CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL y Mas
CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL y Mas
CÓMO RESPONDER A LA PROFECÍA PERSONAL y Mas
PROFECÍA PERSONAL –
PARTE 1
PROFETA CLIFF BELL·MARTES, 25 DE ABRIL DE 2017
Hay muchas enseñanzas falsas o erróneas con relación a la profecía personal que
algunos han aceptado simplemente porque les suenan bien; sin embargo, no tienen
fundamento bíblico. Una de estas enseñanzas falsas dice que si una profecía no es de
Dios, no se puede cumplir; y si es de Dios se cumplirá, y que no importa cómo
respondamos o qué hagamos. Este tipo de actitud fatalista no es bíblica.
Sabemos que las palabras de Dios son espíritu y son vida (Juan 6:63). Cristo vino
para darnos vida abundante (Juan 10:10) y para testificar de la verdad (Juan 18:37).
El vino a reconciliarnos con Dios y nos ha encargado el seguimiento de ese
ministerio de la reconciliación (2ª Cor. 5:18). Las palabras proféticas a nosotros
tienen estas mismas metas.
Los hebreos que poseyeron la Tierra Prometida no solamente tuvieron que creer con
el corazón – tuvieron que tomar pasos prácticos, vestirse para la guerra, tomar
sus armas en sus manos y enfrentar en batalla a los gigantes de Canaán. Dios
les había dicho en muchas ocasiones que Canaán era la tierra que Él les (ya) les dio
como herencia y que había entregado a sus manos. Sin embargo ellos tuvieron que
hacer más que orar, más que creer; ¡tuvieron que actuar! Cuando ellos actuaron en
fe y en obediencia, Jehová peleó por Israel (Josué 10:14) y realizaron el
cumplimiento.
Nuestra familia tiene una vajilla de gres. Es una vajilla bonita y a mi esposa le gusta
usarla cuando cenamos. El problema es que aunque somos cuidadosos con los
platos, cada vez que los usamos estamos arriesgando romper un plato. Cuanto
más la usamos, más riesgo hay. Somos una familia de ocho personas, y los hijos
ayudan con la tarea de lavar los platos. Por la gracia de Dios hemos perdido muy
pocos platos – pero sí habido pérdidas en los últimos 23 años. Así es con los dones
del Espíritu y la profecía. Cada vez que usamos nuestros dones estamos corriendo
un riesgo de equivocarnos porque somos hechos de barro. La vajilla es de gres – más
fuerte que el barro. ¡Imagínese usted cuántos más platos se hubieran roto si fueran
hecho de barro!
2ª Corintios 4, versos 6 y 7 nos enseña que todos nosotros somos vasos de barro.
Todos, aun los más espirituales y maduros, fallamos, nos equivocamos de vez en
cuando. Nuestras intenciones buenas, nuestros años de experiencia y nuestras
victorias previas no son suficientes para evitar siempre un error. La falta de
experiencia, la inmadurez y falta de conocimiento de la Palabra de Dios casi
garantiza que habrá aspectos problemáticos con la ministración profética de vez en
cuando. Dios nos habla perfectamente bien, pero nosotros, como vasos de barro,
a veces escuchamos mal, malinterpretamos lo que Dios ha dicho, o no
transmitimos bien el mensaje. Hay muchos que piensan que han escuchado de
Dios pero la verdad es que están proclamando sus propias convicciones no
inspiradas, sus buenos deseos, o de su propia imaginación - y pueden dejar desastres
grandes tras ellos.
¿Ha tomado usted agua que ha sido reservado en una jarra de barro? Los que
han experimentado esto pueden testificar que el sabor del barro penetra y afecta el
sabor del agua. Piensa usted por un momento acerca de esta ilustración bíblica
en relación a la ministración profética. Cristo dijo que ríos de agua viva (Juan
7:38) correrán de nuestro interior (nuestro espíritu). Esta agua viva se refiere a la
ministración de los dones espirituales. Lo que recibimos (percibimos, escuchamos o
veamos) de Dios viene originalmente de la inspiración del Espíritu Santo a nuestro
espíritu humano redimido. El problema es que antes que podamos declarar o
profetizar lo que hemos recibido, esa información pasa primero por nuestra
mente de barro – porque la mente controla la boca.
Imagínese por un momento todo lo que está en el alma de alguien que podría
afectar la palabra profética... nuestra personalidad, nuestro entendimiento natural,
nuestra educación, las experiencias pasadas, nuestros prejuicios, nuestras heridas,
nuestro vocabulario, nuestras motivaciones (sean buenas o malas), nuestro carácter
(o falta de carácter), etc. etc.
La mente de la persona que profetiza sirve como un filtro. Si es que conoce bien la
Biblia y entiende bien el propósito de Dios la mente puede ser de provecho,
ayudándole a ministrar con sabiduría y a mantener orden. Si es que NO conoce bien
la Biblia, si NO entiende el propósito de Dios, entonces su mente puede ser
como un filtro contaminado que estorbe y contamina el fluir del agua.
