07 - Su Amante Virgen - Shayla Black
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SU AMANTE VIRGEN
Maestros del Ménage 7
Argumento
Una noche salvaje conduce a la angustia…
Tori Glen adora su nuevo trabajo como asesora de imagen para Thurston- Hughes Inc. El
problema es que también está enamorada de los tres hermanos dueños de la compañía, Oliver, Rory,
y Callum. Ellos son guapos, exitosos, aristocráticos, y están fuera de la liga de esta chica de una
pequeña ciudad de Texas. Así que ella sigue siendo una profesional de confianza… hasta la noche en
la que se encuentra con un Oliver desconsolado, desesperado por alguien a quien amar. Tori sabe que
debería resistirse… pero ceder es demasiado tentador.
Y un plan desesperado...
Callum y Rory han negado su deseo por Tori, con la esperanza de que ella sanara a su hermano
mayor, que estaba absolutamente destrozado por la traición de su difunta esposa. Pero cuando Oliver
rechaza cruelmente a Tori a plena luz del día, ella presenta su dimisión. Rory y Callum se dan cuenta
que para salvar a su hermano, deben aceptar el tipo de familia no convencional que siempre han
deseado… con Tori en el centro. Y todo comienza por seducirla...
Aislada con los hermanos en una elegante casa de campo inglesa, ellos comienzan a despertar a
Tori al placer más sensual. Aunque consumido por la pena, Oliver no puede rechazar la oportunidad
de abrazar a la única mujer por la que vale la pena el riesgo de volver a amar. Lo que comienza como
una rivalidad vira hacia un futuro que sólo se han atrevido a soñar. Pero un extraño está observando y
esperando una oportunidad de venganza. ¿Podrán los hermanos unirse para abrazar a la mujer que
aman y vencer a un asesino?
Capítulo 1
Londres
* *
* *
Callum se colocó la bolsa de hielo sobre la mandíbula y se preguntó
dónde Ollie había aprendido a lanzar un golpe así. Había sido como un
ariete. Él casi había visto las estrellas, y eso no había sucedido desde que el
defensor español le dio un codazo en la ronda final de la Copa del Mundo
dos años antes. No estaba del todo seguro de que no tuviera una conmoción
cerebral, pero él tendía a conseguir de esas como la mayoría de las personas
conseguían dolores de cabeza.
—¿Qué está mal con vosotros tres? —Tori se enfureció con ellos de
regreso en la oficina de Oliver.
Callum intentaba enfocar su atención en las palabras, no en la forma en
que su cabello castaño dorado, deliciosamente suave, azotaba su rostro
como una tormenta de viento o su blusa se apretaba sobre sus pechos
mientras ella ponía el grito en el cielo.
—Lo siento.
—Vosotros sabíais que los periodistas iban a venir. Sé que lo sabíais
porque todos respondieron a mi e-mail avisándoles. ¿Pelear así es algo
británico que no entiendo?
¿Normalmente saludáis a los periodistas peleando con vuestro hermano?
Sus bonitas mejillas estaban ruborizadas de un tono rosado. Él apostaría a
que ella se sonrojaría de ese mismo color cuando le abriera las piernas y la
follara con fuerza. Maldita sea, pero era bonita cuando se enojada. Él estaba
consiguiendo una erección que se ponía más dura y palpitaba cada vez que
ella le gritaba.
Señor, eso sonaba medio loco. A veces se preguntaba si haber golpeado
la pelota con la cabeza tantas veces había dado lugar a algún daño cerebral.
Tori fijó su atención en Oliver.
—Y tú... pensaba que eras mejor que eso.
Los ojos de Oliver se entrecerraron y él se puso de pie, inclinándose
sobre el escritorio así podría intimidarla correctamente. Su hermano mayor
había perfeccionado esa maniobra en los últimos dos años. Él era unos
buenos treinta centímetros más alto que la pequeña Tori y se cernía sobre
ella como una bestia gruñendo.
—Siento mucho haberte hecho quedar mal, pero creo que olvidas
exactamente para quién trabajas.
Si Tori estaba intimidada, no lo demostró. Ella plantó sus manos sobre el
escritorio de Oliver y se inclinó, con la misma actitud que él.
—Y creo que se te olvida para lo que me contrataste, por lo que juraste
que todos estábamos trabajando.
La tensión sexual entre ellos era tan densa que podría cortarla con un
cuchillo.
Y la dulce e inteligente Tori estaba en la posición perfecta para una
azotaina. Inclinada con su culo respingón en el aire. Callum casi podía
sentir su palma haciendo contacto. Él le daría un fuerte azote para llamar su
atención, a continuación, le daría más por todo ese exuberante culo para
sensibilizarle la piel y prepararla para la follada que seguiría.
Una mano grande golpeó con fuerza su brazo, sacándolo de la fantasía.
—¿Qué te pasa?—se inclinó Rory y le susurró en voz baja.
Los ojos de su hermano estaban enfocados en sus pantalones. Maldición.
Cambió de posición, tratando de ocultar su ingobernable polla.
—No puedo evitarlo.
—Inténtalo—espetó Rory.
Tori volvió bruscamente la cabeza como si fuera un depredador
detectando a su presa. Su dulce conejita tenía algunas hileras de dientes
afilados. Ese era el problema. Ella era muy amable, pero en un instante,
podría convertirse en una perra rabiosa. Dios, eso lo excitaba. Ella lo
excitaba.
Callum volvió a cambiar de posición y trató de pensar en partidos
anteriores. 2011. Manchester United vs Arsenal. Sus adversarios habían
perdido el lanzamiento de la moneda, así que él había dado la patada inicial.
—¿Está escuchando una palabra de lo que he dicho? —Ahora Tori estaba
parada delante de él, pero ella había preguntado a Rory.
—Dale un minuto. Cal ha recibido un buen número de golpes en la
cabeza. A veces necesita un momento para enfocarse y controlarse. —Las
palabras de Rory le dieron el tiempo necesario para aplacar su excitación y
poner su cabeza de vuelta en el juego.
Pero él sabía cómo jugar esta escena a su favor.
—Estoy bien. ¿Ahora de qué estamos hablando?
Tori clavó los ojos en él por un momento, como si tratara de decidir si
creerle.
—Estaba diciendo que estamos jodidos.
No. Sólo escucharla pronunciar esa palabra en particular lo puso duro de
nuevo. Callum se levantó y acomodó la chaqueta del traje para una mejor
cobertura.
—Somos hermanos. Decías que somos una de las últimas grandes
corporaciones familiares en Gran Bretaña y lo hemos demostrado actuando
como hermanos.
Él no veía el problema. Los hermanos a veces se peleaban. Luego se
reconciliaban con una pinta y una sonrisa. La mayoría de los hombres
funcionaban así, y no tenía nada que ver con acciones o balances.
La cabeza de Tori cayó hacia delante como si fuera demasiado pesada
para continuar llevándola. Ella suspiró y cuando volvió a levantar la mirada,
tenía una expresión tristemente seria.
—La prensa no lo verá de esa manera. La historia original que elaboré
describe una familia unida volviendo a ponerse de pie, tanto en espíritu
como en ventas. Ahora será acerca de tres hermanos haciéndose pedazos, a
ellos y a su empresa. Ellos traerán a colación todo, desde el matrimonio de
Oliver al estatus de playboy de Rory y hasta la pérdida de la carrera de
Callum y el descenso a los infiernos de su paternidad.
—Yo no tuve la intención de chocar contra los adversarios y romperme la
pierna de tal manera que ya no pueda jugar.
Ella suspiró con cansancio.
—No te disculpes por eso y no seas poco serio. Simplemente estoy
señalando que la prensa usará el video de tu lesión y el hecho de que
tuvieron que limpiar tu sangre del campo de juego como una metáfora para
la empresa. Estás muy mal visto y necesitas a alguien para limpiarte.
—Cancha— la corrigió él.
—¿Qué?
—La llamamos cancha. Limpiaron mi sangre de la cancha después de
que me llevaran con la tibia asomando. —Él se obligó a no estremecerse.
Todavía se sentía un poco enfermo cuando pensaba en ello.
Tori se puso pálida.
—Lo siento. No estoy tratando de traerte malos recuerdos, pero ellos
usarán todo en tu contra. —Ella suspiró—. ¿Queréis contarme cual es el
motivo de esta pelea?
Ella estaba de pie muy cerca y parecía cansada. Callum se preguntó cómo
le había ido en su visita a su hermana. ¿Haber visto a Piper no la animó?
Todo lo que quería hacer era acercar a Tori y prometerle que todo estaría
bien. Pero no podía… todavía. Callum no estaba seguro de cómo él y sus
hermanos resolverían este lío. Oliver y Rory eran excelentes resolviendo
rompecabezas. Él era el burro de carga. Simplemente hacía lo que
necesitaba hacerse.
—Nada por lo que debas preocuparte—dijo en voz baja.
—No es asunto tuyo—afirmó Oliver al unísono. Ella se volvió
rápidamente hacia Oliver.
—¿Arruináis mi conferencia de prensa antes de que incluso comience y
no es asunto mío?
Tal vez, pensó Callum, él era más necesario de lo que había supuesto. Era
obvio que Oliver carecía de un toque suave en estos días.
—Por supuesto que te compete. Apoyarnos con la prensa es precisamente
el motivo por el que te contratamos.
—¿Podemos calmarnos todos? — Rory ofreció una silla a Tori—. Claire
está tomando el té con el reportero y ella limará las asperezas. Es muy
buena con ellos, a diferencia del resto de nosotros.
Naturalmente, Rory le había dado el asiento más cercano a él. Hijo de
puta.
—Por lo menos ella no se quedó dormida durante la prueba con los
medios— resopló Tori cuando se sentó.
Callum sabía que ese comentario en particular iba dirigido directamente a
él.
—Lo siento, amor. A veces me da sueño cerca de la media tarde.
—Él también sueña despierto con facilidad—dijo Rory deliberadamente.
Tori se sentó con la espalda recta.
—Creo que es hora de probar algo diferente. Oliver se relajó en la silla y
asintió con la cabeza.
—Soy todo oídos.
—No creo que os esté ayudando tanto como necesitáis. Tengo un colega
en Nueva York que podría adaptarse mejor a vuestras necesidades de
relaciones públicas. Os dejaré sus datos de contacto. Hablamos ayer sobre
otro asunto, así que sé que está trabajando en algo ahora mismo, pero
probablemente podría estar aquí a finales de mes.
Se puso tenso.
—No necesitamos traer a nadie para ayudarte, Tori. Lo estás haciendo
muy bien.
—Eso no es lo que ella está sugiriendo—explicó Oliver sombríamente.
Rory se volvió hacia ella.
—¿Ah, no?
Tori miró atentamente a Oliver.
—Han pasado seis meses, y no he logrado un cambio sustancial aquí. Tal
vez la empresa debería probar con alguien nuevo. Sugiero un hombre
porque creo que podríais escuchar mejor a uno.
—No. —Callum no iba a dejarla ir, no antes de que pudiera ver si Tori y
él podrían intentar un futuro juntos—. Por supuesto que no. Ya viste lo que
pasó. Tenemos sobrecarga de testosterona tal como está. No necesitamos
más. Te necesitamos a ti.
Oliver levantó la mano, una clara señal de que había decidido intervenir.
—Así que ahora somos misóginos, ¿no? Ella frunció el ceño.
—No. Normalmente todos vosotros sois muy educados y amables. Sois
mucho más caballerosos a mi alrededor, razón por la cual creo que
necesitáis un varón. Podrían hablar con él más... abiertamente. Él podría ser
capaz de llegar a la raíz del problema.
Tori era la raíz del problema. ¿Cómo diablos podían decirle eso?
Bueno, amor, todos nosotros queremos entrar en tus bragas y estamos
peleando para ver quién consigue ir primero. Sí, a ella le encantaría eso.
¿Quién va primero? Callum tenía la intención de ser el primero… y el
último. Él sería su único. Infierno, él y sus hermanos no podían compartir
una habitación, mucho menos a una esposa sin pelear. ¿Correcto?
Una pequeña voz en su cabeza había estado picoteándolo durante
semanas, desde que había hablado con sus amigos en Nueva Orleans que
compartían una esposa. Tres abogados. Una belleza amada. Había estado
esperando que la relación se derrumbara, pero parecían más felices que
nunca.
Oliver se echó hacia atrás, luciendo positivamente glacial.
—¿Quieres irte?
—Por supuesto que ella no quiere irse—dijo Callum, tratando de ser
optimista.
—No interrumpas, Cal—espetó Oliver—. Tori ha pasado por mucho con
nosotros en los últimos seis meses. Mi situación y la de la empresa, ya eran
bastante desafío.
Entonces, ¿qué le obsequiaste? Una demanda de paternidad. Brillante. —
Él se volvió a Rory—. Y tú apilaste una procesión de evidentes prostitutas.
No la culparía si prefiriera irse a casa. —Él se calló por un momento, luego
su expresión se suavizó cuando miró a Tori—. ¿Extrañas a tu novio? No
llevas puesto su anillo de compromiso. ¿Hay algún problema?
Callum reprimió una respuesta. Por una vez siquiera, él sabía algo que
ellos no sabían. Por fin aventajaba a sus hermanos en la sección de
conocimiento, y él había estado guardando esta pepita para su propio uso.
No estaba dispuesto a dejar marchar a Tori. Pero por el momento, él se
recostó y esperó a ver cómo ella respondía.
Tori bajó la mirada hacia su mano y pareció sorprendida de verla sin el
anillo.
Entonces hurgó en su bolso y rápidamente se puso la exigua gema de
nuevo.
—Me lo quité para que mi hermana pudiera mirarlo. Ella ama los
diamantes.
Supongo que olvidé ponérmelo de nuevo.
Sí, porque la reina de Bezakistan no podía distinguir un verdadero
diamante de ese pedazo de mierda falsa. Callum refrenó su bufido.
Sospechaba que si él preguntaba a Piper, probablemente ella no tuviera ni
idea de que su hermana estaba “comprometida”.
Durante meses, le había molestado que Tori hablara de ese anillo como si
James Fenway hubiera gastado hasta su última moneda de diez centavos en
él. Él había asumido que ella estaba compensándolo porque sabía que era
artificial o era terriblemente inexperta. En este último caso, Callum hubiera
estado ansioso de golpear al mentiroso hasta convertirlo en una pulpa
sanguinolenta.
Sólo que ahora sabía. Ella era la mentirosa. Tori había comprado ese
tonto anillo por setenta libras, y de acuerdo a su investigador privado,
ningún hombre de nombre James Fenway existía en su pequeña ciudad
natal de Texas.
Sí, definitivamente tenía la intención de zurrarla por eso, pequeña
descarada.
—Tú estás contratada—le recordó Rory con tranquilidad.
—Yo puedo liberarla de ese contrato—le llevó la contraria Oliver.
—No sin el apoyo de la junta. —Rory se enderezó, sacando su barbilla
tercamente, del modo en que acostumbraba justo antes de que hiciera algo
seguro para meterle en problemas—. Yo creo que la necesitamos. Callum
votará conmigo.
—Jodidamente cierto. —Al menos ellos estaban de acuerdo en esto.
—Claire votará conmigo—disparó Oliver a Rory una sonrisa tensa.
—No estoy tan seguro de eso—dijo Callum—. A Claire le gusta Tori.
Ella podría votar a favor de conservarla a su alrededor sólo para tener otra
mujer, pero si no recurriremos a nuestro desempate, el tío Walter.
El tío Walter amaba una y sólo una cosa en estos días. Él había recibido
acciones de la empresa por la boda de su única hermana con Albert
Thurston-Hughes, pero nunca había tenido cabeza para los negocios.
Enseñaba matemáticas en la universidad, pero sólo trabajaba para poder
permitirse las entradas a su equipo de fútbol favorito.
Manchester United.
—Sí—dijo Callum con un suspiro satisfecho—. Creo que debería
llamarlo por teléfono y asegurarle que puedo conseguir un palco ejecutivo
este año.
—Eres un bastardo engreído. —Oliver sabía claramente que había sido
derrotado—. Señorita Glen, parce que la obligaremos a cumplir su contrato.
—Pensé que ese contrato era para mi beneficio, que me garantizaba un
año de trabajo. — Ella giró su atenta mirada hacia Rory, que lo había escrito
—. Dijiste que me protegía de ser despedida. ¿No es eso lo que significa
despedir?
—Los contratos de trabajo van en ambos sentidos. Dado que provienes
de los Estados Unidos, te di para firmar el mismo contrato que daría a
cualquier ciudadano no británico por un período prolongado. Teníamos que
lidiar con tu visa de trabajo y una gran cantidad de papeleo. Eso sólo tenía
sentido si accedías a un período de tiempo ventajoso para ambos.
—Estoy tratando de hacer lo mejor para todos nosotros. —A medida que
se ponía más agitada, su acento texano se volvía más marcado—. No me
podéis obligar a quedarme aquí.
—No—coincidió Oliver—. No te podemos obligar a cumplir con tu
contrato, pero creo que hay una cláusula que manifiesta que, si renuncias
antes de tiempo debes reembolsarnos los gastos en que incurrimos durante
tu empleo. Entre los honorarios legales para conseguir que entraras al país,
los gastos del viaje, y tu piso, estimo que estamos cerca de las cincuenta mil
libras.
—Las necesitaremos en efectivo—añadió Rory, luciendo ufano. Tori
parpadeó, obviamente aturdida.
Estaban haciendo una chapuza de esto. Callum suspiró.
—Nadie quiere que te vayas, amor. Lo que pasó esta tarde ha sido
enteramente culpa mía. Oliver y yo estábamos discutiendo sobre cómo
manejar algunos de los anuncios para la recaudación de fondos. Yo podría
haber perdido mi genio un poco y haberlo insultado. Mencionado que él
está perdiendo su cabello y consiguiendo la más mínima flacidez en la
cintura. Él estaba tratando de demostrarme lo contario.
Tori sacudió un dedo en su dirección.
—No puedes hablarle a tu hermano de ese modo. Sabes lo sensible que es
con su pelo.
Oliver frunció el ceño.
—Ni de coña lo soy. Tengo todo mi pelo.
Tori le envió una entusiasta afirmación de cabeza.
—Sé que lo tienes. —Ella se volvió hacia Callum—. Tienes que ser más
profesional. Y sensible.
Al menos ella estaba de vuelta fastidiándole. Él podía manejar eso. No
podía manejar su partida.
—Sí. Por supuesto. Me disculparé ante el reportero y le explicaré todo.
Tori se levantó y cruzó la habitación hacia él. Callum se puso de pie,
mirando hacia abajo mientras ella le arreglaba la corbata
—Límpiate primero. Hay una mancha de sangre en tu camisa. Dios,
amaba estar cerca de ella.
—¿Dónde? —Él fingió que no la veía.
—Aquí. —Ella señaló un punto alto en su pecho, rozándola con el dedo.
La polla de Callum se puso dura como una piedra de nuevo en el mismo
instante en que lo tocó.
—Tengo una limpia en mi oficina. Me cambiaré de inmediato. Lo siento,
Tori. No puedo decirte cuánto. Mi comportamiento fue inmaduro y ridículo.
No volverá a suceder.
Ella se sorbió la nariz un poco, contemplándole con brillantes ojos azules.
—Todos cometemos errores. Me alegro de no irme, aunque me estoy
reprochando por no leer el contrato más a fondo. Por favor, sé amable con
el reportero. Él es un gran fan. Podría ser bueno si lo llevaras a tomar una
cerveza. Una pinta, quiero decir.
Él sonrió abiertamente.
—Haremos una británica de ti. Ahora continúa e intenta olvidar esta
tarde. Tenemos un baile para mañana. Se supone que te reunirías con Sheila
en Harrods a las cuatro.
Ella miró su reloj.
—Se me olvidó. Tendré que correr.
—Haré que mi chofer te lleve—ofreció Oliver.
—¿Tienes un chofer?—preguntó—. Pensé que ibas andando a todas
partes.
Eso era más como asechando, pero él no iba a meter a su hermano en más
problemas.
—Lo conservo para un caso de emergencias. Adelante. Su nombre es
Charlie y te estará esperando en el estacionamiento.
Ella le dedicó una sonrisa radiante y se marchó.
Rory meneó la cabeza con los ojos todavía en la puerta.
—¿Acaso no leyó el contrato? No pensé que tuviera que mencionar nada
ya que ella es perfectamente culta. Es capaz de leer. Todo estaba allí.
Oliver lo ignoró, volviéndose a Callum.
—No estoy perdiendo el pelo. No te atreves a contarle a ese reportero
algún estúpido cuento acerca de mi angustia por mi inexistente pérdida de
cabello. Y ciertamente no estoy fofo. Lo demostré en los ascensores.
Callum tuvo que ocultar una sonrisa porque éste era el Oliver más
animado que había visto en años.
—Tienes razón. Le diré al molesto reportero que estábamos discutiendo
sobre una apuesta que habíamos hecho. Todo el mundo entiende las peleas
de fútbol. Sólo un poco de hooligan en ti, hermano. Lo resolveré.
—¿Y qué pasa con Tori?—preguntó Oliver.
—Voy a resolver lo de ella, también. —Él ya había resuelto el problema
de su vestido para la noche siguiente.
A pesar del hecho de que ella estaba relacionada con una de las familias
más ricas del mundo, parecía decidida a arreglárselas por su cuenta. Eso
significaba que no podía permitirse la clase de traje de noche de diseñador
que debería tener para mañana por la noche. Dado el orgullo de Tori, ella
desde luego se resistiría a dejarle pagar si intentara comprarle un vestido.
En lugar de eso, él había arreglado que ella se probara algunos vestidos de
“liquidación” en Harrods. La dependienta haría pagar a Tori una pequeña
parte y facturaría a Callum el resto.
—Cualquiera que sea el plan que está atravesando tu cabeza está mal—le
recordó Oliver a través de los dientes apretados—. Ella está comprometida.
La verdad se apoyó en la punta de la lengua, pero Callum no podía correr
el riesgo de contarles a sus hermanos. Si lo hiciera y Oliver la llamara
con un dedo, ¿escogería ella a su hermano mayor? ¿Preferiría la
inteligencia de Rory? ¿O ella realmente se endosaría con un ex delantero
que sólo ha sido realmente bueno pateando una pelota dentro de una red?
A Callum no le gustaban sus probabilidades.
—Me encargaré de eso, también. —Él salió y su buen humor
desapareció.
Él podría ser un hijo de puta, pero ella era el premio. Y él tenía la
intención de ganar.
Capítulo 3
Tori se quedó mirando el gran salón de baile y se preguntó si estaba
haciendo lo correcto. No sobre la recaudación de fondos. El evento en sí
parecía ser un éxito muy elegante. El dinero entraba a manos llenas. Como
un bono adicional, los tres hermanos Thurston-Hughes lucían calientes en
sus trajes de etiqueta.
Lo que realmente se preguntaba era si debería haber cedido tan
fácilmente y aceptado quedarse en Londres. Ver a los tres hermanos todos
los días hacía mucho más probable que continuara fantaseando que eran sus
hombres. ¿Qué pasaría si un día, imaginarse rodeada y amada por ellos ya
no fuera suficiente?
Ella hizo una mueca. Probablemente debería renunciar antes de que
hiciera algo estúpido de lo que no podría recuperarse, algo que la dejaría
con una reputación profesional destrozada y un corazón roto. Si hubiera
sido más lista… si hubiera podido conseguir quererlos menos… podría
haber utilizado esa tonta pelea de ayer como la excusa para entregarlos a
otro publicista. Si ella hubiera empujado un poco más fuerte, habrían
cedido. Si hubiera llorado por lo mucho que extrañaba a su prometido, el
propio Oliver le habría comprado el billete de avión.
En lugar de eso, una oleada de alivio la abrumó cuando se dio cuenta que
no tenían intenciones de dejar que se marchara. Estaba atrapada aquí por
ese contrato al que en verdad debería haber prestado más atención. Sí, ella
era una masoquista.
Desde el balcón, Tori barrió con la mirada el salón de baile y vio a su
hermana en brazos de Talib en la pista de baile. Una sensación nostálgica se
apoderó de ella mientras los observaba bailar el vals a un ritmo perfecto. La
belleza de su hermana y su felicidad eran algo casi palpable. ¿Quién podría
haber imaginado lo bien que resultaría su viaje de negocios, aparentemente
aciago, a Bezakistan?
—Hola, hermanita— dijo una voz profunda—. Te ves hermosa esta
noche.
Ella sonrió a su cuñado. Rafiq al Mussad era un hombre bellísimo con el
cabello negro como el azabache y unos ojos en los que una chica podría
perderse. Ella extendió las manos en señal de saludo.
—Y tú te ves elegante como siempre, hermano.
Tori amaba tener familia otra vez. Durante mucho tiempo, ella y Piper
habían luchado para arreglárselas solas, y ahora tenía todos estos increíbles
hombres que contaba como hermanos.
Rafe tomó sus manos entre las suyas y negó con la cabeza.
—¿Tienes un guardia? No me gusta la idea de tú correteando por Londres
con ese vestido. Piper lo vio en la pasarela hace dos semanas, y yo temí que
si lo usara comenzaría una reyerta.
Tori se echó a reír y apretó las manos de Rafe antes de volverse hacia el
salón.
—No creo que vaya a empezar ninguna reyerta, pero la recaudación de
fondos parece estar yendo bien. No puedo agradecerles lo suficiente por la
generosa contribución.
—Hacemos lo que podemos. —Él se colocó a su lado—. He estado
pensando.
—Eso es una cosa peligrosa. —Tori era sólo medio burlona. Rafe
pensando generalmente significaba algún plan para trasladarla al palacio
donde podía mantener a toda su familia bajo la atenta mirada de la guardia
real. Talib y Kadir naturalmente estarían de acuerdo.
—El mundo es un lugar peligroso. Creo que deberías regresar a trabajar
para nosotros.
Ella suspiró.
—La familia real no necesita mis servicios. No sois chicos malos. Todos
sois padres de familia y miembros de la realeza ejemplares.
—Sabir y Michael son hooligans cabales. Ella se echó a reír.
—Estoy seguro de que mis sobrinos consiguen una prensa terrible porque
no recogen del suelo sus juguetes o no hacen caca cuando tú quieres.
Llámame cuando sean adolescentes. Entonces puede que necesites mis
servicios.
Rafe se apoyó en la barandilla, estudiándola como si ella fuera un
problema que él debía resolver.
—Me preocupo por ti. También lo hace Piper. Desde una perspectiva de
seguridad, tú eres el eslabón débil en nuestra cadena. A algunas facciones
radicales por ahí les encantaría atacar a Talib y minimizarían la
importancia de lastimar a su familia. Piper y los niños están rodeados de
fuertes medidas de seguridad en todo momento. Pero tú estás viviendo aquí
en Londres, sin nadie que cuide de ti.
—El edificio en el que vivo tiene seguridad. —Aunque últimamente, ella
había tenido la extraña sensación de que alguien la estaba observando.
—Guardias contratados que no cobran lo suficiente para poner sus vidas
en riesgo por ti. —Rafe puso los ojos en blanco—. Te preferiríamos en el
palacio, pero al menos permite que Dane te asigne un competente
destacamento de seguridad mientras que estés en Londres.
La idea la horrorizó. La única cosa que no podía soportar de la vida en un
palacio era la falta de intimidad. Amaba a su familia. Adoraba pasar los días
de fiesta y las vacaciones en Bezakistan con Piper, Alea, sus maridos e
hijos, pero a veces se sentía como si no pudiera respirar allí. Ella no tenía
permitido salir del palacio sin un guardia. Incluso cuando paseaba por los
jardines, alguien estaba observando para asegurarse de que nada peligroso
ocurriera. Tori sabía que los guardias la observaban por motivos de
seguridad, no para espiar, pero ella no podría vivir esa vida.
—No, Rafe. Tengo que ser capaz de ir a donde quiero, cuando quiero.
Necesito hacerlo a mi manera. Me encanta Londres y me encanta mi
libertad. No puedo disfrutar ni en Bezakistan, ni con tus policías
contratados respirando en mi cuello.
Los ojos de Rafe se entrecerraron.
—¿Esa es verdaderamente tu objeción? Estoy pensando que es más
probable que un hombre te mantenga en Londres. O varios.
Ella fingió entender mal.
—No estoy siendo mantenida. ¿No murió ese anticuado ritual de la
amante hace décadas? Tengo un desafiante trabajo como relaciones públicas
por cada centavo que gano.
Rafe agitó una mano con gesto conciliador.
—No tengo la intención de insultarte, hermana. Perdóname por querer
protegerte, pero tengo que decir que los hermanos Thurston-Hughes
significan problemas. No me gusta la forma en que te miran. Los he
investigado y no creo que sean dignos de ti.
Tori sintió que se ruborizaba y la ira se arraigó.
—Tú no puedes poner investigadores privados en todos los hombres de
mi vida.
—Nosotros no discriminamos. Hicimos vigilar de cerca a tus amigas
también. A Tori se le cayó la mandíbula.
—Eso es completamente inaceptable, Rafiq.
—Maldita Sea. Se suponía que no debías decirle nada —dijo otra voz
profunda.
Se dio la vuelta y encontró a Kadir subiendo por las escaleras a zancadas
para unirse a ellos. Era ligeramente más bajo que su hermano mayor, pero
llenaba la chaqueta del esmoquin con un poco más de músculo. Sus ojos
tenían un brillo que le dijo que tenía la intención de disfrutar el drama que
su hermano había creado involuntariamente.
—Kade, explícame por qué la familia al Mussad parece tan empeñada en
escarbar en mi vida.
—Claro. Verás, Tori, esto es lo que hacemos. Y no nos llames la familia
al Mussad. Somos tu familia. —Él le envió una mirada de acero—. No
tienes padres para que velen por ti y ningún hombre para protegerte. Pero
tienes tres hermanos.
—Sí, pero yo no pedí tres hermanos, sobreprotectores y cotillas.
Deberíais encontrar mejores cosas que hacer con vuestro tiempo. Tenéis un
país para gobernar.
Rafe y Kade intercambiaron una mirada antes de que Rafe se encogiera
de hombros.
—Eso es cierto, pero nuestro país está en paz. Asegurar tu bienestar es un
buen pasatiempo.
La mirada de Kade se desvió hacia su mano. Sus ojos se entrecerraron.
—¿Tienes alguna noticia que quieras compartir con nosotros?
Ella miró el falso anillo. Hacía juego con los diamantes falsos alrededor
de su cuello. La mujer en Harrods insistió en que iban con el vestido. Tori
había pagado cincuenta libras por los aretes y el collar haciendo juego. Ella
tenía que admitir, que lucían bien. Eran mucho mejores falsificaciones que
el anillo de zirconio que había comprado en un infomercial. Antes de
ponérselos, los puso a la luz y los observó chispear.
—Tenéis vuestros secretos. Yo el mío. Rafe levantó su mano y examinó
el anillo.
—¿Te dijeron que esto era verdadero? ¿Cuál de ellos? Tengo deseos de
tener una charla con él.
Ella retiró su mano de la de él.
—¿Qué significa eso?
—Significa que no soy estúpido, Tori, pero estoy confundido—dijo Rafe
recorriéndola con los ojos.
