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A6-5 Ps, Social Seidmann Teoria de la comunicacion humana Interacciones, patologias y paradojas Paul Watzlawick Janet Helmick Beavin Don D. JacksonTeUos spui soxioz op oxoumu Jo so s0deut OWEN onmmusip BA oWWaUINE | sofaaoo so] onb osiapuays apand ysy 1 “wioueu uno ap ‘anb ouauiuay un ered euojE;sHes ui axe wun suojprodoad sotoadso sop sel augue uoroojas ¥s0 “yeingea offpuane ono wsasn ou 1s20 soisy anb < ‘safeayes solo 09 ap ayuoureaisnyoxa I Wwoumye 95 sozi0z soy anb wsuaid 28 opuen ‘oBrequia us 180 Says) onbydxe anb —atoadsa ‘eno eunguyu ap O— o10z Jap wzaeMeu wy ua eq wpe sond ‘sojgysuaiduoo wepi9s ou So[pIP s0%se ‘foLICZ soj = Ugiousye ns rey] oF0I9Iq [P IS ZeA BAO seWEUNE = ezuORUIOO ‘OUIDID sod “4 uoponre wy Hseq jseo adnujuusyp ‘ourpeyUT ound uM auvofe soge OABND ap O/H un uy “UpmKUASTP < oJIUME Ts 8 oyrens ue pepyoiporied afqejou sun aquxe ypsuED [ap syOU [e epenys waxy eof ua ueyqey anb souoz op o1ouM [g 'SmURSIP souoroUNAS soyuaINSys sey sowrszopIsaoD Ur (anapiiao 2p souspossp 7 :siSueds pleas) “smsjeeuoouy ep sepoprpunt cud #0] wo msandusy ome opossep vous up}o0dyO rows oun 224915 opuaquneuad [0 opsedsas woo cass -aiSoxd ugoedjounum 9] op auoiny 9 ‘omy of od ‘re rpwiepace cwwepuycoucn jap ory 27 “opond Pus aps wp Apu 290 opoo pysodo sou popyes ue qurrsy 990 19 s0p0p sos0d 20] 2p oun OpvD ‘anise “tis spisuapsosuen oansD FOOIPID 40] D seyMUD 2p sucop 2 onbuno “oseg ‘00p) spdosd. spony 4nd te 920d ouesaseu afoso> j@ towospunas amb 2p #1 todayy yoni sunosuoss geal "D> ANITA 1 9 oxedess 09 vaeanu 2] 9p jo owOd rooysIRD srsoxeons 8 upjyune A ojousionos Dewy “Oyama 2A omy nuiz9 “040 9 opus ond vanqno oun Bp oqd asia un vyaeaid ou Duos % ‘oquowoW! 79 OHOH eUeIejeI sp Core Tlos conejos muertos por aquéllos, de modo que, eventualmen- te, el alimento se hace muy escaso para los zorros. Su miimero disminuye, dando asi a los conejos sobrevivientes una opor- tunidad para multiplicarse en ausencia virtual de sus enemi- 1g0s, los zorros, La renovada abundancia de conejos favorece Ja supervivencia y el aumento del nimero de zorros, etosters. Un hombre se desmaya y es trasladado al hospital. El médico que lo examina observa pérdida de conciencia, presién_arte- ral sumamente baja y, en general, un cuadro clinico de al- coholismo agudo, o de una intoxicacién por drogas. Sin em- que aq geniero de minas y acaba de volver, luego de t dos afios en una mina de cobre ubicada a una alt ‘tro mil quinientos metros en los Ani dente que el estado del paciente no constituye una ei dad en el sentido habitual de deficiencia orgénica o sino un problema de adaptacién de un organi mente sano a un medio dr inte mod En el parque de una casa de campo, a la vista de los tran- seintes que pasan por la vereda, un hombre barbudo se arras ‘ra, agazapado siguiendo recorridos que semejan un ocho, ob- servando constantemente por sobre su hombro y graznando sin cesar. Asi describe el et6logo Konrad Lorenz la conducta que debié adoptar durante uno de sus expetimentos de Im- printing con patitos, luego de haber reemplazado a la madre de aquéllos. “Yo me felicitaba”, escribe este autor, “por la obediencia y-exactitud con que mis patitos me seguian, cuan- do de pronto levanté Ia vista y vi sobre la cerca del parque ristas me contemplaba horrarizado de resultaban invisibles debido a las altas istas veian era una conducta totalmente 96, p. 43) Estos ejemplos aparentemente dispares tienen un denominador comin un fendmeno permanece inexplicable en tanto el mar- gen de observacién no es suficientemente amplio como para incluir el contexto en el que dicho feném Tuger. La imposibilidad de comprender las complejidades de las rela- 22 ciones que existen entre un hecho y el contexto en.que aquél tiene luger, entre un organismo y su medio, o enfrenta al ob- servador con algo “misterioso” 0 lo leva a atribuir a su objeto de estudio ciertas propiedades que quizts el objeto no posea. En comparacién con la ampla aceptacién que este he- cho tiene en biologia, las ciencias de la conducta parecen ba- sarse todavia en una visién monddica del individuo y del mné- todo, consagrado por el tiempo, que consiste en aislar varia~ bles. Ello resulta particularmente evidente cuando el objeto de estudio es la conducta perturbada. Sia una persona que exhibe una conducta alterada (psicopatolégica) se la estudia en aislamiento, entonces la investigacién debe ccuparse de le naturaleza de su estado y, en un sentido més amplio, de le naturaleza de la mente humana. Si los limites de la investi- gacién se ampliah con el propésito de incluir los ef esa conducta sobre los demés, las reacciones de estes tltimos frente 2 aquéllas y el contexto en que todo, ello tiene liga, entonces ef foco se desplaza desde In ménada artificialmente aislada hacia la relacién entre las partes de un sistema més amplio. El observador de la conducta humana, entonces, pase de un estudio deductivo de la mente al estudio de las mani- Festaciones observables de la relacién. El ochiculo de tales manifestaciones es le comunicacién. Quisiéramos sugerir que el estudio de Ja comunicacién huma- na puede subdividirse en las tres reas, sinthctica, seméntica y pragmatica, establecidas