confiados en la guía y provisión de Dios.
Guiados por Dios por medio de una gran columna de nube y de fuego
Dios había liberado a Su pueblo y ahora, Él los iba guiando. Durante el
día Dios guiaba al pueblo a través de una gran columna de nube, y durante la
noche por una gran columna de fuego (Éxodo 13:20-22). ¡Imagínese lo que
pensaba la gente! ¡Para el pueblo, su liberación de la esclavitud parecía
imposible, pero la estaban viviendo en carne propia! Es interesante que pronto
Dios llevaría al pueblo a una nueva situación que les parecería igualmente
imposible. Dios los llevó a orillas del Mar Rojo, sabiendo que tras ellos venía
el ejército de faraón.
Dios quería mostrarles a los israelitas, que así como ellos necesitaron a Dios
para ser liberados de la esclavitud, igualmente, lo necesitarían para vivir y
disfrutar la vida de libertad. Dios quería enseñarle a la gente a crecer y a
madurar en su fe. Cuando vieron que el ejército venía tras ellos y que se
encontraban atrapados, el mar por un lado y el ejército egipcio por el otro,
125
se quejaron contra Moisés diciendo que él los había sacado de Egipto solo
para hacerlos morir en el desierto (Éxodo 14:9-12). A veces nosotros
también podemos sentirnos atrapados, angustiados, frustrados o sin salida.
Dios quiere enseñarnos que de la misma manera en que Él fue fiel en
salvarnos, Él será fiel en guiarnos por buen camino en esta vida y para
siempre por medio de nuestra nueva relación en Cristo.
El pueblo de Dios bautizado en la nube y en el mar
Recordemos que Dios abrió el mar para que pasaran los israelitas entre dos
murallas de agua. Los que pertenecían a Dios cruzaron el mar en seco.
Persiguiéndolos, el ejército de faraón también entró
al mar, pero se quedó ahogado y sepultado en las
aguas. Así que, los israelitas se identificaron en
la guía de Dios, en la columna de nube y de fuego, y
también en el “sepulcro” del mar por donde Dios
los hizo pasar a salvo. Este relato es una sombra o
29. Los israelitas cruzan el Mar Rojo:
figura de nuestra salvación y nueva vida en Cristo.
Éxodo 14:13-22 Lea Éxodo 14:13-14, 21-22, 26-31.
Gracias a Dios que a través de Jesús, nosotros también hemos salido de
la esclavitud y hemos pasado de muerte a vida, siendo guiados por Su
Espíritu Santo. Estamos identificados con el Espíritu Santo, nuestro guía.
Igualmente, estamos identificados en la muerte y la resurrección de Jesús por
medio de las cuales Dios nos hizo pasar a salvo. Aunque en ocasiones
tengamos luchas, o seamos débiles en nuestra fe como les ocurrió a los
israelitas; si nosotros seguimos avanzando bajo la guía de Dios, veremos que
Dios es siempre fiel.
Un nuevo canto. Una alabanza de gratitud
Aquel día, el Señor “sepultó” tanto la esclavitud de Su pueblo como al
enemigo que lo perseguía. El pueblo respondió entonando una alabanza para
agradecer a Dios. Lea Éxodo 15:1-6. De igual manera, nosotros debemos
componer alabanzas que nacen de nuestro corazón para alabar a Dios por
todo lo que Él ha hecho por nosotros, liberándonos de la muerte y de la
separación eterna. ¡Es de gran bendición cantar nuestras propias alabanzas
a Dios por todo lo que Él ha hecho!
La fiel provisión de Dios
Es increíble, qué tan rápido y frecuente los israelitas se olvidaron de la fiel
provisión de Dios a su favor. En vez de pedirle a Dios lo que necesitaban y
darle las gracias, vez tras vez optaron quejarse contra Moisés. Cuando les faltó
126
alimento y agua murmuraron contra Moisés. Pero, cada vez, Dios fue fiel y les
dio lo que necesitaban. Dios los amaba y quería que la gente aprendiera a seguir
confiando plenamente en Él en cada momento, circunstancia y situación.
Dios quiere lo mismo para nosotros. Debemos madurar, crecer en nuestra fe
y aprender a confiar plenamente en Él sin importar lo difícil que sea nuestra
situación.
Dios proveyó pan del cielo
Parte de la provisión de Dios para la gente fue que
les dio pan del cielo. Dios proveyó para cada
necesidad de Su pueblo. A la vez, Dios quería
enseñar a la gente que viera Su fidelidad y gracia
renovadas para con ellos todos los días.
Lea Éxodo 16:11-20. 30. La provisión de Dios para los
israelitas: Éxodo 16:4-16

¿Se acuerdan cuando Jesús hizo el milagro de la alimentación de varios


miles de personas con tan solo unos cuantos pescaditos y panecillos? Al día
siguiente, algunos fueron a buscar a Jesús. Estaban asombrados a causa de
los milagros que Jesús hacía. Jesús aprovechó la oportunidad para hablarles
sobre la diferencia que hay entre el pan material y el pan espiritual que da vida
eterna. Les dijo que ese pan que da vida era Él mismo. Les explicó, que como
Dios había provisto pan material del cielo para los israelitas en el desierto,
así Él era el pan espiritual que había bajado del cielo.
Además, les dijo que todos los que lo vieran como
tal, y confiaran en Él, recibirían la vida eterna y serían
resucitados en el día final. Todo aquel que se
apropia de Jesús como el Pan que da vida eterna,
tiene una nueva relación con el Dios verdadero que
71. Jesús da de comer a más de
5.000 personas: Juan 6:1-35 lo envió. Lea Juan 6:25-40.

Dios proveyó agua de la roca


Más adelante, en su viaje por el desierto, los israelitas
necesitaron agua. Otra vez no quisieron pedirle a
Dios con gratitud, sino que prefirieron quejarse
contra Moisés. Dios le dijo a Moisés que en presencia
del pueblo, golpeara con su vara la roca que Dios
le mostraría. Dios proveyó agua de la Roca en
abundancia para todo el pueblo. Lea Éxodo 17:1-6. 31. Agua de la roca: Éxodo 17:5-7

127
Jesús es el Pan de vida y también es la Roca de la cual brota el agua de la vida
eterna. Así como Moisés golpeó la roca en el desierto y de esa roca brotó agua
para todo el pueblo de Israel, Jesús también fue severamente golpeado,
sufriendo en nuestro lugar y por nuestra culpa. Por la misericordia de Dios, a
través de Jesucristo quien es la Roca Eterna, brotó agua de vida eterna para
todos los que confían en Él. Jesús fue cruelmente golpeado y llevó sobre sí
nuestras culpas y nuestra condenación. Por las misericordias de Jesucristo,
nuestra Roca, hemos recibido el agua de vida eterna.

¿Se acuerdan cuando Jesús habló con la mujer


samaritana junto al pozo? Jesús le habló sobre el
agua que satisface la sed física y también del agua
que satisface la sed espiritual. Jesús le dijo que el agua
que Él ofrece es el agua que brota en la persona
64. Jesús y la mujer de Samaria: como un manantial de vida eterna. Lea Juan 4:4-24.
Juan 4:1-26

La Roca y el Agua de donde viene la vida eterna


Muchísima gente pasa por este mundo buscando llenar el hueco y el vacío
en su vida. Por medio de un sinfín de cosas, el ser humano busca y anhela
profundamente darle sentido y propósito a su vida. Sin embargo, el único
que puede llenar el vacío del hombre, darle sentido y propósito a su vida y
satisfacer su necesidad, es Jesucristo. Él es la Roca eterna por medio de la
cual recibimos el perdón de pecados, reconciliación, aceptación y la vida eterna.
Respecto a todas estas cosas, Jesús dijo que los que le buscan nunca
tendrán hambre y los que confían en Él nunca tendrán sed. Lea Juan 6:35.

Para los que estamos en Cristo, la condenación ha pasado de largo


(Romanos 8:1). Debemos recordar continuamente todo lo que Él ha hecho
por nosotros y celebrarlo eternamente. Dios nos hizo pasar a salvo por un
camino que para nosotros era imposible. Seguimos adelante plenamente
identificados en Jesucristo, en Su muerte y también en Su resurrección.
Él logró nuestra liberación, y Él nos sigue dando Su guía y provisión.
Jesucristo es el Pan del cielo, el Agua de vida, y la Roca de nuestra salvación.
¡Canten al Señor una canción nueva, pues ha hecho grandes maravillas!

128
Lección 7
De la esclavitud a la tierra prometida
Lecciones para los nacidos-de-nuevo
Israel había sido testigo de la gracia y las maravillas de
Dios. A través de las primeras nueve plagas, vieron
que Dios hizo distinción entre el pueblo de Dios y las
demás personas. En la décima plaga, los israelitas
manifestaron su fe en Dios y en Su plan para sacarlos
de la esclavitud mediante la Pascua: el sacrificio y la 27. La Pascua: Éxodo 12:1-7
sangre de un inocente que los identificaba con el
Libertador. En el transcurso de unos cuantos meses,
vieron las grandes maravillas de la mano de Dios.
Dios los había hecho pasar por el Mar Rojo entre dos
murallas de agua. Durante el día Dios los había guiado
por medio de una gran columna de nube, y de noche
por una gran columna de fuego. La gente había 29. Los israelitas cruzan el Mar Rojo:
Éxodo 14:13-22
recibido la provisión milagrosa de comida y agua de
parte de Dios. Así que, de esta manera Dios llevó a
los israelitas al Monte Sinaí.

La ley perfecta, de un Dios perfecto, entregada a


un pueblo imperfecto 30. La provisión de Dios para los
En la Etapa 1, revisamos la historia del pueblo de israelitas: Éxodo 16:4-16

Israel frente al Monte Sinaí. Lea Éxodo 19:1-8. Allí


Dios le recordó a la gente Su gran fidelidad, y luego
les dijo que si lo obedecían y cumplían Su pacto en
todo, serían Su pueblo preferido entre todos los
pueblos. La respuesta de la gente fue muy positiva y
sincera. Ellos respondieron con confianza que harían 31. Agua de la roca: Éxodo 17:5-7
todo lo que el Señor les había ordenado. Sin embargo,
a pesar de la respuesta favorable del pueblo y aunque
creían y tenían su fe en Dios; su confianza estaba en
sí mismos para obedecer a Dios. Realmente confiaban
en sus propios esfuerzos y en su propia capacidad
para ganar la aceptación de Dios. 32. Los israelitas llegan al
Monte Sinaí: Éxodo 19:12-25

129
Entonces recordemos que unos pocos días después de haberse
comprometido a cumplir todas las instrucciones de Dios para su propio
bienestar, perdieron la paciencia. Mientras Moisés estaba en el Monte Sinaí
recibiendo las tablas de la ley, el pueblo había
recurrido a hacer una imagen, un “diosito”
como los que habían visto en Egipto. Con la
ayuda de Aarón, elaboraron un becerro de oro
y se pusieron a adorarlo en una vergonzosa
fiesta inmoral. El pueblo no fue capaz de
cumplir ni siquiera los primeros puntos de la
ley de Dios por unos cuantos días, ¡y nosotros
tampoco podemos! 33. El becerro de oro: Éxodo 32:1-20

Hay numerosos aspectos importantes que debemos recordar respecto a la


ley que Dios dio al pueblo. Repasamos aquí solo cinco puntos:
1. Toda la ley se relaciona con dos enfoques y propósitos: amar a Dios y amar
al prójimo (Mateo 22:34-40).
2. Debemos estar siempre conscientes de que hay una relación entre la
humildad, el amor, la gracia y la fe. Así mismo, hay una relación entre el
orgullo, la arrogancia, el legalismo y la religiosidad. Dios nos llama a tener
una actitud de humildad y seguir creciendo en amor, gracia y fe. No
debemos ser orgullosos, legalistas, arrogantes ni egoístas.
3. La ley servía, y todavía sirve para dirigirnos a Dios. Pero, la ley por sí misma
no puede llevar a la persona hacia Dios; y por supuesto, ninguna persona
es capaz de cumplir la ley. El hombre debe aprender esta gran lección.
Podemos comparar la ley con una lámpara en plena oscuridad. La lámpara,
por sí misma, no puede guiar a nadie a algún destino. Más bien, la lámpara
sirve solamente para alumbrar, tanto el lugar donde se encuentra el
individuo como el camino por donde debe andar. La ley alumbra y revela
nuestra miseria y nuestra condición de pecadores incapaces. Al mismo
tiempo, la ley alumbra la provisión de Dios para resolver el problema del
hombre y le señala el rumbo hacia el Cordero perfecto que es Jesucristo.

4. Dios no declarará a nadie libre de culpa por haber cumplido la ley, ya que
la ley solamente sirve para hacernos saber que somos pecadores. La ley
sirve para hacernos ver lo lejos que estamos de amar de todo corazón a
Dios y a nuestro prójimo (Romanos 3:20 y Hebreos 10:1).
130
5. Aunque la ley exigía la perfecta obediencia del hombre, el propósito de la
ley no era llevar al hombre a ser aceptado delante de Dios por medio de sus
propios esfuerzos; sino más bien, era para dirigir al hombre a la gracia de
Dios. Todo lo que la ley dice es bueno y perfecto y revela nuestra
imperfección. Como un espejo nos muestra nuestra condición externa, de
igual manera, la ley nos muestra nuestra condición interna. Dios no declarará
a nadie libre de culpa por haber cumplido la ley, porque para el hombre es
imposible cumplirla. No obstante, la ley sirvió y todavía sirve para hacernos
saber que somos pecadores y reconocer nuestra necesidad delante de Dios.
La ley se cumplió en Jesús
En Jesús, se cumplió toda la ley. En Jesucristo hallamos la obediencia perfecta
y el amor perfecto de Dios. Lo que nosotros no podíamos lograr, ni podemos
alcanzar, Jesús lo cumplió. Como en nuestra ilustración de la lámpara, la ley
que le fue entregada a Moisés tenía el propósito de alumbrar y revelar lo que
somos y mostrarnos nuestra necesidad. A la vez, servía para alumbrar la
provisión de Dios para la humanidad. Jesucristo es tanto la luz como la vida
para todo aquel que cree en Él. Hemos sido justificados por la perfecta
obediencia y el perfecto amor de Jesús. Ahora, como nacidos-de-nuevo,
no debemos tener tanta necesidad de leyes externas que nos guíen, pues
todo individuo verdaderamente nacido-de-nuevo debería vivir guiado por
la ley suprema de Dios, la del amor. Lea Romanos 3:20 y Mateo 22:37-40.

Sombras de Jesús en el tabernáculo


Después de que Dios entregó la ley al pueblo, le dio a Moisés instrucciones
específicas para que hiciera un tabernáculo. El diseño que Dios le dio a Moisés
para el tabernáculo señalaba e ilustraba diferentes aspectos de la persona de
Jesucristo a través de cada una de sus partes.

Jesús – El Camino
Un día Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida…” (Juan 14:6). Podemos
ver el diseño del tabernáculo en relación con las palabras de Jesús. Para entrar
al atrio o patio del tabernáculo, había una sola entrada. La única entrada al
tabernáculo ilustraba las palabras de Jesús cuando dijo: “YO SOY el camino”.

Jesús – La Verdad
En el atrio, o patio, justo a la entrada, se encontraba el altar de bronce. Entre
el altar y el tabernáculo, estaba la fuente de agua. Ante el altar, los israelitas
reconocían sus pecados delante de Dios y ofrecían los sacrificios. Este cuadro
representa para nosotros las palabras de Jesús: “YO SOY la verdad”. Pues,
131
Jesús fue a la cruz, el altar de sacrificio, y se ofreció a sí mismo como el
Inocente que tomó nuestro lugar. La verdad es que nosotros merecíamos
morir eternamente por nuestros pecados; pero Jesús, el Cordero perfecto de
Dios, pagó nuestro juicio y como resultado recibimos
la vida eterna.
Frente a la entrada del tabernáculo estaba la fuente
de agua que era el lugar de purificación. Otro aspecto
de la verdad de Jesús es que hemos sido perdonados,
justificados, lavados y purificados eternamente en Él. 34. El tabernáculo: Éxodo 36 y 40

Jesús – La Vida
Al otro lado de la fuente de bronce que contenía el agua, estaba el tabernáculo.
El tabernáculo estaba dividido en dos partes, el
lugar santo y el lugar santísimo. Podemos apreciar
cómo estos dos lugares tienen relación con las
palabras de Jesús: “YO SOY la vida”. Estos
dos lugares: el lugar santo y el lugar santísimo,
representaban el punto de referencia tangible de la
35. El tabernáculo: Éxodo 36 y 40 presencia céntrica de Dios en medio de Su pueblo.
Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida…”
A través del diseño del tabernáculo, vemos cómo entramos por medio de la
puerta que es Jesús y nos encontramos frente a Su obra salvadora. ¡Jesús
verdaderamente es nuestro camino a la salvación y la vida! Luego pasando por
el altar, llegamos a la fuente de agua donde en Jesucristo somos salvos por Su
sacrificio, nacidos de nuevo, y purificados por Su Palabra. Nuestra situación y
necesidad delante de Dios se solucionan en este lugar, en Jesús que es el
camino, la verdad y la vida. Habiendo sido salvos por Jesucristo entramos en
una nueva relación en Él, en Su camino, en Su verdad, y en Su vida.

La diferencia entre estar afuera y adentro


AFUERA: El entorno del patio o el atrio, que se encuentra fuera del
tabernáculo nos habla del juicio de Dios y de la necesidad de un sacrificio. Eso
describe nuestra condición estando FUERA y alejados de una relación
reconciliada con Dios.

ADENTRO: Dentro del lugar santo, el ambiente y el contexto están


relacionados con la comunión y la aceptación de Dios. Eso nos habla de aquel
que tiene una relación reconciliada con Dios, su necesidad de un sacrificio
132
provisto y pagado, y que ha sido purificado por Dios. Eso describe nuestra
condición ahora que estamos DENTRO de la aceptación, comunión, gracia,
misericordia y una relación reconciliada con Dios.

Nuestra provisión por medio de Jesús. El lugar santo


Recordemos que en la entrada al lugar santo había una mesa donde los
sacerdotes colocaban doce panes que representaban a las doce tribus de Israel.
Esta mesa de los panes nos recuerda el pacto y las promesas que Dios le hizo
a Abraham. Así mismo, nos hace reflexionar sobre dos aspectos en cuanto a
nosotros como nacidos-de-nuevo. Primero, Jesús es y será para siempre
nuestro Pan de vida. A través de Jesús alcanzamos la salvación, la vida y
la provisión eterna. Segundo, Jesús es nuestro Pan diario. En Jesús hay
provisión en abundancia para todos los nacidos-de-nuevo. Él es nuestro
sustentador, nuestro apoyo, nuestra provisión diaria y nuestra vida eterna.

Al otro lado del lugar santo estaba un candelero


de oro puro que alumbraba el lugar. El candelero de
oro nos hace reflexionar respecto a que Jesús vino
para ser la Luz de este mundo. Ahora que estamos
en Jesús, andamos en la Luz, guiados por Su Espíritu
y Su Palabra.
35. El tabernáculo: Éxodo 36 y 40

Además, en el lugar santo estaba un segundo altar. Ahora debemos recordar


que el primer altar, que se encontraba AFUERA en el patio, era para hacer
los sacrificios por el pecado. Pero este segundo altar, que estaba ADENTRO
en el lugar santo, era el altar en el que todos los días se quemaba incienso
fragante y agradable como ofrenda a Dios. El altar del incienso que estaba
ADENTRO nos hace pensar en las alabanzas, adoración y las palabras de
gratitud que cada uno de nosotros ofrecemos cada día a nuestro Dios. A través
de Jesús hemos sido aceptados delante de Dios y podemos agradecerle,
alabarle y adorarle en el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

El velo que estaba entre el lugar santo y el lugar santísimo.


Nuestra entrada al lugar santísimo por medio de Jesús
Seguramente todos recordamos el velo que separaba a todo hombre de la
plena presencia resplandeciente de Dios. Este lugar estaba prohibido para el
hombre pecador. La santidad, la perfección, la pureza y el pleno esplendor
de la misma presencia de Dios estaba del otro lado del velo.

133
Muchos años después de haber estado los
israelitas en el Monte Sinaí, y después de haber
entrado a la tierra prometida, el tabernáculo
fue reemplazado por el gran templo construido
en Jerusalén. ¿Recuerdan lo que sucedió en
el templo cuando Jesús murió en la cruz?
43. El templo de Salomón Lea Juan 19:28-30 y Marcos 15:37-38.

A través de la muerte de Jesús hay entrada a la misma presencia de Dios


para todo aquel que está en Jesús. En el momento en que Jesús gritó desde
la cruz: “Consumado es”, o, “Todo está cumplido”, el velo del templo de Jerusalén
se rasgó en dos, de arriba abajo. En otra parte de la Biblia dice lo siguiente:
“Por tanto, hermanos, ahora podemos entrar sin ningún temor en el santuario por medio
de la sangre de Jesucristo, siguiendo el camino nuevo, el camino de vida que Él nos abrió
a través del velo, es decir, a través de S u propio cuerpo” (Hebreos 10:19-20). Cuando
en este texto dice, “santuario”, no está hablando de un edificio, sino más bien
se refiere a la plena comunión con y en Dios mismo. A través de Jesús, la obra
de la salvación fue consumada y cumplida en toda perfección.
El lugar santísimo. Nuestra provisión por medio de Jesús
Dentro del lugar santísimo estaba el arca, una caja cubierta de oro, que tenía
en su interior varios objetos incluyendo las dos tablas de piedra de los
mandamientos de Dios, y una jarra de oro que contenía una porción del maná,
el pan del cielo con el que Dios alimentó al pueblo de Israel en el desierto.
¿Se acuerdan de las primeras tablas de la ley que Moisés rompió cuando bajó
del Monte Sinaí y encontró al pueblo adorando al becerro de oro, muy poco
después de haberse comprometido a cumplir toda la ley? Después Dios
reemplazó estas tablas y fueron guardadas en el arca. Jesús cumplió la ley de
Dios a la perfección y fue encontrado sin falta alguna. Él fue el Maná, el Pan
del cielo que da vida eterna a todo aquel
que confía en Él. Así que, es por medio
de Jesús que pasamos la barrera, o el velo
de separación que existía entre el hombre
y Dios. Es a través de Jesús que nosotros
somos encontrados sin culpa ante la ley
perfecta de Dios. Es en Jesús, el Maná,
el Pan del cielo, que tenemos vida eterna
con Él en una nueva relación EN Él,
el Señor Santísimo del Lugar Santísimo. 33. El becerro de oro: Éxodo 32:1-20

134
Jesucristo, nuestro eterno sumo sacerdote
Cuando el pueblo de Israel estaba en el Monte Sinaí, Dios estableció un sistema
de sacerdotes para servir y apoyar al pueblo en los sacrificios. Los sacerdotes
ayudaban al pueblo a reconocer su necesidad delante de Dios. Aunque los
sacerdotes eran pecadores como todos los demás, servían a Dios y al pueblo
con los sacrificios entre otras responsabilidades.

Ya no hay necesidad de ningún sacerdote, ni más sacrificios. Jesucristo vino


como nuestro sumo sacerdote eterno que se ofreció en sacrificio, derramando
Su propia sangre por nosotros, una vez y para siempre. Por lo tanto, ya no hay
necesidad de sacerdotes y ya no hay necesidad de más sacrificios. En toda la
historia antes del sacrificio de Jesucristo, los sacrificios que se ofrecían
solamente cubrían temporalmente el pecado y la culpabilidad del hombre
pecador. Pero cuando vino Jesús, no vino a cubrir el pecado, sino a quitarlo
de una vez y para siempre. Lea Hebreos 7:18-28.

El pueblo de Israel en el Monte Sinaí


Recordemos que poco tiempo después
de que los israelitas llegaron al
Monte Sinaí, Dios les recordó de Sus
cuidados, Sus promesas y Su pacto
con ellos. En respuesta a lo que Dios
les expuso por medio de Moisés de
seguir todas Sus instrucciones para el
bienestar del pueblo, los israelitas
contestaron con mucho ánimo a una
voz diciendo: “Haremos todo lo que el
S eñor ha ordenado” (Éxodo 19:1-8). 32. Los israelitas llegan al Monte Sinaí: Éxodo 19:12-25

Muchas veces nosotros hacemos lo mismo. Al iniciar nuestro caminar en las


bendiciones, la gracia y la misericordia de Dios, podemos olvidar que
necesitamos a Dios tanto para salvarnos, como también para que nos dirija,
nos enseñe, para corregirnos y para nuestro sostenimiento diario.
Necesitábamos a Dios para sacarnos de la esclavitud y del juicio. Ahora lo
necesitamos para llevarnos A la “tierra prometida” y llevarnos EN la “tierra
prometida”, es decir, hacia una nueva relación EN el Señor y Salvador.

Lo que Dios quería enseñar a la gente de aquel entonces es lo mismo que


Dios quiere enseñarnos ahora. No solo necesitamos la gracia y la misericordia
135
de Dios para ser salvos, sino también necesitamos Su gracia, misericordia,
dirección y orientación para saber cómo vivir EN Jesucristo mientras
seguimos en este mundo.

Después de la ascensión de Jesucristo,


uno de los personajes que veremos más
adelante escribió lo siguiente sobre cómo
avanzar en esta increíble vida en Jesús:
“Por eso, de la manera que recibieron a Cristo
Jesús como Señor, vivan ahora en Él, con
profundas raíces en Él, firmemente basados
en Él por la fe, como se les enseñó, y dando
90. Jesús asciende al cielo: Hechos 1:9-12 siempre gracias a Dios”.

Ninguno de nosotros somos capaces de vivir “la vida cristiana” en nuestras


propias capacidades o en nuestros propios esfuerzos. Fue solamente a través
de Jesús que pudimos ser liberados del juicio y sacados de la esclavitud del
pecado. Ahora, como nacidos-de-nuevo, es solo a través de Jesús que
podemos seguir adelante como personas libres y salvas.

136
Lección 8
Desde el Monte Sinaí hasta la tierra prometida: ejemplos,
advertencias, instrucciones y lecciones para nosotros hoy
En este estudio vamos a recorrer aproximadamente 1.400 años, que
corresponden al resto de la historia del Antiguo Testamento. Estamos
limitando la revisión de la historia, cubriendo solo algunos de los eventos y
principios más relevantes. Tenemos una gran riqueza de lecciones, sabiduría,
conocimiento, perspectiva e historia en el resto del Antiguo Testamento
que no incluiremos en este breve resumen.

Entre las muchas lecciones destacadas, se encuentra el siguiente tema que


surge una y otra vez en la historia: A pesar de que el pueblo había sido
liberado del cautiverio, llevaron consigo a su nueva vida de libertad
algunos criterios relacionados con su vida pasada en la esclavitud. Aunque
la gente había abandonado el lugar donde había sido esclavizada, seguían
atados a la misma raíz de la esclavitud. (Nota de referencia para los
maestros: 1 Corintios 10:1-11 menciona varios eventos que ocurrieron durante
el tiempo que estamos cubriendo, tanto en la lección pasada como en esta).

Criterios, valores y decisiones


Dios liberó a los israelitas de la esclavitud de Egipto, los hizo pasar por el
Mar Rojo entre dos murallas de agua, destruyó a sus enemigos en el mar,
les proveyó pan del cielo y agua de una roca, y les mostró Su grandeza y Su
santidad en el Monte Sinaí. A pesar de que habían experimentado estos y otros
milagros más, y aunque creían en Dios y en Su poder; sus criterios
egocéntricos eran evidentes por sus actuaciones, valores morales y decisiones.

El becerro de oro
Recordemos que cuando Moisés tardaba en bajar del Monte Sinaí, la gente
perdió la paciencia y terminó haciendo con Aarón un becerro de oro al cual
adoraron como si fuera su Dios. El pueblo cayó en gran desorden y pecado.
Cuando Moisés bajó del monte, encontró al pueblo
en un gran escándalo. La reacción de Moisés lo
llevó a arrojar las dos tablas de la ley, haciéndolas
pedazos, debido a que el pueblo había quebrantado
la ley de Dios en sus corazones, instantes después
de haberse comprometido a ser fiel a Dios en
todas las cosas (Éxodo 19:7-8, 32:1-8). 33. El becerro de oro: Éxodo 32:1-20

137
Del Monte Sinaí a la tierra prometida
En Su gran misericordia, Dios dirigió al pueblo desde el Monte Sinaí y lo llevó
por el desierto hasta llegar a los límites de la tierra prometida. Recordemos
que Moisés mandó doce líderes a explorar e inspeccionar la tierra. Cuando
regresaron 40 días después, trajeron un reporte sobre la excelencia de esta
tierra. Además, les contaron a la gente sobre la abundancia en aquel lugar y
les mostraron algunos frutos que habían traído como evidencia, pero
también informaron al pueblo que en el país vivía gente fuerte y gigante.

