3 La Mascota Ronroneante Del Multimillonario

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Louis Tomlinson está todavía acostumbrándose a ser el compañero de un

multimillonario, por no hablar de que es el león alfa que estuvo cerca de destruir su
vida. Louis ama a Harry, a pesar de lo mal que se tratan entre sí. El sexo es increíble,
pero él todavía está aprendiendo a confiar en el hombre.
Con la forma en que Harry tiene de amarlo, de cuidarlo, es difícil para Louis no ser
arrastrado. ¿Pero está Harry haciendo esto por Louis, o por el bebé que Louis está
llevando?
Harry Edward Styles estuvo cerca de perder al amor de su vida porque él no pudo
ver el verdadero sufrimiento de Louis. Los cambiaformas solo pueden encontrar a
sus compañeros cuando ellos se quedan embarazados, y aunque el descubrimiento
del embarazo fue una revelación, no fue lo que le hizo enamorarse de Louis. Él
siempre lo amó, y ahora necesita probárselo.
Cuando un ex-amante regresa a la mezcla y los abusivos padres de Louis hacen
contacto, esto podría ser más de lo que su frágil relación puede manejar.
Alfas Multimillonarios 2
Marcy Jacks

Capítulo uno

―El bebé está bien. Solo ven aquí ya.


Harry Nathaniel Styles, alfa cambiaformas-león y multimillonario hecho-a-sí-
mismo, realmente le gruñó. Sus ojos cambiaron de color, y eso solo hizo que la polla
de Louis se pusiera más dura.
Él no podía detenerse. Ser un hombre embarazado apestaba algunas veces,
especialmente desde que su estómago casi no había dejado de revolverse desde
cuando se dio cuenta de que llevaba al bebé de Harry, pero hoy era diferente.
―Está bien. Estoy teniendo un buen día. No me siento enfermo en absoluto.
No. Louis se sentía algo distinto mientras él se recostaba en la cama de la casa de la
piscina de Harry, desnudo, y solo por mejorar las cosas, él se llevó su mano a su
pezón y lo retorció.
Cuando Harry se había ido al baño a darse una ducha, Louis lo había tomado como
una oportunidad de oro y se quitó toda la ropa, esperando a que Harry viniera, con
su mano en su polla.
―Tú estás probando mi paciencia.
―Amo cuando hablas de esa manera− dijo Louis, sintiendo un rubor caliente subir
por su cuerpo mientras Harry prácticamente lo observaba masturbarse.
―Tú deberías venir aquí y ronronear en mi oreja, dime cómo de malo he sido.
―¿Has bebido algo mientras estaba en la ducha?
―¿Qué?
Harry estuvo de repente a su lado, su larga y callosa mano en la frente de Louis.
Aunque era multimillonario, Harry había hecho algo de trabajo duro en su vida. A
pesar de eso, su toque todavía se podía sentir suave, y Louis alcanzó la mano del
hombre, separándola de su frente para poder presionar un beso en su palma.
Perfecto.
Louis se levantó, mirando con cariño al hombre sobre él. Él observó la garganta de
Harry balancearse cuando tragó saliva.
―Eres como un moscón. Louis asintió.
―Síp.
―Y tú no te estabas sintiendo bien la pasada noche, déjame recordarte.
Él no necesitaba recordárselo. Louis todavía se sentía como una mierda por todos los
dolores de estómago, vómitos, y otras cosas asquerosas que venían con sentirse
enfermo por el embarazo. Supuestamente, los hombres lo llevaban peor que las
mujeres dado que ellos no habían nacido con lo necesario para albergar un feto.
Todas esas cosas debían formarse con antelación para cuando el bebé creciera en su
interior.
Eso era un todo un galimatías médico-mágico en lo que a Louis concernía, pero
últimamente sus días habían sido mejor y los malestares no eran tan duraderos.
Todavía estaban allí, pero no tan fuertes como antes.
―La pasada noche fue solo una mala noche. Creo que estoy empezando a
acostumbrarme a esto.
Sin embargo, no estaba habituado al pequeño bulto que estaba empezando a
formarse en su estómago. Se sentía extraño, como un tumor. Más extraño todavía era
saber que ese era, en realidad, el bebé de Harry, pero también era agradable, a su
manera.
―¿Por favor?—él preguntó.
Louis observó la forma en que los ojos de Harry se dilataron. Ellos se dilataron a lo
grande. No había forma en el infierno que Harry se pudiera resistir a los ojos que
Louis le ponía, o al tono de súplica en su voz que usaba.
Louis se había dado cuenta de eso un par de semanas antes. Él todavía vivía bajo el
techo de Harry, como un tipo de propiedad de Harry. Harry había estado enfadado
con Louis después de que este rompiera su corazón, y Louis había estado furioso
con Harry cuando este le forzó a abandonar su negocio de programación, que Louis
había creado, antes de que Louis tuviera oportunidad de sacarlo adelante.
La venganza de Harry por haber roto con él y haberle insultado no se había
completado, sin embargo. Él había querido tener a Louis en su casa, tener suficiente
influencia sobre él para estar seguro de que Louis nunca le dejaría.
Fue todo un lío, pero de alguna manera, a través de todo esto, a través de todas las
conversaciones que empezaron a tener, ambos habían empezado a volver al lugar
donde ellos comenzaron.
Estando estúpidamente enamorados el uno del otro. Por supuesto, eso había pasado
cuando Harry había descubierto que Louis estaba embarazado, y por lo tanto, era su
compañero, por lo que tuvo que enfrentarse a lo idiota que había sido, pero a caballo
regalado no le mires el diente, y a Louis no le preocupaba excesivamente porqué
había pasado. Nunca más.
Ellos habían admitido, más o menos, que tenían sentimientos el uno por el otro, pero
las cosas todavía estaban progresando lentamente. El sexo, sin embargo, no lo
estaba. Cada vez que Louis empezaba a sentirse bien, él estaba constantemente con
ganas. Él lo estaba ya sea cuando se sentía enfermo, o siempre que se sentía
increíblemente caliente.
Afortunadamente, una de las ventajas de vivir en pareja con un hombre era la
promesa de sexo regular, por lo cual Louis no estaba avergonzado de rogar ahora
mismo.
Harry gimió, y entonces fue cuando Louis supo que había ganado la batalla. Su
amante, su compañero, se inclinó hacia abajo y puso sus manos en la cara de Louis,
arrimándole, besándole dulcemente en la boca.
Louis gimió. Era uno de los besos más inocentes que Harry le había dado desde sus
días de escuela.
Louis debía ser el único adolescente en la historia que no había sido follado contra el
colchón, y Harry a menudo se quejaba sobre su regla de no-sexo. Pero al mismo
tiempo, cada vez que Harry había tenido esperanzas de no tener mal de bolas azules,
él le había besado como ahora. Como si fuera algo precioso y frágil. Como si Harry
estuviera tratando de ser cuidadoso de no ponerse demasiado cachondo que no
pudiera contenerse a sí mismo.
A Louis le gustaba. A él también le gustaba la insinuación de su lengua, la manera en
que lo hacía estremecerse, haciendo que sus bolas se sintieran pesadas y su polla
doliera.
Él también quería más, y él no iba a conformarse con nada menos que tener a Harry
desnudo en la cama con él.
Louis dejó caer, a ciegas, sus manos sobre el cinturón de Harry, desabrochando la
hebilla y tirando para abrirlo, buscando su premio.
Harry siseó, separándose del beso. Sus ojos estaban cerrados, pero Louis supo que si
él los abría, podría vislumbrar el poderoso gato que estaba oculto dentro de él.
―¿Estás seguro?
―¿Me veo como si no estuviera seguro?—Louis preguntó—Tómate un día libre.
Puedes quedarte aquí conmigo.
Quería que Harry se quedara con él. Harry trabajaba demasiado y Louis se sentía
abandonado por él. Él sufría por el otro hombre.
Harry abrió los ojos repentinamente, y el gato estaba definitivamente allí mientras
Harry presionaba a Louis contra el colchón.
―¿Esto es lo que quieres?
Louis se estremeció mientras sentía el alfa en su compañero surgir a la vida.
―Sí, esto es definitivamente lo que quiero.
Capítulo dos

Harry era, de repente, más como un animal, y esa era justo la manera en que Louis
lo quería. La boca de Harry era más dura, hambrienta, su caliente y húmeda lengua,
entró profundamente en la boca de Louis, lamiéndole, reclamándole.
Él gimió.
―Mmmph.
Louis trajo a Harry más cerca. Sus pantalones estaban sueltos, y como estaba recién
salido de la ducha y acababa de vestirse, su corbata estaba floja y su camisa de
botones fue fácil de bajar por sus hombros.
Su piel todavía mantenía un rastro de humedad, y mucho calor. Y Louis sintió el
deseo de Harry por él en la forma en que su barbilla se movía hacia un lado, justo de
la forma correcta, en la forma que persuadía a Louis a abrir su boca un poco más,
para empujar su lengua contra la de Harry.
Parecía como un juego a veces, pero era muy real. Harry no simplemente ordenaba
la sumisión de Louis. Louis feliz y gustosamente se la daba.
Las caderas de Louis se empujaron más cerca, su dura y olvidada polla lloraba por
atención y roce. Él se empujó contra la pelvis de Harry, sintiendo la polla de Harry
pulsando a través de sus estrechos calzoncillos negros.
Y cuando Harry gimió en su boca, Louis sintió la vibración, y un estremecimiento le
atravesó. Sus manos se cerraron estrechamente en la espalda de Harry, sus uñas
cavando en la piel mientras Louis trataba desesperadamente de acercar a Harry todo
lo que pudiera. Él necesitaba a este hombre. Él no podía admitírselo en voz alta a
Harry, no en la manera que pensaba que realmente importaba, pero le amaba.
Él todavía era demasiado cobarde para admitírselo a sí mismo. Sin embargo, ¿qué
mejor manera de mostrar su amor y aprecio que dar todo lo que quería Harry de él?
Y Harry sabía que Louis disfrutaba esto, también. Por eso se retiró del beso, dejando
a Louis frío, sus labios ardiendo y hormigueando por su beso, su polla desesperada
sin esa fricción.
―Quiero que chupes mi polla. —dijo Harry. Sus manos empujaron sus pantalones y
sus calzoncillos hacia abajo el resto del camino. —¿Puedes hacer eso por mí?
Él lo preguntó de una manera que sugería que ya sabía la respuesta. Louis no tuvo
que pensar sobre eso. Su cuerpo vibró cuando la polla de Harry saltó libre de su ropa
interior, empujando contra su firme y fuerte vientre.
Era gruesa y de color oscuro. Pero fue la perla de presemen formándose en la raja de
la corona lo que realmente captó la atención de Louis, haciendo que su sangre
corriera, caliente, por sus venas.
Louis asintió, incorporándose para sentarse.
—Sí, puedo hacer eso.
Él estaba a punto de ponerse sobre sus manos y rodillas cuando Harry le detuvo,
presionando su mano en el hombro de Louis.
―Aquí, túmbate encima de mí, —dijo él tumbándose sobre el colchón, colocándose
en el medio de la cama. Luego sonrió, lo que hizo que se viera más atractivo que
antes. —Ahora no tienes que preocuparte sobre hacerte daño en la espalda.
Louis sonrió, inclinándose y besando el muslo de Harry, obviando a propósito la
polla y las bolas del hombre.
—Taan considerado. Harry arqueó su espalda.
—Vamos, cariño, tú me estabas pidiendo esto.
Correcto, y Louis no estaba de ánimo para tomarle el pelo demasiado. Él quería
desahogarse. Si no satisfacía la intensa necesidad dentro de él, iba a perder la
maldita cabeza.
Y parte de esa urgencia involucraba hacer que su compañero alfa se sintiera bien.
―Dime qué hacer. —Dijo Louis, sintiéndose de repente tímido. —Quiero que me
digas que chupe tu polla.
Y esos ojos de alfa centellearon otra vez. Louis tembló.
―¿Quieres que tu alfa te de órdenes de nuevo?
Louis no podía decir nada. Él solo asintió. Admitir esto mientras estaba desnudo y
en la cama con su amante parecía más kinky de lo que era en realidad. Él sabía que
había cosas más kinkys ahí fuera. Muchas de las personas que tenían un compañero
alfa disfrutaban recibiendo órdenes de ellos cuando estaban en la cama. Lo que
Louis estaba atravesando era probablemente una mezcla de eso y de que él era un
pasivo natural.
Y la manera en la que Harry había vuelto a su vida. Louis había estado más que
cabreado el día que Harry se había presentado y básicamente le había tirado el
dinero a la cara para evitar que terminara en la calle, pero ahora, al mirar hacia atrás,
había sido kinky y romántico de una extraña manera.
Los ojos de Harry brillaron, y una vez más, Louis captó la manera en la que el león
comenzaba a salir. El pelo rubio de Harry estaba de repente empezando a verse un
poco más espeso y seco, como la melena de un león.
—No es lo suficientemente bueno. Tienes que decirlo.
Louis tembló. Harry corrió la punta de su dedo por su mejilla y barbilla, luego por su
cuello y pecho. Se sentía como un rastro de placer siendo dibujado sobre su pecho.
―Yo… yo quiero que me digas que chupe tu polla. Ordénamelo. Harry le sonrió.
—¿Sabes? Pienso que me va a gustar este nuevo lado tuyo. Yo siempre supe que el
chico bueno de secundaría escondía un chico malo esperando para salir.
Ellos, definitivamente, ya no estaban en la escuela secundaria.
―De acuerdo, Louis. —Harry se sentó, poniendo sus manos detrás de la garganta de
Louis, atrayéndole para unos suaves y cálidos besos en su garganta, mejillas, y luego
en los labios. —Chupa mi polla, ahora.
Harry sonrió mientras se tumbaba de nuevo en el colchón.
—Y asegúrate de hacerlo como tú sabes.
Y eso era justo lo que Louis estaba deseando escuchar. Él gimió y se inclinó,
acercándose.
Harry siseó y echó la cabeza hacia atrás cuando la lengua de Louis hizo contacto con
su polla. Él puso todo su empeño y cariño, en la mejor manera que sabía. Louis
lamió la cabeza antes de poner sus labios alrededor y hundirse hacia abajo.
―Eso es, ―Harry gimió. ―Dios, te sientes tan bien. Aquí, espera. Louis retrocedió.
―¿Qué?
Harry solo le sonrió y agarró los hombros de Louis, ajustando ambos cuerpos para
que Harry permaneciera en el lado de la cama y Louis estuviera sobre su estómago.
—No vas a ser capaz de estar en esta posición mucho tiempo,— dijo él sonriendo, y
él alcanzó con sus dedos y…

Louis gimió, presionando su cara contra las sábanas cuando esos dedos tocaron su
agujero. Harry chasqueó las puntas alrededor del pliegue. Louis empujó su culo
hacia atrás, contra esa sensación, esperando más, pero Harry retrocedió.
―Hace falta algo de lubricante para esto.—Él dijo. Louis rió.
—Me estaba poniendo impaciente.
―Casi se olvida, ¿verdad?
Louis asintió, observando mientras Harry abría el tapón y humedecía sus dedos
antes de dejar el bote.
―Muy bien, ahora, vuelve a lo que estabas haciendo, y hazlo bien, porque luego yo
lo haré bueno para ti.
Otro estremecimiento onduló a través de la piel de Louis. Él gimió, de repente mil
veces más excitado por esta posición cuando volvió a lamer y chupar la dura
longitud de la polla de Harry.
Harry liberó un bajo y gutural suspiro, y el sentimiento de realización, de placer,
cuando Louis escuchó ese sonido, fue increíble. Él amó eso cuando supo lo que
podía hacer que Harry, el grande y fuerte cambiaformas-león que era, gimiera por él.
Eso le dio a Louis un fuerte sentimiento de control, incluso cuando él era el único en
esta posición.
Él se hundió profundamente, y esta vez, Louis gimió cuando sintió esos dedos
húmedos tocar su agujero otra vez.
Harry metió uno, presionándolo hacia delante y hacia atrás, lentamente al principio,
y luego duro y rápido.
Una pista de lo que venía después.
Louis gimió con la boca llena, y Harry gruñó en aprobación. Cuando habló, Louis
pudo oír la sonrisa en su voz.
—Dios, te sientes tan bien. Te amo.
Y Louis estaba bien con escuchar esas palabras. Ellas no le asustaban. No en la
manera que solían hacerlo, porque él sabía que Harry no iba a presionarle para que
las dijera de vuelta.
Pero Louis quería decirlas, incluso aunque él sabía que no podía. Él quería hacer
saber a Harry cuánto le importaba a Louis, por lo que él puso todo lo que tenía en lo
que estaba haciendo, en la energía de su boca, en la manera en que él mecía su
cabeza delante y atrás, la manera en la que enredaba su lengua sobre la suave piel de
la polla de Harry. La piel era suave, pero por debajo era dura como una piedra, y
cuando Harry empujó otro dedo dentro de él, metiéndolo y sacándolo, fuerte y
rápido junto como antes, Louis pensó que iba a volverse loco.
―¿Demasiado?
Louis retrocedió.
―No.
―¿Quieres más?— Harry preguntó, incluso mientras continuaba empujando sus
dedos fuerte y rápido, extendiendo a Louis ampliamente para lo que venía después.
Louis asintió, presionando sus labios sobre la corona de la polla de Harry una vez
más. Su único objetivo era dar a este hombre placer.
El móvil de Harry comenzó a sonar.
Louis se separó, mirando a la cosa que vibraba una y otra vez en la mesilla de noche.
Él miró a Harry, que miraba al teléfono, su mandíbula apretada. Él estaba claramente
desgarrado.
Louis se quitó.
—Puedes responder.
Los ojos de Harry se abrieron de par en par, y miró a Louis, su boca ligeramente
abierta antes de que recuperara el control, sacudiendo su cabeza.
—No, nosotros estamos bien.
―Tú tienes negocios en marcha. Está bien. Lo entiendo. Las personas van a
necesitarte para que las cosas se mantengan funcionando.
Louis apenas tenía tiempo para sí mismo cuando él estaba llevando su propia
compañía, tan pequeña como era.
Antes de que la compañía de Harry le hubiera echado fuera del negocio, es decir.
El teléfono continuó vibrando, y Harry miró del teléfono a Louis y al revés.
Louis retrocedió definitivamente, él estaba desilusionado. Bueno, principalmente
desilusionado, si él iba a ser honesto sobre esto. Pero si trataba de ponerse a sí
mismo sobre lo que hacía a Harry ser quién era, él iba a alejar al hombre.
Harry alcanzó el teléfono.
Louis se giró y alcanzó la manta, cubriéndose con ella.

Harry la agarró y la arrancó del regazo de Louis.


―¿Qué demonios?—Louis espetó.
Iba a pedir explicaciones, cuando vio a Harry poner un dedo en sus labios y pulsar el
botón de descolgar.
—Estoy ocupado aquí. Más vale que sea bueno.
Harry caminó hacia el otro lado de la cama, inclinándose sobre Louis, con esa
mirada en sus ojos.
―Yo… qué estás…
Harry puso su dedo fuertemente sobre su labio otra vez, y esta vez Louis entendió.
Harry no había terminado con él.
―Uh-huh, ¿y por qué eso es exactamente un problema?— Harry se inclinó y
presionó un beso en la garganta de Louis.
Louis enrojeció. Había oído de personas jugueteando cuando su compañero estaba al
teléfono, pero él nunca lo había hecho.
―Max, tú puedes encargarte de ello un poco más de tiempo, ¿no es así?
Acabo de salir, literalmente, de la ducha. La mano libre de Harry alcanzó la polla de
Louis. Louis reprimió un grito apagado mientras su compañero le acariciaba.
Max era la otra mitad de la compañía de Harry, y puesto que Louis estaba bastante
seguro de que no le gustaba al tipo, él no estaba de ánimo para echar más leña al
fuego.
―De acuerdo, firma los papeles,— dijo Harry, y sonrió como el chico malo que
solía ser en la secundaria, indicando con su mano para que Louis se tumbara, y
Louis lo hizo.
Al principio, Louis pensó que sería más fácil si él se ponía sobre su estómago, pero
Harry era bastante bueno en manejar a Louis en cualquier posición que lo necesitara.
Él empujó las rodillas de Louis hacia arriba. Louis las mantuvo, exponiendo su
agujero sin que se lo dijera.
Entonces sintió los dedos de Harry empujando dentro de su agujero otra vez.
―De acuerdo, yo puedo llamarles esta noche,— dijo Harry, con toda normalidad,
como si estuviera tomando su llamada seriamente, mientras él extendía a Louis
ampliamente.
No era solamente el hecho de que estaba estirándolo y burlándose de él. Esto no era
nada como antes, cuando Louis tuvo la polla de Harry en su boca y los dedos de
Harry en su culo.
Harry estaba con un claro objetivo aquí. Él llevó sus dedos a las profundidades,
haciendo gancho, buscando la próstata de Louis como si estuviera programado para
encontrarla y darle placer.
Y él lo hizo alguna vez.
Louis tuvo que mantener sus piernas arriba con una mano para poder poner la otra
sobre su boca. Si no lo hacía, él iba a gritar.
Él oyó a Harry reírse entre dientes, y Louis no podía decir que se estaba riendo el
hombre.
Aparentemente, nada que tuviera que ver con Max, porque Louis oyó su voz fuerte y
clara en el momento siguiente.
―¿De qué te estás riendo?
Louis abrió sus ojos ampliamente, y casi dejó caer sus rodillas cuando golpeó sus
palmas contra las sábanas.
Harry había puesto el teléfono en manos libres, y él le estaba dando a Louis esa
malévola sonrisa.
Otra vez, él puso su dedo en sus labios, luego comenzó a hablar de nuevo con Max.
―No es nada, Louis solo me estaba haciendo una mueca graciosa.
Louis miró al hombre mientras Harry continuaba burlándose y jugando con su
próstata. Si no estuviera matando con la mirada, podría mostrar muchas de esas
caras graciosas.
―¿Me tienes en manos libres?— Max preguntó.
―Por supuesto. Di hola, Louis.
―Hola,—dijo Louis entre dientes.
Max no sonaba exactamente contento, tampoco, pero Louis estaba bastante seguro
que no era porque Max estuviera tratando de ocultar el hecho de que hubiera dedos
en su culo, haciendo que sus pies hormiguearan.
―¿Harry?— Max pidió.
―Bien, bueno, de acuerdo,— Harry dijo, y quitó el altavoz del teléfono.
Louis suspiró, relajándose un poco y sintiéndose un poco más capaz de hacer
sonidos sin ser atrapado.
Él todavía alcanzó una almohada y trató de cubrirse con ella cuando el placer
empezaba a ser demasiado.
Él no sabía que más estaba diciendo Harry a Max, pero se figuró que la
conversación era más bien unilateral cuando Louis sintió la cálida y húmeda lamida
de la lengua de su compañero deslizándose sobre la longitud de su polla.
Y solo porque Louis tenía que ver esto, él apartó la almohada de su cara. Harry besó
la cabeza de la polla de Louis antes de asentir.
—De acuerdo, bien, te veré esta noche y nosotros podremos tratar con eso entonces.
Max dijo algo, y Harry solo soltó una risita.
—Lo que sea, eres un idiota.
Él colgó el teléfono y lo tiró en la cama.
Louis lo alcanzó, su cuerpo sacudiéndose y echando chispas a través del placer con
el que estaba siendo asaltado.
Él encendió la pantalla, no había ninguna llamada.
―Dime que realmente lo colgaste.
―Lo hice,— Harry respondió, agachándose para lamer y chupar la cabeza de la
polla de Louis mientras sus dedos empujaban dentro y fuera del agujero de Louis.
Louis gimió y dio un manotazo en la cabeza de Harry.
—¡Tú, gilipollas! ¿Y si él ha oído eso?
Harry no parecía preocupado porque Louis acabara de golpearle. Él se esquivó el
siguiente golpe y continuó riéndose.
—¿A quién le importa que nos oyera o no? Fue divertido,—él dijo.
Louis no pensaba que fuera tan divertido, pero entonces Harry separó sus muslos y
se empujó entre ellos. Louis olvidó completamente sobre qué estaba enfadado
cuando sintió la redondeada cabeza de la polla del hombre empujándose contra su
pliegue.
―Vamos, ábrete para mí.
―La próxima vez, te dejaré solo para que contestes tus llamadas. Harry le besó.
—No, no lo harás.
La gorda cabeza de su polla traspasó el agujero de Louis, y luego solo fue cuestión
de esperar hasta que el último pedazo de resistencia desapareciera antes de que el
lento, relajado deslizamiento hacia delante, los uniera.
Después Harry estaba empujando sus caderas hacia delante, metiendo su polla más
profundo. Louis agarró sus hombros, apretándolos estrechamente mientras trataba, y
fallaba, de empujar su culo contra el eje de Harry.
―¿Te gusta esto?
La honestidad era la mejor política después de todo.
—S-sí.—Dijo Louis.
Él tocó los pezones de Harry, jugando con ellos, acercándose y besando la clavícula
del hombre y su garganta. Él quería mucho más que esto, y Harry podía dárselo
siempre.
Aparentemente, incluso cuando él estaba al teléfono con su socio de negocios.
―Más duro, fóllame más duro. Como la última vez.
Louis podía prácticamente sentir todavía como había sido de bueno la última vez
que Harry lo tomó.
Él sentía todavía la picadura de sus carnes golpeando juntas mientras Harry
empujaba duro y rápido, y él quería sentir eso de nuevo.
Harry no le decepcionó. El gruñó, acercando sus caderas, forzando su polla a entrar
más profundo, tocando cada lugar que podía ser tocado, la cabeza de su polla
empujando despiadadamente contra la próstata de Louis. La polla de Louis estaba
atrapada contra sus estómagos, dándole una fricción añadida mientras Harry lo
poseía completamente.
Y Louis no podía tomar mucho más de eso. Él lanzó su cabeza hacia atrás y gimió
largo y fuerte por la avalancha de calor y placer.
Fue embarazoso como él se corrió tan rápido, pero era de esperar, considerando todo
lo que Harry se había estado burlando de él.
Louis trató en vano de frenarlo, pero los músculos de sus piernas, sus brazos, su
cuerpo entero se apretaron mientras agarraba a Harry con toda la fuerza que tenía en
su cuerpo. Los pies de Louis se curvaron mientras gritaba cegado por el placer,
semen caliente chorreando por su estómago, por los perfectos abdominales y el
firme pecho de Harry.
Eso hizo que la forma en que su compañero se deslizaba hacia delante y hacia atrás,
fuera más resbaladiza, y Louis gimió por el post-orgasmo.
Él se obligó a mantener los ojos abiertos, para mirar en los de Harry, para ver el
resplandor del león dentro mientras Harry gruñía y empujaba sus caderas adelante y
detrás más duro. Él estaba tenso y a punto de correrse, Louis podía decirlo.
―Córrete dentro de mí. Quiero sentirlo.—Louis alcanzó a besar el cuello de Harry.
—Hazlo, vamos, por favor.
Él suplicó como si él lo necesitara o si no se moriría. En cierto modo se sentía de esa
manera, tan cursi como parecía admitírselo. Era la verdad.
Y Louis estaba totalmente bien con ello, con su medio dura polla todavía siendo
frotada y tocada por los movimientos de sus estómagos. Harry gruñó y jadeó como
si estuviera corriendo una carrera, y su boca permanecía abierta en un largo gemido.
Louis suspiró y gimió suavemente, sintiendo el calor que él estaba. Se sentía tan
bien. Él empujó su culo contra el empuje de las caderas de Harry, tomando todo lo
que Harry podía darle.
Entonces estaban sólo sus duras respiraciones en la habitación. Eso era un dulce
sonido. A Louis le gustaba ese sonido. El sonido de la respiración pesada, mientras
él y su compañero se recuperaban de un poco de sexo bastante impresionante.
La siguiente cosa que le gustaba mucho era el sentimiento de calor, el calor de la
piel de Harry mientras el hombre se desplomaba sobre el después del sexo, o se
abrazaba por detrás de él.
El abrazo era muy bueno. Se sentía como unas largas caricias, y Louis había llegado
a apreciarlas mucho más desde que él se enteró de lo del bebé.
Tal vez fueran las hormonas. O tal vez Louis había sido, secretamente, un mimoso
todo este tiempo y nunca se había dado cuenta.
Definitivamente había algo especial en tener los fuertes y musculosos brazos del
hombre envueltos alrededor de él cuando ambos bajaban de lo más alto de su
orgasmo.
Los ojos de Louis empezaron a sentirse pesados. Él no pensaba que pudiera
mantenerlos abiertos mucho más tiempo, y ellos comenzaron a cerrarse.
Excepto porque Harry escogió ese momento para salirse de Louis. Louis siseó y se
estiró para alcanzar al hombre, tratando de empujarlo contra él de nuevo.
―Hace frío.
Harry besó su boca. Los labios de Harry estaban agradablemente hinchados.
Probablemente por todos los besos que habían compartido.
―Lo sé, pero tengo que tomar otra ducha y correr a la oficina. Estaré de vuelta tarde
esta noche.
―¿Tarde?
―Max y yo necesitamos repasar algunos de nuestros contratos. Es solo una de esas
cosas irritantes que van a tomar un tiempo para cerrarlas.
―Oh, de acuerdo,— Louis dijo, pero él no podía evitar sentir la punzada de
decepción porque Harry se iba.
Él aplastó ese sentimiento. Harry había permanecido con él en vez de hacer caso a la
llamada, después de todo.
Incluso aunque él la había respondido, había sido una especie de diversión y
aventura, y él no lo había dejado cuando Max le dijo que lo hiciera, eso decía mucho
sobre el hombre. Louis no iba a culparle por no tener cada minuto del día disponible
para Louis.
Eso no era justo.
Y eso le hacía sonar pegajoso y raro, lo cual él deseaba no ser. Louis le besó.
—¿Cómo de tarde vendrás?
Harry suspiró, y parecía pensar sobre ello.
—Espero que antes de que te duermas. Puedes esperarme aquí, si quieres.
Harry podría ser un multimillonario con una gran casa, pero él todavía había
empezado como un niño con casi nada, que había tenido que conformarse con la
mitad de la comida de Louis que este había compartido con él. Él había tenido que
hacer eso desde que Harry no podía permitirse comprar su propio almuerzo, o
incluso traer algo de casa. Debido a esta historia, Harry se había instalado en su casa
de la piscina poco después de la compra de la mansión que estaba a sólo cien metros
de distancia. Él la mantenía por las apariencias, y desde que Louis descubrió que era
el compañero de Harry y llevaba a su hijo, él prácticamente se trasladó aquí,
también. Ellos estaban convirtiendo la habitación del final del pasillo en un cuarto
de niños.
―Definitivamente estaré esperando aquí. Podríamos bajar a nadar a la piscina
desnudos, si puedes llegar lo suficientemente rápido.
El resplandor del león estuvo de vuelta en los ojos de Harry cuando él se inclinó a
besarle. Él estuvo encantado cuando Harry no le recordó lo que caminar demasiado
podía hacer a su salud u otra cosa. Eso mantuvo el ánimo de la habitación agradable
y relajado
―Volveré.—dijo, y entonces se fue.