por Morris (106) y seguidas por Gar- nap (33, p. 9), para el estudio de la semiética (la teoris ge- neral de los signos y los lenguajes). Asi, aplicadas al merco dela comunicacién humana, la primera de estas tres éreas abarca los problemas relativos a éransmitir informacién y. por ende, constituye el campo fundamental del teérieo de la in- formacién, cuyo interés se refiere a los problemas de codi- Hloacién, canales, capacidad, ruido, redundancia y otras pro- piedades estadisticas del lenguaje. Tales problemas son de {n- méntica. Si bien es posible transmitir series de sim! correccién sintéotica, carecerian de sentido a menos qu emisor y el receptor se hubieran puesto de acuerdo de-ant obstante, interdependientes. Como, sefiala. George (55, “en muchos sentidos es vilido afirmar aue Ja sintéct gica matemétiéa, que la seméntica es Filosofia o filosofiuppones A upun} 29 pe0N or “vavuiny, upoeopunuiod ¥f ep sousuigUas sor AquOSep amd [FH ofendiuaf_un se00u0 weozered sopeyqnsex soso opens 4 osc
) “Frosted af 9p ToUOyDRDTSOD Fel 9p FEHSNUL WOO FINE prot ‘ugaoqususposzes A -ugooudoful “e°T suppedeosedon vopep fep » & owigo Jpp. esmeredinoy vj onuD: waRE[er sIouOP BF UPIqUIE vx -eqop 95 zaa'ns v-onb. emyurodiiay op upjoesuss wun ‘syzinb ‘oages {fp uppoeuoyur vunuTU reasNGo epspod 9s OG [ApEIH eiojpouptusad soqpuy [= 1s sand ‘opey ano oun wey FraAoKr 50 oyuopiurAour jo onb ejonoss vf ue uspuosde sogfe so] soo, 9g osino ue ugiosjax ap zefnonred emo; wun ee xo sorpryse soperfeiep op sau A ezuspo “upisroAon “OURUIFS [9p “equasesgo ‘ayuesa1d ‘sqwouemd upomordssyur eum ap wien of “oonf jop ecu -2UI Bj OUIOD UPPBMELUC wso 9wI0} 95 Of “(UTE “€ ‘s) “so1dppmd sousumd sus oprop eaoy jo stasusopepmo JeaRIES € senjon oprecooR FO “onAMEAA THIpEIIE 88 08 1g Yor BE SORE Opie ns F COE “TIDG OPED ne moO=0s, pero hay un aspecto de ellos ‘erra particul Povtancia para nuesto tems spe enciera particular is teoria psicoanalitica esté basada en un modelo concep! corde con la epistemologia prevalecionte en la ép0ce En formulacién. Postula que la conducta es, bisicamente, del campo psicoanalitico, y es is de i » ‘precisamente donde el anespto de intercambio de informacin, esto os de comuni- e se hace indispensable. Hay una diferencia bésica en- Sean modelo, Pefeodinimico (Psicoanalitioa) por un lado, y nismo y el medio, ie demon ra-una piedra, Ja eneraia se trans- flne del pe a la Piedra: esta iltina ronltard desplazada y or forma y el peso de l sobre la que rued: pertenecen a distintos érdenes de complejidad: el primero no 3. Desde luego, Jos lamados “eo-freudianos” ateibuyen gran importan- 30 cia a le isteraccién individuo-medio, puede ampliarse y convertirse en el segundo y éste no puede tampoco derivarse del primero: se encuentran en una rela: cién de discontinuidad conceptual. a saber, el hecho de que, es adecuada, asegura su adaptacién al cambio aml hacia la construccién de méqui es con control de errores y dirigida a objetivos. il una nueva epistemol ma provisoria, los principios son sorprendentemente simples ma breve. En tanto la ciencia se ocupé del estudio de relaci ‘unidireccionales y-progresivas, de tipo causa de fenémenos muy importantes permet inmenso territorio conquistado por el conocimient durante los tltimos cuatro siglos. Quiz4 sea una ir que esos fenémenos como denominador comin los conceptos relacionados ‘cimiento y cambio. Para incluir estos fenémenos en una vi- sén unificada del mundo, la ciencia ha tenido que recurs: desde la época de los antiguos griegos, a conceptos diverss- fnidos pero siempre nebulosos y dificiles de mane- ‘en la nocién de que existe un propésito en cl curso hhechos y que el resultado eventual determine "de alguna manera” los pasos que llevan a fendmenos estaban caracterizados por als listio” y, por ende, quedaban excluidos de hace aproximadamente 2.500 afios el escenario estaba ya pre- parado para una de las grandes controversas epistemolégicat Quo ha continuado hasta nuestros dias: Ja luche entre el de- terminismo y la teleologia. Para volver al estudio del hombre, fl psicoandlisis pertenece claramente a la escuela determi hisiamieotras que, por ejemplo, la pscologis, anal Jung parte en grado considerable del supuesto de una *jnmanente en el hombre.8 og o . a 3 mouopunpet *P°T Soumox9 ooo esiepunyue uspond —oyo ‘safeuorpeMLaNU om a 3 onl ‘ojduas Suuoureofsyq soulouaysog “owuezyueBiosop ‘eanysod wp & ofquoe uigfowondre edoud ns uoknjpisuoo sows seuuaysis so{ onb d ‘y9T) 125014 o[duiofe 10d ozry of ows ‘opLedins wyde Ja comunicacién humana, el principal tema de este cap! es el homeostato de Ashby (4, mencionaremos por lo menos brevere! ‘cuatro subsistemas autorreguladores conectados de modo tal que una pé ~ cualquiera de ellos afecta a los demés y, a su v notables de “conducta” en esta miquina. Aunque del homeostato es muy simple si se lo compara con el cere- bbro humano o incluso con otros artefactos hechos por el ho: bre, es capaz de 390.625 combinaciones de valores de p metro 0, para expresarlo en términos més antropom cuenta con ese nimero de actitudes adaptativas posibles f te 2 cualquier cambio en su medio interno o extemo. homeostato alcanza su estabilidad por medio de una bisque- da al azar de sus