Unidad1 Hc.
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En este caso se registran los motivos de consulta del paciente, sus datos
demográficos generales, los antecedentes médicos, el examen físico realizado y
el tratamiento prescrito. Servirá para evaluar los resultados obtenidos y como
referencia para futuros casos similares.
Este documento registra los datos del paciente, los signos vitales, los
procedimientos de emergencia realizados durante el traslado, los
medicamentos administrados y la condición clínica con la cual llega al
hospital.
La siguiente constituye una guía para la confección de la historia clínica que los
alumnos deberán realizar semanalmente durante el trabajo práctico. No pretende ser
exhaustiva ni inmodificable y solo tiene un fin de orientación y orden en la recolección de los
datos. La historia clínica deberá ser:
- manuscrita
- prolija y legible
- redactada de una manera lógica y organizada.
- completa e incluir:
o Datos personales o Motivo de consulta o internación o
Enfermedad actual y sus antecedentes o Antecedentes personales
o Examen físico o Resumen semiológico o Consideraciones
diagnósticas o Plan de estudios complementarios o
Consideraciones terapéuticas en relación al diagnóstico probable
1. ANAMNESIS
1.1. Datos personales
1.3.2. Patológicos
- Enfermedades de la infancia
- Enfermedades médicas: conviene preguntar, en primer lugar, por las consultas médicas
realizadas a lo largo de la vida, cuáles fueron los diagnósticos efectuados y cuáles las
medidas terapéuticas instituidas. Es útil, para evitar omisiones, interrogar sobre
síntomas o diagnósticos correspondientes a los distintos aparatos o sistemas.
- Antecedentes alérgicos
- Antecedentes quirúrgicos y traumáticos
- De medio: lugar de nacimiento y posteriores lugares de residencia: casa habitación,
escolaridad, ocupación, núcleo familiar, servicio militar.
1.3.3. Hábitos
- Alimentación
- Intolerancias alimentarias
- Apetito
- Catarsis intestinal
- Diuresis
- Sueño
- Bebidas alcohólicas
- Infusiones
- Tabaco
- Drogas
- Medicamentos
- Hábitos sexuales
- Actividad física
-
2. EXAMEN FÍSICO
2.7. Cabeza
Se observarán los diámetros longitudinales y transversales (tipo de cráneo). Se
estudian los pabellones auriculares y los ojos y sus anexos, las fosas nasales, los labios y la
cavidad bucal, el grado de higiene y conservación de las piezas dentarias, la lengua, la mucosa
yugal, las amígdalas y las fauces.
2.8. Cuello
Se observará su simetría y la presencia de edema, tumoraciones, latidos, ingurgitación
yugular y fístulas. La palpación general del cuello permitirá detectar crepitaciones (enfisema
subcutáneo), adenopatías, bocio, latidos, frémitos y craqueo laríngeo. Para evaluar la
movilidad cervical se realizarán maniobras de motilidad activa y pasiva: flexión, extensión,
lateralización y rotación. La auscultación permitirá detectar soplos carotídeos y sobre la
glándula tiroides.
2.9. Tórax
En el tórax se examinan los aparatos respiratorio y circulatorio.
Aparato respiratorio
En la inspección se consignará: conformación torácica, asimetrías, latidos y
tumoraciones; tipo respiratorio; frecuencia respiratoria; profundidad respiratoria.
Aparato circulatorio
En la inspección se observarán latidos localizados y generalizados. En la palpación se
percibirán latidos, frémitos o frotes. La percusión carece de aplicación práctica, y en la
auscultación se escucharán los ruidos normales y patológicos, los silencios y los soplos. El
examen de los pulsos periféricos (carotídeo, radial, femoral, poplíteo, tibial posterior y pedio)
se puede realizar en este momento, así como la determinación de la tensión arterial.
2.10 Abdomen
En la inspección se observarán la simetría y la presencia de cicatrices, circulación
colateral y latidos.
3. RESUMEN SEMIOLÓGICO
Está constituido por los datos positivos de la anamnesis y del examen físico. Cumple
una doble finalidad; por un lado, es una historia clínica abreviada de fácil y rápida lectura, y por
el otro, sirve de base para las consideraciones diagnósticas.
Historia clínica
Caramelo, Gustavo
Bibliografía
LEY 2659
Anamnesis
La anamnesis recoge los acapites siguientes:
La escolaridad como indicador contribuye a conformar el perfil sociocultural del paciente, vinculado
con frecuencia a determinadas enfermedades facilitadas por la ignorancia y la incultura.
