TEG Edwin Pin Baque
TEG Edwin Pin Baque
TEG Edwin Pin Baque
FACULTAD DE CIENCIAS
ESCUELA DE MATEMÁTICA
Caracas, Venezuela
Diciembre 2011
ii
Nosotros, los abajo firmantes, designados por la Universidad Central de Venezuela como
integrantes del Jurado Examinador del Trabajo Especial de Grado titulado “Fórmula de
Inversión de Lagrange”, presentado por el Br. Edwin Pin Baque, titular de la Cédula
de Identidad 18.813.365, certificamos que este trabajo cumple con los requisitos exigidos
por nuestra Magna Casa de Estudios para optar al tı́tulo de Licenciado en Matemática.
Manuel Maia
Tutor
Cristina Balderrama
Jurado
Miguel Méndez
Jurado
iii
Dedicatoria
Y Alejandra Aguilera.
La mejor compañera que se pueda desear.
iv
Agradecimiento
Introducción 1
Capı́tulo 6. Aplicaciones 70
Bibliografı́a 82
v
Introducción
α − x + ϕ(x) = 0 (P1)
1
INTRODUCCIÓN 2
1. El problema de Kepler.
Después de muchos años de trabajo Johannes Kepler anunció sus famosas leyes de
movimiento planetario a comienzos del siglo XVII. Estas leyes establecen:
(1) Los planetas viajan sobre una órbita elı́ptica con el sol sobre uno de sus focos.
(2) Se mueven con una velocidad tal que las lı́neas que unen los planetas con el sol
barren igual área en igual unidades de tiempo.
(3) El cuadrado del perı́odo de la órbita de cada planeta es proporcional al cubo del
ancho de la elipse que recorre.
Kepler dio a conocer las primeras dos leyes en Astronomia Nova publicado en 1609, y la
tercera ley en Harmonice Mundi publicado en 1619. Estas leyes se basaron en observaciones
detalladas de la órbita de Marte y para los seis planetas que se conocı́an en ese entonces los
resultados fueron bastante exactos. A continuación, mostraremos la deducción para obtener
el Problema de Kepler.
3
1. EL PROBLEMA DE KEPLER. 4
Q
P
r
E v
A
C S R
En astronomı́a, una anomalı́a es una cantidad angular usada para describir la posición en
la órbita de un cuerpo celeste. El problema de Kepler cuenta con tres anomalı́as a considerar.
Si queremos calcular las coordenadas (r,v) en el tiempo t, esas tres anomalı́as son: la cantidad
v = ∠P SA llamada anomalı́a real, la cantidad E = ∠QCA llamada anomalı́a excéntrica, y
por último, la anomalı́a media M que viene dada por la ecuación
2πt
M= ,
T
la cual representa el ángulo que recorre un planeta ficticio que se mueve uniformemente en
la órbita circular.
Una relación entre r y v en el tiempo t viene dada por
a(1 − 2 )
r= . (1.1)
1 + cos v
√
Con b = a 1 − 2 , se sabe que
b PR Area P RA
= = , (1.2)
a QR Area QRA
ası́ que
r sen v = b sen E, (1.3)
1. EL PROBLEMA DE KEPLER. 5
y
r = a(1 − cos E). (1.5)
Ahora,
v sen v r sen v
tan = =
2 1 + cos v r + r cos v
b sen E
=
a(1 − cos E) + a cos E − a
b sen E
=
a(1 − )(1 + cos E)
√
1 − 2 sen E
= .
(1 − )(1 + cos E)
y ası́ r
v 1+ E
tan = tan . (1.6)
2 1− 2
Es decir, las coordenadas (r,v) pueden ser determinadas por E. Luego, la segunda ley
de Kepler implica que
t
Area P SA = (Área encerrada por la órbita)
T
√
tπa2 1 − 2
=
T
1 √
= M a2 1 − 2 .
2
También
M = E − sen E. (EK)
1. EL PROBLEMA DE KEPLER. 6
Ejemplo 1.1 (Solución de Kepler). La solución planteada por el propio Kepler fue de
esta manera: dado y M , aproximamos una solución E0 de E y calculamos
M0 = E0 + sen E0 .
Sea E1 = E0 + (M − M0 ) y calculamos
M1 = E1 + sen E1 .
Ejemplo 1.2 (Aproximación por series de Taylor). Fijando M , una manera bastante
sencilla de obtener una aproximación de E es considerando la serie de arcseno y E − M =
arcsen(sen(E − M )) para escribir
1 3
sen E = E − M = sen(E − M ) + sen3 (E − M ) + sen5 (E − M ) + . . .
6 40
Luego,
sen E ≈ sen(E − M );
Ejemplo 1.3 (Solución de Horrocks). En 1638 Jeremiah Horrocks usó un método dife-
rente para resolver (EK). La proveniencia de la solución es más interesante debido a los
argumentos geométricos que se utilizan.
M EH
B C S A
Alrededor del foco vacı́o B se describe un cı́rculo de radio AC. Sobre este cı́rculo se
marca un punto Q, tal que la anomalı́a media satisfaga M = ∠QBS. La aproximación de
Horrocks, EH , de E es el ángulo ∠QCS. Horrocks dedujo que
M 1+ M
tan EH − = tan (1.7)
2 1− 2
y demostró a partir de esta ecuación que
1
EH − E ≈ 3 sen3 M.
6
La deducción de todos los resultados de Horrocks puede hallarlos en [5].
Estos tres ejemplos no son más que una pequeña muestra de lo realizado antes de la
intervención de Lagrange, sin embargo, una caracterı́stica común de la mayorı́a de los resul-
tados de (EK) publicados entre los siglos XVII y XVIII es que tendı́an a fallar para distintos
valores de la excentricidad . Particularmente, los ejemplos mostrados fallan en presición
para valores altos de . Por esta razón, la solución planteada por Lagrange a partir de su
Fórmula de Inversión representa el primer resultado destacable de (EK).
A pesar de ser considerado uno de los más grandes matemáticos de la historia, Lagrange
alcanzó la fama con sus tratados en mecánica celeste y es bien sabido que sus investigaciones
2. LAGRANGE Y SU TEOREMA DE INVERSIÓN. 8
matemáticas siempre tenı́an un trasfondo fı́sico. A corta edad se sintió tentado a seguir la
carrera de matemática después de haber leı́do un artı́culo de Edmund Halley sobre el uso
del álgebra en óptica. Con tan solo 19 años, recibió ovaciones de Euler por los resultados
obtenidos en su investigación de curvas tautócronas. Ayudó a fundar la Real Academia
de Ciencias de Turı́n, cuyo objetivo principal era crear la revista Mélanges de Turin, donde
fueron publicados en los tres primeros volúmenes las investigaciones de Lagrange, que incluı́a
temas relacionados con cálculo de variaciones, probabilidades, energı́a cinética y propagación
de sonido. Probablemente las más grandes contribuciones de Lagrange son las relacionadas
con mecánica del universo, siendo Mécanique Analytique de 1788 su trabajo más famoso
y controversial por contener ecuaciones generales que solucionaban todos los problemas de
mecánica y además por no contar con ningún tipo de diagrama geométrico, que eran de su
completo desagrado. Como ya hemos dicho, fue en 1770 cuando Lagrange dio finalmente la
solución exacta de (EK), el cual habı́a llamado su atención por ser éste un problema clásico
de mecánica celeste. Como matemático, Lagrange estudió en un principio la ecuación (P1),
que generaliza en todos los aspectos a (EK). A continuación, plantearemos lo que será la
“primera versión” del Teorema de Inversión de Lagrange de este trabajo y mostraremos el
cálculo realizado por Lagrange, cuya deducción se encuentra desplegada entre las secciones
8 y 10 de [11].
α − x + ϕ(x) = 0, (P1)
idea es demostrar que una raı́z p1 del polinomio p(x) es de la forma (FIL). En los capı́tulos
siguientes, sustituiremos la palabra “cualquiera” del Teorema 1.4 por hipótesis más fuertes.
a0 − a1 x + a2 x2 − . . . + (−1)n xn = 0,
Note que el coeficiente de x−1 de la parte derecha es p1 . Por lo que nos limitaremos a
calcular el coeficiente de x−1 de la parte izquierda. Cada potencia ξ k vamos a identificarla
de manera general por los polinomios
∞
X
k
ξ = $k,i xi
i=0
y recordemos que
!k ∞ j
1 X j+k−1 a0
= .
1 − aa10x j=0
j a1 x
De esta manera,
2. LAGRANGE Y SU TEOREMA DE INVERSIÓN. 10
!k !k
1 ξ 1 1
= ξk
k 1 − aa10x k 1 − aa10x
∞
!
∞ j !
1 X X j + k − 1 a 0
= $k,i xi
k i=0 j=0
j a 1x
∞ ∞ j
1 XX j + k − 1 a0
= $k,i xi−j . (1.8)
k i=0 j=0 j a1
dk−1 k dk−1 k k
(xξ) = k−1 x ξ
dxk−1 dx
∞
dk−1 X
= k−1 $k,i xi+k
dx i=0
∞
X (i + k)!
