CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL y Mas

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CÓMO RESPONDER A LA

PROFECÍA PERSONAL –
PARTE 1
PROFETA CLIFF BELL·MARTES, 25 DE ABRIL DE 2017

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL


– PARTE 1

DESARROLLANDO UNA ACTITUD BÍBLICA HACIA LA PROFECIA


PERSONAL

Por Cliff Bell

En el Cuerpo de Cristo hay todavía mucha ignorancia y conceptos erróneos en


cuanto al ministerio profético y la profecía personal. Para aquel que tenga oído
que oiga, el Espíritu Santo quiere madurar el ministerio profético en Su Iglesia. La
profecía no es la adivinación, que le dirá quiere oír. Tampoco es simplemente un
asunto de abrir la boca y declarar cualquiera cosa que se le ocurre. Los que
profetizan a otros necesitan no solamente discernir la Voz de Dios, necesitan
conocer el corazón de Dios para compartir con otros Su intención. Los que reciben
profecía personal necesitan entender los principios bíblicos acerca de lo mismo
para poder responder correctamente.

Si queremos desarrollar una actitud correcta hacia la profecía personal,


tenemos que consultar el Manual, la Biblia, la Palabra establecida de Dios.
Uno de los problemas principales que he visto es que demasiados cristianos
forman sus creencias sobre lo incorrecto. Sobre una experiencia impactante,
sobre las palabras de un predicador o de un artista famoso en vez de lo que dice la
Palabra de Dios. Desgraciadamente, el elemento del Cuerpo de Cristo que se
identifica como “cristianos apostólicos y proféticos” muchas veces es el menos
disciplinado en estudiar la Palabra de Dios por sí mismo. Eso tiene que cambiar.
Nosotros debamos ser como los bereanos quienes escudriñaron las Escrituras
diariamente para ver si lo que el Apóstol Pablo predicaba era la verdad (Hechos
17:11).

Hay muchas enseñanzas falsas o erróneas con relación a la profecía personal que
algunos han aceptado simplemente porque les suenan bien; sin embargo, no tienen
fundamento bíblico. Una de estas enseñanzas falsas dice que si una profecía no es de
Dios, no se puede cumplir; y si es de Dios se cumplirá, y que no importa cómo
respondamos o qué hagamos. Este tipo de actitud fatalista no es bíblica.

Al contrario, en las Sagradas Escrituras vemos que la forma en que


respondemos a Dios siempre determina el resultado. La pasividad nunca es una
respuesta correcta a Dios.

EL PROPÓSITO DE LA PROFECÍA PERSONAL

Sabemos que las palabras de Dios son espíritu y son vida (Juan 6:63). Cristo vino
para darnos vida abundante (Juan 10:10) y para testificar de la verdad (Juan 18:37).
El vino a reconciliarnos con Dios y nos ha encargado el seguimiento de ese
ministerio de la reconciliación (2ª Cor. 5:18). Las palabras proféticas a nosotros
tienen estas mismas metas.

1ª de Corintios 14:3 nos revela que el don de la profecía es para la edificación,


la exhortación y la consolación. 1ª de Corintios 12:7 dice que los dones (incluso la
profecía) son dados a cada uno “para provecho.” Si una palabra verdaderamente es
de Dios, es de provecho, tendrá un fin positivo. Una sola palabra de Dios puede
impartir vida y desatar el poder de Dios a nuestro favor. Un ministro, amigo
mío, me ha dicho varias veces que una sola profecía que yo le di hace unos años, le
cambió su vida y su ministerio tremendamente para bien. ¡Gracias a Dios! Yo podría
contarle cientos de testimonios parecidos.

Sin embargo, en la Biblia leemos de muchas profecías verdaderas dadas por


profetas verdaderos que no se cumplieron en la forma indicada porque la
persona que la recibió no respondió correctamente. Algunas de estas profecías
fueron dadas directamente por Dios mismo. Obviamente, en esos casos ¡el problema
no era el Profeta!

Hebreos 4:2 nos cuenta de la generación de hebreos que salió de Egipto y a


quienes Dios le dijo que les llevaría a poseer la Tierra Prometida. Sin embargo,
esa generación no vio el cumplimiento. Hebreos 4:2 dice “no les aprovechó oír la
palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” Su incredulidad y falta
de obediencia impidió el cumplimiento de la profecía que Dios mismo les dio.
En este caso la profecía no fue cancelada completamente, sino que fue transferida a
la próxima generación que creyó y poseyó la tierra.

SE REQUIERE CREER Y ACTUAR EN OBEDIENCIA

Los hebreos que poseyeron la Tierra Prometida no solamente tuvieron que creer con
el corazón – tuvieron que tomar pasos prácticos, vestirse para la guerra, tomar
sus armas en sus manos y enfrentar en batalla a los gigantes de Canaán. Dios
les había dicho en muchas ocasiones que Canaán era la tierra que Él les (ya) les dio
como herencia y que había entregado a sus manos. Sin embargo ellos tuvieron que
hacer más que orar, más que creer; ¡tuvieron que actuar! Cuando ellos actuaron en
fe y en obediencia, Jehová peleó por Israel (Josué 10:14) y realizaron el
cumplimiento.

SOMOS HUMANOS – VAMOS A COMETER ERRORES

Nuestra familia tiene una vajilla de gres. Es una vajilla bonita y a mi esposa le gusta
usarla cuando cenamos. El problema es que aunque somos cuidadosos con los
platos, cada vez que los usamos estamos arriesgando romper un plato. Cuanto
más la usamos, más riesgo hay. Somos una familia de ocho personas, y los hijos
ayudan con la tarea de lavar los platos. Por la gracia de Dios hemos perdido muy
pocos platos – pero sí habido pérdidas en los últimos 23 años. Así es con los dones
del Espíritu y la profecía. Cada vez que usamos nuestros dones estamos corriendo
un riesgo de equivocarnos porque somos hechos de barro. La vajilla es de gres – más
fuerte que el barro. ¡Imagínese usted cuántos más platos se hubieran roto si fueran
hecho de barro!

2ª Corintios 4, versos 6 y 7 nos enseña que todos nosotros somos vasos de barro.
Todos, aun los más espirituales y maduros, fallamos, nos equivocamos de vez en
cuando. Nuestras intenciones buenas, nuestros años de experiencia y nuestras
victorias previas no son suficientes para evitar siempre un error. La falta de
experiencia, la inmadurez y falta de conocimiento de la Palabra de Dios casi
garantiza que habrá aspectos problemáticos con la ministración profética de vez en
cuando. Dios nos habla perfectamente bien, pero nosotros, como vasos de barro,
a veces escuchamos mal, malinterpretamos lo que Dios ha dicho, o no
transmitimos bien el mensaje. Hay muchos que piensan que han escuchado de
Dios pero la verdad es que están proclamando sus propias convicciones no
inspiradas, sus buenos deseos, o de su propia imaginación - y pueden dejar desastres
grandes tras ellos.

EL VASO DE BARRO QUE SIRVE AGUA VIVA

¿Ha tomado usted agua que ha sido reservado en una jarra de barro? Los que
han experimentado esto pueden testificar que el sabor del barro penetra y afecta el
sabor del agua. Piensa usted por un momento acerca de esta ilustración bíblica
en relación a la ministración profética. Cristo dijo que ríos de agua viva (Juan
7:38) correrán de nuestro interior (nuestro espíritu). Esta agua viva se refiere a la
ministración de los dones espirituales. Lo que recibimos (percibimos, escuchamos o
veamos) de Dios viene originalmente de la inspiración del Espíritu Santo a nuestro
espíritu humano redimido. El problema es que antes que podamos declarar o
profetizar lo que hemos recibido, esa información pasa primero por nuestra
mente de barro – porque la mente controla la boca.

El vaso de barro se refiere a nuestra alma (intelecto, voluntad y nuestras


emociones) y cuerpo. Nuestro espíritu es perfeccionado en un instante cuando
recibimos la salvación. Pero nuestra alma no queda perfeccionada en un instante.
Nuestra alma tiene que emplear un proceso de renovación por la Palabra de Dios
para madurar y perfeccionarse poco a poco (Romanos 12:2; 2a Corintios 4:16; 10:3-
5).

Imagínese por un momento todo lo que está en el alma de alguien que podría
afectar la palabra profética... nuestra personalidad, nuestro entendimiento natural,
nuestra educación, las experiencias pasadas, nuestros prejuicios, nuestras heridas,
nuestro vocabulario, nuestras motivaciones (sean buenas o malas), nuestro carácter
(o falta de carácter), etc. etc.

LA MENTE – UN FILTRO LIMPIO O CONTAMINADO

La mente de la persona que profetiza sirve como un filtro. Si es que conoce bien la
Biblia y entiende bien el propósito de Dios la mente puede ser de provecho,
ayudándole a ministrar con sabiduría y a mantener orden. Si es que NO conoce bien
la Biblia, si NO entiende el propósito de Dios, entonces su mente puede ser
como un filtro contaminado que estorbe y contamina el fluir del agua.

Por ejemplo, si uno no entiende la misericordia y el amor de Dios, si no


entiende que Dios quiere reconciliar y restaurar, puede usar el don de
discernimiento de espíritus para identificar acertadamente un área de pecado o de
debilidad en la vida de alguien, pero en vez de ministrarle una palabra que le ayude
a superar ese enemigo de su alma, le puede profetizar rechazo y condenación y
humillarle en frente de todos.

Es un poco temeroso, ¿no es verdad? Todos los elementos negativos en nuestra


alma pueden torcer, mal interpretar, o cambiar la palabra. Aun si las palabras que
usamos son acertadas (correctas según los hechos), si nuestra ACTITUD con que
ministramos está fea, puede comunicar el mensaje incorrecto.

Por eso, cuando nos atrevemos a ministrar proféticamente, debamos


asegurarnos de que estamos limpios delante del Señor, sujetos a Su Palabra y
bajo autoridad espiritual apropiada. De hecho, en la Red Global Christian
International creemos fuertemente en la rendición de cuentas a nuestros líderes.
Además grabamos toda profecía personal para que no haya lugar a duda por lo que
ha sido profetizado. Así la profecía pueda ser juzgada como es debido.

EL ESTILO DE LA PERSONA QUE PROFETIZA

A mí me gustan los mariscos. Pero a veces se tiene que comer con mucho cuidado
un filete de pescado a causa de las espinas que pueden estar presentes. En la misma
manera, el Apóstol Pablo supo que el elemento humano podría introducir errores y
confusión a la ministración profética. Por eso nos exhortó diciendo, “No
menospreciéis las profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno” (1ª Tes. 5:20,21).
O sea, tenemos una responsabilidad de juzgar la palabra para determinar su
veracidad, para discernir si es de Dios y para identificar cualquier elemento de
la profecía que pueda ser del hombre o hasta de un espíritu engañador.

VEMOS POR ESPEJO, OSCURAMENTE

1ª Corintios 13, verso 12 nos revela que bajo las mejores circunstancias, “vemos por
espejo, oscuramente.” A veces la relevación que Dios nos da viene con mayor
claridad, y a veces no. Hay tiempos cuando Dios solo nos da una impresión ligera o
una visión que no es muy clara. Si es que usamos las palabras “así dice el Señor”
debamos hacerlo con cuidado y con el temor de Dios para no tomar Su Nombre
en vano.

Si la revelación le viene de una forma menos clara (como una impresión leve) es
mejor primero decir algo como, “esto es lo que estoy percibiendo” y
simplemente contarles lo que haya percibido sin atribuirlo a Dios. Si es de Dios,
será evidente en tiempo. Si no lo fue, el atribuirlo a Dios no ayudará.

Tenemos que ser más humildes y


más responsables con los dones que
Dios nos ha dado para usarlos
conforme a Su voluntad y
propósito.
EXAMINADLO TODO, RETENED LO BUENO

Toda relevación necesita ser juzgada con la “palabra profética más segura” que
es la Santa Biblia. Nunca debemos recibir profecías de una manera tan fatalista, o
corremos el riesgo de ser engañados. Cada palabra profética puede contener
“espinas” como el filete del pescado, pero vale la pena examinarla y sacar los
elementos dudables o erróneos para poder retener lo bueno, lo nutritivo, lo
provechoso, y aprovechar de la palabra de Dios para nuestras vidas.

Cada cocinero tiene su estilo favorito de preparar un platillo. Algunos usan pocos
condimentos mientras otros bañan un filete de pescado en una salsa picante (chile o
ahí) al grado que provoca lágrimas al comerlo. En la gastronomía mexicana, los
condimentos pueden ser potentes y picosos al grado que ni puede discernir el sabor
del pescado. Así es con la profecía también.

