La Epopeya de Gilgamesh-48-61
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A bordo de la nave lleva la simiente de todas las cosas vivas.
Gn 6:19—20
El barco que construirás, sus dimensiones habrá que medir. (30)
Igual será su amplitud y su longitud. Gn 6:15 Como el Apsu lo
techarás".
Entendí y dije a Ea, mi señor:
"[He aquí], mi señor, lo que así ordenaste tendré a honra
ejecutar. [Pero, ¿qué] contestaré a la ciudad, a la gente y a los
ancianos?"
Ea abrió su boca para hablar, diciendo a mí, su servidor:
En tal caso les hablarás así: "He sabido que Enlil me es hostil,
(40) de modo que no puedo residir en vuestra ciudad, ni poner
mi p[ie] en el territorio de Enlil. Por lo tanto, a lo profundo
bajaré, para vivir con mi señor Ea. [Pero sobre] vosotros
derramará la abundancia, [Los] pájaros [selectos], los más
excelentes peces. [La tierra se colmará] de riqueza de cosechas.
[Aquel que en el ocaso ordena] las vainas verdes, Verterá sobre
vosotros una lluvia de trigo".
Al primer resplandor del alba, La tierra se juntó [a mi
alrededor].
(50—53) (demasiado fragmentario para ser traducido)
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Los pequeños [llev]aban brea, al paso que los grandes
transportaban [el resto] de lo necesario. Al quinto día tendí su
maderamen. Un acre (entero) era el espacio de su suelo, diez
docenas de codos la altura de cada pared, Gen 6,15 diez
docenas de codos cada borde del cuadrado puentel. Preparé los
contornos (y) lo ensamblé. (60) Lo proveí de seis puentes,
dividiéndolo (así) en siete partes. El plano de su piso dividí en
nueve partes. Clavé desaguaderos en él. Me procuré pértigas y
acopié suministros. Seis (medidas) "sar" de betún eché en el
horno, Gen 6,14
Tres "sar" de asfalto [también] eché en el interior, tres "sar" de
aceite los portadores de cestas transportaron, aparte de un "sar"
de aceite que la calafateadura consumió, y los dos "sar" de aceite
[que] el barquero estibó. (70) Bueyes maté para la [gente], Gen
6,21 y sacrifiqué ovejas cada día. Mosto, vino rojo, aceite y vino
blanco [di] a los trabajadores [para beber], como si fuera agua
del río, para que celebrasen como en el día del Año Nuevo.
A[brí ...] ungüento, aplicándo(lo) a mi mano. [Al sépti]mo [día]
el barco estuvo completo.
[La botadura] fue ardua, hasta el punto de que hubieron de
cambiar las planchas de encima y de debajo, [hasta que] dos
tercios de [la estructura entra]ron [en el agua]. (80) [Cuanto tenía]
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cargué en él: Cuanta plata tenía cargué en él; cuanto oro [tenía]
cargué en él; cuantos seres vivos tenía [cargué] en él. Gen 7,7—8
Toda mi familia y parentela hice subir al barco. Las bestias de
los campos, las salvajes criaturas de los campos, Gen 7,13—16
todos los artesanos hice subir a bordo. Samas me había fijado
un tiempo:
"Cuando aquel que ordena la intranquilidad nocturna, envíe
una lluvia de tizón, ¡sube a bordo y clava la entrada!~ aquel
tiempo señalado llegó: "Aquel que ordena la intranquilidad
nocturna, envía una lluvia de tizón".
Contemplé la apariencia del tiempo. El tiempo era espantoso de
contemplar. Subí al barco y clavé la entrada. Para clavar (todo)
el barco, a Puzur-Amurri, el barquero, cedí la estructura con su
contenido.
Al primer resplandor del alba, Una nube negra se alzó del
horizonte. Gn 7:11 En su interior Adad truena, mientras Sullat
y Hanis van delante, (100) moviéndose como heraldos sobre
colina y llano. Erragal arranca los postes; avanza Mnurta y hace
que los diques sigan.
