16.derechos de Uso y Habitación. Elba Frontini FINAL
16.derechos de Uso y Habitación. Elba Frontini FINAL
16.derechos de Uso y Habitación. Elba Frontini FINAL
I. Introducción
El Código Civil y Comercial sancionado en el 2015, entre las
novedades en materia de derechos reales, realiza modificaciones en la
estructura de los derechos reales de disfrute. Legisla separadamente a
los derechos de uso y de habitación a diferencia del Código de Vélez
que los trataba en conjunto y en cuanto al derecho de usufructo
introduce la posibilidad de la transferencia del derecho (art. 2142 Cód.
Civ. y Com.), asimismo, y como consecuencia de lo anterior, admite la
ejecución del derecho real de usufructo (no solamente de los frutos) y
nace la posibilidad de adquisición por un tercero (art. 2144 Cód. Civ. y
Com.).
Sabido es, que, en nuestro país, el derecho de usufructo se ha utilizado
preferentemente para la realización de negocios familiares y en
numerosas oportunidades como complemento de particiones
patrimoniales de las familias. En nuestras escribanías las consultas
sobre la posibilidad de “donar” bienes a los hijos o sobrinos, pero
reservándose el usufructo durante la vida de los donantes ha sido muy
común y así, se han instrumentado centenares de negocios siguiendo
esas pautas.
El nuevo régimen en la estructura del usufructo, ha provocado un
sustancial cambio en el asesoramiento a brindar a nuestros requirentes.
Al ser ejecutable el usufructo, la seguridad de los donantes de poder
gozar del inmueble, generalmente habitarlo en forma vitalicia, a
resguardo de los acreedores ya no es seguro y de ocurrir, el negocio
familiar buscado, queda desdibujado. El derecho de uso, como veremos,
ha sido ampliado en sus posibilidades de uso y goce y no pudiendo ser
ejecutado por los acreedores del usuario, al igual que el derecho de
habitación. Es por ello que la revitalización del derecho de uso y de
habitación es innegable, ya que podrán reemplazar al usufructo en la
implementación de los negocios de tipo familiar.
El objetivo del presente trabajo será conceptualizar y analizar los
derechos de uso y habitación, a efectos conocerlos y, por ende,
4 CARAMES FERRO, José, Curso de derecho romano, Perrot, Buenos Aires, 1973.
5 PUIG PEÑA, Federico, Compendio de derecho civil español, 3ª ed., Pirámide, Madrid,
1976.
6 DÍEZ-PICAZO, Luis, Fundamentos de derecho civil patrimonial, 2ª ed., Tecnos, España,
1983.
7 ALLENDE, Guillermo, Panorama de derechos reales, La Ley, Buenos Aires, 1967.
una parte material o una parte indivisa con los límites establecidos en el
título, sin alterar su sustancia.
Esta conceptualización se encuentra conteste con la regulación
actual de este derecho en Cód. Civ. y Com., que contiene un escaso
desarrollo de este derecho realizando una remisión a las normas del
usufructo (art. 2155 Cód. Civ. y Com.).
Observamos que, en apariencia, no existe diferencia con el
usufructo, pero el derecho de uso, presenta caracteres que lo
individualizan.
Dice el art 2154: “El uso es el derecho real que consiste en usar y
gozar de una cosa ajena, su parte material o indivisa, en la extensión y
con los límites establecidos en el título, sin alterar su sustancia. Si el
título no establece la extensión del uso y goce se entiende que se
constituye un usufructo (…)”.
IV.2. Caracteres
IV.2.1. Extensión de facultades
Es esencial que “la extensión del derecho de uso y sus límites”
queden establecidos en el título de constitución. El Código de Vélez
establecía una pauta, al tener en consideración para la extensión de las
facultades a “las necesidades del usuario y su familia” (art. 2948 Cód.
Civil), actualmente resultan más amplias las facultades materiales y las
jurídicas, pero estas deben surgir claramente del título constitutivo.
Siendo esta una de las modificaciones más importantes que se han
realizado en el nuevo Código.
Los autores han manifestado la “(...) extensión del uso y goce
puede consistir en la determinación de la cantidad o calidad de frutos
que corresponderán al usuario... esta alternativa solo será posible si el
inmueble produce frutos”8 que podrán ser tanto naturales como civiles
(alquileres).