El estilo de ministrar una profecía puede variar mucho. Algunos son súper
tranquilos mientras que otros gritan y ministran de una forma dramática. Cuando
recibimos una profecía tenemos que discernir cuánto fue la profecía actual y cuánto
fue la emoción o el estilo de la persona. A mí me gusta el chile (ahí) en la comida,
pero en la ministración profética tenemos que usar la receta que Dios indica si
vamos a representarle bien. Un chef bueno sabe que el platillo no es para él
mismo, sino para la persona que le pagó cocinar por él.
Algunos son tan ostentosos que algunos no pueden oír ni aprovechar el mensaje por
el estilo tan “picoso”. Tenemos que asegurar que estamos sirviendo la profecía de
una forma que ellos pueden disfrutar y entender el mensaje que Dios quiere
comunicarles sin distracción. Si nuestro estilo roba la atención de Dios, o si
estorba que el mensaje sea recibido, entonces está fuera de orden.

Cuando alguien nos profetiza, tenemos que mantener el equilibrio entre juzgar
la palabra y no ser engañados, y a la vez responder con fe y creerla para poder
prosperar (2ª Crónicas 20:20).

 ¿Cómo podemos juzgar la profecía sin menospreciarla?

 ¿Cuál es la naturaleza de la profecía personal?

 ¿Cómo podemos asegurar que estamos respondiendo bien a Dios y cooperando


con Él para ver el cumplimiento de nuestra profecía?

 ¿Cuáles cosas en nuestras vidas pueden impedir o tardar el cumplimiento?

 ¿Cómo podemos apurar el cumplimiento de nuestra profecía personal?

Voy a responder a esas preguntas y más en la continuación de esta enseñanza.


CÓMO RESPONDER A LA
PROFECÍA PERSONAL –
PARTE 2
PROFETA CLIFF BELL·SÁBADO, 29 DE ABRIL DE 2017

Entendiendo la Naturaleza de la Profecía Personal

Por Profeta Cliff Bell © 2012

Esta es la segunda de tres partes de la enseñanza acerca de cómo responder a


una profecía personal. La primera parte se trató de cuál es una actitud bíblica que
debamos tener con respecto a las profecías personales. Aprendimos cómo el
elemento humano puede introducir errores a la profecía. Por causa de ese elemento
humano involucrado en la profecía somos mandados a tomar responsabilidad a
juzgar las profecías, examinándolas bien y reteniendo lo bueno (1ª Corintios 14:29;
1ª Tesalonicenses 5:19-21)

2ª Crónicas 20:20 dice: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed
a sus profetas, y seréis prosperados” La Nueva Versión Internacional lo dice de esta
manera: “¡Confíen en el SEÑOR, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y
tendrán éxito!”

Todos queremos que nuestro camino prospere y quiere tener éxito. Confiamos en la
Palabra de Dios. Pero tomando en cuenta el elemento humano en la profecía y la
posibilidad de errores también necesitamos juzgar toda profecía, ¿Cómo
podemos mantener el equilibrio entre creer la profecía y también juzgarla?

No queremos volver sospechosos y críticos, pero tenemos que ser discernidos y


usar la sabiduría.

Para poder apreciar la profecía personal y responder correctamente


necesitamos entender las tres cualidades de la naturaleza de la profecía
personal. Aquí explicaré brevemente estas tres cualidades:

1) LA PROFECÍA PERSONAL, ES PARCIAL

“porque en parte conocemos y en parte profetizamos. …vemos por espejo,


oscuramente”. (1ª Cor. 13:9, 12). Aun las profecías muy precisas son parciales. O
sea, ninguna profecía personal nos podrá dar el cuadro completo. Dios no nos
explica todo porque El requiere nuestra fe y dependencia en Él (Romanos 1:17).

Dios quiere que conozcamos Su Palabra en la Escritura y que pongamos nuestra


atención y confianza ahí primero. La profecía personal nunca nos fue dada para
tomar el lugar de nuestra responsabilidad de conocer lo que nos ha dicho en las
Escrituras o de buscar a Dios por nosotros mismos.

Romanos 8:14 dice – “porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios
son los hijos de Dios.” El Espíritu Santo vino a hablarnos, a enseñarnos, a hacernos
saber la voluntad del Padre (Juan 16:13-15).
Si nosotros estamos sinceramente buscando a Dios por Su voluntad, Él no nos
negará la revelación y dirección que necesitamos para poder obedecerle y seguir en
Su plan por nuestras vidas. Piénsalo – Jesús dio Su vida por nosotros; ¡nos ama
más que a Su propia vida! Podemos confiar en Su amor, en Su bondad y en Su
tiempo perfecto. Podemos confiar que Él será fiel para causar que todas las cosas
para nuestro bien si amamos a Dios (Romanos 8:28).

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es


por nosotros, ¿quién contra nosotros?
El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas?” Romanos 8:31-32
2) LA PROFECÍA PERSONAL, ES PROGRESIVA.

Dios no nos enseña todo el trayecto de nuestras vidas de una vez. No nos da un
mapa mostrando cada ruta y detalle del camino. Dios nos da lo que necesitamos
hoy, suficiente para dar el próximo paso. Gracias a Dios, si somos fieles con lo
que tenemos, El nos puede dar más.

Dios mandó a Abram a salir de la tierra de su parentela sin decirle cuál era su
destino (Génesis 12). Abram tuvo que confiar en la dirección progresiva de Dios y
comenzar a caminar.

Dios mandó a Felipe levantarse e ir por cierto camino en el desierto sin


revelarse el por qué. Felipe tuvo que obedecer a Dios y confiar en Su dirección
progresiva para encontrarse en el lugar correcto en el tiempo correcto y poder guiar
al etíope a la salvación. (Hechos 8:26-39) Dios requiere que vivamos por fe todos
los días (Hebreos 11:6). Dios nos da el maná de “cada día”, no maná de cada año.
Salmo 119:105 dice – “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi
camino.”

¿Puede usted imaginarse en un camino oscuro llevando una linterna antigua?


La linterna alumbra el camino, pero no el camino entero, solo lo suficiente para dar
un paso más. Cuando usted hace otro paso hacia adelante, la luz alumbra el
siguiente paso. Así es con la profecía personal.

Muchos siguen a los profetas de un congreso a otro buscando una y otra


ministración profética. Dios les ha dado ya mucha dirección, pero si no obedecemos
lo que Dios ya nos haya dicho, ¿por qué pensamos que Dios nos dirá más?
Somos responsables por lo que Dios ya nos haya dicho o revelado y necesitamos
poner en práctica lo que ya sabemos.

3) LA PROFECÍA PERSONAL, ES CONDICIONAL – no importa si las


condiciones están especificadas dentro de la profecía o no.

Hay muchos ejemplos bíblicos de profecías verdaderas que no se cumplieron tal


como fue declarado por causa de la manera en la cual la persona respondió a la
palabra. Unos ejemplos son:
Moisés no entró a Canaán como le fue profetizado por causa de su
desobediencia (Éxodo 3; Deut. 34:4,5).

Interesantemente, esta profecía vino directamente por la boca de Dios y no por


medio de un siervo humano. ¡Dios no se equivocó! La razón por la cual no se
cumplió esta profecía no era por causa del Mensajero. No se cumplió porque
Moisés desobedeció.

La profecía que Dios habló a Samuel para entregar a Saúl hubiera establecido la
simiente de Saúl sobre el trono de Israel por siempre. Por causa de la rebelión de
Saúl esa profecía fue transferida a David. (1ª Samuel 13:13,14)

Lo mismo es verdad en una forma positiva. La destrucción de Nínive fue tardada,


y no se cumplió en el tiempo indicada en la profecía dada por el Profeta Jonás (“40
días”). ¿Por qué? Los ciudadanos de Nínive se arrepintieron y Dios les tuvo
misericordia, y cambió Su plan (Jonás 3:6-10).

Las profecías no se cumplirán simplemente porque es la voluntad de Dios y


porque ha sido profetizado. Tenemos una responsabilidad de cooperar con
Dios, vivir en fe y en obediencia.
La voluntad de Dios no siempre se cumpla.

Dios quiere que todos sean salvos – Cristo se murió y pagó el precio de los
pecados de TODO el mundo (Juan 3:16, 2ª Pedro 3:9). Sin embargo, miles se
mueren sin Cristo cada día. ¿Por qué? Una de las razones por las cuales algunos
no vienen a la salvación es porque los cristianos no hemos hecho nuestro trabajo de
compartir con ellos las Buenas Nuevas. Otros no vienen a la salvación porque
cuando escuchan las Buenas Nuevas no la crean o no responden con fe y obediencia.

Es tiempo de reconocer y cumplir con nuestra responsabilidad

No crea usted que la voluntad de Dios se cumplirá en su vida sin que usted
tome su responsabilidad a cooperar con Dios. Si usted tiene llamado al ministerio
tendrá que dedicarse a preparar para ese ministerio, al estudio bíblico, a la oración, y
comenzar a servir en las áreas que se presenten. Si Dios le ha dicho en una profecía
que tiene llamado a ser un empresario, tendrá que prepararse, tendrá que hacer
pasos, correr riesgos. Si Dios le haya dicho que le va prosperar con millones de
dólares, tendrá que ser un buen mayordomo con los 10 dólares que tiene. El que es
fiel con lo poco, le será dado más (Mateo 25:23).

La provisión de Dios viene a la medida de nuestra preparación

En 2ª Reyes 4 está la historia de una mujer, viuda de uno de los hijos de los
profetas y que fue dejada con una deuda. Ella llegó al profeta Eliseo y explicó su
dilema. Si no pagase la deuda los acreedores llevarían a sus dos hijos como
siervos hasta que la deuda fuese pagada.
El profeta no le preguntó cuánto necesitaba, sino que le preguntó qué es lo que
tenía. Pues tenía solamente una vasija de aceite. En vez de levantar una ofrenda por
ella, le mandó pedir prestado vasijas vacías de sus vecinos, y agregó, “no pocas”. Su
instrucción era llenar las vasijas vacías con el poco aceite que tenía.

La viuda obedeció al hombre de Dios, y Dios hizo un milagro de provisión


multiplicando el aceite hasta que todas las vasijas prestadas quedaban llenas.
Al quedar llena la última vasija prestada, según su preparación, el aceite cesó de
fluir. Si la viuda había pedido prestado solo 10 vasijas vacías la provisión
milagrosa hubiera llegado hasta esa medida. Gracias a Dios, ella pidió prestado
muchas vasijas, para que la provisión de Dios fuera suficiente para pagar la deuda ¡y
tener suficiente con que vivir!
La provisión de Dios no se cae del cielo solo porque hay una necesidad. Dios
nunca prometió responder a la necesidad, pero sí prometió responder a la fe y
la obediencia. Cuando obedecemos a Dios, y hacemos nuestra parte de preparación
que podemos, el Señor provee lo que no podemos.

Dios nunca nos negará ninguna cosa que necesitamos para cumplir Su propósito
para nuestras vidas. ¿Cuáles cosas le ha mandado Dios hacer? ¿Ya hizo usted su
preparación?
CÓMO RESPONDER A LA
PROFECÍA PERSONAL –
PARTE 3
PROFETA CLIFF BELL·SÁBADO, 20 DE MAYO DE 2017

CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL – PARTE 3

8 Pasos Prácticos para ver su Cumplimiento

Por Profeta Cliff Bell

Esta es la TERCERA PARTE de tres enseñanzas acerca de cómo responder a la


profecía personal. En esta última parte vamos a descubrir ocho pasos prácticos
que debamos implementar para responder bíblicamente a una profecía
personal para ver el cumplimiento.

En la primera parte yo enseñé cómo el vocero humano y falible pueda afectar a la


profecía, y la necesidad de juzgar las profecías y el por qué. La segunda parte
examina la naturaleza de la profecía personal. Recomiendo que usted se toma el
tiempo de leer la serie completa. Al final ofreceré los enlaces para las primeras dos
partes.

OCHO PASOS PRÁCTICOS EN RESPUESTA A UNA PROFECÍA


PERSONAL:

1) ESCRIBA LA PROFECÍA SOBRE UN PAPEL

“Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.”
Habacuc 2:2
Cuando transcribimos la profecía, nos ayuda mucho porque escrita en papel,
podemos leer y analizar la profecía sin la voz y la personalidad de la persona
que nos profetizó. Se puede ver, entonces, qué precisamente fue declarado en la
profecía.

Es por eso que en Christian International insistimos que grabemos todas las
profecías personales. Si es que creemos que Dios nos está hablando, ¡entonces
queremos tener alguna manera de documentar qué nos dijo!
Cuando tenemos una grabación podemos transcribir la profecía de una forma exacta
para poder juzgarla apropiadamente. Si no está grabada la profecía, entonces
estamos a la misericordia de nuestra memoria. No podemos recordar cada
palabra de lo que fue dicho, y tenemos la tendencia de oír lo que queremos y no
necesariamente lo que Dios quiso decirnos. Además, tenemos la tendencia de aplicar
y acomodar la profecía según nuestro gusto – y ambas cosas son peligrosas.

