¿Realmente Escuchamos A Dios

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¿Realmente escuchamos a Dios?

Hasta aquí hemos aprendido algunas verdades importantes acerca de escuchar a Dios:
1. Dios nos habla todos los días
2. Escuchar a Dios depende mucho de nuestra actitud cuando nos acercamos a Él
3. Entender lo que Dios dice depende en buena parte de qué tanto le conocemos.

Ahora, la pregunta es:


¿Si Dios nos habla todos los días, será que realmente lo estamos escuchando?

• Una vida victoriosa es el resultado de escuchar y obedecer a Dios


• Una vida bendecida es el resultado de escuchar y obedecer a Dios
• Una vida fructífera es el resultado de escuchar y obedecer a Dios
• Una vida plena es el resultado de escuchar y obedecer a Dios

“Nuestra forma de vivir establece la diferencia en lo que oímos…”

Otro aspecto que debemos considerar, y en el cual quiero que nos enfoquemos esta
mañana es el siguiente:

Dios es Espíritu, por lo tanto Él se va a comunicar de manera espiritual.


(Es muy importante entender esto, porque esto nos recuerda la importancia que tiene el
Espíritu Santo dentro de nosotros.)

Efesios 4:30

Por eso cuando cuando nosotros actuamos en la carne NUNCA vamos a poder escuchar a
Dios.

Es por eso también que Dios nos manda a ser LLENOS del Espíritu.
Efesios 5:18

Dios nos manda a ser llenos porque sabe que ese Espíritu es esencial para que podamos oír
a Dios. Si nosotros contristamos o apagamos el Espíritu, Éste no puede entregarnos el
mensaje de Dios, porque no estamos escuchando.

Usted puede ayunar, hacer vigilia, declarar, ofrendar, pero nada de eso impresiona a Dios.
La única forma de escucharlo es dependiendo de la obra efectiva y perdurable del Espíritu
Santo dentro de nosotros.
En la Biblia encontramos un ejemplo de alguien que logró escuchar a Dios, y Dios mismo
reconoció que esa era la forma correcta de escucharlo.

Lucas 10:38 – 42

Dos principios que podemos aprender esta mañana de este pasaje:

1. El que quiere escuchar a Dios, le da prioridad a Dios


a. Verso 38 – 39
b. Debemos entender que a Dios no le interesa competir con nuestras
prioridades.
c. El no quiere competir con tu familia, o con tu trabajo o con tus estudios. El
simplemente va a hablar, y si tu lo quieres escuchar, vas a ir directo a sus
pies, como lo hizo María, y sino lo quieres escuchar, simplemente te vas a
afanar en otras cosas.
d. Recuerda: Dios no habla en la carne, Dios habla a través de su Espíritu, y para
ello debemos mantenerlo activado, y no contristado, o apagado.

2. El que NO quiere escuchar a Dios, siempre encuentra algo que


justifique su falta de voluntad.
a. Verso 40 – 41
b. Por eso es que cuando a uno le va mal, o las cosas comienzan a
desmoronarse o a complicarse, solemos compararnos con otros y cuestionar
a Dios, diciéndole que es injusto que no nos escuche.
c. Aquí es donde muchos comenzamos a ver con recelo incluso a nuestros
mismos hermanos, y le decimos: “Señor, a él le va bien y mira bien tranquilo”

¿Sabe?
Cuando se trata de escuchar a Dios, una sola cosa es necesaria:
¿Sabe cual es?
Sentarse a disfrutar de su compañía.

Dime:
¿Estas disfrutando tus días con Jesús?

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