07 - Su Amante Virgen - Shayla Black

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SHAYLA BLACK

SU AMANTE VIRGEN
Maestros del Ménage 7
Argumento
Una noche salvaje conduce a la angustia…

Tori Glen adora su nuevo trabajo como asesora de imagen para Thurston- Hughes Inc. El
problema es que también está enamorada de los tres hermanos dueños de la compañía, Oliver, Rory,
y Callum. Ellos son guapos, exitosos, aristocráticos, y están fuera de la liga de esta chica de una
pequeña ciudad de Texas. Así que ella sigue siendo una profesional de confianza… hasta la noche en
la que se encuentra con un Oliver desconsolado, desesperado por alguien a quien amar. Tori sabe que
debería resistirse… pero ceder es demasiado tentador.

Y un plan desesperado...

Callum y Rory han negado su deseo por Tori, con la esperanza de que ella sanara a su hermano
mayor, que estaba absolutamente destrozado por la traición de su difunta esposa. Pero cuando Oliver
rechaza cruelmente a Tori a plena luz del día, ella presenta su dimisión. Rory y Callum se dan cuenta
que para salvar a su hermano, deben aceptar el tipo de familia no convencional que siempre han
deseado… con Tori en el centro. Y todo comienza por seducirla...

Eso podría conducir a un felices para siempre… o a un asesinato.

Aislada con los hermanos en una elegante casa de campo inglesa, ellos comienzan a despertar a
Tori al placer más sensual. Aunque consumido por la pena, Oliver no puede rechazar la oportunidad
de abrazar a la única mujer por la que vale la pena el riesgo de volver a amar. Lo que comienza como
una rivalidad vira hacia un futuro que sólo se han atrevido a soñar. Pero un extraño está observando y
esperando una oportunidad de venganza. ¿Podrán los hermanos unirse para abrazar a la mujer que
aman y vencer a un asesino?
Capítulo 1

Londres

Melinda Torrance Glen miró al otro lado de la mesa elegantemente


decorada, observando a su hermana verter un humeante brebaje en
delicadas tazas.
—Te ves casi graciosa sirviendo el té. Un montón de práctica en estos
días, supongo. ¿Recuerdas cuando rompiste el set de juguete que mamá nos
compró, y ella tuvo que encolarlo?
Piper al Mussad, ahora conocida como la Reina de Bezakistan, todavía
disparaba la misma sonrisa brillante que tenía en la zona rural de Texas. A
pesar de que llevaba puesta ropa de diseño y estaba sentada en el ático de
uno de los edificios más exclusivos de Londres, Tori aún veía a Piper, ante
todo, como su hermana mayor.
—Recuerdo que lloré hasta que lo reparó. El señor Oso no podía estar sin
su té de la tarde. —Ella volvió la mirada hacia el guardaespaldas esperando
en el fondo—. Muchas gracias, Tanner. Me gustaría estar a solas con mi
hermana ahora.
El macizo guardaespaldas frunció el ceño.
—Dane me dio estrictas instrucciones de no perderla de vista.
—Necesito hablar con mi hermana sobre cosas de chicas. Él entenderá si
esperas del lado de afuera de la puerta. Estamos a dieciséis pisos de altura,
y las ventanas de este edificio son a prueba de balas. Dane se aseguró de
eso cuando compramos el piso. La única manera de entrar es a través de un
ascensor privado, y todavía, cualquier intruso tendría que pasar varios
puestos de vigilancia. Mis esposos no me habrían dejado a mí o a nuestros
hijos aquí a menos que se sintieran seguros de que estaríamos a salvo.
El guardia no se movió.
—De acuerdo entonces. Espero que pueda ser discreto, Tanner. —Piper
suspiró y se volvió hacia ella—. Sabes, Mindy, desde la última vez que di a
luz, estoy luchando con mis paredes vaginales contrayéndose
dolorosamente durante el sexo. Ha sido difícil, y me pregunto si tienes
algún consejo.
La puerta se cerró de golpe cuando el guardia desapareció.
Tori presionó una mano en su boca para sofocar la risa. A pesar del real
refinamiento de su hermana ahora, ella brillaba de felicidad. Tenía tres
maridos magníficos y dos hijos preciosos. Había sido bendecida.
Piper se había casado con el jeque de Bezakistan, Talib al Mussad, y sus
dos hermanos, Rafiq y Kadir. En Bezakistan, la práctica de hermanos
compartiendo una esposa era antigua y frecuente… muy diferente a
Occidente, donde la primogenitura era la norma, lo que significaba que el
primogénito heredaba toda la riqueza y la tierra. Pero los ciudadanos
bezakistani preferían distinguir a todos sus hijos, manteniendo la riqueza
dentro de toda la familia a través de la práctica de la poliandria. El mundo
parecía completamente fascinado por la reina y sus tres jeques.
Tori constantemente se recordaba que ella no vivía allí y que tener tres
maridos sería muy mal visto en Londres, más aún en el gran estado de
Texas, donde tenía toda la intención de regresar en pocos meses.
—Eres tan mala—le dijo en broma Tori a su hermana—. Probablemente
dejaste una cicatriz de por vida en ese pobre hombre.
Piper soltó una risita.
—Uno de estos días Dane se dará cuenta de que un guardaespaldas mujer
sería mucho más difícil de manipular para mí que estos tíos ex militares.
Entonces estaré en problemas. Por ahora... —Ella se encogió de hombros—.
Es sorprendente lo rápido que huyen una vez que comienzo a hablar de la
vagina real.
—Tú mejor esperas que Dane nunca lo averigüe—coincidió Tori—. Si lo
hace, se lo contará a Tal, Rafe, y Kade. Entonces tendrás un severo castigo.
Claramente consciente de ese hecho, Piper presionó un dedo en sus
labios.
—Shh.
Tori se limitó a negar con la cabeza.
—Así que, ¿cómo está Dane? Oí que Alea tuvo otro bebé.
Alea al Mussad era prima política de Piper y se había casado con los tres
jefes de la guardia real de Bezakistan, Dane Mitchell, Cooper Evans, y
Landon Nix.
—Sí, una niña. Es hermosa —se quejó Piper—. Quiero una niña, pero
parece que mis esposos sólo producen esperma masculino. Podría intentar
una vez más, pero luego mi vientre estará cerrado al público. Dos niños son
suficientes. Tres serían más de lo que cualquier mujer debería tener que
manejar y mantener la cordura. Con suerte, seremos bendecidos con una
princesa la siguiente vez, pero si no, seguramente mi hermana pequeña me
puede dar una sobrina para malcriar, ¿verdad?
—¿Yo?— Tori se echó hacia atrás—. Ni siquiera estoy saliendo con
alguien, mucho menos casada o buscando quedar embarazada.
—Umm. —Piper le envió una mirada especulativa—. Veo la forma en
que Oliver te mira. Si no lo hizo ya, él se comportará como un hombre y te
invitará a salir.
La sola mención de Oliver Thurston-Hughes hizo altear el corazón de
Tori. El mayor de los hermanos británicos para los que trabajaba era un dios
de oro de hombre dentro de un perfecto traje de tres piezas. Cuando ella lo
conoció, seis meses antes, había quedado deslumbrada por su buena
apariencia, pero su aguda inteligencia y despiadada visión para los negocios
realmente la habían engañado. Él se esmeraba por mantener una gran
distancia y hacer que los demás creyeran que era despiadado, pero con el
tiempo, Tori había llegado a conocerlo, al empresario, al hermano y al
amigo. Ella había visto bajo su dura fachada. Y se había enamorado. El
único problema era que podía decir lo mismo de sus dos hermanos, Callum
y Rory. Atlético y un espléndido ejemplar, Callum podría ser divertido y
sorprendentemente dulce. Según los rumores, era magnífico en la cama. El
brillante Rory tenía la mayor capacidad de atención que cualquier hombre
que hubiera conocido jamás, y la idea de ser el centro de su atención la
hacía temblar.
Pero Tori no vivía en Bezakistan y no podía tenerlos a los tres. Ella se lo
recordaba todos los días.
—Él no va a invitarme a salir—respondió a su hermana con lo que
esperaba sonara como un tono realista—. Trabajamos juntos. Así que si lo
hiciera, por supuesto le rechazaría. Y tú eres la única en todo el mundo que
todavía me llama Mindy. ¿Puedes parar?
Ella había comenzó a usar su segundo nombre cuando se había dado
cuenta que ir a la escuela de medicina no era para ella, después de fracasar
en química orgánica. En lugar de eso, había entrado en relaciones públicas.
Torrance Glen sonaba mucho más mundano y profesional, exactamente lo
que necesitaba para convertirse en una competente asesora de imagen.
Piper frunció la nariz.
—Tú eres mi hermana pequeña. Siempre serás Mindy para mí. Ahora
dejar de tratar de cambiar de tema. Ya sabes que me preocupo por Oliver.
Creo que tú también.
—Sí, pero como los británicos dirían, es de mala educación follar a tu
jefe. Ya soy considerada joven en un juego por lo general ganado por los
veteranos expertos. No necesito ningún cuchicheo circulando sobre que
conseguí este lucrativo trabajo en la cama. Acepté este reto precisamente
para forjarme una cierta credibilidad profesional.
Su decisión no había tenido nada que ver con estar cerca de los hombres
Thurston- Hughes. Bueno, no mucho.
—Oliver necesita una mujer para amar mucho más de lo que necesita una
consultora de relaciones públicas. —Piper hizo una pausa, como si tratara
de sopesar sus próximas palabras—. Yo estaba allí ese terrible día en que
Yasmin casi lo mató y destruyó su vida. Incluso cuando lo visité en el
hospital después, me di cuenta de que era un hombre distinto. Si puedes
mirar más allá de su rudeza…
—Lo hago—aseguró Tori en voz baja. Ella había visto el corazón de
Olivier debajo, sin importar que tan desesperadamente él quisiera ocultarlo.
—Pero él no ha superado a Yasmin todavía.
Su difunta esposa, Yasmin, no sólo le había mentido y engañado, sino que
había llevado la traición un paso más allá y había abortado dos de sus hijos
durante el matrimonio. Al final, había intentado matarlo. Como los ex
amantes se volvían, ella era una especie de persona cuya única y exclusiva
finalidad en la vida era la maldad.
—Entonces podrías ayudarlo. Tori negó con la cabeza.
—Sé que nunca superará lo de ella, y no puedo quedar atrapada en su
daño. Estoy segura de que eso suena frío. Me gusta mucho Oliver,
probablemente más de lo que debería. Pero una relación personal arruinaría
nuestra relación profesional. Él es amable conmigo ahora, porque nos
limitamos a trabajar juntos, pero el hombre ha construido un muro invisible
a su alrededor, y creo que si alguna vez intentara abrir una brecha el cabrón
se defendería. No sería agradable.
Piper se inclinó con un suspiro.
—Bajo todo ese dolor, hay un buen hombre con un gran corazón. Sí, pero
Tori no se atrevía a desear más con Oliver.
—¿Sabes por qué Claire Thurston-Hughes me contrató?
La hermana de ellos se había percatado de lo mucho que la compañía
necesitaba un asesor de imagen. Claire le había asegurado a Tori que ella
sería una buena opción para la empresa Thurston-Hughes dado que ella ya
había hecho algunos trabajos para los miembros de la familia real
bezakistani, lo que la había llevado a hacer algunos trabajos de notoriedad
en Europa.
—Sé que las acciones han recibido un duro golpe en los últimos dos años
— respondió Piper—. Escuché a Tal hablando con Kade al respecto.
—La mayoría de los problemas financieros tuvieron mucho que ver con
la desaceleración de la economía mundial y nada que ver con la gestión
empresarial. Lo extraño es que, los informes trimestrales en la actualidad
muestran un repunte, pero nadie quiere oír eso. Ellos quieren oír hablar de
Oliver Thurston-Hughes metiéndose en peleas de taberna. Parecen disfrutar
de tenerle en la mira actuando más como un hooligan que como un CEO.
Entonces allí está Rory. Es uno de los hombres más inteligentes que jamás
he conocido en mi vida, por no hablar de rico e increíblemente interesante.
Al parecer, esa combinación es kryptonita para las mujeres. Él pasa a través
de un paquete de seis unidades de supermodelos cada mes, como si
estuviera consumiendo cerveza, no mujeres. Y es muy generoso con todas
ellas.
—No he visto a Rory mencionado en la prensa durante meses. —Piper
agarró un scon—. Por lo que debes estar haciendo un trabajo admirable, si
no heroico para mantener silenciado los chismes acerca de su persona.
Si Piper pensaba eso, claramente no había visto los periódicos de la
última semana. Rory, al parecer, de repente, había abrazado sus viejos
hábitos porque se veía como si tuviera una nueva compañera de cama. Tori
se sentía herida con una punzada física cada vez que veía fotos de él con
una “cita”. Toda mujer a la que brindaba su tiempo y atención parecía más
interesada en la fama y la fortuna que en el hombre en sí.
—Él ha sido más prudente desde que le señalé cómo está gastando
grandes cantidades de su fondo fiduciario en prostitutas de clase alta.
Los ojos de Piper se abrieron de par en par.
—No le dijiste eso.
Tori se encogió de hombros. Ella hablaba a boca de jarro con sus clientes
y reservaba su tacto para la prensa. La dulzura recubriendo una situación
raras veces beneficiaba al que firmaba sus cheques. Ella estaba allí para
hacerlos verse mejor, no sentirse mejor.
—En realidad, creo que le dije que había gastado el PI1 de un pequeño
país en el último Slutasaurus Rex que él llamaba novia y que si no la
abandonaba, quedaría en bancarrota y como un tonto.
A Piper se le cayó la mandíbula.
—¿En serio?
—Me atengo a mi juicio. Medía más de tres metros y pesaba cuarenta
kilos empapada. Y esos dientes podrían matar a un hombre en serio. No
tengo idea de lo que vio en ella, excepto pechos hechos por el mejor
cirujano plástico que Inglaterra tiene para ofrecer.
—Suenas celosa—señaló Piper.
Tori bebió su té, esperando que la taza ocultara su mueca de disgusto.
Dios, tenía que mantener la boca cerrada. Piper era astuta y feliz, así que si
su hermana supiera cuan profundos eran sus sentimientos por sus jefes, no
dudaría en hacer de casamentera. Y si Piper se enterara hasta donde había
llegado para mantenerse “a salvo” de los hermanos Thurston-Hughes,
boquearía horrorizada. Su hermana no era buena mintiendo, ni siquiera por
un bien mayor.
—Simplemente estoy señalando que aun cuando Rory es un hombre
increíble, él tiene problemas, al igual que sus hermanos, con los que no
quiere tratar—protestó Tori.
—¿Incluso el jugador de fútbol? Disculpe, el dios del fútbol.
Ella a veces olvidaba que lo que había llamado soccer toda su vida era el
fútbol aquí. Y Callum Thurston-Hughes había sido una de las mejores
estrellas del Manchester United hasta que una lesión había terminado con su
carrera el año pasado. Pero Tori le daba crédito. En lugar de estar amargado,
Callum tratada cada nuevo día como un regalo para ser aprovechado al
máximo. A veces eso lo volvía imprudente y peligroso.
—Debes haber oído que estoy tratando con un caso de paternidad suya.
Salió en toda la prensa.
—Por supuesto. Ese titular era difícil de ignorar—concedió Piper
—. Oye, al menos te están manteniendo ocupada.
Tori se mofó.
—Me encanta el sonido del teléfono a las tres de la mañana con alguna
nueva sorpresa Thurston-Hughes que arruina mi noche de sueño.
—Bueno, si no consideras a tus muy calientes jefes como potenciales
esposos, Dane ha contratado a un par de nuevos guardaespaldas que son
inteligentes y divertidos. Creo que los encontrarás atractivos. Mis esposos
también tienen algunos primos a los que les encantaría conocerte. Tengo
que advertirte, sin embargo. Hay cinco de ellos y son muy tradicionalistas.
Tori sintió que se le caía la mandíbula. ¿Su hermana había enloquecido?
—¿Cinco? Yo no sé como tú puedes con tres.
—Oh, eso es fácil—comenzó Piper—. Uno en…
—Alto. —A veces su hermana era por demás comunicativa, y Tori no
necesitaba oír más del tema—. No quiero saber. Me gustaría conservar mis
oídos tan virginales como el resto de mí.
Piper se congeló.
—Está bromeando. ¿Todavía?
—Tú fuiste virgen hasta que te casaste. No comprendo la sorpresa.
—Después de la muerte de papá, tuve que crecer, así que no tenía citas.
¿Qué te estás callando?
¿Cómo explicaba sus decisiones a una hermana que había sido seducida
románticamente y se había convertido en una reina literalmente hablando?
—Vi como se rompía el corazón de un par de amigas a causa de
individuos que solo las utilizaban para el sexo. No quiero terminar como
ellas.
Tori se negaba a regalar ese pedazo de sí misma a alguien que no la
valorara. Su amiga Brooke había tenido una aventura de una sola noche.
Nueve meses más tarde, se convirtió en una batalla por la manutención del
niño de dos padres que no podían soportarse mutuamente. Pero no era solo
el embarazo o ser madre soltera lo que preocupaba a Tori.
—En algún momento tienes que arriesgarte. —Piper se sentó derecha, sus
dulces ojos llenos de empatía mientras estudiaba a su hermana—. No
puedes esconderte toda la vida. Mamá y papá tuvieron un buen matrimonio.
Por supuesto Piper tenía que traer a colación el único tema garantizado
para enviarla en picado. Por desgracia, ni siquiera eso le impedía pensar en
los hermanos Thurston-Hughes… en los tres.
—Sí, hasta que mamá murió y papá se convirtió en una sombra de sí
mismo. — Tori tomó un largo aliento. Su pecho se cerró herméticamente
como siempre lo hacía cuando pensaba en sus padres. Durante la mayor
parte de su vida habían sido completamente felices. Entonces la larga lucha
de su madre contra el cáncer había terminado. Después, su padre se había
marchitado hasta que un accidente automovilístico le robó lo que le había
quedado de vida—. ¿Te lo has preguntado alguna vez?
Piper se sorbió la nariz, los ojos vidriosos con un brillo de lágrimas. Ella
no fingió entender mal.
—¿Si él dejó que sucediera porque quería poner fin a su sufrimiento?
Todo el tiempo. Conocía esos caminos como la palma de su mano.
¿Su padre se había salido del camino así no tenía que seguir viviendo sin
su amada?
—La idea de un amor así me asusta, Piper.
—Cariño, la vida básicamente no tiene sentido si no amas así—sostuvo
Piper—. Papá no se hubiera retractado de los años que tuvo con mamá,
aunque hubiera sabido cómo iban a terminar. Él no habría elegido pasar su
vida con otra persona. Nos sabemos lo que sucedió la noche en que murió,
Mindy, pero fue un buen padre.
¿No le deberíamos otorgar el beneficio de la duda?
Tori asintió porque ella no quería hablar más de esto. Era más fácil
desviar este tema con la familia de Thurston-Hughes. Ellos no la conocían
de la manera en que Piper lo hacía. Tori los controlaba fácilmente con un
anillo de compromiso falso y un par de llamadas ficticias a su “prometido”.
Ella usaba ese falso compromiso como un instrumento contundente.
Funcionaba mejor con Oliver. Callum y Rory aún coqueteaban, pero en el
momento en que Oliver había oído la “noticia”, él se había vuelto
escalofriantemente educado. De vez en cuando, ella todavía lo pillaba
observándola como un león hambriento. Cada vez que eso sucedía, ella
mostraba su enorme zirconio cúbico, y zas, ellos volvían a ser simples
socios de trabajo.
—Háblame de la fiesta de cumpleaños de Sabir—dijo Tori, cambiando
completamente de tema. El mayor de sus dos adorables sobrinos estaba
cumpliendo años pronto, y Tori tenía la intención de olvidar sus problemas
románticos por algún rato y jugar a la tiíta. Era su papel favorito.
Por un momento, pareció que Piper presionaría con el tema, pero
finalmente ella volvió a revolver su té y le dio un sorbo.
—Estoy tan contenta de que vinieras. Espero que puedas quedarte por un
tiempo.
Los niños te extrañan. Creo que haremos un juego de piratas.
Mientras que su hermana charlaba, Tori pensaba en los hombres que ella
nunca, jamás debería tocar.

* *

Oliver Thurston-Hughes apretó los puños y trató de refrenar sus ganas de


golpear a alguien. Por otra parte, raras veces transcurría un día sin que él no
las sintiera.
—¿Qué quieres decir?
—Necesito un lugar donde vivir durante un tiempo. —Su hermano menor
Callum se inclinó hacia adelante, luciendo una mirada seria en su rostro
bronceado por el sol.
—Sólo hasta que ella dé a luz y yo consiga los resultados del test de
ADN. Al parecer, no puedo obligarla a hacerse uno hasta que el niño haga
su aparición real, así que tenemos algunos meses de espera.
Oliver se erizó.
—Estamos hablando de un niño, potencialmente tuyo.
Sin embargo, su hermano trataba al bebé como si él o ella no significaran
nada.
El comentario de Callum carcomía el cerebro de Oliver. La rabia que
constantemente bullía dentro de él aumentó. Respiró a través del violento
deseo, pero no podría negar el hecho de que disfrutaría golpeando a su
hermano en este instante. Por lo general, prefería a extraños, pero el ex
futbolista sería un grato cambio de ritmo y además, proporcionaría un buen
reto.
Inspirando para tranquilizarse, Oliver se levantó y miró por la ventana,
salpicada por la lluvia, de la oficina que una vez había sido de su padre
hacia el parque de St. James. ¿Qué haría Albert Thurston-Hughes si él
pudiera ver a sus tres hijos ahora? Probablemente dispararle a los tres juntos
y comenzar de nuevo.
En el exterior, todo parecía tranquilo, y él trató de encontrar su propia
calma. Caía una ligera llovizna. Abajo, los peatones caminaban de prisa.
Las mujeres sujetaban paraguas sobre sus cochecitos de bebé mientras
corrían para refugiarse donde sus bebés estuvieran secos y calentitos.
Oliver se agarró al alféizar. Sus hijos serían demasiado grandes para
cochecitos ahora… o lo habrían sido si esa perra les hubiera permitido
nacer.
—No tengo nada contra el bebé—aseguró Callum—. Pero no puede ser
posible que engendrara el hijo de esa demente.
Se volvió hacia su hermano menor con una ceja enarcada.
—¿Así que me estás diciendo que no te acostaste con ella?
Callum se detuvo, dando a Oliver exactamente la respuesta que esperaba.
Con un movimiento de cabeza, volvió los ojos a la ventana, negándose a
mirar a su hermano. La furia crecía y él necesitaba encontrar una salida
para liberarla. Había sido un perpetuo volcán destinado a estallar desde que
se había enterado que Yasmin lo había traicionado y que toda su vida había
sido una mentira.
—Tienes un piso que vale millones. ¿Por qué no puedes quedarte ahí?
—Porque ella sabe dónde vivo y sigue apareciendo—admitió Callum—.
Es adivina, te lo aseguro.
—Tal vez deberías haberte dado cuenta de eso antes de follarla—propuso
una familiar voz femenina.
Oliver se volvió ligeramente para encontrar a Rory y a su hermana,
Claire, entrando en la habitación. Toda la familia estaba ahora aquí. ¡Hurra
por él! Más joven que Callum y mayor que Rory, Claire tendía a ser la voz
de la sabiduría. La mayor parte del tiempo eso era algo bueno, pero en los
días en que la violencia reprimida mordisqueaba sus entrañas, Oliver no
quería escuchar a la razón.
—Por otra parte, a él siempre le han gustado las locas—continuó Claire.
Oliver volvió a mirar por la ventana. Debajo, un paraguas amarillo le
llamó la atención. Él se estaba engañando si pensara por un instante que
miraba por la ventana, porque no podía soportar mirar a Callum. Estaba
mirando porque la estaba esperando.
Parecía que todo el mundo en Londres llevaba un paraguas negro. Tori
parecía un brillante canario en medio de todos cuervos. Ella desapareció al
entrar en el edificio. Sólo entonces Oliver se volvió hacia los demás y
caminó hasta el centro de la habitación para unirse a ellos.
Ella estaba a salvo ahora. Podría concentrarse en la reunión que tenía
entre manos.
Oliver no tenía ni idea de lo que iba a hacer cuando ella regresara a los
Estados Unidos y a su prometido. Observar a Tori Glen se había convertido
en su pasatiempo favorito. Después de su última pelea, él se había
marchado con un ojo morado y el labio partido. Él le había dicho a Tori que
se había cabreado en un pub y comenzado una pelea. Todavía se preguntaba
si debería admitir que había molido a palos a un tipo que la había estado
acechando. Cuando ella había ido por el callejón equivocado, el hijo de puta
había sacado un cuchillo grande y la había seguido.
Tori nunca se había dado cuenta de que él había mandado a su presunto
atacante al hospital. En lugar de eso, ella había seguido alegremente su
camino. Al día siguiente, ella le había contado su contratiempo, riéndose de
que todavía a veces se perdía en Londres.
Ella iba a ser su muerte, y él no tenía la seguridad de que le importara.
Sólo dos cosas le impedían tomar su brillante luz para sí mismo: una era
James Fenway de Texas, su amoroso e infinitamente paciente prometido. La
segunda era el hecho de que él era un agujero negro que tendía a consumir y
destruir toda la luz a su paso.
—No sabía que estaba loqui loqui antes de acostarme con ella. Además,
podría haber estado un poquito bebido. Sin embargo, os puedo asegurar que
el bebé no es mío—dijo Callum.
—¿Loqui loqui? ¿Qué es ese disparate que estás escupiendo? —Oliver
fulminó con la mirada a su hermano menor.
Callum hizo un gesto con la mano.
—Es una expresión que utiliza Tori. Me encanta la forma en que habla.
De hecho, me encanta la forma en que lo hace todo. Tenemos que hablar
sobre ella.
—Primero explica cómo este niño no puede ser tu hijo—exigió
Claire.
—Me gustaría escucharlo también. —Rory tomó asiento al lado de
Callum—. Sabes que los condones se rompen. ¿Ella te dijo que estaba
tomando la píldora? Sé que crees que nadie jamás mentiría a su jugador de
futbol favorito, pero realmente...
¿Alguna vez ves la tele?
Callum gimió.
—Sí, mami y papi, usé un condón, y sé cómo se siente cuando uno se
rompe. Éste se mantuvo entero. Pero sé que el bebé no es mío porque no he
tenido relaciones sexuales con la mujer en casi un año. De hecho, no he
tenido relaciones sexuales con nadie desde la lesión.
Oliver sintió que se le caía la mandíbula.
—¿Te has mantenido célibe durante todo este tiempo? Imposible. A
menos que algo esté mal. ¿Algo que no sabemos? ¿La medicación ha
afectado negativamente tu… deseo sexual?
Callum se rió entre dientes, su expresión abierta, incluso feliz. Oliver no
comprendía cómo su hermano había sobrevivido a semejante profesión
dañina y mortífera con su capacidad de sonreír intacta, pero lo valoraba.
—No. El pequeño Cal se encuentra en perfecto estado de
funcionamiento, gracias. Admitiré que al principio estaba algo deprimido,
pero lo ha superado. No he follado a nadie porque sólo estoy interesado en
una mujer, y hasta hace muy poco, ella estaba fuera de los límites. Pero
¿reparasteis en que yo no pude haber engendrado la criatura que está en el
vientre de Thea? Ella afirma que está embarazada de dos meses. Admitiré
haberla visto en una fiesta en lo de Reggie un par de meses atrás. Ella
empezó con la cosa espeluznante del acoso entonces. Pero mi pene se quedó
detrás de mi cremallera toda la noche.
Oliver suspiró con alivio y se sentó detrás del escritorio. Esa era una
preocupación fuera de su camino. Su hermano menor podría hacer un
desastre de su vida en forma regular, pero era honesto al respecto. La prensa
amarilla se calmaría una vez que estuvieran los resultados de la prueba de
ADN. Inmediatamente después, podrían asegurarse de que la mujer se
mantuviera lejos de Callum.
—Está bien, entonces. Puedes permanecer en Heights. Creo que hay un
apartamento de un dormitorio libre.
No podría pasarle desapercibido la manera en que el rostro de Callum se
iluminó como si decirle que podía mudarse de su lujoso alojamiento en
Chelsea a un edificio anodino que alojaba a los trabajadores temporales
fuera un regalo del cielo.
—Excelente. Llevaré mis maletas allí esta noche. No tienes idea de lo
agradecido que estoy, Oliver. Te prometo que una vez que todo esto acabe
verás que soy un hombre diferente.
—Me alegra oír que estás en excelentes condiciones de funcionamiento...
—Rory se quedó mirando a Callum con los ojos entrecerrados—. Pero, ¿en
quién estás interesado? Es mejor que no sea la mujer de la que te dije que
permanecieras muy, muy lejos.
Luciendo una expresión calmada, Claire se puso de pie, interponiéndose
entre ellos.
—Basta, los dos. Siéntense y resuelvan esto como hermanos.
—¿La has tocado? —Rory ignoró a su hermana, poniéndose de pie, con
los puños a los costados.
—Todavía no—admitió Callum—. Pero tengo la intención de hacerlo
muy pronto. Rory parecía dispuesto a matar.
—No te atrevas.
Oliver levantó una mano.
—Estoy un poco confundido. ¿Sobre quién estáis discutiendo vosotros
dos? —Él miró ceñudamente a Rory—. Pensé que estabas viendo a una
actriz.
—Lo estaba—admitió su hermano menor—. Rompí. Nunca fue serio.
—Voy a tocarla si quiero. —Callum lo ignoró para advertir a Rory, luego
se volvió hacia Oliver—. Él está viendo al menos tres mujeres diferentes. O
más bien, ha visto al menos tres en lo que va de la semana.
Claire frunció el ceño.
—Siempre pensé que Callum era la enfermedad venérea andante.
—En absoluto—afirmó Callum a su hermana—. Estoy perfectamente
limpio. Todos los informes médicos dicen estoy libre de ETS. Tal vez
debería hacer confeccionar una placa anunciando ese hecho para mi solapa.
—Estar sano, por el momento, difícilmente te hace material de primera
para una relación—disparó Oliver en respuesta.
—Como mínimo, eso debería estar en la lista de cada chica. Sé que está
en la mía.
—Claire volvió a sentarse, con la obvia esperanza de que hubiera visto el
último teatro de sus hermanos por el momento.
Oliver chasqueó la lengua.
—Rory, le pagamos a Tori por una razón. ¿Has oído una palabra de lo
que nuestra publicista ha dicho? Se supone que debemos ser discretos.
—Te aseguro que lo soy. Tú no encontrarás ningún video mío en
YouTube borracho dejando caer mis pantalones en un bar en Brasil para
follar a una chica sobre un taburete.
—Eso fue hace casi dos años—objetó Callum—. He madurado desde
entonces. Rory le lanzó una escéptica mirada.
Oliver quería golpear a los dos ahora.
—Esto no se trata de Callum, y tú sabes perfectamente que salir de cita
con tres mujeres en una semana no es discreto. —Rory necesitaba
comprender el concepto—. Nuestras acciones siguen siendo inestables. Si
no somos precavidos, pronto los accionistas pedirán mi cabeza. ¿Quieres
ver la empresa que nuestra familia pasó décadas construyendo hacerse
pedazos a nuestro alrededor?
Rory y Callum dieron marcha atrás.
—Tú sabes que no. —Rory se hundió en su asiento—. No estoy saliendo
con mujeres de manera indiscriminada, simplemente escoltando a algunas
pocas chicas como un favor. Una de ellas es la hermana de un antiguo
compañero de escuela que está trabajando en una película aquí. Él me
preguntó si la llevaría a un par de cenas. Para ella, la publicidad es útil.
—Y para ti, es tóxica. De hecho, para todos nosotros. —Oliver presionó
su pulgar en la frente, masajeándose entre los ojos, aunque supiera que no
ahuyentaría el inevitable dolor de cabeza—. Entiendo que yo soy más que
un poco culpable. Empecé este ciclo.
Los tres hermanos se lanzaron al ataque entonces. Mejor dicho en
defensa de él, todos hablando en voz alta al mismo tiempo. Oliver
consiguió esbozar una sonrisa sombría. Era bueno saber que no lo creían
culpable por el incidente de Yasmin. Por desgracia, estaban equivocados.
—Alto—insistió—. Me casé con ella aun sabiendo que no la amaba. No
quería tener tratos con ella, así que hice la vista gorda con su
comportamiento. Y al hacerlo, puse a nuestra familia en todos los pasquines
conocidos. Ahora somos sinónimo de mal comportamiento. Eso tiene que
parar. Esta es precisamente la razón por la que contratamos a una publicista
en primer lugar. Tenemos que escucharla.
Y eso significaba que no podía dejarse caer en el pub a la vuelta de la
esquina y buscar pleito cada vez que le salía de las pelotas. No podría
golpear a alguien hasta que el tío se desplomara aunque se lo mereciera.
Oliver sabía que tendría que encontrar otra manera de quemar la rabiosa
energía borbollando en su sangre.
Una visión de Tori lo asaltó. Podía verla tendida sobre el escritorio, las
piernas y los brazos extendidos, dándole la bienvenida en su interior.
Él contuvo el aliento, contento de estar sentado detrás de su escritorio
porque la última cosa que quería era que sus hermanos vieran que tenía una
erección. A él le gustaba fingir que ya no tenía erecciones.
—Estoy de acuerdo. —Callum se levantó de nuevo y se alisó la camisa
—. Tori insistió en que comenzara a verme más serio. Es por eso que he
estado trabajando muy duro en estos últimos meses. Creo que encontrarás
que el baile de caridad de mañana por la noche será un éxito rotundo. He
conseguido atraer a la prensa, y la mayor parte de mi antiguo equipo vendrá
a ayudar. Fácilmente recaudaremos cien mil libras para el fondo. Probaré
que soy más que un tío que pateó una pelota de fútbol.
Durante el tiempo que Oliver pudiera recordar, jugar en el medio campo
había sido todo lo que Callum siempre quiso. Él había practicado
constantemente desde niño. Había llegado a la cima de su profesión, y
ahora, a los veintiocho años de edad, esa parte de su vida había terminado.
Tori le había aconsejado que le diera a Callum un puesto de alto perfil
dentro de la empresa. Teniendo en cuenta tanto sus contactos con el
entretenimiento como su encanto, ella había sugerido marketing.
Recordando la debacle de los años escolares de su hermano,
inmediatamente Oliver le habría empujado en algún lugar donde no pudiera
hacer demasiado daño, director, sólo de nombre, del ala de beneficencia de
la corporación. Thurston-Hughes tenía una larga historia de donar a las
buenas causas, específicamente a las organizaciones benéficas de niños de
Londres. Había sido la pasión de toda la vida de su madre.
Si lo que Callum decía sobre el baile de caridad era cierto, tal vez él
había encontrado otra vocación.
—Lo estoy deseando, pero debemos presentar un frente unido cuando la
prensa pregunte acerca de la demanda de paternidad. —Oliver deseaba
poder olvidar o ignorar esta bufonada, pero ellos habían estado planeando
este evento para recaudar fondos durante meses y todos aquellos buscando
una exclusiva asistirían. Con suerte, la prensa y los accionistas tomarían
nota si la familia estaba unida detrás Callum—. Dentro de poco,
preguntaremos a Tori lo que deberíamos y no deberíamos decir cuando
pregunten. Después de esta noche, te mudarás a la vivienda de la
empresa. Tiene una seguridad aceptable. Y te mantendrá alejado de esa
loca. En un par de semanas, podemos escaparnos de vacaciones e irnos al
campo. Hasta entonces, tratemos de mantener un perfil bajo. —Oliver
frunció el ceño—. Callum, por favor, dime que no estás trayendo a alguien
nuevo a la recaudación de fondos.
El rubor tiñó su rostro.
—Lo estaba pensando.
—No. Lo último que necesitamos es que seas visto con otra mujer
cuando supuestamente ya tienes a una embarazada.
—Muy bien, pero estoy listo para seguir adelante con mi vida. No voy a
esperar para siempre. Dime cuando vamos a reuinirnos con Tori. —Callum
se levantó para marcharse y se dirigió a la puerta, dándose vuelta para mirar
a Oliver—. Ninguno de nosotros te culpa. Lo que sucedió con Yasmin fue
terrible, pero nada de eso fue tu culpa. Haré cualquier cosa para ayudar a
enderezar este barco.
La puerta se cerró detrás de él y Rory se puso de pie.
—Yo también lo haré. Estaré en mi oficina si me necesitas.
Oliver se quedó solo con su hermana. Él más bien deseaba que ella se
hubiera marchado con los muchachos.
—¿Qué estás haciendo, Ollie? —Claire cruzó la habitación,
acomodándose en la silla junto a su escritorio.
Él abrió una carpeta.
—Estoy leyendo los últimos informes de R&D.
—Eso no es lo que quise decir, y lo sabes. —Cruzó las piernas en el
tobillo, toda una elegante dama británica—. No estabas en una pelea de
taberna. Si vas a mentir, por lo menos averigua. El pub que mencionaste
estaba cerrado esa noche debido a un pequeño incendio en la cocina.
Clavó los ojos en su hermana, no como un hermano, sino como un
hombre al que no le gustaba que fisgonearan en sus secretos.
—¿Me vigilaste?
—Tengo que hacerlo. Mientes. Y antes de que me digas que no es asunto
mío, piensa que has estado interrogando exhaustivamente a Callum y Rory
sobre sus vidas personales. Ahora tú no estuviste en una pelea de taberna
esa noche. Dime lo que realmente sucedió.
Él no quería darle a Claire ningún motivo para preocuparse.
—Nada.
—Enviaste a ese hombre al hospital. —Ella hacía rebotar su tacón Prada
contra la lujosa alfombra mientras hablaba, casi enfatizando cada acusación
—. Comencé a unir las piezas unos cuantos días atrás. Vi que seguías a Tori
después del trabajo. No fue adrede. Me encontraba en la calle cuando la vi
caminar hacia la estación de Westminster, entonces vi que tú te lanzabas
detrás de ella. Tenía curiosidad ya que, habías dicho ni media hora antes
que te ibas a casa. Nunca vas a casa de esa manera. Imagina mi sorpresa
cuando te vi subir a la línea 12 de autobús. Ella no te vio, ¿verdad? Al
principio, pensé que teníais algún tipo de cita planificada.
Oliver sintió la sangre drenar de su rostro.
— ¿Me seguiste?
— Sí, en un taxi.
—Dime que permaneciste en el taxi.
—Me encantaría, pero temo que mi curiosidad pudo más que yo.
—¿Caminaste sola por los alrededores de Peckham?
—Eso no tiene importancia. —Claire lo despachó con un gesto de la
mano—. Ese matón estaba esperando a Tori, Oliver. No fue al azar, pero tú
lo sabías. ¿Verdad? Tú la estabas siguiendo porque sabías que estaba en
peligro.
Sus palabras casi tumbaron a Oliver. Él no había sabido nada de eso.
—¿Qué quiere decir con que él estaba esperando a Tori? —Había visto al
hombre escabullirse detrás de ella—. Ella dijo que había tenido la intención
de visitar a un amigo y se había perdido. Que bajó en la calle equivocada y
terminó en un callejón donde un depredador esperaba por alguna presa
desprevenida.
Claire se echó hacia atrás.
—¿No notaste que el hombre la siguió desde Westminster en el autobús y
luego se bajó cuando llegaron a Peckham?
Él no había notado nada excepto a Tori. Había estado completamente
obsesionado por ella hasta que el hombretón del cuchillo se había deslizado
detrás de ella en el callejón.
—¿Cómo se interpuso entre nosotros?
—Parecía conocer la zona. De alguna manera, él te aventajó allí. —Ella
negó con la cabeza—. Si no estabas tratando de proteger a Tori, entonces,
¿por qué la estabas siguiendo, Oliver?
Él no tenía una respuesta y trató de responder a la pregunta de su
hermana con un encogimiento de hombros.
Ella frunció los labios disgustada.
—Me quedé muy sorprendida por lo que le hiciste a ese hombre.
¿Cuándo aprendiste a pelear así?
—¿Así cómo? —¿Cómo un animal?
Oliver se levantó y se alejó de ella. Él nunca habría querido que ninguno
de ellos viera ese lado de él. Cada día tenía que luchar más duro para
controlarlo.
—Casi lo mataste. Incluso cuando estaba en el suelo, seguiste
golpeándolo hasta que llegó la policía.
—¿Fuiste tú la que los llamó? —Había estado perdido en la furia
sangrienta, golpeando al hombre inconsciente por siquiera tener la idea de
dañar a Tori. En algún lugar en lo profundo de él había sabido que el tipo
estaba acabado, pero había continuado golpeándolo.
Oliver sospechaba que, un día de estos, mataría a alguien. Entonces él
conseguiría lo que se merecía.
— Sí. Lo admitiré. Por un minuto, realmente me asustaste. Necesitaba
pensar en lo que vi. Llamé a la policía porque no quería que hicieras
algo que todos nosotros lamentaríamos. También noté que no te quedaste
por ahí.
Él había huido cuando oyó las sirenas. Había sentido el bombeo de la
sangre en las venas y escapado. Por un breve instante, había vuelto a
sentirse vivo.
—Debí asustarte. Para responder a tus preguntas, seguí a Tori porque soy
un pervertido y parece que no puedo evitarlo. Seguí golpeándolo porque
estaba ciego de rabia. Me pongo así de vez en cuando, desde que...
—Yasmin casi te mató. Desde que te enteraste de lo que te había hecho.
—A toda esta familia.
—Oliver, no te distancies. Estás engañándote a ti mismo si piensas que
esta rabia es por el resto de nosotros. Es por ti. Ella te ha traicionado a todos
los niveles. Y deja de decir que no la amabas.
Al menos él podría ser honesto en eso. Se volvió hacia Claire, colocando
sus manos sobre el escritorio.
—Yo podría haber pensado que estaba enamorado, pero era un
enamoramiento de muchacho por una mujer exótica que era muy buena en
la cama. Eso no era amor.
—Eso es la amargura hablando.
— No, es la experiencia. Yo sé lo que realmente se siente cuando estás
enamorado, y lo que sentía por Yasmin es nada comparado con lo que
siento ahora. Esto es un millón de veces peor.
—Tú estás enamorado de Tori. —Los ojos de su hermana se abrieron
como platos—. ¡Oh, qué desastre!
Oliver sintió que su mandíbula se apretaba.
—No actuaré en consecuencia. Ella va a casarse con otro. De todas las
personas, tú deberías saber, que nunca me interpondría entre un hombre y
su mujer.
Él sabía lo que se sentía ser el cornudo en ese escenario. Con demasiada
frecuencia, estudiaba los rostros de sus antiguos amigos y se preguntaba
cuáles de ellos habían sido los amantes de su esposa.
Claire se mordió el labio inferior.
—Sé que tú no lo harías... pero tal vez deberías. Ella no puede estar
terriblemente enamorada del hombre… o él de ella. No lo ha visto en seis
meses. Seis meses, Oliver, y ninguno ha visitado al otro ni una vez. Su
hermana es la reina de un país y madre de dos niños, enormes
responsabilidades, y sin embargo, Piper ya la ha visitado en dos
oportunidades. He estado pensando acerca de ese novio. Deberíamos
investigarlo.
Su hermana a veces disfrutaba metiendo las narices donde no le
correspondía.
—Por supuesto que no. Te olvidarás del asunto. El contrato de Tori
termina en unos pocos meses, y ella ya ha dicho que tiene la intención de
volver a casa. Y ese será el final de esto.
—No lo será. ¿No te das cuenta? Has sufrido este malestar durante los
últimos dos años, Oliver. No puedes permanecer así. ¿En cuántas otras
peleas has estado involucrado? ¿No te das cuenta de que tienes deseo de
matar, y ella podría ser la única que puede salvarte? ¿Crees que no me he
dado cuenta de la forma en que la miras? Te seguí porque estaba rogando
enterarme de que te estás acostando con ella, incluso con todos los
problemas que se originarían entre tú, Rory, y Callum.
—No va a suceder. No soy bueno para nadie. Nunca volveré a serlo. —Y
él no se disculpaba por ello—. En cuanto al deseo de matar, bueno... todos
tenemos que desear algo. —Su cerebro finalmente captó el resto de su
discurso—. ¿Qué quisiste decir con, problemas entre nuestros hermanos y
yo? ¿Qué tiene que ver con mi inoportuna fascinación por la señorita Glen?
—Tú realmente no prestas atención a nada, ¿verdad? ¿De quién crees que
Callum estaba hablando acerca de traer a la recaudación de fondos? ¿Y por
qué crees que Rory parecía a punto de arrancarle la cabeza? Ambos
fantasean con ella. Callum se cree enamorado de la chica y tiene la
intención de hacer su movida. Si les dices que la quieres para ti, creo que
ellos retrocederán. Ambos te aman.
Oliver se aferró al lado de la mesa, bullendo, sus nudillos poniéndose
blancos.
—Él no la tocará. Me aseguraré de ello.
Rory tendría que ponerse en fila para arrancar la cabeza de Callum
porque si su hermano del medio ponía un dedo sobre Tori, Oliver estaría
más que feliz de hacer los honores.
Sin mirar atrás a su hermana, salió a zancadas de la oficina, muriendo de
ganas por una pelea.
Capítulo 2
Rory logró cerrar la puerta del despacho de Oliver con un golpe
tranquilo. Tuvo que esforzarse para no azotar con fuerza la cosa porque
estaba cabreadísimo. ¿Qué pensaba Callum que era él? ¿Había escuchado el
hijo de puta una sola palabra de lo que él había dicho anoche? ¿O
simplemente había asentido con su cabeza de niño bonito y decidido hacer
lo que quisiera, sin importar el costo?
—¿En qué dirección se fue mi hermano? —preguntó Rory a la asistente
de cincuenta y tantos años de Oliver.
En silencio, él imploraba por la respuesta correcta. La única respuesta
buena era hacia el ala oeste, donde se encontraba la oficina de Callum.
—El señor Thurston-Hughes fue en dirección al ala este. Parecía de buen
humor — dijo la mujer—. Es algo agradable de ver después de todo ese
asunto de un tiempo a esta parte.
La ira atravesó como un rayo por el cuerpo de Rory. ¿Buen humor?
Callum no lo estaría después de un minucioso estrangulamiento. El cabrón
se dirigía a la oficina de Tori. Callum podría medir dos metros y pesar casi
cien kilos de puro imbécil musculoso, pero Rory podía defenderse en una
pelea.
—Él no lo estará por mucho tiempo— murmuró en voz baja mientras
corría por el pasillo para interceptar a Callum antes de que llegara a Tori.
No podía permitir que su hermano echara todo a perder.
Según Claire, Oliver estaba siguiendo a todas partes a la bella publicista.
Eso probablemente significaba que su hermano mayor, finalmente, tenía la
intención de hacer algo acerca de su obvio enamoramiento por ella. Si no
era así, entonces significaba que Oliver la estaba asechando. Mientras Rory
se preguntaba si su hermano se había vuelto un depredador, tendría que
creer en su afectuosa y bondadosa hermana que prácticamente lo había
criado de que él todavía acechaba en el interior, a la espera de la mujer
correcta para liberarlo.
Maldita Yasmin. Si ya no estuviera muerta, Rory alegremente asesinaría a
la perra.
Y maldita Tori por ser tan adorable que rompería al menos dos corazones
Thurston-Hughes. Si no podía tenerla, Rory tenía la intención de asegurarse
de que ella no lastimara a Oliver. Él ya había tenido suficiente.
Dobló la esquina y se encontró a Callum delante de los ascensores,
pulsando impacientemente el botón que lo llevaría al piso de la oficina de
Tori. Afortunadamente, estaba solo.
—Hijo de puta.
Callum se volvió, la línea de la mandíbula tensa y terca.
—No voy a seguir hablando de esto. Oliver no la tendrá, así que tengo la
intención de intentarlo. Eso es todo lo que hay que decir.
Habían pasado por esto antes. ¿Qué se necesitaría para atravesar el duro
cráneo de su hermano?
—Él no puede admitirlo todavía, pero creo que está cerca. Maldita sea,
Callum. También la quiero, pero más quiero vivo a Ollie. Tenemos que dar
un paso atrás y permitirle tener su oportunidad. Se lo debemos.
—Sé que se lo debemos, pero no estoy convencido de que dejará de
arrastrar sus pelotas lo suficiente como para tomarla. Si ese es el caso, no le
debo mi felicidad. O la de ella. Si él se sale con la suya, ella estará sola para
siempre.
—Te olvidas de su prometido. Callum se sonrojó ligeramente.
—¿Qué clase de hombre la deja sola en un país extranjero? En lo que a
mí respecta, después de seis meses él ha renunciado a sus derechos sobre
ella. Y Tori no parece echarle de menos. Ella todavía puede usar esa
lastimosa nada de anillo, pero yo le hago compañía. Me aseguro de que no
esté sola durante la noche.
Una niebla roja descendió sobre Rory, conmocionándole con una furia
que hizo que todo su cuerpo temblara. Había oído hablar a algunas personas
de perder el control cuando la furia se apoderaba de ellos, pero nunca había
sido ese hombre. Las palabras de Callum lo empujaron al límite, y luchó
para reprimir la neblina carmesí.
—Exactamente, ¿cómo le haces compañía por la noche, hermano?
Callum levantó las manos como en señal de rendición.
—No es sexual. No la he tocado más allá de un abrazo amistoso.
Una de las cosas que Rory amaba de Torrance era su afecto genuino y
frecuente. Él había amado a sus padres, pero sus demostraciones abiertas de
cariño habían sido escasas. Ahora él anhelaba la forma en que ella lo
abrazaba cuando creía que lo necesitaba. Al principio, él se había alejado
por eso. Ahora no dejaría pasar un día sin su abrazo.
—Explícamelo entonces.
—La llamo. A veces la convenzo para que me deje pagar su cena, así
podemos hablar de la recaudación de fondos, pero pasamos horas hablando
de todo tipo de cosas. Ella y yo congeniamos. Nunca he conocido a nadie
como Tori y no estoy dispuesto a renunciar a ella porque Oliver no saque la
cabeza de su esfínter.
—Tiene miedo. ¿No te das cuenta? ¿No crees que yo siento lo mismo por
ella que tú?
—Entonces que gane el mejor. —Se volvió hacia las puertas del ascensor
y extendió la mano para pulsar el botón y volver a llamarlo.
Ellos no habían terminado todavía. Apartó de un golpe la mano de su
hermano y se abalanzó delante de las puertas.
—No. No vamos a actuar así. Teníamos un acuerdo.
—Eso fue hace meses, y Oliver no ha dado señales de salir de su
caparazón. No estoy seguro de que pueda llegar a estar listo. —Los ojos de
Callum se suavizaron—. Rory, sé que te sientes terriblemente culpable de
haberle presentado a Yasmin. Crees que ella llegó a él a través de ti, pero
este lío no es tu culpa más de lo que es de la de él. Yasmin tiene la culpa y
está muerta. Voy a ser honesto, no entiendo esta desesperada necesidad que
parece tener de castigarse por algo que no fue culpa suya.
—Creo que se culpa más por los dos niños que ella abortó. Él ni siquiera
sabía que estaba embarazada.
—¿Cómo podría saberlo si ella no se lo dijo? Y dado lo que nosotros
sabemos de ella ahora, ¿cómo puede estar seguro de que los bebés eran de
él? Siento compasión por Ollie. Él puede llevar luto por sus hijos perdidos,
pero no los honra muriendo también. Yo siento la pérdida de mi carrera
todos los días, pero ¿sabes por qué no me aboqué de inmediato a entrenar o
transmitir por la televisión?
—No. Me lo he preguntado. Sé que has tenido ofertas.
—Debido a que esa parte de mi vida terminó. No quiero ser un ex
profesional acabado, un poco patético y de mediana edad. No quiero ser un
ex nada. Fui un atleta. Ya no puedo serlo, así que voy a tomar toda mi
energía y ponerla en algo nuevo, algo que valga la pena. Tengo una vida y
no la viviré en el pasado. No voy a revolcarme en la miseria. Y estoy
ayudando a Oliver a hacerlo. Amo a Tori. Nunca me he sentido así por una
mujer antes. No voy a dejar que se vaya porque Oliver algún día podría
despertarse y quererla. Si a él verdaderamente le importa, entonces mejor
que esté preparado para luchar. Ella se lo merece.
Callum tenía razón, pero él no había sido el que presentó a su hermano al
diablo. No sabía qué tan profundamente lo carcomía eso. Una cosa era
perder su carrera y seguir adelante. Otra muy diferente era ayudar a arruinar
la vida de un amado hermano y tratar de seguir adelante sin un profundo
pesar.
—Te conté lo que Claire dijo. Él la ha estado siguiendo después del
trabajo. Creo que está tratando de asegurarse de que llegue bien a casa. Eso
tiene que significar algo.
—Rory, tengo una mujer que me sigue a casa del trabajo todo el tiempo,
y nosotros la llamamos acosadora. No hagas de esto algo que no es. A
menos que él de un paso adelante y declare sus sentimientos, no voy a
retroceder. Voy a la oficina de Tori y le explicaré algunas cosas.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Oliver cuando dobló la esquina,
entrecerrando los ojos mientras los miraba esperando los ascensores—.
¿Dónde crees que vas, Cal?
Callum se sonrojó de un bonito tono rosado. Era bueno saber que alguien
todavía podía meter al cabrón en cintura.
—A la planta baja. Tengo asuntos que necesito atender.
—Él va a visitar a Tori—explicó Rory con los dientes apretados—. Por
motivos personales.
—Eres tan obediente—dijo Callum, volviéndose hacia él como si todavía
tuvieran diez y siete años y Oliver fuera la figura de autoridad en sus vidas
a la madura edad de trece años—. Mi intención no es de tu incumbencia. De
ninguno de los dos.
—Todo me incumbe. ¿Qué está pasando entre tú y nuestra publicista,
Cal? —El tono de Oliver goteaba frialdad. Su rostro podría haber sido
esculpido en hielo ártico.
Rory estaba en verdad encantado de no ser el receptor de esa mirada.
Callum lo fulminaba con la mirada de manera obstinada.
—Nada.
—Bien—respondió Oliver.
—Todavía—aclaró Callum.
Diablos. Rory se interpuso entre sus dos hermanos mayores.
—Estoy encargándome de esto, Oliver. Se le ha metido en la cabeza que
puede salir con ella. Tú sabes como es cuando no tiene nada que hacer. No
es nada serio. Ella es una chica linda, y esto es lo que Cal hace.
—Es serio y no fingiré lo contrario. No soy un niño con un juguete nuevo
— respondió Callum.
—Entonces deja de comportarte como uno—gruñó Oliver.
Callum no pareció entender la amenaza que su hermano mayor planteaba
porque él invadió el espacio personal de Oliver.
—Estoy enamorado de ella y tengo la intención de darle lo que necesita y
se merece. Quiero ser un mejor hombre para ella, proveerla, y construir una
vida juntos.
—Lo prohíbo—dijo Oliver y se volvió para irse.
Eso molestó a Rory un poco, también. ¿Acaso Oliver realmente pensaba
que era una especie de rey que podría dictar las vidas de sus hermanos? Lo
irritó, pero se dijo a sí mismo que Oliver necesitaba más tiempo para sanar.
Él necesitaba sentirse al mando hasta que ese día llegara.
—Creo que lo que Oliver está diciendo es que, de acuerdo con la política
de la empresa, nosotros no deberíamos tener citas con nadie de la oficina—
improvisó Rory.
—No hay ninguna directiva. —Callum no sabía cuándo detenerse—.
Revisé. Y él no puede detenerme.
—Puedo bastante bien—gritó Oliver volviendo a darse vuelta—.
Controlo las finanzas, Callum.
—Tal vez las de Rory, pero no las mías. Tú podrías pensar que no tengo
un cerebro en mi cabeza, pero fui cuidadoso con mi dinero. Me pagaron
millones y no los gasté como si fueran agua. Los tengo guardados y están
allí esperando por mí y por la mujer que amo. Eso siempre fue para ella.
Solo que no sabía quién era ella hasta ahora.
—Ella está comprometida—dijo Oliver con voz tensa—. Prometida a
otro hombre.
Ella usa su anillo, aún así, ¿irías tras ella? ¿Tomarías lo que no te
pertenece?
—¿Ella realmente le pertenece? Él puede poner un anillo en su dedo y al
mismo tiempo abandonarla durante meses. —Callum se suavizó
ligeramente—. No es correcto. Y no es lo que sucedió contigo y Yasmin.
No tengo la intención de seducir a Tori para que engañe. Tengo la intención
de demostrarle que soy el hombre correcto para ella.
Oliver se sonrojó de un rojo furioso.
—¿No crees que todas las veces que mis amigos llevaron a mi esposa a la
cama no estaban tratando de demostrarle que ellos eran correctos para ella?
—Pienso que deberíamos calmarnos. —Rory se dio cuenta que él tendría
que ser la voz de la razón.
Oliver lo ignoró por completo.
—¿Crees que les importaba un carajo su anillo de bodas cuando la
follaban a mis espaldas?
Callum se mantuvo en sus trece como el idiota que era.
—Ellos no la amaban, Oliver. Ellos la usaban. Y ella te usó. Esta
situación es diferente porque amo a Tori.
—Tú le dijiste a Oliver que no traerías una cita a la recaudación de
fondos. —El argumento era estúpido, pero Rory no podía pensar en nada
más que decir en este momento. Necesitaba tiempo para disuadir a Callum
de toda esta locura.
En lugar de eso, Callum puso en blanco sus famosos ojos azules que le
habían conseguido tener sexo en repetidas ocasiones desde la pubertad.
—No lo haré. Tori no es una simple cita. Si hago esto bien, ella será mi
futura esposa. Eso debería resolver muchos de nuestros problemas. Mi
reputación salvaje sin duda morirá poco a poco, especialmente después de
que nos hayamos casado y la haya dejado embarazada un par de veces.
Eso lo logró. La idea del dios atlético que era su hermano dejando
embarazada a la mujer que Rory amaba finalmente desencadenó su furia
brutal. Una imagen de Tori, con el vientre redondeado con un bebé, atravesó
como un rayo por su cabeza. Según Rory, esos niños deberían ser de él.
Había estado dispuesto a renunciar a su felicidad por Oliver que estaba
devastado por su difunta esposa. Pero se negaba a renunciar a Tori por su
egoísta, bueno-para-nada-pero-puñeteramente-goleador hermano.
Antes de que Rory pudiera pensar, su puño conectó con esa cara de niño
bonito que siempre le había conseguido todas las mujeres que quiso. Por
dios, eso no le conseguiría a Tori.
—¿Qué diablos?— Callum se masajeó la mandíbula—. ¿Por qué
demonios hiciste eso?
Rory no se molestó en contestar. Volvió a golpear a su hermano mayor,
haciéndolo retroceder hacia la pared.
Entonces Callum le devolvió el golpe, la fuerza de su puñetazo
aplastando a Rory contra las puertas del ascensor. Años de entrenamiento
físico le habían dado a Callum la ventaja, pero Rory alzó la mirada y se dio
cuenta de que la fuerza de Callum no era nada comparada con la rabia de
Oliver.
Oliver arremetió, golpeando a Callum en la mandíbula.
—Estás despedido, pedazo de mierda. No te permitiré utilizarla de esa
manera.
Rory se apartó de las puertas del ascensor mientras el visor de arriba
indicaba que se había detenido en su piso. A través de las grandes puertas,
oyó una familiar voz femenina.
—Thurston-Hughes Incorporated es una de las últimas grandes empresas
familiares británicas, y creo que usted verá que los hermanos trabajan
juntos, de manera armoniosa, para dirigir la compañía—dijo con confianza
Tori en voz baja.
Mierda. Se suponía que ellos iban a reunirse con un reportero esta tarde.
Rory temía que su dulce Tori estuviera escoltando a un representante de uno
de los grandes y exitosos sitios de noticias financieras a través del edificio
como preludio a la recaudación de fondos y a la renovación de Thurston-
Hughes.
Las puertas del ascensor se abrieron entonces.
—Sí, puedo verlo—cloqueó una voz masculina—. Esto será un buen
titular. Rory miró la cara horrorizada de Tori y rogó que ella no renunciara
en el acto.

* *
Callum se colocó la bolsa de hielo sobre la mandíbula y se preguntó
dónde Ollie había aprendido a lanzar un golpe así. Había sido como un
ariete. Él casi había visto las estrellas, y eso no había sucedido desde que el
defensor español le dio un codazo en la ronda final de la Copa del Mundo
dos años antes. No estaba del todo seguro de que no tuviera una conmoción
cerebral, pero él tendía a conseguir de esas como la mayoría de las personas
conseguían dolores de cabeza.
—¿Qué está mal con vosotros tres? —Tori se enfureció con ellos de
regreso en la oficina de Oliver.
Callum intentaba enfocar su atención en las palabras, no en la forma en
que su cabello castaño dorado, deliciosamente suave, azotaba su rostro
como una tormenta de viento o su blusa se apretaba sobre sus pechos
mientras ella ponía el grito en el cielo.
—Lo siento.
—Vosotros sabíais que los periodistas iban a venir. Sé que lo sabíais
porque todos respondieron a mi e-mail avisándoles. ¿Pelear así es algo
británico que no entiendo?
¿Normalmente saludáis a los periodistas peleando con vuestro hermano?
Sus bonitas mejillas estaban ruborizadas de un tono rosado. Él apostaría a
que ella se sonrojaría de ese mismo color cuando le abriera las piernas y la
follara con fuerza. Maldita sea, pero era bonita cuando se enojada. Él estaba
consiguiendo una erección que se ponía más dura y palpitaba cada vez que
ella le gritaba.
Señor, eso sonaba medio loco. A veces se preguntaba si haber golpeado
la pelota con la cabeza tantas veces había dado lugar a algún daño cerebral.
Tori fijó su atención en Oliver.
—Y tú... pensaba que eras mejor que eso.
Los ojos de Oliver se entrecerraron y él se puso de pie, inclinándose
sobre el escritorio así podría intimidarla correctamente. Su hermano mayor
había perfeccionado esa maniobra en los últimos dos años. Él era unos
buenos treinta centímetros más alto que la pequeña Tori y se cernía sobre
ella como una bestia gruñendo.
—Siento mucho haberte hecho quedar mal, pero creo que olvidas
exactamente para quién trabajas.
Si Tori estaba intimidada, no lo demostró. Ella plantó sus manos sobre el
escritorio de Oliver y se inclinó, con la misma actitud que él.
—Y creo que se te olvida para lo que me contrataste, por lo que juraste
que todos estábamos trabajando.
La tensión sexual entre ellos era tan densa que podría cortarla con un
cuchillo.
Y la dulce e inteligente Tori estaba en la posición perfecta para una
azotaina. Inclinada con su culo respingón en el aire. Callum casi podía
sentir su palma haciendo contacto. Él le daría un fuerte azote para llamar su
atención, a continuación, le daría más por todo ese exuberante culo para
sensibilizarle la piel y prepararla para la follada que seguiría.
Una mano grande golpeó con fuerza su brazo, sacándolo de la fantasía.
—¿Qué te pasa?—se inclinó Rory y le susurró en voz baja.
Los ojos de su hermano estaban enfocados en sus pantalones. Maldición.
Cambió de posición, tratando de ocultar su ingobernable polla.
—No puedo evitarlo.
—Inténtalo—espetó Rory.
Tori volvió bruscamente la cabeza como si fuera un depredador
detectando a su presa. Su dulce conejita tenía algunas hileras de dientes
afilados. Ese era el problema. Ella era muy amable, pero en un instante,
podría convertirse en una perra rabiosa. Dios, eso lo excitaba. Ella lo
excitaba.
Callum volvió a cambiar de posición y trató de pensar en partidos
anteriores. 2011. Manchester United vs Arsenal. Sus adversarios habían
perdido el lanzamiento de la moneda, así que él había dado la patada inicial.
—¿Está escuchando una palabra de lo que he dicho? —Ahora Tori estaba
parada delante de él, pero ella había preguntado a Rory.
—Dale un minuto. Cal ha recibido un buen número de golpes en la
cabeza. A veces necesita un momento para enfocarse y controlarse. —Las
palabras de Rory le dieron el tiempo necesario para aplacar su excitación y
poner su cabeza de vuelta en el juego.
Pero él sabía cómo jugar esta escena a su favor.
—Estoy bien. ¿Ahora de qué estamos hablando?
Tori clavó los ojos en él por un momento, como si tratara de decidir si
creerle.
—Estaba diciendo que estamos jodidos.
No. Sólo escucharla pronunciar esa palabra en particular lo puso duro de
nuevo. Callum se levantó y acomodó la chaqueta del traje para una mejor
cobertura.
—Somos hermanos. Decías que somos una de las últimas grandes
corporaciones familiares en Gran Bretaña y lo hemos demostrado actuando
como hermanos.
Él no veía el problema. Los hermanos a veces se peleaban. Luego se
reconciliaban con una pinta y una sonrisa. La mayoría de los hombres
funcionaban así, y no tenía nada que ver con acciones o balances.
La cabeza de Tori cayó hacia delante como si fuera demasiado pesada
para continuar llevándola. Ella suspiró y cuando volvió a levantar la mirada,
tenía una expresión tristemente seria.
—La prensa no lo verá de esa manera. La historia original que elaboré
describe una familia unida volviendo a ponerse de pie, tanto en espíritu
como en ventas. Ahora será acerca de tres hermanos haciéndose pedazos, a
ellos y a su empresa. Ellos traerán a colación todo, desde el matrimonio de
Oliver al estatus de playboy de Rory y hasta la pérdida de la carrera de
Callum y el descenso a los infiernos de su paternidad.
—Yo no tuve la intención de chocar contra los adversarios y romperme la
pierna de tal manera que ya no pueda jugar.
Ella suspiró con cansancio.
—No te disculpes por eso y no seas poco serio. Simplemente estoy
señalando que la prensa usará el video de tu lesión y el hecho de que
tuvieron que limpiar tu sangre del campo de juego como una metáfora para
la empresa. Estás muy mal visto y necesitas a alguien para limpiarte.
—Cancha— la corrigió él.
—¿Qué?
—La llamamos cancha. Limpiaron mi sangre de la cancha después de
que me llevaran con la tibia asomando. —Él se obligó a no estremecerse.
Todavía se sentía un poco enfermo cuando pensaba en ello.
Tori se puso pálida.
—Lo siento. No estoy tratando de traerte malos recuerdos, pero ellos
usarán todo en tu contra. —Ella suspiró—. ¿Queréis contarme cual es el
motivo de esta pelea?
Ella estaba de pie muy cerca y parecía cansada. Callum se preguntó cómo
le había ido en su visita a su hermana. ¿Haber visto a Piper no la animó?
Todo lo que quería hacer era acercar a Tori y prometerle que todo estaría
bien. Pero no podía… todavía. Callum no estaba seguro de cómo él y sus
hermanos resolverían este lío. Oliver y Rory eran excelentes resolviendo
rompecabezas. Él era el burro de carga. Simplemente hacía lo que
necesitaba hacerse.
—Nada por lo que debas preocuparte—dijo en voz baja.
—No es asunto tuyo—afirmó Oliver al unísono. Ella se volvió
rápidamente hacia Oliver.
—¿Arruináis mi conferencia de prensa antes de que incluso comience y
no es asunto mío?
Tal vez, pensó Callum, él era más necesario de lo que había supuesto. Era
obvio que Oliver carecía de un toque suave en estos días.
—Por supuesto que te compete. Apoyarnos con la prensa es precisamente
el motivo por el que te contratamos.
—¿Podemos calmarnos todos? — Rory ofreció una silla a Tori—. Claire
está tomando el té con el reportero y ella limará las asperezas. Es muy
buena con ellos, a diferencia del resto de nosotros.
Naturalmente, Rory le había dado el asiento más cercano a él. Hijo de
puta.
—Por lo menos ella no se quedó dormida durante la prueba con los
medios— resopló Tori cuando se sentó.
Callum sabía que ese comentario en particular iba dirigido directamente a
él.
—Lo siento, amor. A veces me da sueño cerca de la media tarde.
—Él también sueña despierto con facilidad—dijo Rory deliberadamente.
Tori se sentó con la espalda recta.
—Creo que es hora de probar algo diferente. Oliver se relajó en la silla y
asintió con la cabeza.
—Soy todo oídos.
—No creo que os esté ayudando tanto como necesitáis. Tengo un colega
en Nueva York que podría adaptarse mejor a vuestras necesidades de
relaciones públicas. Os dejaré sus datos de contacto. Hablamos ayer sobre
otro asunto, así que sé que está trabajando en algo ahora mismo, pero
probablemente podría estar aquí a finales de mes.
Se puso tenso.
—No necesitamos traer a nadie para ayudarte, Tori. Lo estás haciendo
muy bien.
—Eso no es lo que ella está sugiriendo—explicó Oliver sombríamente.
Rory se volvió hacia ella.
—¿Ah, no?
Tori miró atentamente a Oliver.
—Han pasado seis meses, y no he logrado un cambio sustancial aquí. Tal
vez la empresa debería probar con alguien nuevo. Sugiero un hombre
porque creo que podríais escuchar mejor a uno.
—No. —Callum no iba a dejarla ir, no antes de que pudiera ver si Tori y
él podrían intentar un futuro juntos—. Por supuesto que no. Ya viste lo que
pasó. Tenemos sobrecarga de testosterona tal como está. No necesitamos
más. Te necesitamos a ti.
Oliver levantó la mano, una clara señal de que había decidido intervenir.
—Así que ahora somos misóginos, ¿no? Ella frunció el ceño.
—No. Normalmente todos vosotros sois muy educados y amables. Sois
mucho más caballerosos a mi alrededor, razón por la cual creo que
necesitáis un varón. Podrían hablar con él más... abiertamente. Él podría ser
capaz de llegar a la raíz del problema.
Tori era la raíz del problema. ¿Cómo diablos podían decirle eso?
Bueno, amor, todos nosotros queremos entrar en tus bragas y estamos
peleando para ver quién consigue ir primero. Sí, a ella le encantaría eso.
¿Quién va primero? Callum tenía la intención de ser el primero… y el
último. Él sería su único. Infierno, él y sus hermanos no podían compartir
una habitación, mucho menos a una esposa sin pelear. ¿Correcto?
Una pequeña voz en su cabeza había estado picoteándolo durante
semanas, desde que había hablado con sus amigos en Nueva Orleans que
compartían una esposa. Tres abogados. Una belleza amada. Había estado
esperando que la relación se derrumbara, pero parecían más felices que
nunca.
Oliver se echó hacia atrás, luciendo positivamente glacial.
—¿Quieres irte?
—Por supuesto que ella no quiere irse—dijo Callum, tratando de ser
optimista.
—No interrumpas, Cal—espetó Oliver—. Tori ha pasado por mucho con
nosotros en los últimos seis meses. Mi situación y la de la empresa, ya eran
bastante desafío.
Entonces, ¿qué le obsequiaste? Una demanda de paternidad. Brillante. —
Él se volvió a Rory—. Y tú apilaste una procesión de evidentes prostitutas.
No la culparía si prefiriera irse a casa. —Él se calló por un momento, luego
su expresión se suavizó cuando miró a Tori—. ¿Extrañas a tu novio? No
llevas puesto su anillo de compromiso. ¿Hay algún problema?
Callum reprimió una respuesta. Por una vez siquiera, él sabía algo que
ellos no sabían. Por fin aventajaba a sus hermanos en la sección de
conocimiento, y él había estado guardando esta pepita para su propio uso.
No estaba dispuesto a dejar marchar a Tori. Pero por el momento, él se
recostó y esperó a ver cómo ella respondía.
Tori bajó la mirada hacia su mano y pareció sorprendida de verla sin el
anillo.
Entonces hurgó en su bolso y rápidamente se puso la exigua gema de
nuevo.
—Me lo quité para que mi hermana pudiera mirarlo. Ella ama los
diamantes.
Supongo que olvidé ponérmelo de nuevo.
Sí, porque la reina de Bezakistan no podía distinguir un verdadero
diamante de ese pedazo de mierda falsa. Callum refrenó su bufido.
Sospechaba que si él preguntaba a Piper, probablemente ella no tuviera ni
idea de que su hermana estaba “comprometida”.
Durante meses, le había molestado que Tori hablara de ese anillo como si
James Fenway hubiera gastado hasta su última moneda de diez centavos en
él. Él había asumido que ella estaba compensándolo porque sabía que era
artificial o era terriblemente inexperta. En este último caso, Callum hubiera
estado ansioso de golpear al mentiroso hasta convertirlo en una pulpa
sanguinolenta.
Sólo que ahora sabía. Ella era la mentirosa. Tori había comprado ese
tonto anillo por setenta libras, y de acuerdo a su investigador privado,
ningún hombre de nombre James Fenway existía en su pequeña ciudad
natal de Texas.
Sí, definitivamente tenía la intención de zurrarla por eso, pequeña
descarada.
—Tú estás contratada—le recordó Rory con tranquilidad.
—Yo puedo liberarla de ese contrato—le llevó la contraria Oliver.
—No sin el apoyo de la junta. —Rory se enderezó, sacando su barbilla
tercamente, del modo en que acostumbraba justo antes de que hiciera algo
seguro para meterle en problemas—. Yo creo que la necesitamos. Callum
votará conmigo.
—Jodidamente cierto. —Al menos ellos estaban de acuerdo en esto.
—Claire votará conmigo—disparó Oliver a Rory una sonrisa tensa.
—No estoy tan seguro de eso—dijo Callum—. A Claire le gusta Tori.
Ella podría votar a favor de conservarla a su alrededor sólo para tener otra
mujer, pero si no recurriremos a nuestro desempate, el tío Walter.
El tío Walter amaba una y sólo una cosa en estos días. Él había recibido
acciones de la empresa por la boda de su única hermana con Albert
Thurston-Hughes, pero nunca había tenido cabeza para los negocios.
Enseñaba matemáticas en la universidad, pero sólo trabajaba para poder
permitirse las entradas a su equipo de fútbol favorito.
Manchester United.
—Sí—dijo Callum con un suspiro satisfecho—. Creo que debería
llamarlo por teléfono y asegurarle que puedo conseguir un palco ejecutivo
este año.
—Eres un bastardo engreído. —Oliver sabía claramente que había sido
derrotado—. Señorita Glen, parce que la obligaremos a cumplir su contrato.
—Pensé que ese contrato era para mi beneficio, que me garantizaba un
año de trabajo. — Ella giró su atenta mirada hacia Rory, que lo había escrito
—. Dijiste que me protegía de ser despedida. ¿No es eso lo que significa
despedir?
—Los contratos de trabajo van en ambos sentidos. Dado que provienes
de los Estados Unidos, te di para firmar el mismo contrato que daría a
cualquier ciudadano no británico por un período prolongado. Teníamos que
lidiar con tu visa de trabajo y una gran cantidad de papeleo. Eso sólo tenía
sentido si accedías a un período de tiempo ventajoso para ambos.
—Estoy tratando de hacer lo mejor para todos nosotros. —A medida que
se ponía más agitada, su acento texano se volvía más marcado—. No me
podéis obligar a quedarme aquí.
—No—coincidió Oliver—. No te podemos obligar a cumplir con tu
contrato, pero creo que hay una cláusula que manifiesta que, si renuncias
antes de tiempo debes reembolsarnos los gastos en que incurrimos durante
tu empleo. Entre los honorarios legales para conseguir que entraras al país,
los gastos del viaje, y tu piso, estimo que estamos cerca de las cincuenta mil
libras.
—Las necesitaremos en efectivo—añadió Rory, luciendo ufano. Tori
parpadeó, obviamente aturdida.
Estaban haciendo una chapuza de esto. Callum suspiró.
—Nadie quiere que te vayas, amor. Lo que pasó esta tarde ha sido
enteramente culpa mía. Oliver y yo estábamos discutiendo sobre cómo
manejar algunos de los anuncios para la recaudación de fondos. Yo podría
haber perdido mi genio un poco y haberlo insultado. Mencionado que él
está perdiendo su cabello y consiguiendo la más mínima flacidez en la
cintura. Él estaba tratando de demostrarme lo contario.
Tori sacudió un dedo en su dirección.
—No puedes hablarle a tu hermano de ese modo. Sabes lo sensible que es
con su pelo.
Oliver frunció el ceño.
—Ni de coña lo soy. Tengo todo mi pelo.
Tori le envió una entusiasta afirmación de cabeza.
—Sé que lo tienes. —Ella se volvió hacia Callum—. Tienes que ser más
profesional. Y sensible.
Al menos ella estaba de vuelta fastidiándole. Él podía manejar eso. No
podía manejar su partida.
—Sí. Por supuesto. Me disculparé ante el reportero y le explicaré todo.
Tori se levantó y cruzó la habitación hacia él. Callum se puso de pie,
mirando hacia abajo mientras ella le arreglaba la corbata
—Límpiate primero. Hay una mancha de sangre en tu camisa. Dios,
amaba estar cerca de ella.
—¿Dónde? —Él fingió que no la veía.
—Aquí. —Ella señaló un punto alto en su pecho, rozándola con el dedo.
La polla de Callum se puso dura como una piedra de nuevo en el mismo
instante en que lo tocó.
—Tengo una limpia en mi oficina. Me cambiaré de inmediato. Lo siento,
Tori. No puedo decirte cuánto. Mi comportamiento fue inmaduro y ridículo.
No volverá a suceder.
Ella se sorbió la nariz un poco, contemplándole con brillantes ojos azules.
—Todos cometemos errores. Me alegro de no irme, aunque me estoy
reprochando por no leer el contrato más a fondo. Por favor, sé amable con
el reportero. Él es un gran fan. Podría ser bueno si lo llevaras a tomar una
cerveza. Una pinta, quiero decir.
Él sonrió abiertamente.
—Haremos una británica de ti. Ahora continúa e intenta olvidar esta
tarde. Tenemos un baile para mañana. Se supone que te reunirías con Sheila
en Harrods a las cuatro.
Ella miró su reloj.
—Se me olvidó. Tendré que correr.
—Haré que mi chofer te lleve—ofreció Oliver.
—¿Tienes un chofer?—preguntó—. Pensé que ibas andando a todas
partes.
Eso era más como asechando, pero él no iba a meter a su hermano en más
problemas.
—Lo conservo para un caso de emergencias. Adelante. Su nombre es
Charlie y te estará esperando en el estacionamiento.
Ella le dedicó una sonrisa radiante y se marchó.
Rory meneó la cabeza con los ojos todavía en la puerta.
—¿Acaso no leyó el contrato? No pensé que tuviera que mencionar nada
ya que ella es perfectamente culta. Es capaz de leer. Todo estaba allí.
Oliver lo ignoró, volviéndose a Callum.
—No estoy perdiendo el pelo. No te atreves a contarle a ese reportero
algún estúpido cuento acerca de mi angustia por mi inexistente pérdida de
cabello. Y ciertamente no estoy fofo. Lo demostré en los ascensores.
Callum tuvo que ocultar una sonrisa porque éste era el Oliver más
animado que había visto en años.
—Tienes razón. Le diré al molesto reportero que estábamos discutiendo
sobre una apuesta que habíamos hecho. Todo el mundo entiende las peleas
de fútbol. Sólo un poco de hooligan en ti, hermano. Lo resolveré.
—¿Y qué pasa con Tori?—preguntó Oliver.
—Voy a resolver lo de ella, también. —Él ya había resuelto el problema
de su vestido para la noche siguiente.
A pesar del hecho de que ella estaba relacionada con una de las familias
más ricas del mundo, parecía decidida a arreglárselas por su cuenta. Eso
significaba que no podía permitirse la clase de traje de noche de diseñador
que debería tener para mañana por la noche. Dado el orgullo de Tori, ella
desde luego se resistiría a dejarle pagar si intentara comprarle un vestido.
En lugar de eso, él había arreglado que ella se probara algunos vestidos de
“liquidación” en Harrods. La dependienta haría pagar a Tori una pequeña
parte y facturaría a Callum el resto.
—Cualquiera que sea el plan que está atravesando tu cabeza está mal—le
recordó Oliver a través de los dientes apretados—. Ella está comprometida.
La verdad se apoyó en la punta de la lengua, pero Callum no podía correr
el riesgo de contarles a sus hermanos. Si lo hiciera y Oliver la llamara
con un dedo, ¿escogería ella a su hermano mayor? ¿Preferiría la
inteligencia de Rory? ¿O ella realmente se endosaría con un ex delantero
que sólo ha sido realmente bueno pateando una pelota dentro de una red?
A Callum no le gustaban sus probabilidades.
—Me encargaré de eso, también. —Él salió y su buen humor
desapareció.
Él podría ser un hijo de puta, pero ella era el premio. Y él tenía la
intención de ganar.
Capítulo 3
Tori se quedó mirando el gran salón de baile y se preguntó si estaba
haciendo lo correcto. No sobre la recaudación de fondos. El evento en sí
parecía ser un éxito muy elegante. El dinero entraba a manos llenas. Como
un bono adicional, los tres hermanos Thurston-Hughes lucían calientes en
sus trajes de etiqueta.
Lo que realmente se preguntaba era si debería haber cedido tan
fácilmente y aceptado quedarse en Londres. Ver a los tres hermanos todos
los días hacía mucho más probable que continuara fantaseando que eran sus
hombres. ¿Qué pasaría si un día, imaginarse rodeada y amada por ellos ya
no fuera suficiente?
Ella hizo una mueca. Probablemente debería renunciar antes de que
hiciera algo estúpido de lo que no podría recuperarse, algo que la dejaría
con una reputación profesional destrozada y un corazón roto. Si hubiera
sido más lista… si hubiera podido conseguir quererlos menos… podría
haber utilizado esa tonta pelea de ayer como la excusa para entregarlos a
otro publicista. Si ella hubiera empujado un poco más fuerte, habrían
cedido. Si hubiera llorado por lo mucho que extrañaba a su prometido, el
propio Oliver le habría comprado el billete de avión.
En lugar de eso, una oleada de alivio la abrumó cuando se dio cuenta que
no tenían intenciones de dejar que se marchara. Estaba atrapada aquí por
ese contrato al que en verdad debería haber prestado más atención. Sí, ella
era una masoquista.
Desde el balcón, Tori barrió con la mirada el salón de baile y vio a su
hermana en brazos de Talib en la pista de baile. Una sensación nostálgica se
apoderó de ella mientras los observaba bailar el vals a un ritmo perfecto. La
belleza de su hermana y su felicidad eran algo casi palpable. ¿Quién podría
haber imaginado lo bien que resultaría su viaje de negocios, aparentemente
aciago, a Bezakistan?
—Hola, hermanita— dijo una voz profunda—. Te ves hermosa esta
noche.
Ella sonrió a su cuñado. Rafiq al Mussad era un hombre bellísimo con el
cabello negro como el azabache y unos ojos en los que una chica podría
perderse. Ella extendió las manos en señal de saludo.
—Y tú te ves elegante como siempre, hermano.
Tori amaba tener familia otra vez. Durante mucho tiempo, ella y Piper
habían luchado para arreglárselas solas, y ahora tenía todos estos increíbles
hombres que contaba como hermanos.
Rafe tomó sus manos entre las suyas y negó con la cabeza.
—¿Tienes un guardia? No me gusta la idea de tú correteando por Londres
con ese vestido. Piper lo vio en la pasarela hace dos semanas, y yo temí que
si lo usara comenzaría una reyerta.
Tori se echó a reír y apretó las manos de Rafe antes de volverse hacia el
salón.
—No creo que vaya a empezar ninguna reyerta, pero la recaudación de
fondos parece estar yendo bien. No puedo agradecerles lo suficiente por la
generosa contribución.
—Hacemos lo que podemos. —Él se colocó a su lado—. He estado
pensando.
—Eso es una cosa peligrosa. —Tori era sólo medio burlona. Rafe
pensando generalmente significaba algún plan para trasladarla al palacio
donde podía mantener a toda su familia bajo la atenta mirada de la guardia
real. Talib y Kadir naturalmente estarían de acuerdo.
—El mundo es un lugar peligroso. Creo que deberías regresar a trabajar
para nosotros.
Ella suspiró.
—La familia real no necesita mis servicios. No sois chicos malos. Todos
sois padres de familia y miembros de la realeza ejemplares.
—Sabir y Michael son hooligans cabales. Ella se echó a reír.
—Estoy seguro de que mis sobrinos consiguen una prensa terrible porque
no recogen del suelo sus juguetes o no hacen caca cuando tú quieres.
Llámame cuando sean adolescentes. Entonces puede que necesites mis
servicios.
Rafe se apoyó en la barandilla, estudiándola como si ella fuera un
problema que él debía resolver.
—Me preocupo por ti. También lo hace Piper. Desde una perspectiva de
seguridad, tú eres el eslabón débil en nuestra cadena. A algunas facciones
radicales por ahí les encantaría atacar a Talib y minimizarían la
importancia de lastimar a su familia. Piper y los niños están rodeados de
fuertes medidas de seguridad en todo momento. Pero tú estás viviendo aquí
en Londres, sin nadie que cuide de ti.
—El edificio en el que vivo tiene seguridad. —Aunque últimamente, ella
había tenido la extraña sensación de que alguien la estaba observando.
—Guardias contratados que no cobran lo suficiente para poner sus vidas
en riesgo por ti. —Rafe puso los ojos en blanco—. Te preferiríamos en el
palacio, pero al menos permite que Dane te asigne un competente
destacamento de seguridad mientras que estés en Londres.
La idea la horrorizó. La única cosa que no podía soportar de la vida en un
palacio era la falta de intimidad. Amaba a su familia. Adoraba pasar los días
de fiesta y las vacaciones en Bezakistan con Piper, Alea, sus maridos e
hijos, pero a veces se sentía como si no pudiera respirar allí. Ella no tenía
permitido salir del palacio sin un guardia. Incluso cuando paseaba por los
jardines, alguien estaba observando para asegurarse de que nada peligroso
ocurriera. Tori sabía que los guardias la observaban por motivos de
seguridad, no para espiar, pero ella no podría vivir esa vida.
—No, Rafe. Tengo que ser capaz de ir a donde quiero, cuando quiero.
Necesito hacerlo a mi manera. Me encanta Londres y me encanta mi
libertad. No puedo disfrutar ni en Bezakistan, ni con tus policías
contratados respirando en mi cuello.
Los ojos de Rafe se entrecerraron.
—¿Esa es verdaderamente tu objeción? Estoy pensando que es más
probable que un hombre te mantenga en Londres. O varios.
Ella fingió entender mal.
—No estoy siendo mantenida. ¿No murió ese anticuado ritual de la
amante hace décadas? Tengo un desafiante trabajo como relaciones públicas
por cada centavo que gano.
Rafe agitó una mano con gesto conciliador.
—No tengo la intención de insultarte, hermana. Perdóname por querer
protegerte, pero tengo que decir que los hermanos Thurston-Hughes
significan problemas. No me gusta la forma en que te miran. Los he
investigado y no creo que sean dignos de ti.
Tori sintió que se ruborizaba y la ira se arraigó.
—Tú no puedes poner investigadores privados en todos los hombres de
mi vida.
—Nosotros no discriminamos. Hicimos vigilar de cerca a tus amigas
también. A Tori se le cayó la mandíbula.
—Eso es completamente inaceptable, Rafiq.
—Maldita Sea. Se suponía que no debías decirle nada —dijo otra voz
profunda.
Se dio la vuelta y encontró a Kadir subiendo por las escaleras a zancadas
para unirse a ellos. Era ligeramente más bajo que su hermano mayor, pero
llenaba la chaqueta del esmoquin con un poco más de músculo. Sus ojos
tenían un brillo que le dijo que tenía la intención de disfrutar el drama que
su hermano había creado involuntariamente.
—Kade, explícame por qué la familia al Mussad parece tan empeñada en
escarbar en mi vida.
—Claro. Verás, Tori, esto es lo que hacemos. Y no nos llames la familia
al Mussad. Somos tu familia. —Él le envió una mirada de acero—. No
tienes padres para que velen por ti y ningún hombre para protegerte. Pero
tienes tres hermanos.
—Sí, pero yo no pedí tres hermanos, sobreprotectores y cotillas.
Deberíais encontrar mejores cosas que hacer con vuestro tiempo. Tenéis un
país para gobernar.
Rafe y Kade intercambiaron una mirada antes de que Rafe se encogiera
de hombros.
—Eso es cierto, pero nuestro país está en paz. Asegurar tu bienestar es un
buen pasatiempo.
La mirada de Kade se desvió hacia su mano. Sus ojos se entrecerraron.
—¿Tienes alguna noticia que quieras compartir con nosotros?
Ella miró el falso anillo. Hacía juego con los diamantes falsos alrededor
de su cuello. La mujer en Harrods insistió en que iban con el vestido. Tori
había pagado cincuenta libras por los aretes y el collar haciendo juego. Ella
tenía que admitir, que lucían bien. Eran mucho mejores falsificaciones que
el anillo de zirconio que había comprado en un infomercial. Antes de
ponérselos, los puso a la luz y los observó chispear.
—Tenéis vuestros secretos. Yo el mío. Rafe levantó su mano y examinó
el anillo.
—¿Te dijeron que esto era verdadero? ¿Cuál de ellos? Tengo deseos de
tener una charla con él.
Ella retiró su mano de la de él.
—¿Qué significa eso?
—Significa que no soy estúpido, Tori, pero estoy confundido—dijo Rafe
recorriéndola con los ojos.
—Yo también. —Kade permaneció junto a su hermano mientras
intercambiaban unas palabras en su lengua natal.
Tori realmente deseó poder entender la lengua.
—¿Qué está pasando? — Piper subió las escaleras, escoltada por su
marido. El jeque de Bezakistan miró a sus hermanos con los ojos
entrecerrados.
—Pensé que habíamos acordado hacer esto en privado.
—Mira su mano izquierda—protestó Kade.
Maldita sea. Sus dos mundos estaban colisionando. Ella ni siquiera había
pensado en el hecho de que Piper o sus maridos cuestionarían el anillo. Ella
había estado pensando en que Oliver, Rory, Callum, y Claire estaban
pasando a recogerla en su limusina.
—No es nada.
Piper se quedó sin aliento y todo su rostro se iluminó.
—Lo sabía. ¿Cuál de ellos es? El jugador de balónpie, ¿no? Es un
muñeco.
—Fútbol, por favor—dijo Talib con un elegante movimiento de cabeza
—. Los estadounidenses son los únicos que lo llaman balompié y, cariño,
mira esa cosa.
Piper frunció el ceño.
—¿Y qué si no es real? El dinero no lo es todo.
—¿Estos hombres tienen miles de millones y le proponen matrimonio a
mi cuñada con una pieza tan insignificante? —Talib se alisó la chaqueta del
esmoquin—. Hablaré con ellos acerca de las expectativas.
Ella no podía dejar que eso sucediera.
—Ellos no me compraron nada. Lo compré todo a bajo precio, incluso el
anillo. Sé que es falso. Pero no creo que sea tan malo. Va bien con el
vestido y los zapatos. Solo pagué doscientas libras por el lote. —Ella
levantó el ruedo de su vestido para lucir los magníficos zapatos que habían
estado en liquidación—. El anillo de compromiso es para evitar que los
hombres me hagan insinuaciones amorosas. ¿De acuerdo? Así que dad
marcha atrás, adorables neandertales.
Piper levantó una ceja.
—No puedo creer que estés mintiendo a los hermanos Thurston-Hughes
sobre un prometido. He visto la forma en que te miran. Descubrirán tu
artimaña y no van a estar felices.
—Por lo menos uno de ellos ya lo ha hecho—dijo Rafe—. O ya no les
importa que estés “ocupada”. El que te compró ese vestido está poniendo su
marca en ti.
Ella no era segura de lo que estaba hablando.
—Te lo dije, yo compré el vestido. Kade resopló.
—No por doscientas libras. ¿Estás segura que cargaste los gastos en tus
tarjetas de crédito? Y no creo que tu línea de crédito sea lo suficientemente
amplia para comprar todo eso. ¿Por qué te endeudaste? ¿Por qué te niegas a
utilizar las cuentas que te ofrecimos?
Porque vendrían con muchas cadenas, incluida la guardia dedicada que
robaría su intimidad.
—Juro que usé mi propio dinero. Compré todo en los percheros de
liquidación en Harrods.
Piper tomó su mano, y su hermana tenía esa mirada en su rostro que dijo
a Tori estaba a punto de escuchar algo que no le gustaría.
—Cariño, ese vestido es un Versace.
Ella se había sorprendido por su buena fortuna.
—Lo sé. Fue una ganga.
—Salió a la venta hace dos semanas. Es de la colección de otoño, sacado
directamente de la pasarela. Compré otro de esa colección por seis mil
dólares en Nueva York la semana pasada. Ese vestido es de edición
limitada. Y los zapatos son unos Louboutin completamente nuevos. Eso son
otros miles de dólares. Ni siquiera podría comenzar a decirte cuánto cuestan
los diamantes.
—Al menos cincuenta mil libras—dijo Talib—. Con los pendientes,
quizás setenta y cinco. ¿Son prestados?
Tori no podía respirar. Debían estar equivocados. De ninguna manera
podría haberse permitido nada de eso, y ella nunca había oído hablar de
diamantes verdaderos estando en liquidación. Entonces, ¿qué había pasado?
—Pero tengo un recibo por todo.
—Te aseguro que quienquiera que pagara el resto de la factura tiene el
recibo correcto si tiene un cerebro en la cabeza— dijo Kade.
Callum había arreglado su cita en la tienda de lujo. Oh, ¿qué había
hecho? Normalmente, Tori pensaría en Rory, mucho más capaz de un ardid
semejante, pero esto demostraba que ella había subestimado
profundamente al jugador de balónpie.
Con furia, escudriñó el salón de baile y divisó a Callum hablando con
Rory. Él se rió de algo que su hermano menor dijo, y ella se sorprendió de
nuevo de lo bellos que eran. Aunque poseían estaturas similares, cabello
rubio y mandíbulas fuertes, Callum era un poco más alto que Rory. Por otra
parte, Callum era más alto que casi todos en el baile, y sus hermanos eran
solo unos pocos centímetros más bajos. Callum era todo músculo magro,
su cuerpo perfeccionado de sus años de atleta. Rory obviamente pasaba una
enorme cantidad de tiempo en el gimnasio. El abogado corporativo llevaba
el cabello cortísimo, como si temiera que si creciera demasiado, perdería el
control.
Callum miró hacia arriba de repente. Sus miradas se encontraron, se
fusionaron.
Su sonrisa casi le quitó el aliento.
—Yo sé lo que significa cuando un hombre usa esa mirada—dijo Rafe—.
Deberíamos llevar a nuestra pequeña hermana de regreso a Bezakistan.
—Estoy de acuerdo. El futbolista no es el único mirando. —Tal hizo un
gesto hacia su izquierda.
Oliver se demoraba en la puerta de entrada, con la mirada clavada en ella.
Sus labios se curvaban en una peligrosa sonrisa que la hizo pensar que él
fantaseaba con piel húmeda y noches jadeantes. El corazón de Tori
comenzó a palpitar.
—Definitivamente creo que deberías venir con nosotros. —Kade
envolvió un brazo protector alrededor de sus hombros—. Esta noche.
La mirada de Oliver se dirigió hacia donde la tocaba. Su expresión
cambió de seductora a mortal en un santiamén.
Ella se apartó de su cuñado.
—Me quedo aquí.
—Talib, ella es mi hermana—intervino Piper—. Y es su vida. Elegí
casarse con vosotros tres sin interferencias. Bueno, elegí no matarte después
de enterarme de que me habías engañado para convertirme en tu prometida.
—Eso no es cierto, habibti. —Tal la atrajo hacia sí—. No hubo trucos.
Estábamos locamente enamorados desde el principio.
Piper mofó.
—Eso no es precisamente cierto.
—Yo digo lo contrario.
—Entonces estás reescribiendo la historia para satisfacer tus propósitos.
—Ella puso los ojos en blanco.
Tal se encogió de hombros con una traviesa sonrisa.
—Soy un jeque.
—A veces también eres un imbécil arrogante —bromeó Piper, luego
suavizó el tono—. Mi hermana quiere quedarse.
—Tengo un empleo—agregó Tori—. Responsabilidades. Con un suspiro
reacio, Tal se derrumbó.
—Me arrepentiré de esto. Hermanos, demos marcha atrás. Dejemos que
Tori maneje a estos hombres hasta el momento en que ella no pueda.
—Puedo manejarlos—insistió ella.
Haciendo una mueca, Piper se apoderó de su mano.
—Esta es la mayor concesión que él va a darte. Sabes que si los
hermanos Thurston-Hughes te lastiman, a mis esposos no les importará que
seas una mujer independiente. Sólo les importará que eres su hermana.
—Exactamente—estuvo de acuerdo Tal.
—Voy a estar bien—insistió. Realmente esperaba que estuviera diciendo
la verdad—. Discúlpenme.
Tori se marchó escalera abajo para encontrar a Callum. Si él había hecho
lo que ella sospechaba, tenía unas cuantas palabras que decirle. Entonces...
bueno, ella podría perder su trabajo hoy después de todo.