combinaciones, que continia hasta que se alcanza la configuracién interna apropiada. Se trata de algo idéntico a la conducta de tipo ensayo y error de muchos or- ganismos bajo tensién. En el caso del homeostato, el tiempo necesario para tal biisqueda puede variar de segundos a horas. Resulta fécil comprender que, para los organismos vivos, ia. Ashby lleva este pensamiento hhasta su extremo Iégico cuando afirma: ‘Si fuéramos como homeostatos, y esperiramos que un determinado cam po nos diera, de gol ‘mos indefinidamente. A continuacién demuestra que en los ogra cierta conservacién de Ja adaptac! Jas adaptaciones ant cuentran ot tiene que se hubiera La relacién entre todo cacién bumana r% naturales se significa que cuando se en- 24 cuatro subsistemas. Asi, el surgimiento de una configuracién dada no ejerce el menor efecto sobre el de la configuracién © secuencia de configuraciones siguientes. Se dice que una ca- dena de hechos cuyos elementos tienen en todo momento igual ii jcirse se comporta al azar. No permit equivale a decir que no transmite in- embargo, si se confiere a un sistema como el homeestato In capacidad para acumular adaptaciones previas para su uso futuro, la probabilidad inherente a las secuencias de configuraciones intemas sufre un cambio dréstico, en el sentido de que ciertos agrupamientos de configuraciones se vuelven tepetitivas y, por ende, més probables que otras. Cabe sefilar a esta altura que no es necesario atribuir sig- nifieado slguno a tales agrupamientos; istencis tuye su mejor explicacién. Une cadena da los. conceptos més bisicos en la teoria de la informaciéo y recibe el nombre de proceso estoodstico. estocistico se refiere a Ias leyes inherentes a la frecuencia de simbolos 0 hechos, sea Ia secuencia tan simple como ‘blancas y nogras de una structuras especificas de los el 3 algiin com ales y orqu ‘uso idiosincrisico de el Jaremos una vez més que estas configuraciones no tienen, ni necesitan tener, ningén significado explicativo o simbdl Desde luego, ello no excluye la posibilidad de que puedan estar correlacionados con otros sucesos como, por ejemplo, en el caso del electroencefalograma y algunas dolencias. ‘La redundancia ha sido ampliamente estudiada en dos de las tres Areas humanas de Ia comunicacién, Ja sintéctica y la seméntica; merece mencionarse al respecto la obra pionera de Shannon, Camap y Bar-Hillel. Una de las conclusiones que pueden extraerse de esos estudios es la de que cada uno de nosotros posee vastos conocimientos acerca de la legitimidad y Ja probabilidad .estadistica inherentes tanto a la sintictica como a la seméntica de las comiunicaciones humans, Desde el punto de vista psicolégico, ese conocimiento resulta parti- cularmente interesante por el hecho de hallarse casi porg5Ze pnaig, anb uprovsusyesuco 9p sopeB souistur soy qiyxs 2p “ond wgpoesoquy @ ejonpuoa ap sefBex serdosd sey “sopezouss soummiga ug “sqWapras soe 9s CIURSIP onbojus UR 9p PEpIS -s0au ¥f s2ounnue “ugjodsorad wnsena ep viony oye|dioo sod sgys0. uepond seysondsax seno soyreossoiur Avy ‘ze 2p soureq soypnur & ‘oyuorede s0jva ns 10d esreuioy uapond osdwos ou 32 sej onb ouqnosap 26 opm uo ‘0 ‘aqousjensiqey, uon8is souoremByuo9 arb ‘soy op sp -en & ‘se zeNBHOAe A uppoEI UT F[ we uedionIed souginb v seBowaquy ua o[gs we) wIOASISUOD Js [OHS aUIUEAHE[AX zs orpryse oisq ‘euBUNY upORIIUE B op oFpmsse je Ered epIiyA ‘muses upiqure, onb worfoomastds wurryu wun ‘uo;oBoryTU Bis Seq souojoemnfyuoo: Key opueNg “voyHUeID up!oesnseaut ‘poy op aseq Bf axtyRsuoD souoeMByuC ep ependsiq ey ‘ough, 9199 op Syaeyodu wu uN yMIASUOD wuIa|qoud aISy “upjovoqunwoa 9 ap vos800 sousoo}unWOD ep saoedvouT OVe[U -i00 10d seo souios ‘oBrequis ws ‘{ ayme|su00 UpFOROFTIAUIOD ts sourmsy “opaqes wis sowooouco se] enb ap uprsesdum wf oun ‘98 syui zon wUp, gBIOHT ouoHX as anb Te upysuasdui0) op ody Jp tied sear soy ‘soouoyus ‘aos sorgno? “oye ‘conuyutes y| “conoyims ep soppurELT ey Op suffer Sel uo wseq a8 wHS\n BUI wpisuiaadimos ef 18 ‘oma “(26g “d ‘o9) 010 [v iepuasduioo wy secon ‘epuarduioo. op 00 anb ext “Ypusidusoo of ono enb wjsooou axquiog, [o ‘oustUE Js ¥ es1Opuoidinoo wiv, ‘queue: -BfO opeqsowop vy Of BIOFT "UDIOROYUNUIOD LT ep spuadep vIo -waqouoooyne. ensontE OsNIpUF ‘g[BYNS os vA OWIOD ‘onUAUOD 2p ‘ooye son ugioefUNMOD wy “epEqinyd UoEIMMUNOS FI Us mjorA os A zvOyS uprovorUMuIOD BUD uoNBIS 9s anb sear sujenbe sowpgpied sousu opuop vary eso ue oyuourestoord 59 ‘ofzequia IS “X “upFoeomunuIOD ey] US scOHUYUIES © soINOE ats oyuouieieKt soi0u9 so] anb epenoapeur spur oysnu oW0o cerporauy op wuoysasdiuy Sou upHornser ep Bipes ap o zeze [e ojustureyodines ap odq ono unSfe wxsenut onb 0 orxaqu09 ap tions 989. anb wyMpu0D e :seIOUANIBUOOMT sel v selqisueS aquoutreqnopued somos Bary wyS9 us ‘oypey act “eIONpUGD A 119 “opard 4 :voypout ‘renyeia wayunied sou anb soyortz120u0> 9p opeasfe oquout un too soureyu00 jnbe upiquiey, ‘vonuyuOS & wor, opjuls. vUepunpor Pe IepUHS awoMNs}DUIsD so FoRyUIBEAd eouepunpas e[-onb sepuasduios opyiseuop wynsex oN 1p arqos tadnigar “z94 fs e ‘A meBny away upowaIM wysIP and us o1xa]U0D [ap BO oniguy ef waxgns soquie onb X ‘y ap ayuaindis uorpoe ef argos “apes sp cnaonum [e oc “dso fr oney smpedaod o spanpren of sodef 