El motivo de consulta debe expresar la principal motivación que lleva al paciente a solicitar atención
médica y cuando no es así, en casos en que la iniciativa parta del policlínico, las razones médicas que la
determinan. Por ejemplo, el paciente puede acudir por fiebre, o diarreas, o dolor precordial. El medico
puede citar al paciente a consulta o visitarlo en el domicilio para efectuar un control médico
programado en enfermedades sujetas a atención dispensarizada como la hipertensión arterial, la diabetes
mellitus, el asma bronquial severa, la tuberculosis pulmonar, entre otras. También puede tratarse de
personas sanas, en quienes se realiza un "control de salud" con fines fundamentalmente preventivos y
educativos como: embarazadas, recién nacidos, lactantes, preescolares y escolares, adolescentes,
ancianos, trabajadores con riesgo laboral y otros.
La historia de la enfermedad actual debe recoger en forma breve y concisa los rasgos fundamentales
del problema de salud que presenta el paciente. En rigor, no siempre se trata de una enfermedad. Como
hemos serialado, una persona sana puede ser atendida para controlar riesgos de enfermedad,
mediante acciones de promoción de salud y protección especifica.
El registro de los Habitos de vida permite identificar los principales factores de riesgo de enfermedades
cr6nicas no trasmisibles: habitó de fumar, sedentarismo, Habitos dietéticos y tensión emocional. Su
simple pesquisa ya resulta aleccionadora para el paciente y sirve de base para emprender ulteriores
acciones educativas tendientes a modificar esos Habitos nocivos, tanto en sanos (promoción de salud) como
en sujetos afectos (rehabilitación).
Los antecedentes perinatales (prenatal, natal, posnatal) pueden resultar valiosos especialmente en
niños.
Las vacunaciones recibidas deben ser precisadas con miras a su actualización, atendiendo al programa
de inmunizaci6n vigente.
Los antecedentes patológicos personales permiten identificar tanto las enfermedades padecidas
como las que pueda presentar el paciente. Es frecuente que una persona enferma no sepa que lo está
(morbilidad oculta), en virtud de que el trastorno no le produce suficientes molestias subjetivas. Los
estudios de morbilidad en población han puesto en evidencia que la parte oculta del "tempano"
(morbilidad oculta) es mucho mayor que la parte expuesta (morbilidad declarada) en numerosas
enfermedades, como la hipertensión arterial, la cardiopatía isquémica, la diabetes mellitus, la
infección urinaria, la anemia y otras. Un paciente portador oculto de una de estas afecciones puede
concurrir al médico por otra razón; de no disponerse de un instrumento adecuado de pesquisa, la
enfermedad pudiera permanecer indetectada, privando al paciente de los beneficios derivados de una
atención temprana y oportuna.
Las operaciones efectuadas al paciente dan noción de las enfermedades que las determinaron, así
como de alguna posible secuela posquirúrgica.
Examen físico
El examen físico en las condiciones de la atención primaria ha de ser necesariamente escueto, sin
obviar una valoración regional y de conjunto del paciente.
Primera etapa. Con el paciente sentado en la camilla. Se explora cabeza, incluyendo facies, conjuntivas
oculares y cavidad oral. Cuello, pesquisando agrandamiento tiroideo u otras tumoraciones, así
como ingurgitación yugular. Tórax y miembros superiores, con toma de la temperatura, la frecuencia
respiratoria, el pulso radial y la tensión arterial.
Segunda etapa. Con el paciente en declivito supino sobre la camilla. Se realiza auscultación del
corazón. Se explora abdomen, incluyendo pesquisa de hernias y de agrandamiento hepatosplenico u
otras tumoraciones, y miembros inferiores que incluye palpación de pulsos pedios y pesquisa de
deformidades de los pies. Exploración de mamas y sistema respiratorio. En los niños se examina el
desarrollo psicomotor; en la mujer se debe realizar la exploración ginecológica siempre en presencia
de una enfermera.
Tercera etapa. Destinada a pesar y tallar al paciente con miras a su evaluación pondoestatural (pesquisa
de obesidad y de desnutrición). Preferentemente el peso debe expresarse en kilogramos y la talla en
centímetros.
Aparte de la anamnesis y el examen físico, la historia clínica en la atención primaria también recoge
las principales investigaciones complementarias que, gestión el caso, procede realizar. Su diserto permite
establecer los problemas diagnósticos detectados, incluyendo los factores de riesgo, así como precisar
la conducta a seguir respecto a las medidas tendentes a la promoción, la recuperación y la
rehabilitación de la salud. Por Ultimo, la historia clínica en la atención primaria sirve de marco para eva-
luar la evolución del paciente, el control de la dispensarizacion y los resultados de los programas de salud
aplicado s.
