Clase 4 y 5.

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Clase 4. Herida de injus cia / concepto básico de adicción.

Herida de injus cia, el infante se vio en una historia y formación de constante


injus cia, bajo mandatos y exigencias de sus formadores.
Vivió un estrés constante bajo una dictadura, frialdad y autoritarismo. Los
niños necesitan limites con amor, estabilidad en cuanto reglas y acuerdos,
bajo la flexibilidad y empa a, por lo cual un padre o madre ejerciendo una
formación en dictadura y autoritarismo no ene.
Esta herida va a generar una mascara que es la de la rigidez, creando una
serie de síntomas en la persona adulta.
Puede ser el padre del mismo sexo quien genera esta herida.
La persona no se permite su sensibilidad humana.
Genera mucha autoexigencia, que a su vez lo genera su perfeccionismo.
Tiende a compararse con los demás.
Tiene una disociación de sí misma, sus emociones y sen mientos.
Las personas tenemos integrado en nuestra mente quienes somos,
independientemente de la situación en la que estemos, desde la infancia
hasta la vejez. Haga lo que haga, aunque cambie de aspecto y pensamiento,
siempre soy “YO”. También está la integración mente-cuerpo, es decir,
nosotros somos conscientes de los sen mientos y sensaciones corporales que
tenemos, y cómo se relacionan con el ambiente. Esto ocurre porque a lo largo
de nuestra vida vamos haciendo asociaciones con el ambiente y con otras
personas, que nos permiten tener consciencia de quienes somos.

¿Y qué ocurre cuando no tenemos esta integración del concepto del


“yo”? Es entonces cuando estaríamos hablando de la disociación. Es un
proceso donde la persona se distancia de sus emociones y sensaciones
corporales. Puede afectar a la percepción de la realidad o a la memoria, y
puede ser en un momento puntual o de más larga duración formando parte
de un trastorno emocional.
Las posibles causas pueden ser biológicas y/o sociales (vivir situaciones
traumá cas, ...). En algunos casos, es posible que surja como un método de
defensa para no afrontar lo que ocurre en ese mismo momento. Es decir,
como respuesta a situaciones de estrés.
Inflexible, también puede prac car la dictadura y la autoridad sin empa a.
Envidia lo que quisiera tener.
Niega lo que le pasa.
No pide ayuda.
No se siente merecedor y se sabotea.
Tiende a manejarse por ira.

Conceptos básicos de neurociencia en las adicciones.

Ya hemos hablado de la dependencia desde el aspecto emocional, pero


también es muy importante el aspecto cerebral. La dependencia, se puede
catalogar desde dependencia a una sustancia, alcohol, drogas, fármacos y
también la recompensa que da las relaciones nocivas, donde podemos
traducir también a la dependencia emocional como adicción. Todo lo que
somos, esta en comunicación, la mente afecta a el cuerpo y el cuerpo a la
mente, cuando hablamos del cuerpo, hablamos del cerebro, esa parte sica
tan importante. Es importante comprender como funciona y, entender el
proceso de abs nencia cuando hay una separación de una relación nociva
que causo una adicción.

NEUROCIENCIAS DE LA CONDUCTA
Sistema de recompensa del cerebro: neurobiología de la mo vación
El sistema de recompensa del cerebro media en cualquier proceso donde
experimentemos mo vación. Si bien es cierto que forma parte de las
conductas adic vas, conforma una función clave para proporcionarnos
también placer y bienestar.
Sistema de recompensa del cerebro: neurobiología de la mo vación
Aunque a menudo se hable del sistema de recompensa del cerebro como ese
mecanismo que orquesta las adicciones, hay un aspecto esencial que
debemos entender. Tener metas en la vida es sinónimo de salud y bienestar.
Así, toda esa neurobiología, que está detrás de la mo vación y el placer que
hallamos en el día a día, está regulada por este mismo circuito.

Comer, descansar, una conversación con los amigos en una cafetería, esperar
un like en la foto que acabamos de subir a nuestras redes sociales, comernos
un postre, salir antes del trabajo para ir de compras o al cine… Todos estos
comportamientos tan elementales que nos acompañan en cada una de
nuestras jornadas están regidos por el sistema de recompensa del cerebro.

A menudo, cuando hablamos de este sistema es común que escuchemos


aquello de que su prioridad más básica es garan zar nuestra supervivencia.
Todos los procesos que orquestan este ins nto primordial son automá cos y
regidos, en la mayor parte de los casos, por una emoción muy básica: el
miedo. Él es quien nos hace ser prudentes, quien nos hace recordar que la
vida ene peligros y que a menudo, vale la pena quedarnos en la zona de
confort.

