Sociologia de La Educacion UNQUI 1
Sociologia de La Educacion UNQUI 1
Sociologia de La Educacion UNQUI 1
Objetivos
•• Identificar las principales corrientes teóricas que fueron estructurando el
campo de la sociología de la educación durante la segunda mitad del siglo
XX, a partir de los enfoques y conceptos fundantes de los autores clásicos.
•• Comprender los aportes de las perspectivas funcionalistas para el análisis
de la relación entre economía, educación y sociedad, y los procesos de
integración, estratificación y movilidad social.
•• Reconstruir la crítica sobre la escuela capitalista y su inserción en las diná-
micas de producción-reproducción-transformación de las desigualdades
sociales desde la tradición de pensamiento marxista.
2.1. Introducción
Tal como desarrollamos en la primera unidad del programa, la reflexión socio-
lógica sobre la educación en sus inicios se nutre de las principales cuestiones
que ocuparon la atención de “los clásicos”, vinculadas con la crisis de integra-
ción y los problemas sociales que acompañaron el proceso de consolidación
del capitalismo industrial en Europa desde mediados del siglo XIX hasta la
Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces, el enfoque funcionalista se
constituye como una de las grandes corrientes de pensamiento teórico que
ha influido en la estructuración del campo disciplinar y que tiene en la socio-
logía norteamericana de los años cincuenta y sesenta su piedra fundacional
(Bonal, 1998).
En el mundo bipolar de la posguerra, la disputa hegemónica y militar entre
las principales potencias emergentes (Estados Unidos y la URSS) condiciona-
ron el accionar de los Estados tanto en el nivel geopolítico como en relación
con sus prioridades de intervención en sus contextos locales, otorgando fuer-
te impulso a la inversión en materia de investigación científica y de desarro-
llo tecnológico. En el marco de la consolidación de los modelos de Estado de
bienestar, de crecimiento económico y de fuerte expansión de los sistemas
educativos –tanto en el acceso como en la duración de los años de escolari-
dad–, la preocupación por la eficiencia en el uso de los recursos públicos llevó
a la promoción de estudios sobre la función social que debía cumplir la edu-
cación, contribuyendo con ello a legitimar las políticas estatales “de igualdad
de oportunidades” (Karabel y Halsey, 1976).
El enfoque funcionalista brindó las justificaciones necesarias para las polí-
ticas del período al construir explicaciones sobre la escuela en las sociedades
PARA AMPLIAR
CC
Un sistema social –reducido a los términos más simples– consiste, pues, en
una pluralidad de actores individuales que interactúan entre sí en una situa-
ción que tiene, al menos, un aspecto físico o de medio ambiente, actores moti-
vados por una tendencia a ‘obtener un óptimo de gratificación’ y cuyas relacio-
nes con sus situaciones –incluyendo a los demás actores– están mediadas y
definidas por un sistema de símbolos culturalmente estructurados y comparti-
dos (Parsons, 1966: 25, en Duek e Inda, 2014. El destacado es nuestro).
CC
La estratificación cumple no solo la función de inducir a los miembros del sis-
tema social a que ocupen los distintos lugares y desempeñen las respectivas
tareas (estatus y roles), sino que además asegura que tal distribución se efec-
túe de la mejor manera posible, de la manera más racional, que es aquella en
la que la asignación corresponde al mérito. A través de un adecuado sistema
de premios/incentivos (premios materiales, pero también prestigio, estima-
ción, etc.), la sociedad motiva a las personas talentosas o capacitadas a reali-
zar las tareas más importantes, al dispensar diferencialmente sus recompen-
sas de acuerdo con la trascendencia de las tareas. (Duek e Inda, 2014: 174).
CC
EI interés principal de nuestro estudio se centra, pues, en un problema que tiene
tary school– de los 6 a los 11/12
dos facetas: primariamente, de qué manera puede lograr la unidad que denomi-
años; educación secundaria, divi-
namos clase impartir al alumno tanto los conocimientos como el sentido de la dida en dos tramos: la middle o
responsabilidad necesarios en orden al eficaz desempeño de sus obligaciones junior high school de los 11/12 a
en la vida adulta, y en segundo lugar, cómo realiza esa misma clase la función los 13 años, y la high school de
los 14 a los 18; y el nivel superior,
de coadyuvar a la distribución de los recursos humanos en función de la distribu-
que incluye estudios universitarios
ción del trabajo en la sociedad adulta. La relación existente entre ambos proble- –college– donde se puede aspirar
mas constituirá nuestro punto de referencia primordial. (Parsons, 1959: 64). a títulos de licenciatura –bachelor
hasta maestrías o doctorados–,
y otras opciones de formación
profesional.
El spot oficial que compartimos a continuación evidencia un ejemplo
vigente de la perspectiva funcionalista de la sociedad, al tiempo que
nos permite introducir el análisis que propone Parsons sobre la función
social de la institución escolar.