* *

Rory tomó otra copa de champán del camarero y miró hacia el balcón del
segundo piso ignorando el salón de baile.
—¿Dónde ha conseguido Tori ese vestido? Debería ser ilegal. —Él dejó
escapar un áspero suspiro—. Se ve comestible.
Tori se inclinó ligeramente sobre la barandilla con una cariñosa sonrisa
en su rostro mientras miraba hacia abajo, su escote exhibiendo la madura
perfección. Rory siguió su mirada mientras ella observaba a su hermana
bailar con el jeque. ¿Se imaginaba bailando? ¿Cómo reaccionaría si él le
preguntara?
Seguramente, ella no se opondría. No podría haber una traición en
escoltar a su potencial cuñada alrededor de la pista de baile. Ciertamente,
Oliver aprobaría que cuidara de ella mientras su hermano mayor no podía
encargarse en persona de ello. Mientras Rory dejara de lado su propia
lujuria, estarían bien.
—El vestido es de Versace. Yo sabía que ella tenía buen ojo. —La mirada
de Callum se desvió hacia donde ella se encontraba. —Escogí cuatro
vestidos de noche que pensé que le gustarían, pero tengo que admitir, que
ese es el que yo habría escogido para ella.
Rory se preguntó lo que Oliver diría sobre Callum seleccionando su
vestuario.
—¿Los otros tres venían con un corsé? Callum le lanzó una mirada
confusa.
—¿Qué quieres decir?
Su hermano no debería tener permitido vestir a Tori de nuevo. No sólo
Oliver lo encontraría inapropiado, sino que Callum parecía haberse
olvidado de partes importantes.
—A ese vestido le falta la tela correcta para cubrir sus pechos. Cada
hombre en el salón los está mirando.
Él incluido. Casi había salivado cuando ella salió y esos pechos había
llamado su atención. El verde del vestido proporciona un magnífico
contraste con la extensión cremosa de su piel.
Callum se encogió de hombros mientras tomaba un sorbo de champán.
—Que los miren. Ella es hermosa y esta noche se siente así. Sabe que
todo hombre en la habitación la desea. Lo que ella no sabe es que si uno de
los tipos le hace insinuaciones sexuales, encontrará la cabeza reubicada en
su culo.
—Aún así, podrías haberle dado algunas opciones más modestas. —Rory
sabía que sonaba como un mojigato, pero a él le disgustaba la idea de todos
esos otros hombres devorándola con la mirada. Ella ya tenía tres. No
necesitaba más.
A él realmente le gustaba cómo se vestía para la oficina. Usaba colores
brillantes, pero sus faldas tenían siempre un largo profesional y ella tendía a
abotonarse hasta arriba. Constantemente se preguntaba cómo se sentiría
quitarle esas ceremoniosas chaquetas de punto, luego arrancarle las faldas y
las blusas bonitas, bajar sus bragas y extenderla sobre su escritorio como el
sacrificio de una virgen.
Tenía la sospecha de que eso era exactamente lo que era… una virgen.
Rory sabía que Oliver la necesitaba, que sólo ella podía guiarlo desde ese
lugar oscuro de su alma de regreso a la luz. Pero le preocupaba que Oliver
la destrozara.
Tal vez debería replantearse todo. Si él dijera a Callum lo que
sospechaba, su hermano del medio sería correcto con ella. Él podría ser un
playboy, pero cuando una mujer le interesaba realmente tendía a cuidarla de
manera excelente.
Sí, pero entonces Rory pasaría el resto de su vida deseándola para él.
¿Hasta qué punto debería averiguar lo que Tori necesitaría y hacer todo lo
necesario para asegurarse de que lo consiguiera? Había pasado tanto tiempo
preocupado por la felicidad de Oliver que había descuidado considerar la de
ella.
—Ella no necesita opciones modestas—argumentó Callum—. Ella
necesita saber lo hermosa que es. Necesita ver que casarse con la realeza no
es la única manera de ser una reina. Ella se ve como una esta noche. —
Callum suspiró—. Ah, los hermanos al Mussad la han acaparado de nuevo.
Seré feliz cuando se vayan. Son prácticamente bárbaros. ¿Sabías que el más
joven me amenazó con jugar al fútbol con mi polla si tan solo pensaba en
llevar a Tori a la cama?
Bastardos.
—Sí, fui abordado por Rafiq. Parece que no tiene un buen concepto de
nosotros.
Rafe al Mussad había hablado brevemente con él al comienzo del baile.
Le había explicado que Tori podría ser una huérfana, pero eso no quería
decir que estaba sin protección. Rory había tratado de convencer al hombre
de que Oliver era perfecto para ella, pero Rafe se había limitado a fruncir el
ceño y a decirle que consiguiera que sus hermanos estén en la misma
sintonía o que la dejaran sola.
Rory dudaba que el hombre hubiera querido decir convencer a Callum
para aliarse en apoyar un matrimonio entre Oliver y Tori. Él más bien pensó
que Rafe quiso decir que los tres deberían ir detrás de ella.
Juntos.
—No creo que vaya a viajar al campo este año—dijo Callum de repente,
sacando a Rory de sus pensamientos.
La familia siempre iba a su casa de campo por tres semanas durante el
verano. En años anteriores, cuando Callum no había estado ocupado
entrenando o promocionando su equipo, se había unido a ellos. La fiesta
había sido una tradición desde que eran niños.
—Es tu primer año libre. ¿Por qué no vendrías? Todos estábamos
deseando estar juntos.
—No quiero dejar sola a Tori. —Callum extendió una mano—. Antes de
que me reprendas, no estoy solo confabulándome para seducirla. Ella es un
poco demasiado confiada cuando está paseando por la ciudad. Ha hecho
algunos amigos en zonas muy malas de la ciudad y camina o toma el
autobús para verlos. Quiero asegurarme de que se mantiene a salvo.
Y eso daba amplia oportunidad a Callum para facilitar su reclamo, pensó
Rory sarcásticamente.
—Déjame ver si entiendo. Has conseguido mudarte a su edificio y ahora
vas a saltar sobre ella en el minuto en que Oliver y yo salgamos de la
ciudad. ¿Es correcto?
Callum echó atrás la cabeza y se rió.
—No sé si yo lo hubiera expuesto con tanta franqueza, pero sí, tengo la
intención de darle a conocer mis sentimientos e intenciones.
Rory entendía perfectamente por qué Oliver había golpeado a Callum
hoy más temprano. Él contemplaba hacer lo mismo ahora.
—No. ¿Crees que es demasiado confiada mientras recorre la ciudad? No
te puedes imaginar que ella estaría menos segura cuando tú hayas ganado y
la agasajes en la cama. No creo que ella haya tenido relaciones sexuales con
ese novio suyo. Sospecho que es virgen.
Callum lo miró como si le hubieran crecido dos cabezas.
—Te puedo asegurar que nunca ha tenido relaciones sexuales con el
novio, ¿pero una virgen? ¿Encontrar una de más de veinte no es un poco
como encontrar un unicornio en estos días?
Rory miró a su alrededor, porque ésta no era una conversación con los
reporteros sensacionalistas acechando casi con certeza. Oh, ellos no serían
admitidos, pero siempre tenían ojos y oídos en eventos como estos. Lo
último que él necesitaba era un artículo sobre los hermanos Thurston-
Hughes especulando sobre si su publicista era o no virgen.
Él bajó la voz.
—Nada de eso importa porque vas a dejarla sola.
—No voy a hacer eso y te he dicho por qué. —Callum miró hacia arriba
—. Maldita sea, todos están encima de ella ahora.
Él miró en la dirección de su hermano. Efectivamente, los hermanos al
Mussad, junto con la reina, rodeaban a Tori.
—No creo que el jeque apruebe tu elección de ropa, tampoco. Callum
palideció un poco.
—En realidad, creo que le podrían estar preguntando cómo se pudo
permitir el vestido.
—¿No le pediste a Sheila que encontrara algo que ella pudiera
permitirse? — Tenían una personal shopper que podía hacer milagros a
veces. Por supuesto que un hombre como Callum no necesitaba un milagro.
Él podía comprar lo que quisiera y definitivamente quería a Tori—. Dime
que no lo hiciste.
—Ojalá pudiera. Sinceramente lo haría ahora. ¿Crees que ellos saben que
esos diamantes son verdaderos?
—Ellos compran joyas para su esposa todo el tiempo. Por supuesto que lo
saben.
—Mierda. Entonces yo podría estar un poquito en problemas.
—¡Idiota! Pagaste por las joyas y el vestido y la dejaste creer que podía
pagarlos.
—Y los zapatos. No te olvides de los zapatos. Eran ridículamente caros y
apuesto a que luce como un sueño en ellos. —Tori de repente miró echando
fuego por los ojos en la dirección de Callum—. Va a asesinarme.
—Yo podría ayudarla—gruñó Rory.
—¿Crees que los hermanos al Mussad van a secuestrarme y a arrastrarme
por su desierto hasta matarme lentamente? ¿O simplemente lo harán aquí en
pos de una rápida venganza? —Callum se enderezó—. No. No voy a dejar
que me intimiden. Voy a hablar con el jeque y a explicarle que tomo en
serio a Tori. Conseguiré su permiso para cortejarla.
—¿Y si no te lo da?
—Entonces cuidaré mi espalda e iré detrás de ella de todos modos. Su
hermana me aprecia. Envié a sus hijos pelotas de futbol autografiadas y
prometí entrenarlos cuando crezcan. Diablos, formarán parte del equipo de
la Copa Mundial de su país, si tengo que hacerlo. —Callum siempre había
sabido cómo utilizar sus recursos.
—Tú no harás nada de eso. —Tal vez sería mejor si los al Mussad la
sacaran a la fuerza del país. De lo contrario, Rory se preguntaba si el deseo
mutuo que él y sus hermanos tenían por Tori podría separarlos.
A menos que ella fuera la que los juntara. Había funcionado para los al
Mussad.
Pero Oliver nunca compartiría, y no vivían en Bezakistan. Tonta idea.
Semejante relación nunca sería aceptada en Inglaterra.
Tienes un billón de libras a tu alcance. Si nunca hicieras otro, podrías
vivir felizmente por varias generaciones. ¿De qué sirve todo ese dinero si
no te da libertad?
A veces, la voz en su cabeza era demasiado coherente.
—Tenemos un problema. —Claire se acercó a ellos tan de prisa como sus
tacones de diez centímetros se lo permitieron.
—Sí, parece que tenemos un montón de esos esta noche—dijo Rory
arrastrando las palabras—. Y tú a las claras has olvidado la parte de arriba
de tu vestido, también. Debería haberme preguntado por qué bajaste usando
ese chal. Tú sabías muy bien que te hubiera dicho que te cambiaras.
Sus labios se curvaron en la sonrisa más dulce mientras ella le palmeaba
la mejilla con cariño.
—Eres encantador, Rory. Pero tengo casi veintisiete años y no necesito
que mis hermanos escojan mi vestuario. Es fantástico que estés tan atento a
mí, pero creo que, ahora mismo, nuestro querido Cal necesita de nuestra
atención.
—¿Por qué? —A pesar de las preocupaciones de Callum, Rory no creía
que los al Mussad fueran a matarlo. Serían mucho más sutiles y peligrosos.
Además, a la reina de verdad le gustaba Callum.
Ella miró por encima del hombro, hacia la entrada.
—La seguridad fue a buscar Oliver hace un momento. Hay una mujer en
la puerta sin invitación, insistiendo en ver a Callum. Ella afirma ser su
prometida.
Callum maldijo.
—Puñetera Thea.
¿El drama nunca terminaba?
—Voy a hablar con ella.
—No—dijo Callum—. Yo lo haré.
Los medios de comunicación se cebarían con ello.
—No—insistió Rory—. Tú te quedas aquí. Oliver y yo trataremos con
ella. No te atrevas a mostrar tu rostro. Eso no hará más que alentarla.
Callum apretó con fuerza los labios.
—Ella es mi problema.
Claire negó con la cabeza, los rizos rubios rozando sus hombros
desnudos.
—No, ella es nuestro problema y vamos a tratar con ella. Confía en mí, si
alguna vez consigo un espeluznante acosador, dejaré que tú trates con él.
Después de un largo momento, Callum cedió.
—Está bien. Mantendré a Tori cerca en caso de que necesitemos un poco
de control de daños.
Claire agarró la mano de Rory.
—Vamos a acabar con esto. Y a vigilar a Oliver. Me preocupa un poco
cómo manejará esto.
Porque últimamente Oliver era una especie de psicópata. Rory se dio la
vuelta y dejó a su hermano más cachondo para encargarse con el más
violento de una situación garantizada para exacerbar el temperamento de
Ollie. Brillante.
Rory suspiró. A veces, ser el razonable era muy, muy difícil.

* *
Oliver caminó con paso airado hacia el guardia de seguridad. Quería
culpar a Tori por llevar puesto ese casi inexistente vestido de noche y
hacerlo sentirse tan malditamente posesivo. Si sus senos no hubieran estado
en exhibición, tal vez no habría querido asesinar a cada hombre que puso
una mano encima de ella, incluso a sus cuñados.
Había observado a Kadir tocarla como si tuviera todo el derecho. De
acuerdo, el contacto no había sido sexual, pero... era evidente ver que los al
Mussad la querían de regreso en el palacio donde podrían velar por ella y
muy probablemente elegir a quien ellos creyeran sería un marido adecuado
para ella.
O maridos, como era su costumbre.
¿Qué pensaban los cuñados de Tori de su pobre novio allá en Texas?
¿Alguien daba un ápice por él?
Cuando Oliver llegó al puesto de seguridad, se sentía más que listo para
hacer frente a cualquier hombre que se interpusiera en su camino. En su
lugar, se encontró con una mujer junto a la puerta, vestida con un vestido de
noche despampanante, de color crudo y forma ajustada que apenas la
cubría. Vestido de noche no era la palabra correcta en realidad. Mini-vestido
podría ser más adecuado. La diminuta prenda mostraba sus pechos y rozaba
a gran altura sus muslos. La pobre chica no podría inclinarse sin mostrar al
mundo su trasero.
Si ella estaba embarazada de Callum, ciertamente, no se notaba.
—No entiendo el problema. —Ella hizo un puchero al guardia—. Mi
novio está en el interior. Simplemente no me dejó la documentación
correcta.
—Se necesita una invitación para entrar, señorita. —Uno de los guardias
le envió una ceñuda expresión de disculpa.
Ella golpeó el suelo con su tacón de diseñador.
—No necesito una invitación. Mi futuro esposo es Callum Thurston-
Hughes.
Usted me dejará entrar en este instante.
Ah, la delirante joven. Él la examinó por un momento. Thea Palmer era
una “actriz”. Ella había conseguido pequeños papeles en tres películas y
grandes habladurías como una chica de almanaque antes de que se hubiera
atrevido y se sometiera a una cirugía. Entre las mejoras en los labios y los
senos demasiado grandes que parecían a punto de estallar en cualquier
momento, probablemente se había gastado todo lo que tenía en cirujanos.
Además de ser “de silicona”, no tenía absolutamente ningún tipo de
educación. Así que, naturalmente, su hermano menor había pensado que
sería una compañera de cama adecuada.
De acuerdo con los informes que Oliver había recibido de ella, había
conseguido un pequeño papel en un show en América que había sido
cancelado después de sólo tres funciones. Ella había regresado a Inglaterra
y al parecer decidido que Cal era su vale de comida.
Por el contrario, Tori era inteligente. Hacía unas semanas, habían tenido
una larga conversación sobre política, y ella había conocido mucho más
acerca de los sistemas de gobierno europeos de lo que había imaginado. Las
discusiones con ella fueron puro placer. Se encontró entablando una
conversación intelectual de una manera que no había hecho desde la
universidad. Habían debatido durante casi dos horas, su fácil camaradería
haciendo que el tiempo pasara volando. Se había sorprendido cuando
finalmente había mirado el reloj. Por lo general sentía el peso del tiempo...
excepto cuando ella lo miraba con sus dulces ojos azules y esa sonrisa que
iluminaba el mundo.
La mujer enfrente de él tenía absolutamente nada de la fácil inteligencia
de Tori.
Su publicista manejaba a las personas con mano hábil. Esta mujer usaba
un hacha.
—Tendré su maldito trabajo, lo haré. —Ella miró al guardia.
—¿Cuál es el problema? —Oliver salió del vestíbulo y entró en su línea
de visión por primera vez.
Sus ojos se abrieron de par en par.
—Señor Thurston-Hughes, gracias a Dios. Por favor, hable con su
guardia. Parece haber un error.
Por el rabillo de sus ojos, Oliver vio a una intrépida mujer de veintitantos
años con un modesto vestido negro diseñado para ayudar a mimetizarse.
Mientras ella merodeaba alrededor del puesto de seguridad, la reconoció
como una reportera de The Sun. Maldita Sea. Ella probablemente tenía la
intención de tomar fotografías de las celebridades entrando y saliendo, pero
en el momento en que se dio cuenta del drama desarrollándose aquí, Callum
y el “hijo natural” de Thea serían la noticia de primera plana. Una vez más.
Y Tori se pondría furiosa.
Quería arrojar afuera a Thea, pero la mozuela probablemente encontraría
a los periodistas al acecho y les daría una historia llorosa sobre cómo el
hombre que había engendrado a su hijo estaba bailando toda la noche
mientras ella se quedaba en la calle arreglándoselas sola.
Él debería haber destrozado a Callum más concienzudamente. Su
polla ingobernable los había metido en problemas.
—Venga conmigo, señora Palmer. —Él abrió la soga de terciopelo y le
permitió pasar. No pudo perderse la mirada de triunfo en su rostro mientras
pasaba junto al guardia. Oliver estrechó la mano del hombre uniformado—.
Gracias. Lo hizo bien. Yo me encargo de ella desde aquí.
El guardia se inclinó.
—Tenga cuidado, señor. Ella venía con un hombre que se veía un poco
matón para mí. Él desapareció una vez que ella se acercó. No creo que ella
quisiera que yo lo viera.
Oliver asintió con la cabeza.
—Esté alerta de él. Y no dude en trabajar con los guardias de los al
Mussad. —Por supuesto, habían traído los de ellos—. Son algunos de los
mejores del mundo.
Él se dio la vuelta y tuvo que darse prisa para alcanzar a su presa. Ella no
estaba haraganeando por allí, esperando para hablar con él. Se dirigía
directamente hacia el salón de baile, probablemente dispuesta a cazar a
Callum y causar una escena, además de enormes problemas para toda la
familia.
Por suerte, Rory le cortó el paso antes de que ella pudiera entrar
apresuradamente.
—Hola.
Thea lo miró como si sopesara si podría pasarlo. Oliver intentó anular esa
línea de pensamiento.
—¿Por qué no se une a nosotros en la oficina? Vamos a tener una amable
charla.
Trató de no sonar amenazante, casi amistoso. Seguramente él podría
manejar eso por unos minutos. Si pudieran pasar la noche con daños
mínimos, Tori ni siquiera tenía que enterarse de que algo había ocurrido.
Ella podría creer que los hermanos Thurston-Hughes podrían pasar una
noche sin estar en el centro de una historia digna de un periódico
sensacionalista.
Los ojos de Thea se entrecerraron.
— Él está allí con esa puta, ¿verdad?
Y así nada más, Oliver abandonó el método no amenazante.
—Es mejor que no esté hablando sobre la mujer que yo creo. Sus labios
se curvaron en una sonrisa afectada.
—Ella podrá tener parentesco político con la realeza de Oriente Medio,
pero esa patética estadounidense no es más que una puta en busca de trepar
socialmente.
—No te acerques que me tiznas, le dijo la sartén al cazo—dijo Rory por
debajo del masculino suspiro mientras escudriñaba la zona—. Oliver,
deberíamos mover esto a un sitio privado.
Cuando Oliver echó una mirada detrás de él, respingó. Efectivamente, la
reportera de The Sun estaba hablando con el guardia. Ella no le sonsacaría
nada, pero si Thea no mantenía la voz baja, la chismosa profesional en el
vestido negro escucharía demasiado.
Con el ceño fruncido, Oliver se apoderó del brazo de Thea y comenzó a
escoltarla a la oficina de seguridad.
Ella luchó.
—Usted no puede impedirme ver a Callum. Él es el padre de mi hijo por
nacer.
Oliver la arrastró a la pequeña habitación, cerró de un portazo y encendió
la deslumbrante lámpara en lo alto. Él paralizó a la perra manipuladora con
su mirada. Al instante, supo que su hermano estaba diciendo la verdad.
Callum podría cometer errores, pero nunca uno así de grande. Oliver sintió
que Thea y Yasmin eran almas gemelas, el tipo de mujeres dispuestas a
decir cualquier mentira para salirse con la suya.
—No le creo, señora Palmer. Reconozco que mi hermano la folló el año
pasado antes de su lesión, pero no desde entonces. Usted no puede estar
embarazada de su hijo.
Ella tuvo la osadía de mirarlo conmocionada por su falta de tacto.
—¡Cómo se atreve!
Oliver la ignoró.
—Le haré una única oferta. Le escribiré un cheque por cien mil libras si
está de acuerdo en retractarse de la historia de que Callum es el padre de su
bebé. Usted tendrá que firmar papeles, por supuesto.
—Oliver —ladró Rory—. No puedes recompensar sus mentiras.
—Preferiría no tener que hacerlo, pero no tendré esta espada de
Damocles colgando sobre nuestras cabezas durante el próximo año. —
Tenían bastantes problemas con los que tratar—. Una vez que ella haya
firmado, si persigue a Callum de cualquier modo, la demandaremos.
—¿Y si ella está realmente embarazada? —argumentó Rory.
—Entonces ella no debería estar consumiendo cocaína. Todavía hay un
poco de eso en su nariz. —Una mancha de polvo blanco se aferraba a su
fosa nasal, y sus ojos se habían vuelto un poco vidriosos. El hecho de que él
alguna vez creyera, incluso por un segundo, que su hermano podría
embarazar a semejante criatura lo asqueó.
Tori, por otra parte, era una persona diferente. Él podía imaginarse
perfectamente bien a Callum tratando de dejarla embarazada. Lo haría para
asegurarse un futuro con ella, pero Oliver se rehusaba a permitirlo. Callum
podría pensar que estaba bien perseguirla porque su novio al parecer la
descuidaba, pero él tenía que ver el deshonor en esa jugada. Tori había
elegido a otro hombre. Las personas en su vida deberían respetar esa
elección, sin importar lo mucho que ellos la desearan para sí.
Thea se frotó la nariz con la mano.
—No es lo que usted piensa.
—Es exactamente lo que pienso. Usted está buscando dinero. Se lo estoy
ofreciendo.
Una vez más, ella sacó su falsa angustia.
—Quiero a Cal. Lo amo.
—Tengo serias dudas de eso. Haré lo que sea necesario para proteger a
mi hermano. Ésta es la única oferta, señora Palmer. Si usted no está
conforme ahora mismo, iré detrás de usted con todo lo que tengo y destruiré
su credibilidad. Y le aseguro, tengo un montón de influencias.
Las lágrimas llenaron sus ojos.
—Usted no puede hacerme esto.
—Puedo y lo haré. Soy el jefe de esta familia. La protejo. No tengo el
menor reparo en erradicar cualquier futuro que usted tenga para ayudar a mi
hermano. He hecho que un investigador privado averigüe su historial. Sé
algunas cosas muy interesantes sobre usted. Si se niega ahora, mañana por
la mañana lo haré escarbar más profundamente, sobre todo en sus hábitos
sexuales en estos últimos meses. No tengo ninguna duda de que encontrará
bastante inmundicia para ponerla en ridículo a usted y a sus demandas en
todos los periódicos a lo largo y a lo ancho del país.
Su boca se apretó y su rostro se puso morado de furia.
—Quiero hablar con Callum.
—Usted puede estar acostumbrada a conseguir lo que quiere, pero me
aseguraré de que no consiga llegar a ningún lugar cerca de él.
—Porque él está con esa puta, ¿verdad? Sé exactamente quién es. Los he
visto cenar juntos, he observado a Callum escoltarla por Londres como si
ella fuera una puñetera princesa. Si veo un solo artículo negativo sobre mí
en los periódicos, me aseguraré de que todo el mundo sepa lo puta que
Torrance Glen es. —Thea se apartó—. No la dejaré tener a mi hombre.
La necesidad de rodear la garganta de la perra con las manos lo sacudió
con fuerza. Apenas logró sofocar su rabia.
—¿Usted está rechazando mi ofrecimiento?
—Malditamente correcto, lo estoy.
—Entonces estamos en un punto muerto, pero debería saber que su reloj
no se detiene. Si está embarazada, la ciencia demostrará fácilmente que el
bebé no es de Callum. Hasta entonces, le recomiendo que se calle la boca.
Su vida será mucho más fácil.
—Usted es un capullo. Oliver sonrió lo justo.
—Y mi oferta se rescinde en este mismo instante. Fuera. Si la vuelvo a
ver, la haré arrestar.
—Esto no se ha terminado. No dejaré que usted ni nadie me aparte de
Callum. — Ella se dio la vuelta, abrió la puerta violentamente, y salió
pisando fuerte de la habitación, hacia el guardia y la salida.
Oliver esperó hasta que ella pasó de largo a la periodista, lamiendo sus
heridas. Por ahora. Estaba seguro de que Thea regresaría… y se convertiría
en un enorme dolor en su culo.
—Ella más bien es atemorizante. —Los labios de Rory estaban curvados
con un gesto de repugnancia mientras la observaba—. Sabe de Tori.
Tenemos que hacer algo al respecto.
—Eso es precisamente el motivo por el cual deberías haberme permitido
enviarla de regreso a los Estados Unidos. —Oliver no mencionaría el alivio
total que había inundado su cuerpo cuando se dio cuenta que no tenía que
dejarla ir. Era perverso, sin embargo, esa palabra lo describía perfectamente
en estos días.
Rory suspiró.
—No quiero que se vaya.
—Dios, tú también no.
Además del evidente deseo de Callum por ella, Claire había hecho todo
lo posible para sacar provecho de sus crecientes sentimientos por Tori y
juntarlos. Hasta este momento, él no se había dado cuenta lo mucho que
Rory la deseaba también.
—¿No puedes ver que somos terribles para ella? Ella no será responsable,
pero si no somos cuidados, hará trizas a esta familia.
—No se lo permitiremos. Eso no es lo que ella quiere.
—Ella quiere ir a casa al final de este trabajo y casarse con su prometido.
Hizo su elección hace meses, y tú y Callum traerán deshonra a nuestro
apellido intentando seducirla. No voy a volver a casarme. Incluso si lo
hiciera, sin duda no escogería una chica ingenua como Tori Glen. No tengo
interés alguno en tener una relación con ella.
Él salió precipitadamente de la habitación y casi tropezó con otro
reportero. Estaban por todas partes. Con una maldición, volvió a entrar en el
salón de baile, con la esperanza de que la recaudación de fondos terminara
pronto.
Claire se dirigió hacia él al instante, con el rostro tenso de preocupación.
— Oliver, no puedo encontrar a Callum. Pareció meterse en una especie de
discusión con Tori y ahora ambos desaparecieron.
No. Este baile no terminaría pronto. Oliver suspiró. De hecho, parecía
como si le aguardara una larga noche.
Capítulo 4
Tori bajó las escaleras del salón de baile con una sonrisa encantadora,
pero Callum vio la mirada furiosa debajo. Empezó a subir a su encuentro.
Mierda. Sin duda, él estaba en un aprieto.
Por encima del hombro, vio a Oliver desaparecer dejando atrás un mar de
globos y entrar en la puerta principal con Rory siguiéndole detrás.
Sus hermanos tenían la intención de ocuparse de su problema, y él se
sentía culpable por eso. Bueno, ellos se ocuparían de uno de sus problemas.
Esta noche, tenía dos, y ambos involucraban mujeres.
—¿A dónde vas? —Claire subió las escaleras detrás de él.
Callum no supo qué decir. Si él hubiera arreglado la misma experiencia
de compra para la loca mejorada quirúrgicamente en el vestíbulo como lo
había hecho para Tori, Thea habría caído de rodillas y expresado su
agradecimiento feliz de la vida. No su pequeña publicista. En lugar de eso,
había insultado su carácter independiente y ahora ella tenía la intención de
mostrarle el lado filoso de su temperamento. Lo cuál era precisamente por
lo que la deseaba. Ella no estaba interesada en su dinero o en su fama. Si la
conquistara, sería porque era digno de su amor.
Se volvió hacia su hermana.
—Necesito hablar con Tori. Parece que tenemos un malentendido.
Tori se acercó, su sonrisa más frágil con cada paso. Aun así, se veía
impresionante. El pelo le caía en ondas sueltas alrededor de sus pálidos
hombros y le hacía desear meter los dedos y envolverlos en sus mechones
suaves y brillantes.
—Tenemos que hablar. —Ella lo miraba ceñuda como si él fuera un niño
al que tenía la intención de reprender.
Ahora podría ser el momento de jugar su as con ella.
—Sí, creo que lo necesitamos.
—¿Qué está pasando? —Claire los miraba con un gesto de confusión en
el rostro.
—Tu hermano está jugando algún tipo de juego conmigo y no me gusta
—dijo Tori, anclando una mano en su cadera bien proporcionada.
—¿Yo estoy jugando un juego? Tú eres la que lo empezó, amor. Pero yo
planeo ganar. —Su corazón le latía aceleradamente en el pecho, como
siempre lo había hecho antes de un partido. Callum tenía que admitir que
estar cerca de ella ahora, preparándose para admitir sus sentimientos, le
daba taquicardia.
—¿Cal? — empujó Claire.
—Esto no es nada de lo que debas preocuparte—le aseguró a su hermana
—. Por favor, ayuda a Oliver. Creo que él podría necesitarlo.
Tori no se distrajo.
—¿Ganar? ¿Así que esto es un juego para ti?
—Si estoy siendo honesto, no. —Él la agarró del codo y se volvió hacia
la multitud con una sonrisa de plástico mientras comenzaba a escoltarla
escaleras abajo. Desde luego, no iba a subir. La bastante aterradora familia
de Tori esperaba allí, y él tenía la intención de estar en mejores condiciones
con Tori la próxima vez que los enfrentara.
Ella apretaba el paso a su lado.
—¿A dónde me llevas?
Dejaron a Claire en las escaleras, siguiéndolos con la mirada. La culpa
aguijonó a Callum, pero no podía detenerse para calmar a su hermana
ahora. Más tarde se lo explicaría todo, pero en este momento necesitaba un
lugar tranquilo para discutir esto con Tori.
Él sabía exactamente a dónde ir. Varias salas más pequeñas colindaban
con el salón de baile. Cuando él y Claire había venido para una visita final
antes del baile de caridad, él había explorado un poco. Accidentalmente se
había tropezado con una sala de conferencias particularmente agradable que
no había estado cerrada con llave. Esperaba que lo mismo ocurriera esta
noche.
—A algún lugar privado. Sabes, una mujer muy inteligente una vez me
dijo que las discusiones deberían permanecer privadas. Claramente, estás a
punto de gritarme, así que pensé que deberíamos salir un momento, lejos de
ojos y oídos indiscretos, para que puedas expresarte libremente.
Cruzaron la pista de baile. La música de la orquesta llenaba el aire, las
elegantes parejas bailaban y los ciudadanos más ricos de Londres
cotilleaban a su alrededor. Él hubiera preferido mucho más sacar a Tori en
sus brazos y presumir que ella era suya, pero no se había ganado ese
derecho todavía. En lugar de eso, la condujo al corredor desierto y oscuro,
al otro lado del salón de baile.
—No voy a gritar—dijo ella en voz baja—. Jamás grito. Sólo voy a
pedirte que no me mientas. ¿Cuánto costó este vestido?
Sí, había sido atrapado, pero al menos no estaba sin juego.
—Ese vestido se ve impresionante en ti y vale la pena cada centavo que
pagué por él.
Ella respiró fuerte, claramente tratando de mantener un estricto control
sobre su temperamento.
—Te pedí ayuda para encontrar un vestido adecuado que pudiera
permitirme. Me ofreciste tu personal shopper. Genial. En ninguna parte de
esa conversación acepté dejarte comprar mi vestido.
Llegó a la puerta, por suerte la encontró sin llave otra vez, y la abrió.
Algunos de los empleados del evento habían usado un rincón para
almacenamiento, pero la habitación estaba vacía ahora, así que Cal arrastró
a Tori al interior. El ruido del salón de baile se desvaneció cuando la puerta
se cerró detrás de ellos.
—No podías permitirse nada de lo que estás usando, lo cual es
precisamente por lo que lo compré.
Ella se volvió hacia él. La iluminación ambiental brillaba en todo el
perímetro de la habitación, un brillo suave y dorado que iluminaba el
espacio. Los diamantes alrededor de su grácil garganta y su piel brillante
reflejaban la luz mientras se paseaba delante de una mesa de buen tamaño y
varias sillas de cuero.
—¿Lo compraste así no avergonzaría a la empresa o a tu familia en esta
ocasión? Él negó con la cabeza.
—Nunca me podrías avergonzar. Lo compré porque creo que te mereces
tener un vestido tan hermoso como tú. —Decirle la verdad se sentía bien,
liberador.
Con los ojos muy abiertos, ella dio un paso atrás, su cuerpo haciendo
contacto con la mesa de conferencias.
—Creo que hiciste esto como un gesto encantador, pero mis cuñados me
señalaron que estaba usando una fortuna por la que no pagué. ¿Sabes lo que
piensan de mí ahora?
A él, en particular, no le importaba lo que ellos pensaran.
—Que te ves hermosa, también
—Que soy tu amante. —Ella cruzó los brazos sobre su pecho—. Tu puta.
La ira pasó como un rayo por su cuerpo y ardió al rojo vivo. Por lo
general, él no era un hombre irascible, pero esto lo cabreó.
Se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta con paso airado.
—Me encargaré.
Ella lo agarró del brazo, deteniéndolo antes de que saliera.
—Detente.
Esto no era algo que él dejaría impune.
—No. No voy a permitir que nadie te hable de esa manera. ¿Me
entiendes? No me importa quienes son. ¿Cuál fue?
No tenía importancia. Él se encargaría de los tres si tenía que hacerlo.
Ella respiró hondo y lo miró.
—Cal, nadie usó esa palabra excepto yo, así que no te enojes con mis
cuñados. Te digo cómo me sentí cuando me señalaron que ningún hombre
gasta tanto dinero en una mujer si no tiene la intención de marcarla como
suya.
Está bien entonces. Él podía estar de acuerdo con eso.
—No fue mi intención hacerte sentir como mi amante. Simplemente me
gusta verte usando ropa que compré para ti.
—Callum, estoy comprometida. —Y ella se volvió enseguida para poner
espacio entre ellos. Claramente, tenía la intención de sacar a relucir esta
mentira hasta el final.
Él entró, anulando ese espacio que ella utilizaba como una pared invisible
entre ellos. Paso a paso, se acercó, más y más cerca... hasta que ella no tenía
adónde ir.
—Por lo que me has dicho. Pero si estás enamorada de tu novio, ¿por qué
pasas tanto tiempo conmigo?
Él la miró, observando cuidadosamente sus respuestas. Su respiración se
aceleró. Su piel se sonrojó ligeramente. Se lamió los labios mientras lo
miraba a los ojos. Cal no vio señales de miedo, pero apostaría a que sus
pezones estaban duros como guijarros ahora. Él no tendría que hacer mucho
esfuerzo para tocarlos. Sólo un pequeño tirón, y ese corsé caería. Podría
acunar un pecho, meter la punta dentro de su boca y probarla.
Ella miró a lo lejos.
—Porque somos amigos.
—Somos amigos. Pero quiero más que eso. —Él tomó su mejilla y la
obligó a encontrarse con su mirada una vez más.
—No puedo. —Las palabras salieron entrecortadas y bajas, sin un gramo
de fuerza de voluntad real detrás de ellas.
Normalmente, Tori no tenía ningún problema defendiéndose. Ella podía
discutir durante horas, pero toda su ecuanimidad parecía haber huido. Sus
ojos azules lucían suave cuando su mirada se enredó con la de él.
—¿Porque amas a tu novio? —Él se inclinó, su boca cerniéndose encima
de ella—.
Piensa con cuidado antes de contestar. No me agradará si me mientes.
Ella se quedó sin aliento.
—Lo sabes.
—Sí.
El pánico atravesó rápidamente el rostro de Tori. Ella trató de apartarse,
pero Callum no le dio ni un centímetro.
—¿Qué hiciste? ¿Contrataste un investigador privado?
—Sí.
—No hagas esto. Por favor... —Ella levantó las manos y apoyó las
palmas sobre el pecho masculino. Pero no lo apartó.
—Tienes que dejarme ir.
Callum había sospechado que ella reaccionaría así. Después de todo,
había inventado un novio falso por una razón. Tenía que descubrirla para
superar su objeción o miedo.
—¿Por qué?
—Porque no seré un eslabón más en tu cadena de conquistas.
¿Esa era su preocupación? Él podría haber aprovechado muchas de las
oportunidades disponibles para él como futbolista profesional en su
momento, pero había dejado todo eso atrás.
—No tengo una cadena de conquistas, Tori. Durante los últimos seis
meses, todo lo que he tenido es mi mano ensangrentada y una imagen tuya
jugando en mi cabeza siete por veinticuatro. Si piensas por un instante que
no te tomo en serio, piensa de nuevo. ¿Por qué pagaría un montón de dinero
para que un IP salte al otro lado del charco para localizar a ese misterioso
hombre tuyo? Al principio, tenía la intención de tener una larga
conversación con él acerca de cómo te trata.
—¿Me trata?
—Tori, si fueras mía yo nunca te dejaría pasar ni la mitad de ese tiempo
lejos de mí. Incluso he llegado a odiar los fines de semana porque no te veo
y no puedo asegurarme de que tienes todo lo que necesitas. No me podría
imaginar seis meses sin ti. Me volvería loco. —Él se arriesgó y la agarró
por los hombros. Maldita sea, su piel se sentía tan suave contra sus dedos.
Se tragó un trozo de lujuria y siguió adelante—. En un principio, quería
encarar a ese hombre porque pensaba que era un hijo de puta. Luego me
entero de que no existe en absoluto. ¿Por qué pondrías un diamante falso en
tu mano cuando otro hombre bien podría querer darte uno verdadero?
Ella se soltó de su agarre con un movimiento de hombros y lo miró
parpadeando.
—Pensé que me protegería.
—¿De mí? —Ella estaba a punto de descubrir que nada podía protegerla
de él.
—De todos vosotros—susurró.
Agarró sus caderas esta vez, arrastrándola más cerca.
—¿Está interesada en los tres?
Sus labios se cerraron con terquedad.
—Bueno, yo no puedo hablar por mis hermanos, pero tengo la intención
de mostrarte por qué me deberías escoger.
—¿Saben acerca de mi compromiso, también?
Finalmente, su verdadera baza. Él juntó sus cuerpos, sin perderse la
forma en que su respiración se atascó en el momento en que aplastó sus
pechos contra su tórax.
—No. No les he contado. No quieres que sepan que les mentiste,
¿verdad?
—En realidad no estaba mintiendo—objetó ella.
—Lo estabas, Tori. Cada vez que pronunciabas su nombre o ese anillo
brillaba. — Su polla se endureció mientras se frotaba contra ella—. No
habrá ninguna mentira más. Estoy haciéndome cargo. Tienes miedo, pero
yo quiero mostrarte que no hay nada de que temer.
—Para mí, las hay, Cal. No quiero hablar de eso. Además, estás en el
medio de una demanda de paternidad. —Se detuvo—. Tú dijiste que no
has…
—Desde el día que te conocí, mi amor. No con ella. No con otra.
La conmoción la hizo quedarse boquiabierta, y ella lo miró a la cara con
sus grandes ojos, buscando claramente la verdad.
—¿Así que realmente no puede ser tuyo?
—No. Aclarar todo llevará su tiempo, pero Thea desaparecerá. —Él la
respiró. Ahora que estaba aquí con Tori, quería tomarse su tiempo, enfocar
la atención en ellos, deleitarse en el momento—. Te prometo que no habrá
más como ella. Tengo la intención de serte completamente fiel.
—Esto es una locura. —Ella negó con la cabeza—. No puedo tener una
relación contigo.
—¿Por qué?
—Es poco profesional.
Algunos lo podrían ver de esa manera, pero Callum sospechaba que esa
no era su verdadera objeción.
—No tenemos ninguna política de recursos humanos en contra de los
empleados teniendo citas. Danvers, nuestro director financiero, está
saliendo con una de las gerentes de ventas. ¿Los llamarías poco
profesionales?
—Yo-yo… — Tori abrió la boca, pero ningún otro sonido salió.
Cal sabía que la había atrapado de manera impecable. Si ella decía que sí,
insultaba a un hombre con quien trabajaba a menudo. Si decía que no, abría
la puerta a un romance entre ellos.
—¿Cuál es la verdadera objeción? ¿Tus sentimientos por mis hermanos?
Incluso con este tipo de iluminación, vio que se sonrojaba.
—Me doy cuenta que no es normal aquí en Londres. Tal vez he pasado
demasiado tiempo en Bezakistan. Y sé que está mal, pero...
¿Era eso? ¿En serio? Una vez más, apartó el pensamiento a un lado. Se
inclinó, respirando sobre sus labios carnosos.
—Haré que los olvides. Te voy a mostrar que soy el hombre correcto para
ti.
—No estoy aquí para un romance. No lo quiero.
Y una mierda no lo quería. Su corazón latiendo con fuerza y sus
respiraciones atascadas decían lo contrario.
—Bésame, Tori. Bésame una vez. Y si no es tan bueno como yo creo que
va a ser, si no quieres más, me marcharé.
Era mentira. No había ninguna posibilidad de eso. La quería demasiado
para alguna vez renunciar a ella, pero Tori necesitaba el consuelo de esa
pequeña mentira.
—¿No les dirás que mentí? — Su voz todo menos suplicante.
—No, si me besas.
Ella dio un suspiro tembloroso.
—Está bien. Solo esta vez.
Todo el cuerpo masculino saltó con anticipación. Este era el comienzo de
su vida.
Un beso. Una mujer. Para siempre.
Esperó mientras se levantaba de puntillas, las manos femeninas rozando
su rostro. Ella lo estudiaba como si memorizara el momento. Las yemas de
sus dedos recorrieron su mandíbula antes de que el pulgar le rozara el labio
inferior.
—Creo que eres la mujer más hermosa del mundo, Tori. —Él no iba a
actuar o fingir que no estaba enamorado de ella. Ella debería saber eso
durante cada instante de su vida, a partir de hoy, estaría pensando en ella,
deseándola.
—Y yo creo que estás loco. Voy a devolver el vestido y las joyas. —Ella
rozó sus labios contra los de él.
Él frunció el ceño cuando ella se retiró.
—No, no lo harás y eso no fue un beso.
—Silencio, no he terminado. —Una vez más, su boca se reunió
brevemente con la de él—. Y sí, voy a devolverlo. Eso no es negociable.
—¿Crees que esto es una negociación?
—¿No lo es todo?
—No, amor. Hay cosas que no son objeto de negociación. Algunas cosas
requieren dominación, y es hora de que te muestre lo que quiero decir. —Él
la tomó de la nuca, los dedos sujetando el delicado cuello, y bajó su boca a
la de ella. Tori había usado la palabra conquista antes. Él iba a mostrarle lo
que realmente significaba.

* *
El corazón de Tori latió de prisa, como él bajó la cabeza y sus labios se
estrellaron sobre la de ella. Ella sintió una oleada de excitación arder por
sus venas. No necesitaba estar más excitada. No había estado pensando con
claridad desde el momento en que se dio cuenta de que estaba a solas con
Callum y de que él ya no actuaría de manera cortés.
Sabía que ella había estado mintiendo acerca de su compromiso. Ella
había quedado en ridículo, pero no se estaba riendo de ella y diciéndole que
nunca había necesitado protección contra él. No. Él estaba demostrando su
punto invadiendo su espacio y haciendo que todo su cuerpo reviviera bajo
su toque.
Su boca cubrió la de ella y el calor atravesó su piel como un rayo de
fuego.
La habían besado antes, pero nunca así. Suavemente al principio, pero
Tori sentía que la fuerza masculina llevaba las riendas. Mientras la besaba
no solo movía los labios. Todo su cuerpo estaba comprometido, incitándola
para que se deslizara contra él. Con grandes manos, la abrazó con más
fuerza, acariciando su espalda, bajando para acunar las curvas de sus
caderas. Al parecer, por su propia voluntad, sus brazos lo rodearon y sus
senos se aplastaron contra su duro pecho.
Tori se perdió en su aroma y sabor, sintiéndose al mismo tiempo, deseada
y adorada. Ella no debería besar a uno de sus empleadores, no debería
alentar a este hombre. Pero estaban solos; nadie los vería. Era sólo un beso,
y ella se lo debía por su silencio. Ella no tenía que darle más. Ella
ciertamente no tenía que darle su corazón.
¿Por qué no podría disfrutar de este único momento?
Con un suspiro, se rindió a su abrazo. En el instante en que lo hizo, todo
cambió. El depredador en él atacó súbitamente, como si oliera su sumisión.
Demasiado tarde, Tori se dio cuenta de que ella y Callum compartían
mucho más que un simple beso y de que ella estaba en peligro.
Cuando él presionó más profundamente en su boca y su lengua tocó la de
ella, no fue capaz de preocuparse por darle las razones por lo que la idea era
terrible. Sólo podía sentir.
El beso se volvió carnal, sus bocas copulaban. Tori no tenía ninguna
experiencia real con este tipo de pasión, pero siguió su ejemplo, resbalando
en un vertiginoso remolino de necesidad. Se sentía como en las veces en
que había girado y girado cuando niña hasta que la euforia la había
embargado.
Apartó el pensamiento de que ahora, al igual que entonces, ella caería.
Cuando Callum apretó sus manos en las caderas, ella encontró la
estocada de su lengua y rozó su cuerpo contra el de él, tan delgado y fuerte.
Tori acarició la fuerza de su espalda, hundiendo sus dedos en las
protuberancias sólidas de los músculos bajo la chaqueta del esmoquin.
Tener ese material entre ellos se sentía mal. Ella quería las manos sobre su
piel, para saber qué caliente era cuando estaba excitado y lo suave que sería
bajo su toque.
La besó una y otra vez, sus respiraciones fuertes en el silencio. Entonces
él le mordió los labios y se echó hacia atrás para mirarla a los ojos. La
sacudida de su conexión zumbó a través de ella como una carga eléctrica.
Tori no podía recobrar el aliento.
—Dime que lo sientes, también—exigió él en un susurro apasionado.
—Sí. —La palabra salió de sus labios.
Callum no esperó otro segundo antes de volver a sumergirse
profundamente en el beso. Sus manos recorrían el cuerpo femenino,
trazando la curva de su cintura, acunando su culo. Ansiosamente, subió los
dedos por la línea de su columna vertebral, sobre los hombros… luego
comenzó de nuevo, cada vez más cerca de rozar sus pechos.
Ellos ansiaban su atención. Ella gimió en necesidad.
—Te deseo, Tori. —Las palabras retumbaban por toda su piel mientras él
abandonaba sus labios y comenzaba a besar su mejilla, la oreja, hasta su
cuello.
—Tú me deseas, también.
Ella dejó caer la cabeza hacia atrás. Lo detendría en un momento. Sólo un
poquito más. Ella podría tener algunos minutos más antes de que la realidad
se entrometiera. En estos momentos robados, ella fingiría que no había un
millón de razones por las que no deberían estar juntos y que esta cercanía
podría durar en el mundo real. Durante estos pocos segundos, podía
engañarse de que Oliver y Rory se movían cerca, doloridos por la necesidad
y la lujuria, por poner sus manos sobre ella, también.
De repente, Callum la subió a la mesa de conferencias, acomodándola en
la superficie de madera brillante. Amontonó su vestido alrededor de sus
caderas y se colocó entre sus piernas. Entonces le tomó la cara entre las
manos y la miró como si él apenas pudiera esperar para dar rienda suelta a
toda su lujuria reprimida en ella. Ante su expresión, una genuina excitación
la recorrió, detonando entre sus muslos.
Tenía que detener esto.
Pero cuando la besó de nuevo, en lugar de empujarlo lejos, se aferró a él
con los brazos alrededor de su cintura, y echó la cabeza hacia atrás para
darle un acceso sin restricciones.
Con un gruñido, él se adentró en su boca de nuevo, poseyendo y
devorando, mientras deslizaba una mano dentro del corsé y acunaba un
pecho, jugueteando con su sensible pezón.
El aliento de Tori se atascó y ella gimió.
—Te sientes tan bien, amor. Nunca he deseado a nadie como te deseo—
murmuró contra sus labios—. Déjame hacerte sentir bien, también.
—No podemos hacer esto—logró decir.
Tori era muy consciente de sus acciones no coincidían, pero ella no podía
evitar acercarse más a él, cuando debería haberse apartado.
—Aquí no, de todos modos. —Él le pellizcó el pezón izquierdo y le dio
un agudo tirón.
La sensación la sobresaltó, la invadió. Su pecho se hinchó contra su mano
como pidiendo otro tirón. Ese pequeño mordisco de dolor la hizo jadear.
—Sólo déjame tocarte ahora. —Él se abrió paso desde su pecho a su
muslo, curvando la pierna femenina sobre su cadera—. Déjame enseñarte lo
bueno que va a ser entre nosotros. Será mi castigo por engañarte con el
vestido. Sabrás que estoy dolorido y duro por ti durante toda la noche.
Después de tu placer, regresaremos al baile, y resguardaré tu secreto de mis
hermanos. No haremos nada hasta que estés lista, pero déjame tener este
momento contigo, Tori.
Ella asintió con la cabeza antes de que pudiera pensarlo dos veces. ¿Qué
daño haría? Con su corazón latiendo y su cuerpo a punto, se sentía tan cerca
de algo que deseaba tanto. Sí, ella había experimentado el orgasmo... pero
no uno dado por otra persona. Ansiaba conocer esa sensación, la razón por
la que Piper brillaba cuando sus esposos entraban en la habitación. Nadie
tenía que saber jamás. Ella podría conservar su corazón intacto. Y cuando
regresara a Texas al final de su contrato, tendría un recuerdo especial de
ellos juntos.
Callum se movió rápidamente, levantando más su falda. Entonces él dejó
caer su mano justo sobre ese lugar, apenas cubierto por su ropa interior de
encaje.
—Estás muy mojada.
Ella no se había dado cuenta de eso.
—Lo siento.
Él gimió y deslizó sus dedos por debajo del elástico, directamente sobre
su piel.
—No lo hagas. Eso es todo para mí. Si tuviera tiempo, me arrodillaría y
lamería toda esa crema. ¿Te gustaría eso? ¿Quieres mi lengua en tu coño?
Ella no conocía esa experiencia, pero si lo hacía con el mismo entusiasmo
y delicadeza con que la besaba, Tori apostaba que tener su boca allí abajo se
sentiría divino.
—Sí.
—Bueno, porque a la postre vamos a llegar a eso. Llegaremos a todo eso.
Ella no podía respirar. Él arrastró un solo dedo por su muslo, sobre sus
labios, antes de encontrar el clítoris y frotarlo en círculos suaves.
Hormigueos y excitación se precipitaron por ella. Claro que se había
tocado, pero experimentar los hábiles dedos de un hombre lo hacía
diferente. La mano de Callum era enorme y deliciosamente callosa. Tan
masculina. Ella abrió las piernas, queriendo más de él.
—Hay algo que no me has preguntado—le susurró al oído mientras su
pulgar continuaba con la decadente tortura. Sus dedos jugaban en la entrada
de su sexo.
Tori apenas podía mantener su tren de pensamiento.
—¿Qué?
¿Esa era su voz? Sonaba tan entrecortada y seductora, como una zorra
capaz de tentar a un hombre a la locura. Tori nunca había imaginado que
podía sonar tan seductora. A ella le gustó.
—Éste es mi castigo—dijo Callum entre dientes—. Voy a complacerte.
Entonces me voy a pasear con mi polla hecha un nudo durante toda la
noche. A la larga, habrá castigo para ti también, amor, por mentirme, por
mantenerme apartado de lo que me pertenece. ¿No quieres saber lo que te
haré?
—Dios, Callum, eso se siente tan bien. —¿Por qué seguía hablando? Se
retorció más cerca, moviéndose contra su mano, tratando de robar más de
ese placer sorprendente—. No te detengas.
Su mano libre pellizcó su duro pezón.
—No. Tú no controlas esto. Si te mueves así de nuevo, conseguirás el
castigo que te estoy prometiendo mucho antes.
Ella se quedó inmóvil. Su voz se había vuelto tan dura y áspera. Ella
nunca le había oído ser algo excepto amable con ella.
—¿Qué estás haciendo?
Él volvió a hacer círculos en su clítoris, tan dolorosamente suave. La
llevó justo al borde de nuevo.
—Estoy asumiendo el mando. Tú eres excelente en tu trabajo y deberías
saber que voy a tratar de seguir todos sus consejos cuando se trate de la sala
de juntas, pero yo soy el Amo en el dormitorio… O dondequiera que
resultes estar siendo follada. — Introdujo un dedo dentro de ella, y Tori
siseó—. Vas a apretar mi polla con tanta fuerza. Estás tan caliente, húmeda
y madura. Será el infierno esperar para conseguir estar dentro de ti.
Sus palabras la derritieron, junto con su toque. Le tomó todo lo que tenía
no moverse contra él. Obligándola a permanecer quieta, la despojó de todo
el control. Él tomó el poder y prolongó la sensual tortura. Le robó la
capacidad de pensar. Normalmente, su mente no tenía un interruptor de
apagado. Ahora, ella sólo podía centrarse en hacer lo que fuera necesario
para mantener las manos de Callum sobre ella.
—Por favor, Callum.
Su dedo se movía en su interior, en perfecta sintonía con el pulgar en el
clítoris. La presión creció entre sus muslos. Tanta gloriosa presión. Ella se
estaba moviendo hacia algo que nunca había sentido. Todos esos pequeños
placeres que había logrado darse eran nada comparado con la brillante
explosión que percibía justo a la vuelta de la esquina. Tan cerca. Con su
cuerpo a punto y en el borde, ella sabía que estaba cerca.
—Oh, todo esto complace a Callum—murmuró él—. Pero vas a darme
aún más. Una vez que estemos instalados y que hayamos negociado todos
los términos, sí, negociaremos, a pesar de lo que dije antes, pagarás por la
mentira. Me lo debes por todos estos largos meses que nos mantuviste
separados. Yo te habría seducido el día que nos conocimos si no hubiera
sido por ese tonto anillo en tu dedo.
Se sentó y separó bien las piernas, tratando de ser muy obediente. Se
aferró a su brazo libre mientras él deslizaba su grueso dedo dentro y fuera
de ella. Él apretó su polla dura contra su muslo. Tan a menudo como ella
había fantaseado con ser la mujer que le hiciera arder, la realidad se sentía
surrealista. Pero era cierto. El magnífico Callum Thurston-Hughes tenía una
erección por ella. El chico malo del mundo del fútbol la deseaba y lo estaba
demostrando.
Por mucho que debería, Tori no se negaría ahora. Si él se colocara entre
sus piernas y tratara de hacerle el amor, ella probablemente le daría la
bienvenida. El decoro y la profesionalidad no tenían una oportunidad contra
el deseo abrasador que él creaba en su interior. Ahí estaba el peligro de
acercarse demasiado a ninguno de ellos. Ella siempre lo había sabido, sintió
el chisporroteo desde el momento en que los había conocido, pero ahora el
rugido de excitación ahogaba por completo las campanas de advertencia
sonando en su cabeza.
—¿Tu castigo, amor? Voy a zurrar ese hermoso trasero tuyo—le prometió
—. Muy pronto. Hasta que esté rosado y perfecto y me estés rogando que te
folle.
Tori contuvo el aliento. Ella no estaba huyendo de su queda amenaza. En
cambio, imaginó cómo la zurraría. ¿La tumbaría en su regazo o le pediría
que se inclinase delante de él? ¿Subiría su falda o le ordenaría estar de pie
desnuda delante de él?
La idea de Callum zurrando su trasero no debería ser atractiva. Ella
siempre se había considerado una mujer fuerte e independiente, por lo que
aceptar semejante castigo de un hombre que pretendía controlarla
sexualmente debería horrorizarla. En cambio, eso sólo volvía su coño más
resbaladizo y listo para la polla de Callum.
—Déjame verte volar, amor. Déjame ver lo hermosa que eres cuando te
rindes. — Callum se presionó contra su muslo, su erección empujando con
insistencia—. Córrete para mí.
Su pulgar presionó con fuerza y su dedo se curvó en el interior de su
canal, encontrando el lugar exacto que la envió directamente sobre el borde.
La presión convergió. El estallido de placer la deslumbró. La euforia se
precipitaba por sus venas mientras su cuerpo se estremecía. Con un beso,
Callum capturó su grito, tragando el sonido de su nombre de los labios
femeninos.
Entonces la dicha se hizo cargo, y ella se dejó caer en sus brazos,
perfectamente feliz en la bruma de placer en la que se encontraba envuelta.
De repente, un rayo de luz más fuerte entró desde la puerta y ella escuchó
una voz familiar decir.
—Así que mientras estoy tratando con una de tus ex amantes, estás aquí
dentro con otra.
Oliver.
La bruma de Tori se disipó y la fría realidad se instaló. Ella jadeó e
intentó bajarse de la mesa.
Él se quedó inmóvil, con la mirada clavada.
—¿Tori?
Ella cerró los ojos, el horror propagándose por ella. ¿Qué estaba
haciendo? No, ¿qué había hecho?
Sin prisa alguna, Callum retiró la mano de sus bragas y la abrazó.
—Lo siento, Ollie. Tratamos de guardar silencio.
Ella se dio cuenta de lo que debió haber parecido cuando Oliver abrió la
puerta y la vio con el vestido torcido, las piernas abiertas y lasciva. Cada
centímetro de ella había lucido como la amante de Callum. Como su puta.
Ella se escurrió del abrazo de Cal y se tambaleó sobre sus tacones. Oh,
Dios mío. Lo mejor de la sociedad londinense y muchos de los peores
reporteros de la prensa sensacionalista no estaban a más de treinta metros
de distancia, separados por algunas delgadas paredes, y ella se había
permitido ser manoseada por un playboy que había llevado a la cama a
cientos de mujeres porque en el mismo instante en que la había tocado, su
cerebro se había derretido.
Las lágrimas llenaron sus ojos mientras levantaba el corsé de su estúpido
vestido más alto. Cuando ella se lo había probado, el sedoso vestido verde
la había hecho sentirse elegante y sexy. Ahora, a pesar del caro vestido, se
sentía barata.
¿Qué clase de imbécil se comportaba así y esperaba conservar su trabajo?
Sólo una estúpida.
—¿Tori? —Callum estaba a su lado, alisando su falda—. Amor, deja que
te ayude. Ella se apartó de él.
—No. Me tengo que ir. Oliver, entiendo que mis servicios ya no son
necesarios. Por favor, hazme saber lo que te debo por rescindir el contrato y
te enviaré un cheque. —Ella encontraría la manera de conseguir el dinero
más tarde—. Os dejaré el nombre de esa persona de relaciones públicas en
Nueva York que mencioné ayer.
Dado que de ninguna manera podría volver a entrar a las oficinas
Thurston- Hughes con la cabeza bien alta. Nunca más. Por supuesto que no,
dado el puro hielo en los ojos de Oliver. Ella se encogió ante su evidente
furia y desprecio.
—Vamos a hablar de eso más tarde—dijo Oliver mordiendo las palabras
—. Si habéis acabado, reincorporaos al baile. Señorita Glen, usted debería
tomarse un momento para arreglarse, a menos que esta recaudación de
fondos no fuera más que un pretexto para enfocar los periódicos
sensacionalistas en usted. Si ese es el caso, entonces siéntase en libertad
para entrar en la fiesta luciendo como si acabara de tener sexo. La prensa
escribirá una historia sucia acerca de usted, pero no creo que un poco de
vergüenza tendrá ningún efecto sobre mi hermano. Él está acostumbrado a
ser atrapado en el acto.
Callum se puso delante de ella como si quisiera protegerla.
—Si estás enojado, desahógate conmigo. No seas cabrón con ella.
Ella odiaba estar de pie a las sombras de ellos, sintiéndose como un
pedazo de basura blanca, cuando sólo unos momentos antes se había
sentido tan cerca de Callum. Se dio cuenta que esa era la mentira del sexo
para las mujeres. El acto pudo haberse sentido muy hermoso e íntimo. Pero
en el momento en que todo terminó, ella no era más que una puta.
Tori tembló, el frío se filtraba hasta sus huesos.
—Si me disculpáis, tengo que limpiarme. —Su voz tembló.
—Te llevaré a casa. Podemos salir de aquí en silencio—ofreció Callum
—. Oliver, hablaré contigo por la mañana.
—No, tú te vas a quedar. Tienes que dar un discurso dentro de veinte
minutos para la recaudación de fondos—gruñó Oliver—. Haz tu maldito
trabajo.
Ella deseaba que ambos se marcharan.
—Tienes que ir, Callum. Si no les das las gracias a las personas por asistir
y donar, ellos lo comentarán. Dada la mala prensa en los últimos tiempos,
no le hará ningún bien a la compañía.
Apretó los dientes y le tomó la mano.
—No quiero dejarte. Estás conmocionada, vulnerable.
Ella no podía tocarlo ahora o se arrojaría en sus brazos y lloraría. Él no
podía protegerla de la ira de Oliver. Ella había cometido un terrible error de
juicio, y él no podía salvarla de eso.
—Estaré bien, Callum. Sólo dame un momento. Su mandíbula se tensó.
—Esto no termina, Tori. Te veré en el salón de baile. Oliver, ¿por qué no
vienes conmigo?
El mayor Thurston-Hughes la miró de arriba abajo, demorándose en su
falda arrugada y en los labios hinchados. Tori se sintió de tres centímetros
de alto antes de que ambos se volvieran y salieran, dejándola sola.
Ella había arruinado absolutamente todo. Ahora, tenía la esperanza de
que pudiera salir con alguna pizca de dignidad. Temía que pedir una
brillante reputación profesional fuera esperar demasiado. Y ella ni siquiera
consideró su corazón.
Con lágrimas corriendo por su rostro, ella planeó su huida.