—Yo también. —Kade permaneció junto a su hermano mientras
intercambiaban unas palabras en su lengua natal.
Tori realmente deseó poder entender la lengua.
—¿Qué está pasando? — Piper subió las escaleras, escoltada por su
marido. El jeque de Bezakistan miró a sus hermanos con los ojos
entrecerrados.
—Pensé que habíamos acordado hacer esto en privado.
—Mira su mano izquierda—protestó Kade.
Maldita sea. Sus dos mundos estaban colisionando. Ella ni siquiera había
pensado en el hecho de que Piper o sus maridos cuestionarían el anillo. Ella
había estado pensando en que Oliver, Rory, Callum, y Claire estaban
pasando a recogerla en su limusina.
—No es nada.
Piper se quedó sin aliento y todo su rostro se iluminó.
—Lo sabía. ¿Cuál de ellos es? El jugador de balónpie, ¿no? Es un
muñeco.
—Fútbol, por favor—dijo Talib con un elegante movimiento de cabeza
—. Los estadounidenses son los únicos que lo llaman balompié y, cariño,
mira esa cosa.
Piper frunció el ceño.
—¿Y qué si no es real? El dinero no lo es todo.
—¿Estos hombres tienen miles de millones y le proponen matrimonio a
mi cuñada con una pieza tan insignificante? —Talib se alisó la chaqueta del
esmoquin—. Hablaré con ellos acerca de las expectativas.
Ella no podía dejar que eso sucediera.
—Ellos no me compraron nada. Lo compré todo a bajo precio, incluso el
anillo. Sé que es falso. Pero no creo que sea tan malo. Va bien con el
vestido y los zapatos. Solo pagué doscientas libras por el lote. —Ella
levantó el ruedo de su vestido para lucir los magníficos zapatos que habían
estado en liquidación—. El anillo de compromiso es para evitar que los
hombres me hagan insinuaciones amorosas. ¿De acuerdo? Así que dad
marcha atrás, adorables neandertales.
Piper levantó una ceja.
—No puedo creer que estés mintiendo a los hermanos Thurston-Hughes
sobre un prometido. He visto la forma en que te miran. Descubrirán tu
artimaña y no van a estar felices.
—Por lo menos uno de ellos ya lo ha hecho—dijo Rafe—. O ya no les
importa que estés “ocupada”. El que te compró ese vestido está poniendo su
marca en ti.
Ella no era segura de lo que estaba hablando.
—Te lo dije, yo compré el vestido. Kade resopló.
—No por doscientas libras. ¿Estás segura que cargaste los gastos en tus
tarjetas de crédito? Y no creo que tu línea de crédito sea lo suficientemente
amplia para comprar todo eso. ¿Por qué te endeudaste? ¿Por qué te niegas a
utilizar las cuentas que te ofrecimos?
Porque vendrían con muchas cadenas, incluida la guardia dedicada que
robaría su intimidad.
—Juro que usé mi propio dinero. Compré todo en los percheros de
liquidación en Harrods.
Piper tomó su mano, y su hermana tenía esa mirada en su rostro que dijo
a Tori estaba a punto de escuchar algo que no le gustaría.
—Cariño, ese vestido es un Versace.
Ella se había sorprendido por su buena fortuna.
—Lo sé. Fue una ganga.
—Salió a la venta hace dos semanas. Es de la colección de otoño, sacado
directamente de la pasarela. Compré otro de esa colección por seis mil
dólares en Nueva York la semana pasada. Ese vestido es de edición
limitada. Y los zapatos son unos Louboutin completamente nuevos. Eso son
otros miles de dólares. Ni siquiera podría comenzar a decirte cuánto cuestan
los diamantes.
—Al menos cincuenta mil libras—dijo Talib—. Con los pendientes,
quizás setenta y cinco. ¿Son prestados?
Tori no podía respirar. Debían estar equivocados. De ninguna manera
podría haberse permitido nada de eso, y ella nunca había oído hablar de
diamantes verdaderos estando en liquidación. Entonces, ¿qué había pasado?
—Pero tengo un recibo por todo.
—Te aseguro que quienquiera que pagara el resto de la factura tiene el
recibo correcto si tiene un cerebro en la cabeza— dijo Kade.
Callum había arreglado su cita en la tienda de lujo. Oh, ¿qué había
hecho? Normalmente, Tori pensaría en Rory, mucho más capaz de un ardid
semejante, pero esto demostraba que ella había subestimado
profundamente al jugador de balónpie.
Con furia, escudriñó el salón de baile y divisó a Callum hablando con
Rory. Él se rió de algo que su hermano menor dijo, y ella se sorprendió de
nuevo de lo bellos que eran. Aunque poseían estaturas similares, cabello
rubio y mandíbulas fuertes, Callum era un poco más alto que Rory. Por otra
parte, Callum era más alto que casi todos en el baile, y sus hermanos eran
solo unos pocos centímetros más bajos. Callum era todo músculo magro,
su cuerpo perfeccionado de sus años de atleta. Rory obviamente pasaba una
enorme cantidad de tiempo en el gimnasio. El abogado corporativo llevaba
el cabello cortísimo, como si temiera que si creciera demasiado, perdería el
control.
Callum miró hacia arriba de repente. Sus miradas se encontraron, se
fusionaron.
Su sonrisa casi le quitó el aliento.
—Yo sé lo que significa cuando un hombre usa esa mirada—dijo Rafe—.
Deberíamos llevar a nuestra pequeña hermana de regreso a Bezakistan.
—Estoy de acuerdo. El futbolista no es el único mirando. —Tal hizo un
gesto hacia su izquierda.
Oliver se demoraba en la puerta de entrada, con la mirada clavada en ella.
Sus labios se curvaban en una peligrosa sonrisa que la hizo pensar que él
fantaseaba con piel húmeda y noches jadeantes. El corazón de Tori
comenzó a palpitar.
—Definitivamente creo que deberías venir con nosotros. —Kade
envolvió un brazo protector alrededor de sus hombros—. Esta noche.
La mirada de Oliver se dirigió hacia donde la tocaba. Su expresión
cambió de seductora a mortal en un santiamén.
Ella se apartó de su cuñado.
—Me quedo aquí.
—Talib, ella es mi hermana—intervino Piper—. Y es su vida. Elegí
casarse con vosotros tres sin interferencias. Bueno, elegí no matarte después
de enterarme de que me habías engañado para convertirme en tu prometida.
—Eso no es cierto, habibti. —Tal la atrajo hacia sí—. No hubo trucos.
Estábamos locamente enamorados desde el principio.
Piper mofó.
—Eso no es precisamente cierto.
—Yo digo lo contrario.
—Entonces estás reescribiendo la historia para satisfacer tus propósitos.
—Ella puso los ojos en blanco.
Tal se encogió de hombros con una traviesa sonrisa.
—Soy un jeque.
—A veces también eres un imbécil arrogante —bromeó Piper, luego
suavizó el tono—. Mi hermana quiere quedarse.
—Tengo un empleo—agregó Tori—. Responsabilidades. Con un suspiro
reacio, Tal se derrumbó.
—Me arrepentiré de esto. Hermanos, demos marcha atrás. Dejemos que
Tori maneje a estos hombres hasta el momento en que ella no pueda.
—Puedo manejarlos—insistió ella.
Haciendo una mueca, Piper se apoderó de su mano.
—Esta es la mayor concesión que él va a darte. Sabes que si los
hermanos Thurston-Hughes te lastiman, a mis esposos no les importará que
seas una mujer independiente. Sólo les importará que eres su hermana.
—Exactamente—estuvo de acuerdo Tal.
—Voy a estar bien—insistió. Realmente esperaba que estuviera diciendo
la verdad—. Discúlpenme.
Tori se marchó escalera abajo para encontrar a Callum. Si él había hecho
lo que ella sospechaba, tenía unas cuantas palabras que decirle. Entonces...
bueno, ella podría perder su trabajo hoy después de todo.
* *
Rory tomó otra copa de champán del camarero y miró hacia el balcón del
segundo piso ignorando el salón de baile.
—¿Dónde ha conseguido Tori ese vestido? Debería ser ilegal. —Él dejó
escapar un áspero suspiro—. Se ve comestible.
Tori se inclinó ligeramente sobre la barandilla con una cariñosa sonrisa
en su rostro mientras miraba hacia abajo, su escote exhibiendo la madura
perfección. Rory siguió su mirada mientras ella observaba a su hermana
bailar con el jeque. ¿Se imaginaba bailando? ¿Cómo reaccionaría si él le
preguntara?
Seguramente, ella no se opondría. No podría haber una traición en
escoltar a su potencial cuñada alrededor de la pista de baile. Ciertamente,
Oliver aprobaría que cuidara de ella mientras su hermano mayor no podía
encargarse en persona de ello. Mientras Rory dejara de lado su propia
lujuria, estarían bien.
—El vestido es de Versace. Yo sabía que ella tenía buen ojo. —La mirada
de Callum se desvió hacia donde ella se encontraba. —Escogí cuatro
vestidos de noche que pensé que le gustarían, pero tengo que admitir, que
ese es el que yo habría escogido para ella.
Rory se preguntó lo que Oliver diría sobre Callum seleccionando su
vestuario.
—¿Los otros tres venían con un corsé? Callum le lanzó una mirada
confusa.
—¿Qué quieres decir?
Su hermano no debería tener permitido vestir a Tori de nuevo. No sólo
Oliver lo encontraría inapropiado, sino que Callum parecía haberse
olvidado de partes importantes.
—A ese vestido le falta la tela correcta para cubrir sus pechos. Cada
hombre en el salón los está mirando.
Él incluido. Casi había salivado cuando ella salió y esos pechos había
llamado su atención. El verde del vestido proporciona un magnífico
contraste con la extensión cremosa de su piel.
Callum se encogió de hombros mientras tomaba un sorbo de champán.
—Que los miren. Ella es hermosa y esta noche se siente así. Sabe que
todo hombre en la habitación la desea. Lo que ella no sabe es que si uno de
los tipos le hace insinuaciones sexuales, encontrará la cabeza reubicada en
su culo.
—Aún así, podrías haberle dado algunas opciones más modestas. —Rory
sabía que sonaba como un mojigato, pero a él le disgustaba la idea de todos
esos otros hombres devorándola con la mirada. Ella ya tenía tres. No
necesitaba más.
A él realmente le gustaba cómo se vestía para la oficina. Usaba colores
brillantes, pero sus faldas tenían siempre un largo profesional y ella tendía a
abotonarse hasta arriba. Constantemente se preguntaba cómo se sentiría
quitarle esas ceremoniosas chaquetas de punto, luego arrancarle las faldas y
las blusas bonitas, bajar sus bragas y extenderla sobre su escritorio como el
sacrificio de una virgen.
Tenía la sospecha de que eso era exactamente lo que era… una virgen.
Rory sabía que Oliver la necesitaba, que sólo ella podía guiarlo desde ese
lugar oscuro de su alma de regreso a la luz. Pero le preocupaba que Oliver
la destrozara.
Tal vez debería replantearse todo. Si él dijera a Callum lo que
sospechaba, su hermano del medio sería correcto con ella. Él podría ser un
playboy, pero cuando una mujer le interesaba realmente tendía a cuidarla de
manera excelente.
Sí, pero entonces Rory pasaría el resto de su vida deseándola para él.
¿Hasta qué punto debería averiguar lo que Tori necesitaría y hacer todo lo
necesario para asegurarse de que lo consiguiera? Había pasado tanto tiempo
preocupado por la felicidad de Oliver que había descuidado considerar la de
ella.
—Ella no necesita opciones modestas—argumentó Callum—. Ella
necesita saber lo hermosa que es. Necesita ver que casarse con la realeza no
es la única manera de ser una reina. Ella se ve como una esta noche. —
Callum suspiró—. Ah, los hermanos al Mussad la han acaparado de nuevo.
Seré feliz cuando se vayan. Son prácticamente bárbaros. ¿Sabías que el más
joven me amenazó con jugar al fútbol con mi polla si tan solo pensaba en
llevar a Tori a la cama?
Bastardos.
—Sí, fui abordado por Rafiq. Parece que no tiene un buen concepto de
nosotros.
Rafe al Mussad había hablado brevemente con él al comienzo del baile.
Le había explicado que Tori podría ser una huérfana, pero eso no quería
decir que estaba sin protección. Rory había tratado de convencer al hombre
de que Oliver era perfecto para ella, pero Rafe se había limitado a fruncir el
ceño y a decirle que consiguiera que sus hermanos estén en la misma
sintonía o que la dejaran sola.
Rory dudaba que el hombre hubiera querido decir convencer a Callum
para aliarse en apoyar un matrimonio entre Oliver y Tori. Él más bien pensó
que Rafe quiso decir que los tres deberían ir detrás de ella.
Juntos.
—No creo que vaya a viajar al campo este año—dijo Callum de repente,
sacando a Rory de sus pensamientos.
La familia siempre iba a su casa de campo por tres semanas durante el
verano. En años anteriores, cuando Callum no había estado ocupado
entrenando o promocionando su equipo, se había unido a ellos. La fiesta
había sido una tradición desde que eran niños.
—Es tu primer año libre. ¿Por qué no vendrías? Todos estábamos
deseando estar juntos.
—No quiero dejar sola a Tori. —Callum extendió una mano—. Antes de
que me reprendas, no estoy solo confabulándome para seducirla. Ella es un
poco demasiado confiada cuando está paseando por la ciudad. Ha hecho
algunos amigos en zonas muy malas de la ciudad y camina o toma el
autobús para verlos. Quiero asegurarme de que se mantiene a salvo.
Y eso daba amplia oportunidad a Callum para facilitar su reclamo, pensó
Rory sarcásticamente.
—Déjame ver si entiendo. Has conseguido mudarte a su edificio y ahora
vas a saltar sobre ella en el minuto en que Oliver y yo salgamos de la
ciudad. ¿Es correcto?
Callum echó atrás la cabeza y se rió.
—No sé si yo lo hubiera expuesto con tanta franqueza, pero sí, tengo la
intención de darle a conocer mis sentimientos e intenciones.
Rory entendía perfectamente por qué Oliver había golpeado a Callum
hoy más temprano. Él contemplaba hacer lo mismo ahora.
—No. ¿Crees que es demasiado confiada mientras recorre la ciudad? No
te puedes imaginar que ella estaría menos segura cuando tú hayas ganado y
la agasajes en la cama. No creo que ella haya tenido relaciones sexuales con
ese novio suyo. Sospecho que es virgen.
Callum lo miró como si le hubieran crecido dos cabezas.
—Te puedo asegurar que nunca ha tenido relaciones sexuales con el
novio, ¿pero una virgen? ¿Encontrar una de más de veinte no es un poco
como encontrar un unicornio en estos días?
Rory miró a su alrededor, porque ésta no era una conversación con los
reporteros sensacionalistas acechando casi con certeza. Oh, ellos no serían
admitidos, pero siempre tenían ojos y oídos en eventos como estos. Lo
último que él necesitaba era un artículo sobre los hermanos Thurston-
Hughes especulando sobre si su publicista era o no virgen.
Él bajó la voz.
—Nada de eso importa porque vas a dejarla sola.
—No voy a hacer eso y te he dicho por qué. —Callum miró hacia arriba
—. Maldita sea, todos están encima de ella ahora.
Él miró en la dirección de su hermano. Efectivamente, los hermanos al
Mussad, junto con la reina, rodeaban a Tori.
—No creo que el jeque apruebe tu elección de ropa, tampoco. Callum
palideció un poco.
—En realidad, creo que le podrían estar preguntando cómo se pudo
permitir el vestido.
—¿No le pediste a Sheila que encontrara algo que ella pudiera
permitirse? — Tenían una personal shopper que podía hacer milagros a
veces. Por supuesto que un hombre como Callum no necesitaba un milagro.
Él podía comprar lo que quisiera y definitivamente quería a Tori—. Dime
que no lo hiciste.
—Ojalá pudiera. Sinceramente lo haría ahora. ¿Crees que ellos saben que
esos diamantes son verdaderos?
—Ellos compran joyas para su esposa todo el tiempo. Por supuesto que lo
saben.
—Mierda. Entonces yo podría estar un poquito en problemas.
—¡Idiota! Pagaste por las joyas y el vestido y la dejaste creer que podía
pagarlos.
—Y los zapatos. No te olvides de los zapatos. Eran ridículamente caros y
apuesto a que luce como un sueño en ellos. —Tori de repente miró echando
fuego por los ojos en la dirección de Callum—. Va a asesinarme.
—Yo podría ayudarla—gruñó Rory.
—¿Crees que los hermanos al Mussad van a secuestrarme y a arrastrarme
por su desierto hasta matarme lentamente? ¿O simplemente lo harán aquí en
pos de una rápida venganza? —Callum se enderezó—. No. No voy a dejar
que me intimiden. Voy a hablar con el jeque y a explicarle que tomo en
serio a Tori. Conseguiré su permiso para cortejarla.
—¿Y si no te lo da?
—Entonces cuidaré mi espalda e iré detrás de ella de todos modos. Su
hermana me aprecia. Envié a sus hijos pelotas de futbol autografiadas y
prometí entrenarlos cuando crezcan. Diablos, formarán parte del equipo de
la Copa Mundial de su país, si tengo que hacerlo. —Callum siempre había
sabido cómo utilizar sus recursos.
—Tú no harás nada de eso. —Tal vez sería mejor si los al Mussad la
sacaran a la fuerza del país. De lo contrario, Rory se preguntaba si el deseo
mutuo que él y sus hermanos tenían por Tori podría separarlos.
A menos que ella fuera la que los juntara. Había funcionado para los al
Mussad.
Pero Oliver nunca compartiría, y no vivían en Bezakistan. Tonta idea.
Semejante relación nunca sería aceptada en Inglaterra.
Tienes un billón de libras a tu alcance. Si nunca hicieras otro, podrías
vivir felizmente por varias generaciones. ¿De qué sirve todo ese dinero si
no te da libertad?
A veces, la voz en su cabeza era demasiado coherente.
—Tenemos un problema. —Claire se acercó a ellos tan de prisa como sus
tacones de diez centímetros se lo permitieron.
—Sí, parece que tenemos un montón de esos esta noche—dijo Rory
arrastrando las palabras—. Y tú a las claras has olvidado la parte de arriba
de tu vestido, también. Debería haberme preguntado por qué bajaste usando
ese chal. Tú sabías muy bien que te hubiera dicho que te cambiaras.
Sus labios se curvaron en la sonrisa más dulce mientras ella le palmeaba
la mejilla con cariño.
—Eres encantador, Rory. Pero tengo casi veintisiete años y no necesito
que mis hermanos escojan mi vestuario. Es fantástico que estés tan atento a
mí, pero creo que, ahora mismo, nuestro querido Cal necesita de nuestra
atención.
—¿Por qué? —A pesar de las preocupaciones de Callum, Rory no creía
que los al Mussad fueran a matarlo. Serían mucho más sutiles y peligrosos.
Además, a la reina de verdad le gustaba Callum.
Ella miró por encima del hombro, hacia la entrada.
—La seguridad fue a buscar Oliver hace un momento. Hay una mujer en
la puerta sin invitación, insistiendo en ver a Callum. Ella afirma ser su
prometida.
Callum maldijo.
—Puñetera Thea.
¿El drama nunca terminaba?
—Voy a hablar con ella.
—No—dijo Callum—. Yo lo haré.
Los medios de comunicación se cebarían con ello.
—No—insistió Rory—. Tú te quedas aquí. Oliver y yo trataremos con
ella. No te atrevas a mostrar tu rostro. Eso no hará más que alentarla.
Callum apretó con fuerza los labios.
—Ella es mi problema.
Claire negó con la cabeza, los rizos rubios rozando sus hombros
desnudos.
—No, ella es nuestro problema y vamos a tratar con ella. Confía en mí, si
alguna vez consigo un espeluznante acosador, dejaré que tú trates con él.
Después de un largo momento, Callum cedió.
—Está bien. Mantendré a Tori cerca en caso de que necesitemos un poco
de control de daños.
Claire agarró la mano de Rory.
—Vamos a acabar con esto. Y a vigilar a Oliver. Me preocupa un poco
cómo manejará esto.
Porque últimamente Oliver era una especie de psicópata. Rory se dio la
vuelta y dejó a su hermano más cachondo para encargarse con el más
violento de una situación garantizada para exacerbar el temperamento de
Ollie. Brillante.
Rory suspiró. A veces, ser el razonable era muy, muy difícil.
* *
Oliver caminó con paso airado hacia el guardia de seguridad. Quería
culpar a Tori por llevar puesto ese casi inexistente vestido de noche y
hacerlo sentirse tan malditamente posesivo. Si sus senos no hubieran estado
en exhibición, tal vez no habría querido asesinar a cada hombre que puso
una mano encima de ella, incluso a sus cuñados.
Había observado a Kadir tocarla como si tuviera todo el derecho. De
acuerdo, el contacto no había sido sexual, pero... era evidente ver que los al
Mussad la querían de regreso en el palacio donde podrían velar por ella y
muy probablemente elegir a quien ellos creyeran sería un marido adecuado
para ella.
O maridos, como era su costumbre.
¿Qué pensaban los cuñados de Tori de su pobre novio allá en Texas?
¿Alguien daba un ápice por él?
Cuando Oliver llegó al puesto de seguridad, se sentía más que listo para
hacer frente a cualquier hombre que se interpusiera en su camino. En su
lugar, se encontró con una mujer junto a la puerta, vestida con un vestido de
noche despampanante, de color crudo y forma ajustada que apenas la
cubría. Vestido de noche no era la palabra correcta en realidad. Mini-vestido
podría ser más adecuado. La diminuta prenda mostraba sus pechos y rozaba
a gran altura sus muslos. La pobre chica no podría inclinarse sin mostrar al
mundo su trasero.
Si ella estaba embarazada de Callum, ciertamente, no se notaba.
—No entiendo el problema. —Ella hizo un puchero al guardia—. Mi
novio está en el interior. Simplemente no me dejó la documentación
correcta.
—Se necesita una invitación para entrar, señorita. —Uno de los guardias
le envió una ceñuda expresión de disculpa.
Ella golpeó el suelo con su tacón de diseñador.
—No necesito una invitación. Mi futuro esposo es Callum Thurston-
Hughes.
Usted me dejará entrar en este instante.
Ah, la delirante joven. Él la examinó por un momento. Thea Palmer era
una “actriz”. Ella había conseguido pequeños papeles en tres películas y
grandes habladurías como una chica de almanaque antes de que se hubiera
atrevido y se sometiera a una cirugía. Entre las mejoras en los labios y los
senos demasiado grandes que parecían a punto de estallar en cualquier
momento, probablemente se había gastado todo lo que tenía en cirujanos.
Además de ser “de silicona”, no tenía absolutamente ningún tipo de
educación. Así que, naturalmente, su hermano menor había pensado que
sería una compañera de cama adecuada.
De acuerdo con los informes que Oliver había recibido de ella, había
conseguido un pequeño papel en un show en América que había sido
cancelado después de sólo tres funciones. Ella había regresado a Inglaterra
y al parecer decidido que Cal era su vale de comida.
Por el contrario, Tori era inteligente. Hacía unas semanas, habían tenido
una larga conversación sobre política, y ella había conocido mucho más
acerca de los sistemas de gobierno europeos de lo que había imaginado. Las
discusiones con ella fueron puro placer. Se encontró entablando una
conversación intelectual de una manera que no había hecho desde la
universidad. Habían debatido durante casi dos horas, su fácil camaradería
haciendo que el tiempo pasara volando. Se había sorprendido cuando
finalmente había mirado el reloj. Por lo general sentía el peso del tiempo...
excepto cuando ella lo miraba con sus dulces ojos azules y esa sonrisa que
iluminaba el mundo.
La mujer enfrente de él tenía absolutamente nada de la fácil inteligencia
de Tori.
Su publicista manejaba a las personas con mano hábil. Esta mujer usaba
un hacha.
—Tendré su maldito trabajo, lo haré. —Ella miró al guardia.
—¿Cuál es el problema? —Oliver salió del vestíbulo y entró en su línea
de visión por primera vez.
Sus ojos se abrieron de par en par.
—Señor Thurston-Hughes, gracias a Dios. Por favor, hable con su
guardia. Parece haber un error.
Por el rabillo de sus ojos, Oliver vio a una intrépida mujer de veintitantos
años con un modesto vestido negro diseñado para ayudar a mimetizarse.
Mientras ella merodeaba alrededor del puesto de seguridad, la reconoció
como una reportera de The Sun. Maldita Sea. Ella probablemente tenía la
intención de tomar fotografías de las celebridades entrando y saliendo, pero
en el momento en que se dio cuenta del drama desarrollándose aquí, Callum
y el “hijo natural” de Thea serían la noticia de primera plana. Una vez más.
Y Tori se pondría furiosa.
Quería arrojar afuera a Thea, pero la mozuela probablemente encontraría
a los periodistas al acecho y les daría una historia llorosa sobre cómo el
hombre que había engendrado a su hijo estaba bailando toda la noche
mientras ella se quedaba en la calle arreglándoselas sola.
Él debería haber destrozado a Callum más concienzudamente. Su
polla ingobernable los había metido en problemas.
—Venga conmigo, señora Palmer. —Él abrió la soga de terciopelo y le
permitió pasar. No pudo perderse la mirada de triunfo en su rostro mientras
pasaba junto al guardia. Oliver estrechó la mano del hombre uniformado—.
Gracias. Lo hizo bien. Yo me encargo de ella desde aquí.
El guardia se inclinó.
—Tenga cuidado, señor. Ella venía con un hombre que se veía un poco
matón para mí. Él desapareció una vez que ella se acercó. No creo que ella
quisiera que yo lo viera.
Oliver asintió con la cabeza.
—Esté alerta de él. Y no dude en trabajar con los guardias de los al
Mussad. —Por supuesto, habían traído los de ellos—. Son algunos de los
mejores del mundo.
Él se dio la vuelta y tuvo que darse prisa para alcanzar a su presa. Ella no
estaba haraganeando por allí, esperando para hablar con él. Se dirigía
directamente hacia el salón de baile, probablemente dispuesta a cazar a
Callum y causar una escena, además de enormes problemas para toda la
familia.
Por suerte, Rory le cortó el paso antes de que ella pudiera entrar
apresuradamente.
—Hola.
Thea lo miró como si sopesara si podría pasarlo. Oliver intentó anular esa
línea de pensamiento.
—¿Por qué no se une a nosotros en la oficina? Vamos a tener una amable
charla.
Trató de no sonar amenazante, casi amistoso. Seguramente él podría
manejar eso por unos minutos. Si pudieran pasar la noche con daños
mínimos, Tori ni siquiera tenía que enterarse de que algo había ocurrido.
Ella podría creer que los hermanos Thurston-Hughes podrían pasar una
noche sin estar en el centro de una historia digna de un periódico
sensacionalista.
Los ojos de Thea se entrecerraron.
— Él está allí con esa puta, ¿verdad?
Y así nada más, Oliver abandonó el método no amenazante.
—Es mejor que no esté hablando sobre la mujer que yo creo. Sus labios
se curvaron en una sonrisa afectada.
—Ella podrá tener parentesco político con la realeza de Oriente Medio,
pero esa patética estadounidense no es más que una puta en busca de trepar
socialmente.
—No te acerques que me tiznas, le dijo la sartén al cazo—dijo Rory por
debajo del masculino suspiro mientras escudriñaba la zona—. Oliver,
deberíamos mover esto a un sitio privado.
Cuando Oliver echó una mirada detrás de él, respingó. Efectivamente, la
reportera de The Sun estaba hablando con el guardia. Ella no le sonsacaría
nada, pero si Thea no mantenía la voz baja, la chismosa profesional en el
vestido negro escucharía demasiado.
Con el ceño fruncido, Oliver se apoderó del brazo de Thea y comenzó a
escoltarla a la oficina de seguridad.
Ella luchó.
—Usted no puede impedirme ver a Callum. Él es el padre de mi hijo por
nacer.
Oliver la arrastró a la pequeña habitación, cerró de un portazo y encendió
la deslumbrante lámpara en lo alto. Él paralizó a la perra manipuladora con
su mirada. Al instante, supo que su hermano estaba diciendo la verdad.
Callum podría cometer errores, pero nunca uno así de grande. Oliver sintió
que Thea y Yasmin eran almas gemelas, el tipo de mujeres dispuestas a
decir cualquier mentira para salirse con la suya.
—No le creo, señora Palmer. Reconozco que mi hermano la folló el año
pasado antes de su lesión, pero no desde entonces. Usted no puede estar
embarazada de su hijo.
Ella tuvo la osadía de mirarlo conmocionada por su falta de tacto.
—¡Cómo se atreve!
Oliver la ignoró.
—Le haré una única oferta. Le escribiré un cheque por cien mil libras si
está de acuerdo en retractarse de la historia de que Callum es el padre de su
bebé. Usted tendrá que firmar papeles, por supuesto.
—Oliver —ladró Rory—. No puedes recompensar sus mentiras.
—Preferiría no tener que hacerlo, pero no tendré esta espada de
Damocles colgando sobre nuestras cabezas durante el próximo año. —
Tenían bastantes problemas con los que tratar—. Una vez que ella haya
firmado, si persigue a Callum de cualquier modo, la demandaremos.
—¿Y si ella está realmente embarazada? —argumentó Rory.
—Entonces ella no debería estar consumiendo cocaína. Todavía hay un
poco de eso en su nariz. —Una mancha de polvo blanco se aferraba a su
fosa nasal, y sus ojos se habían vuelto un poco vidriosos. El hecho de que él
alguna vez creyera, incluso por un segundo, que su hermano podría
embarazar a semejante criatura lo asqueó.
Tori, por otra parte, era una persona diferente. Él podía imaginarse
perfectamente bien a Callum tratando de dejarla embarazada. Lo haría para
asegurarse un futuro con ella, pero Oliver se rehusaba a permitirlo. Callum
podría pensar que estaba bien perseguirla porque su novio al parecer la
descuidaba, pero él tenía que ver el deshonor en esa jugada. Tori había
elegido a otro hombre. Las personas en su vida deberían respetar esa
elección, sin importar lo mucho que ellos la desearan para sí.
Thea se frotó la nariz con la mano.
—No es lo que usted piensa.
—Es exactamente lo que pienso. Usted está buscando dinero. Se lo estoy
ofreciendo.
Una vez más, ella sacó su falsa angustia.
—Quiero a Cal. Lo amo.
—Tengo serias dudas de eso. Haré lo que sea necesario para proteger a
mi hermano. Ésta es la única oferta, señora Palmer. Si usted no está
conforme ahora mismo, iré detrás de usted con todo lo que tengo y destruiré
su credibilidad. Y le aseguro, tengo un montón de influencias.
Las lágrimas llenaron sus ojos.
—Usted no puede hacerme esto.
—Puedo y lo haré. Soy el jefe de esta familia. La protejo. No tengo el
menor reparo en erradicar cualquier futuro que usted tenga para ayudar a mi
hermano. He hecho que un investigador privado averigüe su historial. Sé
algunas cosas muy interesantes sobre usted. Si se niega ahora, mañana por
la mañana lo haré escarbar más profundamente, sobre todo en sus hábitos
sexuales en estos últimos meses. No tengo ninguna duda de que encontrará
bastante inmundicia para ponerla en ridículo a usted y a sus demandas en
todos los periódicos a lo largo y a lo ancho del país.