Cuando los israelitas escucharon acerca de la gente que vivía en el país, se


desanimaron en gran manera. Diez de
los hombres que Moisés había enviado a
explorar la tierra empezaron a hablar mal
de ella, pero Josué y Caleb mantuvieron
su fe y su confianza en Dios. Estos
dos exhortaban a la gente diciendo que
la tierra era excelente y con el favor de
Dios, ciertamente la podrían conquistar
38. Josué y Caleb: Números 14:2-10 (Números 13:1-2, 13:27-33, 14:1-9).

Lecciones y desafíos para nosotros


Estas historias tienen una gran lección para nosotros. Dios quiere dirigir,
ayudar y bendecir a los suyos, pero cada uno de nosotros decide confiar en
Él o no. El amor, la gracia y la misericordia de Dios son muy grandes.
No obstante, el hombre, aun siendo un nacido-de-nuevo muy sincero, puede
perder oportunidades, bendiciones y también privilegios al escoger vivir de
acuerdo a los criterios de su vida pasada. La Biblia no nos indica cuantos
israelitas de esa generación vivieron con su plena confianza en Dios y fueron
salvos eternamente. Pero el punto importante para nosotros ahora es el
desafío de no solo “creer en Dios”, sino realmente creerle a Dios y confiar
plenamente en Él en todos los aspectos de nuestras vidas, especialmente
cuando nos enfrentamos al miedo y a la incertidumbre.

Cuarenta años en el desierto


Recordemos que como consecuencia de la rebeldía del pueblo, los israelitas
de esa generación no entraron a la tierra prometida a excepción de Caleb y
Josué. Por cuarenta años estuvieron en el desierto hasta que esta generación
murió por haber despreciado la bendición de Dios. Así que fueron sus hijos
quienes cuarenta años después entraron a la tierra prometida.
138
La gente volvió al desierto porque no quisieron creerle a Dios que los haría
entrar y recibir Su bendición. Aun así, Dios siguió proveyendo para las
necesidades del pueblo a pesar de su rebeldía. A lo largo de la historia, vemos
a los israelitas en diferentes momentos rebelarse contra Dios. En el capítulo 21
de Números encontramos una historia particular, la historia de la serpiente
de bronce.

La serpiente de bronce
Durante su travesía en el desierto, la gente volvió a perder la paciencia y
empezó a hablar contra Dios y contra Moisés. Se quejaron porque los habían
sacado de Egipto y expresaron su disgusto por la comida que Dios les había
provisto. ¿Recuerdan lo que sucedió? Lea Números 21:4-9.

¿Por qué le dijo Dios a Moisés que pusiera una serpiente en el asta y no
otro símbolo agradable o atractivo? Recordemos que en este contexto, las
serpientes venenosas representaban la consecuencia del pecado de la gente.
Dios rehusó quitar la consecuencia del
pecado de las personas, pero les
proporcionó una solución para tratar
con su pecado. Sin embargo, la gente
debía creer a la manera de Dios para
recibir esta provisión. Cuando alguien
era mordido por una serpiente, solo
tenía que mirar con fe a la serpiente de
bronce levantada en el asta y se salvaba
de morir. 37. La serpiente en el asta: Números 21:4-9

El significado de la historia de la serpiente en el asta


Muchos años después, en el Nuevo Testamento, nos encontramos con la
interesante historia de la visita nocturna que Nicodemo le hizo a Jesús.
Aquella noche, Jesús le dijo a Nicodemo que nadie podría ver el reino de
Dios sin antes nacer de nuevo (Juan 3:3). Jesús le dio varias explicaciones a
este hombre que tenía mucho conocimiento de las Escrituras y que incluso
era un gran maestro del pueblo. Jesús no trató de forzar o impulsar a
Nicodemo a responder de cierta manera a Sus palabras. Su propósito era el
de impulsar a Nicodemo a entender el propósito de Dios y el significado de
las Escrituras. Dejó a Nicodemo meditando en esta misma historia de la
serpiente en el asta. Le dijo que así como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así también Él sería levantado para que todo aquel que cree en Él
tenga vida eterna (Juan 3:14-15).
139
Nicodemo finalmente entendió el significado del Mensaje y puso su confianza
en el Señor Jesucristo. Cuando Jesús fue
crucificado, Jesús llevó sobre sí todo el
pecado del mundo y tomó nuestro lugar
de juicio. Hoy, hemos puesto nuestra
mirada de fe y plena confianza en Él que
fue levantado en el palo. Por medio de
Jesucristo fuimos sanados eternamente,
recibimos el perdón de los pecados, la
vida eterna y obtuvimos una nueva
87. Jesús es crucificado: Marcos 15:21-41 relación eterna en comunión con Él.

La nueva generación de israelitas que entra a la tierra prometida


Recordemos que después de los cuarenta años en el desierto, Dios designó
a Josué para que tomara el lugar de Moisés. Conforme a la Palabra de Dios,
la nueva generación de israelitas entró y tomó posesión de la tierra que
Dios había prometido a Abraham, a Isaac y a Jacob (Josué 11:23).
Las diferentes épocas en la continuación de la historia
Lo que mencionamos al inicio de este estudio sobre el criterio arrogante y
rebelde de la gente, evidenciado en sus valores y decisiones, es algo que
hemos observado desde el comienzo de la historia de la humanidad. Este
hecho nos sirve como una lección, un desafío, y a la vez de ánimo. Podemos
y debemos aprender de los individuos que vivieron por fe a la manera de
Dios a pesar de sus temores y faltas. Así mismo, debemos aprender de las
historias de los que sufrieron innecesariamente porque no creyeron a Dios,
o quizás “creyeron” en Dios, pero no confiaron totalmente en Él. Hay
muchísimos detalles, ejemplos, ilustraciones y personajes en la historia que
no podemos mencionar en este repaso. Sin embargo, resumiremos el resto
de la historia del Antiguo Testamento, dividida en tres épocas: los jueces,
los reyes y los profetas.
La época de los jueces
Mientras vivió Josué, el pueblo siguió al Señor. Sin embargo, con el tiempo
empezaron a imitar las costumbres de la gente que vivía a su alrededor,
incluyendo la adoración de las imágenes e ídolos de esa gente. Cuando Israel
le daba la espalda a Dios, Él permitía que otras naciones los sometieran y
gobernaran. Cuando el pueblo reconocía su pecado y se arrepentía, Dios
levantaba jueces, o lo que podemos llamar “caudillos” o “libertadores” para
librarlos de sus enemigos. Estos libertadores eran hombres que confiaban
140
en Dios. El Espíritu Santo de Dios los usó, dándoles dirección y sabiduría
para bendición de la gente. Aunque Dios liberó al pueblo vez tras vez, este
seguía de mal en peor. Lea Jueces 2:11-19.
La época de los reyes
Recordemos que “el rey” de Israel era Dios mismo. Los israelitas rechazaron
a Dios como su Rey porque querían ser como las demás naciones. Samuel
vivió y ministró durante el inicio de la época de los reyes. Samuel fue el último
de los jueces y el primero de la época de los profetas. Samuel trataba de
dirigir al pueblo a seguir a Dios y a confiar solo en Él como “rey”, Señor y
Salvador. No obstante, la gente seguía siendo inestable y caprichosa. En
algunos momentos el pueblo buscaba sinceramente a Dios, pero luego, al
cambiar las circunstancias, abandonaba a Dios. Los siguientes textos se
relacionan con el comienzo de esta época de los reyes, cuando Israel rechazó
a Dios como su Rey porque querían imitar a la gente que los rodeaban.
Querían tener un rey para ser como las demás naciones. Lea 1 Samuel 7:3,
8:1-10, y 8:19-20.

Saúl fue nombrado el primer rey de Israel. No pasó


mucho tiempo cuando los israelitas entendieron que
habían pecado al rechazar a Dios para tener un rey
humano, pero ya era demasiado tarde. Aunque Saúl
comenzó bien, en poco tiempo, él también se rebeló al
rechazar la dirección de Dios para seguir su propio
criterio egoísta, arrogante y orgulloso (1 Samuel 13:13-14). 41. Samuel consagra a Saúl
rey de Israel

Después de varios años, Dios le quitó el reino a Saúl y se lo dio a David.


David procuraba vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, pero él también
cometió graves pecados. David pecaba contra Dios y contra la gente.
No obstante, David siempre reconocía su pecado y buscaba de corazón el
perdón de Dios. A pesar de sus muchas
fallas, David era un hombre conforme al
corazón de Dios. Dios le prometió que
su reino y su trono quedarían establecidos
para siempre, lo cual fue cumplido en
Jesucristo. Cuando murió David, su hijo
Salomón tomó su lugar. Fue Salomón
quien construyó el gran templo en
42. David, escritor de los Salmos Jerusalén.

141
La época de los profetas
Durante muchos años, otros reyes reinaron sobre Israel. Unos buscaron
seguir las instrucciones de Dios y otros no. Muy pocos confiaron en Dios y
la mayoría llevaron al pueblo por el camino del pecado y la idolatría.
Durante esta época, Dios envió profetas, mensajeros de Dios, para llamar a
la gente al arrepentimiento, exhortando al pueblo a volverse a Dios y
también advirtiendo sobre las consecuencias de no hacerlo. Además, los
profetas anunciaron la venida del Salvador prometido.

¿Se acuerdan de algunos de estos profetas? Dios mandó muchos profetas a


Israel y por medio de ellos, Dios comunicó Su Palabra a la gente. Los mensajes
de advertencia fueron acompañados por
muchas profecías acerca del Salvador
que Dios enviaría. En los estudios de
la Etapa 1, revisamos varias de estas
profecías que hablaban de la venida
de Jesús. Estas profecías del Antiguo
Testamento apuntaban a Jesucristo,
quien las cumplió en Su nacimiento,
Su vida, Su muerte, Su resurrección y
Su ascensión. 46. El rechazo de los profetas

Una historia llena de ejemplos, advertencias, instrucción y lecciones


para nosotros
Lo que tenemos en la Biblia no es solo un registro histórico de los
eventos, personajes y sucesos del pueblo de Israel. Todo lo que hemos
revisado, y los muchos otros relatos que no podemos repasar aquí, sirven
de ejemplo para nosotros, y fueron puestos en las Escrituras como una
advertencia para los que vivimos en estos últimos tiempos. Podemos
recordar a lo largo de la historia, a los hombres y mujeres que vivieron no solo
“creyendo en Dios”, sino realmente y verdaderamente confiando plenamente
en Él. Debemos meditar en la forma cómo terminaron sus vidas para seguir
el ejemplo de su fe. Así mismo, podemos aprender de lo que les sucedió a
los que no creyeron, o creyeron en Dios a su propia manera. Todos estos
ejemplos nos sirven para saber cómo vivir fortalecidos en la fe y en nuestra
nueva relación en Jesucristo.

Desde el principio de los tiempos hasta ahora, la mayoría de las personas de


la historia eligieron sus propios caminos de acuerdo con sus propios criterios.
No obstante, siempre ha habido un número de hombres y mujeres que han
142
escogido creer y seguir a Dios confiando plenamente en Él, y han
comprobado que Él siempre es fiel.

Nuevamente en el cautiverio, arrepentimiento y nuevos comienzos


Dios había advertido al pueblo de Israel que si seguían tomando sus
propios caminos, dejaría que sus enemigos los conquistaran y los llevaran
cautivos. Aunque el pueblo se
rebelaba una y otra vez, Dios les
tuvo paciencia; pero tristemente
al final, el pueblo sufrió las
consecuencias de su pecado y su
actitud de independencia. Así que,
Dios permitió que sus enemigos
los conquistaran y los llevaran
cautivos. Los asirios conquistaron
las diez tribus del norte y los
llevaron cautivos. Los babilonios se 47. La destrucción de Jerusalén

llevaron a las dos tribus del sur, y


también destruyeron y quemaron
Jerusalén y el gran templo.
Estando en cautiverio en Babilonia,
nuevamente la gente se arrepintió.
Después de setenta años, Dios los
liberó otra vez. Muchos regresaron
a Jerusalén donde comenzaron el
largo proceso de la reconstrucción
del templo y de la ciudad. 48. La reconstrucción del templo: Esdras 6:13-18

Adoración religiosa no de corazón, más dificultades y la venida del


Prometido
Aunque reconstruyeron el templo y muchos iban a adorar a Dios, la mayoría,
incluyendo a los sacerdotes, no lo hacían de corazón sino como algo
religioso. Iban al templo y ofrecían sus sacrificios, pero no creían que eran
“malos” pecadores, ni que realmente necesitaran la misericordia de Dios.
Dios permitió que otras naciones conquistaran a Israel. Los griegos
dominaron el país y luego los romanos. Estos fueron extremadamente
crueles e hicieron que los israelitas sufrieran muchas cosas difíciles y tristes.
Dios había escogido esta difícil época para enviar al Salvador prometido.

143
En ese tiempo ya se habían formado varios grupos religiosos, incluyendo el
de los fariseos que eran muy celosos en guardar la ley de Moisés. Los fariseos
despreciaban a la gente que no practicaba sus tradiciones religiosas y que no
hacía lo que ellos creían que era cumplir la ley. Orgullosamente se preocupaban
por su imagen y posición religiosa delante de los demás. Por otro lado,
los saduceos eran otro grupo religioso que se interesaba más en la política.
No obstante, a pesar de que la mayoría de la gente no siguió la Palabra de
Dios ni creyó a la manera de Dios,
algunos sí lo hicieron. Ellos, al igual que
Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés,
Josué, David y muchos otros, confiaban
en la promesa de Dios de que vendría
el Mesías. Esperaban la venida del
Salvador conforme a las promesas y
las profecías de Dios y permanecieron
72. Las tradiciones de los fariseos firmes y fieles a Dios.

La diferencia entre la fe intelectual y la fe viva


Cuando meditamos en la historia, desde la creación hasta el punto actual en
que nos encontramos en nuestro estudio, notamos que uno de los puntos
enfatizados y sobresalientes es la diferencia entre la fe intelectual y la fe viva.
El hombre puede tener mucho conocimiento y estudio de las Escrituras. Sin
embargo, si no aplica la Palabra a su vida, no podrá experimentar la
transformación que viene del Espíritu Santo. Desde el principio, Dios ha
llamado al hombre no solo a saber de Él, sino también a conocerlo, a confiar
en Él y experimentar que Él es siempre fiel. A través de Jesús el hombre
puede estar reconciliado con Dios, nacer de nuevo, recibir la vida eterna y
entrar en una nueva relación eterna EN Jesucristo. De muchas maneras,
podemos ver la verdad de lo que escribió Santiago en el Nuevo Testamento:
“Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se
estarían engañando ustedes mismos.”

144
Lección 9
La venida del Libertador
El cumplimiento de las Escrituras y profecías
Nota para los maestros: Este breve resumen de la enseñanza cronológica
de la Etapa 2, para nuevos creyentes, está organizado en diez lecciones.
Sin embargo, queremos sugerir la inclusión de una reunión adicional, con el
fin de profundizar en algunos temas que serán de gran beneficio para su grupo.

Antes de continuar con estas últimas lecciones #9 y #10, puede ser de


mucha ayuda, refuerzo y edificación que los alumnos y maestros revisen las
notas del manual de la “Etapa 1”, Edifiquemos Sobre Cimientos Firmes,
“Lecciones 31-32, Conclusión”, a partir del subtítulo “Algunas
Consideraciones de las Escrituras”. Las notas de esta parte mencionada
proporcionan un resumen organizado del Antiguo y Nuevo Testamento
así como su relación con el cumplimiento de las Escrituras en Jesús.

La inclusión de esta revisión en el estudio puede resultar muy útil para


sus alumnos y les dará mayor claridad respecto a los puntos que hemos
repasado hasta ahora en las lecciones de la Etapa 2.

Lección 9 – La venida del Libertador


El cumplimiento de las Escrituras y profecías

Malaquías, cuyo nombre significa “mi mensajero” o “mensajero de Dios”,


fue el último profeta del Antiguo Testamento que anunció la venida del
Salvador. Después de Malaquías hubo 400 “años de silencio” ya que Dios no
envió más profetas durante ese período de tiempo. La profecía que pronunció
Malaquías, la cual sirve como el eslabón entre el Antiguo y el Nuevo
Testamento, habla del siguiente mensajero que vendría y abriría el camino para
la entrada del Prometido: “El S eñor todopoderoso dice: ‘Voy a enviar mi mensajero
para que me prepare el camino. El S eñor, a quien ustedes están buscando, va a entrar de
pronto en S u templo. ¡Ya llega el mensajero del pacto que ustedes desean!’” (Malaquías 3:1).

En nuestro estudio de la Etapa 1, descubrimos que esta profecía hablaba de


Juan, también conocido como “Juan el Bautista”. El capítulo 1 del libro de
Lucas nos habla de una serie de milagros que sucedieron en las vidas de
varias personas que confiaron en Dios, en Sus promesas y en la venida del
145
Salvador prometido. Uno de los milagros tuvo que ver con el nacimiento de
Juan el Bautista (Lucas 1:5-25, 1:57-80).

Otro milagro fue el nacimiento de Jesús quien nacería sin la intervención de


padres humanos (Lucas 1:26-38, 2:1-20). Ni José ni María hicieron algo para
que este milagro del Espíritu Santo se llevara a cabo. Desde Adán, que fue
creado perfecto y sin pecado, nadie más ha llegado a este mundo de esa
manera hasta la venida de Jesús. Todos nacimos de nuestros padres pecadores,
excepto Jesús. Él no nació de padre y madre como nosotros. Jesús nacería
completamente desligado de la naturaleza pecadora. Vendría al mundo por
obra del Espíritu Santo. A excepción de Jesús, todos los que nacimos después
de Adán, comenzando desde Caín y Abel y hasta nuestros días, hemos nacido
en pecado bajo el juicio de Dios.

El Antiguo Testamento apuntaba al Libertador que vendría. Los profetas, a


través de las Escrituras, describen con gran detalle aspectos del nacimiento,
la vida, la muerte y la resurrección de Jesús entre muchos otros sucesos. En
esta lección y en la siguiente, daremos un vistazo a 12 aspectos relacionados
con Jesús. Ahora que estamos EN Jesucristo, cada uno de estos puntos nos
enseña diferentes verdades para nuestra vida. En esta lección, veremos los
primeros seis de estos doce puntos:
1. El nacimiento de Jesús
2. El bautismo de Jesús
3. La prueba de Jesús
4. Los milagros de Jesús
5. La enseñanza de Jesús
6. El rechazo de Jesús

En la Lección 10 veremos los demás puntos:


7. La Pascua de Jesús
8. Las promesas de Jesús
9. El juicio, crucifixión y sepultura de Jesús
10. La resurrección de Jesús
11. El ministerio de Jesús después de Su resurrección
12. La ascensión y la promesa del regreso de Jesús

146
El nacimiento de Jesús
Jesús nació precisamente como los profetas habían anunciado muchos años
antes de Su nacimiento. Lo que dijeron respecto a Su nacimiento se
cumplió tal como se predijo. Cuando
María fue hallada encinta, José no
sabía qué pensar. José no había dormido
con ella, por eso un ángel del Señor
le habló y le dijo que el hijo que tendría
sería por el poder del Espíritu Santo.
El ángel le dijo que le pusiera al niño
el nombre Jesús porque salvaría al
pueblo de sus pecados (Mateo 1:20-25).
El nombre Jesús significa “el Señor
salva”, “rescata”, “libera”. 54. El nacimiento de Jesús: Lucas 2:1-7

Jesús vino como descendiente de Abraham, Isaac, Jacob y David tal


como Dios lo había prometido. Hubo catorce generaciones desde Abraham
hasta David, catorce más desde David hasta la cautividad de los israelitas
en Babilonia y catorce más hasta el nacimiento de Jesús el Libertador
(Mateo 1:17). Jesús vino para salvar a los pecadores del castigo por sus
pecados. Otro de los nombres de Jesús es Emanuel, que significa “Dios con
nosotros”.
Por la gracia y la misericordia de Dios, hemos nacido de nuevo EN
Jesucristo. Lea Juan 1: 10-13.

El bautismo de Jesús
Dios había enviado a Juan para preparar el camino para la venida del
Salvador. Juan fue enviado para enseñar a las personas a que se pusieran de
acuerdo con Dios en reconocer que eran pecadores y que necesitaban ser
salvos. Juan bautizaba a los que reconocían
su necesidad delante de Dios como señal
de identificación con su arrepentimiento.
Juan sabía que su ministerio era preparar
el camino para el Mesías, el Cordero de
Dios que quitaría el pecado del mundo.
Un día cuando Juan estaba bautizando a
la gente, vio a Jesús, que se acercaba a él,
60. Jesús, el cordero de Dios:
y dijo: “¡M iren, este es el C ordero de D ios, que
Mateo 3:11-17, Juan 1:29-34 quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29).
147
En Mateo capítulo 3 vemos que Jesús se acercó a Juan para que lo bautizara.
Jesús se dejó bautizar por Juan, no porque fuera pecador, sino porque quería
identificarse con los pecadores a quienes había venido a salvar. Aunque
Jesús era de naturaleza divina, hizo a un lado lo que le era propio y tomando
naturaleza de siervo nació como hombre, y al presentarse como hombre
se humilló a sí mismo. Juan sabía que Jesús era por naturaleza sin pecado.
Por tal razón Juan le dijo a Jesús que él debería ser bautizado por Jesús,
no al revés. Jesús le contestó diciendo: “D éjalo así por ahora….” porque era
necesario para cumplir la justicia de Dios. Entonces Juan consintió.

En cuanto Jesús fue bautizado y salió del agua, inmediatamente los cielos
le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía y venía sobre Él.
En eso se oyó una voz de los cielos que decía: “E ste es M i H ijo amado en quien
me he complacido” (Mateo 3:13-17). En este pasaje vemos una representación
de las tres manifestaciones de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. En este
texto tenemos la voz del Padre, el Hijo bendito, y el Espíritu Santo que
posaba sobre Él.

Jesucristo vino como Dios perfecto en forma humana y se identificó


con nosotros los pecadores para ofrecerse a sí mismo y llevar nuestro
pecado y juicio. Así, como creyentes, cuando nos bautizamos, nos
identificamos en el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nos identificamos en la
muerte de Jesús a nuestro favor y en Su resurrección que nos levanta de
entre los muertos a la vida eterna. Nuestro bautismo nos identifica EN
Jesucristo.

La prueba de Jesús
Después de que Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo lo llevó al desierto
para ser tentado por Satanás (Mateo 4:1).
Adán, el primer hombre de la historia,
fue tentado por Satanás y decidió no
confiar en Dios sino en la mentira de
Satanás. Como consecuencia del pecado
de Adán, todo el mundo fue puesto
bajo maldición y el poder de Satanás.
El pecado separó al hombre de la
comunión que tenía con Dios, y también
lo introdujo a la muerte. Pero Jesucristo,
el segundo hombre que entró a la 61. Jesús en el desierto: Mateo 4:1-11

148
historia desligado del pecado, se mantuvo firme y fiel a Dios Su Padre
cuando Satanás lo atacó con todas sus trampas y tentaciones. Jesús fue
sometido a las pruebas y tentaciones, pero fue encontrado sin falta alguna.

Ahora nosotros seguimos viviendo en este mundo degenerado y con todas


nuestras faltas y defectos. Pero, debido a que hemos nacido de nuevo en
Jesús, quien fue encontrado perfecto, santo, justo y sin falta, Dios nos
acepta como aprobados EN Él.

Los milagros de Jesús


Recordemos lo que vimos en el libro de Génesis, en la enseñanza de la
Etapa 1, que el Creador es superior, supremo y está sobre toda Su creación
y sobre cada aspecto de ella; lo espiritual y lo material, la creación vegetal,
animal y también sobre el hombre. Cuando vino Jesucristo, probó que Él
mismo era el Dios Creador, demostrando Su poder sobre cada uno de
estos aspectos de la creación. Sanó a los enfermos, controló tormentas,
multiplicó comida, caminó sobre el agua, llenó redes con peces, expulsó
demonios y dio vista a los ciegos. Estos milagros, entre otros, son evidencias
de que Jesús es el Mesías como lo afirmaban las Escrituras y las palabras
pronunciadas por Jesús.

Un día Jesús hizo un milagro frente a una


multitud para que entendieran que Él no
solo tenía poder sobre las cosas de la
vida diaria, sino también sobre la vida y la
muerte mismas. Es la historia de un
querido amigo de Jesús llamado Lázaro.
Lea Juan 11:17-45. 74. Jesús resucita a Lázaro: Juan 11:1-48

Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en Mí, aunque muera,
vivirá; y todo el que todavía está vivo y cree en Mí, no morirá jamás”. Por la gracia,
amor y misericordia de Dios, ahora somos parte de este milagro de la vida
eterna con y EN Jesús.

La enseñanza de Jesús
Desde el comienzo del ministerio de Jesús, hubo personas que lo siguieron y
querían ser Sus discípulos. A algunos de ellos Jesús los había llamado
específicamente para que lo siguieran. Ellos fueron usados por Dios más
tarde de manera muy especial en la extensión del discipulado y la enseñanza
del Mensaje de Dios.
149
Jesús enseñaba en las sinagogas, en el campo, en el camino, en las casas,
en todo lugar y en toda oportunidad. Enseñaba sobre el reino de Dios, sobre
el significado de las Escrituras, sobre el pasado, presente y futuro. Sus
enseñanzas tocaban temas de la vida diaria como también de cosas
extraordinarias y sobre la vida eterna. Jesús convertía cada momento en una
oportunidad para el discipulado y enseñanza intencional.

Una gran parte de la enseñanza de Jesús fue a través de parábolas, pero


también enseñó usando diversos medios. Se refirió a Sí mismo como el
pan que da vida, la luz del mundo, la puerta de salvación, la verdad y la vida,
el buen pastor que da su vida por las ovejas, la resurrección y la vida, el camino,
la vid verdadera, y agua viva. Todo en cuanto a la vida de Jesús, incluyendo
Sus enseñanzas, mostraban que en Él mismo se cumplían las promesas
hechas en cuanto al Libertador prometido, desde la promesa de Génesis 3:15.

El propósito principal del discipulado y de las enseñanzas de Jesús fue


impulsar a la humanidad a poner su fe, su mirada, su esperanza y su plena
confianza en el Mesías, el Señor y Salvador para adquirir la vida eterna en
comunión con Él. ¡Qué bendición que la Palabra de Dios nos abrió los ojos
y nos impulsó a poner nuestra plena confianza en el Señor y Salvador
Jesucristo! Por la misericordia, el amor, la gracia y también por la Palabra
de Dios, hemos sido limpiados y hechos completos EN Jesús.

El rechazo de Jesús
Mucha gente puso atención y creyó lo que Jesús enseñaba. Habían esperado
con ansias la venida del Salvador y pudieron ver que las profecías de las
Escrituras hablaban de Jesús. Sus enseñanzas y las Escrituras dejaron muy
claro quién era Jesús, y los milagros de Jesús confirmaron aún más Su
identidad. Sin embargo, la mayoría de la gente no lo recibió, ni a Él ni a Sus
enseñanzas, debido a que muchas veces Jesús los confrontaba en su hipocresía,
arrogancia y orgullo.

En muchas ocasiones los líderes religiosos de la época se enfurecieron


por causa de Jesús. Los maestros religiosos se veían ignorantes y ridículos
en su incredulidad mientras que Jesús enseñaba con total poder y autoridad,
y hacía milagros que no podían negar.

150
El día que Jesús resucitó a Lázaro, algunos de los que estaban presentes
fueron a buscar a los fariseos para
contarles lo que había hecho Jesús.
Los líderes religiosos se enfurecieron.
Se reunieron los jefes de los sacerdotes
y los fariseos, y tomaron la decisión
de matar a Jesús. En la reunión se
preguntaban: “¿Qué vamos a hacer?....
Este hombre (Jesús) está haciendo muchas
señales milagrosas. S i lo dejamos seguir así,
dentro de poco todos van a creer en Él….”
(Juan 11:45-53, 12:9-11). 74. Jesús resucita a Lázaro: Juan 11:1-48

Jesucristo vino al mundo que Él mismo había creado, pero el mundo no


lo reconoció. Vino a su propio mundo, pero los suyos lo rechazaron.
Pero a todos los que creyeron en Él y lo recibieron, les dio el derecho de
llegar a ser hijos de Dios (Juan 1:10-12). Aunque la mayoría rechazó al
Libertador, nosotros, por la misericordia y la gracia de Él, recibimos el
derecho de ser hijos de Dios EN y a través de Jesucristo.

