Poesia S
Poesia S
Poesia S
Ardiente
hervor de magias seculares
destiñe
mi tormenta
en un gemido sólo, pleno de árbol.
Mito
de sirenas y endriagos,
su eternidad repentina.
[me conmueve.
El Lenguaje se seca y se cae de mi piel, que se eleva en llamas hacia la Luna. Se pierde
en una marea secreta de estrellas blancas.
Momentos
Las hojas secas que crepitan bajo los pies de un gato con frío
Un soldado llora.
Ya no saber si es suficiente
Olfatear todas las manijas de todos los putos hoteles de la reputa Ciudad Autónoma del
puto Buenos Aires, chuparlas, morderlas, hasta sentirse un degenerado, un depravado,
un ultrajante miembro del clero, un mutante deforme privado de toda dicha.
Luego de hacer los petates y los bolsos del camino, comprar un boleto de tren e irse
caminando, con parciales bendiciones que los escupitajos arrojan sobre la máscara de
cordero.
Catarata
..Y.
.Y..
.Y.
Oscuro en la caverna
Alto, de un color blanco mortecino, los labios colgantes, inexpresivos. Los dientes
grandes y ennegrecidos, particularmente los colmillos sobre la quijada salida, jadeante y
brutal. Una sola raya gruesa de pelo grisáceo, desde la frente hasta el final de la cola.
Uñas negras como la oscuridad de la caverna, y sucias, con pedazos de carne añeja en
mal estado aquí y allá, y su final en punta hace erizar los nervios hacia lo incontrolable.
Su mirada muerta, fría, boba. Dos gotas negras en un mar amarillo. Hilos de baba,
carne, pus y sangre salen de su boca inerte, y cuando chocan contra el piso denuncian un
estúpido goteo. Su piel, esporádicamente manchada de hongos malolientes y heridas
mal curadas. Sus piernas salen de una cadera lánguida, erigida sobre dos pies largos,
flacos y famélicos. Sus brazos cuelgan, cortos y sensiblemente torpes. Sus orejas
paradas, parecen observar el foco de la linterna con precisión de bisturí, y son casi
felinas.
Epígrafe 1
Ínfimo, Infinito
Helado de llanto I
Soy el grito
retorcido en exclamaciones,
en llantos y en silencios.
¿Seré acaso una piedra
que pesa sobre el velo
siempre sutil
del Universo?
Soy la aberración
que no será tolerada
que no puede ser tolerada.
La luz verde
que arruina un bello amanecer.
La rata que desde la alcantarilla
mofa frases sordas,
mofa postres tristes
y velas poco coquetas
Y sin embargo,
aunque creo saberlo,
me deleita mi propia condición:
la de poner incómodos
a los tonos de un pan
de manteca,
de persona,
lo mismo da.
¡Si ninguno sabe reír!
Epígrafe 2
Tótem,
Él,
Sol de la sangre.
Revive el Tum-Tum errante
de pasos muertos de hambre;
del saber, fruto del viaje.
En la tumba II
Acá se sienten
los cuchillazos
que entran de lleno en un pulmón
para emparcharle el bajón a una chetita
friq.
Silencio de trinchera
¿Serías vos?
Le petit mort
Epígrafe 3
Con un revoloteo
de mosca enferma
bajo la axila
vino la primavera.
¡Saltos! ¡Epopeyas!
A la sombra de la luna otaria, circunspecta, traqueotómica.
Tiene dientes
TOTAL
TOTA
TOT
TO
T
.
Paso grande
Epígrafe 4
Anemonena
En este momento
de la noche,
la luna posa
en tus labios una espuma
de grano fino, leve.
Recae sobre ellos, como en el agua.
Como en una figuración de cosas que
se han roto:
Lento,
con soltura.
Todo
me contraigo
entonces
Ganas tengo
de
con todo el cuerpo
Disparar
con cada parte
y con todas
en esa proyección
en toda dirección
del ser.
Ganas
de abarcarme
en el espacio infinito
y por las rutas
Olvidarme
de que empezó
sólo ruta
viaje
refluir verde
de pulmón henchido
de vida.
El Suelto-Atado
Es acaso la alucinación
de pudrirme en esa jaula-muestra-gratis
que Cristo y el circo del lamento gustan de ofrecer, una y otra vez,
lo que me guarda, escribiendo esta hoja.
Noche en prisión
Me vuelvo pequeño,
es ahora el mejor momento para saltar sobre
mi
propia cárcel.
[shhhh…..
No son hermosos,
[no pueden ser hermosos.
Presos
de una sensibilidad pétrea
que no les deja
ni rendirse, ni caer muertos.
Condenados al servilismo
insípido de la complacencia
y a la eterna compañía
del abominable cuerpo de latón.
El proceso es doloroso,
difícil de explicar, confuso, violento.
El proceso es doloroso,
su conciencia desamparada,
está hambrienta de lugares
vedados al paso
de la carne blancuzca, nublada.
Dieta fría
---
Un hombre, El hombre
Yo soy hombre,
y soy tan alto
como la torre más bizarra.
Yo soy hombre,
y como un sol incandescente
baño de luz, a donde quiera que vaya.
Yo soy hombre,
y mis pies descalzos
han tapizado las montañas
más escarpadas del ser.
Yo soy hombre,
y en ataúdes de acero,
[que serán acaso artificios del último, ya de madera,
he descendido
a los abismos de azul oscuro
que encierran, entre rejas (de secreto)
los misterios de la Diosa.