Su boca se apretó y su rostro se puso morado de furia.
—Quiero hablar con Callum.
—Usted puede estar acostumbrada a conseguir lo que quiere, pero me
aseguraré de que no consiga llegar a ningún lugar cerca de él.
—Porque él está con esa puta, ¿verdad? Sé exactamente quién es. Los he
visto cenar juntos, he observado a Callum escoltarla por Londres como si
ella fuera una puñetera princesa. Si veo un solo artículo negativo sobre mí
en los periódicos, me aseguraré de que todo el mundo sepa lo puta que
Torrance Glen es. —Thea se apartó—. No la dejaré tener a mi hombre.
La necesidad de rodear la garganta de la perra con las manos lo sacudió
con fuerza. Apenas logró sofocar su rabia.
—¿Usted está rechazando mi ofrecimiento?
—Malditamente correcto, lo estoy.
—Entonces estamos en un punto muerto, pero debería saber que su reloj
no se detiene. Si está embarazada, la ciencia demostrará fácilmente que el
bebé no es de Callum. Hasta entonces, le recomiendo que se calle la boca.
Su vida será mucho más fácil.
—Usted es un capullo. Oliver sonrió lo justo.
—Y mi oferta se rescinde en este mismo instante. Fuera. Si la vuelvo a
ver, la haré arrestar.
—Esto no se ha terminado. No dejaré que usted ni nadie me aparte de
Callum. — Ella se dio la vuelta, abrió la puerta violentamente, y salió
pisando fuerte de la habitación, hacia el guardia y la salida.
Oliver esperó hasta que ella pasó de largo a la periodista, lamiendo sus
heridas. Por ahora. Estaba seguro de que Thea regresaría… y se convertiría
en un enorme dolor en su culo.
—Ella más bien es atemorizante. —Los labios de Rory estaban curvados
con un gesto de repugnancia mientras la observaba—. Sabe de Tori.
Tenemos que hacer algo al respecto.
—Eso es precisamente el motivo por el cual deberías haberme permitido
enviarla de regreso a los Estados Unidos. —Oliver no mencionaría el alivio
total que había inundado su cuerpo cuando se dio cuenta que no tenía que
dejarla ir. Era perverso, sin embargo, esa palabra lo describía perfectamente
en estos días.
Rory suspiró.
—No quiero que se vaya.
—Dios, tú también no.
Además del evidente deseo de Callum por ella, Claire había hecho todo
lo posible para sacar provecho de sus crecientes sentimientos por Tori y
juntarlos. Hasta este momento, él no se había dado cuenta lo mucho que
Rory la deseaba también.
—¿No puedes ver que somos terribles para ella? Ella no será responsable,
pero si no somos cuidados, hará trizas a esta familia.
—No se lo permitiremos. Eso no es lo que ella quiere.
—Ella quiere ir a casa al final de este trabajo y casarse con su prometido.
Hizo su elección hace meses, y tú y Callum traerán deshonra a nuestro
apellido intentando seducirla. No voy a volver a casarme. Incluso si lo
hiciera, sin duda no escogería una chica ingenua como Tori Glen. No tengo
interés alguno en tener una relación con ella.
Él salió precipitadamente de la habitación y casi tropezó con otro
reportero. Estaban por todas partes. Con una maldición, volvió a entrar en el
salón de baile, con la esperanza de que la recaudación de fondos terminara
pronto.
Claire se dirigió hacia él al instante, con el rostro tenso de preocupación.
— Oliver, no puedo encontrar a Callum. Pareció meterse en una especie de
discusión con Tori y ahora ambos desaparecieron.
No. Este baile no terminaría pronto. Oliver suspiró. De hecho, parecía
como si le aguardara una larga noche.
Capítulo 4
Tori bajó las escaleras del salón de baile con una sonrisa encantadora,
pero Callum vio la mirada furiosa debajo. Empezó a subir a su encuentro.
Mierda. Sin duda, él estaba en un aprieto.
Por encima del hombro, vio a Oliver desaparecer dejando atrás un mar de
globos y entrar en la puerta principal con Rory siguiéndole detrás.
Sus hermanos tenían la intención de ocuparse de su problema, y él se
sentía culpable por eso. Bueno, ellos se ocuparían de uno de sus problemas.
Esta noche, tenía dos, y ambos involucraban mujeres.
—¿A dónde vas? —Claire subió las escaleras detrás de él.
Callum no supo qué decir. Si él hubiera arreglado la misma experiencia
de compra para la loca mejorada quirúrgicamente en el vestíbulo como lo
había hecho para Tori, Thea habría caído de rodillas y expresado su
agradecimiento feliz de la vida. No su pequeña publicista. En lugar de eso,
había insultado su carácter independiente y ahora ella tenía la intención de
mostrarle el lado filoso de su temperamento. Lo cuál era precisamente por
lo que la deseaba. Ella no estaba interesada en su dinero o en su fama. Si la
conquistara, sería porque era digno de su amor.
Se volvió hacia su hermana.
—Necesito hablar con Tori. Parece que tenemos un malentendido.
Tori se acercó, su sonrisa más frágil con cada paso. Aun así, se veía
impresionante. El pelo le caía en ondas sueltas alrededor de sus pálidos
hombros y le hacía desear meter los dedos y envolverlos en sus mechones
suaves y brillantes.
—Tenemos que hablar. —Ella lo miraba ceñuda como si él fuera un niño
al que tenía la intención de reprender.
Ahora podría ser el momento de jugar su as con ella.
—Sí, creo que lo necesitamos.
—¿Qué está pasando? —Claire los miraba con un gesto de confusión en
el rostro.
—Tu hermano está jugando algún tipo de juego conmigo y no me gusta
—dijo Tori, anclando una mano en su cadera bien proporcionada.
—¿Yo estoy jugando un juego? Tú eres la que lo empezó, amor. Pero yo
planeo ganar. —Su corazón le latía aceleradamente en el pecho, como
siempre lo había hecho antes de un partido. Callum tenía que admitir que
estar cerca de ella ahora, preparándose para admitir sus sentimientos, le
daba taquicardia.
—¿Cal? — empujó Claire.
—Esto no es nada de lo que debas preocuparte—le aseguró a su hermana
—. Por favor, ayuda a Oliver. Creo que él podría necesitarlo.
Tori no se distrajo.
—¿Ganar? ¿Así que esto es un juego para ti?
—Si estoy siendo honesto, no. —Él la agarró del codo y se volvió hacia
la multitud con una sonrisa de plástico mientras comenzaba a escoltarla
escaleras abajo. Desde luego, no iba a subir. La bastante aterradora familia
de Tori esperaba allí, y él tenía la intención de estar en mejores condiciones
con Tori la próxima vez que los enfrentara.
Ella apretaba el paso a su lado.
—¿A dónde me llevas?
Dejaron a Claire en las escaleras, siguiéndolos con la mirada. La culpa
aguijonó a Callum, pero no podía detenerse para calmar a su hermana
ahora. Más tarde se lo explicaría todo, pero en este momento necesitaba un
lugar tranquilo para discutir esto con Tori.
Él sabía exactamente a dónde ir. Varias salas más pequeñas colindaban
con el salón de baile. Cuando él y Claire había venido para una visita final
antes del baile de caridad, él había explorado un poco. Accidentalmente se
había tropezado con una sala de conferencias particularmente agradable que
no había estado cerrada con llave. Esperaba que lo mismo ocurriera esta
noche.
—A algún lugar privado. Sabes, una mujer muy inteligente una vez me
dijo que las discusiones deberían permanecer privadas. Claramente, estás a
punto de gritarme, así que pensé que deberíamos salir un momento, lejos de
ojos y oídos indiscretos, para que puedas expresarte libremente.
Cruzaron la pista de baile. La música de la orquesta llenaba el aire, las
elegantes parejas bailaban y los ciudadanos más ricos de Londres
cotilleaban a su alrededor. Él hubiera preferido mucho más sacar a Tori en
sus brazos y presumir que ella era suya, pero no se había ganado ese
derecho todavía. En lugar de eso, la condujo al corredor desierto y oscuro,
al otro lado del salón de baile.
—No voy a gritar—dijo ella en voz baja—. Jamás grito. Sólo voy a
pedirte que no me mientas. ¿Cuánto costó este vestido?
Sí, había sido atrapado, pero al menos no estaba sin juego.
—Ese vestido se ve impresionante en ti y vale la pena cada centavo que
pagué por él.
Ella respiró fuerte, claramente tratando de mantener un estricto control
sobre su temperamento.
—Te pedí ayuda para encontrar un vestido adecuado que pudiera
permitirme. Me ofreciste tu personal shopper. Genial. En ninguna parte de
esa conversación acepté dejarte comprar mi vestido.
Llegó a la puerta, por suerte la encontró sin llave otra vez, y la abrió.
Algunos de los empleados del evento habían usado un rincón para
almacenamiento, pero la habitación estaba vacía ahora, así que Cal arrastró
a Tori al interior. El ruido del salón de baile se desvaneció cuando la puerta
se cerró detrás de ellos.
—No podías permitirse nada de lo que estás usando, lo cual es
precisamente por lo que lo compré.
Ella se volvió hacia él. La iluminación ambiental brillaba en todo el
perímetro de la habitación, un brillo suave y dorado que iluminaba el
espacio. Los diamantes alrededor de su grácil garganta y su piel brillante
reflejaban la luz mientras se paseaba delante de una mesa de buen tamaño y
varias sillas de cuero.
—¿Lo compraste así no avergonzaría a la empresa o a tu familia en esta
ocasión? Él negó con la cabeza.
—Nunca me podrías avergonzar. Lo compré porque creo que te mereces
tener un vestido tan hermoso como tú. —Decirle la verdad se sentía bien,
liberador.
Con los ojos muy abiertos, ella dio un paso atrás, su cuerpo haciendo
contacto con la mesa de conferencias.
—Creo que hiciste esto como un gesto encantador, pero mis cuñados me
señalaron que estaba usando una fortuna por la que no pagué. ¿Sabes lo que
piensan de mí ahora?
A él, en particular, no le importaba lo que ellos pensaran.
—Que te ves hermosa, también
—Que soy tu amante. —Ella cruzó los brazos sobre su pecho—. Tu puta.
La ira pasó como un rayo por su cuerpo y ardió al rojo vivo. Por lo
general, él no era un hombre irascible, pero esto lo cabreó.
Se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta con paso airado.
—Me encargaré.
Ella lo agarró del brazo, deteniéndolo antes de que saliera.
—Detente.
Esto no era algo que él dejaría impune.
—No. No voy a permitir que nadie te hable de esa manera. ¿Me
entiendes? No me importa quienes son. ¿Cuál fue?
No tenía importancia. Él se encargaría de los tres si tenía que hacerlo.
Ella respiró hondo y lo miró.
—Cal, nadie usó esa palabra excepto yo, así que no te enojes con mis
cuñados. Te digo cómo me sentí cuando me señalaron que ningún hombre
gasta tanto dinero en una mujer si no tiene la intención de marcarla como
suya.
Está bien entonces. Él podía estar de acuerdo con eso.
—No fue mi intención hacerte sentir como mi amante. Simplemente me
gusta verte usando ropa que compré para ti.
—Callum, estoy comprometida. —Y ella se volvió enseguida para poner
espacio entre ellos. Claramente, tenía la intención de sacar a relucir esta
mentira hasta el final.
Él entró, anulando ese espacio que ella utilizaba como una pared invisible
entre ellos. Paso a paso, se acercó, más y más cerca... hasta que ella no tenía
adónde ir.
—Por lo que me has dicho. Pero si estás enamorada de tu novio, ¿por qué
pasas tanto tiempo conmigo?
Él la miró, observando cuidadosamente sus respuestas. Su respiración se
aceleró. Su piel se sonrojó ligeramente. Se lamió los labios mientras lo
miraba a los ojos. Cal no vio señales de miedo, pero apostaría a que sus
pezones estaban duros como guijarros ahora. Él no tendría que hacer mucho
esfuerzo para tocarlos. Sólo un pequeño tirón, y ese corsé caería. Podría
acunar un pecho, meter la punta dentro de su boca y probarla.
Ella miró a lo lejos.
—Porque somos amigos.
—Somos amigos. Pero quiero más que eso. —Él tomó su mejilla y la
obligó a encontrarse con su mirada una vez más.
—No puedo. —Las palabras salieron entrecortadas y bajas, sin un gramo
de fuerza de voluntad real detrás de ellas.
Normalmente, Tori no tenía ningún problema defendiéndose. Ella podía
discutir durante horas, pero toda su ecuanimidad parecía haber huido. Sus
ojos azules lucían suave cuando su mirada se enredó con la de él.
—¿Porque amas a tu novio? —Él se inclinó, su boca cerniéndose encima
de ella—.
Piensa con cuidado antes de contestar. No me agradará si me mientes.
Ella se quedó sin aliento.
—Lo sabes.
—Sí.
El pánico atravesó rápidamente el rostro de Tori. Ella trató de apartarse,
pero Callum no le dio ni un centímetro.
—¿Qué hiciste? ¿Contrataste un investigador privado?
—Sí.
—No hagas esto. Por favor... —Ella levantó las manos y apoyó las
palmas sobre el pecho masculino. Pero no lo apartó.
—Tienes que dejarme ir.
Callum había sospechado que ella reaccionaría así. Después de todo,
había inventado un novio falso por una razón. Tenía que descubrirla para
superar su objeción o miedo.
—¿Por qué?
—Porque no seré un eslabón más en tu cadena de conquistas.
¿Esa era su preocupación? Él podría haber aprovechado muchas de las
oportunidades disponibles para él como futbolista profesional en su
momento, pero había dejado todo eso atrás.
—No tengo una cadena de conquistas, Tori. Durante los últimos seis
meses, todo lo que he tenido es mi mano ensangrentada y una imagen tuya
jugando en mi cabeza siete por veinticuatro. Si piensas por un instante que
no te tomo en serio, piensa de nuevo. ¿Por qué pagaría un montón de dinero
para que un IP salte al otro lado del charco para localizar a ese misterioso
hombre tuyo? Al principio, tenía la intención de tener una larga
conversación con él acerca de cómo te trata.
—¿Me trata?
—Tori, si fueras mía yo nunca te dejaría pasar ni la mitad de ese tiempo
lejos de mí. Incluso he llegado a odiar los fines de semana porque no te veo
y no puedo asegurarme de que tienes todo lo que necesitas. No me podría
imaginar seis meses sin ti. Me volvería loco. —Él se arriesgó y la agarró
por los hombros. Maldita sea, su piel se sentía tan suave contra sus dedos.
Se tragó un trozo de lujuria y siguió adelante—. En un principio, quería
encarar a ese hombre porque pensaba que era un hijo de puta. Luego me
entero de que no existe en absoluto. ¿Por qué pondrías un diamante falso en
tu mano cuando otro hombre bien podría querer darte uno verdadero?
Ella se soltó de su agarre con un movimiento de hombros y lo miró
parpadeando.
—Pensé que me protegería.
—¿De mí? —Ella estaba a punto de descubrir que nada podía protegerla
de él.
—De todos vosotros—susurró.
Agarró sus caderas esta vez, arrastrándola más cerca.
—¿Está interesada en los tres?
Sus labios se cerraron con terquedad.
—Bueno, yo no puedo hablar por mis hermanos, pero tengo la intención
de mostrarte por qué me deberías escoger.
—¿Saben acerca de mi compromiso, también?
Finalmente, su verdadera baza. Él juntó sus cuerpos, sin perderse la
forma en que su respiración se atascó en el momento en que aplastó sus
pechos contra su tórax.
—No. No les he contado. No quieres que sepan que les mentiste,
¿verdad?
—En realidad no estaba mintiendo—objetó ella.
—Lo estabas, Tori. Cada vez que pronunciabas su nombre o ese anillo
brillaba. — Su polla se endureció mientras se frotaba contra ella—. No
habrá ninguna mentira más. Estoy haciéndome cargo. Tienes miedo, pero
yo quiero mostrarte que no hay nada de que temer.
—Para mí, las hay, Cal. No quiero hablar de eso. Además, estás en el
medio de una demanda de paternidad. —Se detuvo—. Tú dijiste que no
has…
—Desde el día que te conocí, mi amor. No con ella. No con otra.
La conmoción la hizo quedarse boquiabierta, y ella lo miró a la cara con
sus grandes ojos, buscando claramente la verdad.
—¿Así que realmente no puede ser tuyo?
—No. Aclarar todo llevará su tiempo, pero Thea desaparecerá. —Él la
respiró. Ahora que estaba aquí con Tori, quería tomarse su tiempo, enfocar
la atención en ellos, deleitarse en el momento—. Te prometo que no habrá
más como ella. Tengo la intención de serte completamente fiel.
—Esto es una locura. —Ella negó con la cabeza—. No puedo tener una
relación contigo.
—¿Por qué?
—Es poco profesional.
Algunos lo podrían ver de esa manera, pero Callum sospechaba que esa
no era su verdadera objeción.
—No tenemos ninguna política de recursos humanos en contra de los
empleados teniendo citas. Danvers, nuestro director financiero, está
saliendo con una de las gerentes de ventas. ¿Los llamarías poco
profesionales?
—Yo-yo… — Tori abrió la boca, pero ningún otro sonido salió.
Cal sabía que la había atrapado de manera impecable. Si ella decía que sí,
insultaba a un hombre con quien trabajaba a menudo. Si decía que no, abría
la puerta a un romance entre ellos.
—¿Cuál es la verdadera objeción? ¿Tus sentimientos por mis hermanos?
Incluso con este tipo de iluminación, vio que se sonrojaba.
—Me doy cuenta que no es normal aquí en Londres. Tal vez he pasado
demasiado tiempo en Bezakistan. Y sé que está mal, pero...
¿Era eso? ¿En serio? Una vez más, apartó el pensamiento a un lado. Se
inclinó, respirando sobre sus labios carnosos.
—Haré que los olvides. Te voy a mostrar que soy el hombre correcto para
ti.
—No estoy aquí para un romance. No lo quiero.
Y una mierda no lo quería. Su corazón latiendo con fuerza y sus
respiraciones atascadas decían lo contrario.
—Bésame, Tori. Bésame una vez. Y si no es tan bueno como yo creo que
va a ser, si no quieres más, me marcharé.
Era mentira. No había ninguna posibilidad de eso. La quería demasiado
para alguna vez renunciar a ella, pero Tori necesitaba el consuelo de esa
pequeña mentira.
—¿No les dirás que mentí? — Su voz todo menos suplicante.
—No, si me besas.
Ella dio un suspiro tembloroso.
—Está bien. Solo esta vez.
Todo el cuerpo masculino saltó con anticipación. Este era el comienzo de
su vida.
Un beso. Una mujer. Para siempre.
Esperó mientras se levantaba de puntillas, las manos femeninas rozando
su rostro. Ella lo estudiaba como si memorizara el momento. Las yemas de
sus dedos recorrieron su mandíbula antes de que el pulgar le rozara el labio
inferior.
—Creo que eres la mujer más hermosa del mundo, Tori. —Él no iba a
actuar o fingir que no estaba enamorado de ella. Ella debería saber eso
durante cada instante de su vida, a partir de hoy, estaría pensando en ella,
deseándola.
—Y yo creo que estás loco. Voy a devolver el vestido y las joyas. —Ella
rozó sus labios contra los de él.
Él frunció el ceño cuando ella se retiró.
—No, no lo harás y eso no fue un beso.
—Silencio, no he terminado. —Una vez más, su boca se reunió
brevemente con la de él—. Y sí, voy a devolverlo. Eso no es negociable.
—¿Crees que esto es una negociación?
—¿No lo es todo?
—No, amor. Hay cosas que no son objeto de negociación. Algunas cosas
requieren dominación, y es hora de que te muestre lo que quiero decir. —Él
la tomó de la nuca, los dedos sujetando el delicado cuello, y bajó su boca a
la de ella. Tori había usado la palabra conquista antes. Él iba a mostrarle lo
que realmente significaba.
* *
El corazón de Tori latió de prisa, como él bajó la cabeza y sus labios se
estrellaron sobre la de ella. Ella sintió una oleada de excitación arder por
sus venas. No necesitaba estar más excitada. No había estado pensando con
claridad desde el momento en que se dio cuenta de que estaba a solas con
Callum y de que él ya no actuaría de manera cortés.
Sabía que ella había estado mintiendo acerca de su compromiso. Ella
había quedado en ridículo, pero no se estaba riendo de ella y diciéndole que
nunca había necesitado protección contra él. No. Él estaba demostrando su
punto invadiendo su espacio y haciendo que todo su cuerpo reviviera bajo
su toque.
Su boca cubrió la de ella y el calor atravesó su piel como un rayo de
fuego.
La habían besado antes, pero nunca así. Suavemente al principio, pero
Tori sentía que la fuerza masculina llevaba las riendas. Mientras la besaba
no solo movía los labios. Todo su cuerpo estaba comprometido, incitándola
para que se deslizara contra él. Con grandes manos, la abrazó con más
fuerza, acariciando su espalda, bajando para acunar las curvas de sus
caderas. Al parecer, por su propia voluntad, sus brazos lo rodearon y sus
senos se aplastaron contra su duro pecho.
Tori se perdió en su aroma y sabor, sintiéndose al mismo tiempo, deseada
y adorada. Ella no debería besar a uno de sus empleadores, no debería
alentar a este hombre. Pero estaban solos; nadie los vería. Era sólo un beso,
y ella se lo debía por su silencio. Ella no tenía que darle más. Ella
ciertamente no tenía que darle su corazón.
¿Por qué no podría disfrutar de este único momento?
Con un suspiro, se rindió a su abrazo. En el instante en que lo hizo, todo
cambió. El depredador en él atacó súbitamente, como si oliera su sumisión.
Demasiado tarde, Tori se dio cuenta de que ella y Callum compartían
mucho más que un simple beso y de que ella estaba en peligro.
Cuando él presionó más profundamente en su boca y su lengua tocó la de
ella, no fue capaz de preocuparse por darle las razones por lo que la idea era
terrible. Sólo podía sentir.
El beso se volvió carnal, sus bocas copulaban. Tori no tenía ninguna
experiencia real con este tipo de pasión, pero siguió su ejemplo, resbalando
en un vertiginoso remolino de necesidad. Se sentía como en las veces en
que había girado y girado cuando niña hasta que la euforia la había
embargado.
Apartó el pensamiento de que ahora, al igual que entonces, ella caería.
Cuando Callum apretó sus manos en las caderas, ella encontró la
estocada de su lengua y rozó su cuerpo contra el de él, tan delgado y fuerte.
Tori acarició la fuerza de su espalda, hundiendo sus dedos en las
protuberancias sólidas de los músculos bajo la chaqueta del esmoquin.
Tener ese material entre ellos se sentía mal. Ella quería las manos sobre su
piel, para saber qué caliente era cuando estaba excitado y lo suave que sería
bajo su toque.
La besó una y otra vez, sus respiraciones fuertes en el silencio. Entonces
él le mordió los labios y se echó hacia atrás para mirarla a los ojos. La
sacudida de su conexión zumbó a través de ella como una carga eléctrica.
Tori no podía recobrar el aliento.
—Dime que lo sientes, también—exigió él en un susurro apasionado.
—Sí. —La palabra salió de sus labios.
Callum no esperó otro segundo antes de volver a sumergirse
profundamente en el beso. Sus manos recorrían el cuerpo femenino,
trazando la curva de su cintura, acunando su culo. Ansiosamente, subió los
dedos por la línea de su columna vertebral, sobre los hombros… luego
comenzó de nuevo, cada vez más cerca de rozar sus pechos.
Ellos ansiaban su atención. Ella gimió en necesidad.
—Te deseo, Tori. —Las palabras retumbaban por toda su piel mientras él
abandonaba sus labios y comenzaba a besar su mejilla, la oreja, hasta su
cuello.
—Tú me deseas, también.
Ella dejó caer la cabeza hacia atrás. Lo detendría en un momento. Sólo un
poquito más. Ella podría tener algunos minutos más antes de que la realidad
se entrometiera. En estos momentos robados, ella fingiría que no había un
millón de razones por las que no deberían estar juntos y que esta cercanía
podría durar en el mundo real. Durante estos pocos segundos, podía
engañarse de que Oliver y Rory se movían cerca, doloridos por la necesidad
y la lujuria, por poner sus manos sobre ella, también.
De repente, Callum la subió a la mesa de conferencias, acomodándola en
la superficie de madera brillante. Amontonó su vestido alrededor de sus
caderas y se colocó entre sus piernas. Entonces le tomó la cara entre las
manos y la miró como si él apenas pudiera esperar para dar rienda suelta a
toda su lujuria reprimida en ella. Ante su expresión, una genuina excitación
la recorrió, detonando entre sus muslos.
Tenía que detener esto.
Pero cuando la besó de nuevo, en lugar de empujarlo lejos, se aferró a él
con los brazos alrededor de su cintura, y echó la cabeza hacia atrás para
darle un acceso sin restricciones.
Con un gruñido, él se adentró en su boca de nuevo, poseyendo y
devorando, mientras deslizaba una mano dentro del corsé y acunaba un
pecho, jugueteando con su sensible pezón.
El aliento de Tori se atascó y ella gimió.
—Te sientes tan bien, amor. Nunca he deseado a nadie como te deseo—
murmuró contra sus labios—. Déjame hacerte sentir bien, también.
—No podemos hacer esto—logró decir.
Tori era muy consciente de sus acciones no coincidían, pero ella no podía
evitar acercarse más a él, cuando debería haberse apartado.
—Aquí no, de todos modos. —Él le pellizcó el pezón izquierdo y le dio
un agudo tirón.
La sensación la sobresaltó, la invadió. Su pecho se hinchó contra su mano
como pidiendo otro tirón. Ese pequeño mordisco de dolor la hizo jadear.
—Sólo déjame tocarte ahora. —Él se abrió paso desde su pecho a su
muslo, curvando la pierna femenina sobre su cadera—. Déjame enseñarte lo
bueno que va a ser entre nosotros. Será mi castigo por engañarte con el
vestido. Sabrás que estoy dolorido y duro por ti durante toda la noche.
Después de tu placer, regresaremos al baile, y resguardaré tu secreto de mis
hermanos. No haremos nada hasta que estés lista, pero déjame tener este
momento contigo, Tori.
Ella asintió con la cabeza antes de que pudiera pensarlo dos veces. ¿Qué
daño haría? Con su corazón latiendo y su cuerpo a punto, se sentía tan cerca
de algo que deseaba tanto. Sí, ella había experimentado el orgasmo... pero
no uno dado por otra persona. Ansiaba conocer esa sensación, la razón por
la que Piper brillaba cuando sus esposos entraban en la habitación. Nadie
tenía que saber jamás. Ella podría conservar su corazón intacto. Y cuando
regresara a Texas al final de su contrato, tendría un recuerdo especial de
ellos juntos.
Callum se movió rápidamente, levantando más su falda. Entonces él dejó
caer su mano justo sobre ese lugar, apenas cubierto por su ropa interior de
encaje.
—Estás muy mojada.
Ella no se había dado cuenta de eso.
—Lo siento.
Él gimió y deslizó sus dedos por debajo del elástico, directamente sobre
su piel.
—No lo hagas. Eso es todo para mí. Si tuviera tiempo, me arrodillaría y
lamería toda esa crema. ¿Te gustaría eso? ¿Quieres mi lengua en tu coño?
Ella no conocía esa experiencia, pero si lo hacía con el mismo entusiasmo
y delicadeza con que la besaba, Tori apostaba que tener su boca allí abajo se
sentiría divino.
—Sí.
—Bueno, porque a la postre vamos a llegar a eso. Llegaremos a todo eso.
Ella no podía respirar. Él arrastró un solo dedo por su muslo, sobre sus
labios, antes de encontrar el clítoris y frotarlo en círculos suaves.
Hormigueos y excitación se precipitaron por ella. Claro que se había
tocado, pero experimentar los hábiles dedos de un hombre lo hacía
diferente. La mano de Callum era enorme y deliciosamente callosa. Tan
masculina. Ella abrió las piernas, queriendo más de él.
—Hay algo que no me has preguntado—le susurró al oído mientras su
pulgar continuaba con la decadente tortura. Sus dedos jugaban en la entrada
de su sexo.
Tori apenas podía mantener su tren de pensamiento.
—¿Qué?
¿Esa era su voz? Sonaba tan entrecortada y seductora, como una zorra
capaz de tentar a un hombre a la locura. Tori nunca había imaginado que
podía sonar tan seductora. A ella le gustó.
—Éste es mi castigo—dijo Callum entre dientes—. Voy a complacerte.
Entonces me voy a pasear con mi polla hecha un nudo durante toda la
noche. A la larga, habrá castigo para ti también, amor, por mentirme, por
mantenerme apartado de lo que me pertenece. ¿No quieres saber lo que te
haré?
—Dios, Callum, eso se siente tan bien. —¿Por qué seguía hablando? Se
retorció más cerca, moviéndose contra su mano, tratando de robar más de
ese placer sorprendente—. No te detengas.
Su mano libre pellizcó su duro pezón.
—No. Tú no controlas esto. Si te mueves así de nuevo, conseguirás el
castigo que te estoy prometiendo mucho antes.
Ella se quedó inmóvil. Su voz se había vuelto tan dura y áspera. Ella
nunca le había oído ser algo excepto amable con ella.
—¿Qué estás haciendo?
Él volvió a hacer círculos en su clítoris, tan dolorosamente suave. La
llevó justo al borde de nuevo.
—Estoy asumiendo el mando. Tú eres excelente en tu trabajo y deberías
saber que voy a tratar de seguir todos sus consejos cuando se trate de la sala
de juntas, pero yo soy el Amo en el dormitorio… O dondequiera que
resultes estar siendo follada. — Introdujo un dedo dentro de ella, y Tori
siseó—. Vas a apretar mi polla con tanta fuerza. Estás tan caliente, húmeda
y madura. Será el infierno esperar para conseguir estar dentro de ti.
Sus palabras la derritieron, junto con su toque. Le tomó todo lo que tenía
no moverse contra él. Obligándola a permanecer quieta, la despojó de todo
el control. Él tomó el poder y prolongó la sensual tortura. Le robó la
capacidad de pensar. Normalmente, su mente no tenía un interruptor de
apagado. Ahora, ella sólo podía centrarse en hacer lo que fuera necesario
para mantener las manos de Callum sobre ella.
—Por favor, Callum.
Su dedo se movía en su interior, en perfecta sintonía con el pulgar en el
clítoris. La presión creció entre sus muslos. Tanta gloriosa presión. Ella se
estaba moviendo hacia algo que nunca había sentido. Todos esos pequeños
placeres que había logrado darse eran nada comparado con la brillante
explosión que percibía justo a la vuelta de la esquina. Tan cerca. Con su
cuerpo a punto y en el borde, ella sabía que estaba cerca.