2) JUZGUE LA PALABRA CONFORME A PRINCIPIOS BÍBLICOS Y EL


TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO

El Testimonio de la Escritura. (2ª Timoteo 3:16; Salmo 89:34; Hebreos 13:8;


Malaquías 3:6; Gálatas 1:8). Toda profecía personal está sujeta a la Santa Biblia
(2ª Pedro 1:20). Dios no se contradice. Si la profecía está de acuerdo con los
principios bíblicos y la doctrina de los apóstoles del Nuevo Testamento, puede
ser de Dios.

Dios nunca le instruirá a romper uno de Sus principios ya establecidos en la Biblia.


Dios nunca le instruirá a divorciarse de su pareja, sino vivir en fidelidad y guardar
pactos, porque ya estableció “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo
19:6).

Dios nunca le va instruir a difamar a otros ni a dividir una congregación para


lanzar su propio ministerio (Efesios 4:1-3). Dios nos ha mandado honrar a los que
están en autoridad y a buscar la paz con todos cuanto sea posible (2ª Timoteo 2:1-3;
Romanos 12:18). Si tenemos un desacuerdo legítimo, podemos ponernos de acuerdo
que no estamos de acuerdo tal como lo hicieron Pablo y Bernabé sin causar daños a
la Iglesia de Jesucristo (Hechos 15:36-41). Cristo quiere edificar a Su Iglesia, no
dividirla (Mateo 16:18).

El Testimonio del Espíritu Santo. De la misma forma que el Espíritu Santo da


testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16), el
Espíritu Santo puede dar testimonio a nuestro espíritu que una profecía, o una
porción de una profecía personal es de Dios.

Normalmente, el testimonio del Espíritu Santo viene en forma de una paz


interior e inexplicable. Puede ser que su mente tiene todavía preguntas y no sabe
cómo se pueda cumplir la profecía, pero en su interior usted sabe inexplicablemente
que es la voluntad de Dios y que Dios le dará la oportunidad y la provisión necesaria
para ver el cumplimiento.

TESTIMONIO PERSONAL - Hace muchos años, Dios dio a mi esposa y a mí una

profecía diciendo que nos daría una casa propia. La profecía fue confirmada

por otras profecías. No sabíamos cómo se podía cumplirse, pues en lo natural

no hubo manera. No obstante, sabíamos sin duda que si seguíamos viviendo en

fe y en obediencia, Dios lo haría posible.

Por fin, sabíamos que se acercaba el tiempo del cumplimiento.

Interesantemente nuestras circunstancias naturales estaban aun menos

favorables para ver el cumplimiento. Pero teníamos una paz inexplicable a

pesar de las circunstancias contrarias. Seguíamos orando juntos como

familia. Dios nos dio dirección específica, y comenzamos a hacer pasos de

fe.
En enero de 2002 firmamos los documentos y entramos a la casa en la cual

ahora vivimos. Por medio de una serie de milagros Dios hizo posible lo

imposible y cumplió Su promesa profética.

UNA PALABRA DE EQUILIBRIO: No es suficiente solo tener un “buen


sentir” acerca de una profecía. TODA profecía está sujeta a los principios de las
Escrituras. A veces la carne o la mente natural se sentirá muy bien acerca de algo
que Dios prohíbe.

Tenemos que discernir entre lo que procede de la mente natural y lo que


procede de la Mente de Dios. Si Dios nos haya mandado a hacer algo y no lo
hacemos, entonces no estamos posicionados a recibir el favor de Dios. Además si
vuelve un patrón de desobediencia, nos hacemos vulnerables a un espíritu de auto-
engaño (Santiago 1:22).

Pueda ser que alguien está en un auto-engaño por cuanto desea algo
fuertemente que Dios no haya autorizado. Hubo alguien que estaba obsesionada
con la idea de casarse con su pastor. ¡Estaba orando que la esposa actual de su pastor
se muriera para que pudiese tomar su lugar! Ese es un engaño fuerte, y sus
“oraciones” hechicería. Pero a su carne le gustó tanto la idea que no estaba
dispuesta a recibir corrección de nadie. Cerró sus ojos a las Escrituras y sus oídos a
la Voz verdadera de Dios. Tengo otra serie de NOTAS publicadas en mi página
acerca de las cosas que provocan sordera espiritual a la Voz de Dios, y ella estaba en
esa condición.

Conozco de alguien que estaba convencido que debería de dejar su empleo para
iniciar un ministerio. Estaba con una ilusión de que tenía llamado de pastor,
aunque ni se había dedicado a servir en nada en su congregación. No se había
preparado para el ministerio, no hubo evidencia de un llamado de Dios sobre su
vida, y era muy soberbio con relación a sus pastores. Salió de su congregación en
contra del consejo de sus pastores para iniciar su “ministerio” pero no le fue bien.
Pasó por unos años de lucha y su familia sufrió. Su “ministerio” nunca produjo
fruto. Tristemente, nunca pudo reconocer su propio auto-engaño, y concluyó que
todos le rechazaban y perseguían. En fin, volvió muy amargo. Le hubiera sido mejor
permanecer fiel en su congregación y seguir trabajando en el lugar que Dios le había
puesto, y ser sal y luz en ese lugar.

Aún cuando tenemos una confirmación que una profecía es de Dios, tenemos
que vivir en obediencia y posicionarnos para recibir el cumplimiento. Por
ejemplo, una de las cosas más básicas para recibir el favor de Dios en nuestras
finanzas es el diezmar y ofrendar con fidelidad, gratitud y alegría (Malaquías 3:8-12;
2ª Corintios 9:6-12; Mateo 23:23). El que no lo hace no tiene derecho de anticipar la
bendición de Dios sobre su vida. Todas las promesas de Dios son
CONDICIONALES (una de las cualidades de la naturaleza de la profecía personal
explicada en la segunda parte de esta serie).
Tenemos que recordar que la profecía personal no anula la necesidad de recibir
consejo sabio de nuestra cobertura pastoral (Hebreos 13:7-9, 17; Deuteronomio
19:15). El hecho que hemos recibido una palabra verdadera del Señor no es una
licencia para regresar a casa como un independiente sintiéndonos espiritualmente
superiores. Profecía personal es solamente UN MÉTODO ENTRE VARIOS de que
podemos conocer la voluntad específica de Dios. El consejo pastoral es otro
método verdadero y necesario y los dos métodos deben de complementar el uno al
otro y de fluir juntos.

Nuestros pastores nos pueden ayudar a analizar nuestras vidas para identificar
áreas en nuestras vidas que puedan bloquear o tardar el cumplimiento.
Nuestros pastores también nos pueden ayudar a identificar en dónde estamos con
relación al cumplimiento y las cosas que podamos hacer para apurar el
cumplimiento. Puede ser que la profecía se refiere al Capítulo Nueve de su vida
mientras que usted está viviendo todavía en el Capítulo Tres.

La mayoría de las veces nosotros pensamos que estamos mejor posicionados


delante de Dios que lo que es la verdad. He conocido a personas quienes pensaban
que estaban lo suficiente maduros para ser lanzados a un ministerio profético
mientras que sus matrimonios y hogares estaban en desorden.

Un granjero sabio entiende que no puede comer su semilla y esperar una


cosecha el siguiente año. Conocí a una persona una vez que esperaba que Dios le
regalara una empresa propia sin hacer ningún esfuerzo. Mientras tanto no diezmaba,
no ofrendaba, malgastaba lo que sí tenía consumiendo toda la semilla que Dios le
había dado. Ese hombre sigue esperando y viviendo en la misma pobreza y situación
desesperante que antes.

3) MEDITE SOBRE LA PALABRA Y PIDE QUE EL ESPÍRITU SANTO LE


AYUDE A PROBAR, ENTENDER, INTERPRETAR Y APLICAR LA
PALABRA. (Josué 1:8; Juan 14:26 y 16:13)

Si es que Dios le habló por medio de una profecía o por medio de un sueño o una
visión, Dios no está tratando de provocarle confusión. El mismo Espíritu Santo
que habló por medio de la profecía le quiere ayudar a entender la profecía.
Debamos pedirle Su ayuda. Juan 14:26 dice que parte del trabajo del Espíritu
Santo es enseñarnos todas las cosas.

Si hay terminología en la profecía que usted no entiende, le puede ayudar preguntar


a la persona que le profetizó qué precisamente es lo que percibió al profetizarle, o
cómo utiliza él esa palabra. Algunos grupos cristianos definen sus términos de una
manera diferente.

4) RESEÑE LA PALABRA PARA DETERMINAR CUALES ÁREAS EN SU


VIDA REQUIEREN UN CAMBIO.

¿Cuáles actitudes o hábitos suyos necesitarán un ajuste antes que su profecía pudiera
realizarse? Puede ser que es solamente un cambio de actitud como el cambiar de la
duda a la fe; de una actitud de víctima a una de vencedor, de la murmuración a la
gratitud, etc. Puede ser que tendrá que superar un pecado que le tiene atado.

Pueda ser que hay una debilidad de carácter que se necesita eliminar si es que Dios
le pueda confiar con la bendición que le desea dar. Tal vez se necesita ampliar su
capacidad para ser un mayordomo competente de las finanzas. Si es que sí, entonces
la gracia de Dios le está siendo extendida para tomar esos pasos.

Dios nos ama tal como estamos, ¡pero Él nos ama lo suficiente para no dejarnos
en esta condición! Su meta es que seamos como Cristo: santos, justos, íntegros,
victoriosos, productivos, gozosos y bendecidos.
¿Cuál es la debilidad que Dios quiere eliminar de su vida antes de que su
profecía pueda cumplirse? No podemos avanzar al siguiente nivel en Dios si
estamos atados a una debilidad del pasado. Si nos arrepintamos y si nos
sometamos a Su proceso, Dios puede convertir nuestra debilidad a una fuerza.
La mayoría de las veces, el área de la vida en donde tenemos la lucha más grande es
precisamente en donde Dios nos haya llamado a tener la mayor unción y fuerza si es
que lo sometamos a Él. Su gracia y poder se perfecciones en nuestra debilidad. Así
Él reciba la gloria (2ª Cor. 12:9).

¿Cuáles acciones suyas serán necesarias para ver el cumplimiento? Si Dios le


habló de un ministerio internacional, será necesario no solamente prepararse para el
ministerio, ¡pero también conseguir un pasaporte! Si Dios le ha hablado de abrir un
negocio, necesita planear ese negocio y de alguna manera aprender a administrarlo.

Hay algunos elementos de una profecía son cosas que solo Dios puede cumplir y de
los cuales no hay manera de actuar. Con estas cosas simplemente tenemos que
esperar con fe y paciencia (Heb. 6:12).

5) ESPERE POR LA CONFIRMACIÓN ANTES DE HACER NINGUNA


DECISIÓN GRANDE.

No haga ninguna decisión grande basada solamente en una palabra profética


(Prov. 11:14, 15:22). Estoy hablando de decisiones como la de mudarse, despedirse
de un empleo, el casarse en matrimonio, una inversión grande, etc.

Cuando nosotros nos mudamos a la frontera de Texas y México y compramos la


casa en que ahora vivimos, Dios lo había confirmado múltiples veces. Las
confirmaciones nos dan mayor seguridad de actuar con la fe.

Si alguien le profetice que usted necesite darle una ofrenda – una buena
respuesta es, “Interesante. Cuando Dios me lo confirme directamente lo haré.”
Algunos buscan una palabra de confirmación de una manera no prudente. Por
ejemplo, no es prudente ir a un profeta y decirle, “Dios me dijo tal y tal cosa y
necesito que me des una confirmación.”

En primer lugar, ahora ese profeta tiene información natural que usted le dio y que
le puede influenciar. En segundo lugar, si usa palabras tales como “Dios me dijo”
entonces la información le fue presentada como un hecho ya establecido. Pues,
¿quién puede discutir con Dios? Eso es meter sus propias palabras en la boca del
profeta. La profecía no funciona así. Esperamos que Dios ponga las palabras en
la boca del profeta.

Nunca es buena idea pedir una confirmación de un profeta. Es mejor orar y


pedirle a Dios la confirmación confiando que Él le dará la confirmación a Su manera
y en Su tiempo perfecto. Dios le ama y será fiel para confirmarle cual sea Su Palabra
en el tiempo perfecto. Podemos confiar en Su fidelidad.

7) ACTUAR CON LA FE

Después de averiguar lo que es de Dios, responda con fe, recordando que la fe


implica acción. (Santiago 2:17,18) La fe sin acción está muerta e inútil. Nosotros
hacemos lo que creemos y creemos según la medida de nuestra acción. Define
algunas metas de corto plazo y de largo plazo. Pida a Dios la sabiduría y gracia para
cumplir su parte confiando que El será para cumplir lo que solo Él puede hacer.