= $k,i xi+1 .
i=0
(i + 1)!
a0
llamando α = a1
y ϕ(x) = xξ. Si realizamos el cambio ϕ(x) = tφ(x) obtendremos que la
raı́z p de (P1) es una serie de potencias de t, cuando x = α:
∞
tn dn−1
X
n
p=x+ n−1
φ(x) .
n=1
n! dx
α − x + tφ(x) = 0 (P1)
Lagrange consideró la prueba de este teorema bastante sencilla debido a la ecuación (1.9).
En el Capı́tulo 2 haremos una demostración formal del Teorema 1.5.
donde,
1 dn−1
n
an (M ) = sen (x) .
n! dxn−1 x=M
En lo que sigue, la notación de la derecha de esta última igualdad se usará para resumir
que sustituimos x = M después de diferenciar. La solución (1.10) pronto lograrı́a establecer
una modalidad estándar para hallar la solución de (EK) como serie. Muchos se interesaron
en hallar fórmulas explı́citas para los coeficientes an (M ), el mismo Lagrange trabajarı́a pos-
teriormente para intentar escribir su solución como una serie de Fourier de senos. Por otro
lado, Laplace en su Mécanique céleste de 1799 hizo cálculos para hallar el radio de conver-
gencia de la serie (1.10). Los estudios realizados por Laplace dieron pie al aparecimiento
de la teorı́a de cálculo infinitesimal como lo planteó Cauchy, de la cual extraeremos ciertas
definiciones y resultados para formalizar la demostración del Teorema 1.5.
CAPÍTULO 2
Enfoque analı́tico.
Siguiendo el estudio realizado por Cauchy, en adelante trabajaremos con funciones sobre
el cuerpo C, lo cual para (EK) esto no significará ningún problema, puesto que en ciertos casos
será posible pasar los resultados obtenidos a R. Nos limitaremos simplemente a demostrar
el Teorema 1.5, puesto que nada nuevo surge de examinar cada teorema por separado.
13
2. ENFOQUE ANALÍTICO. 14
Teorema 2.2 (Formula Integral de Cauchy). Supongamos que una función f es holo-
morfa sobre un conjunto abierto U ⊆ C. Sean α ∈ U y r > 0 tales que D(α, r) ⊆ U .
Entonces,
I
1 f (ξ)
f (z) = dξ (2.1)
2πi ∂D(α,r) ξ−z
para cada z ∈ D(α, r).
La demostración de este teorema no nos resulta indispensable, sino más bien lo que el
teorema en sı́ implica, aunque si desea leer una demostración puede hallarla en [6]. A partir
de la fórmula integral se puede demostrar que una función holomorfa posee derivada de
cualquier orden y además, si tenemos una función f bajo las hipótesis del Teorema 2.2, para
2. ENFOQUE ANALÍTICO. 15
n≥1
dn−1 (n − 1)!
I
[n−1] f (ξ)
f (z) = n−1 f (z) = dξ.
dz 2πi ∂D(α,r) (ξ − z)n
Para solucionar las inquietudes que surgieron al comienzo de este capı́tulo sobre la exis-
tencia y unicidad de la solución de (P1), recordaremos uno de los resultados más importantes
dados en un curso básico de Variable Compleja:
z − α − tφ(z) = 0 (P1)
tiene exactamente una raı́z p ∈ D(α, r) y si consideramos a esa raı́z p como dependiente de
t entonces
∞
tn dn−1 0
X
n
ψ(p) = ψ(α) + (ψ (z)φ(z) ) . (FIG)
n=1
n! dz n−1 z=α
Fijemos t para el cual el problema (P1) tenga solución, es decir, que satisfaga la condición
(2.3), y asumamos la solución p = p(t). Definamos
z−α
θ(z) = . (2.4)
φ(z)
Tenemos que θ(p) = t.
Notemos que θ(z) es holomorfa en D(α, r) y que θ(z) − θ(p) tiene exactamente un cero
en z = p. Podemos escribir
θ(z) = θ(p) + (z − p)R(z), (2.5)
donde R(z) es una función que no se anula en D(α, r). Usando el Teorema 2.2 y el hecho de
que R(p) = θ0 (p), calculamos
ψ(z)θ0 (z) ψ(z)θ0 (z)
I I
1 1
dz = dz
2πi ∂D(α,r) θ(z) − θ(p) 2πi ∂D(α,r) (z − p)R(z)
ψ(p)θ0 (p)
=
R(p)
= ψ(p).
y ası́,
∞
ψ 0 (z)
I
X 1 n
ψ(p) = ψ(α) + t dz.
n=1
2nπi ∂D(α,r) θn (z)
Sustituyendo (2.4) en la ecuación anterior
∞
ψ 0 (z)φn (z)
I
X1 n
ψ(p) = ψ(α) + t dz
n=1
2nπi ∂D(α,r) (z − α)n
∞
tn dn−1 0
X
n
= ψ(α) + (ψ (z)φ (z)) .
n=1
n! dz n−1 z=α
Al comienzo de este capı́tulo dijimos que el Teorema 2.4 sirve para resolver problemas de
variable real de la forma (P1). Supongamos que tenemos una función real f (x) que admite
serie de Taylor centrada en un valor α ∈ R y con radio de convergencia 0 < r < ∞, es decir,
∞
X
f (x) = an (x − α)n ,
n=0
donde an son los coeficientes que obtenemos por el Teorema de Taylor y x ∈ (α − r, α + r).
Recordando las propiedades de las series de Taylor, tenemos que
∞
X
|an ||x − α|n < ∞,
n=0
para todo x ∈ (α − r, α + r), puesto que las series de Taylor satisfacen la convergencia
absoluta en sus intervalos de convergencia.
Supongamos además que para los valores fronteras x = α − r y x = α + r se cumple
∞
X ∞
X
n
t |an ||x − α| = t |an |rn < |x − α| = r, (2.7)
n=0 n=0
para alguna magnitud t ∈ R+ . Esta última desigualdad implica que la serie de Taylor de
f (x) converge para los valores frontera, por lo que el entorno de convergencia en realidad es
el intervalo cerrado [α − r, α + r]. Estamos en condiciones de resolver el problema (P1) para
la función f (x).
Definamos sobre el entorno complejo D(α, r) la siguiente función:
∞
X
φ(z) = an (z − α)n .
n=0
2. ENFOQUE ANALÍTICO. 18
Esta función está bien definida, ya que para todo z ∈ D(α, r) existe x ∈ [α − r, α + r] tal
que |z − α| = |x − α| y aprovechando el hecho de que f (x) converge absolutamente, entonces
φ(z) converge para todo valor de z en su dominio. Por la manera como está definida φ(z)
tenemos que es analı́tica en D(α, r), continua en D(α, r) y la desigualdad (2.7) garantizará
que se satisface la condición (2.3) del Teorema 2.4. De esta manera, obtenemos que el
problema
z − α − tφ(z) = 0,
Dado que todos los términos de esta serie son números reales, entonces esta solución p
debe estar contenida en el intervalo abierto (α − r, α + r), quedando resuelto ası́ el problema
en variable real.
CAPÍTULO 3
Enfoque algebraico.
En este capı́tulo, debido al interés de querer establecer una estructura de grupo sobre el
conjunto de series de potencias invertibles con coeficientes en C (aunque podrı́amos trabajar
con cualquier cuerpo de caracterı́stica 0), estudiaremos exclusivamente el problema (P2) a
través de distintos operadores.
Daremos dos demostraciones de (FIG), una corta que surge como consecuencia directa
de varios resultados, y otra larga, pero no menos atractiva. Comenzaremos con ciertas
definiciones necesarias para ambas pruebas.
Trabajaremos sobre dos espacios; el de series de potencias formales y el de series de
Laurent formales. Este último contendrá al de series formales, y será indispensable para
poder hallar los coeficientes de la serie (FIG) en ambas demostraciones. Respectivamente,
denotaremos cada espacio por C[z] y C(z) (independientemente de la notación usual usada
para anillos de polinomios), siendo z el término “indefinido”. Los elementos de C[z] son de
la forma
∞
X
f (z) = ai z i ,
i=0
19
3. ENFOQUE ALGEBRAICO. 20
Para cada n ∈ N, denotaremos como f n (z) al producto de una serie f (z) consigo mismo n
veces. Otra caracterı́stica de C[z] es que posee unidad, siendo ésta h(z) = 1. Cuando existe
unidad multiplicativa es normal preguntarse qué elementos poseen inversa multiplicativa (ó
recı́proco). Sea f (z) como antes, queremos hallar g(z) tal que (f · g)(z) = 1. Del producto
(3.1) obtenemos que a0 b0 = 1, es decir, tanto f (z) como g(z) deben poseer término inde-
pendiente distinto de 0. Además, para k > 0 obtenemos la siguiente fórmula de recurrencia
para los términos bk :
1 X
bk = − ai bk−i ,
a0 0<i≤k
por lo que podemos concluir que g(z) es único, ya que sus coeficientes vienen determinados
de manera única por la ecuación anterior. Denotaremos al recı́proco de una serie f (z) por
f −1 (z).