* *
Oliver observaba la puerta de la sala de conferencias. Él no era un tonto.
Tori tenía la intención de huir. De ninguna manera iba a escoger otro
camino. Por mucho que rabiara de ira, no quería que se fuera de su vida. Él
podría ser un estúpido hijo de puta, pero no podía soportar la idea de que
ella ya no estuviera cerca de él.
Una joven mujer en un atrevido vestido de noche se acercó a Callum y le
dijo algo, frotándose contra él como si estuviera en celo. Su hermano volvió
a coquetear con facilidad. Oliver se burló. Eso en cuanto al amor verdadero.
—¿Qué pasó? —Rory se acercó a su lado, haciendo la pregunta en voz
baja.
—¿Qué crees que pasó? Encontré a Cal con la mano en las bragas de
Tori. Él estaba a dos putos segundos de distancia de otra demanda de
paternidad.
Rory suspiró y se apoyó contra la pared.
—Mierda. ¿Dónde está ella? ¿Está bien?
—Ella todavía está en la sala de conferencias. Sospecho que recobrando
la compostura, aunque debería estar aquí para que pueda ver que tan rápido
Cal sigue adelante.
Rory frunció el ceño mientras miraba en la dirección de Callum.
—¿De qué estás hablando?
—La rubia. Él caminó de los brazos de Tori a los de ella. No lo sé. Tal
vez a ella no le importe. Tal vez ella hará lo mismo con el siguiente hombre
que conozca.
¿Por qué había pensado que era diferente? Para el caso, ¿por qué todavía
le importaba? La había atrapado engañando al hombre con el que había
prometido casarse antes de que incluso hubieran intercambiado los votos. Y
allí estaba él, merodeando fuera de la sala de conferencias, con la esperanza
de verla solo un instante. Realmente era un puñetero imbécil masoquista.
Él también tenía pésimo gusto para las mujeres. Pero al menos ahora
sabía de qué paño estaba cortada Tori. Ya no había ninguna necesidad de
tratarla con guantes de seda. Si ella no se preocupaba por su novio y por
añadidura quería una follada, ¿por qué no debería dársela?
Algo perverso echó raíces en sus entrañas, y lo calentó. Oliver le dio la
bienvenida a la sensación porque había estado helado y casi entumecido
durante mucho tiempo. Cualquier cambio se sentía bien, incluyendo la
necesidad de obtener una muestra de lo que su hermano había conseguido…
antes de que ella se fuera para siempre.
—Él está siendo educado, Oliver. —La voz de Rory lo sacó de sus
pensamientos—.
Y ahora está tratando de escapar de ella por todos los medios.
Efectivamente, Callum se estaba librando de la rubia sobona. Su hermano
se dio la vuelta y deliberadamente comenzó a hablar con un corpulento
miembro del parlamento.
—Sinceramente, Rory. Dale tiempo—dijo Oliver arrastrando las palabras
—.
Regresará a sus viejos hábitos.
—No, creo que te equivocas. Él es serio acerca de Tori y no va a
renunciar. En este punto, lo entiendo completamente. —Rory vaciló—.
Sabes que Tori me gusta mucho, también.
Se volvió hacia su hermano menor. Estaban todos locos por la chica, y
ella destruiría a su familia si no él no la detenía.
—Te habría gustado todavía más si la hubieras visto hace un momento.
Ella estaba abriendo las piernas para tu hermano mientras todavía llevaba
puesto su anillo de compromiso. ¿Esa es la clase de mujer que quieres? ¿Te
apetecen las sobras de Callum?
Los ojos de Rory se entrecerraron.
—Cuidado con lo que dices de ella. Tori no es un objeto, y no es una
prostituta. Es una mujer y tiene sentimientos. Entiendo que pasaste por algo
terrible con tu primera esposa, pero Tori no es Yasmin. No sé lo que pasó
entre ella y Cal esta noche, pero estoy dispuesto a apostar que quedó
atrapada en el momento, porque Cal tiene más experiencia con el sexo en su
dedo meñique que ella en todo su cuerpo.
—Ella parecía bastante experimentada para mí.
También había parecido impresionante, como una mujer reclamando su
placer. Oliver había observado, y ella había sido desinhibida y franca. Su
belleza lo había conmocionado. Tan pronto como lo había visto, ella se
había apagado, la vergüenza sofocándola como una manta.
Lo había hecho. Había apagado su brillo.
—Porque tú estás viendo todo a través de un par de gafas negras como el
azabache, y no sé si eres lo suficientemente inteligente como para
quitártelas alguna vez. Voy a hablar con Cal. Trata de comportarte en torno
a Tori. Sólo porque tú no puedas ver lo pura y cálida que es no significa que
el resto de nosotros no podamos. Si ahuyentas a esa mujer, tendrás
problemas con alguien más que Callum. —Rory se alejó.
Oliver lo observó alejarse, parpadeando, apesadumbrado. Durante todo
este tiempo, había creído que podría contar con Rory a la hora de la verdad.
Había pensado que su hermano menor le entendía. Todos sus hermanos
habían cerrado filas a su alrededor después de que Yasmin casi lo había
destruido. Se habían sentado junto a su cama, le habían cuidado hasta que
sanó y le aseguraron que él no tuvo la culpa. Pero después de un tiempo, se
habían alejado como si se hubieran cansado de esperar al jovial y risueño
Oliver de nuevo. Sólo Rory había entendido que ese hombre se había ido
para siempre.
Finalmente, la puerta al final del pasillo se abrió y Tori salió, alisando su
vestido a su alrededor. Oliver se retiró a las sombras mientras ella se
limpiaba los ojos. Cuando levantó la vista, como si percibiera sus ojos en
ella, él reparó que la mayor parte de su maquillaje se había ido. Se veía
joven, vulnerable e imposiblemente inocente.
Sólo él sabía que ese rostro enmascaraba a una tramposa libertina.
Antes de que ella regresara al salón de baile, él planeaba tener una charla
con ella. No saltaría de la cama de su prometido a la de su hermano. No
importa qué, se negaba a que Callum cayera en una relación con una mujer
que lo arruinaría. Sí, Cal se pondría furioso, pero si había salvado a su
hermano de un futuro de angustia, entonces Oliver podía vivir en paz,
sabiendo que había servido a un bien mayor.
Por supuesto que a Oliver no le importaba si se conseguía un coñito para
él mientras mostraba a Cal el error de sus formas.
Tori se volvió y huyó en la dirección opuesta, no hacia el salón de baile…
sino hacia la salida.
Maldición. No podía dejarla escapar. No podía dejarla jugar al pájaro
herido. Callum caería directamente en esa trampa, y Rory, que ya estaba
medio bajo su hechizo, lo seguiría.
—¿A dónde va ella? ¿Tori está bien? —Claire se acercó, con una
expresión preocupada.
Naturalmente, sus hermanos se pondrían del lado de ella. Tal vez no lo
harían cuando él demostrara que era nada más que una ambiciosa con ojos
de gacela.
—No lo sé, pero lo voy a averiguar. Ayuda a Callum a prepararse para su
discurso. Asegúrate de que la corbata esté en la posición correcta. Él
debería estar anunciando cuánto dinero hemos recaudado en los siguientes
quince minutos.
—¿Hay algo que te preocupa, Oliver? —Su hermana siempre había sido
capaz de ver a través de él.
Disciplinó sus facciones en una máscara cortés y la tranquilizó.
—Nada. Me aseguraré de que Tori esté a salvo. De todos excepto de él.
Dejó a Claire y siguió a Tori por el pasillo, el mundo volviéndose más
tranquilo mientras ponían distancia entre ellos y el resplandeciente salón de
baile.
Delante de él, ella se sorbía la nariz, pero no parecía darse cuenta de que
alguien la seguía. Eso no le sorprendió. Ella nunca se había dado cuenta
cuando él la había seguido antes.
Se las arregló para caminar a su paso por un pasillo que conducía a la
salida del edificio. Cuando ella se lanzó a la húmeda y fría noche, respiró
hondo y suspiró como aliviada de estar libre de la pompa y la gente.
Oliver se sintió aliviado también. Ahora podría acorralarla correctamente.
Por otra parte, debería ser una presa fácil. Ella no tenía modo de regresar
a su apartamento corporativo. Había ido con ellos en la limusina. ¿Iba a
intentar viajar en el Metro usando un vestido de diseñador que la hacía
verse media desnuda y tacones de diez centímetros que se romperían en la
primera rejilla que pisara?
Con aire ausente, se preguntó por qué se comportaba con tanta sensiblera
desesperación. Tenía a Cal bajo su dedo. Todo lo que tenía que hacer era
batir sus pestañas y llorar lindamente. Él probablemente dejaría todo para
llevarla a casa.
Con una maldición, Oliver le envió un mensaje de texto al chofer con su
ubicación y continuó detrás de ella a pie. Cuando llegó al final de la calle,
ella llamó a un taxi.
Por suerte su coche se detuvo y él subió.
—Siga el taxi, Charles.
No pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que se dirigía de
regreso a su apartamento. En cuestión de minutos, el taxi llegó al frente del
edificio donde Thurston-Hughes albergaba a los empleados que no residían
en Londres. Tori bajó y se volvió a pagar al conductor con el dinero que
había escondido en un bolsillo inteligente en su falda.
La calle estaba tranquila en este momento de la noche, aunque ninguna
parte de Londres estaba realmente desierto jamás. Observó mientras entraba
en la luz bajo una farola. Ella había estado llorando otra vez. Estaba allí en
el rosado de su piel, en la ligera hinchazón alrededor de los ojos.
¿Ahora se sentía culpable por engañar a su novio? ¿Iba a contarle que le
había sido infiel o iba a pretender que nunca había sucedido?
Tori llegó a la puerta y deslizó su tarjeta por el lector. La puerta se abrió
con un chasquido. Estaba a punto de ordenarle a Charles que se alejase
cuando un hombre vestido de negro de la cabeza a los pies salió corriendo
de las sombras y se coló antes de que la puerta se cerrara detrás de ellos. Un
pasamontañas le cubría el rostro.
Oliver salió disparado del coche. Parecía que, después de todo,
conseguiría esa pelea que necesitaba.
Capítulo 5
Tori sollozaba mientras atravesaba el sombrío moderno vestíbulo de su
edificio rumbo a los ascensores. Sus tacones hacían clic en contra de las
baldosas de mármol en el espacio misteriosamente vacío. Estaba sola. No
era tarde, pero parecía como si todo el mundo estuviera oculto, ya sea en la
noche o en la ciudad. El edificio empleaba un trabajador de mantenimiento
y un gerente, pero no un portero. A ella por lo general le gustaba la
privacidad y esta noche no era la excepción. Lo último que quería era que
alguien que conociera viera su caminata de la vergüenza. Por supuesto que
no era por la mañana, pero se sentía miserable, tanto profesional como
personalmente, volviendo aquí a hurtadillas después de escapar de Callum.
Sus tacones continuaban resonando contra el suelo, recordándole que no
estaba acostumbrada a caminar en algo tan alto. Ella solía llevar zapatos
prácticos porque estaba de pie la mayor parte del día, nada como estos
zapatos de princesa que iba a tener que encontrar la manera de devolverlos.
Gimiendo, se agachó y se los sacó. Le dolían los pies, pero eso no era
nada en comparación con el resto de ella. Estaba cansada. Todo su brillante
futuro en las relaciones públicas parecía haber desaparecido con un acto
insensato, ¿y la mayor idiotez de todo eso? Ella sería condenada por abrir
sus piernas en un evento de trabajo para uno de sus jefes, y ni siquiera había
conseguido tener relaciones sexuales.
¿Qué significaba su virginidad si ella no se la daba a alguien que valía la
pena?
Amaba a Callum, y él se habría asegurado de que disfrutara del acto.
Tal vez su virginidad estaba siendo un lastre. Había llegado a esa
conclusión, durante el viaje en taxi de regreso a su apartamento. Una mujer
con experiencia no habría mentido sobre su compromiso porque estaba
preocupada de que alguien le hiciera insinuaciones amorosas. Ella habría
rechazado a los hombres que no quería y salido con los que sí quería. Una
mujer con experiencia no hubiera permanecido delante de Oliver Thurston-
Hughes sintiendo la vergüenza deslizarse por su espalda. No se habría
sentido como una puta porque ella no había hecho nada malo. Bueno, tal
vez el momento no había sido espectacular, pero aún así... si ella hubiera
sido un hombre atrapado con las manos de una mujer dentro de los
pantalones, solo habría habido un rápido cubrirse y un encogimiento de
hombros.
Cuando regresara a los Estados, Tori tenía la intención de encontrar algún
tío decente, y con suerte, tener un poco de sexo decente, conseguir dejar
atrás la cosa de la virginidad y seguir adelante con su vida. Después de eso,
ella no sería la clase de chica que vivía su vida como una monja y se
convertía en un charco de baba en el instante en que algún hombre caliente
le ponía las manos encima. No, ella tendría experiencia. Asumiría el mando.
El plan parecía lógico... pero no le encantaba. Afortunadamente, no tenía
que desentrañar este lío y resolver su futuro esta noche. Ella apuntaría su
tiempo en Londres como una lección. Pasaría un par de semanas de
vacaciones en Bezakistan sujetando un montón de bebés y tratando de
olvidar que alguna vez había venido a Inglaterra. De vuelta en los EE.UU.,
comenzaría de nuevo profesional y románticamente.
Un pequeño chirrido detrás de Tori la hizo detenerse. Sonaba como suelas
de goma de zapatillas en el suelo de mármol. Se dio la vuelta y vio a un
hombre grande arrastrándose detrás de ella, con el rostro cubierto por un
pasamontañas. Él sujetaba un cuchillo de aspecto malvado. El terror la
inundó mientras jadeaba. Pensó en correr, pero sabía que no iba a llegar
muy lejos con los pies doloridos.
—Dame las joyas—gruñó él.
Tori respiró para calmar su agitación. Seguramente, cámaras de CCTV
vigilaban en los rincones y alguien vería lo que estaba sucediendo.
Ellos enviarían ayuda, ¿verdad?
Oyó el ding del ascensor y consideró correr en busca de seguridad. Tal
vez podría sorprenderle y conseguir cerrar las puertas entre ellos antes de
que él la atrapara. Ella no podía renunciar a las joyas. Eran demasiado
caras. Nunca podría pagar a Callum si las perdía
—Ni siquiera lo pienses, perra. —Su agresor la agarró de la muñeca,
retorciéndosela mientras la acercaba a él.
Su puño carnoso se cerró con fuerza alrededor de su muñeca. El dolor
estalló. Ella trató de soltarse.
—¡Socorro!
—No hay nadie para oírte. —Sonaba sarcástico—. Ya puedo ver que este
trabajo tendrá ventajas. Recibí instrucciones de tener un poco de diversión
contigo. —Él la tiró hacia sí y presionó el cuchillo contra sus costillas—.
Creo que es hora de que llevemos esta fiesta a tu apartamento. Si vuelves a
gritar, te cortaré. Y yo todavía me saldré con la mía contigo. No me importa
si tienes un poco de frío.
Un terror abyecto amenazaba con sobrepasar a Tori. Todo su ser sintió
repulsión ante la idea, pero antes de que ella pudiera luchar, el hombre
gruñó y se tambaleó hacia atrás, liberándola.
Tori oyó el cuchillo hacer un ruido metálico contra el suelo, entonces se
volvió para ver al corpulento atacante darse vuelta rápidamente… y a
Oliver maltratándole.
El alivio se precipitó por ella. No podía respirar. Oliver estaba aquí. Él la
había alejado de su atacante. Probablemente no debería estar aliviada de
que el director general hubiera venido a encargarse de un matón callejero,
pero ella ya no estaba sola. Él estaba arriesgándose por ella. Ellos lo
derrotarían juntos.
Cuando Oliver golpeó con un gancho de derecha, ella agarró la cosa más
cercana que pudo, una lámpara de aspecto sólido al lado de una mesa junto
a los ascensores. La levantó y la hizo girar, golpeando la base del cráneo del
atacante mientras Oliver lo pateaba en las pelotas.
Al parecer, el CEO no peleaba limpio.
Su agresor se dobló con un gruñido, agarrándose las pelotas.
—¿Qué diablos es lo que quieres?—gruñó Oliver.
El otro hombre no respondió durante un largo rato, simplemente gemía
como un animal herido. Mientras Tori se preguntaba que tan mal lo habían
lastimado, él se puso de pie de un salto, apartando de un empujón a Oliver.
Se tambaleó hacia la puerta, levantó el cuchillo del suelo, y luego salió a
toda velocidad a la calle. Con una maldición, Oliver fue detrás de él.
—Espera. —Tori lo agarró de la manga.
Él se volvió hacia ella. La sangre goteaba de su labio, encima de su
camisa. Respirando pesadamente, él se pasó el pulgar por la gota en la
comisura de la boca y miró el carmesí untado sobre su piel.
La mirada salvaje que tenía la hizo dar un paso atrás.
—¿Oliver?
Él contuvo el aliento y pareció obligarse a tranquilizarse.
—Me hiciste perderlo. Se fue.
—¿Qué estabas pensando, persiguiéndolo? Él pudo haberte matado. —Su
corazón latiendo con fuerza bombeaba adrenalina a través de su organismo.
Oliver sacó su móvil.
—O yo podría haberlo matado. ¿Has pensado en eso? ¿Qué quería? Ella
se tocó la garganta.
Oliver puso en blanco sus intensos ojos azules.
—Por supuesto. Pensaste que era una buena idea vagar por Londres
después del anochecer, vestida con una fortuna en joyas. Conseguiste lo que
te merecías por esa insensatez.
La ira ardió. Él se había empeñado en hacerla desgraciada toda la noche.
—Sí, bueno, él también quería violarme. Estoy segura de que también me
merecía eso.
Oliver apretó la mandíbula.
—Deberías haberme dejado matar al bastardo. Todo lo que puedo hacer
ahora es llamar a la policía.
Y entonces sus bienintencionados cuñados probablemente la asfixiarían
con guardias y le quitarían su libertad.
—No. Por favor, no lo hagas. No tenemos una descripción de él. No
tenemos nada para avanzar. Sería una enorme pérdida de tiempo.
—Y el jeque se enteraría si tú llenaras un informe policial detallando el
ataque. Bueno, ella nunca lo había acusado de ser tonto.
—Si él se entera de que algo como esto sucedió, probablemente voy a
encontrarme custodiada por la guardia real.
—Bueno, no podemos hacer eso. —Él se metió el teléfono en el bolsillo
—. ¿Te importa si me limpio?
—Adelante. —Él podría llevarse las joyas con él cuando se fuera y
devolvérselas a Callum. Entonces tendría una cosa menos que hacer antes
de marcharse de Londres.
Ella cruzó el vestíbulo hacia el ascensor, que seguía estando abierto. Le
temblaban las manos cuando entró, todavía agarrando firmemente sus
zapatos, con Oliver escoltándola. Él apretó el botón del cuarto piso. Su piso.
Bueno, no por mucho tiempo.
—¿Tienes algo de beber?—preguntó Oliver después de que hubieran
ascendido y las puertas se hubieran abierto de nuevo.
—Tengo una pequeña botella de whisky. —Sus vecinos se la habían
traído de regalo después de que ella recogiera su correo mientras estuvieron
de vacaciones.
—Excelente. —Oliver se detuvo delante de la puerta.
Él nunca había estado aquí. ¿Cómo había sabido en qué piso vivía? Ella
lo dejó pasar. ¿Para qué preguntarle? En realidad no tenía importancia.
Sacó la llave del bolsillo oculto en su vestido, pero ella todavía estaba
temblando. Oliver envolvió su gran mano alrededor de la de ella,
calentando su piel helada.
—Dámela.
No esperó su respuesta, simplemente tomó las llaves. Con dedos firmes,
abrió la puerta y la condujo al interior.
En el momento en que estuvieron solos, se volvió hacia ella, invadiendo
su espacio, y presionando su cuerpo con el de él contra la puerta.
—Podría haberte matado. Podría haberte violado y asesinado.
Él podría haberlo hecho. Y ella habría perdido algo precioso que debería
haber sido suyo para dar. Un extraño violento podría habérsela arrebatado
antes de matarla, y ella nunca habría sabido lo que significaba estar con un
hombre que le importaba.
Oliver Thurston-Hughes había sido un idiota con ella esta noche, pero no
diluía todos los meses de su bondad y amistad. Puede que eso debería
hacerla desearlo menos, pero no era así.
Mientras ella lo miraba fijamente, él se separó sólo unos pocos
centímetros, sus respiraciones ásperas, y en lo único en que ella podía
pensar era en él y en la pena que ella tendría si dejaba pasar este momento y
nunca sabía lo que se sentía al tocar a este hombre que amaba .
Cuando su boca descendió sobre la de ella, la adrenalina que corría por su
cuerpo se transformó en una desesperada excitación. Ella se relajó contra él,
dispuesta a tenerlo en cualquier forma que pudiera.

* *

—¿Qué quieres decir con que se ha ido?


Rory miró a Su Alteza Real, el jeque de Bezakistan, y deseó que la noche
llegara a su fin.
—Tori no se sentía bien y decidió volver a su casa.
Los ojos de Talib al Mussad se entrecerraron como si hubiera detectado
una mentira.
—¿Sin informar a su hermana? Eso parece alguien muy diferente de Tori.
Ella siempre es circunspecta acerca de tales cosas. Piper la crió,
comprendes. No se marcharía sin informarle a mi esposa. Es una especie de
hábito. Rara vez deja pasar un día sin informarle a su hermana dónde está y
qué está haciendo.
—Ella no se estaba sintiendo bien. —Era todo lo que a Rory podría
ocurrírsele decir. No era de extrañar que Tori fuera próxima a su hermana, a
pesar de que vivían en diferentes países. Por lo que él entendía, ellas
siempre habían estado muy cerca, sobre todo después de que sus padres
habían muerto.
—Como ya he dicho, Tori definitivamente habría buscado a su hermana.
Si él no se ocupaba del jeque, todo el clan al Mussad dejaría este evento e
iría directamente a casa de Tori. Y Rory no se sorprendería si esos hombres
sobreprotectores no la llevaban al palacio donde nunca volvería a verla.
—Ella quería un poco de tiempo a solas.
—¿Por qué? Sólo puedo imaginar que ella desearía una cosa así si
estuviera molesta.
Era el momento de empezar a aventurar un reclamo, como dirían los
americanos. Callum había empujado el tema más temprano. La debacle de
esta noche los afectaría a todos ellos, por lo que ya nadie podía pretender
que Tori no era más que una colega o una amiga. Rory sabía que tenía que
avanzar. De una forma u otra, Tori iba a pertenecer a la familia Thurston-
Hughes, y ya era hora de que los al Mussad se enteraran de eso.
—Creo que está sopesando sus opciones. Mi hermano está muy
interesado en la búsqueda de algo serio con Tori. Está muy enamorado de
ella y exteriorizó sus sentimientos esta noche. —Casi había exteriorizado su
semen también, pero el jeque no necesitaba esos detalles.
Talib frunció el ceño y dejó escapar un largo suspiro.
—Creo que es demasiado pronto para que ella considere dicha solicitud,
y yo tendría que hablar con Oliver.
—No es Oliver. Más bien, es Callum.
Eso hizo que la ceja derecha de Talib se enarcara en un aristocrático gesto
de interrogación.
—No soy tonto, señor Thurston-Hughes. Oliver está interesado en Tori.
¿Cómo explicarlo? Era más difícil dado el estilo de vida del hombre.
Rory se encogió de hombros.
—Tal vez, pero Callum ha elegido apresurar su pretensión.
Por lo menos no tenía que preocuparse de que Talib se ofendiera por el
uso de esa palabra. El hombre parecía tener un enfoque muy pasado de
moda para las mujeres en su vida.
—¿Y cuál es su pretensión?
—No tengo una.
El jeque le envió una mirada conocedora.
—Pero la quiere.
Rory trató de encogerse de hombros.
—Es una mujer hermosa. Usted debería saber que tengo la intención de
tratarla con toda amabilidad y cortesía, como lo haría con mi propia
hermana.
—Sinceramente dudo que pase sus noches soñando con tener sexo con su
hermana.
—¡Por supuesto que no!
—Es por eso que el arreglo del que usted habla no funcionará y no daré
mi bendición. —Él alisó su chaqueta, su decisión al parecer tomada—. Le
doy las gracias por su amabilidad para con mi hermana, pero me temo que
la estaré llevando a casa conmigo mañana por la mañana. Enviaré a alguien
del palacio a empacar sus cosas. No importa las penalidades en las que
incurra por dejar su puesto de trabajo antes de que finalice su contrato,
envíe la cuenta a mi dirección. Eso será todo.
—¿Perdón? —Rory podría no ser de la realeza, pero no estaba
acostumbrado a ser despedido.
El jeque se lo quedó mirando por un momento.
—Hemos terminado aquí, así que puede marcharse.
—Yo no voy a ninguna parte, y a menos que Tori lo consienta, ella
tampoco. Este es el siglo XXI, y si usted piensa por un segundo que voy a
hacer su voluntad, porque en algunas partes aleatorias de ADN tiene un rol
soberano, debería pensarlo de nuevo. No voy a dejar ir a Tori sin una pelea
y debería saber que no siempre peleo limpio.
Una pequeña sonrisa curvó la boca del jeque, y Rory se preguntó si no
había caído en una trampa bien tendida.
—Ahora veo a un hombre con quien puedo hablar. No entiendo la
cortesía rígida de vosotros los británicos. Cuando se trata de nuestras
mujeres, un hombre debería ser un poco salvaje.
Rory sin duda se sentía así ahora, a pesar de que ella no era su mujer.
—Tori tomará su propia decisión.
—Tori es demasiado tímida e ingenua para pedir lo que quiere. Hasta que
aprenda, cuidaré de ella. Usted y sus hermanos se pondrán de acuerdo o la
dejareis ir.
—Estoy trabajando en eso. —Dejando de lado los momentos apasionados
de Callum, Rory había creído que estaban de acuerdo—. El plan ha sido
respaldar la movida de Oliver. Me temo que esperó demasiado tiempo, y
ahora Callum no dará marcha atrás.
—El hecho de que usted lo llame una movida me urge a trasladar a Tori
ahora. No estamos discutiendo de un juego o de un peón. Ésta es su vida.
Para que conste, yo no estaba hablando de vosotros tres decidiendo qué
hermano debe tener a la mujer que todos amáis. Los tres deberían dejar de
ser egoístas y averiguar cómo la compartirán o van a mantenerse alejados.
Si usted y sus hermanos no lo hacen, la dejarán rota para siempre, y no voy
a permitirlo. Ella tiene sentimientos por todos vosotros. Tal vez usted está
dispuesto a ser un mártir por su supuesta fraternidad, pero piense en ella.
Obligándola a elegir, usted le pide que renuncie a pedazos de su corazón.
Tiene razón, Rory Thurston-Hughes, usted no tiene ninguna pretensión.
Cuando crezca y aprenda a ponerla por delante, puede llamarme. Hasta
entonces, deje a mi hermana sola.
—¿Cree que es tan fácil? —Él estaba realmente hartándose de ser tratado
como un niño. Talib no podía saber cuánto se había sacrificado por su
familia, hasta dónde estaba dispuesto a llegar—. ¿Ha tenido que observar a
su hermano matándose lentamente? ¿Ha visto cómo soportó algo tan brutal
y destructivo que está seguro de que nunca podrá ser el mismo otra vez?
El jeque hizo una pausa durante un largo rato, y Rory pensó que el
hombre simplemente se marcharía. Por último, Talib lo atravesó con una
mirada oscura.
—No me he visto obligado a ver a mis hermanos luchar, pero he estado
donde Oliver está. Sé que mis propios hermanos estaban preocupados por
mi vida y ellos oraban por que Piper pudiera salvarme. Ella lo hizo, pero si
no hubiera tenido el apoyo y el aliento de ellos, nunca la habría tocado. Su
corazón está en el lugar correcto, Rory. Simplemente se está acercando a
Tori de la forma equivocada. Yo era un hombre brutal antes de mi Piper. La
violencia y la traición que experimenté me expusieron a un lado del mundo
al que la mayoría de los hombres nunca se ven obligados a ver. Después,
era un animal herido, al igual que Oliver. Era peligroso para Piper entonces,
pero mis hermanos estaban allí para asegurarse que no pudiera hacerle
daño. Bueno, no demasiado. Todavía agacho mi cabeza avergonzado de
algunas de las formas en que aparté a nuestra esposa. Sin mis hermanos, yo
estaría solo en el mundo. Si ama a Tori, usted encontrará una manera de
llegar a un acuerdo con sus hermanos y trabajar hombro con hombro para
no lastimarla.
—No vivimos en Bezakistan. Nuestro mundo nunca aceptaría una
relación así. Talib puso una mano en su hombro.
—Si no está listo a ser el único para decidir lo que es y no es aceptable
para su mundo, entonces no está listo para amar a Tori. Le deseo todo bien,
pero estaremos recogiendo a nuestra hermana. Necesito algo de tiempo con
mi reina ahora.
Vio como el jeque cruzaba la pista de baile para estar junto a sus
hermanos y a su bella esposa. Todos le dieron la bienvenida con los brazos
abiertos. Rafe se movió a un lado, cediéndole su lugar al lado de Piper
como si entendiera la necesidad de su hermano. Talib besó a su esposa, sus
manos se enreden entre sí. Ella apretó la mano del jeque, y aunque Rory
podía verlo negando con la cabeza como diciendo que estaba bien, el ligero
ceño fruncido de Piper decía que no le creía. Ella se inclinó, como si
pudiera darle su fuerza.
¿Cómo sería tener ese tipo de amor, con una mujer que lo conocía lo
suficientemente bien como para ver a través de sus bienintencionados
mentiras? ¿Y qué se sentiría al saber que no importa lo que pasara con él, su
esposa siempre tendría a sus hermanos que apoyarse, para compartir su
vida?
Talib al Mussad era un hombre afortunado, y no sólo a causa de su
nacimiento.
—Esa es una mujer afortunada. —Claire enlazó su brazo mientras
Callum se dirigía hacia el escenario, con el discurso en una mano y su
sonrisa pública firmemente en su lugar.
—Es curioso. Yo estaba pensando que el jeque era un hombre afortunado.
—Miró a su hermana. Ella siempre era tan razonable e intelectual—. ¿No
crees que sería difícil vivir de una manera que el resto del mundo piensa
que es equivocada?
—¿A quién le importa lo que piensa el mundo, Rory? El mundo no te
abraza por la noche. El mundo no se ocupará de ti. Así que no, si tuviera la
oportunidad, me importaría un bledo lo que pensara el mundo. Escogería el
amor. —Ella asintió con la cabeza hacia el escenario—. Bueno. Después del
discurso de Callum, podemos empezar a cerrar esta cosa. Estoy un poco
cansada después de todo el baile. Dime, ¿has visto a Oliver?
Sí. Había visto a Oliver saliendo sigilosamente detrás de Tori como un
león a punto de despedazar a un pequeño y exquisito antílope.
—No—mintió—. Estoy seguro de que está en alguna parte por aquí.
Tenía que tener la esperanza de que Oliver no estuviera arruinando el
futuro de todos ellos.

* *

Oliver presionó a Tori contra la puerta y su polla se lanzó con fuerza a la


vida. Meses, años en realidad, que parecía como si la maldita cosa hubiera
estado completamente apática. Oh, funcionaba en la mayoría de los casos,
pero sólo obligada.
Ahora, el fuego bajó como un reguero y la pasión lo bombardeó. Su polla
latía viva, estrictamente por causa de ella.
Él cubrió su cuerpo con el de él, presionando su pecho contra la suavidad
de sus senos, muriendo por estar dentro de ella. Él quería que esta noche
durara porque era todo lo que alguna vez se permitiría tener de ella.
—Yo no voy a jugar al caballero como mi hermano.
—No quiero que lo hagas. —La última cosa que ella quería ahora era que
él fuera correcto.
—Bueno, porque voy a penetrarte y a permanecer allí durante un buen
rato. —Él la follaría una y otra vez. Cuando estuviera completamente
saciado, puede que ese terrible anhelo de estar cerca de ella se disipara y
pudiera regresar a su verdadera vida.
Y Tori seguir adelante con la de ella. Lejos de él, porque después de esta
noche, Callum tendría que ver la clase de mujer que en realidad era.
Pero ahora a él no le importaba. Todo en lo que podía pensar era en lo
suave que se sentía y lo jodidamente dulce que parecía. A él no le
importaba si todo eso era una ilusión en la que ya no creía. En este
momento, lo único que importaba era hundirse en ella durante algunas
horas y olvidar que todo lo demás existía.
—Quítatelo. Ahora.
—¿Mi vestido? —A ella se le atascó el aliento—. No puedo llegar a la
cremallera.
—Quise decir el anillo. No voy a hacerte el amor con esa maldita cosa en
el dedo.
—Lo siento. —Ella lo agarró con el pulgar derecho y el dedo índice y lo
tiró descuidadamente como si no significara nada. Lo oyó producir un
sonido metálico contra el suelo de madera, mientras se alejaba rodando—.
No debí siquiera haberlo intentado. Fui muy tonta. No es nada, Oliver. Fue
una estúpida idea.
Sí, el matrimonio era una idea muy estúpida, sobre todo con ella. Ella era
peligrosa para su tranquilidad mental, y él no se volvería a casar. Sus
hermanos y hermana podrían darle el heredero a la familia. Él había
terminado con tontas ideas de amor fiel.
Subió la mano por su cuerpo y acunó su pecho insolente. Incluso a través
de la tela de su vestido, podía sentir lo suave que la piel iba a ser. Tocarla
era lo que importaba. En este momento, el sexo con ella era lo que
importaba. Él podía rascarse la picazón, y luego enviarla de regreso al
idiota que planeaba casarse con ella. Y si Tori pensaba que habría
permuta... Bueno, él se aseguraría de que entendiera el modo en que el
mundo funcionaba al amanecer.
Estampó su boca sobre la de ella, tomando posesión con un lento
movimiento de sus caderas al compás de su lengua. Ella se abrió a él, se
volvió suave debajo de él, le echó los brazos al cuello y se acercó más. Esos
bonitos labios se abrieron como una flor bajo su asalto sensual y su lengua
salió tímidamente a rozar la de él.
Un fuego en estado puro atravesó como un azote su cuerpo. Él la deseaba
ardientemente, la necesitaba… y eso lo irritó. Casi la había perdido por un
matón que había tenido la intención de destriparla con ese cuchillo. Ahora,
tenía que subir su falda y empujar su polla profundamente con el fin de
recordarse que ella estaba aún caliente y viva.
Él buscó a tientas la cremallera en su espalda y la bajó bruscamente.
Carecía de toda su gracia habitual y casi desgarró el vestido de diseñador en
su prisa por tocar su piel. Ahora que él la estaba besando, rindiéndose a su
deseo, no toleraría nada entre ellos.
Tori jadeó cuando él tiró del corsé del vestido, liberando sus pechos. Ella
levantó las manos y se cubrió los voluminosos montículos.
Él dio un paso atrás con una ceja enarcada. ¿Iba a hacerse la inocente?
—Sin juegos, Tori. Me deseas o no me deseas. Si lo haces, quiero ver lo
que me estás ofreciendo. Muéstrame tus pechos.
Ella vaciló, mordiéndose el labio y respirando con dificultad. Su cabello
caía sobre los hombros. Sus ojos azules se aferraban a él, casi suplicando.
Pero él le había dicho lo que necesitaba de ella… su mirada sobre su cuerpo
ahora.
Cuando ella no obedeció, él casi se alejó. Su pene prácticamente aulló
ante la idea, pero él no se pondría de rodillas, rogaría y prometería su
devoción. Esto no se trataba de amor. Se trataba de posesión. Obsesión.
Tenía que follarla una vez y purgar la emoción para siempre.
—Está bien. —Su voz tembló—. Pero si te ríes de mí, te patearé en la
ingle, y ahora mismo eso parece como que podría doler.
Lentamente, Tori bajó las manos, dejando al descubierto sus pechos. No
eran enormes, justo dos puños perfectos. La cremosa piel de marfil con
pezones rosados lo atormentaron. Esas puntas duras parecían que anhelaban
ser chupadas y torturadas con los dientes y la lengua.
—¿Por qué me reiría? —Él volvió a deslizarse más cerca—. Eres
bellísima. Un pequeño ceño fruncido de confusión pasó por su rostro.
—Antes, tenía la idea de que ya no te gustaba, Oliver. Pensé que sólo me
querías por venganza, aunque no entiendo por qué. Sé que no debí dejar que
Callum me besara más de lo que debería dejarte a ti.
¿Dejar? Quiso gruñirla por tratar de detenerlo, pero eso no lo haría mejor
que el hijo de puta que había puesto un cuchillo en ella.
—¿Por qué me dejas, entonces? Voy a hacer muchísimo más que besarte,
Tori.
—Quiero saber cómo se siente hacer el amor con un hombre que quiero.
Tal vez no es inteligente, pero es honesto.
Él tenía que concedérselo. Ella sabía exactamente cómo afectarlo. Todo
en ella, desde la forma en que su labio temblaba hasta el inocente batir de
sus pestañas, llamaba a su larga veta protectora y dominante.
—Esto no es amor. Es sexo. Si quieres amor, deberías llamar a mi
hermano. Estoy seguro de que él actuará de acuerdo a tu fantasía.
—Oliver, sé que no me amas, pero por favor, sólo prométeme una cosa.
Ah, aquí estaba, el regateo. Él podría tenerla en la cama si le comprara
esto o aquello. Esperaba que ella no fuera demasiado lejos. Estaba dispuesto
a pagar por el placer, pero no iba a prometer su devoción o a encadenarse de
por vida a ella.
—¿Qué?
—Sé amable conmigo. Como sea, me voy a marchar, así que sólo estoy
pidiendo que seas amable conmigo por una noche. No tienes que fingir que
me amas, ¿pero puedes hacer como que te gusto? ¿De la forma en que lo
hiciste antes?
Le había gustado. Tori era inteligente y divertida, y él se sentía vivo
cuando ella entraba en una habitación. Habían pasado horas repasando la
estrategia para fijar la imagen de la empresa. Ella probablemente no sabía,
pero él había prolongado esas reuniones simplemente porque disfrutaba
estar en una habitación con ella. A él le había gustado mucho hasta que ella
había demostrado ser otra tramposa infiel.
Oliver sabía que no todas las relaciones eran tan malas como las de él. A
veces las cosas no resultaban, y eso no era culpa de nadie. Ella había estado
lejos de su prometido durante medio año y el cabrón nunca la había
visitado. ¿Podría ser culpada por desear el toque de alguien?
¿Por qué estaba pidiéndole la única cosa que siempre debería esperar de
un amante? ¿Cómo la habían tratado los hombres de su pasado?
—A mí me gustas. Simplemente no puedo amarte, y esa es una muy
buena razón para alejarme.
Ella soltó el vestido y lo dejó caer al suelo. El aliento de Oliver se atascó.
—No necesito amor—murmuró Tori—. Sólo quiero sentir algo que
nunca he sentido antes. Me di cuenta de que si ese atacante en el vestíbulo
me hubiera matado, no habría dejado esta tierra con muchos recuerdos
preciosos. Habría vivido todos estos años y no habría experimentado nada
feliz que realmente me hiciera sentirme viva. Podría lamentar esta elección
pero... hazme sentir, Oliver.
Él necesitaba sentir, también. Había pasado tanto tiempo desde que
habido tenido una mujer suave y bondadosa, y después de no más de un par
de besos con Tori, tuvo que preguntarse si alguna vez había experimentado
algo realmente verdadero antes. Deslizar sus exuberantes curvas contra él y
ahondar en su dulce boca era más visceral que nada de lo que alguna vez
imaginó.
Oliver vaciló ante la comprensión. Tenía la sensación de que si llevaba a
cabo esto, si él se perdía en ella y nunca podría ser encontrarse de nuevo.
Ella le tocó la mejilla con sus suaves dedos de seda.
—Por favor...
No podía rechazarla.
Oliver la rodeó con sus brazos, acercándola a su cuerpo. Estaba
completamente desnuda, completamente vulnerable a él. La besó, la lengua
barriendo profundamente en el interior de su boca mientras exploraba la
piel tersa de su espalda con las palmas ansiosas. Pasó rozando los dedos
todo a lo largo de su agraciada columna, casi hasta ese glorioso culo
redondeado con el que había soñado.
Su polla empujaba contra el vientre femenino, desesperada por estar en
libertad y sentirla. Se estaba muriendo por su toque.
Él hundió la mano en su cabello y tiró suavemente su cabeza hacia atrás.
A la luz de la luna, sus labios parecían dulcemente magullados por sus
duros besos. Por una noche, podía fingir que ella era suya para hacer lo que
quisiera. Tenía la intención de disfrutar al máximo.
—Tori, desnúdame.
Con un asentimiento de cabeza, ella levantó las manos temblorosas hacia
la chaqueta del esmoquin y la deslizó de sus hombros. En el segundo en que
ella lo tocó, todo el cuerpo de Oliver se sacudió de un deseo eléctrico.
Paciencia. Él se obligó a permanecer inmóvil mientras ella colgaba la
chaqueta en un perchero cercano, luego sus dedos pintados de rosa
trabajaron la corbata y desabrocharon cada botón de su camisa. Ella lo miró
parpadeando tímidamente cuando desnudó su torso.
Su paciencia se esfumó. Se quitó los mocasines y llevó las manos al
cinturón. En el momento en sus pantalones estuvieran fuera iba a empezar a
enseñarle exactamente cómo le gustaba que le diera placer.
Con ese pensamiento, Oliver se dio cuenta de que esto era precisamente
lo que necesitaba. ¿Por qué debería pasar su tiempo a solas? La vida se
trataba de negociar las mejores condiciones de pago, y él podía permitirse a
Tori Glen. Podía entrenarla para atender a sus necesidades físicas. A
cambio, él podría instalarla en un apartamento mucho mejor. Su único
trabajo sería satisfacerlo sexualmente.
Él no tenía que amarla. Podría ponerla en una bonita y suntuosa caja y
ambos tendrían lo que querían.
Con dedos temblorosos, ella apartó sus manos y desabrochó su cinturón y
una clemencia no deseada lo atravesó volando. Ella había tenido una noche
infernal. Si necesitaba reducir la velocidad y tomarse un respiro, se
aseguraría de que lo hiciera.
—¿Necesita más tiempo, cariño? No te obligaré a hacer algo antes de que
estés lista, pero te pediré lo que quiero. Y quiero tu boca en mí.
Ella levantó la barbilla, con los ojos muy abiertos.
—¿Quieres una mamada?
Él se rió ahogadamente porque le susurró las palabras como una
adolescente temerosa de que su madre la oyera.
—Sí. Quiero esa dulce boca en mi polla. Quiero tu lengua lamiendo cada
centímetro mío.
Tori enderezó los hombros.
—Tal vez yo quiero eso, también. A excepción de que tú pongas tu boca
en mi... ahí abajo. —Ella frunció el ceño, luciendo como una gatita curiosa
—. En mi... Creo que vosotros los británicos la llamáis una fanny2, aunque
eso no es lo que significa en América, me gustaría que dejaras de reírte de
mí cuando hablo de una felación femenina.
Oliver sonrió abiertamente, acercándola hacia él, y él no podía recordar
una mujer que le gustara más.
—Prometo no reírme de tu fanny. ¿Por qué no lo llamamos tu coño,
cariño? Haremos un trato. Tú aprenderás cómo quiero que chupes mi polla,
y yo comeré tu dulce coño.
Ella tragó saliva y asintió con la cabeza, sus dedos de regreso soltando el
cinturón.
—Quiero saber cómo se sienten ambas cosas.
Oliver tenía que elogiarla. Una astuta maniobra, dando a entender que él
era el único hombre en el mundo que pudiera desear y que tener sexo con él
sería muy diferente. Por supuesto que eso no era cierto dado que la había
atrapado a punto de follar a su hermano menor, pero él no podía decidirse a
decírselo. Si lo hiciera, entonces tendría que dejar la fantasía también, y ya
habría tiempo suficiente para eso en la mañana. Ahora, quería olvidar sus
anteriores celos y fingir un poco. Le gustaba el mundo que ella tejía a su
alrededor. Mientras recordara que no era real, seguro podía consentirlo.
Finalmente, ella soltó el cinturón, y él pudo sentir su rebelde polla casi
golpeando contra sus pantalones, desesperada por salir.
—Ten cuidado con la cremallera.
Sería más fácil hacerlo él mismo, pero le gustaba la idea de ella
preparándolo antes de que se arrodillara y lo sirviera.
Con dedos cuidadosos, bajó la cremallera y apartó su ropa interior. Su
pene se balanceó entre ellos, y el pequeño sonido que ella hizo calmó su
ego.
Con impaciencia, se quitó todo y lo pateó a un lado.
—Tócame, Tori.
Ella clavó los ojos en su polla y lo acarició con suavidad y reverencia. No
podía aceptar eso.
Oliver agarró la mano femenina y la cerró con fuerza en torno a su pene.
—No seas suave. Me gusta duro. Mantenla apretada y acaríciala así.
Él no tenía ni idea de por qué ella estaba haciéndose la inocente. Desde la
puerta de la sala de conferencias en el hotel, él la había observado con las
piernas abiertas, disfrutando del toque de su hermano y gimiendo. ¿Pero de
repente se comportaba como si ella fuera tan inexperta que tenía que
explicarle cómo acariciar una polla? Si se trataba de otra táctica, Oliver le
daría crédito. Era una maestra.
Las manos femeninas temblaban mientras él le demostraba exactamente
cómo quería que manejara su erección. Ella dirigió su mirada hacia abajo,
observando mientras él la guiaba para bombear su polla con movimientos
largos que tenían todo su cuerpo tenso de anticipación.
Una y otra vez, guió su mano sobre su polla. ¿Cuánto tiempo había
pasado desde que se había sentido tan bien? ¿Tan correcto? Él debería estar
agradeciendo a Callum por forzar la decisión más temprano en la noche.
Ahora no tenía que jugar al caballero. Podría tomar lo que quería y llegar a
un conveniente arreglo… uno que no involucrara a ninguno de sus
hermanos.
Oliver no era un idiota. Sabía que Rory se creía enamorado de Tori y
había estado dispuesto a sacrificarse porque había pensado que ella
resucitaría a su hermano mayor. ¿Cómo se sentiría Rory acerca de renunciar
a la mujer que amaba cuando se enterara de que Oliver la quería como a una
amante y nada más? A la postre, ¿eso destrozaría anímicamente a su
hermano menor?
Él empujó la culpa a un lado. Después de todo lo que había pasado, el
universo se lo debía y él tenía la intención de tomarlo de ella. Por supuesto
también se aseguraría de empaparla de placer, pero se negaba a permanecer
sintiéndose culpable un segundo más. Ella había aceptado ser su amante
esta noche. Había arrojado su anillo a un lado como un pedazo de basura.
Ella era un juego justo.
—Ponte de rodillas. Quiero tu boca en mí. —Él la guió hasta al suelo. Al
verla a sus pies, con el cabello cayendo suavemente en torno de sus
hombros, tuvo que recuperar el aliento. Era tan hermosa que él casi podría
comprar lo que estaba vendiendo, probablemente de no haber tenido a
Yasmin dándole una lección de vida tan terriblemente útil. Su difunta
esposa en verdad, le había hecho un favor. Si no fuera por ella, podría
haber amado a Tori con todo lo que tenía, y su eventual traición habría sido
peor que la de Yasmin. Él siempre había conservado una pequeña parte de
sí mismo de Yasmin que dudaba de que pudiera haber controlado con Tori.
Ahora podía disfrutar de ella debidamente, sin renunciar a su corazón.
—¿Debo usar mis manos, también? ¿O solo mi boca? —El sonido ronco
pero dulce de su voz hizo que su polla se tensara dolorosamente.
Le gustaba este juego de ella. Él podría fingir que ella era una novata en
todo esto, que se había reservado para él.
—Agárrala como te enseñé y lamer la punta como si fuera algo dulce que
quieres devorar.
Sus suaves dedos encerraron su pene justo antes de que su lengua
asomara para saborearlo. Un chisporroteo se deslizó por su espalda. Él
gimió. Dios, sería tan fácil para Tori desarmarlo. Ella pasó la lengua por la
punta tímidamente, como si no estuviera muy segura de qué hacer, pero
dispuesta a intentarlo. Metió las manos en su cabello para mantener el
equilibrio mientras luchaba contra el deseo de empujarse profundamente
dentro de su boca.
—¿Te gusta así? —Su lengua se movió trémulamente alrededor de su
pene, y él se estremeció. Luego ella bombeó su polla y se metió el glande
dentro de la boca.
—Eso es un comienzo perfecto. —Olive cerró los ojos un momento,
dejando caer la cabeza hacia atrás mientras el calor de su boca se derramaba
sobre él—. Ahora toma más.
Tori obedeció de inmediato, abriendo la boca para aceptar otros pocos
centímetros. Ella se detuvo allí y trabajó ese pedacito de carne, lamiéndolo
con afecto. Oliver no podía soportar otro segundo sin ver sus labios
alrededor de su polla. Abrió los ojos y bajó la mirada, sorprendido por la
visión de ella devorándolo. Sus labios exuberantes se movían sobre su
carne, calentándolo hasta el punto de ebullición. Apretaba la mano y movía
la boca, y su polla desaparecía un poco más con cada pasada.
Sin siquiera pensar en ello, él agarró su cuero cabelludo y la dirigió para
tomar el ritmo que anhelaba. Ella lo chupaba con fuerza. Las largas pasadas
de su boca pronto lo tenían jadeando con la necesidad de correrse en su
garganta. Podría hacerlo y todavía estar listo para tomarla de nuevo en un
tris. Eso era lo mucho que la deseaba. Ella lo hacía sentirse como si
estuviera dieciséis años de nuevo, cachondo ante el mínimo indicio de sexo.
Podría follarla toda la noche y despertarla en la mañana para que tomara su
polla de nuevo.
—Más duro. Toma el resto, Tori. Puedes hacerlo. Respira por la nariz y
deja que suceda. Voy a correrme en esa suave garganta tuya y tú te tragarás
todo lo que te dé.
Ella asintió con la cabeza alrededor de su pene y tomó otros pocos
centímetros, gimiendo suavemente contra su polla. La sensación hizo que él
gimiera en respuesta.
—Oh, sí. Te sientes tan bien, cariño. No puedo esperar. Deja que te guíe.
Ella pareció relajarse bajo su toque, y él empujó con más fuerza en su
boca. Ella abrió las piernas un poco más amplias y se afirmó, tomándolo
más profundamente y sometiéndose a él. Esto era lo que Oliver anhelaba, su
perfecta buena disposición en el dormitorio. Podía ver el atractivo de la
desviación sexual que Callum había abrazado desde Dios sabe cuándo. Le
encantaba el aspecto que tenía de rodillas delante de él, su polla
moviéndose entre sus labios mientras sus pechos rebotaban al compás.
Sus pelotas subieron, el calor estalló en llamaradas a través de su
columna vertebral cuando la punta de su polla atravesó la tierna abertura en
la parte posterior de su garganta.
Su corazón tronaba. Se sentía mareado. Oliver gimió largo y bajo
mientras dejaba que sus ojos se pusieran en blanco. El orgasmo rugió a
través de él. Tan bueno. Jodidamente increíble. Más allá de placer.
Él volvió a empujar entre sus labios, expulsando cada gota. Ella lo tragó
todo, nunca poniéndose tiesa o vacilando. Ella sólo lamió, tragó y arruinó
su mente.
¿Podría alguna vez renunciar a ella ahora que sabía lo jodidamente
perfecta que se sentía?
Después de un largo y deslumbrante momento, soltó el férreo agarre que
tenía sobre su cabello, gimiendo de nuevo cuando ella lamió todo a lo largo
de su pene y se sentó sobre sus talones.
—¿Estuvo bien? —Ella sonaba jadeante, y cuando él la miró, vio lo
sonrojada que estaba su piel, lo excitaba que se había puesto mientras le
hacía una mamada.
—Muy. —Se inclinó para besarla, un apenas perceptible sabor salado de
sí mismo en su lengua.
Sí, ella sería una amante perfecta.
Capítulo 6
Tori todavía lo podía saborear en su lengua. El acto había sido una
revelación, pero entonces toda la noche lo había sido. Arrodillarse delante
de Oliver la había excitado más de lo que había creído posible. Siempre
había fantaseado sobre hacer el amor, ella se imaginaba caricias suaves y
cálidos abrazos. El toque de Oliver no era nada como eso. Él había
provocado un descontrolado incendio en su sangre. El fuego crepitó bajo su
piel, se filtró por ésta, y la dejó ardiendo.
Él se cernía amenazadoramente grande encima de ella. Incluso mientras
se serenaba, todavía era un hombre grande.
Una vez que él le liberó la boca de su beso hambriento, Tori volvió a sus
atenciones. Lamió su polla, amando el sabor y la intimidad del acto. Nunca
se había sentido tan cerca de un hombre como se sentía de Oliver ahora.
Bueno... excepto durante el momento en que se había estremecido en los
brazos de Callum y él le había mostrado que cada placer que había sentido
antes había sido nada en comparación con el éxtasis que podía darle. Estar
en sus brazos había sido diferente a las sensaciones que el abrazo de Oliver
había despertado, pero ella había amado a ambos por igual.
Tori chupaba la polla de Oliver y deseaba que Callum estuviera aquí. Y
ardió al pensar en la atenta mirada de Rory enfocada en ella mientras daba
placer a los demás antes de que desviara sus atenciones a él. Podía
imaginarse moviéndose entre los tres, dándoles toda su devoción porque los
amaba. Elegir sólo uno de ellos era imposible cuando suspiraba por los tres.
No iba a suceder. Ella había visto claramente que nunca la compartirían.
Esta noche sería todo lo que tendría de los hermanos Thurston-Hughes. Ella
se iría con su hermana mañana y trataría de olvidarlos.
Deseó que Rory la hubiera besado sólo una vez.
—Levántate—ordenó Oliver, sacándola de esa fantasía.
Oliver la ayudó a ponerse de pie y a afirmarse sobre sus piernas
temblorosas.
—¿Te gustó esto? Porque ciertamente a mí sí. Tienes una boca preciosa,
querida. Está destinada para chupar la polla de un hombre. Mi polla. —Él le
retiró suavemente el cabello de la cara antes de bajar sus manos inquietas
por sus caderas— . Ahora es mi turno para saborearte.
Cuando él llegó entre las piernas y deslizó un dedo a través de sus labios,
ella se quedó sin aliento.
—Estás tan mojada—dijo, claramente complacido, mientras exploraba su
apretado coño con el dedo—. No te muevas y no seas tímida. Abre más las
piernas para mí.
Los hermanos Thurston-Hughes tenían esa cosa exigente en común.
Cuando volvían esas voces oscuras sobre ella, no podía evitar obedecer. En
la vida real, ella lucharía y discutiría, pero aquí quería nada más que confiar
en estos hombres con su corazón y su cuerpo. Ella sabía que compartir un
amor con ellos era imposible, por lo que cedió su voluntad a Oliver ahora.
Complacerle la emocionó, y ella pensó que se extendería a los otros dos
también.
Lástima que nunca fuera a suceder.
Oliver empujó sus dedos en su coño suavemente, explorando
profundamente. Ella no pudo evitar contraerse en torno a él.
—Has gozado chupando mi polla. El acto hizo que te mojaras. Te podría
follar ahora mismo.
Probablemente tenía razón, y estaba ansiosa por sentirlo moviéndose
dentro de ella, pero él le había prometido otra cosa. Tori sabía que tendría
sólo esta noche con él por lo que quería hacerla durar antes de tener que
volver a enfrentarse a la realidad.
Necesitaba más tiempo con él. La desesperación la envalentonó.
—Prometiste.
Sus labios se curvaron en la sonrisa más sexy.
—¿Qué te prometí?
Parecía gustarle oírla decir cosas sucias.
—Me prometiste que me saborearías.
Quería saber cómo se sentiría su boca sobre su sexo. Había un millón de
razones por las que esto era una mala idea. Parecía demasiado íntimo y
¿qué si ella no sabía nada bien? Ella estaría mortificada, pero se libró de
esas preocupaciones. Tenía una noche y no iba a desperdiciarla por
inseguridad. Él ya había visto su cuerpo con todas sus imperfecciones y su
polla se había puesto dura como una piedra. No la había rechazado. Así que
ella iba a ser valiente de un modo en que no lo había sido antes y pedir todo
lo que deseaba.
—¿Quieres mi boca en ti? ¿Quieres que mi lengua taladre en tu dulce
coño?
No le gustaba esa palabra, pero de alguna manera la hacía sonar sexy.
Todo su cuerpo se tensó, los pezones se pusieron tiernos y sensibles.
Necesitaba que Oliver la tocara o podría estallar.
—Sí.
—Entonces llévame a tu dormitorio. Te acostarás en la cama con tu culo
en el borde y las piernas bien abiertas. No te esconderás de mí. Te tocarás y
me mostrarás donde te gusta que ser lamida y chupada.
Tori gimió. Sus palabras enviaron otra oleada de humedad entre sus
muslos, e intensificaron el dolor de la necesidad por él.
Ella tomó la mano de Oliver y lo llevó a su pequeño dormitorio. Había
traído cosas de su hogar con ella así que tuvo que mover su gran dragón de
color rosa de la cama. Ella guardó el regordete animal en el armario y a
continuación, cerró la puerta detrás de él.
—¿Un dragón de color rosa? —Ella no podría decir si Oliver sentía algún
prurito en estar desnudo en su habitación. Por supuesto, si ella se viera
como él, tampoco sentiría ni la más mínima angustia al arrojar su ropa a un
lado. Era alto y musculoso, con abdominales que podrían honrar cualquier
película de acción de Hollywood. Tenía una cicatriz en el torso donde había
sido herido por su difunta esposa. Los residentes del palacio contaban la
historia a menudo. Yasmin había intentado matar a la princesa Alea y no le
había importado si su marido se había interpuesto en el camino.
Simplemente había intentado acabar con su vida, también.
—Mi padre lo ganó para mí cuando yo era una niña. —Ella no quería
hablar de sus padres. La intimidad que Oliver pretendía darle no era
emocional. Nunca lo sería. Esa cicatriz en su pecho servía como un
recordatorio de que ella no lo podía sanar. Después de todos estos meses de
convertirse en amigos, en el momento en que dejaron caer sus ropas, él se
parecía mucho más a un extraño.
Ella no era lo suficientemente arrogante como para pensar que era la
mujer que podría hacer que el mundo fuera correcto para él, pero al menos
podrían compartir esta noche de placer y separarse en buenos términos.
Lo había prometido.
Ella se subió a la cama, con la esperanza de que no hubiera arruinado el
momento. Era el momento de dejar su infancia guardada en otra parte. Eso
significaba su inocencia de niña, también.
—Quiero tus tobillos separados y tus piernas extendidas.
—Esa posición suena incómoda—aventuró ella.
—En realidad, la encuentro muy impresionante. — Él desapareció de la
vista, pero no pasó más de un momento antes de que ella sintiera su calor.
Él presionó sus muslos y los separó más con sus grandes y calientes manos
mientras su boca se mantenía sobre su piel más sensible—. El que hizo tu
trabajo de cera era muy competente. Esta piel es la perfección.
Oliver le acarició el muslo y apoyó la palma de la mano sobre el
montículo de su coño, dejando traspasar su calor.
Tori se olvidó del letargo y levantó la cabeza de la cama. Miró hacia
abajo de su cuerpo para encontrar a Oliver observando su coño como si
fuera una obra de arte.
—Mi hermana me convenció de hacerlo con láser.
Piper le había regalado las citas. Sí, los pequeños pinchazos en su coño
no se habían sentido como un regalo, pero ahora estaba agradecida porque
Oliver parecía fascinado con su piel suave.
Se inclinó, el aliento caliente, y depositó un suave beso en su clítoris. Ella
tuvo que tragar contra una oleada de deseo que la mareó y esperaba que su
corazón no se le saliera del pecho.
—Eres hermosa, Tori. Una mujer como tú merece placer y más.
No conseguiría el “más” de él y no tenía tiempo para acongojarse por ese
hecho ahora. No podía arriesgarse a perder cualquier experiencia que
estuviera dispuesto a darle.
—Tócame. Bésame otra vez. Por favor, Oliver.
—De verdad sabes cómo acariciar el ego de un hombre, cariño. Sabes
exactamente qué decir y cómo. Me haces creer que soy el único hombre en
tu mundo. Haría mucho por mantener eso. Tú y yo vamos a hablar en la
mañana.
Un pedacito de esperanza empezó a aparecer, pero ella lo anuló. Aunque
Oliver estuviera dispuesto a probar una relación, no funcionaría porque ella
estaba enamorada de sus hermanos, y él ya había mostrado que desaprobaba
sus manos sobre ella.
Ella sabía que sus anhelos eran egoístas. La mayoría de las mujeres
estarían felices de encontrar un hombre para amar, pero Tori sabía que si
trataba de tomar el camino tradicional de elegir a un hermano Thurston-
Hughes, siempre anhelaría a los demás.
Ella apartó el pensamiento. Esta noche no se trataba de penas.
—Por favor, Oliver.
Él arrastró su lengua por su coño, haciendo que todo su cuerpo sonara
con una nueva oleada de necesidad. Ella se retorció debajo de él.
—No te muevas o me detendré. Permanece muy quieta y deja que te de
placer. — Otra pasada larga de su lengua la tuvo agarrando el edredón con
las dos manos, apretando el esponjoso material con los puños.
Ella yacía vulnerable y desnuda para él. Permanecer inmóvil, como él le
había exigido, requería tanto de su control que tenía que ceder en alguna
otra parte. Tori sentía deslizarse su control sobre sus sentimientos. Ni
siquiera debería considerar hablar con Oliver acerca de una relación, pero
mientras él la torturaba con la dulce sensación de su lengua, ella se
preguntó... ¿estaba renunciando a ellos demasiado pronto?
Tal vez debería luchar por lo que quería. Su hermana ciertamente lo había
hecho.
—Tienes un sabor tan dulce. —Él gruñó las palabras contra su coño, cada
sílaba tronando y derramándose sobre ella —. Pero esta es la parte más
dulce de ti.
Con un dedo, él retiró suavemente el capuchón del clítoris y Tori vio a su
rubia cabeza descender hacia ella. Besó la perla suavemente, luego se la
metió en la boca.
Todo el organismo de Tori se sobrecargó con placer. No podía respirar, no
podía hablar, no podía hacer otra cosa que gemir y sobrellevar el placer,
mientras este se reunía e inflamaba, y luego formaba una cresta de ola que
la hizo retorcerse, gritar, y morir la más pequeña y bonita de las muertes.
Oliver la lamió todo el camino a través de las exquisitas sensaciones, su
lengua una tortura por derecho propio. Por último, cuando la sensación se
disipó, ella se apoyó en la cama. Antes de que pudiera dar sentido a las
sensaciones precipitándose por ella, él la trasladó al centro de la cama,
deslizando su espalda a través de las sábanas, y cubrió su cuerpo con el de
él. Le separó las piernas con sus muslos fuertes y se hizo un lugar para sí
allí.
—Va a sentirse tan bien—gruñó Oliver, y ella sintió la ancha punta de su
pene aguijonar contra ella. Él se cernía sobre ella, apuntalando su torso con
los codos, presionando la parte inferior de sus cuerpos juntos. Ella pasó la
palma de la mano sobre el pecho increíblemente musculoso. Todo en lo que
podía pensar era en lo perfecto que se sentía el estar cerca de él, en sus
brazos sin nada entre ellos.
Tori ya se sentía bien. Su cuerpo estaba canturreando desde el orgasmo,
el mundo viéndose nebuloso y agradable. Ella disfrutaría pasando la noche
en sus brazos. Pero el pensamiento huyó una vez que lo sintió moverse
entre sus piernas. Él aún no había terminado con ella. De hecho, estaba
duro de nuevo, y se acordó de lo que había prometido. No dejaría su sexo
vacío como Callum. La erección la golpeó, le dijo que él tenía la intención
de tenerla.
—Oliver, tengo que decirte algo. —No había tenido la intención de
mencionarlo, pero ahora que estaban tan cerca, ella necesitaba que él
supiera que iba a ser su primero. Tal vez no lo emocionara, pero quería que
él oyera que era especial para ella.
Antes de que pudiera confesar, él se empujó con fuerza dentro de ella,
abriéndose paso a través de su estrecho canal. Ella sintió que algo se
desgarraba, junto con el dolor punzante. No pudo evitar el grito ahogado
que escapó de su garganta.
¿Cómo era posible que él hubiera tenido que romper su himen? Ella
había sido muy activa en el deporte en la escuela. ¿No debería su himen
haberse roto antes de ahora? Diablos, él era tan grande, y había empujado
con tanta fuerza. Él la había llenado tan completamente que no podía tomar
otro aliento.
Todo el anterior placer se disipó, y ella se agarró a Oliver, orando por
alivio, calma... algo que hiciera que la agonía desapareciera. Le clavó las
uñas en los hombros y trató de contener las lágrimas.
—¿Qué demonios? —Oliver se congeló encima de ella, su cara
retorciéndose en incipiente horror—. Dime que no eras lo que yo creo que
eras.
El tono duro de su voz disipó bruscamente lo último de su agradable
asombro. Ella se movió, luchando por acostumbrarse a la sensación de él
ocupando todo el espacio en su interior. Trató de no dejar que sus palabras
la hirieran.
—No lo hagas—ordenó Oliver con una voz casi desesperada—. No te
muevas. No puedo…
Tori no pudo evitarlo. Él era demasiado grande. Ella lo sentía demasiado
profundamente y aún así tenía que acomodar de alguna manera su
apabullante circunferencia. Apretó los dientes. Las lágrimas nublaban su
visión mientras se retorcía en contra de él.
Todo el rostro masculino se tensó. Él gimió, sus caderas se movieron
mientras empujaba en una y otra vez, como si no pudiera evitarlo. Poco a
poco, el dolor desapareció. La excitación comenzó embargarla. Los
hormigueos cobraron vida entre sus piernas, haciéndola jadear. Estaba
pasando. Oliver estaba dentro de ella. No podía esperar a sentir la sensación
de conexión, como si fueran dos personas convirtiéndose en una.
Él enterró la cara en su cuello y aceleró el ritmo, más y más rápido. Un
minuto más tarde, lanzó un gruñido largo y bajo, y entonces presionó
profundamente dentro de ella, su cuerpo estremeciéndose. Algo caliente
recubrió sus entrañas.
Él se tendió sobre sus espaldas y se quedó mirando el techo.
—Maldita sea. —Su pecho exhaló. Apretó los dientes y se pasó la mano
por la cara—. ¿Qué carajo fue eso?
Tori luchaba por respirar, por no llorar frente a su ira mordaz. Se dio la
vuelta, deseando que hubieran quitado el edredón así tendría algo con lo
que cubrirse. Lo mejor que podía hacer era girar sobre su costado así él sólo
podía ver su trasero. Calculó sus probabilidades de lanzarse al baño sin que
él la detuviera.
—Creo que deberías irte.
Después de sentirse completamente llena hacía tan sólo unos minutos,
Tori no había esperado sentirse tan vacía... tan utilizada. En verdad ella no
había esperado que él notara su virginidad en absoluto, mucho menos que
estuviera enojado porque todavía la tenía.
—Hay sangre en mi polla. ¿Quieres explicar eso? —El hielo goteaba de
sus palabras.
Tori lo sintió moverse, la cama cambiando bajo ella. Ella se sentó, sus
pies golpearon contra el suelo. Con cuidado, Tori se mantuvo de espaldas a
él porque se sentía demasiado desnuda ahora. Por alguna razón ella no
había imaginado que hacer el amor terminara así entre ellos.
Pero eso no había sido hacer el amor. Sólo sexo.
Ella no era estúpida. Sabía que su primera vez sería incómoda, pero
Oliver la prepararía y la penetración debería haber sido fácil. Podría haberse
sentido fabuloso. Ambos deberían haber estado satisfechos. Ella debería
estar acostada en sus brazos ahora mismo, sintiéndose adorada. En cambio,
tenía frío y se sentía desnuda y sola.
—Te pedí que te fueras.
—Yo no voy a ninguna parte hasta que consiga una explicación. —Él se
paró y apoyó las manos en sus caderas musculosas—. Tori, dime que no
eras virgen.
Se puso de pie y echó a andar hacia el baño donde colgaba la bata. Ella
no iba a tener esta conversación con él, sobre todo, no mientras estaba
desnuda. Algo entre ellos había salido muy mal. Hasta que lo descubriera,
ella se estaba cubriendo y no desnudándose para un hombre por mucho
tiempo.
Un dolor pulsó bajo en su pelvis. La humedad se filtraba de su sexo
dolorido, sobre sus muslos. Oh Dios...
Ella se dio la vuelta para enviarle una mirada furiosa y acusadora, un
absoluto pánico amenazando con surgir.
—No ha utilizado un condón. Maldito seas.
Tori no podía quedarse desnuda y cerca de él sin desmoronarse. Ella
cruzó la habitación a zancadas hacia el cuarto de baño.
Él la atrapó antes de que pudiera escapar, agarrándola del codo.
—No estaba pensando correctamente, pero luego supuse que, dado que
tienes un novio, el control de la natalidad no sería un problema, Torrance.
Yo creía que estaba teniendo un encuentro mutuamente agradable con una
mujer experimentada. ¿No era eso lo que querías que creyera?
Él le estaba acusando de algo, pero ella no podía captar de qué.
—Yo sólo quería una noche para hacer algunos buenos recuerdos contigo
antes de marcharme en la mañana. Y tú quieres que te diga que no era
virgen. Ninguno de nosotros conseguimos lo que queríamos.
—No vas a ninguna parte ahora. —Él soltó su codo repentinamente como
si no pudiera soportar tocarla. La mirada de desprecio absoluto en su cara le
provocó un escalofrío—. Debí haber visto venir esta astuta maniobra. Eres
bastante buena. Dime algo. ¿Cuánto tiempo te tomó tender esta trampa?
¿Quién era el blanco original?
—¿Trampa? ¿Blanco? —¿Cómo podía estar de pie aquí con él, vibrando
de ira, apabullada por semejante injuria, cuando momentos antes habían
estado estremeciéndose de placer debajo de su boca? El cambio abrupto se
sentía surrealista. Ella había compartido más intimidad con Oliver de lo que
había compartido con nadie en su vida, y ahora se sentía como un extraño.
—Sí, el blanco de tu trampa. Eso es lo que somos para ti, ¿no? O tal vez
prefieres la identidad corporativa. ¿Cómo llaman los estafadores a sus
víctimas?
Él bien podría haberla abofeteada.
—¿Estafadora?
—Cazafortunas, en tu caso. Así que dime, si no os hubiera interrumpido a
ti y a Callum en el hotel, ¿iba a ser él el que se tambaleara con la idea de
que podría haber preñado a una pequeña virgen mentirosa?
Oh, ella había terminado con él. Tori apretó los dientes. Ella debería
haber escuchado a su hermana, a sus cuñados. Oliver Thurston-Hughes era
una bestia herida y no quería ser sanado. En el fondo ella lo había sabido.
Simplemente no había escuchado el instinto que le dijo que podía atacar
como un depredador y despedazarla.
—Vete. —Ella se dio la vuelta y corrió al baño, cerrando la puerta con
llave con dedos temblorosos. Las lágrimas rodaban por sus mejillas.
—No me iré hasta que aclaremos algunas cosas—gritó Oliver a través de
la puerta entre ellos—. Si piensas por un segundo que puedes utilizar a un
niño para manipularme, piensa de nuevo.
—Yo no soy Yasmin—respondió a gritos ella.
Ella conocía su historia. Lamentablemente, todo el mundo la conocía. La
infidelidad de Yasmin y el hecho de que ella lo había manipulado con
embarazos que más tarde habían terminado y ella los había llamado abortos
involuntarios había estado en la primera plana de todos los periódicos
sensacionalistas de Europa después de su muerte. Estúpida. Tori se dio
cuenta de que había sido muy estúpida al pensar que Oliver podría ser
sanado, aunque fuera por una sola noche.
—Tú no eres Yasmin, y yo voy a asegurarme jodidamente bien de que no
puedas jugar sus juegos. Sal porque tengo algunas cosas para decirte.
—Sólo vete, Oliver. Me voy así que no tienes que preocuparte por volver
a verme. Conserva tus ofensivas palabras para la próxima tonta que crea
que tiene sentimientos por ti y que vales la pena el riesgo. —Más lágrimas
escaldaban su camino por sus mejillas. Se sentía vacía, como si alguien
hubiera tomado una cuchara de helado, quitado toda la felicidad, y dejado
una triste cáscara vacía.
Ella miraba perdidamente en el espejo. Había querido ser tan feliz y tan
valiente en el amor como su hermana. Eso había sido todo. Había querido
ser adorada y había pensado por un momento que había encontrado algo
especial. Esos hombres necesitaban una mujer para convertirse en el centro
de su mundo como Piper lo era para sus maridos. Tori dio cuenta de que no
iba a ser ella.
Demasiado tarde, recordó por qué se había protegido, por qué se había
aferrado a su virginidad. Ella había pensado que era un regalo para ser dado
a uno de los hombres que amaba. No se había acordado de que los regalos
podían abrirse, hallarse defectuosos, y rechazarse.
Él había estado en silencio durante unos momentos, y ella esperaba que
hubiera entendido la señal y se hubiera marchado. No lo llamaría, ni le
escribiría. Si ella estaba embarazada, lo sabría pronto y se prepararía para
vivir como madre soltera porque Oliver era tóxico.
Con un cansancio que nunca había sentido antes, se puso la bata, abrió la
puerta del baño y echó una mirada furtiva a su dormitorio.
Oliver se había ido. Su presencia enojada, grande y sexual, permanecía
aunque el hombre se había ido. Gracias a Dios estaba sola. Se sentía vacía.
Su apartamento se sentía vacío. Su futuro... sí, vacío. Ella estaba arruinada
tanto profesional como personalmente. Dios, ni siquiera podía llorar más.
Lo haría cuando llegara al palacio. Se sentaría, sujetaría a sus sobrinos y
encontraría una manera de echar a los hermanos Thurston-Hughes de su
corazón.
—Cabrón—gritó una voz familiar desde lo que sonaba como su sala de
estar.
Callum. ¿Qué estaba haciendo él aquí?
Hubo una respuesta amortiguada, seguido por un estruendo.
—Basta, vosotros dos. —El grito de Rory sonó bien claro.
La ira estalló como una bomba detonando. Estos hombres estaban
siempre peleando, y ahora estaban usándola como una excusa. No es que
ellos necesitaran una. Le dolía el cuerpo, pero eso no era nada comparado
con el dolor que sentía muy dentro. Era bueno poner ambos a un lado y
dejar que la rabia fluyera.
Tori tenía la intención de dejar muy en claro que ella había terminado con
ellos.
Ahora y para siempre.

* *
Aturdido y deslumbrado, Oliver se alejó arrastrando los pies de la puerta
de su cuarto de baño antes de hacer algo muy estúpido como patearla,
arrojar a Tori por encima del hombro, y llevarla a su casa con él. Él se había
comportado mal. Asumía la responsabilidad de eso, así como se haría
responsable de la cosita manipuladora, pero no le daría lo que ella buscaba.
Él encontró sus pantalones y se obligó a ponérselos. ¿Qué coño había
sucedido? Apenas podía asimilar en su mente el hecho de que ella era
virgen. Debería haber sospechado algo cuando por primera vez metió los
dedos dentro de ella y sintió el agarre impresionantemente apretado de su
coño. Se había preguntado si su novio tenía un pene diminuto. Entonces el
pensamiento de la polla de James Fenway dentro Tori incitó pensamientos
particularmente desagradables, que le habían aguijonado a empujar duro y
rápido dentro de ella antes de sentirse precavido y que pudiera disuadirse de
tocarla. La necesidad de hacerla suya le había abrumado.
Bueno, ella era de él ahora. Suya y sólo suya. Ninguna otra polla jamás
había disfrutado de ese coño apretado. Ciertamente ninguna otra polla la
había dejado embarazada. ¿En qué demonios había estado pensando? Metió
sus pies en los calcetines y registró el cuarto en busca de su camisa. Él no
había estado pensando en absoluto. Había estado deleitándose en su
dulzura, en lo suave y complaciente que era con él. Había estado pensando
en cómo le gustaba a Callum atar a las mujeres, zurrarlas y follarlas. Había
estado pensando en que Tori se vería deliciosa toda envuelta en la cuerda
como un regalo, esperando a que él lo desenvolviera y disfrutase de ella.
Se puso la camisa con un movimiento de hombros y se preguntó cómo
carajo debía hacer frente a este desastre. Un pequeño destello en el suelo le
llamó la atención.
Su anillo. Se inclinó y lo recogió.
Pobre estúpido. En algún lugar de Texas, un hombre esperaba por su
perfecta noviecita virgen. Ese hombre estaba a punto de descubrir que el
mundo no era justo.
Oliver la había follado. Ella era su responsabilidad ahora. Tal vez incluso
se casaría con ella, pero por Dios, él la vigilaría como un halcón. No iba a
permitirle la más diminuta libertad de acción para que pudiera utilizarla en
su contra.
¿Lo único bueno? Él podría tener los hijos que había soñado. No hacían
desaparecer los que Yasmin había abortado, pero tal vez estos nuevos
preciosos aliviarían un poco del dolor y la culpa en su corazón.
Se guardó el anillo en el bolsillo. Su compromiso, ex en su mente, era
sólo una de las cuestiones que necesitaban discutir después de que ella
terminara de ponerse de mal humor y saliera del cuarto de baño.
Eres el más grande malparido del mundo, Oliver Thurston-Hughes.
¿Ponerse de mal humor? Tomaste su virginidad sin ser ni remotamente
suave y no le diste ni un gramo de placer a cambio. Ella se entregó a ti, y tú
le gritaste, la acusaste de todo tipo de perdición, y luego tienes el descaro
de decir que ella está de mal humor. Le prometiste ternura y en el momento
en que acabaste y le diste tu bilis y tus insultos. No la mereces.
Su voz interior a menudo tenía demasiado buen juicio para su bienestar.
Volvió la mirada atrás hacia la puerta del dormitorio. Él la había cerrado
porque quería espacio entre ellos. Se había dicho que así no rodearía su
bonita garganta con sus manos, pero eso era una mentira. Necesitaba las
puertas cerradas así no retrocedía, caía de rodillas e imploraba su perdón.
No podía hacer eso. No importa lo mal que había manejado el asunto, no
podía darle esta clase de poder sobre él.
¿Por qué no? Tú le diste a Yasmin el poder de arruinar tu vida para
siempre. Ella gana, estúpido idiota. Si dejas que Tori salga de tu vida, esa
perra gana. La deberías haber dejado matarte.
Realmente le gustaba más cuando él simplemente odiaba a todos y todo y
deseaba haber muerto ese día en el palacio. Pero no. Todo eso había
empezado a cambiar cuando Tori había entrado por su puerta con sus
llamativos colores, sonriendo con esa radiante sonrisa que conocía tan bien.
Ella lo había hecho comenzar a querer más.
Entonces regresa al dormitorio y empieza de nuevo. Llama a la puerta y
ruégale que hable contigo, porque a ti ella te importa de verdad. Confiesa
que lo has manejado todo horriblemente. Habla de volver a la cama y
abrazarla, darle todo lo que ella se merece… ternura, intimidad y calidez.
Hazlo.
Por mucho que lo deseaba, Oliver encontró la perspectiva aterradora. Si
él siguiera a esa voz en su cabeza, sería muy vulnerable a ella. No estaba
listo para eso todavía. No sabía si alguna vez iba a estarlo.
Pero él no podía largarse si estaba embarazada. No estaba dispuesto a
dejar a su hijo indefenso de nuevo.
Estaba atrapado, pero había estado atrapado desde que se había enterado
la verdad sobre Yasmin y tuvo que enfrentarse a su complicidad negligente.
Él simplemente no la había creído capaz de tanta maldad. Ahora, él estaba
atrapado y no tenía ni idea de cómo liberarse.
Miró la puerta entre ellos y deseó haberla conocido cuando era más
joven, cuando creía en toda esa mierda del amor, cuando posiblemente
podría haberle dado lo que Tori necesitaba.
Y se alejó porque ese anillo de ella estaba quemando en su bolsillo.
¿Qué estaba pensando? El hecho de que ella hubiera poseído un himen no
la hacía inocente. Había engañado a su prometido dos veces en una noche
con dos hermanos diferentes, y sin embargo, estaba de pie del lado de
afuera de su puerta haciéndose ilusiones sobre ella como un idiota.
Tal vez él no había aprendido tanto de Yasmin como había creído.
Un golpe en la puerta de entrada de Tori lo sacó de sus pensamientos.
Oliver miró su reloj. Era después de la medianoche. ¿Quién la visitaba a
esta hora? Cruzó el espacio y abrió la puerta, sólo para enfrentarse con la
única persona en el mundo por lo que habría dado la mitad de su vida para
no hacer frente esta noche.
—Callum, vete a casa— ordenó él con cansancio.
—¿Qué estás haciendo aquí?— Callum lo miraba echando fuego por los
ojos, en algún lugar entre la sorpresa y la ira.
Rory puso una mano en el brazo de Callum.
—Creo que deberíamos ir, Cal.
Oliver respingó. Ahora podía ver el tremendo error que había sido toda
esta noche. Nunca debería haber seguido a Tori desde la recaudación de
fondos, nunca debería haber ido tras ella en primer lugar. Entonces ella no
habría escapado. Callum podría haber sido el que se encontrara en la
trampa. Sin duda, su hermano menor habría estado emocionado. Ahora
tenía que enfrentar el hecho de que él había tomado no sólo lo que debería
haber sido el premio de su prometido, sino que también había follado al
encaprichamiento de su hermano.
—Tori se fue temprano y la escolté a casa.
—¿Y entonces te quitaste la ropa? —lo acusó Callum, mirando con el
ceño fruncido su camisa desabrochada. Entró en la sala, y su mirada cayó
inmediatamente al suelo. Se inclinó y recogió el vestido de diseñador que
Tori llevaba puesto antes—. Y la de ella.
Las tripas de Oliver se anudaron. Él había esperado que Tori fuera
simplemente otra en la larga lista de amoríos de su hermano menor, pero la
mirada desolada en el rostro de su hermano le dijo que Callum se creía
enamorado de ella.
Al parecer, había desencadenado una tormenta de mierda.
—Callum, puedo explicarlo.
—¿Dónde está Tori?—preguntó Rory—. Dime que ella no está
durmiendo y que tú no estabas tratando de escabullirte de su cama.
No había tenido la oportunidad escabullirse. No la había querido. Él
había planeado hablar con ella por la mañana acerca de instalarla como su
amante. Si ella estaba embarazada, la haría su esposa. Ahora podía ver
claramente cómo resultaría ese plan con sus hermanos. Callum no era el
único que pensaba que estaba enamorado. Rory también lo pensaba, y
Oliver podía ver que iba a ser el villano en esta obra.
—Creo que todos deberíamos sentarnos y discutir a fondo esto. He
cometido un error esta noche. Por desgracia, no es uno que puedo rectificar.
Él podría haberse atado a Tori. Podría incluso ser capaz de conservarla,
pero si lo hiciera, existía una buena posibilidad de perder sus hermanos.
La cara de Rory estaba sonrojada de un rojo vibrante.
—Dime que has sido amable con ella. Ella no tiene experiencia.
—¿Cómo lo sabes? —Ahora él podía sentir su propia furia aumentando
—. ¿Callum no fue el único atrapado con las manos en el tarro de miel?
—No hables así de ella—dijo Callum con los dientes apretados.
A él no le gustó el tono posesivo en la voz de su hermano. Callum
necesitaba enterarse de lo que había acontecido esta noche y lo que iba a
pasar mañana a causa de ello. Oliver había hecho su cama con su
impaciente polla. Ahora todos tendrían que acostarse en ella.
—Voy a hablar de ella como quiera. Tomé su virginidad, así que ella es
mi responsabilidad ahora. Ambos mantengan sus manos lejos de ella.
—Tú no puedes tratarla como si fuera una posesión, Oliver—replicó
Rory, rechinando los dientes.
—Puedo y lo haré. Si ella queda embarazada, me veré obligado a
casarme con ella y será vuestra cuñada. Ese episodio en la sala de
conferencias será el último incidente de ese tipo que voy a tolerar.
—¿Embarazada? ¿Es posible que la hayas dejado embarazada? —Rory
respiró las palabras como si fueran una especie de secreto que podría
matarlos a todos—. ¿No llevas condones?
De todas las cosas de las que se avergonzaba, ésta figuraba en el top ten.
—Imaginé que estaba tomando la píldora.
No le podía decir a sus hermanos que mientras él había estado en sus
brazos no había pensado en nada excepto en ella. Nada más había existido,
excepto sus brazos alrededor de él, su cuerpo contra el suyo. No había sido
lo suficientemente listo como para ponerse un condón.
—¡Bastardo!—gritó Callum y corrió hacia él, levantando un puño
amenazante.
Oliver recibió un puñetazo a la mandíbula que casi lo hizo ver las
estrellas. El dolor estalló en su cabeza. Cayó al suelo antes de que se diera
cuenta.
Callum se abalanzó sobre él y lo volvió a levantar, el puño en ristre.
—Lo has arruinado todo.
—Basta, vosotros dos. —Rory intentó abrirse paso a empujones entre
ellos. Al otro lado de la habitación, oyó un gran estruendo.
—¡Fuera!
Tori estaba de pie tiesa, los restos de lágrimas veteando su cara mientras
ella le gritaba. ¿Podría ponerse peor esta puta noche?
Callum pasó a su lado y dejándolo de rodillas.
—Tori, amor, tenemos que hablar. No me importa lo que hiciste con él.
Fue su culpa. Él te engañó.
—No la engañé. —Frotándose el dolor en la mandíbula, se puso en pie y
se sorprendió por la vista absolutamente deliciosa de Tori de pie en su sala
de estar, sosteniendo un paraguas como una mujer guerrera. Sus ojos
estaban encendidos con el fuego y la bata se abría apenas, exponiendo su
piel cremosa. A pesar de todo, su polla estalló a la vida de nuevo ante la
vista de ella.
—¡Fuera! —Ella se mantuvo firme, su mirada cayendo sobre cada uno de
ellos como si evaluara a sus enemigos.
—Tori, estoy de acuerdo que mis hermanos tienen que marcharse, pero tú
y yo tenemos que hablar. —Ya era hora de bajar el tono de la emoción y
ponerse razonable. Oliver sabía que había sido un cabrón con ella. No
importaba lo que ella había hecho, se merecía que su primera experiencia
sexual fuera más memorable que un par de empujones, seguidas por su
amante denostándola, porque ella había sido virgen. Él había hecho una
chapuza de todo el asunto. Una vez que Callum y Rory se hubieran ido,
hablaría con ella, se disculparía y la resarciría.
—Tú también. ¡Fuera de mi casa!
Si la dejaba ahora, dudaba de que se le permitiera volver.
—¿No crees que deberíamos hablar de esto aquí, en lugar de en la
oficina?
—Renuncio. Fuera. Los tres.
—Amor, no sé lo que hizo, pero voy a arreglarlo. Voy a hacerte feliz—
prometió Callum.
—No puedes renunciar—dijo Rory—. Ya hemos hablado de esto.
—Enviadme la factura, capullos. Ahora, fuera. Los tres—insistió Tori
con voz firme.
La situación estaba saliéndose de control. Si sus hermanos no hubieran
aparecido, podría haber sido capaz de salvarla.
—Vosotros dos idos ahora.
— Todos—gruñó Tori—. Esta es mi última advertencia.
Como la dulce Tori iba a lastimar a nadie. Oliver negó con la cabeza y
dio un paso hacia ella.
—No me voy, car…
Antes de que pudiera terminar de hablar, ella lo golpeó con fuerza con el
paraguas. De repente, él se tambaleaba a través de su apartamento y
tratando de encontrar el equilibrio. El dolor no era malo, pero Oliver se
encontró luchando para salir de su camino. Él fue tambaleándose hacia la
puerta, y sus hermanos siguieron su ejemplo cuando Tori se abalanzó sobre
ellos, arma en mano.
Con ojos salvajes, ella balanceó el paraguas un par de veces, y los hizo
retroceder hasta el pasillo antes de cualquiera de ellos pensara en luchar
contra la pequeña morena a la que quien cada uno de ellos superaba en peso
por más de cuarenta kilos.
—Permaneced lejos. No me busquéis de nuevo. — Ella les cerró la
puerta en sus narices, y Oliver oyó el sonido característico del cerrojo
deslizándose.
Él parpadeó, sorprendido de que quedar atrapado en el pasillo en medio
de la noche sin sus zapatos. Él más bien creía que si golpeaba la puerta y los
pedía, ella podría tratar de metérselos en el culo. Oliver miraba fijamente la
puerta cuando uno de sus hermanos lo agarró del brazo y lo hizo darse
vuelta.
—Te mataré por esto. —Los ojos de Callum se habían vuelto helados.
Rory se interpuso entre ellos.
—Eso no soluciona la situación. Ambos son idiotas. Estoy yendo a casa
de Cal. Él ya se ha mudado a tres puertas de distancia. Voy a conseguir su
whisky y a averiguar una manera de salir de este lío. Si ambos se aniquilan,
tanto mejor para mí. Me quedaré con la empresa y con Tori. Soy el único de
vosotros que no la ha victimizado sexualmente. Sois patéticos. Talib tenía
razón. No la merecemos.
Él se dio la vuelta y se alejó sin mirar atrás.
Oliver se sintió más vulnerable que nunca. No se había sentido tan
miserable en el momento en que él había yacido en el suelo del palacio real
de Bezakistan después de que Yasmin hubiera hecho todo lo posible por
matarlo. Esta noche, había arruinado algo bueno y puro.
Callum se apartó, gruñendo en su rostro.
—Tú la lastimaste.
—No era mi intención. —Realmente no había tenido la intención. Él
había querido... Dios, a estas alturas, ni siquiera sabía lo que había tenido
intención de hacer—. No me gustó el hecho de que ella te sedujera mientras
que tiene un novio.
—¿No te has dado cuenta todavía? Ella no tiene un maldito novio. Lo
hizo para mantener a los hombres como nosotros a distancia. Ella está sola
y tú te has asegurado de que permanezca así. Y no te atrevas a tratar de
decir que lo que hiciste con ella esta noche tenía algo que ver conmigo. Te
odio.
Oliver observó a su hermano marcharse, cerrando la puerta de un portazo
detrás de él.
Mientras seguía a su hermano por el pasillo, él también se odiaba.