Cuando Dios nos dice, “Voy a hacer


esto con tu vida,” normalmente
significa que Él nos dará la gracia
para hacerlo. Dios utilizará
nuestras manos y nuestros pies;
nuestros pasos de fe.
8) MILITE LA BUENA MILICIA

1ª de Timoteo 1:18 dice: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que
conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la
buena milicia…”

La profecía es una “rhema” de Dios. “Rhema” es la palabra griega que es


traducida “palabra” en Mateo 4 cuando Jesús le dijo al diablo, “No solamente de
pan vivirá el hombre sino de toda PALABRA que sale de la boca de Dios.” Se
refiere a una palabra que Dios le habla por Su Espíritu a su vida.
En Efesios 6, la espada del Espíritu es la palabra (rhema) de Dios. Así que
cuando Dios nos habla por medio de una profecía nos está entregando una espada
con la cual podemos guerrear. 1ª de Timoteo 1:18 nos indica que somos mandados
(no sugeridos) a guerrear con nuestras profecías. Eso significa que debamos orar e
interceder con lo que Dios le ha declarado en la profecía personal.

El diablo siempre se opone a la voluntad de Dios. No es una maravilla,


entonces, que el diablo resistirá el cumplimiento de la voluntad de Dios en
nuestras vidas. La profecía que usted haya recibido es una espada con que pueda
guerrear para ganar la victoria. Los que son pasivos, los que no tomen su
responsabilidad a guerrear con las promesas de Dios que nos son dadas en la Biblia
y en sus profecías personales arriesgan perder (o por lo menos tardar) la bendición
que Dios quiere darles.

El enemigo pone obstáculos en nuestro camino, intenta desviarnos, distraernos o


tentarnos a pecar para que salgamos de la protección y de la bendición de Dios. La
mayoría de la gente se desanima y se dan por vencidos concluyendo que la profecía
no pudo haber sido de Dios.

Tenemos que aceptar nuestra identidad como guerreros y ser determinados a


realizar el cumplimiento. Si usamos las herramientas y las armas que Dios nos ha
dado, tenemos todo lo necesario para vivir en santidad, en victoria y para ver el
cumplimiento de nuestras profecías personales.
2ª Pedro 1:3 – “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos
han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos
llamó por su gloria y excelencia…”

Mateo 11:12 - “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los
cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”

Es mi oración sincera y ferviente que cada uno que lee esta enseñanza se
levante ahora con nuevo entendimiento y una nueva dedicación a ver el
cumplimiento de sus profecías personales y a poseer la tierra prometida
personal que Dios le tiene preparada.
¿POR QUÉ PROFETAS HOY?
PARTE 1
PROFETA CLIFF BELL·SÁBADO, 27 DE FEBRERO DE 2016

Respondiendo a mitos acerca de los profetas hoy en día.

Alguien me escribió con la pregunta, “Tomando en cuenta que las Santas Escrituras
están completas, y que el Espíritu Santo puede hablar directamente a cada cristiano,
¿ENTONCES CUÁL ES EL PROPÓSITO DE PROFETAS HOY EN DÍA?
¿QUÉ DEBE DE HACER UN PROFETA DEL NUEVO TESTAMENTO?” Esta es
la primera parte de una serie en la cual vamos a investigar esto usando la Biblia
como guía. En esta enseñanza, vamos a investigar los siguientes temas:

1. Revelación versus iluminación

2. Diferentes niveles de revelación - aún en los tiempos bíblicos.

3. Examinando a 1ª Cor. 13:8-12 ¿Se acabarán las profecías? ¿No ha llegado ya “lo
perfecto”?

4. Juan el Bautista, ¿el último profeta?

5. Es un error asociar el ministerio de profetas y apóstoles con el escribir las


Sagradas Escrituras

6. Dios escogió usar a seres humanos, con todas nuestras debilidades, para llevar a
cabo Su Plan.

7. Es necesaria la rendición de cuentas y la sumisión mutua entre los profetas.

LE INVITO A ABRIR SU BIBLIA CONMIGO Y BUSCAR Y LEER LAS REFERENCIAS

BÍBLICAS QUE VOY A INCLUIR CON ESTE ESTUDIO. Le animo a ser como los bereanos, de

quienes Pablo dijo que eran “más nobles,” porque escudriñaban las Escrituras para averiguar si la

enseñanza que escuchaban era bíblica (Hechos 17:10-11).


Creo que a algunas personas les provoca confusión al escucharnos usar la palabra
“REVELACIÓN” con relación a cuando el Espíritu Santo nos habla por Su Espíritu
Santo. A veces surgen malentendidos no necesarios simplemente porque no
todos definimos igual a cierta palabra.

El diccionario Larouse incluye estas dos definiciones de la palabra REVELACIÓN:


«1) Hecho de descubrir lo que estaba oculto. 2) En la religión, manifestación de un
misterio o descubrimiento de una verdad llevada a cabo por Dios o por un hombre
inspirado por Dios.»

Puede ser que hay una verdad ya revelada por Dios y escrita en la Biblia, pero
hasta que yo lo conozca me es oculta. Si al leer la Palabra de Dios, el Espíritu
Santo me llama la atención a (ilumina) dicha verdad, entonces me es revelada. Creo
que en este sentido las palabras revelación e iluminación pueden ser
intercambiables.

Sin embargo, muchas personas reservan la palabra “revelación” solo en referencia a


la Escritura siendo escrita. Para aclarar… LAS SANTAS ESCRITURAS ESTÁN
COMPLETAS. De esto no hay duda.
Los que creemos en el Movimiento Profético moderno entendemos que hay
DIFERENTES NIVELES DE REVELACIÓN. Los profetas de hoy NUNCA les
tocan agregar a las Escrituras. No importa si un ángel de luz se manifieste con una
voz audible y ofreciendo tabletas de oro… si es que predica un evangelio diferente o
algo que contradice la Escritura ya establecida NO es de Dios (2ª Corintios 11:14;
Gálatas 1:8-9).

Entonces, no hay una “revelación nueva” en cuanto las Escritura siendo generada.
Sin embargo, Dios todavía tiene mucho que decir acerca de la
INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN de la Escritura a nuestras vidas diarias.
Si no fuera así nunca nos hubiera enviado el Espíritu Santo para hablarnos (Juan
16:12-13). El oír la Voz de Dios es parte de nuestra nueva naturaleza en Cristo
(Romanos 8:14). A veces Dios nos habla directamente, y a veces nos habla por
medio del pastor, u otra persona. Dios quiere hablarnos y guiarnos hoy porque
quiere guiarnos en nuestro diario vivir y a cumplir nuestro potencial y Su
propósito como individuos.
Dios usa el ministerio del profeta para hablar al Cuerpo de Cristo, la Iglesia,
para el mismo propósito. SI ELIMINAMOS EL MINISTERIO DEL PROFETA
ESTAMOS ELIMINANDO UNA DE LAS MANERAS IMPORTANTES QUE
CRISTO MISMO ESTABLECIÓ PARA COMUNICARSE CON NOSOTROS
(Efesios 4:11; 1ª Corintios 12:28).

Creo que todos podemos estar de acuerdo que hay tiempos en los cuales hemos
descuidado una verdad bíblica que Dios desea destacar o enfatizar para lograr Su
propósito en este tiempo. Esto es lo que sucedió a Martín Lutero cuando Dios le
ILUMINÓ Romanos 1:17 que dice, “el justo por la fe vivirá,” y Efesios 2:8-9:
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.»

Estas verdades bíblicas e importantes habían sido olvidadas y descuidadas por


generaciones por la iglesia establecida. Pero llegó el día cuando el Espíritu Santo le
iluminó a Martín Lutero estas verdades a su entendimiento. Aunque habían sido
verdades establecidas en el Cielo desde el Nuevo Pacto inició, eran revelación
para Martín Lutero y los de su día. El resultado era una reforma personal que se
extendió a una reforma en la Iglesia en general.

Deuteronomio 29:29 declara: «Las COSAS SECRETAS pertenecen a Jehová


nuestro Dios; MAS LAS REVELADAS SON PARA NOSOTROS y para nuestros
hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.» Dios nos
revela (ilumina) Sus verdades bíblicas según Su tiempo y sabiduría para lograr Su
propósito eterno.
¿PERO NO SE ACABARON LOS PROFETAS AL COMPLETAR EL
CANÓN DE LA ESCRITURA?

No hay ninguna Escritura que declara el fin del ministerio de los profetas. Lo
que hay es un solo versículo bíblico que indica que un día se acabarán las profecías,
pero el contexto nos revela que todavía no ha acontecido. 1ª de Corintios 13:8-12
dice:

«8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las
lenguas, y la ciencia acabará. 9 PORQUE EN PARTE CONOCEMOS, Y EN
PARTE PROFETIZAMOS; 10 MAS CUANDO VENGA LO PERFECTO,
ENTONCES LO QUE ES EN PARTE SE ACABARÁ. 11 Cuando yo era niño,
hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui
hombre, dejé lo que era de niño. 12 AHORA VEMOS POR ESPEJO,
OSCURAMENTE; MAS ENTONCES VEREMOS CARA A CARA. AHORA
CONOZCO EN PARTE; PERO ENTONCES CONOCERÉ COMO FUI
CONOCIDO.»

Algunos promueven la idea de que la Biblia ya completa es a lo que se refiere el


versículo 10 cuando menciona a “LO PERFECTO”. Pero si lo leamos en el
CONTEXTO, entendemos que cuando llega lo perfecto, NO SOLO SE
ACABARÁN LAS PROFECÍAS, PERO TAMBIÉN EL CONOCIMIENTO
PARCIAL. Cuando venga lo perfecto ya no habrá confusión. En aquel entonces ya
no veremos “por espejo, oscuramente,” mas “veremos cara a cara.”

TAL VEZ USTED HA LLEGADO A ESA CONDICIÓN DE CONOCERLO


TODO. SI ES QUE SÍ, YO QUISIERA CONOCERLE PARA QUE ORE POR
MÍ. Mas hasta ahora todos seguimos viendo “por espejo, oscuramente” y
conociendo “en parte” porque TODAVÍA ESTAMOS ESPERANDO QUE VENGA
LO PERFECTO. Yo creo que “lo perfecto” se refiere a JESUCRISTO MISMO.
Hasta que Él llegue, necesitamos la iluminación del Espíritu Santo, los profetas y la
profecía para ayudarnos a colaborar con Cristo para preparar este mundo para su
venida.
CRISTO SIGUE EDIFICANDO A SU IGLESIA (Mateo 16:18), Y NOS DIO
LAS CINCO VOCACIONES MINISTERIALES (incluyendo a los profetas y los
apóstoles) PARA PREPARAR Y EQUIPAR A LA IGLESIA (Efesios 4:1, 11-16).
Efesios 4:13 nos revela hasta cuando estas cinco vocaciones ministeriales
(incluyendo a los profetas) tienen que seguir funcionando: «HASTA que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.»

¿NO DIJO CRISTO QUE JUAN EL BAUTISTA ERA EL ÚLTIMO


PROFETA?

Juan el Bautista
Algunas personas tratan de utilizar Lucas 16:16 y en Mateo 11:11-14 para concluir
que Juan el Bautista era el último profeta. Pero una vez más, toman las palabras
de Cristo fuera de contexto. En el proceso ignoran muchas otras Escrituras que
indican claramente que no es así.

 ¿Cómo pudiera ser así cuando Hechos 3:22 revela que Cristo es el Profeta que fue
anunciado en Deuteronomio 18:15-16? Cristo siguió Su ministerio después de Juan.

 Luego, según Efesios 4:11 Jesucristo Mismo instituyó profetas a Su Iglesia quienes
tienen que seguir ministrando hasta que se cumple Efesios 4:13-16…

 Además, Hechos 13:1 y 21:10 menciona a múltiples profetas activos en la Iglesia


Primitiva.

Para leer un estudio que examina las palabras de Cristo en Lucas 16 y en Mateo 11 acerca de Juan el

Bautista en mayor detalle, le invito a seguir el enlace al final de este estudio.


SI DIOS PUEDE HABLAR DIRECTAMENTE A CADA QUIEN, ¿POR QUÉ
NECESITAMOS A LOS PROFETAS?

Cristo Mismo nos avisó de que Su Padre nos enviaría el Espíritu Santo, el
Consolador. Según las palabras de Jesucristo, el trabajo del Espíritu Santo es para
hablarnos directamente. Su trabajo es enseñarnos todas las cosas y recordarnos de
todo lo que nos había dicho (Juan 14:26). Juan 16:12-15 nos describe el trabajo del
Espíritu Santo para con el creyente. En este pasaje una y otra vez nos afirma que el
trabajo del Espíritu Santo es COMUNICARSE CON NOSOTROS.

Nuestro Dios es un Dios comunicador y nos habla por medio del Espíritu Santo.
Juan 10:27 nos revela que los que son ovejas de Cristo pueden oír Su Voz. El
Espíritu Santo mora en cada creyente (1ª Corintios 3:16). Entonces veamos que Dios
tiene la habilidad de hablar directamente a todos. SIN EMBARGO NO TODOS
HAN APRENDIDO A DISCERNIR SU VOZ. NO TODOS PRESTAN
ATENCIÓN A SU VOZ. En Su misericordia, Dios manda profetas.
“…en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende.” Job 33:14

Los hebreos en el Antiguo Testamento tenían la Ley (la Torá). Tenían suficiente
Escritura disponible para cumplir el propósito de Dios para ese tiempo y para
colaborar con Él. Tanto en el Antiguo Pacto y en el Nuevo Pacto Dios siempre ha
tenido la habilidad de manifestarse directamente a la humanidad. PERO DIOS,
EN SU SOBERANÍA, ESCOGIÓ INCLUIR AL MINISTERIO DE LOS
PROFETAS. La responsabilidad primordial del profeta es ser un vocero de Dios,
una responsabilidad fuerte y que debería provocar el temor de Dios en cada profeta.