Esta exigencia es la que distingue al Uso del Usufructo, en este
último, la facultad de usar y gozar se realiza sin ningún tipo de límites,
salvo el de no alterar la sustancia de la cosa. El propio art. 2154
establece que si en el título (acto constitutivo) no se estable “la extensión
del uso y goce” considera que, aunque se le dé el nombre de uso se ha
constituido un derecho de Usufructo, con las consecuencias que ello
acarrea. Al decir de Mariani de Vidal “el uso es un usufructo de grado
menor, que autoriza el uso y goce con limitaciones (las que surjan del
título)”9.
Coincidimos con el Dr. Urbaneja en que la extensión se refiere a
las facultades materiales, ya que las limitaciones jurídicas surgen del art.
2156 del Cód. Civ. y Com.10.
Es de hacer notar que el título constitutivo del derecho de uso es
esencial para determinar la existencia del mismo. La tarea de los
notarios en la elaboración del contrato es de especial importancia a
18 VENTURA, Gabriel B., Parte general de los Derechos Reales en el Código Civil y
Comercial de la Nación (análisis exegético de los arts. 1882 a 1894).
19 XVIII Jornada Notarial Cordobesa (Córdoba, agosto 2015). Tema II, cuando el
objeto de un derecho real inmobiliario recaiga sobre parte material determinada, se
recomienda, de acuerdo al principio de determinación, que se exija el plano de
mensura debidamente aprobado, con más una nomenclatura propia para la parte
material, y el XIX Congreso Nacional de Derecho Registral, Mar del Plata, 2017, La
constitución de derechos reales sobre parte material requiere de un documento
cartográfico registrado en el organismo catastral. En voto en disidencia, el Colegio de
Escribanos de la Provincia de Buenos Aires sustenta que, en estos supuestos, el
documento cartográfico no requiere registración en el organismo catastral. XX
Congreso de Derecho Registral, Catamarca, 2019, Tema 2: Cuando el objeto del
derecho real de disfrute recaiga sobre parte material se requiere, a efectos de cumplir
con el principio de especialidad, plano de mensura por profesional habilitado inscripto
en el Organismo Catastral. Mayoría. Disidencia (Colegio de Escribanos de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires; Colegio de Escribanos de la Provincia de Chubut): No es
necesaria la inscripción del plano de mensura confeccionado por profesional
habilitado para la constitución de derecho real de usufructo, uso o habitación
sobre parte materialmente determinada, debido a que no se modifica el inmueble
de origen.
comuneros (condominio), los titulares del derecho real de propiedad
horizontal, a pesar de no estar específicamente enumerados incluimos a
los titulares de derecho real de Conjuntos inmobiliarios 20, el superficiario
y por aplicación del art. 2142 del Cód. Civ. y Com. el usufructuario.
IV.5.2. Constitución
El derecho de uso se constituirá por contrato o por disposición
de última voluntad (testamento), por el juego de artículos del Cód. Civ.
y Com. (arts. 441,441, 1891,1892, 1896, 1897 y 2131 inc. d]) y por
aplicación de las normas generales de los derechos reales (arts. 1894 y
1896 del Cód. Civ. y Com.); el art. 2133 del Cód. Civ. y Com. prohíbe la
constitución del usufructo por la vía judicial, por lo cual tampoco existe
la posibilidad de la constitución del uso por esta vía.
Al analizar la posibilidad de adquisición del derecho de uso por
prescripción adquisitiva, debe tenerse en consideración el art. 2565 del
Cód. Civ. y Com. por el cual los derechos reales principales, entre ellos
el uso, pueden ser adquiridos mediante ella en los términos de los arts.
1897 y ss. Por lo tanto, si se cumplen los requisitos previstos en la
legislación, el derecho de uso puede ser adquirido por prescripción
adquisitiva.
IV.5.3. Transmisibilidad
Ya se discutía si en el régimen del Cód. Civil era posible la
transmisión de este derecho. Similares interrogantes, surgen del
ordenamiento actual, ya que el ordenamiento civil guarda silencio al
respecto.