A mí me gustan los mariscos. Pero a veces se tiene que comer con mucho cuidado
un filete de pescado a causa de las espinas que pueden estar presentes. En la misma
manera, el Apóstol Pablo supo que el elemento humano podría introducir errores y
confusión a la ministración profética. Por eso nos exhortó diciendo, “No
menospreciéis las profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno” (1ª Tes. 5:20,21).
O sea, tenemos una responsabilidad de juzgar la palabra para determinar su
veracidad, para discernir si es de Dios y para identificar cualquier elemento de
la profecía que pueda ser del hombre o hasta de un espíritu engañador.
1ª Corintios 13, verso 12 nos revela que bajo las mejores circunstancias, “vemos por
espejo, oscuramente.” A veces la relevación que Dios nos da viene con mayor
claridad, y a veces no. Hay tiempos cuando Dios solo nos da una impresión ligera o
una visión que no es muy clara. Si es que usamos las palabras “así dice el Señor”
debamos hacerlo con cuidado y con el temor de Dios para no tomar Su Nombre
en vano.
Si la revelación le viene de una forma menos clara (como una impresión leve) es
mejor primero decir algo como, “esto es lo que estoy percibiendo” y
simplemente contarles lo que haya percibido sin atribuirlo a Dios. Si es de Dios,
será evidente en tiempo. Si no lo fue, el atribuirlo a Dios no ayudará.
Toda relevación necesita ser juzgada con la “palabra profética más segura” que
es la Santa Biblia. Nunca debemos recibir profecías de una manera tan fatalista, o
corremos el riesgo de ser engañados. Cada palabra profética puede contener
“espinas” como el filete del pescado, pero vale la pena examinarla y sacar los
elementos dudables o erróneos para poder retener lo bueno, lo nutritivo, lo
provechoso, y aprovechar de la palabra de Dios para nuestras vidas.
Cada cocinero tiene su estilo favorito de preparar un platillo. Algunos usan pocos
condimentos mientras otros bañan un filete de pescado en una salsa picante (chile o
ahí) al grado que provoca lágrimas al comerlo. En la gastronomía mexicana, los
condimentos pueden ser potentes y picosos al grado que ni puede discernir el sabor
del pescado. Así es con la profecía también.
El estilo de ministrar una profecía puede variar mucho. Algunos son súper
tranquilos mientras que otros gritan y ministran de una forma dramática. Cuando
recibimos una profecía tenemos que discernir cuánto fue la profecía actual y cuánto
fue la emoción o el estilo de la persona. A mí me gusta el chile (ahí) en la comida,
pero en la ministración profética tenemos que usar la receta que Dios indica si
vamos a representarle bien. Un chef bueno sabe que el platillo no es para él
mismo, sino para la persona que le pagó cocinar por él.
Algunos son tan ostentosos que algunos no pueden oír ni aprovechar el mensaje por
el estilo tan “picoso”. Tenemos que asegurar que estamos sirviendo la profecía de
una forma que ellos pueden disfrutar y entender el mensaje que Dios quiere
comunicarles sin distracción. Si nuestro estilo roba la atención de Dios, o si
estorba que el mensaje sea recibido, entonces está fuera de orden.
Cuando alguien nos profetiza, tenemos que mantener el equilibrio entre juzgar
la palabra y no ser engañados, y a la vez responder con fe y creerla para poder
prosperar (2ª Crónicas 20:20).
2ª Crónicas 20:20 dice: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed
a sus profetas, y seréis prosperados” La Nueva Versión Internacional lo dice de esta
manera: “¡Confíen en el SEÑOR, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y
tendrán éxito!”
Todos queremos que nuestro camino prospere y quiere tener éxito. Confiamos en la
Palabra de Dios. Pero tomando en cuenta el elemento humano en la profecía y la
posibilidad de errores también necesitamos juzgar toda profecía, ¿Cómo
podemos mantener el equilibrio entre creer la profecía y también juzgarla?
Romanos 8:14 dice – “porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios
son los hijos de Dios.” El Espíritu Santo vino a hablarnos, a enseñarnos, a hacernos
saber la voluntad del Padre (Juan 16:13-15).
Si nosotros estamos sinceramente buscando a Dios por Su voluntad, Él no nos
negará la revelación y dirección que necesitamos para poder obedecerle y seguir en
Su plan por nuestras vidas. Piénsalo – Jesús dio Su vida por nosotros; ¡nos ama
más que a Su propia vida! Podemos confiar en Su amor, en Su bondad y en Su
tiempo perfecto. Podemos confiar que Él será fiel para causar que todas las cosas
para nuestro bien si amamos a Dios (Romanos 8:28).
Dios no nos enseña todo el trayecto de nuestras vidas de una vez. No nos da un
mapa mostrando cada ruta y detalle del camino. Dios nos da lo que necesitamos
hoy, suficiente para dar el próximo paso. Gracias a Dios, si somos fieles con lo
que tenemos, El nos puede dar más.
Dios mandó a Abram a salir de la tierra de su parentela sin decirle cuál era su
destino (Génesis 12). Abram tuvo que confiar en la dirección progresiva de Dios y
comenzar a caminar.