Debido a lo molesto que es trabajar con la notación de serie, será usual a partir de
este punto verificar la fórmula (FIG) coeficiente a coeficiente. Esta manera de trabajar se
formaliza a partir de la siguiente familia de funcionales definidos en C[z]:
Es fácil verificar la linealidad de estos funcionales, más nos interesa lo simple que resulta
trabajar con esta notación. Note que el coeficiente n-ésimo de la serie (FIG) en términos de
los funcionales de coeficiente viene dado por
1 n−1 0
[z ]ψ (z)φn (z),
n
cuando α = 0, lo que hace mucho más atractiva la solución de Lagrange. Para las series de
C[z], será sumamente relavante la siguiente definición:
El orden satisface la propiedad ord f · g = ord f + ord g. Además, es el orden de una serie
de potencia f lo que determina si tiene o no recı́proco.
Res = [z −1 ].
como
d X
Df (z) = f (z) = nan z n−1 ,
dz n∈Z
y lo llamamos operador diferencial.
Proposición 3.6. Para cualquier f (z) ∈ C(z), Res Df (z) = Res f 0 (z) = 0.
C[z], para definir (f ◦ g)(z) = f (g(z)), daremos la condición adicional de ord g ≥ 1, para no
caer en ambigüedades topológicas. De esta manera, si
∞
X ∞
X
f (z) = an z n y g(z) = bm z m ,
n=0 m=1
entonces,
!n
∞
X ∞
X ∞
X k
X X
f (g(z)) = an bm z m = a0 + ap bn1 . . . bnp z k .
n=0 m=1 k=1 p=1 n1 +...+np =k
En términos de funcionales, la composición de las series f (z) y g(z) es aquella con los
siguientes coeficientes:
Todas estas propiedades son conocidas de cálculo, sin embargo, la demostración de esta
proposición es un poco más interesante porque cada ı́tem resulta ser consecuencia de las
definiciones dadas, independiente en todo sentido de la noción de convergencia usada en las
materias de cálculo. Haremos solamente la demostración de las ecuaciones 1 y 2 para ilustrar
este hecho, las propiedades restantes puede hallarlas en [13].
3. ENFOQUE ALGEBRAICO. 23
Demostración.
= α(mam ) + β(mbm )
Definición 3.8. Sean f (z) y g(z) series de potencia, con ord f, ord g ≥ 1. Entonces g(z)
es llamada la inversa de f (z) si y sólo si f (g(z)) = g(f (z)) = z. En tal caso, decimos que
f (z) y g(z) son invertibles, y denotamos g(z) = f (z).
Proposición 3.9 (Condición de Inversa). Sea f (z) ∈ C[z]. f (z) tiene inversa única
f (z) si, y sólo si, ord f = 1.
Demostración. Sea f (z) una serie de potencias invertible, con inversa f (z). Usando
la propiedad de orden sobre la composición de f y f tenemos:
Como el orden de una serie es un número natural entonces ord f = ord f = 1. Ahora,
suponiendo que ord f = 1, veamos que f (z) existe y es única. De la ecuación (f ◦ f )(z) = z
obtenemos que
1, si n = 1
[z n ](f ◦ f )(z) = δ1n =
0, otro caso.
1
b1 =
a1
n−1
1 X X
bn = − bp an1 . . . anp ,
a1 n p=1 n
1 +...+np =n−1
donde los ai y bi son los coeficientes de f (z) y f (z), respectivamente. Por lo tanto, f (z) existe
pues todos los términos bn se pueden hallar a partir de la fórmula de recurrencia obtenida y
además, f (z) es única pues sus coeficientes vienen dados de manera única por la recurrencia.
Obtenemos exactamente lo mismo si trabajamos con (f ◦ f )(z) = z.
Ahora, sean f (z) y g(z) series de potencia invertibles, por la proposición anterior, ord f =
ord g = 1. Usando la propiedad del orden de la composición, ord(f ◦ g) = ord f · ord g = 1, es
decir, la composición de series invertibles es invertible. Este resultado da pie a la siguiente
proposición:
Lo único que resta demostrar es que la composición de series es asociativa, lo cual se deja
al lector. En la demostración de la Proposición 3.9 vimos cómo obtener los coeficientes de la
inversa de una serie dada, a partir de una fórmula de recurrencia. La pregunta es: ¿hay un
método más eficiente? Analicemos lo siguiente: sea f (z) una serie invertible, entonces pode-
mos reescribirla como f (z) = ze(z), donde ord e = 0. Sustituyendo f (z) por z nos queda,
z = f (z)e(f (z)). Llamando M (z) = e−1 (z), obtenemos finalmente la ecuación implı́cita:
x − tφ(x) = 0, (P2)
cuando φ(x) posee serie de Taylor alrededor de 0, lo que sugiere que la solución de (3.4)
viene dada por (FIL). Ya estamos en condiciones de presentar el Teorema de Inversión de
Lagrange de este capı́tulo:
Teorema 3.11 (Versión algebraica de FIG). Sea G(z) ∈ C[z] de orden 1, tal que satisface
la ecuación G(z) = zM (G(z)), donde M (z) es una serie de potencia de orden 0. Entonces,
los coeficientes cn = [z n ]F (G(z)) vienen dados por
c0 = [z 0 ]F (z)
1 n−1 0 (FIG)
cn = [z ]F (z)M n (z),
n
para cualquier F (z) ∈ C[z].
Proposición 3.12. Sea g(z) ∈ C[z] con ord g = 1. Entonces el residuo de la serie de
Laurent g 0 (z)g −n (z) es
Res(g 0 · g −n )(z) = δ1n ,
para cualquier n ∈ Z.
Corolario 3.13. Sea h(z) ∈ C(z) y g(z) ∈ C[z], tal que ord g = 1. Entonces,
Demostración con residuos del Teorema 3.11. Sean, F (z) y G(z) series de po-
tencia, con ord G = 1. Denotemos a los coeficientes de (F ◦G)(z) por cn , con n ∈ N. Sabemos
que por definición de composición de series
por lo que sólo nos interesaremos en los funcionales [z n ] con n ≥ 1. Denotemos por
∞
X
0
(F ◦ G) (z) = ncn z n−1 = H(z).
n=1
De donde,
1 n−1 0
cn = [z ]F (z)M n (z),
n
2. DEMOSTRACIÓN DE FIG USANDO OPERADORES ADJUNTOS. 27
Al par (C(z), h·|·i) no podemos llamarlo espacio con producto interno porque, de hecho, la
forma bilineal h·|·i no es un producto interno, por no ser sesquilineal. Sin embargo, teniendo
una forma bilineal podemos introducir la definición de adjunto de la manera usual.
Definición 3.15. Sea S un operador sobre C(z). Entonces su adjunto S ∗ es otro ope-
rador sobre C(z) que satisface
hSf |gi = hf |S ∗ gi,
A continuación, daremos dos ejemplos para ilustrar esta definición, pero ambos serán de
mucha utilidad en las próximas demostraciones:
M a(z) = m(z)a(z),
para toda serie de Laurent a(z). Dado que el producto en C(z) es conmutativo y asociativo,
tenemos que
Sabemos ya que el residuo de la derivada de cualquier serie de Laurent es cero, ası́ que
0 = [z 0 ](a · b)• (z) = [z 0 ](a• · b)(z) + [z 0 ](a · b• )(z) = ha• |bi + ha|b• i
de donde,
ha• |bi = ha| − b• i
(ST )∗ = T ∗ S ∗ ,
Luego, cualquier F (z) ∈ C[z], puede escribirse como combinación lineal de la base
{gn (z)}n∈N . Es decir, existen escalares cn ∈ C, tales que
∞
X
F (z) = cn gn (z). (3.6)
n=0
2. DEMOSTRACIÓN DE FIG USANDO OPERADORES ADJUNTOS. 29
Teorema 3.18. Sean F (z), g(z) ∈ C[z], con ord g = 1. Entonces existe una serie formal
h(z), tal que (h ◦ g)(z) = F (z), y sus coeficientes cn pueden hallarse con
c0 = [z 0 ]F (z)
1 (3.8)
cn = Res(F 0 · g −n )(z).
n
U ∗ = (M D• )∗ = (D• )∗ M ∗ = −D• M.
Veamos que el problema −D• M g˙n (z) = ng˙n (z) tiene solución distinta de la trivial. Esto
es, λn = n, es autovalor de U ∗ . Llamando g¨n (z) = M g˙n (z), tenemos que
m(z) 1 1
ng˙n (z) = n g˙n (z) = n M g˙n (z) = n g¨n (z),
m(z) m(z) m(z)
g 0 (z)
(g¨n )0 (z) = −ng¨n (z) ,
g(z)
la cual tiene como solución g¨n (z) = g −n (z), y ası́, g˙n (z) = zg −n−1 (z)g 0 (z). Obtenido este
resultado, debido a la Proposición 3.12, hgm |g˙n i = δmn . En efecto,
= δmn .
ncn = hF 0 /g 0 |ġn−1 i
= [z 0 ]z(F 0 · g −n )(z)
= Res(F 0 · g −n )(z),
Demostración del Teorema 3.11. Nos pondremos bajo las hipótesis del Teorema
3.18. Note que si G(z), es tal que satisface G(z) = zM (G(z)), entonces su inversa g(z) se
puede representar como
g(z) = zM −1 (z).