* *
Callum pensaba seriamente acerca de asesinar a su hermano. Sabía cómo
iba a hacerlo. Cerraría los dedos alrededor de la garganta de Oliver y
apretará hasta que su cabeza se desprendiera. Luego iba a jugar con ella
como una pelota de fútbol.
Mientras Rory merodeaba por la puerta, Callum metió la llave en la
cerradura, amargamente consciente del hecho de ahora estaba a tres puertas
de distancia de la mujer de sus sueños y ella no hablaría con él. Pensó en
cerrar la puerta y dejarlos afuera, pero Rory entró a la fuerza.
—¿Estás bien?
—No, gracias a él. —Callum señaló con el pulgar a Oliver.
Su hermano mayor entró arrastrando los pies, viéndose un poco atónito.
—¿Ella realmente no tiene un novio?
Callum echó el cerrojo a la puerta. Thea lo había estado esperando fuera
del hotel. Había logrado colarse en el aparcamiento y había estado al
acecho. Con todo, había sido una noche bastante horrible.
Con la excepción de observar a Tori Glen desarmarse en sus brazos.
Había estado tan hermosa, tan inconsciente. No había estado fingiendo.
Sus ojos se habían abierto de par en par con asombro cuando él la había
acariciado y provocado un orgasmo. Ella había sido una mujer encontrando
su sensualidad.
—No, no lo tiene. El informe del investigador está en el bar si no me
crees. —Se acercó a la cocina utilitaria y agarró el de cincuenta años que
guardaba para ocasiones especiales o días en que el mundo parecía estar
cubierto de estiércol. El de hoy había sido ambas cosas, por lo que sirvió
tres dedos. Y luego una segunda copa porque Rory no había sido un hijo de
puta. Se la deslizó a su hermano.
—Te creo. —Pero Oliver ya estaba abriendo el informe del investigador
privado—. Me vendría bien una copa.
—Entonces vete a tu casa y consigue una—replicó Callum tercamente.
—Nadie se va hasta que sepamos qué hacer—dijo Rory de manera
resuelta—. Tenemos que arreglar esta situación.
—¿Qué hay que hacer? —Oliver se pasó una mano por el pelo—. Ella
renunció. Se va mañana.
—Bueno, para empezar, podemos optar por no aceptar su renuncia. —
Rory tomó un sorbo y suspiró—. No creo que ella quiera irse.
—Parecía bastante segura de lo que quería cuando intentó destripar a
Oliver con su paraguas. —Callum deseó que ella hubiera logrado un buen
golpe—. Me sorprendería si ella se presenta para al trabajo. Estaré en su
puerta a primera hora de la mañana. Voy a convencerla de que me deje ir
con ella. Tendrás mi renuncia en la mañana, también. Y no me harás
cambiar de opinión.
Él sabía una sola cosa en el mundo: Quería estar con ella. Y después de
hablar con Thea esta noche, tal vez salir de Londres por un tiempo sería una
buena cosa. Había estado ida, y no simplemente irracional, de la forma en
que había estado antes. Ella en verdad se había convencido de que eran una
pareja. Claire había llamado a la policía, pero no antes de que Thea hubiera
hecho una escena terrible.
Podía culpar de eso a Oliver, también. Su hermano mayor había tomado
la limusina, dejando al resto de ellos para encontrar su propio medio de
transporte. Por suerte, un amigo lo había dejado en casa después de la
desagradable pelea con Thea. Ella lo había acusado de acostarse con putas.
¿Había estado refiriéndose a Tori? ¿Qué sabía ella acerca de su relación? Lo
último que necesitaba era a Thea enfrentando a Tori, aunque después de
presenciar la feroz cólera de Tori, Callum no estaba tan preocupado. Por
desgracia, su furia había estado dirigida a él y Rory… los hermanos
equivocados.
—Deberías ir con ella—asintió Oliver—. Ella te necesita. No me gusta la
idea de ella andando por el mundo por su propia cuenta. Los problemas
parecen seguirla.
—Los dos son idiotas, y sólo voy a tener el resto de esta conversación
porque Tori se merece conseguir lo que quiere. Aunque tengo mis temores
de que ella ya no nos quiere a ninguno de nosotros. —Rory puso su vaso en
la mesa.
—¿De qué estás hablando?— La verdad era, que Callum no quería
marcharse de Inglaterra. Esta era su casa, pero él no podía ver una salida a
esto ahora. Desde luego, no podía verlos siendo una gran familia feliz.
—Ella no va a huir contigo, Cal. Sé que piensas que lo hará, pero ella no
separará o lastimará a esta familia. Tiene demasiada integridad. Es
exactamente por lo que no había cedido a ninguno de nosotros hasta esta
noche. Callum, ¿cómo conseguiste tenerla a solas? Tengo mis serias dudas
de que ella se metiera en la sala de conferencias.
Él se sintió sonrojarse. No estaba orgulloso de lo que había hecho. Había
pensado que simplemente necesitaba un pequeño empujón para sucumbir a
su deseo. Una vez que ella lo había hecho, había respondido de manera
arrebatadora.
—Podría haberle dicho que cambiaría mi silencio sobre el falso
compromiso por un beso, y las cosas podrían haberse incrementando a
partir de ahí.
—La chantajeaste. —Los labios de Oliver se apretaron en una línea
condenatoria.
—Sólo se suponía que era un beso. Le estaba dando el empujoncito que
necesitaba.
—¿Para follarla? Por lo menos yo no la chantajeé—espetó Oliver.
—Entonces, ¿cómo ocurrió?—preguntó Rory.
Los ojos de Oliver se entrecerraron, una señal segura de que se sentía
culpable.
—Te lo dije, los problemas parecen seguirla. Ella fue atacada mientras
entraba en el edificio. Tuvimos suerte de que tengo una tarjeta de acceso.
El intestino de Callum se anudó.
—¿Atacada?
—Bueno, gracias a ti, ella estaba caminando usando joyas ridículamente
caras— señaló Oliver—. A pesar de que casi había sido atacada
recientemente, también.
—¿Hablas en serio?—demandó Rory.
—Como he dicho, los problemas la encuentran. Ella debe verse como un
blanco fácil. —Oliver se encogió de hombros—. Esta noche, como la
última vez, luché contra el hombre. Cuando llegamos a su apartamento, la
adrenalina pateaba. Terminamos en la cama. Todo estaba bien hasta que...
—Te enterase de que era virgen—afirmó rotundamente Rory.
—¿Cómo lo sabes?—preguntó Oliver.
—¿Ella era virgen? —Callum apenas lo podía creer. Era tan hermosa, tan
sensual.
¿Cómo había permanecido intacta todos estos años? ¿Eran idiotas los
hombres americanos? Si la hubiera conocido cuando era adolescente, se
habría pasado todo su tiempo tratando de meterse en sus bragas.
—¿Es que vosotros dos la conocéis algo? —Rory meneó la cabeza como
cansado de ellos—. Ella era obviamente inexperta. No estaba seguro de
que fuera virgen, pero sabía que no había tenido más de uno o dos hombres
en su vida. Después de que sus padres murieron, trató de no ser una carga o
crearle problemas a su hermana. Ella nunca se metió en la clase de
problemas que otros adolescentes se meten. Ella fue a la escuela y trabajó
para ayudar a Piper financieramente.
—¿Cómo sabes eso?—exigió Callum. Él y Tori habían hablado de
muchas cosas, pero sobre todo de eventos actuales y cosas como las
películas que le gustaban.
—Porque le pregunté. Ella me gusta. Esa es una afirmación tonta. La
amo. —Rory se veía tan resuelto como sonaba—. Quería conocer todo
sobre ella.
Otro hermano con quien tenía que competir.
—Sin embargo, ¿estás dispuesto a renunciar a ella por Oliver? Rory negó
con la cabeza.
—Ya no más.
—¿Así que os enfrentareis? —Los hombros de Oliver se encorvaron con
cansancio.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que había logrado una buena noche
de sueño? Años, apostaría Callum.
Antes de que él o Rory pudiera responder, Oliver suspiró.
—Les dije que nos haría pedazos. Es por eso que intenté mantenerme
lejos de ella.
—Esa no es la razón, y lo sabes. —Él estaba harto de la negación de su
hermano mayor—. Te mantuviste lejos de ella porque estás convencido de
que cada mujer es Yasmin. Apuesto a que ella no era virgen cuando la
follaste la primera vez.
—No, no lo era y también era una mentirosa. Ella adujo que había tenido
un amante, aunque ahora estoy seguro de que fueron mucho más. No me
importaba. No me importa la virginidad. No es una especie de premio para
ser reclamado. Aunque creo que en el caso de Tori era un regalo que ella me
dio. Me temo que lo rechacé de manera muy dura.
Rory golpeó a Oliver en el hombro, un gesto tanto tranquilizante y como
amenazante.
—Te equivocaste. Puedes pedir disculpas. Oliver se encogió de hombros.
—¿Sabes acerca de lo que estaba realmente enojado? Callum podría
apostar.
—Eso de que haya quedado embarazada.
Una simpatía involuntaria estalló a través de él. Callum no quería
condolerse por Oliver, pero sabía cómo esos hijos perdidos lo perseguían.
Tal vez si él y Yasmin hubieran tomado la decisión que no estaban listos
para los hijos juntos, Oliver podría haberse perdonado. Pero la perra lo
había convencido de que ella había querido esos bebés. Había jurado que
había abortado involuntariamente, y Oliver se culpaba por no haber visto
las intenciones de ella.
—Tori nunca me engañaría de la manera en que Yasmin lo hizo. Si ella se
encontrara embarazada, hablaría conmigo. Incluso yo no soy tan estúpido
—dijo Oliver—. Sé intelectualmente que Tori está tan lejos de Yasmin
como un conejo de un tigre rabioso, pero en el momento, reaccioné mal.
—Muy bien, entonces nos apiñaremos aquí hasta que encontremos un
plan de acción—propuso Rory.
Callum estaba un poco preocupado de que Rory le pidiera una pizarra
blanca y rotuladores y convirtiera todo esto en alguna extraña reunión de
negocios.
—¿Qué tipo de medidas podemos tomar? —La enormidad de la situación
lo golpeó. Ellos realmente estaban jodidos. Él amaba a Tori. Rory amaba
Tori. Oliver nunca lo admitiría, pero también la amaba—. No importa lo
que hagamos, ella resultará herida. Y dos de nosotros, también.
¿Podría luchar contra sus propios hermanos? Eso no había parecido una
verdadera posibilidad hasta esta noche. Ahora Callum no estaba seguro de
tener el derecho de alejarla de ellos... o alejarla a ella de ellos.
—O hacemos esto juntos como deberíamos haberlo hecho desde el
principio— cortó Rory sus pensamientos—. Vamos tras ella como
hermanos en busca de una esposa. Nosotros la tratamos con respeto y amor.
A pesar de que él había estado pensando lo mismo, Callum retrocedió.
—Eso suena terrible. Especialmente la parte del “respeto”. Eso suena
muy parecido a que ninguno de nosotros conseguirá nada.
Rory lo miró fijamente, con una única ceja enarcada sobre su ojo
izquierdo.
—Propongo un plan, ¿y el único problema que tienes es con la palabra
respeto?
—La puedo respetar y aun así acostarme con ella. —Callum estaba
impactado al descubrir que realmente estaba bien con todo lo demás.
Tal vez la podrían compartir, compartir la intimidad. Compartir la
responsabilidad. Levantarse mutuamente cuando estaban vencidos.
Convertirse en un equipo para crear una familia verdaderamente robusta.
Sí, no le importaba ese concepto en absoluto, pero la parte de no tener
relaciones sexuales no funcionaría. Jamás.
—Por si acaso, estoy de acuerdo contigo—aseguró Rory—. Creo que
deberíamos llevárnosla a la cama tan pronto como sea posible. Cuando
hablé de respeto, quise decir que tenemos que pensar en sus necesidades.
Tenemos que respetar que ella podría necesitar un poco de tiempo para
acostumbrarse a la idea. Definitivamente tenemos que respetar la relación
que estamos intentando y a los demás. Ningún confabularse a mis espaldas
para huir con ella. Te seguiré. Puedes ser el atleta de la familia, pero yo era
el tirador.
Callum sonrió, sintiendo que algo se ablandaba dentro de él.
—No huyas con nuestra chica o te disparo como a ese zorro en la gran
fiesta de dieciocho años de Benedict Pine. Lo tengo. Oye, se me acaba de
ocurrir la regla número dos. Nunca mencionar nada de lo ocurrido en la
fiesta de cumpleaños de Benedict Pine. Tori es sorprendentemente sensible
para una chica de Texas. Ella estaría molesta por el zorro. Bueno, y las
strippers.
Oliver dio una palmada sobre el bar, ganando la atención de Cal. Frunció
el ceño.
—¿Qué está mal con vosotros dos? No va a funcionar. Cal, ¿entiendes lo
que él quiere?
—Él quiere compartir a Tori.
—Sabes que él no está hablando de un tiempo compartido. Tú no vas a
apuntarte para la custodia de la mujer y pasar de ella cuando tu turno haya
terminado. Está hablando de los tres juntos en la cama. ¿Entiendes lo que
eso significa?
—Quiere decir que vamos a tener que aprender a comunicarnos así
nuestras pelotas no se tocan jamás. Hablo en serio acerca de eso, Rory.
Quizás se nos ocurra una serie de gestos con las manos.
Rory puso los ojos en blanco.
—Por supuesto. Nos pondremos en eso. —Se detuvo y sonrió a Callum
de una manera que no lo había hecho en mucho tiempo, como cuando eran
jóvenes y tenían un secreto—. Vamos a darle lo que necesita. Nos necesita a
todos nosotros.
Oliver se puso de pie.
—Estás loco si crees que esto va a funcionar. ¿Qué le dirás a Claire?
¿Cómo afectará a nuestra hermana este ménage tuyo?
—Será un matrimonio—lo corrigió Rory—. Y Claire es la que me hizo
ver que estaba siendo un ridículo mojigato. Ella se mantendrá fiel a
nosotros.
—¿Qué tal cuando la prensa sensacionalista empiece a cuestionar tu
sexualidad y la de Callum?—señaló Oliver.
A Callum no podría importarle menos.
—Tengo cerca de mil mujeres que testificarán de mi intensa
heterosexualidad. — Eso en verdad, sonó bastante mal. Él respingó—.
Regla número tres… no mencionar nuestro “número” a nuestra esposa.
Le gustaba la idea de llamar a Tori “nuestra esposa”. Sonaba bien.
—Me importa un carajo lo que digan. Soy Rory Thurston-Hughes y no
sigo a la sociedad. La sociedad me puede seguir, y si escogen no hacerlo, se
puede ir a la mierda. Ya no estoy viviendo mi vida por sus reglas. Vamos a
establecer las nuestras.
Maldita sea, Callum de repente estaba orgulloso de su hermano. Todos
ellos habían sufrido durante los últimos años. Ya era hora de salir de debajo
de la nube oscura de Yasmin y regresar a la luz.
—Además, estamos casándonos con una publicista. Tori puede dar vuelta
todo el asunto. Ella es buena en eso. Estaremos honrando su herencia
bezakistani.
—Ella es de Texas—señaló Oliver tercamente.
—Bueno, entonces, ella le puede disparar a cualquiera que piense en
manchar nuestras reputaciones. —Callum no pudo evitar sonreír
abiertamente. Se sentía más ligero de lo que lo había hecho en años—.
Vamos a hacer algo completamente loco y va a funcionar. Ella no va a
poder resistirse a los tres.
—Corrección: a los dos—dijo Oliver—. No voy a ser parte de esto. Ya la
he lastimado bastante. No la pondré en ridículo.
Naturalmente Oliver tenía que ser el único que pusiera un freno a las
cosas.
Callum se interpuso entre su hermano y la puerta.
—¿Entonces vas a trabajar en contra de nosotros? Los ojos de Oliver se
encontraron con los de él.
—No. Permaneceré fiel a vosotros si decidís llevar a cabo esta locura.
—Tú sabe que también la quieres, Ollie—señaló Rory con voz baja y
persuasiva.
—Lo hago, pero soy bastante inteligente para saber que no la debería
querer y me importa lo suficiente para saber que ella no debería quererme.
Espero que no os rechace por algo que he hecho. Yo debería haber sido más
inteligente que perder la cabeza esta noche. —Él esquivó a Callum y llegó a
la puerta—. Tratad de cuidar de ella. Se mete en problemas.
Y se fue, cerrando suavemente la puerta detrás de él. Callum siguió con
la mirada a Oliver por un momento.
—No sé cómo manejará la situación. ¿De verdad crees que manejará bien
tener a Tori de cuñada?
—Por supuesto que no. Va a enloquecer, y nos restregará por las narices
que estamos haciendo el amor con ella en cualquier oportunidad. —Una
mirada de satisfacción cruzó el rostro de Rory.
Estaba de acuerdo con la evaluación de Rory. Oliver no sería capaz de
mantenerse firme para siempre. Solo había necesitado un incidente cargado
de adrenalina, y se había olvidado de ponerse un condón. ¿Qué iba a hacer
cuando la oyera gemir toda la noche, y luego tuviera que sentarse frente a
ella en la mesa del desayuno a la mañana siguiente?
—Pensé que creías en el método suave de reparación de su ego—
cuestionó Callum.
—Bueno, hemos visto que tan efectivo fue ese enfoque. —Rory se sirvió
otro vaso—. Él se acercará. Vamos a dejarlo entrar cuando lo haga y
suplicaremos que Tori no tenga otro paraguas para su culo.
—¿Y si no se acerca?
—Entonces seguiremos adelante con nuestras vidas y nos aseguramos
que nuestra esposa sea tan feliz como podamos. He tratado de obligarlo a
ver que lo que pasó con Yasmin no fue su culpa, pero él insiste en esta auto-
flagelación. Tendrá que darse cuenta de la verdad por sí mismo. Sin
embargo, tiene razón de que ella está metiéndose en problemas.
Necesitaremos vigilarla. No quiero ni pensar lo que podría haber pasado si
Oliver no la hubiera seguido a su casa esta noche.
El pensamiento aturdió a Callum hasta los huesos, pero él tenía otras
preguntas.
—Ella tomó un taxi y Oliver la estaba siguiendo. Él cree que se trataba de
las joyas. Pero ¿por qué alguien espera fuera de este edificio en la remota
posibilidad de que una mujer que llevaba joyas enormemente costosas
pudiera llegar a pasar?
Rory pensó por un momento.
—Es un edificio exclusivo.
—Pero está lleno de trabajadores contratados. Tiene mejores
probabilidades de que estén llevando maletines y ordenadores portátiles que
joyas. La mayoría de los inquilinos de este edificio son hombres solteros, y
eso es razón suficiente para sacarla de aquí. —No le gustaba la idea de que
el intento de robo a mano armada no fuera al azar.
—No vamos a dejar que deambule por la noche sola nunca más.
Necesitaba colocar su investigador privado sobre Thea. No la
consideraba incapaz de intentar eliminar la competencia.
—¿Y si esto tiene algo que ver con Thea? ¿Debería estar cerca de Tori
mientras esa perra psicótica va todavía detrás de mí?
—No la estamos alejando ahora. La protegeremos si surge la necesidad.
Ahora piensa rápido porque nosotros vamos a estar en la puerta de su casa
en pocas horas. Debemos tener un plan para impedir que nos abandone y se
marche.
Callum se movió hacia la ventana mientras las ideas fluían. Él y Rory
pasaron las horas antes del amanecer conspirando y planificando… y todo
fue en vano.
Cuando llamaron a su puerta a las siete de la mañana, ella ya se había
marchado.
Capítulo 7
—¿Cómo te va?—preguntó la princesa Alea mientras entraba en la
habitación. Alea era una mujer hermosa con la piel bronceada y el pelo
negro azulado. Tori sonrió a su hijo y se puso de rodillas para dar al niño un
beso en la frente.
Ella levantó la mirada y suspiró. Todo el mundo le hacía esa pregunta.
Era la pregunta más popular en el palacio en estos días. Desde aquella
mañana, dos semanas antes cuando había escapado de su edificio en las
primeras horas de la madrugada y había ido al piso de su hermana en
Londres, parecía que la familia real había hecho su pasatiempo preocuparse
por ella.
—Estoy bien.
Ella estaba físicamente bien. Su periodo había llegado y se había retirado,
y con ello toda esperanza de tener un pedazo de los hermanos Thurston-
Hughes.
Trató de decirse que era una buena cosa.
Alea se sentó en el suelo, recogió un bloque y lo puso delante de su hijo.
Los tres niños reales gateaban por el suelo de la sala de juegos, aunque el
más joven, Michael, estaba comenzando. Él hacía esa cosa súper linda de
bebé donde lograba darse la vuelta y ponerse de rodillas, entonces él se
movía de un lado a otro como si fuera a despegar en cualquier momento y
sería genial.
Dios, amaba a estos bebés y estaba preocupada de que nunca tendría el
suyo. Ella siempre sería su triste tía solterona porque amaba a tres hombres
que eran demasiado estúpidos para vivir. Ella soñaba con hacerlos entrar en
razón, pero entonces el sueño siempre se volvía carnal y se despertaba
deseándolos ardientemente.
—No te creo— dijo Alea con el ceño fruncido mientras acariciaba la
cabeza de su hijo—. Reconozco la pena cuando la veo y tú la tienes escrita
en toda la cara. Ni siquiera has intentado deshacerte del guardia ni una sola
vez mientras que has estado aquí. Esa es mi primera evidencia.
—¿No debería una chica inteligente saber que el guardia está ahí por una
razón?— Todavía podía recordar aquel ladrón en el vestíbulo de su edificio
diciéndole lo que pensaba hacerle.
Pero cada vez que pensaba en eso, pensaba en Oliver rescatándola... y en
el acto al que había conducido. Por todo el dolor que le había causado, Tori
se alegraba de que su primera vez hubiera sido su elección y de nadie más.
—No lo sé. Sigo tratando de deshacerme de mis esposos de vez en
cuando. Me vuelven loca. Te amo, cariño. —Alea guiñó el ojo en dirección
de Landon. Estaba de pie junto a la puerta, con una mirada amenazadora en
su hermoso rostro.
—Recordaré esto cuando quieras que cambie pañales. —Sus labios se
curvaron en la sonrisa más dulce y él le guiñó un ojo a su esposa.
Nadie le guiñaba el ojo. Tori estaba sola y seguiría estándolo a menos que
pudiera encontrar alguna manera de seguir adelante.
—Bueno, cuando vuelva a los Estados Unidos la próxima semana, no
tendré que preocuparme por los guardias.
Tenía un montón de otras cosas de qué preocuparse. Como un trabajo.
¿Dónde viviría? Todas sus cosas estaban en un depósito, y ella había
renunciado a su apartamento cuando aceptó trabajar durante un año en
Londres.
Ella también tenía que encontrar la manera de devolver a sus cuñados el
gran cheque que, sin duda, habían escrito a Thurston-Hughes, Inc., porque
Tori había sido demasiado impaciente para leer su contrato. Dondequiera
que fuera a vivir, tendría que ser barato.
—Tal quiere enviar dos guardias contigo cuando regreses a casa. —Alea
ayudó a su hijo a apilar algunos bloques.
—Le he dicho que no y lo dije en serio. —No iba a ser enjaulada. Ella
comprendía por qué Piper necesitaba un guardia. Por qué Alea necesitaba
uno. Pero Tori no era de la realeza. Una vez que regresara a Texas, nadie
siquiera sabría su nombre. No había ningún motivo para que ella tuviera un
guardia dedicado que restringiría su libertad personal.
No es que importara. No estaba segura cuando estaría lista para intentar
tener citas de nuevo.
—Mi primo normalmente consigue lo que quiere y te quiere segura—
explicó Alea—. Podrías encontrarte con un guardia a distancia que ni
siquiera sabes que está ahí.
—Con tal de que se mantenga alejado, no me importa. Alea suspiró y
pareció cambiar de táctica.
—¿Has pensado a cerca de conocer a mis primos al Bashir? Tori negó
con la cabeza vigorosamente.
—Por supuesto que no. No puedo con cinco hombres. De ninguna
manera. No sé cómo. Pensé brevemente acerca de tratar con tres y me
estalló en la cara. No puedo tratar con cinco hermanos.
Ni siquiera había logrado descifrar donde pondría a cinco hombres.
Durante el sexo, es decir. Oh, ella había descubierto con gran colorido
donde los hermanos Thurston-Hughes irían, pero cinco parecía fuera de su
alcance. Ella era una tradicionalista cuando se trataba de su ménage
fantasía.
—A veces las personas fuera de nuestro mundo no lo comprenden. —Los
comprensivos ojos de Alea estaban muy abiertos.
—No soy de tu mundo. No siempre comprendo, tampoco. —Ella
definitivamente no entendía cómo hacer que funcione en el mundo real.
Real era una palabra de mierda. Bezakistan era real. Simplemente no era lo
estándar.
—¿Qué no comprendes? —Landon tenía una mano suspendida sobre el
arma pegada a su cadera, pero su expresión lucía apacible.
—No sé por qué no puedo amar solo a uno de ellos. ¿Por qué soy tan
egoísta? ¿Por qué no puedo conformarme?
Alea sonrió mientras frotaba una mano por la cabeza de su hijo.
—Esa no es la pregunta que debes hacerte. Tal vez la mejor pregunta sea,
¿por qué conformarte? ¿De verdad crees que ellos se sentirían mejor no
compartiéndote? ¿No son cercanos?
Esa era una buena pregunta.
—Sé que ellos se aman, pero pelean mucho.
—Compartirte los hará más cercanos.
Miró a Landon, quien sonreía con indulgencia a su esposa e hijo.
—¿Siempre supiste que querías compartir? —Ella sintió sus mejillas
llamear de vergüenza—. Lo siento mucho. Eso fue grosero. Por favor,
perdóname.
Él estaba trabajando. Ella no tenía ningún derecho a hacerle semejantes
preguntas personales.
Lan dio un paso más cerca, alejando la mano de la P-90 que llevaba sobre
su pecho como un chaleco. Se dejó caer sobre una rodilla al lado de su
esposa.
—No hay nada que perdonar, Tori. Haz todas las preguntas que necesites.
Aquí nadie se ofenderá. Y no. No siempre lo supe. Voy a ser honesto,
realmente no pensaba en el futuro hasta que conocí a Alea.
Su mujer se apoyó en él.
—Tampoco yo, mi amor.
La besó en la frente con un brazo alrededor de sus hombros y el otro
revolviendo el cabello de su hijo.
—Los hombres no piensan en estas cosas de la forma en que las mujeres
lo hacen. Cuando la conocí, me di cuenta de que era demasiado mujer para
que un solo hombre la manejara. —Él se rió entre dientes ligeramente—. Sé
que podría haber habido algún mundo alternativo en el que podríamos haber
sido sólo nosotros dos, pero me gusta cómo funcionamos. Me gusta tener
hermanos para confiar. Amar a una mujer, iniciar una familia, es una
verdadera responsabilidad y la tranquilidad de saber que Dane y Coop
seguirán adelante si algo me ocurre, en mi opinión, vale oro. También me
gusta el hecho de que hay dos personas en el mundo que saben lo que
significa amarla. No me siento solo.
La tristeza se apoderó de ella. ¿Cómo se sentiría no estar tan sola? Ella lo
había sabido por un brevísimo instante. Cuando había estado con Callum y
luego con Oliver, había sido capaz de engañarse a sí misma que todo era
posible. Ella había sido capaz de soñar que podría tener la vida que quería.
Pero conocía la realidad ahora y pronto iba a tener que tomar algunas
decisiones difíciles. Tenía un par de opciones a considerar. Ella ya se había
decidido en contra de quedarse aquí. Además, de ser mimada y estar
enclaustrada como una monja, si se quedara en el palacio, probablemente se
encontraría saliendo con los infames cinco primos en algún momento, y ella
no estaba segura de poder manejar a tantos hombres bezakistani. Así que se
iría a algún lugar de los Estados y comenzaría de nuevo. Tenía amigos en
Nueva York. También Los Ángeles era una opción. Era un punto caliente
para una persona que sabía cómo manejar un escándalo. O podría estar
segura y regresar a Dallas.
Tori no podía dejar de pensar en Londres y de la manera terrible en que
se había marchado. Había escapado en medio de la noche. Ella había
empacado sus maletas, llamado a un taxi, y había aparecido en la puerta de
su hermana justo antes del amanecer. Si se hubiera quedado, incluso hasta
que amaneciera, uno de ellos habría aparecido. Callum o tal vez Rory.
Oliver podría haberla vuelto a hacer pedazos con su daño y demandas.
Pero ellos estaban fuera de su vida ahora. El día que había tenido su
período había enviado un mensaje de texto a Oliver para que no se preocupe
por eso. Entonces ella había cambiado rápidamente su número porque lo
último que quería era su respuesta. Probablemente hubiera estado llena de
palabrotas.
—Me alegro de que os tengáis el uno al otro. —Ella se alisó el cabello de
Sabir.
¿Cuánto tiempo pasaría antes de que tuviera hijos? ¿Los tendría alguna
vez? Incluso si los tuviera, ¿anhelaría siempre pequeñitos británicos de
cabellos rubios?
—¿Realmente es así con Oliver y sus hermanos?—preguntó Alea.
—Ellos no pueden compartir. Apenas pueden estar en la misma
habitación el uno con el otro.
Alea frunció el ceño.
—Esa no es la manera en que los recuerdo. En otros tiempos, Oliver
estaba muy cerca de sus hermanos. Era la cabeza de la familia y se
preocupaba por todos sus hermanos. Ellos vinieron al palacio, y fue donde
por primera vez me preocupó que Yasmin no fuera la apropiada para él. Ella
odiaba el hecho de que trajera a sus hermanos con ellos. Quería que toda su
atención sobre ella y era desagradable con cualquier persona que se la
quitara.
—¿Por qué se casó con ella? —Por lo que Tori podría decir, Yasmin
había sido pura maldad.
—Era preciosa—explicó Alea con un suspiro.
—También era súper agresiva sexualmente—dijo Lan. De inmediato se
volvió de un bonito tono rosado y tosió un poco—. No es que yo lo supiera.
Alea puso los ojos en blanco.
—Ella había follado con todo el mundo, pero se cuidó de que Oliver
nunca lo viera. Actuaba con él de manera muy diferente. Avanzó
lentamente con él. Lo atormentaba y lo mantenía a distancia.
—Aunque ella, probablemente, ya se había acostado con la mayoría de
los hombres en su boda. —Lan se puso de pie—. Me callaré ahora.
—Pobre Oliver. A él realmente le gustaba Talib, lo respetaba. Ella utilizó
esa relación para llevarlo hacia el matrimonio y se aprovechó de él. Hizo
eso. Supongo que sabía exactamente cómo actuar con él. —Al parecer,
Yasmin lo había conocido mejor que Tori. La mujer se había dado cuenta de
que su mejor jugada era hacerse la tímida con él. Tori no lo había hecho, y
él había dejado bastante claro lo que pensaba de ella esa noche. Su
virginidad sólo lo había enfurecido. Desde luego, no había estado a punto
de proponerle matrimonio.
Bueno, ella no tenía que preocuparse por eso. Nop. Definitivamente
ahora no era virgen y ya había sobrevivido a su primer susto de embarazo.
Hurra por ella. Siempre había sido una estudiante destacada.
—Recuerdo a Oliver antes de casarse con Yasmin—dijo Alea con una
sonrisa triste.
—Imbécil—dijo carraspeando Lan. Alea puso los ojos en blanco.
—No lo escuches. No le gusta el hecho de que Oliver una vez tuvo un
encaprichamiento conmigo cuando éramos jóvenes.
A Tori no le gustó mucho ese hecho, tampoco. Así que el tipo de Oliver
era, impresionantes mujeres de la realeza fantásticamente ricas. Ella no
encajaba en esa lista.
—Estás celosa. —Alea le tomó la mano—. No existe ningún motivo para
estarlo. Oliver y yo nunca nos besamos. Se casó con Yasmin porque ella le
dijo que estaba embarazada. Convenientemente tuvo un aborto involuntario
poco después. Esa es la historia que ella le contó de todos modos. Después
de que casi nos mató a los dos, Oliver descubrió facturas de clínicas de todo
Londres. Al parecer, había quedado embarazada dos veces y ella misma se
había ocupado del problema, diciéndole a Oliver que tuvo un aborto
involuntario. Lo mantuvo en la oscuridad, y cuando él finalmente salió, la
verdad lo cegó. Estaba devastado. No ha sido el mismo desde entonces,
pero yo lo vi sonreír la última vez que estuve en Londres. Fue sólo por un
momento y no creo que él supiera que yo estaba observando. Yo estaba a
punto de cruzar la calle para reunirme con Callum y Rory para hablar
acerca de que su compañía patrocine un evento de caridad.
—Recuerdo esa visita.
—Oliver estaba de pie en el vestíbulo, mirando por la ventana, y la
sonrisa más encantadora transformaba su rostro. Tuve que detenerme y
mirarlo porque parecía el Oliver que una vez conocí. Era joven y feliz en
ese momento. Me pregunté qué había puesto esa sonrisa de vuelta en su
cara.
Las lágrimas amenazaron porque ella nunca había visto a Oliver sonreír
así. Siempre había sido educado, siempre escrupulosamente controlado.
Excepto esa noche cuando él no lo había sido, cuando la había tomado en
sus brazos.
—¿Qué era?
—Oh, querida, eras tú. Llevabas una falda azul y un cardigán blanco y
parecías un pedacito de sol caminando por la calle. En el momento en que
entraste en el edificio, él ya era convenientemente adusto. Pero durante ese
momento, él era Oliver otra vez.
Tori se sorbió la nariz un poco y estaba agradecida que Sabir eligió ese
momento para sentarse en su regazo. Se acurrucó cerca y ella se consoló
con su calor.
—Bueno, me temo que cambió de opinión.
—Él es un tonto entonces. —Lan besó a su esposa poco antes de ponerse
de pie—. No se puede dejar que el pasado te robe un futuro. Esa es una cosa
que mi esposa me enseñó. Tienes dos horas antes del baile. Alea, mi amor,
debemos irnos.
Tori suspiró. Otro baile. Ella había demostrado que no era Cenicienta.
—Me voy a quedar lejos del baile, voy a ponerme mi pijama y ver
películas de Disney con los bebés.
—No, tú no puedes hacer eso. —Alea dejó que Lan la ayudara a
levantarse—. Se ha anunciado que estarás en la concurrencia. Si no vienes
habrá chismes de que tú y tu hermana no congeniáis.
—¿Por qué pensarían eso? —Esta era la parte de la vida de su hermana
que no podía comprender. Incluso cuando trabajaba para los hermanos
Thurston-Hughes, había luchado contra la idea de ser el blanco de todos
esos buitres. Ella sabía cómo manejarlos. Ella no tenía ningún problema de
ser la portavoz o la mujer tras bambalinas confabulándose para sacar a un
cliente de una situación difícil, pero la idea de su vida estando bajo un
microscopio la enfermaba.
Lo cual era otra muy buena razón por la que debería mantenerse alejada
de los hermanos Thurston-Hughes. Ellos eran una mala idea en todo
sentido.
—Piensa eso porque la prensa amarilla aquí utiliza cualquier excusa para
enfrentar a los miembros de la realeza unos contra otros. No ayuda que
hayamos tenido dos primos tratando de matarnos —explicó Alea—. Tienes
que venir. Creo que Piper dijo que los arreglos ya se habían hecho para tu
vestido de noche.
Lo último que quería era estar en otro traje de noche prestado. El pijama
sonaba tan cómodo, acompañado de un buen kilo de helado de crema de
menta con chips de chocolate.
—Podríais decir que estaba enferma. —Ella tosió un poco—.
Definitivamente siento una enfermedad avecinándose.
—Oh, si decimos que estás enferma, ellos informarán de que estás
embarazada y deshonrando al jeque. Ellos realmente disfrutan de los
titulares que avergüenzan al jeque. Esos se venden en un tiempo récord. —
Alea levantó a su bebé y lo abrazó contra su pecho.
Lan le dedicó una sonrisa devastadora.
—Estás atrapada, Tori. Eso es lo que pasa aquí. Un minuto estás feliz en
tus confortables uniformes de fatigas y al siguiente alguien te está metiendo
en un esmoquin y te dice que bailes como si fuera el año 1805.
—Por lo menos tú no tienes que usar zapatos de tacón—se quejó Tori.
—Ventajas adicionales de la virilidad. —Lan le guiñó el ojo y se fue
rápidamente con su mujer y el bebé. La niñera de Piper vino a llevarse a sus
hijos también.
Ella estaba sola otra vez. Bueno, excepto por el próximo guardia en
servicio que abrió la puerta y se apostó.
Tori suspiró. Realmente era hora de volver a casa.

* *

Rory entró en la oficina del jeque junto a Callum con la cabeza bien alta.
Estaba situada en el ala de negocios del palacio. Tori probablemente estaba
en el ala residencial, pero él tendría que hablar rápido para que incluso se
les permitiera caminar por esos pasillos. El hecho de que el jeque había
optado por utilizar su oficina formal más que la privada reservada para
reuniones con familiares y amigos le dijo mucho. Por supuesto, también lo
hizo la expresión de su cara.
Talib al Mussad parecía un hombre de mal humor. Se sentó detrás de su
enorme escritorio, vestido con un impecable traje de tres piezas, y cuando
ellos fueron introducidos, él asintió con su regia cabeza e hizo un gesto
hacia las sillas frente a él.
—Caballeros, pueden sentarse. —Las palabras eran educadas, pero Rory
estaba bastante seguro de que Talib sería terriblemente educado incluso
cuando pronunciara una sentencia de muerte. ¿Cómo despacharían a las
personas que cometían crímenes contra la familia real en Bezakistan?
Estaba bastante seguro de que no era agradable.
—Gracias por acceder a vernos—dijo Rory.
—Y por dejarnos entrar al país, pero necesita hablar con su personal de
seguridad. No creo que la búsqueda en todas las cavidades corporales
estuviera muy justificada.
—Callum había estado a disgusto con los protocolos de seguridad
adicionales que se habían puesto en marcha desde la última vez que habían
estado de visita.
Sí, Rory estaba bastante seguro de la búsqueda personal muy intrusiva
había sido sólo para ellos.
Los labios del jeque se curvaron casi imperceptiblemente.
—Nunca se puede ser demasiado precavido en estos días. —Su sonrisa se
desvaneció y él se inclinó hacia delante—. Ahora, por qué no me explicáis
para qué habéis venido a mi país. Sé que no puede ser que hayáis venido a
ejecutar el contrato que tenía la firma de mi cuñada. Creo que os envié un
cheque por el importe total, y las joyas que le permitieron tomar prestadas
han sido devueltas. Por desgracia, su vestido se rompió. Añadí ese gasto al
cheque.
Si las palabras fueran de hielo, Rory se habría congelado donde estaba
sentado.
—No, Su Alteza. No hemos venido aquí a exigir nada.
—Y las joyas eran un regalo. No voy a cobrar ese cheque—insistió
Callum.
—¿Un regalo? ¿Por qué? —La mirada de halcón de Talib se instaló sobre
Callum.
Su hermano podría no ser el hombre más diplomático del mundo, pero
tampoco era un cobarde. Mantuvo la mirada del jeque.
—Para la mujer que amo.
—Por lo que entiendo no se lo diste como un regalo. Elegiste engañarla
haciéndole creer que ella estaba comprando los artículos.
—No creí que ella lo aceptaría—dijo Callum, finalmente empezando a
retorcerse un poquito.
Era el momento de salvar a su hermano o esto iba a ir mal.
Desafortunadamente, Talib era la puerta de acceso a Tori. Si no podían
moverse, era imposible saber cuándo la verían. Si ella decidía quedarse en
el palacio, no la podrían ver nunca.
—Creo que lo que mi hermano está tratando de decir es que no podía
soportar la idea de que Tori no tuviera un vestuario y joyas que hicieran
juego con su belleza. Ya sabe cómo puede ser la sociedad británica. Ella es
terca. No aceptaría dádivas y él no podía soportar la idea de que entrara en
esa habitación y fuera objeto de burlas por tener que comprar la moda de la
temporada pasada. Ella merece más.
Los ojos de Talib se entrecerraron.
—Usted debería llevar adelante la mayor parte de la conversación.
—Soy muy consciente de eso, Su Alteza. —Rory se acomodó, seguro
que no estaban siendo arrojados afuera todavía—. En cuanto al contrato de
Tori, considérelo nulo de pleno derecho. Yo sólo lo traje a colación en un
intento de mantenerla cerca. Desde luego, no iba a exigir el pago. Hemos
cometido errores con ella, pero nos importa muchísimo.
—Nosotros la amamos—dijo Callum—. Y no devolví las joyas. Son
suyas y la están esperando.
—Usted dijo “nosotros”—Talib se echó hacia atrás, mirando con respeto
a los dos ahora—. Pensé que Callum era el único dispuesto a arriesgar su
reclamo.
—Siempre he querido a Tori. Supe el día en que entró por la puerta que
ella era la única mujer para mí. Los otros son lentos —explicó Callum.
—Oliver no está con vosotros—señaló Talib.
No, y eso le pesaba. Oliver los había convencido de dar a Tori unos días
para pensar, aunque Callum había empacado y estado listo para salir treinta
minutos después de que descubrieron que se había marchado. Por desgracia,
recibir la autorización para visitar Bezakistan había demostrado no ser tan
sencillo como una vez había sido.
Durante esas terribles semanas, Rory le había escrito un correo
electrónico que estaba bastante seguro de que ella no había leído. Le había
enviado algunos textos que no había respondido.
Y entonces su número ha sido desconectado.
Por suerte, habían sabido exactamente donde se había ido dado que la
prensa sensacionalista había publicado fotos de la familia real entrando en
el palacio. Allí, en el fondo había una Tori sombría, siguiendo a su hermana
con una mirada triste en el rostro.
Oliver había anunciado que su idiotez no iba a volverse en contra de
ellos, entonces había dejado la oficina, para no regresar. Poco después, le
había enviado una nota a Rory. Oliver tenía la intención de tomarse unas
vacaciones. Puesto que él no se había tomado unas en años, Rory debería
haberse emocionado. Si hubiera creído por un instante que Ollie estaba en
una isla tropical, lo habría estado. Pero su hermano estaba en algún lugar
cavilando, y eso no era bueno para ninguno de ellos.
—Me temo que Oliver no está listo. —A Rory le preocupaba que Oliver
nunca pudiera estarlo—. Pero si no nos movemos pronto, vamos a perder a
Tori. No podemos esperar por él. ¿Cuánto sabe acerca de lo que sucedió la
noche antes de que ella se marchara de Inglaterra?
Talib negó con la cabeza.
—Muy poco. Por lo que los guardias han escuchado al pasar, ella pasó la
noche con Oliver y no salió bien. Tuve el placer de descubrir que ella no
estaba embarazada. Oliver debería estar encantado también.
—En verdad, no creo que él lo estuviera. —Callum pareció perderse el
“de lo contrario” inherente en el tono de Tal—. Creo que esperaba que ella
hubiera concebido así tendría que casarse con ella. Oliver no puede
permitirse la felicidad. Ese es el problema. Pero creemos que si ve
suficiente de ésta, no será capaz evitar integrarse al grupo.
—¿Hace que los guardias escuchen a escondidas las conversaciones de
las mujeres? —En verdad era brillante.
—Es uno de mis pasatiempos. Pero hablando en serio, usted encontrará
que a las mujeres les gusta mantener sus secretos. Aprendí hace mucho
tiempo que no puedo proteger a las personas que quiero, si no sé lo que está
pasando. En un lugar tan grande, se requiere una red de espías
bienintencionados para asegurar la felicidad. Usted se encontrará con que
una mujer a menudo espera que un hombre sienta lo que está sintiendo.
Como yo no soy psíquico o incluso particularmente sensible, el espionaje
funciona. Cuando puedo saber que mi esposa ha tenido un mal día,
mágicamente soy capaz de aparecer con sus flores favoritas y un hombro
comprensivo. Hay trucos para ser un marido.
Y si Talib no pudiera estar allí, uno de sus hermanos podría. Él nunca
tenía que preocuparse de que Piper estuviera sola.
Él, sin embargo, tenía que preocuparse de que Oliver estaba solo, pero ya
era hora de mirar más allá de su culpa. La culpa no resolvería la situación y
sólo empeoraría todo. La culpa mantendría a Oliver lejos de ella.
—Tomamos en serios a Tori, Alteza, y hemos venido a pedirle permiso
para cortejarla.
Los dedos de Talib se juntaron bajo su barbilla y pasó un largo rato.
—¿Estáis dispuestos a casaros con ella a la manera bezakistani? Él ya
había evaluado todo esto.
—Sí. Una vez que ella esté de acuerdo, vamos a casarnos aquí. He
estudiado algunas de sus leyes. Si Oliver se arrepiente, podemos volver y
presentarnos ante los tribunales para que su nombre aparezca en nuestra
licencia de matrimonio.
—Interesante. Esa ley se puso en marcha para los hermanos que se
encontraban ausentes luchando en las guerras cuando se celebraba el
matrimonio, pero no puedo ver ninguna razón por la que no funcionaría —
acordó el jeque.
—Oliver está luchando su propia guerra. —A veces Callum mostraba
profundidad—. Queremos que él sepa que es bienvenido cuando esté listo
para regresar al hogar.
Tori era el hogar. Ahora lo sabía.
—En cuanto a los aspectos legales en Inglaterra, hemos decidido que
Callum presentará una licencia de matrimonio con ella allí, aunque mi
testamento personal se modificará para reflejar que ella es mi heredera y la
compañía se dividiría entre nuestra hermana y Tori si algo nos sucediera.
—¿Y cómo van a manejar a la prensa? La prensa sensacionalista
británica se desmandará.
Callum se encogió de hombros.
—Eso nunca me ha molestado. Han publicado cada historia imaginable
de mí.
Que embaracé a un alien, según uno. Los ojos de Talib se entrecerraron.
—No estoy preocupado por el alien.
Las manos de Callum subieron como en defensa propia.
—No he tocado a la mujer Palmer en más de un año. Ella está mintiendo
sobre mí.
—Yo llegué a la misma conclusión. La hice seguir por un investigador
privado y vigilar su casa. Ella no está embarazada. Aunque me parece de
mal gusto, mi IP avisó a los periódicos sensacionalistas para acabar con la
basura que ella presentó como prueba. Creo que la historia saldrá mañana.
Pensé que Tori al menos merecía saber que no eras un completo bastardo.
La cabeza de Callum cayó hacia atrás.
—Gracias a Dios que se termina.
—Estamos profundamente agradecidos, Su Alteza. —Rory estaba un
poco temeroso de la mente retorcida del jeque. Desde luego, no había
pensado en eso y él debería—. Con respecto a la prensa amarilla, usted
debería saber que protegeré fieramente a mi familia con todo lo que tengo y
prometo solemnemente aprender de usted. No me importa lo que piensen.
Voy a ser feliz y ellos se lo pueden meter dentro de sus culos apretados si no
les gusta. Ya he terminado de jugar con sus reglas. Las personas que se
preocupan por mí aceptarán la relación.
—Después de un tiempo, aburriremos—explicó Callum—. Rory aquí va
a perder su cabello y ningún periódico tomará fotografías de eso.
Su hermano realmente podía crispar sus nervios.
—Como puede ver, mi hermano tiene planes.
Talib sonrió, la primera felicidad genuina que Rory le había visto desde
que entraron en la habitación.
—Debería reemplazar su champú con Nair. Le hice eso a Kadir una vez.
Fue muy divertido. Es bueno verles comportarse como los hermanos
deberían.
—Oliver fue una vez el bufón—dijo Callum en voz baja. Sacudió la
cabeza, como aclarándola—. Lo siento, es difícil no pensar en quién era
antes de su última visita al palacio. Me preocupa un poco que una de las
razones por las que no va a admitir que quiere a Tori sea porque ella está tan
vinculada con este lugar. No creo que él alguna vez pase a través de estas
puertas de nuevo.
A Rory le preocupaba lo mismo.
—Día a día, Cal. Su Alteza, estamos pidiendo formalmente permiso para
cortejar a su cuñada. ¿Lo tenemos?
—Con tal que me prometan que nunca le contarán que ocurrió esta
reunión—dijo Talib, poniéndose de pie. Se dirigió a la pequeña barra que
mantenía cerca de su escritorio—. Tori puede ser muy independiente. La
idea de un grupo de hombres sentados en una oficina bebiendo un licor
increíblemente caro mientras se decide su futuro probablemente la enojaría.
¿Whisky escocés?
—Por Favor. Después del interrogatorio de dos horas de su seguridad
aeroportuaria, lo necesito. ¿Sabía que pusieron perros detectores de bombas
en nuestro jet privado? —Rory tomó con gratitud el vaso.
—Y perros detectores de drogas. Uno de los pastores alemanes enterró su
cabeza en mi entrepierna. Yo estaba bastante seguro de que iba a perder mi
hombría en ese momento —admitió Callum.
Talib echó atrás la cabeza y se rió.
—Tienes que agradecer a Rafe por la bienvenida. Tuvo gran placer en
torturarte.
Ahora, tengo algo que deciros. Oliver está aquí.
Rory se enderezó.
—¿Qué quiere decir? ¿Cómo?
—En avión, por supuesto. —Talib le pasó a Callum una bebida y se
preparó una para él—. Aunque él vino en un avión comercial. Llegó ayer y
me pidió perdón por la manera en que trató a Tori. Sabía lo que tú ibas a
plantearme porque él ya ha presentado una apelación para tu caso. Tiene la
intención de hablar con Tori esta noche y pedirle perdón también.
¿Oliver estaba aquí? Rory tuvo que tomarse un momento para poder
pensar en el hecho.
—Él no nos dijo.
—Dudo que quisiera que lo supieras. Tori no tiene ni idea. Está
enclaustrado en una habitación privada, y no creo que salga, por lo que sólo
Rafe, Kade, y yo sabemos que está aquí. En realidad estoy a punto de
decirle a mi prima que quiero que ella hable con él.
—Alea. —Rory recordaba a la amable princesa. Se habían conocido
cuando eran más jóvenes, antes de que Oliver se casara con Yasmin—. A él
siempre le gustó Alea.
—¿Deberíamos hablar con él, también?—preguntó Callum—. Yo no
quiero darle una sorpresa. No le gustan las sorpresas. Bueno, ya no.
En un momento dado, aventura había sido el segundo nombre de Oliver.
Antes de Yasmin, había sido el de probar todo. Rory tenía que arrinconarlo
para conseguir que trabajara, porque él había querido ver el mundo. Rory
se había ocupado de la mayoría de las operaciones del día a día de la
empresa y definitivamente había administrado el dinero. Él siempre había
querido menos responsabilidad, pero a causa de Oliver, finalmente se había
cargado con responsabilidades que siempre le habían molestado. Oliver
usaba el trabajo para esconderse.
—No creo que le haría ningún bien. Nuestra presencia aquí lo podría
turbar.
—Creo que deberíais reuniros con él. Sin embargo, lo dejaré a vuestro
criterio. Afirma que sólo quiere hablar con Tori y luego regresará a casa.
Creo que él está tratando de ser un buen hermano. No entiende que el
sacrificio es innecesario. Es decisión de ella enseñarle. Es algo que un
hombre aprende de una mujer o de ningún otro modo. Espero que Tori
pueda llegar a él. En cuanto a vosotros dos, sospecho que tenéis un camino
cuesta arriba. Ella no será feliz con cualquiera de vosotros. ¿Cuál es vuestro
plan?
Rory sabía cuál era su plan.
—Nosotros la arrinconaremos en el baile y le mostramos lo bueno que
puede ser tener dos hombres que se preocupan por ella.
—Pero con respeto—dijo Callum.
—Dios, espero que no demasiado—dijo Talib con un gemido—.
Realmente, la deberíais llevar a la cama tan pronto como sea posible. El
cortejo está sobrevalorado. Métanla en la cama, nublen su mente con placer,
y antes de que sepa se encontrará con un anillo en su dedo. Es el mejor plan
de acción. Encontrarán que sus habitaciones están completamente
equipadas con todo lo que podáis necesitar. Una mujer como Tori tiene que
dejar de pensar y sentir. Ese es vuestro trabajo. Y si no te casas con ella
rápidamente... bueno, ha pasado un tiempo largo desde que hemos tenido
una ejecución.
Sí, éste iba a ser su cuñado. Se alegró de que tuviera toda la intención de
tratar a Tori como una reina.
—Gracias por todo.
Rory miró a Callum. Su hermano le envió una sonrisa esperanzada. Esta
noche ellos reclamarían a su mujer.
Capítulo 8
Callum respiró hondo y llamó a la puerta, con la esperanza de que esto no
fuera a terminar en sangre. Últimamente, todos sus encuentros con Oliver
parecían culminar en alguien lanzando puñetazos.
Él no lo haría hoy. Bueno, él no lanzaría el primer golpe, por lo menos. Si
Oliver le daba un puñetazo, naturalmente, se vería obligado a defenderse.
Y entonces él arruinaría su perfecto esmoquin. Tal vez debería cambiarse
para la gala después de esta reunión.
La puerta se abrió, y Oliver se echó hacia atrás con los ojos muy abiertos.
—Bueno, supongo que debería haber esperado esto. ¿Rory está aquí
también?
—Efectivamente. Se está vistiendo para el baile. —Cuando Oliver se
hizo a un lado para dejarle entrar, Callum entró. Parecía que Rory no era el
único que iba retrasado preparándose. Oliver aparentemente se había
afeitado y duchado y se había vestido con pantalones y una camisa blanca
como la nieve. Su corbata le colgaba suelta alrededor del cuello. Había
lanzado la chaqueta de esmoquin con negligencia sobre una silla—. Me
sorprendí al saber que estabas aquí.
Oliver cerró la puerta.
—Quería hablar con Tori. También tengo que hablar con Alea. Eso lo
sorprendió, también.
—No has hablado con Alea en años. Has eludido sus llamadas
telefónicas. Un leve rubor tiñó las mejillas de Oliver.
—Sí, eso no estuvo bien por mi parte. Solíamos ser amigos. Voy a pedirle
disculpas por eso.
—¿Vas a pedir disculpas por algo más? —Desde el momento en que
Talib mencionó la visita de Oliver, Callum había sospechado que su
hermano tenía varios motivos. Siempre había sido un multitarea.
Oliver cruzó los brazos sobre su pecho.
—De hecho, sí. Voy a decir algunas cosas que debería haber dicho hace
mucho tiempo.
Un escalofrío se apoderó de Callum.
—¿Estás pensando en suicidarte?
La mandíbula de Oliver cayó por la sorpresa.
—No. ¿Por qué diablos dices eso?
—Conocí a un tipo que se liquidó a sí mismo. Durante tres semanas, hizo
las paces con todos, pidiendo disculpas por las cosas que había hecho años
antes. Al principio pensamos que sólo estaba tratando de ser menos
gilipollas. Luego se pegó un tiro en la cabeza la noche antes de nuestro
juego con el Liverpool Football Club. Al día siguiente, la prensa se presentó
con una historia y unas fotos, revelando su homosexualidad. Es curioso por
lo que la gente piensa que vale la pena morir.
El club podía ser un lugar cruel a veces, pero Callum no podía imaginar
la elección que había hecho su compañero de equipo. La que él temía que
su hermano podría hacer. Ni siquiera había sido capaz de hablar con Rory al
respecto. Pero desde el momento en que Talib había mencionado la visita de
Oliver, Callum había temido esta posibilidad.
Oliver lo miró fijamente durante un largo momento.
—Me acuerdo de ese incidente. No tengo ningún plan para matarme. Te
lo prometo por mi honor.
Algo dentro del pecho de Callum se alivió, pero él no había terminado.
—No es suficiente que no te mates, hermano. Es el momento para que
puedas empezar a vivir de nuevo.
Su hermano mayor gruñó, pero por lo menos no lo estaba sacando a
patadas. Oliver cruzó la habitación.
—Hice casi tres mil kilómetros para evitar este sermón. Callum siguió.
—Pensé que viniste aquí a pedirle disculpas a Tori y Alea. Por cierto, iré
a buscar a Tori. Le debes totalmente una disculpa porque tienes un culo en
vez de cabeza.
Oliver se volvió.
—¿Qué?
—Un culo en vez de cabeza. Es una frase americana. Tori la utiliza
mucho. Al parecer, los culos llegan a ser infinitamente más terribles si están
en el lugar de la cabeza. Quién sabe por qué los estadounidenses dicen
nada, pero hay que admitir que vienen con algunos coloridos insultos.
También fuiste un gilipollas y una boquilla de irrigador vaginal. Realmente,
cualquier cosa que se puede unir a un irrigador vaginal.
Oliver estaba inmóvil por un momento, y luego se echó a reír.
—Trataré de no estar unido a un irrigador vaginal de nuevo, te lo
prometo. Le debo una disculpa y quería aclarar algunas cosas con ella esta
noche. En cuanto a Alea, tengo mis razones para disculparme. ¿Quieres un
trago? El jeque aprovisiona bien sus bares.
—No, quiero entrar en esta noche con todas mis facultades.
Las necesitaría. Tori podría no estar feliz de verlos. ¿A quién iba a
engañar? Ella no iba a estar feliz. Esperaba que no hubiera instrumentos
contundentes esparcidos por ahí cuando los encontrara.
—Has crecido, Cal.
—A veces no lo parezco, pero realmente estoy dispuesto a ser el hombre
que Tori necesita.
Una sonrisa nostálgica cruzó el rostro de su hermano.
—Me alegro por ti. ¿Entonces Rory y tú lo habéis calculado todo? Ya
sabes, ¿en lo que a Tori concierne?
No esperaba esa pregunta, pero estaba contento de que Oliver se
estuviera abriendo un poco.
—Sí, hemos hablado de ello y voy a tomar su trasero. Tengo más
experiencia con anal que Rory, así que creo que soy el hombre para hacerlo.
Rory practicará, por supuesto, y luego vamos a cambiar posiciones de vez
en cuando.
La mandíbula de Oliver cayó por segunda vez.
—Eso no es lo que quise decir.
Callum suspiró.
—Oh, lo siento. Supongo que eso fue demasiada información.
Oliver se había sonrojado y se dirigió hacia la puerta que comunicaba la
sala con el dormitorio.
—Sí. Eso fue demasiada información, pero me alegro que hayas pensado
en eso.
¿Ya has hecho planes para casarte con ella antes de empezar a
pervertirla?
—Tú sabes que solías ser bastante perverso antes que ese palo se te
clavara en el culo. —No iba a dejar que la mojigatería recién descubierta de
Oliver le hiciera sentir avergonzado. Lo que él estaba planeando hacer era
un hermoso acto entre dos hermanos, que se esforzarían mucho por no
echar una mirada a los genitales del otro, y la mujer que amaban.
Oliver retrocedió hacia la sala de estar, atándose la corbata alrededor del
cuello abotonado con precisión.
—Yo no soy el único que piensa que eso está fuera de la norma. ¿Cómo
vais a proteger a Tori de la prensa sensacionalista?
—Si nos comportamos con normalidad, nuestro matrimonio será noticia
de primera plana durante exactamente tres minutos. Estaba pensando que
anunciemos el matrimonio, que el jeque publique algunas fotos oficiales,
junto con su respaldo al matrimonio. Luego saldremos a una bonita y larga
luna de miel en el país. Mientras estamos teniendo semanas y semanas de
sexo depravado con nuestra esposa, todo el mundo perderá interés. ¿Crees
que nuestras elecciones harán daño a la empresa?
—Por supuesto que no. Somos sólidos. Podemos capear cualquier
tormenta. No estoy preocupado acerca de la compañía. Estoy preocupado
por Tori.
—Ella se encarga de este tipo de cosas todo el tiempo. —Ella era
brillante en desviar la prensa negativa.
—Sí, para otras personas. Ella misma nunca ha estado en el ojo de la
tormenta, y no creo que vaya a manejar bien su propio escándalo. Casi se
vino abajo cuando te encontré con ella. Estaba dispuesta a alejarse de todo,
porque no quería enfrentarse a nosotros de nuevo. Se alejó de todo en lugar
de lidiar con las consecuencias. Su vergüenza era más importante que su
trabajo, al parecer.
—Tal vez fue su corazón roto. Le hiciste daño con tus terribles
acusaciones y ella probablemente no podría pensar en una sola razón por la
que debería quedarse y escuchar más de tu desprecio. —Callum ofreció una
sugerencia alternativa con una sardónica elevación de ceja.
Oliver le dio un medio encogimiento de hombros, como si admitiera que
su hermano menor podría tener razón.
—Creo que os va a costar mucho convencerla de que ella puede manejar
la presión.
Dicho así, sus actos le preocupaban.
—¿Piensas que ella cree que no valemos la pena?
—No estoy seguro de que ella lo haya pensado todavía. Me preocupa que
no se lo vaya a permitir a sí misma. Sospecho que tiene la intención de salir
para América pronto.
—¿Cómo sabes eso?
—No lo sé. Pero sé cómo huir de un problema, Cal. Soy un experto en
ello. ¿Por qué crees que estoy aquí? Estoy buscando el cierre, así no
cometeré los mismos errores otra vez. Me odio por lo que le hice a Tori esa
noche. No quiero hacer daño a otra mujer de la manera que se lo hice a ella.
—¿Cómo vas a manejar la situación una vez que esté casada con Rory y
conmigo? Sé que dudas que vaya a suceder, pero no puedo vivir sin ella.
Voy a hacer lo que sea necesario para que eso ocurra.
—Para ser honesto, no lo sé. —Oliver suspiró—. Esa es otra cosa que
estoy tratando de averiguar.
—Siempre hay un lugar para ti con nosotros —ofreció Callum, con la
esperanza de que Oliver realmente escuchara—. Solo piensa en ello. No
tendrías que preocuparte de quién se haría cargo de Tori si algo te pasara.
Tampoco tendrías que preocuparte acerca de que ella de repente se
convierta en Satanás porque obviamente tengo mejor gusto en mujeres que
tú.
—¿Eso crees? —Oliver se echó a reír—. Voy a señalarte tu aventura con
Thea. Callum no podía discutir eso.
—Sí, pero voy subiendo de categoría. Tori no es para nada como Thea.
—Ella tampoco es Yas. Lo sé. Simplemente no sé cómo me sentiría
acerca de compartirla. Puedo ser posesivo.
Demonios. Estaban hablando de ello. Oliver estaba hablando acerca de la
posibilidad de compartir a Tori. Callum no estaba seguro de lo que su
hermano mayor había estado haciendo mientras estuvo ausente, pero
parecía haberle ido la mar de bien.
—Rory y yo estamos descubriéndolo momento a momento. Queremos lo
mismo de la vida. Eso es un comienzo.
—Bueno, parece que todos los buenos lugares están pillados. —Oliver
desvió su seriedad con una sonrisa.
—Oh, rotaremos, hermano, y esa chica tiene una boca descarada. La
sonrisa de Oliver se ensanchó.
—Eres muy creativo a la hora de penetrar a una mujer.
—Es una vocación. —Callum le guiñó un ojo, pensando que tal vez Ollie
no era el único que tenía que pedir disculpas—. Siento lo de la pelea que
tuvimos. Debería haber hablado contigo antes de decidir reclamar a Tori.
Sabía que tú y Rory os sentíais atraídos por ella. Estaba siendo egoísta. No
había pensado en ello.
—Siento lo de la pelea, también. Perdí los nervios. Callum hizo una
pausa, buscando las palabras correctas.
—Sabes... realmente creo que compartir a Tori es una buena solución
para todos nosotros.
—No estoy seguro de eso. No estoy seguro de nada, excepto que tengo
que hablar con ella.
—¿Todavía la quieres? —preguntó Callum.
—Sí, más de lo que quiero mi próximo aliento, pero no estoy seguro de
ser bueno para ella.
Era un comienzo.
—Esa es la belleza de esta relación, hermano. Reforzamos las debilidades
de los demás. Ella siempre nos tendrá a los tres.
Oliver pareció reflexionar en eso por un largo momento.
—No lo había pensado de esa manera.
La puerta se abrió de repente, y Rory entró corriendo, con los ojos
desorbitados. Se había puesto el esmoquin, pero su corbata estaba deshecha
y parecía como si su pelo hubiera soportado una tormenta de viento.
Rory se detuvo en seco, mirándolos a ambos.
—No estáis peleando. —Sonaba sorprendido—. Me di cuenta de que Cal
se había ido y me imaginé que había venido aquí.
Oliver le lanzó a Rory una mirada profundamente arrogante.
—Callum y yo somos adultos y nos llevamos bastante bien.
Fue bueno sentir como si estuvieran en el mismo lado. Rory podría ser
muy mandón.
—Eso es cierto —asintió Callum. Rory frunció el ceño.
—No sé si me gusta que vosotros dos hagáis un frente unido.
Pero él estaba sonriendo, lo más probable es porque había pasado mucho
tiempo desde que habían estado unidos. No desde antes de lo que había
sucedido en esta habitación.
Esta misma sala. Callum no la había reconocido antes. Todo el lugar
había sido renovado, pero ahora por lo que podía ver era la habitación
donde Oliver casi había sido asesinado.
¿Había regresado para revolcarse en el pasado? ¿O realmente había
vuelto para el cierre?
—Rory, ven aquí. Has hecho un completo desastre de esa corbata. —
Oliver se hizo cargo, mientras su hermano menor se quejaba.
De una forma u otra, Callum conseguiría tener a su familia unida de
nuevo. A partir de esta noche.
* *