27

Capítulo tres
Louis no tenía cita con el doctor ese día, por lo que él había tenido su recorrido por
la casa.
Ambos.
Eso fue increíble. La idea de que él tenía todo el espacio para hacer cualquier cosa
que quisiera era vigorizante. Eso no le hacía sentirse tan encerrado, sabiendo que
podía nadar en la piscina, o solo vegetar y ver la televisión.
Habría sido mejor pasar tiempo con Harry, pero aun así, Louis supuso que
necesitaba algo de tiempo a solas. Harry, también.
Todavía, echaba de menos al hombre.
Determinado a no malgastar el tiempo pensando en eso, Louis decidió que iba a
hacer cosas de adulto y disfrutar por sí mismo sin su amante alrededor, y sin
cualquiera que se preocupara por su embarazo.
Se sentía bien no tener que preocuparse por eso, creer que estaban en esto juntos.
Sam estaba durmiendo en su cama, pero él se levantó cuando Louis apareció por las
escaleras, listo y dispuesto a jugar.
―Lo siento, amigo, no puedo,— dijo Louis. Él amaba tener combates de lucha libre
con su perro, un pastor alemán, pero desde que estaba embarazado, bueno, eso
estaba descartado. ―Vamos, ¿quieres pavo?
Sam lamió sus labios y rápidamente siguió a Louis a la cocina.
Louis no se suponía que debía caminar demasiado. Él deseaba que fuera diferente la
próxima vez que tuviera cita con su doctor y mencionara que su apetito era mejor,
pero por ahora, él estaba haciendo un esfuerzo genuino para relajarse y no realizar
mucha actividad física.
Excepto por la piscina. La natación era luz verde en la lista del doctor de cosas que
Louis podía hacer, y Louis amaba aprovecharse de la piscina que estaba en la gran
mansión. Había una fuera, también. Louis no estaba seguro por qué cualquier
hombre necesitaba dos piscinas, pero ellas estaban allí. No tendría sentido tener una
casa de la piscina sin una piscina de exterior, supuso, pero estaba muy fría en esta
época del año para usarla. Eso significaba que podía nadar todo el año en la piscina
de la mansión. Tal vez era eso por lo que Harry había instalado una cubierta; así
podría nadar cuando hiciera mal tiempo.
Louis supuso que si él tuviera mucho dinero para quemar, podría simplemente
comprar una piscina extra, también. Él no tenía que preocuparse de limpiar desde
que Harry tenía todo un equipo para hacer todas las cosas por él. No es que Harry
fuera a dejarle, con un bebé en camino y con las órdenes del doctor.
Louis agarró lo que necesitaba del frigorífico y se hizo un sándwich.
Había pavo real en el frigorífico. Cuando Harry se había enterado de lo del bebé
había dado todas sus carnes procesadas a Sam, quien verdaderamente le había
adorado ese día, y llenó el frigorífico con solo verdadera y orgánica carne. Incluso la
ensalada de patata venía de patatas orgánicas.
Gracias a Dios Harry olvidó sobre la mayonesa siendo totalmente mala para todo el
mundo. No es como si Louis le hubiera dejado tirarla. Él había estado teniendo un
antojo desesperado de esa cosa.
Louis lanzó un trozo de pavo a Sam, que estaba sentado allí, rogando como si fuera
un perro muerto de hambre.
Louis rió. Se puso su chaqueta, agarró un libro de Agatha Christie y salió con su
perro fuera.
Él comió y leyó al lado de la piscina, esperando media hora, luego hizo algunos
estiramientos y brazadas en la piscina.
―Vamos, Sam,— dijo Louis, abriendo la puerta de la mansión.
Si permanecía el tiempo suficiente en la piscina, Harry podría llevarle de vuelta a la
casa de la piscina para más sexo. Eso sería alucinante.
Los ladridos de Sam hicieron eco en el recinto de la piscina. No era tan grande como
la de fuera, pero era lo suficientemente grande para hacer algunos ejercicios y
entretenerse. Sam estaba nervioso. Él rodeó la piscina, pero no intentó entrar o beber
de ella. Louis se olvidó de eso. Si él atrapaba a su perro olfateando e inclinándose
sobre el agua, tendría que ir a buscarle un cuenco de agua de la buena.
Por ahora, Louis suspiró mientras sacaba una silla de jardín y una de esas pequeñas
mesas plegables que estaban en la pared del fondo. Dejó el libro y la comida en ella,
agarró un trozo de sándwich y empezó a comer y leer.
Comer y leer era un increíble pasatiempo, una de las cosas favoritas de Louis. Él
casi había olvidado cómo amaba relajarse de esta manera. Louis no había tenido
mucho tiempo para hacer otra cosa que estresarse sobre de dónde iba a sacar el
dinero para el alquiler y la comida, antes de que Harry regresara de nuevo a su vida.
Sam se situó al otro lado de Louis. Él estaba allí probablemente para rogar más
comida, pero eso estaba bien. Louis estaba contento.
Comió su comida, estaba ensimismado con Diez negritos, cuando sus ojos
empezaron a sentirse pesados. Los cerró, pensando que estaba bien sí echaba una
cabezada durante una hora.
Cuando la puerta se abrió de repente, él se disparó en una posición de alerta. Sam
ladró y gruñó, Louis nunca había visto el pelo de la espalda de su perro erizarse
tanto, y se giró en su asiento.
Un hombre estaba allí, uno que no reconoció. Alto y delgado. Tenía el pelo rubio
con raíces castañas y los ojos marrones.
Él y Louis se miraron el uno al otro, como si ambos estuvieran sorprendidos de ver a
la otra persona.
El hecho de que el tipo estuviera desnudo también era una causa de desconcierto.
―Yo…— Louis necesitó un minuto para reaccionar. Él miro a Sam. — Sam, ¡abajo!
Su voz aguda pareció sacar a su perro de su estado de gruñir. Sam levantó la vista
hacia él, su cola sacudiéndose como si no entendiera por qué le estaba gritando.
Louis se sintió culpable, pero hasta que el tipo no intentara algo, Louis no quería
entrar en un pleito, o que alguien tratara de quitarle a su perro, si Sam atacaba.
―Uh, lo siento por esto,— dijo Louis, cuando miró hacia abajo y vio la polla del
hombre de nuevo, recordando que estaba desnudo.
Louis rápidamente subió sus ojos a su cara.
—¿Puedo ayudarte?
―Oh, mierda,— dijo el hombre, mirando rápidamente alrededor. Él agarró una
toalla de una de las barras y se la envolvió alrededor. Louis se sintió mejor.
―Lo siento, no sabía que había alguien aquí.
―¿No lo sabías?— Louis preguntó. Cristo, ¿este tipo estuvo viviendo en esta casa a
la vez que Louis y Louis no tenía ni idea? Eso era bastante malo, y del tipo
enfermizo.
―¿Sabe Harry que estás aquí?—preguntó el hombre. Las cejas de Louis se
elevaron.
—Sí. ¿Sabe Harry que tú estás aquí? El hombre señaló sobre su hombro.
—Tengo una llave de repuesto y una invitación abierta.
¿Él la tenía?
―Lo siento, soy Eric, por cierto,— dijo Eric, acercándose y extendiendo su mano.
Sam gruñó otra vez, y Louis no estaba seguro de si estuvo a punto de no tomar su
mano a causa de Sam o por qué se sentía incómodo.
Él no quería parecer una nenaza, sin embargo, por lo que agarró la mano de Eric
para darle una rápida sacudida.
Eric la retiró, sonriendo.
—Así que Harry tiene un nuevo amigo, ¿correcto?
―Supongo que se puede decir eso.
―Bien.—Eric rió. —Entonces, ¿cuánto tiempo llevas aquí?
―Un par de meses.
―¿No te ha pateado todavía? A Louis no le gustaba este tipo.
—No. Estoy viviendo aquí con él.
―No, Ya lo sé. He vivido aquí, también. Usualmente le doy un par de meses,
después de que rompemos, antes de volver. Algunas veces hay alguien, la mayoría
de las veces, no.
―¿Alguien, aquí?
Eric se mantuvo sonriendo.
—Bueno, ya sabes, a un multimillonario no le falta alguien para tener en sus brazos.
Este tipo parecía pensar que Louis estaba con Harry por el dinero, que él quería ser
un novio trofeo, intercambiando sexo por dinero y regalos.
Ese no era su caso, en absoluto, y Louis sonrió cuando él fue capaz de arrojar alguna
luz sobre la situación a este tipo.
―En realidad, soy el compañero de Harry. Él y yo estamos juntos,
permanentemente.
La sonrisa en la boca de Eric se borró.
—¿Qué?
―Sip, — dijo Louis, sonriendo mientras pensaba sobre ello, ignorando el hecho de
que empezó como la mierda, cómo Louis había dudado de Harry cuando descubrió
que estaba embarazado, todo eso.
Cuando Louis se enfocó en lo bueno; como en los ojos de Harry cuando hacían el
amor, la manera en la que sus labios se sentían cuando se besaban, eso hizo que
Louis se calentara y sintiera un hormigueo en su interior. Le gustaba ese
sentimiento. Podría acostumbrarse a él.
―Eso es imposible. Un cambiaformas solo puede encontrar a su compañero si él o
ella se queda Eric se apagó, y sus ojos se abrieron de par en par cuando de repente
miró al estómago de Louis. Él estaba tratando, probablemente, de determinar si el
pequeño michelín era de gordura o de embarazo.
Louis puso su mano sobre él, con instinto de protección, mientras el tipo permanecía
mirando.
—Sí. Estoy embarazado. Soy un hombre embarazado. Todavía estoy
acostumbrándome.
―Oh,— dijo Eric. —¿Te ha hablado Harry sobre mí?
―¿Decirme qué?
―Que yo iba a volver.
Harry no le había dicho nada sobre este tipo. El hecho de que Eric pareciera pensar
que él tenía un lugar en esta casa, incluso después de enterarse que era el compañero
de Harry y estaba embarazado de su hijo, era lo más extraño.
―No, él nunca me dijo nada sobre ti. No creo que él supusiera que ibas a volver
aquí.
Sería mejor que él no hubiera pensado que este tipo volvería. Louis no tenía
planeado compartir a Harry con este tipo rubio-teñido. Con ningún tipo, de cualquier
modo.
Eric frunció el ceño.
—Tú no entiendes. Él y yo tenemos algo. Nosotros hemos estado en una relación
bastante estable en el último par de años.
―No, tú no entiendes,— dijo Louis, sintiendo crecer sus defensas. No sus defensas,
estrictamente, si no el sentimiento de que tenía que proteger su posición.
Principalmente, su reclamo de Harry. —Yo soy su compañero, y estoy embarazado,
y tú no eres bienvenido aquí nunca más.
El ceño en la cara de Eric se intensificó mucho más.
—El que seas su compañero no significa nada. Él no te eligió.
El hecho de que Louis y este tipo no se hubiesen conocido antes significaba que, que
diera en el clavo con los grandes problemas de Louis con las relaciones de Harry,
tenía que ser una coincidencia. No había manera de que él supiera sobre la ansiedad
de Louis sobre eso, o supiera cuál era el momento justo para usarlo.

―Bien, si él te eligió, ¿por qué te marchaste?—Louis preguntó, recordando la


anterior parte de su conversación. —Tú dijiste que cuando te marchas, le das un par
de meses. Eso no es constante. Eso es hoy sí y mañana no. tú no tienes una relación
con él de ninguna manera.
Ahora, parecía que Eric estaba realmente empezando a cabrearse. A Louis no le
importaba. A él incluso no le importó cuando Sam empezó a gruñir otra vez.
Se le ocurrió a Louis que Sam podía conocer a este hombre. Si Eric y Harry tuvieron
algo, incluso un par de meses atrás, Sam habría sido adoptado por Harry cuando Eric
estaba todavía alrededor. Louis estaba, de repente, más receloso de por qué a su
perro le disgustaba este hombre tanto.
―Creo que deberías irte.
―No, yo tengo una habitación aquí. He sido bienvenido aquí por años y el último
novio de Harry no va a patearme porque piense que él es importante.
Louis apretó sus puños. La innegable urgencia de correr hacia el hombre y darle un
puñetazo en la cara era fuerte.
Él tuvo que recordarse a sí mismo sobre el bebé, y meterse en una pelea, que
probablemente perdería, no era una buena idea.
Lo que no le detuvo de contemplar seriamente de azuzar a Sam hacia él.
Su estómago estaba empezando a doler por la ira que pulsaba a través de él.
―¿Sabes qué?—Louis dijo. —De acuerdo. Yo cogeré mi teléfono y le llamaré, y él
te dirá que te vayas.
―Seguro, vete a tu habitación y hazlo. Dile que dije que le estaré esperando en
nuestra cama habitual cuando vuelva.
Hijo de puta.
Louis estaba echando fuego cuando dejó el recinto de la piscina. Louis no iba a
vestirse allí con Eric y sus raíces oscuras, mirando a Louis con esa estúpida sonrisa
en su cara. Él se vistió en el vestíbulo, afortunadamente no fue atrapado por nadie
del personal después de que se pusiera los pantalones sobre el bañador.
Una de las chicas de la limpieza se aproximó y le preguntó qué estaba mal.
Aparentemente, ella no había visto a Eric entrar, pero algunos del resto de personal
lo hicieron.
―Todo está bien. Solo necesito coger mi teléfono de la casa de la piscina. ¿Puedes
traer a alguien que intente hacer que ese tipo se vaya?
Él no iba a pedirle que lo hiciera ella, por si acaso Eric se volvía violento. Eso, y que
a Louis le gustaba la idea que un par de tipos con mano dura, le pusieran de patitas
en la calle.
La mujer asintió y se apresuró a salir. Louis caminó hacia afuera, enfadado consigo
mismo por olvidar traer su teléfono con él. O incluso su Tablet, así podría haber
mandado a Harry un mensaje por Skype.
Él abrió la puerta de la casa de la piscina y dejó a Sam primero. Louis volvió a mirar
justo a tiempo para ver a Eric frunciéndole el ceño.
Louis se metió dentro y dio un portazo. La cerró, pero también puso una silla debajo
del pomo en caso de que el gilipollas tuviera una llave de esta casa, también.
Encontró su teléfono y llamó al de Harry.
No contestó, así que Louis se vio obligado a dejar un mensaje en el contestador.
―Harry, ¿quieres decirme quién demonios es Eric?—Louis espetó, imaginando que
estaba gritando a Harry en vez de al servicio de contestador. ―Un tío ha entrado a la
casa y me ha dicho que tiene una cosa contigo y actúa como si estuviera en su propia
casa. Será mejor que sea un loco acosador, o te juro por Dios que me largo de aquí.
La voz de Louis se resquebrajó en esta última parte, y estaba luchando por respirar
cuando terminó su perorata. Su garganta estaba cerrada, y ahora que estaba solo y
dando rienda suelta a su ira, fue capaz de darse cuenta de cómo de abrumador era
esto.
Él se dijo a sí mismo que eran las hormonas, que este no era realmente él, o Harry, y
Harry no podía estar viendo a nadie más a sus espaldas.
Incluso Eric había dicho que ellos habían roto. Eric era solo un psicópata que
pensaba que podía volver cuando le diera la gana a la vida de su ex- amante. Él era
el único loco, no Louis.
Louis inspiró profundamente, en un intento de forzar la calma dentro de sí, para que
en sus siguientes palabras no se notara lo mucho que estaba luchando para no llorar.
—Por favor, devuélveme la llamada. Ese tío está todavía en casa. Él dijo algunas
cosas, y yo…
Al parecer, ese fue todo el tiempo que Louis tuvo para hablar al contestador, porque
él hizo un pitido y se colgó.
Louis retiró el teléfono de su oreja y le miró. Él suspiró. De acuerdo, esto no era tan
malo como pensaba que sería. Él podía manejar esto. Esto era un error y Harry
estaba probablemente en una reunión o algo.
Él devolvería la llamada.
Louis miró a Sam, quien le miraba con esos ojos tristes, su cola chasqueando en el
suelo donde estaba sentado. Él sentía claramente la ansiedad de su amo, pero no
sabía de qué iba todo esto.
―Vamos. Se supone que debo estar descansando, ―y cuando él y Sam estaban
subiendo las escaleras hacia su habitación y la de Harry, Louis se dio cuenta que se
había dejado el libro en la piscina. ―¡Joder!— él dijo, y luego culpó totalmente a
las hormonas cuando derramó algunas lágrimas por ello.

Capítulo cuatro

Louis no estaba llorando cuando Harry volvió. Él se había serenado, y ahora solo
estaba enfadado, lo que era mucho mejor. Louis prefería estar enojado que herido
mientras esperaba a que Harry lo llamara. Era fácil sentirse herido mientras yacía en
la cama, luego comenzó a preguntarse cuántas veces Harry y Eric habían follado en
ella antes de que Louis viniera.
Harry no le llamó, sin embargo. Él solamente volvió.
Él problema fue que Louis se había olvidado de la silla que puso delante de la
puerta, y Harry tuvo que golpear con el puño varias veces, despertando a Sam de la
esquina donde estaba acurrucado.
El perro ladró y aulló mientras corría hacia afuera y bajó las escaleras.
Él solo se ponía feliz cuando Harry volvía a casa, por lo que Louis supo quién era.
Gimió y rodó fuera de la cama para contestar a la puerta. Enfadado, no herido.
Enfadado, no herido.
Él se dijo esto una y otra vez, deseando hacerlo realidad mientras se tomaba su
tiempo para bajar por las escaleras.
―¡Ya voy!— Él gritó cuando Harry golpeó a la puerta otra vez.
Louis quitó la silla, y como Harry tenía una llave, ya había abierto la puerta, luego
entró antes de que Louis pudiera alcanzar la manija de la puerta.
Lo primero que hizo fue alcanzar los hombros de Louis y agarrarlos estrechamente.
―¿Estás bien?
―Sí, bien,— dijo Louis, alejando las manos de Harry.—¿Por qué no me has
llamado?
―Lo hice. Tú no me respondiste,— dijo Harry.
Oh. Mierda. El teléfono debió sonar cuando Louis estaba en el baño salpicando agua
fría en su cara para parar el maldito llanto.
Y, por supuesto, Harry, siendo el perceptivo alfa que era, echó un vistazo a la cara de
Louis, tocando con su pulgar el punto justo debajo del ojo de Louis, y pareció
notarlo.
―Si te ha hecho daño, le mataré.
Algo del alfa salió con esas palabras. Louis vio al león en sus ojos. No solo en sus
ojos, si no que su cara comenzó a cambiar sutilmente.
Louis golpeó su mano justo cuando su compañero empezó a formar sus garras.
—Deja de tratarme como a un niño pequeño.—O peor, como una indefensa mujer
embarazada. —¿Es un asesino en serie o algo? ¿Por qué iba a herirme?
Harry tomó una respiración, su cara volviendo a la normalidad.
—Sí, tienes razón, por supuesto.
―¿Se ha ido?
―Si no lo ha hecho, lo hará en breve. Max se está ocupando de él.
Genial. A Max no le gustaba precisamente Louis, y Louis no pensaba que quisiera
deberle al hombre ningún favor.
―¿Quién era ese tipo? Él dijo que ambos tenían algo.
―Lo hicimos, pero fue en el pasado. Eso es todo lo que fue, ―Harry dijo
rápidamente. Él alcanzó la mano de Louis, tomándola entre las suyas y apretando
sus dedos tan fuerte que la sangre los abandonó y comenzó a sentirlos fríos.
Pero Louis no los apartó, porque se sentía bien. Se sentía bien tener a Harry
tocándole, tranquilizándole, y sí, la parte sádica de Louis estaba incluso feliz de que
Harry se viera tan asustado. Asustado de que pudiera marcharse.
Louis no iba a torturarle con eso, pero eso casi confirmó que Eric no era nada para él
que pareciera real.
―No voy a dejarte,— dijo Louis. —Lo siento. Solo estaba enfadado, y ese tipo es
totalmente un gilipollas.
Harry abrió sus brazos, y Louis entró en ellos, abrazando a su compañero.
Harry besó su pelo, y Louis absorbió esa cálida sensación que hacía hormiguear su
estómago. Él se sintió bien. Él se sintió realmente bien.
―Yo no quería decir eso.—Dijo Louis, solo porque el todavía sentía la necesidad de
tranquilizar a su amante sobre que él no iba a marcharse.
―Sé que no querías,— dijo Harry.
―Quiero decir, si resulta que tú estuvieras viendo a algún tipo a mis espaldas,
entonces sería una historia diferente.
―Nunca,— Harry dijo, sus brazos apretándose alrededor de Louis de una manera
que se sintió protectora y posesiva. —Tú eres mío. Tú siempre lo has sido. Él vino y
se fue antes de que te trajera a esta casa. Con tu embarazo, vigilando tu salud… lo
siento, yo no pensé que pudiera volver aquí. Yo debería haberlo sabido.
Eso tenía sentido. No era solo el hecho de que Harry fuera un multimillonario con
un millón de responsabilidades con las que lidiar, sino que encontrar a Louis
inconsciente en el suelo del baño no debía haber sido muy agradable, tampoco. Así
fue como se enteraron de lo del embarazo. Louis pensó que simplemente había
estado enfermo por unos cuantos días. Harry había vuelto a casa una noche desde el
trabajo para escuchar los ladridos de Sam y tener que reventar la puerta de la
habitación de Louis.
Louis había caído inconsciente en el baño, al lado del retrete, después de haber
tenido mucho dolor. Eso era parte de la razón por la que se suponía que tenía que
tomar las cosas con tranquilidad, evitando el estrés. Con todo lo que estaba pasando,
tenía sentido que Harry se hubiera olvidado de su ex-amante quien todavía tenía una
llave de la casa.
Louis se rió.
—Supongo que estaba un poco preocupado. Coloqué la silla trabando la puerta en
caso de que tratara de abrirla y entrar.
Harry la miró, y sonrió, sacudiendo su cabeza.
—Eric no tiene una llave de la casa de la piscina. Nunca le traje aquí.
―¿De verdad?
Harry asintió, todavía sonriendo.
—Este es mi hogar. Yo nunca invité a nadie más, excepto tú, a él.
Oh Dios, él no acababa de decir eso. Todo el calor y el afecto que Louis había
sentido en toda su vida por este hombre se agruparon en su pecho y simplemente
explotaron hacia el exterior. Hubiera sido asqueroso si hubiera sido algo literal, pero
era algo que sentía y tenía que actuar en consecuencia antes de perder la cordura.
Louis estiró sus brazos, poniéndolos alrededor del cuello de Harry y tirando de él
hacia abajo para un beso que rápidamente se volvió más profundo y persistente.
Harry no pareció sorprendido. Por supuesto, él mantuvo la calma, enredó los dedos
por el cabello de Louis, sus labios se presionaron respondiendo al beso de Louis,
giró su barbilla en el ángulo justo para persuadir a la boca de Louis para que se
abriera.
Y Louis estaba de repente pegándose al cuerpo del hombre. Él había estado muy
molesto. Él había pensado que estaba enfadado, pero en realidad, él había estado
aterrorizado. Aterrorizado de que sus peores pesadillas se volvieran realidad,
enfrente de él, con la llegada de Eric.
Cuando Louis había descubierto su embarazo, él había desconfiado inmediatamente
de la reacción de Harry. Harry había invitado a Louis a vivir en esta casa
básicamente para tener a Louis cerca, y vengarse por la manera de mierda que Louis
había roto su relación en la secundaria,
Louis había estado bajo presión, de la peor manera posible, con su padre, y él había
tenido mucho dolor físico después de que su padre le hubiera apuñalado. Cuando él
había llamado a Harry engendro delante de toda la escuela, la mayoría de los cuales
no aceptaban a los cambiaformas, Harry no pudo perdonarle.
Había sido, básicamente, la misión de Harry arruinar la vida de Louis, y estaba
teniendo éxito. Louis estaba a punto de ser pateado en el culo y lanzado fuera de su
apartamento, por ir atrasado en el alquiler, cuando Harry apareció, haciéndose cargo
de su deuda y llevándoselo con él.
Con la condición de tener sexo, por supuesto.
Algunas veces, Louis sentía que Harry era diferente cuando habían follado. Estaba
en la manera en que Harry le sostenía, le besaba, le tocaba. Estaba en todo, pero
Harry todavía seguía siendo distante.
Entonces pasó lo del embarazo, probando que Louis era el compañero de Harry, la
persona con la que estaba destinada a pasar el resto de su vida amándola y
protegiéndola, Harry había hecho un giro de ciento ochenta grados en la manera que
trataba a Louis. Él de repente parecía tan feliz, muy ilusionado de ser padre, pero
Louis desconfiaba todavía y era cauto con respecto a él.
Él había pensado que solo era otro truco, algo para bajar la guardia de Louis hasta
después de que el bebé naciera. Él pensó que Harry podía quitarle el niño y acabar
con los derechos parentales de Louis.
El hecho de que Louis había estado aceptando pago por sexo, y por lo tanto era una
prostituta sin licencia, haría más fácil para Harry hacer eso.
La idea todavía le aterrorizaba. Louis había tratado, en un principio, de no coger
cariño al feto en su interior, solo para protegerse de una angustia potencial.
Pero luego Harry había tratado, lentamente, de convencerle. Louis vivía en la casa
de la piscina con él y su perro, y todo parecía genial.
Entonces vino Eric, y todos esos miedos que Louis había estado tratando de
mantener ocultos volvieron a ser el centro de su universo.
Ahora que Harry estaba aquí, y fue capaz de explicarlo. Louis fue realmente capaz
de relajarse.
Eso, y este beso estaban haciendo su cuerpo calentarse. Él se encontró a sí mismo
tirando del caro traje negro que Harry llevaba puesto y empujándole hacia la sala de
estar. Había un bonito sofá de cuero allí que era del tamaño justo para lo que Louis
tenía en mente.
Harry se separó del beso, sonriendo a Louis mientras era conducido hasta la otra
habitación.
—¿Hay algún sitio al que quieres ir?
―Sala de estar,— Louis dijo.
―¿Por qué, quieres ver la televisión?
Él sabía exactamente lo que Louis quería, y Louis le gruñó.
―Harry.
Harry se rió y luego se inclinó para besarlo otra vez. Entraron en la sala de estar, y
Harry acababa de sentarse en el sofá cuando puso una de sus rodillas al lado de la
cadera de Louis, inclinándose sobre él, besándole otra vez, su fuerte mano entre las
piernas de Louis, frotando su polla a través de los vaqueros y calentándole por
encima de su cuerpo.
Louis gimió, sosteniendo firmemente el brazo y hombro de Harry mientras le
devolvía el beso, empujando su polla a la fricción de su mano.
Luego hubo otro fuerte golpe a la puerta, y ellos se separaron súbitamente.
El corazón de Louis se paró. Él inmediatamente pensó en Eric, viniendo a gritar y a
demandar respuestas.
No era la voz de Eric la que le llamó. Era la de Max después de golpear otra vez.
―¡Hey, Harry! ¡Saca tu culo aquí! Tu ex está siendo un dolor en el culo.— Louis
gimió y disparó una mirada asesina a la puerta.
―Bonita manera de arruinar el momento.
―Supongo que sí,— dijo Louis. La verdad es que estaba tan malditamente caliente
que él todavía podía tener sexo justo ahora, incluso si Max y Eric estuvieran fuera
aporreando la puerta.
―¡Harry! ―Harry maldijo.
—¡Ya voy!
Harry volvió a mirar a Louis.
—Mantén el ánimo. Necesito ir y explicar algunas cosas a Eric. Volveré justo
después.
Louis gimió.
—Por favor, date prisa,— dijo. Él se retorció en su asiento, y eso fue suficiente para
hacer que su polla palpitara y sus vaqueros se presionaran contra su erección.
Sí, él, definitivamente, no había acabado con Harry todavía. Harry le dio un beso
rápido y se levantó.
―No toques eso mientras voy fuera. Es mío.
―¿Qué? Tú no puedes decirme que haga eso.
Los ojos de Harry destellaron, y Louis tembló cuando vio al león en ellos.
—Yo estoy diciéndotelo,— dijo.
Louis gimió lastimeramente y se hubiera corrido, justo entonces, ante la orden si él
no hubiera estado luchando contra ello tan duramente.
―Solo vuelve rápido,— dijo, las palabras saliendo con un quejido. Harry le giño un
ojo. ¡Él le hizo un guiño!
Luego se fue para hacerse cargo de su pequeño problema.