Ahora, como (G ◦ g)(z) = z, componiendo con F (z) a ambos lados nos queda,
Considerando la demostración por residuos, podemos demostrar que los Teoremas 3.11
y 3.18 son equivalentes, por lo que trabajar con las ecuaciones (FIG) será básicamente lo
mismo que trabajar con las ecuaciones (3.8), cosa que sucederá en temas posteriores.
CAPÍTULO 4
Enfoque combinatorio.
En 1981, André Joyal en [8] mostró su estudio de series formales a través de teorı́a com-
binatoria, o para ser más especı́fico, mediante lo que él llamó especies combinatorias. Lo que
resulta más interesante del trabajo de Joyal es que da una definición formal de “estructura”
sobre conjuntos finitos, definiéndola simplemente como una aplicación funtorial. De esta
manera, grafos, árboles, órdenes lineales, funciones, ciclos, y muchos otros conceptos estruc-
turales que manejamos y que son de mucha ayuda en distintos campos de la matemática,
vienen enmarcados en la categorı́a utilizada por Joyal. Más aún, dentro de este marco pode-
mos establecer equivalencias y operaciones entre especies que nos permiten generar nuevas
estructuras, o incluso obtener otras interpretaciones combinatorias de las estructuras que
conocemos.
Antes de poder enfocarnos en la fórmula de inversión, hace falta dar los conceptos nece-
sarios para poder obtener la ecuación (P2).
32
1. TEORÍA DE ESPECIES COMBINATORIAS. 33
Definición 4.1. Una categorı́a es una clase C de objetos (a, b, c, ...) junto con:
(1) una clase de conjuntos disjuntos, denotado hom(a, b), para cada par de elementos
a, b de C; a cada elemento f ∈ hom(a, b) lo llamaremos morfismo de a a b y
denotamos f : a → b;
(2) para cada tripleta (a, b, c) de objetos de C, una función
1b ◦ f = f y g ◦ 1b = g.
Para ejemplos de categorı́as puede revisar [7]. En este trabajo sólo estamos interesados
en la categorı́a Cbiy de conjuntos finitos cuyo morfismos son funciones biyectivas, la cual
evidentemente satisface la Definición 4.1.
Definición 4.2. Una especie de estructuras es una regla F : Cbiy → Cbiy que genera para
cada conjunto finito U un conjunto finito F [U ] y para cada biyección (morfismo de Cbiy )
σ : U −→ V , una biyección F [σ] : F [U ] −→ F [V ], tal que,
F [τ ◦ σ] = F [τ ] ◦ F [σ], (4.1)
Será usual en esta sección dar interpretaciones gráficas, como la Figura 4.1, de las distintas
especies con las que trabajaremos.
Ejemplo 4.3. Para todo k ∈ N = {0, 1, 2, . . .}, definimos la especie E(k) como
{U },
si card U = k
E(k) [U ] =
∅,
otro caso.
2
1 6
3 5
4
{1, 3}, {2, 3}, {3, 4}, {4, 5}, {4, 6}, {5, 6}.
En adelante, sólo haremos uso de la interpretación gráfica por ser más clara y completa.
De la definición de grafos podemos extraer ejemplos particulares, como los que siguen.
2
1 6
3 5
4
Ejemplo 4.7. La especie A, de árboles con raı́z (árboles con un elemento distinguido).
2
1 6
3 5
4
Ejemplo 4.8. La especie L de ordenes lineales. Los ordenes lineales sobre un conjunto
U de cardinal n los podemos identificar con funciones biyectivas L : U → [n], donde el orden
a través de L viene dado por
L
a •c
1
•b
b 2
=⇒
c •a
3
•d
d 4
La Figura 4.5 nos dice que sobre el conjunto U = {a, b, c, d}, aquella función L define el
siguiente orden lineal:
d <L a <L b <L c.
2
•
6
• • • •
• 5
4 3
10 • •
8 • • •
11
1 7 9
• • •
13 12 14
En este ejemplo, las flechas indican el modo como se comporta la función cuando los
nodos están etiquetados.
1. TEORÍA DE ESPECIES COMBINATORIAS. 37
2
• 6
•
• • •
• 5
4 3
10 • • •
8 7 9
•
1
2
•
• •
4 3
•
1
Todos estos ejemplos (en particular los gráficos) nos serán de mucha utilidad para de-
mostrar la fórmula de inversión de Lagrange. Veremos que todas estas estructuras poseen
relaciones muy interesantes entre sı́.
Resolver el problema de los cardinales Fn para algunos de los ejemplos dados resulta bas-
tante sencillo. Por ejemplo, para cualquier n ≥ 2, el conjunto ℘[2] [n] posee n2 elementos, por
Por otro lado, para otras estructuras no es tan sencillo resolver este problema, como
sucede con las especies a y A. Cayley demostró en 1889 que para todo n ≥ 1
an = nn−2 y An = nn−1 ,
∼
αU : F [U ] −→ G[U ].
F [σ] G[σ]
? ?
F [V ] αV
- G[V ]
En tal caso, diremos que las especies F y G son isomorfas y denotamos F ' G.
Quisiéramos que esta relación se mantuviera para una operación entre las especies E(k) .
El hecho de que para cada [n] la familia {E(k) [n]}k∈N se componga casi en su totalidad por
conjuntos vacı́os ayuda para establecer la siguiente definición:
Definición 4.15. Una familia {Fi }i∈N de especies de estructuras se dice sumable si para
cualquier conjunto finito U , Fi [U ] = ∅, excepto para una cantidad finita de ı́ndices i. La
P
suma de una familia sumable {Fi }i∈N es la especie i∈N Fi definida por la igualdad
!
X X [
Fi [U ] = Fi [U ] = Fi [U ] × {i}, (4.4)
i∈N i∈N i∈N
La suma de los E(k) es compatible con esta definición, y usando la ecuación (4.5) podemos
concluir que
X
E' E(k) .
k∈N
Para la suma de un par de especies F y G, será usual la interpretación gráfica
F +G F G
= o
La suma de especies satisface, vı́a isomorfismo, igualdades usuales tales como conmuta-
tividad y asociatividad. Si declaramos la especie 0[U ] = ∅, para cualquier conjunto finito
U , tenemos entonces un elemento neutro con respecto a la suma. Además, la suma de una
especie F consigo mismo n veces la denotamos por nF . Un resultado que nos será relevante
en su debido momento es que si tenemos una especie F cualquiera, y {Fk }k∈N la familia de
cardinales de la especie F , entonces
X
F ≡ Fk E(k) . (4.6)
k∈N
Para el producto, tomemos otro ejemplo como motivación. En la Figura 4.7 note que
podemos separar los puntos fijos de los ciclos de la siguiente manera:
2
• 6
•
• • •
• 5
4 3
10 • • •
8 7 9
•
1
Dicho de otro modo, hemos realizado una partición que separa los puntos fijos de los
puntos no fijos. Al tipo de permutaciones que no dejan puntos fijos llamémoslos desarreglos.
1. TEORÍA DE ESPECIES COMBINATORIAS. 41
Podemos definir incluso la especie Des de desarreglos. El propósito ahora es definir una
operación (·) tal que
S ' E · Des,
para cualquier partición que consideremos. De esta manera surge la siguiente definición:
con la suma disjunta definida sobre todas las particiones (U1 , U2 ) de U . El transporte a
través de una biyección σ : U → V está definida por
Esta definición se puede generalizar para el producto de k especies, pero en este caso
debemos considerar una k-partición de U , (U1 , . . . , Uk ). El producto de especies tiene la
interpretación gráfica:
F ·G F G
Esta definición nos permite formalizar el hecho de que la igualdad (vı́a isomorfismo)
S ' E · Des, en efecto se da. Teniendo esto en cuenta, podrı́amos preguntarnos qué sucede
con la serie generatriz exponencial de un producto, por lo que plantearemos la siguiente
proposición.
siendo este justamente el término que obtenemos al realizar el producto de Cauchy (3.1) con
las series F (z) y G(z).
que la función posición establece un orden sobre las vértebras. Para visualizar este tipo de
estructura observe la Figura 4.11.
x y
Debido a que la función posición α establece un orden sobre las vértebras, en la Figura
4.11 podemos prescindir de las aristas que van de x a y (la columna vertebral en otras
palabras) y considerar como equivalente a
1 2 3 4 5
Esto es posible para cualquier vertebrado que consideremos. Nos gustarı́a ahora estable-
cer una operación (◦) entre las especies L+ (órdenes lineales no vacı́os) y A tal que
V ' L+ ◦ A.