Los Anunnaki levantan las antorchas, encendiendo la tierra con
su fulgor. La consternación debida a Adad llega a los cielos,
pues volvió en negrura lo que había sido luz. [La vasta] tierra se
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hizo arlicos como [una perola]. Durante un día la tormenta del
sur [sopló], Acumulando velocidad a medida que bufaba
[sumergiendo los montes], (110) Atrapando a la [gente] como
una batalla.
Nadie ve a su prójimo, No puede reconocerse la gente desde el
cielo. Los dioses se aterraron del diluvio, y, retrocediendo,
ascendieron al cielo de Anul.
Los dioses se agazaparon como perros acurrucados contra el
muro exterior. Istar gritó como una mujer en sus dolores, la
señora de dulce voz de los [dioses] gime:
"Los días antiguos se han trocado, ¡ay!, en arcilla, Gn 7:23
porque hablé maldad en la asamblea de los dioses. (120) ¿Cómo
pude hablar maldad en la asamblea de los dioses, ordenando
batalla para destrucción de mi gente, Gn 8:21 cuando yo misma
di a luz a mi pueblo? ¡Como el desove de los peces llena el
mar!"
Los dioses Anunnaki lloran con ella, los dioses, humildemente,
están sentados y lloran, con los labios apretados, [... ] uno y
todos. Seis días y [seis] noches sopla el viento del diluvio,
mientras la tormenta del sur barre la tierra.
Al llegar al séptimo día, La tormenta del sur (transportadora)
del diluvio amainó en la batalla, (130) que había reñido como
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un ejército el mar se aquietó, la tempestad se apaciguó, el
diluvio cesó. Gn 8:1—2 Contemplé el tiempo: la calma se había
establecido, y toda la humanidad había vuelto a la arcilla. El
paisaje era llano como un tejado chato.
Abrí una escotilla y la luz hirió mi rostro. Gen 8,6 inclinándome
muy bajo, sentéme y lloré, deslizándose las lágrimas por mi
cara.
Miré en busca de la línea litoral en la extensión del mar: En
cada catorce (regiones) emergía una comarca (montañosa).
(140) En el Monte Nisir el barco se detuvo. Gen 8,4
El Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, Impidiéndole el
movimiento,
Un primer día, un segundo día, el Monte Nisir mantuvo sujeta
la nave, impidiéndole el movimiento. Un tercer día, un cuarto
día, el Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el
movimiento. Un quinto y un sexto (día), el Monte Nisir
mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el movimiento. Al llegar
el séptimo día, envié y solté una paloma.
La paloma se fue, pero regresó; Gn 8,8—10 puesto que no había
descansadero visible, volvió. Entonces envié y solté una
golondrina. (150) la golondrina se fue, pero regresó; puesto que
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no había descansadero visible, volvió. Después envié y solté un
cuervo. Gn 8,7
El cuervo se fue y, viendo que las aguas habían disminuido,
come, se cierne, grazna y no regresa. Entonces dejé salir (todo) a
los cuatro vientos Y ofrecí un sacrificio.
Vertí una libación en la cima del monte. Gn 8,19-20 Siete y siete
vasijas cultuales preparé, Sobre sus trípodes amontoné caña,
cedro y mirto.
Los dioses olieron el sabor, Gn 8,21 Los dioses olieron el dulce
sabor, los dioses se apiñaron como moscas en torno al
sacrificante.
Cuando, al fin, la gran diosa llegó, alzó las grandes joyas que
Anu había labrado a su antojo:
"Dioses, tan cierto como este lapislázuli está en mi cuello, no
olvidaré, recordaré estos días, sin jamás olvidarlos. Vengan los
dioses a la ofrenda; (pero) no acuda Enlil a la ofrenda, porque,
sin razón, causó el diluvio y a mi pueblo condenó a la
destrucción".
(170) Cuando finalmente llegó Enlil, y vio el barco, Enlil montó
en cólera, le invadió la ira contra los dioses Igigi:
"¿Escapó algún alma viva? ¡Ningún hombre debía sobrevivir a
la destrucción!"
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Ninurta abrió la boca para hablar, diciendo al valiente Enlil:
"¿Quién, salvo Ea, puede maquinar proyectos? Sólo Ea conoce
todo".