Harry estaba más allá de cabreado cuando dejó la casa de la piscina. Eric. Esa
maldita plaga. Harry debería haber sabido que volvería. Él no había esperado que en
algún momento, siempre volvería cuando Harry no fuera a por él.
No había estado mintiendo a Louis, sin embargo. Con la noticia del bebé, la
revelación de que Louis era su compañero, y el duro despertar que trajo consigo,
Eric había sido la última cosa en su mente.
Max cruzó sus brazos mientras caminaba a su lado.
—Sería mejor que esa mirada no sea para mí.
―No lo es,— dijo Harry.
Él entró en la casa principal, con Max, por la parte trasera, y Harry esperaba
encontrar a Eric arriba, en su habitación. La habitación que Harry había dado a Eric
para su uso personal, cada vez que él venía aquí.
Él no tuvo que subir las escaleras. Max le llevó a la sala de estar, y Eric estaba
sentado en el sofá. Él estaba vestido, afortunadamente.
Habitualmente él se mostraba desnudo. Harry realmente deseó que él no hubiera
caminado hacia Louis desnudo. Tendría que preguntarlo más tarde.
Los brazos de Eric estaban cruzados defensivamente sobre su pecho, sus piernas
cruzadas. Parecía que estaba tratando de cruzar todo su cuerpo. Los ya enojados ojos
de Eric se estrecharon en pequeñas rendijas cuando Harry apareció en la habitación.
―¿Tienes algo que quieras decirme?— Pregunto Eric. —¿O vas a traer a tu perro
para hacerlo, de nuevo?
Max gruñó. Harry sintió que tenía que hablar sin pelos en la lengua.
—No hay nada aquí que sea tuyo. Necesitas salir de mi casa.
―No estoy en tu casa, aparentemente,— Eric espetó. —Tú viviste en esa maldita
casa de la piscina todo el tiempo que estuvimos saliendo, no me dejabas entrar a
verte, ¿pero él tiene una llave del lugar?
―Él es mi compañero,— dijo Harry. Esto era irritante, pero él tenía la sartén por el
mango. No dejaría que Eric apretara sus botones y le hiciera enfadar. Él solo tenía
que sacar al hombre de aquí lo más rápido posible. Esa era la única cosa que
necesitaba hacer, entonces él podría volver con Louis.
Eric le miró por unos largos segundos, su boca presionada en una fina línea antes de
que se pusiera sobre sus pies. —Tú, ¡jodido bastardo! ¿Qué pasa conmigo?
―¿Qué pasa contigo?—Harry preguntó.
―Tú me diste boleto. Yo no rompí, exactamente, tu corazón.
―Ya veo. Yo no rompí el tuyo, tampoco,— Eric disparó de vuelta.
Harry no estaba seguro de si eso se suponía que era un insulto o no. ¿Eric estaba
molesto porque Harry no estuviera suspirando por él? Eso no parecía ser cierto, pero
Eric era del tipo de hombre que disfrutaba siendo el centro de atención.
Podría ser que Harry se estaba perdiendo algo. Tal vez Eric se implicó más de lo que
Harry pensaba. Podía haberle engañado.
―Eric, tú nunca diste una pista de que querías más que solo follar.
Nosotros solo estábamos divirtiéndonos. Tú me dejaste porque dijiste que no tenía
suficiente tiempo para ti y tú encontrarías a alguien más.
―Yo dije eso todo el maldito tiempo, ¡gilipollas!
Harry todavía no entendía porque él era el gilipollas en esta situación, y a él
realmente no le importaba ya.
―Louis es mi compañero, él está llevando mi hijo, y más que toda esta mierda, yo
lo amo.
―Oh, lo que sea, tú solo…— Eric se apagó. —Louis… ¿tú no estás hablando de ese
Billy, el niño con el que solías estar en la secundaria, no?
Harry podía prácticamente sentir a Max taladrando su nuca.
Harry estaba borracho, con Eric una noche, un par de noches en realidad, pero fue
una de ellas cuando Eric le había preguntado, por enésima vez, por su pasado, y
estúpidamente Harry finalmente se lo contó.
No todo, pero justo lo suficiente para que Eric se diera cuenta de esto ahora.
Y Harry estuvo callado demasiado tiempo, al parecer, porque fue lo suficientemente
largo para que Eric se diera cuenta de que tenía razón.
―Tienes que estar gastándome una puta broma. Nosotros tenemos una cosa en
marcha, ¿pero en el segundo que ese gilipollas vuelve a tu vida te deshaces de mí
por él?
―De acuerdo, tú pareces tener una memoria más corta de lo que pensaba porque,
por enésima vez, tú me dejaste a mí la última vez, y él no es un gilipollas.
―No, tienes razón. El solamente te llamó engendro enfrente de toda una escuela de
humanos paranoicos sobre los cambiaformas, y cortó contigo sin una explicación.
Eso es definitivamente la señal de alguien que no es un gilipollas.
Louis había tenido sus razones. Harry supo eso ahora. La cicatriz en la espalda de
Louis era la principal.
También, Eric sentado en su casa y llamando a su compañero gilipollas, era
demasiado. Él sintió al león salir rugiendo, a la vida, desde dentro de él, y Harry se
lanzó hacia delante, agarrando a Eric por detrás del cuello.
―¡Hey!— Eric gritó, sonando con el punto justo de miedo, para que Harry hiciera
retroceder al león. Él no se dio cuenta de que sus bigotes y garras estaban
empezando a salir, y a pesar de cuanto le estaba cabreando Eric, Harry no quería
arañar, o dañar seriamente, a un ser humano.
Él aflojó su agarre, pero todavía tiró de Eric hacia fuera de la sala de estar hasta el
final del pasillo, los pies de Eric prácticamente no tocaban el suelo.
―¡H-Harry! ¡H, vamos! ¡Déjame ir!
―No me llames así. Y no vuelvas aquí.
―¡Tomé un taxi hasta aquí!
―No me importa,— Harry soltó. Él abrió la puerta y empujó a Eric fuera de ella.
―Harry, ¡Te amo!
―No, no lo haces.— Harry le dio con la puerta en las narices. Eric golpeó con los
puños en el otro lado, llamándolo. Harry lo ignoró.
Max sacudió su cabeza, acercándose a él.
―Te dije que no me gustaba.
―A ti nunca te gusta nadie.
―Pero él era un excepcional dolor en el culo,— Max dijo, su nariz se arrugó
mientras hacía una mueca desdeñosa hacia la puerta, como si él pudiera ver al
hombre detrás de ella. —¿Qué has visto alguna vez en él?

Harry no había sabido lo que era, al principio. Sus personalidades definitivamente


no cuadraban, eso era seguro. Eric había sido una divertida distracción, a veces, y
Harry había hecho el número del novio- rico comprándole caros regalos y
llevándoselo de viaje. El sexo había sido bueno, también.
No fue hasta altas horas de la noche, cuando Harry había estado lo suficientemente
borracho como para hablar de que él parecía haberse dado cuenta de que era. Le
había hablado de Louis a Eric, y se había dado cuenta de cómo Eric se parecía un
poco a Louis si él simplemente dejara demaltratar su pelo, con tantos colores
diferentes, todo el tiempo.
Eric se había parecido a Louis. Eso era lo que Harry vio en él, y él nunca iba a
decírselo a Max.
―¿Y bien?— Max preguntó.
―Por favor, déjalo. —Harry suspiró y sacó su teléfono. Él llamó a un taxi y le dio la
dirección para que buscara a Eric. A continuación, llamó a un cerrajero para que
viniera a cambiar las cerraduras.
―¿Dónde vas ahora?—Max preguntó mientras Harry pasaba a su lado.
―A pasar tiempo con mi pareja.
Y, con suerte, reparar el daño que Eric había hecho. Harry acababa de recuperar a
Louis, ellos estaban finalmente en la misma página, y la última cosa que necesitaba
era un celoso ex novio danzando alrededor, añadiendo un drama innecesario a todo.

Capítulo cinco

Cuando Harry regresó a la casa de la piscina, Louis estaba tocando su polla. No solo
tocándola. Él estaba masturbándose de lleno, en el sofá. Las cortinas estaba todas
cerradas, pero aun así, había algo interesante en ver a su amante proporcionándose
un orgasmo a sí mismo, la manera en que su mano se movía arriba y abajo por la
longitud de su polla cuando él no se daba cuenta de que Harry estaba justo allí,
viéndole.
Él era hermoso. Esa era lo que pasaba con él. Mientras se retorcía en el placer que se
estaba dando a sí mismo, Harry no podía apartar la mirada. Él estaba paralizado, y a
pesar de que ordenó a Louis que no tocara su polla mientras estaba fuera, él no pudo
evitar querer ver más de esto.
Tal vez le pediría a Louis que lo hiciera otra vez cuando él estuviera mirando,
porque justo ahora Harry tenía otra cosa con la que tratar.
Como con la polla de Louis, por ejemplo. Eso era lago que él quería manejar justo
ahora.
Louis se dio cuenta de que Harry estaba allí antes de que este se anunciara a su
compañero. Louis volvió su cabeza, sus vidriosos ojos azules clavándose en Harry.
Él sonrió suavemente, su mano haciendo un círculo alrededor de su polla mientras la
otra tocaba y acariciaba sus pezones bajo su camiseta.
―Pensé que te había dicho que no tocaras eso,— dijo Harry. Louis le sonrió.
—Lo sé.
Una fina línea de sudor estaba formándose en su cara y garganta. En ese momento,
Harry se dio cuenta de que Louis estaba consciente de que Harry había estado allí.
Harry no estaba seguro por cuánto tiempo, pero ahora él estaba excitado. Ahora él
estaba más que un poco ansioso, y su pene se endurecía mientras pensaba cómo
hacer a Louis gemir y suspirar por él, en lugar de por su propia mano.
―Para ser honesto,— dijo Louis, tragando, sus ojos cerrados antes de que los
abriera y mirara a Harry, —Un poco de mí quiere ver que harás para castigarme.
La polla de Harry no solo saltó. Él casi se corrió mientras sentía sus testículos
estrecharse y cada nervio de su cuerpo encenderse con fuego y electricidad.
Louis gimió.
—Joder, puedo sentir como de excitado estás. ¿Es eso… es eso normal? ¿Es eso
parte del acoplamiento?
Harry asintió, y como no iba a ir a la oficina esta noche, él se quitó la corbata,
deslizándola por su cuello. Él la lanzó en la esquina, mirando la manera en que los
ojos de Louis permanecieron en la corbata.
―¿Te gusta eso?—Harry preguntó, trabajando en la chaqueta, luego se desabotonó
mientras Louis asentía.
―El lanzamiento de la corbata es muy caliente. La próxima vez tienes que dejarme
quitártela.
Harry se inclinó sobre su amante. Le dio una sonrisa maligna, ansiosa y con todos
los tipos de felicidad y excitación.
―Tal vez lo haga. La próxima vez. Y solo si haces lo que te diga. Louis gimió, y se
acercó, su boca buscando un beso.
Un beso que Harry no quería darle todavía. Él retrocedió justo cuando los labios de
Louis estaban a punto de hacer contacto.
Louis abrió sus ojos, confusión y un poco de dolor en ellos. Suficiente para que
Harry lo hubiera creído si él no estuviera perfectamente consciente de que su
compañero estaba tratando de manipularlo emocionalmente.
―Ah, ah,— dijo. —Tú has sido malo, ¿recuerdas? Louis gimió.
—Vamos,— rogó.
Harry sonrió.
—No voy a hacerte sufrir por demasiado tiempo,— dijo, luego se puso serio. —Eric
está fuera de la casa. Las cerraduras están siendo cambiadas y Max se está ocupando
de los detalles por mí.
Louis sonrió suavemente hacia él. Puso una mano en la nuca de Harry.
―Gracias.
Harry respiró aliviado.
—Yo soy el único que debería darte la gracias, —dijo él. —Agradecerte que no
salieras de aquí cuando él apareció.
Louis mordió sus labios y sacudió su cabeza. Él no dijo nada, Harry deseó que lo
hiciera, pero él podía decir que era una de las cosas que Louis simplemente no podía
dejar salir lo que realmente quería decir.
Eso estaba bien. Harry podía esperar, con tal de que Louis se quedara allí, siempre y
cuando no se marchara de nuevo, Harry podía manejarlo.
―Cuando él apareció en la piscina,— dijo Louis, humedeciendo sus labios. –Él dijo
cosas sobre ti, y yo estaba… yo estaba tan malditamente celoso. Yo quería
enfrentarme a él, pero no podía porque…— Louis se apagó.
Él no necesitaba terminar.
―Tú no querías entrar en una pelea mientras llevaras al bebé.
Louis asintió, su cara era una sombra rojo brillante, y todo el rastro del divertido
juego que estaban jugando desapareció casi completamente en ese momento.
Harry se inclinó y besó a su compañero. Él dejó que sus labios se unieran
completamente en un suave y lento balanceo. Harry inclinó su cabeza hacia un lado,
usando su barbilla para empujarse contra la de Louis. Él persuadió a la boca de su
compañero a abrirse para él, permitiendo que la lengua de Harry se deslizara
adentro.
Louis gimió otra vez, un suave sonido que volvió salvaje por el deseo al animal
dentro del cuerpo de Harry.
Él agarró las caderas de Louis, y Louis exhaló una aguda respiración de sorpresa a
través del beso que compartían, cuando Harry le subió a su regazo. Ahora Harry
estaba de rodilla en el sofá, y Louis estaba montado a horcajadas sobre él.
―Cierra los tobillos alrededor de mi cintura,— Harry ordenó, su voz era un
profundo, retumbante ronroneo.
Louis se estremeció y suspiró, hacienda rápidamente lo que le había dicho.
—Yo… yo me preparé a mí mismo cuando te fuiste.—dijo Louis. Miró hacia un
lado. Y Harry hizo lo mismo. Vio el lubricante en la esquina del sofá, oculto por el
brazo de este. —Eso es por lo que estaba tocándome. Quería estar listo cuando
volvieras, pero luego se sintió tan bien y yo tuve que seguir…
Harry le besó otra vez, antes de que él pudiera seguir balbuceando más. Él gimió a
través del beso, porque, Dios, eso era tan malditamente sexy. La imagen mental de
Louis empujando sus dedos en su agujero, extendiéndose a sí mismo para la polla de
Harry, que luego se volviera tan excitante lo que estaba haciendo que necesitara
seguir con ello…
Era un maravilloso pensamiento. Harry gimió mientras se separaba.
—Dios, la próxima vez déjame verlo.
El cuello y la cara de Louis estaban todavía de un rojo brillante. Sus orejas
prácticamente brillaban, y eso le hizo más adorable.
Ellos iban a hacer esto con Harry con la mayoría de la ropa puesta, y con Louis con
los calcetines puestos, porque Harry no tenía la paciencia de desnudarse en este
momento.
Él puso a Louis un poco más arriba de su cuerpo. Louis dio un grito apagado, pero
Harry fue rápido cuando presionó la corona de su erección en el agujero de Louis.
Louis suspiró y tembló. Él se había preparado a sí mismo, bien. Él estaba
resbaladizo y húmedo, haciendo más fácil a la cabeza de la polla de Harry atravesar
la primera resistencia.
Todo lo que tenía que hacer era esperar a la segunda resistencia para relajarse.
Louis estaba bien. Él suspiró mientras su cuerpo aceptaba rápidamente la polla de
Harry, y luego toda la longitud del pene de Harry fue empujada dentro del cuerpo de
Louis, ensanchando ese caliente, estrecho agujero.
Louis echó su cabeza hacia atrás, su cuerpo temblando mientras liberaba un
necesitado y entusiasta sonido.
―Oh, bebé,— Harry dijo cuándo el culo de Louis estaba presionado, ajustadamente
en sus caderas.
Se sentía tan bien. Louis siempre se sintió bien, pero se había vuelto mejor desde
que Harry se enteró que eran compañeros.
Era como si estuviera destinado a ser más que solo el apareamiento.
Louis era su amante, su mejor amigo, y su alma gemela. Oh sí, y el sexo con él era
increíble y frecuente. Eso fue como ganar la lotería. Era mejor que ser tan rico como
él era.
Y lo decía en serio.
Louis, como el mocoso impaciente que era, estaba ya moviéndose y contoneando
sus caderas antes de que Harry tuviera la oportunidad de preguntar si él estaba bien.
Suponía que no tenía sentido preguntar si Louis estaba tan ansioso que ya se había
puesto en marcha.
―Quiero que te corras dentro de mí,— dijo Louis, rebotando arriba y abajo de la
longitud de la polla de Harry, echando su cabeza hacia atrás y gimiendo. —Joder,
puedo sentir que me tocas en cada lugar dentro de mí.
Y Harry podía sentir el estrecho agarre del agujero de Louis en su polla.
Era como un guante de terciopelo, mejor que una docena de lenguas lamiendo su
eje, desde la base hasta la punta, al mismo tiempo. Harry no podía tomar nada más a
cambio de esto.
Y si el guante se ajustaba, ¿por qué no usarlo?
Harry se rió de su propio chiste estúpido que había hecho en su cabeza.
Louis abrió los ojos y le miró. Él le devolvió la sonrisa a Harry, y en este momento,
él fue el primero en iniciar el beso.
Harry se derritió en el beso, de la misma manera que se había derretido en todos los
besos anteriores. Él dejó que Louis se burlara de sus labios deslizando la lengua por
el pliegue. Harry abrió su boca, chupando la lengua de Louis dentro de su boca,
suprimiendo su naturaleza alfa, dentro de él, que le demandaba ser el único que
tomara el control de esto.
Solo un poco más. Él quería sentir ese suave, tranquilo desliz de la lengua de Louis
en su boca por solo un poco más de tiempo.
Harry gimió cuando la suave caricia de la lengua de Louis paró de repente de hacer
dibujos en su boca.
Al menos, eso era lo que sentía cuando Louis de repente, se retiró. Harry abrió los
ojos, mirando a su amante, quien estaba sonriéndole mientras rodeaba sus caderas,
empujándose adelante y atrás, con empujes todavía lentos y fuertes.
―Bésame justo así,— dijo.
Harry lo hizo. Él gimió mientras sus bocas se encontraban, y el león dentro de él
ronroneó mientras empujaba su lengua entre los llenos y dispuestos labios. Él gimió
otra vez cuando Louis la chupó, y Harry no pudo evitar la forma en que su agarre se
estrechó en las caderas de Louis. Él iba a correrse rápido, pero eso estaba bien. Él
tenía más para dar, y justo ahora solo quería hacer a Louis rogarle por que se
corriera dentro de él.
Harry sostuvo fuertemente los muslos de Louis, apoyándose en el agarre de Louis en
los hombros de Harry para mantener el equilibrio, mientras golpeaba sus caderas
hacia delante y hacia atrás.
Su beso se paró cuando Louis gimió ante el repentino pinchazo de placer dentro de
él. La manera en que Harry lo follaba, retrocediendo y manteniendo la postura por
medio segundo antes de empujar fuerte hacia delante, golpeando sus caderas juntas
en un irregular ritmo, hizo a Louis gemir tan hermosamente por él. Hizo sonidos de
gemidos desesperados, agudos gritos, y trató de empujarse contra las caderas de
Harry, pero eso hizo enloquecer el ritmo aún más.
Lo cual era bueno. Eso lo hacía mejor. Mucho mejor.
Louis continuó dando besos en la boca a Harry. Ellos nunca durarían mucho gracias
al ritmo y a la manera en que Louis rebotaba en el regazo de Harry. Además de eso,
la cara de Louis se mantuvo lo suficientemente cerca que Harry podía sentir su
cálido aliento resoplando contra su cuello y pecho. Sus narices permanecían
tocándose durante casi todo esto, y Harry chupó un lado de la garganta de Louis.
De repente, él fue golpeado por el deseo de dejar un chupetón en Louis, justo como
en los viejos tiempos, cuando se volvieron amantes, y nada se veía más sexy en ese
momento que hacer justo eso.
Así que, él lo hizo.
Harry sintió sus bolas estrecharse, sintió el placer hinchándose dentro de él,
explotando fuera de él mientras lamía y chupaba el lado de la garganta de Louis.
Harry gimió. Louis gimió, también, enrollando sus brazos fuertemente detrás del
cuello de Harry, todavía empujándose duro y fuerte contra él, y este momento fue
más salvaje y más duro, ya que Harry estaba jodiéndole con todo, expulsando todo
el placer que podía salir de sí mismo, dentro de Louis.
Hubo algo animal en el placer que obtuvo por correrse dentro de su compañero. Era
como si estuviera reclamando a Louis cada vez que hacía eso, y eso era bueno.
Siempre era bueno, pero en este momento era mucho mejor que bueno. Luego el
ritmo de los empujes de Harry se ralentizó.
Él se ordeño a sí mismo hasta que nada más podía salir. Harry sintió un pequeño
dolor, pero él estaba todavía duro. Él podía correrse otra vez si seguía empujando y
retrocediendo en ese estrecho agujero.
Y Louis estaba rogándole tan maravillosamente para que siguiera.
—Oh, joder, por favor, no pares. Estoy cerca, Harry, estoy cerca.
Así que eso es lo que hizo. Harry le dio una sonrisa torcida mientras inclinaba sus
caderas más cerca. Su polla y sus bolas estaban sensibles, pero pronto se olvidó de
eso mientras se enfocaba en disfrutar de los sonidos de su compañero gimiendo por
él. Harry lo jodió más lentamente esta vez. Él quería sacar todo el placer de Louis
ahora que había admitido estar tan cerca del orgasmo.
―¿Justo así?
Louis asintió, sus ojos estrechamente cerrados, su cabeza echada hacia atrás. Él no
contestó. O tal vez lo intentó y se convirtió en este largo, estrangulado gemido que
dejó salir.
Esa era la mejor opción, y Harry iba a quedarse con ella.
Él miró hacia abajo mientras se sostenía fuertemente a las caderas de Harry. Joder,
sus garras había empezado a salir y habían perforado la piel de Louis. Él retrajo sus
garras, enfocándose en sostener los muslos de Louis con sus dedos en lugar de sus
uñas.
Cada vez que Louis trataba de empujar sus caderas duro y rápido contra la polla de
Harry, Harry lo sujetaba fuertemente, impidiéndole que se moviera.
―¡Vamos, por favor!— Louis rogó.
―No,— dijo Harry. —Tú te corres cuando yo diga, ¿entendido?
―Oh, Dios.
Harry iba a tomar esto como un sí.
Demasiado pronto comenzó a sentir esa lenta acumulación presentarse, y Harry
sintió su propio orgasmo a su alcance. Todo lo que tenía que hacer era dejarlo ir,
tirar a Louis sobre el sofá, envolver sus tobillos alrededor de sus hombros, y joderlo
hasta que ambos se corrieran a la vez.
En realidad, eso no sonaba como una mala idea.
―¡Ahhg!
Louis gritó cuando Harry repentinamente lo giró y empujó su espalda contra el sofá.
—Quédate ahí,— dijo Harry, tratando de mantener su polla dentro del culo de Louis
mientras colocaba sus tobillos sobre sus hombros.
Se abrazó con fuerza a los muslos de Louis, y sintió el estremecimiento de
aprobación que Louis dejó salir, vio el brillo de sus ojos mientras empujaba hacia
delante rápido y fuerte.
Esta vez ellos iban a correrse juntos.
Louis alcanzó su polla, sacudiéndosela rápido, gimiendo y cerrando sus ojos.
―Justo allí. Justo así,— él gemía, su voz cambiando a un tono más alto mientras
gemía la última parte.
Harry sintió la necesidad de doblar a su compañero por la mitad, para que realmente
tomara todo mientras lo follaba, pero se recordó lo del bebé, y como no podía hacer
eso.
Eso estaba bien, esto todavía era bueno, y, joder, él estaba tan cerca, estaba justo allí.
Harry no pudo evitarlo, y algo del animal dentro de él salió libre. Él se sintió salvaje
y vivo mientras empujaba duro y rápido, gruñendo y gimiendo mientras el agujero
de Louis se apretaba alrededor de su eje, apretando su polla firmemente, mientras
Louis gemía con un sonido largo y alto, viniéndose sobre su estómago y pecho.
Fue el aroma de su esencia y el placer, combinado con el estrecho agarre de su
resbaladizo agujero, lo que condujo a Harry sobre el borde otra vez. Él se corrió
dentro de su amante, derramándose una segunda vez, reclamándole una segunda vez,
y Harry se quedó sin aire antes de que terminara empujando y derramando hasta la
última gota de placer fuera de él.
Las caderas de Harry empezaron a sacudirse. El placer se volvió incomodidad, pero
él no pudo parar la forma en que su cuerpo continuaba empujando hacia delante y
hacia atrás.
Finalmente, él no tenía nada más para dar, y Harry dio un grito apagado,
desplomándose. Debido a que era la cosa más cerca de su boca, Harry dejó un suave
beso en el tobillo de Louis, luego lo acarició.
Louis se retorció y rió.
—Eso hace cosquillas.
―Bien,— dijo Harry. —Si tuviera la energía, yo podría decidir torturarte con
cosquillas ahora mismo.
―Eres ruin.
―No, no lo soy,— dijo Harry, y con delicadeza quitó los tobillos de Louis de sus
hombros y se movió para tumbarse con él. El sofá era cómodo y ancho, pero todavía
era una necesidad, para un alfa cambiaformas-león, acurrucarse con su compañero.
Harry hizo el movimiento. Besó el hombro de Louis, luego su cuello antes de
establecerse, un profundo ronroneo vibró a través de su pecho cuando inspiró
profundamente y se mantuvo en la calidez del cuerpo de Louis.
Las puntas de los dedos de Louis acariciaron arriba y abajo de los brazos de Harry.
El toque era reconfortante y muy suave, Harry apenas lo sintió a veces.
―No te había oído ronronear así por mucho tiempo,— él dijo. Harry abrió sus ojos.
―¿No?
Él estaba seguro de que había estado ronroneando, alrededor de Louis, unas cuantas
veces antes. Tal vez Louis se refería a como de intenso Harry había ronroneado, o tal
vez Louis había estado tan cansado las últimas veces que no había oído a Harry
hacerlo.
El hecho de que Louis estaba despierto y consciente de las cosas en este momento
hacía que Harry se sintiera un poco más abierto a la idea de ronronear y acurrucarse
con su compañero.
―¿Cómo suena ahora?—Harry preguntó, acercando a Louis y ronroneando en su
oreja.
Louis sonrió y se retorció. Su risita fue unos de los más hermosos sonidos que Harry
había oído en un tiempo.
―Suena bien. Suena bien, idiota,— dijo él.
Harry dejó salir un poco más del león. Solo porque él hubiera tenido dos fabulosos
orgasmos no significaba que el animal dentro de él estuviera listo para irse a dormir
todavía.
Todavía tenía un buen sentido del control, ahora que él no estaba perdido en el
placer, es decir. Las únicas partes de sí mismo que Harry permitió cambiar fueron su
cara y bigotes, y su cola también salió, dando chasquidos en el aire sobre ellos.
Louis la vio, su cola de Harry con la borla de pelo anaranjado al final, y puso una
suave sonrisa en su cara.
Entonces Harry pegó sus bigotuda cara contra la curva del cuello de Louis, y él se
deleitó con los gritos de risa que Louis dejaba salir mientras ronroneaba contra la
piel de Louis y le embaucaba en sumisión.
Louis se reía mientras trataba de empujar a Harry, pero Harry no quería ser retirado.
Él iba a conseguir que su compañero gritara pidiendo clemencia lo suficientemente
pronto.