2p uo} ofeapecfume seoopuco am ame ‘soyBpiouauiouy sopeprm sa] aed Srumpeuoounas ore wan, seuudae eosedep rem 2m a We -ypurpuco rosé smumy souspod vou onb oj op Sie & Yauesres santa oldjoapid ue se ouyn ois “su2;osuoous Syueureujaued $9 Onb of ‘eknyuy eoeq g enb of opo; anb weno we syususfensy 10103 tus “g euosied ¥ aigos y wuosied eI ap soyseze so] © poy oq -08 asreyun uaoared seyuaystx9 sogpmyss so] ap wproAvur vj an’ ‘van “euwuing wprovonuMuIoD Bf ap woRpUIE © wrouepunpar ap seuraiqoud so} w Bio 2p vos090 offs oquoureyos{dxo sepuosde onb wypuar upique ‘niuat ns grpuside au uoo oonjdure opoypur ouisjus ux eB¥y of anb onjes— sworpr ono exarpuaide onp 1g “BIqBY Bf Opaen onF}s ond sujses sey ap varsoe ‘0159 ‘SHE IUTS A oI i818 Op soquoTUNDOUGE ‘oBIeqUIO UIs junjooucs ap sojupST Ant ‘9p v21900 O88 1aqus A euIOIpY UN 1290K09 9 onb sous sasexy sms opueujuno; opnur “eu un v sevadsexo A wifey onb wigeyed wun seBosse ‘wqusid -uH 9p 1019 un mBan09 £ SOP wos wwOIpy org “os98y i910 souapa oid sey s20aiqeyse apend oidooxe ‘ompen, , "eusuiny, up paeq ut ua opedxo un ‘spzmb ad ef ep wiony oyejduicopostulé para los lapeus Hinguae y los actos fallid den estar claramente dentro del campo de la. conci Bateson ha refinado esta cia y planteado el problema conceptual actual: términos de nuestro marco <.+ & medida que ascendemos en la escala de érdenes de aprendizsje, ogames regiones de configuracién més y mis abstractas, gue estin cada vez menos sometidas a la inspeccién consciente. Cuanto més abs- tractas, cuando mis generales y formales son las premisas a partir de las cuales organizamos nvestras configuraciones, mis, profuedamente te Jes neurolégicos 0 psicolbgicos y menos acce- sibles resultan al control consciente [El habito de la dependencia es mucho menos pasible de percepcién pars i cho de haber recibido ayuda en una ocasién de- Iuogo de haber pedido ayuda, suele morder la mano que Jo alimenta, puede resultarle excesivamente dificil. (16). Afortunadamente, nuestra comprensién de tinto para un observador externo. Este se parece a alguien no comprende ni las reglas ni el objetivo del ajedrez y obser- va el desarrollo de una partida. Supongamos que la no-cons- ciencia de los “jugadores” en la vida real esté representada en este modelo conceptual por el supuesto simplificado de que el observador no habla ni comprende el lenguaje de los jugadores y es, por lo tanto, incapaz de pedir explicaciones. 1} observador que la conducta grados de repeticién, de re- dundancia, a partir de lo cual puede sacar conclusiones pro- visorias. Por ejemplo, notard que, casi invariablemente, a cada movimiento de un jugador Je sigue un movimiento del otro. Asi, 2 partir de esta conducta resultaré facil deducir que los i siguen una regia de alternacién en Jor movimien- ja una reglas que gobiernan los movimiento: ‘no pueden deducirse con tan fen parte a la complefidad de los movimientos y, en parte, a (38 las frecuencias sumamente una de las piezas. Por ejemplo, es mis facil dedt subyacentes a los movimientos de los alfiles que enroque implica dos mi el mismo jugador, por cia mucho mayor de la alternacién de movi en le teoria que construye el observador sobre cia menor del enroque, y aunque la aparente contradiceién (én, aquél no debe necesariamente aban- xrmuladas hasta ese momento. De lo dicho ir un significado a cada una del juego. De hecho, juego en si mismo, misma relacién con» “o|nojya un ap swuiar09 so] & seworse so] op tzop¥inyeu +) op udjopied anb osod “jeusio} vureysis un cwo> se\uesosd sowopod. ou ‘ojmowous jo sod ‘onb sopeyynses soviojo ¥ sou: auvfioi| ‘sesuwaid seyso soquosoud. opuayuey ‘soqteoyunUIOD syU p axjua uofoeojunuioo 9p seuape> sOureURUTEXD Js ‘seouNIag 2 nqgne oparuud p soustueoau! ueuoRuo. anb X sopelsyoid A sojoposnd 9 20 SUUIRISIE So, US WeNUaNOUD 9 sjKou ou ep oyoey 1g “ssitiaBero apond on oere $8] UPIpUR soMOTDUINBTUOD s97e) “ ‘ua apansip ¥% ssovaones op wouxyodusy wy sod ‘£ fugpuny. op oopyumayeut 0yda0 suojoemniuoo 6 EPH aIqe misuupuay sot op up folnoyyo un sa seopyuiyeUt sel ap jeuLIOy eGo (ap oped Jo. wzopemyeu wy ep osorepod ojepour un ~yusyeuejauL wuWOUSP as ofenBud] oIse “(fg) WOqITH PLAC rouodosd wuisjux uPoU. e{ anb us oper ByeIpoUUT PEprT ® opusmijs “eye & ezyor os onb ours ‘seonyuroyeut se] op ns “uofuydo Bnsons we Zo}ou9L OMAN [e Oya Op S900} ound wuso} ou onb aferiuoy un uezqpan ‘—eweys}s owoo 21) o(nojyo aso ap ooyjoadse oj Js “eueuy ugo¥>quRuIOD ef -gunpie e| 9p vouanufiucs vj uouonseno opteno ‘ojduiefo 204 ap ofmoIyo uN 9p USO vl ap PEPHBR. vf ‘seoudwe ‘so Ty? ‘opoons owsoo— orprysa ns op oyelgo fe oussyur Oyaou ‘souopesapfsuoo Sexson 9p osIND [9 Ue ZA 9p vaoey ‘se;ndwoo wied oyoumnsuS uM ow seORY eno A sun pains wurarqord aise up}oeoyUNuOSToU wf ered se2y[pN ap WEN we ‘soopyUIAyeUE sof OpuENg “o[nd}yo 2350 9p atuoo e| ered Oya} o[RoFYaA oMoo yemyen ofend 921990 osinosIp [ep S9PBYNOHIP Se] 9P seUNE SoyDOPIAD oy oq ueg 96 UpIquIB) o1od ‘ecrEuIN EoxSVORUMUIOD Bf UD 9IqIq9> “uo s9 [SuUO} uppeymaseidox [ey anb optoBns sowoy vx °,01 ‘sof “uanauoo upjaeyeidioyay wun Usps sopeyynsas sOK sop uacsod soopywoyeur so] onb senor :eroumud ey woo up -2ue8 4 supjoouoo wos uprowmiquios ap soda, seno ‘sojoquys -muojoejox oquoureqpensa