Dentro del título del derecho de uso no existe norma alguna sobre
la posibilidad o imposibilidad de su transmisión, a diferencia de lo que
ocurre con los derechos de usufructo (permitido) o de habitación (no
permitido). Es por ello que deberemos armonizar las normas generales y
las del usufructo que son de aplicación supletoria, como hemos visto.
El art. 1906 del Cód. Civ. y Com. determina la transmisibilidad de
todos los derechos reales, excepto que exista una prohibición expresa
en contrario; siguiendo este principio, el art. 1616 del Cód. Civ. y Com.
establece la posibilidad de Cesión de cualquier derecho, a excepción de
que estuviera expresamente prohibida por la ley o la convención que lo
origina o por la naturaleza del derecho.
En consecuencia, por principio general y por la supletoriedad de
las normas del usufructo, el derecho de uso es transmisible ya sea por
acto entre vivos a título oneroso (arg. art. 1224 inc. a] Cód. Civ. y Com.)
o por actos a título gratuito (art. 1543 Cód. Civ. y Com.). Aceptan la
transmisibilidad del derecho de uso la mayoría de los autores: Mariani de
Vidal “por aplicación de las normas del usufructo, el uso puede ser
cedido por actos entre vivos”21, Kipper “Cabe interpretar que puede
transmitir su derecho en las mismas condiciones previstas para el
32 URBANEJA, Marcelo E., “Art. 2158”, en Código Civil y Comercial..., cit., p. 424.
33 MARIANI DE VIDAL, Marina - ABELLA, Adriana, Derechos reales..., cit., p. 46.
Art. 2160.— “Limitaciones. La habitación no es transmisible
por actos entre vivos ni por causa de muerte (...)”.
Aquí, se diferencia del usufructo, ya que el habitador no puede
transferir su derecho ni tampoco el ejercicio. Es un derecho
estrictamente personal (intuitu personae) y está destinado para
satisfacer las necesidades de vivienda de una persona humana. Es
temporario y vitalicio, ya que tiene una limitación en el tiempo, sigue la
naturaleza del usufructo, pudiendo extenderse como máximo a la vida
del habitador.
V.2.5. Inalterabilidad de la sustancia
Remitimos a lo dicho para el derecho de uso.
V.3. Régimen legal
Art. 2159.— “Normas supletorias. Se aplican a la
habitación las normas del Título IX de este Libro, a excepción de las
disposiciones particulares establecidas en el presente”.
A diferencia del régimen anterior, el uso y la habitación son
tratadas en articulado diferente, pero se determina que le serán
aplicables las normas del uso y de manera indirecta las de usufructo (por
la remisión del art. 2155 Cód. Civ. y Com.).
V.4. Limitaciones
El habitador no tiene derecho a los frutos de la cosa, solo a
vivir en ella34. La ley no le otorga expresamente esta facultad,
restringiendo el derecho a “morar (vivir) en el inmueble, pero, además de
tenerla, no sería habitación sino uso. Es, en consecuencia, un derecho
inalienable, no se puede transmitir, gravar ni enajenar.
Asimismo, se consagra la inejecutabilidad del
derecho del habitador por parte de los acreedores, en congruencia con
el régimen general de los arts. 743 y 744 del Cód. Civ. y Com., donde se
establece que el derecho de habitación queda excluido de la garantía
común y de la ejecutabilidad ante el caso de incumplimiento de alguna
obligación.
Esta limitación resalta el carácter alimentario que reviste el
derecho de habitación que lo torna inembargable e inejecutable, es
decir, subyace la idea de protección del habitador y su familia.
V.5. Obligaciones
De acuerdo con el art. 2160 el habitador no puede constituir
derechos reales ni personales, a diferencia del usuario que puede
constituir derechos personales. Permitirlo desvirtuaría el fin que tiene la
institución.
El art. 2161 dice: “Impuestos, contribuciones y reparaciones.
Cuando el habitador reside solo en una parte de la casa que se le señala
para vivienda, debe contribuir al pago de las cargas, contribuciones y
reparaciones a prorrata de la parte de la casa que ocupa”.