Capítulo seis
Las cosas estuvieron mejor después de eso. Dos semanas pasaron y Louis fue a su
próxima revisión médica. Aunque él había mostrado una gran mejora en su salud,
por desgracia, el doctor, solo para estar seguro, no quería que Louis pasara más de
dos horas fuera de la cama. Tres, si él estaba absolutamente seguro de poder
manejarlo.
Él odiaba esto. El odiaba estar tumbado en la cama mientras Harry estaba siempre
en el trabajo.
Él no iba a culpar a Harry por ello. Tenía sentido. Ese día Louis había llamado a
Harry para que volviera a casa y él se había quedado, obligado a ocuparse del
intruso en la casa y velar por los sentimientos de Louis, lo que había acabado,
naturalmente, en una acumulación de trabajo para él. Una gran parte del tiempo que
Louis había pedido a Harry que pasara con él, era olvidado por Harry.
Era dejado atrás con sus reuniones, con sus inversores, y con todas las llamadas que
él tenía que hacer si quería que su compañía funcionara exitosamente.
Louis nunca echó la culpa a Harry por eso. Eso era su vida, y él la había construido.
Él no siempre había usado los métodos más honorables, ¿pero quién lo hacía?
De cualquier manera, eso dejaba mucho tiempo solo a Louis. Una de las amas de
llaves de la casa principal tenía una llave de emergencia de la casa de la piscina, para
cuando Louis estuviera tumbado en la cama y no pudiera moverse, pero esas
emergencias consistían en sus antojos. A pesar de las órdenes del doctor, Louis no
iba a dejar que nadie le llevara al baño y lo trajera de regreso. Él hacía eso por sí
mismo, volviendo a la cama antes de que cualquier daño pudiera ser hecho al
pequeño cacahuete creciendo dentro de él.
Tendría que ser más grande que un cacahuete por ahora. Louis lo comprobaría en los
libros de bebés.
Él hacía mucho de eso mientras estaba atrapado en la cama, también. A menudo,
cuando él tenía sus dos o tres horas libres de esta prisión, pasaba ese tiempo en la
piscina. Cuando Louis se había dejado el libro olvidado la otra vez, ¡cómo no! Él
libro estaba en el agua cuando fue a buscarlo. Ese gilipollas de Eric debió haberlo
tirado dentro. Al menos no era difícil encontrar otra copia. Así que Louis pasaba
mucho tiempo con Sam en el agua. Cada vez que pasaba demasiado tiempo, y no
quería que el ama de llaves le delatara, él iba a una de las camas de la mansión para
esperar a que Harry volviera.
Él siempre encontraba a Louis, finalmente.
Algunas veces Harry estaba demasiado cansado para hacer más que deslizarse al
lado de Louis, y Louis oía los suaves ronquidos de su amante al momento que su
cabeza golpeaba la almohada.
Y si eso no era lo suficientemente malo, Harry se levantaba más temprano que Louis
cada mañana, también.
Él era como una máquina. Incluso un alfa no podía seguir a este ritmo, y Louis
estaba empezando a preocuparse por algo más que su propia salud.
Eso hacía a Louis estar impresionado y orgulloso, a la vez que preocupado. El hecho
de que Harry había sido capaz de tirar hacia arriba saliendo de la nada, fue por su
duro trabajo, a causa de su fuerza de voluntad para levantase temprano cada mañana,
no importaba cómo de cansado estuviera. Su éxito y su voluntad de seguir y seguir,
incluso cuando él debería de estar exhausto probaba que Harry se merecía todo lo
que tenía.
Afortunadamente, Max estaba ayudando a sacar adelante mucho del trabajo que se
suponía tenía que estar repartido equitativamente, por lo que Harry podía pasar algo
de tiempo con Louis.
Por mucho que Louis estuviera incómodo alrededor del otro hombre, él no podía
evitar estarle agradecido.
Algunas veces Harry venía a casa más pronto gracias a Max, y él se las arreglaba
para permanecer despierto y acurrucado en la cama con Louis por unas cuantas
horas antes de que ambos se durmieran.
Otras veces, cuando Harry quería dar algo a Louis, Max era, por lo general, el
encargado de entregarlo si no se podía encontrar un repartidor antes.
Podría ser cualquier cosa, desde alimentos para la salud, a una nueva novela de
misterio que Harry había visto durante un almuerzo ejecutivo, incluso una carta de
amor escrita a mano.
Eso último le había hecho sonrojarse a Louis, y Max había parecido menos que
complacido de tener que entregar ese tipo de cosa.
Hoy eran más comida sana y vitaminas para Louis y para el bebé. No había siempre
un cocinero en la mansión, ya que solo estaban Harry y Louis, y a Harry le gustaba
cocinar, por lo que la mayor parte Harry podía tener al cocinero en su edificio
preparando algo para que Harry se lo pudiera enviar a Louis.
Parecía que era su forma de mantenerlos unidos. Ellos podían comer la misma
comida, solo que no en la misma habitación.
A Louis le gustaba ese sentimiento, y él estaba encantado con ese cocinero que
Harry había contratado.
―Asegúrate de comer todo esto o Harry tendrá mi culo,— Max farfulló, cruzando
los brazos y mirando por la ventana.
Ellos estaban en la mesa de la cocina, de la casa de la piscina, hoy. Louis no había
agotado todas sus horas de libertad en el momento que Max había aparecido, y él
estaba ansioso por comer algo sin estar en la cama.
Comer en la cama era genial, pero después de la enésima vez y el incontable número
de veces que se le había caído o derramado algo en las sábanas, aquello perdió su
encanto.
Pero ahora que Max estaba aquí, Louis dejó de oler los aromas viniendo de debajo
de la tapa de metal para mirar al hombre.
―Hey, uh, gracias. Max asintió.
—De nada.
―No, quiero decir, por todo,— dijo Louis.
Max se giró a mirarle, un ligero ceño se instaló en sus cejas.
Louis apartó la mirada, y miró la comida.
—Quiero decir, tú y Harry están siempre tan ocupados, y entonces yo vengo y
absorbo mucho de su tiempo. Puedo decir que no te gusto, pero te estoy agradecido,
ya sabes, por toda la ayuda que le das a Harry. Tú eres un buen amigo.
Max le miró un momento más. Louis le volvió a mirar, esperando una respuesta, y
comenzó a sentirse súper incómodo cuando no la recibió.
Después de lo que debió ser el minuto más largo de su vida, Max rodó sus ojos y
aparto la mirada de él.
—Ni lo menciones.
Max se marchó. Él normalmente esperaba hasta que Louis al menos había comido la
mitad, así podía darle el informe a Harry de que el apetito de Louis era todavía
bueno. Ese no era siempre el caso, y Louis había tratado de ocultar eso, por
vergüenza, unos cuantos días, así que Harry quería saber esas cosas a través de Max.
Louis no lo entendía. ¿Qué le había hecho a Max?
Harry vino a casa dos horas antes esa noche. Cuando entró a las diez en punto, Louis
se incorporó de un salto, dejando caer su libro.
Había estado dormitando, pero ahora que su compañero estaba en casa, estaba
completamente despierto.
―Has vuelto,— dijo, una oleada de placer se expandió en su pecho mientras abría
sus brazos a su amante.
Harry cogió la indirecta, y sonrió mientras entraba en ellos, abrazando a Louis fuerte
y besándole en la mejilla.
―¿Cómo estuvo tu día?
―Bastante bien. Creo que he encontrado una manera de conseguir que mi programa
funcione.
Harry iba a hacer una flamante novedosa aplicación y venderla. Una que permitiría a
las personas acercar el micrófono a una canción y mostraría una lista de todas las
que tuvieran un tono similar y usaran muchos de los mismos instrumentos.
Él se imaginó que podía ser bueno para personas buscando material de libre y de
código abierto para sus películas caseras, videos de YouTube, libros, y cualquier otra
cosa por la que ellos no quisieran ser demandados.
Al igual que con todo lo que era nuevo, todavía había un montón de errores, y la
base de datos era increíblemente pequeña.
Harry le besó de nuevo, y hubo una energía en su beso que hizo que Louis se
encendiera, eso hizo su piel hormiguear y toda su energía volvió en un profundo
zumbido.
Casi se sentía como un exceso de cafeína. La mejor clase de subidón de cafeína que
podría haber.
Louis sonrió.
—¿Qué estas tramando?
―Es una sorpresa,— Harry dijo, levantándose y tirando de la corbata.
―¡Espera!— dijo Louis.
Los ojos de Harry se ensancharon, después se inclinó.
—Cierto. Lo olvidé.
Louis deshizo la corbata y la sacó por el cuello de Harry. Él sonrió cuando llevó a
cabo su pequeño fetiche.
—De acuerdo. Ya estás. Ahora, ¿qué me estabas diciendo de una sorpresa?
Harry movió sus cejas.
—Tú no vas a engañarme,— él dijo.
Y ahora Louis estaba ansioso. Él tenía que saber cuál era la sorpresa, porque, como
ya había comprobado, Harry era bastante bueno con las sorpresas. La primera
navidad que pasaron juntos fue mayormente espectacular mientras Harry le mimaba
más allá de lo inconcebible Louis se había sentido un poquito culpable por no ser
capaz de dar a Harry tanto como Harry le había dado, pero lo pronto lo olvidó del
todo cuando Harry incluyó algo sentimental y divertido con los muchos caros
regalos.
Cupones para sexo.
Sip, ese fue un buen día. Louis aprovechó esos cupones malditamente rápido, sin
embargo.
Él había obtenido más por su trigésimo cumpleaños. Eso había sido divertido,
también.
Hoy parecía que iba a ser uno de esos días porque Harry tenía una mirada en su cara
que decía que tenía algo alucinante y divertido en mente.
―¿Son más cupones? Dime que son más cupones.— dijo Louis. Cada día que el
bebé se hacía más grande dentro de él, parecía que su deseo sexual se multiplicaba.
Los cupones sonaban como una maravillosa sorpresa en este momento.
Pero Harry frunció el ceño incluso mientras sonreía.
—¿Cupones? ¡Oh!—él rió fuertemente. —No, no te he traído cupones sexuales.
Louis gimoteó.
—¿De verdad?
Harry se quitó su chaqueta. Él tiró, lo que debía ser una chaqueta de tres mil dólares,
al suelo mientras volvía su atención a Louis. Ese brillo animal del león en sus ojos
estaba de vuelta mientras avanzaba a gatas por la cama.
—Tú puedes pedirme favores sexuales cuando quieras. No necesitas un cupón,—
dijo él.
―No, pero los cupones lo hacen divertido,— Louis respondió.
―¿Tan divertido como esto?— Harry preguntó, retirando lentamente la ropa de
cama que estaba tapando hasta la mitad del pecho de Louis, exponiendo su cada vez
más grande vientre, y sus piernas.
Él llevaba unos bóxer sueltos, y su pene no estaba teniendo vergüenza de mostrar
que estaba allí debajo.
Louis tragó saliva. Él sacudió su cabeza.
―Esto es bastante divertido, también― Él admitió.
Harry sonrió mientras se inclinaba sobre él, presionando un suave y dulce beso en la
boca de Louis.
Louis cerró los ojos, saboreando la calidez de esos labios, la sensación de calor que
rodeaba todo su cuerpo, y no era como si Harry estuviera completamente arriba del
todavía. Él estaba justo allí. Justo donde Louis lo quería.
Harry se apartó. Louis había sentido al hombre sonriendo a través de su beso, y él
todavía estaba sonriendo ahora.
—Vendí el veinte por ciento de mi parte de la compañía a Max.
―Tú…— Louis parpadeó. —¿Tú, qué? Harry se sentó, todavía sonriendo.
Esta medianoche, él tendrá el setenta por ciento de la compañía y yo tendré el
treinta.
Louis sacudió su cabeza.
—No lo entiendo. Tú levantaste esta compañía desde cero. ¿Por qué harías eso?
Él no estaba disgustado o enfadado. No era su compañía por lo que no era asunto
suyo. Pero valió la pena, y mucho, y Louis no veía como esto podía beneficiar a
Harry.
Harry tomó una de las manos de Louis entre las suyas. Él acarició sus dedos,
trayendo de vuelta ese calor calmante a su piel.
―Lo hice para poder pasar más tiempo contigo,— dijo Harry. Él levantó la vista y
se reunió con los ojos de Louis. Louis fue golpeado por la sinceridad que vio allí. Su
corazón se paró y su pecho se apretó.
―¿Hiciste esto por mí?
―Por ti, por el bebé, y por mí.— Harry admitió. Él sacudió su cabeza. — Es algo
que he estado pensando mucho desde que me enteré que estabas embarazado. Yo sé
que las cosas están todavía inestables entre nosotros…
―Tú no tenías que vender la mayor parte de tu compañía para probarme nada,—
Louis dijo rápidamente.
―Lo sé, lo sé. Eso no es lo que estaba intentando decir.— Harry le miró justo a los
ojos, y era difícil no ser totalmente absorbido por todo lo que Harry le estaba
diciendo.— Esto no estaba destinado a ser un gesto de lealtad a ti. Sé que no lo
habrías apreciado. En realidad es porque estoy cansado de venir a casa después de
media noche cada día, y desde que estoy pidiendo más ayuda a Max de todos
modos, esto parecía encajar. Yo no puedo responsabilizarme de la compañía y cuidar
de ti y del bebé al mismo tiempo. Es demasiado. Me gusta pretender que puedo
hacer todo a la vez, pero realmente…

Louis escuchó todo, y él le creía. Él creía todo lo que Harry le estaba diciendo
porque era la única cosa que tenía sentido.
Harry era ese tipo de hombre. Él era el tipo de hombre que podía dar la mayoría de
su compañía a su mejor amigo para poder tener una vida con su familia, y Louis
sintió una ola de afecto expandiéndose en su pecho. En realidad dolía, pero de la
mejor manera posible.
Louis envolvió sus brazos alrededor del cuello de Harry y le acercó. La boca de
Harry se curvó en una sonrisa feliz cuando sus labios se encontraron, y Louis solo lo
besó.
―Te amo muchísimo,— dijo Louis.
Harry se tensó. Louis se rió.
—Lo siento, no era mi intención soltarlo de buenas a primeras.
―No,— Harry suspiró, curvando sus brazos alrededor de la espalda de Louis y
sosteniéndolo estrechamente. Él se rió. —Eso es lo mejor que he oído en todo el día.
Louis lo dijo otra vez. Y otra vez después de esa. Él estaba tan lleno de energía y de
cariño que su cuerpo no parecía saber qué hacer con ello. Él estaba volviéndose
malditamente loco y estaba nervioso.
Él se mantuvo besando a Harry. Sus excitados besos se volvieron calientes y lentos.
Harry delicadamente se empujó contra el pecho de Louis, facilitándole que se
tumbara sobre su espalda en las sábanas.
Louis se abrazó con fuerza a los hombros de Harry, abriendo sus muslos para su
amante. Para el hombre con el que iba a pasar el resto de su vida.
Eso probablemente debía asustarle a muerte, pero no lo hacía. Era un alivio saber
que su amante estaba justo aquí, y que todavía se tenían el uno al otro a pesar de
todo lo que les vino encima.
Ellos lo hicieron como adolescentes en celo. Básicamente, como ellos solían hacer
cuando eran realmente adolescentes. Llenos de energía, en el amor y en la lujuria.
Era mejor ahora desde que Louis dejó que Harry llegara hasta el final, ahora que
eran adultos.
Y Harry estaba rápidamente aprendiendo todas las señales de Louis, la más común,
cuando decirle que se corriera y tomara lo que él quería. Lo cual era increíble desde
que Louis no era capaz de decir mucho con la boca cuando estaba ocupado con otra
cosa.
El hecho de que sus manos buscaran a tientas el cinturón de Harry y la cremallera de
sus pantalones, era probablemente una gran conversación.
Las palmas de las manos de Harry cayeron entre las piernas de Louis, buscando su
todavía dura polla. Louis suspiró, pero Harry gimió, como si la polla que estuviera
acariciando fuera la suya.
—Oh, bebé. Necesito follarte.
Harry estaba ya quitando el pijama de Louis, lo que fue bastante fácil ya que solo
llevaba pijamas después de todo. Aun así, cuando Louis finalmente se quitó su
bóxer, él suspiró cuando su polla surgió y golpeó contra su hinchado vientre.
Eso se sentía bien. Se sentía como si se hubiera despojado de la ropa más apretada
que había llevado en su vida entera.
Los dedos de Louis se envolvieron en un puño alrededor de su polla. Él se acarició a
sí mismo, pero no para aumentar el placer. Lo hizo para aliviar el dolor.
―¿Qué te dije sobre no tocar eso? —Harry preguntó.
Louis se detuvo, y luego sonrió mientras dejaba su mano caer.
—Tienes razón. Lo siento.
Harry sonrió, sacudiendo su cabeza y todavía fingiendo estar enfadado.
—Seguro, lo que digas. Mi amante simplemente adora cuando actúa de jefe en la
cama así puede desobedecerme.
―Eso siempre es divertido.
―Tú, maldito mocoso,— dijo Harry, sin tensión en su voz cuando descendió sobre
la parte superior de Louis.
Sus cuerpos se juntaron. Piel caliente contra piel, pero últimamente no era tan, ¿cuál
era la palabra que buscaba? Apropiado. Ellos no encajaban de la misma manera que
hacían antes.
A pesar de que disfrutó del beso, él era muy consciente de que Harry no podía poner
todo de su peso corporal encima de él. No de la manera que solía hacerlo, la manera
de la que disfrutaba Louis.
Era frustrante. Aún no estaba muy grande y ya se sentía como si estuviera enorme.
Él no sabía cómo se supone que iban a hacer esto dentro de un par de meses cuando
tuviera el tamaño de un dirigible. Él realmente no sabía.
Pero entonces una idea hizo clic en su cerebro, y Louis empujó contra el pecho de
Harry.
―Déjame levantarme. Harry se retiró.
—¿Todo bien?
Louis asintió.
—Sí, súbete a la cama.
Harry rió. Él dejó salir un gemido cuando Louis se puso de rodillas y se volvió. Él
sonrió, por encima del hombro, a su amante.
―Jódeme así. Amo cuando lo haces así.
Los ojos de Harry se dilataron. El iris negro creció cuando Harry puso sus manos en
las caderas de Louis. Louis pudo decir en este momento que iba a tener mucha
diversión.

Capítulo siete
Harry sintió el gato dentro de él paseando y gruñendo para salir, pero él lo mantuvo
a raya. Parte de él quería dejarlo suelto, pero a pesar de que compartía a su
compañero con su lado animal, no quería compartirlo físicamente. Louis era para él
y para nadie más, y la manera en la que Louis estaba de rodillas contra el cabecero,
de esa manera, mirando por encima del hombro, dándole a Harry esa mirada de ven-
aquí, que era más allá de sexy.
Harry gimió, apretándose contra la espalda de Louis, su polla empujando contra el
culo de su compañero mientras besaba la nuca de Louis.
Louis tenía dos pequeños lunares ahí detrás, y eran sus dos cosas más favoritas del
mundo para Harry.
Eso, y empujar su polla contra el culo de Louis, jugar con ellos, hacienda a Louis
estremecerse, y escuchar los pequeños gemidos que su compañero dejaba salir. La
cabeza de la polla de Harry se hinchó y palpitó con cada embestida, y cuando Louis
empujó su culo contra él hizo que estuviera malditamente cerca de volverse salvaje.
―Harry, por favor,— Louis rogó.
Y, por supuesto, Harry le dio a su compañero lo que necesitaba. Él era un alfa con un
compañero embarazado. Estaba casi programado para velar por las necesidades de
Louis y hacerlo con entusiasmo.
El hecho de que Louis quisiera sexo justo ahora era el bonus.
―Joder,— Harry maldijo, alcanzando el lubricante.
―¿Qué?— Louis miró sobre su hombro. Harry sacudió su cabeza.
—Tenía planeado que me rogaras por ello. Ni siquiera puedo convocar la fuerza de
voluntad para eso.
Louis rió, pero luego suspiró cuando Harry presionó dos dedos resbaladizos contra
su agujero.
Él no solo suspiró. Él cerró los ojos y dejó su cabeza caer hacia atrás, una señal
clásica de placer. Él era tan hermoso. Su garganta era hermosa y llamaba a Harry a
besarla y lamerla y chupar en ella.
―Te quiero dentro de mí,— Louis gimió, empujando su culo hacia los dedos de
Harry. –Dios, lo necesito.
―Puedo sentir que lo haces,— dijo Harry. ,—Tú estás apretándome los dedos.
Louis se rió.
—Síp. Y quiero apretarme alrededor de algo más, sin embargo. Santo Dios.
Las palabras de Louis, la mirada en sus ojos, y la manera en la que sonreía a Harry
sobre sus hombros, no inspiraban exactamente mucho de auto-control por parte de
Harry. No cuando él sentía este descontrol, cuando sentía esta profunda necesidad de
su compañero. Él iba a perder el control si no era cuidadoso.
Pero, Dios, los ruidos que Louis hacía estaban malditamente cerca de ser
pornográficos. Louis empujaba sus caderas hacia atrás, y luego hacía círculos con
ellas.
―¿Estás seguro de que necesitas mi polla?— Harry preguntó, divertido.
—Parece que lo estás haciendo bastante bien sin ella.
Él puso un pequeño falso tono herido en su voz, pero solo porque sentía juguetón, y
se figuraba que Louis se podía sentir de la misma manera.
Él estaba en lo correcto, aunque la respuesta de Louis era más desesperada que
juguetona.
—La necesito.― él dijo.
Bueno, ¿quién era Harry para discutir con su amante?
―Solo relájate,— dijo Harry, sacando sus dedos y agarrando el bote de lubricante,
abriéndolo. Él exprimió algo más en su mano y untó el grueso eje de su polla con él.
―Elévate un poco. Yo te colocaré luego.
Louis hizo lo que le dijo. Harry se colocó de modo que la espalda de Louis estaba
firmemente presionada contra el extenso pecho de Harry, y eso era lo que ambos
necesitaban. El total contacto de piel contra piel. Dios. Eso era justo lo que Harry
había necesitado. Él suspiró, sujetando la cadera de Louis con una mano y su polla
con la otra, guiando la gruesa, hinchada cabeza hacia el estrecho agujero de Louis.
Louis tensó sus muslos para mantener arriba, incluso cuando empezó a hundirse
lentamente hacia abajo. Harry gimió cuando la gruesa cabeza de su polla pasó a
través de esa primera resistencia, y Louis echó la cabeza hacia atrás, sobre el
hombro de Harry cuando la longitud empujó a través de la última, dejándolo abierto,
su culo agarrando la erección de Harry en un apretado, hábil agarre caliente.
Harry volvió la cabeza de Louis, necesitando ver su cara, pero necesitando más su
boca.
Porque de su beso anterior, los labios rosa de Louis se habían hinchado a un buen
tamaño, y Harry gimió mientras besaba a su amante, empujando su polla hacia
delante.
Él se tragó los sonidos de los gemidos de Louis, y él se deleitó con la sensación de
su amante empujado sus caderas contra las de Harry.
―Oh, sí,— Louis gimió, sus bocas todavía parcialmente conectadas. — Esto es lo
que necesitaba.
Cuando Louis abrió sus ojos parecían ligeramente embriagados. Él parecía que había
tomado un par de copas antes de que empezaran a tener un buen momento.
―¿Qué necesitas?— Harry necesitaba oír a Louis decirlo, incluso cuando él ya lo
sabía. —¿Qué necesitas? Dímelo.
―Te necesito a ti,— Louis gimió, luchando por respirar. Él apartó su cara de la de
Harry, pero solo fue capaz de retirarla por un momento, antes de que Harry le
obligara a mirarle otra vez. —¿Necesitas mi polla?
―Eso, también,— Louis jadeó, asintiendo.
Y el pecho de Harry se encogió como si hubiera recibido un puñetazo.
Él ralentizó el movimiento de sus caderas por una fracción de segundo antes de
abrazarse estrechamente a los hombros y pecho de Louis, tirando del hombre para
otro beso. Él empujó sus caderas duro y rápido, tragándose cada gemido, tomando
todo lo que Louis le daba, y dando a su compañero todo el placer que podía
devolverle.
Louis lo amaba y Louis lo necesitaba. Harry se había convencido, hace tiempo, que
Louis era el diablo disfrazado, pero todo este tiempo que había sido compañero de
Harry, y a pesar de como las cosas habían terminado entre ellos cuando eran
jóvenes, Harry no había dejado de estar enamorado de él.
Ellos iban a tener un bebé, y Harry iba a tener suficiente tiempo para pasarlo con su
familia gracias al nuevo trato con Max.
Harry estaba concentrado en estas cosas casi tanto como en el placer que le recorría
con cada duro empuje, hasta que sintió que su orgasmo empezaba a encumbrarse.
Todos los pensamientos románticos dejaron su mente cuando se enfocó en ese
clímax. La única cosa que él mantuvo en su mente era el deseo de asegurarse que su
pareja se corriera a la vez.
Louis no se corrió a la vez que él. Él se vino primero, pero eso todavía era bueno.
Era tan bueno escuchar los gritos de placer que llenaron el espacio de la habitación,
sentir los temblores y espasmos del cuerpo de Louis mientras Harry le tiraba hacia
atrás contra él, y la manera que su entrada se estrechaba alrededor de la polla de
Harry.
Ese era el punto álgido. Harry presionó su frente contra la nuca de Louis, liberando
un corto grito mientras sus bolas se apretaban, casi hasta el final, en su cuerpo, y esa
hinchazón de placer que había estado construyéndose dentro de él, finalmente se
liberó dentro de su amante.
Los únicos sonidos eran sus jadeos. Fue un orgasmo muy rápido, pero aun así era
bueno porque Harry tenía a Louis allí con él.
―¿Harry?—Louis preguntó después de un momento de recuperación.
―¿Sí?
Louis gimió, sonando avergonzado.
—Quiero hacerlo otra vez.
Harry parpadeó, luego empezó a reírse, tirando a Louis hacia él, y Harry se puso en
cucharita detrás de él, abrazando a su pareja estrechamente, besando su hombre
mientras mecía sus caderas hacia delante y hacia atrás en un suave movimiento.
Humano bobo. ¿No sabía que estaba durmiendo con un alfa?
Ellos hicieron el amor, follaron duro, luego hicieron el amor otra vez antes de
relajarse y mirar el reloj. Harry celebró a medianoche, el cambio legal de la mayor
parte de su compañía a Max, con algo de vino. Él sirvió a Louis Sprite en un vaso de
vino, y luego brindaron.
Harry podría hacerlo otra vez, pero poco después, Louis aparentemente había
perdido toda esa energía con la que había estado funcionando y comenzó a roncar
suavemente.
Harry tuvo que coger el vaso de su amante para prevenir que se derramara en las
sábanas.
Harry se detuvo en seco, dejando el vaso sobre la mesilla de noche, él estudió los
rasgos de Louis. Amantes no era la palabra correcta para lo que ellos eran. Nunca
más. Compañeros contenía todos los tipos de intimidad en ella, pero para un
humano, esa palabra no significaba exactamente lo mismo que para Harry.
―¿Louis?—Harry se inclinó más cerca, escuchando el corazón de Louis.
Había una posibilidad de que él estuviera todavía medio-dormido. Incluso si no lo
estaba, Harry quería decir estas palabras en voz alta.
―Cásate conmigo,— él dijo.
Louis roncó un poco más.
Harry sonrió, besando los nudillos de Louis, y agarró un trapo húmedo del baño para
poder limpiar el vientre de Louis y así ellos podrían dormir más confortablemente.
Él se lo pediría otra vez más tarde. Tenía que hacerlo perfecto. Después del terrible
comienzo que tuvieron, después de toda esa mierda que Louis había atravesado con
su familia, él se merecía eso y mucho más.