yuo peifnaysp epunes wy -oydsou0 2p oajdw Jp uo wseq os anb opaipur un, $9 “(F “4 ‘Te) e100 [ep PepitAN ze ednjoxe ou peymoyrp wise ‘squvjepe syur sour tunfos ‘ojnoigo up, “Sonoqpo ep conyuieteur oydsouco Jo. woo “elensowap owoD “Oftoyyo WN ep [UNOS mUMISTS Te oqumd ysojous eaRseBns ean uejeaor ‘zozpe(v ap epRued, wnpucy -uioo wpet opzauiour Jo sod Aey ou ‘eueumy upreorunUI EL ‘9p ousurpas; Jap vonywSesd ejouepunpar By] TePpNyse [¥ Lopes ap-oseo jo uo ‘onb ue oystsuoo exound eT seanvoyTudis sefey ~sasqo ooppiodiy onsonu 0d sopezueore sojusrurfoou09 S07] sWaasap sop wusseid upfoeommnmooEjoUL vf arqos uprousnsaauT yULayeUNEAOU se] WOO YpereduroD “upFSeoEMMOOR aU omnorpo ap ojdesuco 79 ft ugiovorunmoonjam *S°T 1 soMN|ER ‘seoFUEHwUTHSU Sef WoO wyBoLEHE By op ig “Ya 9 uaoyfes 28 amb OUTS “upIoeouTUNCS H ap ayred tos ou anb souciseayperdoouoa soujezy{An “uprovotuntuoo ‘iopemnduios wy voo eyfojeue exisonue op nf oiqos soueSrsaauy opuuno o[quaous 52 anb vs00 ‘upon -woindis ¢,eweifoid, ns ‘59 ojs9 ‘Oquayureuojouny nse $9004 -yanwios ef 9p 791200 oBfe svoqunuioo eed sous vy 4 ‘som -qns svj894 aejmsod op wen 96 ‘ojuatureuopoury uo re]MopIEd crepqunuiog wed uorovonmuto9 Bf 2p soursfop opuen ‘uioysis uN 9p UpoeAtasqo ¥{ ep anied y “sefouepunpar op OBIaIU} Y WAIBSGO 95 ‘OMNBNS 2s OULD *(seqsonu uos serpseysq ‘80T) “woqozyn anb opeagja un BfoEY wopeynduics se = Bord [o) seotgjoodso sejfior op ogenb NE UN I8UEPIO UO eysISUOD sBiopeINd -woo-ap ugpeuesosd ef ‘10709 [2 wdes yznb owop “eeu nig ugYoeorunWuoD B{ ep Seid Bf we vjouvpunper vf 2p uuourero onsonu seapuopar ered wags 200 [ey fours ojdurale up, is soRAAIP' so| 9p BOPeP MO uoPLaHpe waN wo[duMy enb wo w “per womans % 9p ONSET [gf “coMMETOTEUT ojoYUMUETE: JeP ToYBo esEn la obra ya citada, Nagel y Newman describen la analogia entre un juego como el ajedrez y un célculo matemético for- malizado, y explican alli, que: Las plezas y las escaques del tablero corresponden a los signos elemen que Tas aseveraciones acerca configuraciones son nnificativas. Las aseveraciones de este orden de obstraccién son descriptas por esos autores de la siguiente manera: igadores ya no secuencias de interacién humana de conducta (a cada fzospectivos son los inicos elementos con que contamos, y iguno de ellos es fidedigno. Sin embargo, jervamos que la conduct @ —cualesquiera sean sus “ra- — efectuada por un comunicante provoca la conducta b, c, d, oe enel otro, al tiempo que evidentemente excluye las conductas x, y y z, entonces es posible postular un teorema metacomunicacional. Lo que se sugiere aqui, por lo tant cccién puede definirse en términos de la ez, esto es, como secuencias de “movimien- tos" est te gobernados, por reglas acerca de las que e+ correlevante que estén o no en el campo de conciencia, de los comunicantes, pero con respecto # las cuales pueden hacerse snes metacomunicacionales significativas. Ello impli como se sugirid en S.14, existe io ain no interpretado de la pragmitica de Ta comunicacién humans, ccuyas reglas se observan en la comunicacién eficaz y se vio an en la comunicacién perturbada. En el estado actual de nuestros conocimientos, la existencia de ese célculo puede compararse a la de une estrella cuya existencia y posiolén han sido postulados por Ia astronom{a tedrica pero que los observa- torios atin no han pod , esta manera de entender ‘parecer un caso extremo de in ‘Como se record ppostulé una dicotomfa metodolégica en toda investigacion colt sada respectivamente, en la comprensién y la plicacién: [Nos sumergimas en la sitvaciéa psiquice y comprendemos genétion- Inente por empatia como un hecho psiquico surge © pertir del otro ‘expericncias nos ensefian que una serie de fendmenos ape Imente relacionados y, a partir de ello, ofrecemos explica- combinaciones psiquicas significativas tambiée Ja brecha izsal- Jo que nos inte plicacién genético-casu ‘mana no “explican” en si mismas su mejor marios son pero no explican nada (Ct.S.4411). De ningén modo debe entenderse nuestro punto degpuowsiosip wustur ef syns spend ‘apuo sod '« cond ua epeseq ayuauujedsousd yisa ojos ON *(Z'T fy ugjoonmsuoo wun oWLOD ,eLOWeWs, B] ap sapepelnoed sey augos Aqysy @p souojeasosqo se uoseuorouaM 9s Ex “wuaI ‘apiy $9 olr syuauioquapis2 opesed [9 ue sesne2 ap epenbsnq e| ‘ojaaid wousuodxe vf sod ‘ojred uo sousui of 10d ‘epeurunioiap ‘yiso vjonpuoo | anb 9p eorsoe wunffe epnp aqeo ou Uaiq 1S opesed snsisa equasorg “f9°T -wuouny lugipeoyunuies | argos uproednsanut B op SOUT Sot e reupUIIO} -2p ap ajgjsoduy euaueanelqo so ‘opeqoiduzoo souoy unos ‘anb o1od ‘sono woo asreofunumoo. ap eahelqns wroustredsa e ered [eiouaso wynser anb vapy eun ‘opeofsudts, op uoronqige 1 ® SUL 204 BUN BAOIE Som O3S9 OPO, “[EUEpIOO ony ‘oyToy Be ap oven os onb sopuoyeid osnjour fax Us ‘Opaens sydatosuooUy ong won 198 wjspquniad 2] ofja ooodurey “Soaniour ss v oyoadsax 09 ye exequnBioud 9], 15 ‘oBany apsop “{ ono [ap equsw vy ua ‘apsons on of op vozece soysendns ue ‘spue sod ‘A wuosied. ‘80 B ap soarous so] op uoIaenfeAd ne Wo epeseq Pisa UpIOdeo uo. %59 ‘oBiequio UIg “euODUSIET o epEl9G) oxo top wionpuco vj anb oyuAsIp Anux so Ip wed “ojd uN uesid 9 suosied wun B Ig “eoRPWOINIS o eEUN|oAUS “wREUAIOA “aquajosuoou 0 syua|9sto9 az9pisuoo 95 eIoNpUCD ¥so onb wIOuED ~sodwiy ®8ua) ou ‘eonpuoo ap cowyjoadse ojoe un ¥ ayta4} sou -orsoea-se] & OARE{ax Of uO ‘anb woU!UBs ou ois ‘ooTUN sd oozeur jap ontep sasod onb jeuawepuns eiouers0 ‘apiatd oquaresuoout o ayuatosuoo sa upIoeuLOgUE 9p o1quUt efeg Bun ap pepres of ‘eiBaxy efeg x op oysendas jop sourus -1p) ue euvumMy BaNpUAD F] IWALasqO Ua esoLByUL 28 WaINb exeq BfousfsuoouT @ woUsTOUOD *z9"T ‘sooinbysdenur soyoyyuoo 9p ugisardxo wun outs ua aquajoor Blouapua} oqueyioduy wun BzpOWeI¥O ‘souIea10 und 98 ‘anbojuo 9483{ “uptovorunu0d Bf & ‘so A sepen,
