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Investigacion de Microbiologia

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Biografía de Louis Pasteur

(Dole, Francia, 1822 - Marnes-la-Coquette, 1895) Químico y bacteriólogo francés, fundador de la microbiología
y pionero de la medicina moderna.

Louis Pasteur

Desde los tiempos de Hipócrates (siglo V a.C.) se habían atribuido las enfermedades a abstractos desequilibrios
de los humores internos del cuerpo humano. Hubo que esperar al siglo XIX para que, de la mano de geniales
investigadores como Louis Pasteur y Robert Koch, quedase firmemente establecida la teoría del origen
microbiano de las enfermedades infecciosas, según la cual éstas son provocadas por gérmenes patógenos
ambientales que penetran en el organismo sano; la determinación de las causas concretas y seguras de una
amplia gama de afecciones supuso el inicio de la actual medicina científica. Pasteur dio asimismo un impulso
decisivo al desarrollo de las vacunas, siendo especialmente recordado por el éxito de su vacuna contra la rabia
(1885).
Biografía

Su padre, que dirigía una pequeña tenería, se había trasladado a Arbois durante la infancia del pequeño Louis,
que realizó sus primeros estudios demostrando más vocación por la pintura que por los libros. A pesar de ello, su
padre lo obligó a cursar estudios secundarios en el Liceo de Besançon, donde consiguió el título de bachiller en
letras en 1840 y en ciencias en 1842. Ese mismo año fue admitido en la Escuela Normal Superior de París, pero
con una baja puntuación, que al año siguiente mejoró. Estudió química bajo la dirección de Dumas y Balard, y
en 1847 se doctoró en física y química.

Al año siguiente, sus investigaciones sobre el ácido racémico, y a continuación sobre el paratartárico, le llevaron
a formular una teoría sobre la disimetría molecular; creía haber descubierto una línea de demarcación entre las
sustancias orgánicas elaboradas por seres vivos (con estructura molecular disimétrica) y las preparadas en los
laboratorios (con estructura simétrica). Tales estudios han valido a Pasteur la consideración de fundador de la
estereoquímica, rama de la química que describe la estructura tridimensional de las moléculas. Hoy sabemos que
su concepción era errónea, pero igualmente constituiría el punto de partida para investigaciones de gran
trascendencia.
De la fermentación a la generación espontánea

En 1848 fue nombrado profesor de física y química en el Liceo de Dijon, y tres meses después suplente en la
cátedra de química de la Universidad de Estrasburgo, cátedra de la que sería titular en 1852, para pasar después
(1854-1857) a la Universidad de Lille como profesor de química y decano de la Facultad de Ciencias. Con una
orientación principalmente práctica, encaminada a resolver algunas dificultades con que topaban las industrias
vinícolas y cerveceras de la región, Louis Pasteur emprendió en Lille sus conocidos estudios sobre la
fermentación.

Sus investigaciones le llevaron a corroborar, por un lado, la idea de que las levaduras eran las responsables de la
producción de alcohol en la fermentación, y por otro, a descubrir que la producción en el proceso de
fermentación de ciertos ácidos y sustancias indeseables (que agriaban el vino o la cerveza) era debida a la acción
de microorganismos como las bacterias. Pasteur resolvió el problema con el simple método de someter a altas
temperaturas las soluciones azucaradas iniciales; se eliminaba con ello las bacterias, evitando así la acidificación
del producto final.

Louis Pasteur (óleo de Albert Edelfelt, 1885)

El ilustre científico francés aplicaría este mismo sistema al ámbito de la conservación de los alimentos:
calentando la leche a alta temperatura antes de embotellarla, se destruyen las bacterias patógenas que pueda
contener y se impide su fermentación sin alterar su estructura ni sus componentes. Este prodecimiento, que hoy
llamamos pasteurización, complementó las aportaciones anteriores de Nicolas Appert y favoreció el crecimiento
de la industria agroalimentaria.
Mientras tanto, Louis Pasteur había pasado a París como director del departamento de ciencias de la École
Normale (1857-1867), y a continuación como titular de la cátedra de química de la Facultad de Ciencias de la
Universidad (1867-1875). Allí, en áspera lucha con el biólogo francés Félix Pouchet y los fisiólogos
teologizantes, desarrolló su gran batalla contra la generación espontánea. La antigua idea de que algunos seres
vivos no derivan de la reproducción de otros, sino que se forman espontáneamente, se basaba en una observación
empírica inexacta (de la carne en putrefacción, por ejemplo, surgen larvas de dípteros) y había mantenido su
vigencia durante siglos, al ser sostenida por autoridades como Aristóteles. Aunque los experimentos
de Francesco Redi (1626-1698) confutaron ese ejemplo en concreto, el posterior descubrimiento de los
microorganismos resucitó esta polémica, una de las más relevantes de la historia de la biología.