—¿Es el momento, su Alto Culo? —Tori tosió un poco en el último par


de palabras. Poco después de que su hermana se hubo casado con los
hermanos al Mussad, Tori había recibido una clase de protocolo y se le
había dicho que ella debía referirse siempre a su hermana como “Su
Alteza”. Eso no había sido bien recibido.
Piper parecía completamente luminosa cuando se giró y sonrió en su
dirección.
—¡Oh, cómo he echado de menos tu inteligente boca! Casi pensé que se
había ido.
—Nunca. —Ella iba a extrañar estar en el mismo continente que su
hermana. Y sus sobrinos. La vida no era lo mismo sin ellos—. Mi sarcasmo
se perpetúa.
Piper le dio la mano a Tori mientras subían las escaleras. En la parte
superior, se pusieron en fila para bajar al magníficamente elegante salón de
baile. El espacio realmente consistía en varias habitaciones utilizadas para
el entretenimiento a gran escala, incluyendo un enorme comedor formal, el
gran salón de baile, y una gran sala de recepción para entradas ostentosas.
Todos los invitados, entre ellos muchos miembros de la prensa, se
encontraban en la sala de recepción en el primer piso del ala pública,
esperándolas. Estas estancias estaban lejos de las otras dos alas del palacio,
una para fines comerciales y la otra residenciales. Todo llevaba a los
impresionantes jardines que rodeaban el palacio. Tori planeaba sonreír y
saludar, luego correr directamente hacia el refugio de la magnífica
vegetación exterior.
Ella le daría una hora antes de desaparecer para ponerse cómoda con su
pijama y cualquier helado que pudiera encontrar. Conectaría la antena
parabólica y trataría de encontrar algo de televisión jugosa. Cualquier cosa
para hacerla olvidar acerca de los tres hombres que había dejado atrás en
Inglaterra.
—Ambas os veis hermosas. —Kadir se acercó y le guiñó un ojo—. Sabes
mis primos están aquí.
Eso no estaba sucediendo.
—Por favor, diles que me encantaría un baile.
Ella se habría ido para cuando comenzara la música.
—Mentirosa —susurró su hermana.
—Se lo diré. Van a estar muy entusiasmados. —Kadir se giró hacia
Rafiq, que caminaba con Talib. Los tres hombres se veían resplandecientes
en su ropa formal. No pudo evitar recordar cómo los hermanos Thurston-
Hughes parecían tan masculinos y magníficos con sus trajes de etiqueta.
Rafe le guiñó un ojo mientras le daba la mano a Piper.
—Abdul estará entusiasmado. No hace más que hablar de Tori desde que
vio por primera vez su foto. Él les dijo a sus hermanos que eres la única.
Por desgracia, no había nadie para ella. Incluso si pudiera tener a los tres
que quería, no debía hacerlo. No podía manejar las complejidades de ese
tipo de relación de la forma en que su hermana lo hacía.
Tori se alejó y tomó su lugar en la parte de atrás del grupo.
—Apuesto mil euros a que ella no baila con ninguno de ellos esta noche.
— Talib les dio a sus hermanos una sonrisa superior.
Empezaron a subir las escaleras. Por delante, vio a la princesa Alea y sus
maridos siendo anunciados. Ellos entraron, Dane a la cabeza. A ambos
lados de Alea, Landon y Cooper la rodeaban. Ella estaba protegida por
ellos.
Los maridos de su hermana entrarían en la misma formación, Talib a la
cabeza. Y Tori cerraría la marcha. Sola.
—Voy a aceptar esa apuesta —dijo Kade.
—No lo sé. Creo que Tal sabe algo que nosotros no. ¿Crees que nuestro
visitante será un problema? —preguntó Rafe mientras se movían hacia la
parte superior de las escaleras.
—¿Visitante? —preguntó Tori.
—Tenemos muchos visitantes —explicó Tal—. Esta noche vamos a
celebrar la fundación de Bezakistan. Debería ser una ocasión maravillosa. Y
muy entretenida.
¿Vamos? Los niños están abajo con su niñera. Les daremos la bienvenida
a la fiesta y les dejaremos hacer una breve aparición.
Ella esperaba que sus sobrinos se cagaran en un dignatario. O en la
prensa. Eso sería divertido. Tal vez todos sus clientes a partir de ahora
deberían ser bebés. Eran más dulces que la mayor parte de su clientela y
raras veces hacían un desastre tan grande. Michael y el trasero sucio de
Sabir no tenían nada que ver con un escándalo Thurston-Hughes.
Siguió a su familia por las escaleras. En la parte superior, fueron
presentados a los invitados con toda la apropiada pompa y solemnidad.
Mientras descendían al salón de baile, los invitados aplaudieron y
vitorearon en apoyo a la familia real. Tori esperaba que nadie se diera
cuenta de que estaba luchando con sus zapatos. Piper había escogido un
precioso vestido Gucci sin tirantes en un delicioso color crema y unos
zapatos para morirse de Charlotte Olympia, pero el vestido era un poco
demasiado largo, los tacones sin duda demasiado altos. Y Tori deseó tener
un chal. Estaba mostrando mucho más escote del que nunca mostraba
cómodamente.
Respira. Trató de no mirar por encima de la rutilante multitud. En
momentos como este, se daba cuenta de lo lejos que su hermana había
llegado. Piper estaba majestuosa, arreglándoselas para bajar cada peldaño
mientras sonreía y asentía con la cabeza a la multitud. Ella estaba a gusto
con su atención y la de los tres hombres que componían su mundo. Tori
apostaba que su hermana habría manejado de modo diferente la situación
con Oliver y Callum. Piper era fuerte. Si hubiera sido atrapada en esa sala
de conferencias con la mano de Callum en sus genitales, ella no habría
permanecido allí avergonzada. Le habría dicho a Oliver que dejara de
lloriquear y participara o se largara y dejara que ella disfrutara de su tiempo
con Callum. Piper probablemente habría ido hasta Rory y besado, entonces
les habría expuesto las normas a los tres.
Piper también podría capear el temporal que seguiría.
No. Lo había decidido. Regresaba a Texas. Aceptaría el trabajo de Black
Oak Oil que le había sido ofrecido ni una hora antes. Con el tiempo, ella
encontraría a un buen hombre y viviría una vida tranquila. Esa era su
aspiración. Sin cámaras. Sin paparazzi. Sin titulares extravagantes. Sólo
ella, un hombre agradable y algunos niños muy normales.
Ella llegó al borde del último peldaño, enfocándose en la parte posterior
de los hombros de Kadir en lugar del mar de caras esperando, cuando soltó
el lateral de su vestido. Entonces de alguna manera se pisó el dobladillo.
Mientras perdía el equilibrio y comenzaba a caer, oyó los gritos de asombro
de la multitud. Los flashes se encendieron, y Tori podía ver el titular:
Celebración Real Arruinada por Hermana Patosa. Iba a romperse una
pierna. No podía mirar. Su tobillo se retorcía mientras se desplomaba.
Justo antes de golpear contra el suelo, unos brazos musculosos la
rodearon, sosteniéndola para evitar que cayera. Abrió los ojos lista para
agradecer a cualquiera que fuera el hermano al Mussad que la había
atrapado.
—¿Estás bien, cariño? —La mirada de Rory buscó la suya.
¿Rory estaba aquí? ¿O ella se había caído de cabeza por las escaleras y se
había golpeado el cráneo? ¿Ahora estaba viendo cosas? Tal vez tenía una
conmoción cerebral. ¿Eso podría causar visiones realistas?
—¿Amor? —Otra voz familiar alcanzó su oreja. Callum.
Los flashes aparecieron de nuevo. A su alrededor resonaron susurros y
jadeos.
—Mindy, ¿qué ha pasado? —Piper se giró hacia ella, luego envió una
mirada de advertencia a Rory y Callum—. ¿Qué estáis haciendo aquí?
Al menos su hermana no lo había sabido.
Tori trató de ponerse de pie, pero los brazos de Rory se apretaron a su
alrededor.
—Ellos son mis invitados. —Talib tomó la mano de Piper—. Y parecen
tener la situación controlada. Señores, les sugiero que la lleven a un lugar
privado para charlar. Esta reunión no requiere mirones.
Talib lo había sabido, maldito sea. Se alejó de los brazos de Rory,
luchando por encontrar sus pies en el ajustado vestido.
—¿Tus invitados? ¿Les invitaste aquí?
—Tori, por favor. La prensa —susurró Piper.
Miró a su alrededor. Todo el mundo estaba mirando. Oliver se abrió paso
entre la multitud, llevaba un feroz ceño fruncido. Toda la pandilla estaba
aquí. Yupi. Todos llegarían a ser testigos de su humillación.
Oliver se puso delante de ella y alcanzó su corpiño. Ella le dio un
manotazo.
—¿Qué estás haciendo?
—Poniéndote el pezón de nuevo dentro de tu vestido. Creo que la prensa
tiene más que suficientes fotos —explicó con total naturalidad.
—Oh, Dios mío. —Cuando se había caído, parte de su pecho derecho se
había escapado.
—Por favor, Rafiq, haz que la orquesta comience tan pronto como sea
posible — murmuró Talib.
Piper trató de apartarse de él.
—Tengo que ayudar a mi hermana.
Tal se inclinó, su voz tranquila, pero Tori le oía.
—Los reporteros te seguirán, querida. Tu hermana tiene ayuda. Permite
que sus hombres hagan su trabajo. Esta es una petición, habibti. No me
hagas ordenar lo que sabes que es correcto.
Piper asintió y envió a Tori una pequeña sonrisa.
—Va a estar bien. —Ella se volvió hacia la multitud—. Creo que es hora
de que reunamos a los príncipes para una foto.
En el momento en que ella agitó la mano, la niñera trajo a los dos
príncipes. Efectivamente, la atención de todos se dirigió inmediatamente a
los adorables bebés reales. Su hermana y Talib sostenían a los niños para las
fotos mientras Rafe y Kadir comenzaron el control de daños.
—Voy a tratar de obtener las imágenes, pero no puedo arrebatar todas las
cámaras. —Kade se dirigió a los periodistas.
Ella lo había liado todo.
Tori se giró para empezar a subir las escaleras. Si ella fuera su propio
cliente se diría a sí misma que enderezara su vestido, pegara una sonrisa y
bailara con la cabeza bien alta. Era mejor reírse de un error que dejar que el
público te viera llorar. Tal vez podría haberlo hecho si hubiera tenido alguna
experiencia con eso personalmente y nadie hubiera visto cómo había estado
de torpe y sin gracia.
Rory se apoderó de su mano.
—No te irás.
La ira estalló a través de ella. Irse era mejor que sufrir la terrible
humillación.
—Tú no tienes voto en lo que hago.
Callum estaba de repente a su lado como si estuviera listo para evitar que
ella siguiera subiendo las escaleras.
—Cariño, tenemos que bailar. Sonríe y habla con los periodistas. No te ha
pasado nada que no le haya sucedido a cada estrella en Hollywood. Tuviste
un fallo de vestuario. No es el fin del mundo.
—No es tu teta la que va a estar cubriendo todos los periódicos de
mañana —dijo ella entre dientes.
Los ojos de Callum pasaron a frío ártico.
—Y una porra, no lo es. Ahora, deja de actuar como una mocosa o te
pongo sobre mi rodilla y doy a la prensa una historia real para informar.
Oliver estaba parado al pie de las escaleras, observándolos.
—Aunque podría ser divertido, creo que deberíamos zurrarla en privado.
¿Tengo un voto? No hemos hablado de ello. ¿Es esto un ménage
democrático?
¿De qué estaba hablando Oliver?
—Callum no puede zurrarme.
Él se inclinó, su voz directamente en su oído.
—Puedo y lo haré. Me lo debes por mentirme sobre tu noviazgo en
Londres. Me agradecerás cuando termine. Puedo ser profundamente
indulgente, pero también sé cuándo tomar el control. Tú puedes ser
inteligente, amor, pero yo puedo jugar duro y siempre juego para ganar. Yo
podría hacerlo con una sonrisa idiota en mi cara, pero eso es una máscara.
Sigue empujándome y conocerás al hombre real.
Un escalofrío le recorrió la espalda que tenía sólo la cosa más diminuta
que ver con el miedo. El resto era pura excitación.
—Vamos. Haremos acto de presencia. Entonces los cuatro vamos a ir a
un lugar para hablar—ordenó Rory. No era una sugerencia.
La dureza de su tono sorprendió a Tori... pero quizás no debería. Después
de todo, Rory se había hecho cargo de la empresa cuando su padre murió. A
veces era fácil olvidar que Rory había timoneado el barco mientras Oliver
se había casado y Callum había jugado al fútbol. Había sido el pegamento,
y cuando Oliver necesitó algo en lo que ocupar su mente después de la
traición de Yasmin, Rory había sido lo suficientemente fuerte como para
renunciar a parte de su poder para su hermano mayor.
—No tenemos nada de qué hablar. —Pero permitió que Rory la
condujera por los peldaños. Ella todavía estaba inestable. Al menos su
tobillo se sentía sólido. No se había torcido nada excepto su ego—. Mi
cuñado te envió un cheque.
Y ella se lo estaría devolviendo hasta el fin de los tiempos.
—Qué rompí inmediatamente —explicó Rory, viéndose tan elegante en
su traje. Si tuviera un Martini en la mano, le recordaría a James Bond.
Sofisticado, magnífico, y peligroso. Entrelazó su brazo con el suyo,
estabilizándola—. Esos zapatos son preciosos, pero vas a romperte una
pierna con ellos. Tendrás que quitártelos antes de que bailemos.
—No puedo quitármelos. No puedo caminar por aquí sin zapatos.
—Por supuesto que sí —dijo Callum.
—¿Por qué crees que es un problema, Tori?—preguntó Oliver—. Y ya
que estamos, ¿por qué tu hermana te llama Mindy?
¿Por qué estaba Oliver actuando con tanta calma? ¿Y por qué tenía que
mencionar la palabra ménage como si eso lo incluyera?
Rory la ayudó a entrar en el gran salón de baile donde la orquesta estaba
empezando.
—Mi hermana me llama Mindy porque es mi nombre de pila. Pensé que
Torrance sonaba más a publicista. Y no puedo ir descalza porque es grosero.
—¿Quién dice que es de mala educación? —Rory la condujo a una de las
mesas que formaban una elegante U alrededor de la pista de baile.
Un camarero con una bandeja de champán se paseaba por ahí. Callum
agarró una copa y se la entregó mientras Rory la sentó con suavidad.
Ella tomó un largo sorbo de champán. Tori sospechaba que iba a
necesitarlo.
—Todo el mundo sabe que no vas a un baile de gala descalzo.
Callum se sentó frente a ella y antes de que pudiera protestar, él puso su
pie derecho en su regazo y le quitó el zapato, la calidez de sus grandes
manos deslizándose sobre su pie dolorido. Reprimió un gemido cuando el
pulgar se deslizó hasta el arco de su pie.
—Relájate, amor. Lo peor ha pasado. Una vez que demostremos que todo
es normal, dejarán de observarnos.
—¿Normal? —Ella mantuvo su voz baja, porque el salón de baile se
estaba llenando y por supuesto, ahora que los príncipes se marchaban, todo
el mundo empezó a mirar en su dirección. Rory se sentó a su lado, con la
mano en su hombro mientras Oliver se cernía sobre ella como un centinela
vigilante.
—No hay nada normal en esta situación. Estoy segura de que ya están
cotilleando que vosotros tres y yo somos… —Ella negó con la cabeza—.
Suéltame el pie.
—Sólo para que pueda pasar al otro. —Callum intercambió su pie
derecho por el izquierdo, dándole la misma atención.
—¿Necesitas otra bebida?—preguntó Oliver—. ¿Tal vez un poco de
comida?
¿Cuándo fue la última vez que comiste? Te ves un poco pálida.
Dios, Callum sabía cómo frotar un pie. Ella trató de concentrarse.
—No es de tu incumbencia.
Su pulgar se hundió en su arco, casi relajando en un estado catatónico.
—Amor, quiero que pienses en lo bien que se siente. La zurra no se
sentirá como esto. Tampoco va a gustarte cuando les ponga pinzas a esos
dulces y pequeños pezones.
—¿Trajiste pinzas para los pezones? —preguntó Oliver con voz ronca.
—Trajimos dos juegos, y el jeque ha prometido que puede proporcionar
todo lo que necesitemos —explicó Rory—. No creo que Oliver haya ido
alguna vez a un club, pero yo he estado entrenando con Callum durante los
últimos seis meses. Comencé cuando me di cuenta de que necesitabas una
mano firme.
La cabeza de Tori estaba confusa. Todavía no estaba segura de que no se
despertaría en cualquier momento y se daría cuenta de que todo esto era un
sueño surrealista. Una parte de ella oró para hacer exactamente eso porque
no estaba segura de poder negarse a ellos cuando se abalanzaran sobre ella
juntos.
—¿Entrenando?
Rory no podía estar hablando de lo que ella pensaba que estaba hablando.
Pero una mirada a su rostro, le dijo lo contrario. Su corazón se aceleró. Ella
no quería ni necesitaba BDSM. Su hermana jugaba con sus maridos. No
habían hablado mucho más allá de Piper asegurándole que era consensuado.
Tori no había entendido el punto, por lo que Piper la había provisto con una
pila de novelas románticas de BDSM. Estos amantes de ficción exploraban
y se entregaban a sus deseos más oscuros. Jugaban duro y amaban bien.
Tori no estaba segura de poder manejar eso de ellos.
—¿Comprendes dónde Oliver y tú os descarriasteis? —Callum le besó el
pie, luego lo dejó a un lado.
—Abrí mi condenada boca —dijo Oliver con suspiro. Ella asintió con la
cabeza.
—Sip. Abrió la boca.
—No precisamente. Ninguno de los dos dijo bastante. Ollie, dijiste todas
las cosas equivocadas en el momento equivocado. Tori, mi amor, ¿te
molestaste en mencionar esa pequeña joya que le estabas regalando? —
preguntó Callum.
Su virginidad. Ella no quería hablar de ello, pero de alguna manera no
creía que Callum lo dejaría pasar. Parecía mucho más serio y confiado de lo
habitual. Callum era a menudo un tonto adorable. Excepto cuando la pilló
sola y prácticamente la había desnudado y dado el tipo de orgasmo que
había soñado.
Ella debería decirle que no era asunto suyo, pero por alguna razón se
encontró respondiéndole.
—No. Lo intenté, pero las cosas se movían demasiado rápido.
—Yo no estaba escuchando y no pregunté —admitió Oliver—. Y me
quedé muy sorprendido al enterarme de la verdad. —Se arrodilló a su lado,
tomándole la mano en la suya—. Tori, lo siento por la forma en que te traté.
No tengo excusa, excepto que yo estaba molesto. Durante todo el tiempo
que estuvimos juntos, te dije que era sólo una noche, pero yo ya estaba
pensando en maneras de conservarte. Quería hacerte mi amante. Cuando me
di cuenta de que eras virgen, sospeché que dirías que no a eso.
La ira se encendió de nuevo.
—Sí. Quería decir que no. Quiero decir, sí, yo habría dicho que no a eso.
—Ella se apartó y comenzó a levantarse. Esta charla había terminado—.
Creo que he hecho el ridículo lo suficiente por una noche.
—Oliver, ponte de pie —instruyó Callum, mirando a su hermano—.
Imponte.
El hermano mayor se sonrojó y ella se preguntó por qué. Después de
sobrevivir a las consecuencias de Yasmin, él siempre había parecido
completamente intocable.
—No sé si eso es una buena idea.
—Entonces, esto no va a funcionar. —Callum negó con la cabeza.
¿Por qué estaba aquí sentada como si estuviera esperando su permiso?
Podía hacer una salida limpia ahora antes de que volvieran a hacerle daño.
Tori agarró sus zapatos.
—Tienes que ayudarla, Ollie. El orgullo de Tori le está diciendo que salga
lo más rápido que sus doloridos pies la lleven —explicó Rory—. Ella está
dudando porque en realidad no quiere dejarnos. Si lo quisiera, ya estaría a
mitad de camino hacia la puerta. Si te impones, la ayudarás a superar su
orgullo por lo que ambos podréis hablar.
—Yo no necesito que nadie me imponga. Sé lo que quiero —espetó Tori.
Entonces se detuvo.
Tal vez estaba siendo increíblemente tozuda. Ella estaba pensando con su
orgullo y no sabía cómo sortearlo sin volverse vulnerable. La habían
destrozado una vez. No estaba segura de poder manejar ser aplastada de
nuevo.
Pero tal vez si era cuidadosa con su corazón, podría tener una noche con
ellos. Sólo una, le susurró esa voz en su cabeza, atrayéndola como una
adicción. Una noche más, y podría seguir adelante.
Si ella escuchara esa voz en su cabeza, la llevaría a la perdición. Ella
estaba salvándose.
Tori saltó, escudriñando la habitación por la salida más cercana.
—¿Oliver? —Le empujó Callum, su tono de voz más profundo y oscuro
de lo que había oído en su vida.
De repente, Oliver la agarró de la mano y la condujo a la pista de baile.
Ella luchó contra su agarre.
—Suéltame.
—No hasta que no hayamos hablado —insistió Oliver—. Si todavía
quieres irte de aquí sola, voy a dejarte ir. No puedo hablar por mis
hermanos. Creo que te seguirán y te persuadirán, pero si me dices
claramente que no me quieres, entonces me iré.
—No te quiero. —Ella no lo quería. En realidad no. ¿Cómo iba a quererle
después de la forma en que la había tratado?
La orquesta tocó una canción lenta, y ella se encontró en los brazos de
Oliver, contra su cuerpo.
—Dije después que me escucharas. Este comportamiento no te va,
Torrance.
—¿Qué comportamiento? —No le dejaría avergonzarla. Ella no le había
hecho pedazos el corazón.
—Estás actuando como una mocosa malcriada. —Su mano se tensó en su
cintura, apretándola contra su cuerpo—. Definitivamente mis hermanos
tienen razón en eso. He venido a miles de millas para disculparme y hacer
las paces. ¿Me estás diciendo que no merezco unos momentos de tu
tiempo? Fuimos amigos una vez.
Bueno, tal vez ella iba a dejar que la avergonzara. No podía olvidar la
forma en que él se había enfrentado a un matón con un cuchillo por ella. Y
sí, habían sido amigos.
—Bien. Estoy escuchando.
—¿Lo estás? —Él siguió moviéndose con elegantes pasos mientras la
guiaba por la pista de baile—. Estoy empezando a pensar que Callum es
más inteligente que el mérito que le di. Tú y yo deberíamos haber hablado,
sobre todo antes de que algo pasara entre nosotros. Pero ninguno queríamos
hacer eso.
—Yo estaba atrapada en la adrenalina.
—¿Me estás diciendo que era sólo adrenalina? —la desafió—. No para
mí. Utilicé eso como una excusa, pero te deseaba muchísimo y salté ante la
oportunidad de tenerte, sin importar el costo. Me apasionabas, pero la
pasión no es la amante más indulgente. Es fácil ceder a la pasión. Es más
difícil cuidar de alguien y asumir la responsabilidad. Yo debería haberte
cuidado. Y estoy profundamente arrepentido.
Ella se relajó contra él, su cuerpo encontró el ritmo que él establecía a
ritmo con la música. Se sentía bien estar en sus brazos, aunque su lógica
doliera. Él tenía toda la razón.
—Corrí el riesgo. Yo sabía que no debería haber esperado para informarte
sobre mi virginidad o intentarlo con tan poco entusiasmo, pero no quería
parar. Sabía que si hablábamos...
—Si hubiéramos hablado, no lo habríamos hecho. —Él bajó la velocidad,
con la mejilla apoyada en su sien. —Y así es como hemos cometido un
error horrible. Deberíamos ser capaces de hablar, ¿no es así?
—¿De verdad crees que sería tu amante?
Él se rió entre dientes, el sonido acariciaba su piel.
—Yo quería una manera de hacerte mía sin tener que amarte. Así que ahí
es donde mis pensamientos se fueron. —Se apartó ligeramente, inclinándole
la cabeza hacia arriba—. No eres tú, Tori. Por favor, créeme. Tú eres la
mujer más adorable que alguna vez he conocido, pero estoy vacío por
dentro y no creo que nada pueda llenarme de nuevo.
Ella apoyó la cabeza en su hombro con un suspiro. Él le había dicho
mucho. Nunca se lo había dicho en pocas palabras, pero sabía lo que su
esposa le había hecho y había sabido que él se consideraba dañado sin
posibilidad de reparación.
—Creo que un día encontrarás la mujer de tus sueños y no te sentirás
nunca más tan vacío.
Deseaba poder haber sido ella. Era mejor así, se dijo. No podía vivir en el
mismo mundo que los hermanos Thurston-Hughes. Esta noche lo había
probado. Quería estar entre bastidores, le gustaba socializar y ayudar a la
gente. ¿Estar frente a todas esas cámaras y soportando el constante
escrutinio? No era para ella. Aun así, saber que su separación era lo mejor,
no hacía que le doliera menos el corazón.
—Tú eres la mujer de mis sueños, Tori. Solo no puedo despertar de mi
pesadilla. Dios, ojalá te hubiera conocido cuando tenía veinte años. —Su
mano le acarició el pelo—. No soy un buen hombre.
—Lo eres. Te he visto. Puedes ser amable cuando quieres serlo.
—La mayor parte del tiempo no quiero. Tampoco soy un hombre fuerte.
Sé que es mejor si me hago a un lado, pero no quiero. Creo que eso me hace
egoísta.
—¿Qué estás diciendo, Oliver?
—Estoy diciendo que mis hermanos te quieren y están dispuestos a
dejarme jugar. Me gustaría ser fiel. No tendría otras amantes. Te prometo
que me encargaría de ti esta vez.
Ella lo miró parpadeando, deteniéndose de pronto en medio de la pista de
baile. De todas las razones por las que podrían estar aquí, ni siquiera había
considerado ésta.
—¿Estás diciendo que Rory y Callum me quieren compartir? Los labios
masculinos se curvaron en la más deliciosa sonrisa.
—¿No te habías dado cuenta de eso? Sí. Hablan en serio. Han pasado el
último par de semanas negociando.
—¿Negociando? —Su mente estaba zumbando. Era una idea horrible.
¿Verdad? Horrible. Ella podría hacer polvo a los hermanos por separado, así
que la idea era sólo, como, un diez por ciento interesante. A lo mucho, un
veinte. El otro ochenta por ciento de esa idea era pura estupidez.
A menos que... ¿Podrían mantenerlo en secreto? ¿Podrían ser amantes
secretos?
—Creo que es lo que los Doms hacen. No estoy seguro. En realidad no
he estado en un club, aunque mis hermanos me han explicado la filosofía.
Me temo que Callum podría hablarte hasta matarte de aburrimiento antes de
sacar todos esos juguetes que le gusta usar. De cualquier manera, no esperes
que te dejen ir sin luchar. Están dispuestos a dejarme participar. Te estoy
preguntando si me lo permites, Tori. No sé qué va a pasar entre nosotros
exactamente. Puedo prometer que te respetaré y cuidaré. Siempre seré tu
amigo. No importa cuál sea tu respuesta. Siempre voy a ser un hombre con
el que puedas contar.
Para cualquier cosa excepto amor.
Por otra parte, ella no estaba buscando amor. No podía permitírselo. Al
final de la semana, estaría de vuelta en Dallas y seguiría adelante con su
vida. Sin importar qué tan intrigada estuviera por todo lo que Oliver y sus
hermanos tramaban, sabía que no podía manejar esta vida.
—No necesito una promesa de devoción, Oliver.
—Pero te mereces una. —Él frunció el ceño, sus ojos arrugándose como
si estuviera tratando de averiguar qué decir—. Lo estoy intentando, Tori.
Había estado muy enfadada con él en las últimas semanas, pero esa era
una emoción inútil. Se había dado cuenta hacía mucho tiempo, que una
persona tenía que querer ser salvada. Su padre no lo había querido. Se había
rendido a la pena de perder a su madre. Nada de lo que sus hijas habían
dicho o hecho le hizo querer vivir de nuevo porque ya no había tenido la
voluntad. Nada alteraría la manera de ver de Oliver a menos que él quisiera
cambiar.
El dolor por lo que podría haber sido pesaba sobre ella. Lo mejor que
podía hacer era darle un poco de paz.
—Te perdono —murmuró—. Los dos hemos cometido errores. Sospecho
que irme a la cama contigo de nuevo sería otro.
Él suspiró y se inclinó hacia adelante, besando su frente.
—Espero que lo reconsideres. Creo que mi tiempo se acabó. Tori, si
pudiera cambiar algo en toda mi vida, ¿sabes lo que sería?
Podía imaginarlo.
—Tu primer matrimonio. Él negó con la cabeza.
—No. Me lo merecía. Fui descuidado y estúpido y me casé por todas las
razones equivocadas. Me gustaría cambiar lo que pasó entre nosotros. Me
gustaría volver y ser amable contigo. Lo haría bueno para ti. Pase lo que
pase, has de saber que no se supone que sea así. Tu amante debería hacerte
sentir como la diosa que eres. Ojalá te lo hubiera demostrado.
Las lágrimas nublaron su visión y ella lo agarró cuando empezó a
alejarse.
—¿Por qué crees que eres un mal hombre, Oliver? Yasmin te hizo esas
cosas. No eran culpa tuya.
Una sombra pareció cruzar su rostro.
—Mi padre solía decir que no sabes qué clase de hombre eres hasta que
te enfrentas a la muerte. Cómo te enfrentas es la suma de tu alma. No tengo
mucha alma, me temo. No tengo mucho para darte y no te merezco. Voy a
ser honesto, si no fuera por mis hermanos nunca habría considerado tocarte
de nuevo. No porque no quiera. Te quiero tanto que me duele, pero me
preocupo por ti. No soy bueno para ti, pero Callum y Rory no van a dejar
que te lastime, así que estoy siendo egoísta. Si decides darles una
oportunidad, me gustaría estar allí. Necesito una cosa buena y creo que
darte placer podría serlo.
—¿Puedo interrumpir? —Rory dio un paso adelante. Oliver la soltó,
metiendo su mano en la de Rory.
—Claro. ¿A dónde fue Callum?
—Volvió a nuestra habitación para preparar algunas cosas. Tori ha hecho
su aparición en este evento. Hablé con Talib y todavía está tratando de
conseguir todas las fotos de su desgracia. Él ya se ocupó de los fotógrafos
locales. No habrá ninguna foto de ella en los periódicos bezakistanis —
aseguró Rory.
—Va a salir. —Ella había estado haciendo su trabajo durante mucho
tiempo como para ser ingenua acerca de sus posibilidades de que el
incidente fuera a desaparecer.
En efecto, echarían a rodar una foto borrosa suya. Ahora que lo pensaba,
tal vez había hecho una gran cosa de la nada. Era la hermana de un
miembro de la familia real. La prensa prefería a Piper. Entonces ella había
tenido una pequeña escapada de un pezón. Tal vez, debido a la escasa luz y
la abundante multitud, el fallo de vestuario apenas se había registrado en
una foto. La prensa lo exageraría y pondría una gran estrella sobre su casi-
no pezón y el mundo no se acabaría.
Hablar con Oliver había puesto algunas cosas en perspectiva.
Ella no tenía idea de por qué él pensaba que se había visto el alma y la
encontró deficiente, pero conocía a un hombre afligido cuando lo veía. Él
había cambiado desde la noche en que había tomado su virginidad. Este era
un Oliver diferente, más contemplativo. Más reflexivo. Más necesitado que
nunca.
—Voy a ayudarle. —Oliver asintió y se alejó.
Se encontró en los brazos de Rory. El tranquilo y educado Rory. Ella
podía manejarle. En verdad, Rory atendería a razones y ella podría seguir
adelante con sus planes para una noche muy tranquila, y una muy tranquila
vida, sola.
—¿Qué está preparando Callum?
—La habitación para nuestro juego —dijo con total naturalidad. Él podría
haber estado hablando sobre el tiempo—. ¿Sabes cómo bailar el vals, amor?
La siguiente canción es un vals.
Su cabeza le daba vueltas, y ella negó con la cabeza.
—No. No sé.
—Pon los pies sobre los míos y relájate. Le pagué a la orquesta para
asegurarme de que la siguiente canción sea un vals. Ya ves, yo soy el único
de los tres que prestó atención en clase de baile. Oliver estaba demasiado
ocupado comiéndose con los ojos a la profesora y Callum, a pesar de su
capacidad atlética, tiene un ritmo horrible.
Realmente, esta será nuestra tarea. Primero te voy a enseñar a bailar el
vals. Con el tiempo, vamos a bailar el tango. Ese es mi favorito.
Tori se retorció en sus brazos. La noción de ellos compartiendo un asunto
de baile era dulce, pero... Ella tendría que decepcionarle suavemente.
—Estoy segura de que eres muy bueno, pero realmente no quiero
lecciones.
—Es por eso que vas a estar parada sobre mis pies y yo voy a hacer todo
el trabajo.
—Peso demasiado. Rory, si tienes algo que decir, ¿no podemos sentarnos
y hablar? Esos corteses ojos azules se endurecieron, convirtiéndose en
acero.
—Cariño, terminé de hablar. He hablado contigo durante meses y todo lo
que he conseguido es pasar al final de la línea. He estado actuando como un
mártir abnegado, pero he terminado con eso. Me temo que vas a tener que
lidiar conmigo.
—No entiendo. —El mundo entero parecía haberse inclinado y ya no
estaba segura de donde se encontraba.
—Soy muy consciente de eso. No me conociste completamente antes.
Dejé que Oliver tomara las riendas de la empresa porque necesitaba el
trabajo para estar ocupado y lo necesitaba para sentir que tenía el control.
Así que me hice a un lado de la posición de director ejecutivo y asumí la
parte legal. Cuando esté listo para otro papel, voy a asumir el timón de
nuevo. Soy el tiburón, Tori. He enterrado esa parte de mí porque mis
hermanos necesitaban a alguien que nos mantuviera unidos, pero siempre
he sido el tiburón. Así que vas a tener que hacerme frente y no me voy a
sentar educadamente y escuchar todas las razones por las que piensas que
esto no funcionará. Voy a bailar contigo y exponer las mías. Vas a escuchar
porque ni siquiera aun he tenido un beso tuyo.
El calor bajó por su columna vertebral. Tori había sido engañada por su
fachada caballerosa, pero ella ahora sentía su fiereza debajo como un ser
vivo. Él no jugaba limpio. Por alguna razón, eso la excitaba.
—¿Cómo va a ser eso culpa mía? Ni siquiera sabía que querías besarme.
—¿No? Sospecho que lo sabías. La cosa está así, querida. Puedes bailar
conmigo o tomaré ese beso aquí y ahora delante de todos.
Ella se sonrojó. Podía sentir su piel poniéndose de color rosa. Él no lo
haría. Lo miró a través de las pestañas y cambió de opinión. Él lo haría,
absolutamente. Pondría sus labios sobre los suyos y reclamaría sus labios
delante de todos, así no habría ninguna duda de que ella le pertenecía.
La orquesta comenzó el vals y ella decidió no iniciar otro escándalo. Muy
cautelosamente pisó los zapatos de vestir de Rory, su mano derecha en la de
él mientras colocaba la izquierda en su hombro.
—Una buena elección. —Él envolvió el brazo alrededor de su cintura, y
ella sintió su fuerza mientras la apretaba contra su cuerpo—. Normalmente
tendríamos que mantener un poco de espacio entre nosotros, pero esta
noche no tengo ganas de jugar según las reglas. Un buen baile es muy
parecido a hacer el amor. Deberían ser dos cuerpos en completo
sincronismo, la confianza y la alegría marcando los movimientos. Agárrate
a mí.
Ella se quedó sin aliento cuando él se puso en movimiento. El salón de
baile giraba a su alrededor, pero Rory la sujetaba con firmeza y no la iba a
dejar caer. Después de un momento de pánico, la total alegría se hizo cargo.
Ella nunca había bailado antes. Así no. Rory la abrazaba con fuerza,
haciéndola girar a través del suelo de parqué. Ella se relajó y dejó que su
cuerpo fluyera contra el suyo.
Él la guiaba sin esfuerzo. Esto era lo que le estaba ofreciendo. Él
asumiría el control. Él y Callum, y si ella le permitía, Oliver, también. Ellos
tomarían el control, rodeándola y protegiéndola. Todo lo que tenía que
hacer era aferrarse a ellos y dejar de lado todo lo demás.
Tori no estaba segura de poder manejar eso a largo plazo, pero por una
noche... Sí, ella podría tener su noche con ellos.
La música invadió su alma mientras dejaba que Rory los dirigiera dando
vueltas y vueltas. El resto del mundo pareció desvanecerse mientras él la
arrastraba a la euforia. Tori se sentía segura con sus brazos alrededor de
ella. Nada más importaba, o existía, excepto Rory y la maravillosa música
que los envolvía. Un estremecimiento como ninguno que hubiera sentido
antes la recorrió. Ella no pudo evitar sonreír, porque él era muy hermoso y
la hacía sentirse viva.
La música comenzó a tocar a su fin, y Tori deseó que durara más tiempo.
Cuando Rory comenzó a reducir la velocidad, ella se dio cuenta de que
todos los miraban. La gente en la pista de baile se había detenido para
observarles a ella y a Rory. Pero él no les hizo ningún caso. Sus ojos
estaban fijos en ella mientras terminaba el baile con una floritura. La
multitud alrededor de ellos aplaudió.
Piper estaba cerca, sonriendo ampliamente. Cuando ella llamó la atención
de Tori, le guiñó un ojo. Más flashes irrumpieron en la habitación en
penumbra. Los susurros especulativos comenzaron alrededor de ellos de
nuevo.
Tori se tensó.
—Relájate. Sonríe. —Rory la bajó de sus pies—. Nos están mirando
porque somos encantadores y yo soy un bailarín brillante. Podría haber sido
profesional si hubiera querido, pero decidí que una celebridad engreída en
la familia era suficiente. —Él sonrió y asintió con la cabeza a la multitud—.
Gracias.
—Esa no es una buena manera de hablar de tu hermano. —Tal vez fue
una estupidez decirlo, pero hablar de Callum era mejor que reconocer todas
las miradas sobre ellos.
—Es cierto. ¿Sabías que, un año para navidad nos dio a todos balones de
futbol firmados? —Rory empezó a conducirla fuera de la pista de baile.
Su corazón aún latía, su mente daba vueltas de la emoción. Y sus pezones
estaban duros sólo por estar tan cerca de él. Esperaba que nadie lo
advirtiera.
—Estoy segura de que simplemente no tenía tiempo para ser más
personal. Sus dedos se entrelazaron con los de ella.
—Él ahora saca el tiempo. Empujé esa maldita cosa por su culo, y ahora
es más reflexivo. Vas a tener que ser de esa manera con Callum de vez en
cuando. Él no siempre piensa. Siéntalo de culo cuando lo requiera y todo va
a funcionar sin problemas. Fuera de la habitación, por supuesto. Él no va a
aceptar órdenes cuando estéis en la intimidad, pero tendrás una buena
cantidad de control sobre él en el mundo real. Es Oliver del que tendrás que
preocuparte. Él es el único que te va a decir que todo está bien cuando su
mundo se cae a pedazos.
Ella tenía que protestar.
—Pero yo no…
—No dejes que se salga con la suya —Rory siguió como si ella no
hubiera hablado en absoluto—. Bien es como su palabra de seguridad.
Cuando la usa, todo tiene que detenerse.
—¿Palabra de seguridad? —Ella sabía que eso significaba una palabra
que utilizaba la sumisa si había tenido demasiado de un castigo o se había
asustado
Rory se detuvo y se dio la vuelta, cerniéndose sobre ella como un
magnífico dios vikingo.
—Sí. Yo estaba bromeando acerca de Oliver, en su mayoría. Pero debes
elegir la tuya. Necesitarás una muy pronto.
Su vestido de repente se sintió demasiado apretado.
—No creo que nada de esto sea una buena idea.
El calor y el deseo iluminaron sus ojos azules mientras sus dedos se
apretaron alrededor de ella.
—No tengas miedo. Todo lo que te haremos tiene como objetivo
brindarte placer y acercarnos más. He entrenado para este día.
—Pero tú... yo…yo no sabía que me deseabas.
—Luché mucho para ocultar lo que sentía. La primera vez que fui a un
club, pensé que podía librarme de mi deseo por ti. Seguí a Callum,
buscando a una sub que se pareciera a ti. Planeé purgarme para poder
ayudar a Oliver a encontrar su camino. Encontré una bonita sub con el pelo
como el tuyo y entrené con ella. Aprendí todo lo necesario, pero no sentí
casi nada porque no eras tú. No pude reunir deseo alguno de tocarla de una
manera sexual porque en el momento en que entraste por la puerta, yo te
pertenecía. No sé cómo ni por qué, pero no he mirado a otra mujer desde
que nos conocimos. Sé que Oliver te hizo daño, pero no puedo evitar
sentirme feliz porque nos obligó a Callum y a mí a llegar a un acuerdo.
Creo que, al final, eso es exactamente lo que Oliver necesitaba para estar
cómodo con nuestro matrimonio.
—¿M…matrimonio? —Ella chilló la palabra.
Tori no le preguntó si hablaba en serio. Su peso y el calor de su intensa
mirada le dijeron que lo hacía.
—Sí, no creas ni por un segundo que me conformo con menos. Te amo,
Tori.
Ella no estaba preparada para eso. No sabía cómo creerlo. El sexo era
más fácil.
Una noche con los tres era algo que podía concebir.
—No estoy pensando en el futuro. Sinceramente, no estoy pensando en
nada en absoluto, Rory. No puedo. No voy a quedarme aquí.
—Sé que no vas a quedarte. Una mano le tocó el codo.
—¿Torrance? Soy Abdul al Bashir, primo del jeque. ¿Puedo tener este
baile?
Ella se volvió y vio a un hombre impresionante. Piel dorada y ojos
oscuros e insondables, iba vestido con un esmoquin impecable y le sonreía
con un destello de dientes blancos en una cara impresionante. Oh, él era uno
de los cinco primos que había planeado evitar. No importa lo delicioso que
fuera, llegaba con cuatro extras... y su corazón pertenecía a otra parte. No es
que ella pudiera manejar a los tres que actualmente le hacían proposiciones.
No sólo eso, Abdul y sus hermanos eran hombres bezakistanis. Habían sido
conocidos por robar a la novia que querían.
Con todo, si bailaba con él eso podría sacarla del camino de la tentación.
—Me temo que no. Así que lo siento —mintió Rory mientras empezaba a
tirar de para apartarla.
Tori se mantuvo firme.
—Señor al Bashir… —Entonces ella chilló—. ¡Qué demonios!
Un momento ella estaba hablando educadamente y al siguiente se
encontró en brazos de Rory, siendo sacada de la sala de baile. El serio y
muy británico Rory Thurston-Hughes la levantó en brazos y la llevó hacia
la salida como un pirata con un particularmente emocionante pedazo de
botín.
—Rory, ¿qué estás haciendo? —Le exigió.
Se suponía que él era el razonable, pero había demostrado que las
apariencias podían ser engañosas.
Rory abrió la puerta al pasillo de una patada. Se mantuvo abierta del
golpe. Sí, nadie se dio cuenta de eso y sin duda eso no hizo que sus ovarios
se fundieran en absoluto. Nop. No le gustaba este lado de Rory. Bueno, a
ninguna parte de ella excepto a esas partes reblandecidas de color rosa y tal
vez a su corazón.
—Me estoy haciendo cargo. —Él caminó por el pasillo. No se detuvo ni
vaciló. Cuando pasó por delante de los periodistas, no se molestó en mirar
en su dirección. Él era un hombre con una misión.
—¡Bájame! No me puedes llevar. Pensé que se suponía que tenía que
sonreír ante la prensa y hacer que la escapada de mi pezón desapareciera.
—A pesar de que realmente había planeado haberse marchado hace mucho,
Tori se dio cuenta de que era demasiado pronto para salir.
—No me importa eso. Tu pecho se veía espectacular. Si termina en la
primera página, voy a hacer un póster de él. No me importa lo que piensen
los demás. Ya he terminado con eso y tú necesitas terminar con ello,
también. —Se detuvo cuando pasaron un puesto de seguridad. Los guardias
les dieron paso al ala familiar privada del palacio. Uno incluso sonrió
abiertamente mientras les abría la puerta.
Una vez que la puerta se cerró, estaban solos en un gran vestíbulo. La
puerta maciza bloqueaba los sonidos de la fiesta. Ahora que su entorno
estaba tranquilo, ella casi podía oír latir su corazón.
Finalmente, Rory se detuvo, y ella se encontró de nuevo de pie. Tori trató
de recuperar el aliento mientras él se presionaba más cerca e invadía su
espacio.
—Esto es demasiado rápido.
Sus dedos rozaron su mandíbula. Él bajó la cabeza.
—No. Hemos prolongado innecesariamente esto durante meses. No voy a
reducir la velocidad. Ahora que he tomado la decisión, no puedo esperar
más.
Su boca descendió lentamente sobre la de ella. Agarró firmemente sus
caderas, tirando de ella hacia la cuna de sus musculosos muslos. Sus labios
se apoderaron de los de ella, amoldándose con un movimiento dominante.
Todo su cuerpo se relajó y estuvo agradecida por sus brazos alrededor de
ella. La sujetaron cuando lo único que quería hacer era caer de rodillas.
Rory estaba besándola. Por fin. Callum había mencionado asumir su rol
dominante con ella. Ella sabía lo que significaba el BDSM para los Doms
bienintencionados. Significaba que se preocupaban por ella. Significaba que
la protegían y cuidaban. Ella podría ser ingenua, pero eso era lo que
significaba para su hermana y maridos. El BDSM no garantizaba un felices
para siempre, pero debería significar que ella tenía algo que decir en lo que
pasara. Si iban a esforzarse tanto, seguramente ella significaba algo para
ellos.
Tentativamente, dejó que sus manos vagaran por los hombros y la espalda
de Rory mientras la lengua masculina se hundía dentro de su boca. No hubo
un lametón curioso. Él dominaba, explorando a fondo. Su lengua se
deslizaba por la de la ella, atrayendo y tentando a Tori.
Cada célula de su cuerpo pareció reblandecerse, y sintió que su coño se
volvía resbaladizo y húmedo. El calor quemaba su piel, y ella deslizó su
pierna izquierda contra la de él para acercarse. Rory respondió con un
gemido, apretándola contra la pared y empujando su erección contra ella. Se
sentía tan grande, tan duro. Tori se retorció contra él, tratando
desesperadamente de frotarse contra su polla y satisfacer su creciente dolor.
Su frente se apretó contra la de ella mientras respiraba profundamente,
tratando de calmarse.
—Sigue haciendo eso y voy a demostrarte que no me importa correr el
riesgo de un escándalo. Subiré esta falda y te follaré aquí mismo.
Ella tenía que ser la sensata.
—No creo que esto vaya a funcionar.
—El sexo será divino. Yo ya lo sé.
Tori no tenía ninguna duda de eso.
—Quise decir el resto.
—Vamos a hacer que funcione, cariño. —Le dio otro beso en los labios.
Todas las razones por las que esto no podía funcionar la presionaban. Los
hermanos Thurston-Hughes eran hombres abrumadoramente posesivos.
¿Cómo iban a compartir? Pelearían. ¿Se pelearían por ella? Había visto la
ira de Callum hacia Oliver y ella se había preguntado...
—¿Por qué estaban Oliver y Callum peleando el día que el periodista
llegó a la oficina?
A pesar que ella hizo la pregunta, sus manos recorrieron la dura figura de
Rory. La mujer en su interior no estaba segura de querer la respuesta ahora
mismo. Esa parte de ella ansiaba lo que estos hermanos podían darle. Podría
haber sido virgen hasta Oliver, pero no era estúpida. Él podía ofrecerle más.
Todos ellos podían, y ella quería sentir el placer que le había sido denegado
su primera vez.
Él besó la línea de su mandíbula, entonces la lengua encontró su pulso,
haciéndola temblar de deseo.
—Tú, por supuesto. No viste el muy cuidado puñetazo que descargué.
Estábamos luchando por ti, pero eso no va a volver a suceder. Hemos
hablado punto por punto. Ahora somos un frente unido.
¿Por cuánto tiempo? Si ella sólo quería una noche, no importaba... pero
en el fondo, Tori sospechaba que ella quería mucho más.
Cada célula de su cuerpo temblaba mientras él le besaba el cuello.
—Rory, no lo sé.
—Sí, lo sabes. Siempre lo has sabido. —Él dio un paso atrás—. Pero voy
a darte una opción. Si tienes miedo, regresa a ese salón y voy a considerar
el asunto terminado. Voy a hablar con Callum y Oliver, y te cortejaremos de
una manera más adecuada. Seremos educados y te acompañaremos y nos
turnaremos como caballeros. Pero si entras en esa habitación conmigo, no
habrá nada educado acerca de la forma en que te tomaremos. No voy a ser
un caballero. Voy a ser un Dom. Tu Dom, y tú sabrás lo que significa ser
totalmente poseída por tres hombres que no pueden respirar sin ti.
Empezaremos a prepararte porque vamos a tomarte de todas las maneras
que un hombre puede tener una mujer. Piensa en esto porque estás
seleccionando el camino que recorreremos. ¿Respetuoso y correcto? ¿O
tan salvaje como puedas manejarlo? ¿Quieres saber lo que significa
someterse a hombres que te aman?
—Sí. —La palabra estuvo fuera antes de que pudiera pensar en ello. No
importaba. A pesar de todas las razones por las que no debería hacer esto,
no podría alejarse.
—Entonces ven conmigo. —Él la agarró de la mano y echó a andar a
zancadas por el pasillo. Tori corrió tras él, sabiendo que nada volvería a ser
lo mismo.
Capítulo 9
Oliver observaba a su hermano mientras sacaba un plug de plástico de
color rosa y lo ponía sobre una toalla en el bar. Callum había convertido el
bar en un buffet de juguetes sexuales. No estaba seguro de saber para qué
eran algunos de ellos. Aun así, incluso él sabía que era un plug muy
pequeño si se suponía que era para servir al propósito que sospechaba.
—Soy más grande que ese plug, Cal.
Era un poco surrealista estar de pie en la habitación de su hermano
ordenando juguetes sexuales y hablando de lo que iban a hacer para seducir
a su mujer. Nunca había sido un gran planificador cuando se trataba de
sexo. Seguía la corriente y ahora se preguntaba si ese no era su problema.
Callum resopló mientras sacaba una botella de lubricante.
—Por supuesto que lo eres, pero tiene un diminuto culo virgen. Tiene que
ser entrenado para aceptar una polla. Esto es un plug de entrenamiento.
Cuando ella esté acostumbrada a él, voy a pasar a algo más grande. Va a
llevar un tiempo.
El pensamiento de su trasero virgen le hizo hacer un gesto de dolor
cuando su polla se endureció dolorosamente.
—¿Cómo te metiste en todo esto?
Tenía que admitir que sentía curiosidad. Su hermano era tan feliz y
despreocupado. No hubiera creído que podría convertirse en un hombre
dominante, pero ahora podía ver el cambio. Callum no era el chico
descarado que él conocía. Parecía oscuro y dominante.
—Un compañero del equipo me introdujo. Gran parte de mi vida estaba
fuera de mi control. Pasé todo mi tiempo respondiendo a los rivales, a los
entrenadores, a los aficionados, a la prensa. Necesitaba un lugar donde mi
control fuera absoluto.
Oliver nunca había pensado de esa manera. Había visto a Callum como
un playboy encantador, volando por todo el mundo y jugando a un juego.
Nunca había considerado que la vida de su hermano probablemente había
estado muy controlada por alguien que no fuera él mismo. Le habrían dicho
cuándo practicar, cuándo jugar. Todo el mundo habría andado buscando
bronca con él. Callum probablemente tuvo que lidiar constantemente con
mujeres como Thea que lo querían por su dinero y fama y harían cualquier
cosa para conseguirlo. No es de extrañar que su hermano hubiera estado
decidido a tomar el control donde podía.
Oliver pensó que había tomado de nuevo el control cuando había
asumido el mando de la compañía, pero ahora se preguntaba. ¿Había
perseguido el tipo equivocado de control?
—¿Y crees que Tori se someterá a ti? ¿Que ella lo necesita?
Callum comenzó a desabrocharse la camisa, la chaqueta y la corbata se
habían ido en el minuto en que habían dejado la fiesta.
—Sé que lo necesita. He visto su trabajo. Ella es excelente en su trabajo,
pero también es el tipo de mujer que trata de complacer a todo el mundo a
su alrededor. Se esfuerza por decir que no, y el mundo está lleno de gente
ahí fuera que se aprovecha de ella.
Oliver asintió.
—Ella se dedica demasiado porque no quiere decepcionar a nadie. No
veo cómo la ayuda quitarle más opciones.
—Porque no entiendes la filosofía. No estoy quitándole ni una sola
opción. Cada vez que ella obedece en el dormitorio, es porque elige hacerlo.
Es porque confía en nosotros con su placer. Ella siempre puede decir que no
y alejarse, pero tengo la intención de enseñarle que nunca tiene que hacerlo.
Tengo la intención de enseñarle que es digna de ser complacida y que sus
decisiones importan. Poco a poco, espero que aprenda que puede decir que
no a las personas, porque ella tiene un fuerte núcleo de confianza en sí
misma y puede confiar en su familia. Seremos los únicos que importan.
Oliver frunció el ceño.
—Pero…
—Tomamos el control o lo hará Talib—lo interrumpió Cal—. Tori podría
pensar que va a seguir su propio camino, pero conozco a su cuñado y él va a
asegurarse de que nadie pueda aprovecharse de ella. Si no hacemos algo,
ella va a terminar trabajando aquí en el palacio de nuevo y Talib la
manipulará hacia una relación con la que él se siente a gusto. Da la
casualidad que he oído que estaba planeando presentarla a sus primos esta
noche.
Y una mierda.
Callum le apuntó con el dedo.
—Ahí está. Dime lo que acaba de pasarte por la cabeza. Te ves muy feroz
en este momento.
—Talib tiene una mujer propia. Debería permanecer lejos de... —La mía.
Había estado a punto de llamar mía a Tori.
Los labios de Callum se curvaron en evidente satisfacción.
—Solo porque no lo digas eso no hace los hechos menos ciertos.
Podemos asumir el rol de Dom con ella o Tal y sus hermanos lo harán hasta
que cedan el rol a los hombres de su elección. Ellos se preocupan por ella y
Tori necesita a alguien que la cuide. No va a funcionar porque ella es una
zorrita terca y ellos no pueden zurrarla apropiadamente.
—Si lo intentan, los mataré. —Él se sorprendió de lo salvaje que sentía
ante la perspectiva de alguien entrando y organizando su vida. Ella podría
necesitarlo, pero él estaría condenado si dejara a otra persona ocuparse de la
tarea. Todas sus buenas intenciones parecían estar volando por la puerta.
Había tenido la intención de pedir perdón y dejar a Tori en manos de sus
hermanos. Después de todo lo que había escuchado, Oliver no estaba seguro
de poder salir de la habitación esta noche aunque su vida dependiera de
ello.
—Ahora estás hablando como el hermano que conozco. Siempre has sido
un culo posesivo. Y sin embargo, dejaste que Yasmin correteara con quien
quisiera.
Su estómago se revolvió ante la sola mención de su nombre.
—No quiero hablar de ella.
Callum levantó las manos, aplacándole.
—Simplemente estoy señalando que nunca actuaste posesivamente con
Yasmin. Porque nunca realmente la amaste. Quedaste atrapado en su caos.
Tori es diferente. Has sido un capullo desde el día que la conociste. Has
intentado todo para mantenernos alejados al resto de nosotros.
—Y sin embargo, aquí estoy.
—Porque ahora estás siendo un capullo razonable y todo lo que tienes
que hacer es cambiar un pequeño pronombre. No es mi mujer. Es la nuestra.
Ella es nuestra. Y la buena noticia es que si alguien necesita unas patadas en
el trasero porque han hecho daño a nuestra mujer, tenemos nuestra propia
pandilla. —Callum lo hizo sonar muy fácil, pero Oliver no estaba
convencido todavía. Oh, esta noche estaba convencido. Simplemente no
estaba seguro de que pudiera funcionar a largo plazo.
Entonces se abrió la puerta, y él no podía pensar en otra cosa excepto en
ella.
Entró deprisa detrás de Rory. Un rubor precioso hacía brillar su piel. Su
cabello estaba revuelto en una manera que hizo que la polla de Oliver
palpitara. Rory había puesto sus manos sobre ella en algún momento.
Callum estaba a su lado.
—Joder, ella es hermosa. ¿Finalmente la besaste?
La mirada de satisfacción en el rostro de su hermano era casi palpable.
Rory era siempre muy reservado y correcto, pero ahora tenía el cabello
desordenado, su chaqueta arrugada de lo que sea que había estado haciendo
con Tori, y parecía mucho más feliz por ello.
—No tanto como me hubiera gustado, pero creo que ahora ella entiende
la situación.
La mirada de Tori se movió entre los tres, los ojos muy abiertos y los
labios hinchados.
—Está equivocado. No entiendo nada.
Oliver estaba en el mismo barco. Él no entendía... pero sentía curiosidad.
—Muéstrame cómo la besaste, Rory. —Necesitaba saber si podía
manejarlo. La idea de eso no le hizo querer asesinar a su hermano como
habría pensado. Sí, había estado furioso con Callum por acariciar a Tori en
la recaudación de fondos, pero sobre todo porque había asumido que su
hermano menor tenía la intención de conservar a la chica para él. Ahora
Oliver tenía que saber si podía manejar que sus hermanos la tocaran sin
entrar en cólera.
Una lenta sonrisa se deslizó por el rostro de su hermano y estiró el brazo
para acercar a Tori. Ella jadeó, el pequeño sonido hizo que Oliver pensara
en un gatito que fue atrapado por un león. Ella era pequeña comparada con
Rory, delicada, pero no frágil. Oliver sabía por experiencia cuán fuerte era
Tori. Ella no se rompería. Podía manejarlos incluso cuando fueran unos
completos cabrones.
Los dedos de Rory se enredaron en su pelo mientras inclinaba su cabeza
antes de que su boca descendiera sobre la de ella. Él no era suave o dulce.
Su hermano la devoraba, y Tori respondía. Todo su cuerpo se relajó contra
el de él, sus pechos aplastados contra su pecho. Él la observó, vio la
facilidad con que respondía a la dominación de Rory. Sus brazos
rodeándole el cuello, sus caderas acunando las de él.
Deseaba a Rory. ¿Lo deseaba también a él?
—¿Sientes la necesidad de apartarla de él? —preguntó Callum en voz
baja.
Oliver negó con la cabeza. La verdad se instaló en su interior. Él no trató
de esquivarlo o racionalizarlo. Sólo lo aceptó.
—Me gusta observarla.
Era hermosa y él no conseguiría verla así si él fuera el hombre que daba
los besos. No sería capaz de ver cómo ella respondía, estudiarla realmente.
Él se conduciría hacia su propio placer y ahora se daba cuenta de que sería
un error. El placer de ella aumentaría el suyo. Él quería darle tanto como
fuera posible.
Callum estaba junto a él, su mirada sobre Tori.
—Realmente puedes tener una idea de lo que ella necesita observándola
con otra persona. Yo no permitiría esto con nadie más que vosotros dos. No
podría llevarla a un club y compartirla con otra persona sólo para
observarla. Esto sólo funciona entre nosotros. Rory no se irá con ella. Él no
va a tratar de robárnosla.
Rory suspiró y le dio a sus labios un último beso antes de dejarla ir.
—Yo no podría manejarla solo. Ella es demasiada mujer para un solo
hombre.
Tori se sonrojó, y sus labios se curvaron hacia arriba. Dominación
seguida de ternura. Ella necesitaba ambas. ¿Era posible que ella lo
necesitara, también?
—Tori, ya sabes lo que quiero, ¿verdad? —Callum dio un paso adelante,
entrando en su espacio.
—Sexo —respondió ella quedamente. Callum se cernía sobre ella.
—Mucho más que sexo. Quiero jugar contigo. Quiero compartirte con
mis hermanos. Vas a ser el centro de nuestro mundo y te daremos más
placer del que puedes imaginarte, pero si deseas eso tienes que obedecerme.
Ese es el trueque.
—Yo quiero una noche con vosotros —dijo ella, mordiéndose el labio—.
Y como todos sabéis, no tengo mucha experiencia así que seguir vuestro
consejo parece lógico.
Callum atrapó su barbilla, obligándola a mirarlo a los ojos.
—Esto no es seguir el consejo. Obedecerás o harás frente al castigo. Ella
se quedó mirando a Callum.
—¿Castigo? ¿Realmente me zurrarás?
La idea de ver a su hermano zurrando su hermoso culo casi acojonó a
Oliver.
Necesitaba ponerse bajo control o no sería bueno para ella.
—Definitivamente te zurraré —respondió Callum—. Tú misma te vas a
colocar sobre mis rodillas y aceptarás mi disciplina por mentir acerca de un
prometido, huyendo como un pajarillo asustado, y obligándonos a rastrearte
para resolver nuestras diferencias.
Un gesto de desaprobación curvó sus labios.
—No es justo. Yo no sabía que podía conseguir ser zurrada por hacer eso.
Y yo no era un pajarito asustado. Estaba muy cabreada.
—Puedo dar fe de ello—dijo de manera sarcástica Oliver.
¿De dónde había salido eso? ¿Estaba su sentido del humor finalmente
volviendo después de todo este tiempo?
Callum mantuvo su mirada fija en ella.
—Toma tu decisión, Torrance. Serás zurrada si te quedas en esta
habitación. Dime que no tienes curiosidad acerca de ello. Dime que tu coño
no está ya húmedo y dolorido al pensar en mi mano en tu trasero. Puede que
no tengas experiencia, pero sabes lo que quieres. También sabes que
cualquier cosa que vale la pena requiere coraje. ¿Puedes ser valiente?
Tori asintió.
—Lo quiero. Quiero probarlo todo.
Callum le dio un beso muy casto en los labios.
—Esa es mi chica. Ahora ve allí y besa a Oliver. Es tan inexperto en esta
particular forma de juego como tú, y creo que se está sintiendo fuera de
lugar. ¿Puedes perdonarle por ser un miserable capullo?
Él se estaba sintiendo fuera de lugar. Se preguntaba si no sería mejor
dejarla con Callum y Rory. ¿Acaso Callum tenía que señalar eso justo
ahora?
Ella caminó contoneándose por la habitación hacia él, su cuerpo se movía
con gracia inconsciente. Oliver se encontró atrapado en la mirada de esos
sombríos ojos. Era tan hermosa, y él la había tratado tan mal. Había
merecido el mundo, y él le había dado el infierno. Si ella le daba una
bofetada, la soportaría. Si quería despotricar por sus injusticias, él
escucharía cada palabra.
—Lo siento, Tori. —Él nunca podría disculparse lo suficiente.
Ella se acercó a él, apoyando sus manos sobre su pecho. Sus miradas se
encontraron.
—Quiero borrar esa noche. Eso no era lo que él quería.
—Yo sólo quiero borrar el final. Quiero volver y sostenerte, hacerlo
bueno para ti.
—Entonces hazlo esta noche, Oliver. —Ella se puso de puntillas y rozó
sus labios sobre los suyos.
Esto era lo que él había echado de menos durante semanas. Oliver la
cogió en sus brazos y apretó su cuerpo al de ella. Su dulce suspiro le
emocionó. Se sentía poderoso y perfecto para ella mientras tomaba su boca.
Su primera vez había sido demasiado rápida. Se había convertido en un
borrón en su cabeza, una ráfaga de rápidos disparos hacia el placer, igual
que todos sus encuentros desde Yasmin. Después de ella, se había
apresurado y tomado lo que necesitaba, consiguiendo que su amante se
corriera, luego huyendo lo antes posible.
Esta vez no. Iba a disfrutar de Tori. Iba a aprender cada centímetro de su
piel. Él conocería su tacto, el gusto y el aspecto que tenía cuando se corría.
Callum podría llamarlo juego, pero iba a ser un largo y decadente
descubrimiento para Oliver.
Ella se derritió para él, su boca abriéndose fácilmente para aceptar el
empuje de su lengua. Él acarició su cuerpo, memorizando sus curvas a
través de la tela de su vestido. Amaba su figura de reloj de arena, cómo su
pequeña cintura se ensanchaba hacia las femeninas caderas. Mientras sus
lenguas jugaban, él presionó sus caderas, dejándola sentir la dura silueta de
su erección.
Cada pequeño gimoteo y giro de sus caderas le dijeron que estaba lista,
pero él se negó a follar y huir de nuevo. Estaba siguiendo la indicación de
sus hermanos, y eso significaba que ambos estaban en alguna tortura. Él no
quería nada más que hundirse en ella, pero estaba decidido a que esta fuera
una noche que ella no pudiera olvidar. Era su verdadera primera noche
juntos. De aquí en adelante, él cambiaría.
Tal vez podría ser un mejor hombre. Tal vez podría hacerlo por ella.
Oliver interrumpió el beso con una caricia suave de sus labios.
—Estoy muy contento de estar aquí contigo, Tori. Ella lo abrazó, y la
presionó contra su corazón.
—Yo también. Necesito esto. Necesito estar con todos vosotros una sola
vez.
—Una vez no será suficiente. —Él podía admitir profundamente que
quería un para siempre con ella. Simplemente no estaba seguro que se lo
mereciera. Pero esta noche no era para arreglar su alma atormentada. Era
para darle el placer y la adoración que ella se merecía. Miró a Callum y a
Rory, que estaban observando—. ¿Qué debería hacer ahora?
Rory se desabrochó los botones de la camisa y la tiró a un lado, dejando
al descubierto un torso lleno de músculos duros. Oliver estaba feliz de no
haber dejado nunca de ir al gimnasio porque sus dos hermanos eran todo
músculo.
—Creo que es hora de que veamos lo que tiene para ofrecernos. —Rory
le lanzó una mirada ardiente—. Puesto que ya has tenido el placer de ver a
nuestra adorable sub desnuda, puedes hacer los honores. Desnúdala para
nosotros, Oliver.
Tori se estremeció en sus brazos, pero él dedujo que no estaba asustada.
Su cuerpo estaba aún lánguido contra el suyo. Era una cosita sensual, y la
idea de ser presentada a sus hermanos parecía excitarla.
—Quiero mostrarles lo preciosa que eres—le susurró al oído—. ¿Me
dejarás?
Oliver no procedería hasta que él supiera que ella accedía a la petición de
sus hermanos.
Ella asintió con la cabeza contra su pecho, y eso fue todo lo que él
necesitó. Deslizó sus dedos por la parte posterior de su hermoso vestido
hasta que encontró la cremallera, entonces la bajó, acariciando a lo largo de
la línea de la columna hasta los dos hoyuelos sexys que sabía que estaban
en la parte baja de su espalda.
Levantó la mirada hacia la curva de sus hermosos pechos.
—No me gusta el hecho de que no estés usando un sujetador.
—No pude encontrar uno que sirviera con el vestido. —Ella se sonrojó
mientras agarraba el vestido—. Créeme, deseé que hubiera llevado uno,
también.
Las fotografías. Oliver quería golpear a toda persona con una cámara,
pero ahora no iba a perder el tiempo con la ira.
—Date la vuelta.
Ella pareció reunir su coraje y asintió. Se dio la vuelta, pero apretó su
espalda contra él como si necesitara la conexión.
Él lo necesitaba, también. Con cuidado, acarició sus brazos,
persuadiéndola para que soltara el vestido.
—Muéstrales lo bonita que eres. Muéstrales que estás lista para tomar
todo lo que ellos tienen para dar.
Ella soltó la fantástica seda. El vestido se agrupó alrededor de sus
tobillos.
Oliver acunó sus pechos, ofreciéndolos a sus hermanos. Ahora estaba
muy contento de no tener que lidiar con su sujetador. Esos pechos eran
demasiado preciosos para ser escondidos. Redondos y firmes, con perfectos
pezones marrones ligeramente rosados, hechos para ser lamidos y
mordisqueados.
—Ella es suave y cálida y tan jodidamente hermosa que es casi imposible
de imaginar. Sus pechos son sensibles. Estos pequeños pezones responden
muy bien cuando los chupas.
Él los hizo rodar entre sus dedos pulgar e índice, disfrutando de la forma
en que ella se removió y arqueó contra él. Su trasero rozó su erección.
Diminutas bragas de seda la cubrían. Todo lo que necesitaría era un tirón de
sus manos alrededor de la delicada tela para verla desnuda.
—Eso no es lo único hermoso que veo. Dime, Oliver, antes de joderlo
todo, ¿cómo se sintió estar dentro de ese apretado coño? —preguntó Callum
con voz ronca.
La excitación inundaba el cuerpo masculino, haciendo que el mundo
pareciera confuso y un poco surrealista. Estaba hablando con sus hermanos
acerca de follar a la mujer de sus sueños, la mujer que estaba a punto de
compartir con ellos, y eso parecía extrañamente natural. Definitivamente
fue natural dejar que su mano se deslizara hasta ese coño que sus hermanos
estaban mirando fijamente. Pasó la mano sobre el trozo de seda que la
cubría y lo encontró empapado.
—¿Por qué crees que lo jodí todo? Se sentía demasiado bueno para ser
verdad. Arrastró las bragas por sus piernas, y ella obedientemente salió de
ellas.
Callum inhaló con fuerza.
—Jódeme —murmuró Rory con voz poco clara, clavando los ojos en su
coño.
De rodillas, Oliver estaba tan cerca que podía oler los cítricos de su
cuerpo y el fuerte olor picante de su necesidad. Sus dedos se deslizaron
sobre sus labios vaginales, encontrándola ya recubierta con excitación. Ella
estaba madura y preparada y quería saborearla otra vez. Quería comer ese
coño hasta que ella ya no pudiera gritar su nombre.
Ella se movió contra sus dedos, suplicando silenciosamente por una
caricia.
—No te muevas —ordenó Callum—. Ella está tratando de robar un
orgasmo y no conseguirá uno hasta que haya tenido su zurra.
Ella se apoyó en él.
—Yo no estaba tratando de robar nada.
—Entonces vamos a terminar con esto para que podamos pasar a las
partes agradables de la noche. —Callum se sentó en el borde de la cama,
palmeando su regazo—. Sobre mi rodilla.

* *

No podía estar hablando en serio. Tori nunca se había sentido más


vulnerable que allí de pie en los brazos de Oliver mientras su hermano le
ordenaba ponerse sobre su regazo y tomar su castigo. Todos ellos estaban
vestidos... y ella estaba completamente desnuda. ¿En qué estaba pensando?
Estaba desnuda y excitada y Callum quería zurrarla. ¿Cómo podía excitarla
esto?
Lo estaba. Y saber que las miradas de Oliver y de Rory estarían sobre ella
la excitaba más.
—Por favor, Tori, él está siendo un cabrón testarudo, pero no creo que
nos deje seguir adelante a menos que obedezcas—le susurró Oliver al oído
—. Y yo me estoy muriendo aquí.
Él presionó esa enorme erección en su parte trasera. Tori contuvo una
sonrisa secreta. Por supuesto que iba a ceder. Quería lo que Rory le había
prometido… los tres hombres que amaba rodeándola, dándole placer. De
alguna manera saber que Oliver estaba tan revitalizado con este tipo de
juego como ella la decidió. Después de su primera vez juntos, no estaba
segura de cómo iba a reaccionar a Oliver, si podía confiar en él para hacer
que su cuerpo repicara. Pero estar con él se sentía bien. Perfecto. Oliver la
apoyaría, la mostraría con orgullo a los demás, y la haría sentir como una
diosa. No tenía duda de que esta sería una noche para recordar.
Lástima que su hermano era tan serio sobre todo el asunto de la
disciplina.
—Tengo miedo de los azotes —murmuró, los ojos bajos—. Nunca he
tenido unos.
—¿Ni siquiera cuando eras niña? —preguntó Rory. Ella negó con la
cabeza.
—Sin embargo pasé mucho tiempo en el rincón. Fui castigada un par de
veces, pero nadie jamás me zurró.
—Sabía que había una razón, eres una mocosa incorregible. —Callum le
guiñó un ojo—. Me alegra porque voy a conseguir darte tu primera zurra.
Te voy a enseñar la primera lección. Cuanto más tiempo me hagas esperar,
peor será. Si vienes a mí ahora, puedes esperar una azotaina erótica.
Entonces vamos a hacer borrón y cuenta nueva. Si me haces esperar, voy a
necesitar más de ti.
—Hazlo, cariño. —La animó Rory—. O puede ser que yo mismo
necesite un par de nalgadas.
Ella se apresuró, porque una azotaina erótica sonaba realmente mejor que
unas nalgadas, nalgadas. Callum parecía un sueño decadente sentado
llevando nada más que sus pantalones de vestir. Estaba cubierto de
músculos tonificados. Sus tres hombres eran poderosos, impresionantes,
viriles. Ella casi podía nadar en la testosterona que flotaba en el aire.
Sus hombres. Eran suyos durante la noche. Ella no podía pensar más allá
de las próximas horas y no iba a desperdiciarlas sintiéndose ansiosa.
Realmente no tenía miedo de Callum. Él realmente no quería hacerle daño.
Sí, podría picar, pero incluso el pensamiento de su mano en su trasero
desnudo... No se podía negar que la excitaba más.
—Está bien. —Ella le hizo un tembloroso gesto de asentimiento. Callum
le tendió la mano para estabilizarla.
—Excelente. Elige tu palabra de seguridad. Si las sensaciones se vuelven
excesivas, dices la palabra y todo se detiene. ¿Entiendes?
Ella no estaba segura de querer nada para detenerlo. A pesar de sus
reservas, estaba descubriendo rápidamente que le gustaba tenerlos
mirándola intensamente, atentos, centrados y al borde. Se sentía más
poderosa dándoles su sumisión de lo que nunca se había sentido. Su mente
giraba mientras intentaba imaginarse alguna extraña palabra que
normalmente no diría en una situación íntima.
—Fútbol.
Callum la acercó con una sonrisa.
—Perfecto.
Tori logró el ascenso incómodo sobre su regazo. Tuvo que hacer un
esfuerzo para respirar. Su polla empujaba contra su vientre mientras su
mano se apoyaba en la parte baja de su espalda. La otra descansaba entre
sus hombros. Su agarre podría parecer casual, pero ella no iba a levantarse
hasta que él lo permitiera. De repente, sintió aire fresco… y sus miradas
hambrientas, por todo el culo. ¿Alguna vez había estado tan vulnerable?
¿Indefensa? Ella no podía hacer nada para defenderse en esta posición, sin
embargo, todavía se sentía segura.
—Este es el trasero más hermoso que he visto en mi vida. —Callum
acarició sus curvas con su mano grande, esparciendo el calor a través de su
organismo. Él bajó las puntas de sus dedos por sus muslos, y luego hizo el
recorrido inverso, atormentándola, rozando muy cerca de la juntura. Ella
jadeó.
La espera iba a matarla. Él estaba acariciando su trasero, tocándola con
suavidad y volviéndola loca. Necesitaba más que este lento descubrimiento.
Su coño estaba apretado con necesidad, y Callum estaba tomándose su
tiempo.
Rory se arrodilló a su lado, tomándole la barbilla y forzándola a levantar
la cabeza.
Él deslizó el pulgar por su labio inferior.
—Esta es una pregunta tonta, pero la voy a hacer de todos modos.
¿Alguien ha jodido esta boca deliciosa?
Ella se sonrojó.
—Oliver.
—Naturalmente. Es mi turno entonces. Quiero tu boca en mi polla, cariño
—dijo Rory, su voz un sexy estruendo bajo—. He soñado con eso.
Tori quería saborearlo, saber lo que se sentía al pasar la lengua por su
sensible punta, chupar todo su pene erecto, y sentirle estremecerse de deseo.
—Quiero eso. Lo quiero todo.
—Creo que es seguro decir que vamos a empujar algunos límites —dijo
Callum—. A partir de ahora.
Ella escuchó el golpe antes de sentirlo. El sonido alcanzó sus oídos, corto
y afilado. Un segundo después, puro fuego lamió su piel. Ella gritó en señal
de protesta, después se retorció en el regazo de Callum. Picaba como el
infierno. ¿Dónde estaba lo erótico en eso?
Otro duro azote.
—No te muevas. Dale un minuto antes de escupir esa palabra segura.
Ella se estremeció las lágrimas nublaban su visión cuando él la volvió a
zurrar y ella se retorció, tratando de zafarse de su siguiente golpe.
—No creo que a ella le guste —dijo Oliver.
—Cuesta un minuto. —La mano de Callum estaba todavía en su culo,
frotando con fuerza, instalando fuego bajo su piel—. Si ella lo permite, el
dolor se convertirá en placer.
¿Estaba hablando en serio?
Tori respiró hondo y trató de manejar el dolor que ardía donde él ya la
había azotado. La mano de Callum bajó de nuevo, y esta vez ella no luchó
contra ello. Se abrió y dejó que el dolor atravesara rápidamente sus
terminaciones nerviosas y se hundiera en sus sentidos. La golpeó de nuevo,
y la agonía que florecía bajo su piel de pronto se transformó en un calor
profundo. Él la frotó con la palma de la mano. El calor se instaló en su
centro. Una oleada de dulce excitación la hizo estremecer.
—Creo que deberías dejarla levantar. Esto no está funcionando. —Oliver
sonaba preocupado.
Antes de que Callum pudiera responder, ella levantó la cabeza. Oliver
tenía que dejarla tener este momento con Callum. Nada iba a funcionar
entre ellos si no se respetaban los límites de cada uno.
—Está funcionando muy bien, Oliver. Silencio. No puedo pensar cuando
estás hablando.
Un azote mucho más agudo en su nalga ya dolorida la hizo jadear.
Callum había tenido la intención de dar ese golpe.
—Sin faltar al respeto. Incluso cuando uno de nosotros está actuando
como un imbécil. Pero ahí está mi chica. Preciosa sub. Yo sabía que estabas
ahí. —Otro azote, éste más ligero—. Te gusta esto.
—No lo sé todavía. —Ella no podía admitirlo tan rápido.
Azote. De nuevo más fuerte. Más ruidoso. Callum la golpeó en el centro
exacto de su culo, justo entre sus nalgas.
—Creo que estás mintiendo.
Seguramente ella no quería saber qué haría él si supiera que lo estaba
haciendo.
—Me…me gusta. Solo que no estoy acostumbrada todavía a eso.
Él la bombardeó con otra descarga de pequeños azotes sobre su trasero.
—¿Cómo puedes decir que te gusta? —preguntó Oliver, acariciando una
mano tranquilizadora sobre su pantorrilla.
—Muéstrale —ordenó Rory.
—Tócala. Su boca puede mentir, pero su coño nunca. —Callum le abrió
las piernas. Antes de que pudiera protestar sintió los grandes dedos de
Oliver deslizándose a través de su sexo.
—Está muy mojada. —La voz de Oliver se volvió más ronca mientras
trabajaba dos dedos dentro de ella. Los giró y Tori hizo lo que pudo para no
moverse contra él.
—Y es obediente. —La mano de Callum en la parte baja de su espalda la
sujetaba—. ¿Es difícil estar quieta, amor? ¿Quieres empujar hacia atrás y
follar esos grandes dedos de Oliver?
Ella quería gritar de frustración, pero logró mantenerse quieta, a duras
penas.
Estaba decidida a ganar este pequeño juego que Callum jugaba.
—Sí. Eso es exactamente lo que quiero hacer. La mano de Callum se
tensó sobre su espalda.
—Así que los azotes te pusieron toda caliente y mojada y lista para follar.
Ella no era la única. Podía sentir su polla prácticamente latiendo contra su
vientre.
—Sí, pero yo no voy a robar un orgasmo. Yo nunca he robado nada.
Ella era muy consciente que sonaba mucho más recatada que lo que
debería una mujer que estaba desnuda en el regazo de un hermano, mientras
que los dedos de un segundo la follaban y el tercero esperaba por su
mamada, pero era verdad. Ella no era una ladrona y no empezaría ahora.
—Entonces considera éste dado libremente, amor —ofreció Callum—.
Oliver, vamos a ponerla en una mejor posición para esto.
Ella casi lloró cuando esos dedos se retiraron. Vacía. Había estado cerca
de correrse y ahora estaba tensa y vacía de nuevo. Callum la manipuló hasta
que estuvo sentada en posición vertical sobre su regazo. Él se movió,
separando las rodillas, lo que también le separó las piernas a ella,
abriéndola completamente a las miradas de Oliver y Rory.
—¿Ves lo útil que puede ser ahora tener un compañero o dos Ollie? —
preguntó Rory. Él le apretó el hombro antes de seguir acariciando hacia
abajo para acunar su pecho mientras Oliver se movía entre sus piernas.
Los tres hombres tenían sus manos sobre ella. Estaba atrapada entre ellos
y nunca se había sentido más querida en su vida. De repente, no importaba
que ella estuviera desnuda y ellos no. Se sintió fuerte cuando Oliver se
arrodilló. Todo su cuerpo vibraba de manera anticipada.
—Es extremadamente útil. Sujétala, hermano. Necesito una buena
probada de esto. —Se inclinó hacia ella, y Tori sintió el calor de su boca en
su coño.
—Prepárala porque no vamos a parar hasta que todos hayamos tenido lo
nuestro.
—La voz profunda de Callum vibró en su oído mientras hacía rodar sus
pezones entre sus gruesos dedos—. Disfruta de esto porque después vas a
servir a Rory.
Miró a Rory, que se estaba quitando los pantalones, exponiendo la
longitud sorprendente de su cuerpo. Era impresionante. Cada centímetro de
su cuerpo era musculoso y tallado, desde sus anchos hombros a una cintura
delgada y estrecha que llevaba a unas piernas fuertes. Tuvo que contener el
aliento cuando vio su polla. Él la observaba quedarse boquiabierta
mirándolo, su gran verga en la mano. Se acariciaba a sí mismo, claramente
impaciente por el momento en que lo tomara en su boca. No tenía idea de
cómo iba a conseguir meter esa polla hasta el fondo, pero estaba más que
dispuesta a intentarlo.
Tenía una noche e iba a sacar el máximo provecho de ella. Ella planeaba
conseguir tantos recuerdos de estos hombres como pudiera.
Oliver lamió alrededor de sus pliegues, atormentó su entrada, luego lamió
su clítoris. Puro fuego rugió a través de su organismo. Callum eligió ese
preciso momento para pellizcar sus pezones, y ella no pudo detener el
gemido suplicante que salió de su garganta.
Oliver la trabajó con su inteligente lengua, moviéndola por todas partes y
manteniéndola en vilo mientras Callum jugaba con sus sensibles puntas,
llenándolas con más sangre. No podía moverse, no podía hacer otra cosa
que subirse a la ola creciente. Oliver volvió a hundir los dedos en su
interior, curvándolos hacia arriba y frotando de la manera correcta mientras
su lengua encontraba la protuberancia de su clítoris y lo acariciaba de
manera implacable.
Tori se tensó bajo los cuidados de Oliver, se arqueó, clavó las uñas en los
muslos de Callum, y volvió una mirada suplicante a Rory.
—Córrete, cariño.
La suave orden de Rory de alguna manera la disparó. El orgasmo estalló
a través de su cuerpo, y ella no pudo contener su grito de lamento cuando el
placer sacudió todo su cuerpo, apretando cada músculo y dejándola
absolutamente indefensa bajo su toque.
Oliver seguía con ella, lamiendo y acariciando como si fuera un hombre
muerto de hambre, y ella fuera su primera comida en semanas. La euforia se
elevó más alto, y gritó cuando la sensación se disparó a través de ella de
nuevo. Todo su cuerpo parecía arrastrado por una carga infinita de felicidad.
Por último, la tensión disminuyó, se escurrió, dejando satisfacción en su
estela. Ella se dejó caer pesadamente sobre el pecho de Callum, su sangre
latiendo incluso cuando la lengua de Oliver disminuyó su intensidad y le
dio un último beso en el montículo de su hinchado coño.
Se levantó y se inclinó hacia ella, sus labios suspendidos encima de los
de ella.
—Ha sido perfecto. Nunca me quitaré tu sabor de la mente. Siempre voy
a desearte ardientemente.
Entonces Oliver la besó en la boca, enredando su lengua con la suya, y
ella pudo saborearse en sus labios. Esto era la intimidad más allá de lo que
había imaginado. Sorprendentemente, el deseo comenzó a girar en espiral y
reunirse en su interior otra vez.
Después de un largo momento, Callum la ayudó a ponerse de pie. El
dolor le hizo apretar los muslos. Tori les deseaba tanto que se sentía
dispuesta a rogar. Ella no podía estar en una habitación con estos hombres y
no desearles.
—Ponte de rodillas y preséntate. —Callum le tomó la mano y la ayudó a
bajar hasta el suelo—. Separa tus rodillas.
Ella estaba muy mojada.
—Creo que necesito una toalla.
Callum se arrodilló a su lado, dándole un tirón a su pezón. Lo retorció
hasta el dolor.
—No necesitas nada que yo no te dé. Eres hermosa. Rory, ¿estás
ofendido por la visión de tu coño resbaladizo?
La mirada de Rory estaba pegada a sus pliegues rosados mientras se
acariciaba lentamente la polla.
—Sabes que creo que eres preciosa, pero este es el coño más bonito que
he visto nunca. ¿Sabes lo espléndida que estás cuando te corres? Casi me
uní a ti.
—Fue una cosa íntima. —Estuvo de acuerdo Callum—. Así que mantén
las piernas abiertas y deja de preocuparte por lo que es correcto o
apropiado. Cuando estemos solos como ahora, de lo único lo que tienes que
preocuparte es de complacer a tus Amos, y ver cómo te corrías realmente
me gustó.
—A mí también. —Oliver le tocó la cabeza, pasando la gran palma de su
mano sobre su coronilla. Cuando ella parpadeó hacia él, se sorprendió al ver
lo calmado y entregado que parecía. Siempre había una parte de Oliver, que
parecía estar en cualquier otro lugar, pero ahora él estaba relajado y en el
momento presente.
Ella se lo había dado. Le había dado un pequeño respiro de los demonios
en su cabeza. El pensamiento la hizo sentarse más erguida, estirando la
columna vertebral mientras separaba ampliamente las rodillas.
—Esa es mi chica. —La mano de Callum se suavizó en su pecho—.
Ahora bésame.
No me has besado todavía. Mi turno.
Finalmente oía algo del hombre que solía conocer. El dulce Callum se
escondía bajo el hambriento Dom. Tenía que admitir que encontraba las dos
caras del hombre absolutamente fascinantes. Él estaba dispuesto a dejar que
sus hermanos dirigieran cuando se trataba de negocios, pero ellos le seguían
en esta habitación.
Volvió sus labios para encontrarse con los suyos, sorprendida de que él
no lo terminara inmediatamente. La besó suavemente, como si ella fuera
infinitamente preciosa. Sus labios se moldearon a los suyos y cuando
terminó, él presionó su frente contra la de ella.
—Gracias por confiar en mí. He querido esto desde que te conocí. No
voy a defraudarte, Tori.
Su corazón se contrajo porque quería creerle. Quería que su hada madrina
agitara su varita mágica y dijera que ella podría tener a los hermanos
Thurston-Hughes ahora y para siempre. Tal vez su amor sería suficiente.
Dejó ir los pensamientos. Ninguna decisión ahora. Por esta noche,
decidió vivir el momento. Sólo ser.
Luego se volvió hacia Rory, decidida a darles a sus hombres lo que
necesitaban.
Capítulo 10
Rory no estaba seguro de cuánto duraría, pero se prometió que sentiría
esa dulce boca sobre su polla. Ver a Tori retorcerse y gemir bajo las manos
de sus hermanos había hecho tambalear sus pensamientos. Él y Callum
habían trabajado juntos con sumisas antes, pero esto era un nuevo territorio.
Esto era algo que nunca podría imaginar de nuevo sin ella. Nunca había
querido compartir sexualmente a una mujer con sus hermanos antes, pero
esto se sentía bien. Destinado a ser.
Estaba enamorado por primera vez y finalmente entendía lo que quería
decir. Tenía la intención de darle todo lo que ella necesitaba. Ella los
necesitaba a los tres y lo que ellos pudieran proporcionar. Nada más
importaba. La sociedad no importaba. La prensa amarilla significaba
incluso menos. Sus necesidades. Sus deseos. Su amor. Eso era lo que lo
regiría aquí y para siempre.
Había tanta libertad en saber dónde pertenecía y a quién.
Y ahora su lugar estaba en frente de ella, su polla a punto de tocar esos
labios perfectos.
Tori mantuvo la espalda recta, con el cuerpo en una encantadora posición
sumisa. Ella había separado ampliamente las rodillas, y era difícil apartar
los ojos de su coño. Esa carne suave de un rosado intenso, se había
hinchado. La crema recubría sus labios vaginales.
—Déjame probarte primero. —Él tenía que saber. Quería ese sabor en su
boca cuando ella lo tomara en la suya.
—¿Tú me quieres de vuelta en la silla? —Ella se mordió el labio,
viéndose un poco decepcionada, como si en realidad hubiera estado
esperando ansiosamente chuparle la polla.
—No —dijo Callum. Él se puso de pie de nuevo, dejando caer la mano al
cinturón en su cintura—. Él quiere saborear tu coño. Algo que lo ayude a
aguantar. Usa tu dedo. Ofréceselo a él.
Ella vaciló.
Rory sabía que era hora de dar un paso adelante.
Él enredó sus manos en su pelo y tiró lo suficiente para provocar una
punzada en su cuero cabelludo con la tensión.
—Te dije que quería una muestra, cariño. ¿Vas a dármela o debería
azotarte?
Él quería un turno en eso, también. Quería utilizar su mano para hacerla
retorcerse y chillar.
Tori bajó la mano entre sus muslos, y él vio que abría los ojos cuando
pasó un dedo sobre su clítoris, luego entre sus labios vaginales. Ella levantó
su dedo empapado, ofreciéndolo para su placer.
La punta rosada brillaba con la evidencia de su excitación, y Rory no lo
dudó. La agarró de la muñeca, llevándose ese dedo a los labios. Con un
pequeño gruñido de anticipación, chupó el dedo.
Dulce con un toque de sabor fuerte, ella era tan picante y caliente como
esperaba que fuera. Él lamió la excitación de su dedo con un largo gemido,
entonces fue su turno.
—Tómame. —Él no tenía que fingir ser gentil. Ella sabía lo que él quería
y Rory podía ver por la forma en que sus pezones se apretaban como
guijarros y sus pupilas se dilataban que también lo quería. Ella no
necesitaba dulce y suave. Eso vendría después. Por ahora, ella necesitaba
obedecer.
Tori se inclinó hacia delante. Al sentir la presión de sus labios en la punta
de su pene, los ojos casi se le pusieron en la nuca. Ella le dio un beso, un
gesto extrañamente inocente. Él se quedó allí, ofreciéndose a sí mismo
mientras ella le exploraba.
Sus labios se deslizaron por todo el glande, bajaron por el tronco hasta la
base, antes de retroceder lamiendo. Eran como mariposas en su carne
sensible, posándose y luego emprendiendo vuelo otra vez, excitando sus
sentidos con su toque.
Él gimió cuando la primera pasada de su lengua le golpeó. Un tentativo
lametón de ella, y él estaba a punto de estallar.
—Habla con ella. Dile cómo te gusta —dijo Callum—. Ella sólo lo ha
hecho una vez.
Rory gruñó. De ninguna jodida manera podía hablar ahora. Miró a su
hermano mayor.
Oliver sonrió abiertamente.
—No creo que yo pudiera hablar mucho si estuviera en tu lugar, tampoco.
Sostén su polla en la mano, Tori.
—Sí—jadeó Rory, dispuesto a ceder un poco de control a Oliver—. Haz
lo que él te ordene.
Había pasado dos años tratando de convencer a su hermano para que
volviera a la vida. Todo lo que ellos habían necesitado hacer era encontrar
una mujer a la que todos amaran y compartirla. La perversión había sido la
manera de conseguir que Ollie sonriera de nuevo. Todos ellos habían
desperdiciado los últimos seis meses, pero Rory se negaba a perder ni un
segundo.
Tori vaciló.
Rory recobró la suficiente compostura como para amenazarla.
—U Oliver te zurrará bien.
—Sois muy rápidos con los azotes —dijo mientras le agarraba en su
pequeño puño.
—Te ves hermosa con el culo rosado, amor. —Callum se movió detrás de
ella, acariciando la carne que él había sonrojado con los azotes—. Y te ha
gustado.
Los ojos de ella brillaban con diversión.
—Sí, por lo que la amenaza no parece ser una gran amenaza.
Una fuerte palmada sonó a través de la habitación. Ella se quedó sin
aliento. Rory sintió la delicada mano alrededor de su polla apretarse.
Se sentía tan jodidamente bueno.
No más juegos. Él se lanzó hacia delante, empujando las caderas mientras
bombeaba su polla contra sus labios.
—¿Fue eso una seria advertencia, amor? —Al parecer, Callum tenía una
pequeña vena sádica.
Ella gimió y se movió, tratando de apretar sus muslos.
—Sabes que lo fue. Me dolió, pero ahora se siente como calor y me
gusta. Dime qué hacer a continuación. ¿Debo chupar la punta?
Sus palabras fueron directamente a su polla. Estaba casi seguro que toda
la sangre de su cuerpo se había acumulado en su verga y se desmayaría en
cualquier momento.
—Agárrale más fuerte —ordenó Oliver—. No va a romperse.
El placer crepitó por su columna vertebral cuando ella apretó su agarre.
Sí, eso era lo que necesitaba. Su mano comenzó a trabajar su polla.
—Dime lo que quieres hacer, Tori. —La voz de Oliver se volvió
profunda, y Rory no se sorprendió al ver a su hermano mayor, quitándose
los pantalones. En realidad no había más necesidad de ropa entre ellos—.
¿Qué te dice el instinto que hagas a esa gran polla que tienes en la mano?
—Lamerla. Chuparla. Quiero saber a qué sabe. —Ella miró su polla y
tragó saliva.
—También quiero eso —gruñó Rory.
Su pequeña lengua se asomó y le atormentó con un largo y lento lametón.
Ella la arrastró sobre la punta de su pene donde el líquido nacarado ya se
filtraba por el orificio.
—Lámelo por todas partes—ordenó Oliver—. Ocúpate de él o Callum
dejará de hacer lo que te está haciendo.
Rory miró a su lado y se encontró a Callum acariciándola, frotando su
clítoris en círculos lentos.
—¿Te está haciendo sentir bien?
Tori gimió contra él, el sonido rodó por su carne. Rory se estremeció
cuando la necesidad se acumuló. Sus pelotas se elevaron. Empezó a sudar.
—Si te gusta, compláceme, también. —Se sentía desesperado—.
Chúpame, Tori.
Chúpame la polla y hazlo con fuerza.
—Si quieres otro orgasmo, haz que Rory se corra y trágate todo lo que él
te dé o Callum detendrá lo que está haciendo. —Oliver se agachó,
acercándose, observando la escena frente a él con aparente fascinación—.
Me das un espectáculo porque quiero verte. Quiero ver a mi hermosa chica
chupando una polla y amándolo. ¿Puedes hacer eso, cariño?
Su respuesta fue meterse la punta de su pene directamente en su boca.
Rory gimió profundamente. Tan bueno. Su boca era cálida y suave mientras
trabajaba su pene, bajando poco a poco, sólo para volver a subir
chupándolo.
—Muévela a la vez con la mano. Apriétale y encuentra un ritmo —dijo
Oliver.
Rory hubiera palmeado a Oliver si no hubiera estado tan condenadamente
cerca del orgasmo. Su hermano mayor parecía saber exactamente lo que
necesitaba de Tori. Si no tenía cuidado, Rory temía que se correría
demasiado pronto. La necesidad estaba allí, e iba más allá del mero placer.
Por primera vez en su vida, quería marcar a una mujer.
Había sido cuidadoso con sus relaciones. Él siempre las mantuvo
casuales, siempre un poco frías. Había seleccionado a las mujeres por su
belleza y su deseo de usarle para promover sus propias carreras. Siempre
modelos o actrices. Siempre mujeres que pasarían de él en algún momento.
Tori era su opuesto exacto. No quería la fama. A ella no le importaba
nada su dinero. Y él nunca podría pasar de ella. Era su juego final.
—Sí... eso es exactamente lo que quiero. —Él apretó sus manos en su
pelo para guiarla mientras ella apretaba y movía la boca con un ritmo
sensual.
Él la miró detenidamente por un momento, estudiando sus movimientos.
No mostraba signos de malestar. Ella gimió alrededor de su pene y lo tomó
profundamente. Quería disfrutar de esto con ella. Tori estaba resultando
mucho más aventurera y flexible de lo que había esperado. Había pensado
que tendrían que mimarla y avanzar suavemente, pero ella aceptó, tanto dar
como recibir, el placer rápidamente. Había sido virgen, pero su primera
incursión en la Dominación y Sumisión parecía haberla convertido en una
zorra hambrienta.
Esto era lo que los tres necesitaban, a ella. Muchas veces se había sentido
obligado a hacer todo lo necesario para mantener a la familia unida, pero
Tori era el pegamento que les uniría. El amor por ella consolidaría su
vínculo.
Ella lo trabajó, tomando más y más de su polla con cada pasada. Su boca
era pequeña, pero parecía decidida a tomar todo de él. Rory no iba a
protestar. No había nada que quisiera más que encontrar ese punto blando
en la parte posterior de su garganta y darle todo lo que él había reprimido
por ella.
Lo que fuera que Callum estaba haciéndole la hizo gemir. Las
vibraciones zumbaban a lo largo de su polla.
—Haz eso de nuevo. A ella le gustó —jadeó—. A mí me encantó.
—Ella responde muy bien —dijo Callum—. ¿Quieres correrte, amor?
¿Quieres correrte mientras la polla de Rory está en tu boca? Vamos a ver si
puedo conseguir la perfecta sincronización. Te gusta cuando te toco aquí.
Ella ronroneó de nuevo, un sonido de aterrorizada pasión, como si
estuviera sentada sobre el canto de una navaja y Callum la controlara con
sus manos despiadadas. Tori tragó más de su polla, y él observó cómo
desaparecían sus centímetros entre sus labios. La sensación hizo que su
columna vertebral se arqueara al sentir sus pelotas empezar a prepararse.
—Estoy casi allí. —Él utilizó su cabello para endurecer sus embestidas
entre sus labios. No podía dejar que tuviera el control un segundo más—.
Sólo relájate y déjame follar tu boca.
Ella hizo lo que le pidió, pero sus pequeños gemidos eran cada vez más
fuertes a medida que Callum aparentemente la precipitaba hacia el clímax.
Ella gimió alrededor de su pene, relajando la boca mientras lo tomaba más
profundamente. Él empujaba y retrocedía, sólo para que sus labios se
apretaran a su alrededor, arrastrándolo al interior. Una y otra vez, ganando
un terreno precioso hasta que ella le hubo tomado profundamente.
Su lengua se movía en círculos, y Rory no pudo evitar dejarse ir. El
cuerpo de ella se bamboleaba, su cabeza subía y bajaba, su lengua frotaba, y
ella ronroneaba con fuerza mientras se corría. Él se estrelló dentro de su
boca, y un desgarrador gemido brotó de su pecho cuando Tori llevó su polla
hasta el fondo de su garganta. No había forma de detenerlo. Le disparó en la
boca, bombeándose a sí mismo una y otra vez entre sus hinchados labios.
Ella le chupó con fuerza, acunando las mejillas de su culo. Se inclinó,
tragando, tomando cada pedacito de él.
—Mi amor... ah —gruñó Rory—. Sí. Joder. ¡Sí!
Pura alegría le inundó mientras el mundo parecía volverse suave y
nebuloso. Todo su cuerpo palpitaba mientras la veía lamerle para limpiarle.
Ella tenía una sonrisa radiante, brillando con orgullo y alegría, cuando por
fin lo miró.
Estaba completamente perdido. Él la amaba y nunca iba a dejarla ir.

* *

Callum estaba en llamas. El calor de Tori definitivamente le había


quemado los dedos. Siempre había sabido que ella tenía una sensualidad
ardiente en su interior. Podía tener un aspecto dulce y ella podría ser tan
inocente como un cordero. Él no era un hombre que equiparara la
inocencia a la virginidad o la virginidad con la bondad. Tori había sido
virgen porque era exigente y no había nada de malo en ello, pero su
inocencia no tenía nada que ver con su himen. Se trataba de su hermosa
alma.
Tori sonrió mientras se derrumbaba hacia atrás. Si él no hubiera estado
allí, habría golpeado el suelo, pero ella debía haber sabido que iba a
atraparla. Él nunca la dejaría caer. Callum la miró fijamente, su peso tan
perfecto en sus brazos. Recordó aquel momento en que la había visto por
primera vez sonreírle. La visión había sido una revelación, como si el cielo
se hubiera abierto y le dejara el regalo soleado de su belleza después de días
de lluvia, y él supo que había encontrado su razón de vivir. Su mujer para
amar.
Durante mucho tiempo, su propósito había sido no defraudar a su equipo.
Su vida había girado en torno a un deporte. Esto era real. Ella era real.
Amar a Tori Glen podría ser el resto de su vida.
Era todo lo que quería. Incluso quería este giro extraño que había dado su
vida. De alguna manera se sentía bien tener a sus hermanos aquí.
—¿Te gustó? —A él le había encantado verla hacer que Rory se corriera
mientras él la había hecho correrse con sus dedos. Nunca había tenido una
mujer respondiendo tan fácil y bellamente a él. Era como si hubiera sido
hecha para él, para sus dedos, su boca, su polla. Hecha para ellos, para los
hermanos Thurston-Hughes.
—Me encantó. —Ella volvió la cara hacia la suya, facilitándole capturar
esos labios con los que estaba tan obsesionado. Se dio un momento para
memorizarla. Ella iba a cambiar con los años, pero siempre la vería de esta
manera, su dulce amor aprendiendo sobre el poder de su propia sensualidad.
Callum sabía que tenía que disfrutar de ella ahora porque el momento en
que se diera cuenta de su poder, estaría perdido. Él ya era su esclavo, pero
al menos en su dormitorio, era el Maestro. Cuando había descubierto el
BDSM, un pedazo de su alma había encajado en su lugar. Ahora sabía por
qué. Había nacido para ser el Dom de Tori.
Se puso de pie, acunándola en sus brazos.
—No tienes que hacerlo, pero me gusta cómo me llevas. —Ella puso la
cabeza en su hombro, sus ojos azules soñadores—. Me hace sentir delicada.
—Lo eres comparada conmigo. —Él ni siquiera notaba su peso, pero
definitivamente notaba su delicada suavidad en sus brazos. Y su polla
estaba muy dura ante la idea de lo que estaba a punto de hacer—. Rory,
¿quieres sujetar a nuestra dulce sub?
Su hermano menor ya estaba lanzándose a la cama.
—Me encantaría. —Ellos habían discutido cómo iban a hacerlo si tenían
la oportunidad. Semanas de interminables conversaciones los trajeron aquí,
y Callum encontró que sus manos temblaban un poco. Había tenido sexo de
casi todas las formas posibles, pero en realidad nunca le había importado
antes. Nunca lo había tenido con una mujer que le importaba. Quería que
ella disfrutara, que se sintiera adorada y amada. Este era el comienzo de su
vida juntos.
Colocó a Tori contra su hermano más joven, su espalda hacia su parte
delantera.
Rory abrazó a su mujer y era fácil ver cómo ella se ufanaba en el afecto.
Oliver se metió en la cama y se inclinó para besarla. Sus bocas se
fundieron en un espectáculo de puro deseo.
A la mierda todo. Esto podría funcionar. Esto realmente podría funcionar.
La esperanza se instaló en su corazón. A través de las tribulaciones de las
últimas semanas, había tratado de mantener una actitud positiva, pero en el
fondo de su mente se había preguntado si cualquier futuro con Tori
realmente funcionaría sin Oliver. Ahora sabía cuánto lo necesitaba Tori,
también. Callum movería cielo y tierra para mantener a Oliver a su lado,
para ella.
—Eres muy hermosa, amor. —Oliver besó la punta de su nariz, y luego
se echó hacia atrás. Sus ojos estaban oscuros de deseo, pero su rostro
contenía ternura, también—. Ella es muy pequeña. Conteneos con ella. Le
hice daño la primera vez.
Tori enredó sus dedos con los de Oliver.
—Estoy bien. Quiero esto.
Y lo tendría. Estaba rodeada de ellos, conectada a todos ellos, por lo que
ahora podían tomarla.
—Quiero esto más de lo que imaginas. Y si mañana estás dolorida, me
comprometo a llevarte a todas partes y tratarte como una princesa. Pero en
este momento, te voy a adorar a mi manera.
Después de ponerse un condón, le abrió las piernas y se ubicó. La
anticipación latía a través de él. Un día, él no llevaría un trozo de látex. Un
día, tendría el derecho a derramarse dentro de su cuerpo. No podía esperar.
Mirándola fijamente, Callum alineó su pene y comenzó a presionar. Se
concentró en ella y trató de no fijarse en el hecho de que ella estaba tan
apretada, tan caliente y perfecta.
Sus ojos se abrieron ampliamente y ella dejó escapar un pequeño y
erótico jadeo.
—Eres como una diosa—le susurró Rory al oído—. No puedo esperar
para ser el hombre dentro de ti. ¿Sabes cuánto tiempo he esperado?
Oliver le apretó la mano.
—Relájate y deja que Cal se haga cargo. No te hará daño esta vez. Él va a
tener cuidado.
Callum avanzó poco a poco en su interior, el sudor cubría su frente. El
control era la clave. Tenía que resistir el loco impulso de sumergirse dentro
de ella una y otra vez, de marcarla con su polla. Se merecía más y estaba
decidido a dárselo.
—No me duele, pero es muy grande. Estoy muy llena. —La mano libre
de Tori se desvió hasta la cintura, acariciando hacia su trasero.
Ella iba a estar más llena. Ganó otro centímetro, entrando y saliendo con
movimientos cortos y controlados. Poco a poco la dilató, permitiéndole
acomodarse a su alrededor. Él estaba todo menos cómodo. De hecho,
Callum estaba seguro de que iba a morir de puro placer. Su coño palpitaba
en torno a él, tentándolo a dejarse ir.
Trabajó hasta que finalmente estuvo profundamente en su interior, sus
cuerpos sonrojados. Se inclinó y fundió su boca sobre la de ella, disfrutando
de ese momento cuando finalmente estuvieron juntos y conectados. Esto era
lo que había esperado.
—Te amo. —Nunca se lo había dicho a otra mujer y ahora el camino de
baldosas amarillas3 a la felicidad se extendía ante ellos. Podría ser el
momento suficiente para él. Tal vez.
—¿Estás bien ahora, mi amor? Ella asintió con la cabeza.
—Quiero moverme.
Él tenía que hacerlo. Callum se retiró y lentamente volvió a empujar
hacia dentro. Cada segundo era tortura, placer y cielo. Otra larga y lenta
estocada hizo que su piel se sonrojara de un delicado tono rosa. Sus pezones
se apretaron como guijarros cuando envolvió sus piernas alrededor de su
cintura.
Su pelvis se inclinó hacia arriba y de alguna manera él se deslizó aún más
profundamente en su interior. Podía sentir sus pelotas rozando contra su
trasero. Se elevaron y un hormigueo comenzó a formarse en su columna
vertebral.
Se movió sobre ella, empujando más y más rápido, dejándola sentir cada
centímetro de su polla. Los músculos femeninos se apretaron a su alrededor.
Él no podría durar. Ella estaba demasiado caliente y apretada.
—Córrete para nosotros. Grita en voz alta. No te reprimas —ordenó
Oliver, su hermano sonaba más seguro de lo que él le había oído en mucho
tiempo mientras jugaba con los pezones de Tori.
Los ojos de ella estallaron en llamas, todo su cuerpo se ruborizó mientras
gritaba su placer. No había ningún artificio o falsedad. No había
fingimiento. Callum la sintió tensarse, latir, estremecerse mientras se corría,
sus uñas clavándose profundamente.
No podía aguantar un segundo más. La folló con fuerza. Dejó que su
pene tuviera el dominio, empujando dentro y fuera, siguiendo el ritmo
primitivo que había establecido. En respuesta, Tori estrelló sus caderas
hacia arriba, ofreciendo más y más, y Callum habría jurado que ella se
corría una y otra vez mientras él se movía en su interior.
El orgasmo barría con sus sentidos mientras se derramaba dentro de ella.
El mundo parecía caer alrededor de él, pero... todo lo que él podía ver era a
Tori. Todo lo que podía sentir o escuchar era Tori. El mundo se redujo a
medida que se machacaba contra ella, dándole todo lo que tenía.
Él meció su cuerpo con el de él. Dejó que su mano encontrara su pecho y
a través de la suavidad, escuchó los fuertes latidos de su corazón.
El mundo parecía un lugar perfecto y sólo una cosa podría hacerlo mejor.
La noche no había terminado. Él la miró y le guiñó un ojo.
—Creo que es hora de que le introduzcamos a nuestra hermosa chica el
plug anal. Los ojos de Tori se abrieron ampliamente y la alegría impregnó a
Callum.
Finalmente, su mundo era perfecto.
Capítulo 11
Tori se despertó sobresaltada, jadeando. Se obligó a ralentizar la
respiración, para tomar aire más profundamente. El miedo tensó todo su
cuerpo. Las lágrimas corrían por su rostro. Parpadeó en la oscuridad
tenebrosa, finalmente reconociéndolo como un dormitorio en el palacio. Sus
hombres dormían a su alrededor.
Ella simplemente había tenido una pesadilla. Su cuerpo se desplomó con
alivio.
Pero las visiones siguieron jugando en su cabeza.
Había tenido una versión de este sueño antes, muchas veces desde los
trece años. Ella había estado en el sofá con su hermana viendo la televisión
cuando el timbre había sonado. Había seguido a Piper, y el sheriff había
estado de pie allí. Él les había explicado acerca de su padre, salvo que esta
vez no había estado hablando de su padre. Gruesas lágrimas gordas habían
rodado por sus mejillas. De repente, ella había sido una adulta y el sheriff le
había dicho que Callum Thurston-Hughes había sido asesinado por un
desconocido.
Inmediatamente, había sabido que Thea era la asesina. Tori había corrido
hacia su cuerpo y entonces fue cuando había visto a Oliver y Rory
enzarzados en un combate. Habían agarrado cuchillos ensangrentados en
sus grandes manos. La sangre goteaba por sus torsos. Estaban peleando por
ella.
Cuando se habían apuñalado de nuevo el uno al otro, ella despertó con un
sobresalto.
Ahora miró a su alrededor y entró en pánico. ¿Qué había hecho? La
noche anterior había sido perfecta y ahora su corazón estaba palpitando por
una razón diferente. Yacía acurrucada entre Rory y Callum. Ambos
hombres tenían sus manos sobre ella y no podía respirar.
Los amaba. Los amaba hasta lo más profundo de su alma, y eso la
aterrorizaba más allá de cualquier cosa. ¿Y si los perdía, real y
verdaderamente? ¿Y si se despertaba un día y se habían ido todos? Le
había ocurrido antes y no había sido capaz de hacer nada al respecto. Ella
había sido totalmente incapaz de hacer otra cosa que enterrar a las dos
personas que más había amado, sus padres.
Si la historia se repetía, no sobreviviría. Y ella no podía correr ese riesgo.
Para cualquier otra persona que no había sufrido tal pérdida de niño,
probablemente sonaría estúpido, pero la abrumadora oleada de temor le
aspiró el aire y manchó su sangre con miedo helado. Ella entró
completamente en pánico ante la idea de perderlos.
Tori apartó las sábanas y se las arregló para levantarse de la cama. La
noche anterior había sido mágica. Ella había demostrado sinceramente sus
sentimientos y se había entregado a ellos. En algún momento en mitad de la
noche, había renunciado a la idea de dejarlos. Ella los quería. Quería ser el
centro de su mundo.
Pero no podía hacerlo. No podía arriesgar su cordura y alma de esa
manera.
Un desgarrador sollozo casi escapó de su garganta. Tori se liberó
cuidadosamente y salió gateando de la cama. ¿Qué había estado pensando
anoche? Había estado centrada en el placer, en el gozo, como un narcótico,
de sus toques, en su protección y adoración y... en todo lo demás que
desaparecería con el chasquido de un dedo si algo les ocurriera.
¿Sí? Intenta cuándo. La vida no era para siempre. La gente moría. Ella
no podía evitarlo. Además, si se quedaba con ellos, acabaría por
destrozarlos. Podían manejar compartirla durante una noche, pero eran
posesivos. Había visto cómo peleaban.
¿Qué sucedería si uno de ellos quería casarse legalmente? ¿O se quedaba
embarazada? ¿Cómo iban a lidiar con eso? ¿Convivir en la misma casa o
cama durante años? No, acabaría por destrozarlos y si no lo hacía, ella
probablemente sería despedazada por la prensa amarilla.
—Cariño, ¿a dónde vas? —susurró Rory.
Ella se las arregló para despejar la maraña de sábanas y brazos. Oliver
estaba dormido en el otro lado de Callum. Todos se veían muy hermosos.
Ayer por la noche, habían estado muy entregados. Tori tuvo que contener un
grito. No podía dejar que Rory supiera que ella estaba molesta o estaría
sobre ella. Necesitaba un momento para sí misma. Todo lo que había
sucedido en las últimas doce horas había sido demasiado.
—Sólo al baño. Ahora vuelvo —dijo ella, feliz de que su voz no
traicionara ninguna de las vertiginosas emociones.
—Date prisa.
Lo oyó recostarse en la cama. Cuando miró de nuevo, sus ojos estaban
cerrados y su pecho había tomado una vez más el ritmo del sueño.
Tan silenciosamente como pudo, agarró una bata del armario y se lanzó a
las habitaciones exteriores, negándose a mirar a un guardia encargándose
del pasillo. A partir de ahí encontró su camino de regreso a sus propias
habitaciones.
En el interior, Tori cerró la puerta y se quitó la bata. Ella llegó a la ducha
antes que los sollozos la alcanzaran. Demasiado. Todo había sucedido tan
rápido. Ella se había aislado durante demasiado tiempo y ahora la emoción
la azotaba como un huracán. Dejó que el agua caliente se mezclara con sus
lágrimas y oró para poder encontrar la fuerza para tomar las decisiones
correctas.