—Oh, todo esto complace a Callum—murmuró él—. Pero vas a darme
aún más. Una vez que estemos instalados y que hayamos negociado todos
los términos, sí, negociaremos, a pesar de lo que dije antes, pagarás por la
mentira. Me lo debes por todos estos largos meses que nos mantuviste
separados. Yo te habría seducido el día que nos conocimos si no hubiera
sido por ese tonto anillo en tu dedo.
Se sentó y separó bien las piernas, tratando de ser muy obediente. Se
aferró a su brazo libre mientras él deslizaba su grueso dedo dentro y fuera
de ella. Él apretó su polla dura contra su muslo. Tan a menudo como ella
había fantaseado con ser la mujer que le hiciera arder, la realidad se sentía
surrealista. Pero era cierto. El magnífico Callum Thurston-Hughes tenía una
erección por ella. El chico malo del mundo del fútbol la deseaba y lo estaba
demostrando.
Por mucho que debería, Tori no se negaría ahora. Si él se colocara entre
sus piernas y tratara de hacerle el amor, ella probablemente le daría la
bienvenida. El decoro y la profesionalidad no tenían una oportunidad contra
el deseo abrasador que él creaba en su interior. Ahí estaba el peligro de
acercarse demasiado a ninguno de ellos. Ella siempre lo había sabido, sintió
el chisporroteo desde el momento en que los había conocido, pero ahora el
rugido de excitación ahogaba por completo las campanas de advertencia
sonando en su cabeza.
—¿Tu castigo, amor? Voy a zurrar ese hermoso trasero tuyo—le prometió
—. Muy pronto. Hasta que esté rosado y perfecto y me estés rogando que te
folle.
Tori contuvo el aliento. Ella no estaba huyendo de su queda amenaza. En
cambio, imaginó cómo la zurraría. ¿La tumbaría en su regazo o le pediría
que se inclinase delante de él? ¿Subiría su falda o le ordenaría estar de pie
desnuda delante de él?
La idea de Callum zurrando su trasero no debería ser atractiva. Ella
siempre se había considerado una mujer fuerte e independiente, por lo que
aceptar semejante castigo de un hombre que pretendía controlarla
sexualmente debería horrorizarla. En cambio, eso sólo volvía su coño más
resbaladizo y listo para la polla de Callum.
—Déjame verte volar, amor. Déjame ver lo hermosa que eres cuando te
rindes. — Callum se presionó contra su muslo, su erección empujando con
insistencia—. Córrete para mí.
Su pulgar presionó con fuerza y su dedo se curvó en el interior de su
canal, encontrando el lugar exacto que la envió directamente sobre el borde.
La presión convergió. El estallido de placer la deslumbró. La euforia se
precipitaba por sus venas mientras su cuerpo se estremecía. Con un beso,
Callum capturó su grito, tragando el sonido de su nombre de los labios
femeninos.
Entonces la dicha se hizo cargo, y ella se dejó caer en sus brazos,
perfectamente feliz en la bruma de placer en la que se encontraba envuelta.
De repente, un rayo de luz más fuerte entró desde la puerta y ella escuchó
una voz familiar decir.
—Así que mientras estoy tratando con una de tus ex amantes, estás aquí
dentro con otra.
Oliver.
La bruma de Tori se disipó y la fría realidad se instaló. Ella jadeó e
intentó bajarse de la mesa.
Él se quedó inmóvil, con la mirada clavada.
—¿Tori?
Ella cerró los ojos, el horror propagándose por ella. ¿Qué estaba
haciendo? No, ¿qué había hecho?
Sin prisa alguna, Callum retiró la mano de sus bragas y la abrazó.
—Lo siento, Ollie. Tratamos de guardar silencio.
Ella se dio cuenta de lo que debió haber parecido cuando Oliver abrió la
puerta y la vio con el vestido torcido, las piernas abiertas y lasciva. Cada
centímetro de ella había lucido como la amante de Callum. Como su puta.
Ella se escurrió del abrazo de Cal y se tambaleó sobre sus tacones. Oh,
Dios mío. Lo mejor de la sociedad londinense y muchos de los peores
reporteros de la prensa sensacionalista no estaban a más de treinta metros
de distancia, separados por algunas delgadas paredes, y ella se había
permitido ser manoseada por un playboy que había llevado a la cama a
cientos de mujeres porque en el mismo instante en que la había tocado, su
cerebro se había derretido.
Las lágrimas llenaron sus ojos mientras levantaba el corsé de su estúpido
vestido más alto. Cuando ella se lo había probado, el sedoso vestido verde
la había hecho sentirse elegante y sexy. Ahora, a pesar del caro vestido, se
sentía barata.
¿Qué clase de imbécil se comportaba así y esperaba conservar su trabajo?
Sólo una estúpida.
—¿Tori? —Callum estaba a su lado, alisando su falda—. Amor, deja que
te ayude. Ella se apartó de él.
—No. Me tengo que ir. Oliver, entiendo que mis servicios ya no son
necesarios. Por favor, hazme saber lo que te debo por rescindir el contrato y
te enviaré un cheque. —Ella encontraría la manera de conseguir el dinero
más tarde—. Os dejaré el nombre de esa persona de relaciones públicas en
Nueva York que mencioné ayer.
Dado que de ninguna manera podría volver a entrar a las oficinas
Thurston- Hughes con la cabeza bien alta. Nunca más. Por supuesto que no,
dado el puro hielo en los ojos de Oliver. Ella se encogió ante su evidente
furia y desprecio.
—Vamos a hablar de eso más tarde—dijo Oliver mordiendo las palabras
—. Si habéis acabado, reincorporaos al baile. Señorita Glen, usted debería
tomarse un momento para arreglarse, a menos que esta recaudación de
fondos no fuera más que un pretexto para enfocar los periódicos
sensacionalistas en usted. Si ese es el caso, entonces siéntase en libertad
para entrar en la fiesta luciendo como si acabara de tener sexo. La prensa
escribirá una historia sucia acerca de usted, pero no creo que un poco de
vergüenza tendrá ningún efecto sobre mi hermano. Él está acostumbrado a
ser atrapado en el acto.
Callum se puso delante de ella como si quisiera protegerla.
—Si estás enojado, desahógate conmigo. No seas cabrón con ella.
Ella odiaba estar de pie a las sombras de ellos, sintiéndose como un
pedazo de basura blanca, cuando sólo unos momentos antes se había
sentido tan cerca de Callum. Se dio cuenta que esa era la mentira del sexo
para las mujeres. El acto pudo haberse sentido muy hermoso e íntimo. Pero
en el momento en que todo terminó, ella no era más que una puta.
Tori tembló, el frío se filtraba hasta sus huesos.
—Si me disculpáis, tengo que limpiarme. —Su voz tembló.
—Te llevaré a casa. Podemos salir de aquí en silencio—ofreció Callum
—. Oliver, hablaré contigo por la mañana.
—No, tú te vas a quedar. Tienes que dar un discurso dentro de veinte
minutos para la recaudación de fondos—gruñó Oliver—. Haz tu maldito
trabajo.
Ella deseaba que ambos se marcharan.
—Tienes que ir, Callum. Si no les das las gracias a las personas por asistir
y donar, ellos lo comentarán. Dada la mala prensa en los últimos tiempos,
no le hará ningún bien a la compañía.
Apretó los dientes y le tomó la mano.
—No quiero dejarte. Estás conmocionada, vulnerable.
Ella no podía tocarlo ahora o se arrojaría en sus brazos y lloraría. Él no
podía protegerla de la ira de Oliver. Ella había cometido un terrible error de
juicio, y él no podía salvarla de eso.
—Estaré bien, Callum. Sólo dame un momento. Su mandíbula se tensó.
—Esto no termina, Tori. Te veré en el salón de baile. Oliver, ¿por qué no
vienes conmigo?
El mayor Thurston-Hughes la miró de arriba abajo, demorándose en su
falda arrugada y en los labios hinchados. Tori se sintió de tres centímetros
de alto antes de que ambos se volvieran y salieran, dejándola sola.
Ella había arruinado absolutamente todo. Ahora, tenía la esperanza de
que pudiera salir con alguna pizca de dignidad. Temía que pedir una
brillante reputación profesional fuera esperar demasiado. Y ella ni siquiera
consideró su corazón.
Con lágrimas corriendo por su rostro, ella planeó su huida.
* *
Oliver observaba la puerta de la sala de conferencias. Él no era un tonto.
Tori tenía la intención de huir. De ninguna manera iba a escoger otro
camino. Por mucho que rabiara de ira, no quería que se fuera de su vida. Él
podría ser un estúpido hijo de puta, pero no podía soportar la idea de que
ella ya no estuviera cerca de él.
Una joven mujer en un atrevido vestido de noche se acercó a Callum y le
dijo algo, frotándose contra él como si estuviera en celo. Su hermano volvió
a coquetear con facilidad. Oliver se burló. Eso en cuanto al amor verdadero.
—¿Qué pasó? —Rory se acercó a su lado, haciendo la pregunta en voz
baja.
—¿Qué crees que pasó? Encontré a Cal con la mano en las bragas de
Tori. Él estaba a dos putos segundos de distancia de otra demanda de
paternidad.
Rory suspiró y se apoyó contra la pared.
—Mierda. ¿Dónde está ella? ¿Está bien?
—Ella todavía está en la sala de conferencias. Sospecho que recobrando
la compostura, aunque debería estar aquí para que pueda ver que tan rápido
Cal sigue adelante.
Rory frunció el ceño mientras miraba en la dirección de Callum.
—¿De qué estás hablando?
—La rubia. Él caminó de los brazos de Tori a los de ella. No lo sé. Tal
vez a ella no le importe. Tal vez ella hará lo mismo con el siguiente hombre
que conozca.
¿Por qué había pensado que era diferente? Para el caso, ¿por qué todavía
le importaba? La había atrapado engañando al hombre con el que había
prometido casarse antes de que incluso hubieran intercambiado los votos. Y
allí estaba él, merodeando fuera de la sala de conferencias, con la esperanza
de verla solo un instante. Realmente era un puñetero imbécil masoquista.
Él también tenía pésimo gusto para las mujeres. Pero al menos ahora
sabía de qué paño estaba cortada Tori. Ya no había ninguna necesidad de
tratarla con guantes de seda. Si ella no se preocupaba por su novio y por
añadidura quería una follada, ¿por qué no debería dársela?
Algo perverso echó raíces en sus entrañas, y lo calentó. Oliver le dio la
bienvenida a la sensación porque había estado helado y casi entumecido
durante mucho tiempo. Cualquier cambio se sentía bien, incluyendo la
necesidad de obtener una muestra de lo que su hermano había conseguido…
antes de que ella se fuera para siempre.
—Él está siendo educado, Oliver. —La voz de Rory lo sacó de sus
pensamientos—.
Y ahora está tratando de escapar de ella por todos los medios.
Efectivamente, Callum se estaba librando de la rubia sobona. Su hermano
se dio la vuelta y deliberadamente comenzó a hablar con un corpulento
miembro del parlamento.
—Sinceramente, Rory. Dale tiempo—dijo Oliver arrastrando las palabras
—.
Regresará a sus viejos hábitos.
—No, creo que te equivocas. Él es serio acerca de Tori y no va a
renunciar. En este punto, lo entiendo completamente. —Rory vaciló—.
Sabes que Tori me gusta mucho, también.
Se volvió hacia su hermano menor. Estaban todos locos por la chica, y
ella destruiría a su familia si no él no la detenía.
—Te habría gustado todavía más si la hubieras visto hace un momento.
Ella estaba abriendo las piernas para tu hermano mientras todavía llevaba
puesto su anillo de compromiso. ¿Esa es la clase de mujer que quieres? ¿Te
apetecen las sobras de Callum?
Los ojos de Rory se entrecerraron.
—Cuidado con lo que dices de ella. Tori no es un objeto, y no es una
prostituta. Es una mujer y tiene sentimientos. Entiendo que pasaste por algo
terrible con tu primera esposa, pero Tori no es Yasmin. No sé lo que pasó
entre ella y Cal esta noche, pero estoy dispuesto a apostar que quedó
atrapada en el momento, porque Cal tiene más experiencia con el sexo en su
dedo meñique que ella en todo su cuerpo.
—Ella parecía bastante experimentada para mí.
También había parecido impresionante, como una mujer reclamando su
placer. Oliver había observado, y ella había sido desinhibida y franca. Su
belleza lo había conmocionado. Tan pronto como lo había visto, ella se
había apagado, la vergüenza sofocándola como una manta.
Lo había hecho. Había apagado su brillo.
—Porque tú estás viendo todo a través de un par de gafas negras como el
azabache, y no sé si eres lo suficientemente inteligente como para
quitártelas alguna vez. Voy a hablar con Cal. Trata de comportarte en torno
a Tori. Sólo porque tú no puedas ver lo pura y cálida que es no significa que
el resto de nosotros no podamos. Si ahuyentas a esa mujer, tendrás
problemas con alguien más que Callum. —Rory se alejó.
Oliver lo observó alejarse, parpadeando, apesadumbrado. Durante todo
este tiempo, había creído que podría contar con Rory a la hora de la verdad.
Había pensado que su hermano menor le entendía. Todos sus hermanos
habían cerrado filas a su alrededor después de que Yasmin casi lo había
destruido. Se habían sentado junto a su cama, le habían cuidado hasta que
sanó y le aseguraron que él no tuvo la culpa. Pero después de un tiempo, se
habían alejado como si se hubieran cansado de esperar al jovial y risueño
Oliver de nuevo. Sólo Rory había entendido que ese hombre se había ido
para siempre.
Finalmente, la puerta al final del pasillo se abrió y Tori salió, alisando su
vestido a su alrededor. Oliver se retiró a las sombras mientras ella se
limpiaba los ojos. Cuando levantó la vista, como si percibiera sus ojos en
ella, él reparó que la mayor parte de su maquillaje se había ido. Se veía
joven, vulnerable e imposiblemente inocente.
Sólo él sabía que ese rostro enmascaraba a una tramposa libertina.
Antes de que ella regresara al salón de baile, él planeaba tener una charla
con ella. No saltaría de la cama de su prometido a la de su hermano. No
importa qué, se negaba a que Callum cayera en una relación con una mujer
que lo arruinaría. Sí, Cal se pondría furioso, pero si había salvado a su
hermano de un futuro de angustia, entonces Oliver podía vivir en paz,
sabiendo que había servido a un bien mayor.
Por supuesto que a Oliver no le importaba si se conseguía un coñito para
él mientras mostraba a Cal el error de sus formas.
Tori se volvió y huyó en la dirección opuesta, no hacia el salón de baile…
sino hacia la salida.
Maldición. No podía dejarla escapar. No podía dejarla jugar al pájaro
herido. Callum caería directamente en esa trampa, y Rory, que ya estaba
medio bajo su hechizo, lo seguiría.
—¿A dónde va ella? ¿Tori está bien? —Claire se acercó, con una
expresión preocupada.
Naturalmente, sus hermanos se pondrían del lado de ella. Tal vez no lo
harían cuando él demostrara que era nada más que una ambiciosa con ojos
de gacela.
—No lo sé, pero lo voy a averiguar. Ayuda a Callum a prepararse para su
discurso. Asegúrate de que la corbata esté en la posición correcta. Él
debería estar anunciando cuánto dinero hemos recaudado en los siguientes
quince minutos.
—¿Hay algo que te preocupa, Oliver? —Su hermana siempre había sido
capaz de ver a través de él.
Disciplinó sus facciones en una máscara cortés y la tranquilizó.
—Nada. Me aseguraré de que Tori esté a salvo. De todos excepto de él.
Dejó a Claire y siguió a Tori por el pasillo, el mundo volviéndose más
tranquilo mientras ponían distancia entre ellos y el resplandeciente salón de
baile.
Delante de él, ella se sorbía la nariz, pero no parecía darse cuenta de que
alguien la seguía. Eso no le sorprendió. Ella nunca se había dado cuenta
cuando él la había seguido antes.
Se las arregló para caminar a su paso por un pasillo que conducía a la
salida del edificio. Cuando ella se lanzó a la húmeda y fría noche, respiró
hondo y suspiró como aliviada de estar libre de la pompa y la gente.
Oliver se sintió aliviado también. Ahora podría acorralarla correctamente.
Por otra parte, debería ser una presa fácil. Ella no tenía modo de regresar
a su apartamento corporativo. Había ido con ellos en la limusina. ¿Iba a
intentar viajar en el Metro usando un vestido de diseñador que la hacía
verse media desnuda y tacones de diez centímetros que se romperían en la
primera rejilla que pisara?
Con aire ausente, se preguntó por qué se comportaba con tanta sensiblera
desesperación. Tenía a Cal bajo su dedo. Todo lo que tenía que hacer era
batir sus pestañas y llorar lindamente. Él probablemente dejaría todo para
llevarla a casa.
Con una maldición, Oliver le envió un mensaje de texto al chofer con su
ubicación y continuó detrás de ella a pie. Cuando llegó al final de la calle,
ella llamó a un taxi.
Por suerte su coche se detuvo y él subió.
—Siga el taxi, Charles.
No pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que se dirigía de
regreso a su apartamento. En cuestión de minutos, el taxi llegó al frente del
edificio donde Thurston-Hughes albergaba a los empleados que no residían
en Londres. Tori bajó y se volvió a pagar al conductor con el dinero que
había escondido en un bolsillo inteligente en su falda.
La calle estaba tranquila en este momento de la noche, aunque ninguna
parte de Londres estaba realmente desierto jamás. Observó mientras entraba
en la luz bajo una farola. Ella había estado llorando otra vez. Estaba allí en
el rosado de su piel, en la ligera hinchazón alrededor de los ojos.
¿Ahora se sentía culpable por engañar a su novio? ¿Iba a contarle que le
había sido infiel o iba a pretender que nunca había sucedido?
Tori llegó a la puerta y deslizó su tarjeta por el lector. La puerta se abrió
con un chasquido. Estaba a punto de ordenarle a Charles que se alejase
cuando un hombre vestido de negro de la cabeza a los pies salió corriendo
de las sombras y se coló antes de que la puerta se cerrara detrás de ellos. Un
pasamontañas le cubría el rostro.
Oliver salió disparado del coche. Parecía que, después de todo,
conseguiría esa pelea que necesitaba.
Capítulo 5
Tori sollozaba mientras atravesaba el sombrío moderno vestíbulo de su
edificio rumbo a los ascensores. Sus tacones hacían clic en contra de las
baldosas de mármol en el espacio misteriosamente vacío. Estaba sola. No
era tarde, pero parecía como si todo el mundo estuviera oculto, ya sea en la
noche o en la ciudad. El edificio empleaba un trabajador de mantenimiento
y un gerente, pero no un portero. A ella por lo general le gustaba la
privacidad y esta noche no era la excepción. Lo último que quería era que
alguien que conociera viera su caminata de la vergüenza. Por supuesto que
no era por la mañana, pero se sentía miserable, tanto profesional como
personalmente, volviendo aquí a hurtadillas después de escapar de Callum.
Sus tacones continuaban resonando contra el suelo, recordándole que no
estaba acostumbrada a caminar en algo tan alto. Ella solía llevar zapatos
prácticos porque estaba de pie la mayor parte del día, nada como estos
zapatos de princesa que iba a tener que encontrar la manera de devolverlos.
Gimiendo, se agachó y se los sacó. Le dolían los pies, pero eso no era
nada en comparación con el resto de ella. Estaba cansada. Todo su brillante
futuro en las relaciones públicas parecía haber desaparecido con un acto
insensato, ¿y la mayor idiotez de todo eso? Ella sería condenada por abrir
sus piernas en un evento de trabajo para uno de sus jefes, y ni siquiera había
conseguido tener relaciones sexuales.
¿Qué significaba su virginidad si ella no se la daba a alguien que valía la
pena?
Amaba a Callum, y él se habría asegurado de que disfrutara del acto.
Tal vez su virginidad estaba siendo un lastre. Había llegado a esa
conclusión, durante el viaje en taxi de regreso a su apartamento. Una mujer
con experiencia no habría mentido sobre su compromiso porque estaba
preocupada de que alguien le hiciera insinuaciones amorosas. Ella habría
rechazado a los hombres que no quería y salido con los que sí quería. Una
mujer con experiencia no hubiera permanecido delante de Oliver Thurston-
Hughes sintiendo la vergüenza deslizarse por su espalda. No se habría
sentido como una puta porque ella no había hecho nada malo. Bueno, tal
vez el momento no había sido espectacular, pero aún así... si ella hubiera
sido un hombre atrapado con las manos de una mujer dentro de los
pantalones, solo habría habido un rápido cubrirse y un encogimiento de
hombros.
Cuando regresara a los Estados, Tori tenía la intención de encontrar algún
tío decente, y con suerte, tener un poco de sexo decente, conseguir dejar
atrás la cosa de la virginidad y seguir adelante con su vida. Después de eso,
ella no sería la clase de chica que vivía su vida como una monja y se
convertía en un charco de baba en el instante en que algún hombre caliente
le ponía las manos encima. No, ella tendría experiencia. Asumiría el mando.
El plan parecía lógico... pero no le encantaba. Afortunadamente, no tenía
que desentrañar este lío y resolver su futuro esta noche. Ella apuntaría su
tiempo en Londres como una lección. Pasaría un par de semanas de
vacaciones en Bezakistan sujetando un montón de bebés y tratando de
olvidar que alguna vez había venido a Inglaterra. De vuelta en los EE.UU.,
comenzaría de nuevo profesional y románticamente.
Un pequeño chirrido detrás de Tori la hizo detenerse. Sonaba como suelas
de goma de zapatillas en el suelo de mármol. Se dio la vuelta y vio a un
hombre grande arrastrándose detrás de ella, con el rostro cubierto por un
pasamontañas. Él sujetaba un cuchillo de aspecto malvado. El terror la
inundó mientras jadeaba. Pensó en correr, pero sabía que no iba a llegar
muy lejos con los pies doloridos.
—Dame las joyas—gruñó él.
Tori respiró para calmar su agitación. Seguramente, cámaras de CCTV
vigilaban en los rincones y alguien vería lo que estaba sucediendo.
Ellos enviarían ayuda, ¿verdad?
Oyó el ding del ascensor y consideró correr en busca de seguridad. Tal
vez podría sorprenderle y conseguir cerrar las puertas entre ellos antes de
que él la atrapara. Ella no podía renunciar a las joyas. Eran demasiado
caras. Nunca podría pagar a Callum si las perdía
—Ni siquiera lo pienses, perra. —Su agresor la agarró de la muñeca,
retorciéndosela mientras la acercaba a él.
Su puño carnoso se cerró con fuerza alrededor de su muñeca. El dolor
estalló. Ella trató de soltarse.
—¡Socorro!
—No hay nadie para oírte. —Sonaba sarcástico—. Ya puedo ver que este
trabajo tendrá ventajas. Recibí instrucciones de tener un poco de diversión
contigo. —Él la tiró hacia sí y presionó el cuchillo contra sus costillas—.
Creo que es hora de que llevemos esta fiesta a tu apartamento. Si vuelves a
gritar, te cortaré. Y yo todavía me saldré con la mía contigo. No me importa
si tienes un poco de frío.
Un terror abyecto amenazaba con sobrepasar a Tori. Todo su ser sintió
repulsión ante la idea, pero antes de que ella pudiera luchar, el hombre
gruñó y se tambaleó hacia atrás, liberándola.
Tori oyó el cuchillo hacer un ruido metálico contra el suelo, entonces se
volvió para ver al corpulento atacante darse vuelta rápidamente… y a
Oliver maltratándole.
El alivio se precipitó por ella. No podía respirar. Oliver estaba aquí. Él la
había alejado de su atacante. Probablemente no debería estar aliviada de
que el director general hubiera venido a encargarse de un matón callejero,
pero ella ya no estaba sola. Él estaba arriesgándose por ella. Ellos lo
derrotarían juntos.
Cuando Oliver golpeó con un gancho de derecha, ella agarró la cosa más
cercana que pudo, una lámpara de aspecto sólido al lado de una mesa junto
a los ascensores. La levantó y la hizo girar, golpeando la base del cráneo del
atacante mientras Oliver lo pateaba en las pelotas.
Al parecer, el CEO no peleaba limpio.
Su agresor se dobló con un gruñido, agarrándose las pelotas.
—¿Qué diablos es lo que quieres?—gruñó Oliver.
El otro hombre no respondió durante un largo rato, simplemente gemía
como un animal herido. Mientras Tori se preguntaba que tan mal lo habían
lastimado, él se puso de pie de un salto, apartando de un empujón a Oliver.
Se tambaleó hacia la puerta, levantó el cuchillo del suelo, y luego salió a
toda velocidad a la calle. Con una maldición, Oliver fue detrás de él.
—Espera. —Tori lo agarró de la manga.
Él se volvió hacia ella. La sangre goteaba de su labio, encima de su
camisa. Respirando pesadamente, él se pasó el pulgar por la gota en la
comisura de la boca y miró el carmesí untado sobre su piel.
La mirada salvaje que tenía la hizo dar un paso atrás.
—¿Oliver?
Él contuvo el aliento y pareció obligarse a tranquilizarse.
—Me hiciste perderlo. Se fue.
—¿Qué estabas pensando, persiguiéndolo? Él pudo haberte matado. —Su
corazón latiendo con fuerza bombeaba adrenalina a través de su organismo.
Oliver sacó su móvil.
—O yo podría haberlo matado. ¿Has pensado en eso? ¿Qué quería? Ella
se tocó la garganta.
Oliver puso en blanco sus intensos ojos azules.
—Por supuesto. Pensaste que era una buena idea vagar por Londres
después del anochecer, vestida con una fortuna en joyas. Conseguiste lo que
te merecías por esa insensatez.
La ira ardió. Él se había empeñado en hacerla desgraciada toda la noche.
—Sí, bueno, él también quería violarme. Estoy segura de que también me
merecía eso.
Oliver apretó la mandíbula.
—Deberías haberme dejado matar al bastardo. Todo lo que puedo hacer
ahora es llamar a la policía.
Y entonces sus bienintencionados cuñados probablemente la asfixiarían
con guardias y le quitarían su libertad.
—No. Por favor, no lo hagas. No tenemos una descripción de él. No
tenemos nada para avanzar. Sería una enorme pérdida de tiempo.
—Y el jeque se enteraría si tú llenaras un informe policial detallando el
ataque. Bueno, ella nunca lo había acusado de ser tonto.
—Si él se entera de que algo como esto sucedió, probablemente voy a
encontrarme custodiada por la guardia real.
—Bueno, no podemos hacer eso. —Él se metió el teléfono en el bolsillo
—. ¿Te importa si me limpio?
—Adelante. —Él podría llevarse las joyas con él cuando se fuera y
devolvérselas a Callum. Entonces tendría una cosa menos que hacer antes
de marcharse de Londres.
Ella cruzó el vestíbulo hacia el ascensor, que seguía estando abierto. Le
temblaban las manos cuando entró, todavía agarrando firmemente sus
zapatos, con Oliver escoltándola. Él apretó el botón del cuarto piso. Su piso.
Bueno, no por mucho tiempo.
—¿Tienes algo de beber?—preguntó Oliver después de que hubieran
ascendido y las puertas se hubieran abierto de nuevo.
—Tengo una pequeña botella de whisky. —Sus vecinos se la habían
traído de regalo después de que ella recogiera su correo mientras estuvieron
de vacaciones.
—Excelente. —Oliver se detuvo delante de la puerta.
Él nunca había estado aquí. ¿Cómo había sabido en qué piso vivía? Ella
lo dejó pasar. ¿Para qué preguntarle? En realidad no tenía importancia.
Sacó la llave del bolsillo oculto en su vestido, pero ella todavía estaba
temblando. Oliver envolvió su gran mano alrededor de la de ella,
calentando su piel helada.
—Dámela.
No esperó su respuesta, simplemente tomó las llaves. Con dedos firmes,
abrió la puerta y la condujo al interior.
En el momento en que estuvieron solos, se volvió hacia ella, invadiendo
su espacio, y presionando su cuerpo con el de él contra la puerta.
—Podría haberte matado. Podría haberte violado y asesinado.
Él podría haberlo hecho. Y ella habría perdido algo precioso que debería
haber sido suyo para dar. Un extraño violento podría habérsela arrebatado
antes de matarla, y ella nunca habría sabido lo que significaba estar con un
hombre que le importaba.
Oliver Thurston-Hughes había sido un idiota con ella esta noche, pero no
diluía todos los meses de su bondad y amistad. Puede que eso debería
hacerla desearlo menos, pero no era así.
Mientras ella lo miraba fijamente, él se separó sólo unos pocos
centímetros, sus respiraciones ásperas, y en lo único en que ella podía
pensar era en él y en la pena que ella tendría si dejaba pasar este momento y
nunca sabía lo que se sentía al tocar a este hombre que amaba .
Cuando su boca descendió sobre la de ella, la adrenalina que corría por su
cuerpo se transformó en una desesperada excitación. Ella se relajó contra él,
dispuesta a tenerlo en cualquier forma que pudiera.
* *
* *
* *
Aturdido y deslumbrado, Oliver se alejó arrastrando los pies de la puerta
de su cuarto de baño antes de hacer algo muy estúpido como patearla,
arrojar a Tori por encima del hombro, y llevarla a su casa con él. Él se había
comportado mal. Asumía la responsabilidad de eso, así como se haría
responsable de la cosita manipuladora, pero no le daría lo que ella buscaba.
Él encontró sus pantalones y se obligó a ponérselos. ¿Qué coño había
sucedido? Apenas podía asimilar en su mente el hecho de que ella era
virgen. Debería haber sospechado algo cuando por primera vez metió los
dedos dentro de ella y sintió el agarre impresionantemente apretado de su
coño. Se había preguntado si su novio tenía un pene diminuto. Entonces el
pensamiento de la polla de James Fenway dentro Tori incitó pensamientos
particularmente desagradables, que le habían aguijonado a empujar duro y
rápido dentro de ella antes de sentirse precavido y que pudiera disuadirse de
tocarla. La necesidad de hacerla suya le había abrumado.
Bueno, ella era de él ahora. Suya y sólo suya. Ninguna otra polla jamás
había disfrutado de ese coño apretado. Ciertamente ninguna otra polla la
había dejado embarazada. ¿En qué demonios había estado pensando? Metió
sus pies en los calcetines y registró el cuarto en busca de su camisa. Él no
había estado pensando en absoluto. Había estado deleitándose en su
dulzura, en lo suave y complaciente que era con él. Había estado pensando
en cómo le gustaba a Callum atar a las mujeres, zurrarlas y follarlas. Había
estado pensando en que Tori se vería deliciosa toda envuelta en la cuerda
como un regalo, esperando a que él lo desenvolviera y disfrutase de ella.
Se puso la camisa con un movimiento de hombros y se preguntó cómo
carajo debía hacer frente a este desastre. Un pequeño destello en el suelo le
llamó la atención.
Su anillo. Se inclinó y lo recogió.
Pobre estúpido. En algún lugar de Texas, un hombre esperaba por su
perfecta noviecita virgen. Ese hombre estaba a punto de descubrir que el
mundo no era justo.
Oliver la había follado. Ella era su responsabilidad ahora. Tal vez incluso
se casaría con ella, pero por Dios, él la vigilaría como un halcón. No iba a
permitirle la más diminuta libertad de acción para que pudiera utilizarla en
su contra.