151
152
Lección 10
La Pascua de Jesús y el cumplimiento de las Escrituras
En la lección anterior, repasamos los primeros seis puntos de los doce que
estamos contemplando en relación con la vida de Jesús. Durante cientos de
años antes de la venida del Prometido, diferentes profetas de diferentes
épocas, en distintos tiempos y lugares, fueron guiados por el Espíritu de Dios
para anunciar aspectos acerca del Libertador que vendría. Estos profetas de
Dios revelaron detalles en cuanto al nacimiento, vida, muerte, sepultura y la
resurrección de Jesús entre otros acontecimientos. Cada aspecto de la vida y
ministerio de Jesús tienen importantes aplicaciones para todos los que han
nacido de nuevo y ahora están EN Jesucristo.
En nuestro estudio anterior repasamos:
1. El nacimiento de Jesús
2. El bautismo de Jesús
3. La prueba de Jesús
4. Los milagros de Jesús
5. La enseñanza de Jesús
6. El rechazo de Jesús
Ahora, seguiremos con los otros seis puntos que estamos resumiendo,
comenzando desde la Pascua y culminando con la ascensión de Jesús.
Además, veremos cómo Dios hace una importante transición en la historia
en donde comienza a extender Su Mensaje de salvación al mundo por medio
del Espíritu Santo en y a través de Sus discípulos.
7. La Pascua de Jesús
8. Las promesas de Jesús
9. El juicio, crucifixión y sepultura de Jesús
10. La resurrección de Jesús
11. El ministerio de Jesús después de Su resurrección
12. La ascensión y la promesa del regreso de Jesús

La Pascua de Jesús
Habían transcurrido ya aproximadamente 1.500 años desde la primera Pascua
y la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud. Todos los detalles de la
primera Pascua eran sombras de lo que vendría en la Pascua de Jesús, el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. En Egipto, Dios estableció
la Pascua como una celebración permanente y eterna para recordar cómo
153
Dios había rescatado al pueblo de la esclavitud.
En Jerusalén, cientos de años después, Jesús se
sentó a la mesa con sus discípulos, en la misma fecha
en la cual la nación recordaba la primera pascua
que les había dado salvación de la esclavitud de
Egipto. Pero en esta cena de Pascua, Jesús tenía
27. La Pascua: Éxodo 12:1-7 Su mirada puesta en la salvación futura y eterna.

Era el tiempo señalado por Dios, el tiempo para revelar el pleno significado de
la Pascua. Cuando llegó la hora, Jesús y los discípulos se sentaron a la mesa.
Jesús les dijo cuánto había querido celebrar esta última Pascua con ellos antes
de Su muerte. Durante la cena, Jesús hizo algo que nunca antes había hecho.
Quería que Sus discípulos entendieran que el cordero pascual era en realidad
una representación de Sí mismo y de lo que haría a favor de toda la humanidad.
Mientras comían, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y lo dio a
Sus discípulos. Les explicó que el pan partido les recordaría Su cuerpo,
el cual iba a ser partido y entregado a muerte en favor de ellos. Luego tomó
la copa y habiendo dado gracias a Dios se la pasó a ellos. Les dijo que el vino
habría de recordarles Su sangre, con la que se
confirma el pacto, la cual iba a ser derramada
en favor de muchos para perdón de sus
pecados (Mateo 26:26-28, Marcos 14:22-24,
Lucas 22:14-20). El Cordero de la Pascua sería
Él mismo. De allí en adelante Sus discípulos
debían comer y beber “en memoria del Señor
Jesús”, recordando Su muerte con gratitud
en lo que ahora llamamos “la Cena del Señor”. 82. La cena del Señor: Marcos 14:1-2, 10-31

Así que, aunque merecemos el juicio de Dios, cuando llegue el juicio


nuevamente, Dios verá la sangre del Inocente Jesús sobre nuestras vidas, y el
juicio pasará de largo. Por la gracia, el amor y la misericordia de Dios, estamos
eternamente cubiertos, protegidos y bendecidos EN la Pascua de Jesús.
Las promesas de Jesús
Los discípulos de Jesús estaban confundidos, desconcertados y tristes al no
poder entender por qué Jesús les había dicho que iba a morir. Aunque se los
había dicho antes, esta vez se quedaron más asustados y preocupados ante la
idea de que Jesús pudiera realmente dejarlos. Entonces, Jesús les explicó que
no los iba a dejar solos. En ese momento los discípulos no pudieron
154
entender todo lo que Jesús les estaba explicando. Jesús quería animarlos y
les aseguró que, aunque se iba “en cuerpo”, seguiría con ellos a través del
Espíritu Santo, afirmando que no solo estaría CON ellos, sino también EN
ellos. Aquel día Jesús compartió muchas cosas con los discípulos, además
de numerosas promesas de las cuales mencionaremos solo tres:
1. Jesús les dijo que iba a preparar un hogar celestial para todos los Suyos y
que regresaría por ellos para que pudieran vivir con Él eternamente. Esta
promesa es para todos los que estamos en Jesucristo. Lea Juan 14:1-3.
2. Los discípulos estaban turbados y preocupados, porque pensaban que si
Jesús se iba, no sabrían qué hacer y no tendrían a nadie que les enseñara y
guiara. Jesús les prometió que enviaría a Su Espíritu Santo quien no solo
estaría CON ellos sino también EN ellos. Al referirse al Espíritu Santo en
este pasaje, se le puede llamar, “Consolador”, “Ayudador”, “Espíritu de la
Verdad”, “Defensor” o “Abogado Defensor”. Les dijo que el Espíritu
sería como Él mismo y tomaría Su lugar aquí en la tierra para enseñar,
guiar y ayudar a Sus hijos, y que nunca los dejaría. Jesús les dijo que ellos
podrían recibir el Espíritu porque ya lo conocían desde que vivía CON
ellos, pero luego, también estaría EN ellos. Fue poco tiempo después
que los discípulos entendieron mejor estas palabras, y nosotros también
entenderemos con más claridad conforme avancemos en nuestros estudios
juntos. Lea Juan 14:16-18 y 14:25-26.
3. Aunque Jesús había estado con los discípulos durante tres años,
ensenándoles en todo momento; había muchas cosas que ellos no pudieron
entender sino hasta después de la resurrección de Jesús. Una de ellas era
sobre la obra del Espíritu Santo. El ministerio de Jesús sería extendido y
multiplicado a través del Espíritu Santo de Dios en y a través de Sus
discípulos. Lea Juan 16:6-15. Un poco más tarde, después de Su
resurrección, Jesús les dio Sus instrucciones para la extensión del discipulado
alrededor del mundo y les prometió que estaría con ellos todos los días,
hasta el fin del mundo. Estos privilegios, bendiciones y promesas son
también para nosotros que, igualmente, estamos EN Jesucristo.
Lea Mateo 28:18-20.
El juicio, crucifixión y sepultura de Jesús
Después que Jesús comió la Pascua con Sus discípulos y les enseñó acerca
del Espíritu Santo, llevó a los discípulos al huerto llamado Getsemaní. Fue en
ese lugar donde Jesús sería traicionado por Judas, arrestado y llevado a la ciudad
para ser juzgado por los líderes religiosos. Jesús sabía lo que iba a pasar. Estaba
155
preparado para sufrir terriblemente y ser crucificado como sacrificio y ofrenda.
Lo haría para pagar por los pecados del mundo para que cualquiera que confiara
en Él tuviera vida eterna. Lea Marcos 14:32, 14:42-46, 14:53-65 y 15:1-47.

83. Jesús ora: Marcos 14:32-41 84. Arrestan a Jesús: Marcos 14:32-72 85. Jesús ante Pilato: Marcos 15:1-15

La resurrección de Jesús
Después de haber sido golpeado, escupido, azotado, maldecido, torturado y
crucificado; le traspasaron el costado con una lanza, y luego de haber sido
sepultado, al tercer día Jesús resucitó de entre los muertos. Lea Marcos 16:1-8.

86. Los soldados se burlan de Jesús: 87. Jesús es crucificado: 88. La resurrección de Jesús:
Marcos 15:16-20 Marcos 15:21-41 Marcos 16:1-8

El ministerio de Jesús después de Su resurrección.


Después de la resurrección de Jesús, Él pasó cuarenta días con Sus discípulos
enseñándoles y mostrándoles claras pruebas del
significado de las Escrituras y hablándoles del
reino de Dios. La última parte de los libros de
Mateo, Marcos, Lucas y Juan hablan de algunos
sucesos ocurridos después de la resurrección de
Jesús y antes de su ascensión (Mateo 28:18-20,
Marcos 16:9-15, Lucas 24:13-53 y Juan capítulos
20-21). 89. Tomás ve al Señor resucitado: Juan 20:24-30

La continuación de la historia de lo que Dios hizo en y a través de los


discípulos está registrada en el libro llamado “Los Hechos” o simplemente
“Hechos”. Después de que Lucas escribió el libro conocido por su nombre,
el Espíritu Santo lo dirigió a escribir el libro conocido como el libro de
156
“Los Hechos”. En los primeros versículos de este libro, podemos ver que es
la continuación de la historia relatada en los evangelios. Lea Hechos 1:1-2.

Lucas escribe sobre los últimos días del ministerio y enseñanza de Jesús
antes de que ascendiera al Cielo. Jesús pasó tiempo con Sus discípulos
explicándoles el significado de las Escrituras. Les aclaró la necesidad y el
propósito de Su muerte, sepultura y resurrección, y también que tenía que
volver al Cielo. Nuevamente, Jesús les explicó a sus discípulos acerca de
la venida del Espíritu Santo sobre ellos y que el propósito del Espíritu era
equiparlos para llevar el Mensaje de salvación y hacer discípulos por todo
el mundo. Lea Hechos 1:3-8.

La ascensión y la promesa del regreso de Jesús


Las últimas palabras de Jesús, antes de Su ascensión, tenían el propósito de
animar a Sus discípulos a seguir EN Él, y así, ellos disfrutarían el Espíritu Santo
actuando EN y a través de sus vidas. Lea Hechos 1:8 y Mateo 28:18-20.

Al igual que los discípulos de la época de Jesús, nosotros también


necesitamos al Espíritu Santo CON y EN nosotros para que nos enseñe
cómo vivir en todos los aspectos de la vida. El Espíritu Santo estaría CON y
EN los discípulos porque ellos estaban CON y EN Jesucristo, tanto en Su
vida como también en Sus propósitos y valores eternos.
La última comisión o encargo que Jesús dio a Sus discípulos fue vivir EN,
y de acuerdo CON Su Espíritu Santo como testimonio al mundo. Jesús les
prometió estar con ellos todos los días, hasta el fin del mundo.
Habiendo dicho estas cosas, Jesús fue
levantado a las alturas mientras los
discípulos miraban, hasta que una
nube lo ocultó de su vista y no lo
volvieron a ver. Lea Hechos 1:9

Los discípulos se quedaron mirando


fijamente al Cielo cuando de repente,
se les aparecieron dos hombres vestidos
de blanco. Estos dos enviados de Dios
les hicieron una promesa.
Lea Hechos 1:10-11. 90. Jesús asciende al cielo: Hechos 1:9-12

157
Jesús vino a este mundo a ser juzgado (en nuestro lugar) para salvar a los
que en Él confían. Sin embargo, algún día volverá como Juez y juzgará a
este mundo. Antes de que eso suceda, habrá otro evento impactante y
transformador cuando el Señor Jesús venga para llevar a todos Sus hijos
al Cielo.

Este evento futuro es una promesa muy importante para todos nosotros
quienes hemos confiado en el Señor y Salvador Jesucristo. Aprenderemos
más acerca del regreso de Jesús mientras continuamos estudiando los otros
libros de la Biblia.

Cuando el Señor Jesús estaba a punto de ascender al cielo, los discípulos le


preguntaron sobre el tiempo del reino. Jesús respondió que aunque no les
tocaba a ellos saber el tiempo del reino; sí era el tiempo para extender el
Mensaje del reino por medio del Espíritu Santo a través del discipulado.

En la continuación de la historia en las lecciones de la Etapa 3, veremos la


obra poderosa del Espíritu Santo que comenzó en Jerusalén y se extendió
por todo el mundo. A causa de esta historia hay millones de nacidos-de-nuevo
que hoy, son discípulos y seguidores de Jesucristo en todo el mundo. No
obstante, hay todavía lugares y grupos no alcanzados en nuestro mundo que
no han oído el Mensaje de Dios. Nosotros tenemos el privilegio de ser
quienes continuemos esta historia del discipulado multiplicado.
Lea Hechos 1:8 y Mateo 28:18-20.

158
Edifiquemos Sobre
Cimientos Firmes
Etapa 3 – Lecciones

Una Nueva Relación


en la Familia de Cristo

159
160
Introducción a la Etapa 3
El Libro de los Hechos
Nuestra nueva relación en la familia de Jesucristo
Notas Importantes para los Equipos y Maestros: En la preparación para
la enseñanza del libro de los Hechos, deseamos animarles a tomar un tiempo
como equipo para revisar estas notas. Es muy importante organizarse en
equipo antes de enseñar las lecciones de la Etapa 3.

En las Etapas 1 y 2 de la enseñanza, vemos que el Nuevo Testamento no


puede entenderse sin una comprensión fundamental del Antiguo Testamento.
De igual manera, el nuevo discípulo de Jesucristo no podrá comprender
correctamente el libro de los Hechos sin una comprensión básica del Antiguo
Testamento y de los Evangelios (los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan).
El libro de los Hechos sirve como “una transición” en la obra de Jesús y
abre un nuevo capítulo en la historia progresiva de la extensión de Su
Mensaje de salvación a todo el mundo.

Este punto es sumamente importante. Muchos de ustedes trabajan en


contextos y con personas que ya han recibido alguna enseñanza bíblica,
incluso de sectas o grupos religiosos. Por lo tanto, cuando se trata del libro
de los Hechos, si las personas fueron enseñadas de manera “religiosa” o
“tradicional”, es muy probable que lo que fue enfatizado no tuviera mucho
que ver con el desarrollo de la historia de Dios centrada en Él y en Sus
propósitos establecidos desde el principio.

Es probable que algunos de sus alumnos tengan una percepción de que la


historia de los Hechos está centrada mayormente en el hombre, en tener
“experiencias sobrenaturales y milagrosas”, en ver “señales” y obras
poderosas, etcétera. Ustedes tendrán que ayudar a sus alumnos a enfocarse
en una perspectiva bíblica que abarque “el cuadro general” o “el cuadro
completo” de los propósitos de Dios en Cristo y Su obra por medio del
Espíritu Santo. El relato del libro de los Hechos revela los propósitos de Dios
siendo llevados a cabo en y a través de Su cuerpo que es la iglesia.

Los equipos de maestros deben considerar los siguientes siete puntos


importantes al prepararse para la enseñanza de la Etapa 3:
161
1. En la historia del libro de los Hechos, el discipulado sigue siendo un
enfoque primordial. En los Evangelios, Jesús inició Su ministerio llamando
discípulos. El relato de los Evangelios concluye con Jesús enviando a Sus
seguidores a las gentes de todas las naciones para que ellas también
pudieran convertirse en Sus discípulos. Al abrir el libro de los Hechos,
encontramos este mismo enfoque de “la Gran Comisión” de ser y hacer
discípulos. Jesús les dijo a Sus seguidores que deberían esperar la venida
del Espíritu Santo y luego ir por todo el mundo a compartir el Mensaje y
hacer discípulos de Él (Mateo 28:18-20, Hechos 1:1-9).

Después de darles “la Gran Comisión”, Jesús ascendió al cielo y los


discípulos regresaron a Jerusalén. La venida del Espíritu Santo tenía como
propósito capacitar a los creyentes para salir a compartir Su Mensaje y hacer
discípulos. Unos días después, llegó la fiesta de Pentecostés. Los discípulos
se encontraban reunidos cuando de repente vino el Espíritu Santo sobre
ellos. Ese mismo día todos los creyentes dieron testimonio a una gran
multitud. No hicieron alarde ni se jactaron de la venida del Espíritu sobre
ellos. Se enfocaron solo en proclamar el Mensaje de Dios.

2. El libro de los Hechos es la continuación de la historia acerca de Jesús.


Lucas escribió el Evangelio que lleva su nombre y luego escribió el libro
de los Hechos. El Evangelio de Lucas trata de lo que Jesús había hecho y
enseñado desde el principio. Lea Hechos 1:1. El libro de los Hechos es
la continuación de lo que Jesús hizo y enseñó directamente y a través de
Su Espíritu Santo. Hechos es un libro de “transición”. En el capítulo 1,
Jesús asciende al cielo. En el capítulo 2, el Espíritu Santo desciende del
cielo. El Espíritu Santo desciende sobre Sus discípulos y la obra de Jesús
continúa. El resto del libro nos cuenta la historia de vidas transformadas,
discipulado multiplicado, la extensión del Mensaje de Dios y el crecimiento
de Su cuerpo. A través del Espíritu, los discípulos tuvieron una nueva
relación en Jesús y al mismo tiempo, se inició una nueva relación entre
ellos, ahora como el cuerpo o la iglesia de Jesucristo.

3. El libro de los Hechos es un libro progresivo en el cual vemos el


crecimiento de la iglesia que es la familia y el cuerpo de Jesucristo. Empieza
en Jerusalén y a través del discipulado dinámico, el Mensaje rápidamente
se extiende a la región de Judea, de Samaria, y hasta las partes más
lejanas de ese tiempo. ¡De hecho, la dinámica de la historia del libro de
los Hechos sigue hasta nuestros días! ¡Cada uno de nosotros somos
bendecidos y privilegiados por poder participar en ella!
162
4. El libro de los Hechos se relaciona tanto con el Antiguo Testamento
como con el Nuevo. Tan solo en los primeros dos capítulos de Hechos,
encontramos numerosos eventos comparados con historias del Antiguo
Testamento. Aunque no profundizaremos en las comparaciones en este
estudio de la Etapa 3, sería bueno que los equipos de maestros estuvieran
conscientes de algunas de las “conexiones” del Antiguo Testamento con
el desarrollo de la historia del libro de los Hechos. Mencionaremos
solamente tres de las numerosas comparaciones que podemos observar
en los primeros días después de la Pascua en Egipto (Antiguo Testamento)
con lo que sucedió en los días posteriores a “la Pascua de Jesús” en
Jerusalén (Nuevo Testamento):

(1) La manifestación poderosa de Dios descendió sobre el Monte Sinaí


aproximadamente 50 días después de la liberación del pueblo de Israel de
su esclavitud en Egipto mediante la Pascua. Es aquí donde observamos
el “nacimiento” o los inicios de la organización de la nación de Israel
(Éxodo 12:1, 2, 6, 12, 31. Éxodo 19:1-5). En el libro de los Hechos, en
el Monte Sion en Jerusalén, la manifestación poderosa de Dios
descendió sobre los discípulos 50 días después de la Pascua en la cual
Cristo murió y resucitó. Es aquí donde somos testigos del “nacimiento”
o los inicios de la iglesia de Jesucristo (Hechos 1:4-9, 2:1-11, 2:41-47).

(2) Frente al Monte Sinaí la gloria y la presencia visible de Dios llenaron


el tabernáculo como testimonio y guía en medio del pueblo
(Éxodo 40:34-38). En el libro de los Hechos, la gloria y la presencia
visible de Dios llenaron a los discípulos, como testimonio y guía en
medio del pueblo (Hechos 2).

(3) Pentecostés literalmente significa “quincuagésimo” o “cincuenta”. A las


faldas del Monte Sinaí, después del “Pentecostés”, el pueblo se apartó
de Dios y, como consecuencia murieron alrededor de 3.000 personas
(Éxodo 32). En el libro de los Hechos, durante la fiesta de Pentecostés
en Jerusalén, hubo arrepentimiento y como consecuencia alrededor
de 3.000 fueron convertidos, identificados con Cristo y añadidos a los
creyentes (Hechos 2:41).

5. El libro de los Hechos es un libro Cristo-céntrico. Nos narra la


continuación de la obra de Jesucristo, realizada ahora a través del Espíritu
Santo. Aunque en distintas partes de la historia observamos al Espíritu
163
Santo haciendo grandes maravillas y cosas extraordinarias en los hombres,
el enfoque no está en los sentimientos, emociones o experiencias humanas,
ni siquiera está en los milagros. El enfoque céntrico en todo el libro es el
Señor y Salvador, Jesucristo.

Hoy en día hay grupos religiosos que se aferran obstinadamente a buscar y


rogar por una repetición de milagros, maravillas y señales de Dios, como
los que se observan en el libro de los Hechos, mientras ignoran por
completo el propósito por el cual Dios obró utilizando estos medios. En
sus reuniones suplican, gritan y ruegan a Dios por alguna manifestación
celestial con el propósito de, como ellos dicen: “sentirse en la presencia de
Dios”, “bendecidos” y “espiritualmente renovados”. No encontramos
estas actitudes en los discípulos del libro de los Hechos. Debemos recordar,
en todo momento, que el propósito de las maravillas de Dios siempre es
para Su honra y Su gloria, y no para los fines egoístas, vanagloria o los
gustos del hombre. Los equipos de maestros harán bien en enfocarse en
los propósitos eternos de Dios enfatizados en el libro de los Hechos y no
en las obras extraordinarias que el Espíritu Santo realiza en diferentes
momentos para impulsar Sus propósitos.

(Nota: ¡Creemos en los milagros y las maravillas de Dios! Usualmente Dios


obra a través de lo “normal”: individuos y circunstancias que tienen la
apariencia de lo común y corriente. A veces, por motivos que solo Dios
sabe, decide “romper” con lo natural y hace algo obviamente milagroso.
Dios no necesita que le digamos cuándo es tiempo de hacer otro milagro.
Es una pena que hoy en día haya tantos grupos rogando y suplicando a Dios
para que les dé una y otra vez experiencias milagrosas como las que vieron
en el libro de los Hechos. Aunque es normal desear la intervención de Dios
en muchos momentos y circunstancias de la vida, es más importante serle
fiel sin importar si recibimos o no algo en respuesta a nuestro deseo).

6. En las lecciones, incluiremos algunas referencias e información limitada


de otras partes del Nuevo Testamento con el fin de ayudar a los maestros a
entender mejor algunos eventos y “conexiones” en el libro de los Hechos.
Les recomendamos mucho no desviarse de los objetivos de las lecciones
con largas explicaciones relacionadas con estas notas o textos. Las estamos
incluyendo principalmente como apoyo a los maestros, no como material
adicional que deba explicarse en las lecciones. El propósito de las lecciones
de la Etapa 3 es proveer un vistazo a la continuación de la obra de Jesucristo
164
por medio del Espíritu Santo en la multiplicación del discipulado y en el
crecimiento de Su iglesia. No cubriremos todo el libro, sino solamente
algunos de los temas sobresalientes. Por lo tanto, recomendamos a los
maestros leer el libro de los Hechos y familiarizarse con la historia antes de
iniciar la enseñanza de las lecciones.

7. Finalmente, en las siguientes lecciones de la Etapa 3, estaremos viendo


temas muy importantes para todo miembro de la familia de Dios,
incluyendo: El bautismo y la Cena del Señor. Muchos de ustedes han
expresado que en las comunidades donde trabajan, la mayoría de las
personas tienen ideas desorientadas y confusas con respecto al bautismo
y la Cena del Señor, debido al adoctrinamiento o instrucción que la gente
ha recibido de diferentes grupos religiosos. En la introducción de este
manual, tratamos estos y otros temas en los cuales la religiosidad ha dejado
amplia confusión, sincretismo y dudas en la gente. Es importante que los
maestros tomen el tiempo necesario para revisar en la introducción del
manual, las páginas donde tratamos los temas del bautismo y la Cena del
Señor. Además, les recomendamos repasar las partes correspondientes a
estos temas en el libro Las Lágrimas en el Camino de Mileto.

Después de revisar las notas mencionadas, sobre el bautismo y la Cena del


Señor, y antes de empezar la enseñanza de la Etapa 3, los equipos de
maestros deben estar preparados para introducir estas dinámicas,
poniéndolas en práctica en sus grupos. Todos deben participar en estas
charlas de preparación, incluyendo a los que han estado supervisando,
ayudando o pastoreando al equipo. Deben determinar juntos qué forma o
formas facilitarán mejor la función intencional que Dios desea en y a través
del bautismo y la Cena del Señor en cada comunidad. Cada lugar puede
tener situaciones y retos distintos. Es sumamente importante empezar
correctamente, habiendo buscado primero la sabiduría de Dios. Será difícil
y complicado corregir los errores una vez cometidos. Que Dios les dé
sabiduría, claridad, valentía y ánimo en estas tareas tan fundamentales.

En la Etapa 1, nos dimos cuenta de nuestra condición y necesidad espiritual


delante de Dios como pecadores. Oímos y entendimos el significado del
Mensaje de Dios. Nos pusimos de acuerdo con Dios respecto al carácter de
Dios, la persona y obra de Jesucristo, nuestro pecado y naturaleza pecaminosa,
y nuestra incapacidad de salvarnos a nosotros mismos. Esto resultó en
nuestro arrepentimiento ante Dios y nuestro nacer de nuevo en Jesucristo.
165
En la enseñanza de la Etapa 2, pudimos apreciar y valorar nuestra nueva
relación EN Jesús. Y ahora, en la Etapa 3 de la enseñanza, valoraremos
nuestra nueva relación EN la familia de Cristo, Su cuerpo que es la iglesia.
Seguimos adelante creciendo y madurando como discípulos de Jesucristo,
sirviendo a quienes nos rodean, compartiendo el Mensaje de Vida con aquellos
que están perdidos, como también en otro tiempo estuvimos nosotros; y
discipulándoles con todo amor, servicio, humildad y paciencia.

¡Ánimo y adelante!

166
Lección 1
La Gran Comisión de hacer discípulos,
el Espíritu Santo y el inicio de la iglesia de Jesucristo
¡Ahora llegamos al libro de los Hechos! El libro es conocido por algunos
como “Los Hechos de los Apóstoles”, ¡pero, en realidad se trata de los hechos
de Jesucristo! Lucas es el autor del libro de los Hechos. Podemos ver el libro
de los Hechos como la continuación de lo que Lucas escribió en “el Evangelio
de Lucas”. Lea Hechos 1:1-5.

Jesús comenzó Su ministerio llamando individuos a seguirlo y ser Sus


discípulos. Concluyó Su ministerio terrenal enviando a Sus discípulos a las
gentes de toda la tierra para compartir el Mensaje de la vida y extender el
discipulado hasta las partes más lejanas. Lea Mateo 4:18-22 y Mateo 28:18-20.
Al llegar al libro de los Hechos, encontramos este mismo enfoque.
Lea Hechos 1:8.

Entonces el libro de los Hechos es la continuación de la historia de la obra


de Jesucristo después de Su ascensión por medio del Espíritu Santo actuando
en y a través de Sus discípulos. ¡Es el inicio de la historia que tú y yo estamos
viviendo hoy, y nos relata cómo el Mensaje de salvación comenzó a extenderse
al mundo, incluyéndonos a nosotros! Jesús instruyó a los discípulos a no
actuar de manera independiente, sino más bien esperar para ser dirigidos
por Su Espíritu Santo que pronto vendría a estar con ellos y vivir en ellos.

El cumplimiento de la promesa del Espíritu


Santo
Después de la ascensión de Jesús, los discípulos
regresaron a la ciudad de Jerusalén a esperar al
Espíritu Santo que vendría pocos días después sobre
ellos y los demás creyentes. Lea Hechos 1:8-14. 90. Jesús asciende al cielo:
Hechos 1:9-12

Cincuenta días después de la Pascua, los judíos celebraban una fiesta


anual llamada la fiesta de Pentecostés (que significa cincuenta). Leamos lo
que sucedió cuando los creyentes estaban juntos orando y esperando el
cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo. Lea Juan 14:16-20 y
Hechos 2:1-4.

En estos versículos (Hechos 2:1-4) Dios realizó dos milagros:


167
Primero, cada uno de los creyentes se convirtió en templo de Dios aquí en
la tierra. A partir de este momento histórico y hasta el día de hoy, cada
nacido-de-nuevo es un templo donde habita el Espíritu de Dios. Segundo,
Dios unió a todos los nacidos-de-nuevo para
formar parte de un nuevo “templo global” en la
tierra llamado “el cuerpo de Cristo”, “iglesia”,
“congregación” o “asamblea”. Por medio de la
iglesia y Su Espíritu Santo en la iglesia, Dios
edificaría a todos Sus hijos. A través de Su iglesia
Dios extendería luz, bendición, vida y Su Mensaje
91. La venida del Espíritu Santo:
Hechos 2:1-13 de salvación a todo el mundo.