* *

Dos horas más tarde, Tori se miró en el espejo y se preguntó por qué era
tan cobarde. Se había despertado rodeada de los tres hombres que amaba.
Su cuerpo se sentía deliciosamente saciado y ella había estado muy
calentita. Nunca había dormido toda la noche con otro cuerpo a su lado.
Cuando ella había sido una niña, sus padres a veces la abrazaban entre ellos
cuando estaba asustada o enferma. Recordó mirarles con alegría, mientras
la besaban antes de apagar las luces. Incluso de niña, había sentido su amor.
Con ellos, ella había estado segura y cálida.
Y ella nunca había imaginado que podría terminar con tanta rapidez.
La terrible pesadilla que había tenido había traído todos los sentimientos
de pérdida, impotencia, rabia y desesperación. Una pesadilla, y recordaba
muy bien cómo su felicidad podría terminar fácilmente.
Esta era la razón de su cobardía. Todavía podía recordar a su padre, de
pie sobre la tumba de su madre, todavía podía sentir la mano de su hermana
en la suya mientras ambas miraban con ojos secos y doloridos. A partir de
ese momento, sólo habían podido contar la una con la otra. Para todos los
propósitos prácticos, su padre había muerto con su madre. Él solo caminó
durante algunos años más.
Todavía debería estar en la cama con los hermanos Thurston-Hughes,
pero ella le había dicho a Rory que sólo sería un minuto. Entonces había
corrido a su habitación como un conejo asustado. Esto parecía como la
secundaria de nuevo. Tenía la intención de parapetarse en el baño y
quedarse hasta que averiguara cómo manejarlos.
Respiró hondo y se obligó a relajarse. Tendría que estar tranquila con
ellos.
—Gracias por lo de anoche. Fue maravilloso. Si alguna vez tenemos
tiempo, me encantaría volver a hacerlo.
Bueno. Ahora ella era la Emily Post del mundo ménage. Tal vez informal
era mejor.
—Hey, chicos. ¿Cómo habéis dormido? Bien. ¡Hasta luego! Eso no
saldría bien.
Ella gimió mientras se hundía en una tumbona. Naturalmente, su cuarto
de baño en el palacio era más grande que su piso de Londres y venía
completo con una sala de estar.
Cuando comenzó a arrojarse sobre los cojines acolchados, Tori respingó
ante el dolor. Siempre había sido una persona que cumplía sus metas, pero
tres hombres en una noche era un nuevo récord.
Imágenes de la noche anterior la asaltaron. Después de que Callum la
había torturado con ese maldito plug, Rory la hizo olvidar lo incómodo que
era. Él la había tomado en sus brazos y en poco tiempo, había estado
ocupado sobre ella. Él la había besado mientras la follaba, llevándola de
nuevo hasta el límite.
Y Oliver. Oh, Oliver había sido muy paciente y cuidadoso cuando había
poseído su cuerpo por completo. Toda la noche había sido un largo
banquete sensual. Uno de ellos siempre había tenido una mano sobre ella.
Uno de ellos siempre había estado besándola o ahondando en sus
profundidades con su gran polla. Y cuando había caído en un sueño
exhausto, lo había hecho con sus brazos alrededor de ella. En ese momento,
el mundo se había sentido perfecto, como si todo finalmente hubiera
calzado en su lugar y no pudiera pedir más.
Hasta que había tenido esa pesadilla... Esa terrible bofetada-recordatorio
de que nada era perfecto.
Sí, ella y sus hombres habían sobrevivido a una noche increíble. Pero no
había manera de que pudieran hacerlo funcionar en el mundo real. Si nunca
abandonaban el palacio de nuevo, tal vez, sólo tal vez, podrían ser felices
durante un tiempo, pero a ellos les gustaría volver a casa.
Y entonces todo el infierno se desataría.
Había sido afortunada de tener esta noche mágica de la que el mundo no
sabía nada. Ella no podía empujar su suerte y pedir toda una vida.
Un golpe en la puerta la sacó de sus deprimentes pensamientos y la llevó
directamente a algunos aterradores.
No estaba preparada para enfrentarlos. De ningún modo.
—¿Mindy?
Con un suspiro de alivio, Tori se levantó de un salto y abrió la puerta.
Piper estaba allí con una bandeja de desayuno en la mano y una sonrisa en
su rostro que le dijo que alguien en el palacio la había puesto al tanto de lo
que había sucedido la noche anterior.
Las mejillas de Tori ardieron.
—No quiero hablar de ello.
Maldita la fábrica de chismes del palacio. Ese guardia que les había
dejado entrar en el ala privada probablemente tenía una boca grande.
Piper entró. Todavía llevaba su informal pero elegante ropa de estar por
casa. Dejó la bandeja con café y bollos cubiertos de azúcar glaseada en la
encimera—. Es una lástima porque quiero la primicia.
Y Tori realmente necesitaba café. Bueno, tal vez decírselo a su hermana
sería una buena práctica. Ella suspiró y se sirvió una taza.
—No hay una verdadera primicia que dar. Fue una noche agradable. Sin
embargo, alguien debería haberme hablado sobre el plug. Yo no estaba
preparada para eso.
Descarada. Eso es lo que sería. Se abriría paso a través de la confianza.
Los ojos de Piper se iluminaron.
—Oh, el plug no se acaba nunca. Malditos Doms. Realmente saben cómo
llegar a una chica. ¿Cuál es el Dom alfa? Rory, ¿verdad?
—Callum. —Todo el mundo había seguido las indicaciones de Callum.
Había sido una revelación ver ese lado de él—. Si tuviera que ponerlos en
orden, Rory sería el siguiente. Sorprendentemente, Oliver es el sentimental.
Piper se sirvió ella misma algo de café.
—Nunca me lo hubiera imaginado. Así que dime, ¿qué pasa con
comportarse como la Pequeña Señorita Hastiada? —Ella frunció el ceño—.
Dime que no vas a pretender que no significó nada.
Su hermana la conocía demasiado bien.
—No puede significar nada, ya que no voy a volver a Inglaterra. He
decidido aceptar un trabajo en Dallas.
—¿Vas a aceptar el trabajo de Black Oak? Eso te aburrirá hasta las
lágrimas. Esos hombres son sólidos pilares de la comunidad empresarial.
No necesitan a nadie que limpie sus escándalos, ya que no tienen ninguno.
Los hermanos James estaban felizmente casados con su esposa, Hannah.
Eran extremadamente cuidadosos y reservados. Estaban viviendo una vida
que debería aparecer en los titulares. ¿Cómo se las habían arreglado? Tal
vez mantener su secreto sería parte de su trabajo.
No debería ser muy difícil porque los hermanos James lo habían logrado.
Eran felices juntos. Apostaría que nunca se habían dado un puñetazo o
metido en una pelea. Eran una unidad cohesiva y los hermanos Thurston-
Hughes eran un hermoso, lío muy caliente. Y ella los amaba tanto que le
dolía el corazón.
—Lo sé. Es una maravilla de trabajo. —Controló sus facciones. Lo
último que necesitaba era que Piper pensara que estaba mintiendo—. Me
puedo concentrar en la empresa y no en los empleados. Va a ser bueno
volver a Texas.
Lejos de los tres hombres que pasaría toda la vida tratando de olvidar.
Piper se sentó con gracia en el sofá.
—¿Saben que estás pensando dejarles después de una noche?
De alguna manera su hermana logró hacer que esa simple pregunta
pareciera muy acusatoria. O tal vez Tori respondió a su propia vergüenza.
Ella no quería un para siempre con ellos. No quería un para siempre con
nadie. Nadie a quien amar con todo su corazón. Perderles después de una
vida de amor sería demasiado horrendo. Ella ya había soportado ese
momento en que se había sentido como si su vida hubiera terminado. Nunca
elegiría pasar por eso otra vez.
Dios, se estaba mintiendo a sí misma ahora. Quería todo lo que Oliver,
Callum, y Rory podrían darle, pero no era lo suficientemente valiente como
para tomarlo.
—Nunca les prometí nada. —Su apetito había desaparecido. Quería ir a
la cama. Su propia cama. Pondría las mantas sobre su cabeza y trataría de
fingir que sabía lo que estaba haciendo. Trataría de olvidar ese sueño donde
Callum había sido asesinado por su ex amante mientras Rory y Oliver casi
estaban sobre el cadáver y se mataban entre sí por ella.
—Ellos se reunieron por ti —dijo Piper con calma. Ella negó con la
cabeza.
—Fue sólo sexo.
Era todo lo que podía permitir que fuera.
Piper se puso de pie y dejó la taza de café sobre la mesa. Parecía que su
charla de hermanas no iba como había planeado.
—No entiendo lo que está pasando y no sé siquiera si quiero, pero voy a
preguntar. ¿Te avergüenzas de mí?
¿Qué? Tori apenas podía comprender la idea.
—¿Cómo puedes decir eso? Piper, te quiero. Lo has sido todo para mí.
Mi hermana, mi madre, mi mejor amiga. ¿Por qué me preguntas eso?
—Porque no puedo entender por qué otra cosa no quieres estar con ellos
cuando es tan obvio que los amas. Creo que tiene que ser que no apruebas
la vida que llevo.
—Las lágrimas brillaban en los ojos de su hermana—. No es como si no
lo hubiera oído antes. Lo he hecho. He visto la prensa amarilla. Me han
llamado puta muchas veces.
La ira estalló.
—Demandé a algunas de esas revistas. Piper asintió.
—Pero aun así no lo quieres para ti. Estoy tratando de entender por qué.
—Porque no estoy segura de querer un marido que ame, mucho menos
tres. Piper frunció el ceño.
—¿No quieres casarte? No hay nada malo en ello, yo siempre pensé que
querías una familia.
—La quiero. Quiero un marido e hijos. Simplemente no quiero perder mi
alma por ningún hombre. No quiero morir si me deja o le pasa algo, y temo
que así serían como terminarían las cosas con esos hermanos. Así que creo
que debería irme.
—¿Me quieres? —le preguntó Piper en voz baja, casi vacilante.
—Por supuesto. —¿Siquiera tenía que preguntarlo?
—Pero de una manera distante, ¿verdad? Te contienes así si algo sucede,
no me echarás demasiado de menos.
Las lágrimas brotaron de los ojos de Tori. ¿Cómo podría hacer que su
hermana entendiera?
—Eso no es cierto.
—Creo que lo es, al menos un poquito —dijo Piper con un triste suspiro
—. Ahora que lo pienso, puedo ver cómo te contienes. Haces lo mismo con
tu trabajo. Entrenas a la gente para saber manejar lo peor, para saber poner
una buena cara y seguir adelante. Pero tú te ocupas de las cosas
superficiales y diplomáticas para que nadie tenga que ver la verdad bajo la
fachada.
—La verdad es raramente tan bonita como queremos que sea. —Y la
verdad era que había cometido un error. Había pensado que podría tener una
noche con ellos. Había pensado que podrías escabullirse de toda la cosa del
amor.
Si ella nunca amaba a nadie, nunca tendría que perderles.
¿Había mantenido a su hermana un poco a prudente distancia? ¿La había
tratado más como un modelo a imitar para idolatrar y menos como familia?
Piper miró, negando suavemente con la cabeza, como si ella no tuviera ni
idea de quién era Tori.
—No tengas hijos, Torrance. No es justo si no les puedes amar con cada
pedacito de tu corazón y alma. Si no les puedes dar tu todo, vas a
arruinarlos.
Era la primera vez que su hermana la había llamado por su nombre
profesional. Tori sentía la distancia que siempre había tratado de mantener
cada vez mayor entre ella y su hermana. Y la aterrorizaba.
—Yo amo a mis sobrinos. —Tenía el estómago en un nudo. Era mucho
menos doloroso no pensar en la profundidad de su relación con Piper. ¿No
podrían ser sólo amigas? ¿Realmente tenían que hablar de cosas profundas?
¿No era suficiente para ella ser amable con las personas a su alrededor?
No tenía por qué estar enredada en sus corazones y sus vidas si solo eran
“amigos”.
Piper entrecerró los ojos mientras estudiaba a Tori.
—¿Lo haces? Creo que piensas que están a salvo porque son jóvenes,
pero los niños también pueden morir, y si piensas por un segundo que no
estarías completamente destruida por la pérdida de uno de tus bebés,
entonces no lo has pensado detenidamente.
Dios, nunca había pensado en ello. Había pensado en ser amistosa con un
marido, se podría apañar sin realmente necesitar a un hombre, pero siempre
había querido hijos. La idea de que algo malo le sucediera a los pequeños
Sabir y Michael la aplastó con agonizante dolor, y ni siquiera eran sus
bebés.
El mundo podría ser un lugar terrible, a veces intolerante. Nadie estaba a
salvo para siempre. Nadie tenía garantizada la alegría y la felicidad. ¿Qué
pasaba si algo indescriptible le pasaba a uno de sus hijos? ¿Cómo podría
seguir viviendo? ¿Cómo iba a soportar el dolor?
—¿Estás bien? —preguntó Piper. Ella negó con la cabeza.
—No. No lo estoy. No puedo soportar la forma en que me estás mirando.
Por favor, Piper. No soy alguna especie de monstruo.
Piper cruzó la habitación y la abrazó con fuerza.
—Te quiero, pero tienes que averiguar lo que quieres y cuanto de ti estás
dispuesta a arriesgar por tenerlo. Tienes que ver lo que le sucedió a nuestros
padres a través de otros ojos. Todavía estás viéndolo como lo haría una
niña.
—No entiendo. —Ella no entendía nada.
La noche anterior había sido muy hermosa, y ahora se sentía como si
estuviera en un torbellino de emociones. Ella quería a los hermanos
Thurston-Hughes. Le dolía con una terrible desesperación, sin embargo, ese
mismo dolor le dijo a Tori que debía irse ahora. Si no lo hacía, podría
quedar destrozada algún día. Ya podía sentir las lágrimas de tristeza y
pérdida rodando por sus mejillas. Si ocurría lo peor y comenzaba a llorar,
¿se detendría alguna vez?
Piper la miraba con la cabeza ladeada, la compasión en sus ojos azules.
—Estás tomando esa pérdida como la suma de sus vidas. No estás
buscando toda la alegría que tenían antes. No creo que papá se suicidara. Él
estaba de luto por ella, pero al final hubiera salido. Siempre la habría
echado de menos, siempre la habría amado, pero él habría encontrado una
vida de nuevo. Comprendo que tengas miedo, pero es hora de superarlo. No
les honras al vivir una vida en la que nada ni nadie te puede tocar. Has sido
bendecida con dos padres que se amaban. Aprende de ellos. Sujeta el amor
y la alegría y la felicidad con las dos manos. Dios, Mindy, tienes que
permitirte sentir, porque no hay vida que valga la pena que también no
implique pérdida. Si no te duele a veces es porque no tienes nada dentro.
Esto en cuanto a evitar la profunda conversación. Tori intentó no
estremecerse.
—No sé si pueda hacerlo.
Su hermana le tomó las manos.
—Tienes que intentarlo o los perderás. Y vas a pasar tu vida sola,
lamentando su pérdida todos los días. ¿Prefieres perderlos ahora, sin saber
realmente cómo se siente su devoción, o qué tipo de esposos y padres
serían, o cómo sostendrían tu mano a través de lo bueno y lo malo? ¿O más
bien perderlos después de años de almacenar preciados recuerdos que
podrías evocar en un día lluvioso una vez que tu cabello sea gris y estés
rodeada de tus nietos?
Las palabras de Piper la golpearon como un puñetazo en el pecho, y Tori
no estaba segura de poder respirar. ¿Podría irse ahora y nunca sentirles de
nuevo?
—Y considera esto —añadió su hermana en voz baja—. Están corriendo
un riesgo contigo, también. Están dispuestos a amarte ahora, sabiendo que
la pérdida puede venir algún día. Están dispuestos a confiar en ti con sus
corazones. Tal vez piensas que es fácil para Callum y Rory. Pero para
Oliver...
Después de lo que Oliver había soportado con Yasmin y su traición, no
podía haberlo culpado por ser el más reticente de todos. Sin embargo, allí
estaba ella, resistiéndose a ellos.
Tori envió a su hermana una mirada llena de incertidumbre, miedo y
vergüenza.
Pero no sabía qué decir.
—Yo te crié con amor. —El arrepentimiento llenó la voz de Piper—.
Pensé que te enseñé mejor.
—¿Piper? ¿Estás aquí? —gritó una voz masculina.
El momento fue roto, y Piper se secó los ojos y se volvió.
—¿Rafe? Estamos aquí.
Tori respiró hondo y trató de contener las lágrimas. No quería llorar
delante de su cuñado. Delante de nadie.
Rafe entró.
—Me alegro de que estés aquí con tu hermana. Tenemos que hablar.
—¿Qué ha pasado? —Oh, la expresión de su cara le dijo a Tori que era
malo. Sus manos comenzaron a temblar. ¿Le había sucedido algo a Callum
o a Oliver o a Rory? Oliver había pasado por muchas cosas. No podía
manejar más. Callum podría ser imprudente. Rory conducía demasiado
rápido a veces.
No podía respirar. Todo su cuerpo se sentía rígido por la ansiedad. Así es
como sería. Ella siempre se preocuparía.
—¿Están todos bien?
—¿Quién? —Rafe la miró desconcertado. Piper levantó una ceja.
—Los hermanos Thurston-Hughes. Rafe se encogió de hombros.
—Por lo que yo sé, están bien. Acerca de lo que quiero hablar contigo es
esto. — Levantó un periódico—. La prensa amarilla británica recogió la
historia de tu caída. Lo siento, Tori. Hicimos todo lo que pudimos para
detenerlo, pero al parecer alguien tomó un vídeo y está en Internet.
Ella miró el periódico. Se había dicho a sí misma que era sólo un
pequeño desliz y no sería un gran problema. En el fondo, se había
convencido de que se iba. Talib tenía mucho poder, pero al parecer no era
tan grande como Internet.
Una mirada le dijo a Tori que las imágenes eran peores de lo que podía
haber imaginado. No era solo una foto sino un collage de su falta de gracia.
Había una foto de su expresión seria mientras caminaba por las escaleras
detrás de su luminosa hermana. La segunda foto la mostraba con el rostro
desencajado de la manera más fea posible. En la tercera, estaba casi de culo.
La última foto mostraba su pecho, el montículo en pantalla completa. No
era un mero escape de pezón. No, esto era casi toda su teta. La sorpresa en
su cara de alguna se parecía un montón como una sonrisa, una que sugería
que había querido “desnudarse” y exponerse a ser el centro de atención.
Vergüenza en Bezakistan: La joven hermana de la reina una caza
fortunas sin gracia.
El título lo decía todo. Tori deseó que el suelo se abriera y se la tragara.
Echó un vistazo al artículo. La crítica dañina era peor de lo que podía
imaginar. No sólo alguien capturó esas fotos, sino que sabían que había
estado a puerta cerrada con los hermanos Thurston-Hughes toda la noche.
Saber que existía un video para que lo viera cualquier persona en YouTube
sólo la desmoralizó más.
Ella había evitado una vez que un video sexual de una estrella se volviera
viral. La mujer había sido humillada, llamada con toda clase de nombres.
Tori no había hecho intencionalmente una cinta de sexo. Y ¿quién querría
contratar a una publicista que causó un escándalo? Nadie. Estas imágenes
podrían poner fin a su carrera. Una vez que eso terminara, no le quedaría
nada.
Sobre todo, no tendría a los hombres que amaba.
El pánico la amenazaba. El mareo se apoderó de ella. Alargó la mano
buscando cualquier cosa para equilibrarse, pero no encontró nada. Nadie.
—Mindy, esto no es un problema —dijo su hermana. Ella sintió una
mano en su hombro—. ¿Por qué estás llorando?
Sus sobrinos iban a ver esto un día. Sus posibles empleadores. Sus
amigos. Sus hombres. Nada desaparecía en Internet.
Quizás Oliver leería las palabras y pensaría que era tan mala como su ex
esposa.
Tori temía que iba a pasar el resto de su vida defendiéndose a sí misma de
rumores y acusaciones. Ella amaba a la gente en su vida, especialmente a
los tres británicos que habían capturado su corazón, pero no podía manejar
esto.
El corazón le latía como si fuera a escaparse de su pecho. Sus pies
estaban adormecidos. Todo lo demás zumbaba como si se hubiera tragado
un frasco de abejas.
—Creo que está teniendo un ataque de ansiedad. —Alguien estaba
hablando. Ella pensó que era su cuñado.
—Mindy, cálmate. Respira profundamente. Rafe, creo que necesitamos
un médico.
¿Por qué su hermana sonaba tan lejos?
No importaba. Su cerebro le daba vueltas. Mientras contemplaba el
periódico, las imágenes y las palabras parecían girar juntos.
Ella oyó a alguien gritar mientras el mundo se volvía de un negro
dichoso.

* *

Rory se quedó mirando el periódico. Lo había leído dos veces y las


palabras aún no tenían sentido.
Las fotos de su preciosa Tori sólo podrían describirse como humillantes.
Al menos estaba seguro de que ella lo iba a ver de esa manera. Él pensaba
que era linda, y amaba ese pecho. Sólo deseaba que el resto del mundo no
lo viera.
Sin embargo, el trozo escrito por una perra particularmente cruel había
sido recogido por más de un periódico británico. Ese artículo lo hizo querer
destripar a alguien.
La “periodista” había descrito a Tori como una puta caza fortunas para
una versión pervertida del amor que su hermana había encontrado. Incluso
habían hablado con la ex de Callum, que dejó entrever que el ex futbolista
la había dejado por Tori con el fin de complacer a sus hermanos, que
estaban bajo su hechizo. Thea había mentido a la periodista, diciendo que
Callum le había pedido que se casara con él, y en consecuencia, Rory y
Oliver amenazaron con excluirle de la riqueza de la familia. Afirmó que
Tori había estado detrás de las historias recientes de que su embarazo era
falso y de que ella quería estafar al padre de su bebé.
—Tenemos que estar seguros de que Tori nunca vea esto —dijo Callum,
su rostro feroz.
Oliver negó con la cabeza.
—Estoy seguro de que ya lo ha visto. La oficina de prensa del palacio
recibe los periódicos de todo el mundo y sin duda va a informar al jeque. Él
no permitirá que ella ande por ahí ignorante. Se sentará con Tori y le dirá lo
que ha pasado.
—Seguramente él nos lo dirá primero. —Pero Rory sospechaba que no lo
haría. Talib al Mussad probablemente mantendría sus responsabilidades
hacia su cuñada hasta el momento en que pusieran un anillo en su dedo.
Después de un golpe superficial, la puerta de su suite se abrió, y Piper
cruzó seguida de Rafiq y Kadir. Estaba pálida y llevaba lo que parecía un
pijama elegante, que era mucho más informal de lo que la había visto
nunca.
Sus ojos fueron directamente a los periódicos.
—Entonces, lo habéis visto. Oliver dio un paso adelante.
—Sí. ¿Dónde está Tori? Cuando nos despertamos, ella se había ido.
—Ella me dijo que iba al baño. Nunca regresó —explicó Rory—. Han
pasado más de dos horas.
Rory temía que ella hubiera huido como un conejo asustado. Había
pensado que anoche habían resuelto cosas, pero esto parecía como si
todavía tuvieran problemas. Ahora tenía que lidiar con la prensa amarilla
también.
Él volvió la mirada a su hermana. Si alguien sabía cómo lidiar con Tori,
era Piper.
—¿Dónde está?
—En su habitación descansando —explicó Piper—. Ella no manejó bien
la noticia. Rory sólo podía imaginar.
—¿Por qué le mostraste el artículo?
—No había manera de que no se enterara de la verdad —explicó Rafe—.
No entiendes lo malo que es. Estas imágenes vienen de un video.
Rory maldijo.
—Que, a estas horas, está por toda la Internet.
—Sí —afirmó Kade—. Cada periódico sensacionalista ha añadido su
comentario. Incluso se convirtió en noticia de algunas de los pasquines de
los Estados Unidos. Tenía que ser informada. No podíamos dejar que
descubriera la noticia sola.
—Decírselo a Tori debería haber sido nuestra responsabilidad. —Callum
miró a los hermanos al Mussad—. Ella es nuestra.
Rafe lanzó alguna ridícula historia acerca de cómo ellos no habían
querido perturbar el sueño de los hermanos, pero Rory estaba observando a
Piper. Ella hizo una mueca de dolor, se sonrojó. Él había trabajado en el
negocio el tiempo suficiente para saber cómo leer a una persona. Rafe y
Kade nunca daban nada, pero la reacción de Piper le dijo que tenía algo que
ocultar.
—Su Alteza, ¿qué sabe usted que nosotros no? —Rory sería educado,
pero quería llegar al meollo de la cuestión.
Kade se puso delante de su esposa como escudándola.
—Ella no tomó esta decisión. El jeque lo hizo, y nosotros lo respaldamos.
Tori no es vuestra esposa. Hasta entonces, asumimos la responsabilidad de
ella.
—Vais a tener que perdonarles —dijo Piper, tratando de rodear a su
marido —. Nunca abandonaron la Edad Media. Para ellos, una mujer va de
su padre, o en este caso, de sus hermanos, a sus maridos.
Rafe negó con la cabeza.
—No es tan malo como eso, pero en nuestro mundo, Talib es el jefe de la
familia. Tori es un miembro de esa familia. Creemos que requiere de
alguien que la cuide. Ella es, obviamente, una chica inteligente, pero hay
más en juego que su propia reputación. Esta basura de artículo, a pesar de
que su origen es acerca de una caída inocente, tiene la posibilidad de
hacernos daño a todos nosotros. Tenemos que proteger nuestra propia
reputación.
—Entonces usted no tendrá inconvenientes en entregarnos a Tori. De esa
manera, ella ya no será más vuestro problema —gruñó Rory con más
dureza de lo que pretendía, pero quería decir cada palabra. Él no apreciaba
la idea de que la familia real la viera ahora como una responsabilidad.
Callum dio un paso al lado de él, presentando un frente unido.
—Ella es una persona, no alguna figura decorativa. No permitiré que se
la dañe con el fin de salvar de algunos problemas a la gente que debería
amarla. El palacio se puede ir al infierno por lo que me importa. Ella es la
que importa aquí.
Piper sonrió, pero había una gran cantidad de tristeza detrás de eso.
—Estoy muy agradecida de que te sientas así. Sabía que todos erais
hombres buenos.
—¿Pero? —Oliver se puso de pie. Se había quedado fuera del círculo de
la conversación, manteniéndose atrás. Era algo que hacía con frecuencia,
por lo que Rory no había pensado mucho en ello. Ahora podía ver una
frialdad asentándose sobre Oliver. Sus ojos se habían vuelto positivamente
árticos mientras miraba a la reina—. Asumo que hay un pero en algún lugar
de esa frase.
Oliver se estaba cerrando justo delante de sus ojos. La noche anterior
había estado muy abierto, como el Oliver que había conocido antes de
Yasmin. Con cada segundo que pasaba, Rory vio a su hermano
reconstruyendo sus muros de nuevo.
Peor aún, sospechaba que Oliver tenía razón.
—¿Dónde está Tori? Callum negó con la cabeza.
—El anillo de bodas es una formalidad en este punto. Lo decidimos
anoche. Ella nos pertenece. Piper, vamos a cuidar bien de tu hermana. La
amamos. No entiendo por qué hay un guardia apostado fuera de su puerta.
Eso era nuevo para Rory.
—¿Cuándo fuiste a buscarla?
Callum se pasó una mano por el pelo, el gesto lleno de frustración.
—Cuando me desperté y ella se había ido. El guardia no me dejó entrar.
Luego, cuando encontré el periódico, entré en modo de resolución de
problemas y me olvidé de decírtelo. Obviamente, Tori se siente
avergonzada, pero no hay razón para que lo esté. Nada de esto fue su culpa.
La prensa está siendo maliciosa, y vamos a demandar a cada uno de los
periódicos que publique una historia menospreciándola. Y voy a moler a
palos a los periodistas.
—Ella se desmayó —explicó Piper—. El médico estaba con ella cuando
viniste. De hecho, creo que era más que un desmayo. Creo que tenía un
ataque de ansiedad. Estas últimas semanas, sobre todo ayer por la noche,
han sido demasiado para ella.
El temor se precipitó por Rory ante sus palabras.
Callum inmediatamente se dirigió a la puerta. Dane y Cooper se pusieron
delante de la entrada al pasillo, bloqueando el camino que definitivamente,
les llevaría a la suite de Tori. Callum se detuvo y se dio la vuelta, con los
ojos abiertos por la sorpresa.
—¿Qué significa esto? Quiero ver a mi prometida. Tengo el derecho de
asegurarme de que está bien. Por amor de Dios, tú querrías lo mismo si
estuviéramos hablando de Piper.
—Pero no estamos hablando de Piper. Estamos hablando de Tori. —
Oliver agarró la pequeña bolsa que había traído con él la noche anterior y
dio un paso hacia Kade—. ¿Va a estar bien? Físicamente, quiero decir.
Kade asintió.
—Eso creo. Ella estaba muy sensible cuando la vi. Vamos a vigilarla y la
cuidaremos.
—Si necesita algo, por favor ponte en contacto conmigo. Si no... —
Oliver asintió hacia Piper—. Por favor, dale a tu hermana mis mejores
deseos y dile que no la molestaré de nuevo. Ella es libre de todas las
obligaciones hacia Thurston-Hughes Inc.
Una lágrima resbaló por la mejilla de Piper.
—Siento que terminara de esta manera, Oliver. Por si sirve de algo, pensé
que eras bueno para ella.
Sus labios se curvaron en una media sonrisa que no contenía ni una pizca
de diversión.
—Tori es una chica inteligente. Tal vez está sensible ahora, pero... ella
distingue algo bueno cuando lo ve. Y, obviamente, sabe cómo renunciar
mientras va ganando.
Rory calvó los ojos en su hermano mayor. ¿Qué demonios estaba
haciendo?
—Oliver, ella acaba de tener una sorpresa. Dale un poco de tiempo.
Nosotros deberíamos apoyarla a través de esta debacle, no dar media vuelta
y marcharnos.
—Tiene razón —argumentó Callum—. No seas un puto chiflado. Ella
nos necesita. El rostro de Oliver se endureció.
—¿Acaso no veis a esos dos? —Hizo un gesto hacia los guardias—. No
nos están protegiendo. Están aquí para asegurarse de que no podemos ver a
Torrance. Están garantizando que ella no tiene que vernos de nuevo. Y en
caso de que no hayas estado escuchando, estaba histérica ante la idea de
tener que estar alrededor nuestro.
Piper negó con la cabeza.
—Eso no es lo que dije. Rory la ignoró.
—¿Por qué? Le dije lo que queríamos anoche. Lo dejé muy claro.
—Yo le dije que la amaba. —Callum le devolvió la mirada—. Ella no
contestó.
Pensé que estaba simplemente siendo tímida.
Esto no podía estar pasando. Rory se tambaleó hacia atrás, el momento le
abofeteó en la cara. Se sintió enfermo.
—Algo está mal aquí. Di por sentado que si ella venía a la suite ayer por
la noche con nosotros, estábamos empezando una relación. Le dije que yo
también la quiero. Le expliqué que no íbamos a conformarnos con menos
que el matrimonio.
¿Ella no le había creído? ¿De alguna manera le malinterpretó?
Oliver suspiró como si la ingenuidad de Rory fuera demasiado triste para
considerarla.
—Y ella tomó lo que deseaba de todos modos. Nos quería físicamente.
Obviamente, Tori nunca buscaba más que sexo. El hecho que fuera virgen
no significa que sea incapaz de mentir para obtener los orgasmos que
quería.
—Pero yo la amo. —Callum parecía atrapado, todo esa confianza de la
noche anterior disolviéndose al enfrentar la verdad.
—Le dije que teníamos en mente el matrimonio —insistió Rory.
—No siempre conseguimos lo que queremos, hermano. —Oliver dio un
paso hacia la puerta, con los hombros caídos—. Habéis llevado una
existencia afortunada, así que puede que no estuvierais al tanto.
Bienvenidos a lo que el resto del mundo sabe. El hecho de que amemos a
alguien no significa que ellos nos amen a su vez.
¿Realmente os sorprende el hecho de que Tori no quiera a tres cabrones
rotos? —Se mofó—. ¿Cuándo sale nuestro vuelo?
—¿Nuestro vuelo? —Rory no había organizado el viaje de regreso.
—Estoy casi seguro de que hemos agotado nuestra bienvenida aquí. —
Oliver miró a los al Mussad—. Habéis preparado nuestro avión para
llevarse rápidamente a los amantes no deseados, ¿correcto?
Los labios de Rafe se fruncieron apretadamente.
—Vuestro jet habrá repostado y estará preparado para vosotros esta tarde.
Os pedimos que hasta entonces os quedéis en vuestras habitaciones para
evitar situaciones incómodas.
—¿Ella nos está echando a patadas de su cama después de una noche? —
Callum se dejó caer en una silla, con una expresión de incredulidad.
—Ellos lo han estado explicando con cierto detalle, sí. Ella ha tenido lo
que quiere de nosotros y ha terminado —explicó Oliver. Se volvió hacia los
guardias—. ¿Podríais acompañarme a mis habitaciones? Necesito hacer las
maletas.
—¿Oliver? —comenzó Piper.
Su hermano mayor levantó una mano.
—No hay necesidad de explicar, Su Alteza. Le deseo suerte con el resto
de su vida. Entenderá si no la vuelvo a ver. Me temo que su familia ha
hecho lo suficiente para mí. Voy a permanecer lejos de ahora en adelante.
Cooper miró a Kade, quien asintió con la cabeza. El centinela escoltó a
Oliver a la salida.
Los guardias realmente estaban impidiéndoles ver a Tori. Ella realmente
ya no les quería.
—Esto no tiene sentido —argumentó Rory—. Ella no es una chica
egoísta. Algo la ha asustado. Piper, tengo que hablar con ella—. Se negó a
dejar que terminaran de esta manera. Si pudiera sentarse con ella, podía
hacerla entrar en razón. Él podría averiguar lo que realmente la asustaba.
—Lo siento —dijo Piper mientras apretaba la mano de Rafe—. Ahora
está abrumada y no es muy racional. Creo que tal vez si todo esto con la
prensa amarilla no hubiera salido mal, podríais haber sido capaces de llegar
a ella. Pero tal y como está, esto es demasiado para que lo resuelva. Creo
que lo ha escondido bien hasta ahora, pero ella también está dañada.
—¿Dañada cómo?
—Nuestros padres... estaban locamente enamorados. Entonces mi madre
murió, y todo se fue al infierno. Tori era pequeña. Ella no comprendió
cuantos años maravillosos pasaron antes de la tragedia. Sólo sabía que un
día todo era perfecto y al siguiente, su mundo se desmoronó. Nuestro padre
lo llevó especialmente mal. Tori lo vio convertirse en una sombra. Entonces
él murió en un accidente de coche. Ella nunca tuvo la oportunidad de verlo
abrazar la vida de nuevo. En su mente, el amor deja a la gente en una
cáscara vacía. Es algo que debe evitarse cueste lo que cueste.
En otras palabras, cualquier cosa que se asemejara al amor la amenazaría,
y ella huiría. Como había hecho. Estaba erigiendo pared tras pared entre
ellos, cerrando puertas y protegiéndose con guardias, porque a ella le
importaba demasiado.
La química entre ellos siempre había sido innegable. Durante sus meses
juntos en Londres, su amistad y respeto habían florecido a mucho más. Tori
había sabido cómo se sintió él cuando ella le había cogido la mano ayer por
la noche. Sospechaba que había sabido muy bien lo que había en su propio
corazón, también.
Una dosis caliente de ira se apoderó de su cuerpo.
—Así que ella nunca iba a darnos una verdadera oportunidad. ¿Por qué se
acostaría con nosotros cuando sabía lo que queríamos y que nunca nos lo
daría?
—Porque creo que en el fondo ella quería probar. Os ama. Creo que no
quería pasar el resto de su vida sin saber lo que significaba ser vuestra,
aunque fuera sólo por una noche —dijo Piper—. Ella ha tenido una
conmoción. Si le dais tiempo, se recuperará. Voy a hablar con Talib y a
asegurarme de que tengáis una invitación para volver en un par de semanas
para el cumpleaños de Sabir. Creo que ella va a asistir. Una vez que la
prensa amarilla se haya calmado, también creo que va a ser capaz de entrar
en razón y dará la vuelta.
Kade inclinó la cabeza hacia su hermano.
—Ahora bien, Su Alteza ha tenido una mañana difícil. ¿Por qué no la
llevas de regreso a nuestras habitaciones, hermano?
Rafe se llevó a Piper, y Rory sintió más furia liberándose en su
organismo. Kade se movió para ponerse frente a él.
—Ahora mismo no podéis tomar demasiado en serio nada de lo que Tori
hace.
—Tengo un anillo de compromiso para ella. —Callum sacudió la cabeza
como si tratara de aclararla—. Íbamos a pedírselo formalmente esta noche.
—No os rindáis —aconsejó Kade—. Ella está confundida y abrumada.
Este tipo de vida puede hacerle eso a una persona normal. Esta es la primera
vez que ha estado en el centro de una tormenta, y de una desagradable. A
esto le añadimos el hecho de que esta es su primera vez para estar realmente
enamorada, y creo que está tan abrumada que no puede funcionar. Lo que
necesita es salir del palacio e ir a un lugar tranquilo para que pueda pensar
en esto. No pretendo entender verdaderamente lo que Tori está pasando,
pero sé que Piper estaba impactada cuando se involucró con mis hermanos
y conmigo, además de ser un blanco para la prensa.
—¿Cómo os abristeis camino? —preguntó Callum. Se puso en pie de
nuevo, como si incluso la idea de tener algo activo que hacer recuperara su
energía.
—Tori no quiere que abramos el camino —señaló Rory.
Ella había mentido. Los había tomado a todos por tontos. Rory se sentía
doblemente tonto porque él había instigado el incidente que ella había
usado para conseguir lo que había querido. Había bailado con él, tomó su
mano, y estuvo de acuerdo en todo lo que había pedido. Y eso había
incluido darles una oportunidad.
Se preguntaba ahora... Si Oliver le hubiera dado placer cuando había
tomado su virginidad, ¿ella se habría incluso molestado en acostarse con los
demás? Tal vez sólo había querido una noche para asegurarse de que
experimentaba los placeres que se pueden encontrar en el sexo. Ahora que
los había experimentado, era evidente que ya no los necesitaba.
—Por supuesto que sí. —Callum era siempre el optimista—. Está
asustada y nos necesita. Solo porque el palacio quiera que regresemos a
Londres, no significa que tengamos que hacerlo.
—No lo sé. Talib fue bastante inflexible. Después de hablar con Tori,
tomó la decisión de pediros que os fuerais. Creo que por ahora sería mejor
para vosotros que desaparezcáis temporalmente —dijo Kade.
—Yo no he dicho que no dejaríamos Bezakistan. Podríamos volver a
Inglaterra. Tenemos una casa de campo. Está aislada y tranquila, pero estás
loco si crees que me voy a ir sin Tori. —Callum miró a su anfitrión—. Dile
que será mejor que nunca abandone el palacio de nuevo porque yo no seré
rechazado. Voy a hacer lo que sea necesario para asegurarme de que no me
olvide.
Kade sonrió.
—Esa es la decisión que necesitas. Y ella no se quedará en el palacio para
siempre.
Creo que la oí hablar de Dallas.
—Excelente. Voy a estar esperándola allí. Dile que si me hace cazarla, no
estaré feliz. Será mucho mejor para ella si simplemente acuerda hablar
conmigo ahora. —El Dom de Callum había subido a la palestra de nuevo.
Rory miró a su hermano. O esa amenaza resultaría ser el movimiento más
estúpido de la historia... o la más brillante estrategia de todos los tiempos.
Kade se inclinó ligeramente y los dejó a solas con Dane haciendo guardia
afuera. Rory sospechaba que Landon, el otro marido de Alea, velaba por
Torrance, asegurando que no tuviera que lidiar con los hombres a los que
había prometido el mundo la noche anterior. Oh, ella podría no haber dicho
las palabras y eso era culpa suya. Él debería haber insistido. Tendría que
haber sospechado que ella escaparía.
Debería haber sabido que encaje blanco y promesas con Torrance no
funcionarían.
—Entonces vamos a decirle al piloto que nos lleve a Dallas. —Estaba
diciendo Callum—. Quiero estar allí cuando ella aterrice.
Rory no podía comprender por qué Cal pensaba que era una buena idea.
—¿Por qué? ¿Para que pueda llamar a la policía y obtener una orden de
alejamiento?
—No, para que pueda ponerla sobre mi rodilla, zurrarla, luego darle la
dura follada que se merece por tirar esta mierda. Después, voy a averiguar
lo que está pasando en su cabeza y arreglarlo.
—Todo lo que vas a hacer es conseguir ser metido en la cárcel por
atacarla. Callum se detuvo.
—Ella no quiere estar sola. Está alterada, confundida, avergonzada y
abrumada.
Necesita una razón para confiar y aceptar. Vamos a dársela.
—¿Estás loco? —preguntó Rory—. ¿Se te olvidó la parte en la que ha
cerrado todas las puertas entre nosotros? No quiere una razón para parar
porque ya tiene una: Ella no nos quiere. Nos ha dicho rotundamente que ha
terminado.
Callum tensó la mandíbula, su cara se endureció en líneas rebeldes.
—No. Huyó porque en el fondo piensa que vamos a abandonarla como
hicieron sus padres.
—Sus padres murieron.
Callum paseaba de un lado a otro, su mente, obviamente, iba a mil por
hora.
—De cualquier manera, se marcharon. Yo no dije que era racional.
Nuestros sentimientos, nuestras motivaciones, tampoco son siempre
lógicas. Ella está aterrorizada, y no sólo de tener su mundo desmoronándose
de nuevo. Dios mío, no conozco ni una sola mujer digna de ser amada, que
no tenga miedo de nosotros. Le estamos pidiendo que sea el centro de tres
mundos. Podemos pretender que vamos a vivir en armonía, pero somos
humanos. Va a haber discusiones, y Tori tendrá que lidiar con eso. Ella es
joven e inexperta y no está manejando las cosas tan perfectamente cómo
nos gustaría que lo hiciera. Esa no es razón para dejarla completamente
sola. ¿No ves? Estar sola es lo que realmente más teme. Sólo tiene que
darse cuenta de ello.
Rory intentó muy duramente no golpear a su hermano.
—¿Quieres abrir los ojos? Nos dejó. Ella ha terminado. Callum puso los
ojos en blanco.
—Crece. Oliver y tú siempre pensáis que lo habéis tenido mucho más
difícil que yo porque jugué al fútbol. ¿Sabes lo que he aprendido, porque no
estaba en alguna puta torre de marfil aprendiendo a manejar un negocio o
permitiendo a las personas hacerlo por mí? Me di cuenta de que todos lo
tenemos difícil porque somos humanos, y cada persona lo pasa mal. La
única manera de sobrevivir es aferrarse a lo que amas con las dos manos.
Ella tiene miedo y la amo, así que no la voy a dejar sola. Vuestro problema
es que no creéis que sea digna de ser amada, si ella no os puede amar de la
forma en que lo exigís. Eso es malditamente egoísta. Voy a ir tras ella.
Hasta que me diga que su vida es peor por tenerme en ella, voy a hacer su
mundo mejor. Tú y Oliver podéis aferraros a vuestro daño como un escudo.
Callum se alejó cabreado, y Rory le podía oír en el armario. Estaba
haciendo las maletas. En el momento en que el avión aterrizara en Londres,
Callum tomaría un vuelo a Dallas. Ser un atleta profesional le había
enseñado claramente a su hermano mayor a nunca darse por vencido. Y en
algún lugar a lo largo del camino, su hermano había aprendido a amar con
todo su corazón.
Rory se quedó mirando por la ventana. En algún lugar, Tori estaba sola.
¿Había mentido o no había entendido cómo se sentiría al día siguiente?
¿Había tenido la intención de engañarlos o en la fría luz del día había sido
embargada por el miedo?
Él respiró hondo y tomó una decisión. La vida se reducía a decisiones.
Había tomado la responsabilidad de ella la noche anterior. La Tori que
conocía nunca quiso herir a nadie, y nada de lo que había pasado esta
mañana cambió su visión de ella o cómo se sentía. Ella les pertenecía, y era
el momento para mostrarle lo que eso significaba.
Incluso si tenía que ir hasta Texas para hacerlo.
Capítulo 12
Oliver miró fijamente el lugar donde había estado a punto de morir y se
puso una mano en el pecho. Todavía podía sentir la bala perforándole, sentir
sus rodillas golpeando el suelo de mármol, oler el olor a cobre de la sangre
llenar su mundo.
Y podía oírla.
He preparado todo para que parezca que te mataste y al pobre tonto de
Oliver.
Yasmin había merodeado, acechando a Alea, que siempre había sido su
objetivo. Ese día, había descubierto que ella se había casado con él de
manera fraudulenta y cada momento de su vida en común había sido una
mentira. Sin embargo, eso no fue lo que más le dolía.
Su hermano ya tiene mala opinión de él. Cuando se entere de esto, él la
tendrá incluso peor.
Por supuesto ella había estado hablando de su aventura inventada con
Alea, pero eso no era lo que le obsesionaba todos estos años después.
Estaba casi seguro de que Rory tenía un mal concepto de él por ser tan
débil, por permitirse caer en esa relación, por ser tan patéticamente ciego.
Y ahora sabía lo que Tori realmente pensaba.
Por un breve momento, él había pensado que podría funcionar. Oh, él
había querido sin duda estar en la parte de atrás. No se merecía tomar el
control. Una empresa era una cosa, ¿pero una mujer tan frágil e inestimable
como Tori? Nunca. No era ese hombre, pero algún tiempo con ella le había
parecido mejor que nada. Ahora sabía a lo que sabía el cielo.
Dolió ser enviado de vuelta al infierno.
—Tal me dijo que te encontraría aquí —dijo una voz familiar. Alea—.
Sabes que me mudé a una parte diferente del palacio después de casarme.
No he estado aquí por un tiempo.
Ah, Talib estaba enviando a las tropas para asegurarse de que había una
salida ordenada. Él se había sorprendido de que el jeque le hubiera aceptado
tan fácilmente en el palacio en primer lugar. Se había sorprendido pidiendo
permanecer en las mismas habitaciones donde casi había muerto. Por otra
parte, había venido aquí en busca de una comprensión o conclusión, algo
que se le escapaba ahora. Él había pensado que necesitaba caminar por esta
habitación de nuevo, recordar... y tratar de olvidar.
Había necesitado ver que la habitación había seguido adelante incluso si
él no lo había hecho.
Todo lo que él realmente había aprendido era que nada de eso importaba.
No podía cambiar lo que pasó aquí. Alojarse en estas habitaciones, hacer el
amor con Tori, esas cosas no solucionaban la verdad que había aprendido
acerca de sí mismo.
—No te culpo por mudarte. Yo también lo habría hecho —le dijo en voz
baja a Alea.
Esta era la primera vez que había regresado al palacio en años. El día
anterior se había quedado fuera durante largo tiempo, mirando a la
estructura elegante, inmóvil. Rafe finalmente había salido y lo había
escoltado dentro.
—Lo hice por razones prácticas. Este espacio no era lo suficientemente
grande para todos nosotros. Siempre me ha gustado esta habitación. Era mi
lugar seguro después que fui rescatada por primera vez. —Ella caminó por
la habitación, una pequeña sonrisa en su rostro mientras la abarcaba.
Alea había sido hecha prisionero gracias a su difunta esposa. Ella había
preparado que Alea fuera secuestrada y vendida a un burdel. La vida de la
princesa se había convertido en un infierno porque Yasmin había estado
celosa. Todas las cosas malas en su mundo habían fluido de esa mujer y de
su negro corazón.
¿Cómo podía haber estado casado con el diablo y nunca verlo?
—Era un lugar seguro hasta que mi esposa trató de matarte aquí. Ella
negó con la cabeza.
—El lugar en sí fue siempre seguro. A veces la persona equivocada entra
y tenemos que lidiar con ello. Eso no hace el lugar menos bello. No borra el
hecho de que volví a la vida en esta habitación. Nadie más que yo puede
borrar esas cosas, y ¿por qué iba yo a querer hacer eso?
Miró a la mujer vibrante en que se había convertido, recordando a la
chica dulce que había sido y también el alma vacía que había regresado a
casa tan rota. Alea había cambiado, había crecido y sobrevivido. No. Él
sobrevivió. La supervivencia era el simple proceso de respirar, caminar y
dormir todos los días. Alea progresó. Había pasado por el crisol y
encontrado la paz, la felicidad y el amor. Había descubierto su verdadera
alma. Desafortunadamente, también Oliver.
—Es bueno verte. Vine a Bezakistan, en parte, para hablar contigo. Pero
primero, quiero que sepas que no voy a dar a Tori ningún problema. Ya he
empacado. Voy a irme en silencio esta tarde. —Volvería a Londres y trataría
de averiguar qué hacer con el resto de su vida.
—Pensé que podrías decir eso. Talib realmente no quiere enviarte lejos,
ya lo sabes.
—No, pero Tori lo quiere y ella tiene el derecho de sentirse cómoda. —
La mayoría de las mujeres no tienen el lujo de pasar la noche con tres
hombres sólo para enviarlos a la fuerza fuera del país a la mañana siguiente.
—Tori está cometiendo un terrible error. Tal se siente culpable de no
haber sido capaz de mantener su percance fuera de los periódicos. ¿Los has
leído? Eran particularmente desagradables.
Él solo había necesitado ver los titulares para saber lo devastada que Tori
debería estar. Era una prueba de que ella no estaba lista para manejar los
chismes de estar con tres hombres, aunque ellos le hubieran permanecido
fiel hasta el final de los tiempos. Evidentemente, ella nunca los había
querido mucho.
—Son siempre desagradables.
—Algo que he observado en los últimos años... Las mujeres no
reaccionan igual que los hombres. La mayoría de los hombres se
enfadarían, incluso se pondrían francamente furiosos, por algo así. Entonces
se encogerían de hombros y seguirían adelante, harían algo más activo. Las
mujeres no son tan capaces de compartimentar. Tori se siente como un
hazmerreír. Lo entiendo. También tuve que hacer frente a las mentiras que
la prensa dijo de mí. Creo que las mujeres, especialmente aquellas con
tiernos corazones, realmente pueden dejar que algo así pueda con ellas. —
Ella se acercó al balcón—. Salté de aquí, ya sabes.
Él apenas podía obligarse a salir. No tenía miedo a las alturas, pero tenía
miedo de ser visto. Lo último que necesitaba Tori era que algún paseo
tranquilo que estuviera dando por el jardín fuera alterado por la visión de él.
Así que permaneció del lado de adentro de las puertas francesas.
—Me lo dijeron. No lo vi.
—Estabas ocupado muriendo, Oliver.
Sí, había estado en el suelo, su vida escurriéndose mientras Alea había
luchado por su vida. Por lo que él entendía, Yasmin la había perseguido
hasta el balcón, y Alea se había visto obligada a elegir entre recibir una bala
o esperar que Landon Nix la atrapara.
—Siento que hubieras tenido que saltar.
Y durante todo esto, Oliver había sido inútil, una masa de patética
humanidad tendida en el suelo.
—Estoy contenta de haber tenido la oportunidad de hacerlo. Si no
hubieras luchado tan duro como lo hiciste, yo no la hubiera tenido.
—¿De qué estás hablando? —No había habido lucha. Había recibido una
bala y había caído.
Ella se volvió hacia él con curiosidad, los ojos muy abiertos por un
silencioso momento.
—¿No te acuerdas?
—Claro que me acuerdo. —¿Cómo podría olvidar ese día? Estaba
arraigado en su memoria, cada terrible momento del mismo—. Ella me
disparó. Caí. No conseguí recuperarme.
—Oliver, ella te disparó más de una vez —dijo en voz baja Alea. Él lo
sabía. Sentía las cicatrices cada día.
—Sí, mi esposa trató de ser concienzuda. Caí y ella siguió disparando.
—No. —Alea se apresuró a regresar a la habitación y le puso la mano en
la suya mientras lo llevaba al sofá—. No puedo creer que no te acuerdes de
lo que realmente sucedió. Quiero decir, el evento fue traumático, por lo que
es lógico. Yo supuse que sabías la verdad, así que nunca te lo dije.
Se sentó al lado de ella, sintiéndose mucho mayor que sus treinta y un
años. Ellos nunca habían hablado porque él no había querido. Nunca había
querido hacer un viaje difícil por el mundo de los recuerdos de nuevo y
recordar el lío que había hecho de las cosas por ser débil.
—No hay nada que contar. Las cicatrices lo prueban todo. Ella se inclinó
hacia delante, con sus ojos oscuros fijos en él.
—Las cicatrices son la que tú haces, Oliver. Son recuerdos de las cosas
que nos pasaron, pero te estás mintiendo. Yo estaba allí, y no tenía una bala
en mí por lo que recuerdo todo con perfecta claridad. Yasmin entró, me
llamó puta perra, no sé de dónde sacó esa boca, y te disparó. Luego habló
realmente durante mucho tiempo.
¿No te acuerdas de eso? Ella me lo contó todo. De hecho, no podía
esperar para decirme que había estado detrás de todo esto.
A veces, en sus sueños, Yasmin seguía hablando mientras el dolor en el
estómago le hacía rezar por la muerte sólo para poner fin a su incesante
parloteo.
—Le encantaba el sonido de su propia voz. Aprendí a desconectarla o me
volvía loco.
Alea se inclinó hacia delante.
—Durante todo el tiempo en que estaba hablando acerca de lo que había
hecho, tú te estabas levantando. Mantuve su atención en mí, porque no
quería que ella viera que todavía tenías tanta fuerza.
No recordaba nada de eso. Sacudió la cabeza porque sus palabras no
tenían sentido.
—Yo estaba en el suelo, allí.
Él señaló un punto al otro lado de la habitación.
—Ahí es donde terminaste, pero no es donde te caíste. Caíste a tres
metros en esa dirección. —Ella señaló con la cabeza a un lugar frente al
sofá—. Si nos fijamos en las fotos de la escena del crimen, verás un gran
charco de sangre allí. Es tuya. Estoy segura de que Tal las tiene enterradas
en algún lugar de los documentos. Ella te disparó la primera vez allí. Caíste,
pero no te quedaste ahí.
Él se quedó mirando el lugar, la realidad cambió profundamente en su
interior. El escenario que describía Alea no coincidía con sus recuerdos.
Recordó que estaba débil e indefenso y blando. No había luchado. Él sólo
había yacido allí y esperó morir como una presa desventurada.
—¿Cómo fue que terminé en el lado opuesto de la habitación? Alea tomó
su mano entre las suyas.
—Terminaste allí porque te pusiste de pie y la atacaste. Ella estaba
ocupada amenazándome. Hubiera sido fácil para ti llegar a la puerta. En ese
momento, sólo tenías una bala en el cuerpo. Esa herida no era peligrosa
para la vida. El segundo disparo lo fue. Podrías haberme dejado y haberte
salvado, pero no lo hiciste. Te pusiste de pie, le dijiste que no se estaba
saliendo con la suya, y envolviste las manos alrededor de su garganta.
Sus palabras provocaron un recuerdo en la bruma de ese día. Algún
pequeño susurro que le dijo que Alea le estaba diciendo la verdad que él
había olvidado en el espesor de la sorpresa y el dolor.
Disiento, perra.
Ese día estaba empezando a volver a él.
—Ella dijo que no iba a caer por tu secuestro o mi muerte. Tenía la
intención de culparnos de todo a ti y a mí.
Ella dijo esas cosas y él había respondido con “disiento, perra”. Se
acordó de su boca diciendo las palabras. Había tenido que obligarlas a salir
de su garganta.
Alea asintió con entusiasmo.
—Sí. Lo dijo y yo trataba de mantener su atención en mí, así podrías
hacer tu movimiento.
—¿No pensabas que yo fuera a huir?
—Yo sabía que no lo harías. En el momento en que te vi forzándote a
levantarte, sabía que ibas a luchar contra ella. Y lo hiciste. Tú eres la razón
por la que me dirigí al balcón. Tú eres la razón por la que estoy viva hoy,
Oliver. —Había un brillo de lágrimas en sus ojos—. Sé que viniste aquí, al
menos en parte, porque tenías alguna noción equivocada de que debías
pedirme disculpas. No es necesario, pero es algo que quedó sin decir entre
nosotros. Gracias. Gracias por ser tan fuerte como lo fuiste. Gracias por
luchar.
Recuerdos como destellos de relámpagos se desencadenaron a través de
él mientras más del terrible incidente volvió a él. Se puso de pie de repente
porque el mundo se volvió borroso. La sorpresa le arrolló.
—Gracias por venir. Necesito estar solo por un rato.
Él sabía que estaba siendo terriblemente grosero, pero no pudo evitarlo.
Una presa estaba a punto de abrirse, y no pudo contenerse ni un segundo.
Mientras ella se apresuraba a salir, él cerró la puerta entre el salón y el
dormitorio. Pareció una eternidad antes de llegar al cuarto de baño. Se
encerró en él y cayó al suelo, mármol frío bajo sus manos.
Se había equivocado. Durante los últimos años, había estado burlándose
de sí mismo por su debilidad, por su incapacidad para luchar, pero ahora el
día volvió con claridad, como un sueño que él había olvidado, pero que
estaba debajo de la superficie de su conciencia. Recordó lo difícil que había
sido soportar ese día y defenderse de su propia esposa. Sus piernas no
habían querido funcionar, pero las había obligado a hacerlo. Le abrumaron
de nuevo, las vistas, los sonidos, la voz. El dolor. Y la rabia. Se había
estancado y hervía en su interior. Él había sido un volcán de furia. Pero por
encima de la ira, había habido otra cosa. Había estado muriéndose y se
había negado a dejar morir también a Alea.
Por mucho que había odiado a su esposa, había sido el pensamiento de
una mujer inocente, su amiga, muriendo lo que le obligó a ponerse en pie.
No había sido débil después de todo. Había hecho una elección, por la
que había luchado. Y había ganado. Ahora sabía la verdad: Cuando su
mundo se había hecho añicos, cuando la muerte había estado susurrando a
lo largo de su columna vertebral, él le había dicho que se fuera al infierno.
Había tratado de hacer lo correcto, aun a costa de su propia vida.
Apoyó la mejilla contra el suelo, el impacto de la revelación le llevó al
punto de partida. Él estaba una vez más en el suelo, su cuerpo débil con el
recuerdo, pero ahora había una diferencia.
Oliver Thurston-Hughes sabía que iba a levantarse de nuevo. Lucharía.
Su padre le había dicho una vez que un hombre no conocía el total de su
alma hasta que se enfrentaba a la muerte. Él no había sido medido y
encontrado deficiente después de todo. Había luchado por Alea y por él.
Sólo había sobrevivido porque en realidad no había decidido empezar a
vivir de nuevo.
Eso cambiaba ahora.
Cuando él se puso de pie, se sentía como un ser humano diferente. Algún
peso había sido levantado, y por primera vez desde aquel terrible día, podía
mirarse en el espejo con orgullo.
Había luchado. Era un luchador.
Y ahora tenía algo por lo que valía la pena luchar. Tori.
Se lavó la cara y se calmó, un poco de paz y confianza se instalaron
profundamente en su interior. El problema era, que no sólo tenía que luchar
por Tori. Tenía que conseguir sortear a Talib y todas esas puertas que ella
había cerrado entre ellos.
Por suerte, sabía un poco acerca de ser un bastardo astuto.
Una vez había sido un hombre que sabía cómo conseguir lo que quería.
Quería a Tori Glen. Ella sería su premio por luchar y salir victorioso. Por,
finalmente, seguir adelante.
Se enderezó la camisa y volvió a entrar en la sala. Alea estaba de pie en
la puerta, hablando con su marido. Ah, su guardia. El primer obstáculo. Él
sabía cómo manejar la guardia.
—Tengo que hablar con mis hermanos —dijo cortésmente. Nunca gritaba
cuando la cortesía funcionaba.
Landon Nix frunció el ceño.
—Lo siento. Se supone que debo mantenerte aquí hasta que sea la hora
para que salga tu avión. Son sólo un par de horas. ¿Necesitas algo?
Miró en dirección a Alea.
—Por favor. No voy a tratar de hablar con Tori. Simplemente necesito
estar con mis hermanos. Hablando de ese día... —Él respiró tembloroso—.
Necesito su compañía.
Ella tomó su mano y empezó a caminar por el pasillo.
Lan maldijo y los siguió, pero no trató de volver a detenerlos.
Durante todo el tiempo, el cerebro de Oliver maquinaba, su corazón
martilleaba porque tenía la solución, y era muy simple. Tori les había hecho
el favor de venir a palacio. Oliver tenía la intención de utilizar eso a fin de
ayudarla a superar su pasado, su orgullo y facilitar la conclusión que los
haría felices.
Estaban en Bezakistan, y las reglas eran diferentes aquí. Tori realmente
debería haber recordado eso. Probablemente, ella había pensado que él y
sus hermanos eran británicos educados. Pero Oliver se había casado con
una ciudadana bezakistani, por lo que le había concedido la doble
nacionalidad. Eso le hacía también bezakistani.
Él tenía derechos aquí que la dulce Tori podría no tener en cuenta.
Dudaba que ella creyera que alguna vez él fuera a ejercerlos. Pero, oh, lo
pretendía.
Ella le pertenecería a él y a sus hermanos de nuevo porque se la llevarían,
con la bendición de Talib. Debido a que el jeque nunca violaría o
desconocería las leyes de su propio país.
Lan abrió la puerta de la suite de Callum y Rory.
Alea lo abrazó.
—Espero que encuentres un poco de paz, Oliver. Sé que no funcionó con
Tori, pero hay una mujer allí fuera para alguien tan amable como tú.
Él controló su expresión en algo adecuadamente soso. Necesitaba jugar al
patético y deprimido Oliver durante unos minutos más, ya que no quería
hacer partícipe a nadie de sus planes... por si acaso.
—Espero que estés bien. —Logró un murmullo roto.
Alea le besó en la mejilla como si fuera frágil y prometió llamar. Luego
se fue, y estaba solo con sus hermanos.
—Sé que estás molesto con Tori, pero tienes que escuchar, Ollie. —
Callum llegó a él, la pura fuerza de voluntad brillaba en sus ojos.
¿Por qué había pensado alguna vez que su hermano era despreocupado?
Callum era despreocupado cuando no le importaba. Cuando algo le
importaba, perseguía lo que quería con una firmeza singular.
—No, necesito que te sientes. Callum apretó la mandíbula.
—Yo no voy a escuchar las razones por las que deberíamos dejarla y
alejarnos de Tori. Voy a Dallas. Ahí es donde ella va a estar.
—Me voy con él—asintió Rory, su decisión tomada.
Gracias a Dios. Él había pensado que podría tener que convencer a su
hermano más joven de que Tori era la mujer para ellos, pero parecía que
Callum había hecho ese trabajo.
—Ninguno de nosotros va a Dallas. Sus hermanos comenzaron a discutir.
—¡Deteneos! No vamos a Dallas porque Tori no estará allí. Ella va a
estar en ese maldito avión a Londres con nosotros. ¿Cuánta cuerda
tenemos? Y querido Dios, dime que tenemos algún tipo de mordaza porque
no creo que ella vaya a ir en silencio.
La mandíbula de Callum cayó. Era bueno saber que podía sorprender a su
hermano.
—¿Qué demonios dices?
—Estoy diciendo que soy un ciudadano bezakistani y tengo derechos en
este país. No vamos a Dallas de rodillas. No vamos a suplicar. Tori optó por
esconderse en Bezakistan y yo voy a reclamar mi derecho. Hermanos,
vamos a robar a nuestra novia.