A pesar de que Harry había vendido el veinte por ciento de su compañía, él todavía
tenía que ir a trabajar. Solo significaba que él tenía un horario más cerca del normal.
Un poco.
Él todavía poseía parte de la compañía que producía un efectivo importante, y eso
significaba que se despertó a las seis y media de la mañana en vez de a las cinco, y
volvió a casa a las cinco de la tarde, en vez de tan malditamente cerca de media
noche, o incluso pasada la media noche en algunos casos.
En los primeros días, Louis había visto a su compañero con diversión.
Harry había llegado a casa más tarde que la mayoría de los tipos trajeados, pero
todavía era algo temprano comparado a lo que solía ser. Él parecía deambular por la
casa aturdido, sin saber cómo quería pasar todo este nuevo tiempo libre que tenía en
sus manos.
Su primera elección, por supuesto, sexo. Dado que las hormonas de Louis estaban
fuera de control, estaba más que feliz de dar a Harry lo que necesitaba tantas veces
como se lo pedía.
Eso era genial.
La segunda elección de Harry fue pasar más tiempo en su forma de alfa,
merodeando por el patio trasero, asustando a las ardillas. Louis pensó que era lindo.
Otra revisión más tarde, y Louis recibió el permiso de pasar el día entero fuera de la
cama. Él no tenía permitido hacer ningún ejercicio importante, correr, levantar peso,
ese tipo de cosas, pero él era finalmente libre, y él podía conducir.
La primera cosa que hizo fue conducir hacia el edificio donde Harry trabajaba para
darle algo de almuerzo, para él y para Max.
Lo que él no había esperado era que Eric estuviera allí cuando se presentó.
El hombre estaba gritando tan alto que Louis podía oírlo desde la sala de espera
justo en el exterior de la oficina de Harry.
La rubia recepcionista detrás de mostrador se veía increíblemente incómoda
mientras hablaba al teléfono, tratando de trabajar a pesar de los gritos que estaban
produciéndose en la otra habitación.
Y Louis no iba a mentir. Parte de él sentía la casi inconfundible urgencia de espiar,
de escuchar lo que se decía sobre él y sobre Harry, pero él no quería hacer eso. No
quería ser el tipo de compañero que espía a su amante.
Por lo que él caminó hacia la puerta y la abrió, entrando.
Harry y Eric estaban en el centro de la oficina. Casi parecía que ellos estaban
teniendo algún tipo de enfrentamiento, con la gran diferencia de que solo Eric
parecía estar en una pelea.
Su postura, con los pies separados, la espalda recta mientras gritaba a la cara de
Harry decía mucho.
Los brazos de Harry estaban cruzados y su pelo era una enredada melena de león
alrededor de su cara. Si no hubiera sido por eso, podía no haber habido una señal
externa de que estaba molesto con lo que estaba ocurriendo.
El hecho de que el león estuviera luchando por salir significaba que estaba cabreado.
Él miraba a Eric con una expresión indiferente en su cara. Louis casi sintió un poco
de pena por el otro humano por ser tan apasionado sobre como de herido estaba,
cuando Harry a duras penas parecía importarle.
Entonces se recordó a sí mismo que Eric había entrado a la casa que compartía con
Harry, completamente desnudo, y con toda la intención de dormir con el compañero
de Louis.
Oh, sí, y tiró el libro de Louis a la piscina. Que le jodan. Louis no sentía más
simpatía.
Max estaba en la esquina, apoyado contra la pared, sus brazos cruzados mientras
veía a los hombres en el medio de la habitación. Sus ojos se encontraron con los de
Louis primero. Él no le dio ninguna pista o señal de que Louis debería salir de la
oficina e intentar volver luego.
Incluso si él hubiera querido hacerlo, era demasiado tarde porque Harry, finalmente,
miró sobre el hombre de Eric y se dio cuenta de que él estaba allí. Cuando sonrió,
Eric frunció el ceño y miró hacia atrás a lo que parecía mantener la atención de
Harry.
Él miró con la mirada más cruel que Louis había visto en su vida. Y Louis había
estado en el extremo receptor de la ira de Harry, en la época en que Harry pensó que
Louis era un monstruo sin corazón.
Eric señaló con su dedo a Louis, incluso mientras continuaba gritando palabrotas,
insultos y obscenidades a Harry.
―¿Por qué le estás eligiendo a él? ¡Tú dijiste que le odiabas! ¡Tú dijiste que arruinó
tu vida!
Louis sintió vergüenza. Maldita sea, ¿Harry había dicho todo eso a este tipo?
Harry rodó sus ojos.
—Eso fue hace mucho tiempo. No tiene nada que ver con lo que somos ahora.
―¡Tú dijiste que me amabas!— Eric chilló. De acuerdo, algo de lástima volvió.
La expresión de Harry no cambió demasiado, aunque Louis pensó ver algo de esa
misma lástima en los ojos del alfa.
―Te dije que te amaba cuando fue conveniente para ambos. Nunca significó más de
lo que significó cuando tú me lo decías a mí.
―Yo lo decía en serio, ¡bastardo!
Louis no iba a sentir pena por este hombre. Él en absoluto iba a sentir lástima por él.
Joder, no funcionaba. Él todavía sentía lástima por él.
La dura expresión de Harry se suavizó un poco, pero por lo demás, estaba claro que
él no iba a ceder.
—Entonces, siento que malentendieras lo que éramos. Él es mi compañero, y yo le
amo, y yo no quiero hacerte daño, por lo que tienes que irte.
Eric se encogió ante la obvia despedida. Él miro con los ojos y la boca muy abiertos
antes de girar sobre sus talones.
Él marchó hacia la puerta, y Louis tuvo que quitarse de su camino rápidamente antes
de que fuera golpeado por el otro hombre.

La cabeza de Eric estaba agachada. Su boca y barbilla encogidas, por lo que tenía
sentido que él no estuviera exactamente mirando por donde iba mientras que luchaba
por no llorar.
La puerta golpeó fuertemente detrás de ellos, y todo estuvo en silencio por el
siguiente minuto más o menos.
El minuto más largo en la vida de Louis. Harry suspiró.
—Louis, yo…
―No te disculpes,— dijo Louis. — Supongo que debería haberte llamado para
decirte que venía.— Él levantó las bolsas. —Os traje algo de comer.
Max suspiró, separándose de la pared.
—Bien, me estaba muriendo de hambre.
Louis había recordado meter de más ya que eran dos alfas de los que estábamos
hablando. Ellos podían comer lo que dejaría adeudados a una familia promedio, si
les daban la oportunidad
Louis trató de aparentar que no había visto ni oído nada de esto. Él dejó los
recipientes en una de las dos grandes mesas de la oficina. Él incluso trajo tenedores
y platos de plástico.
―Pasta,— Harry suspiró. —Mi favorita.
―Y hay algunos sándwiches de carne y yogures para el postre,— dijo Louis.
Max sonrió.
—A este ritmo podrías estar bien, Tomlinson,— dijo Max.
La aprobación, incluso a pesar de que Max había usado su apellido, era bienvenida.
Louis se sintió bien y cálido y entusiasta por dentro. Él no estaba seguro de cuándo
empezó a importarle la aprobación de Max, pero de repente, parecía importante a
Louis llevarse bien con al menos algunos amigos de Harry.
Harry y Max se miraron el uno al otro. Max asintió, tomó su plato y dejó la
habitación.
Louis le miró marcharse.
—¿Qué… qué ha pasado? ¿Hice algo?
―No, yo le pedí que se fuera.
Los ojos de Louis se ensancharon.
—¿Puedes leer la mente?
Harry se rió, sacudiendo su cabeza.
—No, en absoluto. Dios, eso podría hacer las negociaciones de la sala de consejos
mucho más fáciles. Nosotros estamos acostumbrados a leer lo que el otro quiere.
Eso ayuda en las reuniones.
―Oh, —dijo Louis. Él pensó que eso tenía sentido, pero ahora él estaba un poco
nervioso. —Entonces, ¿Por qué le has pedido que se vaya?
Harry dejó su tenedor.
—Porque quiero pedirte perdón.
―Tú…— Louis se dio cuenta de lo que Harry estaba hablando. Eso debería haber
sido totalmente obvio, pero él honestamente no había pensado que Harry le debiera
una disculpa por nada, por lo que no había esperado eso.
―No ha sido culpa tuya. No tienes que disculparte.
Harry recorrió sus dedos por su pelo castaño. Cuando hizo eso, deshizo la coleta,
que estaba desordenada y necesitaba un buen peine.
Lo que estaba bien con Louis porque a él le gustaba como se veía. Le gustaba
cuando el pelo de Harry estaba de esa desordenada manera, dándole lo que parecía
un aspecto real de melena de león.
―Yo necesito disculparme. Juro que intento hacer funcionar esto, probarte que
puedo ser mejor de lo que viste cuando te arrebaté tu compañía y te traje a mi casa,
pero todo parece seguir jodiéndose.
Louis parpadeó a su amante, y no pudo evitar sonreír.
Harry siempre había parecido tan seguro de sí mismo en absolutamente todo lo que
hacía que, de alguna manera, Louis olvidó que se podía tener inseguridades,
también.
Harry estaba intentándolo. Él estaba intentando hacer las cosas mejor para sí mismo,
para Louis y para su bebé, y Louis apreciaba eso.
Pero Louis no había hecho algo exactamente para probar su valía a este hombre,
tampoco. Parecía que todos los gestos nobles venían de Harry, últimamente. El
hecho de que Louis hubiera estado tan enfadado la primera vez que vio a Eric que
había pensado que Harry le estaba engañando, y luego gritara en el contestador que
se iría, no parecía ayudar a la percepción de Harry de la solidez de su relación.
Si Louis iba a quitar algo de la carga a su amante, entonces él iba a demostrar su
valía, también.
Él se inclinó sobre la mesa, tomando la mano de Harry y agarrándola firmemente
con la suya. Harry le miró fijamente a los ojos, y Louis sonrió.
—Te amo. ¿Ese tipo de ahí?— Louis sacudió su cabeza. —Yo sé que no estás
haciendo nada con él. Él solo está enojado, y me siento mal por él y todo, pero está
bien que tú tengas algo de equipaje. Todo el mundo lo tiene. Yo no soy mucho
mejor, en caso de que lo hayas olvidado.
―Tu equipaje, hasta el momento, no ha entrado en la casa y en la oficina para exigir
tu atención como este.
Louis soltó una risita.
—Lo sé, pero ese no es el punto. El punto es que no deberías disculparte por el
comportamiento de alguien más. Por cómo me lo has descrito, él probablemente va a
estar bien sin ti, y apuesto a que superará este asunto lo suficientemente rápido, de
todos modos.
Louis tocó la cara de Harry.
—No te culpo por tener otros amantes después de que rompiéramos. Fue hace
mucho tiempo cuando pasó. Tú necesitabas tener otros novios, y eso no me pone
celoso.
Decir estas palabras en voz alta hacía a Louis darse cuenta de cómo él creía en ellas.
Él no estaba celoso de Eric estando alrededor, gritando sobre lo malísimo que era
Louis, y cuanto quería a Harry de vuelta.
Ese no era exactamente el comportamiento de alguien con potencial romántico, de
todos modos.
Harry suspiró, y él se apoyó en el agarre de Louis.
Él no había hecho esto desde que eran chiquillos, y mucho de ese cálido, agradable
hormigueo se puso en marcha en el estómago y pecho de Louis, extendiéndose
placenteramente a través del resto de su cuerpo.
Louis se acercó aún más, Harry se reunió con él en algún punto intermedio, y su
beso fue el zumbido que Louis necesitaba para atravesar el resto del día. Él no iba a
pensar en Eric nunca más.

97
Capítulo ocho

No pensar en Eric había sido el plan, y ese había sido un plan al que Louis tenía toda
la intención de ceñirse, pero desafortunadamente, después de ese día, cosas parecían
empezar a pasar.
Nada demasiado espeluznante o digno de una película de terror, pero cosas que
siguieron sucediendo que le hicieron darse cuenta a Louis de que no habían
terminado con este tipo.
No había pintadas de sangre en la puerta de la casa de la piscina, o en la casa
principal, pero cuando Louis fue a comprobar su Facebook, había algunos post
extraños para él.
Primero pensó que eran spam. Anuncios de webs para tipos con pollas grandes, ese
tipo de cosas.
Él no había pensado mucho en eso desde, después que se vio forzado a vender su
negocio, no era como si hubiera mucha razón para que se preocupara por la imagen
online. Todavía, él tenía planes para poner en marcha algo un día, así que el borró
rápidamente la entrada y volvió a su navegación diaria, escribió a Harry al trabajo,
quien disfrutaba enviándole mensajes en respuesta.
Algunas veces cuando todavía estaba en una reunión.
El sexting era increíble. No a través de Facebook. Louis no era partidario de hacerlo
en un foro público. Él amaba a Harry y quería gritar al mundo que él y Harry
estaban en lo mejor de su relación, pero, sí, él no quería gritar cuanto quería la polla
de Harry dentro de él, o como se tocaba a sí mismo y pensaba en las manos y boca
de Harry cuando este estaba en la sala de reuniones.
Las siguientes cosas que pasaron fueron pedidos de pizza que él no había ordenado.
La primera vez no fue un problema, era solo una pizza, y el repartidor parecía
molesto y disgustado de que le hubieran dado una dirección equivocada.
Dado que Louis se consideraba un buen tipo que no quería que esto se descontara de
la paga del chico, él pagó por la pizza.
El hecho de que fuera una pizza para amantes de la carne y que Louis
inmediatamente comenzara a desear la carne, el queso y la masa en el segundo que
la olió era solo un efecto secundario y no tenía nada que ver con su naturaleza
generosa.
Eso era lo que le había asegurado a Harry cuando el hombre llegó a casa y se rió
ante la caja medio-vacía de pizza.
Se volvió sospechoso cuando doce cajas más aparecieron el día siguiente, todas ellas
vegetarianas y sin queso.
No había manera de que Louis fuera a comprar todas ellas. Alguien estaba jugando
con él.
Harry había fruncido el ceño cuando oyó la historia.
—Lo investigaré,— dijo, y luego ellos pasaron la mayor parte de esa noche
relajándose en la piscina antes de hacer algunas hamburguesas congeladas y ver el
ultimo ―Hell´s kitchen
Era algo extraño pensar que un multimillonario podría hacer algo tan cotidiano
como comer hamburguesas congeladas y ver la tele-basura, pero cuando Louis se
apoyó contra el costado de Harry, en la oscuridad, sintiendo los dedos de Harry
peinando su cabello, a él no le importó.
Esto era casi suficiente para hacerle olvidar sobre quienquiera que fuera el bromista.
Eso no empezó a irritarlo seriamente hasta que el comprobó su Facebook al día
siguiente y vio algo que le paró el corazón por dos dolorosos latidos. Su madre. Su
madre le había mandado una solicitud de Amistad. Ella había… mierda santa.
Ella nunca había estado nunca en sus solicitudes de Amistad. Louis había prometido
no contactar nunca o hablar con ella nunca más. No desde que dejó su hogar y ella
se negó a dejar a su padre.
El hombre que le apuñaló por la espalda, literalmente, cuando solo había pista de
que Louis podría ser gay.
Louis no había estado fuera del armario entonces, por obvias razones, entonces
cuando su padre simplemente había oído la insinuación de que su hijo podría ser
marica, y Louis había tratado de que se sintiera cómodo con la idea, él se había
perdido completamente, volvió borracho una noche y entró en la habitación de Louis
con un cuchillo.
Louis se había levantado con dolor en la espalda, y entonces su madre chilló
histérica.
Esa había sido la razón por la que él había roto las cosas con Harry en ese entonces.
Él había amado a Harry, pero no quería que alguno de los dos muriera.
Y su madre se había negado a dejar al hombre, diciendo algo sobre que el
matrimonio era para siempre, o algo así.
Seguro, de acuerdo, algunas veces Louis entendió eso, especialmente ahora que él y
Harry estaban planeando pasar sus vidas juntos. Pero, mierda santa, un matrimonio
no se suponía que fuera para siempre cuando uno de los padres trataba de matar al
hijo.
Louis tuvo que tomar una cuidadosa y calmante respiración. ¿Cómo pudo ella
encontrarlo? No era difícil para la gente verle, en realidad, pero su madre no era
exactamente conocedora de la tecnología. Ella no debería haber sabido cómo
encontrarlo, o su dirección de correo. Esas cosas estaban en antiguos sitios web de
caches, pero ella no debería saber encontrarlos.
Sin embargo, allí estaba claramente, ese era su nombre, y cuando hizo clic en él sólo
para asegurarse de que no había otra Tomlinson con su mismo nombre…
No, esas eran sus fotos. Era su padre al que estaba viendo en la foto de boda. Esto
era suyo.
Louis comprobó su correo, y comenzó a sudar cuando se dio cuenta de que ella
había encontrado su dirección y le había escrito.
Ella en realidad le había mandado un mail. No había asunto en la línea
correspondiente, lo que él supuso que tenía sentido. Ella no habría pensado en poner
uno.
Él no lo leyó. Él lo borro y cerró el portátil.
Como si el portátil estuviera de repente poseído, lo metió en su bolsa y lo guardó. Él
no quería mirarlo, él no quería ver videos, jugar video- juegos, o leer las noticias.
Alguien no solamente estaba gastándole bromas, si no que ahora la peor cosa del
mundo sucedió. La cicatriz que Louis tenía en la espalda dolía. Su madre estaba
tratando de contactarle.
Eso era… un poco horripilante.
―Deberías leer el mail,— dijo Harry. —Podría ser sobre tu padre.
Louis sacudió su cabeza, y Harry pudo decir que no estaba convenciendo a su
amante.
Louis estaba claramente asustado por todo esto, y teniendo en cuenta todo lo que
había atravesado en su vida, Harry no podía culparlo por ello.
Lo único que le molestaba casi más que las bromas, y el hecho de que la madre de
Louis, tal vez incluso su padre, estaban tratando de comunicarse con él, fue el hecho
de que Louis no se había molestado en decírselo a Harry. Él no le había llamado, no
le había escrito. Él solo se quedó en casa tratando con eso por sí mismo, esperando a
que Harry saliera del trabajo antes de decir nada. Incluso entonces, él no había
sacado el tema de inmediato. Lo primero que salió de la boca de Louis fue un
rápido…,
―¿Cómo estuvo el trabajo?
Harry se había preguntado por qué Louis no le había llamado, o incluso enviado
esos juguetones, seductores mensajes que Harry amaba tanto. En ese momento, él
había supuesto que Louis estaba durmiendo, o estaba preocupado por algo más.
Ahora, el deseó haber escrito a Louis, comprobarlo, aunque solo fuera para estar
seguro de que estaba bien.
La manera en la que Louis sudaba, la manera en que temblaba y se sacudía cuando
él finalmente le contó todas las cosas que habían pasado, eran cosas que Harry
debería haber captado inmediatamente.
El león dentro de él quería salir, quería acechar y luchar y matar algo. Por mucho
que eso pudiera ser impresionante, él no iba a hacer eso e ir a prisión porque su león
no supiera cuando debía calmarse.
―Simplemente no lo entiendo,— dijo Louis, sacudiendo su cabeza. Harry lo había
tumbado en el sofá y traído a su compañero un té descafeinado para calentarle y
calmar sus nervios, pero no parecía estar funcionando. El alfa en Harry necesitaba
hacer algo, por lo que simplemente sostuvo a su compañero, abrazándole, besándole,
y esperando a que Louis dejara de temblar.
―Ella nunca me llamó u otra cosa después de irme. Yo cambié mis números y mis
direcciones de correo. ¿Qué infiernos está haciendo?
Aunque Harry no tenía absolutamente nada de amor en su corazón para el padre de
Louis, el bastardo que puso esa profunda cicatriz en la espalda de Louis, parte de él
sentía un poco de lástima por la madre de Louis.
Ella tomó la decisión equivocada, permaneciendo con su marido. Esa era su opinión
oficial del asuntó, de todos modos. Y la correcta.
Aún así, si no hubiera sido por su intervención, Louis podría no estar vivo hoy.
Según Louis, ella había sido la que había alejado a su padre de él. Louis había estado
durmiendo cuando fue apuñalado. Si no hubiera sido por su madre, él no podría
haberse despertado a tiempo para defenderse. Podría haber sido demasiado tarde.
Esa era la única razón por la que Harry defendía a la mujer. Lo cual no iba a
detenerlo de ser un realista.
―Hay una buena posibilidad de que haya escuchado que te has emparejado, y
averiguado que ahora vives bien, y esté tratando de aprovecharlo.
Louis resopló.
―No lo dudo. Debería haber pensado en eso en primer lugar— dijo él. Y Harry no
podía culparle.
Él besó el cabello de Louis. Harry pensó en como ellos habían terminado cuando
eran jóvenes. Louis había estado asustado, con dolor por la herida, todavía
cicatrizando, en su espalda, pero Harry no lo había sabido en aquel entonces. Él no
sabía lo pálido por el dolor y el miedo que había estado, suponiendo que estaba
simplemente nervioso por tener que romper con su novio delante de toda la escuela.
Harry había estado herido cuando Louis lo atacó, llamándolo monstruo, y en su ira,
él había renunciado a la mejor cosa que le había pasado en toda su vida. Fue un
milagro que estuvieran juntos de nuevo, y esta vez, Harry prometió que protegería a
su compañero, de sus parientes abusivos, e incluso de las personas celosas en la vida
de Harry.
Porque, sí, él había pensado que Eric tenía algo que ver con esto. Un último esfuerzo
de entrometerse entre Harry y su compañero introduciendo este nuevo drama en sus
vidas.
Harry frotó el brazo de Louis, abrazando a su compañero.
—No importa qué elijas hacer, si la ignoras o contactas con ella. Yo siempre estaré
aquí para ti.
―¿Qué pasa si estás en lo cierto?— Louis preguntó, mirándole.―¿Y si ella está
tratando de extorsionarnos para obtener dinero, o algo?
―Si tú quieres darle algo, puedes hacerlo. Las mejillas de Louis enrojecieron.
—Harry, yo sé que quieres compartir todo conmigo, pero es tu dinero.
―Es nuestro dinero. —dijo Harry.
Pero Louis había elegido ser testarudo, y sacudió su cabeza.
―Eso es muy generoso de tu parte, y te creo cuando dices eso, más o menos. Yo
todavía no me he ganado nada de ello. Y no puedo solo dárselo a alguien sin
hablarlo contigo. Ni siquiera a mi propia madre.
Harry sonrió, y presionó un rápido beso en los labios de Louis antes de separarse.
—Si tuviera miedo de que tú estuvieras planeando gastarlo fuera de casa, entonces
podría haber un motivo real de preocupación. Sé que tú eres responsable.
Louis le miró por un momento, como si él no hubiera escuchado las palabras que
acababan de salir de la boca de Harry.
Harry pensó que debería aclararlo un poco más, pero entonces Louis se pegó a él,
presionando su cabeza contra su pecho.
Harry abrazó a su compañero, besando su pelo otra vez.
—No voy a dejar que te hagan daño otra vez. Louis tragó saliva, y asintió.
—De acuerdo, lo sé.
Tanto como su lado alfa quería actuar, buscaba hacerse cargo e ir a los padres de
Louis para exigirles que ellos nunca hablaran con él otra vez, parte de él odiaba
admitir que algunas veces, hablar las cosas con su compañero daba mejor resultado.
Ojalá.
Harry tenía que hacer algo sobre Eric. Esta conducta acechante no podía seguir.
Louis miró su bandeja de entrada. Había otro correo de su madre. Esta vez ella puso
asunto.
Ayuda.
Louis suspiró y fue a la carpeta de eliminados. Él abrió el correo que le había
enviado el día antes y lo leyó.
Su padre estaba enfermo. Cáncer. Ellos estaban hasta las orejas de deudas y pronto
no serían capaces de pagar el tratamiento. Su madre se disculpaba por cómo habían
terminado las cosas entre ellos, pero ella estaba apelando a su naturaleza generosa,
el Señor, y que le bendijera y bla, bla, bla.
Básicamente, ella quería dinero.
¿Cáncer? Louis siseó. Eso era una cosa dura para oír. No era como si ella estuviera
siendo estúpida y no estuviera pagando sus impuestos y fuera a perder su casa. Esto
era algo que estaba realmente fuera de las manos de ambos, y su madre podía
quedarse sola, sin nada, si él no hacía algo.
Aunque él estaba bastante seguro de que si él hubiera llamado a su padre y a su
madre para pedir ayuda cuando él estaba al borde de ser echado de su apartamento,
ellos no se habrían molestado en ayudarlo.
No es que él lo habría pedido. Él habría estado demasiado temeroso de que su padre
se pusiera hecho una furia con un cuchillo otra vez.
Él trató de no tocar la cicatriz en su espalda. Estaba empezando a doler después de
leer esto.
Louis abrió el siguiente correo. Su madre quería saber si había recibido el primero.
Ella pedía perdón, otra vez, por la forma en que fue obligado a irse de casa, por lo
que su padre le había hecho cuando estaba borracho; pero, por supuesto, nunca
habría hecho eso a su único hijo si hubiera estado sobrio. Ella lo afirmó, al menos.
Louis no estaba tan seguro.
Con todo, él era su padre, y él estaba moribundo. El pecho de Louis se contrajo solo
pensando en eso. Nunca pensó que él se preocuparía demasiado si su padre vivía o
moría, pero aquí estaba, sintiéndolo porque su madre había usado todo el dinero de
la jubilación pagando el tratamiento.
Lo que realmente le llegó es que ella incluyó algunas fotos.
Su madre era una mujer difícil de leer a veces. Él sinceramente no podía decir de si
las fotos de su pálido y delgado padre en esa cama eran para hacerle sentir culpable,
o para mostrarle como estaba el hombre sufriendo.
Tal vez un poco de ambos.
Louis suspiró. El cogió el teléfono y marcó el número de su madre que estaba puesto
en el correo.
109