El Espíritu de Dios en el tabernáculo, el templo, y ahora en los creyentes


En el Antiguo Testamento Dios estableció un punto de referencia en medio
de Su pueblo. Durante la travesía de los israelitas en el desierto, Dios
estableció este punto tangible a través del tabernáculo. Luego, en Jerusalén,
el templo cumplió esta función. A lo largo de esta historia, observamos que
el hombre, debido a su pecaminosidad, está separado de la plena presencia
de Dios representada en el lugar santísimo del tabernáculo y del templo.

Ya en el Nuevo Testamento, cuando Jesucristo estaba en la cruz, a punto de


morir, exclamó “consumado es ”. En ese momento, Dios rasgó el velo de
separación en el templo de arriba hacia abajo para mostrar que por medio de
Jesús el hombre puede ser reconciliado con Dios. El hombre, habiendo sido
reconciliado y redimido por Jesús, ahora se encuentra en una nueva relación
EN Jesucristo. De igual manera Jesús, a través del Espíritu Santo, está ahora
con y EN cada creyente. Dios no volvería a morar en edificios hechos de piedra,
madera u otros materiales. Ahora Dios viviría en y a través de Sus hijos. ¡Así
que, el nacido-de-nuevo tiene una nueva relación EN Jesús y al mismo tiempo
tiene una nueva relación EN la familia de Cristo que es Su cuerpo e iglesia!

No necesitamos esperar una manifestación del Espíritu Santo como los


creyentes que vivieron en ese momento de transición único e histórico. Desde
aquel momento, la iglesia fue establecida como el cuerpo de Cristo en la
tierra. Ahora, en el momento en que alguien nace de nuevo espiritualmente
en Jesús, llega a formar parte del cuerpo de Cristo y recibe al Espíritu Santo.

El propósito de la venida del Espíritu Santo


Alrededor de 120 nacidos-de-nuevo estaban presentes aquel día y todos
quedaron llenos del Espíritu Santo (Hechos 1:15, 2:4). Los creyentes no
168
estaban “buscando” al Espíritu Santo, ni milagros ni bendiciones. Estaban
simplemente siguiendo las instrucciones de Jesús.

Nosotros también debemos tener esa misma actitud. El propósito de recibir


al Espíritu Santo no es para “sentirse bien”, para presumir, para verse más
importante que los demás o para poder participar en una “campaña de
milagros”. Debemos recordar las palabras y las instrucciones de Jesús en cuanto
al propósito de recibir el Espíritu Santo. Lea de nuevo Mateo 28:18-20 y
Hechos 1:8. Recibieron el Espíritu de Dios para poder vivir “la vida cristiana”
(que es la vida de Cristo), ser testigos de Jesús, llevar Su Mensaje y hacer
discípulos de Él hasta los lugares más lejanos de la tierra. El Espíritu Santo
fue enviado para guiar, enseñar, dirigir y capacitar a los seguidores de Jesús a
servir, alcanzar, enseñar y discipular a otros.

El Mensaje de Dios compartido en numerosas lenguas


Aquel día que los creyentes en Jerusalén fueron llenos del Espíritu Santo,
Dios hizo varias cosas extraordinarias. Una de ellas fue que Dios capacitó a
los creyentes para hablar de Él en idiomas que no habían aprendido. Dios
los capacitó para testificar de Él en las lenguas de las personas que eran de
otras tierras. Recordemos que en esos días, muchas personas de diferentes
lugares habían ido a Jerusalén a celebrar la Pascua y las otras fiestas de ese
tiempo. Lea Hechos 1:8 y 2:1-11.

Cada uno de estos extranjeros escuchaba y entendía la Palabra en su propio


idioma. Estaban asombrados y confundidos, al
escuchar a personas que nunca habían aprendido
sus idiomas hablarles las maravillas de Dios con
toda claridad en sus propias lenguas. En la multitud
también había judíos “locales”, que no pudieron
entender nada de lo que decían en esos idiomas
“extranjeros” y concluyeron que los discípulos
91. La venida del Espíritu Santo:
debían estar borrachos. Lea Hechos 2:13. Hechos 2:1-13

Lo que hace el Espíritu Santo en la vida de las personas


El mismo Pedro que se había llenado de temor frente a los líderes religiosos
y que había negado a Jesús unas horas antes de Su crucifixión, ahora, lleno
del Espíritu Santo, ¡se levanta y empieza a enseñar la Palabra al pueblo con
toda valentía! El Espíritu Santo capacitó a Pedro para hablar con valentía,
claridad y exactitud.
169
Citando varias partes de las Escrituras, Pedro comenzó a explicar lo que
estaba sucediendo y cómo las Escrituras apuntaban a la salvación en Jesús.
Luego explicó que el Señor Jesús, a quien ellos habían crucificado, no
solamente había sido resucitado de entre los muertos sino que también
había ascendido al cielo. Pedro les dijo que lo que estaban observando era
obra del Espíritu Santo enviado por el mismo Jesús, a quien ellos habían
crucificado, pero que Dios le había resucitado y hecho Señor y Mesías.
Lea Hechos 2:14-36 (versículos claves – 14-16, 21-24, 32-33 y 36).

Las palabras de Pedro impactaron a muchos de los judíos que lo estaban


escuchando. Muchos empezaron a analizar, comparar y conectar las
Escrituras (del Antiguo Testamento) con lo que
habían oído y visto de la vida de Jesús. Cuando
empezaron a darse cuenta de que Jesús
verdaderamente era el Mesías que las Escrituras
habían anunciado; y a quien en lugar de recibirlo,
92. Pedro predicando la Palabra de Dios:
habían rechazado y asesinado, se quedaron muy
Hechos 2:14-41 preocupados, afligidos y conmovidos.

Muchos de los que estaban escuchando a Pedro se convencieron


completamente de que Jesús era en verdad el Mesías prometido, así que
les dijeron a Pedro y a los otros discípulos: “H ermanos (de raza), ¿Q ué debemos
hacer ? ” Lea Hechos 2:37.

Una nueva comprensión e identificación con Dios y Su Salvador


Prometido
Para entender los eventos que veremos a continuación en la historia,
debemos primero hacer una pausa y recordar varios aspectos que ya hemos
estudiado y considerar algunos otros:

1. Debemos tomar en cuenta que los judíos de esta historia ya eran


“creyentes” en el sentido de que creían en el Dios Todopoderoso, en Su
Palabra y en el poder del Espíritu de Dios. Era precisamente por esa
razón que se habían reunido en Jerusalén. Algunos de ellos habían viajado
desde muy lejos para participar en la Pascua y celebrar lo que Dios había
hecho para liberar a sus antepasados de la esclavitud en Egipto. Estas
personas “creyeron” y se identificaron con las Escrituras, con Dios y
con la obra del Espíritu de Dios. No obstante, habían rechazado el
significado de las Escrituras reveladas en Jesucristo, el Salvador prometido.
170
2. En Mateo 28:18-20, Jesús instruye a Sus discípulos a ir a las gentes de
todas las naciones. En Hechos 1:8 dice: “…y hasta en las partes más lejanas
de la tierra ”. Debemos entender que en esas naciones lejanas, las personas
no tendrían conocimiento de las Escrituras, ni de su Mensaje, ni
conocimiento del Dios Creador – “Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”.
Al llevar el Mensaje de Dios a las naciones lejanas, los discípulos tendrían
que enseñar a la gente desde el principio para que pudieran entender el
significado del Mensaje revelado a través de tres expresiones de Dios
(Padre, Hijo y Espíritu Santo). Jesús instruye a Sus seguidores a ir a todas
las naciones y hacer discípulos, identificándolos con Dios por medio
del bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

3. En Hechos capítulo 2, encontramos unas circunstancias únicas e


interesantes. Pedro exhortó a los nuevos creyentes en Jesús a que fueran
bautizados “cada uno en el nombre de J esucristo ”, (no en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo). Esta situación era muy distinta. Estas
personas ya eran “creyentes en Dios”, y ahora habían expresado
arrepentimiento por haber rechazado, despreciado y crucificado a Jesús.
Entonces Pedro les pide evidenciar abierta y públicamente que realmente
estaban arrepentidos y que estaban confiando en Jesús como el único medio
de salvación y perdón de sus pecados, bautizándose cada uno en el nombre
de Jesucristo.

4. El bautismo es identificación. El primer “bautismo” que vimos en la


historia bíblica fue el de los israelitas cuando cruzaron el Mar Rojo
(Éxodo 14). Lea 1 Corintios 10:1-2. En el Nuevo Testamento, el bautismo
se introduce con Juan. Lea Mateo 3:1, 2, 5, 6. Debemos entender que el
bautismo que Juan practicó tenía un propósito y significado diferente al
bautismo que Jesús instruyó a Sus discípulos que enseñaran. Juan bautizó
a la gente que se había arrepentido de su pecado y que estaba esperando
que viniera el Salvador prometido. El bautismo que practicó Juan era
en preparación para la venida del Mesías. El bautismo de Jesús fue y
sigue siendo para dar testimonio de que uno se ha arrepentido para con
Dios y que está plenamente identificado en Jesús, en su muerte, sepultura y
resurrección para la vida eterna.

5. El bautismo no es parte de la salvación. El bautismo no hace a nadie hijo


de Dios, ni puede quitar los pecados. Agregar cualquier cosa, cualquier
obra o esfuerzo, incluyendo el bautismo, a lo que hizo Jesús en la cruz
para la salvación es desacreditar, ofender y rechazar a Jesucristo como el
171
Señor y Salvador. Al mismo tiempo es crear una religión de obras centrada
en el hombre. En tiempos antiguos el bautismo era la manera de hacer
público que uno había confiado en Jesús. Si alguien decía confiar en
Jesucristo, pero se rehusaba o se avergonzaba de identificarse con Él en
público por medio del bautismo, en la mente de la gente, esa actitud
claramente indicaría que la persona realmente no había confiado en Él.
Por lo tanto, el bautismo era un paso de testimonio que seguía
naturalmente a la salvación de la persona. El bautismo es un paso importante
como testimonio de identificación con el Señor en agradecimiento por la
salvación que hemos recibido. No es y no puede ser un requisito para
recibir la salvación. Nuestra salvación está completa en Jesucristo.

6. El bautismo es un cuadro o ilustración de la muerte, sepultura y resurrección


de Jesucristo. Jesús fue nuestro Representante cuando fue crucificado.
Nuestra muerte, sepultura y resurrección a la vida eterna son EN
Jesucristo. Nuestro nuevo nacimiento está EN Él. Nuestra vida, futuro,
destino y eternidad están EN Él. Así que, cuando un nacido-de-nuevo es
bautizado, sumergido en el agua, está declarando que ha aceptado que Jesús
murió y fue sepultado por él y, que también ha resucitado con y en Jesús.
Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, nosotros también fuimos
levantados de la muerte para vivir eternamente con Él y en Él. Ahora
vivimos EN Jesús y tenemos nuestra vida eterna EN Él. Bautismo significa
identificación y testimonio de nuestra fe y del hecho de que ya estamos
completos en Él.

Con estos seis puntos en mente, volvemos al capítulo 2 de los Hechos para
seguir con la historia.

Miles de nuevos creyentes añadidos a los discípulos


Ya leímos que muchos de la multitud que estaban escuchando a Pedro se
convencieron completamente que Jesús era verdaderamente el Mesías
prometido. Preguntaron a Pedro y a los otros discípulos: “¿Qué haremos?
¿Qué debemos hacer? ” (Hechos 2:37).

Pedro los exhortó a arrepentirse, a volverse a Dios e identificarse plenamente


con el Señor Jesucristo, el mismo a quien habían despreciado, rechazado y
crucificado. Ese día, alrededor de 3.000 de las personas que unas semanas
antes habían participado en la muerte de Jesús, ahora se habían convertido
en Sus seguidores. Culminamos esta lección con las palabras que Pedro
respondió a la gente. Lea Hechos 2:38-41.
172
Lección 2
La vida y el crecimiento de la iglesia y
nuestra nueva relación en la familia de Jesucristo
Concluimos la lección pasada con alrededor de 3.000 personas que habían
oído y entendido el Mensaje. Habían confiado en Jesús y se habían
convertido en discípulos de Él. Aquel día cada uno de ellos fue identificado,
por medio del bautismo, como nacido-de-nuevo y seguidor del mismo Jesús
que unas semanas antes habían rechazado y crucificado. Lea Hechos 2:41.

“La Gran Comisión”


Después de la resurrección y antes de que Jesús ascendiera al cielo,
instruyó a Sus seguidores a que hicieran discípulos en todas las naciones,
identificándolos con Dios por medio del bautismo y enseñándoles a
obedecer todo lo que Jesús les había mandado. Lea Mateo 28:18-20.

Durante los años que Jesús estuvo con Sus discípulos les había enseñado
muchas cosas. No obstante, todo lo que Jesús había enseñado, incluyendo lo
de las Escrituras y los profetas, todo se relacionaba con dos preceptos
fundamentales respecto a la ley. Estos dos puntos todavía siguen siendo
primordiales para todo seguidor sincero de Dios.

Recordemos la ocasión cuando varios de los maestros de la ley y los fariseos


le hacían preguntas a Jesús para tenderle una trampa (Mateo 22:34-40).
Los fariseos estaban cuestionando a Jesús en cuanto al significado de
obedecer la ley. Con la intención de probar a Jesús, uno de los maestros
de la ley le preguntó: “¿Cuál es el mandamiento más importante de la ley?”. La
respuesta con la que Jesús le respondió, avergonzó a los líderes religiosos y
al mismo tiempo dejó indiscutiblemente claro el fundamento sobre el que
se estableció toda la ley y las enseñanzas de los profetas. Lea Mateo 22:34-40.

Lo que Jesús enseñó sobre la ley y la obediencia estaba lleno de vida y era
totalmente diferente a la forma en que enseñaban los fariseos. Por lo tanto,
después de que Jesús ascendió al cielo y el Espíritu Santo había venido en el
día de Pentecostés, lo que los discípulos les enseñaron a los nuevos creyentes,
de una u otra manera, se relacionaba con estos dos puntos sobre el amor.
Toda su enseñanza, inclusive acerca de la obediencia; todo estaba
relacionado con amar al prójimo como a uno mismo, y amar a Dios con
173
todo el corazón, con toda el alma, y con toda la mente. Los nacidos de nuevo
seguían firmes en lo que los discípulos les enseñaron y ponían en práctica
lo que iban aprendiendo. Lea Hechos 2:42-47.

Una nueva vida y una nueva relación en la familia de Jesucristo


En estos seis versículos (Hechos 2:42-47), sobresalen siete características de
la vida de los nacidos-de-nuevo de la recién nacida iglesia. Estas cualidades
fueron el resultado de la obra del Espíritu Santo en los nacidos-de-nuevo en
Jesús. ¡El mismo Espíritu Santo que transformó estas vidas hace más de
2.000 años, sigue transformando vidas hoy! Tomemos nota de estas siete
características:

1. Los nuevos creyentes continuaron aprendiendo, creciendo y


poniendo en práctica la Palabra de Dios. Los nacidos-de-nuevo se
dedicaban a la enseñanza de los apóstoles. Perseveraban y se mantenían
constantes en el aprendizaje y en la práctica de lo que los apóstoles
enseñaban. Nosotros también debemos seguir estudiando, madurando y
aplicando todo el consejo de Dios en nuestras vidas. Siempre que
estudiamos la Palabra de Dios, debemos buscar cómo aplicarla de manera
práctica a nuestra vida (Hechos 2:42).

2. Los nacidos-de-nuevo compartían lo que tenían. Más adelante en


la historia, vemos que los nacidos-de-nuevo no sólo compartían los unos
con los otros, sino que también trabajaban juntos, servían juntos a los
necesitados y juntos extendían el Mensaje de Dios a otros lugares.
Los nacidos-de-nuevo, inspirados por el Espíritu Santo, siguieron
sirviéndose y ayudándose mutuamente (Hechos 2:42-44).

Nosotros también debemos buscar cómo servir y ayudar a los demás y


no esperar que otros nos den o resuelvan nuestras responsabilidades.
Hay personas inmaduras y egoístas quienes piensan que este texto
significa que ellos deben recibir de los demás. Cada uno debe aprender
a ser responsable, trabajar duro, ser un buen mayordomo y administrar
con sabiduría lo que tiene. Así puede tener algo para compartir y ser de
bendición a las personas que están en necesidad, los que sufren alguna
enfermedad, accidentes u otra calamidad. Cuando todos buscamos servir,
trabajar y compartir, los propósitos de Dios en este mundo avanzan y
al mismo tiempo los miembros de Su iglesia se edifican mutuamente.

174
Es un gran gozo, privilegio y bendición compartir, ayudar y contribuir con
los propósitos de Dios. Esto puede incluir apoyar a diferentes ministerios
que ayudan a los necesitados, o apoyar a los misioneros que llevan el
Mensaje de Dios a los pueblos no alcanzados. Uno puede ofrendar para la
compra de Biblias u otros materiales de enseñanza bíblica. Hay muchas
oportunidades en las que podemos ofrendar, servir, trabajar, aportar,
ayudar y participar en, y por medio de la iglesia local como también en
otros contextos. El dar y el servicio que agrada a Dios y que trae bendición
al dador, es la ofrenda voluntaria que se da con gratitud desde el corazón.

3. Los nuevos seguidores de Jesucristo dedicaban tiempo para hablar


con Dios. Los nuevos creyentes se reunían para orar juntos (Hechos 2:42).
La comunicación con nuestro Dios es sumamente importante. De la
misma manera que se habla abiertamente con un buen amigo, así debes
abrir tu corazón y hablar con Dios, agradecerle, alabarle, compartir con
Él tus inquietudes, temores y deseos. Cada nacido-de-nuevo puede hablar
con Dios como a un Padre que le ama y a quien ama, tanto a solas como
junto con su familia, o con otros amigos creyentes y también con los demás
de la congregación.

No hay una forma específica de cómo o cuándo debemos orar. Podemos


hablar con Dios en todo momento. Muchos dedican un tiempo cada día
para orar y leer la Palabra de Dios. Algunos lo hacen de madrugada,
mientras que otros por la noche. Podemos orar parados, sentados,
acostados o postrados. Podemos hablar con Dios con los ojos abiertos o
cerrados y en cualquier momento o circunstancia. No hay por qué gritar,
llorar o hacer algún escándalo para que Dios te escuche. La oración no
tiene nada que ver con “formas y momentos especiales”, “campañas y
vigilias” “lugares sagrados”, ni con el uso de palabras elegantes que suenan
espirituales. La verdadera oración es simplemente una comunicación
abierta, honesta, de corazón y sin hipocresía ante Dios.

4. Los nacidos-de-nuevo se reunían para “partir el pan”. Los creyentes


compartían juntos, comían juntos y celebraban la Cena del Señor juntos
(Hechos 2:42, 44, 46). Los discípulos (apóstoles) enseñaron a los nuevos
creyentes a recordar continuamente lo que Jesús había hecho por cada
uno de ellos. Les enseñaron sobre lo ocurrido unas semanas antes,
cuando Jesús se había sentado con Sus discípulos para celebrar por
última vez la cena de la Pascua. Unas horas más tarde, Jesús se entregaría
175
a sí mismo como el Cordero Perfecto de “la Pascua Eterna”. Con Su propio
cuerpo y sangre, Jesús pagaría la deuda del pecado del mundo.
Aunque seguramente recordamos los detalles de esta historia que
estudiamos en las Etapas 1 y 2, volvamos a leer dos de los textos
relacionados: Leamos Marcos 14:22-25, y Lucas 22:14-20.

Jesús, sentado a la mesa con sus


discípulos, tomó el pan de la cena de
la Pascua, y lo partió simbolizando
lo que pronto sucedería con Su
propio cuerpo. Luego, tomó una
copa y explicó que el vino
representaba Su sangre que sería
derramada en favor de muchos.
Jesús compartió el pan y el vino
con Sus discípulos y les dijo:
“Hagan esto en memoria de M í”. 82. La cena del Señor: Marcos 14:1-2, 10-31

Así como los creyentes en Jerusalén recordaban al Señor y Salvador


Jesús partiendo y comiendo el pan, y compartiendo el vino o jugo de uva,
nosotros también podemos hacer lo mismo y recordar y agradecer a
Jesucristo. El pan nos recuerda a Jesús, perfecto y sin pecado, y Su cuerpo,
el cual dio en la cruz por nuestros pecados. El jugo de uva o vino nos
recuerda la sangre de Jesús, con la cual se confirmó el nuevo pacto y
la cual fue derramada en favor de nosotros.

¡El tiempo que compartimos en la Cena del Señor es un tiempo para


recordar Su gran misericordia y amor hacia nosotros! Es un tiempo de
compañerismo, unidad y convivencia centrado en la gratitud a Dios por
todo lo que Él hizo por nosotros. ¡Es un tiempo cuando con alegría y
sencillez de corazón todos pueden agradecer a Dios mientras comen y
beben, recordando el sacrificio de Jesús a nuestro favor!

Nota: Celebramos la Cena del Señor no porque “somos dignos” de ella,


sino porque Jesús y lo que Él hizo por nosotros es digno de ser
recordado con acción de gracias. Lo importante es Jesús y no nosotros.
Jesús dijo: “Hagan esto en memoria de Mí ”. Así que, el enfoque de la
Cena del Señor está totalmente centrado en Jesucristo y en lo que Él hizo.
El enfoque no está en nosotros en absoluto.
176
En algunos lugares no tienen pan o no tienen donde conseguir jugo de
uva. Si no tienen pan o jugo de uva, pueden utilizar como símbolos otra
comida típica, por ejemplo yuca o plátano, y agua. Lo más importante no
es lo que coman o beban, sino que estén recordando a Jesús y
agradeciéndole por Su gracia, amor y misericordia en todo lo que hizo
para salvarnos. El enfoque no es la comida, ni quien la comparta, ni
ninguna otra cosa. Lo importante es Jesús y nuestra gratitud expresada
al recordar lo que Él hizo por nosotros. Lo hacemos en memoria de Él.

5. Los nacidos-de-nuevo alababan a Dios con alegría y gratitud.


Los creyentes estaban llenos de gratitud a Dios y lo alababan por el
perdón de sus pecados, por la vida eterna que habían recibido a través de
Jesús y por mucho más (Hechos 2:46-47). Así como los israelitas alababan
a Dios en diferentes momentos con cánticos nuevos, nosotros también
podemos hacer lo mismo. Podemos cantarle a Dios cuando estemos a
solas, con nuestra familia y también cuando nos reunamos con la familia
de Jesucristo (la iglesia, “congregación” o “asamblea”).

Podemos aprender las alabanzas escritas por otras personas de otros


lugares, pero sería mejor y más significativo si pudiéramos componer
alabanzas y cánticos de gratitud sacados de nuestros propios corazones.
Algunos quizás canten con buena entonación, mientras que otros cantamos
más parecido al aullido de un coyote. Lo importante no es que cantemos
“de manera profesional”, poniendo toda nuestra atención en ensayos con
el fin de perfeccionar cualquier cántico. Nuestro enfoque solo debe ser
el agradecer, alabar, adorar, honrar y glorificar a Dios. Sobre todo, la
verdadera adoración y alabanza es una actitud y no tanto “una actividad”
(Romanos 12:1-2).

6. Los nacidos-de-nuevo compartían la Palabra y el significado del


Mensaje con otros. Cada día se multiplicaban las personas que confiaban
en el Señor Jesús como su Salvador prometido. Los nacidos-de-nuevo
compartían con otros cómo las Escrituras apuntaban a Jesús y cómo su
propia comprensión de estas verdades los había llevado a una conversión
y transformación total. El Espíritu Santo les había dado una nueva
vida y ahora la compartían con otras personas. El testimonio de los
nacidos-de-nuevo era agradable y llamativo. Lo que compartían con los
demás era fascinante, pero aún más impresionante era el ejemplo y
testimonio de sus vidas. El resultado fue que cada día el Señor añadía a
177
la iglesia los que iban siendo salvos (Hechos 2:47). Todo nacido-de-nuevo
tiene el privilegio y la bendición de participar en compartir el Mensaje de
salvación con otros. Más adelante tendrán oportunidades de participar en
nuevos grupos de estudio. Podemos y queremos ayudar y apoyarles para
que aprendan cómo compartir la historia de Dios con otros.

7. El Espíritu Santo conectó a los nacidos-de-nuevo en amistad,


compañerismo, amor y unidad como miembros de Su cuerpo.
Todos los creyentes tenían una nueva relación en la familia de Jesucristo.
A raíz de que el Espíritu Santo vivía en cada uno de ellos, aunque cada
uno tenía sus propias particularidades, su nueva unidad con y en Jesús
hizo que tuvieran muchísimas cosas en común. Ahora, unidos en
Jesucristo, tenían un mismo Padre Celestial, el mismo Espíritu, el mismo
destino, la misma vida eterna, muchos de los mismos valores, convicciones
y propósitos. Esto fomentaba un profundo amor, aprecio, respeto y
confianza entre los nacidos-de-nuevo y los inspiraba a seguir adelante en
medio de la abundancia de tribulaciones y dificultades (Hechos 2:42-47).

¡A través de Jesucristo, nosotros también hemos sido añadidos a esta


gran familia de Dios! ¡Nosotros también compartimos estas mismas
cualidades que disfrutaban los primeros discípulos y los nuevos creyentes de
la iglesia recién nacida de Hechos capítulo 2!

178
Lección 3
El Mensaje de Jesús y Su creciente iglesia entran
en conflicto con la religión y los líderes religiosos
En el momento en que Jesús murió en la cruz, Dios rasgó el velo del templo
en dos, de arriba abajo. Con la muerte de Jesús, Dios rompió el velo del
templo, simbolizando que por medio de Jesucristo el pecador que confía
plenamente en Él tiene el camino abierto a la completa reconciliación con
Dios. La Biblia no nos dice qué hicieron los sacerdotes y los líderes religiosos
con respecto al velo rasgado. Probablemente lo remendaron. Lo que sí
sabemos es que después de la muerte, resurrección y ascensión de Jesús,
los israelitas religiosos siguieron adorando a Dios en el templo como lo
habían hecho antes.

Para entonces, los nacidos-de-nuevo, los seguidores de Jesús, tenían sus propias
reuniones en diversos lugares. No obstante, ellos también siguieron yendo al
templo, como un punto importante de encuentro, para reunirse, orar y adorar
a Dios con otros nacidos-de-nuevo. Sin embargo, se reunían aparte en un área
del templo, separados de los judíos no creyentes. Los líderes religiosos estaban
furiosos por lo que los seguidores de Jesús estaban haciendo, pero no podían
negar las maravillas que Dios estaba obrando entre y por medio de ellos.

Concluimos la lección pasada viendo que los seguidores de Jesús disfrutaban


de dos nuevas relaciones como nacidos-de-nuevo. En primer lugar,
disfrutaban de su nueva relación en Cristo como personas salvadas de la
condenación eterna. En segundo lugar, gozaban de su nueva relación los
unos con los otros como miembros de la misma familia de Jesús, el cuerpo
de Cristo que es la iglesia. Lea Hechos 2:42-47.

Los propósitos de Dios en y a través de un cojo sanado


Ahora continuamos nuestra historia con lo que sucedió un día cuando
Pedro y Juan fueron al templo a orar. Lea Hechos 3:1-11.

Pedro y Juan, en ningún momento buscaban ser alabados, reconocidos o


exaltados. El encuentro con el cojo fue inspirado y dirigido por el Espíritu
Santo. El cojo no tenía ninguna duda de que había sido sanado por Jesús
y no por Pedro y Juan. ¡Se levantó y entró en el templo brincando y alabando
a Dios (Hechos 3:8-10)!
179
Esta historia nos enseña CÓMO
debemos servir. Hoy en día, hay
muchos movimientos que se enfocan
en el hombre y en darle la honra y gloria
al “obrero” en lugar de centrarse en
Dios que hace la obra para Su propia
honra y gloria. Como nacidos-de-nuevo
y miembros del cuerpo de Cristo,
debemos servir con humildad y hacer
93. Un cojo es sanado: Hechos 3:1-10 todo para que Dios sea alabado.