* *

Tori miraba hacia los jardines y se preguntó si los tres hermanos ya


estarían en el avión de regreso a Londres.
Le dolía el corazón al pensarlo. Ella nunca los volvería a ver. Nunca les
tocaría o abrazaría o incluso hablaría con ellos. Sus charlas siempre habían
sido la mejor parte de su día. Ella había querido trabajar en Thurston-
Hughes. El entorno dinámico significaba que siempre había habido algo
sucediendo, y había disfrutado el desafío de tratar con la prensa británica.
Excepto cuando la prensa fue tras ella. Ella miró hacia la noche y trató de
decirse que había hecho lo correcto. No podía manejar ser el centro de
atención. No podía manejar su vida de alto perfil. Había un coste que venía
con el dinero y la fama. No le importaba el dinero, pero odiaba la fama.
Ella quería una vida tranquila. Ellos no podían dársela.
Y ella no podía darles lo que se merecían. No podía darles un corazón
completo porque estaba demasiado asustada.
—¿Cómo estás? —le preguntó Piper mientras caminaba hacia el balcón.
Al menos su hermana todavía estaba hablando con ella. Estaba bastante
segura de que Talib no lo hacía. Cuando le había pedido que enviara a los
hermanos Thurston- Hughes a casa, se había frustrado con ella,
empujándola para que le dijera lo que realmente había sucedido. Había
llorado hasta que él había aceptado pero Tori se dio cuenta de que había
estado profundamente decepcionado con ella.
—Estoy bien. Estoy lista para volver a casa. —Sus maletas estaban
llenas. Se iría a Texas en la mañana apenas unas horas después de que los
mejores hombres que le habían sucedido salieran del país. Se preguntó si la
odiaban ahora.
—¿Es realmente un hogar? No estoy ahí. No tienes amigos en Dallas,
¿verdad?
¿Por qué es un hogar? —Piper parecía sentir la necesidad de hacerle hoy
preguntas difíciles.
Pero su hermana estaba en lo cierto. Dallas no era un hogar. Tori ni
siquiera estaba segura de que tuviera uno. El hogar era donde vivían las
personas que amabas.
Dios, el hogar era Inglaterra, y ella nunca volvería.
—Voy a hacerlo mi casa. —Las lágrimas amenazaban, pero si ella
mostraba a Piper un solo signo de arrepentimiento y su sabia hermana
estaría encima de eso.
—Dime por qué los alejaste. Y juro que gritaré si me dices que no
significaban nada para ti más allá del sexo y que has terminado con ellos.
Al menos podía contestar esta pregunta.
—No funcionaría. Fue bueno para una noche, pero no puede funcionar a
largo plazo.
—¿Por qué no? A mí me funciona. Tori suspiró.
—Pero esa es la norma aquí. La Ley. No tanto en Londres.
—Ni siquiera intentaste hacer que funcionara —señaló Piper. Ella apretó
los puños a los costados.
—Yo no tengo que probar. He visto a esos hombres durante los últimos
seis meses. No pueden compartir, no a largo plazo. Pelean demasiado.
Anoche fue una cosa excepcional. Fue genial... pero no era la realidad. Sé
que piensas que estoy cometiendo un error, pero creo que si todo el mundo
va por su lado es lo correcto. Londres no es como aquí. Viste cómo la
prensa me destrozó por caer por las escaleras. ¿Puedes imaginar lo que
harán si en realidad nos casáramos?
—Cada matrimonio tiene sus problemas. Nunca tendrás que preocuparte
por el dinero. Y no se descarta la belleza de eso. Tendrás todas las
necesidades cubiertas.
¿Hay una compensación por eso? Sí. —Su hermana se apoyó en la
barandilla—. Pero yo creo que tienes una visión sesgada del mundo. Estoy
un poco sorprendida de que nunca lo haya visto antes. Eres muy buena en
ocultarlo.
—Tengo una visión realista del mundo, Piper. Yo vivo ahí fuera. Tú eres
la que está protegida. —Vivía en un palacio rodeado de guardias y esposos
amorosos.
Los labios de Piper se elevaron.
—¿Lo estoy? ¿Sabes lo que hice hace dos semanas?
—Estoy segura de que era fabuloso.
—Visité la frontera. Tenemos continuamente refugiados desde el Medio
Oriente y tenemos que encontrar la manera de alojarlos y alimentarlos
porque no podemos rechazarlos.
La frontera era peligrosa. Aunque Bezakistan tenía cierta protección de
los combates que sucedían en todo el Oriente Medio, todavía era peligroso
para cualquier persona, y mucho más un miembro de la realeza.
—¿Lo sabía Tal? Él nunca te dejaría ir allí. ¿Es por eso que no había
nadie de la prensa?
—No había nadie de la prensa, porque no era una sesión de fotos —dijo
su hermana con firmeza—. Fue una misión de recolección de información.
No puedo saber lo que necesitan a menos que yo misma les hable y no
pueden saber que al jeque y a mí nos importan a menos que vayamos
juntos, y se lo mostremos. Talib entiende que no voy a ser una figura que
sólo posa y se ve bonita y da a luz de vez en cuando. Él, Rafe, y Kade me
eligieron y no me pueden cambiar. Voy a hacer lo que pueda para ayudar a
mi pueblo.
—Piper, podrías haber sido asesinada. —El pensamiento trajo lágrimas a
sus ojos. Piper las enjugó con un tierno toque de sus dedos.
—Es bueno saber que te importa, pero voy a volver en unos pocos días.
Estoy ayudando a construir refugios temporales. No voy a dejar a esas
personas desplazadas a los carniceros de este mundo y no los devolveré a la
basura porque no nacieron aquí. Han soportado mucho. Creo que tengo más
miedo cuando mis maridos van que por mí misma.
—Sí, porque estarías devastada si algo sucediera.— Y sin embargo, sus
cuñados no se escondían y protegían. Iba en contra de quienes eran como
seres humanos. Tori quería pedir a su hermana que nunca volviera, pero ella
sabía que no iba a funcionar. Piper era quien era. Si creía en una causa, no
se echaría atrás, especialmente si alguien la necesitaba.
De repente, la vida de Tori parecía poco profunda. Ella ayudaba a la
gente guapa a hacer cosas bonitas y escondía toda la fealdad bajo la
superficie. Había elegido una profesión que enmascaraba los verdaderos
problemas del mundo en brillo y ostentación.
—Entiendo por qué no te llevaste a la prensa, pero tener una campaña en
torno a los refugiados podría traer luz a su difícil situación. Podría irles
bien.
—Lo sé. Tengo a alguien trabajando en ello.
—¿Por qué no me preguntaste? —Tenía miedo de saber la respuesta.
—No sé cómo manejarías caminar por esos campos. Te mantienes
distante, y ellos necesitan gente que esté abierta.
Ella se mantenía distante. Tori lo sabía ahora. Construyó muros para
quedarse a salvo.
Piper arriesgaba su vida por gente a la que no conocía. Tori ni siquiera
arriesgaría su corazón por tres hombres que amaba.
Amor. Estaba empezando a preguntarse si ella sabía lo que significaba la
palabra.
—He puesto algo en tu maleta —dijo su hermana—. Después de que
empaqué la vieja casa, la vendí con todos los muebles. Pensé que había
limpiado todo lo personal, pero al parecer olvidé algún rincón de la oficina
de papá. Es una locura, pero la gente que compró la casa ha estado tratando
de encontrarme. Imagina su sorpresa cuando descubrieron que ahora yo era
una reina. Una familia agradable. Podrían haber vendido esas cosas a la
prensa amarilla por una fortuna, pero ellos querían que los tuviéramos. Me
enviaron una caja el mes pasado. Encontré el diario de papá y dos viejos
álbumes de fotos. Quiero que pases el próximo mes estudiando tu infancia
con ojos de adulta.
Su padre había escrito un diario. Ella lo sabía. Había asumido que se
había perdido después de su muerte.
—Me encantaría leerlo. Aunque no sé cuánto tiempo tendré con la
mudanza e instalándome en un nuevo trabajo. Voy a tratar de leerlo antes de
que regrese para el cumpleaños de Sabir.
Tori necesitaba tiempo y espacio para procesar las cosas. Tal vez en un
par de semanas podría escribir a uno de los hermanos Thurston-Hughes. O a
todos ellos. Tal vez podría encontrar una amistad con el tiempo. No podía
soportar la idea de no volver a ver o hablar con ellos de nuevo.
O nunca sentir sus manos en su cuerpo, la respiración caliente
acariciando su piel.
El aire de la noche de repente parecía más caliente que antes y se
preguntó si iba a pasar el resto de su vida anhelándoles.
—Oh, creo que vas a tener un montón de tiempo. —Una sonrisa secreta
cruzó la cara de Piper—. Realmente espero que puedas entender que
tenemos tradiciones en Bezakistan que deben ser honradas.
—Por supuesto. —Se había quedado en más de una cena extravagante
porque el ritual lo exigía, a pesar de que se negó a comer las bolas de cabra
fritas por las que todo el mundo parecía loco—. Yo siempre trato de honrar
las tradiciones de mi familia política.
—Ah, pero ahora también son tus tradiciones. Sabes que bajo la ley
Bezakistani, eres más que familia política. Cuando me casé con mi esposo,
te convertiste en su hermana. Es por eso que te emitieron un pasaporte. Por
lo tanto, tienes la doble nacionalidad.
Ella lo entendía. Era el motivo por el que tenía el derecho a viajar
libremente aquí.
—¿Qué estás tratando de decir?
—Estoy tratando de decir que aunque no tuve ni voz, ni voto real en lo
que está a punto de suceder, estoy bastante contenta. Nunca tuve esta parte.
Mis hombres eran tan taimados como los tuyos. Los tuyos están tomando el
enfoque tradicional, más agresivo. —Piper se puso de pie frente a ella,
alisándose la ropa—. ¿Quieres un poco de brillo de labios? Esta ocasión
suele estar marcada con algunas fotos.
—¿Ocasión? ¿Fotos? Me estaba preparando para ir a la cama. Piper se
limitó a sonreír. Algo se estaba cociendo.
Antes de que Tori pudiera interrogar aún más a su hermana, la puerta de
su habitación se abrió de golpe y los hermanos Thurston-Hughes entraron
viéndose bellísimos y soberanamente satisfechos. ¿Por qué se veían tan
complacidos, casi petulantes, ella no tenía ni idea. Tori sólo sabía que la
expresión reflejada en sus tres caras le daba mucho miedo. Ella retrocedió,
pero no tenía adónde ir.
Talib, Rafe, y Kade entraron detrás de ellos, seguidos por Alea y sus
maridos.
Gracias a Dios. La guardia real estaba aquí. Dane, Cooper, y Lan estaban
en sus uniformes normales. Eran grandes protectores con armas de fuego de
buen tamaño.
¿Por qué no estaban sacando a la fuerza a los hermanos? No es que
quisiera verlos lesionados, pero tenían órdenes de no acercarse a ella. Había
estado aterrorizada de que si alguien la obligaba a hablar con ellos, ella
cedería. Tori estaba segura de que sería una muy mala idea, sobre todo antes
de que tuviera tiempo para pensar. Pero Dios, eran hermosos. Odiaba verlos
partir de nuevo.
—Dane, se amable con ellos —imploró—. No les hagas daño. El gran
centinela arqueó una ceja.
—Eso no va a ser un problema.
Piper sonrió mientras besaba a su hermana en la mejilla.
—Estoy muy feliz por ti. Sólo recuerda que un día me perdonarás. Y no
te olvides de las cosas que puse en la maleta. Ah, también incluí todos tus
productos favoritos para el cabello. Son difíciles de conseguir a dónde vas.
¿En Dallas? Pero las expresiones de confianza de Oliver, Callum, y Rory
le dijeron que no estaría poniendo un pie en Texas.
—¿Qué está pasando? —Tori agarró la mano de su hermana.
—Tal vez deberías explicarlo, primo —dijo Talib, mirando fijamente a
Oliver.
¿Primo? Ella nunca había oído a Tal referirse a Oliver como su primo,
pero el marido de Piper estaba haciendo claramente un punto al dirigirse de
esa forma. La mente de Tori giró. Los bezakistanis tomaban en serio las
cosas de familia. Ella era una prueba de ello. Cuando un Bezakistani se
casaba, el resto de la familia reclamaba al nuevo cónyuge. No como un
pariente político, sino como un verdadero hijo de la familia.
Oh Dios. Oliver había estado casado con la prima de Talib. Seguramente
eso no quería decir...
—Por mis derechos como varón bezakistani y miembro de la familia real
reinante, reclamo a mi novia. Y por los derechos de todos los hombres de
esta tierra, elijo compartirla con mis hermanos. —Oliver le envió una
mirada que chisporroteaba, y Tori sentía como si él viera directamente a
través del pijama que se había puesto sólo una hora antes. Ellos eran suaves
y cálidos, y ella había pensado en el hecho de que nada se había sentido
mejor en su piel que sus manos. Nada lo haría.
Ahora se sentía despojada y desnuda.
—¿Qué está pasando? —preguntó ella de nuevo.
Talib la ignoró, escogiendo estar delante de Oliver. Tal vez ahora su
cuñado le explicaría que todo lo que Oliver pensaba que estaba haciendo no
funcionaría.
Talib puso una mano sobre la cabeza de Oliver.
—En lugar de su padre, en representación suya y también de mi hermana.
Llévala con mis bendiciones. Como es nuestra ley, tienes treinta días para
convencerla. Nuestras novias puedan ser robadas, pero no son esclavas. La
novia de la familia real debe ser cortejada y ganadas en el tiempo asignado
o puesta en libertad para encontrar a un compañero más adecuado. Sugiero
que utilicéis este tiempo para marcarla con el placer y encadenarla con el
cariño.
—Yo no quiero ser marcada o encadenada —protestó Tori. Esto tenía que
ser un sueño extraño. No podía estar sucediendo—. Soy una chica de Texas.
No nos roban. Bueno, si lo hacen, la ley tiende a oponerse. No podéis
esperar que vaya con vosotros, porque existe algún anticuado ritual bárbaro
que no debe aplicarse a mí.
—Las leyes de este país te aplican muchísimo a ti, hermana —dijo Talib
mientras Kade y Rafe se pusieron a ambos lados de ella luciendo sonrisas
que la enfurecieron.
¿Estaba siendo conducida hacia los británicos?
—Esto es una broma, ¿verdad? Sabéis que es el siglo XXI y esto es
técnicamente un delito.
Talib dio un paso adelante.
—No en este país. Y podrás encontrar ahora que Oliver Thurston-Hughes
y sus hermanos tienen plena ciudadanía bezakistani. Creo que tienen la
intención de llevarte a un lugar privado para tu período de concubina.
—¿Mi período de concubina? —Mierda. Ellos hablan en serio. De
acuerdo con la ley, una ley antigua y un poco barbárica, un miembro de la
familia real bezakistani tenía permiso para robar a una novia deseada. Ella
entonces se convertía en la concubina de los hermanos roba-novias y ellos
tenían un mes para utilizar casi cualquier recurso necesario para
convencerla de que se quedara con ellos. Si, al final, ella optaba por irse,
sus deseos serían concedidos y no sufriría deshonra social.
¿Cómo convencían a la novia? Con placer. Con sexo. Con largas noches
de seducción.
Todo acerca de esta idea era horrible. Una broma aterradora. Ella estaba
enamorada de ellos. Si les daba treinta días de intimidad, nunca sería capaz
de irse.
—Tú decides, pero espero que hagas la elección correcta. Espero que
elijas el amor sobre el miedo. —Piper la abrazó, y luego se puso de pie al
lado de Talib —. Te deseo lo mejor. Y sonríe porque el fotógrafo está justo
fuera. Solamente privadas. Sé que me gustaría tener fotos, porque ellos
nunca hicieron toda esa cosa de atarme.
Talib sonrió a su novia.
—Lo he compensado, mi amor. Te ato tan a menudo como es posible.
Creo que nuestra hermana va a hacer algo tonto ahora.
Demonios, sí, iba a hacerlo. Ella huyó. Si pudiera llegar al baño, podría
encerrarse. Puro pánico amenazaba. Ella corrió hacia el baño, sus pies
descalzos golpeando todo el mármol.
Antes de que pudiera lograrlo, un fuerte brazo rodeó su cintura, tirando
de ella hacia atrás contra un duro y musculoso pecho.
—Dame una oportunidad, cariño. Dame diez minutos a solas contigo y si
no estás de acuerdo con todo lo que tengo que decir, te dejaré ir. Puedes
pasar tus treinta días aquí y no te molestaré más —prometió Oliver, su
aliento en la oreja.
Ella aspiró su aroma. Picante, masculino y limpio. Hacía menos de
veinticuatro horas desde que ella le había tocado, y le había echado de
menos como si hubieran estado separados durante años. Su cuerpo la
traicionó, apretándose contra él. El brazo alrededor de su cintura se ciñó, y
se encontró apoyándose en su fuerza.
—No me puedes robar, Oliver.
—Puedo, pero no lo haré. Danos diez minutos. Nos lo debes.
La vergüenza se apoderó de ella. Él tenía razón en eso. Tori se preguntó
si había cometido un terrible error. Estaba muy confundida, ¿pero estaba
haciéndolo mejor o peor dejándolos fuera?
—Está bien. Pero tienes que prometerme que me dejarás ir al final.
—Si no te dejas caer de rodillas al final y nos pides que te llevemos lejos,
te dejaremos aquí. El período de concubina expirará en treinta días, y este
matrimonio de prueba habrá terminado. Podrás decirle a Talib que rechazas
la petición y seguir con tu vida.
—Todos podremos seguir con nuestras vidas —dijo ella.
—Nosotros no —respondió Oliver—. No sé qué vamos a hacer, pero te
amaremos hasta el día en que muramos.
Ella se dio la vuelta, retorciéndose para salir de sus brazos así podría ver
su cara.
—No uses esa palabra, Oliver. Él suspiró.
—Debo. No hay otra palabra que se le acerque. Yo no sabía lo que
significaba hasta ti. Hasta ahora. En realidad no. Pero me doy cuenta de que
amar significa ser valiente. Amar significa arriesgarse. Te amo. Si te vas,
voy a perder la mejor parte de mí.
—Si te vas, voy a esperar a que regreses —prometió Rory. Se movió
detrás de ella—. Esperaré todo el tiempo que eso requiera, porque sólo hay
una mujer en el mundo para mí.
—Me mudaré a Dallas. —Callum le puso una mano en su cabello—. Vas
a tener que verme todos los días y saber que estoy esperando que te
despiertes y tomes lo que te ofrezco. Lo que solamente te ofreceré a ti.
Mírame a los ojos y dime que anoche no significó nada. Entonces, tal vez,
sólo tal vez pueda marcharme, pero no volveré a estar completo porque ayer
por la noche fue todo para mí. Anoche fue la noche en que comenzó
realmente mi vida.
Este era el motivo por el que había vigilado su puerta. Ella sabía que
dirían cosas para hacerla derretirse. Para debilitar sus defensas. Para
convencerla para arriesgarse con ellos, y con el amor.
Tendría treinta días para averiguar si podían hacer que el matrimonio
funcionara.
Treinta días para saber lo valiente que podría ser.
Tori se dejó caer de rodillas.
—No necesito diez minutos. Llevadme lejos, Amos. No puedo prometer
que me quedaré, pero prometo que lo intentaré.
Mientras le sonreían, ella se preguntó si no acababa de sellar su destino.
Capítulo 13
Callum se quedó mirando la pantalla de su tableta, deseando poder pasar
a través de ella y estrangular a quien ideó esta mierda en el otro lado. La
limusina circulaba a través de la pequeña aldea lindando con su finca. No
pasaría mucho tiempo antes de que llegaran. El vuelo de Bezakistan los
había llevado a un aeropuerto privado donde habían sido recogidos por la
limusina que actualmente les estaba llevando a su tiempo a solas. Claire ya
había llegado y estaba preparando su estancia.
Sospechaba que su hermana podría ser su as en la manga. Durante el
próximo mes, él y sus hermanos se suponía que pasarían el tiempo
convenciendo a su nueva novia de que este matrimonio podría funcionar,
pero él más bien pensaba que Tori disfrutaría de tener otra mujer con quien
hablar. Ella había crecido con una hermana. Claire podría ser como otra.
Desafortunadamente, Claire no podía limpiar el desastre que los había
estado esperando cuando habían llegado al Reino Unido y aterrizaron.
La prensa había salido con toda su fuerza. Él había esperado que dado
que la “exhibición” de Tori había sido noticia el día anterior, la prensa
amarilla habría encontrado a alguien nuevo para atormentar. Pero Tori era
noticia de primera plana de nuevo. Alguien había tomado una foto de ella
en el baile de palacio luciendo una mueca de enfado mientras que él y su
hermano la rodeaban. El titular decía: ¿Caza fortunas amante de tres de la
elite de Gran Bretaña?
¿Cómo podía ser ella una maldita caza fortunas? Era la cuñada de tres de
los hombres más ricos del mundo. Ella tenía la riqueza en sus dedos.
Por supuesto, el artículo no era mucho más agradable que el resto.
Narraba el problema del primer matrimonio de Oliver y se daba a entender
que él iba tras de la fortuna al Mussad en venganza. Callum no estaba
seguro de por qué alguien pensaba que Oliver necesitaba el dinero o cómo
tanto Ollie como Tori podrían ser tachados de codiciosos. Naturalmente, el
periódico sensacionalista también acusaba a Callum de elegir cruelmente a
Tori sobre la madre de su hijo por nacer. A pesar de las mejores intenciones
de Talib, la historia de Thea seguía causando daños y probablemente lo
haría durante muchos meses por venir. Si estaba embarazada, y él no creía
que lo estuviera, Thea jugaría el papel de amante despechada hasta el
nacimiento. Si no, podría apostar que reclamaría un aborto involuntario
provocado por todo el estrés.
Había llegado el momento de tratar con ella de frente. No lo había hecho
antes, pero ahora tenía que pensar en Tori.
Rory se inclinó, manteniendo la voz lo más baja posible.
—Espero que Tori no vea eso. Una vez que lleguemos a la casa de
campo, podemos desconectar Internet y decirle al personal que mantenga
los periódicos a distancia.
Miró al otro lado del coche donde Tori estaba dormida, con la cabeza
sobre el hombro de Oliver. Desde el momento en que se había dejado caer
de rodillas y les había pedido que la llevaran lejos, uno de ellos mantuvo
una mano sobre ella en todo momento. Habían decidido posponer su castigo
y cualquier juego hasta que llegaran sin incidentes al país, pero no eran lo
suficientemente tontos como para dar a Tori un momento a solas.
—Tú eres el único que sale de esto bien —murmuró Callum. Rory puso
los ojos en blanco.
—¿Estás de broma, ¿verdad? Implican que soy el idiota que está
cediendo ante tu lujuria y la codicia de Oliver porque soy demasiado
estúpido para pensar por mí mismo. Ridículo. La preocupación más
acuciante es Thea.
Callum suspiró y apartó la tableta.
—Por mucho que lo odie, es hora de sobornarla.
—Lo probamos antes —advirtió Rory—. Tal vez si elevamos el pago,
picará. Ella debe saber que no vamos a dejar a Tori por ella, sobre todo
después de que acabamos de viajar a Bezakistan para traer a nuestra chica a
casa. Tal vez esa es la dosis de realidad que Thea necesita. Sé que odias
pagarle por algo como esto, pero es la forma más rápida. Ella firma una
confidencialidad, y todavía tendremos nuestra prueba de paternidad. Si el
niño es tuyo, estamos de acuerdo en pagar la manutención, pero ella no
puede volver a hablar con la prensa sobre ti o tu familia de nuevo.
—No tenemos que pagar la manutención del hijo. —Dios, Callum
esperaba que al menos le creyeron sobre eso.
—Lo sé, pero vamos a tener que poner un poco de ese lenguaje en el
contrato. Voy a ser honesto, creo que ella es un poco inestable. Tenemos
que tratarla como si su historia pudiera ser verdad. Una vez que firme ese
documento, no será capaz de discutir el incidente y todo habrá terminado.
Callum asintió. Ellos tenían cosas más importantes de las que hablar.
—¿Qué crees que pasó con él? —Hizo un gesto en dirección a Oliver. Su
hermano mayor, parecía una persona diferente. No el Oliver antes de
Yasmin, pero tampoco la cáscara que había sido después. Este hombre había
caminado a través del fuego y forjado una nueva fuerza. Desde luego, se
había hecho cargo de Tori. No había retrocedido o mezclado en el fondo.
El fantasma de una sonrisa se dibujó en los labios de Rory.
—Alea sucedió. Hablé con ella antes de irnos. Aparentemente Ollie no
recordaba la noche tan bien como él creía. Pensó que se había dado por
vencido.
—No me puedo imaginar eso —masculló Callum. Nunca había leído los
informes. Eran demasiado sangrientos, demasiado reales. Odiaba pensar en
ese día. Había recibido la llamada en el vestuario y había abandonado un
partido. Había sido la única vez que se había perdido uno por otra cosa que
no fuera una lesión. Pero él se había ido porque su hermano lo necesitaba.
Ese vuelo había sido el más largo de su vida. No sabía si su hermano estaba
vivo o muerto.
—Por lo menos parece que ha dejado de creer que Tori se parece en algo
a Yasmin.
No es que el último ciclo de noticias va a ayudar.
—¿Qué están diciendo ahora? —Tori bostezó adormilada—. Vosotros
dos no sois tan silenciosos como os creéis.
Oliver se estiró mientras ella se sentaba derecha.
—Nunca lo han sido. La voz baja de Cal se parece a la de la mayoría de
la gente gritando.
Callum hizo una mueca. Tal vez eso era algo en lo que debería trabajar.
—Ven aquí, amor. —Él se palmeó el muslo y se encontró el regazo lleno
de una dulce y suave mujer en cuestión de segundos. Tori envolvió sus
brazos alrededor de su cuello y se acurrucó contra él. Él tuvo que hacer la
única pregunta de la que no estaba seguro quisiera la respuesta.
—¿Vas a utilizar estos treinta días para sacarnos de tu organismo? —Ella
se puso rígida pero no se movió de su regazo.
—No intencionadamente. Rory resopló.
—Pensé que eso había terminado.
La pequeña descarada en realidad se acurrucó más cerca de él.
—Necesito tiempo para descifrar algunas cosas.
—¿De qué tienes miedo? —Oliver se trasladó a un asiento más cercano
—. No entiendo. Hemos hecho evidentes nuestras intenciones. No puedes
pensar que te estamos utilizando para el sexo.
—Estoy empezando a sospechar que ella nos está usando a nosotros para
el sexo — acusó Rory.
Ella negó con la cabeza.
—No es así.
—¿Cómo es, entonces? —Callum estaba decidido a llegar al fondo de lo
que se interponía entre ellos—. Porque desde donde yo estaba sentado,
parece que nos usaste. Estabas lista para largarte.
—Y yo ya estaba pensando en formas para volver a contactarme con
vosotros. — Ella cerró los ojos por un momento—. No sé si puedo manejar
la intensidad de lo que siento por vosotros. Si algo le sucediera a uno de
vosotros, estaría devastada.
—Eso es ridículo —dijo Rory—. Cariño, cualquier cosa puede suceder
en cualquier momento. No puedes vivir tu vida tratando de evitar el dolor.
También evitas la alegría y la felicidad. No es manera de vivir.
—Eso es lo que dice mi hermana. Estoy tratando de… asimilar su
consejo. Creedlo. Tampoco puedo soportar la idea de que mi vida esté
llenando las páginas de una revista. He visto cómo eso afecta a la gente —
explicó—. Y dudo que los periódicos nos dejen en paz. Hubo otros chismes
hoy, ¿no?
Callum le acarició el cabello, su mirada ahondando en la de ella.
—Si no hacemos comentarios y actuamos como si no pasara nada, van a
abandonarlo. Surgirá algún otro escándalo. He estado en el ojo público
desde que firmé mi primer contrato a los dieciocho años. Cuando me
comporto mal, ellos salen como langostas, y por un tiempo, no puedo hacer
nada bien. Finalmente, si no llamo la atención, se van. No es justo, pero es
cierto. Se aburrirán de nosotros. Viviremos discretamente y todo esto se
desvanecerá. Sí, habrá preguntas, y algunas personas no lo aprobarán. Pero
no me preocupo por ellos. Me preocupo por ti.
—¿Y si alguna vez tenemos hijos? —preguntó Tori.
—Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él. —Él también se
preocupaba por eso—. Pero no seríamos los primeros con una relación
inusual.
—Podrían burlarse de ellos.
—Amor, a todos los niños les gastan bromas por algo. ¿Estás diciendo
que sólo porque él o ella podrían encontrar dolor en algún momento, es una
razón para no traerlos al mundo?
Ella sollozó un poco.
—No sé lo que estoy diciendo. Simplemente sé que amaros a los tres me
asusta mucho y no sé si pueda manejarlo. Cuando salí de vuestra habitación
ayer por la mañana, sólo necesitaba unos minutos para mí. Pero empecé a
darme cuenta de lo mucho que me importaba, entonces vi los periódicos y...
Ella había echado el cerrojo. Callum la abrazó más fuerte.
—He estado pensando. ¿Y si me convierto en vuestra muy discreta
amante? Yo podría ser capaz de manejar eso. Si nadie lo supiera, entonces
no podrían juzgar.
Y ella sería capaz de mantener las distancias. Por mucho que ella parecía
quererlo, Callum sabía que él y sus hermanos no podían permitirlo.
—Su juicio no significa nada. Dime por qué crees que lo hace. Ella se
encogió de hombros.
—Crecí en un pueblo pequeño. Después que mis padres murieron, Piper
tenía que ser absolutamente irreprochable. Todo el mundo pensaba que era
demasiado joven para cuidar de mí. Tuvo que caminar en una línea muy
recta porque todo el mundo estaba mirando, esperando a que la cagara o
que yo hiciera algo tonto. Ellos pensaban que yo debería ir a una familia de
acogida. Un par de mujeres incluso nos denunció al servicio de protección
al menor para que me retiraran de la custodia de Piper.
Ah, eso explicaba una cosa.
—Ahora nadie te puede llevar.
—Ellos me podrían despedir —dijo lógicamente.
—¿Quién? —Callum frunció el ceño—. Mis hermanos y yo te
contratamos.
—¿Y si alguna vez nos separamos? Oliver negó con la cabeza.
—Nunca tendrás que preocuparte por el dinero otra vez. Y no pienses ni
por un segundo que el dinero no es poder. Si tu hermana hubiera tenido
dinero entonces, no se habrían atrevido a desafiarla. Tenían mentes
pequeñas y demasiado poco para ocuparlas. Este argumento no tiene
sentido. Ahora eres adulta y la prensa amarilla, aunque molesta, realmente
no te puede hacer daño. Habrá un montón de clientes que te contratará
porque has sido noticia.
—No me gusta que la gente me mire, me juzgue. —Ella se había puesto
rígida en sus brazos.
—A nadie le gusta. Bueno, a nadie en su sano juicio. —Había tenido
compañeros de equipo a los que les encantaba ser el centro de atención
pública durante un tiempo. Pero una vez que se volvía invasivo, todo el
mundo quería un descanso—. Te estoy pidiendo que lo aguantes un poco.
—Una vez que estemos instalados, nadie nos encontrará fascinantes—le
aseguró Rory.
Ella respiró hondo.
—Está bien. Como dije, quiero probar. No estoy segura de si los tres
podéis llevaros bien durante treinta días.
Oh, ¿ella pensaba que tendría una escapatoria de esa manera? No. Él y
sus hermanos tenían la intención de asegurarse de que no darle una razón
para no enfrentarse a sus miedos.
—No tienes ni idea, cariño. —Él apoyó la mano en su rodilla—. Éramos
un equipo cuando éramos más jóvenes. Yo solía golpear a todos los matones
que iban detrás de mis hermanos.
—Cuando estábamos en el internado, los otros aprendieron rápidamente a
no meterse con nosotros. Nuestra unidad era inquebrantable —dijo Rory
con una sonrisa afectuosa.
—Hasta Yasmin. —Oliver frunció el ceño—. Pero eso se acabó, y debes
saber que hemos hablado de esto. Entendemos que con el fin de hacer que
te sientas segura, tenemos que formar una unidad cohesionada que ni
siquiera tu dulce sonrisa puede corromper.
Tori se sentó.
—No sé si me gusta cómo suena eso.
—Mocosa. —Se veía tan dulce que Callum quería comérsela. Ahora que
estaba aquí con ellos, ese agujero en el estómago parecía reparado. Ella no
podría quedarse con ellos durante un mes y luego irse.
—No te gusta la idea de no ser capaz de manipularnos. Tori negó con la
cabeza.
—Prefiero pensar en ello como ser capaz de razonar con vosotros.
—Todos estamos aquí a causa de la razón, amor. —Rory guiñó un ojo en
su dirección. Miró por la ventanilla—. Debemos llevarla a pescar. Hay un
lugar encantador en el río justo fuera del establo para los carruajes.
Solíamos sentarnos allí durante horas y horas en el verano.
—Hasta que mamá enviaba a alguien a encontrarnos—asintió Callum—.
El jardinero nos dijo que si nos quedábamos muy calladitos, las hadas
saldrían. Cuando éramos pequeños, teníamos muchas ganas de ver a esas
hadas.
Él tenía toda la intención de contar estas historias a sus hijos. Los hijos de
ellos.
—Nunca estuvimos lo suficientemente callados—dijo Oliver con una risa
—. Bueno, yo lo estaba, por supuesto. Yo era perfecto. Cal siempre tenía
gases. Juro que sus flatulencias alejaron a todas las hadas.
Callum envió a su hermano un grosero gesto con la mano, pero no pudo
evitar sonreír. Lo que sea que le había sucedido a Oliver en el palacio antes
de que lo dejaran parecía haber hecho maravillas. Oliver había bromeado
más en el último día que en los tres últimos años juntos. Y desde su ritual
bezakistani, había estado pendiente de Tori. Callum hizo una nota mental
para entrenar a Oliver en los puntos más finos sobre excederse con su chica
o ella le caminaría por encima con esos bonitos dedos de los pies pintados
de rosado.
—Oliver, no seas malo con tu hermano —dijo Tori con una mirada
severa.
Ollie agarró uno de sus pies. Ella se había quitado los zapatos en el
minuto en que había subido a la limusina. Él trajo su delicado pie a los
labios y besó el arco.
—Prefiero ser malo contigo, cariño. Sólo un poco. Tori soltó una risita.
—¡Eso hace cosquillas!
—No tanto como esto. —Callum pasó una mano firme sobre sus
costillas. Ella luchó por escapar.
—¡No! —Ella se acercó a Rory—. ¡Ayúdame! Él acunó su cabeza en su
regazo y la miró.
—Pensé que querías que los tres jugáramos juntos amigablemente. ¿No te
gusta la forma en que mis hermanos y yo compartimos nuestro juguete?
Tori reía mientras Callum y Oliver se abalanzaron sobre ella y Rory les
animaba. Sus pies patearon, su risa vibró, y la alegría le bañó. Deberían
jugar, amar bien y encontrar la felicidad juntos. Deberían ser una familia.
—¡Alto! —gritó Tori. Finalmente la dejaron levantar pero sólo para darle
un beso. Rory se inclinó hacia ella, sus labios acariciaron los suyos con un
deslizamiento lento. Observando fijamente, Callum acunó su pecho. Amaba
lo suave que era. No quería nada más que quitarle la blusa y sujetarse a esos
perfectos pezones rosados. Podía chuparlos hasta que ella estuviera gritando
por su orgasmo… el que ellos le concederían. De hecho, sospechaba que
todos se sentirían mejor si encontraban algo de alivio. Veinticuatro horas
era demasiado tiempo sin estar dentro de ella.
Rory metió una mano bajo la camisa, moldeando el otro pecho mientras
su lengua se hundía profundamente. Podrían tenerla desnuda en cuestión de
segundos. Podrían ordenarle que se pusiera de rodillas y ella podría
moverse entre ellos, chupar sus pollas antes de que la hicieran gritar.
—¿Qué demonios? —Oliver se inclinó hacia delante y apretó el botón
que lo conectaba al conductor—. Lyle, ¿eso es lo que yo creo que es?
Callum ayudó a Tori sentarse derecha. Rory se volvió en su asiento y
maldijo severamente.
La voz del chofer vino por el intercomunicador.
—Parece como que la prensa está esperando delante de la puerta de la
casa, señor.
Hablé con el ama de llaves. Ella dijo que han estado allí toda la mañana.
Tori palideció y trató de bajarse de su regazo. Callum la atrapó. Él no
estaba dispuesto a dejarla retirarse. Su miedo no podía ganar.
—Está bien. —Él le pasó una mano por la espalda—. Piensa en nuestra
situación como un trabajo, amor. Eres buena en esto. Te he visto manejar la
prensa con una mano atada a la espalda.
—Nunca cuando estaban detrás de mí. —Un sutil temblor sacudió sus
manos.
—¿Qué le dices a los clientes cuando los ves por primera vez? ¿A los que
su imagen debes rehabilitar? Imagina que esta situación no tiene nada que
ver contigo.
Ella respiró hondo y se tranquilizó un poco.
—Les pregunto cómo quieren ser vistos.
Esto era lo que ella necesitaba. Necesitaba pensar profesionalmente.
—Muy bien, ¿cómo quieres ser vista?
—Yo no quiero ser vista en absoluto. —Ella frunció el ceño—. Dado que
no es posible... creo que quiero ser vista como una mujer inteligente y
competente.
—Entonces muéstrales que eres esa mujer. Finge que eres tu propio
cliente. Asesórate a ti misma. —Si él pudiera conseguir que ella mirara más
allá de su emoción y viera el problema lógicamente, vería que no era tan
malo. Oh, ellos iban a pasar unos momentos desagradables, pero era una
tormenta que podrían capear.
Él vio el instante en que su intelecto se hizo cargo.
Ella se enderezó y sus ojos perdieron esa mirada asustada.
—La mejor manera de deshacerse de ellos es hacer una declaración.
Debemos ser honestos. Le explicamos que estamos en nuestro período de
concubina y solicitamos privacidad mientras estamos resolviendo nuestra
relación. Les pediré a mi hermana y sus maridos que emitan un comunicado
diciendo que ellos respaldan el potencial matrimonio y que mis cuñados os
agradecen a los tres que honréis su cultura y sus valores. Apartamos a la
prensa de los aspectos lascivos de nuestra relación. Nos centramos menos
en todo lo que alienta este asunto de “amante” y hablamos más sobre el
potencial de otra boda casi real.
—Eso es perfecto. —Rory soltó un obvio suspiro de alivio. Oliver se
llevó la mano libre de ella a los labios.
—Creo que eso funcionará muy bien, amor. Todavía tendremos algunos
tratando de tomar fotografías, así que no hay sexo al aire libre. Pero los
periodistas deberían dejarnos solos durante un tiempo. El mismo hecho de
que estamos aislados ayudará.
Esta vez, cuando Tori se bajó de su regazo, él la ayudó. Ella tenía de
nuevo el control. Cogió su bolso cuando Oliver informó a Lyle que pararían
y hablarían con la prensa. Tori se cepilló el cabello y se puso un poco de
brillo de labios. De cualquier manera se veía preciosa.
—Callum, van a preguntar sobre Thea —instruyó.
—¿Qué quieres que diga? —preguntó Callum. Sus labios se curvaron en
la sonrisa más dulce.
—Pensé que eras el jefe.
—Sólo en el dormitorio, mi amor. O cuando lo necesites. En este
momento, creo que encontrarás que seguiremos tus indicaciones. Nosotros
no escogimos un felpudo de mujer. Escogimos a alguien inteligente y
competente. En esto, tú eres nuestra líder.
Un brillo de lágrimas puso sus ojos un poco llorosos.
—¿Así que somos un equipo?
¿Ella no se había dado cuenta de eso? Callum le tomó la mano.
—Nosotros tres éramos un equipo desde hace meses, pero estuvimos un
poco perdidos. Te necesitábamos a ti para unirnos. Nosotros siempre somos
un equipo. Siempre nos respaldamos el uno al otro. Eso es lo que es una
familia.
Ella se inclinó hacia delante y lo besó.
—Sabes que decir, Callum. Recurre al viejo guión “por consejo de mis
abogados” y no digas nada acerca de Thea. Cuando te pregunten por el
bebé, sólo di que esperas ser padre un día y que cualquier hijo tuyo tendrá
todo tu amor. Oliver, no frunzas el ceño. De hecho, todo el mundo sonríe a
menos que la pregunta exija seriedad. Cuando pregunten sobre nuestra vida
sexual, y sabéis que lo harán, sonreíd y decirles que nos gusta mantener en
privado nuestras vidas privadas.
La limusina se detuvo justo delante de los grandes portones de la finca.
Frondosos árboles escondían de la vista la casa y el río más allá, lo que les
ofrecía privacidad. Callum se preguntó brevemente si sólo deberían seguir
adelante. O si simplemente deberían volverse directamente a Bezakistan.
Pero administrar sus negocios desde otro continente durante treinta días sin
ninguna planificación previa podría estar en algún lugar entre difícil e
imposible.
Cuando Lyle abrió la puerta del coche, Rory salió y se volvió para ayudar
a Tori.
Ella guiñó un ojo en dirección a Cal antes de salir de la limusina.
Oliver lanzó también una mirada de apoyo en su dirección.
—No dejes que te molesten. Cinco minutos como máximo, entonces no
estarás tratando con estas personas durante un mes entero. Y tú la
manejabas muy bien.
Oliver salió y después fue el turno de Callum. Era muy consciente de que
él era el verdadero desastre del grupo. La prensa podría haber estado
interesada en tres ricos hermanos compartiendo una novia, pero
probablemente no habría sido tan importante como historia sin él. Era uno
de los principales motivos por los que pululaban. Él había sido el chico
malo del fútbol desde hacía años, y ahora eso estaba regresando para
perseguirlos a todos.
Pero ellos también le necesitaban. Lo único que podía hacer era sonreír y
seguir las instrucciones de Tori. A la larga, verían que él había sentado la
cabeza.
Siguió a Oliver fuera del coche, y el grupo de reporteros de inmediato los
asaltó con preguntas.
—Señorita Glen, ¿cómo se siente por robarle el hombre a una mujer
embarazada?
—Torrance, ¿cree que su hermana se siente avergonzada por su reciente
exhibición desnuda?
—¿Cómo funciona el sexo? ¿Todos se turnan? ¿Ninguno de vosotros
puede encontrar a una mujer propia?
Cada palabra le revolvió las tripas. Eran una plaga. Callum apretó los
puños y la cólera atravesó turbulentamente su organismo.
—No. Sus palabras no significan nada—le susurró Rory al oído—. Que
Tori maneje esto.
Trató de calmarse. Una cosa era que estos imbéciles amontonaran esta
humillación sobre él, pero otra muy distinta es que la volcaran sobre ella. El
hecho de que no podía protegerla le quemó.
Tori sonrió, algo sereno y profesional.
—En primer lugar, nunca he robado el hombre de ninguna mujer. Callum
estaba completamente solo cuando empezamos nuestra relación. En
segundo lugar, mi hermana nunca me ha gastado más bromas que la noche
de mi fallo de vestuario. Dado que en su momento, me burlé de ella acerca
de saludar a la prensa no llevando nada más que la camisa de su marido el
día después de su matrimonio. ¿Qué puedo decir? No somos debutantes,
sino mujeres fuertes que han enfrentado muchas adversidades en la vida.
Con toda seguridad puedo decir que, dada la cantidad de agitación en el
mundo, mi seno derecho teniendo su propia cronología en Twitter es de
ninguna importancia. Me comprometo a llevar zapatos más prácticos en el
futuro. Obviamente, no estoy hecha para llevar tacones de doce centímetros.
—Con respecto a nuestra vida privada, tenemos la intención de mantener
los detalles para nosotros mismos—dijo Rory con su mano en la espalda de
ella, aportando apoyo.
Callum había sido bueno en hacer frente a estos buitres una vez. Podría
hacerlo de nuevo.
—Creo que alguien preguntó si ninguno de nosotros podía encontrar a su
propia mujer. —Se acercó al otro lado de Tori—. La verdad es que no
queremos a otras mujeres. Esta es más que suficiente para los tres. Tenemos
la intención de casarnos a la manera bezakistani de la hermana de nuestra
novia y nuestros primos. Esperen un comunicado del palacio a más tardar
mañana. Les agradecemos a todos por tomar tan amable interés en nuestras
vidas y ahora pedimos privacidad mientras seguimos el tradicional mes de
unión antes de nuestra boda.
Tori le brindó una sonrisa alentadora, pero su mirada se enganchó en un
hombre de negro que salió de detrás de uno de los inmensos robles que
salpicaban la propiedad. Callum miró con horror como el desconocido
sacaba un arma y comenzaba a disparar.
Se arrojó delante de Tori y sintió una bala desgarrar la carne de su brazo.
Oyó un grito, entonces el mundo se desvaneció.

* *

Rory se paseaba de un lado a otro mientras el magistrado local se


disponía a marcharse.
—¿Así que no tiene nada de este hombre? El magistrado se encogió de
hombros.
—No. Nuestra hipótesis de trabajo es que él estaba haciendo una
declaración en contra de la familia real. Hemos estado en contacto con el
jeque y dice que las amenazas en su contra se han incrementado desde que
el país comenzó a aceptar refugiados. Desgraciadamente su... la señorita
Glen es un blanco fácil. Tiene mucha suerte de que su hermano es muy
rápido con los pies o ella estaría muerta.
—¿Está absolutamente seguro de que ella era el blanco?—preguntó
Oliver, desviando su mirada hacia la parte trasera de la casa donde ahora
Callum descansaba después de que el médico le había tratado.
Afortunadamente, la bala había cortado un poco el brazo izquierdo de
Callum en lugar de alcanzar algo vital. La herida apenas había requerido
dos puntos de sutura y algunos analgésicos.
Desde entonces, Tori se había negado a abandonar su lado. Después de
que ella había llorado, pareció distanciarse. A Rory no le gustaba la mirada
en blanco en su rostro. Sí, se sentó junto a él, sosteniendo su mano buena.
Ella era amable, pero parecía como si funcionara en piloto automático. Que
muriera un ser querido era su mayor temor, y el ataque de hoy había sido un
disparador, enviándola de nuevo a su caparazón protector.
El magistrado asintió mientras recogía su maletín.
—Sí. Por donde estaba el hombre, la trayectoria de la bala iba
directamente al tórax de la señorita Glen. Ella era su blanco. Vamos a echar
un vistazo a las imágenes de vídeo que tomaron algunos de los periodistas.
Por desgracia, no tenemos mucho. La mayoría se dispersaron cuando él
empezó a disparar. Tenemos suerte que huyó. Algunos creyentes
convencidos simplemente se habrían quedado y disparado hasta que ella
estuviera muerta. Tendremos oficiales patrullando por los jardines.
—También tengo nuestra propia seguridad. Estarán aquí antes de que
oscurezca.
—Rory había pedido inmediatamente un destacamento para la casa y los
jardines.
No tenía ninguna duda de que Talib enviaría a alguien mañana. El jeque
había estado molesto como mínimo.
El magistrado se comprometió a estar en contacto, luego se dirigió a la
puerta, dejando a Rory a solas con Oliver.
—¿Estás pensando lo que estoy pensando? —preguntó Rory. No pudo
apartar de su mente la última noche de Tori en Londres.
—Claro. Esta no es la primera vez. No puede ser una coincidencia que
alguien trató de atacarla antes de irse. Ahora que lo pienso, podría haber
sido el mismo hombre las tres veces.
Rory sintió que sus ojos se abrían como platos.
—¿Tres veces? ¿Estás hablando de Peckham?
—Sí, yo estaba a punto de preguntar lo mismo. —Tori estaba en la
puerta, su piel pálida y esa mirada torturada en sus ojos—. Callum está
dormido. Claire está sentada con él. Iba a preguntar si pensabas que lo que
pasó en Londres está relacionado con los disparos. Ahora realmente me
gustaría saber lo que quieres decir por tres veces.
Oliver hizo una mueca y se sentó en el sofá. Las cortinas estaban
corridas, a pesar de que el sol todavía brillaba intensamente.
—Una noche te seguí.
—Acosador espeluznante —dijo con el primer toque de humor que había
visto de ella desde el tiroteo.
Oliver se encogió de hombros.
—Tal vez, pero yo no era el único. Según Claire, un hombre te siguió al
bajar del autobús. Salté sobre él en un callejón cuando sacó un cuchillo.
Sus ojos se estrecharon.
—Tu última “pelea de bar”, supongo. Oliver levantó las manos.
—La última. Te aseguro que he terminado con la mentalidad del club de
la pelea.
A menos que le ponga las manos encima al tirador. Entonces la suerte
está echada.
Tori frunció el ceño.
—Así que yo estaba visitando a un amigo, tú me estabas siguiendo, y
Claire te estaba siguiendo a ti. Lo de acosador espeluznante debe ser cosa
de familia.
Oliver se inclinó hacia delante.
—Esto se siente más personal que alguien con una agenda política.
Además, incluso con los lazos de Tori con la familia real, alguien con un
hacha para machacar contra el modo de vida bezakistani probablemente no
habría apuntado hacia ella antes de hoy. Quiero saber dónde ha estado Thea.
—Desde luego, no era una mujer quien me disparó hoy. Yo lo vi. —Tori
cruzó los brazos sobre su pecho.
—Eso no significa nada. —Rory realmente pensaba que la idea tenía
sentido —. Se comportó más como un empleado que como un terrorista.
—Él iba detrás de mí. —Tori se volvió hacia la puerta—. No importa por
qué.
Callum casi muere. El único plan que tiene sentido es que me vaya.
Rory se había preocupado de que ella se retrajera emocionalmente desde
que el matón había disparado el arma. Odiaba tener razón.
—¿A dónde irías?
Ella se encogió de hombros.
—No importa.
Importaba. Rory cruzó los brazos sobre su pecho.
—Absolutamente no.
Su mayor temor era la pérdida, y Callum casi había jugado esa historia
antes. Oliver frunció el ceño y estuvo de acuerdo.
—No vas a ninguna parte. Tenemos seguridad. Va a ir bien. Nosotros te
protegeremos.
Ella frunció los labios y se volvió hacia el pasillo.
—No estoy preocupada por mí. Os estoy avisando ahora. Alguien, el
destino, tal vez, no nos quiere juntos. Así que en treinta días, me iré. Nadie
tendrá que recibir una bala por mí otra vez.
Rory no estaba dispuesto a permitir esa mentira. En tres pasos estuvo a su
lado, su mano envuelta alrededor de su brazo.
—Esa no es la forma en que va a ir, amor.
Ella lo miró, esa mirada en blanco casi lo rasga en pedazos.
—No me mires como si nada de esto importara. Todo acerca de ti es
importante para nosotros, y tienes que entender eso. Sé que lo que pasó esta
tarde te asustó, pero Callum está bien. Es duro y va a estar perfectamente
nuevo mañana. Ni siquiera se acordará de que le han disparado.
—Yo lo recordaré —prometió ella.
Él trató de arrastrarla a sus brazos. Ella se quedó inmóvil, rígida.
—Tori, Callum hizo lo que tenía que hacer. Cualquiera de nosotros habría
hecho lo mismo.
—No deberíais haber tenido que hacer nada en absoluto —dijo ella, su
voz plana—. Esto es ridículo. No estoy casada con la familia real. ¿Por qué
vendrían detrás de mí?
Ella ya estaba erigiendo muros de nuevo. Cada vez que él se las arreglaba
para atravesar la última barrera, ella comenzaba a construir otra. Tenía que
demostrarle que no había pared que él y sus hermanos no pudieran tirar
abajo.
Rory la apretó con fuerza.
—No lo sé, pero lo voy a averiguar. Tengo una llamada a una agencia de
seguridad de Londres que investiga cosas como esta. Yo también voy a
poner fin a la cosa con Thea.
—¿La madre del bebé de Callum? —Tori puso los ojos en blanco.
Ah, allí estaba su primer indicio de que ella no era tan impasible como
pretendía.
—¿Te molesta?
Ella se encogió de hombros.
—No es mi problema.
Oliver se puso de pie, llegando a lado de Rory.
—¿En serio? ¿No te importa con quién tiene sexo Cal? Esos dulces labios
suyos se aplanaron en una línea terca.
—No. No puede importarme. ¿No ves que esto no va a funcionar? La
prensa no nos dejará solos y ahora alguien está tratando de hacerme daño.
Callum podría haber sido asesinado. ¿Lo pillas?
Las lágrimas brotaron de sus ojos de nuevo. Ella necesitaba llorar y
purgar esas emociones, pero se abrazaba con fuerza a su control.
Ya era hora de quitárselo.
Rory enredó sus dedos en su pelo, retorciendo ligeramente para que ella
se viera obligada a mirarlo a los ojos.
—Cal podría morir en la carretera. Cualquiera de nosotros podría estar
involucrado en un accidente en cualquier momento. Nadie tiene garantizado
el mañana. No voy a permitir que este miedo irracional tuyo se interponga
entre nosotros.
—No es irracional —argumentó—. Lo he visto. Me ha ocurrido antes y
ahora está volviendo a suceder. Además de eso, alguien me quiere muerta.
¿Por qué no te das cuenta de que es más lógico dejarme ir? No quiero poner
a todos en peligro. No podría soportar que uno de vosotros muriera por mi
culpa. Por favor, déjame ir, Rory. Puedo estar de vuelta en Londres en unas
pocas horas, incluso más lejos para mañana.
Él apretó su abrazo, aflojando cuando su respiración se cortó. Podía ver
la forma en que sus pezones se pusieron duros debajo de la delgada camisa.
Ella ya estaba respondiendo y apenas la había tocado. ¿Creía sinceramente
que podía alejarse de esto? Él sabía muy bien que él nunca lo haría.
Oliver se movió detrás de ella, apretujándola hasta que Tori estuvo entre
sus grandes cuerpos.
—No vamos a dejar que te vayas. Puedes suplicar todo lo que quieras
pero no saldrás de esta casa.
—No me puedes retener aquí. —Las palabras salieron en un jadeo
entrecortado cuando sus cuerpos chocaron. Una cuidada mano se levantó
para tocar el pecho de él. La otra fue a la cadera de Oliver—. Solamente
porque el sexo sea bueno, no significa que ésta sea una buena idea.
Tal había tenido razón. La única manera de romper las defensas de Tori
era la pura intimidad. Estarían dentro de ella tan a menudo durante los
próximos treinta días que ella se sentiría vacía si uno de ellos no estaba
haciéndole el amor.
—El hecho de que sólo le llamas buen sexo me muestra cómo eres de
ingenua y lo poco que entiendes. No es sexo. He tenido sexo. He tenido
tanto sexo que me aburrí de eso. No tenemos sexo. —Rory rodeó su pecho
con la mano libre. Ella pareció hincharse alrededor de sus dedos, lo que le
obligó a tomar más en su mano—. Lo que hacemos es hacer el amor y
nunca he hecho el amor con otra mujer.
Ella arqueó una ceja.
—Me parece recordar un par de modelos que no estarían de acuerdo.
—Ah, eso era sexo. Era una picazón que podía rascar con cualquiera.
Esto es más. Deseo. Ansia, y sólo una persona en el mundo me puede
satisfacer ahora. Tú. Sólo tú.
—Había sido así desde el momento en que había visto a Tori. Sólo ella
importaba ahora. Sólo Tori podría satisfacer sus necesidades.
—Pensé que había estado enamorado —susurró Oliver—. Creí que lo
sabía todo.
Entonces todo mi mundo me fue arrancado.
Las lágrimas se formaron en los ojos femeninos.
—Entonces debes entender por qué yo no puedo hacer esto. Oliver no se
detuvo.
—Entiendo que estés asustada. Yo he estado igual. Mi miedo me hizo
atacar y causar daño, pero no lo volveré a hacer. Soy más fuerte ahora.
—¿Qué te pasó, Oliver? —preguntó. Oliver le dio un beso en la mejilla.
—Tú pasaste, amor. Volví al palacio por ti y me encontré de nuevo. Yo
había estado tirado en ese suelo muriendo durante años, pero me levanté y
no voy a volver a caer de nuevo. Voy a luchar. Querías ver el verdadero yo.
Bueno, esto es lo que soy, cariño. Voy a luchar por lo que quiero y eso es
una familia contigo y mis hermanos. Date por vencida ahora. Hazlo fácil
para todos nosotros, porque sólo hay un resultado aceptable y es el
matrimonio. Una vida juntos. No voy a aceptar nada menos.
Ella negó con la cabeza, pero se movió entre ellos, como si no pudiera
decidir qué camino tomar.
—No puedo manejarlo.
—Puedes y lo harás. Me aseguraré de ello. Todos vamos a ayudarte. —
Rory tomó su boca con hambrienta dominación como si sus labios y lengua
pudieran marcarla.
Ella se suavizó bajo el ataque, y él pudo sentir sus lágrimas sobre su
rostro. Se negó a aflojar. Necesitaba llorar, necesitaba sentir. Ella se aislaba
de todo y él estaba empezando a entender que ella sólo parecía abierta a las
personas que no importaban. Estaba aterrorizada de dejar entrar a alguien
que realmente le importara.
Rory pretendía cambiar eso porque tenía la intención de ser uno de los
hombres que ella amara más que a la vida misma. Toda esa pasión y amor
estaban atrapados. Era cosa de ellos liberarlos.
Las palabras no parecían surtir efecto en ella por lo que Rory iba a
intentar algo mucho menos verbal.
Dejó que su lengua se hundiera profundamente, jugando con la de ella.
Tiró del dobladillo de su camisa.
—No necesitas esto, cariño.
Entonces Oliver estaba desvistiéndola, y Rory le asistía.
La vida era más fácil con un par de compañeros. Él nunca tuvo que dejar
de besarla mientras su hermano mayor seguía quitándole la ropa. En poco
tiempo, dejaron al descubierto su cálida piel. Con un toque, se soltó su
sujetador y sus pechos cayeron entre ellos, rogando por su atención. Él
terminó el beso con una última caricia de su lengua por el labio inferior y la
estudió.
—¿Cómo me haces esto? —Sus inocentes ojos se habían nublado de
deseo. Había una respuesta fácil a esta pregunta.
—Me apasionas. Te amo con toda el alma. Tori, nunca vamos a encontrar
esto otra vez. Todos congeniamos. Encajamos. Oliver, ¿alguna vez has
querido a otra mujer como la quieres a ella?
—Nunca. Yo no sabía que podría querer a una mujer de la manera en que
la quiero a ella. —Oliver le tomó la barbilla, inclinándola hacia él. Él rozó
sus labios contra los suyos—. Y nunca he recibido tanto placer de una
mujer. No funciona así con otras personas. No encontrarás esto con otro
hombre. Tienes que conformarte sólo con tenernos a los tres.
—¿Otro hombre? No puedo manejar los que tengo. Vosotros tres no
escucháis al buen sentido. —Ella arqueó la espalda, con la boca contra
Oliver mientras su pecho llenaba de la mano de Rory—. Hacéis que me
olvide de pensar.
—No hay necesidad de pensar en este momento. Solo siente. Déjanos a
nosotros. Tenemos que estar juntos. Necesito estar cerca de ti. Sé que tienes
miedo, pero nosotros también. No queremos perderte. Ni por una bala, ni
por tu propio miedo. — Bajó la cabeza y lamió el duro pezón. Se puso más
duro, rogándole que la atormentara aún más.
Él miró hacia arriba y Oliver la estaba besando, sus bocas fusionadas en
la pasión. Eso hizo que su polla se endureciera hasta el punto de dolor al ver
como Tori se sometía a sus deseos. Ella ahora no estaba pensando en la
posibilidad de la pérdida. Estaba pensando en el placer, el amor y lo que
ellos podían darle.
Chupó el pezón en su boca. Esto sería duro y rápido. No podía ser de otra
manera. Más tarde esta noche la ahogarían con largas caricias de sus
lenguas, de sus manos y vergas. Con suerte, Cal se uniría a ellos. Pero
después de los acontecimientos del día, Rory tenía que estar dentro de ella.
Ahora.
Él tiró de la cintura de sus pantalones, arrastrándolos hacia abajo y
cayendo de rodillas. Oliver seguía besándola, sus manos rodeándola para
pellizcar sus pezones. El cuerpo femenino se movía con inconsciente
gracia, meneándose sensualmente entre ellos.
—Sal—le ordenó mientras le bajaba las bragas también, revelando una
perfecta piel femenina y ese hermoso coño que no podía esperar para hacer
suyo de nuevo. Podía oler su deseo. Ella ya estaba mojada y lista para ellos.
La evidencia de su necesidad brillaba en los pliegues de su coño.
Se inclinó sobre ella y la olfateó, rodeándose del dulce aroma de su
deseo. Amaba lo rápido que Tori respondía. Cuando se trataba de sexo, ella
no se andaba con rodeos o jugos. La honesta y abierta necesidad que mostró
amenazó con provocarle un orgasmo.
No iba a correrse hasta que ella no lo hiciera con él.
Rory arrastró su lengua por sus labios vaginales y directamente sobre su
necesitado clítoris. Se detuvo por un momento y succionó el nudo entre sus
labios.
Tori se retorció y jadeó, gritando su nombre incluso mientras Oliver
pellizcaba sus pezones.
Encontró una profunda satisfacción al saber que su hermano estaba allí,
sujetándola para su placer. Y el de ella.
Rory se movió hacia adelante, dándole a ese dulce clítoris un duro
chupetón mientras sus dedos encontraban su coño y se deslizaban dentro. Él
los curvó en su interior y encontró su punto dulce, acariciando mientras
chupaba. Tori se corrió sobre sus dedos. Ella le empapó con su liberación.
Fue perfecto y le dio licencia para pasar a la siguiente fase.
—Sobre tus manos y rodillas —ordenó Rory.
Oliver la ayudó a deslizarse hasta el suelo. Todo el cuerpo de Tori estaba
sonrojado por el orgasmo. Ella lo miró y Rory se dio cuenta de que ahora no
había paredes entre ellos. Este era el único lugar donde podía estar
completamente seguro de ella. Necesitaba ampliar sus lugares seguros.
Oliver se movió delante de ella, bajándose los pantalones y liberando su
polla. Ella no necesitaba preguntar. En el momento en que él estuvo en
posición, le chupó la punta entre sus labios. Oliver siseó y metió las manos
en su pelo.
—Deberías hacer lo que vas a hacer. No puedo durar demasiado tiempo.
Esa pequeña lengua de ella es asesina.
Rory se bajó los pantalones, agarrando un condón antes de arrojarlos a un
lado. Lo hizo rodar sobre su polla dura-como-clavos y se ubicó detrás de
ella. Su culo se meneaba de modo tentador y él prometió que no pasaría
demasiado tiempo antes de sentir ese dulce agujero a su alrededor. En el
avión, le habían dado instrucciones de usar un plug durante varias horas. Al
principio se había resistido...después había accedido. En pocos días, estaría
lista para que la follaran juntos. Pero por ahora estaría satisfecho de
conseguir tenerla entre él y Oliver.
—Separa ampliamente tus rodillas—le ordenó—. No dejes de chupar a
Oliver, pero prepárate para mí. Voy a joderte duro mientras le tomas.
Chúpalo profundamente. Puedes hacerlo. Puedes tomarnos a él y a mí.
Finalmente, Callum va a follar este dulce culo tuyo. Estarás muy llena. No
habrá ni un centímetro de ti que no exploremos.
Ella zumbó, meneando su trasero. Oliver maldijo.
—Joder, esto se siente bien. Solo un poco más. Toma cada centímetro.
No había manera de que su hermano fuera a durar mucho más tiempo.
Rory sabía exactamente lo bien que se sentía estar metido hasta las pelotas
de esa caliente boca. Si iban a correrse juntos, tenía mucho trabajo que
hacer. Alineó su polla con su empapado coño y empezó a hacer presión.
Ella se movió para acomodarle, inclinando la pelvis hacia él. Tan apretada.
Ella estaba tan perfectamente apretada y caliente. Él presionó,
introduciendo despiadadamente la polla dentro de su canal. Se abrió paso,
agarrando sus caderas para mantenerla inmóvil.
Ella se contoneó y retorció mientras continuaba chupando la polla de
Oliver. Estaba atrapada entre ellos, un manojo precioso de feminidad. Ella
era de ellos para proteger y amar. Y ella era sin duda suya para follar.
Él empujó hasta que estuvo pegado a ella y luego se mantuvo inmóvil por
un momento, disfrutando de la profunda conexión que sentía cada vez que
se hundía en su interior. Esto era intimidad a diferencia de lo cualquier cosa
que jamás había experimentado antes. Ella era la mujer correcta y este era
el momento adecuado.
Movió una mano para encontrar su clítoris mientras comenzaba un ritmo
acelerado. No se contuvo en absoluto. Ella era fuerte y no sólo físicamente.
Él iba a demostrárselo, pero por ahora lo único que importaba era el sonido
de su boca chupando a Oliver y la sensación de su coño apretándole.
Él le acarició el clítoris y sintió su espasmo. Oliver gimió y empujó con
fuerza en su boca.
Rory la sintió tambalearse y ceder. El orgasmo le hizo estremecerse, pero
siguió empujando, llevándola con caricias hasta mayores alturas. Ella chupó
frenéticamente y finalmente soltó, habiendo tomado todo lo que Oliver le
dio. Tori empujó hacia atrás y gritó su nombre mientras se corría por todo
su polla.
Él se abrió paso en su interior una última vez antes que el puro
agotamiento lo derribara. La acunó mientras se movía a su lado. No
importaba que se encontraran en la sala donde su madre solía tener tés. Esta
era su casa ahora, y ellos amarían a su esposa cómo les pareciera. La besó
en la oreja.
—No quiero oír nada más acerca de marcharse. Perteneces aquí con
nosotros.
Ella alargó la mano hacia Oliver, tomándola mientras descansaba su
cabeza contra el pecho de Rory.
—¿Tengo voto?
—No en esto. —Oliver besó tiernamente su palma—. No cuando tu
seguridad y felicidad están en riesgo. No puedes vivir lejos de nosotros para
siempre. Tenemos que resolver esto.
—Juntos —dijo Rory con rotundidad.
—Es un error. —Pero ella trajo la mano de Oliver a su pecho.
—Entonces es nuestro error. —Rory pensaba que el único error era estar
separados. Todo lo demás se pondría en su lugar. Una vez que se hubieran
encargado de Thea, la prensa se aplacaría un poco y ellos podrían centrarse
en encontrar al hombre que trataba de matar a Tory.
Una sombra oscureció la puerta.
—¿Me voy a dormir durante veinte minutos y esto es lo que encuentro
que hacéis?
Rory miró hacia arriba y Callum estaba de pie en la puerta, con una
mirada feroz en su rostro.
—Oveja que bala pierde bocado, como dicen los americanos. —Se burló
Oliver. Tori se sentó, luchando para alcanzar su ropa.
—Se supone que debes estar en la cama.
—Apenas necesitó puntos de sutura. Ha jugado con una conmoción
cerebral — gruñó Rory mientras se ponía de pie. Parecía que su tiempo de
juego había terminado.
—Mi brazo me duele a rabiar, y creo que los medicamentos que el
médico me dio me afectan. —Callum miró a Tori como un niño triste—.
Me desperté sin ti.
Tori cogió la camisa de Rory, abandonando su propia ropa. Ella se
apresuró a llegar a Callum.
—No te voy a dejar solo otra vez. —Ella tomó su mano buena y comenzó
a llevarlo por el pasillo—. Cuidaré de ti.
Justo antes de su desaparición, Cal miró hacia atrás, dando a sus
hermanos una sonrisa triunfal.
—Cabrón —susurró Oliver con un movimiento de cabeza.
—Bueno, eso es Cal para ti. Dejándonos con el trabajo duro. —Se dirigió
hacia el baño y escuchó un grito.
—¿Se me olvidó decirte que la criada ya está aquí? —preguntó Oliver—.
Vamos a tener que avisar al personal.
Rory agarró sus pantalones. Esta definitivamente ya no era la casa seria
de su padre.
Y aleluya por eso.
Capítulo 14
Dos semanas más tarde, Tori estaba sentada frente a la chimenea,
mirando las páginas del diario de su padre y se preguntaba si alguna vez
había conocido al hombre en absoluto.
Su padre había sido un hombre tranquilo, dulce. Había sido un gran
padre. Y había sido un apasionado de su madre.
Había escrito página tras página sobre lo mucho que la había amado,
deseado y necesitado. Él la había conocido cuando estaban en el último año
de la escuela secundaria, había desechado su idea de entrar en el ejército y
la siguió a la universidad sólo para estar con ella. Le había costado tres años
convencerla de que saliera con él, pero pasaron casi veinte años juntos.
Dudó de pasar la página, porque sabía lo que vendría después. Su
hermana le había dado tres diarios llenos de palabras de su padre. Ella había
leído los dos primeros. Ahora estaba a medio camino del último, pero sabía
que las páginas restantes eran engañosas. El tercer diario tenía un montón
de espacios en blanco, el símbolo de una vida truncada.
Cerró el libro y se quedó mirando el fuego. Incluso, ¿quería saber?
¿Realmente quería saber cómo se sintió su padre cuando murió su madre?
¿Quería saber que el amor y la pasión se habían convertido en cenizas?
Cuando Tori cerró los ojos, pudo ver al hombre apuntando el arma y
disparando contra ella. Había sentido el tiempo ralentizarse y observado
como la sangre brotaba del brazo de Callum. En sus pesadillas, su brazo no
había recibido una bala sino su corazón. En aquellas terribles visiones, ella
lo había sostenido mientras la luz en sus ojos se atenuaba... después se
extinguía. Ella había sabido más allá de una sombra de duda que su muerte
estaba en su conciencia.
Las últimas dos semanas habían sido una revelación. Desde la infancia
que no se había sentido tan segura y amada, pero sabía que no siempre
duraba. A veces el amor podía ser hecho pedazos por algo como un
pequeño tumor.
—Me preguntaba dónde estabas. —Su cuñada entró en la habitación.
No, su nombre era Claire, maldita sea. Tori tenía que dejar de pensar en
la mujer como de la familia. Esta era la parte astuta del plan de los
hermanos Thurston- Hughes. La habían escondido en el aislamiento de la
hermosa campiña inglesa e insistieron en jugar a las casitas. Era demasiado
fácil olvidar que no estaba casada en realidad. Su período de concubina aún
tenía otras dos semanas. Luego tenía que decidir si iba a seguir adelante... o
pasar.
—Me estoy escondiendo. No quiero ser parte de lo que está pasando con
esos abogados.
—Callum piensa que estás enfadada con él. Ella suspiró.
—No lo estoy. Es sólo que no quiero incitar a un motín. He oído que ella
insistió en estar aquí.
Claire asintió con la cabeza.
—Ella se negó a firmar los papeles si no conseguía hablar con Callum
por última vez.
Thea se había convertido en la pesadilla de la existencia de Tori. Había
acudido a cada programa de entrevistas posible, charlando sin parar sobre
cómo Tori había robado el padre de su hijo por nacer. Incluso había culpado
del hecho de no haber ganado peso al estrés de estar lejos de su amante.
Ella creía a Callum. Todos ellos lo hacían. Cal nunca había amado a
Thea. Incluso creía el informe de Talib de que la mujer no estaba
embarazada en absoluto, por lo que la idea de pagar su mal comportamiento
exasperaba.
Y sabía que las furgonetas de los programas de noticias con sus
reporteros seguían acampadas fuera de los portones. Ellos todavía estarían
allí dentro de dos semanas, esperando que le dijera al mundo si habría una
boda real o una separación.
—No creo que Thea debería haber tenido una elección. —Tori odiaba el
hecho de que la mujer estaba en su casa. Se detuvo. En la casa de los
Thurston-Hughes. No importaba que hubiera empezado a amar este lugar.
Eso todavía no lo hacía suyo. Incluso se había acostumbrado al personal
que le sonreía y soltaba risitas a veces. En un primer momento, había sido
desconcertante. Sabían que tenía sexo con tres hombres. Había conseguido
una mirada torva de algunos de los miembros de mayor edad del personal,
pero ella los había oído hablar en las cocinas. A ellos no les disgustaba ella
por su moral. Simplemente no podían entender por qué necesitaba treinta
días para decidirse a casarse con los hermanos. Según ellos, cualquier mujer
que necesitaba ese tiempo para decidirse no tenía el buen tino para
convertirse en su ama.
Eran simplemente protectores de los amos.
—¿Les has dicho eso? —preguntó Claire, sentándose a su lado.
—No es mi lugar. —Ella no estaba segura de que tuviera un lugar.
—De acuerdo entonces. Me ocuparé yo misma. —Se puso de pie
bruscamente y enderezó la falda.
—¿Ocuparte de qué?
Claire no se volvió.
—Este es un trabajo de mujeres. Mis hermanos necesitan a alguien que
los guíe. Como es evidente que no serás tú, voy a atender este desagradable
asunto de Thea. Voy a cuidar de ellos, como lo he hecho desde que mi
madre murió. Al parecer, voy a seguir cuidando de ellos una vez que te
hayas ido.
Tori no estaba segura qué se había metido bajo la piel de Claire.
—Yo no he dicho que me voy en absoluto. Simplemente no sé si es
asunto mío involucrarme en el problema.
—¿Qué crees que es una relación? Sabes que me gustas, Tori, pero he
llegado a creer que eres fría. Que simulas ser esta mujer súper dulce que se
preocupa por todo el mundo.
—Me preocupo. —Esta conversación estaba dirigiéndose peligrosamente
a la que había tenido con Piper. Sólo que sospechaba que Claire sería menos
comprensiva.
—Sólo si eso no cruza algunos límites en tu cabeza. Te preocupas... pero
no demasiado. Vas a dejarlos al final, por lo que debes saber que voy a
hacer todo lo posible para encontrar a la mujer adecuada para ellos.
Tori debería haberse alegrado de que Claire le estaba dando su bendición
para irse si esa era su elección. Debería haberle complacido saber que
Claire iba a asumir la responsabilidad de estos hombres.
Pero Claire era su hermana, no su esposa, y sus palabras pincharon un
punto doloroso y sensible que Tori ni siquiera sabía que existía. Era su turno
tratar con Thea porque Callum obviamente no había hecho lo suficiente
para dejar saber a la mujer que no era querida. Cuando se trataba de asuntos
del corazón, había algunas cosas que solo otra mujer podría explicar.
Tori vio claramente que Claire tenía la intención de ocupar el lugar que le
correspondía a ella.
Claire la miró fijamente durante un largo momento, como si esperara que
Tori hiciera algo. En cambio, Tori se sentía pegada a la silla. Estaba en una
encrucijada, y la idea de decidir el resto de su vida en un puñado de días era
aterradora. Todo estaba ocurriendo demasiado rápido. Ella no estaba
preparada. Nunca podría estar lista.
—Muy bien, entonces —dijo Claire con un suspiro—. Me gustaría que
no te quedaras el resto del tiempo. Ellos piensan que los elegirás.
Obviamente, no lo harás. Los usarás hasta que llegue el momento. Entonces
aplastarás sus corazones cuando te marches hacia tu pequeño mundo
seguro.
Cada palabra parecía como una patada en el estómago.
—El mundo no es seguro. Yo debería saberlo mejor que nadie. Las
lágrimas brillaron en los ojos de Claire.
—También perdí a mis padres. Además perdí al hombre que amaba.
Nunca hablé de ello con mis hermanos. Lo conocí en la universidad. Salí
con él durante más de un año. Fue asesinado caminando a casa una noche.
Algún idiota trató de robarle. Él no tenía ningún dinero. Mis padres se
habrían horrorizado, razón por la cual no hablé de él. Ahora me gustaría
haberlo hecho. Lamento que nunca lo conocieron. Esa es la parte más
difícil. No tengo a nadie con quien hablar de él, porque nadie lo conocía.
Entonces Claire podía entender.
—¿Todavía sientes su pérdida? Sigue siendo un dolor en tu corazón, ¿no?
—Claro. Siempre va a estar allí. —Claire se llevó una mano al pecho
como si quisiera que se detuviera.
—¿Te gustaría que se fuera? —preguntó Tori. Ella negó con la cabeza.
—Eso significaría que nunca lo amé. No lo cambiaría por nada. Soy una
mejor persona por haberlo amado. ¿Crees que puedes esconderte de la
pérdida, pero todo lo que obtendrás al final de tus días es una existencia sin
sentido. Cuando mires hacia atrás, ¿de verdad crees que estarás feliz de que
nunca amaste? Nunca amaste realmente. ¿Crees que vas a morir con una
sonrisa en la cara, porque nunca sentiste algo? No, vas a morirte sola y
amargada porque lo elegiste. Vete a casa, Tori. No hay lugar para ti aquí y
sólo les lastimas quedándote. Necesitan una mujer, no una niñita asustada.
Lo siento si esto suena duro. Realmente te deseo todo lo mejor. Veré lo que
puedo hacer por salvar a mi hermano de esa mujer horrible.
Ella se alejó, y Tori sintió que algo se rompía en su interior.
Dios, ¿qué les estaba haciendo a sus hombres? ¿Cómo podría
posiblemente dejarlos? ¿Cómo podría siquiera pensar en alejarse de ellos?
Ella miró el libro en su regazo. ¿Su padre habría hecho algo diferente si
hubiera tenido la oportunidad? ¿Se retractaría de los años de alegría para
evitar el dolor horrible?
Pasó al final porque tenía que saber. Tenía que saber lo que él había
estado pensando en esos últimos días. ¿Había dicho adiós a sus chicas con
toda la intención de poner fin a su dolor?
Con manos temblorosas, giró la última página. A diferencia del resto de
los textos, que él había escrito para sí, parecía haber escrito esto para su
madre después que ella murió. Estas páginas se leían como cartas a su amor
perdido.
La entrada final fue de dos días antes de su muerte. Dos días antes de que
ella hubiera perdido a su padre. Las palabras borrosas mientras Tori las leía.

Querida Esposa,
Han pasado años. Te puedo decir el tiempo exacto al segundo, pero me
voy a detener ahora. Me duele el corazón, pero me di cuenta de que no
puedo llevar luto por siempre. Te amo. Eso nunca terminará, pero tengo
que levantarme por la mañana y seguir adelante. No porque te ame menos,
sino porque me di cuenta de que todas las mejores partes tuyas están aquí
conmigo. Están durmiendo dos habitaciones más allá y yo les estoy
fallando. Cada momento que paso deseando haberme ido contigo es un
momento que pierdo con ellas y Dios, son espectaculares. Piper tiene tu
dulzura e inteligencia. Y Mindy. Oh, nuestra Melinda Torrance tiene tus
agallas. Nada la asusta, pero la pérdida de su madre parece haber arrojado
una sombra sobre su valiente alma. Así que mañana, voy a despertar y
hacerles el desayuno y todos vamos a aprender a vivir de nuevo. Lo
haremos juntos, porque lo último que deben pensar es que deberíamos
llevar luto por el resto de sus vidas. Así que estoy terminando este diario
porque creo que me retiene. Voy a hablar con ellas de ahora en adelante.
Adiós mi amor. Hasta que nos encontremos de nuevo...

Tori recordó que esa mañana él las había despertado temprano para el
desayuno a Piper y a ella. Había estado con más energía. Incluso había
hablado de su madre. Antes de eso, había guardado silencio acerca de ella
durante mucho tiempo. Cuando Tori había mirado atrás a esa mañana, había
asumido que él simplemente había estado preparándose para ver a su madre
de nuevo. Ni una sola vez había imaginado que papá había decidido volver
a vivir.
El destino lo había cambiado todo. Dejó el libro.
Una vez había sido valiente. Sus padres a menudo se habían preocupado
de que se matara mientras investigaba una alcantarilla o trepando a un árbol
que no tenía por qué subir. Su hermana había sido la práctica, siempre
alejándola del terreno peligroso. Tori no había temido a nada. En algún
punto del camino, había aprendido a tener miedo.
Tal vez era hora de aprender cómo ser valiente nuevo.
¿Realmente apartaría a tres hombres que la amaban, a quienes ella amaba
desesperadamente a su vez, así no tener que sentir dolor? ¿Realmente
pensaba que si los dejaba mañana, esa elección de estar sin ellos lastimaría
menos que el destino tomando la decisión por ella? De cualquier manera,
les echaría de menos por el resto de sus días.
Tori dejó escapar un suspiro tembloroso. Hasta ahora, había tomado todo
lo que ellos tenían y les había dado muy poco a cambio. Tenía que cambiar
eso.
Era el momento de tomar su lugar al lado de ellos.
No necesitaba dos semanas. De hecho, no necesitaba otro segundo. Los
amaba y ellos se merecían más que la parte segura de su corazón. Se
merecían que ella creciera de una puta vez y ser la mujer que estaba
destinada a ser, la mujer que ellos necesitaban que fuera.
La mujer que sus padres habían criado para que fuera.
Con un silencioso gracias a su hermana por mostrarle una vez más el
camino, Tori salió al pasillo. ¿Querían a la verdadera Tori? Bueno, todo el
mundo estaba a punto de verla, comenzando con esa perra loca que tenía
que entender que nadie se interponía entre una chica de Texas y sus
hombres.

* *

Callum tomó un largo trago. Sin duda iba a necesitarlo. La chiflada


estaba en su casa. A solo unos pasos por el pasillo se sentaba la pesadilla de
su existencia. Él prefería pensar que no tendría que volver a verla, pero,
naturalmente, Thea aprovechó el poder que tenía y se salió con la suya.
Estaba negociando una última reunión con él por un millón de libras y la
promesa de no volver a mencionar nunca su nombre. La sola idea le
revolvía las tripas, pero esta tortura valdría la pena si ella se iba para
siempre.
Por desgracia, estaba bastante seguro de que ella no era la única que se
iba para siempre. No importa cómo intentó llegar a Tori, ella parecía más
lejos que nunca.
Hicieron el amor con ella todas las noches, empujando sus límites un
poco más, preparándola para lo que todos querían. Ella estaba amando y
dando cuando la desnudaban, pero en el momento en que se vestían de
nuevo, la cuidadosa distancia que ella siempre mantenía volvía a su lugar.
Callum estaba empezando a preguntarse si realmente podría romper sus
muros. Dado el ritmo de su progreso ahora, dos semanas más no parecían
como el tiempo suficiente para conquistarla.
—Ah, también necesitas fuerzas, ya veo—dijo Rory con un suspiro y
agarró un vaso—. Su abogado por sí solo es suficiente para llevar a un
hombre a beber. ¿Crees que ella lo encontró en una lista de los abogados
más despreciables en Gran Bretaña?
El abogado de Thea era un imbécil cadavéricamente delgado con ojos
oscuros que hacían que Callum pensara en la Parca.
—Odio todo esto.
Rory se sirvió dos dedos de la bebida de cincuenta años.
—Acabará pronto.
—Eso es lo que temo.
La mandíbula de Rory se apretó.
—No seas tonto. Yo estaba hablando de Thea, no de Tori. Va a estar bien.
—¿Cómo puedes decir eso? Ella no está más cerca de convertirse en
nuestra esposa que lo que estaba antes. No quiere hablar sobre el futuro.
—Es asustadiza, pero también es inteligente. Va a tomar la decisión
correcta.
—O la secuestraremos de nuevo. —Oliver entró—. Vamos a necesitar
más whisky escocés para llegar al final de este día. —Él palmeó
ruidosamente el hombro de Callum—. Vamos a encargarnos de la situación
de Thea. Puede que entonces la prensa se tranquilice.
—Se lo prometimos. Le dijimos que si nos daba treinta días, la
dejaríamos ir si eso es lo que ella todavía quería. —Esa promesa le
perseguía, le mantuvo despierto en la noche. Pero él era un hombre de
palabra.
Oliver se encogió elegantemente de hombros mientras se servía una copa.
—Le prometimos que podía irse si ella le daba una verdadera
oportunidad. Rory asintió.
—Buen argumento. Ella no ha hecho eso. Está disfrutando del sexo y
manteniéndose apartada el resto del tiempo. Así que nuestra oferta está
cancelada. Yo digo que le demos los treinta días, luego la ponemos en un
avión privado de vuelta a casa. Pero, oh, es desviado. Eso es tan triste.
Estoy pensando en esa pequeña isla que poseemos en las Bahamas. Es
bastante bonita.
Sus hermanos eran despiadados. Él podría dominar en el dormitorio, pero
ellos tenían las mentes retorcidas.
—No sé si eso va a hacer otra cosa que hacerla enojar.
—Ella se aplacará después de algunos años. Además, ups, sin querer nos
olvidamos los condones. Después de que la embaracemos un par de veces,
ella se acomodará—explicó Rory.
Callum tuvo que reírse.
—¿En qué siglo estás viviendo?
—En el que conseguimos a la chica y todos somos felices —explicó Rory
—. Tenía la intención de jugar limpio, pero ella no lo hace, entonces ¿por
qué deberíamos hacerlo nosotros?
Oliver se apoyó en la barra.
—Todo esto es una cuestión discutible. Lo he manejado. No tendremos
que arriesgarnos a ir a la cárcel o tratar de encontrar una manera engañosa
para embarazarla. Creo que ella pronto caerá en nuestras manos muy
inteligentemente.
Una pequeña llama de esperanza atravesó a Cal. Cuando esa mirada
llenaba la cara de Oliver, significaba que sabía algo que el resto de ellos no
y pensaba que su próxima carta ganaría el juego.
Antes de que Callum pudiera hablar, la puerta se abrió y entró una Claire
con ojos sombríos.
Estaba vestida informalmente, pero una mirada decidida centellaba en los
ojos de su hermana.
—Estoy aquí para ayudar ahora. Creo que sería mejor si Callum se
esfumara por el resto de la tarde.
Le encantaría, pero había un problema con ese escenario.
—Si yo no hago acto de presencia, Thea no va a firmar los documentos.
Ese es el motivo de esta reunión. Ella jura que va a firmar el acuerdo de
confidencialidad. Si se las arregla para fingir todo el embarazo y tener un
niño, me haré una prueba de paternidad. Será realizada por un médico de mi
elección y procesada en un laboratorio que ella no pueda sobornar. Ese es el
acuerdo.
Claire negó con la cabeza.
—No. No vamos a recompensar su pobre comportamiento. Y ella no
cejará. Simplemente cambiará la forma para alimentar a la prensa amarilla a
través de “fuentes” y continuará. No hay negociación con una mujer como
ella. Cree que puede tener lo que quiera, porque hasta este momento ha
estado tratando con un puñado de hombres. Voy a tomar las riendas y
librarla de esas nociones ridículas. Aprenderá rápidamente que yo no seré
conmovida por las lágrimas falsas o promesas de favores sexuales.
Rory miró a su hermana con el ceño fruncido.
—No me prometió favores sexuales.
—A mí sí —admitió Oliver con un suspiro.
—¿Cuándo? —Eso era nuevo para Callum.
—De vuelta en Londres. Pasó por la oficina, llorosa y suplicante,
intentando conseguir que yo hablara contigo. —Oliver se veía demasiado
calmado para un hombre cuyo mundo podría desmoronarse en catorce días.
Sus labios incluso se elevaban como los de un gato que había logrado robar
toda la crema—. Ojalá hubiera grabado la reunión. Ella incluso se puso de
rodillas, rogándome que pensara en mi sobrino. La situación era perfecta
para una mamada. Creo que ella estaba tratando de conseguir que me casara
con ella para salvar a su hijo. Ha leído demasiadas novelas.
—Oliver se volvió hacia Claire—. Tienes razón. No creo que debiéramos
estar tratando con ella. Sospecho que va a estar descentrada si hacemos que
lidie con otra mujer.
¿Qué demonios estaba haciendo Oliver? Thea odiaba a todas las demás
mujeres.
Ella nunca escuchaba a nadie, especialmente a una hembra rival.
La mandíbula de Claire se tensó.
—Sé que Tori debería estar interviniendo para poner fin a esta tontería,
pero...
Callum miró sobre la cabeza de Claire a los ojos de su hermano. Rory
hizo lo mismo. ¿Oliver había convencido a su hermana para intervenir y
hacerse cargo? ¿Por qué?
Oliver tomó la mano de Claire.
—Está todo bien. Sabemos que Tori no está tan decidida como nos
gustaría.
—Bueno, tuve una charla con ella —admitió Claire—. Le expliqué que si
no podía encontrar la fuerza para hacerse cargo de los hombres en su vida,
entonces yo tendría que hacerlo por ella. Puede sentarse y leer ese maldito
diario suyo durante todo el día. Eso no resuelve el problema. Siempre pensé
que las mujeres estadounidenses tenían más agallas que esto.
—Deberías señalárselo—coincidió Oliver. La barbilla de Claire se elevó
tenazmente.
—Lo haré. Después que esto termine, voy a “charlar” con ella.
Obviamente os habéis permitido ser utilizados con fines sexuales, y si nadie
más le va a explicar lo equivocada que está, supongo que esa tarea me
corresponde a mí. No voy a permitir que ella utilice descaradamente a mis
hermanos y los tire como basura.
Oh, querido señor. ¿Acaso Oliver sabía lo que estaba empezando?
¿Entendía lo que podría suceder cuando dos mujeres decidieran que tenían
el mismo lugar en una familia?
¿Siquiera le importaría a Tori?
—Siempre nos cuidas. —Oliver le apretó la mano—. Haznos saber si
tienes problemas con Thea. Yo, por mi parte, estoy mucho más feliz ahora
que estás a cargo. Tienes razón. Estábamos cometiendo un terrible error.
Claire asintió, luego se volvió a Callum, señalándolo con un dedo muy
crítico.
—Mantente alejado de esa mujer.
Él miraba con los ojos muy abiertos, mientras ella caminaba firme hacia
la puerta.
—¿Qué demonios ha pasado? —Su hermana había sido siempre muy
tranquila y retraída—. ¿Has enfrentado a nuestra hermana contra Tori?
Oliver suspiró.
—Simplemente hablé con Claire sobre lo vulnerable que me he estado
sintiendo.
Tienes que admitir que Tori nos está utilizando descaradamente.
Callum puso los ojos en blanco.
—Ella está pensando. No nos está usando para el sexo. Está asustada.
Rory sonrió.
—Me gusta la forma en que Oliver piensa. Y él simplemente le da algo
más en que reflexionar. Tori es una mujer muy responsable. También es
competitiva. No le va a gustar que otra mujer le quite la tarea.
—A ella definitivamente no le va a gustar otra mujer asumiendo su rol.
—Oliver tomó un sorbo—. Pero también parece que he desatado una tigresa
en nuestra hermana. Realmente no estaba esperando eso. Yo podría haberlo
calculado un poco mal allí.
La puerta se abrió de golpe, y Tori se asomaba de manera impaciente en
la puerta.
—¿Dónde está ella?
Callum tuvo que contenerse para no dar un paso atrás. Tori se veía un
poquito salvaje. Su cabello parecía azotado por el viento, como si hubiera
ido a dar un paseo en una tormenta. Fue entonces cuando se dio cuenta de
que llevaba una fusta en la mano.
—Amor, tal vez deberías sentarte y tomar una copa. Ella no se movió.
—Naturalmente que todos estáis escondidos aquí bebiendo. Bueno, os
podéis quedar aquí, pero necesito hablar con tu ex, Cal. Además, tengo que
hablar con nuestro abogado. ¿Está aquí también?
Rory alzó una mano.
—Estoy actuando como nuestro abogado en este asunto.
—Bien, probablemente deberías ser testigo de esto. ¿Está ella en el
comedor? — Tori miró a su derecha, hacia la habitación en cuestión.
Oliver le acercó su bebida.
—Sí, pero Claire está encargándose de todo. Sus ojos se entrecerraron.
—No, ella no se hace cargo. Tendré una conversación con ella, también.
—Señaló la fusta—. Vosotros tres permaneced fuera de mi camino.
Callum no pudo evitarlo. Este lado decidido de Tori no sólo lo puso un
poco caliente, también sacó su lado Dom.
—Tori, no me gusta la forma en que me estás hablando, amor. Ella
caminó hasta él y levantó la barbilla.
—No me gusta la forma en que tu última zorra ha regresado para
perseguirnos a todos, pero sin embargo tengo que lidiar con eso. Y me
puedes zurrar más tarde, Amo, pero tienes que dejar que me ocupe de esa
perra ahora. Tengo que hacer esto. Ella viene tras mis hombres, y no voy a
permitirlo. Desde luego, no me voy a esconder detrás de ti. Si te quiere, ella
va a pasar por encima de mi cadáver. Y no le va a gustar cómo la manejaré.
Él se la quedó mirando. Sus hermanos parecían perfectamente bien con
enviar a Tori a domar a la bestia Thea.
Si Tori tenía su espíritu de regreso y estaba llamándoles a los tres sus
hombres, Callum estaba completamente a favor de ello, con una salvedad.
—Voy a dejar que la manejes como mejor te parezca, pero de ninguna
manera te voy a enviar sola.
—Ella no va a verte. —Los ojos azules de Tori eran duros. Oh, él iba a
disfrutar esta noche.
—Quiero zurrarte. Voy a atarte y azotar ese culo descarado tuyo, y luego
voy a introducir suavemente mi polla en ese pequeño agujero apretado.
¿Entiendes?
La respiración de ella se atascó. Ella no era inmune.
—¿Estamos negociando?
—Sí. —Él le pasó el pulgar por el labio inferior—. Me quedaré aquí y te
dejaré manejar la situación si puedo hacerte cosas perversas e indecentes
más tarde, lo que me hará sentirme como tu hombre de nuevo.
—Hecho. —Sus ojos brillaban de alegría—. Pero sospecho que tendré
que llevar a Oliver y Rory conmigo. ¿Tengo razón?
Qué chica inteligente.
—Exactamente. Haz tus cosas. Luego vuelves a mí y te presentas. El
juego de esta noche comienza temprano.
Ella asintió con la cabeza, de repente estaba seria.
—Ya he terminado de salir corriendo. Él presionó su frente contra la de
ella.
—No te puedo decir cuánto me alegro de oír eso. Te amo. No lo
lamentarás.
—Ya he terminado de lamentar cosas. Tampoco me lamentaré de esto. —
Ella lo besó por última vez y se dio la vuelta, sin soltar esa fusta de la mano
—. Vamos a conseguir sacar a esta perra fuera de nuestras vidas para
siempre.
Mientras Oliver la seguía, se inclinó hacia Callum.
—De nada.
—No voy a darte las gracias. Has creado un monstruo. —Cal sonrió
mientras lo decía.
—Bueno, yo te estoy dando las gracias, Ollie. Era muy incómodo no
saber si Tori pretendía quedarse o irse. —Rory corrió tras ellos.
Callum estaba bastante seguro de que su mujer estaba a punto de causar
problemas. E iba a ser un buen chico y dejar que lo hiciera. Entonces
tendría su venganza sobre su dulce culo.
Se sirvió otro whisky escocés y deseó poder verla en acción. Estaba
seguro de que iba a ser espectacular.
Capítulo 15
Tori se detuvo fuera del comedor. Podía oír voces dentro, y su cuñada
definitivamente estaba fuera de su liga. No se detuvo para corregirse. Claire
iba a ser su cuñada y era hora de que Tori le enseñara a la mujer un par de
cosas.
—Estoy aconsejando a mis hermanos que no tengan ningún tipo de
acuerdo contigo. —A través de la puerta entreabierta, vio a Claire sentada
frente a la rubia platino. Thea estaba emperifollada. Llevaba más joyas
ostentosas que una prostituta en busca de una “cita”. Le iba como anillo al
dedo. Era el tipo de mujer que buscaba a un hombre para pagar su estilo de
vida y era capaz de usar su cuerpo para conseguirlo.
Ella iba a terminar apresando a Callum… o alguno de los hermanos
Thurston- Hughes.
—No me importa lo que aconsejes hacer a tus hermanos —dijo Thea con
voz nasal—. Sólo me preocupo por Callum y lo que me prometió. Cuando
hicimos este bebé, él me prometió que nos casaríamos. Tengo que hablar
con él, para recordarle lo bien que estamos juntos.
Claire negó con la cabeza.
—Creo que es mejor si él no te vuelve a ver.
—Entonces debes estar preparada para que escriba un libro contando
acerca de cómo funciona vuestra familia y cómo esa puta me robó a mi
marido. No soy estúpida. Sé que la gran y poderosa publicista odia que su
verdadera cara sea mostrada al mundo. —La uña excesivamente larga de
Thea golpeó contra la mesa de conferencias.
Tori se preguntó si Thea sonaría tan segura si la mujer supiera lo que
Callum le había hecho en esa misma mesa. Eso había implicado una cuerda,
un plug anal, una pala, y algunos gritos de sexo caliente. Oliver y Rory no
habían tenido reparos en participar.
El mundo no se había terminado cuando su pezón apareció en la portada
de la prensa amarilla, y ella sobreviviría también al percance Thea. De
alguna manera, desde ese momento en que había leído las palabras de su
padre, había encontrado una fuerza que ella había estado echando de menos
durante años.
—De ningún modo. Tori simplemente no se rebajaría a estar en la misma
habitación contigo. —Dulce Claire. Incluso tan enfadada como estaba, su
futura cuñada no la había arrojado a los lobos.
Era el momento de salvar a Claire. Un buen publicista sabía que un
cliente siempre debe mantener la calma, siempre enfrentar el evento en
cuestión con gracia y dignidad.
Ella hoy no era una publicista. Era una mujer, y una no muy feliz.
—Si la haces sangrar, sácala de la alfombra. Es una antigua Aubusson,
vale una fortuna, y manchas como esas son difíciles de eliminar. Mejor
mátala sobre el suelo de madera —dijo Oliver sin una pizca de burla en su
voz.
Ella se volvió hacia él.
—Me gusta el nuevo Oliver.
—En verdad, es sólo el viejo Oliver. Malditamente sarcástico —señaló
Rory—. En realidad, el suelo de madera es el original. ¿Sabes cuánto
costaría reemplazarlo? Tal vez podrías acabar con ella en el exterior. Te
ayudaré a llevarla.
Era bueno saber que tenía respaldo.
—Voy a conseguir todo lo que me merezco, Claire. —Se burló Thea—.
Pobrecita. Lo siento por ti. Debe ser difícil ser el chochín4 entre pavos
reales. Tus hermanos son muy guapos y tú eres un nada tan patético. Incluso
esa perra gorda con la que están jugando es más bonita que tú.
Oh, Tori ya había esperado bastante.
Ella empujó la puerta, golpeándola contra la pared, y se quedó mirando a
su rival. Había visto a Thea en fotos pero había tratado de mantenerse
alejada. Ahora podía ver que había sido un error.
—Hola, Thea. Me alegro de que hayas podido venir hoy. Hace tiempo
que teníamos que hablar. Voy a decir que ser desagradable con mi cuñada
no va a ayudar a tu caso.
Claire levantó la mirada y sonrió.
—Es bueno verte.
—Lo siento, llego tarde. Habría estado aquí mucho antes, pero a veces...
todos necesitamos una patada en el culo para ponernos en marcha. O tres.
—Ella puso una mano en el hombro de Claire—. Creo que eres hermosa. La
muñeca de plástico Sally5 allí no conocería la belleza real aunque le
mordiera el culo.
Thea resopló, y luego miró a Oliver y Rory cuando entraron en la
habitación y se sentaron lo más lejos posible. Se quedó mirando la entrada,
como si anhelara que Callum la atravesara.
El abogado de la mujer se sentó en el extremo de la mesa, arrastrando los
documentos. Si él estaba molesto por la escena, Tori no podía decirlo.
Levantó los sombríos ojos y suspiró como si prefiriera estar en cualquier
lugar que no fuera aquí.
—Señorita Glen, no veo lo que usted aporta a la causa.
—Es la señora Thurston-Hughes —corrigió Rory—. Por las leyes de
Bezakistan, ella es nuestra esposa a menos que decida lo contrario.
—Yo soy tu esposa, nene. Ya me he decidido. No necesito dos semanas
más. —Ella le guiñó un ojo.
Tori se tomó un momento para disfrutar de la conmoción de los dos
mientras Thea simplemente ponía mala cara.
—¿Dónde está Callum? Él no puede tener ningún interés en este
matrimonio extraño. Él no tomará las sobras de sus hermanos cuando puede
tenerme.
—Él no va a venir. —Ella tenía que dejarlo claro.
—¿Qué? —Los ojos de Thea se suavizaron, su boca se retorció. De
alguna manera se obligó a soltar una bonita lágrima. Se quedó mirando la
puerta como si estuviera segura de que su salvador aparecería en cualquier
momento.
Tori puso los ojos en blanco. Claire había estado en lo cierto. Sólo otra
mujer podría tratar adecuadamente con ella.
—Él no tiene ningún interés en verte. Thea se mordió el labio inferior.
—No te creo. Lo estás escondiendo de mí. ¿Consigues más dinero si te
casas con los tres hermanos? ¿Esto es una alguna extraña oferta extranjera
que has hecho?
—No, me voy a casar con ellos porque los amo. Y antes de que me
acuses de perseguirlos por su dinero, mi hermano es uno de los hombres
más ricos del mundo. No estoy haciendo daño. —Había querido triunfar por
su cuenta. Ahora, Tori veía que eso era todavía posible. Esta vez, ella
seguiría su propia definición de éxito. Seguiría la guía de Piper, ser
agradecida y ayudar a la gente a su alrededor. Tori se dio cuenta de que le
habían dado la oportunidad de hacer una diferencia en el mundo, y ella
había terminado de eludir sus responsabilidades.
—Él es tu cuñado —dijo Thea venenosamente—. Él está tratando de
endilgarte a otra persona para no tiene que encargarse de ti.
—Me encantaría verte hacer esa afirmación al jeque —dijo Oliver,
entrecerrando los ojos—. Debes entender que él ve a Tori como su hermana.
Se toma muy en serio a su familia. Es muy protector. Tuvimos que trabajar
duro para obtener su permiso para cortejarla. Ella es preciosa para él, y
cualquiera que la amenace debe esperar a sentir la ira de los al Mussad.
—Y de la familia Thurston-Hughes —añadió Rory—. Nosotros mismos
no carecemos de poder.
Thea dejó caer el papel de inocente.
—Teníamos un acuerdo. No voy a firmar nada a menos que consiga
hablar con Callum. Así que si quieres tu precioso trato, es mejor que traigas
a mi novio.
Tori arrastró la fusta sobre la mesa una o dos veces. No se perdió la forma
en que los ojos de Thea se agrandaron.
—Encontré esto en los establos. Estaba buscando algo más, pero creo que
la fusta va a ir espléndidamente. Probablemente Callum se alegrará más
tarde de que la encontrara.
Rory guiñó un ojo en su dirección.
—Oh, estoy seguro de que disfrutará profundamente de usarla en tu
trasero, mocosa.
—Callum nunca lo haría. Él es un caballero —dijo Thea, su cara
volviéndose roja. Tori se burló. La mujer no conocía a Callum en absoluto.
—No si todo ese griterío nocturno es una indicación —dijo Claire
suavemente.
—Intentaremos mantenerlo más en silencio, querida. —Oliver movió la
cabeza hacia su hermana.
Thea miró a Oliver, claramente aturdida, como si se estuviera dando
cuenta de que no había significado nada para Callum. Ella había sido un
polvo de medianoche, cuando él no tenía nada que hacer. Era obvio ahora
que Thea tenía sentimientos por él. Tori en realidad se sentía un poco mal
por la mujer loca.
—Si no conoces este lado de Callum, entonces no lo conoces en absoluto.
La Dominación y Sumisión ocupan una parte importante de su vida. Si él
no eligió compartirlo contigo, no estoy segura de lo mucho que significó
para él ese único encuentro.
Sus ojos se entrecerraron.
—¿Único encuentro? Nosotros fuimos amantes durante un año.
No según las cuentas de Callum, pero ella no estaba dispuesta a discutir.
Sólo sería alimentar el fuego de Thea, y eso era algo que Tori realmente
quería extinguir.
—No importa. Él está conmigo. Nos vamos a casar de acuerdo con la ley
británica. A los ojos de la familia de mi hermana, ya estamos casados.
Debes saber que no voy a mandarlos a freír espárragos en dos semanas.
Vamos a tener una boda real encantadora que dejaré a mi hermano pagar
por completo.
Rory levantó un pulgar.
—Excelente, cariño. Enviarle la factura a Talib de nuestra boda súper
cara es la mejor idea de todos los tiempos.
—Bueno, él accedió a dejar que me secuestrarais. Puede pagar mis flores,
por lo menos. Quiero lirios. —Miró de nuevo a Thea y decidió que la
honestidad le serviría mejor—. No me importa si estás embarazada. Si lo
estás y el bebé es de Callum, querré y adoraré a ese niño porque ese bebé es
una parte de mi marido. Si piensas que su pasado va a alejarme de él, estás
muy equivocada. Nos casaremos dentro del mes, y voy a ser una muy buena
madrastra.
—Ella no está embarazada —dijo Oliver con un suspiro.
—No me importa. Importa Callum. Si hay un niño, le daremos la
bienvenida con los brazos abiertos y felices y muy pronto vamos a darle a
ese bebé algunos hermanos para amar.
Rory la contempló con una mirada suave en sus ojos.
—¿Quieres decir eso?
Ella se había aprovechado de ellos. Era el momento de dejar que sus
hombres supieran lo seria que era.
—Lo digo en serio. No voy a mantener vuestros pasados contra vosotros
si vais a hacer lo mismo por mí.
—Cariño, no tienes mucho pasado —recordó Oliver.
—Y sin embargo dejé que casi nos arruinara. —Ella no lo volvería a
hacer. Sería lo que una esposa debería ser, incondicional, leal,
profundamente enamorada—. No voy a dejar que eso suceda y
definitivamente no voy a permitir que Thea tenga ninguna influencia en lo
que hagamos en el futuro. Voy a amar a Callum sin importar qué. Así que
no hay trato. Si Thea puede demostrar que el niño es de Callum, nos
aseguraremos de que el niño tenga lo mejor que podamos ofrecer. Hasta el
momento, elijo creer en mi esposo y él no pudo haber engendrado a tu bebé.
Puedes irte.
Thea se inclinó hacia delante.
—Yo no me doy por vencida. No voy a dejar que me lo quites. Concederé
una entrevista a cada periodista que quiera escuchar. Destrozaré tu
reputación. Te haré pedazos.
Ahora que se había calmado, Tori realmente veía las cosas desde el punto
de vista de su hermana. Tenía que usar sus activos.
—Prueba. Mi boda será un asunto real. Cada periódico que quiera esas
fotos entenderá que le voy a bloquear en el momento en que se pongan de
tu parte. Lo mismo puede decirse de nuestros bebés posteriores. Y si
quieren acceder a mi hermana y su familia, no imprimirán nada negativo
acerca de mí o de mis maridos.
Thea se detuvo, sus ojos ardiendo.
—No puedes hacer eso.
—Puedo —dijo ella en voz baja.
—Ellos me escucharán. —Ella se había puesto de un bonito tono rojo—.
Les voy a contar todo.
—Y algunos de ellos publicarán cualquier cosa que digas, pero los
periódicos importantes querrán acceso a la familia real. La verdad del
asunto es, que todo lo que tenemos que hacer es esperar a que te vayas. Si
estás embarazada, haremos la prueba de ADN y lo aclararemos todo. Si no
lo estás... bueno, estoy segura de que tienes planes para eso. Pero la historia
pasará al olvido. El mundo va a seguir adelante. Mis esposos y yo vamos a
ser felices.
—Tengo que aconsejar a mi cliente que deje de negociar si el contrato
original es ahora discutible. —El abogado se puso de pie, recogiendo sus
papeles—. Realmente debes decidir lo que quieres, chica. Estás haciendo
perder el tiempo de todos.
Sí, Thea había hecho eso por un buen rato. Tori estaba hasta la coronilla.
—Sé exactamente lo que quiero y eso es nunca volver a pensar en su
cliente. Le agradeceré que se la lleve con usted al salir.
Thea permaneció inmóvil. Tori no creía que posiblemente un niño
pudiera estar creciendo en su vientre súper escuálido.
—Quiero ver a Callum. Merezco verlo. Me dijo que me amaba. Hizo un
hijo conmigo.
Un toque de locura acechaba en sus ojos. En alguna parte de su cerebro,
Thea creía lo que estaba diciendo. Una vez más, la simpatía no deseada
brotó en Tori, pero no podía dar marcha atrás.
—Y se casó conmigo. Como he dicho, vamos a ordenar todo después de
que hayas tenido el bebé. Hasta entonces, haz lo que tengas que hacer.
—Te voy a arruinar. Lo juro por Dios, me aseguraré de que pagues. Le
estás manteniendo alejado de mí. —Sus labios se volvieron en una mueca
desagradable—. Ya verás. Me encargaré de ti. No te puedes ocultar para
siempre.
Ella salió con su abogado.
Oliver siguió y murmuró a su hermano.
—Quiero a alguien observando a esa mujer. Quiero un detective privado
vigilando todo lo que hace.
Rory asintió.
—Sí. Creo que hay que mirar en sus finanzas.
—¿Sospechas que está detrás de los ataques a Tori? —preguntó Claire—.
¿Crees que ella pagó a alguien?
—La policía cree que es un acto político. —Tori no estaba de acuerdo.
¿Podría Thea estar tan loca como para contratar a alguien para matar a su
rival?
—No lo creo. Si esto fuera un acto político, los responsables buscarían la
prensa. Esta persona está tratando de ocultar su identidad. Ni siquiera estoy
seguro de si era la misma persona cada vez. Si se trata de Thea, creo que ha
contratado varios matones para atacarte. —Oliver sacó su teléfono móvil—.
Voy a contactar con el detective privado y que me ponga al día.
Rory se volvió hacia ella.
—¿Por qué la fusta?
Ella sonrió un poco.
—Yo nunca iría a la batalla desarmada. Los ojos de Claire se agrandaron.
—¿Quiero saber lo que eso significa?
—Digamos que Oliver enfureció a nuestra esposa una noche y él no va a
hacerlo de nuevo. —Rory guiñó un ojo en dirección a ella.
—Oh, estoy seguro de que lo haré de nuevo —reconoció Oliver—.
Simplemente voy a asegurarme de deshacerme de todos los paraguas,
fustas, y bates de cricket antes de hacerlo. Tori tiene un genio terrible.
Claire se puso delante de ella.
—Estoy tan contenta de que haya decidido quedarte. Tori abrazó a su
cuñada.
—Yo también. Gracias por empujarme. Prometo no olvidar mi lugar de
nuevo.
—Bien, porque resulta que soy bastante terrible para los enfrentamientos.
Esa mujer era horrible. ¿Pero qué estaba pensando Callum? —preguntó
Claire.
La puerta se abrió, y Callum estaba de pie esperando, mirando
directamente a Tori, una luz oscura en sus ojos. Oh, ella estaba metida en
serios problemas. El Dom había estado paseando de un lado a otro, furioso
e impaciente. Quería su recompensa. Tori se estremeció ante la sola idea.
Cuando Callum decidía asumir su rol de Dom, ella sabía que tendría horas y
horas de puro placer.
—Callum no estaba pensando en absoluto —dijo de sí mismo—. Yo
estaba de gira, y Thea era fácil. Me encontró en un bar y me dijo que todo
lo que quería era una noche. Yo estaba solo y era bastante poco exigente en
ese momento. ¿Se ha ido?
¿Tengo permiso para salir del rincón ahora?
Él podría haber dejado que ella se hiciera cargo, pero obviamente ahora
tenía la intención de cambiar el poder.
Tori necesitaba jugar esto con mucho cuidado si iba a salir hoy sin un
culo rojo.
Ella se acercó a él, balanceando las caderas, y suavizó su voz. Dirigió la
mirada hacia abajo tan sumisamente como pudo.
—Gracias por permitirme los celos, Amo.
Él la agarró por las caderas, y Tori arriesgó una mirada hacia arriba para
ver sus magníficos labios con el tic de una sonrisa juguetona.
—¿Es así como vas a jugar esto?
Ella se puso de puntillas para susurrarle al oído.
—Yo estaría desnuda de rodillas delante de ti si tu hermana no estuviera
aquí. Sé lo mucho que odiaste no estar en esa sala de conferencias conmigo,
pero no podíamos darle lo que ella quería.
—¿Y por qué es eso? Ella acunó su rostro.
—Porque eres mío.
—Y tú eres mía, mi amor. Así que toma esa fusta que encontraste y ve a
nuestra habitación. Te quitarás la ropa y permanece en la posición adecuada
para recibir a tus Amos. No esperes salir de allí por el resto del día. —Él le
besó la punta de la nariz, pero su voz era deliciosamente oscura—. Entiende
que espero perfecta obediencia durante el resto de la noche.
Ella podría conseguir ese trasero rojo, pero eso no era todo. También
sentiría la alegría de estar con sus hombres. Finalmente los tendría a todos.
Tori se apartó y agarró la fusta. Le había parecido un pequeño accesorio
agradable para intimidar a Thea. En realidad no había imaginado que
Callum lo volvería en contra de ella. ¡Uy! Con tanta sumisión como pudo
reunir, salió de la habitación.
En el momento en la puerta se cerró detrás de ella prácticamente saltó por
el pasillo hacia la escalera que conducía a las habitaciones. No había forma
de detenerlo ahora. Estaba casada y ella conservaba a sus maridos. Sí,
tendrían chorradas a las que hacer frente en el futuro, ¿pero quién no? Se
había equivocado conteniéndose y no podía esperar para mostrarles que
nunca haría eso de nuevo.
Empezando ahora.
Cuando llegó a la habitación, abrió la puerta y tiró la fusta en la cama.
Ella no iba a ser la que la usara. Cuando se volvió y comenzó a
desabrocharse la blusa, un escalofrío corrió por su piel.
—Conoces el viejo dicho, ¿no? —Thea salió de entre las sombras, una
pistola en la mano—. Si lo quieres bien hecho, es mejor que lo hagas tú
mismo. Abre la boca, incluso un poco y te pego un tiro aquí mismo.
Tori puso las manos en alto. Parecía que su futuro tendría que esperar.