Capítulo nueve

Por supuesto Harry fue capaz de conseguir una mesa, incluso aunque era la hora del
almuerzo de un viernes. Este lugar usualmente se llena bastante rápido, pero por
Harry, ellos fueron capaces de hacerle espacio para él.
A pesar de las apariciones en público, Harry, en realidad, no disfrutaba usar su
dinero y su poder para hacer cosas como intimidar a los camareros para que anularan
reservas de otras personas para darle a Harry el sitio que quería.
Él hizo una reserva de última hora con una generosa propina, y por la mirada en la
cara de los camareros y el maître, ellos no se sentían nada incómodos sobre la
petición de Harry.
Mil dólares podían hacer eso.
Esto era un trato de un momento, de todos modos. Al menos cuando se trataba de
esta situación
Este era el restaurant favorito de Eric. Eso era por lo que Harry necesitaba hacerlo.
Las otras mesas estaban llenas, vasos de buen vino brindaban mientras otros
clientes, bien vestidos, disfrutaban de su comida, cuando Eric finalmente apareció.
Harry había descrito lo que probablemente llevaría de ropa. Algunas de las personas
que trabajaban aquí habían visto a Eric algunas veces cuando él y Harry habían
venido a comer, por lo que no había mucho riesgo de que no pudiera entrar cuando
llegara con vaqueros y una camiseta, pero Harry no quería tomar el riesgo.
Eric recibió algunas duras miradas por su ropa casual, y aunque Eric normalmente
disfrutaba incomodando a los otros clientes, esta vez se veía nervioso.
Él vio a Harry en la mesa y se congeló en el acto.
Su boca se curvó, pero parecía como un intento fallido de una sonrisa mientras se
acercaba, sacó su silla, y se sentó.
―Hey, sinceramente no pensé que estarías aquí cuando me llamaste,— dijo.
Harry agarró su vaso de vino.
—¿Por qué gastar bromas es normalmente cosa tuya? La cara de Eric se volvió de
un brillante rojo.
La agradable música de fondo continuó sonando, y el camarero vino rápidamente
para tomar la orden de bebida de Eric.
Él ordenó un Sprite. Debía estar realmente nervioso si no pidió nada de alcohol.
El camarero lo trajo en una copa de champagne, ofreciéndoles su selección de
especiales, y rápidamente dejándolos solos cuando Harry dijo que solo tomarían la
bebida.
Harry no quería comer con él. Eso nunca iba a pasar otra vez.
Él no dijo eso, pero Eric pareció pillarlo. Él se sentó en su asiento, con la espalda
ligeramente encorvada, como si fuera un niño pequeño a punto de ser reñido por el
director por lanzar ranas a las niñas.
Eric dijo, una vez, que hizo eso.
Harry pasó su dedo sobre el borde de su copa.
—Te he invitado para aclarar algunas cosas contigo. Eric asintió.
—Y para evitar que haga una escena. Eso, también.
―Te invite aquí para evitar que hicieras una escena en tu sitio favorito, pero también
porque pensé que estarías más cómodo.
Eric resopló y rodó los ojos. Él estaba un poco nervioso, y si Harry pudiera ver a
través de la mesa, estaba dispuesto a apostar que Eric estaba tamborileando sus
dedos sobre sus muslos.
―¿Estás enfadado? —Eric preguntó.
―Por supuesto que estoy enfadado. Estoy furioso contigo,— dijo Harry, haciendo
su mejor esfuerzo para controlar su voz. Algunas personas podrían prestarles
atención, por supuesto, pero en su mayoría, Harry estaba convencido de que todo el
mundo estaba atrapado en sus historias y sus dramas para escuchar por demasiado
tiempo.
De todos modos, no quería levantar la voz y dar a cada uno una razón para estar
escuchando.
Esa era la otra razón para invitar a Eric aquí. Harry quería estar seguro de no ser él
quien causara una escena tanto como quería prevenir que Eric causara una.
Eric se avergonzó. Él alcanzó su copa, sosteniéndola, pero sin beber de ella.
―¿Qué creías que iba a hacer? Tú me conoces.
―Yo no pensaba que podrías acosar a mi compañero, enviándole pizzas y
suscripciones de revistas a nuestra puerta.
―Eso no es un gran problema.
―Es una molestia.
Eric le miró duramente.
—Lo siento mucho por molestarte después de que rompieras mi corazón.
Al menos el mantuvo la voz baja. Eso era algo. Harry se abstuvo de rodar sus ojos.
Fue difícil.
―Es más que una molestia. Eso es acoso.
―Como si no pudieras permitirte unas pizzas,— dijo Eric, y esta vez él bebió de su
copa.
Eric estaba a la defensiva. Harry no estaba seguro de que quisiera al hombre así,
porque entonces no querría oír todo lo que Harry quería decirle.
―Incluso si mirara hacia otro lado con los pedidos que has estado enviando cuando
no estoy en casa, tú contactaste con los padres de mi compañero.
Eric se encogió de hombros.
—¿Y qué? Yo prácticamente le hice un favor si se están hablando de nuevo.
Harry estaba luchando con la decisión que iba a tomar. Donde él le decía a Eric todo
sobre el pasado de su compañero. Tendría que hacerlo, si eso significaba que Eric
miraría hacia otro lado.
Eric no era un villano, a pesar de cuanto quería Harry retorcer su cuello justo ahora.
Él estaba enfadado y herido y arremetiendo. Harry podía lidiar con eso,
―¿Recuerdas cuando te dije que Louis había roto las cosas conmigo? Eric levantó
sus ojos y le miró duramente otra vez.
—Recuerdo. El rompió tu corazón y te llamó engendró enfrente de toda la escuela, y
tú estás ansioso por desecharme por él.
―Él es mi compañero. No hay mucha elección en eso, pero incluso si la hubiera, yo
seguiría eligiéndolo a él, y déjame decirte por qué,— él añadió rápidamente cuando
Eric abrió su boca.
Harry se inclinó un poco más cerca, mirando duramente a los ojos de Eric.
—Esto no es asunto tuyo, pero te lo voy a decir porque necesito que pares de acosar
a Louis. Él no ha hecho nada malo ni a mí ni a ti.
Eric frunció el ceño.
—Él es un completo intolerante hacia los cambiaformas, ¿Y tú piensas que él nunca
te hizo nada?
―Incluso si lo fuera, no está en tus manos castigarlo,— dijo Harry. ―Mi
compañero, el día que dijo esas cosas sobre mí, estaba recuperándose de una
puñalada en su espalda. Una que le dio su padre. No porque estuviera saliendo con
un cambiaformas, sino porque eso podría significar que fuera gay.
Eric parpadeó. Él miro por unos largos segundos a Harry mientras se sentaba de
nuevo en su asiento.
Eric sacudió su cabeza.
—Esas mierdas ya no pasan.
—No tanto como solía, pero a veces ocurren, —dijo Harry.
—Estaba asustado y herido, y me atacó. Él no quería que fuera en su casa nunca más
y no podía ser visto conmigo.
— Eso son mierdas. ¿Por qué no llamó a la policía? Harry no iba a argumentar con
él sobre eso.
—Yo vi la cicatriz en su espalda, Eric, y él era un adolescente en ese entonces. Ellos
no piensan exactamente las cosas.
Esa última parte, Harry le hizo pensar en todas las cosas que podía haber hecho por
Louis, pero no hizo.
Si Harry hubiera pensado las cosas, prestado más atención a la situación en vez de a
su propia angustia e ira por haber sido engañado, habría sabido que Louis no era ese
tipo de persona. Él hubiera prestado más atención a todas las señales que Louis le
había enviado.
Ellos habían perdido diez años a causa de eso.
Harry alcanzó su bolsillo, sacando su billetera. Él sacó suficientes billetes para pagar
las bebidas, más la propina, incluso a pesar de que él ya había dado suficiente dinero
para mantener al maître y al camarero felices por un par de semanas.
Eric estaba sentado allí, pareciendo aturdido, y definitivamente no se movió cuando
Harry puso los billetes en la mesa.
―Deja a mi compañero en paz, Eric. Yo siento mucho como las cosas terminaron
entre nosotros, pero eso solo es extensible si dejas de hacer lo que estás haciendo. Tú
me dejaste, y yo he acabado de lidiar con tus emociones y sentimientos heridos.
Dejaron de ser asunto mío cuando tú hiciste tu camino.
Él se levantó de su asiento y comenzó a caminar. Él no había planeado estar mucho
tiempo, en primer lugar.
Eric se giró en su asiento...
―Harry, espera.
Harry se detuvo y se giró hacia él.
—¿Qué?
Eric pareció encogerse un poco sobre sí mismo. Su cara dibujó una mueca, y luego
apartó la mirada, sacudiendo su cabeza.
—Nada.
Harry no pensaba que iba a sacar nada de Eric. No estaba en el hombre disculparse o
admitir malas actuaciones, él también estaba probablemente avergonzado.
Pero Harry no necesitaba su disculpa. Nunca lo hizo. Él sólo quería conseguir hacer
entender a Eric que tenía que parar. Estaba bastante seguro de que había hecho lo
que había venido a hacer, lo que era bueno.
Harry odiaría tener que amenazarlo, legal o físicamente, para poder establecer su
punto.
―¿Fuiste a beber con Eric?— Louis preguntó.
―Una copa, y no la terminé,— dijo Harry. –Quería salir de allí rápido. Prometo que
no estábamos charlando o pasando un buen rato ni nada parecido.
Louis le creyó, pero Harry todavía le miraba como si esperara que le cayera otra
bronca. Que Louis le acusara de hacer algo incorrecto.
Él supuso que era una prueba más de lo serio que era Harry respecto a su relación,
pero eso solamente importaría si Louis todavía buscara una prueba.
Y él no lo estaba.
Louis abrió sus brazos y abrazó a su amante. Harry se tensó. Él lo hacía algunas
veces, como si todavía no estuviera acostumbrado a ser abrazado por nadie. Mucho
menos por Louis.
Era una razón más para abrazar el hombre con más fuerza...
―Te creo, — dijo Louis. —Sé que solo estabas tratando de aclarar las cosas.
Harry suspiró Louis le miró.
—¿Estabas realmente asustado de que estuviera enfadado?
Los ojos de Harry se suavizaron mientras miraba a los de Louis. Frotó los brazos de
él, suspirando.
—Yo solo estaba pensando en cómo de íntimos nos hemos vuelto para arruinar las
cosas entre nosotros. Como nosotros casi no volvemos a estar juntos otra vez, y yo
no quiero joder las cosas esta vez.
―Yo tampoco.—dijo Louis rápidamente. —Lo que significa que ambos tenemos
que hacerlo funcionar. No quiero que te sientas como si tuvieras que ir
constantemente de puntillas a mi alrededor o yo podría dejarte.
Eso no va a funcionar, tampoco.
―Pero yo no puedo esperar que me entregues tu confianza, tampoco, — Harry
respondió. —La confianza se gana con acciones, no con palabras.
Lo que era cierto, pero Harry había olvidado algo.
—Creo que te la has ganado ahora. Creo que te la ganaste hace tiempo.
Créeme, nunca te hubiera dicho que te amo si yo todavía estuviera preocupado de
que esto fuera parte de una gran confabulación.
Harry le sonrió.
—Siéntete libre de decirme que me amas, a pesar de mis ex, del terrible trato que te
di, y de todo lo demás que pueda estar mal, puedes decírmelo tantas veces como
quieras.
―Lo haré,— dijo Louis, sintiéndose mareado mientras se ponía de puntillas para
besar a su compañero. Él no podía permanecer en esta postura mucho tiempo, sin
embargo. No cuando su vientre comenzaba a verse ridículamente grande.
Él se estaba poniendo muy grande muy rápido. Harry y Louis habían decidido que
los doctores no les dijeran el sexo del bebé, pero Louis estaba empezando a
preocuparse de tener una camada de gatos ahí.
Louis se separó, recordando su pequeña transgresión que Harry necesitaba saber.
―Llamé a mi madre, —dijo él.
La sonrisa dejó la cara de Harry. Sí, él supo cómo de serio era algo como esto.
―¿Entonces, leíste sus correos?
Louis asintió. Él llevó a Harry a la cocina. Ellos estaban en la casa de la piscina, por
lo que todo estaba más cerca. Sacó un taburete para que ellos pudieran sentarse en la
barra de la isla.
―Mi padre está moribundo, y ella quiere que vaya a verle.
Louis miró a la cara de Harry, y se dio cuenta de la forma en que el color parecía
drenarse de ella. Los ojos de Harry se ensancharon brevemente, pero por un
segundo, Louis fue capaz de ver el blanco alrededor de sus ojos.
Y ser consciente de cuando Harry no estaba de acuerdo con esa idea. Los ojos de
Harry se posaron en el vientre de Louis, y sí, eso daba sentido a porque él no quería
a Louis cerca del hombre que había tratado de matarlo cuando dormía.
Harry aclaró su garganta.
—¿Qué vas a hacer?
A pesar de la calma en su voz, Louis, observó, paralizado, como el pelaje amarillo y
dorado parecía brotar de los poros de la cara de Harry.
Louis miró las manos de su compañero, y él vio las garras formándose, y vio la
manera en que los dígitos se ensancharon.
Harry no estaba claramente feliz con esto.
Louis tenía que andar con pies de plomo aquí. Esto era mucho más grave que Harry
tomara una bebida con Eric y le dijera que cortara el juego con Louis. Estaban
hablando de un hombre que una vez trató de matar a Louis, intencionadamente o no,
borracho o no. La cicatriz de Louis le dolía hasta este día, y todavía soñaba con su
madre gritando a su padre que retrocediera.
Harry sabía esto porque Louis se lo había dicho.
―¿Harry? ¿Estás bien?
Él sacudió la cabeza, su boca en una línea estrecha.
—No realmente. Todavía quiero saber lo que estás planeando hacer, sin embargo.
Eso era suficientemente justo. Louis estaba embarazado del hijo de Harry, y aunque
era de los padres de Louis de quienes estaban hablando, ellos abusaron de él y lo
repudiaron. El hecho de que podría no ser totalmente seguro para él estar alrededor
de esas personas, no se le escapaba a Louis. Él podía ver en los ojos de Harry que él
estaba pensando lo mismo, también.
―Le dije a mi madre que te preguntaría sobre enviarle dinero.
Harry negó con la cabeza, pero la respuesta no fue la que Louis pensaba.
—Te dije que no necesitabas pedirme permiso.
―Considerando que no te gustan esas personas, y que es tu dinero. Pienso que debo
hacerlo.
Harry suspiró. Él frotó su cara con sus manos cambiadas. Eso pareció ayudar porque
cuando retiró las manos, él se veía decididamente más humano que cambiaformas,
pero los signos estaban todavía allí.
―Para ser honesto. Preferiría que les enviaras todo el dinero que necesiten para el
tratamiento en vez de ir a verlos.
―Lo sé,— dijo Louis. —Pero él todavía es mi padre.
Harry le miró, luego miró sus garras. Sonrió socarronamente.
—Para ser completamente honesto, desde que me dijiste de donde vino esa cicatriz
en la espalda, he querido rastrearlo y cortarlo en rebanadas.
Parte de mí quiere decir que se merece esto. La única razón por la que no estoy
bailando de alegría es porque no te hace feliz que él esté enfermo.
No, eso no hacía feliz a Louis.
—Para ser honesto, tampoco me pone triste, exactamente, — dijo Louis.
—Quiero decir, supongo que una parte de mí está un poco triste, pero no por las
razones que tú piensas.
―¿Qué, entonces?— Harry preguntó. Louis se encogió de hombros.
―¿Te has preguntado alguna vez sobre tus padres? ¿Si ellos hubieran sido
diferentes? ¿Nunca te has preguntado cómo habría sido tu vida si tu padre no
hubiera sido un alcohólico que no podía mantener un trabajo? ¿Si él hubiera cuidado
de ti y hubiera sido tu amigo?
Harry pareció pensar sobre ello, y luego se encogió de hombros.
—Solía pensar sobre eso cuando era un niño. Para ser honesto, solía pensar que eras
afortunado. Tus padres eran lo contrario de lo que era el mío. Ellos te alimentaban,
te compraban ropa bonita, y supuestamente hacían todo lo que unos buenos padres
debían hacer.
Harry humedeció sus labios.
—Para ser sincero, eso fue por lo que nunca se me ocurrió que tu padre pudiera
haberte apuñalado, o herido de alguna forma. Tus padres... ellos parecían tan
perfectos. Rígidos, tal vez, y duros con las reglas, pero pensé que era parte de su
naturaleza perfeccionista.‖
Louis sonrió. Harry nunca se había abierto tanto con él, pero cuando lo hizo, incluso
cuando era sobre cosas que dolían, Louis se sintió cercano a él.
―Nosotros asumimos muchas cosas el uno del otro, ¿no es así? Harry asintió.
—Creo que lo hacemos.
Pero entonces la sonrisa de Harry se desvaneció.
—No puedo decirte lo que hacer, aparte de que realmente no quiero que le veas, o a
tu madre, sin mí allí. Si ellos intentan algo, algo, cualquier cosa, tengo que estar allí
para manteneros a salvo a ti y a nuestro cachorro.
Louis pensó sobre ello. Parecía bastante razonable. Louis normalmente pensaba que
podía tomar sus propias decisiones con respecto a su vida, pero no se trataba solo de
sí mismo nunca más. Había un bebé en el que pensar.
Louis asintió.
—Eso tiene sentido. Acepto.
Los hombros de Harry, de los que Louis no se había percatado que estaban
agrupados, se relajaron. Él se inclinó hacia delante, puso sus manos detrás del cuello
de Louis, y lo atrajo para un dulce y cariñoso beso.
A Louis ni siquiera le importaron los bigotes de gato.
Él gimió cuando sintió la presión de la lengua de Harry en su boca. Una lengua
todavía humana, pero que estaba empezando a sentirse un poco demasiado áspera
para su gusto.
Louis se rió y retrocedió.
—Dios, te necesito,— dijo. Los ojos de Harry destellaron.
—¿Lo haces?
Él estaba juguetón y feliz otra vez. Esa era la mejor parte de él. Louis asintió.
—Sí, ¿pero piensas que puedes seguir humano mientras te seduzco?
Louis lo expresó como una broma, como si todavía estuviera jugando con Harry
incluso a pesar que era medio serio.
Fue divertido cuando Harry lamió el cuello de Louis con esa áspera lengua de gato,
y hacía cosquillas, pero él marcó el límite y la metió en su boca.
Louis había leído en alguna parte que las lenguas de león eran tan ásperas como
papel de lija y podría separar la carne de los huesos. No estaba seguro de cómo de
preciso era, pero no sonaba como algo que Louis disfrutaría en su boca, o alrededor
de su pene para el caso.
Harry soltó una risita, apartando su cara mientras se enfocaba en volver a sus rasgos
humanos.
―¿Esto está mejor?
Louis frunció el ceño, inclinando su cabeza de un lado a otro. Él necesitaba una
mejor vista del pelo de Harry.
―¿Podrías traer la melena de vuelta? Me gusta.
Harry se rió completamente de él, pero hizo lo que le pidió, y la melena salió.
Acababa de salir, pero la llena y greñuda forma de esa oscura, rubia- arena melena
apareció desde el pelo humano de Harry. Era ancha, enmarcando su cara e incluso
bajado parcialmente por su cuello.
Y era una vista tan maravillosa que Louis la miró y admiró por unos largos
segundos.
Ah, la parte favorita de Louis del cuerpo de su amante. Su pelo.
Él la alcanzó, acercándola solo lo suficiente para hacer que Harry le besara otra vez
mientras lo llevaba a su habitación. El cuerpo de Louis dolía, y eso era en parte
debido a como de sexy era tener a un alfa llevándole como si no pesara nada en
absoluto.
―Te necesito. Te necesito.— Louis dijo, una y otra vez, pero solo porque era
verdad.
Sinceramente, sentía como si no hubiera sido follado por su compañero en semanas,
y ahora él y Harry estaban desnudándose, sus cuerpos cada vez más calientes y
molestando todo el camino hasta la habitación, una implosión era inminente.
Harry pateó la puerta, cerrándola detrás de ellos cuando llegaron a la habitación, por
fin.
125