La alabanza del que había sido sanado y el testimonio de Jesús que lo


sanó
Asombrada por lo que había pasado, la gente que estaba en el templo corrió
hacia donde estaban Pedro, Juan y el cojo que había sido sanado. Al ver esto,
Pedro y Juan aprovecharon para dar testimonio de Jesús a la multitud.
No hicieron alarde, ni se jactaron; tampoco se llenaron de orgullo por haber
sido utilizados por el Espíritu Santo. Se enfocaron en proclamar el Mensaje de
Dios. En ningún momento se desviaron de los propósitos eternos de Dios.
A pesar de haber visto el milagro que Jesús había hecho a través de ellos,
no les pasó por la mente la loca idea de iniciar o promover su propio
ministerio de milagros o sanidades. Entendieron claramente que lo que había
sucedido era un evento extraordinario, guiado, inspirado y dirigido por el
Espíritu Santo de acuerdo a Sus propósitos.

Cuando Jesús todavía estaba con Sus discípulos, antes de ascender al cielo, les
había prometido que cuando el Espíritu Santo viniera sobre ellos, recibirían
poder e inspiración para dar testimonio de Él bajo la dirección y guía del
Espíritu. ¡Este evento en la vida de Pedro y Juan era conforme al propósito
por el cual el Espíritu Santo había sido enviado! Ahora, ante todas las
personas del templo reunidas a su alrededor, Pedro y Juan, guiados por
el Espíritu Santo, hablaron y testificaron que había sido Jesús quien sanó
al hombre que había sido cojo de nacimiento. Basándose en las Escrituras
y los profetas (Antiguo Testamento), Pedro demostró que Jesús era
verdaderamente Él que desde el principio había sido escogido como el
Mesías. Lea Hechos 3:11-26.

180
Los líderes religiosos se oponen al Mensaje
Con toda claridad, Pedro exhortaba a la gente a cambiar de actitud, a
ponerse de acuerdo con Dios y buscar el perdón de sus pecados en Jesús.
Mientras Pedro y Juan seguían hablando a la gente, llegaron los líderes
religiosos. Estaban furiosos por las enseñanzas de Pedro y Juan y porque
muchos de los que habían escuchado habían creído el Mensaje. Entonces
arrestaron a Pedro y Juan y los metieron a la cárcel hasta el día siguiente.
Lea Hechos 4:1-4.

El ejemplo de carácter, trabajo en equipo y vidas guiadas por el


Espíritu Santo
Antes de continuar con la historia, debemos tener en cuenta que en ningún
momento Pedro y Juan se dejaron llevar por el enojo o que se hayan puesto
a la defensiva. En las buenas y en las malas, siguieron adelante, unidos en
Jesús y como hermanos en el mismo cuerpo de Cristo. Testificaban de Jesús
en equipo, unidos por un mismo amor, por un mismo espíritu y por un
mismo propósito, sin hacer nada por rivalidad o por orgullo, sino con
humildad, buscando el bien de los demás. El carácter de Pedro y Juan,
su trabajo en equipo guiado por el Espíritu Santo y su actitud de entrega
nos sirven de ejemplo en nuestro tiempo.

Pedro y Juan estaban en y con Dios en Sus propósitos eternos y por lo


tanto, Jesús estaba en y con ellos. La respuesta de Pedro y Juan a los
religiosos fue inspirada por el Espíritu Santo. Esto nos sirve de ejemplo.
Nosotros también debemos procurar alinearnos en y con el Señor Jesús y
Sus propósitos. Pedro dejó que el Espíritu Santo lo controlara, de modo que
el Espíritu le capacitó para responder y testificar correctamente. ¡Este es el
propósito por el cual el Espíritu Santo fue enviado! Lea Hechos 4:5-9.

Pedro y Juan responden al concilio de los jefes religiosos del templo


La continuación de esta historia nos muestra el compromiso y entrega,
la seriedad y la convicción de la fe de Pedro y Juan. Al mismo tiempo,
resulta cómico observar el dilema en el que los líderes religiosos se
encontraban ante esta obra de Dios que no podían negar. Escuchemos la
respuesta que Pedro y Juan dieron al concilio de los jefes religiosos, los
mismos individuos que habían incitado al pueblo a crucificar a Jesús.
Lea Hechos 4:9-22.

181
Un reto personal para cada uno de nosotros
Hay numerosos aspectos sobresalientes del testimonio de Pedro y Juan.
Sus palabras impactaron a los líderes religiosos, pero más impactante aún
fue su ejemplo. Hay algunas lecciones especiales que podemos aplicar a
nuestras vidas. Nuestras palabras tienen impacto, tanto en lo que decimos,
como en la forma en que las decimos. Pero más importante aún es nuestro
ejemplo y lo que nos impulsa en la vida.

Recordemos que Pedro era un hombre rudo y simple pescador cuando


Jesús lo llamó. En esta historia encontramos a Pedro dando un claro
testimonio, con gran precisión, valentía y brío ante un concilio de líderes
poderosos, hombres sumamente educados y preparados. Estos jefes religiosos
tenían en sus manos el poder para dar muerte a Pedro y a Juan. Veamos de
nuevo lo que dejó a estos jefes religiosos impactados de las vidas de Pedro
y Juan. El concilio se dio cuenta de que Pedro y Juan eran hombres sin
estudios ni cultura, y se quedaron asombrados al escucharlos hablar con
plena convicción y valentía acerca de Jesús. Reconocieron que eran discípulos
de Jesús. Reconocieron que habían estado con Él. Lea Hechos 4:13.

Debería ocurrir lo mismo con nosotros como nacidos-de-nuevo y miembros


del cuerpo de Cristo. ¡Las demás personas deberían ver fácilmente en
nuestras vidas, en nuestros valores, carácter, convicciones y propósitos de
vida que somos discípulos de Jesús y que hemos estado con Él! Una vez
más, vemos claramente la diferencia entre una “fe académica” y una “fe viva”.
A Dios no le interesa la fe académica. Lo que Dios quiere es la fe que
demuestra plena confianza en Él. ¡Esta es la fe que le permite transformar,
guiar y dirigir nuestras vidas en todo!

Pedro y Juan puestos en libertad


Ya puestos en libertad, Pedro y Juan fueron a reunirse con los creyentes y
les contaron lo sucedido. Había una íntima convivencia y confianza entre
los miembros del cuerpo de Cristo. Oraron juntos pidiéndole a Dios
valentía para seguir anunciando el Mensaje de Dios sin miedo. Cuando
acabaron de orar, el lugar donde estaban reunidos tembló, todos fueron
llenos del Espíritu Santo, y todos anunciaban abiertamente el Mensaje de
Dios. Lea Hechos 4:23-31.

Los nacidos-de-nuevo fueron reanimados e inspirados a seguir en y con


el propósito del Espíritu Santo, compartiendo el Mensaje de vida eterna
182
con otros. Cada nacido-de-nuevo tenía una nueva relación y una nueva vida
en y con Jesús. El Espíritu Santo estaba en y con cada uno de ellos.
Por consiguiente, ahora ya siendo hijos de Dios, tenían la bendición de una
nueva relación en la familia de Dios, que es el cuerpo de Cristo. ¡De la
misma manera, ahora que nosotros también somos hijos de Dios, tenemos
estas mismas bendiciones! ¡Cada uno de nosotros puede y debe profundizar
su relación en y con Dios y al mismo tiempo, en y con los demás miembros
de Su cuerpo del cual somos parte!

Los resultados y el crecimiento de la asamblea de los creyentes


Vemos los resultados de lo que sucede cuando nos dejamos guiar por
el Espíritu Santo. Los nacidos-de-nuevo se habían encomendado a los
propósitos de Dios con toda humildad, pero también con valentía. Cada
día Dios añadía a la iglesia los que iban siendo salvos. El grupo de los
nacidos-de-nuevo había crecido. Había una sencillez y humildad genuina en
la iglesia primitiva que debe inspirar a nuestras iglesias hoy. Los hermanos
de la asamblea, que eran muchos, eran de un solo sentir y pensar. Compartían
el mismo corazón y el mismo espíritu, compartían los mismos propósitos y
los mismos valores. Se servían los unos a los otros y estaban muy unidos.
Compartían la Palabra de Dios con las demás personas y seguían dando
testimonio de la resurrección del Señor Jesús. Dios los bendecía mucho y
su testimonio era estimado y respetado. Lea Hechos 4:32-33.

La iglesia primitiva experimenta sus primeros desafíos internos


En el libro de los Hechos, observamos al Espíritu Santo haciendo grandes
maravillas. Ahora, en nuestro tiempo, hay personas que dicen que quisieran
experimentar estas mismas maravillas y desean que estas manifestaciones
continúen hasta el día de hoy. No obstante, las manifestaciones de Dios
siempre tienen un propósito dentro de los planes de Dios en cada época y
situación. No todas las manifestaciones que observamos en el libro de los
Hechos juegan un papel en la vida cotidiana actual.

Muchas de las maravillas de Dios del libro de los Hechos se relacionan con
la misericordia y la gracia de Dios. No obstante, hay otras que se relacionan
con una “advertencia”, corrección o juicio. ¡Si Dios repitiera con frecuencia
todas las manifestaciones que encontramos en esta historia, probablemente
muchos, si no todos nosotros, ya habríamos sido eliminados!

183
La siguiente historia nos puede enseñar varias lecciones. Una de ellas es
que delante de Dios la honestidad, la rectitud y la integridad son sumamente
importantes.

El engaño de Ananías y Safira: en busca del reconocimiento y


aprobación de los hombres
De repente la comunión, la unidad y el compañerismo de la iglesia primitiva
se interrumpen con un “pero”. No había pasado mucho tiempo desde el
inicio de la iglesia cuando aparecieron actitudes inmaduras, egoístas, hipócritas
y vanidosas en la congregación. Una pareja se puso de acuerdo en un plan
para engañar a la congregación, queriendo hacerles pensar que estaban
ofrendando todo lo que tenían de la venta de un terreno cuando en
realidad no era así. Lea Hechos 5:1-11.

Esta historia no nos enseña que uno debe o tiene que ofrendar o regalar
sus cosas. A Dios no le interesan las ofrendas dadas de mala gana o a la
fuerza. La ofrenda que agrada a Dios es la que se da con alegría, gratitud,
ánimo y de corazón (2 Corintios 9:7-8). Lo que Dios juzgó en esta historia
fue el engaño, la hipocresía, la falta de honestidad, rectitud e integridad.
Pedro dijo a Ananías y Safira que el terreno era de ellos, no lo tenían que
vender. Y cuando lo vendieron, el dinero era de ellos. Además, la decisión
de compartir para los ministerios de la iglesia, o no hacerlo, también era
decisión de ellos.

El problema no tenía nada que ver con el terreno ni el dinero, sino más
bien con lo que querían lograr al planear engañar a las demás personas. Este
texto nos enseña la importancia de la integridad, la honestidad y del carácter
recto delante de Dios.

Cuando mentimos o actuamos de manera deshonesta ante los hombres,


al mismo tiempo ofendemos a Dios y pecamos contra Él. Debemos vivir
con plena rectitud en nuestra nueva relación en y con Jesús, y también en
nuestra nueva relación con las demás personas, tanto con aquellos que son
parte del cuerpo de Cristo como con los que no lo son.

184
Lección 4
Problemas, dificultades, necesidades, persecución y
vidas transformadas en el crecimiento de la iglesia
Concluimos la lección anterior en el capítulo 5 de los Hechos, la historia de
cómo Dios trató con Ananías y Safira cuando intentaron engañar a la
asamblea. El resto del capítulo lo pueden leer en su tiempo libre.
Hechos capítulo 5, nos narra varias historias muy interesantes y sobre
cómo siguió aumentando el número de los que iban siendo salvos.

El crecimiento de la iglesia y la necesidad de líderes de buena


reputación, de confianza, integridad, entendidos y llenos del Espíritu
Santo
Con el crecimiento de la iglesia, también se levantó una creciente oposición y
persecución en contra de la iglesia por parte de los religiosos. Al mismo
tiempo, el desarrollo del servicio de la iglesia creó la necesidad de líderes de
carácter que sirvieran en los ministerios y proveyeran dirección y liderazgo.

En la iglesia primitiva de Jerusalén, aparentemente había una cantidad de


viudas que no contaban con familias que las cuidaran. Entonces la iglesia
empezó a ministrar a estas viudas. Antes de leer la siguiente historia,
debemos entender que había dos clases de judíos en Jerusalén. Una clase eran
los judíos que habían nacido y crecido en la tierra de Israel, cuyo idioma
principal era el arameo o hebreo. La otra clase de judíos eran los que habían
nacido y crecido en países fuera de Israel. Muchos de ellos eran de habla
griega. Al parecer, los apóstoles estaban trabajando muy duro tratando de
seguir ministrando la Palabra de Dios mientras al mismo tiempo atendían las
crecientes necesidades físicas y administrativas de la iglesia. Veamos ahora el
problema que enfrentaron y cómo lo resolvieron. Lea Hechos 6:1-7.

En estos versículos notamos cinco puntos sobresalientes:

1. Notemos que, aunque la iglesia aún estaba en su infancia, surge una


división o distribución intencionada de los trabajos y responsabilidades
para su correcto y edificante funcionamiento. Hay dos responsabilidades
que son fundamentales e importantes para el crecimiento y el desarrollo
de cualquier congregación.

185
La primera, es el servicio de los que funcionan como “dirigentes”,
“sobreveedores” o “pastores”, los cuales sirven en el cuidado pastoral,
apoyo, dirección y bienestar espiritual de la congregación. La segunda, es el
servicio de los que funcionan como “diáconos”, los cuales sirven en el
cuidado, administración, dirección, integridad y bienestar de los ministerios
de la congregación. Más adelante en el Nuevo Testamento estas dos
responsabilidades son definidas y explicadas (1 Timoteo 3 y Tito).

2. Notemos un aspecto que se repite a lo largo de la historia de la iglesia en


el Nuevo Testamento, el trabajo en equipo. A veces puede ser más
complicado trabajar en equipo que de manera independiente; pero el
trabajar en equipo da mayor equilibrio, perspectiva, rendición de cuentas
entre los responsables y mayor credibilidad. Los apóstoles exhortaron a
la congregación a que buscara de entre ellos mismos a siete hombres para
que formaran un equipo que se encargara del ministerio a las viudas.

3. Notemos las cualidades requeridas para participar en el servicio a las


viudas (Hechos 6:3). Quizás hoy en día, muchas iglesias verían el trabajo de
compartir alimento a las viudas como algo sin mucha importancia. La
necesidad podría ser vista como algo que se podría resolver de manera
fácil, pidiendo simplemente a cualquier voluntario dispuesto a servir.
La iglesia primitiva de Jerusalén nos sirve como ejemplo, para entender
la importancia de hacer todo con excelencia e integridad. Notemos las
tres cualidades requeridas para el simple servicio de distribución de ayuda
y entrega de comida a las viudas: 1. Hombres respetados, de buena
reputación, testimonio y confianza. 2. Hombres sabios y entendidos.
3. Hombres llenos del Espíritu Santo.

4. Notemos que toda la asamblea se puso de acuerdo para trabajar en


equipo al escoger a los siete hombres que se dedicarían a este servicio
(Hechos 6:2-6). Cuando se escogieron a los siete, se reunieron con
los apóstoles quienes oraron por ellos y el ministerio. Les impusieron
las manos para mostrar que, junto con toda la asamblea, los apoyarían
en su trabajo.

5. Notemos el buen resultado de un trabajo bien hecho. El Mensaje de


Dios se extendió y el número de los creyentes aumentaba mucho en
Jerusalén. El testimonio de los nacidos-de-nuevo era tan impactante
que incluso muchos de los jefes religiosos también aceptaban la fe
(Hechos 6:7).
186
Esteban, el primero de la iglesia que fue asesinado por su fe en Jesús
El resto del capítulo 6, y el capítulo 7 nos cuenta acerca de Esteban. Les
animamos a leer la historia de Esteban en su tiempo libre. Esteban era uno
de los siete que sirvió en el ministerio a las viudas. Sabemos que aparte de
su servicio a las viudas, Esteban también enseñaba el Mensaje de Dios a
los inconversos. Además, sabemos que aparte de las cualidades mencionadas
arriba (ser de confianza, sabio y lleno del Espíritu Santo), Esteban era un
hombre valiente, sin temor y con plena convicción de su fe.

Los líderes religiosos se opusieron a Esteban y su enseñanza, pero no podían


hacerle frente porque hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.
Entonces lo llevaron ante la Junta Suprema para acusarlo falsamente. Hechos
capítulo 7 nos narra lo que Esteban dijo a la Junta Suprema en respuesta a las
acusaciones. Esteban les compartió un resumen cronológico de la historia
bíblica empezando desde Abraham.

Esteban siguió con el relato bíblico


hasta donde concluyó mostrando que
la historia apuntaba al hecho de que Jesús
era el Mesías, el mismo que ellos habían
rechazado y asesinado. Los que oyeron a
Esteban se enfurecieron y se levantaron
para matarlo. Lea Hechos 7:54-60.
94. La muerte de Esteban: Hechos 7:54-60

La muerte de Esteban y el inicio de una gran persecución contra la


iglesia
El capítulo 7 concluye con los religiosos asesinando a Esteban. Aquel mismo
día de la muerte de Esteban, comenzó una gran persecución contra la
iglesia de Jerusalén. Uno de los hombres religiosos presentes y participantes
en la muerte de Esteban era un fariseo y gran maestro entre los judíos.
Este hombre también era fanático de la idea de perseguir a los seguidores
de Jesús. Su nombre era Saulo. Saulo era un judío que había nacido en
una provincia de Roma (su nombre hebreo era Saulo y su nombre romano,
Pablo). Lea de nuevo Hechos 7:58-60, y también Hechos 8:1.

Saulo, un gran perseguidor de los creyentes en Jesús


Saulo era un ferviente fariseo y seguidor de la ley. Conocía muy bien las
Escrituras y, por supuesto, creía en Dios. Pero, Saulo no creía que Jesús
fuera el Mesías que Dios había prometido. Saulo consideraba a los
187
cristianos enemigos de Dios y una amenaza a la religión judía. Consideraba a
los cristianos como mentirosos que estaban engañando a la gente con lo que
decían acerca de la resurrección de Jesús.

Saulo pensaba que amaba a Dios y, por lo tanto, sentía que estaba haciendo
la voluntad de Dios al perseguir a los creyentes en Jesús. Empezando en
Jerusalén, Saulo persiguió a muerte a quienes seguían a Jesús. Con la
autorización de los jefes religiosos, Saulo arrestaba tanto a hombres como
a mujeres y los metía en la cárcel. Como resultado de la persecución, muchos
de los creyentes abandonaron Jerusalén y fueron a vivir a otros pueblos.
Por dondequiera que iban, los nacidos-de-nuevo compartían el Mensaje de
salvación. Lea Hechos 8:1-4.

El resto del capítulo 8 nos cuenta cómo se extendió la Palabra de Dios a


otros lugares. Nos habla de otros individuos que aceptaron el Mensaje de
salvación en Jesús; ¡incluida la historia de la conversión de un brujo, y
también la de un alto funcionario, tesorero de la reina de Etiopía! Los
animamos que en su tiempo libre, lean detenidamente todo el capítulo 8.

¡Un gran maestro religioso y perseguidor de Jesucristo se convierte en


un seguidor de Él!
Mientras Saulo seguía persiguiendo a los seguidores de Jesús en Jerusalén,
le llegó la noticia de que muchos de los que habían huido a los alrededores,
estaban hablando a la gente acerca de
Jesús dondequiera que iban. Entonces,
con la autorización de los jefes
religiosos, Saulo decidió perseguirlos,
arrestarlos y regresarlos a Jerusalén para
enjuiciarlos y castigarlos. Pero en el
camino al pueblo llamado Damasco,
Dios lo paró. ¡Saulo tuvo un encuentro
personal con Jesús y descubrió que
Aquel a quien perseguía era Dios
95. La conversión de Saulo: Hechos 9:1-9 mismo! Lea Hechos 9:1-9.

Un encuentro con Jesús y una vida transformada


Con un grupo que lo acompañaba, Saulo partió de Jerusalén rumbo a
Damasco con el fin de capturar y llevar presos a los seguidores de Jesús
que allí se encontraban. ¡Sin embargo, en el camino Jesús le estaba esperando!
188
¡El gran maestro fariseo que había salido de Jerusalén con actitud
orgullosa y arrogante, llegó a Damasco transformado, humilde, listo para
aprender y también para recibir dirección del Espíritu Santo!

En Damasco vivía un nacido-de-nuevo que se llamaba Ananías. Ananías


había oído mucho de lo peligroso y malo que era Saulo, y que había venido
al pueblo a perseguir a los creyentes. No obstante, Dios le dijo a Ananías
que había escogido a Saulo para que fuera Su testigo a la gente de otras
naciones, incluso a reyes, además al mismo pueblo de Israel. Dios envió a
Ananías para ministrar a Saulo. Lea Hechos 9:9-19.

Después de eso Saulo comenzó a proclamar y testificar con valentía y


convicción de que Jesús es el Mesías prometido. ¡Qué transformación tan
radical! Saulo había sido un líder y maestro entre los fariseos y conocía muy
bien las Escrituras del Antiguo Testamento. Sin embargo, a pesar de sus
muchos estudios y conocimientos, no había entendido el significado de las
Escrituras antes de aquel día, camino a Damasco.

Un perseguidor de Jesús convertido en discípulo de Él


Ahora convertido en seguidor de Jesús, Saulo predicaba el mismo Mensaje
que había intentado destruir. Saulo convivía, se reunía y participaba con los
demás seguidores de Jesús. Mientras tanto, también proclamaba el Mensaje
acerca de Jesús a aquellos que antes eran sus compañeros religiosos. Saulo
les hablaba cada vez con más valor y convicción, dejándolos asombrados
y maravillados, demostrándoles por medio de las Escrituras que Jesús era
verdaderamente el Mesías. Lea Hechos 9:20-22.

Una nueva relación en y con Jesús, y al mismo tiempo, una nueva


relación en y con el cuerpo de Cristo
¡La vida y la enseñanza que Saulo quería destruir aquel día del asesinato
de Esteban (Hechos 7:54-8:1), ahora era la vida de Saulo y la enseñanza que
él proclamaba! ¡Los seguidores de Jesús que Saulo quería aniquilar antes de
su encuentro con Jesús, ahora eran sus queridos, amados y apreciados
hermanos en la fe! ¡La iglesia que Saulo quería destruir, ahora era su familia
y el cuerpo de Cristo del cual él era parte!

Más adelante, en numerosas partes del Nuevo Testamento, Saulo (Pablo),


escribió sobre su vida transformada y su plena convicción acerca de Jesús
como el Señor y Salvador. Saulo/Pablo habló sobre cómo en otro tiempo
189
perseguía con violencia a la iglesia de Dios y procuró destruirla. En una
parte, Pablo escribió sobre cómo todo lo que en un tiempo consideró de
gran valor, se había convertido en basura para él al encontrar a Jesucristo.
Todo lo demás se volvió inútil comparado con el infinito valor de conocer
a Jesús su Señor y Salvador. (Filipenses 3:1-9).

Saulo – el que había sido perseguidor, ahora era perseguido


Debido a su nueva vida, convicción y dirección como discípulo de
Jesucristo, los religiosos que antes seguían a Saulo, ahora querían matarlo.
Por otro lado, aquellos a quienes Saulo antes había querido matar, ahora
estaban velando por su bienestar y protegiendo su vida. Lea Hechos 9:23-25.

Finalmente Saulo volvió a Jerusalén. ¡Había salido de Jerusalén como


enemigo de Jesús y regresó como seguidor de Jesucristo! ¡Salió persiguiendo
a la iglesia de Jesús y volvió como miembro de la familia y cuerpo de Cristo!

Saulo, ahora un hermano en la fe, es presentado a la iglesia de Jerusalén


Al llegar Saulo a Jerusalén, quiso reunirse con los creyentes, pero muchos
le tenían miedo porque dudaban que Saulo fuera en verdad un discípulo y
nacido-de-nuevo como ellos. En eso Bernabé, quien se había hecho amigo
de Saulo después de su conversión, salió en su defensa. Bernabé dio
testimonio a los demás de cómo Saulo se había convertido. ¡Él que era
líder en la persecución de la iglesia de Jesús, ahora era un líder en la
proclamación del Mensaje acerca de Jesucristo, el Señor y Salvador!
Después de la conversión de Saulo, la iglesia en todas las regiones disfrutaba
de un tiempo de relativa paz mientras seguía creciendo espiritualmente y
aumentando en número. Lea Hechos 9:26-31.

No debemos temer compartir con aquellos que se oponen o hasta odian


la Palabra de Dios. Si ellos llegan a oír la historia de Dios, entenderla y
poner su confianza en Jesucristo, pueden experimentar un cambio parecido
a la transformación que experimentó Saulo, el gran perseguidor de la
iglesia primitiva.

190
Lección 5
El Mensaje de salvación en Jesús recibido entre los no judíos
Un breve resumen de lo que hemos visto en el libro de los Hechos
hasta aquí
El libro de los Hechos es la continuación del relato bíblico contado en los
Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Es el registro de “Los Hechos de
Jesucristo”, por medio de Su Espíritu Santo. Un enfoque fundamental del
ministerio de Jesús, resaltado en los Evangelios desde el principio, es el
discipulado. Este mismo tema continúa en el libro de los Hechos.

En los capítulos 1-2: Antes de ascender al cielo,


Jesús instruye a Sus discípulos que esperen al
Espíritu Santo, el cual vendría sobre ellos con el
fin de darles poder para salir a dar testimonio de
Jesús en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta en las
partes más lejanas de la tierra (Hechos 1:8).
Recordemos que el mismo día cuando vino el 90. Jesús asciende al cielo:
Espíritu Santo sobre los discípulos, ellos dieron Hechos 1:9-12

testimonio a una multitud en Jerusalén. Aquel día


un gran número de personas confió en Jesús y
estos fueron agregados a los nacidos-de-nuevos.
Concluimos el capítulo 2 apreciando la unidad,
amor y compañerismo compartidos entre los
miembros de la familia de Jesús. El testimonio de
los nacidos-de-nuevo fue estimado y respetado por 91. La venida del Espíritu Santo:
todos. El resultado fue que cada día Dios agregaba Hechos 2:1-13

a la iglesia los que iban siendo salvos.

En los capítulos 3-4: Dios sana a un cojo y esto abre la oportunidad para
que Pedro y Juan testifiquen a otra multitud, esta vez en el templo de
Jerusalén. Como resultado, los líderes religiosos los arrestan, los amenazan y
les ordenan que dejen de enseñar en el nombre
de Jesús. Ya puestos en libertad, Pedro y Juan se
reúnen con los demás miembros del cuerpo de
Cristo y oran juntos. Concluimos el capítulo 4
observando a todos los nacidos-de-nuevo animados,
afirmados en la fe, unidos y proclamando
abiertamente y sin temor el Mensaje de Dios. 93. Un cojo es sanado: Hechos 3:1-10
191
Los capítulos 5, 6 y 7: Nos cuentan sobre cómo trató Dios con un pecado
en particular que surgió en la iglesia y, sobre Su
provisión para las necesidades de los nacidos-de-
nuevo. Además, nos muestran cómo Dios estableció
el liderazgo en la asamblea y cómo creció la iglesia.
Esteban da testimonio de Jesús a un grupo
numeroso de judíos y luego ante la Junta Suprema de
los líderes religiosos. Los jefes religiosos se 94. La muerte de Esteban:
enfurecen por causa de las palabras de Esteban y Hechos 7:54-60

proceden a matarlo.

Los capítulos 8-9: Comienza una gran persecución contra la iglesia en


Jerusalén. Con el fin de liberarse de la persecución, muchos de los creyentes
salen de Jerusalén, pero por dondequiera que iban, seguían compartiendo
el Mensaje de salvación en Jesús. Saulo, un líder principal de la persecución
en Jerusalén, extiende la búsqueda de los seguidores de Jesús a otros pueblos.
Pero en el camino a Damasco, Saulo tiene un encuentro con Jesús que
transforma completamente su vida. ¡El que no creía en Jesús y quería acabar
con Sus seguidores, termina convirtiéndose en uno de ellos! Saulo se
convierte en seguidor de Jesucristo, miembro
comprometido con el cuerpo de Cristo y además un
valiente predicador del Mensaje de Jesús. Comienza
a proclamar el Mensaje de Jesús a los fanáticos
religiosos de los cuales Saulo era uno de ellos antes
de su encuentro con Jesús. Saulo se convierte y
obtiene una nueva relación en y con Jesús y, al 95. La conversión de Saulo:
mismo tiempo, en y con la familia de Jesucristo. Hechos 9:1-9

Tres puntos importantes en preparación de la continuación de la historia


Esto nos lleva a un nuevo punto de crecimiento en la extensión del Mensaje
de salvación. Antes de continuar con nuestra historia en el capítulo 10,
debemos tomar en cuenta tres detalles importantes que nos ayudarán a
entender lo que está por venir:

1. Hasta el final del capítulo 9, los creyentes solamente habían testificado a


judíos y gentiles que habían aceptado la religión judía. (La palabra traducida
como “gentiles” en la Biblia tiene varios usos, incluyendo “personas no
judías”). Los judíos, por lo regular, no tenían trato con los gentiles, o sea,
192
personas no judías. Por lo tanto, no se les había ocurrido a los nuevos
creyentes judíos llevar el Mensaje de Jesús a los gentiles.