Con el examen diario del enfermo ingresado se vigila la evolución de la enfermedad. Una primera
evolución detallada en la cual se plasme la impresi6n diagnostica, y una discusi6n diagn6stica elaborada
con todos los elementos que ayuden a plantear los distintos tipos de diagnósticos, son fundamentales en
esta parte de la historia clínica.
Todo lo anterior permite instituir el tratamiento adecuado, el cual quedar reflejado en las
indicaciones escritas por el médico. También quedaran escritas las interconsultas con los distintos
especialistas si se necesitan.
Desde el momento del ingreso en el hospital son recogidos en el servicio de urgencias, una serie de
datos que se muestran en la historia clínica general. Es aquí donde se realizan las primeras
indicaciones antes de ser remitido a la sala de hospitalización.
En una hoja de egreso que se coloca al final de la historia clínica, se escribe el diagnóstico definitivo, los
procederes diagnósticos y terapéuticos utilizados. En caso de fallecimiento, se agrega el protocolo
de necropsia. Una copia de esta hoja de egreso debe ser remitida al policlínico al cual pertenece el
paciente para su seguimiento, lo que proporcionado una adecuada interrelación policlínico-hospital.
Todos los aspectos serialado en esta hoja de egreso estarán ordenados de manera tal que posibiliten
estudios estadísticos por computación.
Esta historia clínica permite una vez archivada, su utilización en casos de reingreso del paciente o para
efectuar investigaciones científicas sobre morbilidad, mortalidad o cualquier otro tipo de trabajo
médico.
Se deduce la enorme importancia que tiene elaborar este expediente, el cual debe reflejar la realidad
biopsicosocial del enfermo.
Los dos factores fundamentales de la historia clínica en la atenci6n secundaria son también: el
interrogatorio y el examen físico.
Interrogatorio
1. Identidad personal.
2. Motivo de ingreso o de consulta.
3. Historia de la enfermedad actual.
4. Antecedentes patológicos personales.
5. Antecedentes patológicos familiares.
6. Habitos tóxicos, datos ambientales de interés y otros.
7. Historia psicosocial.
8. Interrogatorios por sistemas y sintomas generales.
Examen físico
Hay que insistir en que resulta imprescindible recoger tanto los aspectos somáticos como los
psíquicos y los sociales, por lo cual, una buena historia clínica es aquella en la cual se obtiene una buena
biografía del enfermo y que deberá tener en cuenta:
La anamnesis (del griego anamnesis: llamamiento a la memoria, recuerdo, de ono: de nuevo y mnesis:
memoria), también llamada conmemorativos o antecedentes, comprende todos los datos que
obtenemos mediante el interrogatorio del enfermo referentes a los sintomas de la enfermedad actual, a
las enfermedades anteriores del enfermo, su alimentación, etc., y a las enfermedades de su familia.
Debemos distinguir entre la anamnesis próxima y la anamnesis remota. La primera comprende los
datos de la enfermedad que sufre el enfermo en el momento del examen, lo que llamamos la enfermedad
actual; la segunda se refiere a todos los datos anteriores, es decir, al pasado patológico del enfermo
(antecedentes patológicos personales) y has distintas enfermedades observadas en su familia
(antecedentes patológicos familiares o hereditarios).
El interrogatorio es el recurso de exploración del que nos valemos para obtener los datos anamnesicos
y con el iniciamos el examen clínico de los enfermos.
ANAMNESIS PRÓXIMA
El interrogatorio se inicia tomando los datos de identidad personal, para continuar con los de la
anamnesis próxima, o sea lo que al enfermo le parece más importante, y terminar con el estudio de los
demás elementos diagnósticos de la anamnesis remota.
Muchas veces, la anamnesis es tan característica que permite casi por sí sola el diagnóstico de la
enfermedad. Otras veces es pobre en datos, sin que pueda extraerse de ella orientación alguna. De ahí
que desde el punto de vista de su valor diagnóstico, podamos distinguir las anamnesis típicas y las
anamnesis confusas. Las primeras, como su nombre indica, de la mayor importancia diagnóstica; las
segundas, de interés muy reducido o nulo.