Capítulo diez

―Apóyate sobre el lado de la cama,— Harry ordenó, y aunque él se veía un poco


más humano ahora que cuando estaban en la cocina, su voz era decididamente un
gruñido.
Y Louis tembló, todo dentro de él reaccionó ante ese sonido, a los sonidos de su
amante ordenándolo y haciendo que su sangre corriera caliente.
Louis gimió. Flexionándose sobre las cubiertas.
—No puedo flexionarme mucho.
―Lo sé, dulce corazón, — dijo Harry. —Apóyate sobre tus codos. He estado
pensando en hacerte esto todo el día.
¿Lo había hecho? Joder, el escalofrío que atravesó el cuerpo de Louis, bajando por
su espalda y espina fue maravilloso. Él gimió.
Harry rió.
—No te he tocado todavía. Louis negó con la cabeza.
—No importa.
Y definitivamente no importaba, cuando las manos de Harry tiraron de la cintura
elástica de sus pantalones de maternidad. Lo que importaba es lo bien que se había
sentido cuando fueron sacados de su cuerpo, permitiendo que su piel respirara, y
cuando la mano de Harry le tocó el culo.
Louis trató de contener el siguiente ruido que salía de su garganta, pero no había
nada que hacer. Salió sonando más como un gimoteo desesperado que como un
gemido, y de repente sintió el cuerpo de Harry inclinarse sobre él, su dura polla allí,
por debajo de los pantalones de su traje, presionando y empujando contra el culo de
Louis.
―Estás muy sensible ahora mismo. Louis asintió.
―¿Sabes que puedo sentirlo?— Harry preguntó, sus labios acercándose a la oreja de
Louis. Caliente aliento por su lóbulo, seguido por el toque de sus labios y dientes,
haciendo a Louis temblar otra vez. —Cada vez que estás excitado por mí lo puedo
sentir. Es tan malditamente fuerte. Hace que me pregunte cómo de
desesperadamente lo quieres, pero entonces tú sigues haciendo esos ruidos
maravillosos y creo que me hago una idea.
Harry continuó empujando su medio-cubierta polla contra el culo de Louis. Él podía
sentir el calor de la erección de su amante incluso a través de sus pantalones, pero no
era suficiente. Dios, eso no era suficiente.
―Harry,— Louis jadeó, mirando sobre su hombro, resoplando para tomar
aire mientras miraba al otro hombre. —Tu… ¿tú vas a hacer esto todo el día o tú vas
a follarme de una vez?
Harry le sonrió, luego lo besó. Su boca estaba caliente contra los labios de Louis.
Caliente y bueno, y fue demasiado pronto cuando él se separó.
—Deja de pretender que no te gusta esto.
Louis gimió, y por alguna razón, Harry escogió ese momento para echarse hacia
atrás.
―Oh, finalmente, —dijo él, mirando hacia abajo de nuevo, pero entonces Harry le
confundió cuando Harry dejó caer de rodillas en vez de ponerse de pie y sacar su
polla.
En la lujuria de Louis, le tomó un momento darse cuenta de que Harry estaba arriba
también, y todavía no hizo clic completamente en él hasta que Harry miró hacia él,
le hizo un guiño, y luego se inclinó hacia delante…
Las manos de Louis instintivamente e inmediatamente engancharon las sábanas
cuando sintió el cálido, húmedo calor de la lengua de Harry tocando su agujero. Su
espina se agarrotó y sus ojos se abrieron ampliamente mientras echaba su cabeza
hacia atrás.
―¡Oh!
Los ojos de Louis se cerraron apretadamente en el instante siguiente. Él no pudo
mantenerlos abiertos. A través de la sensación y el placer que le recorría, casi podía
ver en su mente la sonrisa que Harry tenía en su cara mientras empujaba su lengua
en el agujero de Louis.
Y luego esa malvada, húmeda lengua no solo estaba lamiendo su agujero, si no que
hizo fuerza en un punto y empujó dentro.
Louis presionó su cabeza contra las sábanas y gritó. Él no podía sostenerse a sí
mismo por mucho tiempo, sin embargo. No si tenía planes de respirar en algún
momento cercano.
Y decididamente quería respirar.
Louis miró sobre su hombro justo cuando Harry empezaba a menear su lengua.
—Dios,— Louis suspiró, su boca subiendo en una sonrisa. —Sigue… sigue
haciendo eso,— dijo, jadeando las palabras mientras sus huesos se volvían de
gelatina.
Tan bueno.
Pero luego fue un shock cuando Harry se separó.
—¿Te gusta esto?
Él ya sabía la respuesta. Su voz era un claro indicativo, y Louis asintió
frenéticamente.
―Síí, sigue haciéndolo, ¡Oh!
Esto no era tomarle el pelo. Esto no era como las otras veces que Harry le había
hecho esto para tenerlo caliente y ansioso para lo que estaba por venir.
Y por unas cuantas veces, Louis supuso que eran unas cuantas. Cada vez que Harry
le hacía esto, solo duraba lo suficiente para tener la polla de Louis dura antes de que
el hombre se separara y empezara a lubricar el agujero de Louis con algo más que su
lengua.
Louis se imaginó que esto era por su naturaleza de león alfa. El hecho de que no le
gustara hacer esto por demasiado tiempo podía verse un poco degradante para
alguien que se suponía estar en control todo el tiempo, pero ahora, Harry seguía
haciéndolo, y eso se sentía increíblemente maravilloso.
Cada vez que Harry retrocedía para tomar aire, Louis pensaba que había acabado, y
venía el evento principal.
No. Harry solo separó las mejillas del culo de Louis y siguió con lo que estaba
haciendo, y él era muy bueno en eso.
Las manos de Louis sortearon por debajo de su vientre para alcanzar su polla. Louis
había estado corcoveándose contra la cama, buscando cualquier fricción que pudiera
obtener, pero necesitaba algo más fuerte que eso. Él necesitaba su mano.
Louis gimió mientras sacudía su polla. Él movió su puño al ritmo de los suaves
empujes de la lengua de Harry, parando cuando Harry paró, y continuando cuando
Harry comenzó otra vez.
―La única razón por la que te dejo hacer eso mientras te chupo es por cómo te ves
de caliente justo ahora. Deseo que sepas eso,— dijo Harry, su voz era un profundo
gruñido que sonaba como si hubiera un ronroneo justo debajo de él. Su voz era tan
sexy cuando hacía eso.
Entonces Louis se dio cuenta de lo que su compañero estaba hablando. Oh. Su
pequeña regla sobre que Louis no podía tocar su polla cuando Harry era el único
complaciéndole.
Él sonrió, tratando de reír, pero estaba muy ocupado jadeando para respirar.
―¡Uy!
Harry negó con la cabeza.
—Dios, eres tan mimado.
Y como Louis estaba bastante seguro de que Harry amaba eso, él siguió tocándose a
sí mismo.
―Tú deberías castigarme, entonces, — dijo, sonriendo sobre su hombro. Un
pinchazo de placer le golpeó cuando Harry alcanzó sus bolas y las acarició mientras
que su lengua lamía sobre el agujero de Louis, y Louis cerró los ojos.
―¿Así?— Harry preguntó. Louis asintió.
—S…Sí.
Él trató de mantener la compostura, de conseguir algo de control porque mientras
Harry hacía eso, tocar su polla y testículos mientras su lengua empujaba dentro del
agujero de Louis, él sintió su orgasmo venir.
Pero era demasiado pronto. Louis quería correrse, pero él también quería un
orgasmo intenso. Si solo se dejaba ir ahora, sería un orgasmo suave, y él no quería
eso.
―Harry, me voy a correr.
―No te atrevas, — dijo Harry, retrocediendo bruscamente. Sus manos se estiraron
hacia delante, encontrando la polla de Louis y apretando la base lo casi hasta ser
doloroso.
Al menos eso detuvo el orgasmo. Por ahora.
―¿Todavía estás a punto? Louis asintió.
—No lo dejes ir.
Si Harry le soltaba, eso iba a ser todo.
No era que Louis quisiera parar lo que ellos estaban haciendo solo porque él tendría
un orgasmo primero. Eso parecía monumentalmente injusto, pero Harry quería
disfrutarlo si iba a follarlo. Él quería perderse en el placer tanto como su compañero
hacía.
Cuando Louis sintió retroceder el peligro de orgasmo, él suspiró.
—Estoy bien. Dios, eso fue bueno.
―Suenas como si te hubieras corrido de todos modos. Louis jadeó, y sonrió sobre su
hombro.
—No, pero aun así fue bueno.
Incluso aunque Louis no siempre tenía la fuerza de voluntad de evitar correrse
cuando él quería un orgasmo, había algo que decir por el placer de ser empujado
hacia el borde una y otra vez, y obligado a parar antes de que ese clímax final
pudiera ser alcanzado.
Eso era siempre divertido.
Harry le sonrió, y Louis pudo ver el alfa en sus ojos mientras se ponía sobre sus
pies.
—Sobre la cama. Apóyate en tu espalda.
Louis hizo lo que le dijo, temblando por la orden y como de caliente le ponía.
También, se sentía bien tumbarse en el bueno y caro colchón en el que él y Harry
dormían.
Harry había comprado este nuevo colchón solo por la espalda de Louis cuando el
doctor dijo que el dolor de espalda podría traer problemas para el embarazo.
Ahora era uno de los sitios favoritos de Louis para descansar.
―¿De qué otra forma me quieres?— preguntó, separando sus piernas ampliamente.
Harry sonrió mientras saltaba encima de la cama, y él realmente parecía un gato
acechando a su presa.
Louis era el pobre, inocente, pequeño ratón que Harry iba a follar hasta caer en el
olvido.
Él se rió ante la imagen mental.
La expresión ansiosa en la cara de Harry no le dejó, pero él inclinó su cabeza,
ligeramente hacia un lado.
—¿Qué es tan divertido? Louis sacudió su cabeza.
—Na-nada. Nada es divertido.
Él se lo diría más tarde. Ahora, Louis estaba todavía más interesado en dejarse ir que
en compartir las estúpidas cosas que pasaban por su cabeza.
Él alcanzó los hombros de Harry, agarrándolos, tirando de su compañero encima de
él. Harry permaneció apoyado sobre sus puños, manteniéndose separado del vientre
embarazado de Louis, casi como si fuera hacer flexiones.
Harry no parecía sentirse molesto, ni tampoco dio un indicio de que estuviera
cansado por mantener esa posición mientras su boca tocaba la de Louis.
Louis gimió, sintiendo el calor de los labios de Harry, su lengua, todo de él.
Especialmente disfrutó la forma que Harry inclinó la barbilla contra Louis,
alentándolo a abrir sus labios.
Había una intimidad en ser besado así. Al menos, eso era por lo que Louis se dejó
llevar. Eso era por lo que cerró sus ojos y deslizo sus dedos por el pelo de Harry,
agarrándolo fuertemente, gimiendo cuando Harry se separó y chupó su garganta.
Chupando fuerte. Louis rió.
―¿Estás tratando de hacerme un chupetón?
Harry retiró su caliente, húmeda boca solo lo suficiente para responder.
—Sí.
Al menos él era también el tipo de alfa que era honesto sobre lo que quería, y
cuando Louis sintió uno de los fuertes dedos alcanzar sus pezones, retorciéndolos, él
abrió su boca y suspiró.
―De-de acuerdo, entonces. Continúa si es necesario.
Harry rió contra la garganta de Louis, haciendo una pedorreta contra su piel mientras
se separaba, sacudiendo su cabeza.
—Eres divertido.
Louis no pensaba que fuera divertido, pero si esa era la impresión que dejaba en
Harry, entonces él por supuesto no iba a discutir con el hombre en eso tampoco.
Harry le besó otra vez, rápido en la boca esta vez, antes de retroceder.
—Quédate así, —él dijo.
―De acuerdo.— Louis observó mientras su amante subió más arriba de su cuerpo.
Él no supo lo que Harry estaba planeando hasta que el otro hombre enganchó su
rodilla sobre el otro lado de la cabeza de Louis.
Harry permaneció sobre sus rodillas mientras alcanzaba una almohada.
―Levanta tu cabeza.
Louis pensó que sabía a dónde quería llegar Harry con esto, y él sonrió e hizo lo que
le dijo. Harry colocó la almohada bajo su cabeza, lo que le permitía mantener alta la
cabeza más cómodamente, y permitió a Harry estar sobre sus rodillas sin apoyar su
peso en el pecho de Louis.
Y la grande, oscura polla de Harry estaba justo enfrente de la boca de Louis.
―Tú eres extrañamente creativo a veces,— dijo Louis, aferrando sus manos a las
caderas de Harry y manteniendo un estrecho agarre mientras se acercaba,
metiéndose en la boca la cabeza del pene de Harry. –Tengo que preguntarte donde
aprendes estas cosas.
Harry dejó escapar un fuerte suspiro, su boca abierta de par en par cuando Louis
tomó entera la cabeza en forma de seta de su polla en su boca.
―No es creatividad,— Harry dijo —Tú solo no ves suficiente porno.
A Louis le gustó saber que era de allí de donde venía la idea. A Louis no le gustaba
la idea de Harry y Eric haciendo esta cosa también, incluso aunque él sabía,
lógicamente, que las posibilidades eran muy altas.
Empujó eso fuera de su cabeza. Él era el único aquí con Harry y Harry lo amaba.
Eso era lo que importaba. No quién estuvo antes, o cuántas personas habían
enseñado a Harry las cosas que estaba haciendo a Louis ahora.
Nada de eso importaba, porque Louis iba a probar cuánto mejor podía ser que todos
esos otros hombres.
Con eso en mente, él se dispuso a poner el mundo de Harry patas arriba.
Harry gimió. Louis lo miró. Era difícil mantener la vista arriba, y él estaba bastante
seguro de que no le hacía verse del todo sexy, pero él tenía que ver lo que estaba
haciendo Harry, cómo estaba reaccionando. Esa era la mejor parte, observar la
manera en que sus ojos se cerraban, cómo luchaba por abrirlos de nuevo y mirar a la
cara a Louis.
La manera en que su boca se abría mientras suspiraba, la manera en la que echaba su
cabeza hacia atrás, y especialmente la manera en la que empujaba su polla adelante
y atrás, más profundo en la boca de Louis, hacían esto incluso mejor.
Y Louis estaba perdido en esto tanto como Harry. Su polla estaba goteando
presemen. Lo sentía formarse en la base de su polla antes de deslizarse por el eje.
Louis empezó a empujar sus caderas sin que se diera cuenta. Cada gemido que
Harry dejaba salir mandaba una sacudida de placer a través de su cuerpo, y
necesitaba hacer algo con ello. Louis estaba perdiendo la maldita razón. Él iba a
explotar.
Soltó una mano del muslo de Harry, estirándola para encontrar su polla. Él se
acarició a sí mismo, y Dios, esto era tan bueno. El presemen hacía de lubricante, y
después de solo tres duros tirones, Louis se encontró a sí mismo agarrando su pene
por la raíz para mantener su placer a raya.
Para evitar correrse.
―No, tú puedes hacerlo,— dijo Harry, sus manos enredadas en el pelo de Louis. —
Córrete para mí. Chupa mi polla y córrete para mí. Hazlo.
Louis no sabía de qué se trataba, pero él estaba demasiado ido para molestarse en
retroceder.
Sí, definitivamente no tenía la fuerza de voluntad, y se iba a correr. El necesitaba
correrse.
La manera en la que Harry continuó empujando su polla en la boca de Louis, la
manera en que agarró el pelo de Louis, actuó casi como un afrodisiaco. Cada gemido
hacía a la polla de Louis saltar en su mano, y a él le gustaba. A él le gustaba tanto
que incluso aunque su mandíbula comenzó a doler, ahuecó sus mejillas y arremolinó
su lengua en la cabeza de la polla de Harry. Él le chupó más fuerte.
Él quería decirle a Harry que agarrara su pelo un poco más fuerte, que podía manejar
más dolor, pero lo que estaba haciendo justo ahora se sentía malditamente bien para
pararlo, él no pudo decírselo, su boca estaba un poco ocupada.
Pero entonces eso dejó de importar porque las bolas de Louis, que ya se sentían muy
apretadas, se empujaron hacia arriba, casi al final de su cuerpo, mientras sentía el
placer, que se había estado construyendo detrás de su estómago, llegar al punto
culminante.
Louis gimió en torno a la polla de Harry, luchando para mantener sus dientes fuera
de la ecuación mientras su cuerpo se tensó y ese cálido torrente le asaltó.
La mano de Louis sacudió su polla más rápido. Él sintió el calor seguir viniendo
incluso cuando el semen caliente cubría su vientre.
Él se vino y se vino, y luego se sintió aliviado cuando Harry saco su polla de la boca
de Louis porque Louis gimió, giró su cara y apretó sus dientes.
Y Harry estaba encima, besando su pecho y cuello y cara mientras Louis tenía el
orgasmo más largo de su vida.
―Eso es, cielo. Te ves tan estupendo.
Louis amaba cuando Harry le decía apelativos cariñosos. Él lucho por respirar,
bajando de ese increíblemente alucinante orgasmo que acaba de atravesar, jadeando
por respirar y todavía vibrando por el placer.
―Oh, Dios,—Louis jadeó, desplomándose, sintiéndose sudoroso cuando él no se
había sentido de esa forma diez segundos atrás.
Tal vez solo no se había dado cuenta de que se estaba formando en su piel.
―Eso fue bueno
Y Harry se echó hacia atrás. La manera en la que estaba inclinado sobre el cuerpo de
Louis le dio a este una perfecta visión de su polla, y como Harry estaba todavía
duro.
―Mierda,— dijo él. Harry le besó.
—¿Piensas que puedes seguir? Louis negó con la cabeza.
—No hay manera, no puedo continuar,— dijo.
―No lo hagas por mí.— dijo Harry. –Si estás cansado está bien. Puedo encargarme
yo mismo.
Louis no oyó nada en la voz de Harry que sugiriera que solo lo decía para quedar
bien. Al mismo tiempo, no era justo dejar a Harry hacerlo con su propia mano
porque Louis no había sido capaz de controlarlo.
Y de una extraña manera, no se sentía como si lo hubiera hecho bien.
Louis se apoyó, sintiendo algo de su energía y excitación regresando mientras Harry
se separaba, permitiendo a Louis sentarse.
―Te quiero dentro de mí,— dijo él. —Quiero que me folles.
Y de repente, Louis recordó ese sentimiento de vacío que sintió antes de que toda
esta cosa comenzara. Él recordó cuánto necesitaba a Harry. No solo para una
mamada o un orgasmo, si no para que le reclamase. Quería este alfa para él de todas
las maneras que pudiera, y la necesidad de eso empezaba a hacer a Louis retorcerse.
―Por favor, ¿podemos hacerlo?—Louis preguntó.
Los ojos de Harry destellaron. Su pelo se volvió un poco más lanudo, pero por lo
demás, el gato se quedó en su jaula.
―Por supuesto.
Louis se movió para colocarse a cuatro patas, pero Harry le detuvo.
—No, te quiero en mi regazo. Encarándome. Louis sintió un escalofrió, y luego
sonrió.
Se puso de rodillas. Harry tuvo que salir de la cama un momento para agarrar el
lubricante de su escondite habitual, pero luego volvió, inclinándose sobre el cuerpo
de Louis, besándole, y luego agarrando sus caderas y colocándole sobre su regazo.
―¿Qué pasa con…?—Louis miró su vientre. Su estómago no estaba exactamente
plano ya, y ahora que Harry estaba empujando sus caderas hacia delante, no estaba
seguro como ellos iban a hacer esto cómodamente.
―Agarra esa cubierta,— dijo Harry, mientras empujaba el culo de Louis arriba. —
Reclínate. Más,— dijo Harry. —Pon tus manos en el colchón, no en mis hombros.
Entonces entendió como Harry lo quería, y Louis estaba más que ansioso de ponerse
en esa posición. Sonrió mientras se reclinaba.
Su vientre podía ser grande, pero él todavía podía usar la fuerza de sus brazos, y él
usó eso para sostenerse a sí mismo.
Casi se sentía como si estuviera haciendo el cangrejo, lo que pensó que lo hacía más
divertido. Louis estaba realmente disfrutando, y él suspiró ante el suave placer de
tener los dedos humedecidos de Harry presionando contra su agujero.
Él no necesitaba mucho estiramiento. Habiendo tenido a Harry lamiendo su culo, y
luego ese increíble orgasmo, le hacía sentirse lo bastante flojo para ser tomado por el
hombre sin mucha preparación, pero él estaba encantado con eso, de todos modos.
Él estaba encantado de sentir el cuidado con que Harry lo tomaba, incluso aunque él
debía estar excitado como el infierno. Louis pensó que sintió a Harry temblar un
poco, pero él no podía estar totalmente seguro de ese particular.
―Eres tan sexy,— dijo Harry.
Louis estaba jadeando. A pesar de su reciente orgasmo, los dedos dentro de él,
empujando profundamente y encontrando su próstata, hizo que su polla se pusiera
medio dura en ese instante.
Y a pesar de como de bueno se sentía, cómo su cuerpo se sentía rojo y caliente, él no
se sentía exactamente sexy. No con ese gran vientre entre ellos.
La falta de respuesta de Louis debió ser suficiente para Harry porque él sonrió.
—Quiero decir eso. Tú eres jodidamente sexy. La manera en la que te ves justo
ahora, empujando contra mis dedos, estando listo para mí. Tú eres la cosa más sexy
que he visto en mi vida.
Louis rió a través de su respiración jadeante.
—Si tú lo dices.
―Lo digo.
Louis no iba a ir a ninguna parte discutiendo con el hombre, por lo que decidió que
no había ningún sentido en hacerlo.
Además, él estaba bastante seguro de que Harry estaba siendo serio. Si era porque él
era parcial con su amado y compañero, o porque él solo estaba cegado por las
marcas de estrías que se estaban formando en el vientre de Louis, él no podía estar
seguro.
De cualquier manera, era halagador oír lo mucho que su amante pensaba que se veía
bien. Eso hacía a Louis sonrojarse en todo el cuerpo, y él estaba bastante seguro que
todo su cuerpo estaba ya ruborizado.
Harry apartó sus dedos, y Louis gimió por la pérdida. Harry soltó una risita.
—Paciencia, cariño. Te tengo.
―Mejor que lo hagas,— dijo Louis, y él tuvo que mantenerse unos cuantos
segundos en esa posición de cangrejo mientras Harry cubría su polla con el
lubricante, haciendo al eje y la cabeza brillar.
Louis tembló, ansioso y listo mientras sentía la punta de la cabeza presionar contra
su estirado agujero.
Louis apretó los dientes cuando sintió el primer estallido al atravesar la resistencia
inicial. Él suspiró, luego apretó sus dientes otra vez, empujando hacia abajo tanto
como podía. Harry se aferró a sus muslos, como si estuviera tratando de contenerse a
sí mismo de empujar duro y rápido en el cuerpo de Louis.
No es que a Louis le hubiera importado.
Finalmente, la polla de Harry se deslizó profundamente, suave y rápido, y Louis
suspiró otra vez. Su polla estaba completamente dura otra vez, y él podía creer a
duras penas que pudiera tener otro orgasmo tan pronto.
Resoplando para respirar, él dijo a Harry.
—Si tener un bebé hace que esté tan cachondo todo el tiempo, deberíamos tener
otro.
Harry parpadeó, luego se rió a través de su respiraciones jadeantes mientras acortaba
la distancia. Louis hizo el resto del camino, sujetando la nuca de Harry mientras se
besaban.

Capítulo once
Louis podía no creerle, pero él era hermoso. Incluso en el tiempo que pensaba que
odiaba al hombre, había estado cautivado por él, atraído por él, desesperado por
tenerlo. Incluso en ese entonces.
Ahora, ahora él se veía incluso mejor. ¿Cómo no podía estarlo cuando él estaba
llevando el hijo de Harry? Él era hermoso. Siempre lo sería. Eso era la realidad
Especialmente mientras hacía círculos con sus caderas, sus labios rosas totalmente
abiertos mientras jadeaba y suspiraba, empujando contra la pelvis de Harry, tratando
de empujar la polla de Harry más profundo en su interior.
Y se sentía maravilloso cuando Louis hacía eso.
―Justo así, bebé, sí.— Harry gimió, empujando para acompañar los movimientos
de Louis, empujando su polla tan profundo como podía en el calor de Louis.
Y eso era muy bueno.
Harry se sujetó fuertemente la pierna de Louis con su mano libre, usando la otra para
sostenerse mientras empujaba adelante y atrás, profundamente en el agujero de su
amante.
Él le extendió ampliamente, reclamándole para él. Ningún otro hombre podía estar
aquí porque Louis le pertenecía, y Louis lo sabía.
Harry sintió su orgasmo justo ahí. Sus bolas estaban apretadas y sus pies agarrotados
con la urgencia de resistir, de retenerlo, pero su cuerpo podía solo contener gran
parte de ese placer. Él trató, Dios, él lo intentó, pero entonces Harry gimió, sus
empujes se volvieron más duros, más rápidos.
Louis dejó salir un grito de sorpresa mientras él casi era empujado hacia afuera con
este nuevo ritmo más duro.
Harry lo sostuvo fuertemente. Incluso en la agonía del placer, él no quería causar
ningún daño a su compañero.
Y luego Louis estaba gimiendo con él.
—Sí, dentro de mí, córrete dentro de mí. Joder.
Él maldijo y gimió y maldijo algo más. Harry se preguntó si Louis sabía lo boca
sucia que era cuando él estaba disfrutando en la cama. Eso era parte de su atractivo,
por supuesto.
Harry, en su mayor parte, permaneció duro por un tiempo después de su orgasmo. El
usó eso para ordeñarse a sí mismo, para sacar lo último de su placer mientras
inclinaba sus caderas hacia delante, haciendo a Louis montarle.
Y Louis empujó sus caderas hacia abajo, fuerte, contra las de Harry. Su agujero
exprimiendo la polla de Harry, sacando todo el placer y la incomodidad fuera de él,
pero le gustaba esto.
―¿Te vas a correr otra vez?
Louis asintió, sin poder decir nada mientras luchaba por respirar. Él se forzó a sí
mismo a sostenerse sobre una mano mientras alcanzaba su polla.
Harry estaba impresionado. Louis tenía una cantidad de equilibrio impresionante
considerando cómo de grande estaba su vientre, y cómo él estaba continuamente
moviendo sus caderas, haciendo círculos, empujándose contra la polla de Harry
hasta que sus movimientos eran duros y bruscos. Él comenzó a actuar más por el
instinto de alcanzar ese placer final que cualquier otra cosa, y Harry observó con
placer como su compañero abría su boca y suspiraba mientras se corría.
Harry vio como un chorro blanco-nacarado se disparaba desde la erección de Louis
y aterrizaba en su estómago, algo de ello incluso atravesó el montículo y llegó al
pecho de Louis.
Harry gruñó, su placer girando a casi dolor cuando el agujero de Louis exprimió a
Harry un poco demasiado fuerte.
Entonces se había terminado, y Louis pareció perder toda la fuerza mientras luchaba
por respirar.
―¡Guau!— dijo, sus brazos relajándose mientras se caía sobre el colchón.
Harry se rió de su compañero.
―No es divertido,— dijo Louis, separando su cuerpo del de Harry, sin embargo,
sonaba cansado y débil.
Harry asintió.
—Sí que lo es. Tú eres adorable.
Y el sonrojo que cubría el cuerpo de Louis profundizó en color, especialmente
alrededor de las orejas.
—No, no lo soy.
Pero lo era, y Harry estaba embargado con su urgencia animal de inclinarse y lamer
el semen del vientre de Louis.
Así que, eso es exactamente lo que hizo.
Louis tembló. Harry lo sintió en su lengua, y luego la mano de su compañero estaba
en el pelo de Harry, agarrándolo fuertemente.
—Dios, eso se siente bien, ―él suspiró. Harry retrocedió.
—Ese era el punto.
Se sentía atraído por como de gruesos y brillantes estaban los labios de Louis,
entonces se dejó ir en la urgencia de acercarse y besarlos.
Louis sonrió en el beso, pero Harry se detuvo y se separó abruptamente.
―¿Qué pasa?—Louis preguntó, todavía sonriéndole con expresión aturdida,
aparentemente inconsciente de lo que estaba pasando.
Harry rodó fuera de la cama mientras sentía el hormigueo del pelaje saliendo a
través sus poros, recorriendo todo su cuerpo.
―Lo siento, no puedo mantenerlo dentro,— dijo él, y cayó sobre sus manos y
rodillas. O, más apropiadamente, él cayó sobre sus gruesas patas mientras el cambio
vino a él un poco demasiado rápido.
Harry abrió su boca, un profundo y reverberante gruñido salió de su garganta.
Genial. Sus cuerdas vocales se habían ido.
Subiendo una pata, Harry se frotó la cara. Su cara de león.
¿Qué infiernos? Él nunca había tenido un cambio así, bueno, no por un largo tiempo.
Él no había sido capaz de controlarlo, aunque estaba todavía controlando esto, no su
lado animal.
―¿Harry?
Harry giró su cabeza hacia sonido de la suave voz. Louis se encogió, haciéndole
parecer más pequeño en la cama.
Estupendo, él estaba asustando a su compañero. ¿Qué coño pasó?
―¿Estás… estás en control? ¿Puedes entenderme?
Lo maravilloso de las preguntas de si o no era que Harry podía contestarlas incluso
sin laringe. Él asintió.
Louis se relajó. Casi parecía que su cuerpo se había desinflado con el alivio.
―Bien, lo siento, eso solo me descolocó un poco. No me lo esperaba.
Tampoco Harry. Puso sus patas sobre la cama, haciendo incluso que la fuerte
estructura de ella rechinara bajo su peso.
Louis rodó sobre su espalda mientras Harry se inclinaba sobre él y le olfateaba.
Su olor era agradable, reconfortante. Harry ya sabía que el aroma de su compañero
embarazado era fuerte, podía consolarle y recordarle a Harry el orgullo del
sentimiento de pertenencia, de ser suyo, pero también esperaba que el aroma le
ayudara a cambiar de vuelta a su forma humana.
Nop. Incluso aunque él era el único manejando las cosas, el león dentro de él no
estaba dando las riendas.
Genial. Harry había mantenido su animal encerrado en la jaula tanto tiempo que
ahora no quería volver dentro.
Y Louis estaba frunciendo el ceño.
―¿Qué pasa? ¿No puedes volver a cambiar?
Harry odiaba admitirlo, pero él tenía que ser sincero. Negó con la cabeza.
Los ojos de Louis se abrieron como platos.
—¿Es en serio?
Harry miró dentro de sí mismo, buscando algo que pudiera decirle que era peligroso,
que estaba en problemas y no podía cambiar de nuevo.
Él no tuvo ese sentimiento. Él se figuró que el león solo necesitaba estirarse.
Él negó con la cabeza otra vez, luego dio énfasis a eso lamiendo el pelo de Louis.
―¡Ah! ¡Cosquillas!— Louis rió, empujando su hocico.
Harry sonrió a su amante, su cola sacudiéndose detrás de él cuando encontró una
nueva forma de entretenerse. Saltó a la cama, sintiendo otro fuerte rechinamiento
mientras ponía todo su peso encima, Louis se movió hacia un lado, haciéndole sitio.
Pero Harry no quería que su compañero se alejara. Ronroneando, tiró algunas de las
almohadas y las mantas, haciendo un hueco para sí mismo para ponerse al lado de su
amante.
Pero entonces Louis empezó a reírse de él.
—Pareces un gato doméstico, arañando las sábanas así.
Harry le dio una dura mirada, pero eso solo hizo que Louis riera más fuerte.
Harry le haría una demostración. Se estiró hacia afuera, siendo muy cuidadoso con
sus garras, alcanzando y agarrando a Louis por su pecho, y tirándole sobre su pelaje.
―¡Hey!—Louis dijo, forcejeando un poco, pero Harry estaba determinado a
mantener a su compañero cerca y acurrucarse, incluso cuando él estaba en esta
forma.
Harry no cedería. Se habría reído si pudiera, pero su ronroneo se hizo más fuerte
mientras disfrutaba haciendo retorcerse a su compañero.
Louis gruñó mientras finalmente se rindió.
—¿Sabes? Eres realmente afortunado, no soy alérgico a los gatos. Harry continuó
ronroneando, y lamió el hombro de Louis, suavemente, para no arañarle con su
lengua.
―Sí, yo también te amo, — dijo Louis. Sonaba como si admitiera eso de mala gana,
pero Harry pudo leer la verdad en el cuerpo de su compañero.
Ellos se acomodaron para dormir, Louis finalmente se abrazó al pelaje de Harry por
calor y comodidad. Harry se puso de lado, permitiendo a Louis acurrucarse en el
suave pelaje de su vientre, en vez del erizado del resto de su cubierta.
Él estaba justo empezando a relajarse cuando la estructura de la cama se desplomó
bajo su peso.
***
Harry realmente no quería hacer esto. De hecho, él odiaba la idea entera de dejar a
su compañero entrar al lugar y subir a esos ascensores por sí mismo.
Si fuera por él, llevaría a Louis a casa, lo metería en la cama y se aseguraría de que
nunca se fuera, familia o no familia.
Pero Harry iba a permanecer aquí de mala gana y esperar a que Louis regresara. Esto
había sido una fuente de tensión entre ellos desde que Louis se enteró de que su
padre estaba enfermo y su madre le había contactado. Estúpido Eric por meter sus
narices donde no le llamaban, pero lo hecho, hecho está, y ahora Louis y Harry
estaban en la tienda de regalos mientras Louis buscaba algo para regalar a sus
padres.
Harry agonizaba mientras veía a Louis agonizar. Él odiaba saber que su compañero
estaba sufriendo así, pero el quid de la cuestión es que este era el camino que había
elegido Louis, y él no podía darle ninguna ayuda mientras no se la pidiera.
―Ya no conozco a mi padre, — dijo Louis, agarrando la última nóvela de misterio
de Robert Galbraith. –Me pregunto si él todavía lee estas.
Harry estaba preguntándose si Louis era consciente de que era tan fan de los
misterios como había afirmado que su padre solía ser. Eso puso a Harry incómodo al
pensar que su compañero compartía algunos rasgos con el hombre que estando
borracho le apuñaló mientras dormía, pero ellos eran padre e hijo después de todo.
―Si no lo hace, esta podría ser una buena elección para que lo volviera a hacer, —
dijo Harry tratando de ser de ayuda.
El problema era como ninguno de los dos estaba completamente seguro si el hombre
podría estar consciente o no para leerlo. ¿Podía un hombre dolorido por el cáncer ser
capaz de relajarse y disfrutar un libro?
Louis suspiró, sosteniendo un momento el libro antes de dejarlo en su sitio.
Había ositos de peluche en la tienda, también, incluyendo una variedad de balones,
flores, e incluso artículos de bebé, que eran probablemente para los nuevos padres.
Harry tomó especial interés en estos. Él sonrió mientras miraba un pijamita azul. De
hecho tenía una pequeña cabeza de león bordada en él.
Harry se lo mostró a Louis, que inmediatamente sonrió, animándose con la vista.
—Nosotros definitivamente necesitamos eso.
Harry lo añadió a la lista de compras que estaban haciendo. Había uno rosa, y lo
agarró también, por si acaso.
Harry mantuvo sus ojos en su compañero, tratando de no hacer demasiado obvio que
estaba observando lo que Louis estaba haciendo.
Cada movimiento y reacción de Louis, la manera en que miraba fijamente los
artículos, cogiendo algunos antes de dejarlos de nuevo, estaba volviendo loco a
Harry.
En su mayoría porque él tenía la insana necesidad de subir al piso donde estaba el
padre de Louis y acelerar el proceso de su muerte.
Louis finalmente suspiró.
—Supongo que debería solo coger esta cosa. Esto es suficiente, ¿verdad?
Aparte del libro y las flores, Louis había cogido una tarjeta de “deseo que te
mejores” que Harry firmó a regañadientes cuando Louis la puso debajo de sus
narices, y en el interior de ella había un cheque de cinco mil dólares para la madre
de Louis.
Y Harry firmaría más cheques cuando llegara el momento. Por mucho que odiara a
los padres de Louis, él amaba a Louis y haría lo que fuera para aliviar algo de este
dolor que estaba sintiendo.
―Pienso que es suficiente, — dijo Harry.
Llevaron los artículos al mostrador y pagaron por ellos. Louis cogió el libro y la
tarjeta en una mano y el ramo en la otra.
—¿Cómo me veo?
Harry oyó palpitar con fuerza el corazón de Louis y olió los nervios que le rodeaban.
Si él seguía sudando así, iba a tener que cambiarse de camisa.
Harry sonrió y no se lo mencionó. Él no quería darle a Louis más razones para estar
nervioso.
—Te ves increíble.
Y él lo hacía. Él estaba verdaderamente brillando. Louis había cortado su pelo unos
días atrás y lo había peinado cuidadosamente, añadiéndole algo de gomina. La ropa
que llevaba era práctica y correcta. Harry no pensaba que Louis debiera preocuparse
tanto de lo que sus padres pensaran de él, no después de todo lo que le habían hecho,
pero era la decisión de Louis hacer esto. Harry tenía que respetarla.
Louis tomó una profunda respiración, dejándola salir con cuan profunda exhalación.
—De acuerdo. Subiré, entonces.
Harry le acompañó hasta el ascensor, esperando a que este llegara y Louis subiera.
El hospital solo tenía tres pisos, pero Louis estaba teniendo problemas con las
escaleras, últimamente.
―Estaré justo aquí abajo, — dijo Harry cuando Louis presionó el botón de la planta.
—Mándame un mensaje si me necesitas para algo. Subiré al momento.
Louis le sonrió.
—Lo sé,— dijo mientras la puerta se cerraba, separándolos.
Harry permaneció donde estaba. Miró su reflejo en las puertas de acero por unos
segundos, notando la incertidumbre y la tensión nerviosa en sus ojos antes de darse
la vuelta.
Cristo. ¿Cómo esperaba Louis calmarse cuando Harry no podía incluso hacerlo? Él
suspiró, cepillando sus manos a través de su pelo, y fue a sentarse.
Louis oyó los pitidos de la máquina, de varías máquinas, cuando llegó al piso de su
padre.
Él arrastró sus pies, sintiéndose una mierda por no querer estar allí, pero su cicatriz
dolía y palpitaba mientras pensaba en su padre viendo su vientre.
Louis iba a hiperventilar.
Él entró a la habitación. La puerta estaba abierta, y vio a su madre primero. Ella no
lo vio enseguida, y él tuvo dos segundos para darse cuenta de cuánto de diferente se
veía, cuanto más vieja, pero también cuanto se veía igual.
No tenía sentido, pero todavía había esa parte de ella que podía ver de cuando
todavía era un niño que vivía bajo su techo.
Ella estaba en una silla, mirando a su marido, cuando se dio cuenta de que Louis
estaba en la puerta. Ella le miró, sus ojos abriéndose ampliamente antes de que se
pusiera de pie.
Su sonrisa parecía genuina mientras abría sus brazos para él. Él entró en ellos
automáticamente.
―Es tan bueno verte, Louis,— ella dijo, abrazándolo fuerte, luego lo soltó.
Hubo algo de confusión en su cara mientras miraba hacia abajo entre ellos, se fijó en
su vientre, y luego miró de nuevo a su cara.
Sus mejillas se sonrojaron brevemente antes de que recobrara la compostura.
Antes de que Louis pudiera ponerse a la defensiva, ella tomó su mano, dirigiéndole a
otra silla.
―Siéntate, siéntate, he esperado mucho tiempo para verte.
―Gracias, eh, he comprado algunas cosas para papá.
Louis miró a la cama, pero los ruidos del soplido suave de la máquina, junto con los
agudos pitidos, continuaron como si Louis no hubiera venido después de años de
estar alejado.
―Está durmiendo,— dijo su madre. ,—¿Son para él?
Ella señaló las flores. Louis las soltó, sintiéndose un poco avergonzado de sí mismo
por estar aliviado.
Avergonzado y desilusionado. Tan preocupado como había estado por la idea de ver
a su padre otra vez, sobre lo que él diría sobre el embarazo de Louis. Louis quería
que supiera, quería que supiera que a pesar de todo lo que pensara de su hijo, de lo
que trató de hacer esa noche, Louis seguía con su vida, y estaba bien.
No podía hacer eso si el hombre dormía tranquilamente y no sabía que estaba allí, y
a pesar de todo, Louis pensaba agarrar a un moribundo y sacudirlo para que
despertara.
―Estos son maravillosos. No pienso que tu padre los haya leído todavía. Él va a
estar muy feliz de que los hayas conseguido.
―¿Estás segura de eso?
―Por supuesto. ¿Por qué no iba a estarlo?
Ella preguntó con el tipo de expresión abierta con la que Louis supo cómo se iba a
jugar esto. Ella todavía estaba pretendiendo que la puñalada no había sido un gran
problema. Ella todavía pensaba que Louis le había dado más importancia de la que
debería.
Él la odió por eso, pero ella era más vieja, su marido estaba agonizando, y él no
tenía el corazón de insultarla como él siempre imagino que lo haría. Se sentó allí y
trató de tener una pequeña y agradable charla en su lugar, mientras las máquinas de
su padre pitaban y le mantenían vivo.