Como consecuencia se interpreta que el habitador toma a su
cargo el pago los impuestos, contribuciones que graven el inmueble que
habita y las reparaciones del mismo que sean necesarias para continuar
con el ejercicio del derecho.
El artículo consagra una solución equitativa, ya que si solo se
ejerce el derecho sobre una parte material del inmueble es justo que
34 Conf. MARIANI DE VIDAL, Marina - ABELLA, Adriana, Derechos reales..., cit., t. 2, p. 47.
solo se contribuya en parte proporcional. Se reitera la voluntad del
legislador de posibilitar la constitución de derechos reales sobre parte
materiales de los inmuebles y evidentemente sin necesidad de la
separación de la parte material, como si fuera un inmueble distinto. Para
su constitución bastaría con que fueran funcionalmente independientes y
que en la escritura de constitución se determinara “la parte material” y
con un croquis del mismo por profesional habilitado.
Es criticable la imprecisión terminológica al referirse “a la casa”
como objeto del derecho, ya que como hemos analizado, su concepto es
más amplio.
Igual solución se legisla para el usufructo y el uso (art. 2148 Cód.
Civ. y Com.) y también se encontraba legislada en el Código velezano.
V.6. Extinción
Por aplicación de los arts. 2159 y 2155 se aplica el art. 2152 del
Cód. Civ. y Com., al igual que el usufructo, el derecho de habitación se
extingue: a) por la muerte de su titular, aun cuando no se haya cumplido
con el plazo o la condición que pudieran haberse pactado. b) por el no
uso por persona alguna durante el plazo de 10 años; c) el uso abusivo o
alteración de la sustancia, estas dos últimas causales deben ser
comprobadas judicialmente.
También se extingue por las causas generales de extinción de los
derechos reales (art. 1907 del Cód. Civ. y Com.): la destrucción de la
cosa, el abandono y la consolidación.
36 Ver MOISSET DE ESPANÉS, Luis, “El derecho de habitación del cónyuge supérstite
(protección de bienes muebles)”, http://www.acaderc.org.ar/doctrina/el-derecho-de-
habitacion-del-conyuge-superstite-proteccion-de-bienes-muebles/at_download/file.
37 COSTANZO, Mariano - POSTERARO SÁNCHEZ, Leandro, “Comentario art. 2383”, en
CLUSELLAS, E. G. (dir.), Código Civil comentado, Astrea, Buenos Aires, 2016, t. 8, p.
158.
38 Opinión en contrario Alterini Jorge que dice: Si un derecho real nace por virtualidad
de la ley queda configurado como tal ipso iure, automáticamente. Por ello estimamos
que en sentido estricto no es exacto que para alumbrar el derecho del art. 3573 bis
deban desplegarse los pertinentes trámites sucesorios. La invocación del derecho del
viudo en el sucesorio tiene una función básicamente declarativa (...). Aquí también es
aconsejable para que no se discuta la plena operatividad del derecho real nacido de la
ley, que se lo esgrima en el ámbito sucesorio para contar con la declaración judicial
favorable que hará las veces de reconocimiento del derecho preconfigurado”. “Además
en puro derecho, al tener la habitación del viudo de fuente legal, no sería necesario
para su oponibilidad la inscripción registral, tanto que como lo recordamos
oportunamente, la inscripción registral inmobiliaria atañe por regla tan sólo a las
mutaciones jurídicas reales por acto entre vivos. Aunque este derecho obviamente
ostenta la connatural publicidad propia de los estados de hecho, por la condición de
poseedor del sobreviviente, para aventar cualquier duda, por mínima que sea, sobre la
existencia de esta situación jurídica derivada de la ley, al menos respecto de los
acreedores del supérstite, no es una alternativa descartable que se la exteriorice
también por medio de la publicidad registral”. ALTERINI, Jorge H., en LAFAILLE, Héctor,
Tratado de derecho civil. Tratado de los derechos reales, 2ª ed. actualizada y ampliada
por Jorge Horacio Alterini, La Ley - Ediar, Buenos Aires, 2010, t. IV, p. 213.