Las investigaciones sobre la fermentación habían llevado a Pasteur a preguntarse si aquellos microorganismos
que intervenían en la misma se formaban de manera espontánea o procedían del entorno. Para resolver la
cuestión, ideó un experimento consistente en introducir material nutritivo esterilizado mediante calor en diversos
recipientes; todos ellos fueron sellados para impedir la contaminación por el aire local.

Los resultados fueron inequívocos: en los recipientes en los que se introducía aire húmedo se producía una
rápida putrefacción de la materia orgánica; en cambio, en los recipientes donde el aire introducido contenía poca
humedad, prácticamente no había alteración de la materia original. Pasteur dedujo que el aire está cargado de
gérmenes de microorganismos que se desarrollan en contacto con la materia orgánica en las condiciones
ambientales adecuadas. La publicación de las conclusiones en 1860 supuso la definitiva liquidación de la teoría
de la generación espontánea; en la memoria final de 1861, por otra parte, Pasteur intuyó que los estudios
realizados podían "preparar el camino a una seria investigación sobre el origen de las enfermedades".

Mayor gloria habían de darle todavía a Pasteur los trabajos que comenzó en 1865, año en que, habiéndose
difundido en los alrededores de Alais una grave enfermedad que destruía los gusanos de seda, fue comisionado
por el gobierno para que estudiara la epidemia y buscara sus posibles remedios. Tal enfermedad, llamada
pebrina, estaba alcanzando proporciones inusitadas y amenazaba con hundir la rica industria de la seda del sur de
Francia.

Pasteur analizó en profundidad el problema y logró determinar que la afección era causada por unos corpúsculos
microscópicos (descritos ya por el italiano Cornaglia) que aparecían en la puesta efectuada por las hembras
enfermas; seleccionando y criando huevos libres de la plaga, las explotaciones lograron salvarse del desastre. De
este modo fue corroborando su intuición de que muchas enfermedades eran debidas a infecciones de
microorganismos patógenos, y se encontraba ya en situación de enunciar los principios de la patología
microbiana.

La teoría microbiana y las vacunas

Los estudios anteriores, en efecto, sugirieron a Pasteur una analogía entre la enfermedad y la fermentación: del
mismo modo que la acción de microorganismos exteriores es la causa, por ejemplo, del deterioro de la leche,
esos mismos microorganismos podían invadir un cuerpo sano y causar las afecciones. Llegó así a establecer,
como consecuencia de sus trabajos, la llamada teoría microbiana o germinal de las enfermedades, según la cual
muchas de éstas se deben a la penetración en un cuerpo sano de microorganismos patógenos. Pese a la
incomprensión que suscitó (derivada en cierto modo del sentido común, para el que resulta sorprendente que
seres microscópicos puedan matar a otros infinitamente más grandes), los resultados de sus ulteriores
investigaciones acabarían avalando su hipótesis.

Entretanto, la guerra civil que se ensañaba en París en 1871 obligó a Pasteur a abandonar la ciudad, pero no
detuvo sus estudios. En Clermont-Ferrand, donde se refugió, los cerveceros del lugar le invitaron a proseguir y
completar las pesquisas sobre la cerveza. Pacificada la ciudad, regresó a París, donde fue elegido socio de la
Academia de Medicina (1873) y se le otorgó una pensión vitalicia (1874, aumentada en 1883); recibió luego la
Legión de Honor e ingresó en la Academia Francesa (1881).