2. Varios aspectos conectaban al pueblo judío a su identidad y relación con


las promesas de Dios dadas a Abraham y la ley dada al pueblo a través de
Moisés. Uno de estos era la circuncisión que servía como marca que
separaba o identificaba a los que eran parte del pacto de Dios. (Nota: La
circuncisión es un corte quirúrgico para quitar la piel sobrante que cubre
la punta del pene).

El trasfondo bíblico de este pacto se encuentra en el libro de Génesis.


Recordemos que Abram y Saraí no podían tener hijos. Ellos, “buscando
ayudarle a Dios”, se pusieron de acuerdo en un plan carnal para tener
un hijo por medio de Agar, la sirvienta de Saraí. Abram y Saraí lograron
su meta, pero no era el plan ni la voluntad de Dios y como resultado
trajo un sinfín de consecuencias negativas. No obstante, por la gracia
del Todopoderoso, Dios obró un milagro y les dio un hijo propio, tal
como lo había prometido (Génesis 21). Pero antes de eso, Dios estableció
un pacto con Abram.

En Génesis 17 Dios cambia el nombre de Abram (“padre”) y le da el


nombre de “Abraham” (“padre de una multitud”). Es en este momento
cuando Dios le da la señal del pacto que es la circuncisión, la separación
de la carne. Esta separación o circuncisión externa señalaba o simbolizaba
lo que Dios quería de Abraham y lo que quiere de cada uno de nosotros,
la circuncisión de corazón. En otras palabras, lo que Dios realmente
quería y quiere es nuestra separación de la confianza en nuestros propios
medios. Esto nos libera para vivir por fe, amar a Dios con todo el
corazón y seguirlo libremente.

Ahora volvemos a Hechos capítulo 9. Para un judío, nacido-de-nuevo,


la idea de que Dios pudiese también aceptar, perdonar e incluir en Su
familia a los gentiles, que ni siquiera conocían la ley de Moisés y que no
eran circuncidados, era un pensamiento incomprensible.

3. El capítulo 10 nos lleva a un nuevo punto en la extensión del Mensaje


de salvación. A partir de este momento, el Mensaje se extiende a los no
judíos. Jesús había dicho a Sus seguidores que debían hacer discípulos de
las gentes de todas las naciones. Ahora, los creyentes judíos debían
193
entender que cualquier individuo, judío o gentil, que se arrepintiera para
con Dios y pusiera su plena confianza en Jesucristo y Su obra salvadora,
sería completamente aceptado por Dios. Tendrían que entender que la
circuncisión, la ley de Moisés, y todo lo demás que señalaban a los judíos
como el pueblo de Israel eran elementos muy buenos e importantes,
pero insuficientes para la salvación y la vida eterna que se obtiene
solamente a través de la justicia de Jesucristo.

Debido a que los apóstoles y los demás creyentes judíos aún no habían
entendido esto, Dios tuvo que realizar una serie de milagros y maravillas
para mostrarles que los gentiles también podían salvarse, obtener una
relación personal con Jesús y formar parte de Su familia. Dios tuvo que
mostrarles que TODO el que confía en el Señor Jesucristo es completamente
aceptado por Dios. ¡La siguiente historia nos narra qué hizo Dios para
extender Su Mensaje de salvación a los gentiles!

Dios prepara a un capitán romano, a su familia y amigos para recibir


el Mensaje
En los estudios de la Etapa 1, en el libro de Génesis, leímos que Dios llamó a
Abraham. Dios le prometió que a través de su descendencia todas las
naciones del mundo serían bendecidas. ¡Ahora, había llegado el momento de
que esto sucediera! Cornelio era un capitán militar romano a cargo de cien
soldados. Aunque Cornelio era gentil, él y su familia adoraban, oraban y creían
en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Lea Hechos 10:1-8.

Dios prepara a Pedro para compartir el Mensaje de salvación con


Cornelio
Al mismo tiempo que iban los enviados de Cornelio a buscar a Pedro,
Dios estaba preparando a Pedro para compartir el Mensaje de salvación
con los gentiles. Recordemos que los judíos no tenían trato con los gentiles,
ni comían, ni convivían con ellos.

Para Pedro, eran muy importantes las instrucciones que Dios le había dado
al pueblo de Israel por medio de Moisés, inclusive las reglas estrictas de no
comer animales que se consideraban impuros. Sin embargo, mediante una
visión que Dios le dio a Pedro, le hizo comprender que las leyes acerca de
los animales impuros ya no se aplicaban. También por medio de la visión,
Pedro entendería que todos los que confían en Jesús como Señor y Salvador
son completamente aceptados, limpiados y unidos a Jesucristo y Su iglesia.
Ya no debían ser considerados impuros. Lea Hechos 10:9-16.
194
Pedro encaminado en un nuevo ministerio y una nueva bendición
Pedro estaba preocupado. No entendía todavía el significado de la visión,
pero estaba a punto de experimentar un nuevo ministerio y una nueva
bendición; la extensión del Mensaje de salvación en Jesucristo a los no judíos.
Llegaron los enviados de Cornelio, Pedro los hizo entrar, y se quedaron esa
noche. Al siguiente día, Pedro y seis compañeros, también judíos seguidores
de Jesús, se fueron con los siervos que Cornelio había enviado. Al día siguiente
llegaron al pueblo donde vivía Cornelio. Lea Hechos 10:17-33.

El Mensaje de Jesucristo compartido por Pedro


Esto es lo que Pedro compartió en el hogar de Cornelio.
Lea Hechos 10:34-43.

La salvación y vida eterna llegan a la casa de Cornelio


Todavía estaba hablando Pedro cuando el Espíritu Santo vino sobre
Cornelio y los que estaban con él escuchando el Mensaje. Los creyentes
judíos que acompañaban a Pedro fueron testigos de que lo mismo que Dios
había hecho con los judíos para mostrar
que los había aceptado, ahora lo hacía
con los que no eran judíos. ¡Estaban
asombrados y admirados! ¡Era increíble!
¡Ellos, como creyentes judíos, habían
entrado en una nueva relación con estos
gentiles! ¡Ahora eran sus hermanos en
la fe! ¡Los que antes eran repulsivos
para ellos, ahora eran sus apreciados
hermanos en el mismo cuerpo de Cristo!
Lea Hechos 10:44-48. 96. Pedro y Cornelio: Hechos 10:23-48

Antes de la visita de Pedro, Cornelio y los demás de su casa ya habían


entendido que Dios era santo y que ellos eran pecadores. También sabían
que Dios había prometido enviar un Salvador, pero no sabían que ese
salvador era Jesús hasta que recibieron el Mensaje que Pedro les
compartió. Cuando entendieron y creyeron en el Señor y Salvador Jesús, el
Espíritu Santo vino sobre ellos.

Dios realizó la misma manifestación visible que había hecho con los judíos
creyentes el día de Pentecostés. Dios hizo que estos nuevos creyentes
gentiles hablaran en otros idiomas y alabasen a Dios. Esta señal sirvió para
que Pedro y sus compañeros vieran claramente que Dios aceptaba al gentil
195
de la misma manera que al judío. Así que, Pedro y sus acompañantes no
tenían ninguna duda de que estos creyentes gentiles también habían sido
aceptados por Dios.

Esta señal de las lenguas se manifestó solamente tres veces en el libro de


los Hechos. A medida que la iglesia seguía creciendo, ya no era común ni
normal ver este tipo de manifestación cuando alguien creía y el Espíritu Santo
venía a su vida.

Llega la noticia a Jerusalén de que Pedro había ido a los gentiles


Si no fuera por las instrucciones y la visión que Dios le dio a Pedro, nunca
habría visitado, comido, ni convivido con los gentiles. Cuando los hermanos
de Jerusalén recibieron la noticia de que los no judíos también habían
aceptado el Mensaje de Dios y que Pedro había estado con ellos, no sabían
qué pensar. Lea Hechos 11:1-3.

La explicación de Pedro y la alegría compartida entre los de la iglesia


Con paciencia, Pedro les contó desde el principio lo que había ocurrido.
Lea Hechos 11:4-17.

Los que escuchaban a Pedro estaban asombrados y maravillados. ¡Eso sí


fue un choque mucho más fuerte de lo que podrían haber imaginado!
¡El perdón y la salvación de Jesucristo realmente eran para TODOS! ¡Los
que estaban reunidos con Pedro alabaron a Dios al saber que ahora los no
judíos también se estaban arrepintiendo, volviéndose a Dios y recibiendo la
vida eterna tal como les había sucedido a ellos! Lea Hechos 11:18.

Una nueva asamblea del cuerpo de Cristo en Antioquía


La iglesia siguió extendiéndose y creciendo tanto entre los judíos, como
entre los gentiles. Lucas nos cuenta que después de la muerte de Esteban,
los creyentes se dispersaron, saliendo de Jerusalén, y a dondequiera que iban,
compartían el Mensaje de Jesús. Conforme se seguía compartiendo el
Mensaje a los distintos pueblos, los creyentes de habla griega anunciaban
el Mensaje de Dios entre los no judíos de la región de Antioquía. El
resultado fue que muchos de ellos también dejaron sus antiguas creencias y
confiaron en el Señor y Salvador Jesús. En Antioquía se formó una nueva
asamblea. ¡Fue en Antioquía donde por primera vez se les dio a los
discípulos el nombre de cristianos! Lea Hechos 11:19-26. (Nota: En ese

196
tiempo el griego era el idioma común o popular hablado en los países que
estaban bajo el control del imperio romano).

Cuando los de la iglesia de Jerusalén recibieron la noticia de lo que estaba


sucediendo en Antioquía, mandaron a Bernabé para ayudar, enseñar y dar
mayor dirección al trabajo. ¿Se acuerdan de Bernabé? Él fue quien había
hablado a favor de Saulo cuando los de Jerusalén temían y dudaban que
Saulo verdaderamente se hubiera convertido. Como resultado del ministerio
de Bernabé en Antioquía, mucha gente se unió al Señor Jesús. De Antioquía,
Bernabé viajó al pueblo donde estaba Saulo para pedirle su apoyo en la
enseñanza. Bernabé y Saulo regresaron a Antioquía donde juntos enseñaron
la Palabra, trabajando en equipo por un año entero.
Lea de nuevo Hechos 11:22-26.

Una nueva persecución contra la iglesia


Al llegar al capítulo 12, encontramos el comienzo de una nueva persecución
contra los seguidores de Jesús, esta vez, por parte del rey Herodes. Herodes
ordenó matar a Jacobo (Santiago), el primero de los apóstoles de Jesús en
ser asesinado. Cuando Herodes vio que esto había agradado a los judíos
que estaban en contra de los cristianos, hizo arrestar también a Pedro.
Estos judíos religiosos, que habían rechazado y despreciado a Jesús, estaban
furiosos con los judíos cristianos porque estaban enseñando a los gentiles
que podrían ser aceptados por el Dios de Abraham, Isaac y Jacob mediante
la fe sola en este Jesús. Herodes hizo arrestar a Pedro y lo metió en la cárcel.
¡Pero la iglesia estaba orando por Pedro! Lea Hechos 12:1-5.

Durante la noche Dios libera a Pedro de la cárcel


Aunque era imposible para Pedro
escapar de la cárcel, Dios decidió
liberarlo. No hay nada que Dios no
pueda hacer. Lea Hechos 12:6-11.

Al salir Pedro de la cárcel, fue a


reunirse con los creyentes y les
contó cómo Dios lo había liberado.
Lea Hechos 12:12-19. 97. Dios libra de la cárcel a Pedro: Hechos 12:5-11

197
Cosas que no podemos comprender
En esta última historia, vimos que uno fue asesinado y otro fue liberado.
Pero, ¿por qué? Dios no tiene favoritismos. Por un lado, el siervo Esteban
fue asesinado por su fe (Hechos 7), y ahora también Jacobo (Santiago).
Por otro lado, Pedro fue liberado. ¿Por qué uno recibe liberación y otro no?
Hay cosas que no podemos comprender. No obstante, la Palabra nos exhorta
a orar, aun cuando las cosas no salgan como creemos que deberían resultar.
Como nacidos-de-nuevo tenemos el derecho y la invitación de presentar
nuestros deseos, preocupaciones, peticiones, sentimientos y pensamientos
delante de Dios. Dios nos ama y sin importar las circunstancias, estamos
seguros en Cristo. La Palabra de Dios nos dice que: “Muchos pensamientos
hay en el corazón del hombre; Mas el designio de Jehová es el que se cumplirá”.

Hay partes de la historia de Dios, e incluso en nuestras propias vidas, que


no podemos comprender con claridad. Sin embargo, podemos y debemos
seguir confiando en Él, pues Dios puede ver el cuadro completo del cual
nosotros formamos solo una parte. Dios está llevando a cabo una gran
obra. Tenemos el privilegio de ser parte de esta historia. Si caminamos
conforme a Su voluntad, y las cosas no funcionan como pensamos que
deberían, podemos y debemos seguir en nuestro caminar con confianza,
sabiendo que Dios nos ama y se preocupa por cada uno de nosotros.

Saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, Judea, Samaria, y hasta


en las partes más lejanas de la tierra
Concluimos nuestro estudio de hoy, mirando cómo Dios extendió la
proclamación del Mensaje de salvación eterna a través de Sus discípulos.
Somos testigos de cómo sigue creciendo la familia de Jesús, el cuerpo de
Cristo.

Desde el inicio de nuestro estudio en el libro de los Hechos, hemos visto a


miles y miles de personas entrar en una nueva relación en y con Jesús y en
y con la familia de Jesús, el cuerpo de Cristo. Lo que comenzó en Jerusalén,
ahora ha bendecido a muchísimas vidas tanto de judíos como de gentiles
en Judea y Samaria; y ahora en nuestra historia, rápidamente está llegando a
las partes más lejanas del mundo conocido en aquel entonces.

198
Lección 6
El primero de tres viajes misioneros de Pablo
Cinco detalles que debemos tomar en cuenta y que nos ayudarán a entender
con mayor claridad la historia que viene a continuación:

1. Vimos cómo se extendió el Mensaje de salvación en Jesús y cómo ha


bendecido a muchas vidas, tanto de judíos como de gentiles. El Mensaje
se expandió de Jerusalén a la región de Judea y Samaria, y ahora,
rápidamente llegaría a las partes más lejanas conocidas de ese tiempo.
Ahora, las Buenas Nuevas de Jesús llegarían más lejos por los esfuerzos
de Bernabé y Pablo a través de un viaje misionero.

Recordemos que Saulo tenía un nombre hebreo: “Saulo”, además de su


nombre romano/griego que era “Pablo” (como ciudadano romano).
Ahora que comienza su trabajo en pueblos donde la mayoría hablan el
idioma griego, empieza a usar su nombre romano: Pablo.

2. A partir del capítulo 13 de los Hechos, el Mensaje de salvación en Jesús


es anunciado a muchos otros pueblos. En nuestro recorrido de la historia,
estaremos viendo solamente algunos de estos lugares y los eventos que
ocurrieron en ellos. Una vez más, queremos animar a cada participante a
que, en su tiempo libre, vaya leyendo toda la historia conforme avancemos
en el estudio.

3. Durante los primeros años del desarrollo de la iglesia primitiva, había


maestros de la Palabra y también profetas. Los profetas eran hombres
y mujeres a quienes el Espíritu Santo había dado alguna enseñanza
específica y exacta de lo que Dios quería comunicar a Sus hijos e iglesias.
Los únicos que podían servir como profetas eran aquellos a quienes el
Espíritu Santo había llamado y asignado esa tarea especial de comunicar
Su Mensaje. Así que, todo lo que decían era estricta y exactamente lo
que Dios quería que dijeran.

Los apóstoles originales que Jesús asignó personalmente, tenían la tarea


de establecer el fundamento de la iglesia, y lo hicieron a través de su
predicación de la Palabra que ahora tenemos en la Biblia. Ya no hay
apóstoles de este tipo en ninguna parte del mundo. Los apóstoles dejaron
de existir hace más de 2.000 años.
199
Nota: Todo apóstol legítimo fue testigo presencial del Señor Jesús
resucitado. Cada uno de ellos participó en la primera generación de
cristianos de los inicios de la iglesia primitiva. Aparte de los doce
apóstoles originales [Matías reemplazó a Judas Iscariote], solo unos
cuantos fueron considerados apóstoles. Pablo fue uno de ellos.

Todo lo que Dios quería que Sus hijos y Su iglesia entendieran a través
de los profetas y de los apóstoles está completo y se ha registrado en la
Biblia que tenemos en nuestras manos. El Espíritu Santo continuó
usando este ministerio especial de los apóstoles y profetas en la iglesia
primitiva hasta que se completó Su Palabra y Mensaje para la humanidad.

4. Otros miembros del cuerpo de Cristo, la iglesia, fueron capacitados por


Dios para ser maestros. Los maestros enseñaban solamente las Escrituras
del Antiguo Testamento y también lo que el Espíritu Santo ya había
comunicado a Su iglesia a través de los apóstoles y profetas. Los maestros
de ese tiempo, como los del día de hoy, no podrían agregar nada nuevo
a la Palabra de Dios. Hoy, hay una gran necesidad de hombres y mujeres
que enseñen correctamente la historia de Dios y su significado revelado
en el Antiguo y el Nuevo Testamento.

5. En cada uno de los pueblos donde había llegado el Mensaje de salvación


en Jesús, encontramos varias clases de personas. A las reuniones
celebradas en las sinagogas, no solamente asistían judíos, sino también
asistían dos clases de gentiles. Una clase de gentiles eran los que se habían
convertido al judaísmo, la religión del pueblo de Israel basado en la ley
entregada a Moisés y la enseñanza de los profetas del Antiguo Testamento.
Estos se conocen como “prosélitos”, o sea “los que se habían convertido
al judaísmo”. Estos habían aceptado la religión judía, y con esta, la
necesidad de ser circuncidados.

La otra clase de gentiles que asistían a las sinagogas a oír las enseñanzas
del Antiguo Testamento eran los que estaban interesados en aprender
el significado de la Palabra de Dios, pero no eran considerados parte de
la religión. Algunos de estos en verdad creían al Dios de Israel, pero
no se habían circuncidado. Fueron estos gentiles los más animados,
interesados y deseosos de aceptar el Mensaje de salvación en Jesús.

200
Bernabé y Saulo (Pablo) llamados para la obra misionera a los gentiles
Un día, en la congregación de Antioquía
(en Siria), Dios llamó a Bernabé y a
Saulo para llevar la Palabra de Dios a los
que nunca habían oído el Mensaje de
salvación en Jesús. Lea Hechos 13:1-4.

Bernabé y Saulo estaban ocupados,


trabajando duro con responsabilidad
y dedicación en la iglesia de
Antioquía cuando Dios los llamó para 98. Saulo y Bernabé separados para un trabajo: Hechos 13:1-3
que fueran a enseñar en otros lugares.
A veces, en nuestras iglesias, hay individuos que quieren ser utilizados
para hacer “grandes obras” en lugares lejanos cuando no han sido
responsables con pequeñas tareas en sus propias congregaciones locales. Hoy,
Dios todavía sigue enviando a Sus seguidores para realizar labores especiales.
Sin embargo, así como en el caso de Bernabé y Saulo, Dios elige a los que
ya están viviendo con integridad y fidelidad, sirviendo con responsabilidad,
amor y disciplina en las tareas pequeñas, así como en las grandes.
La decisión y opinión de la iglesia de Antioquía fue unánime en el llamado
de Bernabé y Saulo a la obra misionera. Cuando dice que “les impusieron
las manos”, quiere decir que los líderes y
la congregación estaban completamente
de acuerdo y que la congregación entera
estaría apoyándoles en todo. El esfuerzo
no sería solamente de Bernabé y Saulo,
sino de toda la iglesia de Antioquía.
Esta debería ser la misma actitud en
nuestras iglesias de hoy en día, cuando
enviemos obreros a servir en distintos
99. Saulo y Bernabé se van de viaje: Hechos 13:4 lugares y trabajos. Lea Hechos 13:3-5.

Comienza el primer viaje misionero


El resto del capítulo 13 nos cuenta sobre el trabajo que realizaron Bernabé,
Saulo, y Juan Marcos quien les acompañó. De Antioquía de Siria, se dirigieron
al puerto más cercano y allí se embarcaron rumbo a la isla de Chipre. Al llegar
a la isla de Chipre, primero fueron a enseñar en las sinagogas de los judíos
(Hechos 13:5). Es a partir de este momento que Saulo comenzó a usar su
nombre romano, Pablo.
201
202
La sinagoga era el mejor lugar para comenzar a enseñar. Allí se reunían los
judíos, los gentiles que se habían convertido al judaísmo (“prosélitos”), y
también otros gentiles que iban porque estaban interesados en escuchar la
Palabra de Dios. Los que iban a la
sinagoga ya conocían la historia del
Antiguo Testamento y las promesas
que Dios había hecho con respecto
al Salvador. ¡Lo que no sabían era que
el Salvador ya había venido, y que
era el mismo Jesús a quien sus
líderes religiosos habían rechazado y
crucificado! ¡No sabían que Jesús
había resucitado de entre los muertos y
que era realmente el Señor y Salvador
100. Saulo anunciando el Mensaje de Dios: Hechos 13:5 que Dios había prometido enviar!
Así que, en muchos de los pueblos donde iban Bernabé y Pablo, primero
enseñaban en las sinagogas. Comenzaban a recordarle a la gente la historia
del Antiguo Testamento y las profecías relacionadas con el Salvador
venidero. Utilizando el fundamento de la historia del Antiguo Testamento,
ellos demostraban claramente que en Jesús se había cumplido la promesa
del Salvador prometido en las Escrituras. De esta manera Bernabé y Pablo
fueron enseñando la Palabra de Dios de pueblo en pueblo.

El creciente interés y aceptación del Mensaje de salvación en Jesús por


parte de los gentiles
Dios sabía que pocos israelitas aceptarían al Señor y Salvador Jesús.
No obstante, Dios había dispuesto un plan para que a través del discipulado,
la historia de la salvación en Jesús llegara al resto del mundo. La mayoría de
los judíos se rehusaban confiar en Jesús como su Salvador porque creían
que serían aceptados ante Dios por sus propios esfuerzos en obedecer las
leyes dadas a Moisés. Sin embargo, algunos judíos sí creyeron y además
muchos gentiles que se daban cuenta de su pecado y de su incapacidad de
salvarse a sí mismos, también pusieron su confianza en Jesús. ¡Todos ellos
entraron a una nueva relación en y con Jesucristo, y también en y con la
familia de Jesús: el cuerpo de Cristo! Leamos sobre lo que sucedió cuando
Pablo y sus compañeros salieron de la sinagoga de otra ciudad también
llamada Antioquía (en lo que ahora es Turquía). Lea Hechos 13:42-50.

203
Tomado erróneamente como un dios, luego apedreado y dejado por
muerto
En el capítulo 14, Bernabé y Pablo llegan a otros pueblos donde el Mensaje
de salvación en Jesús no había sido proclamado. Llegaron a un pueblo
donde las personas adoraban a otros dioses y hablaban otros idiomas además
del griego. Allí en ese lugar, por medio de Pablo, Dios sanó a un hombre
que era cojo de nacimiento. Al ver lo que había ocurrido con el cojo, la
gente empezó a gritar en su idioma, un idioma que Bernabé y Pablo no
entendían. La gente pensaba que sus dioses habían bajado en forma de
hombre. Tomaron a Bernabé por uno de sus dioses y a Pablo por otro,
pero Bernabé y Pablo no entendían lo que pensaba y decía la gente.
Lea Hechos 14:1-13.

En el momento en que Bernabé y Pablo se dieron cuenta de lo que estaba


pasando, se metieron entre la gente rasgando sus ropas en señal de indignación
y horror, gritaron a la multitud en el idioma que era común para todos;
diciéndoles que no eran más que simples hombres como ellos. En ningún
momento dejaron que la gente les adorara. Empezaron a exhortar a la gente
a que se arrepintiera de sus vanas ideas religiosas y que se volviera al Dios
creador viviente. Lea Hechos 14:14-18.

En esto llegaron unos judíos desde los otros pueblos donde Bernabé y Pablo
habían enseñado. Estos judíos, perseguidores de Pablo y Bernabé, hicieron
cambiar de parecer a los de la multitud y los pusieron en su contra.
¡Entonces, las personas que al principio querían adorar a Bernabé y Pablo,
luego terminaron apedreando a Pablo! Creyendo que lo habían matado, lo
arrastraron fuera del pueblo y allí lo
dejaron. Sin embargo, Dios hizo otra
maravilla, sanando a Pablo para que
pudiera continuar su trabajo. En cuanto
se juntaron los creyentes alrededor del
cuerpo de Pablo, él se levantó a la
vista de todos y entró otra vez al pueblo.
El día siguiente, Pablo y Bernabé fueron
a enseñar a otra ciudad donde muchos
confiaron en Jesús y se convirtieron en
Sus discípulos. Lea Hechos 14:19-21. 101. Apedrean a Pablo: Hechos 14:19

204
Bernabé y Pablo regresan por donde habían compartido el Mensaje
Después de que Bernabé y Pablo habían compartido el Mensaje de salvación
en Jesús en el pueblo de Derbe donde muchos confiaron y se hicieron
discípulos, Bernabé y Pablo volvieron por los pueblos donde ya habían
compartido la Palabra. En cada lugar dedicaban más tiempo para enseñar a los
nacidos-de-nuevo y a animarlos a seguir firmes a pesar de las aflicciones,
dificultades e incluso persecución. Lea Hechos 14:21-22.

Nuevas iglesias y liderazgo establecido en cada lugar


En cada una de las nuevas asambleas, Pablo y Bernabé ayudaron a los
nacidos-de-nuevo a identificar ancianos (dirigentes, sobreveedores o pastores).
Pablo y Bernabé asignaron hombres responsables en cada iglesia los cuales
seguirían guiando, sirviendo y animando a los demás creyentes, tal como lo
habían hecho ellos en la formación de la congregación de Antioquía de Siria.
Lea Hechos 14:23.

El trabajo de los ancianos (dirigentes, sobreveedores o pastores), funcionando


en equipo, es sumamente importante. Se requiere de hombres maduros,
responsables, fieles, humildes y dirigidos por el Espíritu Santo. Más adelante
en la historia, vamos a conocer a uno de los discípulos de Pablo que se
llama Timoteo. Posteriormente, Pablo le escribió una carta en la que detalla
muchas de las cualidades y características que se requieren en la vida de
cualquier persona interesada en servir como dirigente en la iglesia
(1 Timoteo 3:1-7). Debemos pedirle a Dios que el Espíritu Santo prepare
a hombres entre nosotros con estas cualidades y con el deseo de ayudar,
edificar y animar a los demás con toda humildad y amor.

Bernabé y Pablo concluyen su viaje y regresan a su iglesia enviadora


en Antioquía de Siria
Se estima que fue aproximadamente un año y medio cuando Bernabé y
Pablo finalmente regresaron a Antioquía de Siria, a la iglesia que los
había enviado.

Al llegar a la iglesia de Antioquía, reunieron a los miembros de la


congregación. Les contaron todas las cosas que Dios había hecho con ellos
y cómo Dios había abierto la puerta a los no judíos, para que también
ellos pudieran creer. Un número creciente de gentiles ahora tenían una
nueva relación en y con Jesucristo, y en sus ciudades se habían establecido
asambleas del Señor Jesús en las cuales cada creyente formaba parte.
Lea Hechos 14:24-28.
205
Habiendo regresado Pablo y Bernabé a la iglesia que los envió, volvieron a
servir entre los hermanos de la congregación.