La profecía que Dios habló a Samuel para entregar a Saúl hubiera establecido la
simiente de Saúl sobre el trono de Israel por siempre. Por causa de la rebelión de
Saúl esa profecía fue transferida a David. (1ª Samuel 13:13,14)
Dios quiere que todos sean salvos – Cristo se murió y pagó el precio de los
pecados de TODO el mundo (Juan 3:16, 2ª Pedro 3:9). Sin embargo, miles se
mueren sin Cristo cada día. ¿Por qué? Una de las razones por las cuales algunos
no vienen a la salvación es porque los cristianos no hemos hecho nuestro trabajo de
compartir con ellos las Buenas Nuevas. Otros no vienen a la salvación porque
cuando escuchan las Buenas Nuevas no la crean o no responden con fe y obediencia.
No crea usted que la voluntad de Dios se cumplirá en su vida sin que usted
tome su responsabilidad a cooperar con Dios. Si usted tiene llamado al ministerio
tendrá que dedicarse a preparar para ese ministerio, al estudio bíblico, a la oración, y
comenzar a servir en las áreas que se presenten. Si Dios le ha dicho en una profecía
que tiene llamado a ser un empresario, tendrá que prepararse, tendrá que hacer
pasos, correr riesgos. Si Dios le haya dicho que le va prosperar con millones de
dólares, tendrá que ser un buen mayordomo con los 10 dólares que tiene. El que es
fiel con lo poco, le será dado más (Mateo 25:23).
En 2ª Reyes 4 está la historia de una mujer, viuda de uno de los hijos de los
profetas y que fue dejada con una deuda. Ella llegó al profeta Eliseo y explicó su
dilema. Si no pagase la deuda los acreedores llevarían a sus dos hijos como
siervos hasta que la deuda fuese pagada.
El profeta no le preguntó cuánto necesitaba, sino que le preguntó qué es lo que
tenía. Pues tenía solamente una vasija de aceite. En vez de levantar una ofrenda por
ella, le mandó pedir prestado vasijas vacías de sus vecinos, y agregó, “no pocas”. Su
instrucción era llenar las vasijas vacías con el poco aceite que tenía.
Dios nunca nos negará ninguna cosa que necesitamos para cumplir Su propósito
para nuestras vidas. ¿Cuáles cosas le ha mandado Dios hacer? ¿Ya hizo usted su
preparación?
CÓMO RESPONDER A LA
PROFECÍA PERSONAL –
PARTE 3
PROFETA CLIFF BELL·SÁBADO, 20 DE MAYO DE 2017
“Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.”
Habacuc 2:2
Cuando transcribimos la profecía, nos ayuda mucho porque escrita en papel,
podemos leer y analizar la profecía sin la voz y la personalidad de la persona
que nos profetizó. Se puede ver, entonces, qué precisamente fue declarado en la
profecía.
Es por eso que en Christian International insistimos que grabemos todas las
profecías personales. Si es que creemos que Dios nos está hablando, ¡entonces
queremos tener alguna manera de documentar qué nos dijo!
Cuando tenemos una grabación podemos transcribir la profecía de una forma exacta
para poder juzgarla apropiadamente. Si no está grabada la profecía, entonces
estamos a la misericordia de nuestra memoria. No podemos recordar cada
palabra de lo que fue dicho, y tenemos la tendencia de oír lo que queremos y no
necesariamente lo que Dios quiso decirnos. Además, tenemos la tendencia de aplicar
y acomodar la profecía según nuestro gusto – y ambas cosas son peligrosas.
profecía diciendo que nos daría una casa propia. La profecía fue confirmada
fe.
En enero de 2002 firmamos los documentos y entramos a la casa en la cual
ahora vivimos. Por medio de una serie de milagros Dios hizo posible lo
Pueda ser que alguien está en un auto-engaño por cuanto desea algo
fuertemente que Dios no haya autorizado. Hubo alguien que estaba obsesionada
con la idea de casarse con su pastor. ¡Estaba orando que la esposa actual de su pastor
se muriera para que pudiese tomar su lugar! Ese es un engaño fuerte, y sus
“oraciones” hechicería. Pero a su carne le gustó tanto la idea que no estaba
dispuesta a recibir corrección de nadie. Cerró sus ojos a las Escrituras y sus oídos a
la Voz verdadera de Dios. Tengo otra serie de NOTAS publicadas en mi página
acerca de las cosas que provocan sordera espiritual a la Voz de Dios, y ella estaba en
esa condición.
Conozco de alguien que estaba convencido que debería de dejar su empleo para
iniciar un ministerio. Estaba con una ilusión de que tenía llamado de pastor,
aunque ni se había dedicado a servir en nada en su congregación. No se había
preparado para el ministerio, no hubo evidencia de un llamado de Dios sobre su
vida, y era muy soberbio con relación a sus pastores. Salió de su congregación en
contra del consejo de sus pastores para iniciar su “ministerio” pero no le fue bien.