39 El Dr. Andorno opinaba que debía ser el único inmueble del acervo hereditario, conf.
a ANDORNO, Luis O., “EI derecho de habitación del cónyuge supérstite (art. 573 bis:
Necesidad de su registración”, Zeus, diario, 27/8/1975.
que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser
protegida por la sociedad y el Estado, en virtud de lo determinado por el art. 75 inc.
22 del CN, este tratado y otros que consagran la protección de la vivienda tienen
jerarquía constitucional.
Siguiendo lo ya consagrado por la legislación anterior y lo normado
constitucionalmente, el Cód. Civ. y Com. legisla en el art. 2383 un instituto de
protección a la vivienda del cónyuge viudo . En el capítulo 2, "Modos de
hacer la partición", en el Título VIII "Partición", ubicados ambos dentro
del Libro Quinto denominado "Transmisión de derechos por causa de
muerte" y dice: “Art. 2383.— Derecho real de habitación del cónyuge
supérstite. El cónyuge supérstite tiene derecho real de habitación
vitalicio y gratuito de pleno derecho sobre el inmueble de propiedad del
causante, que constituyó el último hogar conyugal, y que a la apertura de
la sucesión no se encontraba en condominio con otras personas. Este
derecho es inoponible a los acreedores del causante”.
VI.2.1. Ámbito de aplicación
De acuerdo con la Dra. Mariani de Vidal, quien cita a la Dra.
Kemelmajer de Carlucci, este artículo es de aplicación para las
sucesiones de los fallecidos con posterioridad al 1 de agosto de 2015, en
virtud de lo dispuesto en el art. 7º del Cód. Civ. y Com., ya que la ley rige
la sucesión es la ley vigente al momento de su apertura, que ocurre con
la muerte del causante (art. 2777 Cód. Civ. y Com.). De esta forma
afirma, “que si el fallecimiento fue anterior a la entrada en vigor del
nuevo Código Civil se aplica la ley 20789”40 (art. 3573 del Cód. Civil).
VI.2.2. Naturaleza jurídica
Es un derecho real de habitación con características
propias: Es de origen legal, determinado por el art. 1894 del Cód. Civ. y
Com. y tiene un carácter asistencial.
Se le aplican, en consecuencia, las normas del derecho real de
habitación (arts. 2158 y ss. Cód. Civ. y Com.), con excepción de lo
determinado en art. 2383 en estudio. Esto implica que el titular de este
derecho debe conservar la cosa sin alterar la sustancia; no puede
constituir derechos reales ni personales; no es transmisible por actos
entre vivos o por causa de muerte (art. 2160 Cód. Civ. y Com.).
Es un derecho conferido in iure propio. No tiene carácter
hereditario. Ha sido tema de discusión doctrinaria, desde la
incorporación del art. 3573 bis, si el derecho real de habitación conferido
al cónyuge supérstite, se trataba de un derecho in iure propio, es decir,
otorgado por derecho propio, o in iure hereditatis41 otorgado en su
calidad de heredero del causante y también se ha sostenido que es
como pars bonurum hereditatis42.
40 MARIANI DE VIDAL, Marina - ABELLA, Adriana, Derechos reales..., cit., t. 2, p. 51.
41 MOLINARIO, Alberto D. opinaba: “se está en presencia de un verdadero derecho
hereditario que implica la ampliación de la cuota legal que el código asigna al
cónyuge”, en “Estudio del art. 3573 bis del C. Civil”, LL 1975-B-1040.
42 Zannoni ha dicho: “independientemente de su naturaleza hereditaria o no, esta
figura está vinculada estrechamente al fenómeno sucesorio toda vez que su nacimiento
está condicionado a la muerte del causante. Producida la muerte del causante nace
para los herederos una carga sucesoria cuyo beneficiario es el cónyuge supérstite. Y
como carga sucesoria que es, su cumplimiento es obligatorio y vinculante para los
herederos, quienes no podrán desentenderse de la misma”. ZANNONI, Eduardo A.,
Considerarlo de uno u otro carácter trae consecuencias prácticas
importantes, a) de creer que es in iure hereditatis debería ser incluido en
la masa hereditaria y computado en el cálculo de la porción legítima e
integrará la hijuela del cónyuge beneficiario; se encontraría gravado por
el impuesto a la transmisión gratuita de bienes, etc.; b) si lo
consideramos in iure propio no recibe este derecho por herencia no
integra la masa hereditaria y su valor no se tiene en cuenta para la
fijación de la legítima ni para determinar las porciones hereditarias.
