Estudio Prov 31 26
Estudio Prov 31 26
Estudio Prov 31 26
El versículo tema de nuestro estudio esta mañana se encuentra en Prov 31:26. Leámoslo
Proverbios 31:26 “Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua.”
Estos once versículos nos enseñan a llenar nuestro corazón de la sabiduría de Dios,
enfocadas en las cosas celestiales mientras tenemos nuestras manos ocupadas en los
quehaceres y oficios de este mundo.
Así que esta mañana nos enfocaremos en el vers. 26 que nos enseña la importancia de la
sabiduría y la compasión en nuestras palabras y acciones. Aprendemos que la mujer
virtuosa no sólo es sabia al hablar, sino que sabe cuándo hacerlo y cómo hacerlo.
Ella habla con sabiduría.
Su experiencia y amor le han dado la destreza de ver de antemano lo que hay que hacer,
por eso sus consejos son sabios
Corrige con amor y exhorta con piedad porque sabe que así lo hace Dios con ella.
Así es ella al hablar. Ella habla con sabiduría. Su experiencia y amor le han dado la
destreza de ver de antemano lo que hay que hacer. Ella es como una hormiguita que
trabaja sin descanso. Pero como buena hormiga ella prevé el futuro y se prepara de
antemano.
Y como ella es así sus palabras tienen peso porque ella habla con sabiduría,
habla por experiencia. Si ella va a dar un consejo lo hace con sabiduría y por experiencia
propia.
Ella habla para edificar. Sus palabras tienen el respaldo de la voluntad de Dios
porque ella ama y teme a Dios. Ella sabe que va a dar cuenta delante de Dios por sus
palabras. Sabe que la verdadera sabiduría se encuentra en la Palabra de Dios. Y por lo
tanto se esfuerza no solo en conocer bien la voluntad de Dios sino en hablar a todos de
esa Palabra: ella habla con sabiduría.
Ahora bien, ella habla así porque la Palabra de Dios es céntrica en su vida.
Ella sabe que la única manera en que ella realmente es sabia es sometiendo su mente a la
voluntad de Dios. Por eso ella estudia la Palabra de Dios sin cesar. Y es de la abundancia
de esa Palabra en su corazón que mana la sabiduría de su boca. “De la abundancia de su
corazón…..
Claro está, esta mujer virtuosa no solo habla palabras con sabiduría, sino que la
manera de decirlo expresa también sabiduría. Por eso, en segundo lugar…
II. Ella instruye con amor: “la ley de clemencia está en su lengua”
Ella habla con dulzura. Sus palabras son un bálsamo a todos los que la oyen. Habla
con respeto. No busca humillar ni herir con sus palabras, ni se deleita cuando tiene que
regañar. No busca ofender.
Hay personas que merecen que uno les diga un par de cosas, pero la mujer virtuosa
sabe que es mejor callar a veces que hablar. Ella piensa y busca la dirección de Dios antes
de hablar.
Ella sabe cómo hablar. Cómo apaciguar la ira. Cómo regañar con dulzura, de tal
manera que uno sabe que sus palabras de reprensión son con amor, revestidas de bien,
respaldada con una conducta santa. Salmo 141:5 “Que el justo me castigue, será un
favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá la cabeza…
Hermanas, nada de esto es forzado en ella. Sale natural y espontaneo en ella. Por
eso dice el proverbista “la ley de clemencia está en su lengua”, es decir, la tiene a flor de
labios. Las palabras de misericordia, de dulzura, de amor están en la punta de su lengua
porque abundan en su corazón.
¿Por qué ella es así? Ella es así por la gracia de Dios, Ella es así porque es una hija de Dios,
¿De dónde viene su amor? Su amor viene de Dios. Ella es así porque ella teme a Dios.
Porque la vida que lleva es fruto del poder del evangelio en su vida. La imagen de Cristo es
formada cada día en ella. Vivir por la Palabra de Dios es lo que dirige su vida. Vivir en
comunión con Dios por medio de su Palabra y en dependencia del Espíritu Santo es lo que
hace de ella la mujer virtuosa que es. Honrar a Dios es su deleite y meta. Ella vive para
glorificar a Dios. Ella es ejemplo a imitar porque ella imita a Cristo.
Compasión
Debemos usar nuestras palabras para edificar y animar a los demás, en lugar de causar
dolor o división.