Pasó por unos años de lucha y su familia sufrió. Su “ministerio” nunca produjo
fruto. Tristemente, nunca pudo reconocer su propio auto-engaño, y concluyó que
todos le rechazaban y perseguían. En fin, volvió muy amargo. Le hubiera sido mejor
permanecer fiel en su congregación y seguir trabajando en el lugar que Dios le había
puesto, y ser sal y luz en ese lugar.
Aún cuando tenemos una confirmación que una profecía es de Dios, tenemos
que vivir en obediencia y posicionarnos para recibir el cumplimiento. Por
ejemplo, una de las cosas más básicas para recibir el favor de Dios en nuestras
finanzas es el diezmar y ofrendar con fidelidad, gratitud y alegría (Malaquías 3:8-12;
2ª Corintios 9:6-12; Mateo 23:23). El que no lo hace no tiene derecho de anticipar la
bendición de Dios sobre su vida. Todas las promesas de Dios son
CONDICIONALES (una de las cualidades de la naturaleza de la profecía personal
explicada en la segunda parte de esta serie).
Tenemos que recordar que la profecía personal no anula la necesidad de recibir
consejo sabio de nuestra cobertura pastoral (Hebreos 13:7-9, 17; Deuteronomio
19:15). El hecho que hemos recibido una palabra verdadera del Señor no es una
licencia para regresar a casa como un independiente sintiéndonos espiritualmente
superiores. Profecía personal es solamente UN MÉTODO ENTRE VARIOS de que
podemos conocer la voluntad específica de Dios. El consejo pastoral es otro
método verdadero y necesario y los dos métodos deben de complementar el uno al
otro y de fluir juntos.
Nuestros pastores nos pueden ayudar a analizar nuestras vidas para identificar
áreas en nuestras vidas que puedan bloquear o tardar el cumplimiento.
Nuestros pastores también nos pueden ayudar a identificar en dónde estamos con
relación al cumplimiento y las cosas que podamos hacer para apurar el
cumplimiento. Puede ser que la profecía se refiere al Capítulo Nueve de su vida
mientras que usted está viviendo todavía en el Capítulo Tres.
Si es que Dios le habló por medio de una profecía o por medio de un sueño o una
visión, Dios no está tratando de provocarle confusión. El mismo Espíritu Santo
que habló por medio de la profecía le quiere ayudar a entender la profecía.
Debamos pedirle Su ayuda. Juan 14:26 dice que parte del trabajo del Espíritu
Santo es enseñarnos todas las cosas.
¿Cuáles actitudes o hábitos suyos necesitarán un ajuste antes que su profecía pudiera
realizarse? Puede ser que es solamente un cambio de actitud como el cambiar de la
duda a la fe; de una actitud de víctima a una de vencedor, de la murmuración a la
gratitud, etc. Puede ser que tendrá que superar un pecado que le tiene atado.
Pueda ser que hay una debilidad de carácter que se necesita eliminar si es que Dios
le pueda confiar con la bendición que le desea dar. Tal vez se necesita ampliar su
capacidad para ser un mayordomo competente de las finanzas. Si es que sí, entonces
la gracia de Dios le está siendo extendida para tomar esos pasos.
Dios nos ama tal como estamos, ¡pero Él nos ama lo suficiente para no dejarnos
en esta condición! Su meta es que seamos como Cristo: santos, justos, íntegros,
victoriosos, productivos, gozosos y bendecidos.
¿Cuál es la debilidad que Dios quiere eliminar de su vida antes de que su
profecía pueda cumplirse? No podemos avanzar al siguiente nivel en Dios si
estamos atados a una debilidad del pasado. Si nos arrepintamos y si nos
sometamos a Su proceso, Dios puede convertir nuestra debilidad a una fuerza.
La mayoría de las veces, el área de la vida en donde tenemos la lucha más grande es
precisamente en donde Dios nos haya llamado a tener la mayor unción y fuerza si es
que lo sometamos a Él. Su gracia y poder se perfecciones en nuestra debilidad. Así
Él reciba la gloria (2ª Cor. 12:9).
Hay algunos elementos de una profecía son cosas que solo Dios puede cumplir y de
los cuales no hay manera de actuar. Con estas cosas simplemente tenemos que
esperar con fe y paciencia (Heb. 6:12).
Si alguien le profetice que usted necesite darle una ofrenda – una buena
respuesta es, “Interesante. Cuando Dios me lo confirme directamente lo haré.”
Algunos buscan una palabra de confirmación de una manera no prudente. Por
ejemplo, no es prudente ir a un profeta y decirle, “Dios me dijo tal y tal cosa y
necesito que me des una confirmación.”
En primer lugar, ahora ese profeta tiene información natural que usted le dio y que
le puede influenciar. En segundo lugar, si usa palabras tales como “Dios me dijo”
entonces la información le fue presentada como un hecho ya establecido. Pues,
¿quién puede discutir con Dios? Eso es meter sus propias palabras en la boca del
profeta. La profecía no funciona así. Esperamos que Dios ponga las palabras en
la boca del profeta.
7) ACTUAR CON LA FE
1ª de Timoteo 1:18 dice: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que
conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la
buena milicia…”
Mateo 11:12 - “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los
cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”
Es mi oración sincera y ferviente que cada uno que lee esta enseñanza se
levante ahora con nuevo entendimiento y una nueva dedicación a ver el
cumplimiento de sus profecías personales y a poseer la tierra prometida
personal que Dios le tiene preparada.
