Tres Buenos Amigos y La Iglesia
Tres Buenos Amigos y La Iglesia
Tres Buenos Amigos y La Iglesia
Narrador (Elberto)
Protagonizado por Lobo (Lily) - Mirla (Ángela) - Sapo (Andrés) - Oso (Francys)
Cuando se encontraron después de una terrible pandemia, no sabían qué camino tomar, todos habían
estados en sus casas, algunos cómodos y otros con ganas de volver a salir y continuar con sus
actividades normales, pero lo que sí tenían claro, es que no querían volver a separarse
Lobo: -Vamos a hablarlo – (mientras tomaba asiento al lado de un grueso tronco) – Yo preferiría ir a la
montaña, porque me gusta estar en contacto con el frío y la nieve
Sapo: Yo preferiría ir al río, porque me encanta saltar, nadar y bucear entre las hiedras, sentir la lluvia,
escuchar el canto de las aves y compartir con otros sapos
Mirla: Pues yo preferiría ir a un bosque lleno de árboles, porque me gusta cantar escondido entre las
hojas y hacer mi nido entre las ramas, así… muy tranqui!
A lobo no le gustaba el agua, por eso, descarto enseguida el río; pero podría intentar adaptarse a vivir
en la arboleda con tal de no perder a sus amigos
Sapo descartó rápidamente ir a vivir a la montaña; allí vivía la culebra a la que temía tanto, pero podría
vivir entre los árboles siempre que fuera junto a sus buenos amigos.
Mirla pensó que quizás podría adaptarse a vivir en la montaña, y aunque el agua no le hacía mucha
gracia podría hacer un esfuerzo para vivir cerca del río y hacer su nido en un alto arbusto
Los tres hablaban entre ellos para hallar una solución y no tener que separarse.
¡Si! Es a ustedes -Perdónenme si me meto donde no me llaman… no es mí costumbre, pero los estoy
escuchando… y Yo sé de un lugar donde los tres serían muy felices. Donde yo vivo, paseo por la
montaña con mis amigos osos y seguro a Lobo le gustaría. Hay árboles frondosos y altos con fuertes
ramas, allí Mirla podría hacer su nido, y cerca de mi cueva discurre un caudaloso río de aguas
transparentes donde apago mi sed, y Sapo podría nadar, saltar y jugar como le gusta
Narrador: Todos se pusieron muy contentos. Gracias a oso encontraron un lugar precioso para vivir.
Ninguno tuvo que renunciar a su modo de vida, aunque estaban dispuestos a ello por mantenerse
unidos y, además, hicieron un nuevo amigo.
Alguien tiene alguna duda que el mejor lugar para vivir es Nuestra iglesia el Lugar de Su presencia