¿Lo único bueno? Él podría tener los hijos que había soñado. No hacían
desaparecer los que Yasmin había abortado, pero tal vez estos nuevos
preciosos aliviarían un poco del dolor y la culpa en su corazón.
Se guardó el anillo en el bolsillo. Su compromiso, ex en su mente, era
sólo una de las cuestiones que necesitaban discutir después de que ella
terminara de ponerse de mal humor y saliera del cuarto de baño.
Eres el más grande malparido del mundo, Oliver Thurston-Hughes.
¿Ponerse de mal humor? Tomaste su virginidad sin ser ni remotamente
suave y no le diste ni un gramo de placer a cambio. Ella se entregó a ti, y tú
le gritaste, la acusaste de todo tipo de perdición, y luego tienes el descaro
de decir que ella está de mal humor. Le prometiste ternura y en el momento
en que acabaste y le diste tu bilis y tus insultos. No la mereces.
Su voz interior a menudo tenía demasiado buen juicio para su bienestar.
Volvió la mirada atrás hacia la puerta del dormitorio. Él la había cerrado
porque quería espacio entre ellos. Se había dicho que así no rodearía su
bonita garganta con sus manos, pero eso era una mentira. Necesitaba las
puertas cerradas así no retrocedía, caía de rodillas e imploraba su perdón.
No podía hacer eso. No importa lo mal que había manejado el asunto, no
podía darle esta clase de poder sobre él.
¿Por qué no? Tú le diste a Yasmin el poder de arruinar tu vida para
siempre. Ella gana, estúpido idiota. Si dejas que Tori salga de tu vida, esa
perra gana. La deberías haber dejado matarte.
Realmente le gustaba más cuando él simplemente odiaba a todos y todo y
deseaba haber muerto ese día en el palacio. Pero no. Todo eso había
empezado a cambiar cuando Tori había entrado por su puerta con sus
llamativos colores, sonriendo con esa radiante sonrisa que conocía tan bien.
Ella lo había hecho comenzar a querer más.
Entonces regresa al dormitorio y empieza de nuevo. Llama a la puerta y
ruégale que hable contigo, porque a ti ella te importa de verdad. Confiesa
que lo has manejado todo horriblemente. Habla de volver a la cama y
abrazarla, darle todo lo que ella se merece… ternura, intimidad y calidez.
Hazlo.
Por mucho que lo deseaba, Oliver encontró la perspectiva aterradora. Si
él siguiera a esa voz en su cabeza, sería muy vulnerable a ella. No estaba
listo para eso todavía. No sabía si alguna vez iba a estarlo.
Pero él no podía largarse si estaba embarazada. No estaba dispuesto a
dejar a su hijo indefenso de nuevo.
Estaba atrapado, pero había estado atrapado desde que se había enterado
la verdad sobre Yasmin y tuvo que enfrentarse a su complicidad negligente.
Él simplemente no la había creído capaz de tanta maldad. Ahora, él estaba
atrapado y no tenía ni idea de cómo liberarse.
Miró la puerta entre ellos y deseó haberla conocido cuando era más
joven, cuando creía en toda esa mierda del amor, cuando posiblemente
podría haberle dado lo que Tori necesitaba.
Y se alejó porque ese anillo de ella estaba quemando en su bolsillo.
¿Qué estaba pensando? El hecho de que ella hubiera poseído un himen no
la hacía inocente. Había engañado a su prometido dos veces en una noche
con dos hermanos diferentes, y sin embargo, estaba de pie del lado de
afuera de su puerta haciéndose ilusiones sobre ella como un idiota.
Tal vez él no había aprendido tanto de Yasmin como había creído.
Un golpe en la puerta de entrada de Tori lo sacó de sus pensamientos.
Oliver miró su reloj. Era después de la medianoche. ¿Quién la visitaba a
esta hora? Cruzó el espacio y abrió la puerta, sólo para enfrentarse con la
única persona en el mundo por lo que habría dado la mitad de su vida para
no hacer frente esta noche.
—Callum, vete a casa— ordenó él con cansancio.
—¿Qué estás haciendo aquí?— Callum lo miraba echando fuego por los
ojos, en algún lugar entre la sorpresa y la ira.
Rory puso una mano en el brazo de Callum.
—Creo que deberíamos ir, Cal.
Oliver respingó. Ahora podía ver el tremendo error que había sido toda
esta noche. Nunca debería haber seguido a Tori desde la recaudación de
fondos, nunca debería haber ido tras ella en primer lugar. Entonces ella no
habría escapado. Callum podría haber sido el que se encontrara en la
trampa. Sin duda, su hermano menor habría estado emocionado. Ahora
tenía que enfrentar el hecho de que él había tomado no sólo lo que debería
haber sido el premio de su prometido, sino que también había follado al
encaprichamiento de su hermano.
—Tori se fue temprano y la escolté a casa.
—¿Y entonces te quitaste la ropa? —lo acusó Callum, mirando con el
ceño fruncido su camisa desabrochada. Entró en la sala, y su mirada cayó
inmediatamente al suelo. Se inclinó y recogió el vestido de diseñador que
Tori llevaba puesto antes—. Y la de ella.
Las tripas de Oliver se anudaron. Él había esperado que Tori fuera
simplemente otra en la larga lista de amoríos de su hermano menor, pero la
mirada desolada en el rostro de su hermano le dijo que Callum se creía
enamorado de ella.
Al parecer, había desencadenado una tormenta de mierda.
—Callum, puedo explicarlo.
—¿Dónde está Tori?—preguntó Rory—. Dime que ella no está
durmiendo y que tú no estabas tratando de escabullirte de su cama.
No había tenido la oportunidad escabullirse. No la había querido. Él
había planeado hablar con ella por la mañana acerca de instalarla como su
amante. Si ella estaba embarazada, la haría su esposa. Ahora podía ver
claramente cómo resultaría ese plan con sus hermanos. Callum no era el
único que pensaba que estaba enamorado. Rory también lo pensaba, y
Oliver podía ver que iba a ser el villano en esta obra.
—Creo que todos deberíamos sentarnos y discutir a fondo esto. He
cometido un error esta noche. Por desgracia, no es uno que puedo rectificar.
Él podría haberse atado a Tori. Podría incluso ser capaz de conservarla,
pero si lo hiciera, existía una buena posibilidad de perder sus hermanos.
La cara de Rory estaba sonrojada de un rojo vibrante.
—Dime que has sido amable con ella. Ella no tiene experiencia.
—¿Cómo lo sabes? —Ahora él podía sentir su propia furia aumentando
—. ¿Callum no fue el único atrapado con las manos en el tarro de miel?
—No hables así de ella—dijo Callum con los dientes apretados.
A él no le gustó el tono posesivo en la voz de su hermano. Callum
necesitaba enterarse de lo que había acontecido esta noche y lo que iba a
pasar mañana a causa de ello. Oliver había hecho su cama con su
impaciente polla. Ahora todos tendrían que acostarse en ella.
—Voy a hablar de ella como quiera. Tomé su virginidad, así que ella es
mi responsabilidad ahora. Ambos mantengan sus manos lejos de ella.
—Tú no puedes tratarla como si fuera una posesión, Oliver—replicó
Rory, rechinando los dientes.
—Puedo y lo haré. Si ella queda embarazada, me veré obligado a
casarme con ella y será vuestra cuñada. Ese episodio en la sala de
conferencias será el último incidente de ese tipo que voy a tolerar.
—¿Embarazada? ¿Es posible que la hayas dejado embarazada? —Rory
respiró las palabras como si fueran una especie de secreto que podría
matarlos a todos—. ¿No llevas condones?
De todas las cosas de las que se avergonzaba, ésta figuraba en el top ten.
—Imaginé que estaba tomando la píldora.
No le podía decir a sus hermanos que mientras él había estado en sus
brazos no había pensado en nada excepto en ella. Nada más había existido,
excepto sus brazos alrededor de él, su cuerpo contra el suyo. No había sido
lo suficientemente listo como para ponerse un condón.
—¡Bastardo!—gritó Callum y corrió hacia él, levantando un puño
amenazante.
Oliver recibió un puñetazo a la mandíbula que casi lo hizo ver las
estrellas. El dolor estalló en su cabeza. Cayó al suelo antes de que se diera
cuenta.
Callum se abalanzó sobre él y lo volvió a levantar, el puño en ristre.
—Lo has arruinado todo.
—Basta, vosotros dos. —Rory intentó abrirse paso a empujones entre
ellos. Al otro lado de la habitación, oyó un gran estruendo.
—¡Fuera!
Tori estaba de pie tiesa, los restos de lágrimas veteando su cara mientras
ella le gritaba. ¿Podría ponerse peor esta puta noche?
Callum pasó a su lado y dejándolo de rodillas.
—Tori, amor, tenemos que hablar. No me importa lo que hiciste con él.
Fue su culpa. Él te engañó.
—No la engañé. —Frotándose el dolor en la mandíbula, se puso en pie y
se sorprendió por la vista absolutamente deliciosa de Tori de pie en su sala
de estar, sosteniendo un paraguas como una mujer guerrera. Sus ojos
estaban encendidos con el fuego y la bata se abría apenas, exponiendo su
piel cremosa. A pesar de todo, su polla estalló a la vida de nuevo ante la
vista de ella.
—¡Fuera! —Ella se mantuvo firme, su mirada cayendo sobre cada uno de
ellos como si evaluara a sus enemigos.
—Tori, estoy de acuerdo que mis hermanos tienen que marcharse, pero tú
y yo tenemos que hablar. —Ya era hora de bajar el tono de la emoción y
ponerse razonable. Oliver sabía que había sido un cabrón con ella. No
importaba lo que ella había hecho, se merecía que su primera experiencia
sexual fuera más memorable que un par de empujones, seguidas por su
amante denostándola, porque ella había sido virgen. Él había hecho una
chapuza de todo el asunto. Una vez que Callum y Rory se hubieran ido,
hablaría con ella, se disculparía y la resarciría.
—Tú también. ¡Fuera de mi casa!
Si la dejaba ahora, dudaba de que se le permitiera volver.
—¿No crees que deberíamos hablar de esto aquí, en lugar de en la
oficina?
—Renuncio. Fuera. Los tres.
—Amor, no sé lo que hizo, pero voy a arreglarlo. Voy a hacerte feliz—
prometió Callum.
—No puedes renunciar—dijo Rory—. Ya hemos hablado de esto.
—Enviadme la factura, capullos. Ahora, fuera. Los tres—insistió Tori
con voz firme.
La situación estaba saliéndose de control. Si sus hermanos no hubieran
aparecido, podría haber sido capaz de salvarla.
—Vosotros dos idos ahora.
— Todos—gruñó Tori—. Esta es mi última advertencia.
Como la dulce Tori iba a lastimar a nadie. Oliver negó con la cabeza y
dio un paso hacia ella.
—No me voy, car…
Antes de que pudiera terminar de hablar, ella lo golpeó con fuerza con el
paraguas. De repente, él se tambaleaba a través de su apartamento y
tratando de encontrar el equilibrio. El dolor no era malo, pero Oliver se
encontró luchando para salir de su camino. Él fue tambaleándose hacia la
puerta, y sus hermanos siguieron su ejemplo cuando Tori se abalanzó sobre
ellos, arma en mano.
Con ojos salvajes, ella balanceó el paraguas un par de veces, y los hizo
retroceder hasta el pasillo antes de cualquiera de ellos pensara en luchar
contra la pequeña morena a la que quien cada uno de ellos superaba en peso
por más de cuarenta kilos.
—Permaneced lejos. No me busquéis de nuevo. — Ella les cerró la
puerta en sus narices, y Oliver oyó el sonido característico del cerrojo
deslizándose.
Él parpadeó, sorprendido de que quedar atrapado en el pasillo en medio
de la noche sin sus zapatos. Él más bien creía que si golpeaba la puerta y los
pedía, ella podría tratar de metérselos en el culo. Oliver miraba fijamente la
puerta cuando uno de sus hermanos lo agarró del brazo y lo hizo darse
vuelta.
—Te mataré por esto. —Los ojos de Callum se habían vuelto helados.
Rory se interpuso entre ellos.
—Eso no soluciona la situación. Ambos son idiotas. Estoy yendo a casa
de Cal. Él ya se ha mudado a tres puertas de distancia. Voy a conseguir su
whisky y a averiguar una manera de salir de este lío. Si ambos se aniquilan,
tanto mejor para mí. Me quedaré con la empresa y con Tori. Soy el único de
vosotros que no la ha victimizado sexualmente. Sois patéticos. Talib tenía
razón. No la merecemos.
Él se dio la vuelta y se alejó sin mirar atrás.
Oliver se sintió más vulnerable que nunca. No se había sentido tan
miserable en el momento en que él había yacido en el suelo del palacio real
de Bezakistan después de que Yasmin hubiera hecho todo lo posible por
matarlo. Esta noche, había arruinado algo bueno y puro.
Callum se apartó, gruñendo en su rostro.
—Tú la lastimaste.
—No era mi intención. —Realmente no había tenido la intención. Él
había querido... Dios, a estas alturas, ni siquiera sabía lo que había tenido
intención de hacer—. No me gustó el hecho de que ella te sedujera mientras
que tiene un novio.
—¿No te has dado cuenta todavía? Ella no tiene un maldito novio. Lo
hizo para mantener a los hombres como nosotros a distancia. Ella está sola
y tú te has asegurado de que permanezca así. Y no te atrevas a tratar de
decir que lo que hiciste con ella esta noche tenía algo que ver conmigo. Te
odio.
Oliver observó a su hermano marcharse, cerrando la puerta de un portazo
detrás de él.
Mientras seguía a su hermano por el pasillo, él también se odiaba.
* *
Callum pensaba seriamente acerca de asesinar a su hermano. Sabía cómo
iba a hacerlo. Cerraría los dedos alrededor de la garganta de Oliver y
apretará hasta que su cabeza se desprendiera. Luego iba a jugar con ella
como una pelota de fútbol.
Mientras Rory merodeaba por la puerta, Callum metió la llave en la
cerradura, amargamente consciente del hecho de ahora estaba a tres puertas
de distancia de la mujer de sus sueños y ella no hablaría con él. Pensó en
cerrar la puerta y dejarlos afuera, pero Rory entró a la fuerza.
—¿Estás bien?
—No, gracias a él. —Callum señaló con el pulgar a Oliver.
Su hermano mayor entró arrastrando los pies, viéndose un poco atónito.
—¿Ella realmente no tiene un novio?
Callum echó el cerrojo a la puerta. Thea lo había estado esperando fuera
del hotel. Había logrado colarse en el aparcamiento y había estado al
acecho. Con todo, había sido una noche bastante horrible.
Con la excepción de observar a Tori Glen desarmarse en sus brazos.
Había estado tan hermosa, tan inconsciente. No había estado fingiendo.
Sus ojos se habían abierto de par en par con asombro cuando él la había
acariciado y provocado un orgasmo. Ella había sido una mujer encontrando
su sensualidad.
—No, no lo tiene. El informe del investigador está en el bar si no me
crees. —Se acercó a la cocina utilitaria y agarró el de cincuenta años que
guardaba para ocasiones especiales o días en que el mundo parecía estar
cubierto de estiércol. El de hoy había sido ambas cosas, por lo que sirvió
tres dedos. Y luego una segunda copa porque Rory no había sido un hijo de
puta. Se la deslizó a su hermano.
—Te creo. —Pero Oliver ya estaba abriendo el informe del investigador
privado—. Me vendría bien una copa.
—Entonces vete a tu casa y consigue una—replicó Callum tercamente.
—Nadie se va hasta que sepamos qué hacer—dijo Rory de manera
resuelta—. Tenemos que arreglar esta situación.
—¿Qué hay que hacer? —Oliver se pasó una mano por el pelo—. Ella
renunció. Se va mañana.
—Bueno, para empezar, podemos optar por no aceptar su renuncia. —
Rory tomó un sorbo y suspiró—. No creo que ella quiera irse.
—Parecía bastante segura de lo que quería cuando intentó destripar a
Oliver con su paraguas. —Callum deseó que ella hubiera logrado un buen
golpe—. Me sorprendería si ella se presenta para al trabajo. Estaré en su
puerta a primera hora de la mañana. Voy a convencerla de que me deje ir
con ella. Tendrás mi renuncia en la mañana, también. Y no me harás
cambiar de opinión.
Él sabía una sola cosa en el mundo: Quería estar con ella. Y después de
hablar con Thea esta noche, tal vez salir de Londres por un tiempo sería una
buena cosa. Había estado ida, y no simplemente irracional, de la forma en
que había estado antes. Ella en verdad se había convencido de que eran una
pareja. Claire había llamado a la policía, pero no antes de que Thea hubiera
hecho una escena terrible.
Podía culpar de eso a Oliver, también. Su hermano mayor había tomado
la limusina, dejando al resto de ellos para encontrar su propio medio de
transporte. Por suerte, un amigo lo había dejado en casa después de la
desagradable pelea con Thea. Ella lo había acusado de acostarse con putas.
¿Había estado refiriéndose a Tori? ¿Qué sabía ella acerca de su relación? Lo
último que necesitaba era a Thea enfrentando a Tori, aunque después de
presenciar la feroz cólera de Tori, Callum no estaba tan preocupado. Por
desgracia, su furia había estado dirigida a él y Rory… los hermanos
equivocados.
—Deberías ir con ella—asintió Oliver—. Ella te necesita. No me gusta la
idea de ella andando por el mundo por su propia cuenta. Los problemas
parecen seguirla.
—Los dos son idiotas, y sólo voy a tener el resto de esta conversación
porque Tori se merece conseguir lo que quiere. Aunque tengo mis temores
de que ella ya no nos quiere a ninguno de nosotros. —Rory puso su vaso en
la mesa.
—¿De qué estás hablando?— La verdad era, que Callum no quería
marcharse de Inglaterra. Esta era su casa, pero él no podía ver una salida a
esto ahora. Desde luego, no podía verlos siendo una gran familia feliz.
—Ella no va a huir contigo, Cal. Sé que piensas que lo hará, pero ella no
separará o lastimará a esta familia. Tiene demasiada integridad. Es
exactamente por lo que no había cedido a ninguno de nosotros hasta esta
noche. Callum, ¿cómo conseguiste tenerla a solas? Tengo mis serias dudas
de que ella se metiera en la sala de conferencias.
Él se sintió sonrojarse. No estaba orgulloso de lo que había hecho. Había
pensado que simplemente necesitaba un pequeño empujón para sucumbir a
su deseo. Una vez que ella lo había hecho, había respondido de manera
arrebatadora.
—Podría haberle dicho que cambiaría mi silencio sobre el falso
compromiso por un beso, y las cosas podrían haberse incrementando a
partir de ahí.
—La chantajeaste. —Los labios de Oliver se apretaron en una línea
condenatoria.
—Sólo se suponía que era un beso. Le estaba dando el empujoncito que
necesitaba.
—¿Para follarla? Por lo menos yo no la chantajeé—espetó Oliver.
—Entonces, ¿cómo ocurrió?—preguntó Rory.
Los ojos de Oliver se entrecerraron, una señal segura de que se sentía
culpable.
—Te lo dije, los problemas parecen seguirla. Ella fue atacada mientras
entraba en el edificio. Tuvimos suerte de que tengo una tarjeta de acceso.
El intestino de Callum se anudó.
—¿Atacada?
—Bueno, gracias a ti, ella estaba caminando usando joyas ridículamente
caras— señaló Oliver—. A pesar de que casi había sido atacada
recientemente, también.
—¿Hablas en serio?—demandó Rory.
—Como he dicho, los problemas la encuentran. Ella debe verse como un
blanco fácil. —Oliver se encogió de hombros—. Esta noche, como la
última vez, luché contra el hombre. Cuando llegamos a su apartamento, la
adrenalina pateaba. Terminamos en la cama. Todo estaba bien hasta que...
—Te enterase de que era virgen—afirmó rotundamente Rory.
—¿Cómo lo sabes?—preguntó Oliver.
—¿Ella era virgen? —Callum apenas lo podía creer. Era tan hermosa, tan
sensual.
¿Cómo había permanecido intacta todos estos años? ¿Eran idiotas los
hombres americanos? Si la hubiera conocido cuando era adolescente, se
habría pasado todo su tiempo tratando de meterse en sus bragas.
—¿Es que vosotros dos la conocéis algo? —Rory meneó la cabeza como
cansado de ellos—. Ella era obviamente inexperta. No estaba seguro de
que fuera virgen, pero sabía que no había tenido más de uno o dos hombres
en su vida. Después de que sus padres murieron, trató de no ser una carga o
crearle problemas a su hermana. Ella nunca se metió en la clase de
problemas que otros adolescentes se meten. Ella fue a la escuela y trabajó
para ayudar a Piper financieramente.
—¿Cómo sabes eso?—exigió Callum. Él y Tori habían hablado de
muchas cosas, pero sobre todo de eventos actuales y cosas como las
películas que le gustaban.
—Porque le pregunté. Ella me gusta. Esa es una afirmación tonta. La
amo. —Rory se veía tan resuelto como sonaba—. Quería conocer todo
sobre ella.
Otro hermano con quien tenía que competir.
—Sin embargo, ¿estás dispuesto a renunciar a ella por Oliver? Rory negó
con la cabeza.
—Ya no más.
—¿Así que os enfrentareis? —Los hombros de Oliver se encorvaron con
cansancio.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que había logrado una buena noche
de sueño? Años, apostaría Callum.
Antes de que él o Rory pudiera responder, Oliver suspiró.
—Les dije que nos haría pedazos. Es por eso que intenté mantenerme
lejos de ella.
—Esa no es la razón, y lo sabes. —Él estaba harto de la negación de su
hermano mayor—. Te mantuviste lejos de ella porque estás convencido de
que cada mujer es Yasmin. Apuesto a que ella no era virgen cuando la
follaste la primera vez.
—No, no lo era y también era una mentirosa. Ella adujo que había tenido
un amante, aunque ahora estoy seguro de que fueron mucho más. No me
importaba. No me importa la virginidad. No es una especie de premio para
ser reclamado. Aunque creo que en el caso de Tori era un regalo que ella me
dio. Me temo que lo rechacé de manera muy dura.
Rory golpeó a Oliver en el hombro, un gesto tanto tranquilizante y como
amenazante.
—Te equivocaste. Puedes pedir disculpas. Oliver se encogió de hombros.
—¿Sabes acerca de lo que estaba realmente enojado? Callum podría
apostar.
—Eso de que haya quedado embarazada.
Una simpatía involuntaria estalló a través de él. Callum no quería
condolerse por Oliver, pero sabía cómo esos hijos perdidos lo perseguían.
Tal vez si él y Yasmin hubieran tomado la decisión que no estaban listos
para los hijos juntos, Oliver podría haberse perdonado. Pero la perra lo
había convencido de que ella había querido esos bebés. Había jurado que
había abortado involuntariamente, y Oliver se culpaba por no haber visto
las intenciones de ella.
—Tori nunca me engañaría de la manera en que Yasmin lo hizo. Si ella se
encontrara embarazada, hablaría conmigo. Incluso yo no soy tan estúpido
—dijo Oliver—. Sé intelectualmente que Tori está tan lejos de Yasmin
como un conejo de un tigre rabioso, pero en el momento, reaccioné mal.
—Muy bien, entonces nos apiñaremos aquí hasta que encontremos un
plan de acción—propuso Rory.
Callum estaba un poco preocupado de que Rory le pidiera una pizarra
blanca y rotuladores y convirtiera todo esto en alguna extraña reunión de
negocios.
—¿Qué tipo de medidas podemos tomar? —La enormidad de la situación
lo golpeó. Ellos realmente estaban jodidos. Él amaba a Tori. Rory amaba
Tori. Oliver nunca lo admitiría, pero también la amaba—. No importa lo
que hagamos, ella resultará herida. Y dos de nosotros, también.
¿Podría luchar contra sus propios hermanos? Eso no había parecido una
verdadera posibilidad hasta esta noche. Ahora Callum no estaba seguro de
tener el derecho de alejarla de ellos... o alejarla a ella de ellos.
—O hacemos esto juntos como deberíamos haberlo hecho desde el
principio— cortó Rory sus pensamientos—. Vamos tras ella como
hermanos en busca de una esposa. Nosotros la tratamos con respeto y amor.
A pesar de que él había estado pensando lo mismo, Callum retrocedió.
—Eso suena terrible. Especialmente la parte del “respeto”. Eso suena
muy parecido a que ninguno de nosotros conseguirá nada.
Rory lo miró fijamente, con una única ceja enarcada sobre su ojo
izquierdo.
—Propongo un plan, ¿y el único problema que tienes es con la palabra
respeto?
—La puedo respetar y aun así acostarme con ella. —Callum estaba
impactado al descubrir que realmente estaba bien con todo lo demás.
Tal vez la podrían compartir, compartir la intimidad. Compartir la
responsabilidad. Levantarse mutuamente cuando estaban vencidos.
Convertirse en un equipo para crear una familia verdaderamente robusta.
Sí, no le importaba ese concepto en absoluto, pero la parte de no tener
relaciones sexuales no funcionaría. Jamás.
—Por si acaso, estoy de acuerdo contigo—aseguró Rory—. Creo que
deberíamos llevárnosla a la cama tan pronto como sea posible. Cuando
hablé de respeto, quise decir que tenemos que pensar en sus necesidades.
Tenemos que respetar que ella podría necesitar un poco de tiempo para
acostumbrarse a la idea. Definitivamente tenemos que respetar la relación
que estamos intentando y a los demás. Ningún confabularse a mis espaldas
para huir con ella. Te seguiré. Puedes ser el atleta de la familia, pero yo era
el tirador.
Callum sonrió, sintiendo que algo se ablandaba dentro de él.
—No huyas con nuestra chica o te disparo como a ese zorro en la gran
fiesta de dieciocho años de Benedict Pine. Lo tengo. Oye, se me acaba de
ocurrir la regla número dos. Nunca mencionar nada de lo ocurrido en la
fiesta de cumpleaños de Benedict Pine. Tori es sorprendentemente sensible
para una chica de Texas. Ella estaría molesta por el zorro. Bueno, y las
strippers.
Oliver dio una palmada sobre el bar, ganando la atención de Cal. Frunció
el ceño.
—¿Qué está mal con vosotros dos? No va a funcionar. Cal, ¿entiendes lo
que él quiere?
—Él quiere compartir a Tori.
—Sabes que él no está hablando de un tiempo compartido. Tú no vas a
apuntarte para la custodia de la mujer y pasar de ella cuando tu turno haya
terminado. Está hablando de los tres juntos en la cama. ¿Entiendes lo que
eso significa?
—Quiere decir que vamos a tener que aprender a comunicarnos así
nuestras pelotas no se tocan jamás. Hablo en serio acerca de eso, Rory.
Quizás se nos ocurra una serie de gestos con las manos.
Rory puso los ojos en blanco.
—Por supuesto. Nos pondremos en eso. —Se detuvo y sonrió a Callum
de una manera que no lo había hecho en mucho tiempo, como cuando eran
jóvenes y tenían un secreto—. Vamos a darle lo que necesita. Nos necesita a
todos nosotros.
Oliver se puso de pie.
—Estás loco si crees que esto va a funcionar. ¿Qué le dirás a Claire?
¿Cómo afectará a nuestra hermana este ménage tuyo?
—Será un matrimonio—lo corrigió Rory—. Y Claire es la que me hizo
ver que estaba siendo un ridículo mojigato. Ella se mantendrá fiel a
nosotros.
—¿Qué tal cuando la prensa sensacionalista empiece a cuestionar tu
sexualidad y la de Callum?—señaló Oliver.
A Callum no podría importarle menos.
—Tengo cerca de mil mujeres que testificarán de mi intensa
heterosexualidad. — Eso en verdad, sonó bastante mal. Él respingó—.
Regla número tres… no mencionar nuestro “número” a nuestra esposa.
Le gustaba la idea de llamar a Tori “nuestra esposa”. Sonaba bien.
—Me importa un carajo lo que digan. Soy Rory Thurston-Hughes y no
sigo a la sociedad. La sociedad me puede seguir, y si escogen no hacerlo, se
puede ir a la mierda. Ya no estoy viviendo mi vida por sus reglas. Vamos a
establecer las nuestras.
Maldita sea, Callum de repente estaba orgulloso de su hermano. Todos
ellos habían sufrido durante los últimos años. Ya era hora de salir de debajo
de la nube oscura de Yasmin y regresar a la luz.
—Además, estamos casándonos con una publicista. Tori puede dar vuelta
todo el asunto. Ella es buena en eso. Estaremos honrando su herencia
bezakistani.
—Ella es de Texas—señaló Oliver tercamente.
—Bueno, entonces, ella le puede disparar a cualquiera que piense en
manchar nuestras reputaciones. —Callum no pudo evitar sonreír
abiertamente. Se sentía más ligero de lo que lo había hecho en años—.
Vamos a hacer algo completamente loco y va a funcionar. Ella no va a
poder resistirse a los tres.
—Corrección: a los dos—dijo Oliver—. No voy a ser parte de esto. Ya la
he lastimado bastante. No la pondré en ridículo.
Naturalmente Oliver tenía que ser el único que pusiera un freno a las
cosas.
Callum se interpuso entre su hermano y la puerta.
—¿Entonces vas a trabajar en contra de nosotros? Los ojos de Oliver se
encontraron con los de él.
—No. Permaneceré fiel a vosotros si decidís llevar a cabo esta locura.
—Tú sabe que también la quieres, Ollie—señaló Rory con voz baja y
persuasiva.
—Lo hago, pero soy bastante inteligente para saber que no la debería
querer y me importa lo suficiente para saber que ella no debería quererme.
Espero que no os rechace por algo que he hecho. Yo debería haber sido más
inteligente que perder la cabeza esta noche. —Él esquivó a Callum y llegó a
la puerta—. Tratad de cuidar de ella. Se mete en problemas.
Y se fue, cerrando suavemente la puerta detrás de él. Callum siguió con
la mirada a Oliver por un momento.
—No sé cómo manejará la situación. ¿De verdad crees que manejará bien
tener a Tori de cuñada?
—Por supuesto que no. Va a enloquecer, y nos restregará por las narices
que estamos haciendo el amor con ella en cualquier oportunidad. —Una
mirada de satisfacción cruzó el rostro de Rory.
Estaba de acuerdo con la evaluación de Rory. Oliver no sería capaz de
mantenerse firme para siempre. Solo había necesitado un incidente cargado
de adrenalina, y se había olvidado de ponerse un condón. ¿Qué iba a hacer
cuando la oyera gemir toda la noche, y luego tuviera que sentarse frente a
ella en la mesa del desayuno a la mañana siguiente?
—Pensé que creías en el método suave de reparación de su ego—
cuestionó Callum.
—Bueno, hemos visto que tan efectivo fue ese enfoque. —Rory se sirvió
otro vaso—. Él se acercará. Vamos a dejarlo entrar cuando lo haga y
suplicaremos que Tori no tenga otro paraguas para su culo.
—¿Y si no se acerca?