¿POR QUÉ PROFETAS HOY?
PARTE 1
PROFETA CLIFF BELL·SÁBADO, 27 DE FEBRERO DE 2016
Alguien me escribió con la pregunta, “Tomando en cuenta que las Santas Escrituras
están completas, y que el Espíritu Santo puede hablar directamente a cada cristiano,
¿ENTONCES CUÁL ES EL PROPÓSITO DE PROFETAS HOY EN DÍA?
¿QUÉ DEBE DE HACER UN PROFETA DEL NUEVO TESTAMENTO?” Esta es
la primera parte de una serie en la cual vamos a investigar esto usando la Biblia
como guía. En esta enseñanza, vamos a investigar los siguientes temas:
3. Examinando a 1ª Cor. 13:8-12 ¿Se acabarán las profecías? ¿No ha llegado ya “lo
perfecto”?
6. Dios escogió usar a seres humanos, con todas nuestras debilidades, para llevar a
cabo Su Plan.
BÍBLICAS QUE VOY A INCLUIR CON ESTE ESTUDIO. Le animo a ser como los bereanos, de
quienes Pablo dijo que eran “más nobles,” porque escudriñaban las Escrituras para averiguar si la
Puede ser que hay una verdad ya revelada por Dios y escrita en la Biblia, pero
hasta que yo lo conozca me es oculta. Si al leer la Palabra de Dios, el Espíritu
Santo me llama la atención a (ilumina) dicha verdad, entonces me es revelada. Creo
que en este sentido las palabras revelación e iluminación pueden ser
intercambiables.
Entonces, no hay una “revelación nueva” en cuanto las Escritura siendo generada.
Sin embargo, Dios todavía tiene mucho que decir acerca de la
INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN de la Escritura a nuestras vidas diarias.
Si no fuera así nunca nos hubiera enviado el Espíritu Santo para hablarnos (Juan
16:12-13). El oír la Voz de Dios es parte de nuestra nueva naturaleza en Cristo
(Romanos 8:14). A veces Dios nos habla directamente, y a veces nos habla por
medio del pastor, u otra persona. Dios quiere hablarnos y guiarnos hoy porque
quiere guiarnos en nuestro diario vivir y a cumplir nuestro potencial y Su
propósito como individuos.
Dios usa el ministerio del profeta para hablar al Cuerpo de Cristo, la Iglesia,
para el mismo propósito. SI ELIMINAMOS EL MINISTERIO DEL PROFETA
ESTAMOS ELIMINANDO UNA DE LAS MANERAS IMPORTANTES QUE
CRISTO MISMO ESTABLECIÓ PARA COMUNICARSE CON NOSOTROS
(Efesios 4:11; 1ª Corintios 12:28).
Creo que todos podemos estar de acuerdo que hay tiempos en los cuales hemos
descuidado una verdad bíblica que Dios desea destacar o enfatizar para lograr Su
propósito en este tiempo. Esto es lo que sucedió a Martín Lutero cuando Dios le
ILUMINÓ Romanos 1:17 que dice, “el justo por la fe vivirá,” y Efesios 2:8-9:
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.»
No hay ninguna Escritura que declara el fin del ministerio de los profetas. Lo
que hay es un solo versículo bíblico que indica que un día se acabarán las profecías,
pero el contexto nos revela que todavía no ha acontecido. 1ª de Corintios 13:8-12
dice:
«8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las
lenguas, y la ciencia acabará. 9 PORQUE EN PARTE CONOCEMOS, Y EN
PARTE PROFETIZAMOS; 10 MAS CUANDO VENGA LO PERFECTO,
ENTONCES LO QUE ES EN PARTE SE ACABARÁ. 11 Cuando yo era niño,
hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui
hombre, dejé lo que era de niño. 12 AHORA VEMOS POR ESPEJO,
OSCURAMENTE; MAS ENTONCES VEREMOS CARA A CARA. AHORA
CONOZCO EN PARTE; PERO ENTONCES CONOCERÉ COMO FUI
CONOCIDO.»
Juan el Bautista
Algunas personas tratan de utilizar Lucas 16:16 y en Mateo 11:11-14 para concluir
que Juan el Bautista era el último profeta. Pero una vez más, toman las palabras
de Cristo fuera de contexto. En el proceso ignoran muchas otras Escrituras que
indican claramente que no es así.
¿Cómo pudiera ser así cuando Hechos 3:22 revela que Cristo es el Profeta que fue
anunciado en Deuteronomio 18:15-16? Cristo siguió Su ministerio después de Juan.