Hoy en día, aunque todos tenemos el POTENCIAL y HABILIDAD de oír la voz de


Dios por nosotros mismos, OBVIAMENTE NO LO HACEMOS MUY BIEN – o
este mundo estaría en una condición mucho mejor. El corazón idolatra del hombre
siempre se distraiga. Por eso, Dios en Su misericordia siguió el ministerio del
profeta en el Nuevo Testamento.

Según principios establecidos de la interpretación bíblica, entendemos que TODO


LO QUE FUE INSTITUIDO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, SI ES QUE
NO FUE CUMPLIDO O ANULADO POR EL NUEVO TESTAMENTO, SIGUE
VIGENTE.
UN EJEMPLO DE ALGO QUE FUE CUMPLIDO Y QUE SE TERMINÓ con
Cristo son los sacrificios de animales. La Sangre de Cristo pudo por fin satisfacer el
precio del pecado (Hebreos 10:11-14).

Por otro lado, aunque el Nuevo Testamento NO MENCIONA EL USO DE


INSTRUMENTOS musicales en la adoración, TAMPOCO LO ANULA. Por eso,
el uso de instrumentos musicales en la adoración sigue vigente. Un argumento
negativo no comprueba nada. El hecho de que no es mencionado en el Nuevo
Testamento no quiere decir que no es legítimo. No era necesario porque ya fue
establecido. De la misma manera, no hay ninguna Escritura que indica que el
ministerio del profeta dejaría de funcionar en el Nuevo Testamento.

Todo lo que pudo hacer el profeta en el Antiguo Testamento sigue vigente en el


Nuevo Testamento. Algunos tienen un problema con esto porque
EQUIVOCADAMENTE ASOCIAN EL MINISTERIO DEL PROFETA CON
LA TAREA DE PRODUCIR LA SANTA ESCRITURA. Pero ese es un
concepto erróneo. En actualidad, el producir Sagradas Escrituras no era nada
común para los profetas del Antiguo Testamento ni los del Nuevo.
Abdías escondió a cien (100) profetas de Dios

Piénsalo… en el tiempo de Elías HUBO CIENTOS DE PROFETAS


VERDADEROS DE DIOS. Jezabel mató a muchos mientras que Abdías escondió
a cien (100) profetas de Dios (2ª Reyes 18:4). Durante esa época Elías era uno de los
pocos profetas de quienes algunas profecías fueron incluidas a las Escrituras. ESTO
COMPRUEBA QUE NO TODA PROFECÍA ES AL NIVEL DE ESCRITURA AÚN
CUANDO ES UNA PROFECÍA VERDADERA DE DIOS.

En los tiempos de Samuel y por generaciones después, hubo cientos de profetas


usados por Dios de quienes ni conocemos sus nombres. De las cuantiosas
profecías que fueron declaradas por las multitudes de profetas que existieron a lo
largo de los años tenemos muy pocas registradas en la Biblia. Dios es Él que escogió
cuáles profecías fueran incluidas en las Santas Escrituras.

INTERESANTEMENTE, EL PRODUCIR SANTA ESCRITURA TAMPOCO


ERA UNA FUNCIÓN COMÚN PARA LOS APÓSTOLES DEL CORDERO. De
los 12 Apóstoles del Cordero, solo cuatro de ellos escribiendo una porción de
nuestra Biblia. Según el teólogo inglés Herbert Lockyear (1886-1984), hay hasta 25
apóstoles nombrados en el Nuevo Testamento incluyendo a Jesucristo Mismo (Heb.
3:1) y a los 12 Apóstoles del Cordero [1]. La mayoría del Nuevo Testamento fue
escrito por el Apóstol Pablo que no era entre los 12. Dios dirigió la producción y
compilación de las Escrituras según Su Voluntad.
De la multitud de profetas verdaderos en la Biblia, muy pocos actualmente contribuyeron a las Santas
Escrituras.

LA MUY GRAN DIFERENCIA ENTRE LOS PROFETAS DEL ANTIGUO


TESTAMENTO Y LOS DEL NUEVO TESTAMENTO ES QUE AHORA
ESTAMOS EN EL NUEVO PACTO, BAJO LA GRACIA EN VEZ DE BAJO LA
LEY (Hebreos 7:22; 8:6). Por eso en vez de declarar juicio y condenación, Dios nos
ha hecho ministros de la reconciliación (2ª Corintios 5:18-19). Ahora Elías y
Isaías no son nuestros mejores ejemplos de cómo debe de ser un profeta. Podemos
aprender de ellos, no obstante, JESUCRISTO ES EL PROFETA QUE
DEBAMOS IMITAR (Marcos 6:4; Hechos 3:22; Hebreos 1:1-2).

DIOS ES ÉL QUE ESCOGIÓ USAR A LOS PROFETAS para señalar cuál es Su


dirección y el enfoque para la estación presente. Los que tienen un problema con
esto tienen un problema entonces con Dios Mismo. Dios es soberano y pudo
haber decidido comunicarse directamente con cada individuo con apariciones
divinas y Su Voz audible. No es por falta de poder o habilidad que no lo hace así.

A TRAVÉS DE TODA LA HISTORIA DIOS SIEMPRE HA USADO A SERES


HUMANOS, a pesar de todas nuestras debilidades y fallas, para colaborar
juntamente con Él para llevar a cabo Su plan y propósito. Ningún profeta del
Antiguo Testamento era perfecto en su día…

CADA UNO DE LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO TENÍA SU


ÁREA DE DEBILIDAD. Abraham tuvo temor y mintió acerca de su esposa
(Génesis 12:11-19). Elías y Jeremías lucharon con un complejo de persecución (1ª
Reyes 19:9-14; Jeremías 15:10). Jonás era racista y rebelde (Jonás 1:1-2; 4:10-11).
Moisés luchó con asuntos en su matrimonio - desobedeció a Dios por presión de su
esposa (Éxodo 4:24-26), y luego desobedeció otra vez porque estaba estresado y
frustrado (Números 20:10-12). David tuvo su problema con Betsabé (2ª Samuel 11).
La lista se puede continuar. …Y ES IGUAL EL DÍA DE HOY CON LOS
PROFETAS DEL NUEVO TESTAMENTO.
Dios sabía de nuestras debilidades y fallas cuando eligió usar a humanos
falibles como Sus voceros. Es por eso que dice 1ª Corintios 14:29 y 32,
«Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. …y los espíritus
de los profetas están sujetos a los profetas;» LOS PROFETAS DEBAN DE
SOMETERSE EL UNO AL OTRO EN HUMILDAD Y RESPETO MUTUO. Las
profecías de hoy deben ser juzgadas por otros hombres de Dios usando la vara de
medir de la Santa Biblia.

1ª Tesalonicenses 5:21 dice en referencia a las profecías, «examinadlo todo;


retened lo bueno,» implicando que dentro de una profecía legítima y verdadera,
puede haber un elemento que no era de Dios por causa del vaso de barro que fue
usado para entregar el mensaje. Los profetas que vuelven soberbios, los que no se
someten a otros, y que se enojen cuando alguien le cuestiona acerca de una profecía
están demostrando una inmadurez no compatible con el carácter necesario
para desempeñar este ministerio tan importante. 1ª Pedro 5:5 revela que Dios
resiste al soberbio mas da gracia al humilde.
Jonas, el profeta rebelde, racista, egoista.

AL FINAL DE LAS CUENTAS, LO QUE ES IMPORTANTE RECORDAR ES


QUE CRISTO MISMO LO CONSIDERÓ LO SUFICIENTE IMPORTANTE QUE
SU IGLESIA TUVIERA EL BENEFICIO DEL MINISTERIO DE LOS PROFETAS
QUE LOS INCLUYÓ juntamente con los apóstoles, pastores, evangelistas y
maestros con el propósito de edificar a Su Iglesia y a equipar a los santos para la
obra del ministerio (Efesios 4:11-16). Nunca era ni es una idea del hombre.
A pesar de que hay falsos profetas, profetas inmaduros y profetas mal
entrenados, OBVIAMENTE HAY BENEFICIO LO SUFICIENTE GRANDE
MEDIANTE LOS PROFETAS VERDADEROS QUE CRISTO LOS
INSTITUYÓ A SU IGLESIA.

«y él mismo (Cristo) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,


evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos
para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo, 13 hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;» Efesios 4:11-13

En la siguiente reflexión investigaremos el trabajo de un profeta del Nuevo


Testamento.

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Por Cliff Bell © 2016


[1] “All The Apostles of the Bible,” por Herbert Lockyear, Zondervan © 1988.

¿FUE JUAN EL BAUTISTA EL ÚLTIMO PROFETA?

Haga clic sobre el tema para ver el estudio acerca de las palabras de Cristo con
relacion a Juan el Bautista.

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Se le permite compartir en las redes sociales esta publicación en su totalidad


directamente desde mi página usando la función de “Compartir”. De hecho, le
animamos a hacerlo.

Permiso también es dado a imprimirlo para su estudio personal, o para compartirlo


en su grupo pequeño o congregación.

Pero se prohíbe “copiar y pegar” esta reflexión a otra publicación, sea digital o
impresa, sin el consentimiento previo del autor.

Estoy muy abierto a ver estas enseñanzas traducidas a otros idiomas, mas insistimos
en que las traducciones deben ser revisadas y aprobadas primero por el autor.
Gracias por su comprensión.
¿POR QUÉ PROFETAS HOY?
Parte 2
PROFETA CLIFF BELL·DOMINGO, 20 DE MARZO DE 2016

Una descripción bíblica del trabajo de un profeta del Nuevo Testamento.

Hay mucha confusión del ministerio de los profetas del Nuevo Testamento.
La confusión es causada por la ignorancia, por expectativas basadas en
tradición religiosa y no en la Biblia, y por la existencia abundante de
“profetas” falsos, inmaduros o mal entrenados. Además, tenemos a muchos
que no entienden la diferencia entre la vocación ministerial del profeta y el
don de la profecía. En esta enseñanza vamos a investigar qué es lo que dice la
Biblia acerca de estas cosas.

En la primera parte de esta enseñanza, publicada el 27 de febrero, 2016, ya


establecimos la vigencia de la vocación ministerial del profeta en el día de hoy.
Para leer esa primera parte, favor de seguir el enlace provisto al final de este
estudio. Por ahora, le invito a abrir su Biblia conmigo y a acompañarme…

LA DIFERENCIA ENTRE LA VOCACIÓN DEL PROFETA Y EL DON DE


LA PROFECÍA.

La vocación ministerial del profeta es uno de los cinco dones de ascensión de


Cristo. Cuando Cristo ascendió a los cielos, Él dio estas cinco vocaciones
ministeriales para continuar Su trabajo de liderazgo con Su iglesia. Estos
cinco son más que dones; son VOCACIONES.

Antes de alistar los cinco ministerio, Efesios 4:1-8 dice:

«Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la VOCACIÓN con que fuisteis

llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en

amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un Espíritu,

como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra VOCACIÓN; …. 7 Pero a cada uno
de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8 Por lo cual dice: Subiendo a

lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.»


Luego en versículo 11 nos alistan cuáles son estas vocaciones ministeriales que
Cristo Mismo dio a Su iglesia:

Efesios 4:11-12 «Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a

otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la

edificación del cuerpo de Cristo.»


El profeta es uno de cinco ministerios instituidos por Cristo Mismo, y que son
una EXTENSIÓN del ministerio terrenal de Jesucristo a Su Iglesia. La
vocación ministerial del profeta NO ES un don del Espíritu Santo. Es de
Cristo Mismo, Quien es la Cabeza de la Iglesia (Efesios 4:15), y por lo tanto,
Él escoge quienes serán llamados a estas vocaciones. No es por nuestra
elección. No es algo que uno puede escoger simplemente porque piensa que
sabe mejor que su pastor o líder.

Los que son LLAMADOS por Dios a ser un profeta tienen que ser preparados
antes de ser COMISIONADOS (nombrados o ordenados) para desempeñar la
gran responsabilidad que es necesaria para esta vocación. No se trata
solamente de “ser ungido” o de tener dones; se trata mucho del carácter y
nuestra habilidad de usar correctamente la responsabilidad y la autoridad
que viene con la operación del ministerio. 1ª Corintios 12:7 afirma que todos
tenemos dones espirituales. 1ª Corintios 14:31 revela que todos podemos
profetizar, pero 1ª Corintios 12:29 afirma que no todos son profetas.