—Entonces seguiremos adelante con nuestras vidas y nos aseguramos
que nuestra esposa sea tan feliz como podamos. He tratado de obligarlo a
ver que lo que pasó con Yasmin no fue su culpa, pero él insiste en esta auto-
flagelación. Tendrá que darse cuenta de la verdad por sí mismo. Sin
embargo, tiene razón de que ella está metiéndose en problemas.
Necesitaremos vigilarla. No quiero ni pensar lo que podría haber pasado si
Oliver no la hubiera seguido a su casa esta noche.
El pensamiento aturdió a Callum hasta los huesos, pero él tenía otras
preguntas.
—Ella tomó un taxi y Oliver la estaba siguiendo. Él cree que se trataba de
las joyas. Pero ¿por qué alguien espera fuera de este edificio en la remota
posibilidad de que una mujer que llevaba joyas enormemente costosas
pudiera llegar a pasar?
Rory pensó por un momento.
—Es un edificio exclusivo.
—Pero está lleno de trabajadores contratados. Tiene mejores
probabilidades de que estén llevando maletines y ordenadores portátiles que
joyas. La mayoría de los inquilinos de este edificio son hombres solteros, y
eso es razón suficiente para sacarla de aquí. —No le gustaba la idea de que
el intento de robo a mano armada no fuera al azar.
—No vamos a dejar que deambule por la noche sola nunca más.
Necesitaba colocar su investigador privado sobre Thea. No la
consideraba incapaz de intentar eliminar la competencia.
—¿Y si esto tiene algo que ver con Thea? ¿Debería estar cerca de Tori
mientras esa perra psicótica va todavía detrás de mí?
—No la estamos alejando ahora. La protegeremos si surge la necesidad.
Ahora piensa rápido porque nosotros vamos a estar en la puerta de su casa
en pocas horas. Debemos tener un plan para impedir que nos abandone y se
marche.
Callum se movió hacia la ventana mientras las ideas fluían. Él y Rory
pasaron las horas antes del amanecer conspirando y planificando… y todo
fue en vano.
Cuando llamaron a su puerta a las siete de la mañana, ella ya se había
marchado.
Capítulo 7
—¿Cómo te va?—preguntó la princesa Alea mientras entraba en la
habitación. Alea era una mujer hermosa con la piel bronceada y el pelo
negro azulado. Tori sonrió a su hijo y se puso de rodillas para dar al niño un
beso en la frente.
Ella levantó la mirada y suspiró. Todo el mundo le hacía esa pregunta.
Era la pregunta más popular en el palacio en estos días. Desde aquella
mañana, dos semanas antes cuando había escapado de su edificio en las
primeras horas de la madrugada y había ido al piso de su hermana en
Londres, parecía que la familia real había hecho su pasatiempo preocuparse
por ella.
—Estoy bien.
Ella estaba físicamente bien. Su periodo había llegado y se había retirado,
y con ello toda esperanza de tener un pedazo de los hermanos Thurston-
Hughes.
Trató de decirse que era una buena cosa.
Alea se sentó en el suelo, recogió un bloque y lo puso delante de su hijo.
Los tres niños reales gateaban por el suelo de la sala de juegos, aunque el
más joven, Michael, estaba comenzando. Él hacía esa cosa súper linda de
bebé donde lograba darse la vuelta y ponerse de rodillas, entonces él se
movía de un lado a otro como si fuera a despegar en cualquier momento y
sería genial.
Dios, amaba a estos bebés y estaba preocupada de que nunca tendría el
suyo. Ella siempre sería su triste tía solterona porque amaba a tres hombres
que eran demasiado estúpidos para vivir. Ella soñaba con hacerlos entrar en
razón, pero entonces el sueño siempre se volvía carnal y se despertaba
deseándolos ardientemente.
—No te creo— dijo Alea con el ceño fruncido mientras acariciaba la
cabeza de su hijo—. Reconozco la pena cuando la veo y tú la tienes escrita
en toda la cara. Ni siquiera has intentado deshacerte del guardia ni una sola
vez mientras que has estado aquí. Esa es mi primera evidencia.
—¿No debería una chica inteligente saber que el guardia está ahí por una
razón?— Todavía podía recordar aquel ladrón en el vestíbulo de su edificio
diciéndole lo que pensaba hacerle.
Pero cada vez que pensaba en eso, pensaba en Oliver rescatándola... y en
el acto al que había conducido. Por todo el dolor que le había causado, Tori
se alegraba de que su primera vez hubiera sido su elección y de nadie más.
—No lo sé. Sigo tratando de deshacerme de mis esposos de vez en
cuando. Me vuelven loca. Te amo, cariño. —Alea guiñó el ojo en dirección
de Landon. Estaba de pie junto a la puerta, con una mirada amenazadora en
su hermoso rostro.
—Recordaré esto cuando quieras que cambie pañales. —Sus labios se
curvaron en la sonrisa más dulce y él le guiñó un ojo a su esposa.
Nadie le guiñaba el ojo. Tori estaba sola y seguiría estándolo a menos que
pudiera encontrar alguna manera de seguir adelante.
—Bueno, cuando vuelva a los Estados Unidos la próxima semana, no
tendré que preocuparme por los guardias.
Tenía un montón de otras cosas de qué preocuparse. Como un trabajo.
¿Dónde viviría? Todas sus cosas estaban en un depósito, y ella había
renunciado a su apartamento cuando aceptó trabajar durante un año en
Londres.
Ella también tenía que encontrar la manera de devolver a sus cuñados el
gran cheque que, sin duda, habían escrito a Thurston-Hughes, Inc., porque
Tori había sido demasiado impaciente para leer su contrato. Dondequiera
que fuera a vivir, tendría que ser barato.
—Tal quiere enviar dos guardias contigo cuando regreses a casa. —Alea
ayudó a su hijo a apilar algunos bloques.
—Le he dicho que no y lo dije en serio. —No iba a ser enjaulada. Ella
comprendía por qué Piper necesitaba un guardia. Por qué Alea necesitaba
uno. Pero Tori no era de la realeza. Una vez que regresara a Texas, nadie
siquiera sabría su nombre. No había ningún motivo para que ella tuviera un
guardia dedicado que restringiría su libertad personal.
No es que importara. No estaba segura cuando estaría lista para intentar
tener citas de nuevo.
—Mi primo normalmente consigue lo que quiere y te quiere segura—
explicó Alea—. Podrías encontrarte con un guardia a distancia que ni
siquiera sabes que está ahí.
—Con tal de que se mantenga alejado, no me importa. Alea suspiró y
pareció cambiar de táctica.
—¿Has pensado a cerca de conocer a mis primos al Bashir? Tori negó
con la cabeza vigorosamente.
—Por supuesto que no. No puedo con cinco hombres. De ninguna
manera. No sé cómo. Pensé brevemente acerca de tratar con tres y me
estalló en la cara. No puedo tratar con cinco hermanos.
Ni siquiera había logrado descifrar donde pondría a cinco hombres.
Durante el sexo, es decir. Oh, ella había descubierto con gran colorido
donde los hermanos Thurston-Hughes irían, pero cinco parecía fuera de su
alcance. Ella era una tradicionalista cuando se trataba de su ménage
fantasía.
—A veces las personas fuera de nuestro mundo no lo comprenden. —Los
comprensivos ojos de Alea estaban muy abiertos.
—No soy de tu mundo. No siempre comprendo, tampoco. —Ella
definitivamente no entendía cómo hacer que funcione en el mundo real.
Real era una palabra de mierda. Bezakistan era real. Simplemente no era lo
estándar.
—¿Qué no comprendes? —Landon tenía una mano suspendida sobre el
arma pegada a su cadera, pero su expresión lucía apacible.
—No sé por qué no puedo amar solo a uno de ellos. ¿Por qué soy tan
egoísta? ¿Por qué no puedo conformarme?
Alea sonrió mientras frotaba una mano por la cabeza de su hijo.
—Esa no es la pregunta que debes hacerte. Tal vez la mejor pregunta sea,
¿por qué conformarte? ¿De verdad crees que ellos se sentirían mejor no
compartiéndote? ¿No son cercanos?
Esa era una buena pregunta.
—Sé que ellos se aman, pero pelean mucho.
—Compartirte los hará más cercanos.
Miró a Landon, quien sonreía con indulgencia a su esposa e hijo.
—¿Siempre supiste que querías compartir? —Ella sintió sus mejillas
llamear de vergüenza—. Lo siento mucho. Eso fue grosero. Por favor,
perdóname.
Él estaba trabajando. Ella no tenía ningún derecho a hacerle semejantes
preguntas personales.
Lan dio un paso más cerca, alejando la mano de la P-90 que llevaba sobre
su pecho como un chaleco. Se dejó caer sobre una rodilla al lado de su
esposa.
—No hay nada que perdonar, Tori. Haz todas las preguntas que necesites.
Aquí nadie se ofenderá. Y no. No siempre lo supe. Voy a ser honesto,
realmente no pensaba en el futuro hasta que conocí a Alea.
Su mujer se apoyó en él.
—Tampoco yo, mi amor.
La besó en la frente con un brazo alrededor de sus hombros y el otro
revolviendo el cabello de su hijo.
—Los hombres no piensan en estas cosas de la forma en que las mujeres
lo hacen. Cuando la conocí, me di cuenta de que era demasiado mujer para
que un solo hombre la manejara. —Él se rió entre dientes ligeramente—. Sé
que podría haber habido algún mundo alternativo en el que podríamos haber
sido sólo nosotros dos, pero me gusta cómo funcionamos. Me gusta tener
hermanos para confiar. Amar a una mujer, iniciar una familia, es una
verdadera responsabilidad y la tranquilidad de saber que Dane y Coop
seguirán adelante si algo me ocurre, en mi opinión, vale oro. También me
gusta el hecho de que hay dos personas en el mundo que saben lo que
significa amarla. No me siento solo.
La tristeza se apoderó de ella. ¿Cómo se sentiría no estar tan sola? Ella lo
había sabido por un brevísimo instante. Cuando había estado con Callum y
luego con Oliver, había sido capaz de engañarse a sí misma que todo era
posible. Ella había sido capaz de soñar que podría tener la vida que quería.
Pero conocía la realidad ahora y pronto iba a tener que tomar algunas
decisiones difíciles. Tenía un par de opciones a considerar. Ella ya se había
decidido en contra de quedarse aquí. Además, de ser mimada y estar
enclaustrada como una monja, si se quedara en el palacio, probablemente se
encontraría saliendo con los infames cinco primos en algún momento, y ella
no estaba segura de poder manejar a tantos hombres bezakistani. Así que se
iría a algún lugar de los Estados y comenzaría de nuevo. Tenía amigos en
Nueva York. También Los Ángeles era una opción. Era un punto caliente
para una persona que sabía cómo manejar un escándalo. O podría estar
segura y regresar a Dallas.
Tori no podía dejar de pensar en Londres y de la manera terrible en que
se había marchado. Había escapado en medio de la noche. Ella había
empacado sus maletas, llamado a un taxi, y había aparecido en la puerta de
su hermana justo antes del amanecer. Si se hubiera quedado, incluso hasta
que amaneciera, uno de ellos habría aparecido. Callum o tal vez Rory.
Oliver podría haberla vuelto a hacer pedazos con su daño y demandas.
Pero ellos estaban fuera de su vida ahora. El día que había tenido su
período había enviado un mensaje de texto a Oliver para que no se preocupe
por eso. Entonces ella había cambiado rápidamente su número porque lo
último que quería era su respuesta. Probablemente hubiera estado llena de
palabrotas.
—Me alegro de que os tengáis el uno al otro. —Ella se alisó el cabello de
Sabir.
¿Cuánto tiempo pasaría antes de que tuviera hijos? ¿Los tendría alguna
vez? Incluso si los tuviera, ¿anhelaría siempre pequeñitos británicos de
cabellos rubios?
—¿Realmente es así con Oliver y sus hermanos?—preguntó Alea.
—Ellos no pueden compartir. Apenas pueden estar en la misma
habitación el uno con el otro.
Alea frunció el ceño.
—Esa no es la manera en que los recuerdo. En otros tiempos, Oliver
estaba muy cerca de sus hermanos. Era la cabeza de la familia y se
preocupaba por todos sus hermanos. Ellos vinieron al palacio, y fue donde
por primera vez me preocupó que Yasmin no fuera la apropiada para él. Ella
odiaba el hecho de que trajera a sus hermanos con ellos. Quería que toda su
atención sobre ella y era desagradable con cualquier persona que se la
quitara.
—¿Por qué se casó con ella? —Por lo que Tori podría decir, Yasmin
había sido pura maldad.
—Era preciosa—explicó Alea con un suspiro.
—También era súper agresiva sexualmente—dijo Lan. De inmediato se
volvió de un bonito tono rosado y tosió un poco—. No es que yo lo supiera.
Alea puso los ojos en blanco.
—Ella había follado con todo el mundo, pero se cuidó de que Oliver
nunca lo viera. Actuaba con él de manera muy diferente. Avanzó
lentamente con él. Lo atormentaba y lo mantenía a distancia.
—Aunque ella, probablemente, ya se había acostado con la mayoría de
los hombres en su boda. —Lan se puso de pie—. Me callaré ahora.
—Pobre Oliver. A él realmente le gustaba Talib, lo respetaba. Ella utilizó
esa relación para llevarlo hacia el matrimonio y se aprovechó de él. Hizo
eso. Supongo que sabía exactamente cómo actuar con él. —Al parecer,
Yasmin lo había conocido mejor que Tori. La mujer se había dado cuenta de
que su mejor jugada era hacerse la tímida con él. Tori no lo había hecho, y
él había dejado bastante claro lo que pensaba de ella esa noche. Su
virginidad sólo lo había enfurecido. Desde luego, no había estado a punto
de proponerle matrimonio.
Bueno, ella no tenía que preocuparse por eso. Nop. Definitivamente
ahora no era virgen y ya había sobrevivido a su primer susto de embarazo.
Hurra por ella. Siempre había sido una estudiante destacada.
—Recuerdo a Oliver antes de casarse con Yasmin—dijo Alea con una
sonrisa triste.
—Imbécil—dijo carraspeando Lan. Alea puso los ojos en blanco.
—No lo escuches. No le gusta el hecho de que Oliver una vez tuvo un
encaprichamiento conmigo cuando éramos jóvenes.
A Tori no le gustó mucho ese hecho, tampoco. Así que el tipo de Oliver
era, impresionantes mujeres de la realeza fantásticamente ricas. Ella no
encajaba en esa lista.
—Estás celosa. —Alea le tomó la mano—. No existe ningún motivo para
estarlo. Oliver y yo nunca nos besamos. Se casó con Yasmin porque ella le
dijo que estaba embarazada. Convenientemente tuvo un aborto involuntario
poco después. Esa es la historia que ella le contó de todos modos. Después
de que casi nos mató a los dos, Oliver descubrió facturas de clínicas de todo
Londres. Al parecer, había quedado embarazada dos veces y ella misma se
había ocupado del problema, diciéndole a Oliver que tuvo un aborto
involuntario. Lo mantuvo en la oscuridad, y cuando él finalmente salió, la
verdad lo cegó. Estaba devastado. No ha sido el mismo desde entonces,
pero yo lo vi sonreír la última vez que estuve en Londres. Fue sólo por un
momento y no creo que él supiera que yo estaba observando. Yo estaba a
punto de cruzar la calle para reunirme con Callum y Rory para hablar
acerca de que su compañía patrocine un evento de caridad.
—Recuerdo esa visita.
—Oliver estaba de pie en el vestíbulo, mirando por la ventana, y la
sonrisa más encantadora transformaba su rostro. Tuve que detenerme y
mirarlo porque parecía el Oliver que una vez conocí. Era joven y feliz en
ese momento. Me pregunté qué había puesto esa sonrisa de vuelta en su
cara.
Las lágrimas amenazaron porque ella nunca había visto a Oliver sonreír
así. Siempre había sido educado, siempre escrupulosamente controlado.
Excepto esa noche cuando él no lo había sido, cuando la había tomado en
sus brazos.
—¿Qué era?
—Oh, querida, eras tú. Llevabas una falda azul y un cardigán blanco y
parecías un pedacito de sol caminando por la calle. En el momento en que
entraste en el edificio, él ya era convenientemente adusto. Pero durante ese
momento, él era Oliver otra vez.
Tori se sorbió la nariz un poco y estaba agradecida que Sabir eligió ese
momento para sentarse en su regazo. Se acurrucó cerca y ella se consoló
con su calor.
—Bueno, me temo que cambió de opinión.
—Él es un tonto entonces. —Lan besó a su esposa poco antes de ponerse
de pie—. No se puede dejar que el pasado te robe un futuro. Esa es una cosa
que mi esposa me enseñó. Tienes dos horas antes del baile. Alea, mi amor,
debemos irnos.
Tori suspiró. Otro baile. Ella había demostrado que no era Cenicienta.
—Me voy a quedar lejos del baile, voy a ponerme mi pijama y ver
películas de Disney con los bebés.
—No, tú no puedes hacer eso. —Alea dejó que Lan la ayudara a
levantarse—. Se ha anunciado que estarás en la concurrencia. Si no vienes
habrá chismes de que tú y tu hermana no congeniáis.
—¿Por qué pensarían eso? —Esta era la parte de la vida de su hermana
que no podía comprender. Incluso cuando trabajaba para los hermanos
Thurston-Hughes, había luchado contra la idea de ser el blanco de todos
esos buitres. Ella sabía cómo manejarlos. Ella no tenía ningún problema de
ser la portavoz o la mujer tras bambalinas confabulándose para sacar a un
cliente de una situación difícil, pero la idea de su vida estando bajo un
microscopio la enfermaba.
Lo cual era otra muy buena razón por la que debería mantenerse alejada
de los hermanos Thurston-Hughes. Ellos eran una mala idea en todo
sentido.
—Piensa eso porque la prensa amarilla aquí utiliza cualquier excusa para
enfrentar a los miembros de la realeza unos contra otros. No ayuda que
hayamos tenido dos primos tratando de matarnos —explicó Alea—. Tienes
que venir. Creo que Piper dijo que los arreglos ya se habían hecho para tu
vestido de noche.
Lo último que quería era estar en otro traje de noche prestado. El pijama
sonaba tan cómodo, acompañado de un buen kilo de helado de crema de
menta con chips de chocolate.
—Podríais decir que estaba enferma. —Ella tosió un poco—.
Definitivamente siento una enfermedad avecinándose.
—Oh, si decimos que estás enferma, ellos informarán de que estás
embarazada y deshonrando al jeque. Ellos realmente disfrutan de los
titulares que avergüenzan al jeque. Esos se venden en un tiempo récord. —
Alea levantó a su bebé y lo abrazó contra su pecho.
Lan le dedicó una sonrisa devastadora.
—Estás atrapada, Tori. Eso es lo que pasa aquí. Un minuto estás feliz en
tus confortables uniformes de fatigas y al siguiente alguien te está metiendo
en un esmoquin y te dice que bailes como si fuera el año 1805.
—Por lo menos tú no tienes que usar zapatos de tacón—se quejó Tori.
—Ventajas adicionales de la virilidad. —Lan le guiñó el ojo y se fue
rápidamente con su mujer y el bebé. La niñera de Piper vino a llevarse a sus
hijos también.
Ella estaba sola otra vez. Bueno, excepto por el próximo guardia en
servicio que abrió la puerta y se apostó.
Tori suspiró. Realmente era hora de volver a casa.
* *
Rory entró en la oficina del jeque junto a Callum con la cabeza bien alta.
Estaba situada en el ala de negocios del palacio. Tori probablemente estaba
en el ala residencial, pero él tendría que hablar rápido para que incluso se
les permitiera caminar por esos pasillos. El hecho de que el jeque había
optado por utilizar su oficina formal más que la privada reservada para
reuniones con familiares y amigos le dijo mucho. Por supuesto, también lo
hizo la expresión de su cara.
Talib al Mussad parecía un hombre de mal humor. Se sentó detrás de su
enorme escritorio, vestido con un impecable traje de tres piezas, y cuando
ellos fueron introducidos, él asintió con su regia cabeza e hizo un gesto
hacia las sillas frente a él.
—Caballeros, pueden sentarse. —Las palabras eran educadas, pero Rory
estaba bastante seguro de que Talib sería terriblemente educado incluso
cuando pronunciara una sentencia de muerte. ¿Cómo despacharían a las
personas que cometían crímenes contra la familia real en Bezakistan?
Estaba bastante seguro de que no era agradable.
—Gracias por acceder a vernos—dijo Rory.
—Y por dejarnos entrar al país, pero necesita hablar con su personal de
seguridad. No creo que la búsqueda en todas las cavidades corporales
estuviera muy justificada.
—Callum había estado a disgusto con los protocolos de seguridad
adicionales que se habían puesto en marcha desde la última vez que habían
estado de visita.
Sí, Rory estaba bastante seguro de la búsqueda personal muy intrusiva
había sido sólo para ellos.
Los labios del jeque se curvaron casi imperceptiblemente.
—Nunca se puede ser demasiado precavido en estos días. —Su sonrisa se
desvaneció y él se inclinó hacia delante—. Ahora, por qué no me explicáis
para qué habéis venido a mi país. Sé que no puede ser que hayáis venido a
ejecutar el contrato que tenía la firma de mi cuñada. Creo que os envié un
cheque por el importe total, y las joyas que le permitieron tomar prestadas
han sido devueltas. Por desgracia, su vestido se rompió. Añadí ese gasto al
cheque.
Si las palabras fueran de hielo, Rory se habría congelado donde estaba
sentado.
—No, Su Alteza. No hemos venido aquí a exigir nada.
—Y las joyas eran un regalo. No voy a cobrar ese cheque—insistió
Callum.
—¿Un regalo? ¿Por qué? —La mirada de halcón de Talib se instaló sobre
Callum.
Su hermano podría no ser el hombre más diplomático del mundo, pero
tampoco era un cobarde. Mantuvo la mirada del jeque.
—Para la mujer que amo.
—Por lo que entiendo no se lo diste como un regalo. Elegiste engañarla
haciéndole creer que ella estaba comprando los artículos.
—No creí que ella lo aceptaría—dijo Callum, finalmente empezando a
retorcerse un poquito.
Era el momento de salvar a su hermano o esto iba a ir mal.
Desafortunadamente, Talib era la puerta de acceso a Tori. Si no podían
moverse, era imposible saber cuándo la verían. Si ella decidía quedarse en
el palacio, no la podrían ver nunca.
—Creo que lo que mi hermano está tratando de decir es que no podía
soportar la idea de que Tori no tuviera un vestuario y joyas que hicieran
juego con su belleza. Ya sabe cómo puede ser la sociedad británica. Ella es
terca. No aceptaría dádivas y él no podía soportar la idea de que entrara en
esa habitación y fuera objeto de burlas por tener que comprar la moda de la
temporada pasada. Ella merece más.
Los ojos de Talib se entrecerraron.
—Usted debería llevar adelante la mayor parte de la conversación.
—Soy muy consciente de eso, Su Alteza. —Rory se acomodó, seguro
que no estaban siendo arrojados afuera todavía—. En cuanto al contrato de
Tori, considérelo nulo de pleno derecho. Yo sólo lo traje a colación en un
intento de mantenerla cerca. Desde luego, no iba a exigir el pago. Hemos
cometido errores con ella, pero nos importa muchísimo.
—Nosotros la amamos—dijo Callum—. Y no devolví las joyas. Son
suyas y la están esperando.
—Usted dijo “nosotros”—Talib se echó hacia atrás, mirando con respeto
a los dos ahora—. Pensé que Callum era el único dispuesto a arriesgar su
reclamo.
—Siempre he querido a Tori. Supe el día en que entró por la puerta que
ella era la única mujer para mí. Los otros son lentos —explicó Callum.
—Oliver no está con vosotros—señaló Talib.
No, y eso le pesaba. Oliver los había convencido de dar a Tori unos días
para pensar, aunque Callum había empacado y estado listo para salir treinta
minutos después de que descubrieron que se había marchado. Por desgracia,
recibir la autorización para visitar Bezakistan había demostrado no ser tan
sencillo como una vez había sido.
Durante esas terribles semanas, Rory le había escrito un correo
electrónico que estaba bastante seguro de que ella no había leído. Le había
enviado algunos textos que no había respondido.
Y entonces su número ha sido desconectado.
Por suerte, habían sabido exactamente donde se había ido dado que la
prensa sensacionalista había publicado fotos de la familia real entrando en
el palacio. Allí, en el fondo había una Tori sombría, siguiendo a su hermana
con una mirada triste en el rostro.
Oliver había anunciado que su idiotez no iba a volverse en contra de
ellos, entonces había dejado la oficina, para no regresar. Poco después, le
había enviado una nota a Rory. Oliver tenía la intención de tomarse unas
vacaciones. Puesto que él no se había tomado unas en años, Rory debería
haberse emocionado. Si hubiera creído por un instante que Ollie estaba en
una isla tropical, lo habría estado. Pero su hermano estaba en algún lugar
cavilando, y eso no era bueno para ninguno de ellos.
—Me temo que Oliver no está listo. —A Rory le preocupaba que Oliver
nunca pudiera estarlo—. Pero si no nos movemos pronto, vamos a perder a
Tori. No podemos esperar por él. ¿Cuánto sabe acerca de lo que sucedió la
noche antes de que ella se marchara de Inglaterra?
Talib negó con la cabeza.
—Muy poco. Por lo que los guardias han escuchado al pasar, ella pasó la
noche con Oliver y no salió bien. Tuve el placer de descubrir que ella no
estaba embarazada. Oliver debería estar encantado también.
—En verdad, no creo que él lo estuviera. —Callum pareció perderse el
“de lo contrario” inherente en el tono de Tal—. Creo que esperaba que ella
hubiera concebido así tendría que casarse con ella. Oliver no puede
permitirse la felicidad. Ese es el problema. Pero creemos que si ve
suficiente de ésta, no será capaz evitar integrarse al grupo.
—¿Hace que los guardias escuchen a escondidas las conversaciones de
las mujeres? —En verdad era brillante.
—Es uno de mis pasatiempos. Pero hablando en serio, usted encontrará
que a las mujeres les gusta mantener sus secretos. Aprendí hace mucho
tiempo que no puedo proteger a las personas que quiero, si no sé lo que está
pasando. En un lugar tan grande, se requiere una red de espías
bienintencionados para asegurar la felicidad. Usted se encontrará con que
una mujer a menudo espera que un hombre sienta lo que está sintiendo.
Como yo no soy psíquico o incluso particularmente sensible, el espionaje
funciona. Cuando puedo saber que mi esposa ha tenido un mal día,
mágicamente soy capaz de aparecer con sus flores favoritas y un hombro
comprensivo. Hay trucos para ser un marido.
Y si Talib no pudiera estar allí, uno de sus hermanos podría. Él nunca
tenía que preocuparse de que Piper estuviera sola.
Él, sin embargo, tenía que preocuparse de que Oliver estaba solo, pero ya
era hora de mirar más allá de su culpa. La culpa no resolvería la situación y
sólo empeoraría todo. La culpa mantendría a Oliver lejos de ella.
—Tomamos en serios a Tori, Alteza, y hemos venido a pedirle permiso
para cortejarla.
Los dedos de Talib se juntaron bajo su barbilla y pasó un largo rato.
—¿Estáis dispuestos a casaros con ella a la manera bezakistani? Él ya
había evaluado todo esto.
—Sí. Una vez que ella esté de acuerdo, vamos a casarnos aquí. He
estudiado algunas de sus leyes. Si Oliver se arrepiente, podemos volver y
presentarnos ante los tribunales para que su nombre aparezca en nuestra
licencia de matrimonio.
—Interesante. Esa ley se puso en marcha para los hermanos que se
encontraban ausentes luchando en las guerras cuando se celebraba el
matrimonio, pero no puedo ver ninguna razón por la que no funcionaría —
acordó el jeque.
—Oliver está luchando su propia guerra. —A veces Callum mostraba
profundidad—. Queremos que él sepa que es bienvenido cuando esté listo
para regresar al hogar.
Tori era el hogar. Ahora lo sabía.
—En cuanto a los aspectos legales en Inglaterra, hemos decidido que
Callum presentará una licencia de matrimonio con ella allí, aunque mi
testamento personal se modificará para reflejar que ella es mi heredera y la
compañía se dividiría entre nuestra hermana y Tori si algo nos sucediera.
—¿Y cómo van a manejar a la prensa? La prensa sensacionalista
británica se desmandará.
Callum se encogió de hombros.
—Eso nunca me ha molestado. Han publicado cada historia imaginable
de mí.
Que embaracé a un alien, según uno. Los ojos de Talib se entrecerraron.
—No estoy preocupado por el alien.
Las manos de Callum subieron como en defensa propia.
—No he tocado a la mujer Palmer en más de un año. Ella está mintiendo
sobre mí.
—Yo llegué a la misma conclusión. La hice seguir por un investigador
privado y vigilar su casa. Ella no está embarazada. Aunque me parece de
mal gusto, mi IP avisó a los periódicos sensacionalistas para acabar con la
basura que ella presentó como prueba. Creo que la historia saldrá mañana.
Pensé que Tori al menos merecía saber que no eras un completo bastardo.
La cabeza de Callum cayó hacia atrás.
—Gracias a Dios que se termina.
—Estamos profundamente agradecidos, Su Alteza. —Rory estaba un
poco temeroso de la mente retorcida del jeque. Desde luego, no había
pensado en eso y él debería—. Con respecto a la prensa amarilla, usted
debería saber que protegeré fieramente a mi familia con todo lo que tengo y
prometo solemnemente aprender de usted. No me importa lo que piensen.
Voy a ser feliz y ellos se lo pueden meter dentro de sus culos apretados si no
les gusta. Ya he terminado de jugar con sus reglas. Las personas que se
preocupan por mí aceptarán la relación.
—Después de un tiempo, aburriremos—explicó Callum—. Rory aquí va
a perder su cabello y ningún periódico tomará fotografías de eso.
Su hermano realmente podía crispar sus nervios.
—Como puede ver, mi hermano tiene planes.
Talib sonrió, la primera felicidad genuina que Rory le había visto desde
que entraron en la habitación.
—Debería reemplazar su champú con Nair. Le hice eso a Kadir una vez.
Fue muy divertido. Es bueno verles comportarse como los hermanos
deberían.
—Oliver fue una vez el bufón—dijo Callum en voz baja. Sacudió la
cabeza, como aclarándola—. Lo siento, es difícil no pensar en quién era
antes de su última visita al palacio. Me preocupa un poco que una de las
razones por las que no va a admitir que quiere a Tori sea porque ella está tan
vinculada con este lugar. No creo que él alguna vez pase a través de estas
puertas de nuevo.
A Rory le preocupaba lo mismo.
—Día a día, Cal. Su Alteza, estamos pidiendo formalmente permiso para
cortejar a su cuñada. ¿Lo tenemos?
—Con tal que me prometan que nunca le contarán que ocurrió esta
reunión—dijo Talib, poniéndose de pie. Se dirigió a la pequeña barra que
mantenía cerca de su escritorio—. Tori puede ser muy independiente. La
idea de un grupo de hombres sentados en una oficina bebiendo un licor
increíblemente caro mientras se decide su futuro probablemente la enojaría.
¿Whisky escocés?