Por esos años y ya hasta su fallecimiento, Louis Pasteur orientó su actividad hacia el estudio de las enfermedades
contagiosas (partiendo del supuesto de que eran debidas a gérmenes que pasaban de un organismo a otro),
logrando no sólo confirmar su teoría, sino también desarrollar la vacunación como método preventivo. Conocida
desde antiguo, el mecanismo de la vacunación es simple: estimular el sistema inmunitario exponiéndolo al
microorganismo responsable de una determinada enfermedad, a fin de que en el futuro pueda responder de
inmediato ante una eventual infección.
Louis Pasteur

Sin embargo, su aplicación práctica hubo de enfrentarse a obstáculos insalvables; al no haber un modo seguro de
regular la fuerza infecciosa de los extractos, a menudo se causaba la enfermedad que se pretendía prevenir. Sólo
un médico rural inglés, Edward Jenner, había logrado en 1796 una prevención eficaz contra la viruela humana,
que consistía en infectar a un individuo sano con la viruela de las vacas. La infección estimulaba las defensas del
individuo hasta el punto de inmunizarlo contra la viruela humana; al ser la viruela de las vacas inofensiva en el
ser humano, el método no comportaba ningún riesgo.

En 1879, mientras realizaba experimentos con pollos afectados por el cólera de las gallinas, Pasteur advirtió que
unos animales infectados con un cultivo conservado en malas condiciones, y por tanto deteriorado, quedaban
protegidos frente a la enfermedad; había descubierto que, en determinadas condiciones, los gérmenes resultaban
menos patógenos, pero que al inocularlos en un individuo sano daban igualmente lugar a una respuesta defensiva
que protegía contra los gérmenes virulentos.

En 1881 inició sus estudios acerca del carbunco, una enfermedad que causaba estragos en el ganado lanar.
Pasteur descubrió el bacilo responsable de la enfermedad y llevó a la práctica la idea de inducir una forma leve
de la misma en los animales, inoculándoles bacilos debilitados para inmunizarlos contra ataques de variedades
más agresivas. Preparó la vacuna y resultó un éxito: todas las ovejas en las que se habían inoculado bacilos
débiles resistieron el contagio de los bacilos letales; y todas las no vacunadas perecieron.
Biografía de Anton Van Leeuwenhoek

Anton van Leeuwenhoek (Delft, Países Bajos, 24 de octubre de 1632 – ibídem, 26 de agosto de 1723).
Comerciante, Inventor, Científico y Microbiólogo de origen neerlandés, reconocido por haber fabricar
poderosos microscopios y ser el primer humano en ver bacterias y protozoos. Sus observaciones se
tradujeron en grandes descubrimientos, que revelaron, a la Ciencia, estructuras y formas de vida no
conocidas hasta ese momento, razón por la cual es considerado pionero de la Microbiología y uno de
los científicos más influyentes de la Historia.

Anton van Leeuwenhoek nació el 24 de octubre de 1632, en Delft, en los Países Bajos, en el seno de un
próspero matrimonio de comerciantes de cestas, conformado por Phillips Teunisz Leeuwenhoek y
Margriete Jacobsdr van den Berch. Perdió a su padre a muy temprana edad. Al poco tiempo su madre
volvió a contraer matrimonio, y Anton fue enviado a un internado, ubicado en Warmond. Cuando
tenía dieciséis años, su madre lo colocó como aprendiz de tratante de telas en Amsterdam, donde más
tarde se desempeñó como cajero y contable.
En 1653, cuando Anton tenía un poco más de veinte años, vio por primera vez un microscopio simple,
conformado por una pequeña lupa colocada en un soporte, usada por los comerciantes de tela, para
verificar la calidad del tejido. Desde ese momento adquirió uno de estos objetos y se interesó
ampliamente en su funcionamiento.

Primeros descubrimientos microscópicos


Se tiene noticias de sus primeras observaciones microscópicas a partir de 1673, cuando describió
los órganos bucales de las abejas y sus aguijones, así como la anatomía de un piojo. En 1674 observó
por primera vez las pequeñas bacterias y protozoos que habitaban las diferentes fuentes de agua, a los
que describió como animáculos.

Anton van Leeuwenhoek diseñó y fabricó microscopios de un solo lente, de muy corta distancia
focal, con un poder de observación de hasta 270 veces de aumento. Se cree que fabricó más
de quinientos de microscopios. Nunca vendió uno, obsequiándolos entre sus conocidos. En su
testamento dejó 26 microscopios a la Royal Society, los cuales se extraviaron.