En contraste a la vocación del profeta, el DON DE LA PROFECÍA (tanto


como todos los nueve dones del Espíritu Santo) es UN DON O
MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO por medio de cualquier creyente
(1ª Corintios 14:1, 31). La operación del don de la profecía es mediante la fe
(Romanos 12:6).

Todo creyente puede profetizar, pero no todos los que profetizan son llamados
ni comisionados a ser profetas. El hecho de que un cristiano puede profetizar
una profecía acertada no significa que es profeta; simplemente significa que
puede oír la voz de Dios, y que sus oídos espirituales están funcionando
(Juan 10:27; 18:37, 1ª Corintios 14:29).

Tengo una habilidad innata, un don, para la cocina. Para muchas cosas ni
necesito una receta. Sin embargo no tengo la preparación ni las cualidades
para la vocación de chef profesional. De hecho, ningún restaurante mexicano
de la ciudad ha buscado contratarme aunque puedo preparar unas
enchiladas deliciosas.

Soy un cocinero al nivel de mi casa, y puedo alimentar a algunos amigos. Pero


no tengo el llamado ni la vocación de un chef al nivel de un restaurante.
Ahora bien, tengo la capacidad para ser entrenado y eventualmente ser el
chef de un restaurante. Pero siempre tengo mis límites. Con entrenamiento
yo podría hacer razonablemente bien en un restaurante, pero no tengo ni
quiero la unción para ser el chef principal de la Casa Blanca. Esa vocación se
requiere conocimiento extenso de alimentos y costumbres internacionales y
además habilidades excepcionales de planeación, organización y liderazgo
para dirigir todo un equipo.

Así es con la profecía. Todos pueden cocinar algo. Algunos mejor que otros.
Muchos tienen el potencial de ser el chef de un restaurante, pero
relativamente pocos han sido preparados para hacerlo bien. Aún menos
tienen la preparación y habilidad para ser considerados y seleccionados para
ser el chef de un lugar como la Casa Blanca. Más alta la responsabilidad y
autoridad, más intensa es la preparación.

Una vez más reitero que solo Cristo puede llamar alguien a una de las cinco
vocaciones ministeriales. No es según nuestro deseo o nuestros caprichos.

SER LLAMADO VERSUS SER COMISIONADO (NOMBRAMIENTO)

El recibir un llamado no significa que uno está listo ni preparado para ser
comisionado. El llamado indica de nuestro potencial en Dios, no indica cuál sea
nuestro estado actual. La comisión, o un nombramiento (la ordenación), solo
debe acontecer cuando ya existe suficiente evidencia del llamado. La
ordenación es un reconocimiento de lo que ya existe. La evidencia del
llamado es más que la habilidad de profetizar. Balaam pudo profetizar pero
era considerado por Dios como un profeta falso. La evidencia también se
trata del carácter, madurez, el fruto del Espíritu para poder desempeñar el
ministerio indicado.

1ª Timoteo 3:1-7 habla de las cualidades de obispos (líderes cristianos que


supervisan a otros) . De las 17 cualidades que menciona solo una se trata de su
habilidad de ministrar. Las demás cualidades (16) son aspectos del carácter y
de la madurez y la santidad. ¿Puede usted profetizar? ¡Excelente! Pero, ¿puede
usted manejar el dinero honestamente y éticamente? ¿Cómo es su testimonio en la
comunidad? ¿Está su moralidad personal, su matrimonio y su hogar en orden?
¿Cómo trata usted a los demás?

Demasiados se han adelantado y tuercen el brazo de su pastor para recibir un


nombramiento por lo cual no están preparados. Y demasiados pastores,
cegados por la carisma y por los dones de alguien, han nombrado neófitos
inmaduros e inconstantes antes de su tiempo, antes de que fueron probados.
Esa es una razón por la cual hay tantos abusos en el ministerio hoy en día. 1ª
Timoteo 3:10 indica que los que son llamados deban ser sometidos a prueba
primero ANTES de ejercer un ministerio. Como el capitán de la nave Titanic,
tienen más celo y confianza que prudencia, y se requiere un solo témpano de
hielo en la noche para destruir su ministerio.
Casi todos piensan que están listos y preparados antes de que lo sean en
realidad. En mi opinión, una señal de que uno está listo es cuando ya no se
siente listo. …cuando se da cuenta que la responsabilidad es mayor de lo que
le es humanamente posible desempeñar – porque tal persona dependerá de
la unción y apoyo del Espíritu Santo y no en su propia habilidad y carisma
natural.

LA TAREA DE UN PROFETA – SER UN VOCERO DE DIOS

Generalmente, se puede decir que el profeta es un vocero de Dios que anuncia


un mensaje de Dios a una audiencia en particular para cumplir el propósito de
Dios. Específicamente, su mensaje, tarea y audiencia pueda variar según la
voluntad y la gracia de Dios que le es otorgada. Una parte esencial de su
trabajo es profetizar, el ser un vocero de Dios. Pero tome en cuenta que no
toda profecía es predicción. Existe también profecía que declara o anuncia la
mente y consejo de Dios. Otra definición de profecía es “hablar bajo la
inspiración de Dios.” Vamos a investigar varias Escrituras que hablan del
ministerio de un profeta.

DIVERSIDAD DE TAREAS PARA PROFETAS

Jeremías 1:5 «Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por

profeta a las naciones.»


Este versículo habla de manera específica de Jeremías, que su influencia o tarea
sería al nivel de naciones. Hay profetas hoy en día que tienen un llamado al
nivel de naciones. Hay otros profetas que Dios les ha llamado al nivel de su
congregación local, o para una región. Uno no es más importante que otro.
Todos somos miembros del Cuerpo de Cristo, y cada uno tiene su rol que
desempeñar y una audiencia particular al cual Dios le ha llamado.

No debamos compararnos los unos a otros. No seremos medidos por la


cantidad de naciones en los cuales hemos ministrado, sino por nuestra
obediencia en cumplir lo que Dios pidió de nosotros. Es importante entender
el nivel de influencia que Dios determinó para nosotros mismos y no tratar
de ir más allá que la gracia de Dios que fluye en nuestras vidas. He visto a
algunos buscar hacer la tarea de otro (tal vez buscando la fama que otro
tenía), pero eso nunca termina bien, porque la gracia de Dios nos empodera
para nuestra tarea, no para la tarea de otro.
Leemos de sólo dos de las profecías que dio el Profeta Ágabo (Hechos
Capítulos 11 y 21) mientras que no tenemos ningún registro de las profecías de
muchos otros profetas de la Iglesia Primitiva. Ni sabemos los nombres de
todos ellos (Hechos 11:28; 13:1; 15:32). Tenemos que recordar que no se trata
de nosotros. Somos los mensajeros solamente, y nuestro trabajo es llamar la
atención al Rey que servimos y entregar correctamente Su mensaje, no
buscar la fama ni volver el centro de atención.

Entre los jugadores de los equipos de futbol algunos reciben más atención
por su función y tarea designada, pero todos son igualmente importantes. En
el Reino de Dios es así. En el ministerio de la Iglesia de Jesucristo no hay lugar
para divas.
DERRIBANDO Y EDIFICANDO

Jeremías 1:10 «Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para

destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.»


Hay dos aspectos importantes del ministerio que Dios le encargó a Jeremías. El
primero es “arrancar, destruir, arruinar y derribar.” Obviamente, Cristo
quiere edificar a Su Iglesia y nosotros colaboramos con Él para que eso
suceda. ¿Qué, entonces, vamos a arrancar, destruir, arruinar, y derribar?

Efesios 6:12 revela «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este
siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.»

Yo creo que estas palabras “arrancar, destruir, arruinar, y derribar” tienen que
ver con la guerra espiritual. Dios unge a los profetas para enfrentar y derribar
estructuras demoníacas según su tarea. Dios puede revelar al profeta cuáles
son estructuras demoníacas que necesitan ser derribadas y darle las
estrategias para hacerlo. Es importante hacer esto antes de edificar lo que es
correcto, pues no se puede edificar sobre un fundamento corrupto o idólatra.
Cuando yo ministro en un lugar, frecuentemente Dios me revela esta clase de
estructura maligna que se tiene que derribar.
Discerniendo nuestra tarea

Debamos discernir nuestra tarea o rol específico en la destrucción de


fortalezas. Es más fácil echar fuera un demonio de un individuo que un
principado demoníaco de una región. La razón por la diferencia no es
necesariamente una falta de unción departe del profeta. La razón es que en la
región hay gente idolatra que da derecho legal al principado.
Elías tuvo una gran victoria regional en contra de Baal, pero primero tuvo
que cambiar los corazones del pueblo. Esto hizo mediante una demostración
de poder de Dios (1ª Reyes 18). Aún así Elías tuvo que esperar el momento
oportuno y seguir las instrucciones del Señor.

Podríamos usar la ilustración de cuando Dios derribó los muros de Jericó


(Josué 6). Todos quieren echar el grito y ver los muros caer. No todos
quieren buscar a Dios para recibir la estrategia divina ni esperar el momento
oportuno con la boca cerrada y marchar por siete días. Hay tiempos para
gritar, y hay tiempos para esperar.
Se le acuerdo que la guerra espiritual no se trata solamente de demonios
actuales, pero las “estructuras” o “fortalezas” que han establecido en una
persona, iglesia, familia o región. Las estructuras son argumentos, filosofías,
paradigmas y mentalidades incorrectas inspiradas por demonios y que
impiden al pueblo de Dios en el cumplimiento de su propósito divino.

Un ministerio de liberación que hace bien su trabajo no solamente echa


fuera demonios, pero también confronta y derriba doctrinas y filosofías
erradas, y establece fundamentos correctos y bíblicos. Lo mismo hace un
profeta responsable.

2ª Corintios 10:3-5 «Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la


carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando ARGUMENTOS y toda
ALTIVEZ que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
PENSAMIENTO a la obediencia a Cristo.»

PROCLAMANDO Y ANUNCIANDO LO QUE DIOS QUIERE HACER

Amos 3:7 «Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. »
Desde que Cristo exclamó, “¡consumado es!” en la cruz del Calvario (Juan
19:30), todo lo que hace en el mundo es a través de Su Iglesia, los miembros del
Su Cuerpo, los agentes de Su Reino. La voluntad de Dios está establecida en
el Cielo, pero tiene que ser proclamada en la tierra – y Dios siempre usa a
alguien, típicamente uno de Sus profetas, para oír cuál es Su voluntad y
proclamarla en la tierra.

Todo lo que Dios hace inicia con Su palabra. Dios creó al universo con el
poder de Su Palabra Viva (Salmo 33:6). Sus palabras son espíritu y vida
(Juan 6:63), y tienen poder para llevar Su voluntad a su cumplimiento.

Isaías 55:11 «así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo

quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.»


Dios usa voceros humanos en la tierra para desatar Sus Palabras en la tierra, y
así desatar Su poder y unción para que se cumplan. Dios tiene la habilidad de
hacerlo sin el hombre, pero en Su soberanía y sabiduría se ha limitado a
operar solamente por medio de los miembros de Su Iglesia.

Los espíritus malignos (demonios) también son limitados en el mundo, y no


puede hacer nada si no hay un ser humano que le permite ser su vocero e
instrumento. Es por eso que es tan importante que nosotros seamos llenos del
Espíritu Santo (Efesios 5:18) para poder ser voceros e instrumentos de Dios.
En Ezequiel 37 tenemos el ejemplo de cuando Dios le llevó a Ezequiel al valle de
huesos secos. Dios tenía el poder de levantar los muertos, pero usó al Profeta
Ezequiel como Su vocero para desatar Su decreto y poder para llevarlo a
cabo.
¿Qué es lo que Dios quiere hacer en su ciudad? ¿En su nación? ¡Ore que Dios
levante profetas según Su corazón quienes escucharán correctamente cuál es
Su voluntad y que serán voceros efectivos Suyos para desatar Su Palabra de
Poder! Como con Ezequiel en el Valle de huesos secos, ¡La unción de la
palabra profética está diseñada por Dios a traer vida a situaciones de muerte!

Yo he presenciado y experimentado esta clase de unción en diversos niveles. AL


NIVEL INDIVIDUAL para traer hasta milagros creativos para individuos en
sanidad o para traer liberación y dirección para impulsarle hacia el plan de
Dios para su vida. AL NIVEL FAMILIAR, EMPRESARIAL, O DE IGLESIA
para levantarles a una nueva época fructífera de unidad, libertad y actividad
en las cosas del Espíritu Santo. AL NIVEL REGIONAL para derribar
fortalezas, para cancelar maldiciones causadas por años de idolatría y
perversión, y para der inicio a un nuevo tiempo de avivamiento. Creo con
todo mi corazón que lo veremos AL NIVEL NACIONAL en los días que vienen.

