Genero y Campo y La Economia Del Cuidado
Genero y Campo y La Economia Del Cuidado
Genero y Campo y La Economia Del Cuidado
COORDINACIÓN
Stalin Herrera - Belén Valencia
AUTORA
REVISIÓN
Belén Cevallos - Anahí Macaroff
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Katherine Herrera
1 Lenguaje inclusivo. Usamos la x para escribir y la e para leer. Parte del aprendizaje que
nos han impartido desde los distintos lugares de educación, ha sido decirnos que tanto en el
lenguaje escrito como en el hablado al usar el masculino (el, nosotros, vosotros, ellos, todos)
hacemos referencia al conjunto de la humanidad. A lo largo de nuestras vidas, todxs hemos creí-
do que lo realizado por las mujeres no tenía valor ni tenía por qué ser objeto de mención, que la
presencia importante era la masculina y que lo digno de reconocimiento era todo aquello realiza-
do por un hombre. Parte de nuestro aprendizaje es interpelar esta enseñanza y reconocer el valor
de todxs incluso por medio del lenguaje. En ese sentido usamos la x (lx, nosotrxs, ellxs, todxs) en
el lenguaje escrito como una forma integral de incluir a todas las personas (mujeres, hombres y
diversidades sexo-genéricas) en nuestros textos. Y la e (le, nosotres, elles, todes), en el lenguaje
hablado, para nombrar a todas las personas en nuestros relatos. ¡Lo que no se nombra no existe!
¡Por eso invitamos a nombrarnos a todxs! De esta manera incluimos a la diversidad de personas
que somos parte de la humanidad.
6
INTRODUCCIÓN
Alguna vez te has preguntado, ¿Por qué existen diferencias entre los hom-
bres y las mujeres en el campo? ¿Por qué realizan actividades distintas para
la economía de la familia? ¿Qué propuestas de cambio tienen las mujeres?
8
9
TAREAS DE LA CASA Y OTROS ENSAYOS
Las tareas de la casa son
Según ellos
Una coartada
Para no dedicarse a otras cosas más nobles:
Leer, interesarse por la política, cultivarse
(N. Ginzburg)
10
Ejercicio
11
Este primer capítulo empieza explicando por qué existen diferencias en el
trabajo que realizan hombres y mujeres. Por ejemplo, trataremos de con-
testar ¿Por qué las mujeres normalmente se ocupan más de las tareas del
hogar que los hombres? Para contestar esta pregunta, iniciaremos con una
reflexión sobre lo que significan las características femeninas y masculinas
a través del concepto de “género”. Luego pasaremos a hablar sobre los es-
tereotipos y finalmente hablaremos sobre los distintos tipos de trabajos que
realizan las mujeres y los hombres.
¡Entonces empecemos!
13
En el grafico anterior, podemos ver las diferencias entre el sexo y el género.
Las diferencias de sexo son biológicas, iguales en todo el mundo y definen
nuestra condición reproductiva. En cambio el género puede variar, depen-
diendo de la cultura, la historia de la sociedad en la que nacimos y la ma-
nera que en qué cada persona se siente. Hasta hace poco, en la televisión y
en los medios de comunicación, comúnmente nos presentan el mundo con
solo dos opciones: “femenino” y “masculino” como los dos únicos géneros.
Ahora eso ha cambiado y se acepta que existen otros géneros y formas de
entender lo femenino y masculino.
Las ideas sobre el género son muy importante porque ejercen una fuerte
influencia en las personas y cómo deben comportarse, qué se espera, qué
se considera apropiado, qué se permite y qué se valora como negativo o po-
sitivo en una mujer o en un hombre (ONU Mujeres). Así, desde que nacemos,
vamos aprendiendo cómo deberíamos ser hombres y cómo ser mujeres. El
problema con el sexo y el género, es que los atributos biológicos (sexo y re-
producción) han servido para construir una idea fija e inamovible de cómo
deberían ser las mujeres y los hombres. A estas ideas fijas las llamamos
estereotipos sobre lo femenino y lo masculino, que su vez construyen roles
de género.
14
feria y Manuel trabajaba en una fábrica. Cuando llego el feriado
bancario en 1999, Manuel se quedó sin trabajo a Ana no le iba
tan mal en la feria los fines de semana y sin el ingreso de Manuel
comenzó a ir también varios días de la semana a vender en la feria
para que el dinero alcance.