Hoy, necesitamos más hombres en nuestras iglesias con estas mismas


cualidades que observamos en la vida de Bernabé y Pablo. Bernabé y Pablo
fueron fieles tanto en las cosas pequeñas como en las grandes. Fueron
intachables y rectos en su comportamiento tanto en los lugares lejanos como
en casa. Fueron responsables en cada detalle, íntegros en cada tarea,
irreprochables en cada relación, y comprometidos en cada circunstancia.

206
Lección 7
El segundo viaje misionero de Pablo, el discipulado
multiplicado y el crecimiento de la familia y cuerpo de Cristo
A medida que el Mensaje de salvación en Jesús sigue extendiéndose a los
pueblos donde antes no se conocía, Satanás se esfuerza por impedir los
avances, y al mismo tiempo, intenta corromper la integridad de la Palabra.
La intención de Satanás siempre es hacer que el hombre deje de confiar y
descansar en la perfecta misericordia, el amor y la obra completa de Dios
en Jesús a favor de la humanidad. Quiere impulsar al hombre a que confíe
en sí mismo y en sus propios esfuerzos para ser aceptado delante de Dios,
lo que inevitablemente siempre conduce al orgullo y a la vanidad religiosa.

Una nueva amenaza: un Mensaje de salvación que requiere de las obras


del hombre
No había pasado mucho tiempo desde que Bernabé y Pablo habían
regresado de su viaje misionero, que surgió un disturbio entre los gentiles
que habían confiado en el Mensaje y la obra completa de Jesucristo. Algunos
judíos cristianos, que también eran religiosos-legalistas, habían llegado,
enseñando a los nuevos creyentes gentiles que no podían ser salvos, a
menos que se sometieran a la ley de Moisés y fueran circuncidados. Estos
judíos, equivocadamente habían mezclado el Mensaje de salvación en Jesús
con sus propios pensamientos sobre las obras y la ley de Moisés. Querían
incluir en el Mensaje de salvación la necesidad de los esfuerzos y las obras del
hombre para ser aceptados por Dios

Entonces se organizó una reunión con los apóstoles, los ancianos y la iglesia
de Jerusalén para resolver la controversia. ¡Cuando tengan un momento en
su tiempo libre, deben leer la historia completa sobre lo que sucedió
(Hechos 15:1-34)! Aquí veremos solamente las partes relacionadas con esa
reunión y una carta que se envió a los gentiles como resultado, con el fin de
afirmarlos, animarlos, instruirlos y edificarlos.
Lea Hechos 15:1-2, 12-13, 19, 22-24, 30-31.

Basándose en las Escrituras y dirigidos por el Espíritu Santo, los apóstoles y


los ancianos, con toda la iglesia de Jerusalén, resolvieron el problema.
El resultado fue la edificación de los creyentes gentiles en Antioquía y
la confirmación del Mensaje de salvación basado exclusivamente en la
misericordia y la gracia del Señor Jesucristo, en Su muerte y resurrección.
207
Todavía en nuestros días, hay un sinfín de individuos que de una manera u
otra buscarán añadir esfuerzos y obras del hombre al Mensaje de salvación
consumada en Jesucristo; obras tales como el cumplimiento de promesas y
obligaciones, la obediencia a las reglas creadas por el hombre, y el pago de
sumas de dinero, entre otras cosas. Debemos ser muy juiciosos y cautelosos
en cuidarnos de la plaga cancerosa de la religiosidad que incansablemente
siempre busca llevar a las personas a una orgullosa y engañosa confianza
en sus propias obras y en las cosas externas.

La propuesta de una visita de seguimiento a los que habían sido


alcanzados durante el primer viaje misionero
Bernabé y Pablo seguían enseñando en Antioquía de Siria. Algún tiempo
después, Pablo le propuso a Bernabé regresar a las ciudades donde habían
anunciado el Mensaje de Dios y habían fundado las nuevas asambleas
durante su primer viaje misionero. Sabían que era importante seguir
trabajando con los nacidos-de-nuevo y ayudarlos en su crecimiento y
desarrollo. Es importante anunciar y enseñar la Palabra de Dios, pero es
apenas un paso, entre muchos, en el discipulado responsable de las personas.
Los nuevos miembros de la familia de Jesús necesitan dirección, orientación,
apoyo y acompañamiento en todos los aspectos de la vida.
Lea Hechos 15:36.

Comprometidos con el mismo propósito, incluso en medio del


desacuerdo: Pablo y Bernabé se separan en su trabajo
Recordemos que en el primer viaje misionero, Bernabé y Pablo habían
llevado con ellos a un pariente de Bernabé llamado Juan Marcos. Durante
ese viaje, Juan Marcos los había abandonado y había regresado a Jerusalén
(Hechos 13:13). En este nuevo viaje, Bernabé quería que Juan Marcos los
acompañara nuevamente, pero Pablo no estaba de acuerdo por lo que
había pasado en el primer viaje. La diferencia de opinión entre Bernabé y
Pablo fue tan seria que no pudieron llegar a un acuerdo. Sin embargo,
siguieron comprometidos con el mismo propósito, aun estando en
desacuerdo. Lea Hechos 15:36-41.

Las diferencias entre Pablo y Bernabé no eran de naturaleza doctrinal,


ni relacionadas con los propósitos de Dios, la enseñanza o el trabajo. Más bien,
el desacuerdo tenía que ver con diferencias de personalidad, dones y
perspectivas.

208
De vez en cuando, tendremos desacuerdos con nuestros compañeros. En
numerosas partes de la Biblia se nos da instrucciones en cuanto a la resolución
de conflictos. Entre los seguidores de Jesús, que han alcanzado un poco
de madurez, la mayoría de los conflictos se pueden resolver con relativa
facilidad. No obstante, puede haber desacuerdos que son difíciles de resolver.
Antes de seguir con nuestra historia, debemos tomar en cuenta tres puntos
relacionados con el desacuerdo que tuvieron Bernabé y Pablo y aplicarlos a
nuestras propias vidas:

1. Aunque el desacuerdo fue muy fuerte y cada uno se mantuvo firme en


su convicción, no hay indicación alguna de que Pablo y Bernabé
tuvieran algún resentimiento, ofensas o desprecio entre ellos. Pablo y
Bernabé trataron el asunto con madurez, respeto y comprometidos con el
mismo propósito.

2. No permitieron que el desacuerdo provocara amargura entre ellos como


hermanos y compañeros. Aunque la solución a la que llegaron no les
permitió acompañarse en el viaje, sí resolvieron el asunto con una
solución para la continuación del buen trabajo. Aunque se separaron en el
trabajo, no permitieron que esto causara una división entre los demás
hermanos. (Después de esta separación entre Pablo, Bernabé, y Juan
Marcos, solo encontramos comentarios positivos el uno del otro. Incluso,
más tarde, Pablo solicita el apoyo de Juan Marcos).

3. No observamos a ninguno de los dos buscando sus propios intereses,


sino más bien lo mejor para la obra y los propósitos de Dios.
No encontramos aquí, ni en ninguna otra parte de la Escritura, a Bernabé o
a Pablo con una actitud de orgullo, arrogancia o egoísmo. Mantuvieron
un amor mutuo, aprecio y respeto el uno por el otro. Entonces resolvieron
que Bernabé tomaría a Juan Marcos y viajaría a Chipre. Pablo, por su parte,
tomaría a Silas y viajaría por Siria y Cilicia.
Lea nuevamente Hechos 15:36-41.

Pablo regresa a la misma ciudad donde había sido apedreado y allí


encuentra un nuevo discípulo
Recordemos que en el primer viaje misionero, Pablo fue apedreado en el
pueblo de Listra. En ese pueblo vivía un joven llamado Timoteo. No se
sabe nada del padre de Timoteo excepto que era griego. Al parecer, el padre
de Timoteo no tuvo participación alguna en el desarrollo espiritual de su hijo.
209
Aunque nadie puede saberlo con certeza, es muy posible que Timoteo,
su madre y su abuela pusieran su confianza en Jesús cuando Pablo y Bernabé
ministraron en Listra durante su primer viaje misionero.

No sabemos si Timoteo vio los milagros ocurridos durante esa visita.


Tampoco sabemos si fue testigo de la ocasión cuando Pablo se rehusó a ser
aceptado por la gente como uno de sus dioses, o cuando el pueblo
posteriormente lo apedreó. A pesar de que no sabemos si fue testigo
presencial de estos eventos, sí sabemos que al menos Timoteo sabía de ellos.
El testimonio, la convicción y el ejemplo de Pablo habían impactado a
Timoteo. Este joven Timoteo se había convertido y desde entonces había
caminado con seriedad y convicción en su relación en y con Jesús y en
comunión con los demás miembros del cuerpo de Cristo. (Nota: la información
adicional de esta historia procede de algunas de las cartas de Pablo).

Timoteo: Un joven comprometido y entregado


De esta manera, Pablo conoció a este joven Timoteo, de quien los demás
creyentes hablaban muy bien y, quiso que lo acompañara. Pero, Timoteo era
griego e incircunciso. Pablo sabía que Timoteo había puesto su confianza
en Jesús y que había sido aceptado por Dios. El hecho de que Timoteo no
había sido circuncidado no tenía nada que ver con su salvación. Sin embargo,
Pablo estaba pensando en que la incircuncisión de Timoteo podría ser un
gran obstáculo para muchos de los judíos en los lugares adonde irían. Los
judíos no lo aceptarían a menos que fuera circuncidado. Observemos la
convicción de Timoteo. Se sometió al dolor y a la incómoda recuperación
de la circuncisión con el fin de poder unirse a Pablo en el ministerio.
Lea Hechos 16:1-3.

Timoteo no se detuvo a pensarlo dos veces ante la necesidad de hacer los


sacrificios necesarios para poder servir a Dios con Pablo en lugares hostiles.
¡Hoy en día, podría parecer que aún los inconvenientes más pequeños son
razón suficiente para no salir de la zona de confort para ser de bendición
para otra persona! Timoteo fue usado en gran manera y fue profundamente
bendecido como resultado de su paso de fe para entregarse a los propósitos
de Dios. ¡Hasta el día de hoy, Dios sigue buscando hombres con estas
cualidades y actitudes como las que tenían Timoteo y Pablo!

210
Timoteo, un nuevo discípulo, acompañante, amigo y consiervo de Pablo
Esto fue el inicio de una profunda y significativa amistad y hermandad
entre Pablo y Timoteo. Más adelante en la historia, en sus cartas, Pablo
llama a Timoteo su: “verdadero hijo en la fe”, y su “amado hijo”. Vemos el
resultado de la entrega, amor, compromiso y convicción de Pablo, Silas y
ahora Timoteo como parte del equipo. Lea Hechos 16:4-5.

Una nota más respecto a Timoteo: Cuando Timoteo salió para acompañar
a Pablo, lo único que sabía era que aprendería y ayudaría a Pablo. Timoteo
no sabía que el discipulado con Pablo lo llevaría a tener un rol muy
importante en el desarrollo de la historia de la iglesia (más adelante en el
Nuevo Testamento). La vida de Timoteo fue utilizada en gran manera en
varios lugares y en las vidas de muchas personas. Queremos mencionarlo
aquí porque conforme sigue el desarrollo de esta historia, Timoteo no se
menciona frecuentemente, pero allí está, al lado de Pablo, aprendiendo y
madurando en todas las áreas de la vida. Cada uno de nosotros debe tener
varios “Pablos” en su vida y al mismo tiempo, unos “Timoteos” en quienes
podamos invertir nuestra vida. Dios nos quiere usar para discipular a otros
como Pablo lo hacía con Timoteo.

Macedonia: lugar de nuevos convertidos, un nuevo alboroto y la


salvación eterna de un carcelero y su familia
Después de haber visitado todas las iglesias de la región, Pablo tenía la
intención de seguir trabajando en Asia, pero Dios lo dirigió hacia
Macedonia, y a una ciudad principal, Filipos. Lea Hechos 16:11-12.

El resto del capítulo 16 nos narra tres historias interesantes. La primera es


de una mujer que oyó el Mensaje, lo entendió, lo creyó y fue bautizada
junto con toda su familia. Lea Hechos 16:13-15.

El siguiente relato nos cuenta de una muchacha esclava, poseída por un


espíritu maligno. Dios dirigió a Pablo a que expulsara de ella al espíritu malo.
Esto enfureció a los dueños de la muchacha que la usaban para ganar dinero.
Los dueños de la jovencita se enteraron que Pablo y Silas eran judíos, pero
no sabían que también eran ciudadanos romanos así como ellos. Por lo
tanto, sin el debido proceso legal, hicieron que les quitaran la ropa a Pablo y
Silas, los azotaron severamente y luego los echaron a la cárcel.
Lea Hechos 16:16-24.

211
El testimonio en la prisión que llevó a la conversión del carcelero
La continuación del relato es la tercera historia. Pablo y Silas se habían
entregado a Dios incondicionalmente. Aunque estaban sufriendo por el
Evangelio, estaban convencidos de que nada había escapado de las manos de
Dios. Así que toda la noche Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios,
y testificaban de Él mientras los otros presos los escuchaban. ¡No sabían
que esa misma noche Dios los liberaría y que terminarían en la casa del
carcelero enseñando el Mensaje de salvación a su familia! Pablo aprovechaba
cada momento, cada oportunidad y cada situación para servir a Dios y a las
demás personas. ¡Haríamos muy bien en vivir con esa misma actitud y
perspectiva con la que Pablo dirigió su vida! ¡A veces no nos damos cuenta
de las grandes oportunidades y bendiciones que nos rodean, aún en nuestros
momentos de sufrimiento y dificultad! ¿Qué lecciones podemos aprender
de esta pequeña historia? Lea Hechos 16:24-30.

102. Un carcelero pone su fe en Jesús: Hechos 16:22-34

Aquella noche no descansaron nada. El carcelero llevó a Pablo y Silas a


su casa donde compartieron la Palabra de Dios con toda su familia. El
resultado fue que cada uno de la familia puso su confianza en el Señor y
Salvador; y esa misma noche fueron bautizados. Lea Hechos 16: 29-34.

¡Por la mañana se desató una escena cómica en la que los jueces de la ciudad
ordenaron que Pablo y Silas fueran liberados, pero Pablo y Silas rechazaron
la orden y, en cambio, ordenaron a los jueces que los liberaran ellos mismos!
Lea Hechos 16:35-40.

Los preceptos del hombre desafiados por las verdades del Mensaje de
Dios
Saliendo de Filipos, Pablo, Silas, y Timoteo viajaron a otras ciudades a
enseñar la Palabra de Dios. Cuando llegaron a Tesalónica, fueron a la
sinagoga. Nuevamente, basándose en las Escrituras, mostraban a las personas
que Jesús era el Mesías prometido. Lea Hechos 17:1-3.
212
Pablo no tomó atajos ni inventó métodos agradables o rápidos para
compartir el Mensaje de salvación en Jesús. Hizo todo lo posible para dejar
a cada individuo con plena claridad en cuanto al significado de la historia
de Dios. En cada lugar y circunstancia Pablo procuró ministrar a cada persona
de acuerdo con su condición y necesidad espiritual. Debemos servir con esa
misma seriedad, dedicación y diligencia al compartir la historia de Dios con
otros. Lea Hechos 17:4-5.

La revolución espiritual en Berea


Algunos judíos y muchos griegos confiaron en Jesús. Eso hizo que los que
no creían se llenaran de celos y procedieron a alborotar a la ciudad. Para
salvarlos, durante la noche los creyentes hicieron que Pablo y Silas salieran
de la ciudad hacia otro pueblo llamado Berea. Fue en este pueblo donde
los judíos escucharon el Mensaje con todo cuidado y día tras día estudiaban
las Escrituras para ver si era cierto lo que se les decía. A través de su
estudio meticuloso de la Palabra, los de Berea se convencieron de que las
Escrituras verdaderamente señalaban a Jesucristo como el Mesías. El resultado
fue que muchos confiaron y siguieron a Jesucristo, tanto judíos como
griegos. Lea Hechos 17:10-12.

En algunos lugares, el Mensaje fue aceptado mejor que en otros. Así


sucederá con nosotros también. Pero debemos ser fieles y amar a todos
sin importar si nos tratan bien o mal.

Pasando el tiempo, los judíos de Tesalónica se enteraron de lo que estaba


pasando en Berea y rápidamente fueron en busca de Pablo para hacerle
daño. De Berea, Pablo viajó con unos acompañantes a la gran ciudad de
Atenas mientras Silas y Timoteo se quedaron por un tiempo más en Berea.
Lea Hechos 17:13-15.

El mensaje de Pablo en la ciudad idólatra de Atenas


Lo que queda del capítulo 17 nos cuenta una parte de lo que Pablo
compartió con las personas de la ciudad idólatra de Atenas. Nuevamente
vemos la manera en qué Pablo intencionalmente buscaba utilizar cada
oportunidad y circunstancia para bien. Lea Hechos 17:16-34.

Pablo y el equipo ministrando en Corinto


Después de esto, Pablo salió de Atenas y viajó a Corinto donde se quedó
un año y medio enseñando la Palabra. Lea Hechos 18:1, 4-5, 11.
213
Después de este tiempo en Corinto, Pablo se embarcó para viajar de
regreso a Jerusalén y Antioquía de Siria, pasando por Éfeso en el camino.
Había estado aproximadamente dos años y medio en el viaje.
Lea Hechos 18:19-23.

Conclusión y reto
En este punto concluimos nuestro breve resumen del segundo viaje
misionero de nuestro hermano Pablo. Tuvimos el privilegio de ver el
aumento constante de vidas que entraban a una nueva relación en y con
Jesús y con los demás miembros de Su cuerpo, la iglesia. Al mismo tiempo,
pudimos apreciar cómo Dios usó a varios individuos en la extensión del
discipulado y en el crecimiento de la iglesia. Quizás esto nos ha desafiado a
algunos de nosotros a reflexionar sobre lo que Dios quiere hacer en y a través
de nuestras propias vidas.

Mientras Pablo estaba en este segundo viaje, escribió varias cartas muy
importantes. Dos de ellas fueron escritas y enviadas a la iglesia de Tesalónica.
Estas cartas probablemente fueron escritas durante el tiempo que Pablo
estuvo en Corinto. Estas dos cartas, entre otras que Pablo escribió, forman
parte de nuestro Nuevo Testamento. El Espíritu Santo dirigió a Pablo a
escribir estas cartas, las cuales tuvieron un impacto para los creyentes de
ese tiempo, y que además tienen una enseñanza y orientación muy prácticas
para nosotros y para nuestras iglesias en la actualidad.

Cada individuo es distinto, especial y diferente a los demás. Cada quien tiene
distintas cualidades, características, dones, capacidades y particularidades.
Podría no haber tantos que tengan la misma mezcla de cualidades como las
que tuvo el apóstol Pablo. No obstante, todos podemos y debemos
apoderarnos de algunas de ellas. ¿Cuáles son al menos cinco cualidades de
la vida de nuestro hermano Pablo que revolucionarían nuestras comunidades
si estas fueran más comunes en nuestras iglesias de hoy?

Queremos animar a cada participante a que lea detenidamente los capítulos 15


al 18 que fueron resumidos en esta lección.

214
215
216
Lección 8
El tercer viaje misionero de Pablo: la multiplicación del
discipulado continúa extendiéndose
Se calcula que habían pasado aproximadamente 20 años desde que Pablo
tuvo su encuentro con Jesús en el camino a Damasco. Dios había
transformado la vida de Saulo (Pablo), y al mismo tiempo, sus convicciones,
valores y metas. El anhelo de Pablo era seguir adelante en el propósito por
el cual Jesucristo lo había alcanzado. Pablo se había convertido en un
discípulo de Jesús y desde ese momento se entregó a profundizar en su
nueva relación en Jesús con otros nacidos-de-nuevo de la familia de
Jesucristo. Al mismo tiempo, se dedicó a compartir el verdadero significado
de las Escrituras a otros y a multiplicar el discipulado.

Había pasado muy poco tiempo entre el regreso de Pablo a su iglesia


enviadora de Antioquía y su partida a lo que sería su tercer y último viaje
misionero registrado. Una vez más, Pablo regresaría para fortalecer las
iglesias, continuar la enseñanza y el discipulado entre los que habían nacido
de nuevo, así como extender el Mensaje de salvación a otros que aún no lo
habían oído. Lea Hechos 18:23

El ejemplo de la vida de nuestro hermano Pablo


Pablo sabía que la voluntad de Dios es que todas las personas tengan la
oportunidad de conocer al Señor y único Salvador Jesús y por lo tanto, estaba
decidido a hacer todo lo posible por lograr este fin. Pablo quería que otros
experimentaran la misma transformación eterna que él había experimentado.

La vida de Pablo nos sirve como ejemplo de dos transformaciones que


cada uno de nosotros debería experimentar al nacer de nuevo:

Primero: Una vida verdaderamente nueva. Dios transformó a Pablo,


su carácter, su forma de pensar y su forma de vivir. Dios le dio la salvación,
la vida eterna, una nueva vida y un nuevo destino eterno celestial. ¡Pero no
solo eso, sino que también le dio nuevos valores y propósitos para esta
vida terrenal en anticipación de la celestial!

Segundo: La transformación de su actitud y perspectiva. Pablo, impulsado


por su gratitud a raíz de la misericordia que Dios le había mostrado,
217
se esforzó por apropiarse de los propósitos más importantes de Dios para
su vida. La actitud de agradecimiento a Dios llevó a Pablo a adueñarse de
nuevos principios, dirección, convicciones y propósitos.

Esto nos sirve de ejemplo de cómo se debe vivir con el corazón puesto en
el cielo mientras nuestros ojos y manos siguen atentos, activos y enfocados
en la tierra. Todo esto tiene su fundamento en los buenos propósitos de Dios
para nosotros hoy y fue el motivo por el cual Dios envió al Espíritu Santo.
Jesús dijo: “pero cuando el E spíritu S anto venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán
a dar testimonio de mí, en J erusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en
las partes más lejanas de la tierra.” “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones,
y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo,
y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. P or mi parte, yo estaré con
ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.” (Hechos 1:8, Mateo 28:19-20).

Bendiciones y la buena voluntad de Dios para cada uno de nosotros


Dios quiere hacer una obra especial en cada uno de nosotros. Aunque la
mayoría no será enviada a lugares lejanos como lo fue Pablo, todos podemos
participar en los propósitos primordiales de Dios mientras Él concluye Su
obra en esta tierra. Algunos pueden ir, otros pueden ayudar, apoyar, orar y
enviar. Todavía hay muchos, tanto en lugares lejanos como cercanos, que
necesitan la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios y entender su
significado.

Tristemente, hoy en día muchos cristianos aún no han buscado esta increíble
transformación de sus valores y como consecuencia, pierden muchas
oportunidades y bendiciones. Hablando sobre la voluntad de Dios, Pablo
escribió lo siguiente: “A sí que, hermanos míos, les ruego por la misericordia de D ios
que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a D ios. E ste
es el verdadero culto que deben ofrecer. N o vivan ya según los criterios del tiempo presente;
al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y
lleguen a conocer la voluntad de D ios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que
es perfecto.” (Romanos 12:1-2).

El tercer viaje misionero de Pablo


Entonces Pablo recorrió uno por uno los lugares de Galacia y Frigia,
enseñando y animando a los nacidos-de-nuevo. En el capítulo 19 de los
Hechos, encontramos la llegada de Pablo a la gran ciudad de Éfeso.

218
Pablo ministra en Éfeso
Durante tres meses, Pablo siguió su costumbre de ir cada sábado a enseñar
en la sinagoga donde explicaba el significado de las Escrituras con toda
valentía. Pablo razonaba con la gente y con determinación enseñaba,
explicando detalladamente el significado de las Escrituras. A medida que
pasaba el tiempo, algunos de los que no quisieron creer, empezaron a
maldecir el “Nuevo Camino” que predicaba Pablo. Entonces Pablo se apartó
de ellos, pero siguió enseñando en una escuela que un hombre le prestó.
En ese lugar, Pablo enseñó, no solo un día a la semana, sino todos los días.
Durante un período de dos años, todos los días Pablo explicaba las
Escrituras a cualquiera que estuviera interesado en escuchar.
Lea Hechos 19:8-10.

Los milagros que Dios realizó para confirmar Su Palabra


Pablo estaba llevando a cabo un trabajo importante como apóstol de
Jesucristo en el establecimiento de la iglesia primitiva. Dios les dio a Pablo y
a los otros apóstoles capacidades especiales y extraordinarias para realizar
señales y milagros a fin de confirmar y probar que la obra era de Dios.
Lea Hechos 19:10-12.

Dios usó a los apóstoles para establecer y guiar a la iglesia de Dios y al


mismo tiempo completar la escritura de la Biblia. Dios los dirigió para
comunicar Su Palabra y para escribirla de manera precisa y exacta. Estos
escritos forman parte de nuestro Nuevo Testamento; consejo práctico,
instrucción, orientación y guía para nosotros y para nuestras iglesias de hoy.

Además, Dios dio a los apóstoles habilidades extraordinarias para hacer


señales y milagros como evidencia de que su mensaje era verdaderamente
Palabra de Dios. Nuestro Dios no ha cambiado, sigue siendo poderoso.
Todavía puede hacer milagros y en ocasiones los hace. Puede hacer los
mismos milagros que hizo a través de los apóstoles, PERO ahora la Palabra de
Dios está completa. Por lo tanto, ya no hay necesidad de señales milagrosas
para evidenciar que la Palabra es verdadera y confiable.

Arrepentimiento público
La enseñanza de la Palabra de Dios y las señales confirmaron que lo dicho
por Pablo era cierto y eso resultó en un gran arrepentimiento público.
Lea Hechos 19:18-20.

219
104. Pablo en Éfeso: Hechos 19:17-20

Durante el tiempo que Pablo estuvo en Éfeso, recibió la noticia de que los
nacidos-de-nuevo de la ciudad de Corinto se habían desviado del camino
del amor y la gratitud, y que había divisiones entre ellos. Pablo escribió una
carta a los corintios, la misma que ahora forma parte de nuestro Nuevo
Testamento y que sigue brindando orientación, instrucción, guía y enseñanza
para cada uno de nosotros y para nuestras congregaciones hoy.

La religiosidad: fuente de negocio, celos y conflicto


Uno de los templos religiosos más grandes del mundo de aquel entonces
estaba ubicado en la ciudad de Éfeso; el templo de “la gran diosa Artemisa”
(o “Diana”). Pablo había estado en Éfeso por aproximadamente dos años
y medio, y un gran número de personas había confiado en Jesús. El Mensaje
de Dios siguió extendiéndose y eso resultó ser una amenaza para los que
trabajaban fabricando figuritas de plata que representaban el templo de la
diosa Artemisa. Los que trabajaban en ese oficio se reunieron, furiosos
porque supieron que Pablo andaba diciendo que los dioses hechos por los
hombres no son dioses. (Quizás algunos de su grupo de estudio hayan
observado personalmente situaciones similares a las que se ven en esta
historia). Lea Hechos 19:23-41.

Pablo en Macedonia y Grecia


Pablo había permanecido en Éfeso tres años. En el capítulo 20, Pablo
concluye su tiempo en Éfeso animando a los discípulos, exhortándolos y
dándoles algunas instrucciones y consejo. Luego, Pablo parte rumbo a
Macedonia y Grecia para visitar, ayudar y animar a los nacidos-de-nuevo que
habían confiado en el Señor Jesús en su viaje anterior. Lea Hechos 20:1-6.

220
Durante este período, Pablo escribió otras cartas inspiradas y dirigidas por
el Espíritu Santo que ahora son parte del Nuevo Testamento. Estas cartas
tuvieron distintos propósitos según
la condición y la necesidad espiritual
de cada congregación. Sus palabras e
instrucción son tan relevantes hoy
como lo fueron el día en que Pablo
las escribió. Son palabras sumamente
útiles para animar, instruir, ayudar,
corregir, consolar, apoyar, disciplinar,
enseñar, y para llevarnos en una vida
de rectitud y justicia. 103. Una carta de Pablo: Hechos 14-20

En el viaje de regreso, la visita de Pablo a Troas


Aunque cada congregación tenía sus particularidades y rutinas distintas,
incluyendo la asamblea de Troas, los creyentes en cada lugar siempre se
reunían por lo menos semanalmente. En la mayoría de las asambleas se
reunían más frecuentemente.

Los discípulos se reunían con el propósito de adorar y agradecer a Dios;


animarse y edificarse mutuamente; y orar por distintas peticiones y
necesidades como también por los no alcanzados. Tenían el objetivo de
recordar el gran sacrificio de Jesús, Su amor y salvación a favor de cada
uno al compartir la Cena del Señor. Además, tenían el propósito de seguir
aprendiendo, creciendo y madurando en el conocimiento y en la aplicación
práctica de la Palabra de Dios. Todas estas dinámicas deberían constituir el
enfoque de nuestras reuniones regulares.