Ea abrió la boca para hablar, diciendo al valiente Enlil: "Tú, el
más sabio de los dioses, tú, héroe, ¿Cómo pudiste,
irrazonablemente, causar el diluvio? (180) ¡Al pecador impón
sus pecados, Al transgresor impón su transgresión! ¡(Sin
embargo), sé benévolo para que no sea cercenado! ¡Sé paciente
para que no sea des[plazado]!
En lugar de traer tú el diluvio, Ez 14,13-21 ¡ojalá un león
hubiera surgido para disminuir la humanidad!
En lugar de traer tú el diluvio, ¡ojalá un lobo hubiera surgido
para disminuir la humanidad!
En lugar de traer tú el diluvio, ¡ojalá un hambre hubiera
surgido para m[enguar] la humanidad!
En lugar de traer tú el diluvio, ¡Ojalá una pestilencia hubiera
surgido para he[rir] a la humanidad!
No fui yo quien reveló el secreto de los grandes dioses.
Dejé que Atrahasis viese un sueño, Y percibió el secreto de los
dioses.
¡Reflexiona ahora en lo que le atañe!"
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A esto Enlil subió a bordo del barco. (190) Cogiéndome de la
mano, me subió a bordo. Subió mi mujer a bordo e hizo que se
arrodillara a mi lado. De pie entre nosotros, tocó nuestras
frentes para bendecirnos:
"Hasta ahora Utnapishtim fue tan sólo humano. En adelante
Utnapishtim y su mujer serán como nosotros dioses.
¡Utnapishtim residirá lejos, en la boca de los ríos!"
Así me cogieron y me hicieron residir lejos, en la boca de los
ríos. Pero ahora, ¿quién por ti convocará los dioses a la
asamblea, para que encuentres la vida que buscas? ¡Ea!, no
concilies el sueño durante siete días y siete noches».
(200) Mientras allí se sienta sobre sus nalgas, el sueño le aventa
como el torbellino.
Utnapishtim dice a ella, a su esposa:
«¡Contempla a este héroe que busca la vida! El sueño le
envuelve como una niebla».
Su esposa dice a él, a Utnapishtim el Lejano:
«Tócale para que el hombre despierte, para que regrese salvo
por el camino que le trajo, para que por la puerta que salió
pueda regresar a su país».
Utnapishtim dice a ella, a su esposa:
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«Puesto que engañar es humano, él procurara engañarte. Gn
8,21 Anda, prepara obleas para él, pon(las) junto a su cabeza, y
señala en la pared los días que duerme».
Elaboró para él obleas, púso(las) junto a su cabeza, y señaló en
la pared los días que dormía. La primera oblea se ha secado la
segunda se estropeó, la tercera está húmeda; la superficie de la
cuarta blanquea; la quinta se cubre de moho, la sexta (aún)
conserva su color reciente; la séptima —en cuanto le tocó,
despertóse el hombre.
Gilgamesh dijo a él, a Utnapisthim el Lejano:
(220) «¡Apenas el sueño me ha invadido, cuando me tocas y me
despiertas!»
Utnapishtim [dice a él], a Gilgamesh:
«[Vamos], Gilgamesh, cuenta tus obleas, [que los días que
dormiste] sean conocidos de ti: Tu [primera] oblea se ha secado,
[la segunda se] estropeó, la tercera está húmeda; la superficie de
la cuarta blanquea; [la quinta] se cubre de moho, la sexta (aún)
conserva su color reciente. [la séptima] —en este instante te
despertaste».
Gilgamesh dijo a él, a Utnapishtim el Lejano:
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(230) «[¿Qué] haré, Utnapishtim; adónde iré, [ahora] que el
Despojador hace presa en mis [miembros]? En mi alcoba asecha
la muerte, ¡y doquiera que pon[go mi pie] está la muerte!»