Cuando un enfermo nos relate que encontrándose en buen estado de salud fue acometido de
repente por un fuerte escalofrío, seguido de fiebre alta, con intenso dolor en el pecho (punta de
costado), dificultad respiratoria (disnea) y expectoración rojiza especial, nos proporciona una
anamnesis tan típica, que el diagnóstico de neumonía puede casi establecerse sin ulterior examen. Igual-
mente el diagnóstico de litiasis renal, con cólico nefrítico, se desprendería de una historia en la que
señalara un dolor intensísimo en la región lumbar, irradiado a lo largo del trayecto del uréter, con
propagación dolorosa al testículo del mismo lado y al glande en el hombre, o al labio mayor
correspondiente en la mujer, seguido de la emisión de orina sanguinolenta. Así podrían multiplicarse
los ejemplos de anamnesis típicas.
En cambio, como sucede a veces, bien por condiciones individuales del enfermo, o bien por la
índole misma de la enfermedad, pueden encontrarse anamnesis confusas, que no nos ayudan nada
en el diagnóstico. Este es el caso cuando se recogen síntomas de los que hemos llamado comunes o
banales, como el malestar general, la falta de apetito, el adelgazamiento, la cefalea, etc., que pueden
corresponder a muy variados procesos morbosos.
El interrogatorio exige, como hemos dicho, un conocimiento completo de los síntomas de todas las
enfermedades. Por ello solo podrá realizarse con algún provecho, al final de nuestros estudios.
Debemos considerar ahora la importancia de los datos de la historia clínica recogidos por el
interrogatorio.
Además de encontrar aquí los síntomas por los que se consulta el enfermo, la fecha de su aparición,
la evolución seguida, sus relaciones con otros síntomas elementos todos del más alto interés para el
diagnóstico , podemos descubrir ciertos factores etiológicos que han de contribuir, muchas veces, no
solo a esclarecer la naturaleza de la enfermedad del paciente, sino, también, a iniciarnos en el camino
del diagnóstico causal o etiológico.
Con alguna frecuencia el enfermo nos da cuenta de lo que él supone responsable de su enfermedad,
es decir, de la causa presunta de la enfermedad. Aun cuando, en numerosas ocasiones, esta causa
supuesta no guarda relación con la verdadera etiología del proceso patológico, en otras constituye un
dato de importancia, como cuando se trata de contactos del enfermo con individuos portadores de
alguna enfermedad infectocontagiosa, por ejemplo, o cuando aclara la causa de un trastorno digestivo
precisando la ingestión de alimentos en mal estado o de muy difícil digestión. El enfriamiento es una
causa presunta de enfermedad que goza de gran favor entre los profanos, así se verá en la práctica,
con cierta frecuencia, que los enfermos acusan como responsable de su enfermedad, los cambios de
temperatura, especialmente las corrientes de aire. En realidad, el frío puede tener en algunos casos un
papel etiológico importante. Así, entre las enfermedades a frígore, es decir, por enfriamiento,
tenemos la hemoglobinuria paroxística, la parálisis facial a frígore y los procesos catarrales de las vías
respiratorias superiores. El enfriamiento actúa, más bien, como una causa coadyuvante u ocasional.
Igualmente, pueden encontrarse aquí otros factores etiológicos, como traumatismos, intoxicaciones,
alimentación, hábitos, etc., a los que nos referiremos inmediatamente, al considerar el interés
diagnóstico de los distintos apartados de la historia clínica.
Consideramos en primer término los datos que tienen solo un interés administrativo y de
identificación: nombre, domicilio y nacionalidad. No así la naturalidad, que puede presentar interés
diagnóstico, y será estudiada, para no incurrir en repeticiones, con la procedencia.
Profesión
Adquiere relevante importancia como factor etiológico en muchas enfermedades profesionales.
Naturalmente, en esos casos su valor diagnóstico es grande, muchas veces decisivo. Por ello se anota en la
historia clínica y se investiga cuidadosamente, no solo precisando la ocupación actual del enfermo, sino
las anteriores, si es que existen.
Entre las enfermedades profesionales más importantes podemos señalar el saturnismo o intoxicación por
el plomo, sufrido por los que manipulan, en una u otra forma, este metal, responsable de muchas
hipertensiones arteriales, parálisis por polineuritis, cólicos intestinales llamados cólicos de plomo , etc.;
las neumoconiosis, de los picapedreros: calicosis o silicosis, de los mineros de carbón: antracosis, con sus
cuadros broncopulmonares subagudos o crónicos; las várices de las extremidades inferiores en los que
trabajan de pie (estomatólogos, dependientes) y la obesidad en las profesiones sedentarias. Debe citarse
la frecuencia con que sufren de infarto del miocardio las personas sometidas a grandes tensiones
emocionales, entre ellos, los médicos.