—Por Favor. Después del interrogatorio de dos horas de su seguridad
aeroportuaria, lo necesito. ¿Sabía que pusieron perros detectores de bombas
en nuestro jet privado? —Rory tomó con gratitud el vaso.
—Y perros detectores de drogas. Uno de los pastores alemanes enterró su
cabeza en mi entrepierna. Yo estaba bastante seguro de que iba a perder mi
hombría en ese momento —admitió Callum.
Talib echó atrás la cabeza y se rió.
—Tienes que agradecer a Rafe por la bienvenida. Tuvo gran placer en
torturarte.
Ahora, tengo algo que deciros. Oliver está aquí.
Rory se enderezó.
—¿Qué quiere decir? ¿Cómo?
—En avión, por supuesto. —Talib le pasó a Callum una bebida y se
preparó una para él—. Aunque él vino en un avión comercial. Llegó ayer y
me pidió perdón por la manera en que trató a Tori. Sabía lo que tú ibas a
plantearme porque él ya ha presentado una apelación para tu caso. Tiene la
intención de hablar con Tori esta noche y pedirle perdón también.
¿Oliver estaba aquí? Rory tuvo que tomarse un momento para poder
pensar en el hecho.
—Él no nos dijo.
—Dudo que quisiera que lo supieras. Tori no tiene ni idea. Está
enclaustrado en una habitación privada, y no creo que salga, por lo que sólo
Rafe, Kade, y yo sabemos que está aquí. En realidad estoy a punto de
decirle a mi prima que quiero que ella hable con él.
—Alea. —Rory recordaba a la amable princesa. Se habían conocido
cuando eran más jóvenes, antes de que Oliver se casara con Yasmin—. A él
siempre le gustó Alea.
—¿Deberíamos hablar con él, también?—preguntó Callum—. Yo no
quiero darle una sorpresa. No le gustan las sorpresas. Bueno, ya no.
En un momento dado, aventura había sido el segundo nombre de Oliver.
Antes de Yasmin, había sido el de probar todo. Rory tenía que arrinconarlo
para conseguir que trabajara, porque él había querido ver el mundo. Rory
se había ocupado de la mayoría de las operaciones del día a día de la
empresa y definitivamente había administrado el dinero. Él siempre había
querido menos responsabilidad, pero a causa de Oliver, finalmente se había
cargado con responsabilidades que siempre le habían molestado. Oliver
usaba el trabajo para esconderse.
—No creo que le haría ningún bien. Nuestra presencia aquí lo podría
turbar.
—Creo que deberíais reuniros con él. Sin embargo, lo dejaré a vuestro
criterio. Afirma que sólo quiere hablar con Tori y luego regresará a casa.
Creo que él está tratando de ser un buen hermano. No entiende que el
sacrificio es innecesario. Es decisión de ella enseñarle. Es algo que un
hombre aprende de una mujer o de ningún otro modo. Espero que Tori
pueda llegar a él. En cuanto a vosotros dos, sospecho que tenéis un camino
cuesta arriba. Ella no será feliz con cualquiera de vosotros. ¿Cuál es vuestro
plan?
Rory sabía cuál era su plan.
—Nosotros la arrinconaremos en el baile y le mostramos lo bueno que
puede ser tener dos hombres que se preocupan por ella.
—Pero con respeto—dijo Callum.
—Dios, espero que no demasiado—dijo Talib con un gemido—.
Realmente, la deberíais llevar a la cama tan pronto como sea posible. El
cortejo está sobrevalorado. Métanla en la cama, nublen su mente con placer,
y antes de que sepa se encontrará con un anillo en su dedo. Es el mejor plan
de acción. Encontrarán que sus habitaciones están completamente
equipadas con todo lo que podáis necesitar. Una mujer como Tori tiene que
dejar de pensar y sentir. Ese es vuestro trabajo. Y si no te casas con ella
rápidamente... bueno, ha pasado un tiempo largo desde que hemos tenido
una ejecución.
Sí, éste iba a ser su cuñado. Se alegró de que tuviera toda la intención de
tratar a Tori como una reina.
—Gracias por todo.
Rory miró a Callum. Su hermano le envió una sonrisa esperanzada. Esta
noche ellos reclamarían a su mujer.
Capítulo 8
Callum respiró hondo y llamó a la puerta, con la esperanza de que esto no
fuera a terminar en sangre. Últimamente, todos sus encuentros con Oliver
parecían culminar en alguien lanzando puñetazos.
Él no lo haría hoy. Bueno, él no lanzaría el primer golpe, por lo menos. Si
Oliver le daba un puñetazo, naturalmente, se vería obligado a defenderse.
Y entonces él arruinaría su perfecto esmoquin. Tal vez debería cambiarse
para la gala después de esta reunión.
La puerta se abrió, y Oliver se echó hacia atrás con los ojos muy abiertos.
—Bueno, supongo que debería haber esperado esto. ¿Rory está aquí
también?
—Efectivamente. Se está vistiendo para el baile. —Cuando Oliver se
hizo a un lado para dejarle entrar, Callum entró. Parecía que Rory no era el
único que iba retrasado preparándose. Oliver aparentemente se había
afeitado y duchado y se había vestido con pantalones y una camisa blanca
como la nieve. Su corbata le colgaba suelta alrededor del cuello. Había
lanzado la chaqueta de esmoquin con negligencia sobre una silla—. Me
sorprendí al saber que estabas aquí.
Oliver cerró la puerta.
—Quería hablar con Tori. También tengo que hablar con Alea. Eso lo
sorprendió, también.
—No has hablado con Alea en años. Has eludido sus llamadas
telefónicas. Un leve rubor tiñó las mejillas de Oliver.
—Sí, eso no estuvo bien por mi parte. Solíamos ser amigos. Voy a pedirle
disculpas por eso.
—¿Vas a pedir disculpas por algo más? —Desde el momento en que
Talib mencionó la visita de Oliver, Callum había sospechado que su
hermano tenía varios motivos. Siempre había sido un multitarea.
Oliver cruzó los brazos sobre su pecho.
—De hecho, sí. Voy a decir algunas cosas que debería haber dicho hace
mucho tiempo.
Un escalofrío se apoderó de Callum.
—¿Estás pensando en suicidarte?
La mandíbula de Oliver cayó por la sorpresa.
—No. ¿Por qué diablos dices eso?
—Conocí a un tipo que se liquidó a sí mismo. Durante tres semanas, hizo
las paces con todos, pidiendo disculpas por las cosas que había hecho años
antes. Al principio pensamos que sólo estaba tratando de ser menos
gilipollas. Luego se pegó un tiro en la cabeza la noche antes de nuestro
juego con el Liverpool Football Club. Al día siguiente, la prensa se presentó
con una historia y unas fotos, revelando su homosexualidad. Es curioso por
lo que la gente piensa que vale la pena morir.
El club podía ser un lugar cruel a veces, pero Callum no podía imaginar
la elección que había hecho su compañero de equipo. La que él temía que
su hermano podría hacer. Ni siquiera había sido capaz de hablar con Rory al
respecto. Pero desde el momento en que Talib había mencionado la visita de
Oliver, Callum había temido esta posibilidad.
Oliver lo miró fijamente durante un largo momento.
—Me acuerdo de ese incidente. No tengo ningún plan para matarme. Te
lo prometo por mi honor.
Algo dentro del pecho de Callum se alivió, pero él no había terminado.
—No es suficiente que no te mates, hermano. Es el momento para que
puedas empezar a vivir de nuevo.
Su hermano mayor gruñó, pero por lo menos no lo estaba sacando a
patadas. Oliver cruzó la habitación.
—Hice casi tres mil kilómetros para evitar este sermón. Callum siguió.
—Pensé que viniste aquí a pedirle disculpas a Tori y Alea. Por cierto, iré
a buscar a Tori. Le debes totalmente una disculpa porque tienes un culo en
vez de cabeza.
Oliver se volvió.
—¿Qué?
—Un culo en vez de cabeza. Es una frase americana. Tori la utiliza
mucho. Al parecer, los culos llegan a ser infinitamente más terribles si están
en el lugar de la cabeza. Quién sabe por qué los estadounidenses dicen
nada, pero hay que admitir que vienen con algunos coloridos insultos.
También fuiste un gilipollas y una boquilla de irrigador vaginal. Realmente,
cualquier cosa que se puede unir a un irrigador vaginal.
Oliver estaba inmóvil por un momento, y luego se echó a reír.
—Trataré de no estar unido a un irrigador vaginal de nuevo, te lo
prometo. Le debo una disculpa y quería aclarar algunas cosas con ella esta
noche. En cuanto a Alea, tengo mis razones para disculparme. ¿Quieres un
trago? El jeque aprovisiona bien sus bares.
—No, quiero entrar en esta noche con todas mis facultades.
Las necesitaría. Tori podría no estar feliz de verlos. ¿A quién iba a
engañar? Ella no iba a estar feliz. Esperaba que no hubiera instrumentos
contundentes esparcidos por ahí cuando los encontrara.
—Has crecido, Cal.
—A veces no lo parezco, pero realmente estoy dispuesto a ser el hombre
que Tori necesita.
Una sonrisa nostálgica cruzó el rostro de su hermano.
—Me alegro por ti. ¿Entonces Rory y tú lo habéis calculado todo? Ya
sabes, ¿en lo que a Tori concierne?
No esperaba esa pregunta, pero estaba contento de que Oliver se
estuviera abriendo un poco.
—Sí, hemos hablado de ello y voy a tomar su trasero. Tengo más
experiencia con anal que Rory, así que creo que soy el hombre para hacerlo.
Rory practicará, por supuesto, y luego vamos a cambiar posiciones de vez
en cuando.
La mandíbula de Oliver cayó por segunda vez.
—Eso no es lo que quise decir.
Callum suspiró.
—Oh, lo siento. Supongo que eso fue demasiada información.
Oliver se había sonrojado y se dirigió hacia la puerta que comunicaba la
sala con el dormitorio.
—Sí. Eso fue demasiada información, pero me alegro que hayas pensado
en eso.
¿Ya has hecho planes para casarte con ella antes de empezar a
pervertirla?
—Tú sabes que solías ser bastante perverso antes que ese palo se te
clavara en el culo. —No iba a dejar que la mojigatería recién descubierta de
Oliver le hiciera sentir avergonzado. Lo que él estaba planeando hacer era
un hermoso acto entre dos hermanos, que se esforzarían mucho por no
echar una mirada a los genitales del otro, y la mujer que amaban.
Oliver retrocedió hacia la sala de estar, atándose la corbata alrededor del
cuello abotonado con precisión.
—Yo no soy el único que piensa que eso está fuera de la norma. ¿Cómo
vais a proteger a Tori de la prensa sensacionalista?
—Si nos comportamos con normalidad, nuestro matrimonio será noticia
de primera plana durante exactamente tres minutos. Estaba pensando que
anunciemos el matrimonio, que el jeque publique algunas fotos oficiales,
junto con su respaldo al matrimonio. Luego saldremos a una bonita y larga
luna de miel en el país. Mientras estamos teniendo semanas y semanas de
sexo depravado con nuestra esposa, todo el mundo perderá interés. ¿Crees
que nuestras elecciones harán daño a la empresa?
—Por supuesto que no. Somos sólidos. Podemos capear cualquier
tormenta. No estoy preocupado acerca de la compañía. Estoy preocupado
por Tori.
—Ella se encarga de este tipo de cosas todo el tiempo. —Ella era
brillante en desviar la prensa negativa.
—Sí, para otras personas. Ella misma nunca ha estado en el ojo de la
tormenta, y no creo que vaya a manejar bien su propio escándalo. Casi se
vino abajo cuando te encontré con ella. Estaba dispuesta a alejarse de todo,
porque no quería enfrentarse a nosotros de nuevo. Se alejó de todo en lugar
de lidiar con las consecuencias. Su vergüenza era más importante que su
trabajo, al parecer.
—Tal vez fue su corazón roto. Le hiciste daño con tus terribles
acusaciones y ella probablemente no podría pensar en una sola razón por la
que debería quedarse y escuchar más de tu desprecio. —Callum ofreció una
sugerencia alternativa con una sardónica elevación de ceja.
Oliver le dio un medio encogimiento de hombros, como si admitiera que
su hermano menor podría tener razón.
—Creo que os va a costar mucho convencerla de que ella puede manejar
la presión.
Dicho así, sus actos le preocupaban.
—¿Piensas que ella cree que no valemos la pena?
—No estoy seguro de que ella lo haya pensado todavía. Me preocupa que
no se lo vaya a permitir a sí misma. Sospecho que tiene la intención de salir
para América pronto.
—¿Cómo sabes eso?
—No lo sé. Pero sé cómo huir de un problema, Cal. Soy un experto en
ello. ¿Por qué crees que estoy aquí? Estoy buscando el cierre, así no
cometeré los mismos errores otra vez. Me odio por lo que le hice a Tori esa
noche. No quiero hacer daño a otra mujer de la manera que se lo hice a ella.
—¿Cómo vas a manejar la situación una vez que esté casada con Rory y
conmigo? Sé que dudas que vaya a suceder, pero no puedo vivir sin ella.
Voy a hacer lo que sea necesario para que eso ocurra.
—Para ser honesto, no lo sé. —Oliver suspiró—. Esa es otra cosa que
estoy tratando de averiguar.
—Siempre hay un lugar para ti con nosotros —ofreció Callum, con la
esperanza de que Oliver realmente escuchara—. Solo piensa en ello. No
tendrías que preocuparte de quién se haría cargo de Tori si algo te pasara.
Tampoco tendrías que preocuparte acerca de que ella de repente se
convierta en Satanás porque obviamente tengo mejor gusto en mujeres que
tú.
—¿Eso crees? —Oliver se echó a reír—. Voy a señalarte tu aventura con
Thea. Callum no podía discutir eso.
—Sí, pero voy subiendo de categoría. Tori no es para nada como Thea.
—Ella tampoco es Yas. Lo sé. Simplemente no sé cómo me sentiría
acerca de compartirla. Puedo ser posesivo.
Demonios. Estaban hablando de ello. Oliver estaba hablando acerca de la
posibilidad de compartir a Tori. Callum no estaba seguro de lo que su
hermano mayor había estado haciendo mientras estuvo ausente, pero
parecía haberle ido la mar de bien.
—Rory y yo estamos descubriéndolo momento a momento. Queremos lo
mismo de la vida. Eso es un comienzo.
—Bueno, parece que todos los buenos lugares están pillados. —Oliver
desvió su seriedad con una sonrisa.
—Oh, rotaremos, hermano, y esa chica tiene una boca descarada. La
sonrisa de Oliver se ensanchó.
—Eres muy creativo a la hora de penetrar a una mujer.
—Es una vocación. —Callum le guiñó un ojo, pensando que tal vez Ollie
no era el único que tenía que pedir disculpas—. Siento lo de la pelea que
tuvimos. Debería haber hablado contigo antes de decidir reclamar a Tori.
Sabía que tú y Rory os sentíais atraídos por ella. Estaba siendo egoísta. No
había pensado en ello.
—Siento lo de la pelea, también. Perdí los nervios. Callum hizo una
pausa, buscando las palabras correctas.
—Sabes... realmente creo que compartir a Tori es una buena solución
para todos nosotros.
—No estoy seguro de eso. No estoy seguro de nada, excepto que tengo
que hablar con ella.
—¿Todavía la quieres? —preguntó Callum.
—Sí, más de lo que quiero mi próximo aliento, pero no estoy seguro de
ser bueno para ella.
Era un comienzo.
—Esa es la belleza de esta relación, hermano. Reforzamos las debilidades
de los demás. Ella siempre nos tendrá a los tres.
Oliver pareció reflexionar en eso por un largo momento.
—No lo había pensado de esa manera.
La puerta se abrió de repente, y Rory entró corriendo, con los ojos
desorbitados. Se había puesto el esmoquin, pero su corbata estaba deshecha
y parecía como si su pelo hubiera soportado una tormenta de viento.
Rory se detuvo en seco, mirándolos a ambos.
—No estáis peleando. —Sonaba sorprendido—. Me di cuenta de que Cal
se había ido y me imaginé que había venido aquí.
Oliver le lanzó a Rory una mirada profundamente arrogante.
—Callum y yo somos adultos y nos llevamos bastante bien.
Fue bueno sentir como si estuvieran en el mismo lado. Rory podría ser
muy mandón.
—Eso es cierto —asintió Callum. Rory frunció el ceño.
—No sé si me gusta que vosotros dos hagáis un frente unido.
Pero él estaba sonriendo, lo más probable es porque había pasado mucho
tiempo desde que habían estado unidos. No desde antes de lo que había
sucedido en esta habitación.
Esta misma sala. Callum no la había reconocido antes. Todo el lugar
había sido renovado, pero ahora por lo que podía ver era la habitación
donde Oliver casi había sido asesinado.
¿Había regresado para revolcarse en el pasado? ¿O realmente había
vuelto para el cierre?
—Rory, ven aquí. Has hecho un completo desastre de esa corbata. —
Oliver se hizo cargo, mientras su hermano menor se quejaba.
De una forma u otra, Callum conseguiría tener a su familia unida de
nuevo. A partir de esta noche.
* *
* *
* *
* *
Dos horas más tarde, Tori se miró en el espejo y se preguntó por qué era
tan cobarde. Se había despertado rodeada de los tres hombres que amaba.
Su cuerpo se sentía deliciosamente saciado y ella había estado muy
calentita. Nunca había dormido toda la noche con otro cuerpo a su lado.
Cuando ella había sido una niña, sus padres a veces la abrazaban entre ellos
cuando estaba asustada o enferma. Recordó mirarles con alegría, mientras
la besaban antes de apagar las luces. Incluso de niña, había sentido su amor.
Con ellos, ella había estado segura y cálida.
Y ella nunca había imaginado que podría terminar con tanta rapidez.
La terrible pesadilla que había tenido había traído todos los sentimientos
de pérdida, impotencia, rabia y desesperación. Una pesadilla, y recordaba
muy bien cómo su felicidad podría terminar fácilmente.
Esta era la razón de su cobardía. Todavía podía recordar a su padre, de
pie sobre la tumba de su madre, todavía podía sentir la mano de su hermana
en la suya mientras ambas miraban con ojos secos y doloridos. A partir de
ese momento, sólo habían podido contar la una con la otra. Para todos los
propósitos prácticos, su padre había muerto con su madre. Él solo caminó
durante algunos años más.
Todavía debería estar en la cama con los hermanos Thurston-Hughes,
pero ella le había dicho a Rory que sólo sería un minuto. Entonces había
corrido a su habitación como un conejo asustado. Esto parecía como la
secundaria de nuevo. Tenía la intención de parapetarse en el baño y
quedarse hasta que averiguara cómo manejarlos.
Respiró hondo y se obligó a relajarse. Tendría que estar tranquila con
ellos.
—Gracias por lo de anoche. Fue maravilloso. Si alguna vez tenemos
tiempo, me encantaría volver a hacerlo.
Bueno. Ahora ella era la Emily Post del mundo ménage. Tal vez informal
era mejor.
—Hey, chicos. ¿Cómo habéis dormido? Bien. ¡Hasta luego! Eso no
saldría bien.
Ella gimió mientras se hundía en una tumbona. Naturalmente, su cuarto
de baño en el palacio era más grande que su piso de Londres y venía
completo con una sala de estar.
Cuando comenzó a arrojarse sobre los cojines acolchados, Tori respingó
ante el dolor. Siempre había sido una persona que cumplía sus metas, pero
tres hombres en una noche era un nuevo récord.
Imágenes de la noche anterior la asaltaron. Después de que Callum la
había torturado con ese maldito plug, Rory la hizo olvidar lo incómodo que
era. Él la había tomado en sus brazos y en poco tiempo, había estado
ocupado sobre ella. Él la había besado mientras la follaba, llevándola de
nuevo hasta el límite.
Y Oliver. Oh, Oliver había sido muy paciente y cuidadoso cuando había
poseído su cuerpo por completo. Toda la noche había sido un largo
banquete sensual. Uno de ellos siempre había tenido una mano sobre ella.
Uno de ellos siempre había estado besándola o ahondando en sus
profundidades con su gran polla. Y cuando había caído en un sueño
exhausto, lo había hecho con sus brazos alrededor de ella. En ese momento,
el mundo se había sentido perfecto, como si todo finalmente hubiera
calzado en su lugar y no pudiera pedir más.
Hasta que había tenido esa pesadilla... Esa terrible bofetada-recordatorio
de que nada era perfecto.
Sí, ella y sus hombres habían sobrevivido a una noche increíble. Pero no
había manera de que pudieran hacerlo funcionar en el mundo real. Si nunca
abandonaban el palacio de nuevo, tal vez, sólo tal vez, podrían ser felices
durante un tiempo, pero a ellos les gustaría volver a casa.
Y entonces todo el infierno se desataría.
Había sido afortunada de tener esta noche mágica de la que el mundo no
sabía nada. Ella no podía empujar su suerte y pedir toda una vida.
Un golpe en la puerta la sacó de sus deprimentes pensamientos y la llevó
directamente a algunos aterradores.
No estaba preparada para enfrentarlos. De ningún modo.
—¿Mindy?
Con un suspiro de alivio, Tori se levantó de un salto y abrió la puerta.
Piper estaba allí con una bandeja de desayuno en la mano y una sonrisa en
su rostro que le dijo que alguien en el palacio la había puesto al tanto de lo
que había sucedido la noche anterior.
Las mejillas de Tori ardieron.
—No quiero hablar de ello.
Maldita la fábrica de chismes del palacio. Ese guardia que les había
dejado entrar en el ala privada probablemente tenía una boca grande.
Piper entró. Todavía llevaba su informal pero elegante ropa de estar por
casa. Dejó la bandeja con café y bollos cubiertos de azúcar glaseada en la
encimera—. Es una lástima porque quiero la primicia.
Y Tori realmente necesitaba café. Bueno, tal vez decírselo a su hermana
sería una buena práctica. Ella suspiró y se sirvió una taza.
—No hay una verdadera primicia que dar. Fue una noche agradable. Sin
embargo, alguien debería haberme hablado sobre el plug. Yo no estaba
preparada para eso.
Descarada. Eso es lo que sería. Se abriría paso a través de la confianza.
Los ojos de Piper se iluminaron.
—Oh, el plug no se acaba nunca. Malditos Doms. Realmente saben cómo
llegar a una chica. ¿Cuál es el Dom alfa? Rory, ¿verdad?
—Callum. —Todo el mundo había seguido las indicaciones de Callum.
Había sido una revelación ver ese lado de él—. Si tuviera que ponerlos en
orden, Rory sería el siguiente. Sorprendentemente, Oliver es el sentimental.
Piper se sirvió ella misma algo de café.
—Nunca me lo hubiera imaginado. Así que dime, ¿qué pasa con
comportarse como la Pequeña Señorita Hastiada? —Ella frunció el ceño—.
Dime que no vas a pretender que no significó nada.
Su hermana la conocía demasiado bien.
—No puede significar nada, ya que no voy a volver a Inglaterra. He
decidido aceptar un trabajo en Dallas.
—¿Vas a aceptar el trabajo de Black Oak? Eso te aburrirá hasta las
lágrimas. Esos hombres son sólidos pilares de la comunidad empresarial.
No necesitan a nadie que limpie sus escándalos, ya que no tienen ninguno.
Los hermanos James estaban felizmente casados con su esposa, Hannah.
Eran extremadamente cuidadosos y reservados. Estaban viviendo una vida
que debería aparecer en los titulares. ¿Cómo se las habían arreglado? Tal
vez mantener su secreto sería parte de su trabajo.
No debería ser muy difícil porque los hermanos James lo habían logrado.
Eran felices juntos. Apostaría que nunca se habían dado un puñetazo o
metido en una pelea. Eran una unidad cohesiva y los hermanos Thurston-
Hughes eran un hermoso, lío muy caliente. Y ella los amaba tanto que le
dolía el corazón.
—Lo sé. Es una maravilla de trabajo. —Controló sus facciones. Lo
último que necesitaba era que Piper pensara que estaba mintiendo—. Me
puedo concentrar en la empresa y no en los empleados. Va a ser bueno
volver a Texas.
Lejos de los tres hombres que pasaría toda la vida tratando de olvidar.
Piper se sentó con gracia en el sofá.
—¿Saben que estás pensando dejarles después de una noche?
De alguna manera su hermana logró hacer que esa simple pregunta
pareciera muy acusatoria. O tal vez Tori respondió a su propia vergüenza.
Ella no quería un para siempre con ellos. No quería un para siempre con
nadie. Nadie a quien amar con todo su corazón. Perderles después de una
vida de amor sería demasiado horrendo. Ella ya había soportado ese
momento en que se había sentido como si su vida hubiera terminado. Nunca
elegiría pasar por eso otra vez.
Dios, se estaba mintiendo a sí misma ahora. Quería todo lo que Oliver,
Callum, y Rory podrían darle, pero no era lo suficientemente valiente como
para tomarlo.
—Nunca les prometí nada. —Su apetito había desaparecido. Quería ir a
la cama. Su propia cama. Pondría las mantas sobre su cabeza y trataría de
fingir que sabía lo que estaba haciendo. Trataría de olvidar ese sueño donde
Callum había sido asesinado por su ex amante mientras Rory y Oliver casi
estaban sobre el cadáver y se mataban entre sí por ella.
—Ellos se reunieron por ti —dijo Piper con calma. Ella negó con la
cabeza.
—Fue sólo sexo.
Era todo lo que podía permitir que fuera.
Piper se puso de pie y dejó la taza de café sobre la mesa. Parecía que su
charla de hermanas no iba como había planeado.
—No entiendo lo que está pasando y no sé siquiera si quiero, pero voy a
preguntar. ¿Te avergüenzas de mí?
¿Qué? Tori apenas podía comprender la idea.
—¿Cómo puedes decir eso? Piper, te quiero. Lo has sido todo para mí.
Mi hermana, mi madre, mi mejor amiga. ¿Por qué me preguntas eso?
—Porque no puedo entender por qué otra cosa no quieres estar con ellos
cuando es tan obvio que los amas. Creo que tiene que ser que no apruebas
la vida que llevo.
—Las lágrimas brillaban en los ojos de su hermana—. No es como si no
lo hubiera oído antes. Lo he hecho. He visto la prensa amarilla. Me han
llamado puta muchas veces.
La ira estalló.
—Demandé a algunas de esas revistas. Piper asintió.
—Pero aun así no lo quieres para ti. Estoy tratando de entender por qué.
—Porque no estoy segura de querer un marido que ame, mucho menos
tres. Piper frunció el ceño.
—¿No quieres casarte? No hay nada malo en ello, yo siempre pensé que
querías una familia.
—La quiero. Quiero un marido e hijos. Simplemente no quiero perder mi
alma por ningún hombre. No quiero morir si me deja o le pasa algo, y temo
que así serían como terminarían las cosas con esos hermanos. Así que creo
que debería irme.
—¿Me quieres? —le preguntó Piper en voz baja, casi vacilante.
—Por supuesto. —¿Siquiera tenía que preguntarlo?
—Pero de una manera distante, ¿verdad? Te contienes así si algo sucede,
no me echarás demasiado de menos.
Las lágrimas brotaron de los ojos de Tori. ¿Cómo podría hacer que su
hermana entendiera?
—Eso no es cierto.
—Creo que lo es, al menos un poquito —dijo Piper con un triste suspiro
—. Ahora que lo pienso, puedo ver cómo te contienes. Haces lo mismo con
tu trabajo. Entrenas a la gente para saber manejar lo peor, para saber poner
una buena cara y seguir adelante. Pero tú te ocupas de las cosas
superficiales y diplomáticas para que nadie tenga que ver la verdad bajo la
fachada.
—La verdad es raramente tan bonita como queremos que sea. —Y la
verdad era que había cometido un error. Había pensado que podría tener una
noche con ellos. Había pensado que podrías escabullirse de toda la cosa del
amor.
Si ella nunca amaba a nadie, nunca tendría que perderles.
¿Había mantenido a su hermana un poco a prudente distancia? ¿La había
tratado más como un modelo a imitar para idolatrar y menos como familia?
Piper miró, negando suavemente con la cabeza, como si ella no tuviera ni
idea de quién era Tori.
—No tengas hijos, Torrance. No es justo si no les puedes amar con cada
pedacito de tu corazón y alma. Si no les puedes dar tu todo, vas a
arruinarlos.
Era la primera vez que su hermana la había llamado por su nombre
profesional. Tori sentía la distancia que siempre había tratado de mantener
cada vez mayor entre ella y su hermana. Y la aterrorizaba.
—Yo amo a mis sobrinos. —Tenía el estómago en un nudo. Era mucho
menos doloroso no pensar en la profundidad de su relación con Piper. ¿No
podrían ser sólo amigas? ¿Realmente tenían que hablar de cosas profundas?
¿No era suficiente para ella ser amable con las personas a su alrededor?
No tenía por qué estar enredada en sus corazones y sus vidas si solo eran
“amigos”.
Piper entrecerró los ojos mientras estudiaba a Tori.
—¿Lo haces? Creo que piensas que están a salvo porque son jóvenes,
pero los niños también pueden morir, y si piensas por un segundo que no
estarías completamente destruida por la pérdida de uno de tus bebés,
entonces no lo has pensado detenidamente.
Dios, nunca había pensado en ello. Había pensado en ser amistosa con un
marido, se podría apañar sin realmente necesitar a un hombre, pero siempre
había querido hijos. La idea de que algo malo le sucediera a los pequeños
Sabir y Michael la aplastó con agonizante dolor, y ni siquiera eran sus
bebés.
El mundo podría ser un lugar terrible, a veces intolerante. Nadie estaba a
salvo para siempre. Nadie tenía garantizada la alegría y la felicidad. ¿Qué
pasaba si algo indescriptible le pasaba a uno de sus hijos? ¿Cómo podría
seguir viviendo? ¿Cómo iba a soportar el dolor?
—¿Estás bien? —preguntó Piper. Ella negó con la cabeza.
—No. No lo estoy. No puedo soportar la forma en que me estás mirando.
Por favor, Piper. No soy alguna especie de monstruo.
Piper cruzó la habitación y la abrazó con fuerza.
—Te quiero, pero tienes que averiguar lo que quieres y cuanto de ti estás
dispuesta a arriesgar por tenerlo. Tienes que ver lo que le sucedió a nuestros
padres a través de otros ojos. Todavía estás viéndolo como lo haría una
niña.
—No entiendo. —Ella no entendía nada.
La noche anterior había sido muy hermosa, y ahora se sentía como si
estuviera en un torbellino de emociones. Ella quería a los hermanos
Thurston-Hughes. Le dolía con una terrible desesperación, sin embargo, ese
mismo dolor le dijo a Tori que debía irse ahora. Si no lo hacía, podría
quedar destrozada algún día. Ya podía sentir las lágrimas de tristeza y
pérdida rodando por sus mejillas. Si ocurría lo peor y comenzaba a llorar,
¿se detendría alguna vez?
Piper la miraba con la cabeza ladeada, la compasión en sus ojos azules.