Luego, según Efesios 4:11 Jesucristo Mismo instituyó profetas a Su Iglesia quienes
tienen que seguir ministrando hasta que se cumple Efesios 4:13-16…
Para leer un estudio que examina las palabras de Cristo en Lucas 16 y en Mateo 11 acerca de Juan el
Cristo Mismo nos avisó de que Su Padre nos enviaría el Espíritu Santo, el
Consolador. Según las palabras de Jesucristo, el trabajo del Espíritu Santo es para
hablarnos directamente. Su trabajo es enseñarnos todas las cosas y recordarnos de
todo lo que nos había dicho (Juan 14:26). Juan 16:12-15 nos describe el trabajo del
Espíritu Santo para con el creyente. En este pasaje una y otra vez nos afirma que el
trabajo del Espíritu Santo es COMUNICARSE CON NOSOTROS.
Nuestro Dios es un Dios comunicador y nos habla por medio del Espíritu Santo.
Juan 10:27 nos revela que los que son ovejas de Cristo pueden oír Su Voz. El
Espíritu Santo mora en cada creyente (1ª Corintios 3:16). Entonces veamos que Dios
tiene la habilidad de hablar directamente a todos. SIN EMBARGO NO TODOS
HAN APRENDIDO A DISCERNIR SU VOZ. NO TODOS PRESTAN
ATENCIÓN A SU VOZ. En Su misericordia, Dios manda profetas.
“…en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende.” Job 33:14
Los hebreos en el Antiguo Testamento tenían la Ley (la Torá). Tenían suficiente
Escritura disponible para cumplir el propósito de Dios para ese tiempo y para
colaborar con Él. Tanto en el Antiguo Pacto y en el Nuevo Pacto Dios siempre ha
tenido la habilidad de manifestarse directamente a la humanidad. PERO DIOS,
EN SU SOBERANÍA, ESCOGIÓ INCLUIR AL MINISTERIO DE LOS
PROFETAS. La responsabilidad primordial del profeta es ser un vocero de Dios,
una responsabilidad fuerte y que debería provocar el temor de Dios en cada profeta.
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Haga clic sobre el tema para ver el estudio acerca de las palabras de Cristo con
relacion a Juan el Bautista.
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Pero se prohíbe “copiar y pegar” esta reflexión a otra publicación, sea digital o
impresa, sin el consentimiento previo del autor.
Estoy muy abierto a ver estas enseñanzas traducidas a otros idiomas, mas insistimos
en que las traducciones deben ser revisadas y aprobadas primero por el autor.
Gracias por su comprensión.
¿POR QUÉ PROFETAS HOY?
Parte 2
PROFETA CLIFF BELL·DOMINGO, 20 DE MARZO DE 2016
Hay mucha confusión del ministerio de los profetas del Nuevo Testamento.
La confusión es causada por la ignorancia, por expectativas basadas en
tradición religiosa y no en la Biblia, y por la existencia abundante de
“profetas” falsos, inmaduros o mal entrenados. Además, tenemos a muchos
que no entienden la diferencia entre la vocación ministerial del profeta y el
don de la profecía. En esta enseñanza vamos a investigar qué es lo que dice la
Biblia acerca de estas cosas.
«Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la VOCACIÓN con que fuisteis
llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un Espíritu,
como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra VOCACIÓN; …. 7 Pero a cada uno
de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8 Por lo cual dice: Subiendo a
Efesios 4:11-12 «Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
Los que son LLAMADOS por Dios a ser un profeta tienen que ser preparados
antes de ser COMISIONADOS (nombrados o ordenados) para desempeñar la
gran responsabilidad que es necesaria para esta vocación. No se trata
solamente de “ser ungido” o de tener dones; se trata mucho del carácter y
nuestra habilidad de usar correctamente la responsabilidad y la autoridad
que viene con la operación del ministerio. 1ª Corintios 12:7 afirma que todos
tenemos dones espirituales. 1ª Corintios 14:31 revela que todos podemos
profetizar, pero 1ª Corintios 12:29 afirma que no todos son profetas.
Todo creyente puede profetizar, pero no todos los que profetizan son llamados
ni comisionados a ser profetas. El hecho de que un cristiano puede profetizar
una profecía acertada no significa que es profeta; simplemente significa que
puede oír la voz de Dios, y que sus oídos espirituales están funcionando
(Juan 10:27; 18:37, 1ª Corintios 14:29).
Tengo una habilidad innata, un don, para la cocina. Para muchas cosas ni
necesito una receta. Sin embargo no tengo la preparación ni las cualidades
para la vocación de chef profesional. De hecho, ningún restaurante mexicano
de la ciudad ha buscado contratarme aunque puedo preparar unas
enchiladas deliciosas.
Así es con la profecía. Todos pueden cocinar algo. Algunos mejor que otros.
Muchos tienen el potencial de ser el chef de un restaurante, pero
relativamente pocos han sido preparados para hacerlo bien. Aún menos
tienen la preparación y habilidad para ser considerados y seleccionados para
ser el chef de un lugar como la Casa Blanca. Más alta la responsabilidad y
autoridad, más intensa es la preparación.
Una vez más reitero que solo Cristo puede llamar alguien a una de las cinco
vocaciones ministeriales. No es según nuestro deseo o nuestros caprichos.