Utnapishtim [dice a él], a Urshanabi, el barquero:
«Urshanabi, ¡así el desembarcadero [no tenga contento en ti],
así el lugar de travesía a ti renuncie! ¡A aquel que vaga en su
playa, niégale su playa! Al hombre que trajiste (aquí), cuyo
cuerpo está cubierto de suciedad, la gracia de cuyos miembros
pieles desfiguraron, lleva, Urshanabi, y condúcele al lugar del
baño. (240) Que se libre de su suciedad con agua limpia como la
nieve, que se despoje de sus pieles y el mar (las) arrastre, que la
belleza de su cuerpo se pueda ver. Haz que renueve la banda
de su cabeza, deja que se ponga un manto para vestir su
desnudez, que llegue a su ciudad, que concluya su viaje. ¡Así
(su) manto no tenga color de moho, siendo totalmente nuevo!»
Urshanabi le llevó y condujo al lugar del baño. Se lavó la
suciedad con agua limpia como la nieve. Se despojó de sus
pieles, el mar (las) arrastró, para que la belleza de su cuerpo se
viese. (250) Renovó [la banda] que ceñía su cabeza, se puso un
manto para vestir su desnudez, para que lle[gase a su ciudad],
para que concluyese su viaje. [El manto no tenía color de
moho], siendo [totalmente] nuevo.
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Gilgamesh y Urshanabi subieron a la barca, [Lanza]ron la barca
a las olas (y) zarparon.
Su esposa dice a él, a Utnapishtim el Lejano:
«Gilgamesh vino aquí, penando y esforzándose. (260) ¿Qué (le)
entregarás para que regrese a su tierra?»
A aquello, él, Gilgamesh, levantó (su) pértiga, para acercar la
barca a la playa.
Utnapishtim [dice] a él, [a] Gilgamesh:
«Gilgamesh, viniste aquí, penando y esforzándote. ¿Qué te
entregaré para que regreses a tu tierra? Revelaré, oh Gilgamesh,
una cosa oculta, y [un secreto de los dioses] te diré: Esta planta,
como el cambrón es [su ... ]. Sus espinas pin[charán tus manos]
como la rosa. Si tus manos obtienen la planta, [tú hallarás nueva
vida]».
En cuanto Gilgamesh oyó esto, Abrió la ca[ñería], ató piedras
pesadas [a sus pies]. Le bajaron a lo profundo [y vio la planta].
Cogió la planta, aunque pi[nchó sus manos]. Cortó las piedras
pesadas [de sus pies]. El [m]ar le lanzó a la orilla.
«Urshanabi, esta planta es una planta aparte, por la que un
hombre puede reconquistar el aliento de su vida. (280) La llevaré
a la amurallada Uruk, haré [... ] comer la planta. .. su nombre
será "El hombre se hace joven en la senectud".
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Yo mismo (la) comeré y así volveré al estado de mi juventud».
Después de veinte leguas comieron un bocado, después de
treinta legua (más) se prepararon para la noche. Gilgamesh vio
un pozo cuya agua era fresca. Bajó a bañarse en el agua. Una
serpiente olfateó la fragancia de la planta; Salió [del agua] y
arrebató la planta.
Al retirarse mudó de piel.
(290) A esto Gilgamesh se sienta y llora, las lágrimas se deslizan
por su cara. [Cogió la mano] de Urshanabi, el barquero:
«¿[Para] quién, Urshanabi, mis manos trabajaron? ¿Por quién se
gasta la sangre de mi corazón? No obtuve una merced para mí.
¡Para el león de tierra logré una merced! ¡Y la marea la llevará a
veinte leguas de distancia! Cuando abrí la cañería y [... ] el año,
hallé lo que se había puesto como señal para mí: ¡Me retiraré,
(300) y dejaré la barca en la orilla!» Después de veinte leguas
comieron un bocado, Después de treinta leguas (más) se
prepararon para la noche. Cuando llegaron a al amurallada
Uruk, Gilgameshh dijo a él, a Urshanabi, el barquero:
"Anda, Urshanabi, ve a las almenas de Uruk. Inspecciona la
terraza, examina sus ladrillos, ¡Si su obra no es de ladrillo
quemado, y si los Siete Sabios no echaron sus cimientos! un
`sar' es ciudad, un `sar' huertos, un `sar' tierra marginal;
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(además) el recinto del Templo de Ishtar. Tres `sar' y el recinto
incluida Uruk".
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invariablemente como fuente de la información la expresión “Edición digital. Derechos Reservados. Biblioteca Digital
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