PERFECCIONANDO A LOS SANTOS PARA LA OBRA DEL MINISTERIO

Efesios 4:12-13 «a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del

cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,

a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo»


Cristo sigue edificando a Su Iglesia. Su meta está clara:

Efesios 4:13-16 «hasta que TODOS lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,

a un varón perfecto, A LA MEDIDA DE LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO; 14 para que

ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de

hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la

verdad en amor, CREZCAMOS en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el

cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la

actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.»


Todas las cinco vocaciones ministeriales, inclusive los profetas, tienen la tarea
de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio. Cada creyente tiene un
ministerio como sal y luz en su comunidad (Mateo 5:13-14), como
embajadores del Reino de Dios y ministros de reconciliación (2ª Corintios
5:18-20) en el circulo de influencia que Dios le ha dado (Isaías 2:2-3).

El problema es que todos llegamos a Cristo con heridas, ataduras, cicatrices,


mentalidades equivocadas, etc. Cada uno de las cinco vocaciones deba estar
ministrando al pueblo de Dios según la gracia que le es dada para ayudarles a ser
salvos, sanos, libres, adiestrados, y enseñados para hacer las obras de Cristo (Juan
14:12, Hechos 10:38). Esto involucra enseñanza, equipamiento,
entrenamiento en doctrina y en práctica tanto como tutela con relación al
carácter e integridad.

Los profetas están involucrados en el proceso al nivel individual en parte


mediante la profecía personal que

1. revela ataduras para ministrar la sanidad y / o liberación,

2. revela el potencial y llamado de la personal,

3. trae dirección o ajustes necesarios,

4. identifica e imparte dones espirituales,

5. afirma al creyente en su identidad en Dios,

6. edifica, exhorta y consuela.


Aparte de ministrar mediante profecía personal, el profeta también puede
estar involucrado en la iglesia para enseñar y capacitar en sus áreas de
preparación y de unción. Esta no es una lista completa, pero es un punto de
comienzo. Mucho depende de la tarea y unción particular del profeta.

Cada una de las cinco vocaciones ministeriales separadamente representa


una quinta parte de la unción de Cristo. Los creyentes necesitan la influencia
y tutela de todas las cinco para poder crecer equilibradamente y
correctamente para llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

La Iglesia Primitiva necesitaba la plenitud de la unción de Cristo, las cinco


vocaciones ministeriales y los nueve dones del Espíritu para iniciar la época de
la Iglesia mortal en el Planeta Tierra, y vamos a necesitar todo lo mismo, y
nada menos para cumplir la misión de la Iglesia antes de que Cristo venga.

------------------

PARA SER CONTINUADO…

Tengo varias otras Escrituras que hablan de la tarea de un profeta, y mucho


más que compartir. Más esta Nota ya está muy larga. Así que continuaré la
enseñanza en una tercera parte que publicaré en el futuro cercano. Por ahora,
le he dado mucho que digerir. Espero que le haya sido de provecho. Favor de
notar varios anuncios y enlaces abajo...

Anticipo sus comentarios y testimonios. Le bendigo.

Por Cliff Bell © 2016

Se le permite compartir en las redes sociales esta publicación en su totalidad directamente desde esta

página usando la función de “Compartir” suplida por Facebook. De hecho, le animamos a hacerlo.

Permiso también es dado a imprimirlo para su estudio personal, o para compartirlo en su grupo pequeño
o congregación. Pero se prohíbe “copiar y pegar” esta reflexión a otra publicación, sea digital o impresa,

sin el consentimiento previo del autor. Traducciones a otros idiomas: Estoy muy abierto a ver estas

enseñanzas traducidas a otros idiomas, mas insistimos en que las traducciones deben ser revisadas y

aprobadas primero por el autor. Gracias por su comprensión.


¿POR QUÉ PROFETAS HOY? PARTE 1

Este es el enlace para la primera parte de esta enseñanza. Establece la


vigencia del ministerio del profeta el día de hoy y responde a mitos acerca de
los profetas.

TODAS LAS NOTAS DE CLIFF BELL


Tengo muchas otras NOTAS publicadas de diversos temas. ¡Le invito a seguir
este enlace para ver los demás temas - y aprender aún más! ESTE ENLACE
EN PARTICULAR SÓLO FUNCIONA CON UN COMPUTADOR Y SU
NAVEGADOR; NO FUNCIONA CON LA APLICACIÓN DE TELÉFONO. NO
SÉ POR QUÉ. :-(
Errores Comunes en lo Profético:
1x2
PROFETA CLIFF BELL·SÁBADO, 17 DE DICIEMBRE DE 2016

Errores comunes que gente inmadura suele hacer en lo


profético – Parte 1 (de dos)

Hace unos años un mensaje llegó a mi buzón de una intercesora profética. La


hermana me escribió con mucha intensidad y urgencia porque sintió que Dios la
había mostrado que vendría un temblor fuerte a su ciudad. Me envió también varios
enlaces de videos que supuestamente apoyaba lo que me había escrito. Además me
dio unas fechas en que tenía que suceder. Quería que yo lo afirmara y que yo le
ayudara a sonar el alarma.

El problema es que Dios me dijo todo lo contrario. No era una profecía de Dios.
Al contactar a otros profetas maduros y responsables ellos tampoco sintieron que la
palabra era de Dios.

Yo le respondí a la hermana con amor pero con firmeza que no sentí que la palabra
era de Dios. Ella siguió insistiendo que TENÍA que ser de Dios por cuanto ella lo
SINTIÓ tan fuertemente. Dijo que era un juicio por causa de todo el pecado.
Además, señaló a los videos de supuestos expertos sismológicos (aunque de origen
dudable) que decían lo mismo.

Yo le respondí que si Dios hubiera salvado a Sodoma y a Gomorra por solo diez
justos presentes, ¿cómo es que destruiría a una ciudad de millones cuando hubo
muchos más creyentes allí? Pues conozco de muchas congregaciones muy buenas
allí con miles de miembros.
Al final de todo, nunca la pude convencer. Ella pensó que yo estaba ciego e
ignorante, y por cuanto no pude decirle que tenía razón, lo consideró como si la
había rechazado personalmente. Yo no la rechacé a ella; simplemente no pude
afirmar todo lo que dijo. Pero desgraciadamente muchos intercesores proféticos
suelen tomar las cosas de una manera demasiado personal (revelando
influencia del espíritu de rechazo).

Ella tomó la posición de que ella era la única que había escuchado bien de Dios
y que los que no estaban de acuerdo estaban equivocados. Entonces, ella
comenzó a hablar a otros de mí diciéndoles que yo no era un profeta verdadero y que
me faltaba discernimiento por cuanto yo no me puse de acuerdo con ella. Claro,
llegó la fecha, y nada sucedió. Ya han pasado años y todavía no se ha cumplido.
No volví a escuchar de ella.
Siento que esa hermana inició con buenas motivaciones. Amaba a Dios, tiene dones
espirituales verdaderos, pero le faltó discernimiento en lo profético, madurez
personal, fundamento bíblico y teológico, y entendimiento del corazón de Dios.
En su celo e inmadurez hizo varios errores:

1 – TOMÓ OFENSA POR EL PECADO QUE VIÓ A SU ALREDEDOR Y


CONCLUYÓ QUE DIOS ESTABA ENOJADO CON LA GENTE Y
BUSCANDO CASTIGARLA.

Se le olvidó que Cristo ya tomó el castigo del pecado, y Dios no está enojado con
la humanidad. Aún en el Antiguo Testamento Dios no estaba buscando una razón
para destruir y castigar a la humanidad, sino estaba buscando una oportunidad de
ofrecer la misericordia. La historia de Jonás y la ciudad de Nínive es prueba de eso.
Si Dios buscó oportunidades de ofrecer misericordia en el Antiguo Testamento,
¿Cuánto más quiere y puede Dios ofrecer misericordia ahora que estamos en el
Nuevo Testamento, la Época de la Gracia?

2 - TOMÓ DEMASIADA RESPONSABILIDAD QUE NO LE PERTENECÍA.

Dios no le había instalado como la principal intercesora de su ciudad, pero así se


estaba presentando. Aunque se consideraba a sí mismo como muy madura, la
realidad es que estaba todavía inmadura, y como una niña espiritual tratando de
usar el manto de un adulto. Su ofensa y actitud reveló su inmadurez. Ella era una
sola intercesora entre cientos o probablemente miles. No era la única que Dios había
levantado para servir como atalaya y orar, pero ACTUÓ DE FORMA
INDEPENDIENTE SIN HONRAR NI ESCUCHAR A LOS OTROS PROFETAS Y
LÍDERES.

Dios no haya puesto a nadie como el único vocero infalible de una ciudad. Dios
nos ha hecho miembros del Cuerpo de Cristo. …y aunque no hubiera ningún otro,
nadie es infalible. No podemos ser una autoridad para nosotros mismos. Solo
tenemos autoridad si estamos bajo autoridad. Estar bajo autoridad significa que
rendimos cuentas a alguien.
Muchos son miembros de
congregaciones en donde existe un
pastor, pero pocos se permiten ser
pastoreados.
Debamos trabajar como equipo y honrar el uno al otro. Tenemos que juzgar a
todas las profecías y someterlas a los demás profetas maduros y aprobados. 1ª
Corintios 14:29 dice: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás
juzguen.”

La Escritura habla de las cualidades de uno que desea un obispado: «…NO UN


NEÓFITO, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.» (1°
Timoteo 3:6) Las mismas cualidades que se aplican a obispos también se aplican
a los que tienen responsabilidad y autoridad como profetas al nivel de ciudad,
región o mayor.
Un “neófito” es alguien que está iniciando, recién incorporado en cierta actividad.
En este caso, la idea es que tenga suficiente CONOCIMIENTO BÍBLICO Y
TEOLÓGICO para tener un buen fundamento, suficiente RELACIÓN
DESARROLLADA CON DIOS para conocer a Su corazón y propósito en el asunto,
suficiente DISCERNIMIENTO para saber la diferencia entre los pensamientos que
Dios le está inspirando y sus propios pensamientos y caprichos, y suficiente
EXPERIENCIA Y SABIDURÍA para que pueda manejar las cosas que está
percibiendo de Dios de la manera que cumple la voluntad y propósito de Dios.

3 – TENÍA UNA FALTA DE DISCERNIMIENTO, Y NO PUDO DISCERNIR


ENTRE SUS PROPIOS PENSAMIENTOS Y LOS PENSAMIENTOS DE
DIOS.
El hecho de que alguien se siente fuertemente acerca de algo no es suficiente prueba
de que es de Dios. Vivimos por la fe no por los sentimientos ni por vista
(Romanos 1:17; 2ª Corintios 5:7). No es suficiente prueba que alguien tenga una
mano que tiembla o una convicción fuerte.

4 – ESTABA INFLUENCIADA POR INFORMACIÓN NATURAL.

En este caso, la hermana se había contaminado al ver a muchos videos en el


Internet con mensajes de catástrofes y calamidad. Fue influenciada por
información natural que también estaba equivocada. Cuando estrenó la película
“San Andreas”, y se acercaban las lunas de sangre en 2015 mi buzón se llenó con
tales “profecías” equivocadas inspiradas por la película y los espíritus de temor y
engaño.

Aún para un profeta maduro y experimentado no es sabio profetizar a asuntos o


personas de los cuales ya tiene mucha información natural. Cuanto más sabemos
naturalmente, y cuanto más estamos involucrados emocionalmente, menos indicado
somos para poder profetizar una palabra pura. Pues ya hemos formado una opinión
personal, deseos propios, y prejuicios acerca del asunto. Es mi costumbre, cuando
conozco demasiado acerca de la situación o cuando siento un involucramiento
emocional no les profetizo; simplemente les someto en forma conversacional lo que
estoy percibiendo y comparto unos principios bíblicos que se aplican al asunto.
En fin, esta hermana estaba escuchando a las VOCES EQUIVOCADAS, y
habló lo que estaba en su alma. Tenemos que usar mucho discernimiento con
relación a lo que ponemos delante de los ojos. Pues no todo lo que brilla es oro.
Videos o artículos en el Internet no reemplazan la Escritura como la vara de medir
para juzgar las profecías.

Tenemos que usar primeramente el PLENO CONSEJO DE LA ESCRITURA


(2ª Timoteo 3:16) y secundariamente el testimonio del Espíritu Santo que vive en
nosotros (Romanos 8:16) en combinación con el testimonio de otros profetas (1ª
Corintios 14:29).

El “pleno consejo de la Escritura” significa que consideramos a toda la


Escritura, y no solo un versículo olvidando de todas los demás pasajes y principios
bíblicos que se aplican al tema.
5 - LA HERMANA ESTABA DEMASIADA ENFOCADA EN PECADO Y
JUICIO.

Esta es una señal de la influencia de un espíritu de religiosidad y de legalismo.


Estas personas necesitan actualizarse del Antiguo Pacto al Nuevo Pacto, de la Ley a
la Gracia.

El don de discernimiento de espíritus no nos fue dado solo para discernir a


espíritus malignos y cosas negativas. Es el don de discernimiento de espíritus, o sea
de cualquiera clase de espíritu, no solamente de demonios.