El recibir un llamado no significa que uno está listo ni preparado para ser
comisionado. El llamado indica de nuestro potencial en Dios, no indica cuál sea
nuestro estado actual. La comisión, o un nombramiento (la ordenación), solo
debe acontecer cuando ya existe suficiente evidencia del llamado. La
ordenación es un reconocimiento de lo que ya existe. La evidencia del
llamado es más que la habilidad de profetizar. Balaam pudo profetizar pero
era considerado por Dios como un profeta falso. La evidencia también se
trata del carácter, madurez, el fruto del Espíritu para poder desempeñar el
ministerio indicado.
Jeremías 1:5 «Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por
Entre los jugadores de los equipos de futbol algunos reciben más atención
por su función y tarea designada, pero todos son igualmente importantes. En
el Reino de Dios es así. En el ministerio de la Iglesia de Jesucristo no hay lugar
para divas.
DERRIBANDO Y EDIFICANDO
Jeremías 1:10 «Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para
Efesios 6:12 revela «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este
siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.»
Yo creo que estas palabras “arrancar, destruir, arruinar, y derribar” tienen que
ver con la guerra espiritual. Dios unge a los profetas para enfrentar y derribar
estructuras demoníacas según su tarea. Dios puede revelar al profeta cuáles
son estructuras demoníacas que necesitan ser derribadas y darle las
estrategias para hacerlo. Es importante hacer esto antes de edificar lo que es
correcto, pues no se puede edificar sobre un fundamento corrupto o idólatra.
Cuando yo ministro en un lugar, frecuentemente Dios me revela esta clase de
estructura maligna que se tiene que derribar.
Discerniendo nuestra tarea
Amos 3:7 «Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. »
Desde que Cristo exclamó, “¡consumado es!” en la cruz del Calvario (Juan
19:30), todo lo que hace en el mundo es a través de Su Iglesia, los miembros del
Su Cuerpo, los agentes de Su Reino. La voluntad de Dios está establecida en
el Cielo, pero tiene que ser proclamada en la tierra – y Dios siempre usa a
alguien, típicamente uno de Sus profetas, para oír cuál es Su voluntad y
proclamarla en la tierra.
Todo lo que Dios hace inicia con Su palabra. Dios creó al universo con el
poder de Su Palabra Viva (Salmo 33:6). Sus palabras son espíritu y vida
(Juan 6:63), y tienen poder para llevar Su voluntad a su cumplimiento.
Isaías 55:11 «así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo
Efesios 4:12-13 «a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
Efesios 4:13-16 «hasta que TODOS lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de
hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la
verdad en amor, CREZCAMOS en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el
cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la
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sin el consentimiento previo del autor. Traducciones a otros idiomas: Estoy muy abierto a ver estas
enseñanzas traducidas a otros idiomas, mas insistimos en que las traducciones deben ser revisadas y
El problema es que Dios me dijo todo lo contrario. No era una profecía de Dios.
Al contactar a otros profetas maduros y responsables ellos tampoco sintieron que la
palabra era de Dios.
Yo le respondí a la hermana con amor pero con firmeza que no sentí que la palabra
era de Dios. Ella siguió insistiendo que TENÍA que ser de Dios por cuanto ella lo
SINTIÓ tan fuertemente. Dijo que era un juicio por causa de todo el pecado.
Además, señaló a los videos de supuestos expertos sismológicos (aunque de origen
dudable) que decían lo mismo.
Yo le respondí que si Dios hubiera salvado a Sodoma y a Gomorra por solo diez
justos presentes, ¿cómo es que destruiría a una ciudad de millones cuando hubo
muchos más creyentes allí? Pues conozco de muchas congregaciones muy buenas
allí con miles de miembros.
Al final de todo, nunca la pude convencer. Ella pensó que yo estaba ciego e
ignorante, y por cuanto no pude decirle que tenía razón, lo consideró como si la
había rechazado personalmente. Yo no la rechacé a ella; simplemente no pude
afirmar todo lo que dijo. Pero desgraciadamente muchos intercesores proféticos
suelen tomar las cosas de una manera demasiado personal (revelando
influencia del espíritu de rechazo).
Ella tomó la posición de que ella era la única que había escuchado bien de Dios
y que los que no estaban de acuerdo estaban equivocados. Entonces, ella
comenzó a hablar a otros de mí diciéndoles que yo no era un profeta verdadero y que
me faltaba discernimiento por cuanto yo no me puse de acuerdo con ella. Claro,
llegó la fecha, y nada sucedió. Ya han pasado años y todavía no se ha cumplido.
No volví a escuchar de ella.
Siento que esa hermana inició con buenas motivaciones. Amaba a Dios, tiene dones
espirituales verdaderos, pero le faltó discernimiento en lo profético, madurez
personal, fundamento bíblico y teológico, y entendimiento del corazón de Dios.
En su celo e inmadurez hizo varios errores:
Se le olvidó que Cristo ya tomó el castigo del pecado, y Dios no está enojado con
la humanidad. Aún en el Antiguo Testamento Dios no estaba buscando una razón
para destruir y castigar a la humanidad, sino estaba buscando una oportunidad de
ofrecer la misericordia. La historia de Jonás y la ciudad de Nínive es prueba de eso.