15
Ejercicio
1.
2.
3.
4.
16
¿Alguna vez te ha pasado algo similar a esta historia?
1.
2.
3.
17
DIVISIÓN DEL TRABAJO POR GÉNERO
18
niños alimentan a las gallinas y dan de comer a un par de cerdos
que se engordan para las fiestas. En la tarde, los hombres llegan a
casa, salen al boli, cuando regresan se bañan comen y ven televi-
sión hasta que se van a dormir. Pero es ella la que prepara la cena,
recoge y lava los platos, vigila las tareas de los hijos, ve la novela
y por la noche sigue trabajando un poco más, cociendo la ropa,
tejiendo o haciendo artesanías.
Así pasa el tiempo y los años. Este es el ritmo promedio de las fa-
milias cada trabajo que hacen los hombres, los niños y las muje-
res es importante para la economía de familia. Pero, a diferencia
de los hombres que juegan boli y descansan viendo la tele, ella
descansa cuando ve la novela, hace las artesanías o vigila la tarea
de sus hijos.
19
mujeres, con la ayuda de la familia, siembran legumbres, hortalizas y plan-
tas medicinales para la alimentación y el cuidado de la familia. Además, tie-
nen cerdos, pollos y cuyes, que también los alimentan lxs más chicxs y lxs
ancianxs. Estas tareas son conocidas como actividades productivas.
Ambas tareas son fundamentales e implican trabajo, sin embargo, las tareas
reproductivas las cuales son realizadas en su mayoría, por las mujeres, no
suelen ser valoradas ya que en el mundo moderno solo se valora aquel tra-
bajo que implica un ingreso en dinero. El tener dinero y poder comprar, ade-
más de ser una condición para subsistir, también es un símbolo de estatus
y ascenso social. El problema es que sin las tareas reproductivas tampoco
podríamos desarrollar nuestra vidas y aunque no seamos conscientes de la
cantidad de trabajo que implican, alguien las hace.
20
Antes de seguir adelante...
21
Ejercicio
22
¿Cuáles son las diferencias entre los trabajos que realizan los
hombres en la familia y en la comunidad?
23
La división del trabajo por géneros no significa que, en ciertos momentos o
contextos, los hombres no realicen trabajos reproductivos (trabajos femini-
zados) y las mujeres trabajos productivos (trabajos masculinizados). Por lo
regular, en el campo, los hombres y mujeres comparten las tareas de la pro-
ducción: la alimentación de los animales, el pastoreo, la siembra, cosecha y
venta de los productos de la finca. Sin embargo, pocos hombres comparten
las tareas de la casa: lavar los platos, lavar la ropa, cuidar de los enfermos,
criar a lxs guaguas, limpieza de la casa, etc. Esto provoca que las tareas de
la casa no sean apreciadas como trabajo, recaigan mayoritariamente en las
mujeres y aumenten las horas reales de trabajo de las mujeres.
25
Fuente: encuesta específica de Uso de Tiempo - EUT 2012
26
En el gráfico, podemos ver que las mujeres destinan 22 más horas más por
semana que los hombres en: trabajo no remunerado, actividades domés-
ticas, actividades fuera del hogar, cuidado de personas, y actividades para
otros hogares y la comunidad.
27
Todas esas actividades y trabajo que realizan las mujeres, corresponden al
trabajo reproductivo que no se paga, ya que ellas no reciben un salario, pero
es importante y tiene un valor inmenso para las familias, las comunidades y
la sociedad en general.
28
Dibujo
29
Esta sección explica cómo funcionan dos estructuras sociales fundamenta-
les para entender el mundo que habitamos y entender cómo se combinan
las desigualdades entre ricos y pore con las desigualdades entre hombres y
mujeres. Estas dos estructuras sociales de las que hablamos, son el capi-
talismo y el patriarcado, y funcionan de manera complementaria. Es decir,
una estructura ayuda a la otra a funcionar.
EL PATRIARCADO
31
casos de dominación de un grupo
sobre otro quienes se encuentran
bajo esa dominación comienzan
a cuestionar que esa sumisión
sea algo natural y plantear sus
derechos. Ahí entra en esce-
na el machismo como una
forma desde la violencia y la
discriminación de mantener
ese dominio sobre las mu-
jeres. De aquí derivan varias
formas de violencia contra
la mujer como: violencia
verbal, violencia psicológica,
violencia económica, violen-
cia física y violencia sexual.