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Supongamos que una par ‘que el esposo contribuye con wi jue defensa contra los constantes regatios de su que esa explicacién constituye jonal de Jo que “realmente” su- elementos efimeros y sido brevemente met TOTS ee ener regaiia Puede observarse que el marido s6lo p 456, 678, etc, donde su conducta ramente” una respuesta a Ia de su mujer (lineas de pu caso de la mujer, las cosas ocurren exactamente ja Ia secuencia de hechos en las triads terapia de gue en ia P ia tradicional se lamaria una “distorsién de la re- Mlidad” por parte de ambos cényuges. A menudo result ficil creer que dos individuos puedan tener visiones tan res de rmuchos elementos de su experiencia en comin. Y, embargo, el problema radica fundamentalmente en un Area que ya se menciond en numerosas ocasiones: su incapacidad para metaconn je su respectiva manera de pau tar su inte de una naturaleza o:- jcamente, puede conti- jente acompasada, sas acusaciones de ‘el infinito y_esté casi 0s. més adelante, por la in plagadas de pe- trones anilogos de interaccién; por eiemplo, et tndlisis de las carreras armamentistas que hace CEM. Joad. Jor manera de conservat Ja paz con: ‘amenaza para la paz. Gar por ello a incrementar si propio armamento para supers: ioe por los que creen estar ameoazadas... Este aumento de los sr mmamentos, a ma vez, significa ona amenaza para la nacién A. cuyo rmamesto pipuestamente defensive lo ha provocado, y e entances tulliade por la macin A como un pretexto para acumular aiim mks irmementor para defenderse contra Ja amenaza. Sin embargo, este incremento de armamentos e interpretado a su vez por las maciones ‘yecloas como una amenaza, ¥ asi sucesivamente,.. (79, p. 68) 2.43payuieu sey woo prijs wood we uadan enb “sopeu seiquiot’ wos so10uige £0150 gpEqIqie wupuodse109 wun aystxe O[9s ‘souO!oO ap oseo [9 Ue Opoy a1qos ‘opnusut ¥ aonb opout op * d ap woo wefeqey anb sexopelnoyes wos aimaureorsyq enbiod ‘sopos3 “ap wuiey, 95 ond set ® SOIOWSISULA so] O OFEA JB SOqN} sj Sp .2peu 0 oper, jap oldpourd fe wezHAN onb seropeandusco ‘eq ig auquuog Je 20d sopeopqes soussuedi0 sof op odureo [> us lugiquies we,eride mofomaminutos ap s0o!s9q sOpOUE sop soi ‘aloqduioo Anu wouvut ep ophiuads ¥ siduERynUE wapuadep { umuawofiaioo 9s onb ous ‘eno of & oVNl vuN ej WoISKKe 09s ow woruyBioRquE uprovoqunuico ap jeounY & SOpepepour sey onb oqus oF ‘ousmisy “oyow[nowo oquaus 0} jo ws seopadsa swoueisns ap seysKsIp Sopepmuro opues ogy vormnuioD wuss IST “UpEULIO;EY OP UPFOEZITEHTTP y tuo Opsseq. yis0 om [BIOUINY wUTDIS|S To ‘OPEL ONO 10d “EUG [rsIp: upeUOsa; “oye, of sod ‘syusuER ‘wBIwosep Ns ep ‘owssne 0 vrouesaud Bl US djsist0o onb “esotason pepranoe op voygoadie oud wieg “eBreosop ns uoquyy © weoonoid onb 4 yas ss vaoroun A yor uponorunmog ~'s's z 05-04 384d ‘06) = § 6 © = § ¢ oH | 0g s-v=s enb soopsp 9 ‘eusur uae xy ond ‘wo9 Uno os ou stsqupIed oxIu9 sopeuizoUe SoMa acd Co seb ene dened =s mae ~o-o-0-8= a=) (et) 8) =) HOS ‘ojos puonaee ¥{ 9p fOKsoWiapP so{ sednuse 9p swoueu 290) o= +oboro= Heb (Baa) tH 8) HE) FOE SS 10s (soaoroenyand) soqusyimednuse sojqsod s9n So“ Oo "saqumoyu -nuoo so] 2sju9 uppono}unuios op so}ouandes so} 9p up}IONE -und mj ap spuadep ugionjes Dun ap vzefsnyou DT :Up}R junwooejow 8] ap euioRre 5912) un TexodIoour souiapod sy we "upyoBmyEs [8) 19 uedjopred anb soj.9p 1019.9 aquouvsyoard 9469 $9 4 ‘ozuayun 09 un euaH anb op Uoisusyerd Bf ‘roqus w ‘oLI9s v] op vad 59 uppoenyund vf 9p offins susp ye ‘(f) wosaie ex0/3ns ou oo ‘0580 OUD 0359 UG “upIDUOUAMIGD UD vaIuH|d oF onb ofoyue wuzeyp jo ue Insox ou ourzjog sod squauen wane epjoasjo wlopert ‘upronjos vf ‘o}uayimypuaye on Soni eauRoye opupp wisey ‘vexisep Jog “zjuqle7] ¥ Opuadnjour “sooppuoyeur soypnir ¥ guia}suo9 onb Opeyinsox ‘soqoutefe srs ‘ap eiouonoes vj Tenyund vfffo 96 onb uo eisuvur vj upBes ones Ta sepen09 swear soureymp owi00 0 i gusowap of owed ‘wer BOYY "7 afesuout jap seuojsE OOS A souorseainye op JeuoPeommusoo ejousnoes wun eymosoxcex ‘suas ms onb aszeiapisuo epand ‘sousodo:d sonsonr weg ee68 1 lefénicos con aq lado, como ya vimos, el princi ‘esencia de toda computacién ma humoral de los organismos los portadores de informacién son ciertas sustancias y su gra- do de concentracién en la corriente sanguinea, en las compu- tadoras anal tensidad de la corriente eléctrie: puesto por computar las mareas durante un lapso dete: considerarse como una computadora analégica simple y, des- de luego, el homeostato de Ashby mencionado en el’ capi- lo 1 e5 un paradigma de una méquina a: ‘no compute nada. 2.52 En la comunicacién humana, es posible referirse a los obje- tos, -en el sentido