Participamos de esta opinión, sustentada por una gran parte de la
doctrina43 y así lo sostuvo la XIX Jornada notarial Bonaerenses
(Pergamino, 1975) al concluir: “que el derecho real de habitación del
cónyuge supérstite es un derecho in iure propio, extra sucesorio,
renunciable y susceptible de registración”. Los Dres. Costanzo y
Posteraro Sánchez consideran que es un derecho concedido in iure
propio pero que “será deducido su valor para la formación de la masa
partible, para luego calcularse la legítima, siguiendo al Dr. Zanoni”44.
VI.2.3. Requisitos
— Que el inmueble sea propiedad del causante. Por el
término “propiedad” cabe entender, dominio, propiedad horizontal y
conjuntos inmobiliarios. Así, no podría invocar el derecho real de
habitación el/la viudo/da del superficiario, usufructuario, usuario o
habitador. La mayoría de los autores se encuentra contestes en afirmar
que no importa si el inmueble es bien propio o ganancial, puede ser de
titularidad del supérstite, del causante o de ambos.
Se ha receptado la postura de Vernengo Prack plasmada en un
plenario de la Cámara Nacional Civil del año 1979 45, donde se considera que no es
requisito de aplicación del art. 3573 bis, que exista un solo inmueble. Recalca que la
norma dice un solo inmueble habitable. De modo que puede haber varios inmuebles
que, por razones de ocupación, de afectación productiva, destino comercial y otras
causas que no sean "habitables". Agrega que "con esos bienes inmuebles, puede
coexistir un departamento habitado y habitable por el cónyuge supérstite que reúna
los requisitos de valuación establecidos en la ley".
— El inmueble debe haber sido la última sede del
hogar conyugal. Es decir, el lugar donde habitaban al momento del
fallecimiento del causante, lo cual descarta que pueda ser solicitado por
el supérstite sobre algún otro bien de la sucesión y también la posibilidad
que este derecho exista si mediara separación de hecho o divorcio,
anteriores a la muerte.
46 CNCiv., sala G, "Della Torre, Juan C. s/incidente civil", 23/9/1994, cita: IJXV-866.
47 Jornadas de Derecho de Familia organizadas por el Colegio de Abogados de Morón,
provincia de Buenos Aires (1989), IV Jornadas Sanjuaninas de Derecho Civil
convocadas por el Foro y el Colegio de Abogados de San Juan (1989), concluyeron en
no mantener esta causal de extinción, y en las últimas se recomendó de lege ferenda
que "no es conveniente que el derecho real de habitación del cónyuge supérstite cese
por el solo hecho de contraer nuevas nupcias, a no ser que se cree una situación
incompatible con el fin tuitivo de la norma. El derecho real no podrá ser invocado por el
ulterior cónyuge del beneficiario".
48 ALTERINI, Jorge H., en LAFAILLE, Héctor, Tratado de derecho civil. Tratado de los
derechos reales, 2ª ed. actualizada y ampliada por Jorge Horacio Alterini, La Ley -
Ediar, Buenos Aires, 2010, t. IV, p. 213.
— Reconocimiento en sede notarial o judicial. A pesar del
nacimiento ipso iure ya hemos dicho que será necesario acreditar que se
operado el nacimiento de este derecho de habitación en cabeza del
cónyuge supérstite, reiterando que el reconocimiento judicial tendrá un
efecto meramente declarativo y no constitutivo del derecho. Se deberá
acreditar en el expediente sucesorio cual es el inmueble que reúne los
requisitos del art. 2383, es decir, que era la sede del hogar conyugal.
Una vez probado y reconocido, tendrá efecto retroactivo al momento de
la muerte del causante.
Sostenemos el criterio sustentado por los doctores Costanzo
y Posteraro Sánchez49, de que el trámite judicial puede obviarse, si todos
los herederos declarados y el cónyuge supérstite están de acuerdo y
reconocen el inmueble como último asiento del hogar conyugal mediante
declaración en escritura pública, que puede inscribirse en el Registro de
la propiedad a efecto de la oponibilidad a terceros. Igualmente puede el
cónyuge supérstite manifestar por escritura pública la renuncia al
derecho de habitación que le concede la ley ipso iure, con lo cual se
evitaran dudas y reclamos posteriores.