Ahora ¿qué hay del placer? ¿qué finalidad enen todos esos
comportamientos posi vos antes citados? la mo vación y el bienestar que
encontramos llevando cabo ciertas conductas también forma parte de
nuestra evolución. A veces, las personas estamos rodeadas de múl ples
es mulos y situaciones diversas. En esos contextos es necesario priorizar lo
bueno, lo que en un momento dado revierta en beneficio propio.
Por ejemplo, nuestro cerebro nos recompensará cuando tras un día de estrés
y trabajo, elijamos quedar con ese amigo especial para tomar algo y
relajarnos. También nos regalará dopamina cuando en medio de una mañana
calurosa, vayamos en busca de un vaso de agua para hidratarnos. La finalidad
por tanto de este circuito cerebral es lograr que estemos mo vados hacia
conductas concretas y específicas que él considera adecuadas.

“Todas las experiencias en su vida, desde conversaciones individuales hasta


su cultura más amplia, dan forma a los detalles microscópicos de su cerebro.
Neuralmente hablando, quién eres depende de dónde has estado, lo que
piensas y lo que haces”.

-David Eagleman-

¿Qué es y dónde está el sistema de recompensa del cerebro?


Cuando hablamos del sistema de recompensa del cerebro nos referimos a
una serie de estructuras que se ac van cuando se detectan es mulos
gra ficantes o de refuerzo. Por ejemplo, cuando vemos una pizza recién
hecha, un helado, ese libro cuya publicación aguardábamos o cualquier otro
es mulo que encaja con nuestros gustos y necesidades de ese momento, el
cerebro responde liberando un neurotransmisor muy concreto: dopamina. Es
entonces cuando se desencadena la mo vación para lograr ese obje vo.
estructuras que están involucradas en el sistema de recompensa del cerebro.
Son la siguientes:

Vía dopaminérgica mesolímbica


Es la vía principal por donde se libera y discurre la dopamina. Tiene su inicio
en el área tegmental ventral y se conecta a su vez con estructuras tan
relevantes como el núcleo accumbens, la amígdala , el hipocampo y la corteza
prefrontal . Esta estructura está relacionada con el placer y las experiencias
gra ficantes.
El área tegmental ventral
Más que una estructura es en realidad un grupo de neuronas (células
dopaminérgicas) localizadas en el mesencéfalo. Esta área se relaciona con
procesos tan básicos como son las emociones intensas como el amor, el
aprendizaje, la mo vación, los orgasmos y también en las conductas
adic vas.

Núcleo accumbens
En este caso tenemos otro po de acumulación de neuronas, las cuales, están
involucradas en procesos como el placer, la risa, la mo vación, el miedo, la
agresión, la adicción…

Corteza cerebral
La corteza cerebral es la capa más externa del cerebro, la más sofis cada y
donde se regulan la mayoría de nuestras funciones ejecu vas o procesos
cogni vos. Esta área también está relacionada con el sistema de recompensa.
No obstante, cabe recordar que ninguna de estas estructuras trabaja de
manera aislada, todas ellas están interconectadas entre sí por una estructura
llamada circuito reforzador límbico motor.

Este mecanismo combina áreas mo vacionales y emocionales con funciones


motoras, esas que nos animan a movilizarnos e incluso a planificar conductas
y planes gracias a la corteza cerebral.

Los procesos adic vos


Lo señalábamos al inicio. Cada vez que se habla del sistema de recompensa
del cerebro es común relacionarlo con las conductas adic vas. Ahora que
sabemos ya que este circuito está involucrado en muchos más procesos y
comportamientos de lo más comunes, es momento de entender por qué hay
personas que derivan en este po de estados caracterizados por una
adicción.

Se sabe que hay múl ples factores: sociales, familiares e incluso psicológicos.
Sin embargo, es llama vo saber que tal y como nos revelan algunos estudios
hay ciertos componentes gené cos capaces de hacer que ciertas personas
sean más suscep bles que otras.
Por ejemplo, se sabe incluso que determinadas alteraciones en el sistema de
recompensa mesolímbico facilitan la conducta adic va. No obstante, más allá
de los desencadenantes y las causas, hay un hecho que no podemos dejar de
lado. Sabemos que el cerebro nos gra fica o nos empuja a conseguir ciertas
cosas que él considera como posi vas.

Si es así ¿por qué se man enen las conductas adic vas si son nocivas? Bien,
lo que ocurre en realidad es que determinadas sustancias dañinas como son
cualquier po de droga, lo que hacen es “alterar” por completo el sistema de
recompensa. Se transforma y altera de tal modo que se pierde el control
hasta impactar en casi cualquier área de nuestro cerebro. La persona vive por
un solo obje vo: obtener esa sustancia o repe r esa conducta de manera
compulsiva.
Al analizar toda esta información desde el campo del consumo de drogas, es
el mismo proceso en una dependencia emocional.
Y el estrés también causa perjuicios a la salud.
En cuanto a los cambios en la estructura del cerebro por estrés, se ha
demostrado que hay ciertas áreas como la corteza prefrontal, la amígdala y el
hipocampo que ven reducido su tamaño como consecuencia del estrés
crónico. Estas áreas juegan un papel muy importante en la regulación
emocional, la memoria y el aprendizaje.

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