Fundamentos de La Personalidad
Fundamentos de La Personalidad
Fundamentos de La Personalidad
Al igual que con la mayor parte de animales, los seres humanos heredamos el ADN de nuestros
padres, siendo este conformado en su mitad por el ADN materno y la otra mitad por el
paterno. Esta herencia genética influye en aspectos varios, incluyendo nuestro
comportamiento, carácter y valores. No obstante, y este es el punto que nos diferencia de los
animales, es que somos capaces de proponernos metas y tener aspiraciones, que pueden ser
promovidos por el entorno, familiar y cultural, que nos tocado vivir.
Otra diferencia que nos diferencia del resto de animales es que los humanos somos
conscientes de nuestra herencia genética, es decir, hasta qué punto somos tan parecidos a
nuestros padres, tanto psicológica como físicamente, y, recurriendo al libre albedrío, podemos
tratar de alejarnos de lo que se supone se encuentra en nuestros genes. Esto es ámbito de
estudio de la genética conductual.
Pese a que se sabe que aspectos comportamentales, tanto los que son adaptativos como los
que implican psicopatología, son en mayor o menor medida heredables, una creencia
equivocada antes del desarrollo del Proyecto Genoma Humano era la de que cada conducta o
aspecto de la personalidad e inteligencia vendría delimitado por uno o un grupo reducido de
genes. Sin embargo, la investigación descubrió que no existía un único gen para, por ejemplo,
la esquizofrenia, la superdotación o la dimensión de la extraversión.
Ester fue una joven judía muy hermosa, inteligente y temerosa de Dios. Ella ganó un concurso
de belleza y se convirtió en reina de Persia. Su posición como reina resultó vital para el pueblo
judío. Por designio de Dios, ella estuvo en el lugar preciso para salvar al pueblo del exterminio.
Ester mostró valentía, astucia, amor por su pueblo y una gran fe en Dios. Su intervención para
salvar a su pueblo judío del genocidio se celebra en la festividad judía de Purim.
Zaqueo
La visita de Jesús a Zaqueo había sido con ese propósito: para llevar la salvación. Solo a través
de Jesús obtenemos el perdón de nuestros pecados y la salvación de nuestras almas. La
presencia de Jesús en la casa y en la vida de Zaqueo lo liberó del pecado de la avaricia y eso se
manifestó en sus palabras y en sus acciones.
Jesús también afirmó la identidad de Zaqueo al llamarlo «hijo de Abraham». Quizás muchos
menospreciaban a Zaqueo por causa de su trabajo. Puede que lo vieran como un traidor o un
mal judío. Pero Zaqueo reconoció de inmediato a Jesús como el Mesías esperado por Israel y
abrió su corazón a él. Mostró tener una gran sensibilidad espiritual ante la presencia del
Salvador, algo que Jesús resaltó al llamarlo «hijo de Abraham».
Jesús explicó que su misión era buscar y salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10b). Él buscó
a Zaqueo cuando levantó su mirada hacia el árbol y luego le ofreció la salvación de su alma.
Jesús no se dejó llevar por la opinión de los demás o lo que pensaban sobre Zaqueo. Él miró su
corazón receptivo, no su pasado o sus acciones hasta ese momento.
De entre toda la multitud, Jesús sabía que el corazón de Zaqueo era el que estaba abierto y
dispuesto a recibir la salvación que él vino a dar. Por eso volcó su atención hacia él y decidió
pasar tiempo en su casa, en su entorno, compartiendo con él la verdad del Evangelio.