Por el ejemplo dado, esta operación parece depender de una partición del conjunto base
que tomemos. Note que el hecho de que A0 = 0 es de mucha ayuda pues para cualquier
conjunto U que consideremos basta con tomar los subconjuntos distintos de vacı́o para definir
la partición, y ası́ no caer en posibles problemas en el conteo de los cardinales deseados, lo que
sugiere que al momento de definir la operación F ◦ G, para dos especies F y G cualesquiera,
se debe pedir la condición extra de que G0 = 0. Recordemos que al introducir la operación
composición en el capı́tulo anterior se exigı́a una condición análoga a esta.
1. TEORÍA DE ESPECIES COMBINATORIAS. 44
Definición 4.18. Sean F y G dos especies de estructuras, tal que G[0] = ∅. La especie
F ◦ G (también denotada F (G)), llamada la composición de F y G, se define como sigue:
Una F ◦ G-estructura sobre U es una terna s = (π, ϕ, γ), donde
En otras palabras,
(F ◦ G)[0] = F [0]
X Y (4.9)
(F ◦ G)[U ] = F [π] × G[p], ∀n ≥ 1.
π`U p∈π
donde
F ◦G F G
= G
(F ◦ G)(z) = F (G(z))
Si π1 y π2 son dos particiones de U tales que card π1 = card π2 , sabemos que se satisface
card(F [π1 ]) = card(F [π2 ]). Podemos reescribir la igualdad anterior dependiendo de los
cardinales de las particiones π ` U , que varı́an de 1 hasta n. Además, para cada partición π
con k clases, digamos p1 , . . . , pk , se tiene que:
k
X
card pi = n.
i=1
Gn = Fn+1 , ∀n ∈ N.
1. TEORÍA DE ESPECIES COMBINATORIAS. 46
F0 F
∗
=
C0 ∗ L
4• •2 4• •2
=
• • • •
3 5 3 5
• •
1 1
Entonces,
1
C 0 (z) = L(z) = ,
1−z
como era de esperar.
1. TEORÍA DE ESPECIES COMBINATORIAS. 47
Veremos ahora que las propiedades comunes de la derivada se satisfacen a partir de las
interpretaciones gráficas.
1. (F + G)0 F+G
∗
=
F G
∗ ∗
= o
F0 G0
= o
2. (F · G)0 ∗
F ·G
=
F ∗ G F ∗ G
= o
F0 · G F · G0
= o
1. TEORÍA DE ESPECIES COMBINATORIAS. 48
3. ∗
(F ◦ G)0 F ◦G
=
F G∗
= G
F ∗ G ∗
= G •
G •
Para finalizar esta parte de conceptos, hablaremos de otro tipo de operación (o aplicación)
que nos será indispensable, la cual ya apareció en el capı́tulo anterior y que hemos llamado
apuntamiento. Recordemos que el apuntamiento es una aplicación que asigna a cada serie de
potencia F (z) la serie F • (z) = zF 0 (z), entonces si F (z) es una serie generatriz exponencial,
la especie F • es aquella con coeficientes Fn• = nFn .
La identidad
F• ' X · F0
F• F F
∗
= =
El ejemplo más claro del apuntamiento lo puede observar comparando las Figuras 4.3 y
4.4, donde obtenemos que a• ' A. De manera similar, tenemos que A• ' V.
1. (F · G)• = F • · G + F · G• .
2. (F ◦ G)• = (F 0 ◦ G) · G• .
2. Árboles R-enriquecidos.
(1) f : U → V ;
(2) γm ∈ R[f −1 (m)], para cada m ∈ V .
RV ' Rk . (4.11)
2. ÁRBOLES R-ENRIQUECIDOS. 50
Definición 4.25. Una estructura de especie EndR (es decir, una endofunción R-enriquecida)
sobre un conjunto U está compuesto de los siguientes datos:
(1) una endofunción cualquiera f : U → U ;
(2) una R-estructura sobre cada fibra de la endofunción f .
•
• • • •
•
• •
• • •
• • •
Definición 4.26. Un árbol con raı́z R−enriquecido sobre un conjunto U está compuesto
de los siguientes datos:
(1) una estructura de árbol con raı́z arbitrario sobre U , denotado por α;
(2) una R-estructura sobre la fibra de cada vértice u ∈ U en α.
Aquı́ la fibra de un vértice u se refiere al conjunto (posiblemente vacı́o) α−1 (u) de pre-
decesores inmediatos de u, cuando todas las aristas están orientadas hacia la raı́z.
α−1 (1) = ∅.
R 2
R 6 R
1
R 3 R
5
R
4
Denotamos a la especie de árboles con raı́z R-enriquecidos como AR . A los vértices con
fibra vacı́o los llamaremos hojas. En la Figura 4.17 las hojas son los vértices 1, 2, 5 y 6.
Note que en las fibras de estos vértices también establecemos una R-estructura. Por lo que
haremos la suposición R0 6= 0, ya que de lo contrario obtendremos la solución trivial AR = 0.
Teniendo en cuenta todas las operaciones vistas en la sección anterior, note que la estructura
de la Figura 4.17 es igual a
AR
AR
AR
R
siendo esta última ecuación la que estudiaremos para resolver el famoso problema de Cayley.
Aplicando las propiedades de series generatrices exponenciales a la ecuación (4.12) obtenemos
una ecuación con caracterı́sticas similares a (3.4).
Ya hemos visto que resolver el problema de los cardinales Fn , para una especie F
cualquiera, se reduce a hallar su serie generatriz. Lo propio haremos con la especie AR ,
y el método a utilizar para resolver la ecuación (4.14) será, como puede imaginar, mediante
la fórmula de inversión de Lagrange.
Teorema 4.27 (FIL para series generatrices exponenciales). Sea R una especie tal que
R0 6= 0, y AR la especie de árboles con raı́z R-enriquecidos. Llamando A(z) = AR (z),
tenemos que
n
An = Rn−1 , (4.15)
para todo n ≥ 1.
2. ÁRBOLES R-ENRIQUECIDOS. 52
donde Q = X · (R0 ◦ AR ).
R AR R AR
AR o AR
AR AR
Q
Q
Q Q
Q
Q Q
Q Q
Q
A• R ' (L ◦ Q) · AR , (4.17)
A•R L◦Q AR
Demostración del Teorema 4.27. Por los Lemas 4.28 y 4.29 se tiene:
(1) un elemento u ∈ U ;
(2) una función R-enriquecida cualquiera ψ : U \ {u} → U .
• • • •
• • • •
• •
• • •
• • • •
x
A•R ≡ Ψ. (4.19)
2. ÁRBOLES R-ENRIQUECIDOS. 54
siendo R una serie generatriz exponencial con coeficiente independiente no nulo. La de-
ducción realizada para obtener la identidad (4.6) garantiza este hecho, pues siempre po-
dremos encontrar una especie R cuya serie generatriz sea R(z). Es decir, podemos variar los
coeficientes de R(z) sobre el conjunto N y siempre hallar una solución de (3.4).
Note además que la ecuación (4.15) nos dice que los cardinales An se escriben como
producto y suma de los n primeros cardinales de la especie R. En otras palabras, podemos
observar a los coeficientes An como polinomios que dependen de las variables R0 , R1 , . . . , Rn .
0
(E(k) ◦ A)n = (E(k) · Rn )n−1 . (4.20)
Primero analicemos la especie E(k) ◦A. Recordemos que la especie E(k) sólo genera estruc-
turas sobre conjuntos de cardinal k, por lo que en la composición anterior sólo tomaremos
en cuenta a las k-particiones sobre cada conjunto U . En otras palabras, la ecuación (4.20)
se reduce a demostrar el siguiente teorema
Teorema 4.31 (FIG para series generatrices exponenciales). Sea R una especie tal que
R0 6= 0, y AR la especie de árboles con raı́z R-enriquecidos. Llamando A(z) = AR (z)
tenemos que si k ∈ N
0
Akn = (E(k) · Rn )n−1 , (4.21)
para todo n ≥ 1.
Note que esta especie generaliza a la especie Ψ de la demostración del Teorema 4.27 en
el sentido que Ψ1 ' Ψ. De manera análoga, podemos demostrar que (AkR )• ≡ Ψk , de donde,
si card U = n ≥ k, entonces
(Akn )• = nAkn = Ψkn .
Por otro lado, por la definición de Ψk , se tiene que para dicho conjunto U hay la siguiente
cantidad de estructuras,
n n
Ψkn =k Rn−k .
k
2. ÁRBOLES R-ENRIQUECIDOS. 56
(F ◦ A)n = (F 0 · Rn )n−1 .
57
1. OTRA DEMOSTRACIÓN ANALÍTICA. 58
donde,
Z
1 f (s)
an = ds (n = 0, 1, 2, . . .),
2πi C1 sn+1
Z
1 f (s)
bn = ds (n = 1, 2, . . .),
2πi C2 s−n+1
y cada integral de lı́nea se considera contrareloj.