* *

Oliver terminó la llamada con el detective privado. En el momento en


que tuviera algún tipo de prueba, tendría a la policía lanzándose sobre Thea.
Tenía que haber algo para asociarla con los atentados contra la vida de Tori.
No había pasado mucho tiempo con la mujer, pero los pocos minutos que
había estado en su presencia hoy, le hicieron creer que Thea estaba
desquiciada y que la mujer quería a su futura esposa muerta. Oliver no
estaba dispuesto a dejar que eso sucediera.
—Esa perra está completamente loca —gruñó. Callum alzó una mano.
—No me estás diciendo algo que no sepa.
Claire miró a Callum como si le hubieran crecido dos cabezas.
—No entiendo nada de esto.
—Estaba oscuro. —Se quejó Callum—. Había tomado un par de
cervezas. No podía ver los ojos locos. Los hombres no siempre son
criaturas inteligentes, querida, pero debes saber que, de ahora en adelante,
pretendo acostarme sólo con Tori. Sus ojos locos no son dementes. Thea fue
un terrible error, y ha regresado para mordernos a todos el culo. No puedo
disculparme lo suficiente.
De alguna manera, Oliver no creía que Claire estuviera hablando de
Thea.
—No vamos a lastimar a Tori. En realidad no.
Rory se volvió hacia Claire, la preocupación le fruncía el ceño.
—Nunca haríamos daño a nuestra esposa. Todo lo que hacemos es
consensuado.
Podemos explicártelo.
Claire puso los ojos en blanco como la mocosa que Oliver estuvo siempre
seguro que ella podría ser.
—Yo no estoy hablando de bondage. Sólo un completo idiota podría
mirar a Tori y pensar que es una mujer maltratada. Además, he leído un
poco. Incluso sé lo que es un plug anal y para qué se usa.
Callum se puso un poco verde.
—No creo que necesitara escuchar eso.
Ella era su hermana después de todo. Oliver tampoco estaba seguro de
querer oír hablar de su vida sexual. ÉL más bien habría esperado que ella no
tuviera una. Desde que había salido de la universidad, parecía que vivía
como una monja.
—Siento mucho si hemos sido demasiado ruidosos o demasiado
indiscretos. Te prometo que no haremos ruido. Estoy contento de que hayas
estado aquí. Creo que eras la única para conseguir realmente llegar a Tori.
Ella hizo un ademán con la mano para mostrar su desacuerdo.
—No me importa el ruido. No soy una mojigata. Sólo estoy confundida
en cuanto a cómo Callum pareció crecer cinco centímetros y su voz se
volvió toda... no muy parecida a Callum. ¿Qué demonios era eso? Porque él
no era mi hermano bobo.
Rory resopló un poco.
—Sólo hay un lugar en que Cal verdaderamente toma el control y ese
es... bueno, eso es en privado.
—¿Me estás diciendo que mi hermano, el jugador de fútbol, es el
Dominante? — Claire negó con la cabeza y extendió una mano—. No
quiero saber. En realidad es bastante horrible. No quiero ni pensar en ello.
Pobre Claire. Tenía que arreglar eso para ella. Si había una persona que
sabía que podría necesitar un Dom, era su hermana.
—Talib al Mussad es el varón Dominante en su matrimonio. Sus
hermanos también asume el rol de Doms con su esposa, pero Talib toma el
control en el dormitorio. Mantén esa imagen en la cabeza y estoy seguro
que la de Cal va a desaparecer.
Ella suspiró.
—Gracias. El concepto de un Dom ha vuelto de nuevo a ser sexy. Estaba
encantado de ayudarla.
—Ahora, creo que deberíamos hablar de cómo vamos a mantener nuestra
esposa segura hasta que podamos acusar de todo esto a Thea y tenerla en la
cárcel.
Rory se volvió a sentar. Cal hizo lo mismo, apoyando los pies en alto y
echándose hacia atrás con un suspiro.
Claire miró entre ellos.
—¿Pero no acabas de decirle a Tori que vaya y os espere?
—Sí, y ahora ella debería estar desnuda y de rodillas —dijo Callum con
una pequeña sonrisa de satisfacción—. Puede mantener su hermoso culo allí
durante el mismo tiempo que me hizo esperar en la cocina. ¿Cree que puede
asumir el rol dominante? Ni en sueños. Ella puede pensar en lo que voy a
hacer con esa fusta.
Claire suspiró.
—Con respecto a esto último, voy a decirle a la cocinera que esta noche
la cena se sirve en nuestras respectivas habitaciones.
Su hermana sabía cómo llevar una casa. Después de que su madre murió,
Claire se había ocupado de las labores del día a día. Oliver estaba
agradecido, pero no creía haberlo dicho nunca.
—Gracias cariño. Y gracias por ser tan comprensiva sobre esto.
—Sí, hay un montón de hermanas que no lo entenderían. Sé que te hemos
hecho pasar por muchas cosas, pero has sido la mejor, cariño. —Rory
inclinó la cabeza hacia ella.
Callum se levantó y la abrazó.
—Te quiero, Claire.
Había lágrimas en sus ojos cuando ella dio un paso atrás.
—Os quiero a todos. Y siempre estaré a vuestro lado. Eso es lo que
hacemos. Por supuesto que entiendo, Oliver. Estás enamorado. No dejes eso
de lado, porque no parezca típico. Atrápalo y aférrate a ello. Ahora voy a
disfrutar de mi cena y algo de televisión. Deberíais hacer algunos bebés.
Necesito sobrinas y sobrinos para abrazar.
—Sólo hasta que tengas los tuyos —dijo Rory. Ella respiró hondo.
—A veces, ese plan no funciona, ya sabes. Creo que nací para ser la tía
solterona.
Buenas noches.
Salió al pasillo.
—Tal vez es hora de que hagamos algo al respecto de Claire. —Callum
se quedó mirando la puerta.
Oliver levantó una curiosa ceja.
—¿Y qué conllevaría eso, Maestro Callum? ¿Tiene un Dom al que
quieras regalarla?
Callum se estremeció.
—Una vez más, no vamos a hablar de nuestra hermana teniendo sexo.
Ella ha tenido relaciones sexuales, ¿no? Quiero decir que no es...ella fue a
la universidad y todo eso.
—También Tori, pero se las arregló para salir de eso virgen —señaló
Rory—. No sé, pero algo o alguien definitivamente ha herido a Claire. Ella
nunca tiene citas. No estoy seguro de cómo arreglar eso. Tal vez Oliver
tiene razón y debemos encontrarle un marido. Tengo un par de buenos
candidatos.
¿Sus hermanos pensaban en absoluto?
—Estoy seguro de que estará encantada de encontrarse de nuevo en la
época medieval donde es aceptable que sus hermanos la vendan como un
bien mueble.
—No estoy tratando de hacer eso. —Los dedos de Rory tamborilearon en
la mesa—. Simplemente no me gusta la idea de su soledad. Ahora que
estamos con Tori, ¿de quién se encargará?
—Rory tiene razón. Claire es una cuidadora nata. No puedo
imaginármela sin una familia propia. —Callum miró de nuevo a la puerta
—. Tal vez deberíamos investigar lo que le ocurrió durante esos años en los
que estuvo en la universidad.
Oliver tenía cero problemas con entrometerse en la vida de su hermana.
Había cuidado de él durante años. Era el momento de hacer lo mismo por
ella.
—Voy a poner a alguien en ello. Pero por ahora, creo que hemos hecho
esperar a Tori lo suficiente. En estos momentos está desnuda. Yo, por mi
parte, estoy listo para celebrar el hecho de que nos vamos a casar.
Se iba a casar. Nunca había creído que lo haría de nuevo. Había estado
absolutamente seguro de que nunca intentaría amar a otra mujer, pero Tori
se había metido bajo su piel. Ella había sido el catalizador para todo. Había
sido la razón por la que había regresado a Bezakistan y enfrentado a su
pasado, la razón por la que se había enterado de que no era todo como había
creído. Ella era la razón por la que era fuerte otra vez y era el momento de
consagrar su vida a ella.
La puerta se abrió de golpe y se estrelló contra la pared. Claire entró
corriendo.
—Iba en dirección a la cocina cuando le encontré.
Una fuerte sacudida de temor atravesó como un rayo a Oliver. Los ojos
de Claire estaban aterrorizados. Le temblaban las manos. Él extendió la
mano y se las sujetó con fuerza, esperando estabilizarla.
—¿De qué hablas? ¿A quién encontraste?
—Al abogado. Ese hombre que trajo con ella —tartamudeó Claire.
Callum se puso de pie y Rory sacó su teléfono.
—Necesito un control de seguridad —dijo Rory inmediatamente—.
Quiero saber cuándo salieron Thea y su abogado y necesito la confirmación
de que ya no están en las instalaciones. Esperaré.
—¿Viste salir al abogado? —preguntó Oliver, aunque estaba bastante
seguro de que no era cierto.
Claire negó con la cabeza.
—Creo que está muerto. Está justo en el interior del vestíbulo. No se
mueve.
No…no creo que el guardia haya patrullado todavía en esa dirección.
Rory negó con la cabeza.
—Él ahora lo hace. Llamó a una ambulancia. El abogado fue golpeado en
la parte posterior de la cabeza con uno de los antiguos atizadores de
chimenea de nuestra madre. Thea debe haberlo recogido mientras
caminaban por la sala. Él todavía está respirando, pero está definitivamente
herido.
El corazón de Oliver comenzó a latir acelerado.
—Por favor, dime que robó su coche y se fue. Callum miró por la
ventana.
—Todavía está en el camino. Thea está aquí y va a buscar a Tori.
—O a ti. —No había duda de que quería a Callum más que nada. Pero
ella pudo haber caído en la locura y haberse convencido de que si se
deshacía de Tori, Callum sería suyo.
—Ella está en mi habitación. —Callum comenzó a dirigirse hacia la
puerta—.
Apuesto a que Thea miró en mi habitación, y ahí es donde acabo de
enviar a Tori.
Si Oliver le dejaba, Callum entraría corriendo y posiblemente
sobresaltaría a la perra loca hasta que disparara. En cambio, él atrapó a su
hermano por el brazo, frenándole.
—¿Cómo sabe dónde están las habitaciones?
—No es difícil darse cuenta de que están arriba —replicó Callum. Rory
siguió.
—Conseguiré un rifle de caza. Voy a coordinar con el equipo de
seguridad. Callum luchaba por liberar su brazo.
—Deja que me vaya. Tengo que salvar a Tori.
Oliver necesitaba que su hermano pensara con claridad.
—Piensa por un segundo. No podemos entrar corriendo. El caos es el
enemigo. Ella disparará primero. Tienes que estar tranquilo. Vayamos a la
habitación. Podría habernos escuchado diciéndole a Tori que nos esperara
allí. Estoy seguro de que ha leído los artículos sobre este lugar. Si está tan
obsesionada como parece estar, habrá sido fácil para ella encontrar toda la
información sobre esta casa. Madre solía hablar todo el tiempo de la
arquitectura y cómo la decoró. Una de las revistas, incluso incluía planos.
Ella sabe dónde están las habitaciones. Tenemos que ir como si nosotros no
supiéramos que algo está mal.
—Voy a instalarme afuera. —Rory asintió con la cabeza hacia la puerta
—. Tiene que haber un lugar con una vista del dormitorio. Si puedo
eliminarla, lo haré.
Dos de los guardias de seguridad ya estaban caminando a zancadas hacia
ellos.
Rory los alcanzó y empezó a hablar.
Tenían muy poco tiempo. Oliver pensaba que los guardias tratarían de
tomar el relevo.
—Vamos. Si ellos entienden lo que está pasando, podrían tratar de
ocultarnos en un lugar seguro hasta que tengan la situación bajo control. Yo
no confío en nadie más que en nosotros para sofocarlo. Debes calmar a
Thea.
Se dirigieron hacia las escaleras, corriendo uno junto al otro.
—Señor Thurston-Hughes —gritó el guarda del frente de la casa—,
tenemos una situación. Necesito que su hermano y usted vengan conmigo.
—Cuida de Claire. Estaremos abajo en un momento —dijo al guardia que
tenía más cerca, esperando que el centinela accedería.
Claire ayudó. Ella dio un pequeño suspiro, y luego hizo un guiño hacia
Oliver antes de entrar en un desmayo absolutamente perfecto. El guardia la
atrapó antes de que cayera al suelo.
Chica inteligente. El hombre ahora no la dejaría. Callum aceleró el ritmo.
—Nunca me perdonaré si algo le sucede a Tori. Todo esto es mi culpa.
—No. Ese es exactamente el tipo de pensamiento que nos costó meses
con ella — argumentó Oliver—. No le pediste a Thea que se volviera loca.
No pediste que arrastrara tu nombre por el fango. He estado allí y,
finalmente, he descubierto que la culpa no ayuda nada. Vamos y hacemos
todo lo que tenemos que hacer para salvar a nuestra esposa. Quiero decir
cualquier cosa.
—Voy a hacer lo que sea necesario. —Callum se quedó mirando la
puerta.
—Mantén la calma. Entraremos y actuaremos como si no supiéramos que
algo está mal. Si Thea no está allí y Tori está esperando sola, la recogemos
y corremos como alma que lleva el demonio y dejamos que los guardias
registren toda la casa.
—Ella está desnuda. Si está sola, está desnuda. Yo le pedí... —Callum
respiró hondo, alejando claramente su miedo.
Al menos Callum era un excelente oyente. Obviamente había apartado
sus remordimientos. No tenían ninguna utilidad para esto.
Mientras Oliver y su hermano se acercaban a la puerta, rezó por tener la
oportunidad de llevar a su esposa desnuda pataleando y gritando fuera de la
casa. Conseguirían ponerle una bata una vez que se pusieran a salvo, pero
no arriesgarían su vida por nada.
—Esto no va a funcionar. —La voz de Tori flotó a través de la puerta,
débil y aguda. Asustada.
Mierda. Oliver miró a su hermano. Callum había palidecido, pero llamó a
la puerta después de eliminar el miedo de su rostro. Oliver trató de hacer lo
mismo.
—Tori, Oliver y yo tenemos que hablar contigo sobre Thea. ¿Estás
decente? — preguntó Callum.
Después de una larga pausa, Tori habló. Sin duda, Thea la obligaba a
hablar, tal vez a punta de pistola. La idea hizo que los puños de Oliver se
apretaran.
—¿Qué pasa con ella?
—He estado pensando, y no sé si estoy haciendo lo correcto. Ella está
llevando a mi hijo.
Oliver podía ver lo difícil que fue para su hermano decir las palabras.
Apoyó una mano tranquilizadora en la espalda de Callum. Seguramente
Tori no le creería.
—Dijiste que no estaba embarazada. Me prometiste que el bebé no era
tuyo. —Su voz sonaba entrecortada, desesperada.
Callum cerró los ojos, su mano en la puerta como si pudiera conectar con
ella, hacerle creer.
—Mentí. Ella es la madre de mi hijo. He estado con vosotros porque mis
hermanos me presionaron en esto. Lo siento mucho, pero saber que estaba
hoy aquí y que todos me impedisteis verla, me hizo cambiar de opinión.
Oyó a llorar a Tori, la oyó contener un sollozo.
—Eres un hijo de puta, Callum. —Su voz tembló.
—Lo sé —dijo falsamente—. Tengo que encontrarla. ¿Puedo entrar?
Necesito empacar una bolsa. Me voy a quedar con ella a partir de ahora.
—Sí. —Fue la respuesta tensa.
Callum miró y Oliver asintió y susurró.
—Entremos despacio. Trata de conseguir llevarla hacia la ventana
grande. Dejé todas las ventanas abiertas por la tarde porque hace tanto
calor, pero la de la derecha es probablemente donde se colocará Rory.
Callum asintió y giró el picaporte.
Oliver se quedó sin aliento. Tori estaba de pie en medio de la habitación,
con las manos levantadas en el aire. Obviamente, estaba aterrada y
temblando. Thea estaba de pie detrás de ella, usándola como escudo.
—¿Callum? —dijo Thea, mirando por encima del hombro de Tori—.
¿Quisiste decir eso?
Sí, él vio los ojos locos de los que Callum había hablado. Thea estaba
mirando a Callum como si nada fuera de lo normal estuviera sucediendo,
ciertamente no como que estaba apuntando una pistola a la espalda de su
esposa.
Callum levantó las manos, tratando claramente de ir por la ruta no
amenazante.
—¿Qué estás haciendo aquí, Thea? Iba a ir a buscarte.
—¿Qué está haciendo él aquí? —Thea miró en dirección a Oliver, y
detuvo su intento de flanquearla.
Él se quedó inmóvil, levantando también sus manos.
—Oliver vino a recoger Tori —explicó Callum pacientemente—. Él y
Rory se van a casar con ella.
Thea frunció el ceño.
—Ella no me gusta. Nos separó.
—Va a ser mi esposa —dijo Oliver con voz profunda—. No voy a ser
feliz si le haces daño. Ni tampoco Rory. ¿Quieres enfrentar a los hermanos
de Callum si vamos a ser familia?
Callum parecía continuar con su idea. Se movió a su izquierda, un par de
pasos más cerca. Necesitaban su espalda en la esquina, preferentemente
cerca de la ventana del este. Desde esa posición, Rory sería capaz de ver a
través del rifle de caza a Thea. Su padre no había creído en jugar limpio.
Cuando había cazado, había utilizado una mira. Oliver todavía podía oír a
su padre diciendo que si el ciervo quería una oportunidad de luchar, la
población de ciervos debería haber desarrollado la tecnología. Esperaba que
eso funcionara con Thea.
—Thea, lo último que cualquiera de nosotros quiere para nuestro bebé es
que nazca en la cárcel. —La voz de Callum era perfectamente
tranquilizadora.
La cara de Tori se retorció en una máscara de furia.
—Eres un mentiroso. Dijiste que no era tuyo. Oliver se hizo cargo.
—Tori, amor, vamos a salir de aquí y dejarlos a ellos. Suena como si
tuvieran mucho de lo que hablar.
—Sí —dijo Callum—. Deja que Oliver se lleve a su esposa. Tú y yo
hablaremos. La espalda de Tori se dobló y ella siseó, como si tuviera dolor.
—No creo que quieras decir eso, amor. —Los labios de Thea se
apretaron, y ella tiró del pelo de Tori, empujándola hacia atrás—. Creo que
estás tratando de salvarla.
—Voy a estar a solas contigo si la dejas ir —señaló Callum—. Solo tú y
yo. Durante el tiempo que desees. Thea, podemos cerrar las puertas y nada
más importará salvo nosotros, al igual que en los viejos tiempos.
—Te odio —escupió Tori a Callum—. Realmente te odio. Me mentiste.
¡Cabrón!
Ella luchó contra el agarre de Thea, y Oliver podía ver que su forcejeo
estaba funcionando. Tori era mucho más fuerte que la ultra delgada Thea.
Desafortunadamente, su esposa no era más fuerte que una bala.
—Basta —ordenó Oliver. En este caso, Tori tenía que esperar por ellos.
Necesitaba confiar en ellos para disuadir a Thea de esta situación—. Estate
quieta.
Tori se detuvo.
—No quiero hablar con él. Mintió. Es un idiota. Callum se estremeció
físicamente.
—Lo siento. Yo estaba tratando de hacer lo correcto por mis hermanos,
pero tengo que hacer lo correcto por ella. Tengo sentimientos por ella.
Mientras Thea estaba mirando a Cal, Oliver se acercó a su lado. Ella puso
el arma en la cabeza de Tori.
—Deberías escuchar al único hombre aquí que te ama. No es Callum. Él
es mío.
Siempre me amó. Siempre me quiso.
—Sí —dijo Callum—. Tú eres la única que yo quería desde un principio.
Estoy un poco desilusionado por la forma en que hablaste con la prensa.
Soy muy reservado. Pero sé que sólo querías lo mejor para nosotros.
Nuestra unión y nuestro bebé.
—Podemos ser reservados. —Thea dio un paso atrás, manteniendo su
mano sobre Tori.
Oliver se dio cuenta de la forma en que temblaba la pistola en la otra
mano. Thea estaba perdiendo fuerza rápidamente. Tal vez su adrenalina se
estaba agotando o ella no tomaba nunca ninguna proteína para construir
músculo. No le importaba lo que fuera siempre y cuando Tori sobreviviera.
El sol se filtraba en detrás de la loca, cegándole temporalmente. Pero eso
estaba bien porque Rory probablemente podía ver bastante bien a Thea.
Necesitaba mover hacia atrás un poco más. Las ventanas estaban abiertas,
permitiendo que la dulzura de la tarde de verano inundara la habitación.
—Deja que me lleve a mi esposa. —Si tan sólo pudiera conseguir alejar a
Tori, tal vez ellos podrían atrapar a la perra dentro de esta habitación. No
quería dejar a su hermano. Eran una familia. No eran tan fuertes si no
estaban juntos. Estaba casi seguro de que Tori le daría una patada en el culo
si Callum moría—. Realmente, vosotros dos debéis hablar.
Él extendió la mano como si fuera su derecho. Lo era, maldita sea. Tori
era suya.
Les pertenecía y él representaba a sus hermanos en este momento.
Tori le envió una trémula y suplicante mirada, estirándose hacia él.
—Oliver...
—¡Alto! —gritó Thea—. No vas a ninguna parte. No sé qué hacer.
Quiero a Cal, pero no confío en él.
—Tenemos un bebé, Thea —probó su hermano. Ella sollozó.
—Deberíamos. Haríamos bebés hermosos. ¿No sería nuestro bebé
magnífico?
—Lo va a ser. —Callum estaba aprovechándose de su locura, pero estaba
haciendo un maldito buen trabajo.
Los ojos de Tori se llenaron de lágrimas.
Thea se movió, avanzando cada vez más cerca de la ventana. Él
necesitaba que retrocediera sólo un poco más...
Oliver se inclinó hacia delante.
—Thea, no puedes tener a Callum si la matas. Si estás en la cárcel,
Callum no tendrá a nadie para mantenerlo caliente por la noche.
—Él necesita a alguien. Él me necesita. —Thea soltó el cabello de Tori,
pero el arma se quedó a su espalda.
—Te necesito. — Callum dio otro paso hacia adelante.
—Definitivamente te necesita. —Oliver se movió con él y,
efectivamente, Thea dio un paso atrás, casi hasta la ventana.
—Te amo, Callum —dijo Thea.
Oliver vio un destello de metal en el fondo. Era casi la hora. ¿Podría
Rory alinear el tiro? ¿O estaban demasiado cerca de la puta chiflada?
Thea frunció el ceño.
—Tengo miedo. Perdí el bebé, Callum.
Por supuesto que tenía miedo. Oliver conocía esta canción y la bailaba
bien. Callum negó con la cabeza.
—Vamos a tener que hacer otro entonces, ¿verdad?
Por un momento, Thea parecía completamente torturada. Él casi podía
creer que estaba desconsolada.
—Ya he hecho algo malo. No era mi intención hacerle daño, pero él
estaba tratando de hacer que me fuera.
—¿El abogado? Él está bien. —Callum no estaba dejándolo pasar—.
Estoy seguro de que una vez que le escribamos un sustancioso cheque, él
estará de acuerdo con que todo fue un malentendido. Pero creo que mi
hermano va a tener un verdadero problema contigo amenazando a su
esposa. Si vas a dejarla ir, estoy seguro de que no llamará a la policía.
Esa arma, de repente, estaba apuntando en su dirección.
—Yo puedo asegurarme de que no llama a la policía.
Tori eligió ese momento para levantar la pierna y pegar una patada hacia
Thea. La mujer se movió ante el impacto, pero se las arregló para
mantenerse en pie, entonces giró. Apuntó el arma hacia Tori.
Oliver se abalanzó. No pensaba en otra cosa que en esa bala viniendo por
Tori. Thea no iba a tomar rehenes. No iba a levantar las manos y entregarse.
Estaba dispuesta a matar a Tori y posiblemente a él. Tenía que darle a
Callum la oportunidad de salvar a su esposa.
Entonces Oliver oyó el disparo. El sonido atravesó el aire. Él golpeó a
Tori como un tren de carga, y por un momento estuvo aterrorizado de
haberle hecho daño. Su velocidad la tiró contra la cama y él escuchó un
fuerte golpe.
Entonces un grito. Tori gritaba, chillaba aterrorizada, sus hermosos ojos
muy abiertos. Oh, Dios, ¿había sido alcanzada?
El mundo parecía un poco nebuloso, pero se obligó a moverse, para
cubrirla. Vio sangre. Dios. Su corazón latía con fuerza. ¿Dónde estaba
herida?
Hubo un ruido de cristales rotos y trató de cubrir a Tori.
Más gritos. Intentó moverse, pero su brazo no parecía estar funcionando.
De repente Callum estaba de pie sobre él.
—Rory la alcanzó. Ella se ha ido. Tori, todo está bien.
—No, no lo está. Él ha sido alcanzado. Tienes que conseguir una
ambulancia. Está perdiendo sangre. —Tori le agarraba como si no quisiera
dejarle ir.
—¿Quién? —Él la miró. Ella se estaba volviendo borrosa—. ¿Quién fue
alcanzado? Tori levantó la mirada hacia él y le agarró la mano con fuerza.
—Tú. Por favor... Por favor, no me dejes.
Bueno, no era así como él había pensado que acabaría su día. Sangre. Era
la suya.
Maldita Sea.
—¿Estás bien?
Ella asintió con la cabeza, con lágrimas en sus ojos.
—Bien. Oliver...
En la parte de su cerebro que todavía funcionaba, se dio cuenta que esto
era todo lo que Tori temía. Su esposa estaba claramente aterrorizada. Él sólo
la había encontrado. No podía dejarla.
Oliver desplomó, con la cabeza demasiado pesada para soportar más. Su
calidez lo rodeaba, pero también lo hizo la oscuridad.
Capítulo 16
Callum miró a Tori mientras se detenían en los portones. Estaba sentada
en el asiento trasero con Oliver, preocupándose por él.
Oliver era un cobarde. La bala apenas le había rozado, pero se había
golpeado la cabeza en el lado de la cama y tenía que pasar la noche en el
hospital. Callum sabía muy bien cómo se sentían las conmociones
cerebrales, y sabía que la cabeza de Ollie palpitaba. Sin embargo, su
hermano estaba explotando la lesión por si servía de algo. Entre la pequeña
herida de bala y el golpe en la cabeza, había habido suficiente sangre para
aterrorizar a su esposa.
En realidad, Tori no había sido la única asustada. Había visto toda esa
sangre y temido de que Oliver pudiera morirse. Otra vez.
Afortunadamente, Oliver estaba disfrutando de la atención de Tori como
un héroe triunfal. Rory era el hombre que los había salvado con un solo
disparo. Y Callum fue el idiota que los había metido en problemas en
primer lugar.
—Más reporteros —suspiró Rory mientras miraba por la ventanilla de
limusina.
—¿Qué esperabas? —preguntó Oliver—. “Hermanos asesinan a la
acosadora en su propia casa” es un gran titular. Aunque tengo que decir que
algunos de los periódicos sensacionalistas más excéntricos son divertidos.
De acuerdo con uno, Thea era un alien y era la líder de nuestra secta
religiosa sexual.
Rory se limitó a sacudir la cabeza.
—Locura, te lo dije.
—Tenemos suerte de que Rory tenga buena puntería—murmuró Tori.
—Y que Oliver tenga un cráneo tan duro —respondió Rory, riendo entre
dientes.
La mano de Tori se tensó en la de Oliver. Él le dio un apretón.
No habían hablado. Él había tratado con los médicos y la policía,
mientras que Tori había permanecido a su lado. Ellos todavía no habían
hablado de lo que había sucedido. Las últimas veinticuatro horas habían
sido un desastre nebuloso de informes y de espera, y una sensación de dolor
en el estómago de que había perdido al amor de su vida.
—Ya he hecho una declaración —dijo Tori. —Fue un simple, por favor
dennos privacidad mientras nos ocupamos de esta tragedia. Estamos orando
por la familia de Thea y esperamos que encuentren la paz que se merecen.
—De acuerdo con los informes, ella no tenía mucha familia —señaló
Oliver. Incluso desde la cama del hospital, él había averiguado sobre los
investigadores—. Pero definitivamente ella contrató a dos hombres para
que siguieran y mataran a Tori. Han sido arrestados en Londres. No
deberíamos tener que preocuparnos de ellos ni un momento más.
—El informe del forense demostró que nunca había estado embarazada
— dijo Rory—. Los periódicos ahora están informando que todo el tiempo
estuvo mintiendo sobre el embarazo.
Tori le dio a Callum una débil sonrisa.
—Eso ayudará a restaurar tu imagen enormemente.
A él no le preocupaba su imagen. Le preocupaba ella. Se preocupaba por
lo que sentía por él. Había hecho lo que tenía que hacer, pero le había hecho
daño en el proceso. Él era la razón por la que Oliver había recibido un
disparo. Gracias a él todos sus miedos habían regresado a la superficie.
El conductor pasó a través de la multitud de periodistas en los portones y
dio la vuelta por el largo camino de entrada.
Callum se arriesgó a mirar a Tori. Tenía que pillarla a solas. Necesitaba
explicar todo lo que le había dicho a Thea, asegurarse de que Tori no estaba
lo bastante asustada como para dejarlos de nuevo. Si no lo hacía, temía que
ella construiría esas paredes hasta que se elevaran, imposibles de escalar.
Quedaban un poco menos de dos semanas de su período de concubina. Si
ella decidía irse, él y sus hermanos no tendrían ningún recurso. Talib les
dejaría afuera. Ella bien podría desaparecer en el interior del palacio, y ellos
no serían bienvenidos.
—Cuando lleguemos a casa, yo estaba esperando que pudiéramos hablar,
Tori — murmuró. Ella frunció el ceño como si la idea no fuera agradable.
—Estoy muy cansada. ¿Tú no?
Ella no había dormido mucho. Aún así, la idea de ir a la cama sin resolver
nada a él no le sentó bien.
—Creo que deberíamos hablar de lo sucedido. Me gustaría explicártelo.
Ella le dio una sonrisa tensa.
—Eso no es necesario. Sólo me gustaría continuar donde lo dejamos y
seguir adelante.
Él sabía que no era posible.
—Creo que hay cosas que tenemos que decir.
—Oh, Cal, deja a la pobre chica sola. Está cansada. Ha tenido un mal día.
Déjala dormir un poco. Nos ocuparemos de todas las consecuencias mañana
—dijo Oliver.
—Como quieras. —Callum se volvió para mirar por la ventanilla
mientras el coche se detenía. Claire estaba esperando cuando se abrió la
puerta.
Ella abrazó a Tori y luego a Oliver, preocupándose por él.
—¿Qué te pasa? —preguntó Rory mientras caminaban hacia la casa
detrás de las mujeres y Ollie.
Callum le fulminó con la mirada. ¿Estaba bromeando? Rory le dio una
palmada en la espalda.
—Bien. Voy a reformular la pregunta. ¿Qué pasa, además del hecho de
que tu ex psicótica casi mató a tu hermano y a la mujer que amamos?
Porque yo, por mi parte, estoy feliz de tener toda la situación resuelta.
No había nada feliz con lo que había sucedido.
—¿No crees que toda esa mierda hará retroceder a Tori? Ella tiene terror
a perder a alguien que ama. Prefiere no amar en absoluto. Casi vio morir a
Oliver.
—Y ella está procesando lo que pasó. Empujarla a ello no lo hará mejor
—dijo Rory cuando la puerta principal se cerró, dejándolos parados de lado
de afuera—. Ha sido buena con Oliver, muy cariñosa. Creo que está bien.
—Tú no estabas allí. No viste lo que pasó. —No estaba seguro de si iba a
ser capaz de olvidarlo.
Rory lo estudió por un momento.
—Vi lo suficiente. Sé que sucedió algo que hizo que Thea decidiera
disparar. Sé que Oliver salvó a Tori. Sé que intentaste llegar a ellos. Le
disparé antes de que ella pudiera alcanzarte. Tenía esa pistola apuntada a ti.
Y en ese momento él habría recibido con mucho gusto la bala si hubiera
salvado a su hermano y a su esposa. Había mirado el arma y supo que
probablemente esto había terminado, y todo lo que él había querido hacer
era sostener a Tori por última vez.
—Ella dijo que si no me podía tener nadie podría. Creo que pretendía
girar el arma hacia sí misma después de matarme. Quería estar conmigo de
una manera u otra.
—Estaba loca, Cal. El tiroteo no fue culpa tuya. Cualquier persona que
estuviera en contacto con ella podría haberse convertido en el centro de sus
alienadas fantasías. Si no hubieras sido tú, habría sido un actor o algún otro
hombre que ella considerara tan rico y poderoso. Todos estamos vivos y
seremos más fuertes por esto.
—¿Y si Tori decide irse?
—No lo hará. —Rory se paseó hasta la puerta—. Va a estar bien. Ella nos
dio su palabra y va a honrarla. Es más fuerte de lo que parece. Creo que una
vez que toma una decisión, no se echa atrás.
—¿Incluso cuando todo se va al infierno?
—Para bien o para mal. —Rory le dio una palmada en el hombro—.
Vamos a conseguir algo de comer. Lo verás por la mañana. Ella se sentirá
mejor una vez que descanse.
Entraron en la casa, y Oliver estaba esperando en la cocina, Claire
sirviéndole una taza de té.
—¿A dónde fue Tori? —Ella no se veía por ninguna parte. Oliver hizo un
gesto hacia la parte posterior de la casa.
—Iba a tomar una ducha y a dormir un poco. Creo que todos podemos
necesitar un poco de eso. Yo mismo iba a tomar un poco de té y quedarme
frito.
—¿Te sientes bien? —Callum estaba preocupado porque su hermano
todavía se veía un poco pálido.
—Estoy bien. El doctor dijo que estoy listo para cualquier cosa. —Los
ojos de Oliver se desviaron hacia la parte posterior de la casa—. Por eso
precisamente creo que debemos darle un momento, luego acurrucarnos con
ella. Cuando haya descansado un poco, creo que debemos corromperla
completamente.
Callum no estaba seguro de si sería bienvenido en ese evento.
—Me gustaría hablar con ella primero.
—Me gustaría no escuchar esta conversación—se quejó Claire. Rory le
dio un beso en la mejilla.
—Tienes razón, querida. Oliver, termina. Deberíamos volver a mi
habitación y tener esta discusión. Creo que Callum todavía se siente
culpable. Si nosotros no lo arreglamos, va a cagarla con Tori.
Sus hermanos estaban tratando esto como una especie de broma.
—Ya la cagué con ella. ¿No te das cuenta? Rory, no tienes idea de las
cosas que dije.
—Escuché cada palabra —contestó Oliver—. Tori es una chica
inteligente. Teje historias para la prensa para ganarse la vida. Entiende el
control de daños e hila una buena historia para el público. —Dejó su taza de
té—. Vamos a hablar con ella. Callum no va a dejar de preocuparse hasta
que arreglemos esto.
Finalmente. Callum no dijo nada. Él simplemente se giró y se dirigió
hacia las escaleras. Tenía que cambiar su actitud. Normalmente no la
dominaría fuera de la habitación, pero esto era un caso diferente. Iba a
hablar con él, maldita sea. Era mejor para los dos si lo sacaban todo. Ella
había atravesado un trauma, y no se estaba apoyando en ellos. Estaba
haciendo su mejor esfuerzo para cuidar de todos los demás, pero no estaba
dejando que ellos se encargaran de ella.
Callum tenía la intención de poner fin a eso.
Pasó por delante de su puerta. Habían acordado no quedarse allí hasta que
hubieran limpiado y redecorado completamente. Hasta que lo hicieran,
podría traer malos recuerdos. Una vez que hubieran derribado el muro entre
la habitación de Cal y la de Oliver e hicieran una enorme suite, serían
menos propensos a recordar lo que casi había sucedido allí. Él ya tenía
planes para utilizar lo que solía ser su habitación y convertirla en un baño
decadente donde le prodigaría cariño a Tori cada mañana. Ella se
acostumbraría a no ducharse sola. Uno de ellos siempre querría estar con
ella.
Tal vez debería meterse en ella ahora. Después de que la hubiera follado
y le hubiera mostrado con su cuerpo lo mucho que la amaba, entonces ella
estaría dispuesta a hablar con él. Callum abrió la puerta de Oliver, dispuesto
a forzar la situación.
—¡Hay que joderse! —resolló Rory detrás de él.
—No me esperaba eso —coincidió Oliver.
Tori estaba desnuda, de rodillas en la suave alfombra. Sus rodillas
estaban extendidas y las palmas hacia arriba sobre sus muslos. Se había
soltado el cabello del moño. Ahora era una encantadora cascada marrón que
acariciaba sus hombros y caía hacia sus pechos. Apretados pezones rosados
asomaban a hurtadillas por debajo de su pelo. Él la miró por un momento,
asimilando lo hermosa que era. Había inclinado la cabeza sumisamente. Y
su cuerpo. Dios, la belleza de su cuerpo hizo que su pulso palpitara. Su pene
estuvo repentinamente lleno y erecto como si la maldita cosa supiera que el
recreo había llegado. Señalaba justo donde quería ir, hasta el vértice de sus
muslos donde su precioso coño estaba en exhibición. Todo lo que podía ver
era su bonita piel rosada, rogando por su atención.
Callum entró en la habitación, sus hermanos detrás de él. Oyó cerrarse la
puerta. Alguien metió la llave. Bien pensado. No necesitaban
interrupciones. La cena podía esperar. Lo mismo ocurriría con el resto del
mundo por todo lo que a él le importaba.
Dejó que todo el peso de las últimas veinticuatro horas se disolviera. Este
era su lugar de poder. La mayor parte de su vida había sido el campo de
fútbol, pero había descubierto algo aún mejor… ser su Amo.
Se caminó hasta ella, hasta un lugar donde él estaba seguro de que podría
ver sus botas. Ella era una buena chica. Mantuvo la cabeza hacia abajo
hasta el momento en que él tomó su barbilla, levantándola. Luminosos ojos
lo miraron.
—Dime una cosa, amor. No mientas porque yo lo sabré.
—Sí, señor.
¿Qué tan mocosa era?
—¿Sabías que estaba nervioso? ¿Sabías que pensé que me ibas a
rechazar? Ella jadeó un poco.
—¿Rechazarte? ¿Por qué te rechazaría? ¿Alguna vez?
—Por las cosas que dije ayer. Ella puso los ojos en blanco.
—No soy estúpida, Cal. Sabía que estabas mintiendo. Yo estaba
actuando, también. Pensé que era bastante buena. Me pregunto si perdí mi
vocación. —Se mordió el labio inferior y se suavizó—. Yo no sabía que
pensabas que iba a rechazarte porque eso es muy tonto cuando te amo
tanto. Yo podría haber sabido que querías sentarte y hablar. No quería hacer
eso, así que mejor hice esto.
Tan mocosa.
—Yo quería hablar porque pasamos por algo terrible.
—Y yo quería continuar donde lo dejamos. Antes que la chiflada
irrumpiera en tu dormitorio, se suponía que tenía que arrodillarme y
esperarte. Eso es lo que estoy haciendo. —Ella frunció el ceño—. Si de
verdad quieres hablar, puedo vestirme.
Como si eso fuera a suceder. Nunca podría permitir que se pusiera la ropa
de nuevo.
—Así que decidiste salirte con la tuya, ¿verdad?
—Cuando piensas en ello, ¿no es esto una buena forma de comunicación
para todos nosotros, Amo?
Lo que iba a ser muy bueno para él era azotar su culo.
—Sabes que te debo un poco de disciplina.
No había manera de que él se perdiera la forma en que sus ojos se
dilataron.
—Lo sé.
—Entonces, ponte de pie. —Él le tendió la mano.
Tori colocó la suya en la de él y se puso en pie con una dulce torpeza.
Estaba seguro de que dentro de unos meses ella sería pura gracia en
movimiento, pero a él en realidad le gustaba la forma en que ella se aferraba
a su mano. La miró, le apartó el pelo para que sus pechos estuvieran a plena
vista.
—Demonios, eres hermosa, Tori. —Oliver ya se estaba quitando los
pantalones. Rory se movió junto a Callum.
—Lo eres, amor. Te dije que no iba a huir.
—No estoy huyendo. —Un atisbo de sonrisa tironeó de sus labios hacia
arriba—. Estaba asustada y siempre voy a estar asustada cuando estés en
peligro, pero te amo y eso vale la pena el riesgo.
—Espero que valga la pena lo que está a punto de suceder. —Su polla
saltó. Él tenía un plan fabuloso.
—Estoy seguro que lo valdrá, Amo.
—Bueno, entonces inclínate hacia delante. Quiero que te agarres los
tobillos.
Ella se inclinó, dejando su trasero en el aire. Él caminó alrededor de ella
para inspeccionar. Tan jodidamente bella. Su culo tenía una hermosa forma
de corazón. Pasó la mano por los globos gemelos. Tenía la piel de porcelana
perfecta y tan tersa que apenas podía soportarlo. Ella agarraba sus tobillos y
la posición exhibía más que su trasero. Su coño estaba también ahí para su
placer. Dejó que sus dedos bajaran por la costura de su culo y hasta el borde
de su ya excitada carne.
—¿Has estado pensando acerca de nosotros?
—Sí, Amo. —Fue la respuesta sin aliento.
—¿Qué pensaste? —Oliver estaba completamente desnudo cuando se
movió al lado de Callum—. Dímelo con detalle. ¿Qué es lo que ha puesto
este coño todo maduro y jugoso?
—Pensar en estar con mis tres maridos —respondió Tori—. Lo he
querido desde siempre y me prometí que iba a suceder. Deseo a mis
hombres.
Él la deseaba también, pero no podía dejar que se saliera con la suya con
semejante conducta de mocosa malcriada. Él zurró su culo justo en el
centro.
Ella soltó el más dulce pequeño chillido.
—Si vamos follarla a la vez, ¿no tenemos que abrir ese dulce culo un
poco?— preguntó Rory—. ¿Debo conseguir el plug?
Callum sostuvo su mano sobre su piel, manteniendo el calor en su contra.
—Sí. Creo que hay que follarla con el plug antes que la tomemos.
¿Quieres eso?
¿Quieres una gran polla follando ese pequeño agujero?
—Sí, Amo. Quiero a todos mis Amos.
—Y los tendrás. Rory, vamos a necesitar un plug y lubricante. Oliver,
creo que deberías ayudarme a zurrar este bonito culo.
—Ella se puso en peligro —dijo Oliver.
—Yo no tuve mucha opción —contestó Tori—. Ella me estaba esperando
cuando llegué al dormitorio. Después de eso, hice todo lo que pude para no
recibir un disparo.
Oliver se movió.
—¿Entonces por qué luchaste contra ella? Tuve que ordenarte que te
estuvieras quieta y todavía te enfrentaste a ella.
Olvier echó hacia atrás la mano. Él la zurró con un fuerte azote. El sonido
flotaba en el aire. Su piel se sonrojó de un precioso color rosa. Oliver retiró
la mano, y Callum divisó una débil huella de ésta en su trasero. Fue
suficiente para que gruñera y la zurrara él mismo.
—No te pongas en peligro —ordenó. Ella jadeó y se estremeció.
—Estaba tratando de ayudar.
Él zurró esa dulce piel una y otra vez.
—No hay ayuda cuando estás en peligro. Ninguna. Nos obedecerás y te
mantendrás a salvo. Eres lo más importante en nuestro mundo. No jugarás
con tu vida.
—Creo que esa es mi estrofa. —Ella gritó cuando él la volvió a zurrar.
Oliver le dio un buen azote justo por encima de su nalga derecha.
—Sólo hay una tú. Sólo una esposa para nosotros. Debes cuidarte.
Estábamos perdidos sin ti antes. Estaríamos absolutamente perdidos sin ti
ahora.
Callum la zurró en el lado izquierdo.
—Y nada de tomar el rol de Dominante. ¿No crees que sé cuándo me
estás manipulando?
—No te diste cuenta de eso hoy. Al parecer, pensaste que estaba huyendo
de nuevo. —Ella gimió ante el golpe que esa ocurrencia le ganó.
Oh, ella iba a ser muy divertida. Él y Oliver se turnaron dándole nalgadas
hasta que su trasero se volvió de un bonito tono rosado. Rory eligió ese
momento para volver con el plug. Era mucho más grande que la pequeña
cosa con la que ellos habían empezado, pero en las últimas semanas, la
habían incrementado. Esta noche, le darían la cosa real.
—Muévete hacia la cama —le ordenó. Ella respingó cuando se enderezó.
—Pobre bebé, ¿te está doliendo el trasero?—Él frotó la palma de la mano
por sus nalgas, satisfecho por la forma en que ella se estremeció.
—Sabes que sí y que me gusta así —fue su respuesta descarada.
Oliver se acercó, sujetó su rostro en sus manos y la besó. Después de un
momento de dulce juego, él la levantó y se dirigió a la cama.
—La buena noticia es que no tienes que caminar más. Uno de nosotros
siempre te llevará a donde tengas que ir.
La depositó con ternura sobre la cama.
Se veía tan pequeña acostada en la cama grande. Frágil y delicada. Todo
era un engaño. Su esposa había crecido hasta convertirse en una de las
mujeres más fuertes que conocía. Y definitivamente no iba a romperse, a
pesar de la vida con tres cabrones británicos.
—Sobre tus manos y rodillas—ordenó Callum.
Ella le hizo un guiño a Oliver mientras se daba la vuelta y obedecía.
—Él no ha terminado de abusar de mi trasero, ¿verdad?
—Ni de cerca —admitió Callum. Él nunca lo haría. Era su nuevo
pasatiempo. Rory se quitó los pantalones y se metió de un salto en la cama.
—Mientras él te está preparando, cariño, creo que realmente deberías
encargarte de nosotros. Parezco estar necesitado de atención.
Oliver se colocó junto a su hermano. Callum aprobó darle a su chica algo
que hacer mientras la preparaba.
—Prepáralos, amor. Es hora de tener a tus hombres listos para follar.
—Sí, puedo ver que necesitan mucha ayuda —respondió Tori. Eso le
valió otra fuerte nalgada.
—Tu culo va a estar muy agradecido cuando esa boca inteligente tuya
tenga otra cosa que hacer que meterte en problemas.
—Probablemente tienes razón. —Ella tomó la punta de la polla de Rory
en su boca.
Callum se movió entre sus piernas, colocando el plug en la parte baja de
su espalda.
—Encárgate de ellos, pero no te muevas demasiado. Si esto se cae al
suelo y tengo que limpiar el plug otra vez, empezaremos todo de nuevo.
—Querido Dios, Tori. No cabrees al Dom. Él nos va a mantener en el
infierno hasta que se salga con la suya —gimió Oliver cuando ella pasó a su
polla.
Él lo haría. Las cosas deberían hacerse de la manera correcta. Rory y
Oliver podrían manejar el negocio, y él les seguiría en el mundo real, pero
aquí él llevaba la batuta. Ellos jugarían las cosas a su manera. Tori
permaneció muy quieta incluso mientras chupaba a Oliver con entusiasmo.
Él separó sus nalgas. La diminuta vena de sádico en él se inflamó ante lo
que estaba a punto de hacer.
—Esto va a estar un poco frío, amor.
Ella gimió cuando él vertió el lubricante. El dulce sonido fue directo a su
polla. Masajeó el lubricante en su interior, dejando su dedo hacer círculos
en ella una y otra vez, calentándola. Después de su reacción inicial ella
volvió a su trabajo, a pesar de que podía sentirla relajarse bajo su mano.
—Vas a estar muy apretada. —Ese agujero apretado estrangularía su
polla. Tendría que tener mucho cuidado o podría correrse en el instante en
que entrara en ella. Tendría que volver a jugar un partido en la cabeza o
tratar de recordar los nombres de las esposas de Enrique VIII, pero dudaba
seriamente de que fuera capaz de pensar en otra cosa que en lo caliente que
estaba Tori, en lo bien que se sentía estar dentro de ella.
Permitió que su dedo se hundiera un poco más allá del anillo que la
protegía. Sí. Ella se contrajo a su alrededor, lo que demostraba su punto
sobre su estrechez. A pesar de su trabajo con el plug, ella seguía estando
increíblemente apretada. Todavía sería difícil convencer a su carne a
tomarlo por completo. Deslizó otro dedo dentro, su calor casi lo abrasó. Él
la estiraba, obligándola a abrirse más ampliamente.
Cuando él había jugado con ella y estirado su trasero a su satisfacción,
agarró el plug con la mano libre y se lo colocó. Con lenta precisión, lo
retorció y presionó. Después de un momento de resistencia, ella aceptó el
plug y la pieza se deslizó centímetro a centímetro.
—Dios, creo que a ella le gusta. Puedo sentir sus gemidos alrededor de
mi polla.
—Rory apretó una mano en su pelo.
Callum la folló suavemente con el plug, seguro ahora de que ella estaba
tan lista como nunca estaría para tomarlo. Con un suspiro, presionó el plug
hasta casa, insertándolo profundamente en su interior. Cuando lo sacara de
nuevo, sería su carne caliente la que empujaría dentro de ella.
Besó la parte baja de la espalda y la observó mientras ella alternaba su
atención entre Rory y Oliver.
—Sigue así, amor. —Su corazón estaba lleno mientras caminaba hacia el
baño para limpiarse.

* *

Tori nunca había imaginado que iba a disfrutar de este tipo de juego. Por
supuesto, ella nunca había pensado en usar la palabra juego en el dormitorio
antes de que conociera a estos hombres, pero ahora parecía ser una de las
palabras más dulces del mundo. Juego. Era algo que los amantes hacían con
confianza y franqueza.
Mientras Callum había introducido el plug en su trasero, había estado
abrumada por la sensación. No era dolor. Había habido presión, luego se
había añadido una sensación de alivio cuando ella se había abierto a él, y
Callum guió el plug dentro y fuera. Había sentido una sensación de
satisfacción por haber sido capaz de hacer esto. Orgullo, incluso. No era
sólo para ellos. Quería ser dueña de su sexualidad, y para ella, eso
significaba confiar en ellos y dejar que la guiaran en este mundo nuevo y
sensual.
El plug en su trasero la estiraba ampliamente, pero no tenía duda de que
Callum la llenaría aún más. Lamió la polla delante de ella, moviendo su
lengua sobre la piel caliente del pene de Oliver. Le encantó la pequeña gota
de líquido que cubrió su lengua. Brotó desde la rendija de su polla, salada,
limpia y totalmente masculina. La mano de él encontró su pelo y metió con
fuerza la punta dentro de su boca. Ella se relajó a su alrededor,
permitiéndole entrar mientras chupaba.
Estaban jugando con ella, sin ninguna intención real de correrse. Era
evidente en la manera gentil que estaban follando su boca. Cuando Oliver
quería una mamada, podía ser profundamente agresivo. Él nunca le haría
daño, pero tomaría el control, empujándose a sí mismo dentro y fuera
mientras mantenía su cabeza en sus manos. Ella no tenía que trabajar
cuando él se hacía cargo, simplemente seguir su guía. Hoy, estaban
jugando, lo que le permitía explorar y disfrutar de su poder. Cada gemido
que provocaba le daba más confianza en su habilidad para complacer a un
hombre. Tres hombres, para ser precisos.
Ella chupó suavemente la polla de Oliver, frotando su lengua por la parte
inferior mientras le tomaba con lentas succiones de su boca.
Antes de que realmente pudiera descender un poco más, Rory estaba
tirando suavemente de su cabeza hacia un lado. No podía olvidarle. No.
Tenía que darles el mismo tiempo, y estaba segura de que en un momento
Callum querría el suyo, también.
—Mírame —exigió Rory.
Ella levantó la cabeza, contemplando su belleza. El pelo rubio arenoso de
Rory estaba revuelto, y ella amaba lo joven y feliz que parecía. Él siempre
iba impecable en sus trajes de tres piezas, siempre la misma imagen de un
magnate de la industria. Aquí, él era su amante, su ansioso Amo. Él le
sonrió.
—Te amo—dijo—. Deberías saber que tengo la intención de decírtelo
todos los días.
Esas palabras la habían asustado tanto una vez. Pero mientras ella había
sostenido a Oliver el día anterior, había sabido que sin importar lo que pudo
haber ocurrido, no habría cambiado su tiempo con él. Si le dolía, entonces
era porque ella había amado. Incluso el dolor sería mejor que el vacío de su
vida antes de ellos, sin ellos. Ella había sido un fantasma caminando por el
mundo sin pensar en el pasado, protegiendo su corazón herido. Ahora
conocía su propósito. Era amar y ser amada por ellos.
Ser su esposa. Su amiga. Su pareja y su dulce sub.
—También te quiero. Os amo a todos. —Ahora que ella había tomado la
decisión, no podía imaginar su vida de cualquier otra manera. Ella habría
estado muy sola sin ellos.
—Date la vuelta lentamente —ordenó Oliver—. Hagas lo que hagas, no
pierdas ese plug. Callum lo empezará todo de nuevo, y yo podría morir.
Estoy muy delicado, como sabes.
Sí, Oliver estaba muy delicado. En realidad había sido un bebé grande
acerca de recibir un disparo y golpearse la cabeza. Había gemido y
requerido excesivo sujetar- su-mano. Había insistido en mantenerla cerca.
Incluso sus hermanos habían accedido a dejar que Tori permaneciera junto a
su cama porque él había parecido tan patéticamente necesitado.
Lo que Rory y Callum no sabían era que cuando se habían ido para cenar,
el delicado Oliver la había inmovilizado en la cama del hospital y la había
follado. Él había afirmado que necesitaba sexo con el fin de sanar. Había
tomado el máximo provecho de su tiempo con ella y una enfermera había
visto demasiado de ellos.
Divertido, ella se habría horrorizado incluso un par de semanas atrás.
Ahora todos sus miedos y obsesiones parecían tan tontos. Todo el mundo se
ponía en ridículo de vez en cuando. El único error fue tomarse a sí misma
demasiado en serio.
Tori no tenía dudas de que todos ellos harían un hábito de conseguir un
tiempo a solas con ella. Sin embargo, siempre disfrutaría de las veces en
que estuvieran todos juntos.
—Pero yo no había terminado con vosotros dos.— Ella había querido
llevar a ambos al orgasmo, tenerlos llenándole la boca y beberlos. Había
tenido la intención de subir la apuesta y salirse con la suya. No era como
que si no pudieran estar a punto de nuevo después de un breve descanso.
Podrían ser insaciables.
—No va a suceder hoy. —Oliver agarró su cintura y la ayudó a girar. El
plug parecía enorme en su trasero. Ella se contrajo en torno a éste, porque
no quería empezar de nuevo más que el resto de ellos quería. Tenía que
pensar en cada movimiento que hacía. Eso era lo que quería Callum, para
que fuera consciente de partes de su cuerpo en las que nunca había pensado
antes.
Cuando se giró, sus nalgas dolieron. Era un agradable recordatorio de la
zurra que le habían dado. Ella probablemente lo sentiría mañana y
recordaría cómo había estado sin aliento. Cómo se había agarrado de sus
tobillos y anticipado ese momento cuando la zurrarían. Se movió con
cautela a fin de no desubicar el plug, pero sentía cada músculo. Él quería
que pensara en cómo cada poro y célula de su cuerpo les pertenecían y que
iban a darle placer. Ellos le mostrarían su intimidad.
Con manos suaves, Oliver la bajó. Podía sentir la suavidad de la colcha
en su espalda. Oliver se la quedó mirando mientras Rory se ubicaba a su
izquierda.
—¿Sabes lo hermosa que eres? —preguntó Oliver. Él pasó sus manos
sobre sus pechos, haciéndola arquear la espalda.
—Sé lo hermosa que me hacéis sentir. —Y ellos eran magníficos. Oliver
parecía un ángel con sus ojos azules sombríos y la mandíbula perfectamente
cincelada.
—Entonces déjanos hacerte sentir como la mujer más bella del mundo —
susurró mientras bajaba sus labios hasta su pecho.
Rory siguió el ejemplo en su lado.
—Porque eso es lo que eres para nosotros.
Ella se quedó sin aliento al sentir el calor de sus bocas, una en cada uno
de sus pezones. Ellos la chuparon en sus bocas, tirando de ella. La
sensación fue directamente a su coño, encendiéndola y enviando chispas a
través de todo su cuerpo.
Necesitaba esto. Les necesitaba a todos. No estaba completa sin ellos.
Como si ella lo hubiera conjurado a través de la pura necesidad, Callum
apareció al final de la cama, su cuerpo atlético completamente expuesto.
Ella lo miró fijamente, observó con audacia su polla mientras ésta apuntaba
erecta en su dirección. Era algo bello. Larga y tremendamente gruesa,
destacaba de su pelvis. Ella quería tocarlo, acariciar su gruesa carne y saber
que era todo suyo.
Él había pasado por muchas cosas. Todos ellos. Ahora su lugar estaba en
medio de ellos, tenía derecho a amarles y consolarles, a encontrar la alegría
en la incomparable felicidad de ellos.
Él se puso serio mientras la miraba.
—¿Sabes lo difícil que fue estar allí ayer y decir esas cosas?
Él estaba tratando de conseguir que ella pensara cuando debería estar
sintiendo. Oliver y Rory trabajaban sus pezones, chupando y lamiendo con
afecto, pero al parecer Callum necesitaba otro tipo de afecto. Necesitaba
tranquilidad.
Era el momento de decirles algunas verdades.
—Debería haber sido fácil porque yo sabía lo que estabas haciendo. Ni
una sola vez se me ocurrió que estabas diciéndole a Thea otra cosa que lo
que ella quería oír. Deberías haber confiado en mí para saber y entonces no
habrías creído esa mierda. Cuando me di cuenta de que ella estaba en la
habitación sabía que me salvarías. Eso es lo que la gente enamorada hace.
Él cayó de rodillas, con la cabeza entre sus piernas.
—¿Lo es? Bueno, creo que hemos hecho todos los salvamentos que
necesitamos hacer por mucho tiempo. Ahora vamos a sentar la cabeza.
Seremos una familia perfectamente aburrida.
Ella dudaba que lograran eso. Teniendo en cuenta que su corazón se
aceleraba cada vez que uno de ellos la miraba o decía su nombre. No había
nada aburrido en los chicos Thurston-Hughes.
—A menos que tengas algunas otras acosadoras locas. Oliver rió contra
su piel.
—No. Creo que las locas en nuestras vidas ahora se han ido. La mía se ha
ido. La de Callum se ha ido.
—Yo no fui tan tonto como para enamorarme de una loca. —Rory le
guiñó un ojo. Él no estaba libre de culpa. Rory no era un niño ruborizado.
—No, sólo trescientas supermodelos.
Él tuvo la decencia de sonrojarse.
—Ninguna de las cuales te llega a la suela del zapato.
Rory era inteligente. Ella suspiró cuando sus labios tocaron los suyos.
—Siempre sabes qué decir.
—Déjanos mostrarte cómo nos sentimos. —La boca de Callum se cernía
sobre su coño y ella podía sentir la anticipación latir a través de su
organismo.
Rory se trasladó de nuevo a su pecho, sus dientes encontraron la punta de
su pezón, y luego mordió ligeramente.
Él le dio el escaso borde del dolor, sólo lo suficiente para hacer que se
agitara y retorciera.
Fue entonces cuando Callum escogió separar sus labios vaginales y pasar
su lengua desde debajo de su clítoris hasta su vagina. Ella miró la longitud
de su cuerpo mientras él lamía su carne sensible. La atormentaba, pasaba la
lengua alrededor de los bordes de su coño. Presionó la nariz en su clítoris.
La presión la hizo jadear.
La llevó al límite y luego la trajo de vuelta. Brotó la placentera
frustración. Entre Callum en su coño y Oliver y Rory en sus pechos, no
podía respirar. Ellos la sujetaban, Oliver y Rory fijando sus brazos en el
colchón y Callum abriendo sus muslos con manos fuertes. Estaba abrumada
por ellos en una postura decadente, abierta y lista para su placer. Tori no
podía moverse. Estaba totalmente indefensa, y eso estaba bien porque
confiaba en estos hombres.
Ella yacía debajo de ellos, mientras hacían todo lo posible para hacerla
gritar. Una y otra vez, sus lenguas y manos la acariciaron. Callum chupaba
su clítoris antes de hundir su lengua profundamente. Rory se movía de su
pecho a la boca, besándola con elegante desenfado. Frotaba su lengua
contra la suya, y la mantenía fuera de equilibrio, mientras Oliver se
concentraba en sus pezones. Mordía, luego calmaba el pequeño dolor con
sus besos, al mismo tiempo que hacía rodar el pezón opuesto con los dedos.
En uno, derramó amor y afecto. Al otro le dio un mordisco rápido de dolor
que envió escalofríos a través de su cuerpo.
Y durante todo el tiempo no podía olvidar el plug en su culo. Ella apretó.
El plug la llenaba. Era como si no hubiera ninguna parte de su cuerpo que
ellos no estuvieran tocando, estimulando, amando. Cada célula y cada
centímetro de su piel era de ellos, sobre todo su corazón. Ella estaba abierta
y desnuda a su amor.
Callum pasó la lengua a través de sus pliegues, pellizcando al mismo
tiempo su clítoris mientras Oliver mordisqueaba su pecho. El orgasmo se
acercó furtivamente, y Tori gritó mientras circulaba por su cuerpo, enviando
fuego por sus venas. Rory atrapó su grito ahogado, besándola y calmándola.
Incluso las manos de Callum eran suaves mientras agarraba sus tobillos.
—Ya es hora —susurró Rory sobre su piel—. No puedo esperar a estar
dentro de ti.
Ella todavía estaba en el fulgor del primer orgasmo, su cuerpo relajado y
la mente confusa. Ellos se movían por todas partes a su alrededor, sus
manos acariciando su cuerpo. Este era el lugar donde quería estar todo el
tiempo, rodeada de ellos, llena de ellos.
Rory giró con Tori, su boca sobre la de ella, incluso mientras realineaban
sus cuerpos, haciéndola rodar para que él estuviera debajo. Podía sentir su
erección buscando ya su lugar. La punta ancha de su pene empujó contra
sus labios, deslizándose fácilmente a través de la resbaladiza excitación.
A la vez que Rory se colocaba en posición debajo de ella, Oliver se
arrodilló delante de ella con su polla en la mano. Parecía que iba a salirse
con la suya con uno de ellos. Se lamió los labios mientras miraba a ese
hermoso pedazo de carne masculina. Su polla sobresalía de su cuerpo
perfectamente musculado, y por debajo de ésta podía ver la tensión de sus
pelotas cuando se movían mientras él se acariciaba.
Se estremeció cuando Callum separó sus nalgas y tocó el plug. Una
abrupta sensación la atravesó, sacudiéndola de su languidez. Había más
placer por venir y no quería perderse un instante de él.
Callum retiró el plug y ella sintió sus músculos apretándose, tratando de
mantenerlo dentro. La polla de Rory se afincó en sus entrañas y, finalmente,
sus caderas se movieron y ella sintió que la llenaba.
—Dios, estás tan apretada. Te sientes tan bien. —Rory aferró con fuerza
sus caderas, tirando de ella hacia abajo para empalarla en su polla.
Él era el que se sentía bien. Era tan grande dentro de ella, recordándole lo
increíble que se sentía estar con ellos. Cuando hacían el amor, se
combinaban para convertirse en algo más de lo que eran como individuos.
Algo profundo y bello.
—Rory, mantenla quieta para mí. —Callum empujó contra su agujero
virgen.
Oliver puso una mano en su cabeza mientras Rory la mantuvo firme.
—Quédate quieta, cariño. No luches contra él. Relájate. El resto será puro
placer— persuadió Oliver.
Ella gimió al sentir la presión. Callum la penetraba con movimientos
cortos, abriéndola con pequeñas estocadas. Podía sentirlo tomando más y
más con cada embestida. Cada avance los acercaba. Y cada vez que Callum
se movía, Rory tenía una contra maniobra. Mientras ella sentía la
quemadura de ser abierta, Rory se movía hacia arriba y azotaba su clítoris,
enviando una emoción salvaje a través de ella.
—Ya falta poco. Lo estás haciendo muy bien. —Oliver susurró palabras
de elogio.
Callum se tomó su tiempo. Podía ver la tensión en el rostro de Rory, pero
les amaba a ambos por ir despacio con ella. Eran cuidadosos, haciendo que
sintiera su amor y protección, incluso mientras la inundaban con su deseo.
Callum gimió detrás de ella, con las manos rodeando su cintura mientras
empujaba dentro.
—Sólo un poco más. Falta poco.
Ella se quedó sin aliento cuando él finalmente la traspasó totalmente. La
sensación era totalmente diferente del plug. El plug era frío y estéril. Este
era Callum, todo fuego y pasión. Su calor la atravesó. Estaban conectados a
un nivel básico. Ella le estaba dando algo que nunca había pensado que
daría, y la pura intimidad de eso la derribó.
Rory se acercó y apartó las lágrimas que ella no sabía que estaba
derramando.
—Debemos parar. Está llorando.
—No —dijo ella lo más rápido que pudo—. No duele. No te atrevas a
parar.
—Ella está feliz porque por fin estamos juntos —dijo Oliver, su voz llena
de emoción—. Está feliz porque finalmente estamos completos.
Ella asintió con la cabeza. Oliver estaba completo de nuevo y ella amaba
al hombre en que se estaba convirtiendo. A pesar de que no habían tenido
los mismos problemas, Rory y Callum necesitaban esto, también. Y ella
había llegado muy lejos. Sólo ahora se estaba dando cuenta de su potencial,
y todo era por obra de ellos. Se permitió sentir con el cuerpo, la mente y el
corazón. Los tres estuvieron finalmente acomodados y ella se sentía más
poderosa, más contenida de lo que nunca había estado antes.
Y un poco inquieta porque podía sentirlos conteniéndose. El tiempo para
eso había pasado.
Ella movió sus caderas, sintiendo la polla de Callum deslizarse aún más
dentro de su cuerpo. Y entonces, tal como esperaba, él le dio un duro azote
en el culo.
—¿Tratando de tomar el control de nuevo? —siseó Callum mientras se
echaba un poco hacia atrás—. Oliver, deberías moverte porque no creo que
ninguno de nosotros vaya a durar mucho tiempo.
Ella envió a Oliver una sonrisa mientras él alineó su polla con sus labios.
—Chúpame fuerte, cariño. Estoy listo para llenarte. —La mano de Oliver
encontró su pelo, sus dedos se enredaron mientras le mostraba que, esta vez,
iba en serio. No había juegos, sólo el duro empuje de su polla contra sus
labios y la exigencia de que le complaciera. Era una exigencia que pretendía
satisfacer, ya que ellos le habían traído más satisfacción de la que podía
imaginar.
Ella rodeó la polla de Oliver con sus labios y se entregó a él. Él le folló la
boca con fuerza, ganando terreno mientras Rory y Callum hacían lo mismo.
Se abrieron paso dentro de ella hasta que Tori no podía recordar donde
terminaban ellos y empezaba ella.
Su cuerpo se relajó como si supiera que sus Amos se harían cargo de ella.
Les dejó controlar el flujo de la pasión. Ella montó la ola entre ellos. Rory
la penetraba con fuerza, mientras Callum se retiraba. Cuando lo hizo, una
ráfaga de sensaciones la sorprendió. Ella tarareó en alto, las vibraciones
provocaron que Oliver apretara su mano y empujara más fuerte. Era como
si un centenar de nuevas terminaciones nerviosas cobraran vida
profundamente en el interior y todas se encendieron con chisporroteantes
sensaciones.
Montaron su cuerpo como los Amos que eran, creando un ritmo del que
ella sólo podía maravillarse. De cualquier manera en que la empujaron o
arrastraron, eso traía otro placer, otra nueva intimidad.
Oliver siseó y perdió su ritmo mientras comenzaba a derramarse entro de
su boca.
—Tómalo todo, amor. Cada gota. Tómalo todo de mí.
Ella lo tragó mientras se corría en su lengua. Quería todo lo que tenía,
quería ser llenada con él, saber que tenía su esencia en su interior con el
correr de los días.
Rory empujó y se restregó contra ella, su polla tan profunda como podía
ir. Una y otra vez, hasta que se hundió duramente, golpeando el lugar
correcto. No había pensado que podría volver a tener un orgasmo tan
pronto. A ella no le habría importado entregarles su cuerpo, había esperado
sólo la intimidad de rendirse a sus hombres, pero ellos la habían llevado
hasta el límite. Jadeó cogiendo aire, el sabor de Oliver todavía en su lengua.
— Dánoslo —insistió Oliver, mirándola fijamente a los ojos—. Quiero
verte.
Déjame ver que te corres para ellos. Córrete, Tori.
Callum se movió en su interior, y ella se fue a toda velocidad por el
borde. Podía sentirles perdiendo el control, sus estocadas volviéndose
feroces. La follaban con fuerza, y ella se perdió en ellos. La pura sensación
se convirtió en el aire que respiraba. No necesitaba nada más que sus
manos, bocas y pollas. Gritó cuando se corrió de nuevo, más fuerte esta vez.
La lanzaron a un océano de dulce fuego y no quería que esto se detuviera
nunca.
Rory gritó su nombre mientras ella sentía el caliente oleaje de su placer.
Y entonces estuvo llena de Callum cuando él se introdujo bruscamente
hasta la empuñadura, aprisionándola y dándole todo lo que tenía.
Ella cayó en un montón de carne, sus hombres abrazándola con fuerza.
No pudo evitar reír. Todo su cuerpo se sentía ligero, pero su corazón
estaba muy lleno. Lleno de amor por ellos, lleno de gratitud, lleno de
esperanza por primera vez en un para siempre.
Callum le sonrió.
—Ahora descansa, amor.
Ella había descansado toda su vida, reprimiéndose y sin permitir que
nada la tocara realmente. Había terminado con eso.
Ella gruñó un poco y le dio un beso, arrastrando su labio inferior dentro
su boca.
—¿No estás listo para la siguiente ronda?
Oliver se echó a reír, y Rory repentinamente tocó sus pezones.
—Hemos creado un monstruo —dijo Rory, y ella lo podía sentir
excitándose una vez más.
—Siempre y cuando ella sea nuestro monstruo. —Oliver se inclinó y la
besó con reverencia.
Ella era de ellos. Ahora y para siempre.

Fin
Notas

1 PI: Presupuesto Interno.

2 Fanny en Reino Unido hace referencia a los órganos femeninos, coño para
los españoles. Pero para los americanos la palabra significa trasero, culo.

3 Se refiere al Mago de Oz. El camino de baldosas amarillas.

4 Wren. Suena feo pero es chochín. Se trata de un ave pequeñita de color


pardo, rechoncha. Se alimenta de insectos.

5 Os presento a la muñeca Sally.

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