Si Dios buscó oportunidades de ofrecer misericordia en el Antiguo Testamento,
¿Cuánto más quiere y puede Dios ofrecer misericordia ahora que estamos en el
Nuevo Testamento, la Época de la Gracia?
Dios no haya puesto a nadie como el único vocero infalible de una ciudad. Dios
nos ha hecho miembros del Cuerpo de Cristo. …y aunque no hubiera ningún otro,
nadie es infalible. No podemos ser una autoridad para nosotros mismos. Solo
tenemos autoridad si estamos bajo autoridad. Estar bajo autoridad significa que
rendimos cuentas a alguien.
Muchos son miembros de
congregaciones en donde existe un
pastor, pero pocos se permiten ser
pastoreados.
Debamos trabajar como equipo y honrar el uno al otro. Tenemos que juzgar a
todas las profecías y someterlas a los demás profetas maduros y aprobados. 1ª
Corintios 14:29 dice: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás
juzguen.”
Dios es Espíritu (Juan 4:24). Los ángeles son espíritus (Hebreos 1:13-14). Cada ser
humano es espíritu (Zacarías 12:1; 1ª Corintios 2:11).
Si en su discernimiento usted no
puede discernir también la
Presencia de Dios y lo que Dios está
haciendo, si no puede discernir la
presencia de ángeles, o el espíritu
del hombre, usted necesita ser
“recalibrado.”
Permítame explicar a lo que me refiero al decir “recalibrado.” Saqué prestada
esa palabra de la mecánica. Si el motor de un carro está fallando puede ser que
necesita ser re-calibrado o “ajustado" otra vez para que funcione bien. En el caso de
la sensibilidad espiritual, si alguien solamente puede percibir a demonios pero no a
ángeles ni a Dios, entonces necesita un ajuste. Necesita re-enfocarse, y revisar su
corazón, sus motivaciones, y afirmar su fe en la grandeza de Dios y en Su amor.
Necesita ser libre de todo temor y sospecha, y asegurar que está operando en la fe.
Nuestro enfoque principal debe de estar en Dios y no en el diablo. Dios no es
intimidado por el diablo y tampoco debamos serlo.
La revelación profética es dada, en parte, para proclamar cual es ese potencial (Juan
1:47-48; Marcos 1:17; Hechos 13:2-3), identificar o impartir dones espirituales (1ª
Timoteo 4:14), y para ministrar vida a las personas para que se levanten para
cumplir la voluntad del Señor (Juan 6:63; 8:10-11).
UNA BREVE INTRODUCCION Hace unos años un mensaje llegó a mi buzón de una intercesora
profética que me escribió con mucha intensidad con una supuesta profecía insistiendo que Dios la
mostró que vendría un temblor fuerte a su ciudad. Hasta nombró una fecha. Ella estaba muy sincera,
pero sinceramente equivocada. Ella era nueva a lo profético. Le faltaba fundamentos bíblicos,
Para continuar con la enseñanza, aquí iniciaremos con punto número seis.
Después de conseguir más información de su pastor, siento que esa hermana operaba
con el don de la profecía y no en la vocación (oficio) del profeta. Es importante
entender la diferencia.
Por otro lado, el llamado a ser un profeta es algo que Cristo decide; no
nosotros. Es cierto que muchos son llamados, pero pocos son escogidos o
“comisionados” (Mateo 20:16; 22:14). El nivel de autoridad y responsabilidad que
tiene un profeta es progresivo y de acuerdo con su nivel de preparación, su respuesta
a los tratos de Dios en su vida, y según la Voluntad de Dios. Él que es fiel en lo poco
puede ser dado más (Mateo 25:21).
Me impresiona que el Dr. Bill Hamon, Cindy Jacobs y otros profetas de mucho
reconocimiento y experiencia han hecho un acuerdo entre ellos que no anunciarán
esa clase de profecía (que implica desastres naturales o que afecta a naciones de
manera negativa) sin primero someter la profecía a los otros para que la juzguen.
Las personas que hacen tales cosas están operando en el mismo espíritu que
Absalóm: rebeldía y hechicería. Aún si fuera cierto que su pastor estuviera
equivocado en algo, merece su respeto simplemente por la posición que tiene. Es
mejor orar por él de una manera no manipuladora que Dios le hable directamente
tomando en cuenta que usted mismo es un ser humano y pueda ser la persona
equivocada, o que por lo menos no puede ver el cuadro completo. Se le acuerdo que
aún el Apóstol Pablo dijo, “conocemos en parte y profetizamos en parte.” (1ª
Corintios 13:9)
Espero que esta enseñanza le haya sido de provecho, y que usted aplique las
verdades aquí expresadas. Si acaso el Espíritu Santo trajo convicción acerca de un
error, ¿por qué no tomar el tiempo ahora mismo para arrepentirse? Tal vez
algunos necesitarán pedir perdón también de sus pastores. Yo estoy confiando que
Dios usará esta enseñanza a traer mayor unidad, comprensión y respeto mutuo entre
intercesores y sus pastores.
Que el Espíritu Santo le hable acerca de los pasos que Él tiene para usted para
poder avanzar y ser más efectivo en cumplir la Voluntad de Dios.