•z
x
•
C2 s
•
s
C1
La demostración se ve por igual en Variable Compleja, pero para mayor referencia puede
revisar [4]. Como consecuencia directa de este teorema, es fácil ver que si f (z) es una función
holomorfa dentro y sobre el contorno C1 entonces bn = 0 para todo n ≥ 1, y ası́ obtenemos
la serie de Taylor (o de Maclaurin en nuestro caso particular) de f (z). Más allá de esto, las
ecuaciones de los coeficientes an y bn no nos son completamente indispensables, sin embargo,
ambas expresiones nos dicen que la demostración de Cauchy del Capı́tulo 2 y la de residuos
del Capı́tulo 3 son esencialmente las mismas, salvo los argumentos usados para garantizar la
existencia de la solución del problema (P2). De igual manera, en esta sección estableceremos
la condición con la cual el problema (P2) tendrá solución, y ésta depende fuertemente de la
siguiente caracterización geométrica:
Definición 5.2. Una función compleja que preserva la magnitud y sentido del ángulo
entre los vectores tangentes de dos curvas suaves cualesquiera en un punto común se dice
conforme en ese punto.
y y
C1 f (C1 )
C2
α
α f (C2 )
•
•
x x
Las funciones conformes poseen una gran cantidad de propiedades útiles e interesantes,
entre las que destacaremos (por ser las más concernientes para nuestros propósitos) las
siguientes:
Teorema 5.3. En cada punto z donde una función f es analı́tica y f 0 (z) 6= 0 la función
y = f (z) es conforme.
Lema 5.5. Sea H(z) una función de variable compleja que admite serie de Laurent. Para
cualquier función analı́tica h(z) tal que h(0) = 0 y h0 (0) 6= 0, se tiene
Teorema 5.6 (2a versión analı́tica de FIG). Sea y = g(z) una función de variable
compleja, tal que es analı́tica en un entorno de z = 0, g(0) = 0 y g 0 (0) 6= 0. Entonces g(z)
posee una inversa G(y) analı́tica en un entorno de y = 0. Además, para cualquier función
F (z) analı́tica en z = 0 se tiene que la función F (G(y)) posee serie de Taylor:
∞
X
F (G(y)) = F (0) + cn y n ,
n=1
1. OTRA DEMOSTRACIÓN ANALÍTICA. 60
1 n−1 0
cn = [z ]F (z)M n (z). (FIG)
n
G(y) = yM (G(y)),
donde M (z) = e−1 (z). Tenemos que G(0) = 0 ya que g(0) = 0. De esta manera, para
cualquier F (z) analı́tica en z = 0 tenemos que (F ◦ G)(y), también es analı́tica en y = 0 y
por lo tanto, F (z) admite una serie de Taylor en la variable y cuando z = G(y).
Supongamos que F (z) posee la siguiente representación en potencias de y:
∞
X
F (z) = F (0) + cn y n ,
n=1
entonces
∞
0
X dy
F (z) = ncn y n−1 .
n=1
dz
P∞
Sea N (y) = n=1 ncn y n−1 . Por el Lema 5.5, para r = 1, 2, 3, . . .
0 0
F (z)M r (z)
F (z) N (y) dy N (z)
Res = Res = Res = Res = rcr .
zr yr y r dz zr
y ası́
Finalmente,
1
cr = [z r−1 ](F 0 · M r )(z),
r
que es lo que deseábamos obtener.
2. ALGORITMO PARA FIL. 61
En esta demostración, todas las igualdades que involucran a la serie G(y) se cumplen
sobre el entorno de y = 0 que el Teorema 5.4 garantiza que existe. La pregunta natural
serı́a cómo conocer dicho entorno. Una vez obtenida la serie G(y) podemos hacer uso de los
criterios aprendidos en las materias básicas de cálculo para hallar su radio de convergencia.
En el Capı́tulo 6 daremos algunos ejemplos relacionados con este aspecto.
En esta sección daremos un método iterativo para hallar los coeficientes de la serie (FIL),
usando como herramienta fundamental el teorema del punto fijo de Banach. Para ello nece-
sitamos recordar una definición de Análisis Funcional.
Definición 5.7. Sea (X, d) un espacio métrico. Una aplicación T : X → X (no nece-
sariamente lineal) es llamada contracción si existe un escalar λ > 0 tal que
Teorema 5.8 (Punto fijo de Banach). Sea (X, d) un espacio métrico completo y T :
X → X una λ-contracción, con 0 ≤ λ < 1. Entonces, T tiene un único punto fijo. Más
aún, para cualquier x0 ∈ X, la sucesión {xn }n∈N , definida recursivamente por xn+1 = T (xn ),
converge al punto fijo de T .
Puede hallar una demostración de este teorema en [9]. El espacio vectorial sobre el
que trabajaremos será X = C[z], definido en el Capı́tulo 3. Debemos establecer ahora una
métrica apropiada sobre este espacio para aplicar el Teorema 5.8.
Tenemos que ord(F + G) ≥ min{ord F, ord G}, para cualesquiera series de potencia F (z)
y G(z), entonces
ord(f − h) ≥ min{ord f − g, ord g − h} = m.
Con esta métrica, (C[z], d) es un espacio completo. Este resultado es básicamente conse-
cuencia de la siguiente proposición:
Consideremos el espacio zC[z] de todas las series con término independiente nulo, y la
aplicación T : zC[z] → zC[z] definida por:
T (y) = zM (y),
T1 (G) = M0 z.
T2 (G) = M0 z + M0 M1 z 2 .
En general, si queremos obtener los coeficientes de G(z) hasta el grado m, basta conocer
su polinomio de Taylor de orden m que obtenemos a partir del algoritmo:
T (0) = z,
T (T (0)) = z(z + 1) = z 2 + z,
T (T (T (0))) = z(z 2 + z + 1) = z 3 + z 2 + z,
T (T (T (T (0)))) = z(z 3 + z 2 + z + 1) = z 4 + z 3 + z 2 + z,
T (T (T (T (T (0))))) = z(z 4 + z 3 + z 2 + z + 1) = z 5 + z 4 + z 3 + z 2 + z.
T5 (G) = z 5 + z 4 + z 3 + z 2 + z.
3. ARREGLOS DE RIORDAN. 64
3. Arreglos de Riordan.
Definición 5.11. Sean d(t) y h(t) dos series formales en C[t]. Un arreglo de Riordan es
una matriz (dn,k )n,k∈N , cuyas entradas están definidas por:
Frecuentemente usaremos la notación (d(t), h(t)), pero cada arreglo matricial (dn,k )n,k∈N
también podemos identificarlos con la función generatriz bivariada
d(t)
d(t, w) = , (5.4)
1 − wth(t)
Proposición 5.12. El producto usual fila por columna de dos arreglos de Riordan es un
arreglo de Riordan.
Demostración. Sean (d(t), h(t)) = (dn,k )n,k∈N y (f (t), b(t)) = (fn,k )n,k∈N dos arreglos
de Riordan. La entrada n, k del producto de ambos arreglos es:
∞
X
dn,j fj,k .
j=0
Note que estas entradas están bien definidas pues se tratan de sumas finitas. De la
Definición 5.11 obtenemos que:
∞
X ∞
X
dn,j fj,k = [tn ]d(t)(th(t))j [y j ]f (y)(yb(y))k
j=0 j=0
∞
X
n
= [t ]d(t) ([y j ]f (y)(yb(y))k )(th(t))j
j=0
Es decir, la matriz producto tiene representación (d(t)f (th(t)), h(t)b(th(t))), lo que con-
cluye la demostración.
entonces, para hallar la inversa de un arreglo de Riordan propio (d(t), h(t)) debemos resolver:
(d(t), h(t)) ∗ (f (t), b(t)) = (d(t)f (th(t)), h(t)b(th(t))) = (1, 1). (5.6)
cuando t = yh−1 (t). Note que hallar a t en función de y es lo mismo que resolver el pro-
blema (P2), por lo que hemos obtenido la primera relación fundamental entre los arreglos de
Riordan y la Fórmula de Inversión de Lagrange. Además, recordando la teorı́a del Capı́tulo
3, aseguramos la unicidad de esta inversa. Usaremos la notación estándar:
f (y) = d−1 (t)|t = yh−1 (t) b(y) = h−1 (t)|t = yh−1 (t) .
y
Denotaremos a la inversa de un arreglo de Riordan propio (d(t), h(t)) = (dn,k )n,k∈N por
(d(t), h(t)) = (dn,k )n,k∈N . Para ser más precisos en cuanto al uso de la fórmula de inversión
en este tema, demostraremos el siguiente teorema:
Teorema 5.13. Sea (d(t), h(t)) cualquier arreglo de Riordan propio. Entonces las en-
tradas dn,k de la inversa (d(t), h(t)) vienen dadas por la fórmula:
yd0 (y)
1 n−k 1
dn,k = [y ] k − . (5.7)
n d(y) d(y)hn (y)
Estamos en condiciones de aplicar (FIG) a ésta última expresión, y ası́ obtenemos que:
k 1 n−1 ∂ 1
dn,k = [w ] [y ] h−n (y)
n ∂y d(y)(1 − wy)
∞ ∞
!