—Estás tomando esa pérdida como la suma de sus vidas. No estás
buscando toda la alegría que tenían antes. No creo que papá se suicidara. Él
estaba de luto por ella, pero al final hubiera salido. Siempre la habría
echado de menos, siempre la habría amado, pero él habría encontrado una
vida de nuevo. Comprendo que tengas miedo, pero es hora de superarlo. No
les honras al vivir una vida en la que nada ni nadie te puede tocar. Has sido
bendecida con dos padres que se amaban. Aprende de ellos. Sujeta el amor
y la alegría y la felicidad con las dos manos. Dios, Mindy, tienes que
permitirte sentir, porque no hay vida que valga la pena que también no
implique pérdida. Si no te duele a veces es porque no tienes nada dentro.
Esto en cuanto a evitar la profunda conversación. Tori intentó no
estremecerse.
—No sé si pueda hacerlo.
Su hermana le tomó las manos.
—Tienes que intentarlo o los perderás. Y vas a pasar tu vida sola,
lamentando su pérdida todos los días. ¿Prefieres perderlos ahora, sin saber
realmente cómo se siente su devoción, o qué tipo de esposos y padres
serían, o cómo sostendrían tu mano a través de lo bueno y lo malo? ¿O más
bien perderlos después de años de almacenar preciados recuerdos que
podrías evocar en un día lluvioso una vez que tu cabello sea gris y estés
rodeada de tus nietos?
Las palabras de Piper la golpearon como un puñetazo en el pecho, y Tori
no estaba segura de poder respirar. ¿Podría irse ahora y nunca sentirles de
nuevo?
—Y considera esto —añadió su hermana en voz baja—. Están corriendo
un riesgo contigo, también. Están dispuestos a amarte ahora, sabiendo que
la pérdida puede venir algún día. Están dispuestos a confiar en ti con sus
corazones. Tal vez piensas que es fácil para Callum y Rory. Pero para
Oliver...
Después de lo que Oliver había soportado con Yasmin y su traición, no
podía haberlo culpado por ser el más reticente de todos. Sin embargo, allí
estaba ella, resistiéndose a ellos.
Tori envió a su hermana una mirada llena de incertidumbre, miedo y
vergüenza.
Pero no sabía qué decir.
—Yo te crié con amor. —El arrepentimiento llenó la voz de Piper—.
Pensé que te enseñé mejor.
—¿Piper? ¿Estás aquí? —gritó una voz masculina.
El momento fue roto, y Piper se secó los ojos y se volvió.
—¿Rafe? Estamos aquí.
Tori respiró hondo y trató de contener las lágrimas. No quería llorar
delante de su cuñado. Delante de nadie.
Rafe entró.
—Me alegro de que estés aquí con tu hermana. Tenemos que hablar.
—¿Qué ha pasado? —Oh, la expresión de su cara le dijo a Tori que era
malo. Sus manos comenzaron a temblar. ¿Le había sucedido algo a Callum
o a Oliver o a Rory? Oliver había pasado por muchas cosas. No podía
manejar más. Callum podría ser imprudente. Rory conducía demasiado
rápido a veces.
No podía respirar. Todo su cuerpo se sentía rígido por la ansiedad. Así es
como sería. Ella siempre se preocuparía.
—¿Están todos bien?
—¿Quién? —Rafe la miró desconcertado. Piper levantó una ceja.
—Los hermanos Thurston-Hughes. Rafe se encogió de hombros.
—Por lo que yo sé, están bien. Acerca de lo que quiero hablar contigo es
esto. — Levantó un periódico—. La prensa amarilla británica recogió la
historia de tu caída. Lo siento, Tori. Hicimos todo lo que pudimos para
detenerlo, pero al parecer alguien tomó un vídeo y está en Internet.
Ella miró el periódico. Se había dicho a sí misma que era sólo un
pequeño desliz y no sería un gran problema. En el fondo, se había
convencido de que se iba. Talib tenía mucho poder, pero al parecer no era
tan grande como Internet.
Una mirada le dijo a Tori que las imágenes eran peores de lo que podía
haber imaginado. No era solo una foto sino un collage de su falta de gracia.
Había una foto de su expresión seria mientras caminaba por las escaleras
detrás de su luminosa hermana. La segunda foto la mostraba con el rostro
desencajado de la manera más fea posible. En la tercera, estaba casi de culo.
La última foto mostraba su pecho, el montículo en pantalla completa. No
era un mero escape de pezón. No, esto era casi toda su teta. La sorpresa en
su cara de alguna se parecía un montón como una sonrisa, una que sugería
que había querido “desnudarse” y exponerse a ser el centro de atención.
Vergüenza en Bezakistan: La joven hermana de la reina una caza
fortunas sin gracia.
El título lo decía todo. Tori deseó que el suelo se abriera y se la tragara.
Echó un vistazo al artículo. La crítica dañina era peor de lo que podía
imaginar. No sólo alguien capturó esas fotos, sino que sabían que había
estado a puerta cerrada con los hermanos Thurston-Hughes toda la noche.
Saber que existía un video para que lo viera cualquier persona en YouTube
sólo la desmoralizó más.
Ella había evitado una vez que un video sexual de una estrella se volviera
viral. La mujer había sido humillada, llamada con toda clase de nombres.
Tori no había hecho intencionalmente una cinta de sexo. Y ¿quién querría
contratar a una publicista que causó un escándalo? Nadie. Estas imágenes
podrían poner fin a su carrera. Una vez que eso terminara, no le quedaría
nada.
Sobre todo, no tendría a los hombres que amaba.
El pánico la amenazaba. El mareo se apoderó de ella. Alargó la mano
buscando cualquier cosa para equilibrarse, pero no encontró nada. Nadie.
—Mindy, esto no es un problema —dijo su hermana. Ella sintió una
mano en su hombro—. ¿Por qué estás llorando?
Sus sobrinos iban a ver esto un día. Sus posibles empleadores. Sus
amigos. Sus hombres. Nada desaparecía en Internet.
Quizás Oliver leería las palabras y pensaría que era tan mala como su ex
esposa.
Tori temía que iba a pasar el resto de su vida defendiéndose a sí misma de
rumores y acusaciones. Ella amaba a la gente en su vida, especialmente a
los tres británicos que habían capturado su corazón, pero no podía manejar
esto.
El corazón le latía como si fuera a escaparse de su pecho. Sus pies
estaban adormecidos. Todo lo demás zumbaba como si se hubiera tragado
un frasco de abejas.
—Creo que está teniendo un ataque de ansiedad. —Alguien estaba
hablando. Ella pensó que era su cuñado.
—Mindy, cálmate. Respira profundamente. Rafe, creo que necesitamos
un médico.
¿Por qué su hermana sonaba tan lejos?
No importaba. Su cerebro le daba vueltas. Mientras contemplaba el
periódico, las imágenes y las palabras parecían girar juntos.
Ella oyó a alguien gritar mientras el mundo se volvía de un negro
dichoso.
* *
* *
* *
Querida Esposa,
Han pasado años. Te puedo decir el tiempo exacto al segundo, pero me
voy a detener ahora. Me duele el corazón, pero me di cuenta de que no
puedo llevar luto por siempre. Te amo. Eso nunca terminará, pero tengo
que levantarme por la mañana y seguir adelante. No porque te ame menos,
sino porque me di cuenta de que todas las mejores partes tuyas están aquí
conmigo. Están durmiendo dos habitaciones más allá y yo les estoy
fallando. Cada momento que paso deseando haberme ido contigo es un
momento que pierdo con ellas y Dios, son espectaculares. Piper tiene tu
dulzura e inteligencia. Y Mindy. Oh, nuestra Melinda Torrance tiene tus
agallas. Nada la asusta, pero la pérdida de su madre parece haber arrojado
una sombra sobre su valiente alma. Así que mañana, voy a despertar y
hacerles el desayuno y todos vamos a aprender a vivir de nuevo. Lo
haremos juntos, porque lo último que deben pensar es que deberíamos
llevar luto por el resto de sus vidas. Así que estoy terminando este diario
porque creo que me retiene. Voy a hablar con ellas de ahora en adelante.
Adiós mi amor. Hasta que nos encontremos de nuevo...
Tori recordó que esa mañana él las había despertado temprano para el
desayuno a Piper y a ella. Había estado con más energía. Incluso había
hablado de su madre. Antes de eso, había guardado silencio acerca de ella
durante mucho tiempo. Cuando Tori había mirado atrás a esa mañana, había
asumido que él simplemente había estado preparándose para ver a su madre
de nuevo. Ni una sola vez había imaginado que papá había decidido volver
a vivir.
El destino lo había cambiado todo. Dejó el libro.
Una vez había sido valiente. Sus padres a menudo se habían preocupado
de que se matara mientras investigaba una alcantarilla o trepando a un árbol
que no tenía por qué subir. Su hermana había sido la práctica, siempre
alejándola del terreno peligroso. Tori no había temido a nada. En algún
punto del camino, había aprendido a tener miedo.
Tal vez era hora de aprender cómo ser valiente nuevo.
¿Realmente apartaría a tres hombres que la amaban, a quienes ella amaba
desesperadamente a su vez, así no tener que sentir dolor? ¿Realmente
pensaba que si los dejaba mañana, esa elección de estar sin ellos lastimaría
menos que el destino tomando la decisión por ella? De cualquier manera,
les echaría de menos por el resto de sus días.
Tori dejó escapar un suspiro tembloroso. Hasta ahora, había tomado todo
lo que ellos tenían y les había dado muy poco a cambio. Tenía que cambiar
eso.
Era el momento de tomar su lugar al lado de ellos.
No necesitaba dos semanas. De hecho, no necesitaba otro segundo. Los
amaba y ellos se merecían más que la parte segura de su corazón. Se
merecían que ella creciera de una puta vez y ser la mujer que estaba
destinada a ser, la mujer que ellos necesitaban que fuera.
La mujer que sus padres habían criado para que fuera.
Con un silencioso gracias a su hermana por mostrarle una vez más el
camino, Tori salió al pasillo. ¿Querían a la verdadera Tori? Bueno, todo el
mundo estaba a punto de verla, comenzando con esa perra loca que tenía
que entender que nadie se interponía entre una chica de Texas y sus
hombres.
* *
* *
* *
Tori nunca había imaginado que iba a disfrutar de este tipo de juego. Por
supuesto, ella nunca había pensado en usar la palabra juego en el dormitorio
antes de que conociera a estos hombres, pero ahora parecía ser una de las
palabras más dulces del mundo. Juego. Era algo que los amantes hacían con
confianza y franqueza.
Mientras Callum había introducido el plug en su trasero, había estado
abrumada por la sensación. No era dolor. Había habido presión, luego se
había añadido una sensación de alivio cuando ella se había abierto a él, y
Callum guió el plug dentro y fuera. Había sentido una sensación de
satisfacción por haber sido capaz de hacer esto. Orgullo, incluso. No era
sólo para ellos. Quería ser dueña de su sexualidad, y para ella, eso
significaba confiar en ellos y dejar que la guiaran en este mundo nuevo y
sensual.
El plug en su trasero la estiraba ampliamente, pero no tenía duda de que
Callum la llenaría aún más. Lamió la polla delante de ella, moviendo su
lengua sobre la piel caliente del pene de Oliver. Le encantó la pequeña gota
de líquido que cubrió su lengua. Brotó desde la rendija de su polla, salada,
limpia y totalmente masculina. La mano de él encontró su pelo y metió con
fuerza la punta dentro de su boca. Ella se relajó a su alrededor,
permitiéndole entrar mientras chupaba.
Estaban jugando con ella, sin ninguna intención real de correrse. Era
evidente en la manera gentil que estaban follando su boca. Cuando Oliver
quería una mamada, podía ser profundamente agresivo. Él nunca le haría
daño, pero tomaría el control, empujándose a sí mismo dentro y fuera
mientras mantenía su cabeza en sus manos. Ella no tenía que trabajar
cuando él se hacía cargo, simplemente seguir su guía. Hoy, estaban
jugando, lo que le permitía explorar y disfrutar de su poder. Cada gemido
que provocaba le daba más confianza en su habilidad para complacer a un
hombre. Tres hombres, para ser precisos.
Ella chupó suavemente la polla de Oliver, frotando su lengua por la parte
inferior mientras le tomaba con lentas succiones de su boca.
Antes de que realmente pudiera descender un poco más, Rory estaba
tirando suavemente de su cabeza hacia un lado. No podía olvidarle. No.
Tenía que darles el mismo tiempo, y estaba segura de que en un momento
Callum querría el suyo, también.
—Mírame —exigió Rory.
Ella levantó la cabeza, contemplando su belleza. El pelo rubio arenoso de
Rory estaba revuelto, y ella amaba lo joven y feliz que parecía. Él siempre
iba impecable en sus trajes de tres piezas, siempre la misma imagen de un
magnate de la industria. Aquí, él era su amante, su ansioso Amo. Él le
sonrió.
—Te amo—dijo—. Deberías saber que tengo la intención de decírtelo
todos los días.
Esas palabras la habían asustado tanto una vez. Pero mientras ella había
sostenido a Oliver el día anterior, había sabido que sin importar lo que pudo
haber ocurrido, no habría cambiado su tiempo con él. Si le dolía, entonces
era porque ella había amado. Incluso el dolor sería mejor que el vacío de su
vida antes de ellos, sin ellos. Ella había sido un fantasma caminando por el
mundo sin pensar en el pasado, protegiendo su corazón herido. Ahora
conocía su propósito. Era amar y ser amada por ellos.
Ser su esposa. Su amiga. Su pareja y su dulce sub.
—También te quiero. Os amo a todos. —Ahora que ella había tomado la
decisión, no podía imaginar su vida de cualquier otra manera. Ella habría
estado muy sola sin ellos.
—Date la vuelta lentamente —ordenó Oliver—. Hagas lo que hagas, no
pierdas ese plug. Callum lo empezará todo de nuevo, y yo podría morir.
Estoy muy delicado, como sabes.
Sí, Oliver estaba muy delicado. En realidad había sido un bebé grande
acerca de recibir un disparo y golpearse la cabeza. Había gemido y
requerido excesivo sujetar- su-mano. Había insistido en mantenerla cerca.
Incluso sus hermanos habían accedido a dejar que Tori permaneciera junto a
su cama porque él había parecido tan patéticamente necesitado.
Lo que Rory y Callum no sabían era que cuando se habían ido para cenar,
el delicado Oliver la había inmovilizado en la cama del hospital y la había
follado. Él había afirmado que necesitaba sexo con el fin de sanar. Había
tomado el máximo provecho de su tiempo con ella y una enfermera había
visto demasiado de ellos.
Divertido, ella se habría horrorizado incluso un par de semanas atrás.
Ahora todos sus miedos y obsesiones parecían tan tontos. Todo el mundo se
ponía en ridículo de vez en cuando. El único error fue tomarse a sí misma
demasiado en serio.
Tori no tenía dudas de que todos ellos harían un hábito de conseguir un
tiempo a solas con ella. Sin embargo, siempre disfrutaría de las veces en
que estuvieran todos juntos.
—Pero yo no había terminado con vosotros dos.— Ella había querido
llevar a ambos al orgasmo, tenerlos llenándole la boca y beberlos. Había
tenido la intención de subir la apuesta y salirse con la suya. No era como
que si no pudieran estar a punto de nuevo después de un breve descanso.
Podrían ser insaciables.
—No va a suceder hoy. —Oliver agarró su cintura y la ayudó a girar. El
plug parecía enorme en su trasero. Ella se contrajo en torno a éste, porque
no quería empezar de nuevo más que el resto de ellos quería. Tenía que
pensar en cada movimiento que hacía. Eso era lo que quería Callum, para
que fuera consciente de partes de su cuerpo en las que nunca había pensado
antes.
Cuando se giró, sus nalgas dolieron. Era un agradable recordatorio de la
zurra que le habían dado. Ella probablemente lo sentiría mañana y
recordaría cómo había estado sin aliento. Cómo se había agarrado de sus
tobillos y anticipado ese momento cuando la zurrarían. Se movió con
cautela a fin de no desubicar el plug, pero sentía cada músculo. Él quería
que pensara en cómo cada poro y célula de su cuerpo les pertenecían y que
iban a darle placer. Ellos le mostrarían su intimidad.
Con manos suaves, Oliver la bajó. Podía sentir la suavidad de la colcha
en su espalda. Oliver se la quedó mirando mientras Rory se ubicaba a su
izquierda.
—¿Sabes lo hermosa que eres? —preguntó Oliver. Él pasó sus manos
sobre sus pechos, haciéndola arquear la espalda.
—Sé lo hermosa que me hacéis sentir. —Y ellos eran magníficos. Oliver
parecía un ángel con sus ojos azules sombríos y la mandíbula perfectamente
cincelada.
—Entonces déjanos hacerte sentir como la mujer más bella del mundo —
susurró mientras bajaba sus labios hasta su pecho.
Rory siguió el ejemplo en su lado.
—Porque eso es lo que eres para nosotros.
Ella se quedó sin aliento al sentir el calor de sus bocas, una en cada uno
de sus pezones. Ellos la chuparon en sus bocas, tirando de ella. La
sensación fue directamente a su coño, encendiéndola y enviando chispas a
través de todo su cuerpo.
Necesitaba esto. Les necesitaba a todos. No estaba completa sin ellos.
Como si ella lo hubiera conjurado a través de la pura necesidad, Callum
apareció al final de la cama, su cuerpo atlético completamente expuesto.
Ella lo miró fijamente, observó con audacia su polla mientras ésta apuntaba
erecta en su dirección. Era algo bello. Larga y tremendamente gruesa,
destacaba de su pelvis. Ella quería tocarlo, acariciar su gruesa carne y saber
que era todo suyo.
Él había pasado por muchas cosas. Todos ellos. Ahora su lugar estaba en
medio de ellos, tenía derecho a amarles y consolarles, a encontrar la alegría
en la incomparable felicidad de ellos.
Él se puso serio mientras la miraba.
—¿Sabes lo difícil que fue estar allí ayer y decir esas cosas?
Él estaba tratando de conseguir que ella pensara cuando debería estar
sintiendo. Oliver y Rory trabajaban sus pezones, chupando y lamiendo con
afecto, pero al parecer Callum necesitaba otro tipo de afecto. Necesitaba
tranquilidad.
Era el momento de decirles algunas verdades.
—Debería haber sido fácil porque yo sabía lo que estabas haciendo. Ni
una sola vez se me ocurrió que estabas diciéndole a Thea otra cosa que lo
que ella quería oír. Deberías haber confiado en mí para saber y entonces no
habrías creído esa mierda. Cuando me di cuenta de que ella estaba en la
habitación sabía que me salvarías. Eso es lo que la gente enamorada hace.
Él cayó de rodillas, con la cabeza entre sus piernas.
—¿Lo es? Bueno, creo que hemos hecho todos los salvamentos que
necesitamos hacer por mucho tiempo. Ahora vamos a sentar la cabeza.
Seremos una familia perfectamente aburrida.
Ella dudaba que lograran eso. Teniendo en cuenta que su corazón se
aceleraba cada vez que uno de ellos la miraba o decía su nombre. No había
nada aburrido en los chicos Thurston-Hughes.
—A menos que tengas algunas otras acosadoras locas. Oliver rió contra
su piel.
—No. Creo que las locas en nuestras vidas ahora se han ido. La mía se ha
ido. La de Callum se ha ido.
—Yo no fui tan tonto como para enamorarme de una loca. —Rory le
guiñó un ojo. Él no estaba libre de culpa. Rory no era un niño ruborizado.
—No, sólo trescientas supermodelos.
Él tuvo la decencia de sonrojarse.
—Ninguna de las cuales te llega a la suela del zapato.
Rory era inteligente. Ella suspiró cuando sus labios tocaron los suyos.
—Siempre sabes qué decir.
—Déjanos mostrarte cómo nos sentimos. —La boca de Callum se cernía
sobre su coño y ella podía sentir la anticipación latir a través de su
organismo.
Rory se trasladó de nuevo a su pecho, sus dientes encontraron la punta de
su pezón, y luego mordió ligeramente.
Él le dio el escaso borde del dolor, sólo lo suficiente para hacer que se
agitara y retorciera.
Fue entonces cuando Callum escogió separar sus labios vaginales y pasar
su lengua desde debajo de su clítoris hasta su vagina. Ella miró la longitud
de su cuerpo mientras él lamía su carne sensible. La atormentaba, pasaba la
lengua alrededor de los bordes de su coño. Presionó la nariz en su clítoris.
La presión la hizo jadear.
La llevó al límite y luego la trajo de vuelta. Brotó la placentera
frustración. Entre Callum en su coño y Oliver y Rory en sus pechos, no
podía respirar. Ellos la sujetaban, Oliver y Rory fijando sus brazos en el
colchón y Callum abriendo sus muslos con manos fuertes. Estaba abrumada
por ellos en una postura decadente, abierta y lista para su placer. Tori no
podía moverse. Estaba totalmente indefensa, y eso estaba bien porque
confiaba en estos hombres.
Ella yacía debajo de ellos, mientras hacían todo lo posible para hacerla
gritar. Una y otra vez, sus lenguas y manos la acariciaron. Callum chupaba
su clítoris antes de hundir su lengua profundamente. Rory se movía de su
pecho a la boca, besándola con elegante desenfado. Frotaba su lengua
contra la suya, y la mantenía fuera de equilibrio, mientras Oliver se
concentraba en sus pezones. Mordía, luego calmaba el pequeño dolor con
sus besos, al mismo tiempo que hacía rodar el pezón opuesto con los dedos.
En uno, derramó amor y afecto. Al otro le dio un mordisco rápido de dolor
que envió escalofríos a través de su cuerpo.
Y durante todo el tiempo no podía olvidar el plug en su culo. Ella apretó.
El plug la llenaba. Era como si no hubiera ninguna parte de su cuerpo que
ellos no estuvieran tocando, estimulando, amando. Cada célula y cada
centímetro de su piel era de ellos, sobre todo su corazón. Ella estaba abierta
y desnuda a su amor.
Callum pasó la lengua a través de sus pliegues, pellizcando al mismo
tiempo su clítoris mientras Oliver mordisqueaba su pecho. El orgasmo se
acercó furtivamente, y Tori gritó mientras circulaba por su cuerpo, enviando
fuego por sus venas. Rory atrapó su grito ahogado, besándola y calmándola.
Incluso las manos de Callum eran suaves mientras agarraba sus tobillos.
—Ya es hora —susurró Rory sobre su piel—. No puedo esperar a estar
dentro de ti.
Ella todavía estaba en el fulgor del primer orgasmo, su cuerpo relajado y
la mente confusa. Ellos se movían por todas partes a su alrededor, sus
manos acariciando su cuerpo. Este era el lugar donde quería estar todo el
tiempo, rodeada de ellos, llena de ellos.
Rory giró con Tori, su boca sobre la de ella, incluso mientras realineaban
sus cuerpos, haciéndola rodar para que él estuviera debajo. Podía sentir su
erección buscando ya su lugar. La punta ancha de su pene empujó contra
sus labios, deslizándose fácilmente a través de la resbaladiza excitación.
A la vez que Rory se colocaba en posición debajo de ella, Oliver se
arrodilló delante de ella con su polla en la mano. Parecía que iba a salirse
con la suya con uno de ellos. Se lamió los labios mientras miraba a ese
hermoso pedazo de carne masculina. Su polla sobresalía de su cuerpo
perfectamente musculado, y por debajo de ésta podía ver la tensión de sus
pelotas cuando se movían mientras él se acariciaba.
Se estremeció cuando Callum separó sus nalgas y tocó el plug. Una
abrupta sensación la atravesó, sacudiéndola de su languidez. Había más
placer por venir y no quería perderse un instante de él.
Callum retiró el plug y ella sintió sus músculos apretándose, tratando de
mantenerlo dentro. La polla de Rory se afincó en sus entrañas y, finalmente,
sus caderas se movieron y ella sintió que la llenaba.
—Dios, estás tan apretada. Te sientes tan bien. —Rory aferró con fuerza
sus caderas, tirando de ella hacia abajo para empalarla en su polla.
Él era el que se sentía bien. Era tan grande dentro de ella, recordándole lo
increíble que se sentía estar con ellos. Cuando hacían el amor, se
combinaban para convertirse en algo más de lo que eran como individuos.
Algo profundo y bello.
—Rory, mantenla quieta para mí. —Callum empujó contra su agujero
virgen.
Oliver puso una mano en su cabeza mientras Rory la mantuvo firme.
—Quédate quieta, cariño. No luches contra él. Relájate. El resto será puro
placer— persuadió Oliver.
Ella gimió al sentir la presión. Callum la penetraba con movimientos
cortos, abriéndola con pequeñas estocadas. Podía sentirlo tomando más y
más con cada embestida. Cada avance los acercaba. Y cada vez que Callum
se movía, Rory tenía una contra maniobra. Mientras ella sentía la
quemadura de ser abierta, Rory se movía hacia arriba y azotaba su clítoris,
enviando una emoción salvaje a través de ella.
—Ya falta poco. Lo estás haciendo muy bien. —Oliver susurró palabras
de elogio.
Callum se tomó su tiempo. Podía ver la tensión en el rostro de Rory, pero
les amaba a ambos por ir despacio con ella. Eran cuidadosos, haciendo que
sintiera su amor y protección, incluso mientras la inundaban con su deseo.
Callum gimió detrás de ella, con las manos rodeando su cintura mientras
empujaba dentro.
—Sólo un poco más. Falta poco.
Ella se quedó sin aliento cuando él finalmente la traspasó totalmente. La
sensación era totalmente diferente del plug. El plug era frío y estéril. Este
era Callum, todo fuego y pasión. Su calor la atravesó. Estaban conectados a
un nivel básico. Ella le estaba dando algo que nunca había pensado que
daría, y la pura intimidad de eso la derribó.
Rory se acercó y apartó las lágrimas que ella no sabía que estaba
derramando.
—Debemos parar. Está llorando.
—No —dijo ella lo más rápido que pudo—. No duele. No te atrevas a
parar.
—Ella está feliz porque por fin estamos juntos —dijo Oliver, su voz llena
de emoción—. Está feliz porque finalmente estamos completos.
Ella asintió con la cabeza. Oliver estaba completo de nuevo y ella amaba
al hombre en que se estaba convirtiendo. A pesar de que no habían tenido
los mismos problemas, Rory y Callum necesitaban esto, también. Y ella
había llegado muy lejos. Sólo ahora se estaba dando cuenta de su potencial,
y todo era por obra de ellos. Se permitió sentir con el cuerpo, la mente y el
corazón. Los tres estuvieron finalmente acomodados y ella se sentía más
poderosa, más contenida de lo que nunca había estado antes.
Y un poco inquieta porque podía sentirlos conteniéndose. El tiempo para
eso había pasado.
Ella movió sus caderas, sintiendo la polla de Callum deslizarse aún más
dentro de su cuerpo. Y entonces, tal como esperaba, él le dio un duro azote
en el culo.
—¿Tratando de tomar el control de nuevo? —siseó Callum mientras se
echaba un poco hacia atrás—. Oliver, deberías moverte porque no creo que
ninguno de nosotros vaya a durar mucho tiempo.
Ella envió a Oliver una sonrisa mientras él alineó su polla con sus labios.
—Chúpame fuerte, cariño. Estoy listo para llenarte. —La mano de Oliver
encontró su pelo, sus dedos se enredaron mientras le mostraba que, esta vez,
iba en serio. No había juegos, sólo el duro empuje de su polla contra sus
labios y la exigencia de que le complaciera. Era una exigencia que pretendía
satisfacer, ya que ellos le habían traído más satisfacción de la que podía
imaginar.
Ella rodeó la polla de Oliver con sus labios y se entregó a él. Él le folló la
boca con fuerza, ganando terreno mientras Rory y Callum hacían lo mismo.
Se abrieron paso dentro de ella hasta que Tori no podía recordar donde
terminaban ellos y empezaba ella.
Su cuerpo se relajó como si supiera que sus Amos se harían cargo de ella.
Les dejó controlar el flujo de la pasión. Ella montó la ola entre ellos. Rory
la penetraba con fuerza, mientras Callum se retiraba. Cuando lo hizo, una
ráfaga de sensaciones la sorprendió. Ella tarareó en alto, las vibraciones
provocaron que Oliver apretara su mano y empujara más fuerte. Era como
si un centenar de nuevas terminaciones nerviosas cobraran vida
profundamente en el interior y todas se encendieron con chisporroteantes
sensaciones.
Montaron su cuerpo como los Amos que eran, creando un ritmo del que
ella sólo podía maravillarse. De cualquier manera en que la empujaron o
arrastraron, eso traía otro placer, otra nueva intimidad.
Oliver siseó y perdió su ritmo mientras comenzaba a derramarse entro de
su boca.
—Tómalo todo, amor. Cada gota. Tómalo todo de mí.
Ella lo tragó mientras se corría en su lengua. Quería todo lo que tenía,
quería ser llenada con él, saber que tenía su esencia en su interior con el
correr de los días.
Rory empujó y se restregó contra ella, su polla tan profunda como podía
ir. Una y otra vez, hasta que se hundió duramente, golpeando el lugar
correcto. No había pensado que podría volver a tener un orgasmo tan
pronto. A ella no le habría importado entregarles su cuerpo, había esperado
sólo la intimidad de rendirse a sus hombres, pero ellos la habían llevado
hasta el límite. Jadeó cogiendo aire, el sabor de Oliver todavía en su lengua.
— Dánoslo —insistió Oliver, mirándola fijamente a los ojos—. Quiero
verte.
Déjame ver que te corres para ellos. Córrete, Tori.
Callum se movió en su interior, y ella se fue a toda velocidad por el
borde. Podía sentirles perdiendo el control, sus estocadas volviéndose
feroces. La follaban con fuerza, y ella se perdió en ellos. La pura sensación
se convirtió en el aire que respiraba. No necesitaba nada más que sus
manos, bocas y pollas. Gritó cuando se corrió de nuevo, más fuerte esta vez.
La lanzaron a un océano de dulce fuego y no quería que esto se detuviera
nunca.
Rory gritó su nombre mientras ella sentía el caliente oleaje de su placer.
Y entonces estuvo llena de Callum cuando él se introdujo bruscamente
hasta la empuñadura, aprisionándola y dándole todo lo que tenía.
Ella cayó en un montón de carne, sus hombres abrazándola con fuerza.
No pudo evitar reír. Todo su cuerpo se sentía ligero, pero su corazón
estaba muy lleno. Lleno de amor por ellos, lleno de gratitud, lleno de
esperanza por primera vez en un para siempre.
Callum le sonrió.
—Ahora descansa, amor.
Ella había descansado toda su vida, reprimiéndose y sin permitir que
nada la tocara realmente. Había terminado con eso.
Ella gruñó un poco y le dio un beso, arrastrando su labio inferior dentro
su boca.
—¿No estás listo para la siguiente ronda?
Oliver se echó a reír, y Rory repentinamente tocó sus pezones.
—Hemos creado un monstruo —dijo Rory, y ella lo podía sentir
excitándose una vez más.
—Siempre y cuando ella sea nuestro monstruo. —Oliver se inclinó y la
besó con reverencia.
Ella era de ellos. Ahora y para siempre.
Fin
Notas
2 Fanny en Reino Unido hace referencia a los órganos femeninos, coño para
los españoles. Pero para los americanos la palabra significa trasero, culo.