También existe una violencia estructural que muchas veces es más difícil de
ver claramente y que lleva a que las mujeres tengan más dificultades por
ejemplo para acceder a la educación y mejores empleo. También limita el
acceso de las mujeres a recursos como a la tierra, el agua y las semillas.
Síntesis
32
Ejercicio
33
EL CAPITALISMO
Ahora hablemos del capitalismo; otra estructura que tiene una gran influen-
cia en el campo y en la situación de las mujeres rurales.
¿…Sabías que….?
34
lugar de acumular tierras, la reparten a lxs hijxs; en las comunida-
des los cabildos intentan que cada familia tenga suficiente tierra y
agua para poder producir. Hay mucho trabajo colectivo y mingas
para mantener las vías, las escuelas, los sistemas de riego, la casa
comunitaria, la iglesia, se hacen mingas para ayudar a las familias
en las cosechas, en las siembras o en las crisis. Como saben que
las familias dependen de los recursos productivos que disponen,
entonces gestionan y controlan el manejo de los bosques, los pá-
ramos, el agua y la naturaleza misma. Cuando alguien tiene más
que el resto, lo hacen prioste de la fiesta para que devuelva un
poco de lo que le sobra. Esta forma de organizar el trabajo, es una
economía comunitaria, gestiona los recursos comunes e inten-
ta que todos tengan por igual. Así, las comunidades indígenas y
campesinas se mantienen autónomas y por fuera del capitalismo.
Ejercicio
35
LA ACUMULACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPLOTA-
CIÓN DE LAS MUJERES
Pero como vimos más arriba para que una familia sobreviva hay dos tipos
de trabajo que son imprescindibles, el trabajo productivo y el trabajo repro-
ductivo, es decir todo el trabajo que implican las tareas de cuidado.
36
te a su familia; así que su pareja complementa el ingreso con tra-
bajitos de costura en el recinto.
Al leer esta historia podemos ver que el trabajo del Cuidado que hacen las
mujeres presta el servicio gratuito de sostener la vida de las familias y los
trabajadores. Entonces, gracias a que hay alguien más que cuida de los
trabajadores y sus familias, las empresas pueden mantener la precariza-
ción del trabajo. Esto significa que las empresas ofrecen salarios más bajos,
temporales, sin contratos, no se preocupan de los derechos laborales como
salud, afiliación al seguro social, pensión, educación para lxs hijxs, protec-
ción y seguros contra enfermedades o accidentes. Así, en la medida en que
la empresa capitalista no se preocupa del bienestar de sus trabajadores y
el Estado tampoco vela por que se cumplan las leyes laborales, las mujeres
asumen estos trabajos y los costos que implican el cuidado en el hogar. Por
lo tanto, las grandes empresas, además de ganar con el trabajo de sus em-
pleados, también explotan (indirectamente) a la mujer y así logran aumen-
tar su acumulación de ganancias o capital.
37
Por esto, muchas economistas argumentan que criar o “producir” personas
capaces de trabajar en las empresas también es un trabajo y debería ser re-
munerado. Pero, ni las empresas, ni los gobiernos reconocen a la economía
del cuidado como “productiva”. Así el, Patriarcado se articula con el Capi-
talismo, logrando aumentar las ganancias de las clases dominantes a partir
del no reconocimiento del trabajo de las mujeres.
Ejercicio
38
En el capitalismo, los recursos para producir son de propiedad
privada en vez de ser para uso comunitario. El capitalismo es el
sistema económico y social hegemónico que ha llevado a la acu-
mulación excesiva de riquezas pocos hombres y empresas. Final-
mente, el capitalismo funciona en conjunto con el patriarcado,
porque el patriarcado dice que los trabajos femeninos no tienen
el mismo valor que los trabajos masculinos. Economía del Cuida-
do les permite a las empresas bajar los sueldos, no pagar seguro
social, pensión, educación, etc. Y las mujeres son quienes deben
cargar con el trabajo de mantener las familias; de crear y cuidar
la Vida.
39
En este capítulo explicamos por qué el Régimen Capitalista no solo explota
el trabajo de las mujeres, sino que además es un sistema que ejerce enorme
violencia sobre la economía del cuidado, la sostenibilidad de la Vida en el
campo. Pero primero tratemos de entender ¿Cómo funciona el capitalismo
en el campo?