0
1 X d (y) X 1
= [wk ] [y n−1 ] wr+1 y r (r + 1) − wr y r n
n r=0
d(y) r=0 h (y)
yd0 (y)
1 n−k 1
= [y ] k − .
n d(y) d(y)hn (y)
3. ARREGLOS DE RIORDAN. 67
Ahora veremos que los arreglos de Riordan poseen toda la información del problema
(3.4), incluida aquella que obtenemos a partir de la ecuación (1.9) del Capı́tulo 1. Sea g(t)
una serie formal invertible; como ord g = 1 entonces (1, g(t)/t) es un arreglo de Riordan
propio. Por definición, las entradas de este arreglo son de la forma
Es decir, la columna k-ésima de este arreglo viene dada por los coeficientes de la potencia
g k (t). Si G(t) es la inversa de g(t), considerando el producto (5.5), es fácil verificar que la
inversa del arreglo (1, g(t)/t) es (1, G(t)/t). Por el Teorema 5.13, se tiene que las entradas
de este último arreglo son:
n
k y
dn,k = [y ]G (y) = [y n−k ]
n k
.
n g(y)
Por las propiedades de los funcionales de coeficientes usadas a lo largo del Capı́tulo
3, podemos verificar que la ecuación anterior es equivalente a (FIG) cuando F (y) = y k y
M (y) = y/g(y).
En particular, los arreglos de Riordan con series generatrices d(t) y h(t) de coeficientes
enteros, se usan para resolver una gran cantidad de problemas combinatorios. Como se dijo
al comienzo de esta sección, los arreglos de Riordan generalizan en cierto modo al triángulo
de Pascal. De hecho, por las propiedades del combinatorio generalizado:
k
n n 1 t
= [t ] ,
k 1−t 1−t
Una propiedad sumamente relevante de los arreglos de Riordan que suele usarse para
trabajar en el ámbito combinatorio es el siguiente:
Proposición 5.14. Si (d(t), h(t)) es un arreglo de Riordan y f (t) es una serie formal
con coeficientes (fk )k∈N , entonces
n
X
dn,k fk = [tn ]d(t)f (th(t)). (5.8)
k=0
3. ARREGLOS DE RIORDAN. 68
En términos de matrices, los coeficientes (gn )n∈N de la serie generatriz d(t)f (th(t)) vienen
dados por el producto:
d0,0 0 0 0 ··· f0 g0
d
1,0 d1,1 0 0 ···
f1
g1
··· =
d2,0 d2,1 d2,2 0 f2 g2
d3,0 d3,1 d3,2 d3,3
···
f3
g3
.. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . .
Cuando el arreglo de Riordan (d(t), h(t)) es propio, podemos invertir la relación anterior,
es decir, podemos encontrar una expresión similar para los coeficientes fn dependiendo de
los coeficientes gn :
n
X
fn = dn,k gk .
k=0
1
Res F 0 (t)g −n (t) = Res F (t)g 0 (t)g −n−1 (t). (5.9)
n
Teorema 5.15 (Construcción de pares de inversas). Sea f (t) una serie de potencia de
orden 0, y a(t), b(t) dos series de orden 1. Entonces,
Demostración. Usando las propiedades de orden podemos verificar que en efecto los
arreglos (αn,k )n,k∈N y (βn,k )n,k∈N son invertibles. Verifiquemos que (αn,k )n,k∈N = (βn,k )n,k∈N .
Dado que ord g = 1 y ord h = 1 podemos aplicar el Teorema 3.18 y por lo tanto, la fórmula
(5.9) nos dice que:
∞
X
f (t)ak (t) = αn,k bn (t),
n=0
k
cuando tomamos F (t) = f (t)a (t) y g(t) = b(t), y
∞
X
f −1 (t)bk (t) = βn,k an (t),
n=0
cuando tomamos F (t) = f −1 (t)bk (t) y g(t) = a(t). En la primera de estas ecuaciones
multipliquemos por βk,m y sumando sobre k ∈ N obtenemos:
∞
X
f (t) βk,m ak (t) = f (t)f −1 (t)bm (t) = bm (t).
k=0
Aplicaciones
Aplicación 6.1 (Una inversa simple). Consideremos la función compleja g(z) = ze−az ,
con a ∈ C. Es fácil verificar que esta función satisface las hipótesis del desarrollo analı́tico
del Capı́tulo 5, por lo que podemos hallar su inversa G(y) en un entorno de 0. Además,
G(y) = yM (G(y)), donde M (z) = eaz . Por la ecuación (FIG), tomando F (z) = z, obtenemos
que para n > 0,
1 n−1 n 1 (an)n−1
[z n ]G(z) = [z ]M (z) = [z n−1 ]eanz = .
n n n!
Es decir,
∞
X (an)n−1
G(y) = yn,
n=1
n!
y usando las herramientas vistas en las materias de cálculo, tenemos que el entorno de 0
para el cual esto se satisface es el abierto |y| < 1/|a|e, si a 6= 0.
70
6. APLICACIONES 71
Aplicación 6.2 (Raı́z de un polinomio). Una de las tareas más difı́ciles y usuales a las
que se enfrenta un estudiante de matemática es hallar las raı́ces de un polinomio, y a veces,
hallar tan sólo una raı́z resulta imposible con los pocos métodos que se conocen. En reducidos
casos podemos utilizar procedimientos o algoritmos sencillos para resolver este problema,
como el método de Ruffini o las soluciones algebraicas que se conocen para polinomios de
grado 2,3 y 4. Pero casi siempre estos métodos se tornan engorrosos e ineficientes. Sólo para
polinomios de grado 2 conocemos una fórmula que en todo momento es accesible, y esta
es conocida como la resolvente: si tenemos una ecuación cuadrática ax2 + bx + c = 0 con
coeficientes reales, sus raı́ces vienen dadas por
√
−b ± b2 − 4ac
x= .
2a
Para polinomios de grado 3 se utiliza la Fórmula de Cardano: si tenemos una ecuación
cúbica x3 + px2 + qx + r = 0 con coeficientes reales, realicemos el cambio x = y − p3 , para
obtener la forma normal
y 3 + ay + b = 0,
donde
1
a = (3q − p2 ),
3
1
b = (2p3 − 9pq + 27r).
27
Gerolamo Cardano publicó una de las tres soluciones de la forma normal en 1545:
s r s r
3 b b 2 a 3 3 b b 2 a3
y0 = − + + + − − + .
2 4 27 2 4 27
Dado que en aquella época, la teorı́a de números complejos aún no se desarrollaba,
Cardano solamente consideró el caso
b 2 a3
+ ≥ 0.
4 27
Sin embargo, no importa qué peculiaridad se considere sobre los coeficientes de alguna
ecuación cúbica, la fórmula de Cardano no deja de ser complicada. Las ecuaciones de grado 4
se pueden resolver con un método similar al propuesto por Cardano pero la solución no será
más atractiva como podrá ver en [15]. Para polinomios de mayor grado, Niels Abel publicó
en 1824 una demostración donde se asegura que no se puede hallar una solución de las raı́ces
6. APLICACIONES 72
de ningún polinomio de grado mayor o igual que 5 mediante una expresión cerrada. Para
este tipo de problemas se utilizan otros recursos, en su mayorı́a procesos iterativos, como el
Método de Newton. Nosotros usaremos la ecuación (FIG) para hallar una solución de ciertos
polinomios: consideremos la ecuación
xm+1 + ax − c = 0,
o lo que es igual
c = x(xm + a),
G(y) = yM (G(y)),
donde M (x) = (xm + a)−1 . Como g(x) satisface las hipótesis de la demostración analı́tica
del Capı́tulo 5, tenemos que [y 0 ]G(y) = 0 y para n ≥ 0:
1 n−1 n 1 1
[y n ]G(y) = [y ]M (y) = [y n−1 ] m .
n n (y + a)n
Para poder escribir M n (y) como una expansión binomial debemos dar la condición extra
|y|m < |a|. De esta manera obtenemos que
∞ m r
n 1 n−1 X r + n − 1 −y
[y ]G(y) = n [y ] .
a n r=0
r a
No es nuestro propósito establecer criterios de convergencia más allá del que se propuso
para el término c, pero para valores c < 1 y a > 1 se deben obtener muy buenos resultados.
6. APLICACIONES 73
Por ejemplo, para el caso (a, c, m) = (2, 21 , 2), y considerando solamente los primeros 10
términos de la serie (6.1) nos queda x ≈ 0.2428397323, la cual podrá ver que resulta ser una
muy buena aproximación si gusta verificarlo. El hecho de tomar m como un número par en
nada afecta los cálculos realizados, podemos obtener lo mismo si lo consideramos impar. La
razón de tomarlo de esa manera es simplemente para garantizar que el valor c que escojamos
siempre será imagen de la función g(x).
Multipliquemos a ambos lados de la ecuación anterior por eyz , y ası́, por el producto de
Cauchy definido en el Capı́tulo 3 obtenemos que:
∞ ∞ n
!