Edad
De mucha importancia como factor etiológico (causa predisponente), alcanza en ocasiones valor
diagnóstico. Podemos señalar que en la infancia son frecuentes los trastornos gastrointestinales,
muchas veces por malos hábitos alimentarios.
Debe señalarse que los índices de morbilidad y mortalidad infantiles han disminuido
considerablemente en nuestro país. A principios de la década del 1960 comenzaron a realizarse en
Cuba programas y actividades sobre la salud, que rápidamente obtuvieron un efecto favorable en la
disminución de la mortalidad infantil. Esto fue logrado también por el importante desarrollo econó-
mico y social iniciado en el mismo período como consecuencia del proceso revolucionario socialista
iniciado en esta misma fecha.
Ya en los primeros arios de la década del 1960, se erradicó la malaria, la poliomielitis y la difteria,
otras enfermedades han sido reducidas a la mínima expresión.
En Cuba, las enfermedades nutricionales casi han desaparecido; sin embargo, estas presentan una
elevada prevalencia en los países subdesarrollados, en que son muy variados los factores operantes que
se encuentran particularmente asentados en los sectores de la economía, la agropecuaria, la salud y la
educación. Debido a ellos los problemas nutricionales están muy vinculados al desarrollo del país y no
pueden enmarcarse aisladamente en los programas de salud, sino como parte de un programa
multisectorial, que encare al mismo tiempo los distintos factores causales. Todavía en muchos países se
observa haciendo estragos el raquitismo, otras avitaminosis y enfermedades carenciales.
En la segunda infancia se presentan con más frecuencia muchas enfermedades eruptivas, lo que se
explica por la receptividad de esta etapa de la vida y la ocasión de contagio.
En la edad madura pesa la lucha por la vida y el pleno disfrute de las funciones vitales. Aquí se observan
trastornos nerviosos, enfermedades venéreas y del metabolismo. El cáncer es más frecuente después de
los 40 años, aunque puede aparecer desde edades tempranas de la vida. En la vejez encontramos, sobre
todo, la aterosclerosis y sus complicaciones, el enfisema pulmonar y la hipertrofia prostática, entre
otras.
Sexo
Aparte de las enfermedades que afectan el aparato genital, naturalmente distintas en uno y otro sexo,
interesa este dato por el valor semiológico que adquiere en algunos casos. En efecto, el sexo parece
influir en cierta forma, en la aparición de determinadas enfermedades que las estadísticas presentan
con un claro predominio en uno o en otro sexo.
Así podemos señalar la mayor frecuencia del bocio exoftálmico, la histeria, la corea, la hemicránea,
la obesidad y la litiasis biliar en la mujer. En cambio, en el hombre son mucho más usuales ciertas
enfermedades de la
Raza
La influencia de los factores étnicos en la etiología de las enfermedades justifica que se le tome en
cuenta en la historia clínica, donde a veces adquieren cierto valor semiológico.
Estado civil
Ofrece también interés diagnóstico, especialmente en la mujer, cuyas afecciones genitales dependen
en un alto porcentaje de las relaciones sexuales, de los embarazos normales o ectópicos, del parto, los
abortos, etcétera.
Procedencia
Motivo de ingreso
Se refiere a la anotación breve de los síntomas que hacen consultar al paciente, debiéndose escribir
las propias palabras de este. Debe consistir de una o varias palabras o de una o dos frases. Por ejemplo:
"dolor de cabeza", "falta de aire", "diarrea", "dolor en el pecho", "vómitos de sangre", etc. No
debe ponerse en el motivo de ingreso el diagnóstico o interpretación de los síntomas de otro médico,
y se deben evitar términos como "úlcera duodenal", "litiasis vesicular", "hipertensión arterial",
"diabetes", "hematemesis", "melena", etcétera.
Este capítulo de la historia clínica representa una recopilación de las quejas que trae el paciente al
médico y amplía los datos del motivo de ingreso. Esta parte es la que requiere mayor arte en la toma de la
historia. Necesita el conocimiento de la enfermedad, lo cual solo se obtiene con la experiencia. De tal
manera que un juicioso interrogatorio nos dará los detalles de las quejas del paciente. Solo pocos
pacientes son tan buenos observadores que nos podrán dar la historia completa de su enfermedad actual
sin necesidad de un interrogatorio dirigido. Cuando nos encontramos un paciente que nos da una buena y