més amplio del término— de dos totalmente como un cién escrita: “El gato ha atrapado un raté fan reemplazarse por dibujos; si se tra se podria sefalar a un gato y a un raton reales. Evi- dentemente, ésta constituiria una manera insdlita de comuni- carse y lo normal es utilizar el “nombre”, escrito 0 hablado, es decir. la palabra. Estos dos de comunicacién —uno mediante una semejanza autoexplicativa y el otro, mediante una palabra— son, desde luego, equivalentes a los conceptos do las computadoras analégicas y digitales, respectivamente. Puesto que se utiliza una palabra para nombrar algo, resulta obvio que la relacién entre el nombre y la cosa nombrada esté arbitrariamente establecida. Las palabras son signos ios que se manejan de acuerdo con la sint ningiin motivo por el cual Y” denotan 2 un animal particular. En sélo de una convencién semantica del lenguaje espe- fiol y fuera de tel convencién, no existe otra correlacién entre ninguna palabra y la cosa que representa, con la posible aun- inte excepcién de las palabras onomatopéyicas. Bateson y Jackson: “No hay ni cinco’ en el némer no hay nada patti lar a una mesa’ en Ta palabra ‘mesa’” (19, pfs, algo p ara. expresarla ygien a Ia cosa que la comunicacion ai fa diferencia entre ambos modos de comur representa. 50 volveré algo mis clara si se piensa que, por mucho que escuchemos 1 emos comprenderlo, mient Y, por lo tanto, encierra una val modo digital de la comunicacién verbal relativamente re ciente y mucho més abstract: dio a vor, Tae i mismas, y cualquier otra mani forganismo es canaz. asi como los indicadores comunicacions- es que inevitablemente aparecen en cunlquier contexto en que tienen lugar una interaccién. 7 2.53 1 Ginico organismo que utiliza t sme aa omer sein anslOgices como los digitale. La. sign cién do tal hecho no ha sido ain acabadamente compren pero puede vislumbrarse su gran importancia. Por un lado, ida de que el hombre se comunica de mane a cae fa mayoria, si no todor, sus logros civiizados ‘asume particular importancia en To mpartis Informacion acerea de objetor'y & Se easier a, ese cme “aren ae Siar gree 8. Existen motivos para creer i billizar tambien la comunicacton ‘ampo aun no es conciuyente. |, pero. Ta investigacionso “mduisjooied oy pond wo ‘srueway seuojoyjax eno op & sexes BpIA vf BP TOMEREIP wf “aPIILONPO Hedos jop pepipanpd ef © open uo [osomIpe vps an eUaiocosd tou ond ae Saad ap shear anata SoG wee soy [dt [2 und aceiga! sbushod Gpmapsaes ety Couey Saree eh [b Coonged Wp upoeimnpe Sustnuied f“oyieinespee see ep "wuosed: mao. n ‘uasasd oaditoys ‘ouse us wq¥oyuo|d 2p on Conus” Wa -sigoad an ap opens opmmnser je soar sar 9p oun a> sepeyer vIpod sya Jos uopond vounu sojeor spmyjufeu op wn uo seoid -g[ous: sezopemndwioo se] us sopez|AN soBo[yue sor] “seUNSTP sqoweunious wos —FeorBofeuE X sopmIBIP— swopeInducD op sodn sop sof ap pepypesioa vy A prynoexe ef ‘oyuoIUNpuoL | “fue upypeoyunuios op seursys]s so] UO UEP es OWOD |e} ODIHo] ~euv-A. feBKp sopour so} w sououzAloA ‘suIBIO UaYNSer seIOUaL Hp som onb wimg "s10ys souriwunwex onb upovopumur09 9p. oorflgqene A TeUsIp sopour sof onUD seouaIayp seyz0I0 ep wonyuSexd goueoduy y worpe: viouapuodson00 ¥s9 ug, ¥9°5 “orgy -eue syuswayueumwopord wzapemve op 9 Uo;ETe: vf ¥ OAT -wjex owoadse je onb sexuotex ‘TwyStp vuoy uo ayuSUEN os ‘opjusydos ye oapgjer ayadse jo anb souodns oqeo ‘owsjunsy “efesuour wpe ud 8 aquo umjuauiozdusoo es ond ous ‘opel v opel waists oI0s x worDeoruNWOD ep sopour soqure en sotoreqoudusoo onb souodns' quo yeuoyoejer opodse un optua; jpodse lum ousn upRDeoyuNtUOD BPO} eM soueplooer ys ‘sIsaqUIS UT loo sefeuoroejar sowadse ua enue) 26 upIowDKUNWO> % and owsend ‘oyay oq “BIqey [P eIEdWOs” ond woxdo, “Sue posoqunuico ap [epites [> ous ‘seaqefEd se{ ep OpE>H} -yaiis |e ous. 10d 59 ou apufiue js [wustue [o anb of ‘oyuott -2wEPIAG{ “9OIp Sof e¢ enb o| .uapuaidwioo, soyjgnbe anb op Sopiotantioo upse opnusus v sooRspuOP sofeUATUE soy ¥ tous souamb ‘opou owsiw jog ‘sompeur sojeunue sop enue vo -unu 4 so}{Mpe $042 wOd Up}oBIeT WA sOyNER soy Ua BAIeSGO 9s 9198 wonpuoo fe, enbiod “expeur tur 9g, :eoyjoedse ugrosjer ‘wan vooauy onb ous ouewiny 19s un ejsBseudx> 0] wos * oy IND), FOUTS Ow off A sewrord squr eqacd ‘ealaoe of oye8 Jo 4 | o1qe opuend ‘soqdunel> 9p oun sep wzed ‘sy “soyalgo sof ap eotoce seanjeiouDp fott -ofoursasse Joey ered onb soqte souoioejar sns op ezopesmeu 8 arayep ered SeorBopeue souoroeorunuioo uaAnafsd09 safe jus $0] 9p owuy ap Operse ap souss sot A sopeuojouayUy <0) -toRAOUT sj ‘SoUOyDEZH|EOOA -eq “Upioeinsaau vidord ns woBiequiy, uo ssopuysegque eproximaciones a Jos valores reales, y esta fuente per~ tanente de inexactitud aumenta durante el proceso de las operaciones que realiza la computadora. Nunca pueden cons- truirse de manera perfecta levas, engranajes y transmisiones, y aunque las méquinas ans ‘se basan totalmente en in- iensidades discretas de corriente eléctrica, resistencias eléctri- cas, reéstatos, etc. tales andlogos siguen estando fluctuaciones virtualmente incontrolables. Por otro | podria decir que una méquina digital trabaja con que tienen mis digitos de los que contiene la maquina, Quien Hays utilizado una regla de cilculos (excelente ejemplo de