Dios es Espíritu (Juan 4:24). Los ángeles son espíritus (Hebreos 1:13-14). Cada ser
humano es espíritu (Zacarías 12:1; 1ª Corintios 2:11).

Si en su discernimiento usted no
puede discernir también la
Presencia de Dios y lo que Dios está
haciendo, si no puede discernir la
presencia de ángeles, o el espíritu
del hombre, usted necesita ser
“recalibrado.”
Permítame explicar a lo que me refiero al decir “recalibrado.” Saqué prestada
esa palabra de la mecánica. Si el motor de un carro está fallando puede ser que
necesita ser re-calibrado o “ajustado" otra vez para que funcione bien. En el caso de
la sensibilidad espiritual, si alguien solamente puede percibir a demonios pero no a
ángeles ni a Dios, entonces necesita un ajuste. Necesita re-enfocarse, y revisar su
corazón, sus motivaciones, y afirmar su fe en la grandeza de Dios y en Su amor.
Necesita ser libre de todo temor y sospecha, y asegurar que está operando en la fe.
Nuestro enfoque principal debe de estar en Dios y no en el diablo. Dios no es
intimidado por el diablo y tampoco debamos serlo.

El don verdadero de discernimiento de espíritus es motivado por la fe y el


amor, no por el temor, ni por la sospecha o la crítica (Romanos 12:6; Gálatas 5:6;
2ª Timoteo 1:6-7). Por eso el que opera en este don debe también poder discernir el
potencial y la promesa que Dios haya puesto en cada persona.

La revelación profética es dada, en parte, para proclamar cual es ese potencial (Juan
1:47-48; Marcos 1:17; Hechos 13:2-3), identificar o impartir dones espirituales (1ª
Timoteo 4:14), y para ministrar vida a las personas para que se levanten para
cumplir la voluntad del Señor (Juan 6:63; 8:10-11).

La profecía en el Nuevo Testamento, sea ministrada por el don de la profecía por


medio de un creyente, o por uno que opera en la vocación (oficio) del profeta, es
ministrada bajo un pacto diferente que los profetas del Antiguo Testamento
(Hebreos 8). Ahora en el Nuevo Pacto Dios nos ha encargado el ministerio de la
reconciliación y la restauración, no el ministerio de proclamar juicios y
calamidades (2ª Corintios 5:18). Dios ama a todo el mundo, a cada pecador, tanto
que dio a Su Propia Vida (Juan 3:16; Romanos 5:8).
Errores Comunes en lo Profético:
2x2
PROFETA CLIFF BELL·JUEVES, 22 DE DICIEMBRE DE 2016

Errores comunes que gente inmadura suele hacer en lo


profético – Parte 2 (de 2)

UNA BREVE INTRODUCCION Hace unos años un mensaje llegó a mi buzón de una intercesora

profética que me escribió con mucha intensidad con una supuesta profecía insistiendo que Dios la

mostró que vendría un temblor fuerte a su ciudad. Hasta nombró una fecha. Ella estaba muy sincera,

pero sinceramente equivocada. Ella era nueva a lo profético. Le faltaba fundamentos bíblicos,

entrenamiento y sabiduría, y por lo tanto hizo varios errores comunes.


En la primera parte de esta enseñanza yo comencé una lista de errores comunes que
gente inmadura suele hacer en lo profético. Si usted no leyó la primera parte en la
cual cubro los primeros cinco puntos, y si desea comenzar desde el inicio, sigue
este enlace: Errores Comunes en lo Profetico - Parte 1

Para continuar con la enseñanza, aquí iniciaremos con punto número seis.

6 – ESTABA TRATANDO DE OPERAR AL NIVEL


DEL OFICIO DE PROFETA CUANDO LO QUE
TENÍA ERA EL DON DE LA PROFECÍA.

Después de conseguir más información de su pastor, siento que esa hermana operaba
con el don de la profecía y no en la vocación (oficio) del profeta. Es importante
entender la diferencia.

Prefiero la terminología “vocación” en vez de “oficio” al hablar de los “cinco


ministerios” porque son más que dones. No son títulos, sino funciones.
Bíblicamente son vocaciones. En Efesios 4, antes de darnos las lista de los cinco
Pablo nos admonestó: “…os ruego que andéis como es digno de la vocación con
que fuisteis llamados.”(Efesios 4:1)

Una VOCACIÓN implica preparación, formación, y una función o trabajo por


lo cual está responsable. También implica autoridad limitada a su esfera de
responsabilidad así como le es delegado por su “Empleador” que en este caso es
Cristo Mismo. Todos necesitamos tener líneas claras que definen nuestros
límites de autoridad y de responsabilidad, y un entendimiento claro del
protocolo. Las líneas que definen los carriles de una carretera ayudan para mantener
orden y evitar el caos.

El don de la profecía es dada para ministrar edificación, exhortación y


consolación (1ª Corintios 14:3), y NO para lidiar con asuntos pesados como la
dirección, corrección ni la advertencia como un profeta maduro. La hermana estaba
metiéndose en “aguas más profundas” que lo que se debía. Aun los profetas maduros
que han sido preparados, formados y experimentados deben de manejar estos temas
pesados con mucha cautela y con el temor de Dios.

Desgraciadamente, muchas personas no saben la diferencia entre estos dos


niveles proféticos. Piensan que porque puedan oír de Dios y profetizar que eso
significa que son profetas. No es así.

El don de la profecía es una MANIFESTACIÓN DEL MINISTERIO DEL


ESPÍRITU SANTO mediante cualquier creyente y se activa por la fe (1ª
Corintios 12:7-12).

La vocación del profeta (Efesios 4:1-16) es una EXTENSIÓN DEL


MINISTERIO DE CRISTO MISMO A SU IGLESIA, o sea, representa la Cabeza
(Cristo) al Cuerpo de Cristo.
Si usted puede oír la Voz de Dios SOLO SIGNIFICA QUE USTED ES
NORMAL Y QUE FUNCIONA. Cristo dijo, “Mis ovejas oyen mi voz” (Juan
10:27). Cualquiera persona que puede oír la Voz de Dios puede compartir lo que
oyó con otro, y esa es la esencia de una profecía.

El ser un profeta es un asunto mayor que simplemente haber desarrollado sus


sentidos espirituales lo suficiente para oír la Voz de Dios. Cada cristiano debe de
desarrollar sus sentidos espirituales para oír la Voz de Dios y ser guiado por Su
Espíritu (Romanos 8:14). Es una parte de nuestra nueva naturaleza en Cristo (Juan
3:5-6; 2ª Corintios 5:17).

Por otro lado, el llamado a ser un profeta es algo que Cristo decide; no
nosotros. Es cierto que muchos son llamados, pero pocos son escogidos o
“comisionados” (Mateo 20:16; 22:14). El nivel de autoridad y responsabilidad que
tiene un profeta es progresivo y de acuerdo con su nivel de preparación, su respuesta
a los tratos de Dios en su vida, y según la Voluntad de Dios. Él que es fiel en lo poco
puede ser dado más (Mateo 25:21).

7 – EN VEZ DE SOMETER LO QUE PERCIBIÓ A


OTROS PROFETAS PARA JUZGAR LA SUPUESTA
PROFECÍA, LA PRESENTÓ DE UNA MANERA
QUE NO PERMITÍA SER JUZGADA.

Es una señal de ignorancia, soberbia y manipulación implicar que usted es


infalible o que lo que profetiza no requiere ser juzgado. Aunque esa hermana no
usó estas palabras exactas, su manera de presentación implicaba: “Dios me dijo esto.
Ahora tienes que ponerse de acuerdo conmigo o eres un ignorante porque yo soy
infalible.”
La forma correcta de someter una
posible profecía a un líder es decir
algo como, “percibí lo siguiente, y se
la someto a usted para que la pueda
juzgar y averiguar si es de Dios
para tomar cualquiera acción
correspondiente.” O sea, sin “echar
la culpa” a Dios por lo que
comparta.
No existen voceros infalibles. Todos somos humanos, vasos de barro, y todos
podemos equivocarnos. Por eso la humildad es tan esencial en la ministración
profética. Debamos someter la palabra a otros, no arrojársela.

Me impresiona que el Dr. Bill Hamon, Cindy Jacobs y otros profetas de mucho
reconocimiento y experiencia han hecho un acuerdo entre ellos que no anunciarán
esa clase de profecía (que implica desastres naturales o que afecta a naciones de
manera negativa) sin primero someter la profecía a los otros para que la juzguen.

8 – COMENZÓ A HABLAR MAL DE AQUELLOS


QUE NO SE PUSIERON DE ACUERDO CON ELLA.

Ella sintió la necesidad de defenderse a sí misma y atacó a los que no se pusieron


de acuerdo con ella. La cultura del Reino de Dios es una cultura de HONRA. El
atacar a otros ministros de Dios o hermanos en Cristo es una señal de inmadurez,
inseguridad personal, una falta de confianza en Cristo (nuestra Defensa), la
carnalidad, y una falta de respeto por otros y del temor de Dios.

Me acuerdo de un supuesto apóstol que no estaba de acuerdo con cierto pastor,


entonces comenzó a contactar a los miembros de la congregación para hablarles mal
acerca de su pastor. ¿Dónde está la ética? Aun los del mundo frecuentemente se
comporten mejor que muchos cristianos armados con una supuesta “revelación
profética.” Creo que en las escuelas de preparación ministerial necesitamos
urgentemente clases acerca de la ética ministerial y de la integridad personal.

El operar en los dones del Espíritu


Santo sin la ética y sin el carácter
de Cristo es peligroso. Dios nunca le
dará una palabra profética para
destruir a otra persona ni para
dividir a una iglesia.
Se le acuerdo que una de las cosas que Dios aborrece es el que siembra
discordia entre los hermanos (Proverbios 6:19). Una de las cualidades del espíritu
de Jezabel (y actualmente una de las cosas que hizo la serpiente en el huerto de
Eden), es echar duda sobre los que están en autoridad. El problema es se complica
porque frecuentemente estas personas han desarrollado una mentalidad de “el
mesías” y creen que están en lo correcto y por eso se auto justifican. Sin embargo, si
causa división y discordia en una congregación, está haciendo el trabajo del mismo
diablo.
DESGRACIADAMENTE, HAY MUCHOS INTERCESORES PROFÉTICOS
QUE HACEN LO MISMO. Perciben algo en el espíritu, presumen que es de Dios
porque lo sintieron fuertemente. Aunque es revelación parcial, la declaran
ostentosamente al pastor con un “así dice el Señor” sin darle la cortesía de juzgar la
palabra por sí mismo. Sin honra. Entonces, si acaso el pastor no les afirma de
inmediato, y si no se pone de acuerdo con todo lo que se les anunciaron, se enojan y
comienzan a hablar mal de él a los otros miembros de la iglesia. Dicen cosas como:
“el pastor no tiene el discernimiento; no está escuchando a Dios,” echando duda
sobre los que están en autoridad y causando división en la congregación.

Las personas que hacen tales cosas están operando en el mismo espíritu que
Absalóm: rebeldía y hechicería. Aún si fuera cierto que su pastor estuviera
equivocado en algo, merece su respeto simplemente por la posición que tiene. Es
mejor orar por él de una manera no manipuladora que Dios le hable directamente
tomando en cuenta que usted mismo es un ser humano y pueda ser la persona
equivocada, o que por lo menos no puede ver el cuadro completo. Se le acuerdo que
aún el Apóstol Pablo dijo, “conocemos en parte y profetizamos en parte.” (1ª
Corintios 13:9)

Una oración manipuladora


presume que usted está en lo
correcto y pide que Dios le convenza
de lo que usted considere la verdad.
Una oración no manipuladora es
orar que el Espíritu de Verdad le
hable y le guíe a toda la verdad, y
que le dé sabiduría para hacer las
decisiones de acuerdo con la
voluntad de Dios.
Hay muy pocos pastores que no quieren oír la Voz y dirección del Espíritu
Santo. La gran mayoría hacen mucho sacrificio para seguir en el ministerio por
amor a Dios y por el rebaño. Debamos orar por ellos y apoyarles. Si Dios pudo
hablar a Nabucodonosor, a Abimelec, y a la esposa de Pilatos, Dios es suficiente
grande y fuerte para llamar la atención y hablar a su pastor si alguien comenzara a
orar por ellos en vez de murmurar.

Espero que esta enseñanza le haya sido de provecho, y que usted aplique las
verdades aquí expresadas. Si acaso el Espíritu Santo trajo convicción acerca de un
error, ¿por qué no tomar el tiempo ahora mismo para arrepentirse? Tal vez
algunos necesitarán pedir perdón también de sus pastores. Yo estoy confiando que
Dios usará esta enseñanza a traer mayor unidad, comprensión y respeto mutuo entre
intercesores y sus pastores.

Que el Espíritu Santo le hable acerca de los pasos que Él tiene para usted para
poder avanzar y ser más efectivo en cumplir la Voluntad de Dios.

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