Espermatozoides y Generación Espontánea

Sus poderosos lentes y su gran capacidad para la observación lo llevaron a grandes descubrimientos. En
1677 logró observar por primera vez en el líquido seminal los espermatozoides, los cuales consideró
la semilla responsable de la reproducción mamífera. Así mismo fue capaz de describir
las diferencias entre los tallos de las plantas mocotiledóneas y dicotiledóneas.

Descubrió e hizo la primera descripción del cristalino del ojo humano y de las estriaciones de los
músculos. En 1684 realizó la primera descripción detallada de las células rojas de la sangre, y un
tiempo más tarde logró observar el funcionamiento de los vasos capilares y del riego sanguíneo, tanto
en humanos como en animales.
Se opuso a la Teoría de la Generación Espontánea. Para algunos científicos de la época, por ejemplo,
que el piojo provenía del polvo. Leeuwenhoek logró demostrar a través de sus descubrimientos que los
piojos adultos, se desarrollaban a partir de pequeñas crías, nacidas de los huevos que se encontraban
en los cuerpos de las hembras de la especie. Igualmente logró descubrir que el gusano del vinagre se
reproducía a través de huevos, proceso que nuevamente lo llevó a enfrentarse con la Teoría de la
Generación Espontánea.
Sus observaciones también lo hicieron capaz de describir la estructura anatómica de varios insectos
como las abejas, moscas, chinches, pulgas. Fue el primero en observar las distintas fases del desarrollo
larvario de los mosquitos Anopheles. Así mismo fue capaz de observar y describir los ciclos
reproductivos de otros insectos y animales.
Robert Koch
(Klausthal, 1843 - Baden-Baden, 1910) Bacteriólogo alemán galardonado con el Premio Nobel.
Descubrió la bacteria productora del ántrax o carbunco y la bacteria productora de la tuberculosis. Se le
considera, junto a Louis Pasteur, el padre de la bacteriología, y el que sentó las bases de la
microbiología médica moderna.

Robert Koch

Obtenida en 1862 la graduación en medicina en Gotinga, tras un breve período que pasó como auxiliar
en el Hospital de Hamburgo se dedicó al ejercicio de la profesión médica en Hannover y Posnania.
Nombrado médico del distrito de Wollstein (Posnania), vio atraídos singularmente su atención y su
interés por las dolencias infecciosas, en particular por las septicemias, las infecciones de heridas, la
peste bovina y la enfermedad del sueño.

Inició entonces una serie de investigaciones sobre las bacterias que andando el tiempo habrían de
hacerle famoso, y no sólo por la importancia de sus descubrimientos, sino también a causa de las
notables mejoras por él introducidas en la técnica de la bacteriología, tan trascendentales que permiten
considerar hasta cierto punto a Robert Koch como el fundador de la misma. La fama de sus estudios le
llevó en 1880 a la dirección del laboratorio bacteriológico del Departamento Imperial de Higiene de
Berlín.

Libre de las preocupaciones profesionales, pudo entregarse por completo a sus investigaciones, y
concentró su atención particularmente sobre la tuberculosis y el cólera. Los resultados de tal actividad
no se hicieron esperar mucho: en 1882 el sabio descubrió el bacilo de la tuberculosis, que fue
denominado "bacilo de Koch"; además, llevó a cabo importantes estudios respecto al cólera. En 1885
ocupó la cátedra de Higiene de la Universidad de Berlín; durante esta fase de labor universitaria realizó
el descubrimiento de un primer producto eficaz para la curación de la tuberculosis: la tuberculina.

Después de ello el gobierno imperial fundó especialmente para Robert Koch un instituto destinado al
estudio de las enfermedades infecciosas, con una clínica aneja, de cuyo establecimiento asumió la
dirección el ilustre médico, que debido a ello abandonó la cátedra. Allí realizó numerosas
investigaciones, justamente célebres; entre ellas merecen ser destacadas, sobre todo, las referentes a la
malaria. De sus obras citaremos Etiología de la esplenitis y Etiología de la tuberculosis. En 1905, en el
punto culminante de su notoriedad internacional, Robert Koch recibió el Premio Nobel.

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