Él esperó y esperó. Harry se levantó muchas veces de su asiento para dar vueltas
alrededor de la sala. Él tomó un segundo café y comprobó su móvil otra vez y otra
vez para estar seguro de que no había mensajes de ayuda viniendo de su compañero.
Al mismo tiempo que el león dentro de él se volvía loco. No le gustaba esto más de
lo que lo hacía a Harry. Ambos estaban inquietos.
El hombre mayor estaba enfermo y moribundo. Fue duro las veces que Harry tuvo
que recordárselo para consolarse con la idea de que no había manera de que pudiera
intentar algo contra su compañero. La madre, por otro lado…
No. Esto era un hospital y nada malo iba a pasarle a su amante o a su bebé. Louis no
había visto a sus padres en años, así que era razonable que estuviera un tiempo.
Al menos eso era lo que Harry pensó mientras buscaba un mensaje de su pareja una
vez y otra. Tomaría una hora o dos ponerse al día, llegar a un acuerdo, y que sus
padres hicieran sus disculpas.
Harry comenzó a escribir un par de mensajes a Louis, pero luego los borró
enseguida. Él no quería interrumpir cualquier cosa que les estuviera diciendo Louis.
Solo había pasado una hora antes de que volviera Louis. Parecía más tiempo, pero
cuando Harry comprobó su reloj, no lo había sido.
Louis tenía las manos vacías cuando salió del ascensor, y se veía pálido. Harry se
puso de pie y corrió hacia su compañero. Él se veía tan pálido y retraído cuando
Harry lo sostuvo por sus hombros.
―¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?
Louis aspiró una respiración temblorosa antes de mirarle. Sus ojos eran distantes.
—¿Podemos hablar sobre ello en casa?
Harry luchó contra su urgencia de saber todo lo que había pasado, en este momento.
El no necesitaba saber nada. No todavía. El necesitaba cuidar de su amante.
Harry asintió.
—De acuerdo, vamos a casa. Podemos coger tu comida favorita de camino.
Louis sonrió, pero no alcanzó sus ojos.
―Gracias.
Ellos pararon el restaurante favorito de Louis y ordenaron para llevar.
Harry cogió un trozo de pastel de queso, también. En mayor parte lo hizo para hacer
a Louis sentirse mejor. La manera más fácil de agradar a Louis era a través de su
estómago, después de todo.
Él viaje de vuelta a casa fue tranquilo. Harry sintió la tensión alrededor de cuerpo de
Louis mientras el hombre estaba sentado a su lado en el coche, incluso cuando ellos
bajaron y entraron en la casa de la piscina.
Louis intentó coger las bolsas de comida, pero Harry no quería que cogiera peso. Él
cogió las bolsas y las dejó sobre la mesa, y sacó los platos del armario.
―Debes pensar que esto es tan estúpido.—dijo Louis.
Harry le dio una afilada mirada. Louis se aferró a su brazo, mirando el suelo de
baldosas.
—Quiero decir, preocuparme por las personas que me repudiaron. Harry puso los
platos en la barra y se acercó a su compañero.
―No, yo no pienso eso.
Él empujó a Louis entre sus brazos. Louis no luchó contra él. Dejó que Harry lo
sostuviera y abrazó a su compañero, también.

Capítulo once

A pesar de que Harry lo sostuvo, frotó su espalda y lo besó, Louis no podía evitar
sentirse muy avergonzado. Él no estaba seguro de por qué. Lógicamente sabía que
no había nada de qué avergonzarse, pero él no podía evitarlo, tampoco. Él sentía que
estaba poniendo demasiada tensión en su relación con Harry con la inclusión de todo
este drama, y ahora aquí estaba, estando todo emocional por lo que su madre le
había dicho.
―¿Quieres hablar de ello?—Harry preguntó suavemente. —Nosotros no tenemos
que hacerlo ahora si no quieres, pero sinceramente, creo que deberíamos.
No había nada de exigencia en su tono. Él sonaba como si estuviera andando con
pies de plomo alrededor de los sentimientos y emociones de Louis. Louis estaba
muy agradecido por ello. No tenía palabras para describir cuánto significaba para él.
Louis se separó. Él no estaba llorando, pero sus ojos ardían, y él los frotó, tratando
de contener toda humedad que quisiera salir.
―Yo solo… ¡joder! No quiero sonar como un bebé sobre esto. Yo sé que es lo que
parezco…
―No.— Harry negó con la cabeza rápidamente. —Esta es tu familia.
Estas personas te han lanzado mierdas. Se suponía que debías confiar en ellos, y por
lo ellos te hicieron, no puedes. Es totalmente normal que cualquier cosa que te digan
te duela.
Louis asintió.
Harry hizo una pausa.
—¿Qué te dijeron?
Ahora sonaba un poco enfadado y agresivo y Louis tuvo que sofocar una risa
llorosa.
―Tú solo quieres ir todo macho alfa y obtener tu venganza.
―Eso es,— Harry admitió, luchando por mantener sus garras dentro.
―Y para ser honesto, yo probablemente no debería decir nada más que eso, de otra
manera tú probablemente nunca me perdonarías.
Eso era lo que Louis amaba de Harry. Él sabía que Louis no les gustaba mucho a sus
padres, pero parecía que no estaba dispuesto a empujar hasta donde era capaz de
amenazarlos físicamente sin que su compañero se enojara.
Louis miró hacia abajo, sacudiendo su cabeza.
—No tienes que preocuparte por eso. No te culpo por querer deshacerte de algo de
tensión.
Él seguro como el infierno que podría utilizarlo.
Louis no podía decirle no a Harry en este punto. Era tan asunto suyo como de Louis,
porque Louis le había involucrado. No contárselo a Harry podía llevar a este a la
locura en este momento, por lo que bien podría acabar con esto de una vez.
Eso, y que Louis realmente podía usar a alguien para hablar.
―Al principio fue incómodo y extraño. Mi madre me abrazó. La di las flores. Mi
padre estaba durmiendo, en realidad, por lo que no dijo nada de mí. Él incluso no
vio mi estómago.
―¿Él estaba durmiendo?—Preguntó Harry, llevándole a una silla y ayudándole a
sentarse.
Louis supo lo que Harry estaba pensando.
—No creo que lo estuviera fingiendo. El monitor cardíaco que tenía conectado era
bastante constante. Yo sinceramente pienso que solo estaba durmiendo.
Lo que tenía sentido. Su padre estaba conectado a muchas máquinas, y con
suficientes analgésicos para noquearle por la mayor parte del día.
Louis no se lo había cuestionado.
―Para ser honesto, yo estaba algo aliviado. Yo no sabía lo que él podría decir, o
cómo me miraría. No porque esté avergonzado de estar contigo, o de estar
embarazado.—Él añadió rápidamente.
Harry sacó otra silla y se sentó cerca. Él se mantuvo sosteniendo las manos de
Louis, sus pulgares deslizándose agradablemente sobre su piel.
—Lo sé. No he pensado eso.
La voz de Harry era tan suave, tan falta de cualquier juicio, que Louis quería
lanzarse sobre el hombre y rogar que lo abrazara y le besara hasta que esto mejorara,
hasta que todo se sintiera como debería.
Él era un hombre adulto, y no quería poner este tipo de presión en Harry. Él podía
ser un alfa, pero Louis no quería abusar de eso vertiendo todo su bagaje emocional
en el hombre con la esperanza de que él lo arreglara.
Aunque realmente era una tentación, tenía que admitir que mucho.
―Mi madre cogió las flores y el libro. Ella no cree que lo haya leído todavía. Tú
deberías haber visto la mirada en sus ojos cuando vio mi vientre. Ella apartó la vista
rápidamente. No creo que volviera a mirar de nuevo.— dijo. —Incluso traté de
decirle cuándo salía de cuentas, pero ella seguía cambiando de tema.
Él no estaba completamente seguro cuanto de eso tenía que ver con su
disconformidad por tener su hijo varón embarazado de un cambiaformas, o ella solo
estaba pensando en su marido más que cualquier otra cosa. Ya era suficientemente
raro para Louis, sabiendo que en unos cuantos meses su pene podía hacerse más
pequeño y aparecería una vagina detrás de él, y daría a luz a través de ella.
Dios, él no estaba deseando ver eso.
Harry asintió. Él no dijo nada de inmediato. El solo parecía esperar a que Louis
terminara. Tuvo que intervenir cuando Louis no ofreció nada más.
—¿Qué dijiste luego?
Louis humedeció sus labios, mirando hacia sus manos, a los pulgares de Harry
mientras ellos continuaban haciendo círculos suaves sobre su piel.
—Ella, eh, empezó a hablar de cosas, sobre lo mucho que me extrañaba, sobre como
ella podía recordar cuando era un bebé dando los primeros pasos, y todas esas cosas.
Al principio pensé que estaba hablando acerca de ti y de mí teniendo un bebé, pero
luego regresó a papa.
―¿Qué dijo ella entonces?
Louis se preguntaba si Harry se estaba forzando a sí mismo a hacer preguntas como
esta solo para no hacer una declaración de la que se arrepentiría más tarde.
Louis se encogió de hombros.
—Estuvo bien por la primera media hora. Creo. Yo incluso estaba empezando a
comportarme como solía con ella. Ella habló de mis cumpleaños pasados, sobre
cuando tuve que conectar el primer ordenador de la familia porque ellos no sabían
cómo. Luego se volvió raro cuando ella comenzó a apoyar mi elección de estilo de
vida. Ella no mencionó cuando papá me apuñaló. No sé si ella estaba
intencionadamente pretendiendo que nunca pasó, pero yo no quería traerlo a
colación porque, bueno, él estaba justo allí. Él estaba moribundo, ¿sabes?
Harry asintió por lo que se sintió como la milésima vez, y Louis estaba empezando a
ponerse ansioso.
―¿Y bien?
―¿Y bien, qué?—preguntó Harry.
―¿No tienes ninguna opinión sobre esto? Harry suspiró.
―Creo que yo no habría tenido la paciencia, que tú has tenido, para lidiar con ella, o
tu padre.—él se encogió de hombros. –Si mis padres mágicamente aparecieran
mañana y empezaran a hablarme sobre los duros momentos que están atravesando,
yo sinceramente no pienso que me importara.
―Pienso que te importaría,— dijo Louis rápidamente.
―No, no lo haría. Parece que solo lo estoy haciendo para que suene duro, o fingir
algún bagaje emocional que tengo, pero lo digo en serio. No me importa la mujer
que me dio la vida o el hombre que la embarazó.
Ellos están tan abajo de la lista de cosas por las que daría una mierda que no puedo
verlos, — dijo Harry. ―Aunque verdaderamente, eso es solo porque nunca los
conocí. No realmente. Ellos salieron del cuadro cuando yo solo era un niño,
lanzándome al sistema de acogida así ellos podían seguir con sus drogas y follar
como conejos. Yo no pienso que incluso sepan que su hijo es un multimillonario, de
otra manera, estoy bastante seguro de que ellos empezarían a llamar a mi puerta
igual que tus padres hacen ahora.
―Su… supongo que eso es verdad.
Louis había preguntado sobre los padres de Harry. Había sabido que estaban
ausentes cuando ambos estaban en la escuela secundaria, pero escuchar a Harry
hablar de ellos así añadía un nuevo nivel de realismo a la imagen.
―¿No te molesta que ellos pidan dinero? Harry negó con la cabeza.
―No. Y créeme, he estado pensando sobre ello. Tus padres son diferentes de los
míos has estado atrapado durante más tiempo. Yo todavía los odio por lo que te
hicieron, pero ellos te criaron, y por bastante tiempo, tú los quisiste. Eso da sentido a
que tú todavía te preocupes por ellos, incluso si no quieres preocuparte.
El corazón de Louis estaba palpitando con fuerza. Él trató de tragar, pero había una
piedra gigante en su garganta, y estaba empezando a doler seriamente.
―¿Por qué eres tan bueno en ver a través de todo?—Louis preguntó, sonriendo ante
la situación, ante sí mismo. Ante todo.
Harry sonrió.
—Yo no era bueno en leer a las personas así hasta que volviste a mi vida. Me dijeron
que era bueno en ello cuando hago tratos de negocios, compro compañías, o las
tomo, pero cuando se trata de ti… no sé. Pienso que parte de eso tiene que ver con el
hecho de que eres mi compañero.
Puedo sentir tu corazón bombeando fuerte justo ahora, y yo no pienso que sepas que
es lo que me hace eso. Yo solo quiero envolverte y protegerte, pero sé que no puedo.
Eso me mata un poco.
Louis finalmente consiguió tragar, pero su garganta dolía más que nunca.
—Pienso que estás haciendo un trabajo bastante bueno en la cosa de la protección
ahora mismo. Me siento a salvo contigo. Confío en ti.
Y él estaba diciendo la absoluta verdad. Él confiaba en Harry con todo su todo. Con
su vida, con sus emociones, con su hijo.
Louis sorbió y limpió sus ojos.
—Joder. Dios, odio ser tan emocional. Harry le sonrió.
—Está bien. Tienes una razón para serlo.
―Yo solo tengo estos ojos llorosos porque tú estas lanzándome toda esa mierda de
Príncipe Azul.
Harry se rió muy fuerte de él.
Louis tenía que admitir que su risa y sus palabras eran suficientes para hacerle sentir
muchísimo mejor, pero él todavía tenía ese carga presionando sus hombros y
espalda. Él todavía tenía que lidiar con su padre y su madre.
―Sé que ella está tratando de manipularme. – dijo Louis, y apretó sus puños. Su
cuerpo entero se encogió pensando en eso. —Odio que ella esté haciendo eso, y yo
he caído en ello, pero eso es lo que ha pasado.
Harry estaba de repente en alerta máxima otra vez.
—¿Qué te dijo?
Louis suspiró.
—Dios, solo sobre como lo había hecho. Como si estar acoplado contigo significa
que he conseguido algo. Ella me habló más de sus facturas, y sobre la gran casa
donde nosotros vivimos. No le dije que vivimos en la casa de la piscina, creo que
pensaría que me estaba burlando de ella. Básicamente ella seguía dando a entender
que nosotros podíamos darles más que simplemente los cinco mil dólares, que eso
no era nada para nosotros, para ti. Ella siguió hablando como si yo fuera un egoísta
cada vez que decía que tenía que preguntar.
Louis podía ver la ira construyéndose en los ojos de Harry. Él odio que fuera el
único causando que su compañero estuviera tan enojado, que Harry incluso tuviera
que pensar en los padres de Louis además.
―¿Estás enfadado?
―¿Con ella? Sí. — Dijo Harry. —No contigo, nunca contigo.
―Pero ella está tratando de conseguir que te pida dinero. Cristo, eso es lo que estoy
prácticamente haciendo ahora, y tú escribiste un cheque de cinco de los grandes para
ellos.
―Lo sé, — dijo Harry.
Louis observó a su compañero cuidadosamente, observó como la ira de Harry
parecía que iba a explotar. Harry se separó, y Louis tuvo un momento de pánico
cuando pensó que significaba que Harry se estaba alejando de él.
―Yo esperaba esto, y está bien. No, en serio, escúchame.—dijo Harry cuando Louis
sacudió su cabeza. ―Nosotros necesitamos estar en la misma página en esto. De
hecho, puedo permitirme esto. No solo parece de esa manera. Yo estoy
perfectamente feliz con pagar las facturas médicas de tu padre para quitártelos de
encima. Yo puedo hacer eso en latido, pero solo para que no tengas que aguantar que
tu madre te haga sentir culpable, dile que he decidido, sin posibilidad de negociar,
no pagar por sus gastos personales. Si ellos quieren un lugar donde vivir, entonces
ella tiene que encontrar un trabajo y preocuparse de sus facturas ella misma. Yo
pagaré un cuidador y la quimio, pero eso es todo. Puedes decirle que he dicho eso,
también. Hazme ser el chico malo si quieres, pero tanto como te amo, no quiero que
trate de usarme a través de ti. ¿Eso suena justo?
Louis parpadeó, dejando que todo lo que Harry acababa de decirle pasara a través de
él. Tomó una profunda respiración, sonriendo, feliz, aliviado. Él asintió.
―Sí, eso suena perfecto.
―E incluso si ella sigue jodiendo y nos dice que va a ser una sin-techo porque no
puede pagar por la hipoteca. Yo todavía no le daré más. ¿Estás seguro de estar
cómodo con esto?
Louis asintió, y Louis no pudo detener la sonrisa que se estaba dibujando en sus
labios.
—Sí, eso suena genial.—él se limpió los ojos otra vez. —Supongo que eres tan
bueno en manejar el dinero y a la gente a causa de tu negocio, ¿verdad?
―Yo no tengo a mis padres haciéndome sentir culpable por nada, pero tú estarías
sorprendido del número de personas que se han presentado en la oficina, reclamando
ser un primo o un viejo amigo de la secundaria, pidiendo que les preste efectivo.
Louis se rió, pensando en Eric, incluso aunque sus razones para venir habían sido
totalmente diferentes.
—Tú tienes práctica en este tipo de cosas, entonces.
Harry le sonrió.
—Sí, algo por el estilo, y de todos modos, ha habido algo que he querido
preguntarte. No sé si ahora es un buen momento, pero hubiera preferido que
estuvieras pensando en cosas más agradables que esta.
―Pienso que estoy bastante feliz, —dijo Louis, frunciendo un poco el ceño cuando
Harry se puso de rodillas y metió la mano en su bolsillo trasero. Louis se tensó ante
la vista de la caja de terciopelo azul que sacó. Sus ojos se abrieron como platos, y
miró a los ojos de Harry antes de volver a mirar la caja.
Harry fijó su vista en él, su garganta se balanceó cuando tragó duramente. Se veía
vulnerable, nada como el fuerte alfa que Louis sabía que era.
Mientras sostenía la caja, abriéndola con la otra mano, él parecía como cualquier
otro hombre en el mundo, nervioso y asustado de preguntar algo que había estado
dando vueltas en su cabeza por mucho tiempo.
―Louis, sé que somos compañeros, y sé que al principio, cuando te enteraste de eso
y de lo del bebé, tú todavía estabas muy enojado conmigo, tú no confiabas en mí
porque ninguno de nosotros tenía elección, pero esto… he comprado esto porque
quiero mostrarte que tengo una elección, y la estoy haciendo. Ya sea que digas sí o
no a una ceremonia real, yo todavía estaría muy feliz y honrado si tú llevaras esto, y
dejaras que el mundo sepa que quiero que seas mi esposo porque tú fuiste siempre
mi primera elección, no porque te vieras obligado o porque yo me viera obligado a ti
por mi naturaleza o lo que sea.
Louis puso sus manos en su cara, tratando de conseguir un apoyo en sus
respiraciones jadeantes. Ahora iba a empezar realmente a llorar. Él podía sentir ya la
humedad ardiendo en sus ojos antes de que se derramara.
El anillo parecía liso, una banda de oro, pero cuando Harry se lo ofreció y Louis lo
cogió, él pudo ver que había en realidad un pequeño diseño grabado en el oro. No un
diseño, sino un escrito.
Parecía algo como lo que Harry había tallado en un árbol cuando todavía eran niños.
Harry & Lou. Louis estaba seguro de que Harry habría puesto un pequeño corazón,
rodeando sus nombres, si el anillo hubiera sido lo suficientemente grande.
Su voz tembló cuando finalmente pudo manejar hablar.
―¿De verdad?
Harry asintió, todavía dando a Louis esa abierta, ansiosa y nerviosa mirada. Louis
supo en ese momento que sostenía el corazón de Harry en sus manos, no solo un
anillo de oro.
Louis no pudo conseguir que las palabras salieran. Él deslizó el anillo en su dedo,
asintiendo.
―¿Eso es un sí?
Louis se rió, asintiendo otra vez, cara a cara con su amante.
—Sí,— él graznó.
Harry se levantó de un salto, curvando sus brazos alrededor de la cabeza y el cuello
de Louis, besándole.
Louis le devolvió el beso, y él estaba hecho un desastre mientras luchaba con las
lágrimas, la risa, y la completa felicidad que sentía.
Cuando se separó de los labios de Harry, él tenía que dejar una cosa perfectamente
clara.
―No estoy diciendo que sí porque no confíe en ti.
―Lo sé, lo sé,— dijo Harry, besándole otra vez, y poniendo fin a eso.
El anillo de oro se sentía bien en su dedo. Se sentía pesado, de una buena manera.
Louis nunca había pensado que él quisiera casarse. Nunca se le hubiera ocurrido
preguntar a Harry si él quería casarse. Después de todo el drama, supuso que el
acoplamiento parecía ser lo suficientemente real para que no fuera necesario
comprometerse de acuerdo con las leyes humanas.
Ahora que tenía el anillo de Harry en su dedo, Louis se dio cuenta de cómo de feliz
le hizo la propuesta de matrimonio de su amante.
No su amante, su prometido. Ellos se iban a casar, y Louis se sentía seguro y feliz
con el conocimiento de que lo estaban haciendo por las razones correctas.
Porque ellos se amaban el uno al otro. Cualquier otra cosa que se les presentara, y
habría algunas, serán cosas que podrán afrontar mientras se tengan el uno al otro.

FIN

173
El Compañero Ronroneante del Multimillonario

Alfas Multimillonarios 3

Marcy Jacks

174

SOBRE EL AUTOR
Marcy Jacks vive y trabaja en Ontario, Canadá, donde está viviendo con fervor la
vida del escritor al escribir sobre un montón de chicos magníficos. A ella le encanta
escuchar a los lectores y se puede llegar a ella en authormarcyjacks@gmail.com

Q: ¿Por qué escribir para la línea el romance M / M?


R: Ellos dicen escribir acerca de lo que te apasiona, y me parece que soy lo
suficientemente apasionada de esto para poder conseguir un montón de ideas en mi
cabeza. Además, me gusta el género.

Q: ¿Quién es su autor favorito M / M?


R: El único autor que he disfrutado lo suficiente como para seguir su trabajo más
allá de lo que ha hecho en una sola serie es Josh Lanyon. He leído sus cosas en
busca de inspiración, y tener la versión impresa de su libro sobre la escritura de M /
M romance en mi estantería. Probablemente habrá más favoritos que añadir a esa
lista a medida que pasa el tiempo, pero ahora él está en una pista sólida.

175
Traducción y Corrección
ICHI

Edición y Diseño
IPHI

NO FACEBOOK
ni ninguna
red social

Si lo ponen para descargar en su blog, agradezcan y conserven el formato. Y Gracias


por ponerlo
Es de fans para fans y no recibimos ninguna compensación económica por las
traducciones que
realizamos.
Espero que les guste.
Y no olviden comprar a los autores, sin ellos no podríamos disfrutar de estas
maravillosas historias

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