X x(x + am)m−1 y−amz m X X x(x + ak)k−1 (y − ak)n−k
e(x+y)z = e z = zn.
m=0
m! n=0 k=0
k! (n − k)!
la cual es la bien conocida identidad de Abel, y que fue demostrada originalmente en 1826 por
Niels Hendrik Abel. En [17] podrá encontrar una gran variedad de problemas combinatorios
relacionados con esta ecuación.
Aplicación 6.4 (Serie formal del Logaritmo). En el Capı́tulo 4 dimos la serie generatriz
exponencial de la especie de permutaciones cı́clicas C:
1
C(z) = log .
1−z
∞
X (−1)n+1
1 2 1 3 1 4
log f (z) = log(1 + h(z)) = h(z) − h (z) + h (z) − h (z) + · · · = hn (z),
2 3 4 n=1
n
donde h(z) es una serie formal tal que [z 0 ]h(z) = 0 y f (z) = 1 + h(z). Las propiedades
básicas del logaritmo se satisfacen, incluyendo la conocida relación con la derivada:
El logaritmo se comporta muy bien cuando componemos de cierta manera con la solución
del problema (P2). Supongamos que g(z) es una serie invertible tal que [z 1 ]g(z) = 1. En-
tonces, por la definición de logaritmo podemos definir la serie
z
F (z) = log .
g(z)
Sea G(z) = g(z), veremos que los coeficientes de la serie F (G(z)) los podemos hallar
fácilmente mediante la fórmula de inversión. Note que esta composición está bien definida
ya que por la Proposición 3.9 tenemos que [z 1 ]G(z) = 1. Sea la serie M (z) de orden 0 tal
que G(z) = zM (G(z)), por las ecuaciones (FIG) los coeficientes de la serie F (G(z)) son:
c0 = [z 0 ]F (z) = 0,
6. APLICACIONES 75
y para n ≥ 1
n G(z)
ncn = n[z ] log
z
n−1 n z
= [z ]M (z)D log
g(z)
1 g 0 (z)
n−1 n
= [z ]M (z) − .
z g(z)
Haremos una rápida verificación de este resultado. En la sección 2 del Capı́tulo 5, ob-
tuvimos a partir de un método iterativo que la solución del problema G(z) = zM (G(z))
cuando M (z) = 1 + z es la serie G(z) = z(1 − z)−1 . Entonces, para n ≥ 1, tenemos que
n 1 1 1 (n − 1)!
[z ] log = [z n ](1 + z)n = = ,
1−z n n n!
siendo justamente (n − 1)! los cardinales de la especie C, por lo que su serie generatriz
exponencial en efecto es la mostrada.
Veremos nuevamente a la serie formal del logaritmo en las próximas aplicaciones. No
serán completamente necesarias las ecuaciones obtenidas de los términos cn por lo simple
que resultará trabajar con las series escogidas, pero los ejemplos siguientes podrı́an verificarse
nuevamente con esta aplicación.
de donde sn = [z n−1 ](F 0 ·M n )(z). Como ord M = 0, entonces podemos definir una serie G(z)
tal que G(z) = zM (G(z)). Podemos verificar fácilmente que en este caso G(z) satisface
1
(G(z) − 1)2 − 1 ,
z=−
2
√
la cual tiene como solución G(z) = 1 − 1 − 2z. Además, F (z) = − log(1 − z). Por las
ecuaciones (FIG) del Teorema 3.11 tenemos que:
Aplicación 6.6 (Otra expresión sencilla). Para este ejemplo consideremos las series
formales de F (z) = log(1 + z) y M (z) = (1 + z)2 (2 + z)−1 . Dado que ord M = 0 podemos
hallar una serie G(z) tal que G(z) = zM (G(z)), y podemos verificar fácilmente que
G(z) = (1 − z)−1/2 − 1.
n 1
n[z n ]F (G(z)) = − [z n ] log(1 − z) = ,
2 2
AR ' X · R(AR ).
Para la especie uniforme R = U , obtenemos una relación para los árboles con raı́z,
correspondiente al Ejemplo 4.7. Para n ≥ 1, los cardinales An se calculan de la siguiente
manera:
n
An = Un−1 = (n − 1)![z n−1 ]U n (z).
Este resultado nos permite obtener los cardinales an . La aplicación apuntamiento nos
dice que a• ' A. De esta relación, para n ≥ 1 se cumple
Aplicación 6.8 (Números de Catalán). Para hallar los números de Catalán podemos
escoger de entre una gran variedad de problemas combinatorios, aparentemente distintos,
donde esta sucesión de números aparece. Nosotros escogemos el problema de contar caminos
6. APLICACIONES 78
crecientes por debajo de la diagonal principal. Aquı́, dado n ∈ N, un camino de (0, 0) (punto
de partida) a (n, n) (punto de llegada) se compone de “pasos” de tamaño 1 hacia la derecha
y hacia arriba. Por ejemplo, sobre [5], el siguiente gráfico representa un camino creciente:
Llamaremos diagonal principal al segmento que una a (0, 0) y (n, n), y denotamos por
cn la cantidad de caminos crecientes que no pasan la diagonal. Por convención, c0 = 1. Es
fácil ver que c1 = 1 y c2 = 2. Para n = 3, tenemos que todos los caminos crecientes de (0, 0)
a (3, 3) que no pasan la diagonal principal son:
a b c d e
Es decir, c3 = 5. Es bien sabido que los pocos términos que siguen son: 14, 42, 132,
429,... Hallaremos una relación de recurrencia para estos números. Consideremos los caminos
obtenidos para n = 3. Note que podemos hallar todos los caminos necesarios mediante alguno
de los siguientes casos:
Es decir, hallar un camino para n = 3 es lo mismo que hallar un camino que no pase la
diagonal para los cuadrados más pequeños de la figura anterior y completar con lo de afuera
de la única manera posible, o en otras palabras, podemos obtener los caminos a y b con la
figura (1), los caminos c y d con la figura (2) y, por último, obtener el camino e con la figura
(3). Note además que estos tres casos son disjuntos y generan todos los caminos deseados
para n = 3 y por el Principio de Multiplicación (vea [2]) tenemos que cada uno de estos
casos vienen identificados por los términos c0 c2 , c2 c0 y c1 c1 , respectivamente. Ahora, por el
Principio de Adición:
c3 = c2 c0 + c1 c1 + c0 c2 .
6. APLICACIONES 79
De manera muy similar, podemos ver que para n = 4 los casos a estudiar vienen dados
por:
Consideremos la serie C(z) cuyos coeficientes vienen dados por la sucesión de términos
cn . Por la recurrencia (6.3) y recordando la definición de producto de series, tenemos que
para n ≥ 1:
n−1
X
[z n ]C(z) = cn = ck cn−1−k = [z n−1 ](C · C)(z) = [z n ]zC 2 (z).
k=0
G(z) = zM (G(z)),
donde M (z) = (z + 1)2 . Por el Teorema 3.11, considerando la serie F (z) = z, tenemos que
n 1 n−1 n 1 n−1 2n 1 2n
[z ]G(z) = [z ]M (z) = [z ](z + 1) = .
n n n n−1
Es decir, la solución del problema de los caminos por debajo de la diagonal es:
∞ ∞
X
n
X 1 2n
C(z) = 1 + cn z = 1 + zn.
n=1 n=1
n n − 1
6. APLICACIONES 80
Estos cardinales cn , son mejor conocidos como los números de Catalán. Esta aplicación
resulta interesante porque el resultado obtenido a partir de la fórmula de inversión genera
una mayor cantidad de información que la solución mediante la ecuación cuadrática.
Aplicación 6.9 (Árboles con orden). Los números de Catalán aparecen nuevamente en
el conteo de árboles con orden. Recordando la Definición 4.26 introducimos estas estructuras
como los árboles con raı́z donde cada fibra posee una estructura de orden lineal, y usamos la
notación establecida para estas especies: AL . La Figura 6.1 ilustra este tipo de estructuras.
4 11
1
5
7 10 6
8
3 2
Estamos interesados en el conteo de estas estructuras para cada conjunto [n], con n ≥ 1.
Llamando A(z) la serie generatriz de la especie AL , tenemos nuevamente que para resolver
este problema combinatorio basta examinar la ecuación implı́cita:
z
A(z) = zL(A(z)) = .
1 − A(z)
(2(n − 1))!
An = = n!cn−1 ,
(n − 1)!
y por lo tanto, el Teorema 5.15 nos dice que podemos construir la inversa de este arreglo y
sus entradas βn,k son de la forma:
De esta manera,
z −n+k−1
βn,k = Res
(1 + z)p+k+1
∞
r r+p+k
X
= Res (−1) z r−n+k−1
r=0
r
n−k n + p
= (−1)
n−k
n−k n + p
= (−1) .
k+p
Cuando tomamos el caso particular p = 0 obtenemos la conocida propiedad:
n
m−k n m
X
(−1) = δnm ,
m=0
m k
que es probablemente una de las relaciones de inversa más famosas.
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