¿Qué tiene que ver esto con las mujeres? En el anterior capítulo vimos que el
capitalismo explota el trabajo de las mujeres porque ellas sostienen la vida
de lxs trabajadorxs de empresas a través de la Economía del Cuidado. Ahora
vamos a ver ¿Qué ocurre con la Economía del Cuidado cuando en las familias
campesinas que participan en la agricultura bajo contrato?
41
familia de Isabel reemplazó las 3 hectáreas de maíz criollo con las
semillas híbridas, que no se pueden guardar para volver a sem-
brar y requieren el uso de ciertos químicos que vienen con el kit.
Al inicio todo iba bien porque el gobierno ponía un precio fijo por
el maíz.
42
Ejercicio
43
En los capítulos anteriores aprendimos lo que es la división del trabajo por
género, aprendimos sobre el patriarcado y sus formas de violencia. Final-
mente, aprendimos cómo el capitalismo y el patriarcado funcionan para
explotar el trabajo de las mujeres y, como resultado, violenta la Economía
del Cuidado. Este capítulo pone en el centro de la discusión las voces de
mujeres rurales mismas, quienes tienen propuestas para transformar estas
estructuras y relaciones sociales sin explotación y la violencia.
45
Hasta hace unos años, Nabón era uno de los cantones más pobres
del Azuay, con el 86% de pobreza, 80% de migración temporal.
Con la pobreza, venía una altísima violencia sobre las mujeres.
Las mujeres contaban cómo sus parejas que migraban a los Esta-
dos Unidos, controlaban por teléfono
sus vidas. Lo que pueden o no hacer
con las remesas, qué sembrar, qué
vestir, cuándo salir, etc. Hoy la histo-
ria de Nabón es distinta, y las mimas
mujeres cuentan que todo cambio
cuando Amelia Herráez se convirtió
en alcaldesa. Entre los cambios más importantes
fue situar la feminización del campo, no como un
problema, sino como una actor desde donde hay
que trabajar. En función de las mujeres se extendió
el riego parcelario al 90% del cantón, se reforzó la
producción agroecológica, la organización produc-
tiva, la protección del ambiente y se buscó que la
producción resuelva en primera instancia, la sobe-
ranía alimentaria. El hecho no fue menor: mientras
que el riego parcelario aumento la producción del
suelo y el trabajo (antes producían una vez por año
ahora los hacen tres veces al año) la producción
agroecológica fortaleció los huertos fami-
liares, revalorizó el trabajo y el cono-
cimiento de las mujeres. Mientras
que las mujeres fortalecieron
sus huertas, aumentaron su
economía y su autonomía fren-
te al trabajo de los hombres que
migraban; el municipio fortalecía la
organización, promovía la participa-
ción de las mujeres en el presupuesto
participativo, desarrollaba proyectos enfo-
cados en las mujeres (asociaciones
de productoras, cajas comunales,
centros artesanales, etc.). La ad-
ministración del municipio se abrió
totalmente a las mujeres (el 60%
de los directivos eran mujeres).
46
Mama Juana, una dirigente de la comunidad de Shiña recordaba,
que con Doña Amelia el mundo para las mujeres y los indígenas
cambió, no solo porque ella era una mujer, sino porque la eco-
nomía de las mujeres creció, eso permitió que la migración baje y
los hombres vuelvan. Se valorizaba la inteligencia de las mujeres
para producir, pero también para dirigir. En el presupuesto parti-
cipativo se abrían espacios para discutir y poner los intereses de
las mujeres como la salud, la educación y el cuidado de la familia.
¡Era el tiempo de las mujeres! Entonces, ya no es fácil mante-
nernos encerradas en las casas, hoy lo que hacemos también es
político”.
En la experiencia de Nabón podemos ver varios hechos que son de vital im-
portancia para las mujeres en el campo: Fortalecen los espacios de pro-
ducción propios (huertas, parcelas de autoconsumo) y con esto recuperan
su autonomía. Las huertas, las parcelas familiares y la diversificación de la
producción fortalece la agroviodiversidad y el cuidado del ambiente. Dejan
de producir con químicos con lo cual cuidan su salud.
47
Síntesis
48
BIBLIOGRAFÍA
Collins, Jane. (2014). “Un abordaje feminista para superar las ‘ca-
jas negras’ de la cadena de commodities”. Capítulo 1. Standford,
CA: Stanford University Press.
49
50