<https://www.youtube.com/watch?v=_fo8Vef1acs>
CC
1) Una emancipación del niño de su primitiva identificación emotiva con la fa-
milia; 2) una asimilación de una cierta categoría de valores y de normas socia-
les que se encuentran en un escalón superior a los que el niño puede adquirir
en el seno de la familia; 3) una distinción entre los miembros de la clase en
función del rendimiento respectivo y de la distinta valoración de tal rendimien-
to, y 4) desde el punto de vista de la sociedad, una selección y distribución de
los recursos humanos en función de la estructura funcional de la sociedad
adulta. (Parsons, 1959: 76)
CC
El acceso a una posición de prestigio dentro del grupo juvenil al que se pertenece
constituye en sí mismo una especie de rendimiento o logro que se valora social-
mente. De aquí el hecho de que entre aquellos individuos que están destinados a
alcanzar un estatus elevado en la sociedad adulta se puedan distinguir dos cate-
gorías: la de aquellos cuyo expediente escolar es más o menos brillante y cuyo
prestigio dentro de su círculo es solo relativamente satisfactorio, y la categoría in-
versa: la formada por aquellos individuos que gozan de considerable prestigio,
siendo su expediente académico meramente satisfactorio. (Parsons, 1959: 83).
La denominación de la teoría del capital humano, con la que los autores dan
batalla a las tradiciones clásicas de la economía política, alude a una noción
que ha sido incorporada de manera tardía al lenguaje de la literatura económi-
ca y de las ciencias sociales (Tenti Fanfani, 2001), lo cual se explica tanto por
razones de orden moral como teóricas. Moral, porque supone concebir a los
sujetos como un recurso productivo y una forma de propiedad, contradiciendo
ciertas concepciones extendidas de pensarnos como los fines de la producción
económica y no como medios. Las teóricas, por su parte, refieren al desarrollo
de la economía como ciencia y a su relación con los modelos de producción.
Si bien, en su primera etapa, las explicaciones económicas incluían el tra-
bajo como uno de los componentes centrales del funcionamiento de la pro-
ducción, este era considerado desde su carácter eminentemente cuantitativo
en tanto “el grueso de la producción requería básicamente de esfuerzos físi-
cos o habilidades manuales elementales para las que todos los trabajadores
estaban, en principio, igualmente calificados” (1999: 130). La complejidad de
los sistemas de producción desarrollados centralmente durante la segunda
mitad del siglo XX plantearon a los economistas la necesidad de elaborar nue-
vos modelos interpretativos con el fin de comprender las “diferencias cuali-
tativas entre las capacidades productivas de los trabajadores, distinguiendo,
de este modo, entre componentes físicos y componentes humanos del stock
de capital” (1999: 131).
Para este enfoque, todo gasto que provea a las personas de la posibilidad
de aumentar su capacidad productiva debía ser concebido como un “capi-
tal”. De allí que el concepto de capital humano no se limita al problema edu-
cativo, sino que también refiere a aquellas actividades vinculadas tanto a los
servicios de salud como de formación profesional o de movilidad migratoria
que, en virtud del impacto que tienen sobre el rendimiento productivo de los
individuos, son también considerados elementos prioritarios.
En estudios orientados a comparar la experiencia de la economía de
Estados Unidos con la de algunos países de Asia y Europa, Schultz encuentra
que la razón que explica la variación positiva del primero sobre el resto no se
halla en la existencia de mayores recursos naturales o de inversión en capital
físico, sino en el capital humano.
Las contribuciones de la teoría del capital humano a la tradición funciona-
lista pueden comprenderse mejor a partir de las siguientes premisas: si las
personas parten de igualdad de condiciones para invertir en su formación,
todas podrían aumentar sus capacidades y convertirse así en “capitalistas”
(en tanto poseedores del capital humano) de una inversión sobre sí que mejo-
ra sus ganancias. Sin embargo, esta idea que a simple vista se nos aparece
como una “evidencia” del sentido común –ya que solemos considerar que es
justo que aquellos hombres y mujeres con más educación reciban mejores
salarios–, se vuelve compleja al nivel de la política pública cuando se trata de
determinar quién es el responsable de hacer esa inversión.
PARA AMPLIAR
Ahora bien, ¿qué podemos decir hoy de estos argumentos?, ¿cómo han sobre-
vivido las ideas de la teoría del capital humano a lo largo de casi sesenta
años?
Más allá de las importantes críticas que recibió la teoría del capital huma-
no desde diversos autores, todo parece indicar que sus ideas aún gozan de
muy buena salud. Muchas de las creencias instaladas desde este enfoque
forman parte de nuestro más amplio sentido común. Basta atender al discur-
so de los políticos durante las campañas electorales para advertir fácilmente
su vigencia: el bienestar (individual y social) solo se asegura aumentando el
esfuerzo (individual y colectivo) de la inversión educativa; o a los mensajes de
las publicidades que operan de modos más sutiles.
<https://www.youtube.com/watch?v=Ov9x5naV3ok>