— Oponibilidad. A) Acreedores del causante
(acreedores de la sucesión). De acuerdo con lo dispuesto por el art.
2383 Cód. Civ. y Com. el derecho en estudio le resulta inoponible, es
decir, que podrán ejecutar el bien como si el derecho de habitación no
existiera. B) Acreedores de los herederos. A estos el derecho de
habitación les es oponible, dado que al patrimonio de los herederos
ingresará la nuda propiedad del inmueble, siendo solo esta la que
podrá ser embargada y ejecutada.
-Extinción. El derecho real de habitación del cónyuge supérstite
se extingue por las causales previstas para el usufructo en cuento sean
compatibles (arts. 2155 y 2159 del Cód. Civ. y Com.), en consecuencia,
se extingue: a) por la muerte de su titular, aun cuando no se haya
cumplido con el plazo o la condición que pudieran haberse pactado. b)
por el no uso por persona alguna durante el plazo de 10 años; c) el uso
abusivo o alteración de la sustancia, estas dos últimas causales deben
ser comprobadas judicialmente.
También se extingue por las causas generales de extinción de los
derechos reales (art. 1907 del Cód. Civ. y Com.): la destrucción de la
cosa, el abandono y la consolidación.
VII. Conclusiones
Con esta apretada síntesis, sobre los derechos de Uso y
Habitacion en la vigente legislacion, en nuestra intención despertar el
interes en estas figuras, que en muchos casos son adecuadas para los
negocios familiares u negocios con impronta económica ya que pueden
ser constituidos de forma onerosa. Como operadores del derecho
debemos fomentar la utilización de todos derechos existentes. También
es de esperar que los estudios doctrinarios de estos derechos reales se
intensifique a efectos de analizar su aplicación efectos y consecuencias.
VIII. Bibliografía
ALLENDE, Guillermo, Tratado de las servidumbres, AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 1963.
— Panorama de derechos reales, La Ley, Buenos Aires, 1967.
ALTERINI, Jorge H., en LAFAILLE, Héctor, Tratado de derecho civil.
Tratado de los derechos reales, 2ª ed. actualizada y ampliada por Jorge
Horacio Alterini, La Ley - Ediar, Buenos Aires, 2010, t. IV.
ALTERINI, Jorge H. - ALTERINI, Ignacio E. - ALTERINI, María Eugenia,
Tratado de los derechos reales, La Ley, Buenos Aires, 2018, t. II, p. 679.
ANDORNO, Luis O y otra, Ley Nacional Registral Inmobiliaria 17.801.
Comentada. Anotada, Hammurabi, Buenos Aires, 1999.
— "EI derecho de habitación del cónyuge supérstite (art. 573 bis:
Necesidad de su registración". Zeus; diario, 27/8/1975
CARAMES FERRO, José, Curso de derecho romano, AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 1973.
CLUSELLAS, Eduardo G. (dir.), Código Civil y Comercial comentado
anotado y concordado, Astrea - FEN Editora Notarial, Buenos Aire, 2015.
DÍEZ-PICAZO, Luis, Fundamentos de derecho civil patrimonial, 2ª ed.,
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FRONTINI, Elba M., “Transmisión del derecho de usufructo”, ponencia
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Microjuris 28/12/2015 | Doctrina | MJ-DOC-7578-AR | MJD7578.
KIPER, Claudio, Manual de derechos reales, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
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MARIANI DE VIDAL, Marina - ABELLA, Adriana, Derechos reales en el
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MOISSET DE ESPANÉS, Luis, “El derecho de habitación del cónyuge
supérstite (protección de bienes muebles)”,
http://www.acaderc.org.ar/doctrina/el-derecho-de-habitacion-del-conyuge-superstite-
proteccion-de-bienes-muebles/at_download/file.
PUIG PEÑA, Federico, Compendio de derecho civil español, 3ª ed.,
Pirámide, Madrid, 1976.
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1894).