Yo soy hombre,
undécimo inventor del vino.
Yo soy hombre,
el que sin saberlo
se enamora de un espejo.
Yo soy hombre,
y estuve ahí.
Yo soy hombre,
y a diestra y siniestra corrompo al niño.
Le usurpo, le arranco,
la vida y la inocencia.
Yo soy hombre.
Aquél que en largas piras
quema
las semillas que serían.
Yo soy hombre,
yo soy el muerto,
el que dobla las campanas
y el que arroja, entre risas y llantos,
el primer y el último puñado de tierra.
olvidado.
Ahorcada
Nº42
un doble adiós y un
lago helado de
por medio.
Suelta la mano,
suelta el jugo que
en la oscuridad blanca
da saltos
y amenaza
con dar
ceguera cierta.
de ayer y Hoy
Hoy.
despertar Hoy.
abrir los ojos
cayendo.
parpadear;
momento de ensoñación;
de carne ][ de humo.
la ficción de un tiempo
que no ha sido nuestro
nos abraza
y nosotros lo rumiamos
tranquilos.
Demasiado.
Hoy es
una sustancia más
que es nosotros
¿y ayer?
¿qué hay de ayer?
¿quién es ayer?
nosotros no.
ayer visto por Hoy
es otro Hoy
que ya no es.
Como taxidermistas
vamos juntando ayeres
[hoyes disecados
y fingimos ver en ellos
el cuento de Hoy.
¡Ayer!
¡Danos Hoy
[nuestro cuento de cada día!
En Trance
Un round de fiebre
La bolsa me ayuda,
me sumerjo en ella y jugamos
carreras, a ver quien aguanta más.
La enfermedad me alcanza en una
curva cerrada,
y me retuerzo y
vomito por todos mis poros:
agua salada.
Es como si
Papá Noel
hubiese mudado su fábrica
al quinto piso con vista al mar
de mi cadera.
El brillo es intolerable.
El pesado estado febril
se quiere comer mis huesos.
Chica tonta.
Y ahora entenderéis
que era todo mentira,
un arranque violento:
Un fuego
para hacer
señales
de
humo.
Aburrimiento
Dando vueltas,
las moscas dan vueltas
alrededor de un vaso
sucio.
Dando vueltas
como las moscas
se termina
mareado.
Se cocina,
atareado,
el cerebro.
Y no dan abasto
las canillas
ni el veneno
para tantas moscas.
Latigueada
No pidió un bozal,
quería gritar
y quería que la escuchen.
Cayó, pesado,
el brazo,
y laceró su carne
de tierra mojada.
Su órgano, su mundo,
se abrió como un capullo.
Amor natural
Aquí y allá
los arlequines,
ofreciendo la materia
como si fuese suya.
Muzzarella
El mundo es un pañuelo,
y aunque esté lleno de mocos
el mundo es el lugar
donde vivís.
Empezá a contestar
tus propias preguntas
como puedas.
Recordá
que al cielo y al infierno,
a los ángeles y a los demonios,
a la timidez y a la angustia,
a los santos y a los perdedores,
los inventó un imbécil.
Un loco, un idiota,
Exactamente
como vos.
Ya no te amo
Algo terrible.
Un avión cayendo al mar.
Una infección generalizada.
Algo repentino:
La guillotina
vista por el rabillo
del ojo.
No quise creerle,
pero estaba allí.
Era la corriente
y no había forma
de aferrarse a nada.
Criaturas compañeras
Todos andan
portando su cara de negocio
detrás de sus anteojos.
Yo también traigo la mía,
no vaya a ser
que desprevenido,
termine entregándoles el alma.
La borracha
De la plenitud
de una calma trascendental, empírica.
De un lugar en el mundo,
un mirador.
Equilibrio.
Lógica
Se percibe en soledad,
de modo que para contentarse
uno TIENE que masticar
pequeños trozos de cerebro
con pedacitos de cráneo,
y pelo,
y mugre,
que nos hacen estrujar los ojos
mientras el mundo
[narrado
baja por la garganta.
La experiencia raramente
nos resulta
grata.
Se percibe en soledad,
de modo que para contentarse
uno TIENE que condimentar
esa pasta gris
lo mejor que pueda,
La coincidencia brutal
de los rasgos,
deliciosa.
El vértigo de su figura,
la seguridad
de su andar.
Y mientras afuera
la carne la observa
comer la carne
con su boca de incendio,
todo el aire se contagia
de su pesado hedor animal.
Y mientras la adrenalina
que ella exuda
se trepa a mi tabique,
no puedo pensar
ni moverme. Sólo
puedo observar
el fuego verde
de la pantera,
comiéndome.
Amarula
Entregada
al movimiento mecánico
de la digestión del insecto,
anda suelta por la selva,
persiguiendo el olor del hambre.
Uno de Vampiros
En los pechos
Y bienvenida la hueste
que con su candor
trae en su sangre hermosa el brío
y la luz ingenua del candil.
¿Qué pasa?
porque el juglar
soy yo.
Brotando
Y yo espero el estallido,
espero el “¡Paf!”,
el final,
la campana que me salve
del bombo que suena
detrás de mis orejas;
pero no llega,
sólo el incesante flujo de adrenalina
corriendo por todo mi cuerpo.
Un puto incendio forestal
en temporada de sequía.
Cuando al final
las convulsiones terminan,
no queda nada que temer
y yo sigo vivo.