En su viaje de regreso, Pablo animaba a los creyentes de las distintas


asambleas y pueblos, inclusive en Troas donde él y sus compañeros se
quedaron con los discípulos siete días.

El último día que Pablo estuvo con los creyentes de Troas, aprovecharon
el tiempo. Como Pablo tenía que salir al día siguiente, la reunión siguió toda
la noche hasta el amanecer. ¡Durante esa reunión en particular, sucedió
algo muy interesante! Lea Hechos 20:7-12.

221
De Troas a Mileto
Nuevamente Pablo y sus acompañantes retomaron su viaje de regreso
hacia Jerusalén. Por varios motivos, Pablo no quiso retrasarse mucho tiempo
en Asia. Por lo tanto, no pararon en Éfeso sino que siguieron hasta otro
puerto relativamente cercano, el de Mileto. Estando en Mileto, Pablo mandó
llamar a los dirigentes de la iglesia de Éfeso. Cuando llegaron los líderes,
Pablo compartió con ellos una de las charlas más conmovedoras de toda su
vida. En nuestra próxima reunión, acompañaremos a estos hermanos de
Éfeso a escuchar las importantes palabras que Pablo compartió con ellos, y
con nosotros también.

Al concluir nuestra reunión de hoy, podemos tomarnos unos minutos para


conversar sobre algunos de los detalles más relevantes de la dedicación, el
amor y abnegación de Pablo al dar todo por el bienestar eterno de las
demás personas.

¿Cómo nos ha desafiado Dios a través del ejemplo de nuestro querido


hermano Pablo?

222
Lección 9
El discurso de Pablo a los sobreveedores de Éfeso y
lo que significa para nosotros
Pablo se reúne con los pastores efesios que él había discipulado
En el camino de regreso a Jerusalén, Pablo y sus acompañantes se detuvieron
varios días en la ciudad portuaria de Mileto. De Mileto, Pablo envió
mensajeros a Éfeso, que estaba aproximadamente a dos días de camino.
Mandó llamar a los que él había alcanzado, enseñado, discipulado y
reconocido como ancianos de la iglesia de Éfeso. (Nota: “ancianos” es otra
palabra con el mismo significado que “pastores”, “líderes”, “dirigentes” o
“sobreveedores”). Lea Hechos 20:17.

Unos días después, al llegar los ancianos de Éfeso, Pablo se reunió con
ellos para compartirles un último discurso. Pablo sabía que el tiempo que le
restaba en este mundo era corto, entonces quería exhortarles y dejarles unas
últimas instrucciones.

Lo que tiene mayor valor e importancia en la vida


Se calcula que habían transcurrido alrededor de 25 años desde el asesinato
de Esteban en el cual Pablo había participado, y desde que había encabezado
la gran persecución en Jerusalén contra la recién nacida iglesia. Fue poco
tiempo después, que Pablo se dirigía a perseguir a los nacidos-de-nuevo de
Damasco, que tuvo un encuentro personal con Jesús en el camino. Su vida
fue totalmente transformada. Pablo entró en una nueva relación con el
Señor y Salvador Jesús, y al mismo tiempo, con la familia de Cristo como
nuevo hijo de Dios.

En Jesucristo, Pablo había encontrado aquello que era supremo, superior e


incomparablemente mejor que cualquier cosa de esta vida. Los grandes
logros, prestigio, posición social y reconocimientos de su vida anterior,
ahora Pablo los consideraba como excremento y basura; cosas detestables
en comparación con lo que había encontrado en Jesucristo. Dios había
alcanzado y rescatado a Pablo. En gratitud, lo único que Pablo quería era
lograr el propósito para el cual Jesucristo lo había alcanzado primero
(Filipenses 3:1-15).

223
Entonces, Pablo quería ayudar, apoyar, animar y edificar a los pastores
efesios, y por medio de ellos a toda la iglesia. A través del ejemplo que les
había mostrado y del discipulado personal de estos nuevos líderes, Pablo
quería afirmarlos en el valor del Mensaje de Dios. Además, quería advertirles
de los graves peligros que sin duda llegarían con el tiempo.

El ejemplo que Pablo representaba para estos hombres a lo largo de los años,
y las palabras que compartiría con ellos en Mileto, han servido desde
entonces para inspirar a millones de personas en todo el mundo y tienen
un desafío especial para cada uno de nosotros hoy. Hemos categorizado este
discurso de Pablo en siete partes: 1. El ejemplo de Pablo, 2. la enseñanza
de Pablo, 3. el corazón de Pablo, 4. la convicción de Pablo, 5. el encargo
que Pablo les dejó, 6. la iniciativa de Pablo y, 7. el amor de Pablo:

1. El ejemplo de Pablo: El verdadero discipulado es de naturaleza


personal
Cuando los pastores de Éfeso se reunieron con Pablo, primero les recordó
CÓMO había vivido y trabajado entre ellos. Lea Hechos 20:17-19.
El ejemplo del servicio de Pablo está en marcado contraste con gran
parte de lo que vemos en “el ministerio” hoy. Pablo llegó a Éfeso
sirviendo, y desde el primer día, había servido con toda humildad,
con lágrimas y en medio de muchas pruebas. En la mayor parte del
tiempo, Pablo había sufrido dificultades, peligros, amenazas y oposición.
No obstante, continuó sirviendo a Jesús y a las demás personas con
toda humildad y perseverancia. ¡Debemos entender que cuando dice:
“con muchas lágrimas”, eso no quiere decir que Pablo pasaba todo el día
de niño llorón! Al contrario, Pablo era un hombre fuerte, esforzado,
persistente, robusto y dinámico; pero también era humilde de corazón,
atento y sensible a las necesidades de las demás personas.

Hoy, hay una gran necesidad en nuestras iglesias de hombres como


Pablo: hombres que realmente trabajen duro, pero que también sepan
CÓMO servir y trabajar con perseverancia, humildad, atentos y sensibles a
las demás personas. Esto debería servirnos de ejemplo y desafío.

2. La enseñanza de Pablo: El verdadero discipulado requiere una


enseñanza personal y puntual
Habiéndoles recordado de cómo vivió, sirvió y trabajó entre ellos,
Pablo les recuerda el fundamento de su enseñanza: QUÉ enseñó y
224
CÓMO lo enseñó. Fue persistente en enseñarles TODO lo que era
para su bien, tanto en las reuniones públicas como de manera personal
en sus casas. Lea Hechos 20:20.

Puede ser difícil enfrentar a las personas con la verdad que es para su
bienestar. Hay “líderes” que no comparten la verdad con la gente si creen
que podría causar alguna molestia o conflicto. Al mismo tiempo, hay
otros “líderes” que se van al otro extremo, y declaran orgullosamente que
ellos siempre le dicen la verdad a la gente, sin importar cómo les afecte.
Lamentablemente no siempre lo hacen mostrando amor y humildad, y a
veces es difícil percibir alguna intención de beneficio real para la gente.
Se necesitan líderes que digan la verdad, pero con amor, humildad y
preocupación genuina por las personas.

Hoy, hay una gran necesidad en nuestras iglesias de más individuos como
Pablo: individuos que se interesen por el bienestar de cada persona,
dispuestos a no solo enseñar en “un estudio bíblico” de grupo, sino
también de manera personal. Esto debería animarnos a reconocer
nuevamente la importancia no solo de la buena enseñanza bíblica,
organizada y bien preparada, sino también del discipulado personal,
el cuidado y la instrucción puntual e individual.

3. El corazón de Pablo: El verdadero discipulado es el que se interesa


por todas las etnias, gentes y pueblos
Aunque cada uno de nosotros tiene sus propios círculos o grupos con
los que puede compartir la historia de Dios, a la vez, deberíamos
interesarnos en las demás personas, naciones, etnias y pueblos. Demasiados
cristianos hoy limitan sus intereses a un círculo muy estrecho de
familiares, amigos y su propia iglesia. La disposición a involucrarse
en algún ministerio a otros es extremadamente limitada. Además,
incluso hay iglesias hoy en día que no tienen absolutamente ninguna
participación en el servicio fuera de su propia congregación, mucho
menos en el enviar o apoyar misioneros en el extranjero.

En todas nuestras comunidades hay áreas en las que podemos servir,


ya sea con los enfermos, los huérfanos, los ancianitos, los presos,
los drogadictos y los desamparados, por mencionar algunos. Hoy hay
una gran necesidad de más obreros como Pablo: obreros que se
preocupen por todas las personas, incluyendo las que no son como ellos
225
y también por los pueblos no alcanzados con el Mensaje de Dios. Pablo
compartía el Mensaje de Dios con los judíos y con los no judíos. Servía
en cada momento. Aprovechaba cada oportunidad para ayudar a las
personas a entender que solo hay un camino por medio del cual el
pecador puede ser salvo y recibir la vida eterna, Jesucristo mismo.
¡Este es un excelente ejemplo y desafío para cada uno de nosotros!
Lea Hechos 20:21.

4. La convicción de Pablo: El verdadero discipulado es una cuestión


de valores
Aunque Pablo no sabía exactamente lo que le iba a suceder, sí sabía que
le esperaba la cárcel y muchos sufrimientos. Los ancianos de la iglesia
de Éfeso ya habían visto sufrir a Pablo por causa del Mensaje de Dios.
Habían observado que sus valores y convicciones eran firmes y que
no podía ser desanimado o desviado de los propósitos de Dios en su vida.
Para Pablo, más importante que preservar su propia vida, era cumplir
su misión de anunciar las Buenas Nuevas del amor de Dios y enseñar
todo el plan de Dios para la humanidad. Estaba dispuesto a morir por
causa del Mensaje de la salvación en Jesús y sabía que aún en la muerte,
Dios nunca lo dejaría. Lea Hechos 20:22-27.

Es importante tener convicciones y valores en esta vida. Los valores


que Pablo había alcanzado en su nueva relación en Jesús eran firmes.
Hoy hay una gran necesidad en nuestras iglesias de discípulos que
tengan convicciones y valores firmes respecto a la Palabra y los propósitos
de Dios en sus vidas. Se necesitan discípulos firmes, comprometidos,
estables y dedicados en la iglesia y en las diversas obras de Dios. Quien
no tenga convicciones y valores firmes en su vida, fácilmente se sentirá
desanimado cada vez que surja algo difícil o desagradable. Pablo corrió
la carrera de la vida con los ojos puestos en la meta. Cada uno de
nosotros haría bien en hacer lo mismo.

5. El encargo que Pablo dejó a los pastores: El verdadero discipulado


es el que se multiplica
En los siguientes cinco versículos, encontramos un encargo de tres partes
que Pablo compartió a los ancianos de Éfeso. Lea Hechos 20:28-32.

Primero: Les dijo que debían tener cuidado de ellos mismos y velar por
su propia integridad. Debían vigilarse cuidadosamente a sí mismos en
226
cada aspecto de sus vidas. Debían estar atentos y vigilar sus propias
actitudes, pensamientos, palabras, acciones, comportamiento, mayordomía,
uso de su tiempo, su trato con el sexo opuesto; vida física, vida moral y
vida espiritual. Debían velar por TODOS los aspectos de sus propias
vidas, y al mismo tiempo apoyar y velar por la integridad de los demás
pastores.

Segundo: Les dijo que debían cuidar de toda la congregación. Pablo


mandó a los ancianos a trabajar responsablemente vigilando y cuidando a
la congregación. Pablo había sido su ejemplo a través del discipulado.
Durante tres años, de día y de noche Pablo había trabajado entre ellos
sirviendo, enseñando, aconsejando, instruyendo e invirtiendo en sus vidas
de acuerdo con la condición y la necesidad espiritual de cada uno. Los
ancianos debían velar por el bienestar de la gente en todos los sentidos.

Tercero: Pablo les dijo que debían estar atentos de los que vendrían
después con intenciones de acabar con la iglesia. También, les advirtió
que aun de entre ellos, algunos se llenarían de orgullo y enseñarían
mentiras para que los creyentes los siguieran. Al final, Pablo les
encomendó a Dios y al Mensaje de Su gracia. Les recordó que la
Palabra es poderosa para suplir todas sus necesidades, edificarlos y
hacerlos crecer.

Estos tres encargos son tan válidos y aplicables para nosotros hoy, como
lo eran para los líderes de Éfeso. Se necesitan más líderes humildes,
responsables y disciplinados que velen diligentemente por su propia
integridad, que velen responsablemente por el bienestar de los demás y
que vivan fielmente entregados a Dios y a Su poderosa Palabra.
Nuevamente lea Hechos 20:28-32.

6. La iniciativa de Pablo: El verdadero discipulado requiere iniciativa,


responsabilidad y disciplina
Pablo concluyó su discurso recordando a los pastores que nunca había
vivido perezosamente entre ellos, buscando tomar lo de los demás, sino
más bien, había trabajado duro para tener con qué aportar. En ocasiones
Pablo recibía ofrendas de apoyo y a veces ganaba lo necesario para
sus propias necesidades y para los que le acompañaban. Pero siempre
trabajó duro y responsablemente en cada circunstancia para no ser una
carga innecesaria para los demás mientras servía ministrando con sus
227
equipos. Además, siempre procuraba tener lo suficiente para poder
apoyar a aquellos que estaban trabajando de tiempo completo en el
ministerio, y para ayudar a los enfermos y los necesitados. Pablo no era
perezoso. Era un ejemplo vivo de que verdaderamente “hay más dicha en
dar que en recibir”. Pablo quería recordar a los ancianos de Éfeso de su
testimonio y al mismo tiempo animarles a seguir su ejemplo.
Lea Hechos 20:33-35.

Hoy hay una gran necesidad de más cristianos que trabajen duro como
lo hizo Pablo. Se necesitan obreros que trabajen esforzadamente, no
solamente para suplir para sus propias necesidades y las de su familia,
sino que también puedan participar apoyando generosamente a los siervos
de su iglesia, a los misioneros que trabajan alrededor del mundo y para
ayudar a otras necesidades y ministerios. Se necesitan más cristianos que
hayan aprendido la gran lección de que, en verdad, “hay más dicha en dar
que en recibir”.

7. El amor de Pablo: El verdadero discipulado se edifica con amor


Pablo amaba y apreciaba a sus hermanos en la fe. Pablo no solo había
servido fielmente entre ellos, sino que también les había mostrado el
amor de Dios, y más aún su propio amor y preocupación por ellos desde
el primer día que llegó a Éfeso años antes. Después de decir estas cosas,
se llegó el momento de su partida. Pablo se puso de rodillas y oró por
ellos y con ellos. Era un momento profundamente conmovedor. Todos
lloraron, tristes porque Pablo les había dicho que no lo volverían a ver.
Entonces, después de haber orado juntos, se despidieron de Pablo y
luego lo acompañaron hasta el barco. Lea Hechos 20:36-38.

Pablo y sus compañeros se embarcaron y continuaron el viaje de regreso


a Jerusalén. Mientras viajaban, se hizo cada vez más evidente que Pablo
enfrentaría graves peligros, dificultades y encarcelamiento por causa del
Mensaje y por seguir a Jesús. (Les animamos, en su tiempo libre, a leer
sobre el resto de este viaje, registrado en Hechos 21:1-16).

Un desafío práctico, transformador y determinante


En este estudio en particular, nos hemos encontrado con varios desafíos
para nuestras vidas. Consideremos uno más antes de concluir esta lección.

228
Pablo era un hombre que había estudiado las Escrituras desde muy joven y
había llegado a ser un experto maestro de las Escrituras y de la ley de Moisés.
No obstante, su vida siguió espiritualmente muerta hasta que tuvo el
encuentro personal con Jesús. Pablo era un hombre no solo fuerte y robusto
físicamente, sino que también era un gran intelectual. Era un hombre
pensador, inteligente, analítico y racional. Su relación con Jesús fue real,
no basada en emociones sino en la verdad absoluta de la Palabra, verdades
que Pablo comprobaba una y otra vez.

No mucho antes de la reunión en Mileto, Pablo había escrito una carta a


los creyentes en Roma. En sus escritos, Pablo detallaba una serie de
observaciones conformes a la razón, la sabiduría, la verdad y la realidad de
la Palabra de Dios y cómo deberíamos responder a ella. Las palabras que
Pablo compartió con los ancianos de Éfeso están relacionadas con un
desafío y una conclusión lógica que encontramos en su carta a los romanos.

Concluimos nuestro estudio de hoy, leyendo y considerando las implicaciones


de ese desafío. Lea el texto cuidadosamente, y luego como grupo, conversen
sobre lo que este desafío podría significar para nosotros hoy, si realmente
viviéramos de acuerdo con lo que dice.

103. Una carta de Pablo: Hechos 14-20

Lo que Pablo escribió para animar a los nacidos-de-nuevo de Roma:


¡Q ué profundas son las riquezas de D ios, y su sabiduría y entendimiento!
N adie puede explicar sus decisiones, ni llegar a comprender sus caminos.

229
P ues “¿quién conoce la mente del S eñor? ¿Q uién podrá darle consejos? ¿Q uién le ha dado
algo antes, para que él tenga que devolvérselo?” P orque todas las cosas vienen de D ios,
y existen por él y para él.
¡Gloria para siempre a D ios! A mén.
P or tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de D ios que se presenten ustedes
mismos como ofrenda viva, santa y agradable a D ios.
Éste es el verdadero culto que deben ofrecer.
N o vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de
pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de D ios,
es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto (Romanos 11:33-12:2).

230
Lección 10
Pelear la buena batalla, terminar la carrera, y
permanecer fiel
En nuestro estudio anterior, leímos acerca de Pablo y sus compañeros que
se embarcaron en Mileto para seguir su viaje hacia Jerusalén. Pablo ya sabía
que enfrentaría graves peligros, dificultades y encarcelamiento por causa
del Mensaje y por seguir a Jesús. Conforme avanzaban en el viaje hacia
Jerusalén, se hicieron cada vez más evidentes las pruebas que le esperaban
a Pablo.

Dios le había dicho a Pablo que daría testimonio a otras naciones e incluso
ante sus gobernantes. Pronto Pablo se encontraría haciendo precisamente
eso, compartiendo el Mensaje de Dios a gobernantes y hasta a reyes
(Hechos 9:15). Ahora, en este estudio, resumiremos los últimos capítulos del
libro de los Hechos. Los capítulos 21 al 28 nos hablan del testimonio de
Pablo en Jerusalén y en otros lugares durante un largo proceso en el que
fue llevado como prisionero a Roma y finalmente presentado ante el
emperador del imperio romano.

Les animamos a leer, en su tiempo libre, estos últimos capítulos 21-28 de


Hechos. En ellos somos testigos, no solo del testimonio de Pablo, sino
también de la manera cómo compartió la Palabra de Dios en cada lugar.

Pablo llega a Jerusalén y poco después es llevado prisionero a Cesarea


En el capítulo 21, Pablo finalmente llega a Jerusalén después de
numerosos años ministrando en Asia y Grecia. Apenas habían pasado
unos días cuando los judíos religiosos encontraron a Pablo en el templo.
Rápidamente difundieron falsos rumores y acusaciones en contra de Pablo,
causando así un alboroto en toda la ciudad. Esto llevó a que Pablo fuera
arrestado por los soldados romanos. Sin embargo, esto también condujo a
nuevas oportunidades para dar testimonio de Jesucristo a una gran multitud
en Jerusalén (capítulos 22 y 23).

Unos días después, Pablo fue llevado a Cesarea y presentado ante el


gobernador romano. En Cesarea, Pablo estuvo preso por más de dos años.
No obstante, tuvo muchas oportunidades para compartir el Mensaje de Dios
con dos gobernadores, así como con muchas otras personas (capítulos 23 y 25).
231
Pablo comparte con un rey un resumen de la historia de su vida y del
testimonio de Jesucristo
Tomaremos unos minutos y leeremos el resumen de lo que Pablo compartió
con el rey, su esposa, el gobernador y con aquellos que los acompañaban.
Lea Hechos 26:1-32.

Pablo aprovechaba cada oportunidad que se le presentaba para compartir


el Mensaje de salvación. Demostraba claramente a través de las Escrituras
que Jesús es el Señor y Salvador. Durante los siguientes y últimos años de
su vida, Pablo continuó animando a los nacidos-de-nuevo y testificando a
muchas personas en diferentes lugares. Compartió con prisioneros, con
líderes militares, con marineros, con personajes importantes de distintos
pueblos y con muchas personas más. Pablo le testificó a judíos y no judíos,
pequeños y grandes, ante jefes religiosos, gobernadores y reyes; pero su
enfoque fue siempre el mismo: el significado de las Escrituras revelado
en Jesucristo. Lea Hechos 26:22-23.

Pablo enviado al emperador en Roma


Poco después, Pablo fue enviado ante el emperador en Roma.
Lea Hechos 27:1-2.

El viaje a Roma fue largo, duro y difícil. Durante esta travesía sucedieron
numerosas cosas interesantes que le dieron a Pablo oportunidades
extraordinarias para demostrar el poder y la verdad de la Palabra de Dios.
En el capítulo 27 y la primera mitad del capítulo 28, se nos habla sobre
este viaje aventurero a Roma.

Habiendo llegado a Roma, Pablo siguió preso, pero las autoridades le


permitieron vivir aparte siendo custodiado por un solo soldado. Además, le
dieron a Pablo muchas libertades, entre ellas, la de poder reunirse con
todos los que quisieran visitarlo.

105. Pablo encarcelado: Hechos 24:27; 28:16


232
Unos días después de haber llegado a Roma, Pablo mandó llamar a los líderes
judíos locales para compartir con ellos el Mensaje de Dios.
Lea Hechos 28:16-24.

La mayoría se rehusó creer, aceptar y confiar en Jesús como el Libertador


prometido desde la antigüedad. Sin embargo, en todos los lugares visitados
por Pablo, siempre había quienes sí confiaron en Jesucristo como el Mesías.
Aquellos que se arrepintieron para con Dios, habiendo puesto su plena
confianza en el Señor y Salvador Jesús, nacieron de nuevo y entraron a una
nueva relación en y con Él y al mismo tiempo, entraron a una nueva relación
en la familia de Jesucristo.

Pruebas, problemas y padecimientos; promesas, propósitos y


perseverancia
Una de las cosas más difíciles para nosotros en esta vida es pasar por
pruebas, problemas y padecimientos. Aun estando conscientes de las
promesas de Dios, de los propósitos de Dios y de la necesidad de perseverar,
puede ser difícil esperar pacientemente en Él.

Tal vez tengamos problemas, necesitemos dirección o sabiduría, quizás


estemos enfermos o tengamos alguna otra dificultad y deseamos que Dios
nos responda de inmediato. O tal vez como Pablo, estamos sufriendo
injusticias a causa del Mensaje de Dios y por nuestra fe en Jesucristo. A veces
Dios no nos responde de la manera en que pensamos que debería. Dios
podría permitir que nuestra fe sea puesta a prueba con el fin de desarrollar
en nuestras vidas: fortaleza, sabiduría, bendición y madurez. Pablo
experimentaba todas estas cosas y más, y había meditado sobre ellas a la luz
de las Escrituras. Pablo tenía la plena convicción de que las promesas y
los propósitos de Dios eran razón suficiente para perseverar, sin importar
las circunstancias.

Recordemos que más de una década antes, durante el segundo viaje


misionero de Pablo, había invitado a Timoteo a acompañarlo. Desde ese
momento, Timoteo había aprendido, crecido y madurado bajo el discipulado
de su mentor espiritual, Pablo. Cuando Pablo percibió que su muerte era
inminente, escribió una segunda carta a este querido hijo espiritual Timoteo
en la que le recuerda cómo las promesas de Dios, los propósitos de Dios y
la perseverancia ante Dios se unen al final.

233
Pablo escribió a Timoteo: P ero tú conserva siempre el buen juicio, soporta los
sufrimientos, dedícate a predicar el mensaje de salvación, cumple bien con tu trabajo. Yo ya
estoy para ser ofrecido en sacrificio; ya se acerca la hora de mi muerte. H e peleado la
buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la
corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente
a mí, sino también a todos los que con amor esperan que él vuelva (2 Timoteo 4:5-8).
Las cartas de Pablo
Durante sus viajes misioneros y en su tiempo de cautiverio, Pablo escribió
varias cartas. Unas fueron dirigidas a las iglesias y otras a algunos individuos.
Estas cartas forman parte de nuestro Nuevo Testamento, como parte de la
Palabra de Dios para cada uno de nosotros. Generalmente, se cree que
Pablo escribió 13 cartas. (Algunos eruditos atribuyen otra carta del Nuevo
Testamento a la mano de Pablo, “la carta a los Hebreos”, aunque esta carta no
revela explícitamente quién la escribió).

Se estima que estas cartas atribuidas a Pablo fueron escritas durante el


transcurso de aproximadamente 15 años desde sus viajes misioneros hasta
su muerte en Roma. En nuestro Nuevo Testamento, las cartas de Pablo no
están en orden cronológico, sino más bien agrupadas de la siguiente manera:
en primer lugar, las cartas a las iglesias, seguidas por las cartas escritas a
individuos. Luego, aparecen las más largas primero, seguidas por las más cortas:

234
La Palabra de Dios para nosotros hoy
Inspirado por el Espíritu Santo, Pablo escribió estas cartas para tratar con
necesidades y situaciones específicas de su tiempo. Sin embargo, esta
misma Escritura inspirada es la Palabra perfecta de instrucción, consejo,
sabiduría y guía de Dios para nosotros hoy.

Los escritos de Pablo abordan una multitud de temas relacionados con la


vida cristiana. Pablo escribió sobre cuestiones doctrinales; cuestiones
relacionadas con la debida función de la iglesia; cuestiones domésticas,
matrimonio y la crianza de los hijos. También, trató con cuestiones sociales
y legales; cuestiones personales como convicciones, valores, propósitos,
mayordomía, conflictos y desacuerdos entre hermanos; cuestiones
espirituales como la fe, la reconciliación, la salvación, el amor y la gracia
de Dios. Además, Pablo explica sobre la nueva vida y relación que uno
puede tener en Jesús y en la familia de Jesucristo, Su iglesia.

En una de sus cartas a su querido discípulo Timoteo, Pablo le recuerda que:


Toda E scritura está inspirada por D ios y es útil para enseñar y reprender, para
corregir y educar en una vida de rectitud (2 Timoteo 3:16).

Los últimos días de la vida de Pablo


El libro de los Hechos concluye mientras Pablo todavía seguía preso en
Roma. La Biblia no nos cuenta cuánto tiempo vivió Pablo después de
estos dos años en que estuvo preso. Al parecer, Pablo fue liberado y por un
tiempo continuó su obra en otros lugares lejanos compartiendo el Mensaje
de Dios a las personas que no habían
oído o que nunca habían entendido su
significado.

Aunque la Biblia no nos indica los


detalles de lo que sucedió con Pablo,
numerosos historiadores de la época
escribieron que Pablo pasó los últimos
días de su vida en una prisión romana
y finalmente fue decapitado por orden
del emperador romano llamado Nerón. 105. Pablo encarcelado: Hechos 24:27; 28:16

Pablo consideraba un privilegio el participar en la predicación del Mensaje


de salvación. Había corrido, no para ganar un premio material y temporal,
235
sino para alcanzar el propósito por el cual fue alcanzado por Jesucristo.
Había dejado atrás toda su vida anterior y se esforzó por alcanzar lo que
estaba por delante, por llegar a la meta y ganar el premio para el cual Dios
lo había llamado a recibir por medio de Cristo Jesús.

Pablo había peleado la buena batalla, había llegado al término de la carrera,


se había mantenido fiel. Pablo había entrado a una nueva relación en y
con Jesús, y en la familia de Jesucristo, la iglesia. Finalmente, después de la
muerte de su cuerpo, Pablo llegó a la presencia plena de Dios, su Señor y
Salvador.

El verdadero discipulado en la extensión del Mensaje de la vida eterna


Desde los días de los primeros viajes misioneros de Pablo, hasta el día de
hoy, el Mensaje de salvación en Jesucristo continúa extendiéndose por todo
el mundo. Esta bendición se ha multiplicado por medio del discipulado.
Se ha multiplicado a través del tipo de discipulado que Pablo compartió
con Timoteo.

Entre las últimas palabras que Pablo le escribió a Timoteo, le dejó una
exhortación que sirve de desafío para todos los que vivimos en estos
últimos días:

Lo que me has oído decir delante de muchos testigos, encárgaselo a hombres de confianza
que sean capaces de enseñárselo a otros (2 Timoteo 2:2).

¿Aceptarás el desafío?

236

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