tuna computadora analégica) sabe que slo puede obtener un resultado aproximado, mientras qué cualquier maquina, de calcular proporcionard un resultado exacto en tanto los digi- tos requeridos no excedan el maximo que la calculadora pue- du manejar. “Aparte de su precision perfecta, Ia computadora digital ofrece sno s6lo aritmética, Ja enorme ventaja de set una méqi también ldgioa. McCulloch y Pitts dieciséis funciones de verdad del presentarse mediante combinaciones de elementos de tipo do 0 nada” de modo que, por ejemplo, la suma de dos pul ‘eiones representa al “y” Iogico la mutu in de_ dos pulsaciones representa al “o” légico, una In descarga de un elemento repres da siquiera remotamente comparable puede lograrse con las computadoras analégicas. Dado que operan sélo con canti- dades positivas discretas, no pueden representar ningiin negativo, incluyendo Ia negacién misma, o cualquiera de las otras funciones de verdad. Algunas de las caracteristicas de las computadoras se ap! también a la comunicacién humana: el material, del _mens digital es de mucha mayor completidad, versatilidad y traccién que el material analégico. Especificamente, com ‘comunieacién analégica no tiene nada com Vogica del lenguaje digital. Ello signi que en el je analégico no hay equivalentes para mentos de tan vital importancia para discurso como, “si ", “0... 0°, y muchos otros, y que la expresién de con- immpoeble, como en ia lo Por ejemplo: hay lagrimas de tristeza y ligrimes de alegria, el pufo apretado puede indicar agresién o control, uns soo- risa puede transmitir simpatia o desprecio la reticencia puede interpretarse como discrecién o indiferencia, y cabe pregun- tarso si todos los mensajes analégicos no tienen esta cualidad curicsamente ambigua, que recuerda al Gegensinn der Ur i ico de las palabras primarias) de Freud. ca carece de calificado a indi ‘ear cudl de los dos significados dispares esti implicito, y tam- poco cuenta con indicadores que permitan establecer una dis- tincién entre pasedo, presente o fut Desde luego, tales calificadores o indicadores existen en la comunicacién digital, ¢ no que fo opuesto también resulta sumamente dificil: hablar acerca de una relaciin requiere una tradueci6n adecuada del modo analégico de comunicacién .al modo digital. Por éltimo, podemos imaginar problemas similares cuando ambos modos deben coexistir, como sefiala Haley en su excelente capitulo, “Marriage Therapy”: ‘Cuando un hombre y una mujer deciden legalizar su vinculo medies- te una ceremonia matrimonial, se plantean un problema que perste tik durante su vida marital: ahora que estin casadi tos porgue Jo desean o porque deben hacerlo? (00, pég. 10, El lector habri descublerto_ya por si solo oukn sugestiva es la i- “raltad Ge existe ease lor modor Saagicoy dighal de comunicacdn y'lge concoptos pelccomlitionn de proceso primave y-secunderi, re spe constituyen formas necesarias 04; Tas bastardllas som muestra.)sonpupar onan seuopysr op ugued ono OWN vig “Ho MEUEduD spouySomsp omco od a+ 9p soxwesBoxd soyquie> so, aqioeep 2qr>, “roureazusayduioa 0d -1aB 9p sosqmsam 0 soyetpuntoper sonprarpas @ X y tse LpONpond os oapesfoxd ojgam aya X lopnewce spur 224 eps pioujon or gud soopraipar enue ves ‘apDelex 9p soUIaIIE soRDMUE anB ofaqo tHE, *y ones eR 19's Dysnquauatdusco vopsyguHs UpPODseRUT °9°R “ pooaynbouy upoiusfep vy vsod oponoepo msds un ou olod vojsupuies 2] v0s0d oxdgqouo efonBusy [oon paSip o1u0} woopunuU0I 8¢ souuny #2498 S07] iseUNsaL ee; S98 aajena 98 upioejax ns op. vooanbot nar ayaquoo [9) UofosapeHRIp un. oxjer ns op eoyfigfeue suourjeusuep “anb soueymp ‘0189 opoy op zu] eT Ylacionadas, tiend yguno de los participantes impone al otro una relacién complemen- ‘taria, sino que cada uno de ellos se comporta de una manera que ‘presupone Ia conducta del otzo, al tiempo que ofrece motivos para ella: sus definiciones de la relacién encajan (8.2.3). 2.63 Se ha sugerido un tercer tipo de relacién, a saber, Ia “meta- complementaria”, ea la que A permite u obliga a B a en control de la rellacién mediante idéntico razonami - qué (creen ellos que) se miembros utilizan los (S.2.22) para expresar den ‘surgir resultados paradéiicos matics (5.5.41; 6.42, ej, 3; 7.5, ej. 24). 2.64 En el préximo capitulo se examinarén las patologias potencis- 10s modos de comunicaciOn (a saber, escaladas en Ia simetria y rigidez on Ia complementariedad). Por el momen to, nos limitaremos a formular nuestro tiltimo axi tenta- tivo: “Todos los intercambios comunicacionales son simétricos ‘0 complementerios, segiin que estén basados en la igualdad o en Ia diferencia, 70 2.7. Resumen Es necesario volver a seiialar ciertas reservas con respecto & Jos axiomas en ger imer Iugar, debe rado que tienen que han sido por cierto, més (erogéneos entre si tienen su origen en observaciones muy variadas de sino de su importancia prag no tanto de sus rasgos p: terpersonal (y no mond a sugerir que Asi, la imposibilidad de no comunicarse hace que todas les situaciones en las que participan dos 0 més personas sean interpersonales y comunicacionales; el aspecto reiacional de tal comuni ortancia pi sino que surge sdlo en Ia relacién reciproca. 71
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